Como y Porque Llamo Viejuemierda Roque A Masferrer
Como y Porque Llamo Viejuemierda Roque A Masferrer
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Provided by Repositorio Institucional de la Universidad de El Salvador
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Humanidades 9
Resumen
Estudio comparatil)O de las utopías de nación de Ma~ferrer] Dalton.
El primero eJ conJiderado tOmo el jilósofo y el Joáólo~go más deJtacado de la
mitad del J~glo XX en nuestro paú. El segundo repreJenta al poeta máJ rel)O-
luáonario de nueJtra hiJtoria, tanto en la jiterza ideol~gica como en las innOl)a-
áones del lenguaje o eJtilo.
Los ejeJ de comparaáón son lo literario, lo político y lo etno-cultural.
El paralelúmo entre ambaJ jiguras Je muestra con citas del famoJo poema
"Vi~juemierda ", de LaJ hiJtoriaJ prohibi~as del Pulgaráto, de Dalton,] fra~g
mentas de dilJerJas obraJ de Alberto ¡'lasferrer.
.Y se dedicó a denunciar
en libro.r (omo "='-''-=='-'''--'-'===
.Y en
aJí
como
laJ JuceJÍvas dictaduraJ
hecho que no ha de extrañar a
(Las Historias ... p. 103)
nes y homenajes a granel. Con su nombre se mántico y un pacifista radical. Ejerció car-
han bautizado universidades, ave- gos educativos, gubernamentales y diplomá-
t-'~U'~~'-', etc. ticos, en El Salvador, Sur América y Euro-
pa. Periodista insuflar demo-
Los ataques frontales a Masferrer de cracia y por las lu-
dos miembros de la Generación Comprome- cha de clases, convenciendo a los ncos de la
1Entre los intelectuales más eminentes que han reivin- y diversos re~;1men(:;s gubernamentales. Por otro lado,
dicado a Masferrer están Matilde Elena existe una universidad, numerosas avenidas en varias
Pedro Geoffroy ruvas, estos dos más bien de izquierda. ciudades del un cine, una colonia un
Entre las instituciones: el Ateneo de El Salvador, Aca- parque, etc. con este nombre.
demia Salvadoreña de la la Sociedad Masferriana
Humanidades 11
UÁÁHUHL,tU.,J"-, ya
-,-""""-ULU.J.v,,-, de
sobretodo
Don Alnérica la
de la
Vi/al': en
¡¡lle/Yl,
p.
12 Humanidades
el
a lo eX1Jllc:a así:
tro de
contexto
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Humanidades 13
inconciliabilidad entre el pacifismo idealista tenecen Estudios y figuraciones sobre la vida
de :NIasferrer y el belicismo revolucionario de de 1esús. Las siete cuerdas de la lira. Helios
Dalton. y ensayos sobre el destino. Al segundo, El
Mínimun Vital. Cartas a un obrero. El dine-
Los escritos de Don Alberto oscilan ro maldito y La cultura por medio del libro.
entre dos calnpos telnáticos principales: la entre varios lnás. Unos y otros libros lo con-
religión universal - cristianismo, budismo, sagrarían para la cultura oficial como filóso-
panteíslno - con las influencias teosófica y fo y sociólogo respectivamente. Dalton le
del esoterismo oriental, y los problemas so- niega autoridad o altura en ambos campos:
ciales de El Salvador. Al primer campo per-
v:
Según RO'-Iue la misión del poeta - al cOlnprOlTIÍso político. Así lo enfatiza, por
dd escritor en general - no puede quedarse ejemplo, en ",Arte poética 1974", uno de los
en la palabra, por lnuy fustigadora '-lue esta lnás breves textos de Poemas clandestinos :
sea : ,"a 111ás allá, a la acción, a la lnilitancia,
POf!.flcl
4 Cuando Dalton empleza a publicar, en 19.s6, el mOVl- reúo. Toda su vida estuvo enmarcada por una situación
mlento revolucionarlo cn llue él se insertó iba cn auge. dc encarnizada lucha política que luego desembocaría,
Ese mlsmo aúo fundó el Círculo I.iterano U 1l1\Trsltano, en la década de los setentas, en el surgmuento de las
de clara posición rc\OoluClonaria. Un aúo después, a la orga1l1zaciolles político-militares de izqwerda, cnla gue-
edad de 22 ailos, ingresó al Partldo Comunista Salvado- rra intnna (1979 - 1991).
