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Como y Porque Llamo Viejuemierda Roque A Masferrer

Este documento analiza la relación entre los intelectuales salvadoreños Alberto Masferrer y Roque Dalton. Masferrer fue considerado uno de los intelectuales más importantes de El Salvador en el siglo XX, mientras que Dalton fue un poeta revolucionario. En su poema "Viejuemierda", Dalton ataca directamente a Masferrer por su apoyo a las dictaduras militares salvadoreñas. Aunque Masferrer defendió ideales éticos y sociales, Dalton cuestiona su autoridad en filosofía y sociología. El documento explora las

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Como y Porque Llamo Viejuemierda Roque A Masferrer

Este documento analiza la relación entre los intelectuales salvadoreños Alberto Masferrer y Roque Dalton. Masferrer fue considerado uno de los intelectuales más importantes de El Salvador en el siglo XX, mientras que Dalton fue un poeta revolucionario. En su poema "Viejuemierda", Dalton ataca directamente a Masferrer por su apoyo a las dictaduras militares salvadoreñas. Aunque Masferrer defendió ideales éticos y sociales, Dalton cuestiona su autoridad en filosofía y sociología. El documento explora las

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..)f" N / . / / r/ .

Humanidades 9

De Cómo y Por Qué Roque Dalton


llamó "Viejuemierda" a Don Alberto
Masferrer
Por Luis Melgar Brizuela
Docente investigador del Departamento
de Letras, de la Fac. de Ciencias y Humanidades

Resumen
Estudio comparatil)O de las utopías de nación de Ma~ferrer] Dalton.
El primero eJ conJiderado tOmo el jilósofo y el Joáólo~go más deJtacado de la
mitad del J~glo XX en nuestro paú. El segundo repreJenta al poeta máJ rel)O-
luáonario de nueJtra hiJtoria, tanto en la jiterza ideol~gica como en las innOl)a-
áones del lenguaje o eJtilo.
Los ejeJ de comparaáón son lo literario, lo político y lo etno-cultural.
El paralelúmo entre ambaJ jiguras Je muestra con citas del famoJo poema
"Vi~juemierda ", de LaJ hiJtoriaJ prohibi~as del Pulgaráto, de Dalton,] fra~g­
mentas de dilJerJas obraJ de Alberto ¡'lasferrer.

Alberto I\Iasferrer (1868-1932) es la Generación Comprometida, ellnáximo re-


uno de los intelectuales lnás insignes en la presentante de la fuosofía nacional durante
historia de la cultura salvadoreña. Conteln- la pritnera lnitad de la pasada centuria.
poráneo de Francisco Gavidia (apenas cinco
años 1nenor que este), en general es recono- Entre las varias resonantes blasfe-
cido por la crítica COlno el principal repre- lTIlaS '-lue contra la cultura oficial profieren
sentante del ensayo lnodernista. Don Alber- J~as historias prohibidas del Pulgarcito, de
to, COlno se le llalnaba en los ámbitos cultu- Roque Dalton (1935-1975), sobresale el poe-
rales, fue, al igual que Don Francisco lna "Viejuelnierda-", especie de diatriba con-
(Gavidia), tenido por I\laestro, así, con ma- tra Alberto l\1asferrer, a quien David Esco-
yúscula. Sus doctrinas itnpactaron desde fi- bar Galindo ubica en "el trípode en que des-
nales del siglo XIX y lnás aún durante las cansa la cultura nacional del presente siglo:
pritncras tres décadas del siglo ~'{; y fueron Gavidia, Alnbrogi, Masferrer. (Índice
centro de intensas polélnicas. Es, pese a las antológico, 1982, p. 126).
críticas acerbas '-}ue le hicieran escritores de
10 Humanidades

VCUTIOS cómo se inicia este texto de Dalton:

Hubo en un maeJtro] 1)f!17J}(llfj~(1


llamado Don /llberto
Había nacido en el UI/H,UP."U

.Y se dedicó a denunciar
en libro.r (omo "='-''-=='-'''--'-'===
.Y en

aJí

como
laJ JuceJÍvas dictaduraJ
hecho que no ha de extrañar a
(Las Historias ... p. 103)

Aunque el título poema, una ex- Roque Dalton, y Menéndez Leal


1-'J..'~ca'J.lJ. frecuente en el habla popular salva- (1931-2000) desataron en su lnornento una
doreña, arremeter directamente con- tormenta
tra la de la inten- parte de los
ción de Dalton es más bien develar por masferrerianos, quienes reclamaron a coro a
dictaduras militares lo han y estos dos entonces por lo que
, o sea, el uso que de consideraron a uno de
maestro Masferrer ha y los más nombres de la historia
sigue haciendo la cultura oficial salvadore- intelectual y política del país. Aún ahora
ña. un cuarto de de la
de
L I . L H _ " ...... ,L'-J.J.J.

