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Homilía Tercer Domingo de Cuaresma Ciclo A

Este documento resume la homilía del tercer domingo de Cuaresma. Explica que la Cuaresma es un tiempo de purificación y conversión. Analiza el pasaje bíblico del Éxodo donde el pueblo de Israel duda de Dios y Moisés en el desierto. También habla sobre el encuentro de Jesús con la mujer samaritana y cómo este diálogo lleva a la conversión de toda la ciudad. Finalmente, invita a la comunidad a renovar su fe durante la Cuaresma bebiendo del agua viva que es Cristo.
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Homilía Tercer Domingo de Cuaresma Ciclo A

Este documento resume la homilía del tercer domingo de Cuaresma. Explica que la Cuaresma es un tiempo de purificación y conversión. Analiza el pasaje bíblico del Éxodo donde el pueblo de Israel duda de Dios y Moisés en el desierto. También habla sobre el encuentro de Jesús con la mujer samaritana y cómo este diálogo lleva a la conversión de toda la ciudad. Finalmente, invita a la comunidad a renovar su fe durante la Cuaresma bebiendo del agua viva que es Cristo.
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HOMILÍA TERCER DOMINGO DE CUARESMA CICLO A -Moisés, agente de la liberación, es el que sale peor parado: "poco falta para

que me apedreen" (v. 4). Moisés es el auténtico líder que comparte con el
El ritual de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) define la Cuaresma como “el
pueblo las dificultades y tiene que soportar, además, sus quejas. Por eso a
tiempo de la purificación y la iluminación”. Toda la comunidad acompaña con
veces se queja de que el pueblo le trate mal, pero siempre acaba
solicitud a los catecúmenos que se preparan para la celebración de los
intercediendo por él (v. 4).
sacramentos de iniciación en la Vigilia pascual, y los pecadores penitentes
que recorren el arduo camino de la conversión y la reconciliación. Con ellos, TENTAR/D.-El pueblo tienta a Dios desafiándole a que dé pruebas (signo
todos rehacen idealmente el mismo itinerario para llegar renovados a las evidente de su inmadurez en la fe). Aquí tentar a Dios es dudar de él, no
fiestas pascuales. fiarse a pesar de las pruebas que les ha ido dando hasta entonces. ¡Han
experimentado en su carne la liberación de la opresión y ahora van diciendo
Esta perspectiva se nos propone con mayor claridad en los tres domingos que
que Dios los ha sacado para morir en el desierto! Reflexiones.
vienen (a partir de hoy: 3ero, 4to y 5to de cuaresma). Escuchamos riquísimos
pasajes “sacramentales” del evangelio de Juan, foco de toda la liturgia, -"¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?" A la duda del pueblo
normalmente retomados en los prefacios propios y en la antífona del Cántico responde, con su presencia, Dios haciendo eficaz la acción de Moisés. De la
de Comunión. Por eso sugerimos hacer una lectura atenta y completa (la roca de Horeb mana un agua corriente y viva que calma la sed y es presencia
forma larga) de estos Evangelios. En las Misas con niños es bueno hacer una salvadora (v. 6). Según la interpretación rabínica, la roca acompañó a Israel
lectura dialogada, como se hace en el Evangelio de la Pasión, reservándole al en su peregrinar por el desierto. Pablo nos dirá que esta roca es Jesús (1 Co
presidente las palabras de Jesús. 10. 4), presencia de Dios salvadora, fuente de agua cristalina que calma la
sed de todo hombre (Jn 4. 13ss; 7. 37ss;Ap 7. 17; 21. 6; 22. 17...). Y los
Ex 17. 3-7
cristianos muchas veces tentamos al Señor abandonando la fuente de agua
1.DUDA. CONFIANZA. MURMURAR DE DIOS. FE. SEGURIDAD. viva y cavándonos en su lugar aljibes agrietados incapaces de retener el agua
LIBERTAD. (Jr 2. 13; 17. 13...).

