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La Arquitectura Griega. La Acrópolis de Atenas

La Acrópolis de Atenas alcanzó su máxima perfección arquitectónica en el siglo V a.C. bajo el liderazgo de Pericles y Fidias. Incluía tres templos principales: el Partenón, dedicado a Atenea; el Erecteion, dedicado a Atenea, Poseidón y Erecteo; y el templo de Niké Áptera. Juntos, estos edificios demostraron los principios de la arquitectura griega a través de su equilibrio, proporción y simetría, y

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La Arquitectura Griega. La Acrópolis de Atenas

La Acrópolis de Atenas alcanzó su máxima perfección arquitectónica en el siglo V a.C. bajo el liderazgo de Pericles y Fidias. Incluía tres templos principales: el Partenón, dedicado a Atenea; el Erecteion, dedicado a Atenea, Poseidón y Erecteo; y el templo de Niké Áptera. Juntos, estos edificios demostraron los principios de la arquitectura griega a través de su equilibrio, proporción y simetría, y

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La arquitectura griega.

La Acrópolis de Atenas

La arquitectura griega alcanzó su momento de plenitud y máxima perfección en el


período clásico, del que es una muestra excepcional el conjunto de la Acrópolis de Atenas, de la
segunda mitad del siglo V a.C. La hegemonía de las polis de Atenas sobre la liga de Delos, el
desarrollo económico, sobre todo comercial, y la aparición de la democracia crearon una
coyuntura favorable para el florecimiento artístico.
La Acrópolis (ciudad alta) había sido originalmente una fortaleza. Tras la victoria de
Maratón contra los persas en el 490 a.C., los atenienses decidieron erigir en el lado sur un
templo a su diosa protectora, Atenea. Pero no se llegó a concluir, ya que diez años después los
persas invadieron la ciudad, la saquearon y quemaron todos los edificios de la Acrópolis. Tras la
victoria definitiva sobre los persas (Paz de Calias, 449 a.C.), el estratego Pericles y el escultor
Fidias, su amigo, elaboraron un completo programa de reconstrucción de la Acrópolis, con un
conjunto de edificios religiosos que representan la culminación de la arquitectura griega.
La disposición del conjunto no fue arbitraria, sino que obedecía a concepciones
urbanísticas y a la necesidad de amoldarse a los desniveles del terreno. Los propileos,
construidos entre el 437 y el 432 a.C., eran la entrada monumental por el oeste de la Acrópolis.
Constaban de dos pórticos: uno exterior, dórico; otro interior, jónico. Una vez dentro del
conjunto había diversos edificios y tres templos que hacían de ella el recinto sagrado por
excelencia de la ciudad: el Partenón, el Erecteion y el templo de Niké Áptera. A continuación,
nos detendremos en cada uno de ellos.
Construido en orden dórico, aunque con algunos elementos jónicos, el Partenón de
Atenas (447-438 a.C.) pretendía ser un monumento exaltador de la grandeza de Atenas y su
diosa protectora. Sus arquitectos fueron Ictinos y Calícrates, y todo el programa escultórico que
decora sus frontones, friso y metopas se debió a Fidias. Sus dimensiones son algo mayores que
las habituales de los templos dóricos (octástilo, en vez de hexástilo) y sus contribuciones
aplicaron sofisticadas correcciones ópticas para contrarrestar la percepción por el ojo de falsas
deformaciones que produciría un edificio de tal tamaño (éntasis). Es, sin duda, una obra maestra
del arte griego y de toda la historia del arte.
El Erecteion (421-06 a.C.) fue uno de los últimos templos que se construyeron en la
Acrópolis y muestra, de forma elocuente, el progresivo enriquecimiento ornamental de la
arquitectura a finales del siglo V a.C. Situado al norte del conjunto, estaba dedicado al mismo
tiempo a Atenea, Poseidón y Erecteo, este último rey mítico y divinizado de Atenas. Es un
templo de orden jónico, pero su plan es muy complejo por las grandes diferencias del nivel del
terreno sobre el que se erige. En el lado sur, el más elevado, destaca la espectacular tribuna de
las cariátides, esculturas femeninas que a veces sustituían a las columnas en el orden jónico.
El Niké Áptera es un templo de reducidas dimensiones dedicado a Atenea, identificada
por con la Victoria (Niké Áptera, “sin alas”), situado en un pequeño saliente en el lado oeste de
la Acrópolis, junto a los propileos. Su arquitecto fue Calícrates, uno de los constructores del
Partenón. Es de orden jónico, anfipróstilo y tetrástilo. Aunque fue concebido en el año 449 a.C.,
diversas circunstancias retrasaron su construcción hasta el 424 a.C. Otros edificios importantes
que formaron parte del conjunto y que aparecen eclipsados por las tres grandes arquitecturas
que hemos analizado son: Pandroesión, Santuario de Artemisa Bauronia, Arreforión,
Eleusinión, Teatro de Dioniso, Asclepeion y Odeón de Pericles.
Esta tríada de edificios religiosos que acabamos de comentar resumen a la perfección los
tres grandes pilares sobre los que descansa la arquitectura: equilibrio, proporción y simetría. Por
otro lado, la función de ellos y, por ende, del conjunto es clara: mostrar la posición de la polis
ateniense como principal potencia ante sus rivales e iguales. Por tanto, podemos afirmar que el
arte es utilizado como un instrumento político al servicio de sus dirigentes. Por todo ello, la
Acrópolis es, sin duda, uno de los grandes referentes de toda la historia del arte.

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