0% encontró este documento útil (0 votos)
44 vistas5 páginas

Literatura de La Edad Media

Este documento presenta un esquema general de la literatura de la Edad Media en España. Se divide en cuatro secciones principales: 1) Características generales de la Edad Media, 2) Mester de Juglaría, que incluye la lírica y épica orales, 3) Mester de Clerecía, con obras de autores individuales con intención didáctica, y 4) Literatura de transición al Renacimiento en el siglo XV, con obras que incorporan nuevos temas dentro de las formas medievales.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
44 vistas5 páginas

Literatura de La Edad Media

Este documento presenta un esquema general de la literatura de la Edad Media en España. Se divide en cuatro secciones principales: 1) Características generales de la Edad Media, 2) Mester de Juglaría, que incluye la lírica y épica orales, 3) Mester de Clerecía, con obras de autores individuales con intención didáctica, y 4) Literatura de transición al Renacimiento en el siglo XV, con obras que incorporan nuevos temas dentro de las formas medievales.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 5

ESQUEMA GENERAL

LITERATURA DE LA EDAD MEDIA:

1- CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA EDAD MEDIA


2- MESTER DE JUGLARÍA:
2.1- LA LÍRICA ORAL-POPULAR
2-2-LA ÉPICA: CANTARES DE GESTA. EL POEMA DE MÍO CID

3- MESTER DE CLERECÍA:
3.1- CARACTERÍSTICAS
3.2- MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA
3.3-LIBRO DE BUEN AMOR
3.3- EL CONDE LUCANOR

4- LITERATURA DE TRANSICIÓN AL RENACIMIENTO. SIGLO XV


4.1- COPLAS A LA MUERTE DE MI PADRE
4.2- LA CELESTINA.

1- CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA EDAD MEDIA


La Edad Media es el período histórico que abarca desde el siglo V al siglo XV.
Pedagógicamente de suele dividir en ALTA EDAD MEDIA Y BAJA EDAD MEDIA.
En el siglo VIII los musulmanes llegaron a la Península donde se asentaron y crearon toda una
cultura. Ya en el siglo IX se inicia la conquista de los pueblos cristianos por toda la Península, lo
que supone la generación de una cultura específica a lo que se le suma los grandes intercambios
culturales que se dan a traves del Camino de Santiago.
La Alta Edad Media se caracteriza por un sociedad feudal, rural y estamental. Con el éxodo del
campo a la ciudad en el siglo XII las ciudades resurgen, aparece la burguesía, toma relevancia la
Corte y se crean las primeras universidades. Las lenguas romances florecen hasta que Lebrija en
1492 publica su gramática del castellano, apareciendo el concepto de estado con los reyes Católicos.
2- MESTER DE JUGLARÍA
2.1- La lírica tradicional se enmarca en una poesía oral de corte anónimo y difundida por los
trovadores y los juglares, que eran los profesionales que difundían esta poesía de ciudad en ciudad
mediante el arte de la música y de las palabras. Las lenguas romances estaban floreciendo y así nos
muestran este hecho las composiciones líricas que aparecen en la Península desde el siglo XI Y XII:
– LAS JARCHAS: Breves composiciones de raíz popular y transmisión oral incorporadas
a unas composiciones líricas amorosas en árabe vulgar denominadas moaxajas. Aparece
una estrofa de dos a cuatro versos en MOZÁRABE denominadas jarchas donde una
mujer lamenta la pérdida de su amado.
– LAS CANTIGAS DE AMIGO: En los siglos XII-XIII aparecen las cantigas de amigo
escritas en GALAICOPORTUGUÉS, procedentes de la tradición oral y que recogen
anécdotas amorosas puestas en boca de una mujer. Aparecen figuras literarias tales como
el parelelismo.
– LOS VILLANCICOS: Procedentes de la lírica tradicional castellana y de asunto
amoroso, escritas en la lengua romance CASTELLANA. Constan de estribillo,
numerosas repeticiones y paralelismos.