En las doctrinas éticas y so- perdona a este dese:nt()ll<o.


ciales contenidas en sus numerosos ensayos, que aquí a nuestro escritor se le fue la mano,
dieron lugar, reivindicadas por 1l1- o más bien la
, ..... ".,..11-."r.,,, ..... <>C'~, al

que se en publicacio- Alberto ........ fue un rebelde ro-


U • ...,.L"-'..LL

nes y homenajes a granel. Con su nombre se mántico y un pacifista radical. Ejerció car-
han bautizado universidades, ave- gos educativos, gubernamentales y diplomá-
t-'~U'~~'-', etc. ticos, en El Salvador, Sur América y Euro-
pa. Periodista insuflar demo-
Los ataques frontales a Masferrer de cracia y por las lu-
dos miembros de la Generación Comprome- cha de clases, convenciendo a los ncos de la

1Entre los intelectuales más eminentes que han reivin- y diversos re~;1men(:;s gubernamentales. Por otro lado,
dicado a Masferrer están Matilde Elena existe una universidad, numerosas avenidas en varias
Pedro Geoffroy ruvas, estos dos más bien de izquierda. ciudades del un cine, una colonia un
Entre las instituciones: el Ateneo de El Salvador, Aca- parque, etc. con este nombre.
demia Salvadoreña de la la Sociedad Masferriana
Humanidades 11

UÁÁHUHL,tU.,J"-, ya
-,-""""-ULU.J.v,,-, de

sobretodo

Don Alnérica la
de la
Vi/al': en

¡¡lle/Yl,

IU!J del lerror, como la.r que


lroJ tlJeendienkr
que la Vida es una; HH."-~,.Ll<'U\/
por sectores obreros y '-"~U.I"'-0U''-'",.
intuición de esa Don i\lberto fue

p.
12 Humanidades

el

a lo eX1Jllc:a así:
tro de

Je dio cuenta de que él


de nueJtra cultura

contexto
..)f (! 1/ /.1 / (/
Humanidades 13
inconciliabilidad entre el pacifismo idealista tenecen Estudios y figuraciones sobre la vida
de :NIasferrer y el belicismo revolucionario de de 1esús. Las siete cuerdas de la lira. Helios
Dalton. y ensayos sobre el destino. Al segundo, El
Mínimun Vital. Cartas a un obrero. El dine-
Los escritos de Don Alberto oscilan ro maldito y La cultura por medio del libro.
entre dos calnpos telnáticos principales: la entre varios lnás. Unos y otros libros lo con-
religión universal - cristianismo, budismo, sagrarían para la cultura oficial como filóso-
panteíslno - con las influencias teosófica y fo y sociólogo respectivamente. Dalton le
del esoterismo oriental, y los problemas so- niega autoridad o altura en ambos campos:
ciales de El Salvador. Al primer campo per-

Co...gido por las corn'entes culturale.r


de la deJcontertada Amén'ca Latina jinisecular,
don Alberto andU7Jo siempre en la onda de Domingo
f'auJtino Sarmiento
en eJO de co'!fundir a cada rato 10.1' pobres con los bárbaroJ,
aJimiló la q/lúúón mundial de la burgue.ría que prodzgo el reformismo
.Y Je enmari,guanó ha.rta la cacha
con laJ miJterioJaJ jiloJofias on'entakr.
S e enamoró de la palabra'y Jólo de la palabra
.Y Je crqyó'y abonó con eJmero
la tonteria e.ra del "1Jerbo fUJtigador",
la gran má.rtara de gordoJ .rimJe(~iien:::.aJ
como J\1onJefior CaJtro Ramíre:v
el machete de todo.r 10.1' dipl/tado.r de! Partido qjiúal
el m90r ali1Jiador para la ,gran olla de preJión
en la qm todoJ 1Ji1JimoJ eJtallando de .1'01 a .rol
(Las historias, p. 1(4)

Dos versos dd seglnento anterior penTIÍten sintetizar la oposición Masferrer / Dalton:

[~ /ontelÍa t.ra del "1Jerbo jÚJ/zgador"

v:

el me/o,. alúJiador para la olla de preJión

Según RO'-Iue la misión del poeta - al cOlnprOlTIÍso político. Así lo enfatiza, por
dd escritor en general - no puede quedarse ejemplo, en ",Arte poética 1974", uno de los
en la palabra, por lnuy fustigadora '-lue esta lnás breves textos de Poemas clandestinos :
sea : ,"a 111ás allá, a la acción, a la lnilitancia,

POf!.flcl

/mdól/ame por haber/e qyudado a mmprender


qm l/O eJ/áJ hecha JrJlo de palabraJ
(Poemas clandestinos, p. 16)
14 Humanidades

pues, a J'vfasferrer de en COlno y por lne-


verbalista: la situación social y lnoral del país. En-
tonces, el referente objetivo de las acusacio-
S e enamoró de la -' sólo de la nes de Dalton al

Pero, ello cierto? Hemos visto que Don clases.