16 Humanidades
acusaciones resultan inesenciales: cIue le fal- tro y en gcneral de todo buen ciudadano. 5
tó talento, que fue "una especie de Gabriela
IvIístral no poesía", etc. Cuando se escriba -tarea pendiente-
la historia de las ideas o de la filosofía en El
De hecho, ivIasferrer no fue propia- Salvador, Masferrer destacará sobre todo en
l11ente un creador literario, SI bien incursionó el capítulo de la ética. AÜnna a este
en la y en la narrativa. Tres at10s des- to David Escobar Galindo: "con Gavidia y
de su l11uerte, el I'vIínisterio de '-..J'-uu.... .L.u. Alnbrogi constituye la triada de fundadores
publicó en un solo volU111en El rosal desho- de la cultura salvadoreña: Gavidia el huma-
jado (1935), sus versos y sus prosas litera- nista; Al11brogi, el de la naturale-
rias. En 1900 había dado a luz una colección za; el l110ralista social".
de relatos autoblOgráficos, antológico, p. 1 Aunque no estoy de acuer-
dos de novela cor- do con Escobar Galindo en que sea esa la
ta: Una vida en el cine y El buitre que se triada fundamental de nuestra cultura 6 SI
tornó calandria. Ninguna de estas obras ha coincido con él en que nuestro l11áximo 1110-
tenido . en la litera tura nacional. Si ralista social ha sido l\Iasferrer.
hubiera de juzgársele por ellas, lluedaría sin
duda COI110 un a u tor fallido o un lírico muy ¿ Qué no fue ? con Ro-
l11Cllor. en quc no lo fue: aun cuando
blicado uno que otro pocl11a es
Sin corno como perfectmnente prescindible en la
de garra durante la década de los \radoreña. Sí fue un buen prosista, con ras-
ve111te y en la coyuntura de 1 fundador gos r0111ánticos y l11odernistas. Dio a sus en-
del periódico dc gran influencia cn es- sayos filosóficos y un estilo pro-
tas con10 orador político, C01110 filó- pio, a ratos poético, bien llue fre-
de la educación, i\Iasferrcr cuentcmente del1usiado sin la sal
encarna una época y es Í111posible descono- del humor. En el de ensayo fue el
cer su aporte. El el11111ente hU111anista sah'a- paradig111a nacÍ<mal durante l11ucho tiel11po.
doreúo i\ lejandro so-
Clólogo, historiador, fundador de la antropo- En Dalton 1nuestra un exceso de
nacional \. 111iel11bro del Partido Con1u-, \' de radicalidad al descalificar en
nista Sah'adoreúo, rei\'indica el pensamien- tal manera al bueno de Don exceso
to social de i\Iasferrer y considera que algu- l]lle no tiene esta \'ez un origen personal sino
nos de SllS libros, como de- un sentido de consecuencia con su a
berían ser obras de cabecera de todo 1naes- la lucha de clases: puesto ljUe los ensayos de
5 1:.:-;to lo afirma .\brrOljllín cn el arrícu]o "Sohre el p:lreClera Tener razún. Pero SI conslderalllOS la L'\"OlllCl()!l
¡wn:-;amicllfO :-;ocial de ,\Iberto .\bsfcrrcr". cllirllral no s(')lo cn ~ll~ momenTos In¡u:dc:-; :-;lil() l'n ~llS
en];¡ Rc\-i~f;\ I'~c()nomí:l S;¡h";¡dorcúa, :\()~, .")- \' .)S, San rOllltados a lo del pasado me parece lI1111~¡()
Sah'ad()r. CllCro \ diul'llll.'lT dl' 1!)(¡;-), pp, -:'-;-)(1, no con:;ldera[ como p¡bn':,; de la htcrafura \- de Í;¡ cSfeUca
6 !'::;CO]¡:\r (;alind() loma :l C;:I\'ldl:l • .\b:,;ferrcr \' actuales a Sabrnlé (1 W)() - 1()~::i) \' ill;i~ l"CC!Cl1 rCllwn te a
C< )IllO llllld:¡dorc:-; dc b cultura :-;;¡h"ado[eúa 1)altoll (1 (n,') - 1<r.')) , l'~!l rud() ca;;(). <.:! pe~()
por ~l':. :;l'.L!Útll-L l()~ 1ll;IXl1ll0:-; e~cn[()re~ de Ilnale:; dd t'tmd:KHl!1al de _\rturo :: 1;-)-::; - 1()1(¡; neo lllll'
:i¡~1<; ',!,\ ljllL' d¡croll]()S C¡llCl'~. CId a llll() en e:,; por l~:-;coh;¡r l;;¡IlIldo .. \ n111UlClO hahn;¡
d¡;;rllliu;,. de lo;, dl'~;¡rr()II():-; clllfllr;lk~ \ l¡¡nan():; de! ofro:; e:;cnlon.'::; nauollail':,; de la lnl~I1L1 C()lllna\"()r
habían ""'.."'",,,-,
viendo tan hábilinentc a la "-'-""LLUJl'"
'-'J.ilLULLlll de Dalton
lucha contra
la escritura de
La u'-,,, .... .l,UJ''-LU'U de su
lnovÍlnicnto ,L . . . . ." / , L h J de
COlno lo dClnostraron los u ..... ,,"'~'''''_ fue
18 Humanidades
criminación de que eran víctirnas los indios tácita'y e.!peranzada Jttplicaúón de que lJqya deJ-
propiamente dichos. Su visión de la raza re- embarazándonoJ de ella ...