2.2- Los cantares de gesta medievales son composiciones narrativas en verso, épicas, que cuentan
las hazañas de los héroes. La difusión de estos textos orales y anónimos corrían a cargo de los
juglares, lo que ha llevado a denominar a esta época y corriente literaria con el nombre de Mester de
Juglaría u “oficio de juglar”.
Los poemas épicos se estructuran en tiradas de versos que oscilan de 12 a 16 sílabas con cesura en
la mitad del verso que divide a éste en dos hemistiquios. Los recursos literarios más importantes son
los recursos nmotécnicos denominados formulismos tales como el építeto o las llamadas de
atención al receptor para crear tensión y dotar de intensidad al poema épico.
La obra más importante de la épica en la Península es el Poema de mío Cid, cuya difusión oral va
del siglo XII al XIV de donde data el manuscrito que está en la Biblioteca Nacional.
Se divide en tres partes
– Cantar del destierro
– Cantar de las bodas de la hiijas del Cid
– Cantar de la afrenta de Corpes
Sus características son: la verosimilitud, lenguaje claro y exoresivo, abundancia de epítetos,
llamadas de atención y versos monorrimos con rima asonantes, divididos en hemistiquios mediante
una cesura. Su número de sílabas oscila entre 15 y 16.

Los cantares de gesta se convierten en romances, también de transmisión oral, ya que el verso de los
cantares de gesta se parten por su cesura dando lugar a versos octosílabos. Por ello riman los versos
pares quedando sin rima los impares (-a-a-a...), se pueden datar, en principio, sobre 1420.
3- MESTER DE CLERECÍA
3- El término de Mester de Clerecía (oficio de clárigo) hace referencia a poemas escritos por
cĺérigos. Aparece ya el concepto de autoría y ya en el siglo XIII y XIV aparecen dos autores en la
Península que pasarán a la literatura clásica en lengua “española” y que son conscientes de que el
pueblo habla otra lengua que plasman en sus obras que tendrán una intención didáctica y
moralizante. Destacamos tres obras por antonomasia:
Milagros de Nuestras Señora, (XIII)dentro de la obra mariana de Gonzalo de Berceo. Consta de una
introducción y 25 milagros, escrito en cuaderna vía, que es una estrofa de versos monorrimos y
alejandrinos. Contienen técnicas de la literatura oral como el epíteto, tono secillo, llamadas de
atención al lector y algunos cultismos.
La estructura de su contenido es la de un devoto que comete un pecado pero que, gracias a su
devoción por la Virgen, es perdonado por ésta.
Libro de buen amor (XIV), escrito por Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. Esta obra tiene como finalidad
entretener y enseñar, pero todo ello dentro de un tono de ambigüedad del libro ya que su
protagonista, en primera persona, oscila entre un tono religioso y vitalista y alegre por la vida.
El libro comienza por un pŕologo, donde declara su intención de autobiografía amorosa y cuenta
sus aventuras amorosas mayoritariamente fracasadas y donde recurre a la figura de la
trotaconventos (Celestina).
Hay también relatos alegoŕicos, como la batalla de Don Carnal y Doña Cuaresma.
Exemplos con intención didáctica extraídos de la tradición medieval. Planto, que es un tipo de
elegía. El fallecimiento de Trotaconventos da lugar a un planto donde la Muerte se ve desconsolada
por la muerte de Trotaconventos. También hay composiciones religiosas, muchass de ellas
dedicadas a la Virgen. Cantares de ciego, sátiras, cantigaas, serranas y, así, incluye la tradición oral
lírica.
El Conde Lucanor, obra narrativa en prosa escrita por Don Juan Manuel (1282-1348). Esta obra
consta de 51 cuentos o “enxiemplos”. Su intención es didáctica y moral.
El autor enmarca los relatos en un marco ficticio: el conde Lucanor habla con Patronio, su criado, y
le solicita consejo. Este marco le sirve a Don Juan Mnuel para engarzar la obra.
En cuanto a las influencias hemos de decir que su fuente está en los relatos árabes y orientales y en
los libros de cuentos de la tradición cristiana europea.
La lengua que cultiva es aún arcaíca y fluye escasamente ya que la lengua está en formación
todavía.
Aborda temas como las costumbres, los vicios, los bienes, el dinero, la guerra, la paz. Sus
intenciones son las difundir las enseñanazas, pero también las de entretener a un público, hecho
muy importante ya que el autor toma conciencia de los lectores y del placer de la lectura.
4- LITERATURA DE TRANSICIÓN AL RENACIMIENTO. SIGLO XV
El siglo XV es una época de transición donde se incorporan temas ya nuevos, el Renacimiento
comienza a adentrarse envuelto con los viejos valores literarios medievales. Llamamos a este
fenómeno crítico “época de transición” o “época de crisis”, que no es solo sino que la literatura está
sufriendo una transformación en fondo y forma. Como modelos de este fenómeno proponemos dos
obras literarias clásicas muy relevantes en la evolución de la literatura hispánica:

4.1- La Celestina, de Fernando de Rojas


Fernando de Rojas escribió dos versiones de la obra. De la primera, bajo el título Comedia de
Calisto y Melibea, conocemos tres ediciones: una probablemente fechada entre 1499 y 1502 en
Burgos; otra, en 1500 en Toledo, y una tercera en 1501 en Sevilla.
GÉNERO LITERARIO
En la actualidad se admite de forma unánime el carácter dramático de la obra. Rosa María Lida la
considera como un drama en prosa enmarcado dentro del género de la comedia humanística iniciada
por Petrarca en 1330, si bien supera las limitaciones de éste. Considera que La Celestina tomó una
serie de elementos técnicos propios de la comedia nueva de Menandro (acotaciones, apartes,
monólogos), así como de la comedia elegíaca, que tiene por tema amores en los que median criados
y terceras personas.
TEMAS DE LA OBRA
Tradicionalmente, la crítica ha señalado tres temas fundamentales en La Celestina: el amor, la
muerte y la fortuna. Sin duda, entre ellos es el amor el más importante. El libro pretende
explícitamente prevenir a los jóvenes contra el loco amor. Es éste el que atrapa a Calisto, para el que
esa pasión violenta lo es todo. Su amor sigue una trayectoria a lo largo de la obra. Nace como amor-
contemplación de raíz platónica; después adquiere las expresiones del amor cortés y de la novela
sentimental, para convertirse después, por la intermediación de la alcahueta y por el descontrol del
joven, en un amor pasional, cuyo objetivo primordial es el deleite, convertido entonces en fuente de
perdición. Se presenta por tanto como un sentimiento exagerado, propicio para la ironía y la burla
por parte de los criados. En este sentido, La Celestina se puede considerar como la primera obra en
la que se ataca el amor cortés.
En la propia estructura, el amor se presenta en contraste con la muerte. Cuando la felicidad parece
reinar, la muerte irrumpe como protagonista y la tragedia comienza a consumarse. Rojas presenta a
la muerte como un personaje más. Todos los protagonistas cuenta con ella desde el principio y
tenerla tan presente hace que se aferren a la vida porque saben de su fugacidad, surgiendo de esta
forma una nueva implicación temática entre muerte y tiempo. Ambos son un aliciente para vivir
deprisa, la consigna sobre la que se apoya la labor de Celestina. Y junto a ellos, como ya hemos
señalado, la obra da continuidad a una tendencia literaria del siglo XV, que es la de la consideración
de la fortuna como el poder absoluto que domina a los mortales, sin realizar distinciones.
PERSONAJES
Calisto y Melibea
Aunque el protagonismo real de la obra recae sobre Celestina, la pareja de amantes figura como el
motor y desencadenante de la acción. El tratamiento de ambos resulta diferenciado. La crítica tiende
a ver en Calisto una parodia de los amantes de las novelas sentimentales y, particularmente, de
Leriano, protagonista del título más importante del género en España, Cárcel de amor, de Diego de
San Pedro. El ambiente realista de la obra provoca que todas sus actitudes nos parezcan ridículas.
De hecho, en algún momento todos los personajes se burlan en algún momento de él, salvo
Melibea, si bien ésta al comienzo también lo considera un bobo. Mientras, él se desenvuelve entre
la pusilanimidad y la cobardía. La muerte de sus criados se establece como el punto en el que
empieza su caída moral definitiva, que sólo puede desembocar en una muerte intuida ya durante la
obra.
Melibea presenta algo más de complejidad, con una evolución que la hace pasar de una recatada
muchacha a una mujer apasionada capaz de negar a sus padres para defender el placer recién
conquistado. Su transformación en figura trágica llega con su determinación al suicidio, desde la
absoluta conciencia del mal que ha provocado y que provocará con su muerte.
Celestina
La protagonista absoluta de la obra y uno de los personajes más solitarios pese a mantener contactos