Alberto militó en el Partido cuyos
miembros eran y canl- Le señala además de
P ___ que ocupó cargos públicos y luchó,
,.).UÁV'V, de talento y de coraje:

Del)ino en una eJcribió


Del criJtianiJmo "n·roM/ful

Nuestro poeta rechaza el .u..h~J.Áj ¡JL'L . y aún escritores de reconocida


del discurso masferreriano porque lo ve ClOn pL\J~.-'-'-'0.h"L<l.COlno la Dra. J'vIatilde Elc-
como "el mejor aliviador de la olla de na y Pedro Geoffroy Rivas
/ en la que todos vivimos \.-;:)ILlUJ.lUl.UU tan cercanos a la Generación
de sol a sol". Este es el contenido central de él '--0Ll."'...u.\./~
"Viejuemierda": Roque y otros de su gene-
que inclusive algunos de
J..'--,"..l'--UL'-U

de izquierda den tanto L.'-'~'-LLL\.J El ataque cxtrel110 de Roque no se


al masferrerisl110 y así el juego a un ~Á'-'",,-'-'''' .L'~'-'oC del
.

refonmsmo fuosófico y sociológico que con- Slno en sus


trarresta las ideas revoluClonarias. posiciones ideológicas y políticas. De ahí que
tal \'irulencia pueda entenderse no contra la
durante décadas en El persona sino contra la doctrina y aún 111:1S
los libros y la figura de Don Alber- contra los usuarios de la doctrina, contra el
to han sido un recurso reiterado de la cultura l11asferrerisl11o hipócrita:

3 L a 111'TeSUQadc::>ri] y critica de la literatura salvadoreí1a, ~~~~-'.!.!.~F'-!.-"-'-~~~~.!.!.!.!~~~~ El pacta


(1919), también poeta y antecedente 111dis-
ctrtl1ll,ltUJrga, afín en vanos aspectos a la Generación Com- genCl:aCLOI1 de Dalton , también le dedicó
pf()ln.cuda, ha sido una de las estudiosas de en 1953 un ensayo entraúable, reinndicándolo: "j\li ~-\l-
la obra masferretÍana. En 1954 en Guatemala berto j\Iasferrer".
u
; " ."ILR iDAD D
------......--
Humanidades 15

LoJ que máJ Je morían de riJa con laJ bqyuncadaJ de Don


./llber/o, J~gurOJ de que JUJ diatribaJ comenzaron a aprender
que lodo aquel pemamien/o
podría pre.r/arleJ alguna utilidad.
Sobre todo frente a o/rOJ penJamien/oJ
que andaban haciendo bulla entre el pueblo
con palabraJ que proponían ir má.r allá de la.r palabraJ
] que en re.wmidaJ cuentaJ acon.r~jaban
a 10J mache/eJ de 10J pobreJ
no quedar.re en JUJ lJainaJ.
(Las historias, pp. 105 -1(6)

He ahí el quid de la oposición entre dad inconciliables. Tal oposición se explica


mnbos autores: Iruentras Dalton propone "ir por las tendencias intelectuales y políticas
Inás allá de las palabras" y que los pobres que predominan en la era de Masferrer, que
desenvainen los Inachetes, Don Alberto con- es sobre todo el primer tercio del siglo XX,
dena todo tipo de violencia, sin concesiones: y en la era de Dalton, la de la pre-guerra sal-
vadoreña: 1956 - 1975. 4 Ahora bien, la
No eJ/amOJ obl~~ado.r a lJÍlJir Ji no pode- coyuntura histórica que determina el cam-
mOJ lJúJir eJl la lu~~. Si lZt¡eJ/ro JUJ/en/o] nue.r/ra bio crucial y pennite ver las causas de la
caJa] lZt¡e.r/ro lJeJlido.y nueJ/m recreo] lZt¡e.r/ra cul- violencia en las mentes y en las acciones de
/ura IZO pueden a/JJolutamen/e prO/Jeer del /rabqjo los coetáneos de Dalton, es la de 1932: la
limpio; Jl tllieJtra deJdidwjitera /an/a que nOJ lJea- tOlna del poder por el ejército y la masacre
l/JOJ arra.r/radoJ a lJÍlJir del relJóllJer, en/onceJ no de los indígenas, calnpesinos y obreros que
lJÍlJamOJ. ¿Qué nece.ridad !J{!y de qm lJÍlJamOJ( entonces se rebelaron, son el punto de par-
¿,Qué neteJidad h{!y de ql/eJo lJÚJ{I, Ji para lJúJir]o tida de una Inentalidad de lucha permanen-
o/ro.r han de morir o lJÍlJir en la mrrupáón, en el te, de violencia estructural. Esa fue la prue-
crimen] en la ruilla( ba de fuego tanto para Masferrer COlno para
Gavidia: la verdad de los hechos mostró la
No, !Jombre.r, IJ/I.rq/lemoJ t/lZa lJida lim- inviabilidad del pacifisIno de aInbos escri-
pia,· lJÍlJamOJ para el/){/n] del pall. Y para quieneJ tores rOlnántico-lnodernistas.
no puedan lJÍlJir .rino del relJó/¡Jer.y para el relJó/¡Jer,
ql/e anticipen el lJiqje,· que a/ralJlúen lJoluntaria- La acusación esencial, que da senti-
mente el umbral de la muer/e,] que .re libren aJí de do al poelna "ViejueIruerda", es la de que
la ~~nominia. Don Alberto no entendió a Marx y que, por
(1\Iasferrer, Ensayos, p. 119) lo tanto, digalnos, no estuvo a la par de
Farabundo I'vIar tí , el líder de la rebelión po-
Las visiones del Inundo de uno y otro pular del 32, quien sí sostuvo "ftrme en las
autor son dimnetrahnente opuestas, en ver- Inanos los clásicos delInarxismo". Las otras

4 Cuando Dalton empleza a publicar, en 19.s6, el mOVl- reúo. Toda su vida estuvo enmarcada por una situación
mlento revolucionarlo cn llue él se insertó iba cn auge. dc encarnizada lucha política que luego desembocaría,
Ese mlsmo aúo fundó el Círculo I.iterano U 1l1\Trsltano, en la década de los setentas, en el surgmuento de las
de clara posición rc\OoluClonaria. Un aúo después, a la orga1l1zaciolles político-militares de izqwerda, cnla gue-
edad de 22 ailos, ingresó al Partldo Comunista Salvado- rra intnna (1979 - 1991).
16 Humanidades

acusaciones resultan inesenciales: cIue le fal- tro y en gcneral de todo buen ciudadano. 5
tó talento, que fue "una especie de Gabriela
IvIístral no poesía", etc. Cuando se escriba -tarea pendiente-
la historia de las ideas o de la filosofía en El
De hecho, ivIasferrer no fue propia- Salvador, Masferrer destacará sobre todo en
l11ente un creador literario, SI bien incursionó el capítulo de la ética. AÜnna a este
en la y en la narrativa. Tres at10s des- to David Escobar Galindo: "con Gavidia y
de su l11uerte, el I'vIínisterio de '-..J'-uu.... .L.u. Alnbrogi constituye la triada de fundadores
publicó en un solo volU111en El rosal desho- de la cultura salvadoreña: Gavidia el huma-
jado (1935), sus versos y sus prosas litera- nista; Al11brogi, el de la naturale-
rias. En 1900 había dado a luz una colección za; el l110ralista social".
de relatos autoblOgráficos, antológico, p. 1 Aunque no estoy de acuer-
dos de novela cor- do con Escobar Galindo en que sea esa la
ta: Una vida en el cine y El buitre que se triada fundamental de nuestra cultura 6 SI
tornó calandria. Ninguna de estas obras ha coincido con él en que nuestro l11áximo 1110-
tenido . en la litera tura nacional. Si ralista social ha sido l\Iasferrer.
hubiera de juzgársele por ellas, lluedaría sin
duda COI110 un a u tor fallido o un lírico muy ¿ Qué no fue ? con Ro-
l11Cllor. en quc no lo fue: aun cuando
blicado uno que otro pocl11a es
Sin corno como perfectmnente prescindible en la
de garra durante la década de los \radoreña. Sí fue un buen prosista, con ras-
ve111te y en la coyuntura de 1 fundador gos r0111ánticos y l11odernistas. Dio a sus en-
del periódico dc gran influencia cn es- sayos filosóficos y un estilo pro-
tas con10 orador político, C01110 filó- pio, a ratos poético, bien llue fre-
de la educación, i\Iasferrcr cuentcmente del1usiado sin la sal
encarna una época y es Í111posible descono- del humor. En el de ensayo fue el
cer su aporte. El el11111ente hU111anista sah'a- paradig111a nacÍ<mal durante l11ucho tiel11po.
doreúo i\ lejandro so-
Clólogo, historiador, fundador de la antropo- En Dalton 1nuestra un exceso de
nacional \. 111iel11bro del Partido Con1u-, \' de radicalidad al descalificar en
nista Sah'adoreúo, rei\'indica el pensamien- tal manera al bueno de Don exceso
to social de i\Iasferrer y considera que algu- l]lle no tiene esta \'ez un origen personal sino
nos de SllS libros, como de- un sentido de consecuencia con su a
berían ser obras de cabecera de todo 1naes- la lucha de clases: puesto ljUe los ensayos de