-En el duro caminar del pueblo hacia la liberación -como en todo caminar - La murmuración y la queja son los eternos acompañantes de toda liberación.
humano- siempre surgen dificultades. Es lo más normal, ya que la liberación ¡Eterno sino de una humanidad que siempre se revuelve como una víbora
es un bien, pero difícil de alcanzar, por eso la dificultad y el riesgo son sus cuando se le ofrece el don de la libertad! ¡Amamos más la seguridad con
eternos acompañantes. La historia de la humanidad contemporánea, en su esclavitud que la libertad con riesgo! -Moisés, líder, es el que sale peor
lucha por obtener la libertad, es un buen testigo de esta afirmación. parado, ya que debe compartir las dificultades del pueblo y cargar con sus
quejas.
-La actitud correcta del pueblo ante el riesgo y el peligro debería ser el tratar
de superarlos, pero no ocurre así, sino que se dedica a hacer lo más fácil: También hoy pasamos por muchos Massá y Meribá: la injusticia dominante, el
protestar. La queja es el elemento constante en todos estos versículos: hambre permitida, la violencia imparable, el desempleo creciente, las crisis
"murmuran" (v. 3), "riñe" con Moisés y "tienta" al Señor. Con murmuración y multiplicadas, los interrogantes sin respuesta; por otra parte, la mediocridad
protesta se abre y se cierra el relato, de ahí el nombre dado al lugar: de la Iglesia, los pecados y errores de la Iglesia, las divisiones de la Iglesia; y,
"Meribá"=riña, altercado o querella, y "Massa"=tentación (v. 7). Israel por otra parte, el silencio de Dios... "¿Está o no está el Señor en medio de
tergiversa su salida al interpretar su liberación como una salida hacia la nosotros?".
muerte. Es la ofuscación del pueblo ante el peligro.
Rm 5. 1-2/5-8
Esta lectura viene a ser una respuesta a los interrogantes anteriores, una movimiento fuerte que se va desencadenando hasta que tiene su impacto
prueba de que Dios no nos deja tirados, de que está con nosotros y nos ama, definitivo en el momento final.
dice San Pablo, es que Cristo murió por nosotros y resucitó para nosotros. La
Es interesante anotar que el evangelio nos aclara que los judíos odiaban a los
señal de Jonás.
samaritanos. El origen de este sentimiento lo encontramos en 2R 17,24-41:
Y no sólo está entre nosotros, sino que está en nosotros, porque «el amor de cinco grupos de extranjeros (paganos) fueron forzados a migrar a Samaria,
Dios se ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos que en parte siguieron fieles a sus dioses simbolizados por los cinco maridos.
ha dado». Es una revelación asombrosa. Es el culmen de la donación de
En el centro: una lección para la comunidad de los discípulos
Dios. No sólo dará agua en el desierto o maná o codornices o victorias, sino
que se da a sí mismo para saciar nuestras insatisfacciones y colmar nuestras En el centro del relato, es decir, en medio del encuentro de Jesús con la
esperanzas. sicariense y con la ciudad de Sicar, encontramos una conversación de Jesús
con sus discípulos (4,27-38), la cual nos da otro ángulo de lectura del
Jn 4. 5-42
encuentro vivido.
Nadie duda de la importancia del relato que ahora vamos a abordar. El relato
Por lo demás, es justamente a la luz de este encuentro intenso que viven
del encuentro de Jesús con la mujer samaritana (Juan 4,5-42), es
Jesús y la comunidad de los discípulos por primera vez, que se despliega la
considerado como uno de los pasajes más leídos y estudiados del Evangelio
primera conversación formativa de Jesús con sus discípulos (Nótese que
según san Juan y quizás de todos los evangelios. Esto se debe a su belleza
después de las breves palabras dirigidas a Natanael el día de su vocación –
literaria, pero sobre todo al drama espiritual que se va delineando a lo largo
en Juan 1-, no han vuelto a aparecer conversaciones amplias de Jesús con
de la conversación entre Jesús y la mujer, en el cual –a través del impacto de
sus discípulos).
la lectura- siempre descubrimos también algo del drama espiritual que sucede
dentro de nosotros mismos. Esta bella página del evangelio de Juan apunta entonces al “discipulado”. En