con casi todos los restantes. Su don de la palabra, admirable, le permite salvar todos los obstáculos.
Pero sobre esa seguridad Fernando de Rojas no deja de aportar matices gracias a la técnica del
monólogo. Con él nos revela la intimidad más estricta del personaje, y en ella aparece la duda que
niega ante todos los demás, como ocurre la primera vez que se dirige a casa de Melibea, cuando
muestra su temor por el castigo y la vergüenza pública ante la dificultad de la empresa.
Presenta pocas fisuras a ojos de los demás, e incluso hace gala de un orgullo profesional
aparentemente difícil de defender. Su deseo de enriquecimiento y avaricia le sirven de motor. Al
mismo tiempo, será esa flaqueza la que le nublará el sentido hasta el punto de no darse cuenta de
que en los criados tiene a sus asesinos, conduciéndolos a un callejón en el que no les deja más salida
que su muerte. No deja de ser una pura ironía introducida por el autor que Celestina, la gran
calculadora, termine cometiendo un error de cálculo.
Pármeno y Sempronio
La pareja de criados no es ni mucho menos equiparable. La corrupción se presenta como rasgo
consustancial a Sempronio, cínico y superficial. Conoce los peligros del amor y de ello nace su
misoginia (sus amores con Elicia no son más que una parodia de los que vive Calisto con Melibea),
sin que por ello disuada a su amo. Lejos de ello, es el que le propone el contacto con Celestina
consciente de las ganancias que puede obtener de ello. Aunque cree que puede controlar a la
alcahueta, acabará dándose cuenta de que la astucia de ésta supera la suya y que la única salida es
darle muerte.
Por el contrario, Pármeno es la personificación de la fidelidad, al menos de inicio, cuando se
presenta como el escollo más importante de Sempronio y Celestina para conseguir sus fines. Sin
embargo, su proceso de corrupción, tentado por la entrega de Areúsa, pone de manifiesto su
ingenuidad, el poder de palabra de Celestina y la comprobación de que se encuentra en un mundo
donde la virtud no tiene premio.
Elicia y Areúsa
Su importancia en la obra es menor a la de los criados masculinos, pero se trata de personajes bien
perfilados. Elicia depende de Celestina, con la que vive, y se perfila como su sucesora, pero necesita
del apoyo de Areúsa, la encargada de tramar la venganza contra la pareja de amantes, haciendo gala
de un carácter decidido ya esbozado en la obra.
Peblerio y Alisa
La incapacidad de los padres de Melibea para evitar la tragedia de su hija surge por una mezcla de
necedad en el caso de su madre, Alisa, quien pese a conocer a Celestina le permite estar a solas con
su hija, y de un exceso de tolerancia y humanidad en el caso del padre, Pleberio. La aparición de
este es tardía y su misión queda circunscrita a la de cerrar la obra con un monólogo en el que
rechaza toda responsabilidad en lo ocurrido, culpando de su desgracia al mundo, a la fortuna y al
amor.
Otros personajes
Sosia y Tristán, los criados encargados de reemplazar a Pármeno y Sempronio tras su muerte;
Lucrecia, criada de Melibea, y el bravucón Centurio son los otros personajes que aparecen en la
obra, aunque su importancia resulta menor en relación con los anteriores.
4.2- Coplas a la muerte de mi padre, de Jorge Manrique, en honor al recuerdo de su padre en su
muerte en 1476.
El tema predominante es el elogio de su padre, es decir, es una elegía a un héroe muerto además de
un conjunto de reflexiones sobre la vida, la muerte, la fugacidad de la vida dentro de los lugares
comunes (tópicos) como el ubi sunt?es decir, a dónde va todo cuando morimos. Otros temas son la
fama, el recuerdo, la memoria.
El poema está compuesto por cuarenta coplas de pie quebrado, también llamadas coplas
manriqueñas en las que un verso tetrasílabo o de pie quebrado sigue a cada pareja de octosílabos. Su
lenguaje está aderezado de bellas metáforas, imágenes y un lenguaje sencillo y elegante.

También podría gustarte