5 1:.:-;to lo afirma .\brrOljllín cn el arrícu]o "Sohre el p:lreClera Tener razún. Pero SI conslderalllOS la L'\"OlllCl()!l
¡wn:-;amicllfO :-;ocial de ,\Iberto .\bsfcrrcr". cllirllral no s(')lo cn ~ll~ momenTos In¡u:dc:-; :-;lil() l'n ~llS
en];¡ Rc\-i~f;\ I'~c()nomí:l S;¡h";¡dorcúa, :\()~, .")- \' .)S, San rOllltados a lo del pasado me parece lI1111~¡()
Sah'ad()r. CllCro \ diul'llll.'lT dl' 1!)(¡;-), pp, -:'-;-)(1, no con:;ldera[ como p¡bn':,; de la htcrafura \- de Í;¡ cSfeUca
6 !'::;CO]¡:\r (;alind() loma :l C;:I\'ldl:l • .\b:,;ferrcr \' actuales a Sabrnlé (1 W)() - 1()~::i) \' ill;i~ l"CC!Cl1 rCllwn te a
C< )IllO llllld:¡dorc:-; dc b cultura :-;;¡h"ado[eúa 1)altoll (1 (n,') - 1<r.')) , l'~!l rud() ca;;(). <.:! pe~()
por ~l':. :;l'.L!Útll-L l()~ 1ll;IXl1ll0:-; e~cn[()re~ de Ilnale:; dd t'tmd:KHl!1al de _\rturo :: 1;-)-::; - 1()1(¡; neo lllll'
:i¡~1<; ',!,\ ljllL' d¡croll]()S C¡llCl'~. CId a llll() en e:,; por l~:-;coh;¡r l;;¡IlIldo .. \ n111UlClO hahn;¡
d¡;;rllliu;,. de lo;, dl'~;¡rr()II():-; clllfllr;lk~ \ l¡¡nan():; de! ofro:; e:;cnlon.'::; nauollail':,; de la lnl~I1L1 C()lllna\"()r

\:\:. ¡ ':n un :-;cll¡¡do l':';fnCLl!lll'IlTe l1npaUO l]llC


Humanidades 17

habían ""'.."'",,,-,
viendo tan hábilinentc a la "-'-""LLUJl'"

bía contraatacados COlno lo


instrumentos """-" ..'r-r,,,

],\i ni otros estaban dis-


la lnediación
el retorrrusmo

'-'J.ilLULLlll de Dalton
lucha contra

la escritura de
La u'-,,, .... .l,UJ''-LU'U de su
lnovÍlnicnto ,L . . . . ." / , L h J de
COlno lo dClnostraron los u ..... ,,"'~'''''_ fue
18 Humanidades

criminación de que eran víctirnas los indios tácita'y e.!peranzada Jttplicaúón de que lJqya deJ-
propiamente dichos. Su visión de la raza re- embarazándonoJ de ella ...
sultaba difusa, oe un idealismo raramente (Ibid. pp. 263-264)
personal. Veamos:
Al señalar nuestra incultura, Don Al-
Entre 1923 Y 1927, Don Alberto pu- berto concluye que COlno nación no tenelnos
blicó varios articulo s sobre la cuestión étnica, personalidad: por analfabetos e ignorantes
Llue luego fueron reunidos como un solo en- somos esclavos de un grupo de perversos o
sayo bajo el titulo de La nusión de América. de cualquier nación poderosa que se propon-
El primero oe ellos, "La defensa de la Raza" ga absorbernos o dominarnos. Pero a este res-
(1923), dice responder, entre otras cosas, a pecto tampoco reconoce el hegemonismo o
estas dos interrogantes: "¿ Qué nuevos prin- itnperialislno de los Estados U nidos; lnás
cipios nacionalizaoores aconseja usteo a la bien defiende su modelo:
intelectualidao oe Arnérica? ¿ Estllna usted
prudente que nuestra J\m.érica Latina tome La teJiJ de d~/énder la raza nOJ Jt~gzere
una actitud detenmnaoa en su enseñanza, en inmediatamente eJtaJ dOJ pr~guntaJ: ¿Cuál ra;::p?
sus leyes, en su econonúa, en su producción ¿ O~/énderla de quién? ¿ f-{ abrá que d~/énderla de
espiritual, ante el caso oe los Estados U ni- 10.1' EJ/adoJ UnidoJ, de aquella naúón qm tiene,pI
dos?" Q)áginas escogioas, ob. cit, p. 25ó). en JJI Jeno lJan"OJ millomJ de n~groJ,'y que /lO Jólo
/lO ha promrado e.......lerminarloJ o reprimirloJ Jino
i\Iasferrer contesta negando la perti- qlle, el peJar de todaJ Jl/J repugnancia.r. cada día
nencia del concepto de "raza", oponiéndose kr abre IlZleIJo.!"] máJ amplio.!"] máJ cordialeJ (e/mi-
a la ioea entonces muy oifundida de la raza 1/0.1' que In Ilel)eJl a la álldadanícI,y a la mI/lira?
hispanoalnericana. "\dnutia la existencia de El/ /Jcrdad, 110 1Jc!y el/ el J/1lI IZ do , eJI e.rle J/lomeJllo,
"una lnayoría enorm.e de 111estizos en tlue la I/aúól/ qUe me/lOJ piel/Je en deJ/nlir 11 oprimir el