esta primera conversación de Jesús con su comunidad de discípulos,
De la persona a la comunidad
notamos cómo se da un nuevo paso en el programa inicial del evangelio,
Valga anotar desde el comienzo que el relato que ahora nos ocupa no se resumido en el “vengan y vean” (Juan 1,39).
limita exclusivamente al encuentro de Jesús con la mujer samaritana (Juan
Aquí también Jesús se revela utilizando el “Yo soy. ” Éste es el primero de los
4,5-26), sino que involucra también a todos los habitantes de Sicar (Juan
“Yo soy” de Jesús (ego eimi) en este Evangelio. También dirá:
4,39-42). Es un encuentro personal pero también colectivo –o mejor
“comunitario”-, en el que el encuentro con un solo personaje nos permite
• “Yo soy el pan de vida” (6:35). • “Yo soy el pan vivo” (6:51). • “Yo soy la luz
entender anticipadamente, y sin necesidad de volver a repetir todos los
del mundo” (8:12; 9:5). • “Antes que Abraham fuese, yo soy” (8:58). • “Yo soy
detalles, lo que sucede en el encuentro con toda una ciudad.
la puerta de las ovejas” (10:7). • “Yo soy la puerta” (10:9). • “Yo soy el buen
Si observamos bien el relato notaremos que es justamente para el momento pastor” (10:11). • “Yo soy la resurrección y la vida” (11:25). • “Yo soy el camino,
final, cuando lo sucedido con la samaritana se replica con toda una ciudad, la verdad, y la vida” (14:6). • “Yo soy la vid verdadera” (15:1). • “Yo soy” (18:5).
que el evangelista ha dejado el momento culminante del encuentro: la
“confesión de fe” de parte de la gente y el “permanecer” con ella por parte de Allá se llegó ella, la mujer samaritana, a sacar agua del viejo pozo de Jacob.
Jesús. Por lo tanto, todo el relato sigue un itinerario bien definido, como un Y allá estaba El, Jesús, «cansado del camino, sentado junto al manantial».
Allá fue el encuentro, en un ardoroso mediodía. Y yo me pregunto: «¿Quién «He aquí que estoy junto a la puerta y llamo. Si alguno escucha mi voz y abre
buscaba a quién? O ¿quién encontró a quién?» Porque, sabedlo: ella acudía, la puerta, yo entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo».
jadeante y afanosa, cada día al pozo para saciar su sed y la de los suyos.
Pero, claro, «el que bebía de aquel pozo volvía a tener sed». Ella igualmente
acudía a «otras fuentes incitantes y apetitosas», tratando de apaciguar esa
otra sed de felicidad que ella, como todos los mortales, llevaba en su corazón.
Se lo apuntó Jesús: «Cinco maridos has tenido y el que ahora tienes... ».
Todos los hombres vamos buscando la felicidad. Detrás de ella caminamos
diariamente. Corren el niño y el mayor, el rico y el pobre, el poderoso y el
mendigo. Cada uno la sueña de una manera, bajo una figura distinta. Pero,
cada mediodía o cada medianoche, todos vamos teniendo la repetida
sensación de que «el que bebe de esas aguas, vuelve a tener sed». ¡Vano
intento!
Cuando, consciente o inconscientemente, buscamos la felicidad, es a Dios a
quien buscamos. Lo confesó bellamente San Agustín, hastiado al fin de tanta
aventura tras el placer, la sabiduría y la belleza: «Nos hiciste, Señor, para Ti, y
nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti».
El hombre, decían los Padres griegos, es un «teotropo», alguien que da
vueltas alrededor de Dios. Así como los girasoles van volviendo su belleza
amarilla al sol, los hombres, aun sin saberlo, a Dios buscan.
La samaritana, inconscientemente, eso hacía. Y allá se lo encontró, en el
pozo. Dice Cabodevilla: «Cualquier forma de sed es sed de Dios».
Y es que Dios es un buscador del hombre. Imitando a los Padres griegos,
podríamos decir que es un «antropotropo». Y esa idea nos debe llevar a la
maravilla y la ternura: «¿Cómo puede El, manantial inagotable de agua viva,
andar sediento de este mínimo y pobre riachuelo que sale de mi corazón?»
He ahí la paradoja. Dios desea que le deseemos, tiene sed de que estemos
sedientos de El, anda buscando que le busquemos. Sueña que le soñemos.
Por eso, mi adivinanza: «¿Quién busca a quién? ¿Jesús a la samaritana o la
samaritana a Jesús?» La respuesta está en ese peregrino que siempre nos
espera «junto a cualquier pozo de nuestra vida».

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