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Acto Penitencial Comunitario

Este documento presenta un acto penitencial comunitario que incluye una salutación, una monición de acogida, lecturas bíblicas, un examen de conciencia y una reflexión sobre la misericordia de Dios. El examen de conciencia explora cómo los participantes viven su relación con Dios, la Iglesia, los demás y el mundo, y cómo practican la compasión y el perdón. El objetivo es que la comunidad pida perdón, se reconcilie y deje que Dios cure sus heridas a través de su misericord
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Acto Penitencial Comunitario

Este documento presenta un acto penitencial comunitario que incluye una salutación, una monición de acogida, lecturas bíblicas, un examen de conciencia y una reflexión sobre la misericordia de Dios. El examen de conciencia explora cómo los participantes viven su relación con Dios, la Iglesia, los demás y el mundo, y cómo practican la compasión y el perdón. El objetivo es que la comunidad pida perdón, se reconcilie y deje que Dios cure sus heridas a través de su misericord
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ACTO PENITENCIAL COMUNITARIO

Saludo Del Celebrante


En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Que el amor de Dios Padre, la luz de Jesucristo, y el calor del Espíritu Santo Creador,
esté con todos nosotros.

Monición De Acogida
Buenas tardes, hermanos, y bienvenidos a este Acto Penitencial que vamos a tener.
Hemos venido ante ti Señor con humildad y sintiéndonos pobres y pequeños. Venimos
incluso con vergüenza por lo feo de nuestro pecado, como estas vasijas que, aunque
bonitas por fuera, muchas están llenas de grietas y no pueden contener la gracia de tu
misericordia.

Queremos que en esta celebración repares nuestras grietas, rehagas la obra hermosa que
somos y que sacaste de tus manos, y por una de esas grietas que nos deterioran te cueles
de lleno hasta lo más hondo de nuestro ser. Cúbrenos Señor con tu paz, tu perdón y tu
misericordia.

LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura:
«Como el barro en manos del alfarero, estáis vosotros en mis manos»
Lectura del libro de Jeremías (18,1-6):

Palabra del Señor que recibió Jeremías: «Levántate y baja al taller del alfarero, y allí te
comunicaré mi palabra.» Bajé al taller del alfarero, que estaba trabajando en el torno. A
veces, le salía mal una vasija de barro que estaba haciendo, y volvía a hacer otra vasija,
según le parecía al alfarero.

Entonces me vino la palabra del Señor: «¿Y no podré yo trataros a vosotros, casa de
Israel, como este alfarero? –oráculo del Señor–. Mirad: como está el barro en manos del
alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel.»

Palabra De Dios.

Salmo responsorial: Salmo 146

R. “Cantaré, la misericordia del Señor, cada día”.

Alabad al Señor, que la música es buena;


nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel;
él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas. R/

Cuenta el número de las estrellas,


a cada una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida. R/
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados.
Entonad la acción de gracias al Señor,
tocad la cítara para nuestro Dios,
que cubre el cielo de nubes,
preparando la lluvia para la tierra; R/

que hace brotar hierba en los montes,


para los que sirven al hombre;
que da su alimento al ganado
y a las crías de cuervo que graznan.
No aprecia el vigor de los caballos,
no estima los jarretes del hombre:
el Señor aprecia a sus fieles,
que confían en su misericordia. R/

Lectura del santo Evangelio según san Juan 8, 1-11

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de


nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los
escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en
medio, le dijeron: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La
ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?" Le preguntaban esto
para comprometerlo y poder acusarlo.

Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en


preguntarle, se incorporó y les dijo: "El que no tiene pecado, que le tire la primera
piedra." E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron
escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.

Y quedó solo Jesús, con la-mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó
y le preguntó: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?" Ella
contestó: "Ninguno, Señor." Jesús dijo: "Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante
no peques más."

Palabra Del Señor.

EXAMEN DE CONCIENCIA COMUNITARIO

Celebrante: ayudados por el silencio, escuchemos algunas consideraciones que nos


pueden ayudar en hacer nuestro examen de conciencia.

1. La Misericordia empieza en el vientre materno, decimos que nace desde las


entrañas. Es un amor entrañable, afectivo. Como hijos de Dios nacidos de su ser
nos preguntamos:
 ¿Me comporto como hijo de Dios?
 ¿Cómo cuido mi relación con Él?
 ¿Amo al Señor sobre todas las cosas?
2. La Misericordia es bondad y ternura, y se vive en comunidad, en la Iglesia como
Madre que es:
 ¿Cómo es mi relación con la Iglesia?
 ¿La quiero y respeto como Madre?
 ¿Vivo en ella la ternura y posibilito que otros se sientan acogidos en ella?
 ¿Pongo al servicio de la comunidad mis dones y talentos?

3. La Misericordia es fidelidad deliberadamente asumida, es compromiso:


 ¿Soy responsable en los compromisos que asumo?
 ¿Cuido mis amistades, relaciones vecinales y a mi familia?
 ¿Me comporto como lo que soy, como cristiano, tanto en mi vida personal,
como con los demás?

4. La Misericordia es compasión y piedad, es dejarse tocar en el corazón por el


sufrimiento del mundo y de los hermanos:
 ¿Soy capaz de cargar sobre mis hombres el sufrimiento de los demás como hizo
el buen samaritano?
 ¿Veo y socorro a Cristo en los pobres, en los que sufren y los solos?
 ¿Practico la Misericordia?
 ¿Visto, alojo, doy de comer y de beber, visito al enfermo o al preso, acompaño
en la hora de la muerte? ¿Qué uso hago de los bienes materiales como el
vestido, la comida, el agua, la vivienda, los medicamentos?
 ¿Aconsejo, enseño, oriento, corrijo, o rezo por los demás? ¿Cómo lo hago, con
superioridad, como si llevase la razón o con humildad y fraternidad?

5. Por último, la Misericordia es perdón y reconciliación.


 ¿Soy capaz de pedir perdón de todo corazón?
 ¿Acepto con alegría el perdón que los demás me ofrecen?
 ¿Me cuesta reconocerme pecador?
 ¿Me cuesta aceptar el perdón de Dios, y por tanto perdonarme a mí mismo?
 ¿Puedo hacer algo para posibilitar la reconciliación a mi alrededor

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