sangre inoia entra en tres partes o poco lTIe- ,~el/leJ de oln/J r{/~:{/J - por Jet" de olraJ ríl::;'clJ - q//e
nos contra una oe sangre espaúola" (ibid., p" aq1lella qlle Je jfJrIJ1Ó)/ ell<.~ral/{/eáó), J{~/le IOc!{l/J/{/
2ó 1); pero afinnaba taxa tiya111ente tIue la {'f~~/wldi'á(;lldoJe meri"ed a JI/ r!('údúlo (o.r!J/opol¡¡/J-
cuestic'm racial no tiene una real trascenden- ///0 IIh'ial, el JII Ii'lI/pmlltl)'jlJI/::;. tl/lJ/icióll dc {j//e ('11

Cla, sino la cuesti{)l1 cultural: el (olllt/do" J' la jÚJitill de lodaJ laJ razaJ, !Ja!J¿a la
pnJ/J/i'.ld J(:~J/ra de III/tl c.Ylr(/on/úzariel l,(¡jioJidad
l JlltI (//llllIel: IFwr, /J/o!dC(//:y arra<~ar 1/l/a (,.lp/n///tI!.)' j!\"ú'a.
ollllllrl,· jlllla 111/('/'tI, a/J/plia. y .wperior mlll//u.' 1:J/o (Ibid. pp. 259)
.1"/ (jlli' .1'(' II('({'JI/a, .)' ¡'t¡jl' 1(/ p('IJa di' ill!cl/lm:re. ¡\JtU
(~}// {'llo liada li"dOI (jlll' I'('r Irl.l (1IeJlio/l(!J /(jáaIcJ, Sel11ejante valoración del supuesto
('0///0 110 .!"l'tl mrlt'l lr I1I (}J"mridlld del pmpó.l//o ... Ji rol coslnopolit~ de los Estados l" nidos ren>
1IIII'J/m ///Inlje)' 1/III'J/m (Ji/crio .I01! 1(/ nl::;.a, el f¡('- la ingenuielad o ignorancia de Don" \lberto.
d/(I /J/ríJ IÚI'I/ jhi(o (j//l' l/O i'.!jl-¡iril//(/I qllc (olulil/!}'l' N o me \'oy a oerener aLlui a exponer argu-
la /(/~:a, n!lol/(CJ IlO.!" 1'.I/Or!Jtlll IOJ mi/folleJ dI' il/- l11entos o datos del inren-cncio!llsl11o lI1inte-
dio.! ///(,/i(tllloJ . )' ('11/ mtll/N á(t 1110.1. . • )' (0///0 IIOJ rnllnpielo ele la prll11cra potencia oel capira-
tJ/O FÍhI 11 , para Jer 1(~~i(()J Iral(lI'/rll//OJ di' tll!iq/!/- lismo sobre nuestros países en especiaL so-
¡({rl/O,r () por lo //NII(}J" Ji:~//iJi(///J(}J" IrtlltÍm/olo.r (01//0 bre el mundo enrero en general, portlue ello
l/aJltI e/ pn'Ji'I//c, (0///0 tI m::;.a il(ji!r¿or, bllClltl fam 111<.: lle,"arÍa lejos ele 1ni tema y porLlue se tra-
I'.,ploltlllil. r!lI/il dI' .wji-idrl, {ltjiltltl ('// la <'~I/O/"(III­ ta de hechos y procesos harto conocielos,
l-irl.)' ('JI /¡/ ////.!"O-iil .. )' (,lIln:~(/{/(/ al lie/J/po (0// la acerca de los cuales <.:xisten l11genres biblio-
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Humanidades 19
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ancestrales, la riqueza recuperable de su slstelna capitalista lnundial.


