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Ar 265 2020

El documento presenta un resumen de un amparo en revisión promovido contra el Congreso de la Unión por no haber expedido la legislación procesal civil y familiar única ordenada por una reforma constitucional de 2017. El amparo indirecto inicial fue concedido y ordenó al Congreso expedir dicha legislación en 180 días, pero el Congreso promovió el presente amparo en revisión impugnando esa resolución.

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Ar 265 2020

El documento presenta un resumen de un amparo en revisión promovido contra el Congreso de la Unión por no haber expedido la legislación procesal civil y familiar única ordenada por una reforma constitucional de 2017. El amparo indirecto inicial fue concedido y ordenó al Congreso expedir dicha legislación en 180 días, pero el Congreso promovió el presente amparo en revisión impugnando esa resolución.

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Con fundamento en el artículo 73 de la Ley de Amparo, se publica el presente proyecto.

En términos de lo previsto en los


artículos 113 y 116 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, y 110 y 113 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública; así como en el acuerdo General 11/2017, del Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, publicado el dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete en el Diario Oficial de la Federación, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos
supuestos normativos.
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020
QUEJOSA: **********
RECURRENTES: CÁMARA DE
DIPUTADOS Y CÁMARA DE
SENADORES DEL CONGRESO DE
LA UNIÓN
VISTOBUENO
MINISTRO
PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
COTEJÓ
SECRETARIO: MIGUEL ANTONIO NÚÑEZ VALADEZ
COLABORADOR: CAMILO WEICHSEL ZAPATA

Ciudad de México. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, en sesión virtual correspondiente al, emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la cual se resuelve el Amparo en Revisión 265/2020, promovido en


contra de la sentencia dictada el veintiocho de junio de dos mil diecinueve
por el Juez Octavo de Distrito en Materia Civil en la Ciudad de México en los
autos del juicio de amparo indirecto **********.

El problema jurídico a resolver por esta Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación, de cumplirse los presupuestos procesales
correspondientes, consiste en analizar si el Congreso de la Unión ha
incurrido o no en una omisión legislativa absoluta respecto a lo ordenado en
la reforma constitucional del quince de septiembre de dos mil diecisiete en
materia de justicia cotidiana.

I. ANTECEDENTES Y TRÁMITE DEL JUICIO DE AMPARO

1. Reforma constitucional en materia de justicia cotidiana. El quince de


septiembre de dos mil diecisiete se publicó en el Diario Oficial de la
Federación el “Decreto por el que se reforman y adicionan los artículos 16,
17 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en
materia de Justicia Cotidiana (Solución de Fondo del Conflicto y
Competencia Legislativa sobre Procedimientos Civiles y Familiares).”
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

2. En suma, mediante dicho Decreto, por un lado y en cuanto al artículo 16


constitucional, se agregó que en los juicios y en los procedimientos seguidos
en forma de juicio en los que se estableciera como regla la oralidad, bastará
con que quede constancia de los actos procesales en cualquier medio que
de certeza a su contenido. Por otro lado, en torno al artículo 17, se adicionó
un párrafo que ordena que, en los juicios o en los procedimientos seguidos
en forma de juicio, se privilegie la solución del conflicto sobre las formalidades
procesales siempre que no se afecte la igualdad de las partes, el debido
proceso u otros derechos. Finalmente, respecto al artículo 73 constitucional,
se agregó la facultad del Congreso de la Unión para expedir la legislación
única en materia procesal civil y familiar. 1

3. Siendo un elemento a destacar que, para darle operatividad a estas


modificaciones, en los artículos segundo y cuarto transitorios de este
Decreto: i) se estableció la obligación del Congreso de la Unión y de las
legislaturas locales de adecuar la legislación secundaria a las exigencias de
los cambios constitucionales y ii) en atención a la modificación del artículo
73, se señaló el deber de expedir la legislación procesal en materia civil y
familiar para regir en todo el territorio nacional en un plazo de ciento ochenta
días a partir de la entrada en vigor de tal Decreto. Ello, al tenor del texto
siguiente:

TRANSITORIOS […]
SEGUNDO. La reforma del primer párrafo del artículo 16 y la adición de
un nuevo tercer párrafo al artículo 17 constitucional entrarán en vigor a
los ciento ochenta días naturales siguientes al de su publicación en el
Diario Oficial de la Federación. Para tal efecto, y en los casos en que se
requiera, el Congreso de la Unión y las Legislaturas de las entidades
federativas deberán adecuar a las modificaciones en cuestión,
respectivamente, las leyes generales y las leyes federales, así como las
leyes de las entidades federativas.

1 Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal
del procedimiento. En los juicios y procedimientos seguidos en forma de juicio en los que se
establezca como regla la oralidad, bastará con que quede constancia de ellos en cualquier medio
que dé certeza de su contenido y del cumplimiento de lo previsto en este párrafo. […]
Artículo 17. […]
Siempre que no se afecte la igualdad entre las partes, el debido proceso u otros derechos en los
juicios o procedimientos seguidos en forma de juicio, las autoridades deberán privilegiar la solución
del conflicto sobre los formalismos procedimentales.
Artículo 73. […]
XXX. Para expedir la legislación única en materia procesal civil y familiar, […]

2
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

CUARTO. El Congreso de la Unión deberá expedir la legislación


procedimental a que hace referencia la fracción XXX del artículo 73
constitucional adicionado mediante el presente Decreto, en un plazo que
no excederá de ciento ochenta días contados a partir de la entrada en
vigor del presente Decreto.

4. Demanda de amparo. Atendiendo a estos antecedentes, por escrito


presentado el once de abril de dos mil dieciocho en la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia
Administrativa en la Ciudad de México, la Sociedad Civil ********** (en
adelante **********, “actora”, “quejosa” o “sociedad quejosa”) promovió juicio
de amparo indirecto en contra de la Cámara de Diputados y la Cámara de
Senadores del Congreso de la Unión por las siguientes omisiones:

a) La omisión absoluta de emitir la legislación única en materia procesal


civil y familiar o Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares;
b) La omisión absoluta de emitir las adecuaciones necesarias a las leyes
generales y federales correspondientes en materia del principio de
legalidad en los procedimientos orales; y
c) La omisión absoluta de emitir las adecuaciones necesarias a las leyes
generales y federales correspondientes en materia de solución de fondo
del conflicto, en donde las autoridades deberán privilegiar la solución del
conflicto sobre los formalismos procedimentales, siempre que no se
afecte la igualdad entre las partes, el debido proceso u otros derechos
en los juicios o procedimientos seguidos en forma de juicio.

5. Se sostuvo que dichas omisiones violaban sus derechos humanos


reconocidos en los artículos 1, 14, 16, 17 y 123 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos (en adelante, la “Constitución Federal”), así
como los artículos 1, 2, 8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (en adelante, la “CADH”), y 1, 2 y 14 del Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos (en adelante, el “PIDCP”).

6. Trámite del juicio de amparo indirecto. La Jueza Séptima de Distrito en


Materia Administrativa en la Ciudad de México conoció del asunto, lo admitió
a trámite el doce de abril de dos mil dieciocho y lo registró con el número de
expediente **********. Seguidos los trámites de ley, el seis de junio de dos mil

3
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

dieciocho se dictó sentencia en la que sobreseyó el juicio al considerar que


la sociedad quejosa no había acreditado su interés legítimo.

7. Primer recurso de revisión. Inconforme con esta determinación, la Quejosa


interpuso recurso de revisión, el cual fue turnado al Cuarto Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito y registrado con el
número **********. En su sentencia del veintiocho de febrero de dos mil
diecinueve, dicho Tribunal Colegiado consideró que la materia del juicio de
amparo era civil y no administrativa, por lo que revocó la sentencia
recurrida debido a que la referida Jueza carecía de competencia legal. En
consecuencia, remitió la demanda a la Oficina de Correspondencia Común
de los Juzgados de Distrito en Materia Civil en la Ciudad de México.

8. Resolución del juicio de amparo indirecto. Consecuentemente, el caso


fue turnado al Juez Octavo de Distrito en Materia Civil en la Ciudad de
México, quien lo registró con el número de expediente **********. El veintiocho
de junio de dos mil diecinueve, se dictó sentencia en la que se concedió el
amparo a efecto de que el Congreso de la Unión realizara lo siguiente:

a) Expedir la legislación nacional única en materia procesal civil y familiar


en un plazo no mayor a 180 días contados a partir de que cause
ejecutoria su resolución; y
b) Cumplir lo dispuesto en el artículo segundo transitorio del Decreto de
reforma constitucional, de modo que adecúe las leyes federales y
generales a las modificaciones efectuadas a los artículos 16 y 17 de la
Constitución Federal en los casos que así se requiera.

II. INTERPOSICIÓN Y TRÁMITE DE LOS RECURSOS

9. Recurso de revisión. En desacuerdo con la resolución anterior, tanto la


Cámara de Diputados como la Cámara de Senadores del Congreso de la
Unión interpusieron recursos de revisión. Ambos fueron turnados al Décimo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, cuyo Presidente los
admitió a trámite el seis de agosto de dos mil diecinueve y los registró con el
número de expediente **********.

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AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

10. En sesión de veintisiete de febrero de dos mil veinte, el referido Tribunal


Colegiado emitió una resolución en la que determinó carecer de
competencia legal, pues estimó que la resolución del asunto correspondía
a esta Suprema Corte. A su parecer, subsiste un problema de
constitucionalidad respecto a la omisión de emitir o reformar normas de
carácter federal, por lo que no se actualiza ninguno de los supuestos de
competencia delegada previstos en el Acuerdo General 5/2013 del Pleno de
esta Corte.

11. Trámite del amparo en revisión ante esta Suprema Corte. El doce de
marzo de dos mil veinte, el Presidente de esta Suprema Corte ordenó formar
y registrar el toca de revisión bajo el número 265/2020, manifestando que
este Alto Tribunal reasumía su competencia originaria para conocer de este
medio de impugnación. Asimismo, se radicó el asunto en la Primera Sala y
se turnó el expediente al Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena para la
elaboración del proyecto de resolución.

III. COMPETENCIA

12. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente


para conocer del presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en
los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Federal; 83 de la
Ley de Amparo; 21, fracción II, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, así como los puntos Segundo, fracción III, aplicado en
sentido contrario, y Tercero del Acuerdo General Plenario 5/2013, emitido por
el Pleno de esta Suprema Corte el trece de mayo de dos mil trece, en virtud
de que el recurso de revisión se interpuso en contra de una sentencia dictada
por un Juzgado de Distrito cuya materia es civil, respecto del cual la Suprema
Corte determinó asumir su facultad originaria, y para cuya resolución resulta
innecesaria la intervención del Tribunal Pleno.

IV. OPORTUNIDAD

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AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

13. El recurso de revisión hecho valer por las autoridades responsables fue
interpuesto en tiempo y forma de conformidad con el artículo 86 de la Ley de
Amparo. De las constancias de autos se advierte que la sentencia de amparo
les fue notificada vía oficio el primero de julio de dos mil diecinueve a la
Cámara de Senadores y, el día dos del mismo mes y año, a la Cámara de
Diputados. De acuerdo con el artículo 31, fracción I, de la Ley de Amparo,
ambas notificaciones surtieron sus efectos el mismo día en que fueron hecha
y, de este modo, el plazo de diez días para la interposición del recurso corrió
del dos al quince de julio de dos mil dieciocho para la Cámara de Senadores,
y del tres al dieciséis del mismo mes y año para la Cámara de Diputados. 2

14. En estas condiciones, dado que el recurso de revisión de la Cámara de


Senadores fue presentado el quince de julio de dos mil diecinueve y el de la
Cámara de Diputados el dieciséis del mismo mes y año, ambos ante el
Juzgado Octavo de Distrito en Materia Civil en la Ciudad de México, es
evidente que los dos recursos cumplen este requisito procesal.

V. LEGITIMACIÓN

15. Esta Primera Sala considera que las Cámaras de Senadores y Diputados del
Congreso de la Unión se encuentran legitimadas para promover sus
respectivos recursos de revisión, pues en el juicio de amparo se le reconoció
la calidad de autoridades responsables en términos del artículo 5, fracción II,
de la Ley de Amparo. Asimismo, desde el juicio primigenio se tuvo a Eunice
Ortigosa Vélez como delegada de la Cámara de Senadores en términos del
artículo 9 de la Ley de Amparo. Finalmente, también se reconoce la
legitimación de Juan Uribe Mejía para representar a la Cámara de Diputados,
la cual se acredita con el Acuerdo de Delegación de Facultades emitido por
dicha Cámara y publicado el siete de enero de dos mil diecinueve en el Diario
Oficial de la Federación.

VI. ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER

2 Para el cálculo de ambos términos se descontaron los días seis, siete, trece y catorce por ser
inhábiles de conformidad con lo establecido por los artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

6
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

16. Antes de fijar la litis del presente asunto, determinar su procedencia y, en su


caso, adentrarnos en su estudio de fondo, es necesario tener presentes los
argumentos planteados en la demanda de amparo (a), las consideraciones
del Juez de Distrito para conceder la protección constitucional (b) y los
agravios formulados por las autoridades recurrentes (c). En los siguientes
párrafos resumiremos cada uno de estos puntos.

17. Demanda de amparo. La parte argumentativa de la demanda se divide en


dos partes. En la primera la Quejosa se concentró en demostrar que cuenta
con interés legítimo para promover el juicio de amparo en atención a su
objeto social; en la segunda, la cual consiste en un único concepto de
violación, planteó que el Congreso de la Unión ha incurrido en omisiones
legislativas absolutas que violan los derechos de acceso a la justicia y a la
seguridad jurídica. A continuación sintetizamos estos argumentos:

a) En principio, se refiere que de acuerdo con el Pleno de la Suprema


Corte, según lo expuesto en la Contradicción de Tesis 111/2013, el
interés legítimo se actualiza cuando el quejoso (i) está en una situación
jurídica identificable surgida por la relación específica con la pretensión
que aduce, (ii) tiene un vínculo con una norma jurídica que establece un
derecho objetivo, y (iii) la concesión del amparo le traería un efecto
positivo en su esfera jurídica, ya sea actual o futuro, siempre y cuando
sea cierto.
b) En ese sentido, se afirma que los primeros dos elementos se acreditan
con el objeto social de la **********, el cual la vincula directamente con
los derechos fundamentales de acceso a la justicia y de seguridad
jurídica contemplados en los artículos 14, 16 y 17 constitucionales. Esto
en la medida en que el artículo 2 de su estatuto social contempla “pugnar
por el mejoramiento de la administración de justicia y la correcta
aplicación del derecho,” así como “defender los intereses individuales y
colectivos de [sus] asociados y aspirantes.” 3

3Estatutos de la **********:
Artículo 2 El objeto y fin de la Asociación es: […]
B).- Pugnar por el mejoramiento de la administración de justicia y la correcta aplicación del derecho.
[…]
F).- Defender los intereses individuales y colectivos de los asociados y aspirantes, en los términos
que establecen estos estatutos.

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AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

c) Así, resulta aplicable por analogía el precedente del Amparo en Revisión


323/2014, en donde la Primera Sala de la Corte reconoció el interés
legítimo de ********** en la medida en que su objeto social contemplaba
la correcta implementación de la reforma educativa en México, y eso la
ligaba directamente con el derecho a la educación. Si bien esta
consideración atendió a la especial naturaleza del derecho a la
educación, cuyo cumplimiento efectivo requiere de la intervención tanto
del Estado como de los particulares, lo mismo sucede con el derecho
de acceso a la justicia, y aunque la ********** no es el beneficiario
tradicional de este derecho, sus estatutos y su condición de
organización gremial de la abogacía sí le dan un especial interés en el
cumplimiento del Estado de Derecho y en el aseguramiento del acceso
a la justicia. En otro aspecto, la trayectoria de la propia asociación y de
sus asociados en la defensa y promoción de este derecho demuestra
que ha ejercido su objeto social.
d) Por su parte, respecto al beneficio específico que le traería la concesión
del amparo, este consiste en remover los obstáculos que entorpecen su
objeto social, pues le permitiría pugnar de manera eficaz por el
mejoramiento de la administración y la correcta aplicación del derecho
en materia de justicia cotidiana. Esta misma consideración fue
planteada por la Primera Sala en el Amparo en Revisión 1359/2015 para
reconocer el interés legítimo de la quejosa en ese caso, por lo que
resulta aplicable en el presente. Además, si se considera que los
colegios de abogados no cuentan con legitimación para defender el
Estado de Derecho y el acceso a la justicia, difícilmente podremos
encontrar otros entes mejor calificados para esta tarea.
e) Ahora bien, dicho lo anterior y en cuanto al fondo del asunto, se resalta
en la demanda que es importante partir de los objetivos de la reforma
constitucional en materia de justicia cotidiana; a saber, la homologación
de los procedimientos civiles en todo el territorio nacional, la eliminación
de la diversidad de criterios judiciales sobre una misma institución
procesal, y la minimización de las formalidades procesales. 4

4La Quejosa desprende estos objetivos de las iniciativas de reforma que dieron paso a la reforma
constitucional en materia de justicia cotidiana.

8
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

f) Estos objetivos se tradujeron en tres modificaciones a nuestro texto


constitucional, las cuales obligaban al Congreso de la Unión a tomar tres
acciones concretas: (i) adecuar las leyes generales y federales en las
que se contemple la oralidad como forma rectora del procedimiento para
que baste con que quede constancia de los actos en un medio que de
certeza de su contenido; (ii) adecuar estas mismas leyes para privilegiar
la solución de los conflictos sobre las formalidades procesales, y (iii)
emitir la legislación única nacional en materia procesal civil y familiar
g) En los artículos segundo y cuarto transitorios, el Constituyente
Permanente ordenó al Congreso cumplir con las primeras dos
obligaciones a los ciento ochenta días siguientes a la publicación del
Decreto de reforma, mientras que el Código Nacional de Procedimientos
Civiles y Familiares debía expedirse a los ciento ochenta días de la
entrada en vigor del mismo Decreto. Dado que el Decreto de publicó el
quince de septiembre de dos mil dieciocho, el plazo del Congreso venció
los días catorce (primeras dos obligaciones) y quince (tercera
obligación) de marzo del dos mil dieciocho. No obstante, el Congreso
ha sido completamente omiso respecto a estas obligaciones.
h) Lo anterior entraña una violación directa a los artículos 16, 17 y 73,
fracciones XXX y XXXI, de la Constitución Federal y a los dos
transitorios mencionados. Además, la omisión transgrede el derecho a
la justicia y a la seguridad jurídica, pues toda la reforma constitucional
justamente fue ideada para tutelar estos derechos.
i) Según se desprende de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, las medidas por las que las autoridades dificulten
o impidan hacer un uso efectivo de los recursos procesales constituye
una violación al derecho de acceso a la justicia. Esto es precisamente
lo que ocurre con la omisión absoluta en la que ha incurrido el Congreso
de la Unión, pues representa un obstáculo irracional en el acceso a la
justicia cotidiana que solo puede ser reparado mediante la emisión de
las normas a las que está obligado el Congreso.
j) Por último, se señala que la Suprema Corte ha reinterpretado el principio
de relatividad con motivo de los casos de omisiones legislativas, lo que
la ha llevado a concluir que para la procedencia de un amparo no es

9
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

relevante que su concesión pueda traducirse en un beneficio para


personas que no fueron parte del litigio constitucional.

18. Sentencia de amparo. En su sentencia, el Juez Octavo de Distrito en


Materia Civil en la Ciudad de México concedió el amparo bajo las siguientes
consideraciones:

a) En principio se declararon infundadas o se desestimaron las causales


de improcedencia que, a su parecer, fueron planteadas por las
autoridades responsables. En primer lugar, para evaluar si la Quejosa
contaba con interés legítimo, el Juez se basó en la jurisprudencia 2a./J.
51/2019 (10a.) 5 de la Segunda Sala de la Suprema Corte y planteó que
un accionante de un juicio de amparo requiere acreditar tres requisitos:
(i) que exista una norma constitucional en la que se establezca o se
tutele algún interés difuso en beneficio de una colectividad determinada,
(ii) que el acto reclamado transgreda ese interés difuso, ya sea de
manera individual o colectiva, y (iii) que el promovente del amparo
pertenezca a esa colectividad.
b) A su juicio, los tres requisitos se cumplían en el caso concreto. El
primero porque del artículo 73, fracción XXX, constitucional 6 se
desprende un interés difuso de la colectividad en que exista uniformidad
en todo el país en las normas que deben regir los procedimientos civiles
y familiares, lo cual atiende a consideraciones de seguridad jurídica. El
segundo ya que existe un mandato constitucional dirigido al Congreso
de la Unión para que: (i) expida el Código Nacional de Procedimientos
Civiles y Familiares y (ii) adecúe las leyes generales y federales que
corresponda de acuerdo con los artículos 16 y 17 constitucionales (sin
que se hubiere cumplido ninguno de ellos).
c) Finalmente, el tercer requisito se satisfacía porque el objeto social de la
Quejosa comprende “pugnar por el mejoramiento de la administración

5 Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, jurisprudencia 2a./J. 51/2019 (10a.),
Décima Época, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 64, Tomo II,
marzo de 2019, registro electrónico 2019456, de rubro: “INTERÉS LEGÍTIMO E INTERÉS
JURÍDICO. SUS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS COMO REQUISITOS PARA PROMOVER EL
JUICIO DE AMPARO INDIRECTO, CONFORME AL ARTÍCULO 107, FRACCIÓN I, DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.”
6 Artículo 73. […]

XXX. Para expedir la legislación única en materia procesal civil y familiar, […]

10
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

de justicia y la correcta aplicación del derecho”; lo que le hace


pertenecer a la colectividad a la que está dirigido el interés difuso
destacado. Además, la asociación quejosa es una colegiación integrada
por los profesionistas del derecho.
d) Superado estos aspectos, se entró al estudio de fondo del asunto y se
declaró fundado el concepto de violación expuesto por la Quejosa. Para
el juzgador, el Congreso de la Unión efectivamente incurrió en una
omisión absoluta respecto al mandato constitucional ordenado por los
artículos segundo y cuarto transitorios de la reforma en materia de
justicia cotidiana, lo que viola el principio de supremacía constitucional.
e) Primero, porque la Quejosa no impugnó una simple omisión legislativa
en el sentido de que los órganos legislativos regulen una determinada
conducta. Más bien, el “núcleo esencial de su reclamo” es el
incumplimiento y violación a un mandato expreso de la Constitución
Federal que obligó al Congreso de la Unión a expedir la legislación única
en materia civil y familiar, y a adecuar las leyes generales y federales
correspondientes en materia del principio de legalidad en los
procedimientos orales y de solución de fondo del conflicto. Así, “lo que
está en debate es la vulneración al principio de supremacía
constitucional” ante la pasividad del legislador federal.
f) Segundo, esta determinación –argumenta– no contradice el principio de
relatividad. Tomando en cuenta precedentes de la Segunda Sala de la
Suprema Corte, sostiene que el principio de relatividad no tiene el
alcance de anular el principio de supremacía constitucional, pues sería
un contrasentido que la Constitución autorice su propia violación bajo el
pretexto de que la obligación de legislar afectaría el principio de
relatividad. Al final, los dispositivos constitucionales deben regirse bajo
el principio de máxima eficacia normativa, por lo que “la concepción
´purista´ o ´absolutista´ del principio de relatividad” debe ceder ante “el
peso de los principios de interpretación más favorable para la persona
y supremacía constitucional”.
g) En particular, porque “no existe una afrenta ´directa´ al principio de
relatividad.” Si bien con la concesión del amparo el efecto jurídico es
“general” y puede beneficiar a terceros, esta es la consecuencia de lo
ordenado por el Constituyente Permanente. Por ello, es la Constitución

11
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

y no los jueces los que constriñen a que los congresos legislen y las
consecuencias “indirectas” del amparo se siguen de la propia naturaleza
de la violación reclamada.
h) Bajo estas premisas, se concedió el amparo para el efecto de que el
Congreso de la Unión: (i) expida la legislación única en materia procesal
civil y familiar en un plazo no mayor a 180 días contados a partir de que
cause ejecutoria su resolución y (ii) cumplimente lo dispuesto en el
artículo segundo transitorio del Decreto de reforma constitucional, de
modo que adecúe las leyes federales y generales a las modificaciones
efectuadas a los artículos 16 y 17 de la Constitución Federal cuando así
se requiera.

19. Agravios de la Cámara de Senadores. En su recurso de revisión, la Cámara


de Senadores formuló los razonamientos que siguen:

a) Es ilegal la sentencia reclamada en la que se concedió el amparo,


declarando el incumplimiento de mandatos constitucionales
consagrados en los artículos segundo y tercero transitorios del Decreto
de reforma constitucional de quince de septiembre de dos mil diecisiete.
b) El juzgador pasó por alto que la Quejosa carece de interés jurídico y/o
legítimo para promover esta controversia, además de que la eventual
concesión del amparo no produciría ningún efecto en su esfera jurídica.
En este sentido, plantea que en la sentencia de amparo se contravino
el criterio establecido por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia en la
Contradicción de Tesis 111/2013, la cual fija los supuestos que se tienen
que actualizar para acreditar el interés legítimo.
c) En relación con lo anterior, señala que la Quejosa únicamente exhibió
su acta constitutiva y sus estatutos para acreditar su interés legítimo. A
su juicio, esto resulta insuficiente, toda vez que no está acreditado que
con motivo de las omisiones reclamadas se produjeran efectos en la
esfera jurídica de la Quejosa, ya sea de manera directa o indirecta por
su situación especial frente al orden jurídico. Tampoco está demostrado
que exista un vínculo entre la Quejosa y su pretensión, por lo que no
hay constancia de que la anulación del acto le produciría un beneficio
actual o futuro pero cierto.

12
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

d) No basta con que la Quejosa manifieste tener un interés en la defensa


de algún derecho en particular, sino que debe demostrarse que
efectivamente ha ejercido su objeto social en la defensa de este
derecho. En el caso, sin embargo, no hay ninguna prueba que acredite
que la Quejosa ha “[pugnado] por el mejoramiento de la administración
de justicia y la correcta aplicación del derecho.” Esto de acuerdo con lo
fallado por la Primera Sala de la Suprema Corte en los amparos en
revisión 566/2015 y 1359/2015. En todo caso, con su acta constitutiva y
sus estatutos la Quejosa solo demuestra un interés simple.
e) Además, lo fallado en el Amparo en Revisión 1359/2015 no resulta
favorable para la Quejosa, pues si bien en ese caso sí se reconoció el
interés legítimo de una asociación civil, esto fue a partir de diversas
documentales que acreditaban que realmente realizaba las actividades
que postulaban sus estatutos.
f) Por otro lado, se argumenta que la sentencia impugnada resulta
inconstitucional ya que se controvierte lo previsto en el artículo 61,
fracción XXIII, de la Ley de Amparo, en relación con los artículos 73 y
77, fracción II, del mismo ordenamiento, y 107, fracción II, de la
Constitución Federal. Esto porque la concesión del amparo no tendría
ningún efecto restitutivo en los derechos de la parte quejosa, pues ésta
puede llevar a cabo su objeto social sin que exista una restricción para
acudir ante los órganos competentes a accionar la impartición de
justicia.
g) Lo anterior resulta del artículo QUINTO transitorio del Decreto de la
reforma constitucional en materia de justicia cotidiana, dado que en
dicho precepto se estableció que los procedimientos civiles y familiares
se seguirían substanciando ante los órganos competentes conforme a
los códigos procesales actuales. Así, la Quejosa no cuenta con la
posibilidad de defender de manera diferenciada los derechos que se
pretendieron avanzar con la reforma constitucional de mérito. En todo
caso, su interés en defenderlos es genérica, pues del objeto social de la
Quejosa se desprende que ésta solo se dedica a garantizar la legalidad
y constitucionalidad de los actos de autoridad.

13
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

h) Resulta contraria a derecho la sentencia reclamada al declarar la


omisión legislativa y lo procedente era que el Juez de Distrito negara el
amparo.

20. Agravios de la Cámara de Diputados. La Cámara de Diputados hizo valer


los siguientes argumentos:

a) Como cuestión previa, se señala que la Suprema Corte es competente


para conocer del caso y, en su defecto, se estima que se cumplen los
requisitos respectivas para ejercer la facultad de atracción.
b) Dicho lo anterior, se argumenta que es incorrecta la resolución recurrida
y que debe revocarse. Por un lado, porque se actualiza de manera clara
y manifiesta la improcedencia prevista en los artículos 5, fracción I, 61,
fracciones XII y XXIII, de la Ley de Amparo, en relación con el 107,
fracción I, de la Constitución Federal. Esto en la medida en que la
omisión que se atribuye a la Cámara de Diputados no le genera
perjuicios jurídicamente tutelados a la parte quejosa y que sean
susceptibles de análisis en este medio de control constitucional.
c) El Juez de Distrito le reconoció un interés a la Quejosa y que su objeto
social le permitía impugnar omisiones legislativas. Sin embargo, esa
decisión es inadecuada, pues la quejosa no probó ante el juez ningún
interés jurídico ni legítimo: no demostró que con motivo de las omisiones
reclamadas se hubiera producido un efecto adverso en su esfera
jurídica. Tampoco demostró la existencia de un vínculo entre su persona
y su pretensión.
d) Los puntos anteriores, sostiene, no se prueban con el hecho de que el
objeto social de la Quejosa comprenda la protección y defensa de los
intereses individuales y colectivos de sus asociados, o la pugna por el
mejoramiento de la administración de justicia y la correcta aplicación del
derecho. Más bien, la Quejosa debía demostrar su interés a través de
pruebas que acreditaran la realización de estas actividades. Esto de
acuerdo con lo resuelto por la Primera Sala de la Suprema Corte en el
Amparo en Revisión 1359/2015, en donde se acreditó que la quejosa de
ese caso tenía un interés legítimo porque se acreditó que efectivamente
realiza las actividades vinculadas con su objeto social.

14
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

e) Asimismo, tanto el interés jurídico como el legítimo presuponen la tutela


jurídica del interés que aduce el promovente del amparo. En el caso, sin
embargo, la omisión que se reclama no le causa ningún agravio jurídico
a la Quejosa. Esto sin perjuicio de que le pueda generar otro tipo de
agravios, como podrían ser los meramente económicos, los que no
pueden abordarse en la vía de amparo.
f) Se insiste, la Quejosa no evidencia con medios probatorios fehacientes
cómo el acto reclamado o sus consecuencias afectan directa o
indirectamente sus derechos fundamentales; tampoco señala cuál es su
especial situación frente al orden jurídico que se vería afectada o
beneficiada con la concesión o negativa del amparo, ni demuestra cuál
sería el beneficio real y específico que esperaría recibir.
g) En suma, la Quejosa no demostró su condición diferenciada frente al
interés que tiene toda persona en defender los derechos fundamentales.
No todos los interés de los individuos adquieren relevancia en la acción
constitucional de amparo; es decir, no todas las aspiraciones son
consideradas como susceptibles de tutela jurídica en instancias
federales.
h) La exigencia de que los efectos del amparo generen un beneficio
jurídico actual en la esfera jurídica de la parte quejosa tampoco se
cumple en el caso concreto, pues en todo caso el beneficio que se
alcanzaría con el amparo recaería en toda la sociedad.
i) Por otro lado, se aduce que el presente caso debe distinguirse del
Amparo en Revisión 323/2014, pues ahí el reconocimiento del interés
legítimo partió de la naturaleza especial del derecho a la educación; por
lo que, incluso, era necesario que el juez evaluara la naturaleza de los
derecho en cuestión (acceso a la justicia y seguridad jurídica) para
poder concluir que le asiste un interés legítimo a la Quejosa.
j) Además, la omisión legislativa reclamada pertenece al ámbito de la
legalidad, no al de constitucionalidad, y la concesión del amparo fue más
bien incorrecta.

VII. PROCEDENCIA DEL RECURSO

15
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

21. El recurso de revisión que nos ocupa cumple con los requisitos de
procedencia exigidos constitucional y legalmente, de acuerdo con las
consideraciones que se detallan a continuación.

Reglas de competencia originaria y delegada

22. En primer lugar, debe destacarse que del contenido de los artículos 107,
fracción VIII, incisos a) y b) de la Constitución Federal 7 y 83 de la Ley de
Amparo, 8 el recurso de revisión en amparo indirecto es de la competencia
originaria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando en la
demanda de amparo se hayan reclamado normas generales por estimarlas
directamente violatorias de la Ley Fundamental o en la sentencia recurrida
se establezca la interpretación directa de un precepto de la Constitución
Federal y subsista en el recurso el problema de constitucionalidad. En
los demás supuestos corresponde conocer del recurso a los tribunales
colegiados de circuito; con la salvedad de los casos en los que se ejerza la
facultad de atracción para conocer de algún asunto que revista interés y
trascendencia.

23. Criterio que, para efectos del envío de los de su competencia originaria a las
Salas y a los tribunales colegiados de circuito, se detalla en el Acuerdo
General 5/2013, en sus Puntos Cuarto, fracción I, inciso A) y Noveno,
fracciones I, II y III:

[…] CUARTO. De los asuntos de la competencia originaria de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, con las salvedades
especificadas en los Puntos Segundo y Tercero de este Acuerdo
General, corresponderá resolver a los Tribunales Colegiados de Circuito:

7 Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción

de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley


reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes: […]
VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o los Tribunales
Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la Suprema Corte de Justicia:
a) Cuando habiéndose impugnado en la demanda de amparo normas generales por estimarlas
directamente violatorias de esta Constitución, subsista en el recurso el problema de
constitucionalidad.
b) Cuando se trate de los casos comprendidos en las fracciones II y III del artículo 103 de esta
Constitución.
8 Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación para conocer del recurso

de revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia constitucional, cuando habiéndose


impugnado normas generales por estimarlas inconstitucionales, o cuando en la sentencia se
establezca la interpretación directa de un precepto de la Constitución y subsista en el recurso el
problema de constitucionalidad. […]

16
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

I. Los recursos de revisión en contra de sentencias pronunciadas por los


Jueces de Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito, cuando:
A) No obstante haberse impugnado una ley federal o un tratado
internacional, por estimarlos directamente violatorios de un precepto de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, o se hubiere
planteado la interpretación directa de uno de ellos, en la sentencia
recurrida no se hubiere abordado el estudio de esas cuestiones por
haberse sobreseído en el juicio o habiéndose pronunciado sobre tales
planteamientos, en los agravios se hagan valer causas de
improcedencia.
Lo anterior se concretará sólo cuando el sobreseimiento decretado o los
agravios planteados se refieran a la totalidad de los quejosos o de los
preceptos impugnados, y en todos aquellos asuntos en los que la materia
de la revisión no dé lugar a que, con independencia de lo resuelto por el
Tribunal Colegiado de Circuito, deba conocer necesariamente la
Suprema Corte de Justicia de la Nación […].

NOVENO. En los supuestos a que se refiere el inciso A) de la fracción I


del Punto Cuarto del presente Acuerdo General, el Tribunal Colegiado
de Circuito procederá en los términos siguientes:
I. Verificará la procedencia de los recursos de revisión, así como de la
vía y resolverá, en su caso, sobre el desistimiento o la reposición del
procedimiento;
II. Abordará el estudio de los agravios relacionados con las causas de
improcedencia del juicio y, en su caso, examinará las formuladas por las
partes cuyo estudio hubieren omitido el Juez de Distrito o el Magistrado
Unitario de Circuito, así como las que advierta de oficio;
III. De resultar procedente el juicio, cuando el asunto no quede
comprendido en los supuestos de competencia delegada previstos en el
Punto Cuarto, fracción I, incisos B), C) y D), de este Acuerdo General, el
Tribunal Colegiado dejará a salvo la jurisdicción de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación y le remitirá los autos, sin analizar los conceptos de
violación expuestos, aun los de mera legalidad […].

24. Por ello, conforme a las normas recién citadas, el conocimiento de los
recursos de revisión en amparo indirecto corresponde a los tribunales
colegiados de circuito por delegación de competencia cuando se hubiera
impugnado una ley federal o un tratado internacional, siempre y cuando: i)
en la sentencia recurrida no se hubieran estudiado los planteamientos de
constitucionalidad por haberse sobreseído en el juicio respecto de la totalidad
de los preceptos impugnados o ii) existiendo un pronunciamiento al respecto,
en los agravios se hagan valer causas de improcedencia. Asimismo, los
tribunales colegiados de circuito conocerán de aquellos asuntos en los que
la materia de la revisión no dé lugar a que, con independencia de lo resuelto
por el tribunal colegiado, deba conocer necesariamente la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.

17
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

25. Siendo una regla general que, en los casos en que no se actualice alguno de
estos supuestos de competencia delegada, el tribunal colegiado de circuito
tiene la obligación de analizar los agravios relacionados con las
causales de improcedencia del juicio y, en su caso, examinar las
formuladas por las partes cuyo estudio hubiera omitido el juez de
distrito o el magistrado unitario de circuito, así como las que advierta de
oficio. Luego, si el juicio de amparo resulta procedente y subsiste el problema
de constitucionalidad planteado, dejará a salvo la jurisdicción de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, remitiendo los autos respectivos.

26. Por lo tanto, para que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación pueda
conocer de un amparo en revisión en el que se estime que subsiste uno o
más temas de su competencia originaria y subsiste el problema de
constitucionalidad, es necesario que el tribunal colegiado de circuito examine
previamente la totalidad de las cuestiones de procedencia que hubieren
sido planteadas por las partes o las que se hayan advertido en el juicio de
forma oficiosa. 9

27. No obstante lo anterior, es criterio reiterado que hay ocasiones en las que
aun cuando los tribunales colegiados no agoten el análisis de procedencia y
el asunto corresponde a la competencia originara, esta Corte puede realizar
dicho estudio y entrar al fondo del asunto sin que sea necesario
regresar los autos al tribunal del conocimiento. Esto en atención al
principio de economía procesal y a que en ciertos supuestos la devolución
de autos representaría una dilación inútil del procedimiento. Las normas del
Acuerdo General 5/2013, como cualquier otra de segundo orden, admiten

9 Por identidad de razones resultan aplicables los siguientes criterios de las Primera y Segunda
Salas de esta Corte: Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, jurisprudencia
1a./J. 85/2002, Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo XVI, diciembre de 2002, página 207, registro electrónico 185321, de rubro: “REVISIÓN EN
AMPARO INDIRECTO. SI EL TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO NO AGOTA EL ESTUDIO
DE TODAS LAS CAUSAS DE IMPROCEDENCIA QUE IMPIDAN ANALIZAR EL PROBLEMA DE
CONSTITUCIONALIDAD PLANTEADO, DEBE DEVOLVÉRSELE EL EXPEDIENTE PARA QUE
LO HAGA (ACUERDO GENERAL 5/2001 DEL TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN)”, y Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
jurisprudencia 2a./J. 61/2005, Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, Tomo XXI, mayo de 2005, página 523, registro electrónico 178317, de rubro:
“REVISIÓN EN AMPARO INDIRECTO. LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
ESTÁ FACULTADA PARA DEVOLVER LOS AUTOS A LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO CUANDO ADVIERTA QUE NO FUE ESTUDIADA ALGUNA CAUSA DE
IMPROCEDENCIA PLANTEADA POR LAS PARTES (ACUERDO GENERAL PLENARIO
5/2001).”

18
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

excepciones cuando su objetivo es el respeto y salvaguarda de principios


constitucionales.

28. En el Amparo en Revisión 1094/2019, por ejemplo, la Cámara de Diputados


del Congreso de la Unión planteó una causal de improcedencia en su informe
justificado cuyo estudio fue omitido tanto por el Juez de Distrito como por el
Tribunal Colegiado. Esta Primera Sala consideró que no resultaba necesario
devolver el asunto al órgano colegiado conforme a las reglas previstas en el
citado Acuerdo General “ya que su estudio a ningún fin práctico llevaría, en
la inteligencia de que dicha causal resulta infundada” (resultando importante
subrayar que la causal cuyo estudio se había omitido versaba sobre el interés
legítimo de la quejosa 10).

29. Misma situación ocurrió en los Amparos en Revisión 336/2019, 11 14/2020 12


y 253/2020. 13 En éstos se advirtió que los tribunales colegiados que nos
habían precedido en el conocimiento de los asuntos habían incumplido con
el Acuerdo General 5/2013; sin embargo, se llegó a la conclusión que no era
necesario regresar los autos para que estudiaran las causales de
improcedencia omitidas en atención al principio de economía procesal y
porque la devolución “sólo incidiría en una dilación inútil en [estos]
procedimiento[s].” 14

10 Sentencia del veintinueve de julio de dos mil veinte, fallada por unanimidad de votos de las y los
Ministros Norma Lucía Piña Hernández, Ana Margarita Ríos Farjat, Jorge Mario Pardo Rebolledo,
Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Juan Luis González Alcántara Carrancá (Presidente y Ponente),
párrs. 21-22.
11 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 336/2019,

sentencia del seis de mayo de dos mil veinte, fallada por unanimidad de votos de las y los Ministros
Norma Lucía Piña Hernández (quien manifestó que está con el sentido, pero con consideraciones
adicionales), Ana Margarita Ríos Farjat, Jorge Mario Pardo Rebolledo (Ponente), Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena (quien se reservó su derecho a formular voto concurrente), y Juan Luis González
Alcántara Carrancá (Presidente).
12 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 14/2020,

sentencia del veintiuno de octubre de dos mil veinte, fallada por unanimidad de votos de las y los
Ministros Norma Lucía Piña Hernández, Ana Margarita Ríos Farjat, Jorge Mario Pardo Rebolledo
(Ponente), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Juan Luis González Alcántara Carrancá (Presidente).
13 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 253/2020,

sentencia del veinticinco de noviembre de dos mil veinte, fallada por unanimidad de votos de las y
los Ministros Norma Lucía Piña Hernández (Ponente), Ana Margarita Ríos Farjat, Jorge Mario Pardo
Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Juan Luis González Alcántara Carrancá (Presidente).
14 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 14/2020, Op. Cit.

p. 19.

19
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

30. Por su parte, también consta que esta postura ha sido adoptada por la
Segunda Sala: entre otros, en el Amparo en Revisión 953/2019 15 (que le fue
remitido en virtud de su competencia originaria). En este caso se abordó en
el fallo tanto las causales de improcedencia que habían sido omitidas como
los argumentos de agravio expuestos por el quejoso para controvertir el
sobreseimiento que había declarado el Juez de Distrito del conocimiento;
estudiándose en concreto si el quejoso contaba con interés legítimo para
promover el amparo.

31. En consecuencia, si bien la regla general que deriva de la Constitución


Federal, la Ley de Amparo y el Acuerdo General 5/2013 consiste en que,
tratándose de recursos de revisión en amparo indirecto en donde se hayan
cuestionado normas generales por estimarlas inconstitucionales o se
establezca la interpretación directa de un precepto de rango constitucionales,
los tribunales colegiados de Circuito del conocimiento deben agotar los
aspectos relacionados con cuestiones de improcedencia y cumplir lo previsto
en el Acuerdo 5/2013; empero, en atención al principio de economía
procesal, esta Suprema Corte puede decidir no devolver el asunto ante el
incumplimiento de estas reglas (y, por ende, reasumir su competencia
originaria) y conocer de esos aspectos a fin de no retrasar de manera
injustificada el derecho de acceso a la justicia del accionante.

Análisis del caso concreto

32. Ahora bien, dicho lo anterior y como se adelantó, el recurso de revisión que
nos ocupa cumple con los requisitos de procedencia en términos de los
artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Federal y 83 de la
Ley de Amparo, así como a lo establecido en los puntos Primero, Segundo,
Tercero y Cuarto del Acuerdo Número 5/2013 del Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación.

15 Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 953/2019,

sentencia del seis de mayo de dos mil veinte, fallada por unanimidad de votos de la y los Ministros
Alberto Pérez Dayán (Ponente), Luis María Aguilar Morales, José Fernando Franco González Salas
(con reservas), Yasmín Esquivel Mossa (quien votó en contra de la procedencia del asunto) y Javier
Laynez Potisek (Presidente). La y los Ministros Alberto Pérez Dayán, Luis María Aguilar Morales y
Yasmín Esquivel Mossa se reservaron su derecho para formular voto concurrente, pp. 14-43.

20
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

33. En suma, se trata de un recurso en el que se cuestionó una sentencia dictada


en audiencia constitucional por un Juez de Distrito en amparo indirecto, que
derivó de una demanda en la que se solicitó la inconstitucionalidad de
omisiones absolutas atribuibles al Congreso de la Unión por incumplimiento
de los artículo segundo y cuarto transitorios del Decreto por el que se
reforman y adicionan los artículos 16, 17 y 73 de la Constitución Federal,
publicado el quince de septiembre de dos mil diecisiete. Consecuentemente,
al impugnarse esta decisión por las Cámaras de Diputados y Senadores,
subsiste el problema de constitucionalidad de competencia originara de
esta Suprema Corte.

34. No se pasa por alto que existe una causal de improcedencia que no fue
analizada por el Juez de Distrito y que el Tribunal Colegiado no cumplió
entonces a cabalidad con todas las actuaciones que se exigen en el citado
Acuerdo General 5/2013 en relación con los aspectos de procedencia. Sin
embargo, basándonos en los precedentes citados en el sub-apartado
anterior, por economía procesal y en atención al derecho de acceso a la
justicia expedita, esta Suprema Corte estima que no es necesario devolver
el asunto al colegiado, por lo que se realizará el análisis de toda la materia
del recurso de revisión.

35. A saber, de la demanda de amparo se advierte que la Quejosa impugnó lo


siguiente:

a) La omisión absoluta de emitir la legislación única en materia procesal


civil y familiar o Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares
(relativa a la reforma al artículo 73 constitucional);
b) La omisión absoluta de emitir las adecuaciones necesarias a las leyes
generales y federales correspondientes en materia del principio de
legalidad en los procedimientos orales (relativa a la reforma al artículo
16 constitucional); y
c) La omisión absoluta de emitir las adecuaciones necesarias a las leyes
generales y federales correspondientes en materia de solución de fondo
del conflicto (relativa a la reforma al artículo 17 constitucional).

21
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

36. Al dar contestación a la demanda, en sus respectivos informes justificados,


las autoridades responsables hicieron valer las siguientes causales de
improcedencia:

Normas citadas para


Autoridad Razonamiento de justificación de la
apoyar la causal de
responsable causal de improcedencia
improcedencia
Cámara de a) En primer lugar, esta autoridad Artículos 61, fracción
Diputados sostuvo que las omisiones XXIII, y 73 de la Ley de
legislativas no son justiciables por Amparo en relación
medio del juicio de amparo, pues – con los artículos 103,
argumenta – los artículos 103 y 107 fracción I, y 107,
constitucionales únicamente se fracciones IV y VII de la
refieren a omisiones en el actuar de Constitución Federal.
autoridades no legislativas.

b) En segundo lugar, sostuvo que los Artículos 61, fracción


eventuales efectos de la concesión XXIII, 63, fracción V, y
del amparo violarían el principio de 73, primer párrafo, de
relatividad, por lo que el mismo la Ley de Amparo en
resulta improcedente en términos del relación con el artículo
artículo 61, fracción XXIII, de la Ley 107, fracción II, de la
de Amparo, en relación con los Constitución Federal.
artículos 73 y 77, fracción II, del
mismo ordenamiento y el 107,
fracción II, de la Constitución
Federal.

c) En tercer lugar, planteó que el Artículo 61, fracción


principio de división de poderes XXIII, de la Ley de
establecido en el artículo 49 Amparo en relación
constitucional implica que el Poder con el artículo 49 de la
Judicial no puede revisar cuestiones Constitución Federal.
relacionadas con omisiones
legislativas en el contexto de un juicio
de amparo.

d) Finalmente, argumentó que la Artículos 5, fracción I,


Quejosa no cuenta con interés 61, fracciones XII y
jurídico o legítimo para promover el XXIII, de la Ley de
presente juicio de amparo. Amparo en relación
con el artículo 107,
fracción I de la
Constitución Federal.

Cámara de a) Como primer argumento de Artículos 61, fracción


Senadores improcedencia, esta autoridad XXIII, de la Ley de
planteó que la técnica de amparo amparo en relación con
permite desarrollar un ejercicio de los artículos 73 y 77,
previsibilidad sobre los efectos de fracción II, de ese
una eventual sentencia protectora; mismo ordenamiento y
con el propósito de visualizar si la 107, fracción II, de la
restitución podrá alcanzarse y, sólo Constitución Federal.
en ese caso, ser procedente la

22
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

acción de amparo. Situación que no


se actualiza en el caso concreto, ya
que la omisión reclamada no le
impide a la Quejosa llevar a cabo su
objeto social.

b) En su segundo argumento de Artículos 61, fracción


improcedencia, de manera análoga a XXIII, de la Ley de
la Cámara de Diputados, adujo que amparo en relación con
los eventuales efectos de la los artículos 73 y 77,
concesión del amparo violarían el fracción II, de ese
principio de relatividad. mismo ordenamiento y
107, fracción II, de la
Constitución Federal.

37. En su sentencia, el Juez de Distrito se ocupó de: i) los supuestos de


improcedencia referidos a la justiciabilidad de las omisiones legislativas en la
vía de amparo (causales “a” y “c” de la Cámara de Diputados); ii) la falta de
interés jurídico y legítimo de la Quejosa (causal “d” de la Cámara de
Diputados), y iii) la contravención al principio de relatividad (causales “b”
tanto de la Cámara de Diputados como de Senadores). Ello, argumentando
lo siguiente:

a) En torno a la improcedencia relativa a la injusticiabilidad de las


omisiones legislativas a través del juicio de amparo (invocada por la
Cámara de Diputados), el juzgador sostuvo que la propia Constitución
Federal, en su artículo 103, fracción I, le dio la facultad a los Tribunales
Federal de resolver cualquier controversia “por normas generales, actos
u omisiones de la autoridad que violen derechos humanos […]”. Bajo
esta premisa y tomando en cuenta que no existe ninguna norma expresa
que limite la procedencia del amparo en contra de omisiones
legislativas, concluyó que la causal invocada era infundada.

b) En cuanto al motivo de improcedencia relativo al principio de relatividad


(invocado por la Cámara de Diputados), el Juez de Distrito recurrió a la
tesis 2a. LXXXIII/2018 (10a.) de la Segunda Sala de esta Suprema
Corte. 16 A partir de este criterio argumentó que la generalidad de los

16 Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tesis aislada LXXXIII/2018 (10a.),
Décima Época, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 58, septiembre de 2018, Tomo I, página 1216, registro electrónico 2017783, de rubro:
“OMISIONES LEGISLATIVAS ABSOLUTAS. SU IMPUGNACIÓN NO CONFIGURA UN MOTIVO
MANIFIESTO E INDUDABLE DE IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO.”

23
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

efectos de la sentencia de amparo eran una consecuencia indirecta de


la naturaleza de la violación reclamada, y que sería inaceptable que en
nuestra Constitución justifique su propia vulneración por la inacción de
los órganos legislativos bajo el argumento de que se infringiría el
principio de relatividad. También declaró infundado el argumento según
el cual el principio de separación de poderes provoca que el Poder
Judicial no pueda revisar en amparo las omisiones de los órganos
legislativos. Para ello, volvió a destacar como el artículo 103, fracción I,
constitucional le otorga la facultad a los Tribunales Federales para ser
“órganos de control constitucional,” cuya facultad de revisión se activa
incluso ante omisiones que violen derechos fundamentales. Además,
sostuvo que esto no representa una invasión de esferas
competenciales, ya que lo único que se busca es el apego a la
Constitución.

c) Por su parte, en cuanto al alegato de falta de interés de la Quejosa, el


juzgador concluyó a la luz de la jurisprudencia 2a./J. 51/2019 (10a.) 17
de la Segunda Sala que si se acreditaba en el caso concreto. Esto en la
medida en que el objeto social de la Quejosa comprende “pugnar por el
mejoramiento de la administración de justicia y la correcta aplicación del
derecho”; lo que a su juicio le daba a la Quejosa un interés diferenciado
al resto de la sociedad y la vincula directamente con el objeto del amparo
promovido.

38. No obstante, el juzgador en ningún momento se pronunció sobre la


causal de improcedencia relativa a que, haciendo un juicio de
previsibilidad, la concesión del amparo a la Quejosa no tendría ningún
efecto restitutivo (causal sintetizada bajo el inciso “a)” de la Cámara de
Senadores) 18. Conforme a las reglas del juicio de amparo y nuestros

17 Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, jurisprudencia 2a./J. 51/2019 (10a.),
Décima Época, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 64, Tomo II,
marzo de 2019, registro electrónico 2019456, de rubro: “INTERÉS LEGÍTIMO E INTERÉS
JURÍDICO. SUS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS COMO REQUISITOS PARA PROMOVER EL
JUICIO DE AMPARO INDIRECTO, CONFORME AL ARTÍCULO 107, FRACCIÓN I, DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.”
18 Véase textualmente la forma en que fue expuesto este argumento en el respectivo informe (negrita

añadida):
“CAUSALES DE IMPROCEDENCIA Y MOTIVOS DE SOBRESEIMIENTO

24
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

precedentes, este argumento de improcedencia ameritaba una respuesta


específica por parte del Juez de Distrito, pues aunque esta causal tiene cierto
tipo de relación con los alegatos de falta de interés o la afectación al principio
de relatividad (causales de improcedencias que sí fueron contestadas), las
mismas no pueden confundirse.

39. Dicho de otra manera, para la Cámara de Senadores, el primer problema de


procedencia del juicio de amparo se relaciona con la previsibilidad de los
efectos de una eventual sentencia protectora; desde su punto de vista, en
aquellos casos en los que esa restitución no pueda alcanzarse a través de la
sentencia de amparo, el juicio debe declararse improcedente. Por ello, si bien
este motivo de improcedencia se puede relacionar de algún modo con
argumentos relativos a la ausencia de interés o afectación a la relatividad, se
considera que la pretensión de la Cámara de Senadores en el caso concreto
no se agotó en esos supuestos. Lo que la autoridad responsable buscó fue
evidenciar que, desde su postura, haciendo un juicio de previsibilidad sobre
los efectos de una sentencia condenatoria, éstos no daban lugar a efecto
alguno benéfico en la esfera jurídica de la Quejosa distinto al que ya goza
conforme a la normatividad procesal civil y familiar que sigue vigente.

Primera.- La establecida en el artículo 61, fracción XXIII de la Ley de Amparo, en relación con los
numerales 73 y 77, fracción II -interpretado a contrario sensu-, de ese mismo ordenamiento y 107,
fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; ya que una eventual
concesión del amparo, no produciría efecto alguno en la hoy quejosa.
A fin de establecer la causal que se formula, es necesario precisar que la Segunda Sala de la
Suprema Corte de justicia (sic) de la Nación, ha determinado que la técnica del juicio de amparo
permite desarrollar un ejercicio de previsibilidad sobre los efectos de una eventual sentencia
protectora, ello con el propósito de visualizar si la restitución del quejoso en el goce del derecho
violado se podría alcanzar, toda vez que en caso contrario, constituye un motivo de improcedencia
que esa restitución resulte inalcanzable.
En este orden de ideas, en el juicio que nos ocupa, una eventual concesión del amparo, (sic) no
tendría ningún efecto restitutivo toda vez que la parte quejosa (**********), puede llevar a cabo su
objeto social sin que exista una restricción de acción u omisión para acudir ante los órganos
competentes a accionar la impartición y administración de justicia, ya que el artículo QUINTO
transitorio del DECRETO por el que se reforman y adicionan los artículos 16, 17 y 73 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Justicia Cotidiana (Solución
de Fondo del Conflicto y Competencia Legislativa sobre Procedimientos Civiles y Familiares),
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 15 de septiembre de 2017, permite que los
ordenamientos civiles y familiares sigan substanciándose ante los órganos respectivos, hasta en
tanto entre en vigor la legislación correspondiente; en este sentido la concesión de la protección
federal no otorgaría beneficio alguno a la parte quejosa, ya que a la fecha puede desempeñar su
objeto social. […].”

25
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

40. En ese tenor, para esta Suprema Corte, aunque cabe una relación entre este
motivo de improcedencia y algún otro de los tratados por el juzgador, 19 se
estima que la parte sustancial de su argumento se relaciona con la
previsibilidad de la reparación más que con la relatividad o la ausencia de
interés; consiguientemente, debió haber sido abordado explícitamente por el
Juez de Distrito en la sentencia de amparo (por ejemplo, argumentando que
tal cuestión es un aspecto relacionado con el fondo) y, en su caso, dicha
omisión debió haber sido advertida por el Tribunal Colegiado que previno en
el conocimiento del asunto.

41. No obstante lo anterior y como se adelantó, por economía procesal y en


atención al principio de acceso a la justicia expedita, no es pertinente
devolver el asunto, pues el estudio de la referida causal por parte del
Tribunal Colegiado que previno en el conocimiento del recurso a ningún fin
práctico llevaría (dado que por criterio de esta Corte es que tal improcedencia
es infundada); por el contrario, tal devolución sólo generaría en una dilación
inútil en el procedimiento. Esta Primera Sala está en condiciones de
ocuparse de este planteamiento de improcedencia.

42. Por su parte, tampoco se pasa por alto que parte de los agravios de los
recursos de las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la
Unión se enfocan en el interés legítimo de la Quejosa; aspecto que formó
parte del análisis de las causales de improcedencia por parte del Juez de
Distrito y que, por ende, por regla general, su examen cabría en la obligación
que tiene todo Tribunal Colegiado de agotar el estudio de los supuestos de
procedencia.

19 Ello, incluso, porque la Cámara de Senadores fundamentó el argumento de improcedencia recién

transcrito con los mismos artículos que regulan el principio de relatividad de las sentencia (artículos
107, fracción II, de la Constitución Federal y 73, primer párrafo, de la Ley de Amparo)
Constitución Federal
Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria,
de acuerdo con las bases siguientes: […]
II. Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los quejosos que
lo hubieren solicitado, limitándose a ampararlos y protegerlos, si procediere, en el caso especial
sobre el que verse la demanda. […]
Ley de Amparo
Artículo 73. Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los
individuos particulares o de las personas morales, privadas u oficiales que lo hubieren solicitado,
limitándose a ampararlos y protegerlos, si procediere, en el caso especial sobre el que verse la
demanda. […]

26
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

43. Sin embargo, dadas las particularidades del interés legítimo en casos de
omisiones legislativas absolutas atribuidas al Congreso de la Unión y toda
vez que el análisis de este interés presupone de alguna manera un estudio
de las normas sustantivas que rigen al fondo de la controversia (valoración
de la existencia o no de un deber legislativo, así como del derecho humano
que se dice violado), se estima que tampoco se actualiza la devolución del
asunto al colegiado para que analice los agravios relativos a los
razonamientos del juzgador relativos a la causal de improcedencia de interés
legítimo. Será esta Primera Sala la encargada de resolver esta cuestión al
guardar una relación indisoluble con el problema de constitucionalidad
planteado en la demanda, que sí es de competencia originaria de esta
Suprema Corte. 20

VIII. ANÁLISIS DE CAUSAL DE IMPROCEDENCIA OMITIDA

44. El primer argumento de improcedencia hecho valer por la Cámara de


Senadores, cuyo estudio fue omitido, se fundamenta en la jurisprudencia

20 No se pasa desapercibido el criterio de esta Primera Sala asentado en el Amparo en Revisión

982/2018 (fallado el cuatro de marzo de dos mil veinte por unanimidad de votos de las y los Ministros
Norma Lucía Piña Hernández (Ponente), Ana Margarita Ríos Farjat, Jorge Mario Pardo Rebolledo,
Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Juan Luis González Alcántara Carrancá (Presidente), quien se
reservó el derecho a formular voto concurrente). En ese caso se ordenó la reposición del
procedimiento en un caso de omisión legislativa bajo el razonamiento de que no se integró
debidamente la relación procesal porque el Juez de Distrito no llamó a juicio a todas las autoridades
responsables; en particular, al Poder Ejecutivo.
Empero, el asunto que nos ocupa presenta diferencias sustanciales que nos hacen considerar que
no podemos aplicar este criterio por analogía; principalmente, porque: en aquel caso se trataba de
impugnación tanto de omisiones legislativas absolutas y relativas de los Estados de la República
en las que (principalmente en las relativas) tuvo una injerencia en el procedimiento legislativo el
Poder Ejecutivo respectivo; mientras que en la omisión legislativa absoluta que se reclama en el
presente caso (falta de emisión del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares y falta
de adecuación de la legislación general y federal correspondiente), la intervención del Ejecutivo
Federal no tiene una incidencia determinante en el debido cumplimiento del deber de legislar
establecido en la Constitución Federal.
Además, en el Amparo en Revisión 1359/2015, fallado también por esta Primera Sala, se señaló
lo siguiente:
“[E]sta Primera Sala advierte que los quejosos señalaron a las Cámaras del Congreso de la Unión
como únicas autoridades responsables, sin incluir al Presidente de la República y al Secretario de
Gobernación. No obstante, dicha circunstancia no hace improcedente el juicio de amparo. En efecto,
si bien es cierto que el Presidente y el Secretario de Gobernación deben ser señalados como
autoridades responsables cuando se impugna la constitucionalidad de una ley —en la medida en
que son autoridades que participan en el procedimiento legislativo—, esto no es necesario en el
caso de las omisiones legislativas.
Al respecto, la fracción I del artículo 89 constitucional señala como facultad y obligación del
Presidente “[p]romulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión, proveyendo en la
esfera administrativa a su exacta observancia.” De esta manera, resulta evidente que tanto la
participación del Presidente como la del Secretario de Gobernación en el proceso legislativo
sólo se requiere cuando ya existe una ley aprobada por el Congreso de la Unión, que es
precisamente la omisión que se reclama en el presente asunto”.

27
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

2a./J. 35/2012 (10a.) de la Segunda Sala de esta Suprema Corte. 21 De


acuerdo con ésta, es factible que en los juicios de amparo se realice un
ejercicio de previsibilidad sobre los efectos de la eventual sentencia para
determinar su procedencia, pues si se sabe que la restitución en el goce del
derecho violado resultaría inalcanzable (por no poderse ejecutar o violar
normas que rigen el juicio de amparo), la consecuencia debería ser
sobreseer el amparo.

45. En particular, dice la Cámara de Senadores en su informe, porque la


concesión del amparo no tendría ningún efecto restitutivo para la parte
Quejosa (que en alguna parte de su escrito lo denomina como “beneficio”),
pues el artículo Quinto Transitorio del Decreto por el que se emitió la reforma
en materia de justicia cotidiana prevé que la legislación procesal civil de la
federación y las entidades federativas continuará vigente hasta que se expida
y entre en vigor el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares. 22
En esta medida, la Quejosa puede llevar a cabo su objeto social sin que
exista ninguna restricción para que acuda ante los órganos competentes para
accionar la impartición y administración de justicia.

21 La Cámara de Senadores no transcribió esta jurisprudencia, pero se refiere indirectamente a ella.

Esto porque sí señaló que su argumento se basa en un pronunciamiento de la Segunda Sala según
el cual es necesario hacer un ejercicio de previsibilidad sobre los eventuales efectos de una
sentencia de amparo para verificar su procedencia, y es justamente en la jurisprudencia mencionada
donde se estableció este criterio.
La jurisprudencia de mérito es la de número 2a./J. 35/2012 (10a.), publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro VII, abril de 2012, Tomo 2, página 1059,
registro electrónico 2000583, de rubro y texto: “IMPROCEDENCIA. SE ACTUALIZA EN EL JUICIO
DE AMPARO SI EL JUZGADOR ADVIERTE QUE LOS EFECTOS DE UNA EVENTUAL
SENTENCIA PROTECTORA PROVOCARÍAN LA TRANSGRESIÓN DE SUS NORMAS O
PRINCIPIOS RECTORES. La técnica del juicio de amparo permite que, antes de examinar el fondo
de un asunto, se anticipe el efecto de la eventual concesión de la protección constitucional en favor
del quejoso, y así prever si la restitución en el goce del derecho violado resultaría alcanzable, pues
carecería de lógica y sentido práctico analizar el acto reclamado, si de antemano se advierte que la
declaración de inconstitucionalidad no tendría ejecutividad. El fundamento de este proceder se
apoya, por regla general, en el artículo 73, fracción XVIII, de la Ley de Amparo, en relación con otras
normas de ese mismo ordenamiento o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
cuyo enlace armónico ofrece una variedad de causas de improcedencia que impiden el dictado de
sentencias estimatorias cuyo cumplimiento fuera inaccesible. En esos términos, si a partir de un
ejercicio de previsibilidad sobre los efectos de una eventual sentencia protectora, el juzgador
advierte que la restitución del derecho provocaría la infracción de normas o principios rectores del
juicio de amparo, entonces la acción intentada resulta improcedente por dictar una sentencia carente
de ejecutividad, porque el restablecimiento citado llegaría al extremo de desencadenar
consecuencias contrarias a la naturaleza del juicio de amparo y, por ende, a la regularidad
constitucional que busca preservar”.
22 Quinto. La legislación procesal civil y familiar de la Federación y de las entidades federativas

continuará vigente hasta en tanto entre en vigor la legislación a que se refiere la fracción XXX del
artículo 73 constitucional, adicionada mediante el presente Decreto, y de conformidad con el
régimen transitorio que la misma prevea. Los procedimientos iniciados y las sentencias emitidas con
fundamento en la legislación procesal civil federal y la legislación procesal civil y familiar de las
entidades federativas deberán concluirse y ejecutarse, respectivamente, conforme a la misma.

28
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

46. Esta Primera Sala no comparte este razonamiento de improcedencia. Por


un lado, el argumento de la Cámara de Senadores se relaciona sólo con la
impugnación de la primera omisión reclamada por la Quejosa; esto es, la
necesidad de que el Congreso de la Unión expida la legislación única en
materia procesal civil y familiar. Así, aun cuando fuera correcta su postura,
las omisiones de adaptar las leyes federales y generales al contenido de los
artículo 16 y 17 constitucionales no se verían afectadas.

47. Por otro lado, con independencia de esta deficiencia argumentativa, se


advierte que la ********** no impugnó la omisión legislativa absoluta del
Congreso de la Unión bajo el argumento de que no podía acceder a las
instituciones impartidoras de justicia bajo las condiciones procesales
existentes (es decir, con la legislación procesal civil que se aplica
actualmente). Más bien, su motivo de agravio consiste en que la citada
legislación única y las reformas a las leyes vendrían a mejorar el acceso a la
justicia y la seguridad jurídica (esto conforme a la exposición de motivos de
la reforma constitucional en materia de justicia cotidiana 23); de modo que la

23 El proceso legislativo que culminó con esta reforma constitucional estuvo integrado por dos

iniciativas, la primera referente a la reforma del artículo 73 y la segunda sobre los artículos 16 y 17
constitucionales. La exposición de motivos a la que se hace referencia en este punto es la primera,
específicamente, la cual es del tenor siguiente:
“[La] diversidad de contenidos en las normas procesales del país, ha generado diversos obstáculos
para que las personas puedan acceder a una justicia expedita en la materia civil y familiar debido a
la existencia de reglas, plazos, términos, criterios y sentencias distintas y a veces contradictorias
entre sí, en relación a un mismo procedimiento. Lo anterior, provoca en el ciudadano un estado de
incertidumbre respecto a la aplicación y sentido de la justicia.
Las relaciones civiles y familiares son los cimientos para una convivencia armónica y pacífica en
nuestra sociedad, es decir, son las relaciones que las personas perciben en el día a día, en la
cotidianeidad. Por ello, resulta indispensable establecer una misma base regulatoria que fije los
elementos necesarios para fortalecer, unificar y agilizar este tipo de justicia en todo el país, y darle
a las personas una mayor seguridad y certidumbre jurídica en los procedimientos del orden civil y
familiar.
En ese orden de ideas, se requiere de procedimientos homologados en todo el territorio nacional
para dirimir las controversias entre particulares, por ello se propone con esta reforma constitucional
habilitar al Congreso de la Unión para que expida la legislación única en materia procesal civil y
familiar, la cual permitirá prever procedimientos expeditos y uniformes en toda la República;
minimizar las formalidades en las actuaciones judiciales y eliminar la diversidad de criterios judiciales
sobre una misma institución procesal.
En virtud de lo anterior, estas nuevas reglas deberán atender a los más altos estándares
internacionales en materia de acceso a un recurso sencillo, rápido y efectivo, que permitan eficientar
y agilizar el desarrollo de los procedimientos y juicios en materia civil y familiar.
[…]
Asimismo, con la adición al artículo 73 de la Constitución Política que se propone, se podrán
establecer políticas públicas para mejorar de manera transversal la administración e impartición de
justicia civil y familiar, detectar las áreas de oportunidad e identificar e implementar las buenas
prácticas en esta materia, a fin de que las personas obtengan soluciones efectivas a sus problemas
cotidianos.
Es importante señalar que la presente Iniciativa forma parte de las soluciones propuestas para
mejorar el acceso a la justicia en México por las mesas de trabajo de los Diálogos por la Justicia

29
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

omisión en su expedición y la falta de adecuación de otras leyes generales y


federales conllevaba una afectación a su objeto social y, consiguientemente,
a sus derechos humanos.

48. En consecuencia, a juicio de esta Primera Sala y para efectos del ejercicio
de previsibilidad sobre los posibles efectos de la sentencia de amparo en el
caso concreto, la pregunta que debemos responder no es si la vigencia de
los códigos procesales civiles y familiares vigentes permite que la Quejosa
acuda ante los tribunales a hacer valer alguna acción (como lo pretende
hacer valer la Cámara de Senadores). La interrogante que resulta relevante,
a la luz de la idea de previsibilidad, es si la expedición de la legislación única
en materia procesal civil y familiar y la adecuación de otras leyes en
cumplimiento de una norma transitoria de la Constitución tiene o no una
incidencia en los derechos de la Quejosa que lleve a la concesión del amparo
y, por lo tanto, si esa orden de restitución de derechos provocará o no una
infracción a normas constitucionales que rigen el juicio de amparo (distinta a
la de relatividad o interés).

49. Así las cosas, se insiste, no se coincide con la petición de improcedencia de


la Cámara de Senadores. Primero, el análisis de previsibilidad en el caso
concreto implica necesariamente un examen del estudio sustantivo de los
argumentos de invalidez y de las normas constitucionales aplicables al caso;
ello, pues para adoptar una conclusión debe analizarse, por lo menos, la
existencia o no del deber legislativo, su acatamiento o incumplimiento y las
consecuencias de ello en los derechos de la Quejosa para efectos de valorar
la concurrencia de un beneficio. Circunstancia que lleva a entrar al estudio
de fondo del asunto, mas que a declarar la improcedencia.

50. Segundo, la vigencia de la normatividad procesal civil y familiar de la


Federación y de las entidades federativas (en términos del artículo Quinto

Cotidiana, en las que participaron diversos representantes de organizaciones de la sociedad civil,


instituciones académicas, colegios de abogados, organismos constitucionales autónomos y
representantes de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, del ámbito federal como locales.
Dichas mesas de trabajo concluyeron, de manera general, que ante los ojos de la ciudadanía el
sistema de justicia civil y familiar es lento, incierto, discriminatorio, complicado y costoso.
En suma, contar con procedimientos homologados en todo el país reducirá costos para los
particulares, acelerará la solución de los conflictos y evitará disparidades en los criterios judiciales
entre los distintos tribunales del país, lo que favorece a la seguridad jurídica.” (Énfasis añadido).

30
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

Transitorio del Decreto de reforma constitucional de quince de septiembre de


dos mil diecisiete) que se encontraba previa a la reforma constitucional, así
como la eventualidad de que a partir de estas normas la Quejosa lleve a cabo
acciones que tiendan al cumplimiento de su objeto social, no es un obstáculo
para que el presente amparo le resulte favorable en caso de ser concedido.
El objetivo del Poder Constituyente al reformar los artículos 16, primer
párrafo, y 17, tercer párrafo, y al adicionar la fracción XXX del artículo 73, de
la Constitución Federal, fue homogeneizar los procesos civiles en toda la
República y fortalecer la justicia cotidiana a fin de mejorar la administración
de justicia.

51. Por ello, lo que la Quejosa pretende conseguir a través de este juicio de
emparo no es mejorar el acceso a la justicia de cualquier modo ni acceder a
la justicia de cualquier forma; lo que busca es que se ordene al Congreso de
la Unión el acatamiento de un mandato constitucional de legislar a fin de
poder cumplir realmente su objeto social con base en los presupuestos
procesales y sustantivos ordenados por el Poder Constituyente en la
Constitución en materia civil y familiar que, a su juicio, son el fundamento
necesario para una correcta impartición de justicia en el país. Insistiendo en
que, la falta de acatamiento de este deber de legislar efectivamente genere
una violación a sus derechos humanos (dando lugar a un reparación concreta
en su esfera jurídica), es un pronunciamiento que sólo puede hacerse a partir
de un análisis de los elementos imbricados con el estudio de fondo del
asunto.

52. Y tercero, partiendo de la premisa anterior y atendiendo a las circunstancias


del caso, el efecto de la eventual concesión del amparo a la Quejosa (y, por
ende, la eventual restitución en el goce de sus derechos violados) resulta
alcanzable a través de una sentencia de amparo, al ser válidamente posible
dictar un fallo en el que se ordene emitir/adecuar la legislación respectiva
conforme a nuestra doctrina constitucional.

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AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

53. Siguiendo nuestros precedentes (en particular, el Amparo en Revisión


1359/2015 24), las omisiones legislativas propiamente dichas (como la que se
pretende reclamar en este caso) existirán cuando concurra “un mandato
constitucional que establezca de manera precisa el deber de legislar en un
determinado sentido y esa obligación haya sido incumplida total o
parcialmente” 25. Así, contrario a una idea restringida de la previsibilidad de la
restitución favorable de los derechos humanos de una persona en caso de
omisiones legislativas absolutas atribuibles al Poder Legislativo, no hay razón
para considerar que existe un impedimento infranqueable para que un juez
constitucional condene al Congreso de la Unión a emitir cierta legislación
cuando se haya incumplido un deber de legislar de rango constitucional: sí
tiene ejecutividad la declaración de inconstitucionalidad por violación de un
derecho humano ante omisiones legislativas absolutas.

24 Fallado por esta Primera Sala el quince de noviembre de dos mil diecisiete por mayoría de cuatro

votos de la y los Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente), José Ramón Cossío Díaz,
quien se reservó el derecho de formular voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien se
reservó el derecho de formular voto concurrente y la Ministra Presidenta Norma Lucía Piña
Hernández, quien también se reservó el derecho de formular voto concurrente, en contra del emitido
por el Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
25 Este criterio se refleja en la tesis 1a. LVIII/2018 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario

Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 55, Junio de 2018, Tomo II, página 965, de rubro y
texto: “JUICIO DE AMPARO INDIRECTO. ES PROCEDENTE CONTRA OMISIONES
LEGISLATIVAS. De una interpretación sistemática de la fracción I del artículo 103 y la fracción VII
del artículo 107 de la Constitución, en conexión con la fracción II del artículo 107 de la Ley de
Amparo, se desprende que el juicio de amparo indirecto es procedente contra omisiones legislativas
propiamente dichas, es decir, cuando exista un mandato constitucional que establezca de manera
precisa el deber de legislar en un determinado sentido y esa obligación haya sido incumplida total o
parcialmente. En efecto, si el Poder Legislativo puede considerarse autoridad responsable para
efectos del juicio de amparo y la Constitución acepta que las omisiones pueden ser actos
reclamados, en principio esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia considera que desde
una óptica constitucional el juicio de amparo indirecto es procedente contra omisiones legislativas.
Con todo, para poder sostener de manera concluyente que el juicio de amparo indirecto es
procedente, además debe descartarse que ese impedimento procesal pueda desprenderse de los
principios constitucionales que disciplinan al juicio de amparo. En este orden de ideas, se estima
que en este caso no se vulnera el principio de relatividad porque dicho principio debe ser
reinterpretado a la luz del nuevo marco constitucional que disciplina al juicio de amparo y, por tanto,
es perfectamente admisible que al proteger a la persona que ha solicitado el amparo de manera
eventual y contingente se pueda llegar a beneficiar a terceros ajenos a la controversia constitucional.
De todo lo anterior, se desprende que el juicio de amparo indirecto es procedente para combatir
omisiones legislativas absolutas”.
Asimismo, guarda aplicabilidad el criterio que se refleja en la tesis 1a. XVIII/2018 (10a.), publicada
en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 52, Marzo de 2018,
Tomo I, página 1107: de rubro y texto: “TIPOS DE OMISIONES COMO ACTOS DE AUTORIDAD
PARA FINES DEL JUICIO DE AMPARO. Pueden identificarse al menos tres tipos de omisiones en
función del ámbito de competencia de las autoridades a las que se atribuye el incumplimiento de un
deber: omisiones administrativas, omisiones judiciales y omisiones legislativas. Dentro de las
omisiones legislativas puede a su vez distinguirse entre las omisiones legislativas absolutas y las
relativas. Ahora, según lo resuelto por el Pleno en la controversia constitucional 14/2005, las
primeras se presentan cuando el órgano legislativo "simplemente no ha ejercido su competencia de
crear leyes en ningún sentido"; en cambio, las segundas ocurren cuando el "órgano legislativo [ha]
ejercido su competencia, pero de manera parcial o simplemente no realizándola de manera
completa e integral, impidiendo así el correcto desarrollo y eficacia de su función creadora de leyes”.

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AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

54. El Congreso, por más que se trata de un órgano que goza de


representatividad democrática, es un órgano constituido a partir de la propia
Constitución Federal y, por lo tanto, se encuentra sujeto al cumplimiento
invariable de su contenido. La decisión entonces de amparar a una persona
con la consecuente orden de acatamiento del deber de legislar no es una
decisión discrecional por parte de un juez o que intervenga injustificadamente
en el procedimiento legislativo, sino una consecuencia de que se haya
identificado un deber de legislar y que se haya incumplido dicho mandato
constitucional.

55. Cuando la Constitución establece un deber de legislar respecto de algún


tema en específico a cargo del Poder Legislativo, el ejercicio de la facultad
de legislar deja de ser discrecional y se convierte en una competencia de
ejercicio obligatorio. En este escenario, la única manera de mantener un
estado de regularidad constitucional es que los tribunales de amparo estén
en aptitud de determinar si en un caso concreto una omisión de legislar se
traduce además en una vulneración a los derechos de las personas; con
independencia de que se trate de una acción o una omisión, ni de la jerarquía
o naturaleza de la autoridad a la que se le atribuya ese acto.

56. Además, la probable concesión del amparo a la Quejosa, aun cuando


conlleve una orden de legislar, no genera una violación a otras normas de
rango constitucional rectoras del juicio de amparo (distintas a las de interés
o relatividad). Como se resolvió en el citado Amparo en Revisión 1359/2015,
las omisiones legislativas absolutas propiamente dichas pueden ser
categorizadas como un acto reclamado en el juicio de amparo. La fracción I
del artículo 103 de la Constitución Federal y la fracción II del artículo 107 de
la Ley de Amparo no hacen distinciones sobre el tipo de omisiones que
pueden ser reclamadas. Tampoco en ninguna otra disposición constitucional
o de la Ley de Amparo se excluyen a las omisiones atribuidas al legislador.

IX. ESTUDIO DE LOS RECURSOS

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AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

57. Una vez superado el aspecto de procedencia cuyo análisis había quedado
pendiente, nos encontramos en posibilidad de entrar en el estudio de los
recursos de revisión.

58. Al respecto, vistos de manera conjunta, las Cámaras del Congreso de la


Unión plantearon los siguientes cuatro razonamientos de agravio en sus
recursos de revisión (no necesariamente en este orden):

• Primero, la Cámara de Senadores reiteró su argumento sobre la


necesidad de realizar un ejercicio de previsibilidad sobre los efectos de
la eventual sentencia, del que resultaría la improcedencia del amparo.
• Segundo, la Cámara de Diputados señaló que la materia del amparo
es de mera legalidad.
• Tercero, ambas Cámaras del Congreso cuestionaron el
reconocimiento del interés legítimo de la Quejosa para reclamar la
omisión legislativa absoluta.
• Y cuarto, ambas Cámaras del Congreso manifestaron genéricamente
que lo argumentado en la sentencia era incorrecto y que, más bien,
debió haberse negado el amparo en su caso; en particular, porque no
se hizo realmente un análisis de violación de un derecho humano y fue
inadecuada la condena por omisión legislativa 26.

26 Atendiendo a la causa de pedir, esta Primera Sala estima que los argumentos de las Recurrentes
también están orientados a controvertir que la omisión legislativa reclamada constituya una violación
del derecho de acceso a la justicia de la Quejosa.
De un estudio íntegro de sus recursos de revisión se desprende un planteamiento de agravio
respecto a la consideración del Juez de Distrito de que esta omisión es inconstitucional por violar
derechos fundamentales. Lo anterior porque, a la hora de controvertir el interés legítimo de la
Quejosa, las Cámaras (particularmente la de Senadores) no solo cuestionaron el vínculo de la
********** con el derecho de acceso a la justicia; más bien, plantearon que aun cuando se les obligara
a cumplir con la omisión reclamada, la Quejosa no vería ningún efecto positivo en su esfera jurídica
en relación con el derecho de acceso a la justicia. A nuestro entender, esto presupone
necesariamente que la omisión legislativa reclamada no constituye una violación al derecho
mencionado.
Además, debemos recordar el argumento de la Cámara de Senadores sobre la vigencia de los
códigos de procedimientos y familiares estatales y de la Ciudad de México (vigencia derivada del
artículo quinto transitorio del Decreto de la reforma constitucional en materia de justicia cotidiana).
Según vimos, lo que planteó esta Cámara es que el hecho de que estos ordenamientos continúen
vigentes implica que la omisión reclamada no le causa ningún agravio a la Quejosa en su derecho
de acceso a la justicia, lo que nuevamente presupone que la omisión de mérito no es violatoria de
este derecho.
Así, de una lectura íntegra de los recursos y atendiendo a la causa de pedir, nos resulta evidente
que existe un cuestionamiento de fondo en cuanto a la inconstitucionalidad de la omisión legislativa
reclamada; en específico, se controvierte que esta omisión resulte en un menoscabo del derecho
de acceso a la justicia.
En este punto cobra aplicación la jurisprudencia P./J. 69/2000 del Pleno de esta Suprema Corte,
Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XII, agosto
de 2000, página 5, de rubro: “AGRAVIOS EN RECURSOS INTERPUESTOS DENTRO DEL JUICIO

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AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

59. El primer argumento debe declararse infundado por las razones expuestas
en el apartado de procedencia de esta ejecutoria, en donde de estudió el
planteamiento de la Cámara de Senadores. De igual forma, el segundo
argumento también resulta infundado, pues es claro que el objeto de la
impugnación en la demanda de amparo consiste en la falta de
implementación de una reforma constitucional, y de la simple lectura de la
demanda de amparo se desprende que se alega una violación de derechos
fundamentales y de diversos artículos de la Constitución Federal. Así, es
evidente que no nos encontramos en un caso en el que solo se hayan
alegado cuestiones de legalidad.

60. En cuanto a las líneas de agravio tercera y cuarta, relativas al


cuestionamiento sobre el interés legítimo de la Quejosa y el fondo del asunto,
como se ha venido señalando, esta Primera Sala estima que son aspectos
que se encuentran íntimamente interrelacionados por vincularse con el
derecho humano al acceso a la justicia. Asimismo, es notorio que requieren
un análisis detallado en atención a las particularidades del caso concreto.
Por lo tanto, para facilitar la exposición argumentativa, el presente
considerando se dividirá en dos sub-apartados (los cuales tendrán a su
vez subdivisiones): el primer sub-apartado consistirá en el estudio del
aspecto relativo al interés legítimo (A) y, en el segundo, se estudiará la
inconformidad de fondo respecto a la concesión del amparo por actualizarse
una omisión legislativa absoluta inconstitucional (B).

A. Examen del interés legítimo

61. Tal como se describió al inicio de la sentencia, el Juez de Distrito reconoció


el interés legítimo de la ********** para cuestionar las omisión legislativa
reclamadas a partir de un análisis de tres gradas. Primero se preguntó si
existía una norma constitucional en la que se estableciera o tutelara un
interés difuso en beneficio de una colectividad determinada; segundo, se
cuestionó si las omisiones reclamadas transgredían ese interés difuso y, por

DE AMPARO. PARA QUE SE ESTUDIEN BASTA CON EXPRESAR EN EL ESCRITO RELATIVO,


RESPECTO DE LAS CONSIDERACIONES QUE SE CONTROVIERTEN DE LA RESOLUCIÓN
IMPUGNADA, LA CAUSA DE PEDIR”.

35
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

último, evaluó si la Quejosa pertenecía a la colectividad a la que estaba


dirigido el interés difuso previamente identificado.

62. Respecto al primer requisito, sostuvo que del artículo 73, fracción XXX,
constitucional se desprende un interés difuso de la colectividad en que exista
uniformidad en todo el país en las normas que deben regir los procedimientos
civiles y familiares, lo que atiende a razones de seguridad jurídica. También
consideró que se actualizaba el segundo requisito en la medida en que el
Congreso de la Unión ha incumplido el mandato de la Constitución Federal
de (i) expedir el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, y
(ii) adecuar las leyes generales y federales que corresponda de acuerdo con
los artículos 16 y 17 constitucionales, lo que genera inseguridad jurídica.
Finalmente, adujo que la Quejosa pertenece a la colectividad a la que está
dirigido el interés colectivo, pues su objeto social comprende “pugnar por el
mejoramiento de la administración de justicia y la correcta aplicación del
derecho;” además, consideró importante destacar que se trata de una
asociación integrada por “profesionistas del derecho.”

63. En contra de estas consideraciones, las recurrentes plantearon una gran


variedad de agravios que pueden sintetizarse en dos líneas argumentativas.
Por un lado, sostuvieron que el objeto social de la Quejosa es insuficiente
para acreditar los elementos del interés legítimo, pues era necesario
acreditar que efectivamente ha ejercido ese objeto social; así, dado que la
única prueba que obra en el expediente es su acta constitutiva y sus
estatutos, el Juez no le debía reconocer un interés legítimo. Por otro lado,
señalaron que no se acreditaba el interés ya que en realidad la Quejosa no
tiene una situación especial frente al ordenamiento jurídico y no tendrá un
beneficio jurídico actual en su esfera jurídica; además, se manifestó que esta
equivocada apreciación sobre el interés legítimo se demuestra ante la
ausencia de un estudio específico del derecho involucrado por parte del Juez
de Distrito (desatendiéndose lo fallado en el Amparo en Revisión
323/2014) 27.

27 Resuelto por esta Primera Sala el once de marzo de dos mil quince por unanimidad de votos.

36
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

64. Adelantando nuestras conclusiones, esta Primera Sala considera


infundados todos estos razonamientos de agravio. A nuestro juicio, la
Quejosa sí cuenta con interés legítimo para impugnar las omisiones
legislativas absolutas reclamadas.

65. Para explicar estas conclusiones, el presente sub-apartado se dividirá a su


vez en tres secciones. En la primera se dará cuenta de la doctrina
constitucional de esta Corte sobre el interés legítimo y se harán algunas
precisiones en atención al caso concreto (A.1). En la segunda nos
detendremos en la naturaleza del derecho de acceso a la justica por ser el
derecho fundamental en cuestión y destacaremos el rol de las barras de
abogados en su protección (A.2). A la luz de estas consideraciones, en la
tercera sección, se analizarán los agravios de las recurrentes relativos al
interés legítimo de la Quejosa (A.3).

A.1. Doctrina constitucional sobre el interés legítimo

66. El concepto de interés legítimo fue introducido a nuestro orden jurídico con
la reforma constitucional del seis de junio de dos mil once. A partir de una
modificación a la fracción I del artículo 107, se estableció que el juicio de
amparo podría instarse por “quien aduce ser titular de un derecho o de un
interés legítimo individual o colectivo, siempre que alegue que el acto
reclamado viola los derechos reconocidos por esta Constitución y con ello se
afecte su esfera jurídica, ya sea de manera directa o en virtud de su especial
situación frente al orden jurídico.” 28

Criterio general

28 Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción
de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley
reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:
I. El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada, teniendo tal carácter quien
aduce ser titular de un derecho o de un interés legítimo individual o colectivo, siempre que alegue
que el acto reclamado viola los derechos reconocidos por esta Constitución y con ello se afecte su
esfera jurídica, ya sea de manera directa o en virtud de su especial situación frente al orden jurídico.
Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales judiciales, administrativos o del
trabajo, el quejoso deberá aducir ser titular de un derecho subjetivo que se afecte de manera
personal y directa; […]

37
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

67. La línea de precedentes sobre este concepto inicia con el Amparo en


Revisión 366/2012, en donde esta Primera Sala aventuró una primera
definición mínima del interés legítimo, al que se caracterizó como “aquel
interés personal —individual o colectivo—, cualificado, actual, real y
jurídicamente relevante, que pueda traducirse, si llegara a concederse el
amparo, en un beneficio jurídico en favor del quejoso.” Adicionalmente, se
precisó que “dicho interés deberá estar garantizado por un derecho objetivo,
sin que dé lugar a un derecho subjetivo; debe haber una afectación a la
esfera jurídica del quejoso en sentido amplio, que puede ser de índole
económica, profesional, de salud pública, o de cualquier otra índole.” 29

68. El siguiente precedente relevante fue la Contradicción de Tesis 111/2013,


en donde el Pleno de esta Suprema Corte precisó los alcances del interés
legítimo. 30 Al tratarse de una contradicción de tesis, el asunto permitió un
análisis abstracto de este concepto, lo que dio paso a que se estableciera el
marco general dentro del cual se ha movido esta Corte al estudiar el interés
legítimo a la luz de los casos particulares. 31

69. En primer lugar, en este precedente se señaló que el interés legítimo se ubica
en un plano intermedio entre el interés jurídico y el interés simple, pues “no
se exige acreditar la afectación a un derecho subjetivo [como en el caso del
interés jurídico], pero tampoco implica que cualquier persona pueda
promover la acción [como sería con el interés simple].” Más bien, el interés
legítimo “requiere de una afectación a la esfera jurídica entendida en un
sentido amplio, ya sea porque dicha intromisión es directa, o porque el
agravio deriva de una situación particular que la persona tiene en el orden
jurídico.” 32

29 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 366/2012, fallado
el cinco de septiembre de dos mil doce por unanimidad de votos, pár. 49.
30 Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Contradicción de Tesis 111/2013,

fallada el cinco de junio de dos mil catorce por mayoría de ocho votos en relación con el resolutivo
tercero (que es el que aquí se comenta).
31 Entre otros, véanse los Amparos en Revisión 216/2014, 323/2014, 566/2015, 1359/2015, todos

de esta Primera Sala. Del lado de la Segunda Sala se puede citar como uno de los precedentes más
recientes en el tema el Amparo en Revisión 839/2019.
32 Ibid. p. 37. Cabe apuntar que estas consideraciones se retomaron desde el Amparo en Revisión

366/2012, en donde ya se había afirmado esta posición intermedia (párrafo 45 de la sentencia).

38
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

70. En segundo lugar, se señaló que el interés legítimo requiere de un “vínculo


entre una persona y una pretensión, de tal forma que la anulación del acto
que se reclama produce un beneficio o efecto positivo en su esfera jurídica,
ya sea actual o futuro pero cierto.” En este sentido, el requisito de que el
beneficio o efecto positivo sea “cierto” implica que sea “real y actual, no
hipotético”.

71. Bajo estas premisas, el Pleno determinó que la existencia de un interés


legítimo requiere “la existencia de una afectación en cierta esfera jurídica –
no exclusivamente en una cuestión patrimonial–, apreciada bajo un
parámetro de razonabilidad, y no sólo como una simple posibilidad.” Así, la
eventual sentencia protectora debe implicar “la obtención de un beneficio
determinado, el cual no puede ser lejanamente derivado, sino resultado
inmediato de la resolución que en su caso llegue a dictarse.” 33

72. Aclarándose que dicho parámetro de razonabilidad, sin embargo, “no se


refiere a los estándares argumentativos empleados por esta Suprema Corte
para analizar la validez de normas jurídicas, sino al hecho de que la
afectación a la esfera jurídica del quejoso en sentido amplio debe ser posible,
esto es, debe ser razonable la existencia de tal afectación. Por tanto, dicho
término se refiere a la lógica que debe guardar el vínculo entre la persona y
la afectación aducida.” 34

73. Asimismo, se determinó que el interés legítimo está sujeto a prueba; es decir,
no es suficiente con que el quejoso manifieste tener dicho interés, sino que
debe acreditarlo. Sin que para ello se requiera forzosamente de una prueba
directa, pues puede inferirse. 35 De igual manera, se afirmó que el interés
legítimo tiene una aplicación particularmente útil para la protección de los
intereses colectivos, por lo que ha resultado adecuado para justificar la

33 Ibid. p. 37-38.
34 Ibid. p. 38.
35 Sobre este punto, vale apuntar desde ahora que los medios de inferencia que ha utilizado esta

Corte no se restringen a las pruebas que obran en los expedientes, sino que también se ha recurrido
a hechos notorios (esto particularmente en el Amparo en Revisión 1359/2015, el cual será materia
de comentario más adelante).

39
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

legitimación a entidades de base asociativa, tales como asociaciones civiles


u organizaciones no gubernamentales. 36

74. Bajo estas premisas, el Pleno sintetizó las notas características del interés
legítimo de la siguiente manera:

a) Implica la existencia de un vínculo entre ciertos derechos


fundamentales y una persona que comparece en el proceso.

b) El vínculo no requiere de una facultad otorgada expresamente por el


orden jurídico; más bien, la persona con interés se encuentra en aptitud
de expresar un agravio diferenciado al resto de los integrantes de la
sociedad, al tratarse de un interés cualificado, actual, real y
jurídicamente relevante.

c) Consiste en una categoría diferenciada y más amplia que el interés


jurídico, pero tampoco se trata de un interés genérico de la sociedad
como ocurre con el interés simple. Es decir, implica el acceso a los
tribunales competentes ante posibles lesiones jurídicas a intereses
jurídicamente relevantes y, por ende, protegidos. En otras palabras,
debe existir un vínculo con una norma jurídica, pero basta que la misma
establezca un derecho objetivo, por lo que no se exige acreditar la
afectación a un derecho subjetivo, pero tampoco implica que cualquier
persona pueda promover la acción.

d) La concesión del amparo se traduciría en un beneficio jurídico en favor


del quejoso; es decir, un efecto positivo en su esfera jurídica, ya sea
actual o futuro pero cierto, mismo que no puede ser lejanamente
derivado, sino resultado inmediato de la resolución que en su caso
llegue a dictarse.

e) Debe existir una afectación a la esfera jurídica del quejoso en un sentido


amplio, apreciada bajo un parámetro de razonabilidad y no sólo como

36 Este vínculo, se dijo, entre un interés difuso o colectivo y el interés legítimo es contingente; el
primero responde al número de personas que pueden tener un interés en especial, y el segundo se
refiere al grado de afectación que reciente la esfera jurídica de uno o varios gobernados

40
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

una simple posibilidad, esto es, una lógica que debe guardar el vínculo
entre la persona y la afectación aducida.

f) Así, el quejoso tiene un interés propio distinto del de cualquier otro


gobernado, consistente en que los poderes públicos actúen de
conformidad con el ordenamiento jurídico, cuando con motivo de tales
fines se incide en el ámbito de dicho interés propio.

g) La situación jurídica identificable surge por una relación específica con


el objeto de la pretensión que se aduce, ya sea por una circunstancia
personal o por una regulación sectorial.

h) Si bien en una situación jurídica concreta pueden concurrir el interés


colectivo o difuso y el interés legítimo, lo cierto es que tal asociación no
es absoluta e indefectible. Esto implica que un aspecto es el concepto
de interés atendiendo al número de personas que se ven afectadas
(interés individual o colectivo/difuso) y otro muy distinto el concepto de
interés atendiendo al nivel de afectación o intensidad de relación con la
esfera jurídica de que se trate (interés simple, legítimo o jurídico). Así,
el interés legítimo no es sinónimo ni puede equipararse al interés
colectivo/difuso.

i) Debido a su configuración normativa, la categorización de todas las


posibles situaciones y supuestos del interés legítimo deberá ser
producto de la labor cotidiana de los juzgadores de amparo al aplicar
dicha figura jurídica. Es decir, el criterio contenido en la presente
sentencia no constituye un concepto cerrado o acabado sobre el interés
legítimo, sino que contiene los elementos suficientes para adaptarse a
diversas situaciones, así como notas distintivas para no confundirse con
otros tipos de interés.

j) Finalmente, el interés debe responder a la naturaleza del proceso del


cual forma parte, es decir, el interés legítimo requiere ser armónico con

41
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

la dinámica y alcances del juicio de amparo, consistentes en la


protección de los derechos fundamentales de las personas. 37

75. Siendo importante enfatizar que todas estas características se definieron en


un plano de abstracción y su aplicación particular, se dijo, debía hacerse
poniendo especial atención en los hechos del caso concreto. Como se
manifestó en el propio precedente, la construcción jurisprudencial del interés
legítimo “deberá ser producto de la labor cotidiana de los diversos
juzgadores de amparo […] a la luz de los lineamentos emitidos por esta
Suprema Corte.” De aquí que en otro asunto esta Sala haya considerado
que nuestros precedentes proveen “una definición mínima y flexible […] cuyo
contenido se alimenta de elementos aproximativos,” y los casos concretos
requieren una aproximación “evaluativa y no mecánica.” 38 Por ello, el tejido
entre precedentes debe ser muy fino y hay que ser cuidadosos a la hora de
pretender analogías entre los distintos casos.

76. Ahora bien, en complemento a lo anterior y a partir de lo fallado en otros


precedentes (a los que aludiremos más adelante), es posible distinguir
algunas variables que han llevado a esta Suprema Corte a prestar
atención a distintos factores sobre la configuración del interés legítimo.

• Una primera variable depende de quién se presenta como peticionario


del amparo: persona física o persona moral. En este último caso
resulta relevante el tipo de persona jurídica (asociación civil, sociedad
anónima, organización no gubernamental, entre otras), sus fines
particulares (su objeto social) y su fecha de creación (para determinar
si es esperable que haya ejercido su objeto social).
• Otra variable sumamente importante es si el interés legítimo del que
se trata es individual y/o colectivo, lo que se relaciona íntimamente

37 De este asunto derivó la jurisprudencia P./J. 50/2014 (10a.) del Tribunal Pleno, Décima Época,
publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 12, Tomo I, noviembre de
2014, registro electrónico 2007921, de rubro: “INTERÉS LEGÍTIMO. CONTENIDO Y ALCANCE
PARA EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO (INTERPRETACIÓN DEL
ARTÍCULO 107, FRACCIÓN I, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS).”
38 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 216/2014, fallado

el cinco de noviembre de dos mil catorce por mayoría de cuatro votos, pár. 120. En el mismo sentido
se pronunció esta Sala en el Amparo en Revisión 323/2014, fallado el once de marzo de dos mil
quince por unanimidad de votos, pp. 39-40.

42
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

con la naturaleza del derecho que se pretende lesionado (que


recordemos que no debe ser un derecho subjetivo). De este modo,
tendrá que distinguirse si el derecho es de carácter
preponderantemente individual (como el derecho a votar), colectivo
(como el derecho al medio ambiente sano), o si admite una naturaleza
dual (como la libertad de expresión). 39

77. En los párrafos que siguen abundaremos sobre estas variables, ya que su
identificación y valoración son de especial relevancia para el caso que nos
ocupa: el derecho en torno al cual gira la controversia es el de acceso a la
justicia y la quejosa aduce que su violación se da en su vertiente colectiva.
Además, la Quejosa es una asociación civil, por lo que ha sido peculiar la
forma en que esta Suprema Corte ha determinado la manera en que se
identifica su interés legítimo; por ejemplo, valorando su objeto social y su
actuación en el ámbito jurídico (un ejemplo claro se dio en el Amparo en
Revisión 1359/2015, donde se reconoció el interés legítimo de una persona
moral dedicada a promover la libertad de expresión en contra de una omisión
legislativa absoluta).

El reconocimiento del interés legítimo

78. En relación con la segunda variable referida en el párrafo anterior, el primer


asunto en el que esta Sala se pronunció sobre las características del interés
legítimo y su relación con derechos de naturaleza colectiva fue en el
Amparo en Revisión 323/2014. 40 En este caso, una asociación civil reclamó
diversas omisiones por parte de varias autoridades federales, las cuales
repercutían negativamente en el derecho a la educación.

79. Por las características particulares del asunto, esta Sala apreció el interés
legítimo de una forma diferenciada a como lo había hecho anteriormente,
reconfigurando la jurisprudencia; ello, pues en los casos de interés legítimo
fallados con anterioridad a este precedente, se habían resuelto controversias

39 En cierta medida, esta distinción explica el tratamiento particular y con ciertas notas diferentes del
interés legítimo en los Amparos en Revisión 216/2014 (relativo al derecho de propiedad), 307/2016
(relativo al derecho al medio ambiente sano) y 1359/2015 (relativo a la libertad de expresión e
información).
40 Citado supra, nota 28.

43
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

en torno a un interés legítimo relacionado con el goce individual de un


derecho humano:

• Por ejemplo, en el Amparo en Revisión 366/2012, 41 el quejoso era


una persona física que impugnó la omisión del Congreso de la Unión
de expedir la nueva Ley de Amparo: se determinó que carecía de un
interés que lo diferenciara del resto de la población pues, aunque dijo
ser abogado, su reclamo era desde una perspectiva individual y su sola
profesión no lo diferenciaba del resto de la población en un interés
particular e individualizado en la protección de este derecho.
• Tiempo después, en la Contradicción de Tesis 553/2012 42 se
determinó que una persona particular puede tener un interés legítimo
cuando reciente una afectación colateral por la aplicación de un acto
del cual no es destinatario, sino un tercero que tiene una relación
particular con la persona que sí es destinataria. Empero, se dijo que
esta afectación debe tener un impacto particular en el tercero que sea
individual, actual y real.
• Esta misma línea es la que se siguió en el Amparo en Revisión
152/2013 43 y en el Amparo en Revisión 216/2014 44. En este último
se resolvió que los quejosos no alegaban un interés jurídico colectivo
que los uniera para solicitar el amparo, sino que eran sujetos
individuales que formaron un litisconsorcio activo voluntario para
promover el juicio.
• El hilo que unía a todos estos precedentes era que la vulneración
alegada era de carácter individual, de modo que la pregunta sobre el
interés legítimo fue contestada desde una visión atomista. En parte,
esta metodología de estudio atendió a que en todos los casos los
quejosos eran personas físicas y, con excepción del Amparo en
Revisión 152/2013, el derecho con el que se relacionaban (o
pretendían relacionarse) de un modo diferenciado era de corte
individual o dual en su vertiente individual.

41 Citado supra, nota 30.


42 Fallada por esta Primera Sala de la Suprema Corte el seis de marzo de dos mil trece por
unanimidad de votos en cuanto al fondo del asunto.
43 Primera Sala de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, fallado el veintitrés de abril de dos mil

catorce por mayoría de cuatro votos.


44 Citado supra, nota 19.

44
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

80. No obstante, como se aprecia explícitamente del propio fallo del citado
Amparo en Revisión 323/2014, este estándar no era el más adecuado para
resolver tal asunto, en donde era una asociación civil la que se presentaba
como quejosa y el vínculo jurídico hecho valer era con el derecho a la
educación en su faceta social o colectiva. Esto llevó a que el estudio del
interés legítimo partiera de un análisis integral de la naturaleza del derecho y
del objeto social de la quejosa, y con base en estos elementos se estudió
cómo se integraba el uno con el otro en la petición del amparo.

81. Así, lo primero que se hizo fue definir a la educación como un derecho social
con una estructura jurídica compleja, la cual se integra por distintas
relaciones y cuyas obligaciones y derechos no recaen en un solo individuo;
más bien, su cumplimiento efectivo requiere de un esfuerzo de coordinación
entre el Estado y la sociedad civil. Posteriormente, se hizo referencia al objeto
social de la quejosa y se dio cuenta de cómo este objeto social encajaba con
la estructura jurídica compleja del derecho a la educación.

82. En este análisis cobró particular relevancia el hecho de que la quejosa era
una asociación civil; por lo que aun cuando se reconoció que no era la
beneficiaria tradicional de este derecho (como lo sería un niño en particular),
se trataba de una persona moral con un rol particular en la garantía del
derecho en cuestión. Esto provocaba que su agravio fuera diferenciado y le
concedía un particular beneficio con la concesión del amparo, aun cuando
dicho beneficio también se extendería a más personas de la colectividad.

83. Misma metodología de análisis y conclusión se adoptó al fallar el citado


Amparo en Revisión 1359/2015. Aquí el centro del debate giró en torno al
derecho a la libertad de expresión. Aunque el acto omisivo reclamado (la
omisión del Congreso de la Unión de expedir la ley reglamentaria del párrafo
octavo del artículo 134 constitucional) podía considerarse que afectaba a
diversos sectores de la población (como a los medios de comunicación), esta
Primera Sala reconoció un interés especial a la asociación quejosa en
atención a su actividad en materia de libertad de expresión. El punto medular
fue la dimensión colectiva del derecho a la libertad de expresión y la

45
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

posición especial en la que se encontraba la parte quejosa en relación con la


omisión impugnada y el ejercicio de este derecho humano.

84. Idéntica particularidad sobre la dimensión colectiva de los derechos humanos


se identificó en el Amparo en Revisión 307/2016. 45 Si bien las quejosas en
este asunto eran personas físicas, esta Corte realizó un énfasis en el carácter
colectivo del derecho al medio ambiente sano y se puso en relieve su calidad
de bien público; esto es, de un bien cuyo acceso no presenta rivalidad (el
aprovechamiento del medio ambiente por parte de un individuo no bloquea o
dificulta que otro individuo lo aproveche) ni exclusión (una vez que mejora la
calidad ambiental no se puede excluir a los individuos de este beneficio). 46

85. A partir de ello, y en atención al principio de participación ciudadana que rige


la materia ambiental (parecido a lo que ocurre en materia educativa), se
concluyó que los juzgadores de amparo “sólo [deberán] determinar si quien
alega ser titular del derecho ambiental se beneficia o aprovecha los servicios
ambientales que presta el ecosistema que alega vulnerado.” Análisis que
debía hacerse de acuerdo con el principio de precaución, de modo que la
falta de evidencia científica sobre el daño ambiental alegado no fuera una
excusa para negar el interés legítimo (modulaciones en el criterio de esta
Corte sobre el interés legítimo que atendieron a la naturaleza particular del
medio ambiente como un bien público).

86. Por su parte, también debe subrayarse que la Segunda Sala comparte
nuestra apreciación sobre la importancia del carácter colectivo de los
derechos al momento de identificar un interés legítimo. En el Amparo en
Revisión 839/2019, 47 la Segunda Sala planteó que la naturaleza del derecho
en cuestión (derecho al medio ambiente sano) no era de corte individual, sino
que se configuraba como un bien público global que estaba sujeto a las
condiciones mencionadas de no rivalidad ni exclusión; reconociéndose el
interés a una asociación civil que se presentó como quejosa.

45 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fallado el catorce de noviembre de

dos mil dieciocho por unanimidad de votos.


46 Sobre estas características asociadas a los bienes públicos véase Hardin, R. (2003) The Free

Rider Problem. Stanford Enciclopedia of Philosophy, pp. 4-5.


47 Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 839/2019,

fallado el seis de mayo de dos mil veinte por mayoría de tres votos.

46
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

87. Siendo relevante resaltar que, esta condición de bien público global,
provocaba que la protección del medio ambiente esté sujeta a un problema
que se puede categorizar como de “polizón” o del “free rider”. Para la
Segunda Sala, esto significaba que no existen incentivos para que los
individuos en particular o de manera aislada defiendan el bien público en
cuestión, pues aun cuando el beneficio social que se obtendría puede ser
grande, el beneficio particular es mínimo y el costo de oportunidad suele ser
alto. Es decir, los individuos esperan a que sean otros (como el Estado u
otras personas) los que se preocupen por defender estos bienes, pero eso
no les impedirá beneficiarse de esta defensa. 48

88. Por eso, se consideró que la provisión o garantía de este tipo de bienes no
depende únicamente del Estado, ya que el derecho al medio ambiente sano
apareja un deber de cuidado como contracara del mismo derecho, y ese
deber es generalizado (aplica tanto a individuos privados como agentes
gubernamentales). En este sentido, resultaba entonces fundamental la
participación de la sociedad civil, y las asociaciones civiles y demás personas
colectivas están particularmente bien posicionadas para este fin.

89. Resaltándose por la Segunda Sala que existe una divergencia en la


acreditación del interés legítimo en relación con el derecho al medio ambiente
sano cuando se trata de una persona física y una asociación civil. Para las
primeras se pueden tener exigencias como “[habitar] en la localidad donde
se aduce la existencia de un daño.” En cambio, para las asociaciones
civiles, lo importante son “los elementos que [puedan] aportar a la protección
medioambiental”; es decir, su capacidad objetiva de proteger al medio
ambiente (en atención precisamente a su posición especial como
asociaciones civiles).

******

48Cfr. Hardin, R. citado supra, nota 30. Para un ejemplo particular de la aplicación de este concepto
a la materia ambiental, véase Hardin, G. (1968) The Tragedy of the Commons. The Garret Hardin
Society.

47
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

90. En suma, el elemento común de estos precedentes es que todos versan


sobre un interés legítimo en el que cobró una relevancia particular la
naturaleza difusa o colectiva de los derechos implicados y se habló, por ende,
de una estructura jurídica compleja del derecho a la educación, de la
dimensión colectiva de la libertad de expresión y del carácter de bien público
del medio ambiente. Si bien estos tres conceptos tienen sus importantes
diferencias, todos se utilizaron para destacar a su vez la importancia que
tiene la sociedad civil en su protección, en cuya tarea las sociedades
colectivas cobran un papel determinante.

91. Por lo tanto, es posible concluir que para evaluar el interés legítimo de una
persona en el juicio de amparo (que alega es colectivo) debe partirse de la
pregunta por la naturaleza del derecho implicado y la relación particular que
una sociedad colectiva pueda tener con la dimensión colectiva de dicho
derecho (su estructura compleja, su plano social, su carácter de bien público
o alguna característica análoga). Además, a diferencia de lo que sucede con
el interés jurídico visto desde un plano meramente individual, aquí, en
principio, no será relevante que la afectación al derecho con el acto, ley u
omisión reclamada sea más generalizada y que, consecuentemente, el
beneficio del amparo también pueda alcanzar a más personas. Eso, en su
caso, es una consecuencia del reconocimiento de ese interés legítimo.

La acreditación del interés legítimo de las asociaciones civiles

92. Aunado a lo anterior, como se adelantó, en casos de interés legítimo, existe


una singularidad en la forma en que puede acreditarse por parte de las
personas jurídicas (como las asociaciones civiles); aspecto en el que
debemos hacer ciertas aclaraciones adicionales pues, se reitera, uno de los
argumentos principales de las Recurrentes es que la Quejosa no cumplió con
su carga de la prueba en esta materia.

93. Al respecto, cobran particular relevancia tres de los precedentes comentados


en la sección previa: los Amparos en Revisión 323/2014, 1359/2015 y
839/2019. Estos casos guardan una fuerte analogía con el presente, pues en
todos ellos los quejosos fueron asociaciones civiles y, según vimos, los

48
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

derechos que se estimaron vulnerados eran de contenido social o lo fueron


en su aspecto colectivo.

94. En el Amparo en Revisión 323/2014, para acreditar el ejercicio del objeto


social de la quejosa se recurrió a diversas pruebas documentales que ésta
había aportado al juicio de amparo. Con base en este material probatorio se
tuvo por demostrada una relación especial y real de la quejosa con el derecho
a la educación y su rol activo como parte de la sociedad civil en la protección
de dicho derecho (en términos simples, demostrar su “compromiso social”
con la educación).

95. El Amparo en Revisión 1359/2015 difirió de este asunto en cuanto a la


presencia de pruebas documentales en el juicio. No obstante, esta Sala se
basó en diversos hechos notorios para para tener por acreditado el interés
legítimo de la quejosa. En este sentido, se tomó en cuenta desde la
información publicada en su página de internet hasta los diferentes litigios en
los que ha colaborado y que han sido resueltos por esta Corte.

96. Por su parte, en el Amparo en Revisión 839/2019 la quejosa presentaba la


particularidad de que su objeto social no contenía como fin específico la
protección del derecho al medio ambiente sano, sino la protección de los
derechos humanos en general. Sin embargo, esto no fue un impedimento
para reconocer su interés legítimo, pues la Segunda Sala estimó que, al
tratarse del derecho al medio ambiente sano, era suficiente con la cláusula
genérica. Además, consideró que en esta materia tampoco es necesario que
la quejosa acreditara una actividad previa en la defensa del medio ambiente.
Si bien este último criterio puede considerarse como restringido a la materia
ambiental y algunos derechos con el mismo tipo de repercusiones sociales
(tal como lo especificó la Segunda Sala en su sentencia), 49 se estima que el
criterio seguido en los otros dos precedentes comentados sí es susceptible
de generalización.

49En el párrafo 268 de la sentencia se afirma lo siguiente: “se estima que la legitimación por interés
legítimo de las asociaciones civiles que defienden genéricamente derechos humanos se encuentra
reconocida, en modo más flexible, exclusivamente para la defensa de derechos con repercusión
social, como el derecho al medio ambiente y a la protección de la salud; sin que esta sentencia
pretenda ampliarlo a otros casos de derechos eminentemente individuales.”

49
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

97. De este modo, conforme a nuestros precedentes, se concluye que el interés


legítimo de una asociación civil se puede acreditar a partir tanto de
pruebas específicas que se aportan al juicio (documentales, por
ejemplo) como de otro tipo de pruebas, como los hechos notorios sobre
la actividad de la asociación de mérito. Es decir, no es necesario
forzosamente una prueba directa de tipo documental, por lo que dicho interés
puede inferirse por el juzgador a través de otro tipo de pruebas directas o
indirectas.

A.2. El derecho de acceso a la justicia

98. El derecho que se encuentra imbricado en el asunto y que la Quejosa


sostiene que resulta afectado primordialmente por las omisiones reclamadas
es el derecho de acceso a la justica. Éste se encuentra reconocido, entre
otros, en los artículos 14, 17, 20, apartados B y C, de la Constitución Federal,
y los artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(CADH).

Contenido del derecho

99. Al respecto, debe destacarse que es criterio reiterado de esta Primera Sala
que uno de los elementos integrales del acceso a la justicia es el derecho a
la tutela jurisdiccional efectiva, el cual se define como el “derecho público
subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y términos que fijen
las leyes, para acceder de manera expedita a tribunales independientes e
imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el fin de
que, a través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se
decida sobre la pretensión o la defensa y, en su caso, se ejecute tal
decisión.” 50

50 jurisprudencia 1a./J. 103/2017 (10a.), Primera Sala, Décima Época, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Libro 48, Tomo I, noviembre de 2017, registro electrónico
2015591, de rubro y texto: “DERECHO DE ACCESO EFECTIVO A LA JUSTICIA. ETAPAS Y
DERECHOS QUE LE CORRESPONDEN. De los artículos 14, 17 y 20, apartados B y C, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, deriva el derecho de acceso efectivo a la justicia, el cual comprende, en adición
a determinados factores socioeconómicos y políticos, el derecho a una tutela jurisdiccional efectiva
y los mecanismos de tutela no jurisdiccional que también deben ser efectivos y estar fundamentados
constitucional y legalmente. Ahora bien, en la jurisprudencia 1a./J. 42/2007, de rubro: "GARANTÍA
A LA TUTELA JURISDICCIONAL PREVISTA EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN

50
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

100. A partir de esta definición, esta Sala ha desprendido que este derecho
comprende tres etapas, a las que corresponden tres derechos: “(i) una previa
al juicio, a la que le corresponde el derecho de acceso a la jurisdicción, que
parte del derecho de acción como una especie del de petición dirigido a las
autoridades jurisdiccionales y que motiva un pronunciamiento por su parte;
(ii) una judicial, que va desde el inicio del procedimiento hasta la última
actuación y a la que concierne el derecho al debido proceso; y, (iii) una
posterior al juicio, identificada con la eficacia de las resoluciones emitidas.”51

101. Asimismo, esta Corte ha destacado la importancia dual del acceso a la


justicia. Por un lado, constituye un derecho fundamental autónomo. Empero,
por otro lado, es el medio principal para hacer efectivos y restituir las
violaciones de los otros derechos fundamentales. Así, se ha reconocido una
dimensión procedimental del acceso a la justicia, la cual se extiende como
una garantía generalizada para toda la sociedad e implica un deber positivo
por parte del Estado de proveer el acceso a las vías jurisdiccionales y eliminar
las barreras que limiten o impidan dicho acceso. 52

102. En este mismo sentido se han pronunciado los Relatores Especiales sobre
la independencia de los magistrados y abogados del Consejo de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas. En sus diferentes informes, dichos
relatores han hablado del “carácter amplio del acceso a la justicia”, el cual
implica que “la ausencia de medios idóneos de acceso a la justicia, en última

POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. SUS ALCANCES.", la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación definió el acceso a la tutela jurisdiccional como el derecho
público subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, para
acceder de manera expedita a tribunales independientes e imparciales, a plantear una pretensión o
a defenderse de ella, con el fin de que, a través de un proceso en el que se respeten ciertas
formalidades, se decida sobre la pretensión o la defensa y, en su caso, se ejecute tal decisión; de
ahí que este derecho comprenda tres etapas, a las que corresponden tres derechos: (i) una previa
al juicio, a la que le corresponde el derecho de acceso a la jurisdicción, que parte del derecho de
acción como una especie del de petición dirigido a las autoridades jurisdiccionales y que motiva un
pronunciamiento por su parte; (ii) una judicial, que va desde el inicio del procedimiento hasta la
última actuación y a la que concierne el derecho al debido proceso; y, (iii) una posterior al juicio,
identificada con la eficacia de las resoluciones emitidas. Ahora, los derechos mencionados alcanzan
no solamente a los procedimientos ventilados ante Jueces y tribunales del Poder Judicial, sino
también a todos aquellos seguidos ante autoridades que, al pronunciarse sobre la determinación de
derechos y obligaciones, realicen funciones materialmente jurisdiccionales.”
51 Ibid.
52 La caracterización del acceso a la justicia como un “derecho procedimental” fue adoptada por esta

Sala en el Amparo en Revisión 352/2012, fallado el diez de octubre de dos mil doce por unanimidad
de votos. Esta caracterización fue reafirmada en el Amparo Directo en Revisión 1159/2014, fallado
el diez de septiembre de dos mil catorce por mayoría de cuatro votos.

51
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

instancia, priva a las personas del ‘derecho al derecho,’ al negarle los medios
reales para su efectivo ejercicio”. En definitiva, “la fijación de objetivos [en
materia de acceso a la justicia e imparcialidad judicial] debería reflejar el
hecho de que esos conceptos son, a la vez, fines en sí mismos, y medios
para hacer valer otros derechos humanos.” 53

103. Para esta Sala, esta segunda dimensión del acceso a la justicia le da un
carácter de derecho fundamental dual; esto es, tiene tanto una dimensión
de naturaleza individual como una colectiva. Tal como se afirmó en el
Amparo en Revisión 839/2019 respecto al derecho al medio ambiente sano, 54
si bien el acceso a la justicia puede repercutir en el ámbito de cada individuo
en particular, las decisiones y políticas públicas sobre este derecho
afectan a toda la sociedad. Por usar nuevamente las palabras del Relator
Especial sobre la independencia de los magistrados y abogados, las
decisiones en esta materia tienen la potencialidad de incidir en el “derecho al
derecho” de todos nosotros. Lo mismo sucede respecto al acceso a la
justicia.

104. Por su parte y bajo estas premisas, también es posible reconocer al acceso
a la justicia como un bien público. Con esto no pasamos por alto que existe
un amplio debate doctrinal sobre si este bien presenta las características de
no rivalidad y no exclusión; 55 no obstante, nuestra concepción del acceso a
la justicia como un bien público no se basa en un estudio descriptivo sobre
sus características económicas, sino en la razón normativa de que constituye
un derecho fundamental.

53 Despouy, L. (2008) Promoción y protección de todos los derechos humanos, civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales, incluido el derecho al desarrollo. Informe del Relator Especial
sobre la independencia de los magistrados y abogados A/HRC/8/4, párr. 58; y Knaul, G. (2014)
Independencia de los jueces y abogados. Informe del Relator Especial sobre la independencia de
los magistrados y abogados A/69/294, párrs. 58 y 88. En el mismo sentido véase García-Sayán, D.
(2017) Informe del Relator Especial sobre la independencia de los magistrados y abogados. Informe
del Relator Especial sobre la independencia de los magistrados y abogados A/HRC/35/31, párr. 67.
54 Segunda Sala, Op. Cit. Amparo en Revisión 839/2019, párr. 217.
55 Este debate se ha dado principalmente en el ámbito del análisis económico del derecho. Para una

posición a favor de la caracterización del acceso a la justicia como un bien público véase Núñez, R.
y Carrasco, N. (2015) Análisis Económico de la Administración de Justicia: ¿La Justicia como Bien
Público o Privado? Revista Chilena de Derecho Vol. 42, No. 2, pp. 593-613. Posiciones en contra
pueden encontrarse en Correa, J. et al. (2000) ¿Es la Justicia un Bien Público? Revista Perspectivas,
Universidad de Chile, vol. 3, No. 2, pp. 389-409; y Mery, R. (2006) Una aproximación Teórica y
Empírica a la Litigación Civil en Chile. Universidad Diego Portales, Centro de Investigación y
Desarrollo Empresarial.

52
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

105. Así, el acceso a la justicia debe garantizarse a todos sin que exista un límite
en el número de personas que lo esté ejerciendo en un determinado
momento, y no se debe excluir a nadie de la posibilidad de acceder a este
servicio; es decir, no debe existir rivalidad ni exclusión en la garantía del
acceso a la justicia por su carácter de derecho humano.

106. Esta imposibilidad normativa de rivalidad y exclusión también ha sido


reconocida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH)
al interpretar el artículo 25 de la CADH. En específico, el Tribunal
Interamericano ha dicho que “los Estados deben promover recursos
accesibles a toda persona para la protección de sus derechos;” de este
modo, “si una determinada acción es el recurso destinado por la ley para
obtener la restitución del derecho que se considera violado, toda persona que
sea titular de dicho derecho debe tener la posibilidad real de interponerlo.” 56

107. Además, la mera existencia formal de un recurso procesal, ya sea en la ley


o la Constitución, es insuficiente para cumplir con el derecho de acceso
a la justicia. La Corte IDH ha sido enfática en que dicho recurso debe ser
efectivo e idóneo para establecer si se ha incurrido en una violación a los
derechos humanos y proveer lo necesario para remediarla. 57 Por ende,
cuando existe denegación de justicia, cuando hay un retardo en la impartición
de la misma o cuando se presenta un impedimento sobre el acceso a los
recursos judiciales, la tutela jurisdiccional se vuelve ilusoria. 58

108. Asimismo, es posible derivar este carácter de bien público del derecho de
acceso a la justicia de la propia estructura que provee nuestra Constitución
en su artículo 17. 59 Para dar cuenta de ello, resulta útil transcribir los primeros
dos párrafos de dicha disposición:

56 Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Castañeda Gutman Vs. México, Sentencia de
6 de agosto de 2008 (excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas), párr. 106.
57 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-9/87, “Garantías judiciales

en estados de emergencia”, sentencia del 6 de octubre de 1987, párr. 24.


58 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Ivcher Bronstein vs. Perú, Sentencia de 6 de

febrero de 2001 (Reparaciones y Costas), párr. 137.


59 La interpretación el derecho de acceso a la justicia que se expone a continuación parte de lo dicho

por esta Primera Sala en el Amparo Directo en Revisión 993/2015, fallado el diecisiete de febrero
de dos mil dieciséis por unanimidad de cuatro votos, párrs. 54-56.

53
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni


ejercer violencia para reclamar su derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales
que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen
las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e
imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia,
prohibidas las costas judiciales.

109. Como se observa, el primer párrafo proscribe la venganza privada y la


posibilidad de los individuos de hacerse “justicia por propia mano;” a
continuación, el artículo establece la obligación del Estado de impartir justicia
a través de las instituciones y procedimientos previstos para tal efecto. A
interpretación de esta Primera Sala, ambos párrafos son correlativos y
funcionan como un sistema: debido a la imposibilidad de los particulares de
“hacerse justicia,” el Estado tiene la obligación de administrarla; dado que la
primera prohibición es generalizada y aplicada a todo individuo, el deber
estatal no puede ni debe excluir a nadie.

110. En otro aspecto, la misma disposición establece que el servicio de


administración de justicia será gratuito, por lo que prohíbe las costas
judiciales. Como lo ha reconocido un sector de la doctrina, 60 esta prohibición
se opone directamente a la posibilidad de concebir al acceso a la justicia
como un bien privado, pues representa la eliminación de una de las barreras
más grandes que podrían existir para acceder al sistema jurisdiccional; en
otras palabras, es una manera de hacer al bien no exclusivo.

111. En adición a todo lo anterior, es notable que la promoción y defensa del


acceso a la justicia puede sufrir de un problema caracterizado como “polizón”
o “free rider” (como lo entendió la Segunda Sala en el precedente citado para
otro derecho). La mejora en el sistema general de administración de
justicia por lo general es muy costosa en términos individuales y,
aunque su beneficio social puede ser grande, el beneficio individual
suele no superar los costos para una persona en lo individual. De aquí
que sea tan valiosa la participación de la sociedad civil en la defensa de este
derecho.

60 Núñez, R. y Carrasco, N. Op. Cit. p. 603.

54
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

112. Por su parte, las exigencias del derecho de acceso a la justicia no solo se
dan en términos cuantitativos; es decir, no basta con que más personas
tengan acceso al sistema jurisdiccional. De manera conjunta, este derecho
tiene un aspecto cualitativo que debe avanzarse en la mayor medida posible.
Esto no solo implica mejorar en aspectos como la escuela judicial o en las
tareas que dependen directamente del Poder Judicial, sino que también
comprende tener mejores leyes y ordenamientos que faciliten y eficienticen
la administración de justicia.

113. Finalmente, cabe resaltar que en complemento a esta visión dual del acceso
a la justicia, el acceso a la justicia implica necesariamente obligaciones tanto
negativas como positivas 61 (tal como se ha reiterado por la doctrina
especializada y por los precedentes de esta Suprema Corte) que evidencian
a su vez que el contenido de este derecho no es lineal, sino que es
multifacético. Además, este derecho es el fundamento de la independencia
judicial, principio base del funcionamiento de la judicatura como garantía
orgánica.

114. Sobre estos aspectos, la visión de que la mayoría de los derechos implican
acciones negativas y positivas fue recalcada al resolverse el Amparo en
Revisión 1351/2015, en donde el derecho sujeto a análisis fue la libertad de
expresión; un derecho que se ha concebido siempre en el centro de los
derechos de libertad. En dicho precedente, como ya vimos, esta Sala destacó
que la libertad de expresión no se circunscribe a la “esfera íntima” de los
individuos (lo que implicaría únicamente un deber de abstención por parte
del Estado de no intervenir con esta esfera), sino que tiene un plano colectivo
que le impone deberes positivos al Estado; en particular, sostuvimos que éste

61 La relevancia de este planteamiento radica en que rompe con la concepción de que los derechos
civiles y políticos (como lo es el acceso a la justicia) únicamente implican obligaciones de abstención
por parte del Estado, mientras que los derechos económicos sociales y culturales entrañan
obligaciones de hacer.
Conforme a esta posición, los derechos civiles y políticos solo obligarían al Estado a no hacer ciertas
cosas y, en particular, a no interferir con la esfera de libertad de los individuos; así, bastaría con
limitar la actividad estatal para garantizarlos. Los derechos económicos, sociales y culturales
(generalizados bajo la denominación de “derechos sociales”), por el contrario, exigirían prestaciones
positivas, por lo que demandarían que el Estado destine recursos para su cumplimiento. Para esta
Suprema Corte, esta división tajante es insostenible en el marco de nuestro régimen constitucional.
Entre otra tanta bibliografía especializada en el tema que aborda sobre esta dicotomía, véase
Abramovich, V. y Courtis, C. (2002) Los derechos sociales como derechos exigibles. Editorial Trotta,
Madrid, España.

55
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

debe intervenir y eliminar los obstáculos en el debate público de las ideas.


Este entendimiento fue lo que justificó nuestra consideración de que el
Congreso de la Unión había vulnerado el derecho a la libertad de expresión
por no haber expedido la legislación que debía regular el gasto
gubernamental en materia de comunicación social. 62

115. Así, se insiste, nos parece que estamos en el mismo escenario en cuanto al
acceso a la justicia. En efecto, si la justicia debe impartirse por “tribunales
que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las
leyes”, es evidente que el Estado debe garantizar la existencia de estos
“tribunales” y expedir las “leyes” que fijen los “plazos y términos” en que opera
la justicia. No hay duda sobre la existencia de obligaciones positivas a cargo
del Estado.

116. Lo anterior es acorde con la interpretación del artículo 25 de la CADH 63 por


parte de la Corte Interamericana. Al respecto, en el caso Cantos vs. Argentina
este Tribunal señaló que dicho artículo “establece la obligación positiva del
Estado de conceder a todas las personas bajo su jurisdicción un recurso
judicial efectivo contra actos violatorios de sus derechos fundamentales.” 64
Lo que conlleva que la mera existencia formal de un recurso procesal es
insuficiente para cumplir con el derecho de acceso a la justicia. Los recursos,
para la Corte IDH, debe ser efectivo e idóneo para establecer si se ha
incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo necesario
para remediarla. 65

62 Amparo en Revisión 1359/2015, Op. Cit. pp. 46-62.


63 Artículo 25. Protección Judicial
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante
los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) A garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá sobre
los derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b) A desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) A garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se haya
estimado procedente el recurso.
64 Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Cantos vs. Argentina, Sentencia de 28 de

noviembre de 2002 (fondo, reparaciones y costas), párr. 52.


65 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-9/87, “Garantías judiciales

en estados de emergencia”, sentencia del 6 de octubre de 1987, párr. 24.

56
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

117. Misma afirmación se hizo en el caso “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y


otros) vs. Guatemala, en donde se destacó que el artículo 25 de la CADH,
en interpretación sistemática con el 1.1, implica “que el Estado tiene la
responsabilidad de diseñar y consagrar normativamente un recurso eficaz,
pero también la de asegurar la debida aplicación de dicho recurso por parte
de sus autoridades judiciales.” 66 Estos pronunciamientos no solo indican que
el acceso a la justicia implica obligaciones positivas, sino que también
prescriben el contenido de estas obligaciones y, de forma implícita, refieren
a qué órganos del Estado les corresponde cumplirlas. Interpretando las
palabras de la Corte IDH de acuerdo con nuestro ordenamiento
constitucional, resulta que al Poder Legislativo le toca “diseñar y consagrar
normativamente” el marco con el cual debe operar la impartición de justicia,
y se debe asegurar que éste sea lo más eficaz posible; es decir, que sea
expedito, que los recursos procesales sean sencillos y accesibles, y que sirva
realmente para hacer efectivos los derechos sustantivos. 67

118. En estos términos, la obligación de proveer un marco normativo para acceder


a los tribunales no se agota con la simple consagración de instituciones
procesales a nivel formal. Esta obligación también tiene un aspecto
cualitativo, lo que nos lleva a entender el derecho de acceso a la justicia como
un principio que opera en el razonamiento jurídico como un mandato de
optimización: ordena que el acceso efectivo a la justicia se realice en la mayor
medida atendiendo a las posibilidades fácticas y jurídicas. 68

66 Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros)

vs. Guatemala, Sentencia de 19 de noviembre de 1999 (fondo), párr. 237.


67 En esta ejecutoria no abordaremos el papel que tiene que jugar el Poder Judicial en la garantía

del derecho de acceso a la justicia por no ser el tema a debate. No obstante, cabe destacar que
figuras como el principio in dubio pro actione apuntan justamente al rol activo que los jueces deben
tomar en la garantía del derecho de acceso a la justicia por medio de la interpretación judicial. Sobre
este punto véase el Amparo Directo en Revisión 1080/2014, fallado por esta Primera Sala el
veintiocho de mayo de dos mil catorce por unanimidad de votos.
68 La concepción de los derechos fundamentales como mandatos de optimización tiene su origen

en la teoría de Robert Alexy (Alexy, R. (1993) Teoría de los derechos fundamentales. CEC, Madrid,
España, pp. 86-87). En cuanto a los precedentes de esta Corte, en el Amparo Directo en Revisión
2044/2008, esta Sala ya había acudido a esta concepción, la cual fue reiterada por el Pleno en el
Amparo en Revisión 7/2009 (Véase Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Amparo Directo en Revisión 2044/2008, sentencia de diecisiete de junio de dos mil nueve, fallada
por unanimidad de votos, p. 16, y Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Amparo en Revisión 7/2009, sentencia de quince de marzo de dos mil once, fallada por unanimidad
de votos, pp. 29-31). Asimismo, el test de proporcionalidad que esta Corte ha utilizado para resolver
varios asuntos (el Amparo en Revisión 237/2014, por ejemplo) constituye una expresión práctica de
la idea de los derechos fundamentales como mandatos de optimización, pues su objetivo es
precisamente el de maximizar el derecho en cuestión.
Sobre el ejercicio ponderativo de los derechos fundamentales como un proceso de optimización,
cabe citar la tesis aislada P. XII/2011, Tribunal Pleno, Novena Época, publicada en el Semanario

57
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

119. Sobre este último punto, cabe recordar las palabras del Relator Especial
sobre la independencia de los magistrados y abogados en el sentido de que
el acceso a la justicia constituye el “derecho al derecho.” Esta concepción, la
cual compartimos, apunta a la apremiante necesidad de contar con un marco
normativo que maximice el acceso a la justicia, pues con esto se garantiza la
eficacia de los demás derechos sustantivos. En otras palabras, la relación
indisoluble entre las garantías procesales (correspondientes al acceso a la
justicia) y los derechos sustantivos implica que una mejora en las primeras
implica la de los segundos. De aquí la importancia excepcional de que el
Estado tome acciones efectivas para garantizar y optimizar el acceso a la
justicia.

120. Por último, es importante destacar que esta Corte también se ha pronunciado
sobre las obligaciones negativas implicadas por el acceso a la justicia. En el
caso que nos ocupa el énfasis está claramente en las obligaciones positivas,
pero por no dar una imagen parcial del derecho en cuestión, vale citar la
jurisprudencia 1a./J. 42/2007, en la que establecimos que “el poder público -
en cualquiera de sus manifestaciones: Ejecutivo, Legislativo o Judicial- no

Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIV, agosto de 2011, página 23, registro electrónico
161368, de rubro y texto (subrayados y negritas añadidos): “CONFLICTOS QUE INVOLUCRAN
DERECHOS FUNDAMENTALES. SU RESOLUCIÓN JURÍDICA. Los derechos fundamentales,
siendo en su definición más básica pretensiones jurídicas destinadas a establecer los límites que
los representantes de los ciudadanos no pueden traspasar en el desarrollo de sus responsabilidades
normativas, no son en sí mismos ilimitados. En efecto, su estructura normativa típica no es la propia
de las reglas -normas jurídicas con condiciones de aplicación razonablemente detalladas y
determinadas, que se aplican mediante razonamientos subsuntivos- sino la que caracteriza a los
principios, que son imperativos jurídicos con condiciones de aplicación definidas de modo muy
abierto, lo cual los destina naturalmente a entrar en interacción, en los casos concretos, con otras
normas con contenidos jurídicos que apuntan en direcciones no idénticas. Es por eso que suele
decirse que los derechos fundamentales operan en el razonamiento jurídico como mandatos
de optimización, porque su protección y reconocimiento en los textos constitucionales presuponen
naturalmente que sus exigencias normativas entrarán en conflicto con otras en los casos concretos,
supuesto en el que será necesario desarrollar un ejercicio de ponderación para articular el resultado
de su aplicación conjunta en esos casos. Así, en las democracias constitucionales actuales la
resolución jurídica de los conflictos que involucran derechos fundamentales no parte cada vez de
cero, sino que el sistema jurídico contiene un abanico más o menos consensuado de reglas o
criterios que expresan lo que puede o no considerarse un equilibrio adecuado entre ellos en distintos
contextos o escenarios aplicativos. Así, algunas de estas reglas están consagradas expresamente
en los tratados de derechos humanos o en las Constituciones mismas, y otras se van explicitando
a medida que la justicia constitucional va resolviendo casos, incluidos aquellos en los que se juzga
la constitucionalidad de los límites a los derechos incluidos en las leyes. De ahí que el legislador es
competente genéricamente para emitir normas que regulan y limitan derechos, pero no puede
hacerlo como prefiera, sino bajo determinadas condiciones relacionadas tanto con fines como con
medios, en tanto que su labor normativa -llegado el caso- debe ser cuidadosamente examinada por
la Suprema Corte de Justicia de la Nación para garantizar que los límites que de ella derivan estén
justificados por la necesidad de proteger a su vez derechos e intereses constitucionalmente
amparados, y no haya sido adoptada sobre bases arbitrarias o insuficientemente sensibles a su
impacto en las condiciones de goce del derecho involucrado” (subrayado añadido).

58
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

puede supeditar el acceso a los tribunales a condición alguna, pues de


establecer cualquiera, ésta constituiría un obstáculo entre los gobernados y
los tribunales, por lo que es indudable que el derecho a la tutela judicial
puede conculcarse por normas que impongan requisitos impeditivos u
obstaculizadores del acceso a la jurisdicción, si tales trabas resultan
innecesarias, excesivas y carentes de razonabilidad o proporcionalidad
respecto de los fines que lícitamente puede perseguir el legislador.” 69

121. En términos análogos, la Corte IDH ha sostenido que el derecho de acceso


a la justicia implica “que los Estados no deben interponer trabas a las
personas que acudan a los jueces o tribunales en busca de que sus derechos
sean determinados o protegidos.” Bajo esta interpretación, “cualquier norma
o medida del orden interno que imponga costos o dificulte de cualquier otra
manera el acceso de los individuos a los tribunales, y que no esté justificada
por las razonables necesidades de la propia administración de justicia, debe
entenderse contraria al precitado artículo 8.1 de la [CADH].” 70

Acceso a la justicia y su relación con ciertas personas

122. Ahora bien, partiendo de lo anterior, si bien es acertado que de acuerdo con
nuestro artículo 17 constitucional el primer obligado a garantizar el acceso a
la justicia es el Estado (esto bajo las condiciones de no exclusión y no

69 Jurisprudencia 1a./J. 42/2007, Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Tomo XXV, abril de 2007, página 124, registro electrónico 172759, de rubro
y texto: “GARANTÍA A LA TUTELA JURISDICCIONAL PREVISTA EN EL ARTÍCULO 17 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. SUS ALCANCES. La
garantía a la tutela jurisdiccional puede definirse como el derecho público subjetivo que toda persona
tiene, dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita a
tribunales independientes e imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el fin
de que a través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la
pretensión o la defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión. Ahora bien, si se atiende a que la
prevención de que los órganos jurisdiccionales estén expeditos -desembarazados, libres de todo
estorbo- para impartir justicia en los plazos y términos que fijen las leyes, significa que el poder
público -en cualquiera de sus manifestaciones: Ejecutivo, Legislativo o Judicial- no puede supeditar
el acceso a los tribunales a condición alguna, pues de establecer cualquiera, ésta constituiría un
obstáculo entre los gobernados y los tribunales, por lo que es indudable que el derecho a la tutela
judicial puede conculcarse por normas que impongan requisitos impeditivos u obstaculizadores del
acceso a la jurisdicción, si tales trabas resultan innecesarias, excesivas y carentes de razonabilidad
o proporcionalidad respecto de los fines que lícitamente puede perseguir el legislador. Sin embargo,
no todos los requisitos para el acceso al proceso pueden considerarse inconstitucionales, como
ocurre con aquellos que, respetando el contenido de ese derecho fundamental, están enderezados
a preservar otros derechos, bienes o intereses constitucionalmente protegidos y guardan la
adecuada proporcionalidad con la finalidad perseguida, como es el caso del cumplimiento de los
plazos legales, el de agotar los recursos ordinarios previos antes de ejercer cierto tipo de acciones
o el de la previa consignación de fianzas o depósitos.”
70 Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Cantos vs. Argentina, Op. Cit. párr. 50.

59
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

rivalidad descritas anteriormente), no puede pasarse por alto que hay otros
sujetos que también integran la profesión legal y que son esenciales para el
funcionamiento de nuestro sistema jurídico. Ente ellas encontramos, por
ejemplo, a las escuelas de derecho y a diversas asociaciones de la sociedad
civil, tales como los colegios de abogados.

123. Sobre esta última clase de sujetos, la tendencia internacional ha sido la


de reconocerlos como actores fundamentales en la promoción del
Estado de Derecho, los derechos humanos y el acceso a la justicia. Una
muestra clara de esta actitud se expresa en los Principio Básicos sobre la
Función de los Abogados de las Naciones Unidas (en adelante, los
“Principios Básicos”), 71 en donde la comunidad internacional enfatizó el
rol de estas asociaciones en la educación continua de la profesión
jurídica, la garantía de la ética por parte del gremio y, sobre todo, su
función cooperativa con los Estados en el avance del acceso a la
justicia. El párrafo noveno del preámbulo es particularmente claro en este
respecto:

Considerando que las asociaciones profesionales de abogados tienen


que desempeñar la función esencial de velar por las normas y la ética
profesionales, proteger a sus miembros contra persecuciones y
restricciones o injerencias indebidas, facilitar servicios jurídicos a todos
los que los necesiten, y cooperar con las instituciones gubernamentales
y otras instituciones para impulsar los fines de la justicia y el interés
público,

124. Además del preámbulo, en los artículos 3, 4, 9 y 25 se reconoce claramente


la función de los colegios de abogados en la materia. En la primera de estas
disposiciones, después de una referencia al deber de los gobiernos de
prestar asistencia jurídica a las personas de bajos recursos, se especifica
que “las asociaciones profesionales de abogados colaborarán en la
organización y prestación de [estos] servicios, medios materiales y otros
recursos.” 72

71 Los Principios Básicos fueron adoptados el siete de septiembre de mil novecientos noventa en el

Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre la Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente. Si bien no constituyen un tratado internacional con obligaciones vinculantes para
México, el hecho de que nuestro país y 126 Estados más hayan participado en dicho Congreso y en
la adopción de los principios nos da una muestra clara de la opinión de la comunidad internacional
sobre el tema.
72 3. Los gobiernos velarán por que se faciliten fondos y otros recursos suficientes para asistencia

jurídica a las personas pobres, y, en caso necesario, a otras personas desfavorecidas. Las

60
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

125. Adicionalmente, los artículos 4 y 9 hacen referencia al rol educativos e


informativo de los colegios de abogados, quienes se encargan no solo de la
formación profesional y ética de los abogados, sino también de instruir al
público en general sobre sus derechos y obligaciones, así como la manera
de hacerlas efectivas ante un tribunal. 73 Finalmente, el artículo 25 vale citarlo
íntegramente por su relación particular con el tema que nos ocupa:

25. Las asociaciones profesionales de abogados cooperarán con los


gobiernos para garantizar que todas las personas tengan acceso
efectivo y en condiciones de igualdad a los servicios jurídicos y que los
abogados estén en condiciones de asesorar a sus clientes sin injerencias
indebidas, de conformidad con la ley y con las reglas y normas éticas
que se reconoce a su profesión. (énfasis añadido)

126. Otro ejemplo de esta concepción sobre la labor de los colegios de abogados
la encontramos en la Recomendación R(2000)21 del Comité de Ministros del
Consejo de Europa (que aunque claramente no es vinculante ni forma parte
de nuestro Derecho, se hace referencia a ella como un mero insumo
contextual). Entre otras cosas, este Comité recomendó a los Estados parte
que “alentaran” a los colegios y otras asociaciones profesionales de
abogados a “promover y defender las causas de la justicia,” a participar en
“esquemas que garanticen el acceso a la justicia de las personas con bajos
recursos” y que “apoyen nuevas reformas legales y promuevan la discusión
sobre la legislación existente y sus propuestas de cambio.” 74

asociaciones profesionales de abogados colaborarán en la organización y prestación de servicios,


medios materiales y otros recursos.
73 4. Los gobiernos y las asociaciones profesionales de abogados promoverán programas para

informar al público acerca de sus derechos y obligaciones en virtud de la ley y de la importante


función que desempeñan los abogados en la protección de sus libertades fundamentales. Debe
prestarse especial atención a la asistencia de las personas pobres y de otras personas menos
favorecidas a fin de que puedan probar sus derechos y, cuando sea necesario, recurrir a la
asistencia de un abogado.
9. Los gobiernos, las asociaciones profesionales de abogados y las instituciones de enseñanza
velarán por que los abogados tengan la debida formación y preparación, y se les inculque la
conciencia de los ideales y obligaciones éticas del abogado y de los derechos humanos y libertades
fundamentales reconocidos por el ordenamiento jurídico nacional e internacional.
74 Principle V – Associations

[…]
4. Bar associations or other profesional lawyers’ associations should be encouraged to ensure the
independence of lawyers and, inter alia, to:
a. promote and uphold the couse of justice, without fear;
[…]
c. promote the participation of lawyers in shemes to ensure the Access to justice of persons in an
economically weak position, in particular the provision of legal aind and advice;
d. promote and support law reform and discusión on existing and proposed legislation;
[…]

61
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

127. Con base en los mencionados Principios Básicos y citando en algunas


ocasiones esta Recomendación, los sucesivos Relatores Especiales sobre la
independencia de los magistrados y abogados de las Naciones Unidas
también han hecho énfasis los aportes de los colegios de abogados a la
práctica jurídica en general y el acceso a la justicia en particular. En el
Informe A/64/181 a la Asamblea General de las Naciones Unidas, por
ejemplo, el Relator Especial destacó como una de las funciones positivas de
estas asociaciones el hecho de que “[permiten] que [sus] miembros
participen eficazmente en debates sobre el perfeccionamiento del sistema
jurídico y judicial y lograr la incidencia deseable en otros actores del sistema
de justicia.” 75

128. En el mismo sentido encontramos los Informes A/HRC/14/26 76 y


A/HRC/23/43, 77 el primero sobre el rol educativo de estas asociaciones y el
segundo sobre sus aportes en el establecimiento de los sistemas de
asistencia jurídica a las personas con bajos recursos. Asimismo, en el
Informe A/HRC/35/31 el Relator Especial remarcó que “los colegios de
abogados deberían desempeñar la función esencial de velar por las normas
y la ética profesionales, proteger a sus miembros, facilitar servicios jurídicos
y cooperar con las instituciones gubernamentales y otras instituciones para
impulsar los fines de la justicia y el interés público.” 78

129. Es importante destacar que todos estos pronunciamientos internacionales no


tienen un carácter prospectivo sobre las funciones deseables que podrían
adoptar los colegios de abogados en un futuro, sino que se basan en la
experiencia concreta de los aportes que estas asociaciones han hecho al

75 Despouy, L. (2009) Promoción y protección de los derechos humanos: cuestiones de derechos


humanos, incluidos otros medios de mejorar el goce efectivo de los derechos humanos y las
libertades fundamentales. Informe del Relator Especial sobre la independencia de los magistrados
y abogados A/64/181, párr. 24.
76 Knaul, G. (2010) Promoción y protección de todos los derechos humanos, civiles, políticos,

económicos, sociales y culturales, incluido el derecho al desarrollo. Informe de la Relatora Especial


sobre la independencia de los magistrados y abogados A/HRC/14/26.
77 Knaul, G. (2013) Promoción y protección de todos los derechos humanos, civiles, políticos,

económicos, sociales y culturales, incluido el derecho al desarrollo. Informe de la Relatora Especial


sobre la independencia de los magistrados y abogados A/HRC/23/43.
78 García-Sayán, D. Op. Cit. párr. 91.

62
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

acceso a la justicia y el Estado de Derecho. 79 Además, los colegios se


perciben a sí mismos como obligados a avanzar estos fines, tal como
muestra un reporte del Colegio de Abogados Internacional (International Bar
Association) en el que se presentaron las conclusiones extraídas de una
serie de cuestionarios formulados a diversos colegios nacionales de
alrededor del mundo (entre ellos, la **********). 80

130. Finalmente, también como mero insumo valorativo, cabe hacer referencia a
dos instancias en que un Tribunal de última instancia de otro país, la Corte
Suprema de los Estados Unidos, se ha pronunciado sobre la valor público de
las actividades desarrolladas por los colegios de abogados. Primero, en
Lathrop vs. Donohue, 81 este Tribunal refirió que era razonable pensar que las
actividades del Colegio de Abogados de Wisconsin pueden “avanzar la
calidad de los servicios legales disponibles para las personas del Estado,” y
que “no puede negarse que esta es una finalidad legítima de política
estatal.” 82

131. Tiempo después, en Keller vs. State Bar of California 83 se discutió sobre la
obligación existente en el Estado de California en donde todo abogado, para
poder ejercer, debe formar parte de la Barra Estatal y pagar sus respectivas
contribuciones. Al respecto, la Corte estadounidense comentó que esta
obligación “está justificada por el interés Estatal en regular la profesión legal
y en mejorar la calidad de los servicios legales.” 84

79 Cfr. Teitgen, F. (2000) Welcoming Remarks: The Paris Bar: Access to Justice and Access to Legal
Advice. Fordham International Law Journal, Vol. 24, No. 6, pp. 219-224 (describiendo como la Barra
de París ha sido un actor esencial en la garantía del acceso a la justicia en Francia), y Johnstone,
Q. (1996) Bar Associations: Policies and Performances. Yale Law & Policy Review, Vol. 15, No. 1,
pp. 193-243 (explicando el papel de las barras de abogados en Estados Unidos y sus contribuciones
en favor de los abogados en lo individual, la profesión legal y la sociedad estadounidense en
general).
80 International Bar Association (2018) Stakeholder Submission to the Special Rapporteur on the

Independence of Judges and Lawyers on the role, composition and functions of bar associations.
Londres, Reino Unido.
81 Corte Suprema de los Estados Unidos (1961) Lathrop vs. Donohue, 367 US 820.
82 Ibid. “Both in purport and in practice the bulk of State Bar activities serve the function, or at least

so Wisconsin might reasonably believe, of elevating the educational and ethical standards of the Bar
to the end of improving the quality of the legal service available to the people of the State, […]. It
cannot be denied that this is a legitimate end of state policy”.
83 Corte Suprema de los Estados Unidos (1990) Keller vs. State Bar of California, 496 US 1.
84 Ibid. “Here the compelled association and integrated bar are justified by the State's interest in

regulating the legal profession and improving the quality of legal servces.”

63
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

132. Con estas referencias no pretendemos establecer una analogía exacta entre
las condiciones de los colegios de abogados en Estados Unidos y nuestro
país; reconocemos que la regulación de estas asociaciones es diversa, y en
México al día de hoy no existe una obligación de colegiación para poder
ejercer la profesión de abogado. No obstante, lo que buscamos destacar es
la función de los colegios de abogados en la protección del Estado de
Derecho y los derechos fundamentales es una cuestión reconocida
internacionalmente, incluso por nuestros homólogos.

133. En esta medida, si bien el Estado mantiene la obligación primigenia de


garantizar el acceso a la justicia, la sociedad civil también tiene un papel en
la protección de este derecho, y los colegios de abogados constituyen las
instancias idóneas para avanzar este fin. Esto en atención a su propia
naturaleza como asociaciones integradas exclusivamente por profesionistas
del derecho y su consecuente cercanía con las instituciones impartidoras de
justicia. Es a la luz de esta posición idónea que debemos evaluar si un colegio
de abogados en particular cuenta con interés legítimo en un caso como el
presente.

A.3. Estudio de los agravios sobre el interés legítimo

134. Expuesto todo lo anterior, como se adelantó y de conformidad con los


agravios sintetizados en los primeros párrafos de este estudio de fondo, los
planteamientos de las autoridades recurrentes se pueden traducir en dos
líneas argumentativas: una destinada a señalar que no fue probado el interés
por la parte Quejosa; otra, destinada a señalar que no existe una especial
situación de la Quejosa frente al ordenamiento jurídico ni concurre un
beneficio en su esfera jurídica y que la sentencia de amparo carece de un
análisis específico sobre el pretendido interés y el derecho humano que se
dice violado para efectos precisamente de delimitar el interés legítimo
(desatendiéndose a su vez lo fallado por esta Suprema Corte en el citado
Amparo en Revisión 323/2014).

135. Esta Primera Sala considera infundados todos estos planteamientos. Para
dar cuenta de esta conclusión, a continuación expondremos nuestros

64
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

razonamientos de acuerdo a cada línea argumentativa avanzada por las


Recurrentes.

Primera línea argumentativa

136. De conformidad con los estatutos sociales de la Quejosa, uno de sus


objetivos consiste en “pugnar por el mejoramiento de la administración de
justicia y la correcta aplicación del derecho.” 85 A decir de las Recurrentes,
era necesario que la Quejosa probara que efectivamente ha llevado acciones
en línea con este objetivo, pues la aseveración de que tiene este objeto social
equivale a una afirmación al aire que resulta insuficiente para acreditar un
interés legítimo.

137. En principio, cabe subrayar que la premisa de la que parten las Recurrentes
es correcta. Desde la Contradicción de Tesis 111/2013, esta Corte ha
sostenido reiteradamente que el interés jurídico debe probarse y, para ello,
en diversos precedentes hemos acreditado este supuesto a partir de la
valoración de pruebas sobre su actividad. 86 Sin embargo, el que esta
premisa sea correcta no lleva a declarar fundado el agravio. Más bien,
los recurrentes caen en una confusión: las asociaciones civiles quejosas no
deben acreditar esta cuestión forzosa y únicamente a través de pruebas
directas de tipo documental.

138. Por ejemplo, en el Amparo en Revisión 1359/2015, esta Sala desprendió que
la quejosa acreditaba un compromiso particular con la libertad de expresión
a partir de hechos notorios, entre los que obraba la página de internet de la
quejosa, su participación en diversos litigios y la publicación de estudios
sobre la libertad de expresión. 87 De manera análoga, se estima que en este
caso existen hechos notorios suficientes y demás pruebas para tener por

85 Estatutos Sociales
Artículo 2. El objeto y fin de la Asociación es: […]
II. Pugnar por el mejoramiento de la administración de justicia y la correcta aplicación del derecho.
[…]
86 Entre otros, esto así se ha hecho en los Amparos en Revisión 323/2014, 566/2015 y 1359/2015.

Un precedente en el que esta prueba no fue requerida es el Amparo en Revisión 839/2019 de la


Segunda Sala, pero esto atendió a la particular naturaleza del medio ambiente sano y al hecho de
que la quejosa era una asociación civil.
87 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Op. Cit. Amparo en Revisión

1359/2015, pp. 38-41.

65
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

acreditado que la Quejosa ha ejercido su objeto social y que, con esto,


demuestra su compromiso particular con el derecho de acceso a la justicia.

139. En primer lugar, la ********** es una asociación civil constituida en mil


novecientos veintidós con cuatro finalidades: defender los intereses
individuales y colectivos de sus asociados, supervisar el ejercicio ético de los
abogados, velar por la correcta aplicación del derecho y el respeto a la
justicia, y moralizar al gremio y al actuar de los jueces. 88 Asimismo, la quejosa
cuenta con capítulos en 20 entidades de la república.

140. En otro aspecto, la Quejosa ha participado en varios asuntos ante esta


Suprema Corte, ya sea presentado amicus curiae 89 o siendo la parte quejosa.
De estos casos destaca el Amparo en Revisión 122/2019, 90 en donde la
********** había impugnado dos omisiones por parte del Congreso de la Unión
y del Ejecutivo Federal; a saber, (i) la omisión legislativa absoluta de hacer
las adecuaciones necesarias a la legislación segundaria para adaptarla a la
reforma constitucional de veinticuatro de febrero de dos mil diecisiete en
materia laboral, y (ii) la omisión del ejecutivo de someter a la Cámara de
Senadores la terna para la designación del titular del organismo
descentralizado que se encargará de atender los asuntos relacionados con
el registro de contratos colectivos de trabajo y organizaciones sindicales. Si
bien este amparo se terminó sobreseyendo, es importante apuntar que esto
no atendió a consideraciones sobre el interés legítimo de la Quejosa, sino a
la cesación de efectos de las omisiones reclamadas.

141. Además de este asunto, es notable que en el año dos mil la **********
constituyó a la ********** que hoy en día lleva el nombre de la ********** El
objetivo de esta asociación es bridar orientación y apoyo jurídico gratuito a
los sectores vulnerables de la sociedad mexicana; en esta medida, una de
sus actividades principales es representar pro bono a las personas

88 Como hecho notorio, véase, **********, Nosotros, en línea, disponible en:


http://www.bma.org.mx/nosotros.html
89 Por ejemplo, en el Amparo en Revisión 807/2017, el cual versó sobre la constitucionalidad de la

Ley para el Ejercicio de Actividades Profesionales del Estado de Jalisco, y fue resuelto por la
Segunda Sala el siete de febrero de dos mil dieciocho por unanimidad de votos.
90 Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 122/2019,

fallado el veintidós de mayo de dos mil diecinueve por unanimidad de votos.

66
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

vulnerables ante los órganos jurisdiccionales, lo que indudablemente impulsa


el acceso a la justicia. 91

142. También es destacable que la Quejosa ha celebrado convenios con esta


Suprema Corte e incluso con la Corte IDH, en los que ha mostrado su
compromiso con el avance del acceso a la justicia en el país. Como muestra,
a continuación citamos algunos apartados de ambos convenios:

Convenio entre la ********** y esta Suprema Corte


CLÁUSULAS.
PRIMERA. OBJETO. El presente convenio tiene como objeto coordinar
esfuerzos y fortalecer las relaciones de cooperación entre “LAS
PARTES” y profundizar en el conocimiento del derecho y la difusión de
la cultura jurídica y jurisdiccional en materia de protección y defensa de
los derechos, a través de acciones coordinadas de los miembros de las
instituciones que lo suscriben. De igual manera, estudiar y analizar
jurídicamente de manera conjunta los cuerpos normativos emanados de
las iniciativas y reformas relevantes presentadas en el Congreso de la
Unión. […]

Convenio entre la ********** y la Corte IDH


CONSIDERANDO
[…]
Que [la **********] tiene entre sus fines procurar el decoro y la dignidad
de la abogacía y que su ejercicio se ajuste estrictamente a las normas
de la moral, del derecho y del Código de Ética Profesional adoptados por
la asociación y asimismo, pugnar por el mejoramiento de la
administración de justicia y correcta aplicación del derecho por parte de
las autoridades. […]
ACUERDAN
PRIMERA: Ambas Instituciones se comprometen a coordinar esfuerzos
para fortalecer sus relaciones, profundizar el conocimiento del derecho
y difundir los instrumentos internacionales para la promoción y defensa
de los derechos humanos, todo en beneficio de mejorar la administración
de justicia. […]

143. Finalmente, la ********** también ha colaborado con el Relator Especial sobre


la independencia de los magistrados y abogados de las Naciones Unidas y
con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos en México. En este sentido, la Quejosa contribuyó en la
“Presentación de las partes interesadas al Relator Especial sobre la
independencia de jueces y abogados en materia de la composición y

91 De acuerdo con la página web de esta asociación, su “misión” es “brindar servicios legales Pro
Bono, mediante profesionales del derecho altamente calificados a personas de escasos recursos y
grupos vulnerables,” y su “visión” consiste en “ser la organización que logre dar acceso a la justicia
en México de manera gratuita.” Véase **********, La Fundación. En línea, disponible en:
https://fbma.org.mx/la-fundacion/

67
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

funciones de los colegios de abogados” 92 y en el “Diagnóstico sobre la


Situación de los Derechos Humanos en México.” 93

144. Tomando en cuenta todo lo anterior, para esta Sala es claro que la Quejosa
ha ejercido su objeto social en general, y ha “[pugnado] por el mejoramiento
de la administración de justicia y la correcta aplicación del derecho” en
particular. De este modo, se estima que la ********** ha acreditado su
especial interés en la promoción y el avance del acceso a la justicia; es
decir, acreditó adecuadamente en el juicio su objeto social y su especial
interés. Esto, reiteramos, sin que se haya necesitado aportar otros medios
de prueba al juicio de amparo adicionales a su acta constitutiva y sus
estatutos. Su interés se tiene acreditado a través de estas pruebas directas
como de otros elementos convictivos directos e indirectos que esta Corte
tiene la capacidad de apreciar sin afectar las reglas que rigen el juicio de
amparo.

Segunda línea argumentativa

145. Las autoridades Recurrentes alegan que existió un indebido estudio del
interés legítimo en la sentencia de amparo. A partir de su lectura, dicen, se
aprecia que el Juez de Distrito no realizó un análisis integral y exhaustivo
sobre la naturaleza del derecho de acceso a la justicia al momento de
pronunciarse sobre el interés legítimo.

146. En ese tenor, en principio, podría pensarse que esto no presenta problema
alguno, pues en un apartado anterior planteamos que el estudio del interés
legítimo es eminentemente casuístico y esto puede llevar a un juez
constitucional a fijar su atención particular en distintos factores a la hora de
resolver sobre el interés legítimo. Empero, también especificamos que este
estudio del interés debe realizarse “a la luz de los lineamentos emitidos por
esta Suprema Corte.”

92International Bar Association, citado supra.


93Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México.
(2003) Diagnóstico sobre la Situación de los Derechos Humanos en México. Ciudad de México,
México.

68
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

147. En todos los casos sobre interés legítimo colectivo que se han presentado
ante esta Sala se ha puesto particular atención a la conexión entre la
naturaleza del derecho que se estima afectado y el objeto social de las
asociaciones civiles quejosas. 94 De este modo, una lectura adecuada de
nuestros precedentes revela que este caso también exigía este tipo de
análisis para determinar si la Quejosa cuenta con interés legítimo, lo cual no
fue desarrollado a cabalidad por el juzgador.

148. No obstante lo anterior, esta deficiencia en la argumentación por parte


del Juez no lleva a revocar la sentencia de amparo. A nuestro juicio, la
********** sí cuenta con interés legítimo (como lo argumentó en su
demanda de amparo); ello, atendiendo a las bases sobre el derecho de
acceso a la justicia delineadas en el segundo sub-apartado de este
considerando y a los requisitos que describimos deben acreditarse para tener
por satisfecho este presupuesto procesal.

149. En primer lugar, como se advierte de la demanda, concurre una pretensión


por parte de la parte Quejosa a través de la acción de amparo indirecto: la
cual consiste en que se declare la violación de su derecho de acceso a la
justicia (y concomitantemente el de seguridad jurídica) con motivo de la
actualización de omisiones legislativas de tipo absoluto por parte del
Congreso de la Unión, en desatención a un mandato impuesto por virtud de
una reforma constitucional.

150. En segundo lugar, el derecho de acceso a la justicia se encuentra


reconocido como un derecho objetivo de rango constitucional y esta
Primera Sala estima que la Quejosa se encuentra en una especial situación
frente a este derecho, que hace que este interés sea cualificado, actual, real
y jurídicamente relevante.

151. Como lo señalamos, el derecho de acceso a la justicia es de contenido


complejo y multifacético. Comprende posiciones de ejercicio individual de
acceso, de debido proceso y de eficacia de las resoluciones; en donde se

94El acercamiento de la Segunda Sala con el interés legitimo de una asociación civil fue diferente
en el Amparo en Revisión 839/2019. Sin embargo, esto se explica por la naturaleza del derecho al
medio ambiente sano.

69
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

pone especial énfasis en la independencia e imparcialidad de los tribunales,


en la razonabilidad de los requisitos y supuestos de acceso y en el respeto a
las formalidades esenciales del procedimiento. Sin embargo, también es un
derecho con una dimensión procedimental (como vertiente colectiva)
que, además, se puede concebir como un bien constitucional público.

152. Es decir, es un derecho que se extiende como una garantía generalizada


para toda la sociedad e implica un deber positivo por parte del Estado de
proveer el acceso a las vías jurisdiccionales y eliminar las barreras que
limiten o impidan dicho acceso; en particular, porque las decisiones y
políticas públicas sobre este derecho afectan a toda la sociedad y
porque es un principio que, a su vez, es un fin en sí mismo y un medio
para hacer valer otros derechos humanos. Adicionalmente, es un derecho
que visto como un bien público presenta el problema que puede
caracterizarse como de “polizón” o “free rider”.

153. Bajo este tenor, no hay duda alguna que aunque el primer sujeto obligado en
la garantía de este derecho es el Estado y, por ende, es el responsable en
respetarlo, protegerlo y salvaguardarlo. No obstante, nuestros precedentes
evidencian como ciertas personas y, particularmente, ciertas asociaciones
civiles, son sujetos idóneos en la labor de protección y garantía de
bienes públicos y derechos colectivos; como puede ser el derecho de
acceso a la justicia visto en esta dimensión colectiva. 95

154. En concreto, las asociaciones como los colegios de abogados se encuentran


en mejor posición para la defensa y promoción de este derecho. Como
relatamos, existe un amplio consenso internacional sobre el papel que estas
asociaciones han jugado en el avance del derecho de acceso a la justicia,
pues usualmente son canales que permiten a la sociedad promover los
cambios que requiere el aparato de justicia.

155. De este modo, esta Primera Sala advierte que existe un vínculo
suficiente entre el derecho humano reclamado y la Quejosa que

95 Para un estudio doctrinal sobre como esta intervención es fundamental en todo el sistema
interamericano de derechos humano véase Soley, X. (2019), The Crucial Role of Human Rights
NGOs in the Inter-American System. AJIL Unbound, 113, pp. 355-359.

70
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

comparece al proceso que nos ocupa. Uno, porque la Quejosa es un


destinatario directo de la legislación omitida, cuyo interés principal es dotar
de nuevas condiciones en el acceso a la justicia. Dos, porque a partir de
nuestro estudio sobre el objeto social de la Quejosa (llevado a cabo en la
sección anterior) y la forma en que lo ha ejercido por varios años y a partir
de varias actuaciones, es posible observar cómo los fines que persigue
esta asociación se alinean con el derecho en cuestión, particularmente
con su referida dimensión colectiva.

156. Dicho de otra manera, la búsqueda en la protección de este derecho puede


ser avanzada por la sociedad civil, particularmente por los colegios de
abogados. Así, el acceso a la justicia no mejora únicamente cuando más
personas pueden acudir a hacer valer sus pretensiones ante los órganos
jurisdiccionales; aunado a este criterio cuantitativo, existe un aspecto
cualitativo que comprende, entre otras cosas, contar con mejores leyes y
ordenamientos que faciliten y eficienticen la administración de justicia; más
cuando esa finalidad es lo que llevó al Poder Constituyente a reformar los
artículos 16, 17 y 73 de la Constitución Federal.

157. En ese contexto, se subraya, la asociación civil Quejosa está en una situación
especial frente al derecho cuestionado, pues no se está reclamando la
protección de un derecho tradicional, en el que fácilmente pueda identificarse
o individualizarse un derecho subjetivo. Se trata de un derecho compuesto
por diversas relaciones jurídicas y que además se conceptualiza como un
bien público; por lo que aun cuando la Quejosa no es el beneficiario único de
este derecho, es titular de obligaciones y derechos que se encuentran
comprendidos dentro del mismo y su objeto como persona jurídica es
reivindicar y apoyar las causas que lleven a una mejor impartición de
justicia a fin lograr su efectividad como lo exige la Constitución.

158. Por eso, el agravio diferenciado que detenta la Quejosa (distinto al de


cualquier persona) es que se trata de una entidad jurídica que fue constituida
primordialmente para la defensa y avance de este derecho y, tanto en el
derecho internacional como la comunidad jurídica nacional e internacional,
se aboga la importancia que tienen este tipo de asociaciones en la protección

71
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

y salvaguarda del derecho humano de acceso a la justicia como fin en sí


mismo y como medio para hacer valer otros derechos humanos.

159. Así, a nuestro juicio, la pretensión que se plantea entonces en el presente


juicio de amparo no se refiere sólo a la defensa en abstracto del derecho al
acceso a la justicia, sino que se trata de una defensa que se encuentra
estrechamente relacionada con el objeto para el cual fue constituida la
Quejosa; por lo que impedirle el acceso al juicio de amparo a través de la
ausencia de reconocimiento de interés legítimo, implicaría negar su
capacidad de cumplir con uno de los fines para la que fue creada: la
salvaguarda del derecho de acceso a la justicia en su dimensión colectica.

160. Motivo por el cual, aun cuando en cierto punto el interés de cualquier
ciudadano y el de la asociación pudieran coincidir (ya que ambos podrían
tener un interés para verificar que se mejore el acceso a la justicia a través
del cumplimiento de la Constitución), se recalca, el agravio diferenciado se
actualiza en virtud de la naturaleza como bien público de este derecho y las
actividades y actuaciones que ha llevado a cabo la Quejosa por varios años
para salvaguardar este derecho.

161. Por otro lado, es posible afirmar que ante la existencia de este vínculo, la
eventual declaración de inconstitucionalidad de la omisión legislativa
reclamada generará un beneficio específico a la Quejosa. Si al final se
identifica la existencia de un deber legislativo constitucional y se advierte su
incumplimiento por parte del Congreso de la Unión, el efecto de la sentencia
de amparo consistirá en ordenar que se cumpla dicho mandato
constitucional, lo cual invariablemente repercutirá en la esfera jurídica de la
Quejosa.

162. El hecho de que tal cuestión vaya a conllevar la emisión/reforma de normas


generales no ocasiona ni ausencia de un beneficio específico ni, mucho
menos, se insiste, la falta de reconocimiento del interés legítimo. El interés
viene dado por la especial situación que guarda la Quejosa frente al acto
reclamado, de la dimensión del derecho humano que se dice violado y del
hecho de que el efecto que se le dará a la sentencia tendrá necesariamente

72
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

una incidencia en su esfera jurídica; esto, precisamente porque a través de


la exigencia de emisión de normas generales con motivo del acatamiento de
la sentencia de amparo la Quejosa cumplió y podrá cumplir su objeto social
como persona jurídica.

163. No estamos así ante el escenario identificado en el citado Amparo en


Revisión 366/2012. En ese caso se trataba de una persona que cuestionó la
omisión en la emisión de la Ley de Amparo. No se le reconoció interés
legítimo porque no se afectaba su esfera jurídica y, consiguientemente, no
se le estaba privando de un beneficio, ya que las nuevas reglas aplicables al
juicio de amparo tenían una ejecución desde la Constitución; por lo que la
ausencia de una legislación secundaria en nada afectaba su derecho de
acceso al juicio de amparo conforme a los nuevos principios constitucionales.

164. Por el contrario, en el presente caso, consideramos que la concesión del


amparo sí generará un beneficio específico a la Quejosa. El que no se
desarrolle en ley los supuestos establecidos en los artículos 16, párrafo
primero (relativo a la oralidad), y 17, párrafo tercero (relativo a la orden de
privilegiar la solución del conflicto sobre los formalismos procedimentales),
de la Constitución Federal, ni se haya emitido la legislación única para toda
la República en materia procesal civil y familiar, incide y cambia por
completo las condiciones en que la Quejosa desempeña su labor como
asociación civil y la forma en que, además, interactúa/accede a la justicia
para proteger y salvaguardar los derechos de sus agremiados y de la
colectividad.

165. Por ejemplo, pueden existir normas que obstaculizan la solución de conflictos
bajo excusas procedimentales y siguen vigentes las normas procesales civil
y familiar de la Federación y los Estados, con todas las implicaciones y
efectos negativos de su falta de homologación. Circunstancias que
precisamente fueron las que llevaron al Poder Reformador a modificar la
Constitución y a exigir expresamente la adecuación de leyes
generales/federales y la emisión de una legislación única. Por lo tanto, a
diferencia del citado precedente, la ausencia de desarrollo en legislación

73
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

secundaria de las normas constitucionales no es indiferente para la


esfera jurídica de la Quejosa.

166. Finalmente, el que la eventual concesión del amparo beneficie también


a otras personas, 96 tampoco impide el reconocimiento del interés
legítimo de la Quejosa ni genera una desarmonización con la dinámica y
alcances del juicio de amparo.

167. Primero, se insiste, porque estamos en presencia de un bien constitucional


de carácter público. Y segundo, porque es criterio reiterado de esta Suprema
Corte que: i) las omisiones del Poder Legislativo entran dentro del tipo de
omisiones reclamables por medio del juicio de amparo y ii) que la orden de
legislar por incumplimiento de un mandato constitucional no atenta contra el
principio de relatividad de las sentencias, pues lo que este principio significa
es que “los jueces de amparo no pueden ordenar directamente en sus
sentencias la protección de los derechos de personas que no hayan acudido
al juicio de amparo, sin embargo, es perfectamente admisible que al proteger
a los quejosos, indirectamente y de manera eventual, se beneficie a terceros
ajenos a la controversia constitucional.” 97

B. La omisión legislativa del Congreso de la Unión

168. Reconocido el interés, el cual a su vez se encuentra íntimamente relacionado


con el análisis de fondo sobre la violación o no de un derecho humano,
pasamos a analizar el argumento de las Recurrentes sobre lo correcto o no
de conceder el amparo.

169. Advirtiendo la causa de pedir, el planteamiento de las autoridades


Recurrentes consiste en que la omisión legislativa reclamada no es

96 Tampoco estamos ante el escenario fallado en el Amparo en Revisión 366/2012, en el que se


impugnó la omisión del Congreso de la Unión de expedir la Ley de Amparo y esta Primera Sala
sostuvo que el quejoso no tenía interés legítimo para promover el juicio de amparo. En el caso
concreto el requisito en cuestión ha quedado satisfecho de acuerdo con lo expuesto en líneas
anteriores; por ello, más bien, nos encontramos ante el escenario advertido en los citados Amparos
en Revisión 323/2014 y 1359/2015, entre otros, en los que se reconoció el interés legítimo en
atención a las particularidades de los derechos involucrados y las personas quejosas.
97 Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 1359/2015, Op.

Cit. p. 30.

74
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

inconstitucional en la medida en que no resulta violatoria del derecho de


acceso a la justicia. Para dar respuesta a este punto, siguiendo la
metodología establecida por el Amparo en Revisión 1359/2015, el presente
sub-apartado se dividirá a su vez en dos secciones: primero analizaremos si
existe el mandato legislativo de legislar y si éste fue o no incumplido (B.1),
para entonces después analizar si la omisión en cuestión supone o no una
vulneración de los derechos fundamentales de la Quejosa (B.2). 98

B.1. Deberes de legislar y su incumplimiento

170. A diferencia de lo que ha ocurrido en otros casos de esta Suprema Corte en


los que hemos abordado temáticas de omisiones legislativas, en sus
agravios, las Cámaras del Congreso de la Unión no cuestionaron
frontalmente la existencia, en sí misma, del mandato de legislar; en ese
sentido, es un aspecto que no cabe cuestionar en esta instancia. 99 Sin
embargo, dado que es un elemento indispensable para poder analizar si
concurre o no su incumplimiento y si se afectan o no los derechos de la
Quejosa, debemos iniciar esta sección aludiendo a su alcance.

171. Lo primero a recordar es el contenido que se implementó en la Constitución


Federal por virtud del Decreto de reforma constitucional en materia de justicia
cotidiana:

98 Ibid. p. 43.
99 El principio de instancia de parte agraviada encuentra su fundamento en el artículo 107, fracción
I, de la Constitución Federal, el cual prescribe que “el juicio de amparo se seguirá siempre a instancia
de parte agraviada […]”. En materia de la revisión en un amparo indirecto, este principio indica que
solo se atenderán las cuestiones planteadas por el recurrente, salvo los casos de excepción
previstos en el artículo 79 de la Ley de Amparo. En este sentido se pronunció la Segunda Sala de
esta Suprema Corte en la jurisprudencia 2a./J. 86/2019 (10a.), Décima Época, publicada en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 68, Tomo II, julio de 2019, registro electrónico
2020234, de rubro: “AMPARO EN REVISIÓN. SALVO LOS CASOS DE EXCEPCIÓN PREVISTOS
EN EL PENÚLTIMO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 79 DE LA LEY DE AMPARO, POR REGLA
GENERAL, EN MATERIAS DE ESTRICTO DERECHO LA EXPRESIÓN DE AGRAVIOS EN EL
RECURSO SÍ CONSTITUYE UN REQUISITO FORMAL QUE CONDICIONA SU PROCEDENCIA.”
También cobra aplicación por analogía la jurisprudencia 1a./J. 62/2006 de esta Primera Sala,
Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXIV,
septiembre de 2006, registro electrónico 174177, de rubro y texto: “REVISIÓN EN AMPARO. LAS
CONSIDERACIONES NO IMPUGNADAS DE LA SENTENCIA DEBEN DECLARARSE FIRMES.
Cuando la sentencia recurrida se apoya en dos o más consideraciones desvinculadas entre sí y
cada una de ellas sustenta la declaratoria de inconstitucionalidad de distintos preceptos o actos, no
deben estimarse inoperantes los agravios expresados por la parte recurrente que controvierten sólo
una de esas consideraciones, pues al tratarse de razonamientos que revisten autonomía, el
recurrente se encuentra en posibilidad legal de combatir únicamente la parte de la sentencia que
estime contraria a sus intereses. En ese orden de ideas, cuando alguna consideración de la
sentencia impugnada afecte a la recurrente y ésta no expresa agravio en su contra, tal consideración
debe declararse firme.”

75
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia,


domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito
de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento. En los juicios y procedimientos seguidos en forma de
juicio en los que se establezca como regla la oralidad, bastará con que
quede constancia de ellos en cualquier medio que dé certeza de su
contenido y del cumplimiento de lo previsto en este párrafo.

Artículo 17. […]


Siempre que no se afecte la igualdad entre las partes, el debido proceso
u otros derechos en los juicios o procedimientos seguidos en forma de
juicio, las autoridades deberán privilegiar la solución del conflicto sobre
los formalismos procedimentales.

Artículo 73. […]


XXX. Para expedir la legislación única en materia procesal civil y familiar,
[…]

TRANSITORIOS

PRIMERO. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su


publicación en el Diario Oficial de la Federación, con excepción de lo
dispuesto en el transitorio siguiente.

SEGUNDO. La reforma del primer párrafo del artículo 16 y la adición de


un nuevo tercer párrafo al artículo 17 constitucional entrarán en vigor
a los ciento ochenta días naturales siguientes al de su publicación
en el Diario Oficial de la Federación. Para tal efecto, y en los casos en
que se requiera, el Congreso de la Unión y las Legislaturas de las
entidades federativas deberán adecuar a las modificaciones en
cuestión, respectivamente, las leyes generales y las leyes
federales, así como las leyes de las entidades federativas.

CUARTO. El Congreso de la Unión deberá expedir la legislación


procedimental a que hace referencia la fracción XXX del artículo 73
constitucional adicionado mediante el presente Decreto, en un plazo
que no excederá de ciento ochenta días contados a partir de la
entrada en vigor del presente Decreto.

172. Como se observa, todos estos preceptos gozan del mismo rango
constitucional, pues es criterio reiterado de esta Suprema Corte que no existe
jerarquía formal entre las normas constitucionales y que, las disposiciones
transitorias, gozan de la misma obligatoriedad que los artículos
constitucionales previstos en las denominadas parte dogmática u orgánica
de la Constitución; esto tal como se afirmó en el Amparo en Revisión
1359/2015, en donde se retomó la doctrina establecida por el Pleno de esta
Corte en la Acción de Inconstitucionalidad 33/2002 y su acumulada

76
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

34/2002, 100 así como en el Amparo Directo en Revisión 1250/2012 101 y la


Acción de Inconstitucionalidad 99/2016, 102 en donde se examinó la
constitucionalidad de ciertas leyes confrontando su texto con artículos
transitorios de la Constitución Federal.

173. Partiendo de ello, es notorio que los artículos recién transcritos implementan
dos deberes diferenciados de contenido materialmente legislativo
dirigidos al Congreso de la Unión; los cuales se traducen en obligaciones
precisas de legislar 103 que, incluso, fueron acompañados en sus transitorios
con plazos expresos de cumplimiento.

174. Por un lado, conforme al segundo transitorio, al Congreso de la Unión se le


asignó el deber de adecuar las leyes generales/federales al nuevo
contenido de los artículos 16 y 17 constitucionales; para eso, se previó
que tal reforma entraría en vigor en un plazo de 180 días naturales contados
a partir de la publicación del Decreto y que, sería en ese rango de tiempo, en
el que el Congreso tendría que hacer las adecuaciones respectivas; esto
significa que el Legislativo tenía hasta el catorce de marzo de dos mil
dieciocho para hacer las modificaciones correspondientes.

175. La utilización de ciertas expresiones condicionales en el transitorio no


demerita la existencia del deber legislativo. La conducta a llevar a cabo de
manera obligatoria es precisa y no se trata de una mera referencia a las
competencias legislativas. Por ejemplo, cuando se alude a “para tal efecto”,
significa que precisamente la vacatio legis de la reforma constitucional
buscaba otorgar tiempo al legislador para realizar las modificaciones en

100 Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Acción de Inconstitucionalidad 33/2002,


sentencia de dieciocho de febrero de dos mil tres.
101 Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo Directo en Revisión 1250/2012,

sentencia de catorce de abril de dos mil quince.


102 Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Acción de Inconstitucionalidad 99/2016,

sentencia de veintisiete de junio de dos mil diecisiete.


103 Como lo hemos reiterado en varios precedentes, existen diferentes tipologías de omisiones

legislativas (concepto que puede entenderse en sentido amplio). Las omisiones legislativas no son
un fenómeno en que puede incurrir únicamente el Congreso de la Unión ni todo deber legislativo de
rango constitucional se encuentra establecido en forma de regla, a través de la especificación de un
plazo determinado y en normas transitorias (véase, lo argumentado en las páginas 17 y 18 del citado
Amparo en Revisión 1359/2015). Lo que esta Suprema Corte sí ha señalado es que, tratándose de
las omisiones legislativas propiamente dichas (que son las atribuidas al Poder Legislativo), éstas
concurrirán cuando “exista un mandato constitucional que establezca de manera precisa el deber
de legislar en un determinado sentido y esa obligación haya sido incumplida total o parcialmente”
(página 20 del recién citado amparo en revisión). No hay que confundir expreso con preciso.

77
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

cuestión. Además, la expresión “en los casos en que se requiera”, no da pie


a la inexistencia del mandato constitucional de legislar, sino que hay cierta
grado de apreciación por parte del legislador al momento de acatarlo.

176. Lo anterior se evidencia a partir de lo expresado en la Iniciativa presentada


por el Poder Ejecutivo y en los Dictámenes de reforma emitidos por la
Cámara de Senadores y por la Cámara de Diputados. En la Iniciativa, el
Presidente fue explícito al mencionar que uno de los objetivos de la reforma
era dar cuenta de la preocupación surgida en los Diálogos por la Justicia
Cotidiana, consistente en que se “requiere de una revisión profunda del
orden jurídico en todos los niveles para identificar y ajustar aquellas
disposiciones contenidas en las leyes generales, federales y de las entidades
federativas que per se impidan el acceso a la justicia o que fomentan que se
atiendan aspectos formales o de proceso de detrimento de la resolución de
la controversia”.

177. La Cámara de Senadores coincidió con esta finalidad, señalando que “en un
procedimiento judicial o en un procedimiento seguido en forma de juicio,
deben garantizarse los derechos de las partes, particularmente el de igualdad
o estricto equilibrio para conocer, actuar y probar, sobre la base del principio
constitucional del debido proceso. Sin embargo, las previsiones legales de
carácter técnico sobre las cuestiones de forma y las formalidades del
procedimiento no deben constituirse en obstáculos a que el juzgador
desentraña de y se pronuncie sobre la resolución de la cuestión
efectivamente planteada por quienes accionan ante el Tribunal u órgano de
impartición de justicia”; y que la reforma pretendida al primer párrafo del
artículo 16 constitucional, “busca fortalecer la oralidad en los procedimientos
judiciales, como una norma que fortalezca la transparencia y la diligencia que
la oralidad brinda al desahogo de la función de dictar resoluciones en los
conflictos de que conocen las autoridades judiciales o las autoridades
administrativas que resuelven mediante procedimientos seguidos en forma
de juicio”.

178. Además, dado que el Poder Ejecutivo no implementó un régimen transitorio


exhaustivo, fue la Cámara de Senadores la que propuso fechas diferenciadas

78
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

de entrada en vigor de las distintas modificaciones constitucionales y explicitó


el deber concreto del Congreso de la Unión de realizar las adecuaciones
necesarias en materia de solución de fondo del conflicto (negritas añadidas):

Séptima. En el conjunto de disposiciones transitorias del proyecto de


Decreto que se propone, se atiende lo relativo a la entrada en vigor de
las disposiciones modificadas al día siguiente de su publicación en el
Diario Oficial de la Federación, salvo en lo relativo a la reforma del
primer párrafo del artículo 16 y la adición de un nuevo tercer párrafo al
artículo 17, en que se proponen que entren en vigor a los 180 días
naturales posteriores a dicha publicación. Se establece ese periodo
para que el Congreso de la Unión y las Legislaturas de las entidades
federativas adecúen las leyes generales y las leyes federales, así
como las leyes de las entidades federativas en los casos que así se
requiera.
Por otro lado, se establece un plazo general de 180 días posteriores a la
entrada en vigor del Decreto de reformas y adiciones constitucionales
para que las legislaturas de las entidades federativas lleven a cabo las
reformas a sus Constituciones para adecuarlas al contenido de las
modificaciones que nos ocupan.
A su vez, se dispone que el Congreso de la Unión expedirá la ley
procedimental única en materia civil y familiar, dentro de los 180 días
posteriores a la entrada en vigor de las reformas planteadas.

179. Posteriormente, la Cámara de Diputados respaldó la opinión de su


colegisladora y afirmó que (negritas añadidas):

A. Resolución del Fondo del Conflicto […]


La Justicia Cotidiana precisamente tiene como objetivo acercar la justicia
a las personas, resolver los problemas del día a día, y poner en el centro
de la discusión la resolución de las controversias por encima de otros
aspectos que puedan entorpecer la efectiva administración de justicia.
Para lograr lo anterior, el Congreso de la Unión y los congresos locales
deberán llevar a cabo las adecuaciones legislativas que permitan
cumplir con lo que será un nuevo mandato constitucional. Identificar
aquellas normas que impiden el acceso a la justicia, eliminar los
procesos excesivos e innecesarios y, en consecuencia, permitir a las
autoridades que centren su atención en estudiar los problemas
planteados, darles una solución y resolverlos en beneficio de las
personas. […].

180. De estas consideraciones del procedimiento legislativo se hace evidente


que la intención del Poder Constituyente, en el referido segundo
transitorio, no fue solamente aludir o reiterar la competencia que tiene el
Poder Legislativo Federal para regular los procesos judiciales orales o las
reglas procesales en general. La pretensión del Constituyente fue que el
Congreso realizara un sesudo proceso de revisión de la legislación

79
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

general y federal a fin de identificar normas que impidieran el acceso a la


justicia con el objeto de salvaguardar y hacer cumplir los nuevos mandatos
constitucionales tanto en el ámbito de los procesos orales como en privilegiar
el fondo frente a la forma. Como se transcribió, así lo concibió expresamente
la Cámara de Diputados.

181. Por otro lado, en el artículo cuarto transitorio, se ordenó a su vez al


Congreso que debía emitir la legislación única en materia procesal civil
y familiar que rigiera en toda la República Federal (el Código Nacional de
Procedimientos Civiles y Familiares); para ello se estableció un plazo de 180
días contados a partir de la entrada en vigor del Decreto de reforma
constitucional que fue el dieciséis de septiembre de dos mil diecisiete
(conforme al artículo primero transitorio del mismo decreto): así, la fecha
máxima en la que el Congreso debía expedir tal Código fue el quince de
marzo de dos mil dieciocho.

182. Tomando en cuenta lo anterior, como lo razonó el Juez de Distrito, es notorio


para esta Suprema Corte que existen mandatos constitucionales
consistente en deberes precisos de legislar y que, a la fecha de la
emisión de la presente sentencia, el Congreso de la Unión los ha
incumplido; lo cual actualiza propiamente una omisión legislativa
inconstitucional que deriva del incumplimiento de ambos transitorios.

183. Nos explicamos más exhaustivamente. Esta Suprema Corte advierte que la
reforma constitucional que dio lugar a los referidos mandatos
constitucionales derivó de un proceso legislativo complejo que tuvo como
finalidad mejorar el acceso a la justicia. En particular, consta que el veintisiete
de noviembre de dos mil catorce, el Titular del Ejecutivo Federal solicitó al
Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) que organizara una
serie de foros de consulta para que diagnosticara el estado de la
administración de justicia y realizara recomendaciones puntuales.

184. A raíz de estos foros, el Gobierno Federal, el CIDE y el Instituto de


Investigaciones Jurídicas de la UNAM (IIJ-UNAM) convocaron a los Diálogos
por la Justicia Cotidiana, en los que participaron diversos actores de la

80
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

sociedad civil, académicos, especialistas y autoridades de los tres Poderes


de la Unión. Esto dio como resultado un reporte en el que se explicaron
diversos problemas que aquejan al sistema actual de administración de
justicia y se hicieron diversas propuestas para atenderlos. 104

185. En consecuencia, el veintiocho de abril de dos mil dieciséis, el Poder


Ejecutivo Federal presentó ante la Cámara de Senadores doce iniciativas de
reforma y una iniciativa de decreto para mejorar el acceso a la justicia
cotidiana en el país. Tales iniciativas fueron:

i. Iniciativa de reforma constitucional en materia de justicia laboral;


ii. Iniciativa de reforma legal en materia de justicia laboral;
iii. Iniciativa de reforma constitucional en materia de resolución del
fondo del conflicto;
iv. Iniciativa de reforma constitucional en material procesal civil y
familiar;
v. Iniciativa de reforma constitucional en materia del sistema nacional de
impartición de justicia y organización de poderes judiciales;
vi. Iniciativa de Ley General para Armonizar y Homologar Registros
Públicos Inmobiliarios y Personas Morales y Catastros;
vii. Iniciativa de reforma constitucional en materia de mecanismos
alternativos de solución de controversias;
viii. Iniciativa de reforma constitucional en materia de mejora regulatoria;
ix. Iniciativa de reforma constitucional en materia de justicia cívica e
itinerante;
x. Iniciativa de reforma constitucional en materia de registros civiles;
xi. Iniciativa de reforma a diversas disposiciones del Código de Comercio;
xii. Iniciativa de reformas y adiciones a la Ley General de Salud; y el
xiii. Decreto de Conciliación entre la Administración Pública Federal y los
Particulares.

104 Gobierno Federal, CIDE y IIJ-UNAM (2016) Diálogos por la Justicia Cotidiana. Diagnósticos
conjuntos y soluciones. En línea, disponible en:
https://www.gob.mx/justiciacotidiana/articulos/diagnosticos-conjuntos-y-soluciones-
27457?idiom=es

81
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

186. Durante el dos mil dieciséis y principios de dos mil diecisiete se solventaron
la mayoría de las iniciativas. Las relativas a la materia de mecanismos
alternativos de solución de controversias, mejora regulatoria, justicia cívica e
itinerante y registros civiles dieron pie al Decreto de reforma constitucional
de cinco de febrero de dos mil diecisiete; mientras que la relativa a la justicia
laboral produjo el Decreto de reforma constitucional de veinticuatro de
febrero de dos mil diecisiete.

187. Por lo que hace a las iniciativas relevantes para el caso que nos ocupa
(destinadas a que sólo existiera un Código Nacional de Procedimientos
Civiles y Familiares, se priorizara la solución de fondo de los conflictos
judiciales por encima de los aspectos procesales y se diera mayor efectividad
al principio de oralidad), la Cámara de Senadores las dictaminó
favorablemente de manera conjunta; lo cual fue respaldado por la Cámara
de Diputados y por la mayoría de los Congresos de las entidades federativas,
dando lugar al Decreto de reforma constitucional que ahora nos compete:
el publicado el quince de septiembre de dos mil diecisiete.

188. Ahora bien, analizando la labor legislativa tras esta última reforma
constitucional, se estima que el Congreso de la Unión no ha acatado
ninguno de los deberes legislativos exigidos por el Poder Constituyente.

189. Por una parte, no se ha emitido la legislación única en materia procesal


civil y familiar. Se aprecia que existen iniciativas y/o procedimientos de
dictamen sobre esta temática que se encuentran en revisión. 105 Sin embargo,
este trabajo legislativo no impide la concurrencia de la omisión legislativa. El
deber legislativo es preciso, tenía como límite el quince de marzo de dos mil
dieciocho y el Congreso lo ha incumplido de manera absoluta.

105 Es posible identificar, al menos, cuatro iniciativas en este sentido: (i) la iniciativa que expide el
Código Nacional de Procedimientos Familiares, a cargo de la Diputada María Guadalupe Murguía
Gutiérrez, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional; (ii) la iniciativa que expide el Código
Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares y reforma la Ley General de los Derechos de las
Niñas, Niños y Adolescentes, la Ley General de Población y la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación, en materia de adopción, a cargo de la Senadora Yolanda de la Torre Valdez, del
grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional; (iii) una segunda iniciativa que expide
el Código Nacional de Procedimientos Familiares, a cargo de la Diputada María Guadalupe Murguía
Gutiérrez, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, y (iv) la iniciativa que expide el
Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, a cargo de la Diputada Ma. del Pilar Ortega
Martínez, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional.

82
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

190. Por otra parte, en cuanto a la prevalencia de la solución de fondo de los


conflictos judiciales por encima de los aspectos procesales y a la exigencia
constitucional en torno a los procesos en los que rige el principio de oralidad,
también existe una omisión legislativa absoluta. El Congreso de la Unión
no ha realizado ningún proceso de revisión de la legislación general/federal
a fin de cumplir el nuevo contenido de los artículos 16 y 17 constitucionales.

191. No se pasa por alto que tras la aludida reforma constitucional, el Congreso
ha reformado diversas leyes que regulan procedimientos seguidos en forma
de juicio, incluyendo algunos que son de tipo oral 106 (como los procesos
penales, de justicia para adolescentes y comerciales). Por ejemplo, se han
realizado reformas al Código Nacional de Procedimientos Penales, a la Ley
General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, al Código de
Comercio, a la Ley Orgánica del Poder Judicial Federal, a la Ley de Amparo,
a la Ley Federal del Trabajo, entre otras. Empero, debe destacarse que
ninguna de estas reformas tuvo como objeto el cumplimiento del citado
artículo transitorio, sino modificaciones atinentes a la regulación formal o
sustantiva de esas materias; en particular, se advierte que la reforma a la
legislación laboral obedeció a la reforma constitucional en materia de justicia
laboral, no a la reforma constitucional que señalamos en párrafos
precedentes.

192. Sobre este aspecto, esta Primera Sala estima que uno de los razonamientos
en contra de identificar la existencia de esta omisión legislativa sería la
posición argumentativa consistente en que, implícitamente, el Congreso de
la Unión ha estimado que no existe ninguna disposición normativa que
necesite ser adecuada a partir de lo dispuesto en los artículos 16 y 17
constitucionales y que, por eso, no ha actuado. El problema con esta postura

106Esta Primera Sala advierte que en el Código Nacional de Procedimientos Penales (artículos 44,
51, 61, etc.) y en el Código de Comercio (artículo 1,390 Bis 26) existen reglas que se relacionan con
el contenido reformado del párrafo primero del artículo 16 constitucional (que indica que en los
procedimientos que rija la oralidad, basta que quede constancia de ellos en cualquier medio que dé
certeza), así como que en la Ley de Amparo (artículo 189) se cuentan con normas que se relacionan
con la adición constitucional al artículo 17 constitucional; sin embargo, esos contenidos fueron
incorporados a tales leyes previo al Decreto de reforma constitucional de quince de septiembre de
dos mil diecisiete, por lo que lógicamente no es un contenido derivado de un actuar legislativo del
Congreso tras la reforma constitucional a la que estamos aludiendo.

83
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

es que el Congreso de la Unión es un órgano jurídico complejo, que no actúa


como si fuera una persona física cuya intención puede expresarse
directamente por medio de una sola voz. El Congreso de la Unión actúa a
través de su trabajo legislativo, en el que intervienen sus diferentes
integrantes a partir de las reglas que regulan dicho procedimiento legislativo.

193. En ese sentido, aun tomando como viable esta postura y partiendo
obviamente que es el propio Congreso el que tiene la potestad legislativa y
representatividad democrática, no encontramos en su trabajo legislativo
ningún indicativo de que al interior de alguna de las Cámaras del
Congreso se haya realizado una revisión para identificar normas que
impidan el acceso a la justicia o que no resulten acordes a la exigencia
constitucional sobre el principio de oralidad; tampoco se advierte algún
ejercicio de revisión de leyes generales/federales que hubiere sido sometido
al procedimiento legislativo y se hubiere concluido por alguna de las Cámaras
(o ambas) que no resultaba necesario ningún tipo de modificación legal como
consecuencia de la reforma constitucional. Si esto fuera así, se podría rebatir
si se actualiza o no una omisión, dado el lenguaje en que fue implementado
el respectivo deber legislativo en el citado artículo segundo transitorio
constitucional.

194. Sin embargo, se insiste, no estamos ni siquiera en ese escenario. El


Congreso no puede esperar que su absoluta inacción se valore como el
cumplimiento de un mandato constitucional. El Poder Constituyente
pretendió, al menos, que se realizara un proceso de revisión por parte del
Congreso para cumplir cabalmente los nuevos contenidos de los artículos 16
y 17 constitucionales. Ese proceso de revisión ha sido completamente
inexistente.

*****

195. Por todo lo anterior, consideramos que el Congreso de la Unión ha incurrido


en una omisión legislativa absoluta tanto en lo referente a lo exigido en el
artículo segundo transitorio como lo exhortado en el artículo cuarto

84
AMPARO EN REVISIÓN 265/2020

transitorio, ambos del Decreto de reforma constitucional de quince de


septiembre de dos mil diecisiete.

B.2. Vulneración del derecho de acceso a la justicia

196. Una vez determinado que el Congreso de la Unión ha incurrido en omisiones


legislativas absolutas, dado que estamos en un juicio de amparo, es
necesario analizar si dichas omisiones han generado una violación en los
derechos humanos de la parte accionante o si las autoridades Recurrentes
aciertan en que, más bien, debió haberse negado el amparo ante la falta de
violación de un derecho.

197. Al respecto, como se adelantó, la Quejosa en su demanda de amparo


sostuvo que la omisión legislativa en la que incurre el Congreso de la Unión
desatiende los artículos segundo y cuarto transitorios del Decreto de reforma
constitucional en materia de justicia cotidiana, transgrediendo sus derechos
humanos de acceso a la justicia y seguridad jurídica, entre otros. Esto,
fundamentalmente, porque la inacción del Congreso de la Unión constituye
un obstáculo a los objetivos de la reforma constitucional de mérito, la cual fue
ideada justamente para avanzar la protección y garantía de estos derechos
fundamentales. Además, porque la omisión absoluta constituye un obstáculo
irracional en el acceso a la justicia cotidiana.

198. El Juez de Distrito acogió estos argumentos y declaró fundado el concepto


de violación, concediendo la protección de la justicia federal. En desacuerdo,
las Recurrentes plantean que la omisión legislativa reclamada no es
inconstitucional, pues no resulta violatoria del derecho de acceso a la justicia;
de hecho, aducen que aun cuando se concediera el amparo y se les obligara
a legislar, la Quejosa no recibiría ningún beneficio en su esfera jurídica en
relación con el acceso a la justicia. De igual manera, argumentan que la
Quejosa no encuentra ningún impedimento para acceder a los tribunales,
pues los códigos procesales civiles de las entidades federativas continúan
vigentes en términos del artículo quinto transitorio del Decreto de reforma
constitucional en materia de justicia cotidiana; por lo que, a su juicio, no hay
ninguna afectación en su derecho de acceso a la justicia.

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199. Como lo adelantamos, no compartimos esta postura, por lo que deben


declararse infundados los agravios de las autoridades Recurrentes. Las
omisiones legislativas en las que ha incurrido el Congreso de la Unión sí
generan una violación al derecho de acceso a la justicia (que opera en el
razonamiento jurídico como un mandato de optimización) en su vertiente
colectiva, con implicaciones actuales y reales en la esfera jurídica de la
Quejosa.

200. Insertando en esta sección todo lo que ya expusimos sobre el contenido y


alcance del derecho de acceso a la justica, es claro que este principio impone
obligaciones tanto negativas como positivas a todos los poderes del Estado.
En lo referente al Poder Legislativo, a éste le corresponde, entre otras cosas,
proveer el marco normativo-procesal con el que cual se harán efectivos los
derechos sustantivos de todas las personas sujetas a su jurisdicción; aspecto
donde cobra especial relevancia la consideración cualitativa sobre el acceso
a la justicia: este marco normativo tiene que potenciar en la mayor medida
posible que los justiciables tengan acceso un recurso judicial idóneo y que
puedan hacer efectivos sus derechos sustantivos, pues esa fue la finalidad
del Poder Constituyente al reformar la Constitución.

201. Esto no significa que la concepción del acceso a la justicia como un principio
implique que el Estado se encuentre en un perpetuo incumplimiento por el
simple hecho de que siempre se puede maximizar aún más este derecho. Al
final, todo derecho fundamental se encuentra sujeto a diversas restricciones,
las cuales pueden ser tanto fácticas como jurídicas; de aquí que esta Corte
haya referido en infinidad de ocasiones que los derechos no son absolutos,
sino prima facie. 107 No obstante, la dimensión cualitativa del acceso a la
justicia y su aspecto de mandato de optimización son plenamente
justiciables, particularmente cuando nuestra Constitución Federal
explícitamente le ordenó a uno de los Poderes de la Unión que tome una
acción determinada para avanzar en la garantía de este derecho, y dicho
Poder no acata dicho mandato constitucional.

107
Cfr. Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión 7/2009,
Op. Cit. pp. 29-30.

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202. Esto es precisamente lo que sucede en el caso que nos ocupa. La reforma
constitucional en materia de justicia cotidiana, como indicó la Quejosa, fue
concebida desde un inicio como una medida para optimizar la garantía del
derecho de acceso a la justicia. Esto se aprecia claramente si tomamos en
cuenta todo el proceso del que partió esta reforma, que como explicamos
comenzó con un proceso de parlamento abierto, que dio lugar a que el
Ejecutivo Federal presentara un conjunto de iniciativas para mejorar una
multiplicidad de aspectos de la justicia cotidiana, las cuales desembocaron
en varias reformas constitucionales incluyendo la que ahora nos ocupa.

203. En este contexto, esta Primera Sala estima que la omisión por parte del
Congreso de la Unión en el cumplimiento de los deberes legislativos exigidos
mediante esa reforma constitucional sí involucra una violación al derecho
de acceso a la justicia de la Quejosa en su vertiente colectiva. A nuestro
parecer, esto ocurre por la conexión particular de la ********** y el acceso a
la justicia en esta vertiente colectiva y como bien público. Además, el objeto
social de este colegio de abogados, como ya vimos, pretende el
mejoramiento generalizado del sistema de impartición de justicia, y esto es
lo que se ve afectado por la omisión reclamada al Congreso de la Unión.

204. Se reitera, el derecho de acceso a la justicia tiene una dimensión


procedimental que lo hace valioso no solo como fin en sí mismo, sino también
como un medio para la realización de los demás derechos fundamentales o
sustantivos; así, la falta de adecuación y/o la emisión de la legislación única
procesal conlleva un menoscabo en la garantía y la optimización del
acceso a la justicia en perjuicio indirecto a los derechos humanos de la
Quejosa. Es decir, la omisión del Congreso de la Unión resulta en una
afectación al régimen diseñado para garantizar sus derechos sustantivos que
se vindican en la vía judicial en materia civil o familiar.

205. Adicionalmente, los nuevos contenidos implementados en la Constitución por


el Poder Constituyente partieron de una imprescindible necesidad en la
justicia cotidiana: una homogeneización de la normatividad procesal civil y
familiar a fin de evitar los incentivos perversos de múltiples legislaciones

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procesales, así como la búsqueda de una solución de fondo de los conflictos


presentados ante la judicatura que diera lugar a una mejor tutela judicial;
incluyendo lo relativo a la efectividad del principio de oralidad. Es por eso que
se exigió expresamente la emisión de una legislación única y la revisión
integral por parte del legislador secundario de la legislación general/federal a
fin de eliminar procesos o reglas excesivas e innecesarias que impidan un
correcto acceso a la justicia.

206. La falta de acatamiento de estas normas no es meramente una transgresión


a la legalidad constitucional, sino un demérito a la calidad de la justicia a la
que aspiró el Poder Constituyente. Demerito que, de manera mediata,
puede defender la asociación civil Quejosa cuya razón de ser es la
protección de este derecho en miras de su concepción como bien
público.

207. Por su parte, no puede pasarse por alto que la reforma del artículo 73
constitucional, al transferirle la facultad (y obligación) al Congreso de la Unión
de expedir la legislación única en materia procesal civil y familiar, implicó una
modificación en todo el marco competencial de la materia procesal civil.
Ahora, en términos del artículo 124 constitucional, 108 las legislaturas locales
ya no cuentan con la facultad de regular este aspecto de la vida social, sino
que corresponde en exclusiva al Congreso de la Unión. 109

208. Por ello, es imperativo que el Legislador federal cumpla con sus obligaciones
para respetar la división competencial establecida por la Constitución
Federal. La omisión legislativa del Congreso genera una incidencia en todo
el territorio nacional que evita que la Quejosa desempeñe su objeto social de
manera adecuada y efectiva en cualquier jurisdicción estatal o en la
jurisdicción federal. A saber, ante la exclusividad competencial, existe un

108 Artículo 124. Las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los
funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados o a la Ciudad de México, en los
ámbitos de sus respectivas competencias.
109 Incluso, el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia ha declarado la invalidez de la

modificación de normas procesales civiles y familiares por parte de los Estados de la República tras
la entrada en vigor de la reforma constitucional de quince de septiembre de dos mil diecisiete;
explicitando que ningún Congreso Local puede ya modificar sus regímenes procesales existentes y
tienen entonces que esperarse al dictado de la legislación única por parte del Congreso de la Unión.
Esta conclusión se adoptó al fallar las acciones de inconstitucionalidad 144/2017, 32/2018 y
58/2018, entre otras.

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impedimento constitucional para que las entidades federativas adecuen su


normatividad procesal a su realidad social, lo que redunda en una afectación
a su vez en el ejercicio del derecho por parte de la Quejosa.

209. Sobre esto último, no pasamos por alto que el artículo quinto transitorio del
Decreto de reforma constitucional en materia de justicia cotidiana 110 prevé
que la legislación procesal civil de la federación y las entidades federativas
continuará vigente hasta que se expida y entre en vigor el Código Nacional
de Procedimientos Civiles y Familiares. Sin embargo, la naturaleza transitoria
de esta disposición implica que su función no puede ser la de proveer una
estructura competencial alterna a la establecida en los artículos 73 y 124
constitucionales.

210. Si bien los artículos transitorios gozan de la misma autoridad y obligatoriedad


que cualquier otro artículo constitucional, su naturaleza se distingue
justamente por tener una función transitoria en el derecho: su objeto es
determinar el modo de aplicación de otras normas, previamente existentes,
hasta en tanto no se produzca la transición establecida por una reforma
constitucional. 111 Así, lo dispuesto en el artículo quinto transitorio no justifica
en ninguna medida que el Congreso de la Unión se abstenga de cumplir su
obligación constitucional de emitir la legislación única en materia procesal
civil y familiar.

211. Además, este pronunciamiento sobre la violación del derecho de acceso a la


justicia no se hace en el sentido de que el sistema actual de administración
de justicia sea inconstitucional en sí mismo, ni esta determinación se basa
en la consideración especulativa sobre los beneficios en materia de acceso
a la justicia que puedan traer las reformas a las leyes generales y federales,
así como el Código Nacional e Procedimientos Civiles y Familiares. Al final,

110 Quinto. La legislación procesal civil y familiar de la Federación y de las entidades federativas
continuará vigente hasta en tanto entre en vigor la legislación a que se refiere la fracción XXX del
artículo 73 constitucional, adicionada mediante el presente Decreto, y de conformidad con el
régimen transitorio que la misma prevea. Los procedimientos iniciados y las sentencias emitidas con
fundamento en la legislación procesal civil federal y la legislación procesal civil y familiar de las
entidades federativas deberán concluirse y ejecutarse, respectivamente, conforme a la misma.
111 Cfr. Chacón Rojas, O. (2018) “La desnaturalización de los artículos transitorios en la reforma

constitucional político-electoral de 2014”, en La dinámica del cambio constitucional en México,


coordinado por Serna de la Garza, J. y de los Santos, I. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM, pp. 178-182.

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el contenido de esta futura legislación única y de estas futuras reformas es


contingente, por lo que aún no sabemos si van a cumplir con el mandato
constitucional de maximizar el derecho de acceso a la justicia.

212. No obstante, una vez que el Constituyente Permanente elevó a rango


constitucional una obligación concreta para la optimización del derecho de
acceso a la justicia, el Congreso de la Unión se encuentra compelido a
acatarla. En caso contrario, tal como ocurrió en el presente asunto, la
inacción del Congreso constituirá una violación al derecho de acceso a la
justicia de la Quejosa en las vertientes anunciadas.

X. DECISIÓN Y EFECTOS

213. En suma, por las razones antes apuntadas, deben calificarse como
infundados agravios de las Recurrentes. En consecuencia, lo procedente es
confirmar la sentencia recurrida y conceder el amparo solicitado por la
**********.

214. Ahora, respecto a los efectos de esta concesión, el artículo 77, fracción II, de
la Ley de Amparo dispone que cuando el acto reclamado sea una omisión,
lo procedente es “obligar a la autoridad responsable a respetar el derecho de
que se trate y a cumplir lo que el mismo exija.” 112 En ese sentido, cabe
destacar los efectos detallados por el Juez de Distrito en su sentencia:

a) “[Expedir] la legislación procedimental a que hace referencia la fracción


XXX del artículo 73 constitucional adicionado mediante el Decreto por
el que se reforman y adicionan los artículos 16, 17 y 73 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de
Justicia Cotidiana (Solución de Fondo del Conflicto y Competencia
Legislativa sobre Procedimientos Civiles y Familiares), en un plazo que
no excederá de ciento ochenta días contados a partir de que cause
ejecutoria la presente resolución (el que se toma como referencia, de

112 Artículo 77. Los efectos de la concesión del amparo serán: […]
II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o implique una omisión, obligar a la autoridad
responsable a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija.
[…]

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conformidad con lo dispuesto en el artículo CUARTO transitorio de dicho


Decreto).
b) [Cumplimentar] lo dispuesto en el artículo SEGUNDO transitorio del
citado Decreto, es decir: respecto a la reforma del primer párrafo del
artículo 16 y la adición de un nuevo tercer párrafo al artículo 17
constitucional, en los casos en que se requiera, el Congreso de la Unión
deberá adecuar a las modificaciones en cuestión, respectivamente, las
leyes generales y las leyes federales.” 113

215. Al respecto, si bien la decisión de esta Corte consiste en confirmar el


otorgamiento del amparo, ello no impide que esta Sala realice ciertas
delimitaciones a los efectos; al final de cuentas, esta Primera Sala
reasumió la competencia originaria del asunto y consideró que sí existe una
omisión legislativa que viola los derechos de la Quejosa, pero a partir de
ciertas premisas que no fueron advertidas por el Juez de Distrito.

216. En consecuencia, para mayor claridad, esta Primera Sala llega a la


convicción de que el efecto de la concesión del amparo es que el
Congreso de la Unión cumpla con las obligaciones establecidas en los
artículos segundo y cuarto transitorios del Decreto de la reforma
constitucional en materia de justicia cotidiana consistentes en: (a)
expedir la legislación única en materia procesal civil y familiar y (b) adecuar
las leyes generales y federales que así lo requirieran al nuevo contenido de
los artículos 16 y 17 constitucionales. Para ello, esta Suprema Corte estima
que:

• Por lo que hace al plazo de cumplimiento de estas obligaciones (como


ocurrió en nuestro último precedente aplicable), se considera que
debe hacerse antes de que finalice el siguiente periodo ordinario
de sesiones del Congreso de la Unión; es decir, antes del quince de
diciembre de dos mil veintiuno.

113 Páginas 23 y 24 de la sentencia de amparo.

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• En cuanto a los deberes legislativos, el derivado del cuarto transitorio


se cumplirá con la expedición del legislación única en materia
procesal civil y familiar.
• Por su parte, el derivado del segundo transitorio, como se indica en su
propio texto, busca un análisis exhaustivo de la legislación para
verificar su adecuación a la Constitución. Esto, a juicio de esta Primera
Sala, implica que el Congreso debe llevar a cabo un proceso de
revisión integral de la legislación general y federal a fin de verificar
el acatamiento del contenido incorporado a los artículos 16 y 17
constitucionales.
o En caso de que se requieran adecuaciones, éstas deben
emitirse en el plazo señalado anteriormente.
o En caso de que se estime que no se requiere ninguna
modificación legislativa a ninguna ley, ello deberá ser producto
de una decisión de ambas cámaras que cumpla con las
diferentes etapas y requisitos del procedimiento legislativo; lo
cual tendrá que ser acreditado e informado.

217. Cabe subrayar que el cumplimiento de estas obligaciones conlleva que el


Congreso de la Unión active procesos legislativos reglados en la Constitución
y en diferentes leyes. En este sentido, no se pasa por alto que el proceso
legislativo para adecuar leyes y, más aún, para emitir una nueva que rija para
toda la República es complejo y consta de varias etapas cuyo tiempo de
realización no depende enteramente del Congreso de la Unión; esto, incluso,
porque el artículo 72 de la Constitución Federal faculta al Poder Ejecutivo
para vetar los proyectos de ley, además de que la legislación aplicable prevé
diversos supuestos en los que un mismo tema no puede discutirse más de
una vez en un mismo periodo legislativo (por ejemplo, cuando un proyecto
de ley es desechado por la Cámara de origen).

218. Lo anterior atiende al modelo deliberativo que adopta nuestra Constitución,


en donde el proceso legislativo debe asegurar un debate profundo con la
posibilidad de que nuestros representantes y todas las fuerzas políticas
puedan entablar un verdadero diálogo democrático. En esta medida, fijar un

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plazo fatal para la emisión de una determinada reforma o ley puede perjudicar
las condiciones ideales en que debe desarrollarse la deliberación pública.

219. En ese tenor, esta Primera Sala quiere hacer notar que el plazo fijado en
párrafos precedentes debe entenderse en un sentido prima facie. Esto
significa que para respetar el modelo deliberativo que adopta nuestro
régimen constitucional, el Congreso de la Unión podrá justificar el posible
retraso en atención al propio desarrollo del proceso legislativo (como ocurrió
en el procedimiento de cumplimiento del citado Amparo en Revisión
1359/2015) y que tal cuestión se analizará atendiendo a las particularidades
expresadas con base en las reglas que rigen el cumplimiento de las
sentencias previstas en la Ley de Amparo.

220. Con esta aclaración, la orden de legislar para cumplir un mandato


constitucional no pierde su fuerza jurídica, pues necesariamente debe acatar
sus obligaciones; en su caso, será el juez el que deberá evaluar si las
razones expuestas por el Congreso de la Unión realmente justifican el retraso
en la emisión de las reformas o de la ley y se puede hablar de acciones en
vía de cumplimiento. Esto, partiendo de que las únicas causas que podrían
justificar requerir más tiempo deben atender a las propias circunstancias del
proceso legislativo y no a aspectos ajenos al mismo.

Por lo expuesto y fundado, se

RESUELVE

PRIMERO. En materia de la revisión se confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a la ********** en contra


de la omisión del Congreso de la Unión de (a) expedir el Código Nacional de
Procedimientos Civiles y Familiares y (b) adecuar las leyes generales y
federales que así lo requieran para cumplir con lo previsto en los artículos
16, primer párrafo, y 17, tercer párrafo, de la Constitución Federal. Esto en
atención a los efectos precisados en el apartado décimo de esta ejecutoria.

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Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los autos


relativos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como
asunto concluido.

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