sultaba difusa, oe un idealismo raramente (Ibid. pp. 263-264)
personal. Veamos:
Al señalar nuestra incultura, Don Al-
Entre 1923 Y 1927, Don Alberto pu- berto concluye que COlno nación no tenelnos
blicó varios articulo s sobre la cuestión étnica, personalidad: por analfabetos e ignorantes
Llue luego fueron reunidos como un solo en- somos esclavos de un grupo de perversos o
sayo bajo el titulo de La nusión de América. de cualquier nación poderosa que se propon-
El primero oe ellos, "La defensa de la Raza" ga absorbernos o dominarnos. Pero a este res-
(1923), dice responder, entre otras cosas, a pecto tampoco reconoce el hegemonismo o
estas dos interrogantes: "¿ Qué nuevos prin- itnperialislno de los Estados U nidos; lnás
cipios nacionalizaoores aconseja usteo a la bien defiende su modelo:
intelectualidao oe Arnérica? ¿ Estllna usted
prudente que nuestra J\m.érica Latina tome La teJiJ de d~/énder la raza nOJ Jt~gzere
una actitud detenmnaoa en su enseñanza, en inmediatamente eJtaJ dOJ pr~guntaJ: ¿Cuál ra;::p?
sus leyes, en su econonúa, en su producción ¿ O~/énderla de quién? ¿ f-{ abrá que d~/énderla de
espiritual, ante el caso oe los Estados U ni- 10.1' EJ/adoJ UnidoJ, de aquella naúón qm tiene,pI
dos?" Q)áginas escogioas, ob. cit, p. 25ó). en JJI Jeno lJan"OJ millomJ de n~groJ,'y que /lO Jólo
/lO ha promrado e.......lerminarloJ o reprimirloJ Jino
i\Iasferrer contesta negando la perti- qlle, el peJar de todaJ Jl/J repugnancia.r. cada día
nencia del concepto de "raza", oponiéndose kr abre IlZleIJo.!"] máJ amplio.!"] máJ cordialeJ (e/mi-
a la ioea entonces muy oifundida de la raza 1/0.1' que In Ilel)eJl a la álldadanícI,y a la mI/lira?
hispanoalnericana. "\dnutia la existencia de El/ /Jcrdad, 110 1Jc!y el/ el J/1lI IZ do , eJI e.rle J/lomeJllo,
"una lnayoría enorm.e de 111estizos en tlue la I/aúól/ qUe me/lOJ piel/Je en deJ/nlir 11 oprimir el
sangre inoia entra en tres partes o poco lTIe- ,~el/leJ de oln/J r{/~:{/J - por Jet" de olraJ ríl::;'clJ - q//e
nos contra una oe sangre espaúola" (ibid., p" aq1lella qlle Je jfJrIJ1Ó)/ ell<.~ral/{/eáó), J{~/le IOc!{l/J/{/
2ó 1); pero afinnaba taxa tiya111ente tIue la {'f~~/wldi'á(;lldoJe meri"ed a JI/ r!('údúlo (o.r!J/opol¡¡/J-
cuestic'm racial no tiene una real trascenden- ///0 IIh'ial, el JII Ii'lI/pmlltl)'jlJI/::;. tl/lJ/icióll dc {j//e ('11
Cla, sino la cuesti{)l1 cultural: el (olllt/do" J' la jÚJitill de lodaJ laJ razaJ, !Ja!J¿a la
pnJ/J/i'.ld J(:~J/ra de III/tl c.Ylr(/on/úzariel l,(¡jioJidad
l JlltI (//llllIel: IFwr, /J/o!dC(//:y arra<~ar 1/l/a (,.lp/n///tI!.)' j!\"ú'a.