toria, de sus o de sus u ......... V ' ' - ' ú . una diferencia' entre
gún el de de la AÁA~_V~,j V.L"
su pensalniento étnico y el de Francisco
ción de aquellos a lo nacional no son ellos Gavidia (el otro santón de la cultura
nusmos sino la civilización blanca cristiana Roque arreITIetiera tan
a través de la de la C;avidia sí reconoce en su utopía
tomando como modelo a los Esta- de nación los valores ancestrales indígenas
dos Unidos y a Cita C01TIO ejelTIplo COlTIO altalTIente redituables: los Soteer
de intelectuales que iluminan el camino prehispánicos (Citlali, Kicab y Quetzalcóatl)
al Raúl Haya de la de las obras suyas, así lo muestran.
a la clUlena Gabriela lvIistral, allTIexi- en nada adImte la es-
cano Vasconcelos y al argentino Máxi- piritual, y artística de la india,
mo Soto Hall. De este último reproduce la ni la ancestral ni la contelTIporánea, lo cual
afumaci6n de que "POdelTIOS serlo todo pone en evidencia el abstraccionislTIO infértil
que) no helTIOS nada ... no de su raíz histórica ni viabili-
sido casi nada: podemos serlo todo ... " y dad el del
agrega enfático: verdad! A111érica ha de
adquirir conciencia de esta nulidad y
de su eficienCla futura. (ibid., p. Así, el deVIene aun
lTIás anti-marxista el anti-bolshevislTIo de
Al asunUr la idea de Soto Hall de que Gavidia, de donde se explica la virulencia
Á.U_.L~LA~~
no ha sido nada y enfatizar la con que Roque Dalton lo confronta. Para Don
nulidad de su I\1asferrer no Alberto el a c01TIbatir no son las cla-
la situación de nuestros ses explotadoras ni el ilTIperialislTIO norteame-
sino que exhibe un etnocentrismo fácil, ya ricano sino los vicios y la ignorancia, que
que los últimos modelos culturales que para acusa 111ás en pobres que en los ricos, de
él son de las nace a nuestro reclmTIarle:

andzf7)() en la onda de
F0t1Jtillo Sarmiento
a cada rato 10.1" (011 10J bárbaroJ.

Su utopía del Reino de Dios resulta nerosos, espiritualistas, no tienen asidero en


vacua Huma- las condiciones reales del o de la región.
de la equidad y de la
concordia; con una vida lilTIpia en que el pan
no se amase con ni prostitución ni elTI- de .f\Iasferrer.
ni lIDseria", obvia las causas El inrugenislTIo de Dalton puede ca-
fundamentales de esa situación y las vías que racterizarse C01TIO un praglTIatis1110 revolucio-
propone no están detenmnadas por los pro- nario y, a la vez, C01TIO un C01TIpOnente nu-
cesos históricos concretos. Su nacionalislTIO clear de su de A diferencia
se difulTIina en conceptos que si bien son ge- de nuestro poeta no pretende que
Humanidades 21

los indígenas sean incorporados a lo nacio- Roque el paradigma histórico de la revolu-


nal, sino que los erige en el baluarte ue la ción salvauoreña.
nación al proponer al tayte l\nastasio .Ayuino
COlno Paure de la Patria (La ventana, pp. 75 1-1ientras C;aviuia y TvIasferrer califi-
- R7) o al imaginarse a sí nuslno un tlamatini can respectivamente ue "oscuros" o ue "em-
''tlue la lnc!ouía uel secreto conoce" (Los tes- bruteciuos" a los indios con telnporáneos,
timonios, p. 4()), establecienuo lo inuígena Dalton exalta su perenniuau, la validez ue
como raíz funua111ental ue El Salvador y de su cultura antigua y presente. Tal es el lnen-
[\feSO<llnérica. Destaca, auelnás, en J,as his- saje ue "Perennidad pipil", de La Ventana,
torias, el lnouelo ancestral de las guerrillas poema ueuicado a la raza autóctona. }':xalta
sah'auorenas C01110 lucha ue resistencia ue aquí al kgendario rey ue Cuscatlán,
los nahuas-pipiles ue Cuscatlán frente al es- Tutecotzimit (también lnagnificado por
paúol Pedro de Alvarado. JJOS cuscatlecos que Gavidia en uno ue sus cuentos), COlno ejeln-
pelearon por sus derechos, no itnporta que plo ue sabiuuría pacifista y ue bra\' ura en la
finalmente hayan siuo uerrotauos, son para uefensa ue su pueblo:

Para !lO Jer im:ollJonanle


am el mltán .y el JO!
TtI/C(()/~:iJJJi/ planleó la J)ida
COJ)JO tilla diaria .red () un puíio lJz~ilaJlte,
(La ventana, p.70)

El final ue ese texto resume el senti- está agotaua: sigue sienuo un canuno, un fru-
do de perenniuau que para RO(lue tiene lo to que hay (lue esperar, el ejen1plo para "una
indígena nacional, puesto que según él la lec- nueva y feraz cosmogonía":
ci('>11 del héroe prehispánico, Tutecotzimit, no

Por .robre lel mor/al /maádad de laJ ,~lIermJ, , ,


.re al/{l/lza
((jll IOJ tllaJ .rilábú:oJ)' rápidoJ

ha/ir, ItI limpia arq¡¡¡/edllra


de ¡¡1/(/ Ill/eJlCl . Y.lera:;. ({)JJJl~~{)llia,
/4hi quedó 1(/ IJO:::' (()1Jl{) mmillo,
(j"/jil¡/o
Je ní bello,
(Ibid., p. 71)

[': n fin, el inuigenismo es una ue las - COlno antes para Sabrrué - lo ci,'ilizatono
brújulas de su aventura literaria y política. es lo indígena y lo salvaje o lo b:í.rbaro es lo
capitalista burgués.
1,a lectura llue ue 1932 hace Dalton,
coincidente en lo funuamental con la lectura (;;l\·idia y I\Iasferrer, en cambio, (luie-
de Salarrué, lo lleva a in,'errir los consabidos ren ci\'ilizar a los indígenas, modernizarlos,
p< )l<)s de la ci,'ilizacl<')n y la barbarie: para él porllue los perciben c..ksde afuera, según los
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canones del hUlnanismo liberalista de fina- detenninante de 1m acerca de los


les del XIX e . . del siglo XX. supuestos desentonos del poeta revolucio-
Salarrué y Dalton los entienden desde aden- nario. Viene al caso aquí considerar lo que
tro, es una "'-U.'_LU.J."'-"'-'-<4'~ÁV'ÁÁ otros autores y el . 1\Ilasferrer AV"1""'"''''
hace de lo ron acerca de la utilización "lnendaces"
antropológico), los principios de una y "falsarios" hicieron de la figura y de las
teosofía cristiana (Salarrué) o de un marxis- labras del maestro vitalista. El histonador
mo cristiano (Dalton). Toruño afinna que intelectuales
mendaces el optitmsmo
El radicalismo revolucionario de Ro- yel fervor de Masferrer (cfr. ~~~~~~::..:.
lo lleva a desconocer la labor ingente de rario de El Salvador, p. El escritor lms-
aquellos dos patriarcas de la cultura nacio- mo es consciente de ello, lo pv·t.... r'''c'l
nal, tratándolos sin ningún de en el
lc.. cc/' al y de AC""A.r,,,, de testalnento

al 'J. Debo insistir: el móvil esencial


"'-<CO ...H.L ...... texto que de él adlnite David Escobar
de estas diatribas no fueron en sí tan ilustres Galindo en su Índice antológico de la poesía
varones el uso que de su obra han he- =:...:...==== Dice así Don J\lberto en los pri-
cho los sectores Es este un lneros versos de "Blasón" :

Un de 7JZda me

.Y mi ¡)alor.
odioJa mentira Jen)í .fin querer
en toda ocaJión
creí que tenía .red de DioJ.
(Índice antológico, op. cit. pp. 189-1

El blanco de Dalton es, ante nal, sonaron bien para las fuerzas revolucio-
la cultura burguesa y los ,"alo- al acrecentanuento de
res, para él hipócritas, del capitalislDo salva- la voluntad de lucha v de cambio. Por su-
.!

doreño dependiente: la estética idealista puesto, las fuerzas fue-


lnodernista (en el caso de Gavidia) y el re- ron piedras de escándalo, llnperdonables blas-
idealista burgués (en el caso de fenúas de un permanentemente
satanizado y perseguido por el ref~u·me:n
tico-lnilitar entonces
Casi tres décadas después de publi-
cados tan polélmcos textos y a una década Si eXalmnalnos la evolución literaria
del final de la guerra interna salvadoreña y cultural de nuestro país '-''-Ú''lfJU,J.L

. enero de 1 te, por enClll1a de las ideologías y de las co-


esos fue- yunturas políticas, tratando de atenernos a
ra de tono, suenan COlno un desaglúsado. Pero los procesos lmslnos de '-aJl.LB../H..' , - , ' 1_'- Ul .... V

en el contexto del conflicto bélico v de la .!


la calidad literaria como
extrelna polarización de la sociedad nacio- nutir Dalton, desde su lnoral revoluclo-
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naria, pecó de severo, tal COlno le ha sido ña. Se trata de lo que he llamado
señalado por diversos críticos en años recien- «praglnatismo revolucionario", que indujo al
tes. Aún así, elnpero, sin aprobar ni desapro- poeta a una entrega total de su vida y de su
bar esa radicalidad, advertÍlnos una actitud obra, pese a los graves desaciertos en que
consecuente con su credo político, el lnar- pueda haber incurrido especiahnente en ma-
xislno -lcninislno, y con su voluntad de Caln- teria política.
bios profundos para la sociedad salvadore-

Bibliografía:

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