ollllllrl,· jlllla 111/('/'tI, a/J/plia. y .wperior mlll//u.' 1:J/o (Ibid. pp. 259)
.1"/ (jlli' .1'(' II('({'JI/a, .)' ¡'t¡jl' 1(/ p('IJa di' ill!cl/lm:re. ¡\JtU
(~}// {'llo liada li"dOI (jlll' I'('r Irl.l (1IeJlio/l(!J /(jáaIcJ, Sel11ejante valoración del supuesto
('0///0 110 .!"l'tl mrlt'l lr I1I (}J"mridlld del pmpó.l//o ... Ji rol coslnopolit~ de los Estados l" nidos ren>
1IIII'J/m ///Inlje)' 1/III'J/m (Ji/crio .I01! 1(/ nl::;.a, el f¡('- la ingenuielad o ignorancia de Don" \lberto.
d/(I /J/ríJ IÚI'I/ jhi(o (j//l' l/O i'.!jl-¡iril//(/I qllc (olulil/!}'l' N o me \'oy a oerener aLlui a exponer argu-
la /(/~:a, n!lol/(CJ IlO.!" 1'.I/Or!Jtlll IOJ mi/folleJ dI' il/- l11entos o datos del inren-cncio!llsl11o lI1inte-
dio.! ///(,/i(tllloJ . )' ('11/ mtll/N á(t 1110.1. . • )' (0///0 IIOJ rnllnpielo ele la prll11cra potencia oel capira-
tJ/O FÍhI 11 , para Jer 1(~~i(()J Iral(lI'/rll//OJ di' tll!iq/!/- lismo sobre nuestros países en especiaL so-
¡({rl/O,r () por lo //NII(}J" Ji:~//iJi(///J(}J" IrtlltÍm/olo.r (01//0 bre el mundo enrero en general, portlue ello
l/aJltI e/ pn'Ji'I//c, (0///0 tI m::;.a il(ji!r¿or, bllClltl fam 111<.: lle,"arÍa lejos ele 1ni tema y porLlue se tra-
I'.,ploltlllil. r!lI/il dI' .wji-idrl, {ltjiltltl ('// la <'~I/O/"(III ta de hechos y procesos harto conocielos,
l-irl.)' ('JI /¡/ ////.!"O-iil .. )' (,lIln:~(/{/(/ al lie/J/po (0// la acerca de los cuales <.:xisten l11genres biblio-
11/'.) /1'1'
Humanidades 19
20 Humanidades
andzf7)() en la onda de
F0t1Jtillo Sarmiento
a cada rato 10.1" (011 10J bárbaroJ.
El final ue ese texto resume el senti- está agotaua: sigue sienuo un canuno, un fru-
do de perenniuau que para RO(lue tiene lo to que hay (lue esperar, el ejen1plo para "una
indígena nacional, puesto que según él la lec- nueva y feraz cosmogonía":
ci('>11 del héroe prehispánico, Tutecotzimit, no
[': n fin, el inuigenismo es una ue las - COlno antes para Sabrrué - lo ci,'ilizatono
brújulas de su aventura literaria y política. es lo indígena y lo salvaje o lo b:í.rbaro es lo
capitalista burgués.
1,a lectura llue ue 1932 hace Dalton,
coincidente en lo funuamental con la lectura (;;l\·idia y I\Iasferrer, en cambio, (luie-
de Salarrué, lo lleva a in,'errir los consabidos ren ci\'ilizar a los indígenas, modernizarlos,
p< )l<)s de la ci,'ilizacl<')n y la barbarie: para él porllue los perciben c..ksde afuera, según los
22 Humanidades
Un de 7JZda me
.Y mi ¡)alor.
odioJa mentira Jen)í .fin querer
en toda ocaJión
creí que tenía .red de DioJ.
(Índice antológico, op. cit. pp. 189-1
El blanco de Dalton es, ante nal, sonaron bien para las fuerzas revolucio-
la cultura burguesa y los ,"alo- al acrecentanuento de
res, para él hipócritas, del capitalislDo salva- la voluntad de lucha v de cambio. Por su-
.!
naria, pecó de severo, tal COlno le ha sido ña. Se trata de lo que he llamado
señalado por diversos críticos en años recien- «praglnatismo revolucionario", que indujo al
tes. Aún así, elnpero, sin aprobar ni desapro- poeta a una entrega total de su vida y de su
bar esa radicalidad, advertÍlnos una actitud obra, pese a los graves desaciertos en que
consecuente con su credo político, el lnar- pueda haber incurrido especiahnente en ma-
xislno -lcninislno, y con su voluntad de Caln- teria política.
bios profundos para la sociedad salvadore-
Bibliografía: