BOLETÍN
DE LA
ACADEMIA ARGENTINA
DE LETRAS
TOMO LXIX, mayo-agosto de 2004, N.O 273-274
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA ARGENTINA
DE LETRAS
Director: Pedro Luis Barcia
Consejo Asesor
Federico Peltzer, Carlos Alberto Ronchi March, Alicia Jurado,
Gloria Videla de Rivero, Gregorio Salvador, Manuel Seco,
Alonso Zamora Vicente, Humberto L6pez Morales
SUMARIO
HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA EN EL
CUARTO CENTENARIO DE SU NACIMIENTO
Barcia, Pedro Luis, Luis José de Tejeda y Guzmán y su obra ........................... ll
HOMENAJE A PABLO NERUDA EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO
Requeni, Antonio, Encuentro con Pablo Neruda ............................................... 39
ARTíCULOS
Peltzer, Federico, Dinko Cvitanovic .................................................................... 49
Cvitanovic, Dinko, Tres ciudades de la hispanidad: Valladolid,
Albuquerque, Bahía Blanca ................................................................................. 53
Jurado, Alicia, Nuestro idioma español .............................................................. 69
Barcia, Pedro Luis, Tejeda en ficciones prosadas .............................................. 73
Tobia, Ana María González de, Tradición clásica en Iberoamérica ................. 87
Tacconi de Gómez, María del Cannen, Dos versiones ficcionales
de episodios de la eJCpedición de don Pedro de Mendoza al Río de la Plata ..... 125
Anaine, Susana, Actores para nuestro lenguaje: Medio siglo de
farándula, de José Podestá ................................................................................ 139
Lávaque, Alicia E., El lenguaje de la cárcel: El tumbero ................................ 149
Viñuela, Cristina, El taller biográfico de Gálvez ............................................. 171
Zumárraga, Verónica, Don Quijote en La Prensa. Veinte artículos de Azorín ...... 193
COMUNICACIONES
Cruz, Jorge, El circulo chejoviano .................................................................... 2 \3
DONACIÓN BIBLIOGRÁFICA DE DON JOSÉ LUIS TRENTI ROCAMORA
Barcia, Pedro Luis, Donación bibliográfica de "
don José Luis Trenti Rocamora ......................................................................... 219
NECROLOGÍA
Modern, Rodolfo, Palabras de despedida ........................................................ 223
Contribución a la bibliografla de don Isidoro Blaisten (1933-2004) ............. 227
RESCATE DE NÁUFRAGOS
Battini, Berta Vidal de, La enseñanza de la lengua. Reflexiones
de una maestra ................................................................................................... 231
CRÓNICAS
Barcia, Pedro Luis, Tercer Congreso Internacional de la Lengua Española .... 235
Barcia, Pedro Luis, El Tercer Congreso de la Lengua en el país interior ...... 241
ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA
Observaciones a las Enmiendas, adiciones y supresiones al Diccionario
de la Real Academia Española. aprobadas por la Corporación de
Madrid entre octubre de 2001 y marzo de 2002 ............................................... 243
Acuerdos
Consulta: Definición de subsiguiente en el Diccionario
de la Real Academia Española .......................................................................... 277
Palabras tratadas en el seno de la Comisión "Habla de los argentinos"
durante el segundo cuatrimestre de 2004 .............................................................. 279
NOTICIAS ............................................................................................................. 343
Normas ,editoriales para la presentación de trabajos destinados al
BOLETIN de la Academia Argentina de Letras ................................................ 349
PUBLICACIONES DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS ............. 357
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DE LA
ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS
TOMO LXIX mayo-agosto de 2004 N.O 273-274
HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA
EN. EL CUARTO CENTENARIO DE SU NACIMIENTO
LUIS JOSÉ DE TEJEDA Y GUzMÁN y SU OBRA·
Se cumplen este año cuatro siglos del nacimiento de fray Luis
Joseph de Tejeda y Guzmán, venido al mundo en la ciudad de Córdoba
el 25 de agosto de 1604. Es posible que las nuevas generaciones se
pregunten por qué le damos a este personaje y a su obra relevante
importancia, y por qué merece memoria y celebración. Vamos a
fundamentar nuestro homenaje.
l. Tejeda es el primer poeta argentino. Es varón nacido en esta
tierra que, a punto de llamarse de Nueva Vizcaya, se nominó
defInitivamente "Argentina". Fue hijo de padres criollos, de cierta
prosapia y abolengo, emparentados con los fundadores de Córdoba del
Tucumán. Y como para asegurarse la Providencia de que nuestro primer
lírico fuera plenamente nuestro, le hizo cuna en la mediterránea
provincia cordobesa, en el corazón y centro del futuro país.
Quienes compusieron versos antes que él en el Plata fueron tres
peninsulares. Dos clérigos españoles: el inicial don Luis de Miranda,
autor de las sabidas "Coplas elegíacas", y el fundacional, don Martín
de aarco Centenera, quien con su Argentina y conquista del Río de la
Plata (1602) dio nombre memorable e irónico a estas tierras flacas de
·Conferencia dictada el 24 de junio de 2004, en homenaje al primer poeta
argentino. La crónica de este acto, realizado en sesión públioa, puede leerse en
"Noticias" del presente volumen.
12 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
todo metal. El tercero, el supuestamente andaluz, don Mateo Rosas de
Oquendo (1559?-1612?), cantor del Famatina en versos fáciles, quien,
a diferencia de los otros dos, más sostenidamente litorales, don Mateo
pateó tierras del noroeste argentino: La Rioja, Santiago del Estero, la
Tucumania. Nos queda un potencial cuarto versificador, don Luis de
Sandoval Zapata (1620? -1671), de quien sospechamos pasó por nuestro
suelo y compuso en él algunas piezas, aunque su residencia natural
fue México. Estamos en el rastreo.
Pues bien, Tejeda es quien inaugura la poesía de mano argentina.
Aunque más no sea por este dato, que tienen que ver, claro, con la
historiografía y no con la literatura, o, diría Croce, con la literatura y
no con la poesía, es razón suficiente para que nos detengamos en él.
En última instancia, como en tantas otras -que no es esta precisamente-
uno puede recordar la frase de la madre de la criatura poco agraciada:
"Es feo, pero es nuestro". No es el caso, dijimos, y se lo verá, de don
Luis. .
2. Un segundo mérito de Tejeda es que se constituye en el primer
poeta religioso del Plata, peninsulares residentes incluidos. En efecto,
su obra se planta como un monumento a un hondo sentido religioso de
la vida y la trasvida, todo él consagrado a esta concepción cristiana,
axiahnente mariana, del mundo.
Este no es dato menor. Tal vez no se sepa -por prejuicios de
nuestra cacareada índole fenicia y ca.rm.ginesa y de nuestros denunciados
intereses crematísticos prevalecientes en casi todo- de la importancia
de la rica vena de poesía religiosa argentina, una de las más caudalosas
y de excelencia en la poesía hispanoamericana, que debe fígurar junto
con la mexicana como la poesía más significativa en su género. Puestos
hace unos afios al ordenamiento de esta materia poética, fuimos los
primeros sorprendidos. Ojalá tengamos oportunidad de publicar nuestro
estudio y antología de poesía religiosa argentina para probarlo.
Quisiéramos recordar, ya que de poesía de religación hablamos,
que en lo que es el actual Museo de Arte Religioso Juan de Tejeda,
-padre del poeta- que fue asiento de las Carmelitas Descalzas y adonde
concurría semanahnente el poeta Luis a las festividades y celebraciones,
fue descubierto un conjunto de poemas que se proponen como la
primera manifestación de poesía femenina argentina. Nos referimos a
las poesías compuestas por carmelitas argentinas, en 1804, a propósito
de la muerte del arzobispo san Alberto. Saludemos al cancerbero fíel,
BAAL, LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 13
desde hace décadas, de esa casa museo, don Víctor Manuel Infante,
quien dio a conocer las láminas con aquellos poemas femeninos, con
motivo de una Exposición del Libro en Córdoba, en 1986. Más tarde,
un par de estudiosas han dado situación y sentido a estos textos
primiciales, con seria y muy valiosa investigación l •
La religiosidad poética o la poesía religiosa de Tejeda no es una
nota ocasional y furtiva: ella constituye la base de su obra, el Libro
tejediano es un libro radicalmente religioso. De esta manera, Tejeda
inaugura una modalidad' poética, un género creativo que tendrá firme
descendencia hasta nuestros días en las voces de Molinari, Bemárdez,
Marechal, Castiñeira de Dios.
3. Es el primer autor teatral argentino. Antes de él, se afirmó la
producción amplia y matizada del español Cristóbal de Aguilar, la
que, pese a esfuerzos de investigadores argentinos, de particular manera
de José Luis Trenti Rocamora o Antonio Serrano Redonnet y Daisy
Rípodas Ardanaz, aun sigue desconocida por la generalidad de críticos
y profesores de nuestro medio, y tarda en ser incluida en nuestros
programas universitarios2 •
La producción teatral de Tejeda es una bibliografia de sombras,
de extravíos y huecos en los manuscritos. Tres son las piezas dramáticas
de las que él habla en su Libro y a ellas les ha dedicado sendos
trabajos Antonio Serrano Redonnee. La primera obra es una comedia
compuesta por don Luis en su trajinada juventud. La escribió en verso
y, posiblemente a la manera lopesca, cuando acompañaba en la cárcel
IPrimera escritura femenina en la República Argentina. Poemas del Carmelo de
Córdoba (1804). Estudio preliminar, edición facsfmil y notas por fride M. Rossi de
Fiori, Rosanna Caramella de Gamarra, Helena Fiori Rossi. (Segunda edición corregida
y aumentada). Salta: Editorial Biblioteca de Textos Universitarios, Universidad Católica
de Salta, 2000; 1." ed., 1997.
2Selección dramática de Cristóbal de Aguilar, autor de la Córdoba colonial.
Prólogo y notas de 1. Luis Trenti Rocamora, Buenos Aires: Instituto Nacional de
Estudios de Teatro, MCML. AGUILAR, Cristóbal de. Obras. Teatro, diálogo, poesías.
Estudio preliminar de Antonio E. Serrano Redonnel y Daisy Rípodas Ardanaz, Madrid:
Atlas, 1989,2 tomos. (Biblioteca de Autores Españoles, CCXCIX y CCC).
'Tejeda y una comedia argentina del siglo XVII. Buenos Aires: Instituto de
Teatro, Fac. de Filosofia y Letras, UBA, 1984. 23 p.; (Cuadernos, 5). "Tejeda y su
desaparecido 'Acto heremítico' de 1600", en La Nación, Buenos Aires, 22 de marzo
de 1992, seco 7.", p. 2.
14 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
a SU heonano Gregorio, lo hizo como una foona de distracción, en el
tedio de los días de calabozo.
Era nuestro corto alivio
(que era soplar más la llama)
componer una Comedia
de las historias pasadas (L VTN, p. 45 b).
Lo notable del juego de planos de la verdad y de la ficción de esta
comedia es que su asunto encarna episodios biográficos de los hennanos
Tejeda y sus aventuras con dos heonanas (¡hasta dónde llegan las
leyes de la simetría poética!), aquellos asumían los papeles de sí
mismos. No sabemos si ensayaron representarla en prisión. Si ello se
dio, producida la transposición de la vida al arte, quienes encarnarían
los papeles de L,Uis y de Gregorio, traspuestos en personajes ficticios,
serían los mismos Luis y Gregorio, ahora como actores. Una suerte de
"prepirandellismo" curioso. Lo segundo por observar es que la escritura
y representación de la comedia, creemos que fueron estimadas por
don Luis como una foona de catarsis para que aliviara las tensiones de
los días de cautiverio. Uno piensa que tal vez la "objetivación", con
perdón de la palabreja, que prestaba la escenificación precaria, les
haya propuesto su personal realidad y les haya ciado alguna idea de la
responsabilidad en sus extravíos amorosos. Sin embargo, 10 que apunta
don Luis es que con la evocación de 10 vivido, al momento de la
escritura, traspuesta a comedia, de sus aventuras, "se avivaba más la
llama". No está mal, y es natural el efecto: "Donde hubo fuego ...".
La seguñda de las piezas era -10 decimos en un pretrérito
imperfecto porque no llegó a nosotros- una Égloga pastoril, texto
simple, en verso, del género cultivado por Juan del Encina y
perfeccionado por los autores de pulso en el Siglo de Oro. De ella nos
quedó, por todo vestigio, el huecQ del manuscrito en que debía
hospedarse: "la que referirá la égloga pastoril siguiente de los Pastores
de Belén" (LVTN, 168) Y los nombres de los protagonistas: Uranio,
Tirso y Melibeo. Pero . las páginas del manuscrito han sido cortadas,
tal vez, por algún censor improvisado.
La tercera pieza fue un Acto heremítico, compuesto por don Luis
en ocasión de la celebración religiosa en el Convento de las Carmelitas
Descalzas. El Libro, en un pasaje en prosa, apunta:
BAAI., LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DI! Tl!Jl!DA 15
y asi al tiempo de la recreación de aquella tarde, encerradas las monjas
en su huerta, en medio de las hermitas (sic) que por ella tienen repartidas,
en el teatro de una plazuela, naturalmente adornada y cercada de varios
árboles, matizados entonces, por ser su tiempo de sus nativas frutas,
representaron un acto heremítico; formando las que -habrían de
representarle, vestuario de la parte interior de sus ramas y verdes hojas;
y a la exterior, frente de la plazuela, auditorio las demás. Y después de
varios instrumentos y suaves voces con que las de adentro requirieron
sin necesidad el silencio tan ordinario duefto de aquella casa, se empezó
el Acto Heremítico que fue el siguiente (LVTN, 184-185).
4. Es el primer autor argentino que da cabida en su poesía a
menciones directas, e indirectas, a su ciudad natal: Córdoba, a veces
travestida de Babilonia, a veces desnuda en ciudad mediterránea real.
y junto a ello, referencias encariñadas a elementos de la geografia
lugareña: el río Suquía, la cumbre de Achala, las chacras de Saldán,
las haciendas circundantes, las hierbas de las sierras:
Vi la empinada sierra
otro mentido Olimpo, del Achala
que la última región del viento iguala.
Véase de qué manera, emparda la mención del prestigioso y
distante monte sagrado, sede de Apolo y de sus muchachas, con el
propio y vecino cordobés. Este aspecto ha sido bien estudiado por uno
de _los críticos más aplicados a la relectura inteligente de la obra de
nuestro celebrado autor, nuestro académico correspondiente, el doctor
Oscar Caeiro4 •
5. Es el primer autor argentino que se abre a una percepción
hispanoamericana, desde nuestra tierra, a partir del elogio y celebración
de santa Rosa de Lima como patrona de América, y primera flor de
santidad del Orbe Novo.
'CAEIIlO, OSCAIl. Luis de Tejeda, poeta /frico. Homena!e en ~I tercer ~entenario
de su muerte. Buenos Aires: Instituto de Literatura Argentma Ru:ardo ROJOS, UBA,
1980. 29 p. (Sección critica, 6).
16 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXIX, 2004
6. Es el primer argentino que aquerencia mitos grecolatinos, y los
aplica a la realidad personal y local. El básico y estructural es el del
laberinto de Creta. Luis se trasmuta en Teseo criollo, perdido en la
marafia de la realidad confusa, y rescatado, no por una, sino por varias
Ariadnas que le señalan la salida. Se recuerda la línea poética de
Marechal, por supuesto: "De todo laberinto se sale por arriba". Santa
Teresa, santa Rosa de Lima y la mismísima Virgen Maria obran como
auxiliares del extraviado, para orientarlo, mediante su hilo ariadnesco,
hacia su rescate espiritual. El mito del laberinto subyace en todo su
libro, a veces, visto en simple analogía cruda, a veces, "a lo divino",
en romance y en silva, en prosa y en verso.
Otro mito multívoco en el Libro es el del ave Fénix. Los restantes
son mitos de menor relevancia funcional en el seno de la obra.
7. Incorpora, con apropiamiento personal, milenarios motivos de
la literatura, de lo que podríamos llamar la imagología literaria (dejando
de lado el uso restricto que de esta expresión hace la actual
comparatística francesa). El dominante y transversal de la obra es el
motivo simbólico, de varios planos, del peregrino. Como ha sido tratado
con notable y adecuada versación por Graciela Maturo, solo lo
apuntamos y remitimos a su estudios.
8. La obra de Tejeda es el plexo en que confluyen, se enlazan y
articulan varias tradiciones occidentales, lo que da a la obra una trama
semántica densa, una proyección que va más allá de lo circunstancial:
a) La tradición del culto mariano, con su pletórico mundo de
metáforas, imágenes, advocaciones, concepciones, etc. Esta
tradición funciona como eje conceptual y simbólico de todo el
Libró.
b) La tradición de la devoción del Rosario, creada por santo Domingo
de Guzmán. Será, precisamente en la Orden de los Predicadores
donde se acoja, a partir de 1663, don Luis, hasta su muerte. Y fue
en los claustros de su convento donde compuso la obra. La
estructura de su Libro replica la del rosario en su trinitaria
organización de misterios de tres órdenes.
SMATURO, GRACIELA. Luis de Tejeda y su peregrino mlstieo. Buenos Aires: Inst.
de.Lit. Arg. Ricardo Rojas, UBA, 1971. 33 p. (Sección critica, 3).
BAAL. LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 17
c) La tradición neoplatónica del amor divino, como concepción
filosófica que anima las reflexiones y visiones de Tejeda,
alimentada en buena parte por las obras de san Buenaventura. El
poema que la cifra es antológico: "El Fénix de Amor", que ha
dado motivo a señalamientos de sus raíces. Pero la concepción no
se reduce a este texto, sino que nutre, como base, la totalidad de
la obra.
d) La tradición bíblica del salmo 136, Super flumina Babylonia... ,
que ha dado pie a tantas versiones, adaptaciones, imitaciones y
reelaboraciones hasta el presente. El poeta, sentado junto a la
orilla de las aguas que le recuerdan lo fugitivo de la vida, se
lamenta bajo los sauces, de su condición presente.
e) La tradición agustiniana de la oposición entre dos ciudades: la
Babilonia y la Jerusalén celestial, que sostiene la reflexión de La
ciudad de Dios. Lope de Vega escribía: "¡Oh, Babilonia del
mundo"!, en un romance de El Peregrino en su Patria, y, para
referirse a Madrid: "Hermosa Babilonia en que he nacido".
f) La tradición simbólica de la vida como camino de peregrinaje y
el horno viator.
g) La tradición de la literatura mística y sus símbolos (el mar, el
desierto, la noche, la rosa, las espinas, la música tácita, etc.), de
especial manera, la cifrada en las obras de santa Teresa de Jesús y
de san Juan de la Cruz, y la de tantos autores que sin duda trashojó
Tejeda, como ávido lector que era.
h) La tradición literaria española,. que le aporta una lengua y una
lengua poética, muy conformadas, en la que halla cauce para la
expresión propia.
i) En fin, y solo por no abundar en otros rasgos, la tradición estética
del barroco, arte de contrastes y perplejidades, con su confrontación
agónica, que Leo Spitzer llamaba: "lo rosa y lo negro", la carne y
el placer y, bajo ella, la dureza del esqueleto final. El c?ntrac~nto
en todo, como expresión de la naturaleza humana, medIO bestla y
medio ángel, la paradoja, la antítesis y el zeugma como fi~as
fieles a la condición del hombre y a la naturaleza del DIOS
encarnado en sus tensiones irresueltas, de búsquedas entusiastas y
desengaños finales.
Con esta suma de tradiciones asociadas y allegaqas en una obra
coherente, Tejeda se hace centro de una serie de líneas de transmisión
18 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
centenaria en la cultura occidental en su mediterránea Córdoba del
Tucumán, en una tierra austral y confin del mundo, de la periferia
cultural, como hoy se dice. Su libro es punto de confluencia poética
de legado!¡'diversos y de callida iunctura en su poesía.
9. Tejeda es el primer autor de una obra compuesta, no de un
manojo de poemas, ni de un libro misceláneo, sino de un libro dispuesto,
con una estructura pensada y organizada en función de ciertos ejes
que le dan íntima coherencia. Una obra unitiva, para usar un hermoso
latinismo preciso.
Este último punto ha sido objeto de opiniones encontradas y de
postulaciones varias. La primera, y claramente desechable, apreciación
de que la obra es un centón de composiciones, donde la única unidad
señalable sería la ''unidad del códice", como en lo contemporáneo se
hablaría de ''unidad de encuadernación". Todo barajado, sin orden y
confusamente allegado en la copia manuscrita. Esta tesis no se sostiene
por dos razones: la primera, porque, al recorrer los folios del
manuscrito, hallamos sitios dispuestos, y vacíos, para determinadas
piezas. Con ello, el poeta ha reservado espacios en blanco para
incorporar piezas no escritas o acabadas en otras hojas del manuscrito,
pero que tienen su espacio previsto y su "lugar de posición", como
diríamos, a lo estructuralista. Ello, por sí, ya nos advierte que el libro
no está hecho de acarreo. La segunda razón es que los críticos han ido
señalando muy sólidas razones de unidad interna, como se verá.
Como sabemos, hay hasta hoy tres ediciones de la obra, con tres
títulos diferentes6 • La que preparó Ricardo Rojas y publicó en 1916,
sobre el manuscrito de la Biblioteca Nacional, y que intituló: El peregrino
en Babilonia. Con esta titulación hace del romance de materia
autobiográfica y del koinos topos del hombre peregrino, el eje de la
obra. Sin duda es un elemento fuerte de organización interna. El hombre,
pecador extraviado entre las criaturas del mundo "babilón", tiranizado
6a) TEJEDA, LUIS JosÉ DE. El peregrino en Babilonia y otros poemas. Buenos
Aires: Librerla La Facultad, 1916. 287 p. (Biblioteca Argentina, t X). b) Coronas
líricas. Precedidas de una noticia histórica y critica por Enrique Martinez Paz. Anotado
por Pablo Cabrera. Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, 1917. 340 p. Y c)
Libro de varios tratados y noticias. Lección y notas de Jorge M. Furt. Buenos Aires:
Coni, 1947.365 p. (Colección de Textos y Estudios Literarios, 1). Las ediciones b) y
c) se basan en el Códice carmelitano.
BAAL, LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 19
por sus apetencias, después de varias situaciones límbicas -usemos el
adjetivo que evita la asociación de dos sustantivos: "situación límite"-
advierte sus faltas, y, arrepentido retoma a la recta senda de la virtud,
encauzando su existencia hacia la vida retirada del convento, lejos del
mundanal ruido. Así, la conversión cierra el proceso deambulante del
protagonista que ahora vuelve a la casa del Padre. Es, no el hijo
pródigo, como se sigue llamando con reiterada inexactitud o
insustancialidad, a la parábola evangélica, sino, en todo caso, el hijo
retomante, arrepentido, volvedor, en la seguridad de que su Padre lo
aguarda con los brazos abiertos. Y así es en la perspectiva que muestra
al anciano en lo alto de la colina, oteando el horizonte que le devuelva
la imagen filial.
Pero en este enfoque, que el título supone y sugiere, la estructura
del rosario queda como un apéndice a la hora de la reclusión conventual.
La segunda de las ediciones es la elaborada por Enrique Martínez
Paz y anotada por monsefíor Pablo Cabrera, hecha sobre el códice del
convento cordobés de Santo Domingo. Publicada en 1917, fue intitulada
Coronas líricas. Se alude con ello a la organización del rosario. Es el
titulo que mayor radicación muestra en la voluntad compositiva del
autor. Y se extrae del manuscrito mismo. Textualmente leemos: "El
Rosario santisimo de ciento cincuenta avemarías y quince
padrenuestros, que en esta obra se ha de dividir en las tres coronas
líricas de su assumpto" (L VTN, 118). Y habla de "corona lírica de
rosas" (L VTN, 119) Y de "corona lírica de espinas" (L VTN, 225).
Las coronas líricas están ordenadas en tres grupos: la de los
misterios gozosos, o corona de rosas; la de los misterios dolorosos, o
corona de espinas, y la de los misterios gloriosos o coronas de estrellas.
El rosario es la principal devoción oracional dedicada a la Virgen
Maria. Su creador fue Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de
los Predicadores. "Uno de los motivos que me llamaron a esta sagrada
religión de nuestro Padre Santo Domingo, fue la devoción de Nuestra
Sefíora y su Rosario santísimo que en ella se profesa" (LVTN, 84).
"I:ejeda, que entra como hennano lego en un convento dominico,
y que ha manifestado una devoción honda por lo mariano, como toda
su familia, asocia en esa composición estas dos realidades y se sirve
de aquella estructura dicha para la disposición de su libro. Claramente,
la obra muestra concluida la corona de rosas, con el despliegue de los
cinco misterios gozosos: la anunciación del Ángel a la Virgen, la
20 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
visita de María a su prima Isabel, el nacimiento de Nuestro Señor en
Belén, la presentación del Niño Jesús en el Templo y el Niño perdido
y hallado en ~~ Templo, entre los doctores. La corona de espinas está
casi concluida: la oración de Cristo en el huerto, la flagelación de
Nuestro Señor, la coronación de espinas y Jesús con la cruz a cuestas,
camino del Calvario; quedó sin escribir la última: la crucifixión y
muerte de Cristo. En tanto, no alcanzó a adelantar en la corona de
estrellas.
La tercera edición, y la más completa y rigurosa de todas, por la
que debemos guiamos, es la de quien fue nuestro académico
correspondiente, don Jorge Furt, quien en 1947 dio a conocer su notable
trabajo filológico con el titulo de: Libro de varios tratados y noticias.
El mismo filólogo advierte que este título, vago e indefmido, aplicable
a una obra de índole miscelánea, figura a la cabeza del manuscrito,
pero es letra del siglo XVIII, posterior a la muerte de Tejeda, que se
produjo en 1680. Además, lamentablemente, faltan los primeros folios
del manuscrito cordobés, que podrían habemos orientado acerca de
las intenciones y titulación de la obra.
En sintesis, el titulo más sostenible, por razones de crítica interna,
es el de Coronas líricas.
Vida
La vida de Luis José de Tejeda fue 10 suficientemente trajinada
como para atraer el interés de quienes han percibido en ella materia
casi novelah1e. Don Pedro Frias ensayó unas páginas memoriosas de
reelaboración ficcional, apoyada en datos fehacientes. Luego, Jorge
Furt, tal vez el mejor conocedor de la obra del autor, compuso La vida
de Luis de Tejeda7 , que imagina instancias y detalles sobre el cañamazo
de los datos documentales ciertos, particularmente la Genealogía y
otros materiales que allegó para su reconstrucción vital y animada. En
nuestros días, esta vida rica en lances y episodios será motivo de una
novela atractiva, la reciente, de Prudencio Bustos Argañaraz: Laberintos
y escorpiones (Córdoba: Ediciones del Boulevard, 2001); y otras
ficciones narrativas de Pedro Frías, Luis R. Carranza Torres y Cristina
7PURT, JORGE M. Tejeda (1955), Buenos Aires: Impresa en Colombo, MCMLV,
108 p.
BAAL, LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 21
Luis de Tejeda
(Reconstrucción imaginaria de Antonio Berni)
22 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXlX, 2004
BAAL, LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEIEDA 23
Bajo, junto con otras piezas creativas, a las que hemos dedicado un
trabajo que daremos a conocer en la Universidad de Córdoba, en el
marco de los festejos del nuevo centenario.
No· todo es firme en lo fechable, aun respecto del año del
nacimiento de don Luis. En la Vida (1955), de Tejeda, Furt coloca
entre paréntesis cuadrados la posibilidad de que el año del natalicio
haya sido 1603. En un trabajo de 1980, cuando se conmemoró el
tercer centenario de su muerte, Caeiro se inclinaba por el año 1602,
apoyado en algunas constancias escritas, e insistirá en ello, en 1994.
No obstante, el 25 de agosto de 1604 se da como fecha firme. Los
datos sobre su abolengo y árbol genealógico han sido desplegados en
el Ensayo de Genealogía de los Tejeda, suficientemente estudiado por
Luque Colombres8 • Sabemos de cierto que estudió con los jesuitas y
que, en 1623, recibió los atributos de Bachiller en Artes, pero nunca
se doctoró. El Colegio Máximo, con la Ratio Studiornm, lo proveyó
de una disciplina y cultura humanística sólida, que fue ampliando con
su hábito y apetito sostenido de lector.
Muerta su amante, Ana Bernal Mercado (la "Anarda" del romanc<!),
hay en él un cimbrón de conciencia. A poco, en 1624, se casó con
doña Francisca de Vera y Aragón. El 7 de febrero de 1625 fue
nombrado Capitán de Infantería Española para servir a la defensa del
puerto de Buenos Aires de ataques holandeses. A fines de 1627, retoma
a Córdoba. Nada sabemos, ni se ha investigado hasta hoy, de la estancia
portefia de don Luis, por dos años, en la ciudad del Puerto. Merecería
el esfuerzo la tarea de búsqueda de documentación.
Actúa en cargos de gobierno en .su ciudad: alcalde ordinario,
cabildante, juez de apelaciones, protector de naturales. Practicó el
comercio de ganado con Potosí, fue improvisado pero dedicado
arquitecto, pulsó el discantillo. En fin, varón de muchos intereses.
Tuvo situaciones de dificil relación con los vecinos, como que fue
denunciado a la justicia y se le embargaron todos sus bienes y fue
bus~ado por orden judicial. Se recluyó en el Convento de los
8LuQUE CoLOMBRES. En AA.VV. Luis de Tejeda. Homenaje en el tercer centenario
de su muerte (1680-1980). Córdoba: Facultad de Filosofia y Humanidades, Ins~tuto
de Literatura Argentina e Iberoamericana, UNC, 1981. 6~ p. (Cu~~mo~ 3). Contlene,
además, trabajos de Gaspar Pío del Corro, Oscar Caelro, Graclela Frega, Roxana
Patifto y Patricia Renella.
24 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXIX. 2004
Predicadores, en 1663, donde pennaneció hasta su muerte, acaecida el
10 de septiembre de 1680.
Unidad de la obra
Al repasar la sobrehaz del manuscrito, se advierte una alternancia
de prosa y verso en él. Da la impresión de obra menipea. Y si reparamos
en las modalidades variadas en prosa y verso, veremos que no hay
unidad aparente en ellos. Hay prosas y versos que responden a lo
narrativo, a lo discursivo -discursos filosófico-teológicos-, a lo
descriptivo, lo autobiográfico, lo expresivo. Pero, cabe advertir, todas
estas modalidades están al servicio de la comunicación de una
experiencia espiritual de "mudanza y conversión" (p. 22). Es decir
que, en el fondo, hay una actitud dominante de naturaleza lírica, en
tanto expresiva 'de un yo que da una fuerte coherencia a toda suerte de
discursos, que están puestos a su servicio. En este sentido, toda obra
literada sería, de alguna manera, lírica, diría Croce. y esta
particularmente lo es, en tanto expresa esa experiencia del nostós, del
regreso al puerto de la navecilla del espíritu, después de haberse
aventurado, perdido y engolfado en medio de aguas procelosas y
rumbos desorientados.
Aquí radica, en su estricta acepción de "echar raíces", el ethymon
de la obra tejediana. En 1658 muere la "Lucinda" de sus poemas, una
mujer casada que tenía relaciones adúlteras con él. Al parecer, esta
segunda amante muerta le produjo una seria conmoción y padeció un
"poderoso desengaño". Fruto de él, fue el romance de su vida, que
quizá inició entonces. Poco después, en 1661, muere su esposa, doña
Francisca, que le había dado nueve hijos, y que fue una mujer contraída
a la vida de hogar y dedicada a la crianza y educación de sus niños, en
tanto don Luis cabalgaba hacia Buenos Aires, hacia el Tucumán, hacia
el Chaco y, para decirlo a 10 Lorca: cabalgaba "en potra de nácar / el
mejor de los caminos". Ausencias e infidelidades que padeció doña
Francisca en silencio.
Al hombre se le sumaron, a la muerte de su amante y de su
esposa, un pleito por sus arbitrarias disposiciones de gobierno y padeció
causa judicial por alborotador del orden, embargándosele todos sus
bienes. Se dictó orden de prisión y se lo buscó sin hallarlo. Perdió,
BAAI., LXIX. 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 25
desde entonces, presencia y respeto en el gobierno de la ciudad, y
quedó marginado como vecino. Ahora, amante al que la muerte le ha
arrebatado su mujer, viudo, enjuiciado y prófugo, hará un balance de
su vida trajinada y tormentosa, desde su juventud dispendiosa hasta
los acuciantes conflictos de gobierno, que lo han cercado judicialmente.
Siente el peso de sus responsabilidades no asumidas. Y se produce en
él una conversión, una vuelta al origen. Decide reencauzar su vida y,
para ello, se enclaustra en 1663, en el convento dominico como
hermano lego. Alli comienza su reflexivo examen de conciencia y la
revisión de su vida sobre el terreno fecundo del arrepentimiento. Hay
en este punto un sentimiento de mea culpa, que lo lleva a replantearse
lo que le queda del día, más bien en la sobretarde de la vida, pues ya
bordea los sesenta años, y, con ellos, ha duplicado en los suyos il
mezzo del camin di nostra vita, pues el florentino lo situaba en la
mitad de esos años.
Y, a propósito del verso inicial de La Divina Comedia, es fácil
suponer que una lectura o relectura del libro mayor de Dante, le dio
las imágenes iniciales del camino de la vida, de la selva selvaggi::J,
que él ve, subespecie Babilonia y del hombre como criatura itinerante.
Ahora, en la segreta camera di! cuore, don Luis asiste, como sujeto
y observador, a una mutación espiritual. Ahora contempla en retrospectiva
lo andado y ese camino se le ilumina con "la luz del desengaño", de la
que le ha hablado su leído Gracián. Ahora lo entiende, y hace del
desengaño el instrumento de conocimiento de la realidad y de su propia
biografía. Entonces, establece, aunque tardíamente, lo que el jesuita
aragonés le enseñó a hacer: "la culta repartición de la vida de un discreto".
Y advierte, en ello, lo descompensado y desbalanceado de la suya. Para
él, el desengaño es, hic et nunc, una patencia personal en este examen
de su vida y, a la vez, será una visión esclarecedora de la vida en sí. Por
eso, en el verso final, dedicado al elogio de santa Rosa, compuesto en
1670, a una década de su muerte, escribió, ya advertido: "¡Oh bien
anticipados desengaños!". No es que él asuma como materia "poetizable"
el gran tema del barroco, el desengaño. El tema está encamado en su
experiencia y en su entraña vital.
Por lo demás, la obra se presenta enfilada en un género de sec~lar
prestigio, el de la revisión de vida del pecador converso y arrepentido,
en una confesión escrita. El genealogista tejediano dice: "Su célebre
obrilla en que, a imitación de las Confesiones de san Agustín, escribió
26 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
su vida el año de 1663, siendo religioso novicio de la Orden de los
Predicadores". Por supuesto, servata distantia entre las Coronas líricas
y el libro del obispo de Hipona.
El verso' es lo esencial en este libro y las prosas les van haciendo
orla a los poemas con variados tonos. Lo prosado se asocia al verso
pero siempre para ilustrarlo, ampliarlo, darle otras perspectivas y
fundamentos. En el magma vivo del manuscrito, por veces, no hay
solución de continuidad, y los límites se confunden para el lector. Los
investigadores, los relectores y los criticas aplicados han ido
descubriendo pasajes que tienen su vida propia, que extraídos de su
contexto animan con unidad estética que puede tener vida
independiente. Esto es lo que muestra el conjunto de Casos y ejemplos,
que la labor de Oscar Caeiro ha podido cumplir al editar, en volumen
aparte, el haz de piezas breves narrativas, que su arte cisoria ha logrado
abducir del seno de la prosa. Ha facilitado la tarea el hecho compositivo
de que Tejeda traza un marco para cada relato, lo que le presta cierto
recorte de independencia9 •
Algo semejante ocurrió con los sonetos tejedianos. Durante muchas
décadas, Tejeda fue el autor de un solo soneto: el dedicado a santa
Rosa de Lima, y, con él, el primer autor de un soneto en nuestras
tierras. La compulsa del Libro, facilitada por la edición fundamental
de Furt, ha permitido el reconocimiento de otras tres muestras de
sonetos, las que, para nuestra apreciación, se mantienen por debajo del
logro del primero conocido.
Lo dicho acerca del ethymon lírico de la obra robustece y
fundamenta la idea de que estamos frente a una obra unitiva, un
macrotexto 'que responde, en la diversidad de sus manifestaciones, a
un sentido de coherencia interna, conceptual, de experiencia espiritual
de base, y que refleja un plan orgánico de composición, presidido por
una voluntad de estructura bien articulada. La frecuentación del libro
nos sugiere la propuesta de diseño que procuraremos explicitar.
La obra, basándonos en el terreno de la poesía, tiene dos planos
distinguibles con sendas historias: el plano del relato de trasposición
9'fEJEDA, LUIS DE. Casos y ejemplos. Estudio critico y notas por Oscar Caeiro.
Córdoba: Alción Editora, 1994.87 p. V. Además: TEJEDA, LUIS DE. Obras (Selección).
Prólogo de Antonio Serrano Redonnet. Buenos Aires: Marymar. Seco de Cultura de la
Nación, 1994 (Colección Identidad Nacional, 95).
BAAL, LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 27
autobiográfica, centrado en los avatares de la historia del peregrino en
Babilonia, y el de la disposición de las tres coronas líricas que van
desarrollando en sus situaciones gozosas, dolorosas y gloriosas los
episodios de una historia, que tiene por coprotagonista y testigo previo
y posterior a los hechos que comenta -vida, pasión, muerte y
resurrección de Crist~ a la propia Virgen Maria.
A la vez, cada uno de estos dos planos tienen una disposición
tripartita. El relato que traspone -evitamos decir directamente
"autobiográfico"- 10 biográfico en ficción tiene por eje la figura del
peregrino. Las piezas en que se fundamenta son el "Romance de su
vida" y "El peregrino en Babilonia", compuesto en estancias y silvas.
El "Romance de su vida" distribuye a esta en tres etapas,
mencionables según las libidos que en ellas dominen. La libido
conscupiciendi, o etapa de Venus, centrada en episodios que narran
las aventuras eróticas del protagonista y sus hermanos, con experiencias
fuertes de la muerte de dos de sus amantes: Anarda y Lucinda.
La segunda, con dominio de la libido principiandi, o etapa de
Marte, en la que el protagonista se vuelca hacia la apetencia del poder,
a través de sus cargos militares y sus acciones en campañas contra los
indios chiriguanos y calchaquíes. "El esplendor aéreo / de militares
galas, / y el aplauso festivo y numeroso / de cajas, de clamores y de
balas / me encantó".
El tercer estadio de su vida responde a la libido accopiandi, o
etapa de Mercurio, cuando el peregrino se afana por juntar riquezas, y
coincide con sus poderes de gobierno y la administración de los bienes
caudalosos de su familia.
A las tres, les llama el autor "cautividades". Si se libera de una,
da en la otra. Solo al fmal de su vida se rescata por influencia de
mujeres que 10 asisten para su desasimiento.
El poema "El peregrino en Babilonia" da una perspectiva más
genéricamente universal que la del relato estrecho del romance. En
este texto advertimos tres planos de significación: el de Luis, el del
peregrino y el del hombre. Igualmente, tres niveles del espacio
simbólico: el de Córdoba, el de Babilonia y el mundo. El peregrino,
extraviado en el reino babilonio, va de un descarrío a otro, hasta que,
toma conciencia de que debe encauzar el camino de su vida con
rumbo a la Jerusalén.
28 PEDRO LlnS BARCIA BAAL. LXIX, 2004
El otro plano es el que componen las coronas líricas, también
tripartido en misterios gozosos, dolorosos y gloriosos, o coronas de
rosas, espinas y estrellas, respectivamente. Lo central aquí es la imagen
de María.
Ahora bien, qué relaciones guarda un plano con otro en la
estructura de la obra. Puede postularse que en el primero, el del
peregrino, este se pierde por la atracción que en él ejercen las mujeres,
como Anarda o Lucinda, que lo arrastran al extravío y al pecado. El
viandante Luis-Teseo se ve desorientado en el laberinto de sus propios
pasos extraviados. Frente a esta situación, llegado a una altura de su
vida, por la acción benéfica para su espíritu, operan iluminadoramente
en él las virtudes de tres mujeres que operan como Ariadnas que 10
ayudan a salir de su dédalo. Ellas son santa Teresa de Jesús, santa
Rosa de Lima y la misma Virgen María. Las Ariadnas, a 10 divino,
actúan como mediadoras o intercesoras para el rescate de Teseo
(hombre, peregrino, Luis), en una cristianización del mito, heredada
de la imaginer.ía medieval.
Con ceñida síntesis, Gaspar Pío del Corro escribió: "El mundo
poético de Tejeda está estructurado por la correlación de tres ámbitos:
el de la Divinidad, el de la Humanidad y el de la mediación". Cielo y
tierra y Maria religadora.
El poeta
La obra poética de los últimos quince años de vida de don Luis de
Tejeda no supone una improvisación en el arte de versificar, a partir
del ingreso en el convento dominico. Podemos suponer que versificó
desde muchacho, sin lugar a dudas, por tres razones. Primera, porque
era un ejercicio cotidiano en las aulas de los jesuitas donde estudió
nuestro escritor; segunda, porque lo sugiere el elogio del obispo
agustino don Gaspar de Villarroel, que 10 conoció en Córdoba, entre
1627 y 1628, cuando le escribe, desde Madrid, el 8 de octubre de
1632: "Si yo tuviese la pluma de Vuesa Merced, que ha sabido hacer
compatibles no solo las letras humanas pero aun las divinas, con las
humanidades de casa y familia, hiciera esta relación más ajustada con
lo que merece el asunto". Es el mismo que escribió aquello de que
don Luis: "Vendría a ser el más literato de su tiempo, el oráculo de la
BAAL, LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 29
Universidad". (No es coincidencia nada desdeñable que otro obispo
también haya elogiado a Tejeda: "Este joven habrá de ser con el
tiempo el maestro universal de la literatura tucumana", profetizó fray
Julián de Cortázar).
Tercera razón: la pericia que exhibe en el manejo de diversidad
de metros y estrofas revela una mano largamente ejercitada en el
oficio, un extenso ejercicio previo. Compuso diestramente en variedad
de formas: romances, romancillos heptasilábicos, redondillas, coplas,
sonetos, octavas reales, estancias, combinación de silva en verso blanco,
liras de seis versos, que, por supuesto, estas no son invención del
argentino, como ha estimado algún colega desinformado y poco
advertido, pues ya las hallamos en don Francisco Núñez de Pineda y
Bascuñan (1607-1680), por ejemplo, y, a pocos afios, las manejaria
también sor Juana Inés de la Cruz.
Sin dudas, compuso poemas a 10 largo de toda su vida. Y a la
hora del vuelco espiritual o mudanza, dejó de lado el caudal profano
de su lírica y recogió el dedicado a lo sacro y a lo religioso. Consta
que, antes de su entrada al convento, en 1656, en que se juró en
Córdoba el reciente dogma de la Inmaculada Concepción, escribió un
romance celebratorio.
A propósito, la crítica argentina ha deslizado con generosa
equivocación la calificación de la obra de Tejeda como "mística". No
es exacto. Nuestro autor está lejos de la experiencia que genera una
obra consonante, como es el caso de san Juan de la Cruz, o santa
Teresa, por ejemplo, y algunos pocos más que han puesto por escrito
sus arrobos infrecuentes. La obra de Tejeda es religiosa, no mística.
Algunos trabajos sobre el poeta le adjudican un indisputable
gongorismo. Esta apreciación no debe ser exagerada. Es cierto que se
valió de un par de versos iniciales, casi textualmente tomados del
español: "La ciudad de Babilonia" o "Los pasos que el errante
peregrino", idéntico, el primero, al verso inicial de la "Fábula de
Píramo y Tisbe", pero funciona con seriedad dramática en el contexto
de Tejeda y con burla irónica en el del cordobés, español; y el
endecasílabo vecino de la introducción a las Soledades: "Pasos de un
peregrino so~, errante". También es cierto que algunas preferencias
sintácticas son gongorinas; eso y poco más.
Lo que debe tenerse en cuenta es que, entre 1550 y 165.0~ se
troqueló en la poesía española una verdadera lengua poetlCa,
30 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
convencional y común, constituida por expresiones cristalizadas,
metáforas, imágenes recurrentes, adjetivaciones repetidas, que hacen
muy dificil establecer deudas y filiaciones para con un determinado
autor de esa' éenturia señalada. Tejeda fue lector de Garcilaso, Lope,
Herrera, Zárate, Valdivieso, de "la ilustre matriarca santa Teresa" (LVTN,
p. 218), Calderón, Tirso, Quevedo, etc. Referir todo a Góngora es abusivo.
Mucho va de Pedro a Pedro, dice el refrán. Adaptémoslo: mucho va de
cordobés a cordobés y de Luis a Luis. Las Soledades salen impresas en
1627. Precisamente, el nombre común de composiciones de Góngora y
de Tejeda, Soledades de Maria, al compararlas, advierte en qué se
diferencian, lo que insta a no reducir con simpleza esta cuestión de ecos
y reflejos.
"El gongorismo de Tejeda es tibio", dice Emilio Carilla, autoridad
en el campo. En efecto, no hay en el argentino el lucimiento de colores
y luces, ni hallamos en él el despliegue escenográfico y plástico que
campea en el tocayo español. Tejeda tiende más a lo conceptuoso que
a lo gongorino, particularmente en el verso del romance. Tal vez de
los poemas más cercanos al culteranismo, valga recordar dos como
muestras más logradas: "El Fénix de Amor" y "El árbol de Judá",
Pero si comparamos la poesía de Tejeda con alguno de los
gongoristas hispanoamericanos coetáneos, la distancia es enorme, No
hay en Tejeda el gusto por el gigantismo, la desmesura, lo monstruoso
y lo grotesco, que es frecuente en sus colegas del resto de América.
Compárense piezas de Espinosa Medrano, de Caviedes, y otros, y se
apreciarán las distancias y diferencias. Véase, por vía de un solo
ejemplo, un par de octavas del poema épico San Ignacio de Loyola,
del colombiáno Remando Domínguez Camargo (1606-1659):
Mentida Isis en la piel, pudiera
acicalar en Argos el desvelo,
de la que el Tauro codició ternera,
por darle ilustre sucesión al cielo;
lasciva Parca de las flores era
la que (la luna el cuemo, el sol, el pelo)
víctima cayó idónea, y dio la vida
porque pródiga fuese la comida (estrofa LV).
BAAL, LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 31
. Para leer con comprensión, hay que traer, como decía Quevedo, la
Sibila de Cumas al cÍnto. Este nivel de complejidad verbal artificiosa
jamás se da en el poeta argentino.
El soneto a santa Rosa
De los cuatro sonetos situados en el mar de prosa y verso de las
Coronas líricas, estimamos que el más logrado es el dedicado a Rosa
de Lima. El asunto del poema está dicho en una redondilla del propio
Tejeda:
Hoy la América se goza
de ver trocada en estrella
luciente en el cielo y bella
la que en sus campos fue Rosa.
La estrofita fue escrita como un primer comento del acontecimiento
que se celebraba en Córdoba, el 23 de mayo de 1670, dos años des!Jués
del pronunciamiento papal: la beatificación de Rosa. El acto y la
persona de la santa limeña reúnen en sí muchos más elementos que
los aparentes, para las significaciones del campo semántico que Tejeda
teje en tomo a ella. En primer lugar, cabe decir que el nombre elegido
por la beata era "Rosa de Santa María", con lo que se establece una
relación directa, de filiación y pertenencia, de la virgen respecto de la
Virgen. Esta relacÍón hace de Rosa una Ariadoa celeste, digamos así,
junto a santa Teresa y a María misma. Rosa es de la laya de las
intercesoras y mediadoras.
Un segundo elemento estriba en el carácter de celebración que
alcanza la beatificación de la primera canonización de una persona
nativa del Mundo Nuevo. Con ello, América se integra definitivamente
a la Cristiandad, al brindar su tierra el primer fluto de santidad. El
festejo adquiere dimensión hispanoamericana, al tiempo que revela en
Tejeda una mirada comprensiva más allá de su tierra cordobesa. El
motivo de celebración es de todos. Isabel, como se la llamó
inicialmente, será primero, Rosa de Santa María, y ahora, Rosa de
América: "La primogénita Rosa de la Iglesia nacida en estos reinos
del Perú" (LVTN, 178).
32 PEDRO LUIS BARCIA
BAAL. LXIX, 2004
BAAL, LXIX. 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 33
Hay una tercera razón para asociar a Rosa e integrarla en el plan
de su libro. El advenimiento de la virgen a su condición de santa es un
motivo gozoso, que consuena con los misterios de esta índole. Pero,
además, la rosa es gozo, como lo fue el rostro de la niña para quienes
la veían de pequeña. El ser rosa es, a la vez, gozo por su belleza y
alusión al cerco de espinas, al ciclo de los misterios dolorosos y a la
corona de espinas. A lo que se suma, obviamente, el recuerdo de la
corona de hierro, con triple línea de púas, que usaba Rosa diariamente.
Y, por fin, la santa está ahora en el cielo "trocada en estrella", "la que
en sus campos fue rosa". De esta manera, la virgen de Lima asocia en
si las tres coronas del rosario, que habrán de ser cantadas en las tres
coronas líricas de la obra de Tejeda.
Una cuarta razón es que la santa mantuvo toda su vida una
devoción preferente por el rosario. A esto se debe la "funcionalidad"
de la presencia de Rosa en la estructura de la obra de Tejeda, pues ella
se integra por varias vías semánticas en él y en su concepción teológica
de base.
Tejeda destinó una prosa de considerable extensión a la
beatificación de Rosa; de ella recortamos un pasaje que es un preludio
prosado del sabido soneto:
Nace la rosa y nacen las espinas que han de coronarla; quédanse las
espinas hasta que se desabrocha la rosa del botón verde que la anima y
congoja; va rompiendo la presión estrecha de las hojas poco a poco, y
van las espinas desbastándose, adelgazando las puntas.
Nació la virgen Rosa y nacieron las espinas rudas, con la Rosa; fuese
desabrochando de las primeras congojas de la naturaleza y comenzó a
distribuir suavísima fragancia de sus virtudes, y erizantes espinas,
cuando la rosa crecía, porque iba aumentando el paso de los años la
penitencia (LVTN, p. 69, Y pp. 288,185 Y 95).
Algunos críticos han señalado ecos de otros autores en el soneto,
de especial manera, uno de Francisco López de Zárate y580-~~58),
de Logroño, llamado en su tiempo "el poeta de la Rosa.. Graclan se
refiere a él como "el limado Zárate". En el soneto dicho, se leen
expresiones avecinadas a las de Tejeda:
34 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
Esta, a quien ya se le atrevió el arado,
con púrpura fragante adornó el viento,
y negando en la pompa su elemento,
bien que caduca luz, fue Sol del prado.
Adviértanse las aproximaciones del verso 1 de Zárate y el 7 de
Tejeda, y el 4 del español y el 3 del argentino, que repiten "sol del
prado", al referirse a la flor. Cabe decir que tal expresión la usan
también otros contemporáneos, como Juan Bautista Aguirre. El cruce
sensorial: "crepúsculo de olor, rayo de rosa", donde la vista y el olfato
se asocian en la percepción sinestésica, también tiene su anticipo en
versos de otros autores. Ello ratifica 10 que hemos dicho acerca de la
existencia de una lengua poética común en la lírica del siglo XVII,
Una lectura filológica comparada de los manuscritos de la
Biblioteca Nacional y el manejado por Martínez paz muestra varias
diferencias, de puntuación, de vocablos, algunas de las cuales pueden
justificarse en ambos casos. Por ejemplo, el citado verso cuarto dice,
~n el texto editado por Rojas:
Crepúsculo de sol, mayo de rosa
La lectura "mayo" puede explicarse por dos vías: una, se referiría
a la primavera del hemisferio norte, contrastante con el otoño
meridional, con 10 cual se remedaría incoscientemente un modelo
europeo, sin aclimatación austral. La otra explicación es que fue en el
mes de mayo en que se realizó la fiesta de la canonización de Rosa de
Lima. En cambio, la lectura del otro manuscrito realza el quiasmo, en
el cruce de vista y olfato: "crepúsculo de olor, rayo de rosa".
Carilla, en un comentario acerca del soneto "Sobre Tejeda y el
soneto a Santa Rosa de Lima"lO, más allá de las variantes de puntuación
que sugiere (punto y coma al final del primer verso; dos puntos después
del penúltimo; quita la coma después de la interjección "oh"), propone
un cambio que parece aceptable. Lee el verso 10 cambiando "hoja"
por "rosa", y cobra más sentido con ello: "La virgen rosa previniendo
IOCARRILLA, EMILIO. En Fifologla, Buenos Aires: Instituto de Filologia, UBA.
Año III, n.o 1-2, enero-agosto de 1951, pp. 111-114.
BAAL. LXIX. 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 35
engaños". Estima que la lectura "la virgen hoja" viene arrastrada por
el "aje" del verso 8.
La puntuación del manuscrito cordobés deja mucho que desear, y
debe ser retocada. Ya se anticiparon en ello Jorge Luis Borges y Pedro
Heríquez Ureña, en la calibración que hicieron del soneto en su
Antología clásica de la literatura argentina". En nuestra lectura, nos
apoyamos en Borges y Henríquez Ureña, y hacemos otras
modificaciones, como colocar "rosa" por "hoja" y suprimir el doble
uso de dos puntos en los versos 11 y 13, para dejarlos solo en este
último. La lectura fmal propuesta sería:
Nace en provincia verde y espinosa
tierno cogollo; apenas engendrado
entre las rosas, sol es ya del prado,
crepúsculo de olor, rayo de rosa.
5 De los llantos del alba apenas goza,
cuando es del duefio singular cuidado,
temiendo, o se 10 tronche rudo arado,
o se 10 aje mano artificiosa.
Mas ya que del cairel desaprisiona
10 la virgen rosa, previniendo engafios,
la corta y pone en su guirnalda o zona.
Asi, esta virgen tierna en verdes años,
cortó su Autor, y puso en su corona:
¡oh bien anticipados desengafios!
El hecho de que rimen en el soneto "goza" con "espinosa", "rosa"
y "artificiosa" indica que en el uso, al menos cordobés, ya se sese~ba.
Se ha dicho repetidas veces que Tejeda es el autor del pnmer
soneto escrito en nuestra tierra. Esto es discutible. El jesuita Diego de
Boroa (o Beroa) (1585-1658), nacido en Trujillo, Extremadura, vivió
en Asunción y fue Provincial de la Provincia Jesuítica de Córdoba del
Tucumán, cargo que ocupó desde 1634 hasta 1640. El padre Boroa
"Selección de Pedro Henríquez Ureña y Jorge Luis Borges. Buenos Aires:
Editorial Kapelusz, 1937, pp. 21-22.
36 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
compuso, quizá en Córdoba misma, un soneto con motivo de la muerte
de la primera educadora de la mujer en el Paraguay: dofia Francisca
de Bocanegra. El soneto finge la voz de las internadas en la Casa de
Recogidas y Huérfanas. Recordemos esos versos que se cantaron,
acompafiados de música, en las exequias de doña Francisca.
Cóncava Cava, ¿qué es de nuestra Madre?
Querida Madre, dinos dónde habitas.
Haste olvidado de estas pobrecitas,
por verte con el Hijo y con el Padre.
Dinos algo, señora, que nos cuadre,
porque nos tienes tristes y marchitas;
huérfanas somos, grandes y chiquitas,
ya no tenemos perro que nos ladre.
Lúgubre Parca, Muerte furibunda,
¿por qué nos has quitado nuestra Luna
y se la has dado a la noche negra?
¿Donde hallaremos, Muerte, otra segunda?
Más triste y corta fue nuestra fortuna
Pues que perdimos nuestra Bocanegra.
El soneto del padre Diego sería el primero escrito en el Plata; y
Tejeda, el primer hijo de estas tierras autor de sonetos.
Junto. con el soneto a la santa de América, para armar un pequeño
florilegio poético, cabría rescatar el poema clave "El Fénix de Amor"
y el par de villancicos, que el poeta llama "soliloquios". Al comparar
las modulaciones y el fraseo de los villancicos de Lope, de Tirso, de
san Juan de la Cruz, o, para venir a la casa de América, los García de
Eslava, con los de Tejeda, salta a la vista la fluida sencillez, como oral
y popular, de aquellos frente a la más intelectual y elaborada expresión
del cordobés, que vira, por momentos, hacia el conceptismo:
Quien es de tierra y cielo
compasador Euclides
a una cuna de pajas
se proporciona y mide.
BAAL, LXIX, 2004 HOMENAJE A FRAY LUIS JOSÉ DE TEJEDA 37
Pero quiebra su empaque con diminutivos y expresiones cargados
de afectividad:
Mece la jwnentilla
los pajizos cojines
y el buey, con tardo aliento,
de brasero le sirve.
y entre pucheros tiernos
ya llora, ya se ríe.
Estos deslizamientos de ternezas en medio de juegos conceptuales
son muy propios de nuestro autor l2 •
Estamos debiendo a los contemporáneos una edición modernizada
de las Coronas líricas, con notas sobrias y contextualizadoras, como
vía de acceso más expedito para un lector interesado. No decimos de
la totalidad de la obra, pero sí de una selección que permita abarcar 10
esencial de los aportes del poeta y humanista, que fue inicial y pionero
en tantos aspectos de la cultura argentina en gestación. En nombre de
nuestra Academia Argentina de Letras, rendimos el merecido homenaje
a la obra de don Luis José de Tejeda y Guzmán, nuestro primer
adelantado argentino de las letras y mayor poeta del barroco argentino.
Salud y gratitud a su poesía fundadora\3.
Pedro Luis Barcia
'ZUls diferencias de lecturas entre los manuscritos del Libro son, a veces,
diametralmente opuestas, y llama a reflexión sobre la necesaria fijación de los textos.
Para dar algunos ejemplos, veamos en una pieza breve como el villancico que citamos.
Damos, primero, la lectura de Furt Y luego la de Rojas: v. "lo incircunscripto breve",
"lo circunscripto breve", "compassador Euclides", "comparador Euclides"; "yen sus
hilos humildes", "yen sus hijos humildes"; ''para en la cruz bullirte", "para en la cruz
mullirte"; "a conceptos subtiles", "a conceptos humildes"; "églogas pastoriles", "colegas
pastoriles", y asl parecidamente.
I3La Academia cumplió, en 1973, un destacado homenaje a Tejeda, con ~~tivo
del cuarto centenario de la fundación de la ciudad de Córdoba, con la colocaclon de
una placa de azulejos, que reproducimos aquí, en el Convento de las Teresas. Véase
BAAL, XXXVIII, 1973, pp. 344-350. . .
Para su discurso de incorporación a la Academia, el poeta don José Maria Castiñelra
de Dios, eligió como tema "Luis José de Tejeda y Guzmán, el primer poeta argentino",
notable pieza improvisada que se recogió en BAAL, LVII, 1992, pp. 101-112.
HOMENAJE A PABLO NERUDA
EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO·
ENCUENTRO CON PABLO NERUDA
En 1973 mueren dos de los más grandes creadores del siglo xx.
Los dos se llaman Pablo y ambos han visto la luz en el ámbito del
idioma español. Pablo Picasso en España y Pablo Neruda en Chile. Un
enorme pintor y un inmenso poeta. Hay otro gran Pablo que muere
también en ese año de 1973, el músico Pablo Casals. Pero en esta
ocasión, me interesa señalar la afinidad o correspondencia que existió
entre los dos primeros. Tanto Picasso como Neruda se caracterizaron
por su impetuosa capacidad creadora, por el vigor y prodigalidad de
su talento. Uno, en el mundo de las líneas, las formas y los colores;
otro, en el de las palabras, parecen haberlo hecho todo, haberlo destruido
y vuelto a construir. El genio de Picasso transitó por diversas etapas:
el periodo rosa, el azul, el cubista, el abstracto; el de Neruda fue
también un genio en incesante estado de evolución o cambio. El crítico
uruguayo Emir Rodríguez Monegal trazó el retrato del múltiple y
multiforme vate chileno:
En el curso de su larga carrera -escribió Rodríguez Monegal cuando
Neruda aún vivía- el poeta ha creado varias personas visibles: el
muchacho perdido entre los ponientes de la gran ciudad hostil de su
primer libro, Crepuscu/ario; el nuevo Bécquer americano que enseñará
a varias generaciones el arte melancólico y desesperado del amor
adolescente; el poeta desechado e inconexo de ((Tentativa del hombre
infinito», tan inadvertido que hasta Amado Alonso omitió considerarlo;
• Presidió el acto el señor Vicepresidente don Jorge Cruz. Pron~ció las palabras
de apertura, sesión pública N.O 1192.', del 27 de mayo de 2004. La crónica de este
acto puede leerse en "Noticias" del presente volumen.
40 ANTONIO REQUENI BAAL, LXIX, 2004
el sonambúlico espectador despavorido de un mundo en permanente
proceso de disgregación que documenta Residencia en la tierra; el
testigo 'que ha visto la sangre por las calles y crea una poesía
deliberadamente impura para transmitir el estupor y la esperanza de
España en el corazón; el narrador que se levanta desde la arena nutricia
y el océano para cantar la gloria y la miseria de la América hispana en
el Canto General; el amante secreto que se inventa, o segrega, otro
poeta anónimo para cantar «Los versos del capitám>; el poeta popular
que pulsa la guitarra de los pobres para entonar sucesivas y alfabéticas
«Odas elementales»; el hombre que ha llegado al otoño y conversa
coloquialmente sobre las reglas y los deberes, los ritos de la vida y de
la muerte, sobre sf mismo y la mujer amada, en ese libro de estupenda
libertad que se llama Estravagario; el contemplativo poeta que inclina
cada vez más su mirada sobre su propia vida y libera las poderosas
fuerzas del recuerdo en el libro en que ahora está empeñado" (Rodriguez
Monegal se refería al libro de memorias Confieso que he vivido).
De todas esas máscaras, esas personas, hay algunas fugaces que pueden
pasarse por alto en una consideración general, pero en las mejores se
produce una conjunción admirable de necesidad de expresarse y de
felicidad expresiva. Tres o cuatro de ellas bastarían para consagrar a
un poeta menor, darle individualidad y fama. Pero Neruda es un poeta
mayor. Hasta sus peores enemigos no pueden dejar de reconocerlo;
uno de los más encarnizados y vitriólicos no tuvo más remedio que
escribir que era «un gran mal poeta». El reconocimiento de Juan Ramón
Jiménez es paradójico, pero es importante. Como Whitman o como
Víctor Hugo, Neruda es poeta de generosa vena libre y desatada,
irregular y fecundo hasta en el error.
Confirmando el juicio de Rodríguez Monegal y el paralelo que he
intentado establecer con su tocayo Picasso, podría afiadir que Neruda
escribía incesantes y deslumbrantes versos como el malabarista extrae
de su galera infinitos y multicolores pafiuelos, conejos o palomas. La
capacidad de Neruda era inagotable. Pafiuelos-imágenes, conejos-
símbolos, palomas-metáforas brotaban mágica e incesantemente de la
galera o el corazón del singular lírico chileno para ir engrosando, libro
tras libro, una obra de proporciones sorprendentes. Claro que en esto,
lo mismo que en tantas otras cosas, el valor cualitativo debe
considerarse por encima del cuantitativo. Y no todo en Neruda ha sido
BAAL, LXIX, 2004 ENCUENTROCONPABLONERUDA 41
poesía de ley. A semejanza de algunos malabaristas, Neruda se empeñó
a veces en trabajar con una sola mano -la izquierda-y fue entonces
cuando se le descubrió el "truco". Esa apasionada pero peligrosa
parcialidad lastimó en algunas oportunidades el producto de uno de
los hacedores de poesía más importantes del siglo. Y me animo a
agregar: más allá de todo límite idiomático. ¿Qué otro poeta de su
tiempo, de cualquier nacionalidad, puede exhibir su fuerza torrencial,
su vigorosa entonación,. la variedad de sus recursos retóricos, su
vastedad temática, sus distintos niveles de expresividad y de lirismo?
Junto a elementos que algunos podrán considerar extrapoéticos,
"impuros", como él los llamaba, hay, en efecto, un impulso vital y
romántico que lo acompañó siempre; una visión cósmica, y a la vez
inmediata, doméstica y hasta política, de esa cosa frecuentemente
ambigua que llamamos realidad. Como se dijo de Hugo o de Balzac,
más que un escritor era un continente.
Nefatalí Ricardo Reyes Basoaldo, tal su verdadero nombre, nació
en el polvoriento pueblo de Parral, en el sur de Chile, el 12 de julio de
1904, hace cien años. Su madre, enferma de tuberculosis, murió un
mes después de haberlo dado a luz. Su padre era maquinista de trenes.
Esas circunstancias desmienten la propensión hereditaria o los factores
determinantes de la educación y el medio social. El genio sopla donde
le da la gana. El hijo del ferroviario tenía dos años cuando lo llevaron
a Temuco, donde su padre se volvió a casar. Entre los diez y los doce
años, mientras aplacaba su avidez de lecturas en la biblioteca municipal
(Dumas, Salgari, Julio Veme), empezó a escribir versos. Por esa época
llegó a Temuco, como directora del Liceo, una señora alta y mal
vestida que lo inició en la lectura de los narradores rusos: Tolstoi,
Dostoievsky, Chéjov. Se llamaba Lucila Godoy, escribía versos y,
como decidiría hacerlo él también años después, firmaba con un
seudónimo: Gabriela Mistral. El adolescente eligió el suyo al leer los
cuentos del escritor checo Jan Neruda. Lo hizo para despistar a su
padre, que desaprobaba las inclinaciones literarias de su hijo.
A los 19 años terminados los estudios secundarios, el joven poeta,
que ya había obtenido algunas menciones en certámenes poéticos
regionales, viajó a Santiago para estudiar el profesorado de francés en
el Instituto Pedagógico de la Universidad. Allí. sufrie;¡ es~echeces
económicas, pero su espíritu se gratificó con una VIda bohemia, alegre
y despreocupada, en compañía de otros jóvenes que compartían su
42 ANTONIO REQUENI BAAL, LXIX, 2004
vocación. Uno de ellos era Rubén Azócar, de cuya hennana Albertina,
Pablo se enamoró. Albertina Azócar sería la protagonista, o una de las
dos protagonistas, de los "Veinte poemas de amor y una canción
desesperada". A fines ?e la década de los 80, Albertina, ya anciana y
viuda de otro poeta, Angel Gruchaga Santa María, vendió al Banco
Exterior de España muchas cartas y poemas manuscritos de Neruda
que guardaba en una caja de zapatos. Entre esos papeles, el manuscrito
original del poema que comienza: "Me gustas cuando callas porque
estás como ausente ...". Albertina Azócar murió en 1989, y el Banco
Exterior de España publicó en una edición privada -de la que yo
poseo un ejemplar- la reproducción facsimilar de cartas y poemas. En
ese tomo se infonna que Neruda escribió para Albertina once poemas
y los restantes para Teresa Vázquez, a la que llamaba "Terusa", una
muchacha que conoció en Temuco. A la sorpresa que depararon las
características de ese acontecimiento editorial (una institución de crédito
que, insólitamente, destina una parte de sus fondos para comprar y
pubhcar las cartas de amor y los versos de un poeta) se suma el interés
que para los amantes de la poesía tiene este volumen, desdichadamente
de difusión restringida, sobre el que yo escribí un artículo en La
Nación.
Después del desengaño amoroso -las cartas explicitan el deseo de
Neruda de casarse con Albertina-, el poeta ingresó, por mediación de
un amigo, en el cuerpo diplomático, y fue designado cónsul en
Binnania, Ceilán, Java y Singapur, escenarios de aquellas novelas de
Salgari que había devorado en su adolescencia. Tras el erotismo
romántico de los Veinte poemas escribió allí Residencia en la tierra,
su obra de ruptura y de más fuerte originalidad. Los pájaros, las lluvias
y el silencio se entreveran con la madera, el vino, los zapatos o la
cebolla, poblando imágenes surrealistas y símbolos de humanidad
dolorida ante un mundo -como dijo Rodríguez Monegal- "en
pennanente estado de disgregación": un caos de elementos naturales
desmoronándose, junto con el hombre, hacia la descomposición y la
nada. Residencia en la tierra es, sin duda, uno de los mayores
monumentos de la poesía escrita en nuestro idioma, en el siglo XX.
En aquellos afios, Neruda casó con una javanesa de origen
holandés, María Antonieta Hagenar, con la que vino a Buenos Aires
cuando, a principios de los años 30, fue nombrado cónsul en nuestra
ciudad. Vivió en el edificio Safico, en Avenida Corrientes al 400,
BAAL, LXIX, 2004 ENCUENTRO CON PABW NERUDA 43
donde funcionaban las oficinas del consulado, pero la mayor parte del
tiempo la pasaba en reuniones y comidas con poetas argentinos. En
1933 vino al país Federico García Lorca, al que conoció en casa del
matrimonio formado por Pablo Rojas Paz y Sara Tomú. Hay fotografias
que documentan la presencia de ambos en banquetes y fiestas junto a
Oliverio Girondo y Norah Lange, Comado Nalé Roxlo, González
Tuñón, González Carbalho, Amado Villar, Ricardo Molinari y otros.
En 1934 fue designado cónsul en Barcelona. Ese año nace su hija
Malva Marina, que, afectada de hidrocefalia, muere ocho años después
en Holanda, donde la había llevado su madre, ya separada del poeta.
Trasladado a Madrid, Neruda conoce a los grandes poetas de la
Generación del 27 y a la argentina Delia del Carril, hermana de Adelina
del Carril, que había estado casada con Ricardo Güiraldes. Con Delia
compartirá su vida alrededor de veinte años. En 1936, al estallar en la
península la guerra civil, comienza a escribir España en el corazón.
Con César Vallejo funda el Grupo Hispanoamericano de Ayuda a
España; es destituido de su cargo consular y regresa a Chile, pero en
1939 se lo nombra cónsul para la emigración española con sede en
París, desde donde gestiona el viaje a América de los refugiados
republicanos. Fue en aquellos años cuando se produjo su toma de
posición política, comprometiéndose con ideas de izquierda. Desde
entonces, como apuntó Octavio Paz, Neruda trató de "poetizar la vida
social y socializar la palabra poética". Al mismo tiempo, su poesía
buscó su fuente nutricia en la historia de América y su propia identidad
americana.
En 1940 se lo nombra cónsul en México, donde comienza la
redacción del Canto general. Allí vive los años de la segunda guerra
europea y publica su Canto de amor a Stalingrado, así como un
magnífico texto en prosa que titula Viaje al corazón de Quevedo. En
1945, de regreso en Chile, ingresa en el Partido Comunista, y.es
elegido senador. Ese año escribe el que, para algunos, es su mejor
poema: "Alturas de Machu Pichu", que figurará en el Canto general.
En 1948 el presidente Gabriel González Videla consigue su desafuero
tras un discurso pronunciado por Neruda en el Congreso con el título
"Yo acuso", y ordena su detención. Neruda se oculta en el s~ ~e
Chile; a principios de 1949 cruza la cordillera a cab~llo y lo~~ ,VIaJar
a Europa. Un año después aparece en México la. p.~mera edlcl?n del
Canto general y, casi simultáneamente, otra edlclon clandestma en
44 ANTONIO REQUENI BAAL. LXIX. 2004
Santiago. Obra monumental y miscelánea, el Canto general es una
suerte de epopeya americana con la que su autor quiso abarcar toda la
historia, la geografía, los ancestrales enigmas de antiguas civilizaciones
y los padecimientos y sueños de nuestro continente. Los grandes ríos
y selvas, los mares, los volcanes y desiertos, los animales y las plantas,
las piedras y las lluvias, las guerras de conquista y las gestas
emancipadoras, los verdugos y las víctimas, el esplendor y la miseria
de esta parte del mundo desfilan por los versos caudalosos, de ancho
aliento whitmaniano, en un libro que podríamos calificar de polifónico,
donde se confunden crónica y lirismo. En el panorama de su obra
extensa y mu1tifacética, disminuida a veces por el sectarismo
ideológico, este volumen es un testimonio representativo del espíritu
americanista y el genio verbal nerudiano.
Viajes, conferencias, recitales en los más diversos países, jalonan
el itinerario vital del poeta trasandino. En 1955 se separa de Delia del
Cadl y construye su casa de Santiago, "La Chascona", donde se
traslada para vivir con su antigua amante Matilde Urrutia. A ella están
dedicados Los versos del capitán, que había publicado anónimamente,
en 1952, pues aún vivía con Delia del Carril. En esos primeros años
de la década de los 50 publica Las uvas y el viento y otro libro que
marca un nuevo cambio y constituye una feliz sorpresa: Odas
elementales. Con tono y sencillez que contrastan con el barroquismo
de Residencia en la tierra y la facundia verbal del Canto general,
aborda los temas más inmediatos y prosaicos. Neruda no es el poeta
que escribe sobre asuntos previamente considerados poéticos y con
palabras de reconocido prestigio literario. Para él, todos los temas y
todas las palabras pueden alojarse en el poema. Así como el rey Midas
convertía en oro todo 10 que tocaba, todas las cosas que Neruda nombra
se transforman en poesía. Su portentosa capacidad recreadora lo llevó
a proezas tan originales y, a partir de él, estéticamente válidas, como
escribir un poema que es, al mismo tiempo, una receta de cocina. Los
invito a leer "Oda al caldillo de congrio", de sus Odas elementales, en
la que nos informa, paso a paso, verso a verso, cómo se prepara ese
delicioso plato de la costa chilena. Y al lado de esa asombrosa
manifestación poético-culinaria, les ruego que lean o relean la
composición titulada "El arpa", de Las piedras de Chile, donde quizá
nadie como él en nuestro idioma, recreó la secreta armonía, el recóndito
BAAL, LXIX. 2004 ENCUENTRO CON PABLO NERUDA 45
misterio de esa "música de las esferas" que embelesó a Pitágoras hace
veinticinco siglos:
Iba sola la música, no era noche ni día,
sola entre los planetas, naciendo del eclipse,
la música temblaba como una vestidura...
Esa condición de poeta terrenal y cósmico, agónico y sensual,
barroco y sencillista, hacen de su obra toda, a mi juicio, la mayor
aventura poética de la lengua espafiola en el siglo XX.
Vinieron después otros libros no menos ricos y significativos:
Estravagario, Cantos ceremoniales, Plenos poderes, Cien sonetos de
amor, Memorial de Isla Negra. En 1969 el poeta fue designado
precandidato a la presidencia de Chile por el Partido Comunista.
Renunció al lograrse la designación de un candidato único por varios
partidos: su amigo Salvador Allende. Éste, cuando asumió la presidencia
del país, lo nombró embajador en Francia, hacia donde Neruda partió
en 1971. Un año más tarde recibiría el Premio Nobel, el segundo
otorgado a un chileno, después del que había distinguido, en 1945, a
su maestra Gabriela Mistral.
En 1973, agravado el cáncer de próstata que se le había declarado
hacía varios años, regresa a Chile. En septiembre de ese año se produce
el golpe de Estado del general Pinochet y la muerte de Salvador
Allende. Gravemente enfermo, Neruda da término en esos días, en
Isla Negra, a su libro de memorias Confieso que he vivido. A los
dolores del cuerpo se suman los del espíritu. Casi inconsciente y
agonizante, Matilde Urrutia 10 lleva a Santiago y queda internado en
la CUnica Santa Maria. Alli muere, el domingo 23 de septiembre, a
los 69 afios de edad.
Tras el fallecimiento, sus casas de Santiago, Valparaíso e Isla
Negra fueron saqueadas y muchas de las personas que acompañaron
sus restos al cementerio, asi como los que hablaron para despedirlo,
sufrieron posterior detención.
y ahora permitanme que les cuente una anécdota personal. En
1958 yo trabajaba como periodista en el diario La Prensa. Una tarde
de agosto recibi en la redacción una llamada de mi amiga, la escritora
chilena Margarita Aguirre, que había sido secretaria de Neruda, fallecida
en Santiago en diciembre del año pasado. Margarita, casada entonces
46 ANTONIO REQUENJ BAAL, LXIX, 2004
con Rodolfo Aráoz Alfaro, me informó que Neruda estaba de incógnito
alojado en su casa, de donde partiría al día siguiente, y lo había
convencido' para que aceptara un reportaje; yo había sido elegido para
entrevistarlo con exclusividad. Fui corriendo a ver al secretario de
redacción, un viejo socialista que no vio con buenos ojos la propuesta.
Cuando se la comuniqué, exclamó:
-Neruda es un inmundo comunista.
Yo le respondí que, a mi criterio, era un inmenso poeta. Como
insistí, me dijo que él no me autorizaba y, en todo caso, lo consultara
con el Secretario General de Redacción. Fue lo que hice. El secretario
general, Juan José Navarro Lahitte, era un señor muy gordo, muy
católico y muy conservador. Cuando le hablé del interés que podría
tener para los lectores un reportaje a Pablo Neruda, me preguntó:
-¿Es primicia?
-Sí, es primicia -le contesté.
-Entonces vaya.
Me trasladé al departamento de mi amiga en la avenida Santa Fe,
donde la encontré junto a su esposo y a una mujer de algo más de 40
años, alta, hermosa, de rasgos firmes y ademanes cordiales. Era Matilde
Urrutia, la destinataria de "Los versos del capitán"; el rostro cierto,
oculto años atrás por el apócrifo nombre de Rosario de la Cerda. El
viaje a Buenos Aires de Matilde y Neruda, según me comentó, tenía el
significado de una de las tantas "lunas de miel" vividas con el poeta
en sus muchos viajes.
-Pero usted ponga que vino para revisar los originales de
Estravagario.
Estaba anotando esos datos cuando Neruda ingresó en el living
donde nos encontrábamos. Alto, corpulento, el rostro boyuno, con una
papada burguesa que parecía contradecir sus convicciones ideológicas.
Algo cargado de espaldas, caminaba pesadamente y miraba con ojos
entrecerrados. Matilde se encargó de disculparlo:
-Se levanta de dormir. El viaje lo ha cansado mucho.
Recuerdo que, con ternura casi maternal, lo llamaba por su nombre
en diminutivo: Pablito.
Neruda tomó asiento en un sofá, frente a mí, y comenzó el diálogo.
Le recordé a amigos comunes, entre ellos Rafael Alberti, Pablo Rojas
Paz y González Carbalho, mi maestro y padrino literario, muerto pocos
BAAL. LXIX. 2004 ENCUENTRO CON PABW NERUDA 47
meses antes, a quien Neruda había dedicado uno de los "Ríos del
canto", de su Canto general.
Cuando la noche devoró los sonidos humanos
y desplomó su sombra línea a línea
vimos, en el silencio acrecentado, más allá de los seres,
el rumor de río de González Carbalho,
su agua profunda y permanente, su trascurso que parece
inmóvil, como el crecimiento del árbol o del tiempo.
La circunstancia de haber sido amigo de amigos suyos hizo que el
reportaje se convirtiera en una conversación amena, prolongada durante
casi dos horas. Hablamos de muchos temas, del despertar de su vocación
en Temuco, de su recuerdo de Gabriela Mistral y de otros grandes
poetas como García Lorca, Miguel Hemández y César Vallejo; de la
mayor cantidad de elementos autobiográficos que yo advertía en sus
últimos libros y de la relación de su obra con la de algunos poetas
europeos. Recuerdo que a esta última pregunta respondió de manera
indirecta: "En líneas generales -dijo-, la poesía europea tiene mayor
carga de racionalismo y desde el punto de vista de la forma, es más
pulcra. La americana acusa menos madurez mental o intelectual; es
más despeinada, más fluctuante, pero mucho más vital que la europea".
Indudablemente, al hablar de poesía americana estaba refiriéndose a
su propia poesía.
Después de aquella entrevista, tuve la fortuna de dialogar con
Neruda otra vez en 1971, cuando el poeta pasó por Buenos Aires
hacia Francia para hacerse cargo de la embajada chilena en ese país,
oportunidad en que ofreció una conferencia de prensa en la Sociedad
Argentina de Escritores. Pero fue durante aquel encuentro anterior, en
casa de Margarita Aguirre y Aráoz Alfaro, cuando el poeta, al
despedirse, me sorprendió con un afectuoso tuteo y una inesperada
invitación:
-Cuando vengas a Chile no dejes de visitarme en Isla Negra.
Hoy me arrepiento de no haber tomado un avión para visitar al
poeta en su famoso refugio junto a la costa del Pacífico. Conozco a un
amigo al que también invitó y alojó después en su casa durante una
semana. Lamento no haber tomado la misma decisión pero, aunque
con harta demora, acudí a la cita en 1991, cuando Neruda ya no vivía.
48 ANTONIO REQUENJ BAAL. LXIX, 2004
Un domingo por la mañana llegué al modesto balneario de Isla
Negra, que no es una isla sino una playa rocosa a la que se asoma un
bosque de pinos. Neruda había adquirido la casa en 1939 y la modificó
a su gusto. Mitad piedra, mitad madera, y techos de zinc para oír el
golpeteo de la lluvia que le recordaba su infancia en la ciudad austral
de Temuco. Recorrer las habitaciones, demorar mis ojos sobre la
multitud de recuerdos coleccionados por el poeta fue una experiencia
inolvidable: mascarones de proa, caracolas, botellas, antiguos
instrumentos musicales y pisapapeles de vidrio en abigarrada mezcla
con mariposas disecadas, escarabajos, postales antiguas y muchísimos
objetos más. Si no hubiese sido una vivienda tan pintoresca, casi
estrafalaria, habría podido creerme en un santuario. Todos esos
elementos confirmaban la voluptuosidad nerudiana por las cosas, esa
"pasión por la materia" que está también en sus versos y destacó Jorge
Edwards en su hermoso libro Adiós poeta.
No se van los que dejan su presencia en lo que aman. Y Neruda
no parecía haberse ido. Allí, en su última residencia en la tierra, su
presencia flotaba, como un fantasma, sobre esos materiales acumulados
y acariciados en vida por sus manos de niño grande o de romántico
empedernido. No me fue dificil evocar su rostro sonriente cuando me
decía:
-Cuando vengas a Chile no dejes de visitarme en Isla Negra.
y allí estaba, aunque él no estuviera. O tal vez sí, insisto, pues
aquellos objetos sobre los que, reverente, posaba yo mis ojos, así
como las piedras y el mar que contemplaba a través de las ventanas de
su estudi~ o de su dormitorio, y que él había recreado en sus versos,
me devolvían su nombre.
Su nombre y sus poemas. En ellos volvían a erguirse palabras
torrenciales o íntimas que nombraban los volcanes y las olas, el pánico
bosque, el crepitar suavísimo de la lluvia, la inmortal ceremonia del
amor en la tierra. Palabras de un gran poeta que aún continúan
invocando el milagro de vivir o la gracia de morir por el hombre o
unas violetas húmedas. Padre inventor del vino y la cebolla, tañedor
de la piedra y el relámpago, pontífice epicúreo del amor; junto a su
tumba el musgo y el silencio trataban de adormecerlo. Pero era inútil;
sus palabras seguían combatiendo en la sombra por la luz, la alegría.
Antonio Requeni
ARTÍCULOS
DINKO CVITANOVIC
Me pide el doctor Barcia una breve semblanza del doctor Dinko
Cvitanovic. Los dos fuimos sus amigos y en una oportunidad hasta
sus solemnes jurados, en uno de esos concursos con que nuestras
universidades abruman a sus profesores, aunque durante años hayan
dado pruebas de su aptitud docente. Sería del caso aplicar el dicho:
"¿Y quién juzga al juzgador?". Lo cierto es que aquel "evento" dio
ocasión para que reafirmáramos el alto concepto que nos merecía.
No voy a hablar, ahora, de los méritos académicos de Dinko, su
extenso currículum, sus títulos profesorales ni las muchas obras de
critica literaria que escribió o dirigió con equipos siempre capacitados
a los que él reunió con su paciente sabiduría y su ejemplo. Tengo en
mi poder un extenso listado de sus libros, conferencias, intervenciones,
congresos a los que asistió, etc. Escribió sobre autores españoles,
hispanoamericanos y argentinos, y hasta se aventuró con extranjeros
como Bloy y Ghelderode, entre otros muchos. El título de uno de esos
trabajos -De Berceo a Borges- podría resumir el tiempo que abarcó en
sus investigaciones. Dirigió y coordinó publicaciones periódicas, como
Cuadernos del Sur y el Boletín de Estudios de Literaturas Hispánicas,
dos de sus emprendimientos más queridos. Una de sus últimas iniciativas
ocupa los tomos de La Argentina y el Mundo del Siglo XX, donde con
Nilda Alzola (su mujer) y un grupo de colegas y discípulos, estudiaron
los múltiples aspectos que vincularon a nuestro país con otros del
Viejo y Nuevo Mundo. Pero, como he dicho, prefiero abordar su
persona desde otro ángulo.
·In Memorian.
50 FEDERICO PELTZER BAAL, LXIX, 2004
Conocía a Cvitanovic desde antes de conocerlo, sobre todo por
sus trabajos referid~s a la Literatura Española, que era mi materia en
tres univerSidades. El también me conocía, supongo que por algunos
de mis libros de narrativa. Cierta vez, en un Congreso de Hispanistas
celebrado en Mar del Plata, donde yo era profesor y por ello no
tuvieron más remedio que invitarme (escrúpulo superado en ocasiones
posteriores) me encontré con Cvitanovic y, enseguida, hubo un mutuo
y amistoso entendimiento. A partir de entonces nos vimos varias veces,
en Bahía Blanca y en Buenos Aires; sobre todo mantuvimos una
frecuente correspondencia. Tengo muchas cartas de Dinko (ahora se
justifica la confianza que me tomo), porque el tono evolucionó del
propio de colegas al de amigos, con referencias a los mutuos trabajos,
los proyectos y perspectivas y hasta la salud personal. Esas cartas
datan de fines de la década del ochenta hasta poco antes de su muerte.
Ellas revelan quizá mejor que los antecedentes universitarios la persona
que era mi amigo.
Ante todo, el crítico. En una carta del 4/9/98 me confiesa que se
siente más a gusto "con los muertos que siguen vivos que con muchos
vivos que pronto pasarán al olvido". En un país donde tantos figurones
cosechan fama, ediciones y publicidad, parece acertado decantar los
valores, como él eligió (aunque hizo una excepción con Alonso Zamora
Vicente y con Ciocchini). También reconozco que fue uno de los
poquísimos críticos que tuvo la paciencia de escribir sobre mí, como
consta en un artículo acerca de mis poesías (en Letras de Buenos
Aires) y otro sobre algunas de mis novelas, en un tomo de La Argentina
y el mundo). Fue muy grande mi sorpresa, quizá por la sistemática
omisión en la crítica consagrada, o quizá porque no creí ni creo merecer
tanta atención en vida. Después, Dios y algún investigador alemán
dirán (no pierdo la esperanza).
Luego el hacedor que cosecha elogios y amarguras. En una carta
del 6/6/01, me cuenta que el nuevo Decano ha resuelto decapitar al
elenco de Cuadernos del Sur por razones de "mejor excelencia". Recata
su amargura, aunque esa publicación "es parte de mi vida". Las
renovaciones son necesarias -reconoce- siempre que sean para bien y
no por razones políticas. No se extiende más sobre esto, pero el 9 de
julio anuncia la consumación del proyecto y lo toma con humor. Incluso
anuncia la cena con que celebran los muchos años en que los redactores
trabajaron juntos. Tal vez, con cierta ingenuidad, el buen amigo
BAAL. LXIX, 2004 DINKO CVITANOVIC 51
ignoraba que, entre nosotros, nada hay más inhumano que una Facultad
de Humanidades.
A veces no puede contener su desilusión. Él, un admirador de un
maestro ejemplar como el citado Zamora Vicente, lamenta la índole
de los nuevos profesores espafioles que los visitan. A diferencia de
aquél, me dice en carta del 18/1/00, son soberbios y no tienen la
generosidad de los de antes. Quizá olvidó que el "destape" no sólo
infló las revistas de moda sino también los claustros universitarios de
la azorada Península.
En varias cartas se refiere a su propia obra, sobre todo a los
proyectos que 10 ocupan, entre ellos un libro de cuentos y una novela.
El 6/3/97 habla de ésta y declara la ilusión con que trabaja, y también
sus dudas. Me dice: "La novela, si algún día la concluyo, seguramente
no será una obra maestra, pero no dejará de ser una parte de mí que
desde hace muchos afios pugna por hacerse". Es la antigua confesión
de Flaubert acerca de Mme. Bovary, algo que todo novelista termina
por reconocer.
A veces se adelanta a las críticas. A propósito de la publicación
de su libro Tierra y literatura, agradece mis elogios que ponderan la
sencillez con que aborda los problemas teóricos. Dice que sin duda los
especialistas (aquí el humor) lamentarán la ausencia de aparato erudito,
redimible tan sólo si escribiera algún "articuli11o con lexemas,
polarizaciones axiológicas o... propioceptivas y discursivizaciones,
términos que acaso me permitieran «redimensionar» mis limitaciones
teóricas" .
Muchos otros momentos de humor compartí con Dinko. Cierta
vez, luego de un viaje a Milán y sus ciudades cercanas, y de quejarme
por la inhumanidad de aquella, que parecía no compartir, me habló de
una visita a casa de unos parientes en Parma, programada para un día
y prolongada por dos semanas, disfrutando del frío, la manteca casera
y ... el queso (19/12/99).
El fútbol le interesó, más por su costado sociológico y. por la
psicología del hincha que por el juego en sí. Aunque, en ocasión del
ascenso de Olimpo a primera división (25/9/02), me informó que en
Bahía se había creado una "cadena de solidaridad". Poco tiempo antes
(25/6/02), creía recordar que yo era partidario de B~nfiel~, pero
puntualizaba que él 10 era de River "dicho sea Sin ánImo de
52 FEDERICO PELTZER BAAL, LXIX, 2004
superioridad". Creo haberle contestado aceptando esa preferencia debida
a que nadi~.es perfecto ...
Por último, en una carta del 26/12/96, alude a un proyecto para el
siguiente curso: analizar en clase algunos poetas del periodo 1930-1950.
Me pide nombres para confrontar con los que ya tiene. Ha notado
-dic~ la casi total ausencia de la poesía en los cursos de literatura
argentina, y quiere contribuir a remediar esa falla. No sé si Cvitanovic,
en su proverbial buena fe, ignoraba el pavor cerval que, casi siempre,
acomete a los profesores de literatura, cuando se trata de abordar el
género lírico. Ignoro si prosperó la iniciativa que, entre otros, habría
dado cobijo en su cátedra a los poetas del 40.
Tales son algunos de los muchos recuerdos que guardo y que
testimonian mi amistad con Cvitanovic. En sus cartas, o en charlas
telefónicas, sentí siempre su respeto por el escritor, su calidez para el
amigo, sobre todo ese don especial para hacemos sentir que alguien
está cerca, la mano tendida y disponible siempre, más allá de la
sobriedad de las palabras.
Federico Peltzer
TRES CIUDADES DE LA HISPANIDAD:
VALLADOLID, ALBUQUERQUE, BAHÍA BLANCA·
Cuando me invitaron a pronunciar una conferencia en esta sede
de la Alianza Francesa, como parte de una serie de homenajes que se
están tributando en nuestra ciudad al Centenario de la Sociedad
Española, no vacilé en responder inmediatamente de manera afirmativa.
Mi voluntad de participar en este homenaje tiene raíces hondas y
me refiero a mi propia vinculación con el gran conjunto cultural que
es la sociedad hispánica, cuya proyección desde el fondo peninsular se
ha extendido por toda América, desde el Río Grande -y aún más al
Norte- hasta la Antártida. Mi pertenencia a este vasto mundo cultural
que asumí por un acto voluntario hace ya muchos años -mundo en el
que yo mismo fui subsumido- me ha llevado a transitar algunas de las
infinitas rutas hispánicas, rutas a veces muy alejadas geográficamente
de la Plaza Rivadavia, pero siempre próximas a ésta en sus aconteceres
profundos.
Las numerosas ciudades que forman parte de la hispanidad
constituyen un mosaico multicolor y variado que se despliega como
en un gigantesco lienzo a través de más de veinte países. El mapa vivo
que se nos presenta es, entonces, una geografia de grandes y pequeños
centros urbanos, de altas montañas y anchas praderas, de soberbias
mesetas e imponentes ríos. Desde la incaica Lima hasta la cosmopolita
Buenos Aires, desde la azteca México hasta la agitada Barcelona,
desde la moderna Caracas hasta las legendarias columnas de La Habana,
una humanidad latente multiforme, mestiza, criolla, cosmopolita,
sincrética, se agita en ~ remolino vertiginoso de banderas amarillas,
celestes y blancas, azules, verdes.
·Conferencia pronunciada por el sellor académico Dinko Cvitanovic en la sede
de la Alianza Francesa de Babia Blanca.
54 DINKO CVITANOVIC BAAL. LXIX. 2004
Las grandes capitales atraen con la poderosa fuerza centrípeta de
los tiempos modernos a verdaderos enjambres humanos que hablan la
misma lengua que nosotros hablamos y que anidan en sus pechos
esperanzas similares a las nuestras. Pero las grandes capitales, a pesar
de conservar su sabor originario, ya pertenecen en cierta medida a una
civilización planetaria, en parte exhausta de sí misma y ansiosa de
recuperar las voces prístinas del fuego generador que las trajo al mundo.
No he de hablar hoy de estas ciudades, sino de tres ciudades más
pequeñas en las que he redescubierto la esencia de la hispanidad.
Tres ciudades más pequeñas que las grandes capitales; menos
insalubres, menos agobiadas por el peso del hollín y por la devastación
tecnológica. Tres ciudades que me conciernen y que en realidad son
ejemplo de la esperanza de vida que a todos nos concierne por igual.
Tres ciudades que están en íntimo contacto con la tierra que las rodea,
que trascienden hacia marcos más importantes; ya se trate de las tierras
rojas y semi desérticas de Nuevo México, ya se trate de las sierras, la
llanura y el mar, que rodean a nuestra propia ciudad. Ciudades que me
interesan, en fm, no sólo por su condición de centros urbanos sino por
su facultad de expansión allende los muros municipales y, sobre todo,
por su capacidad de absorción del aire puro de sus contornos.
Valladolid, Albuquerque y Bahía Blanca son tres ciudades
significativas de mi particular hispanismo. Su inserción natural en tan
amplio contexto nos obliga a una primera puntualización, muy obvia
por cierto, pero que es necesario destacar: Valladolid, verdadera cuna
de la hispanidad, se encuentra en plena meseta castellana y es parte
fundamental de la Península. Albuquerque pertenece en la geografía
actual al mundo anglosajón trasladado a América. Es parte del Nuevo
Mundo, sí, pero se encuentra más allá del Río Grande. Y Bahía Blanca
se encuentra en este rincón austral del mundo hispanoamericano, que
no es por cierto· su último bastión, pero sí la puerta y el puerto que
conduce hacia la última extremidad del continente.
Valladolid, nuestra primera parada en la ruta de esta noche,
pertenece en parte a la fábula y en parte a la historia. Suposiciones
más o menos aventuradas la hacen corresponder a la antigua Pintia de
la época romana. La interpretación de ciertos escudos, de determinadas
etimologías, podría tal vez abonar esta hipótesis, pero el principio de
su renombre y de su grandeza lo debe Valladolid al Conde Ansúrez, a
BAAL, LXIX, 2004 TRES CIUDADES DE LA mSPANlDAD ... 55
quien Alfonso VI ~o cedió alrededor de 1074. Por lo pronto, pues,
estamos en presencIa de una ciudad al menos milenaria.
La importancia de Valladolid se advierte ya desde el principio del
segundo milenio de nuestra era. No entraré en fatigosos detalles
históricos. Sólo deseo recordar que en el siglo XII se reunieron dos
concilios en la ciudad del Pisuerga. Y que allí mismo, Alfonso el
Sabio inició en 1255 la redacción del código inmortal de las Partidas,
a la vez que terminó el Fuero Real. En el siglo XIV el cielo
vallisoletano cobijó un importante torneo caballeresco para festejar la
reconciliación del Rey con el infante don Juan Manuel. La ciudad fue
residencia de don Juan 11 y presenció las contiendas del célebre don
Álvaro de Luna con la nobleza. En la Plaza del Ochavo, en junio de
1453, cayó la cabeza del Condestable, hecho al que siguió un año
después la muerte de don Juan 11.
En Valladolid se desposaron los Reyes Católicos, Fernando e
Isabel, y juró como monarca Carlos 1. Y también en Valladolid nació
Felipe 11, que desde m:uy joven gobernó desde allí los Reinos de
España, durante las frecuentes ausencias de su padre.
Estamos en pleno siglo XVI y no seria exagerado decir que en el
momento en que España es el mundo, Valladolid es Espafía. Ciudad
convocada por la historia, ciudad que es historia, a orillas del Pisuerga
se tomaban decisiones que afectaban al mundo. A principios del siglo
xvn, con Felipe I1I, la corte se traslada a Madrid y se inicia otra
historia, la historia de infortunios y desastres, de pestes y decadencia,
de abandono y desazón. Pero el trozo de historia universal que le tocó
a Valladolid bastaría para alimentar los blasones de la más ambiciosa
de las ciudades.
En su largo periodo de esplendor y renombre, Valladolid fue la
ciudad de las fiestas y torneos, de las grandes decisiones públicas, de
los imponentes desposos reales. Pero fue también la ciudad donde una
mañana de junio de 1489 inicio sus actividades la Inquisición.
Pódriamos agregar otros hechos de toda índole, dramáticos,
jubilosos, terminantes. No olvidemos, por ejemplo, que un incendio
destruyó casi totalmente la ciudad en 1561; no olvidemos tampoco
que en Valladolid acabó sus días Cristóbal Colón. ,
Valladolid no es una ciudad para turistas superficiales; no es ciudad
de paso, sino de entrafia. No es un pato a la naranja en una fuente de
plata; ni una entrada de ostras en porcelana de Limoges; ni un corte
560INKO CVITANOVIC BAAL, LXIX, 2004
perfecto de jamón glaseado en plato de Bavaria. Valladolid es plato
fuerte, consistente, de bodegón bien puesto. Es cocido y callos con
pimienta que hacen arder la lengua y el alma en las gélidas noches de
diciembre. Es jamón serrano, y gambas a la plancha, y cangrejos de
río en una espesa salsa roja. (Si usted lo desea, puede comenzar, como
en cualquier ciudad espafiola, con un chato y un trozo de tortilla).
Aquí no hay lugar para términos medios; en rigor nunca lo hubo.
Valladolid es comida fuerte que es necesario aprender a gustar; de lo
contrario, uno se atraganta, o se indigesta, o se escapa. Aprender a
gustar significa ir de a poco, a paso lento, pero firme y resuelto, hasta
que el paladar se vaya acostumbrando y adquiera la sabiduría de los
alimentos fuertes. No es fácil, pero Valladolid -como Quijote- no está
hecha para la facilidad, sino para la empresa ardua, para el esfuerzo
último.
Empresa ardua pero llena de recompensa es, por ejemplo, observar
y aprender a interpretar la original y caprichosa fachada del Colegio
de San Gregorio, sus delgados troncos y sus nudosas varas retorcidas,
sus mimbres entretejidos y las estatuas que disminuyen gradualmente
de tamafio y representan a velludos salvajes con clavas en las manos,
parte tal vez de la fantasía excitada por el descubrimiento del Nuevo
Mundo. Los patios, los portales, las galerias, las ventanas y los
artesonados del Colegio delatan la pomposa ornamentación de finales
del siglo XV.
No menos impresionante es la catedral de San Pablo, verdadero
prodigio del arte gótico, con riquísima portada y su grandiosa nave, la
nave del tiempo que lleva a las cimas más altas, las que sobrepasan al
tiempo mismo.
Santa María la Antigua, fundada a fines del siglo XI y ampliada
luego en el siglo XIV, es otra obra maestra del patrimonio artístico de
la ciudad. Su monumental torre de cuatro cuerpos, coronada por una
aguja de pintados ladrillos, sobrelleva el peso de nueve centurias. El
retablo de la capilla Mayor, obra de Juan de Juni, inmortaliza el nombre
del insigne escultor que tanta expresión y vida supo comunicar a sus
numerosos relieves y figuras.
Los efluvios del arte bizantino, los grandes logros del gótico y del
plateresco, hacen de Valladolid un paraje insoslayable de la cultura
hispánica en su más alta expresión. Su comprensión y su estudio
BMI., LXIX, 2004 TRES CIUDADES DE LA HISPANIDAD... 57
merecerla muchas más y muchas mejores palabras de las que yo puedo
dedicarle.
(Y esto 10 digo no sólo "por razones de tiempo" sino también y
principalmente porque no soy un historiador del arte, que por otra
parte debiera ser de mucha talla para comprender y enseñar tema
semejante al nivel que el mismo requiere. Pero el hecho de no ser un
historiador del arte no me inhibe de tratar de acercarme al misterio
profundo de la catedral gótica, porque la catedral gótica es la catedral
del alma, y a ella todos podemos y debemos aspirar. Y esto es
precisamente 10 que deseo compartir con ustedes esta noche).
He dicho la catedral del alma. Para Valladolid, esta expresión no
es una metáfora. El arte, la historia y el espíritu de la ciudad están
vivos en su arquitectura, en su pintura, en su prodigiosa escultura
policromada. En Valladolid es, precisamente a través de esta última,
donde la catedral del alma se hace viva y palpable.
En Valladolid se encuentra el Museo Nacional de Escultura, en
cuyas salas nos esperan las obras de los mejores imagineros
procesionales del arte español. Allí están asentados nombres de la
talla de Francisco de la Maza, Juan de Juni, Gregorio Fernández,
Pedro de la Cuadra, Juan de Á vila y otros. En los duros atardeceres de
la Semana Santa vallisoletana, estas estatuas de intensa policromía se
animan con la fuerza de la Pasión de Cristo y se convierten en "pasos"
procesionales. Desfilan por las calles el Cristo de la Cruz, el
Descendimiento, El Santo Sepulcro, Nuestra Señora de las Angustias,
El Señor atado a la Columna...
Las calles y plazas de la antigua ciudad castellana, todavía heladas
por el imperio de un prolongado invierno, se visten de los colores
morados de la penitencia y del sacrificio. Fuente Dorada, Ferrari, la
Plaza Mayor, Regalado, la calle de las Angustias. (Laberinto medieval).
La calle de Santiago, la Avenida de Ramón y Cajal, la Avenida de
Palencia. Cofradías de encapuchados, estandartes y banderas, pies
descalzos en la piedra invencible de las calles de la eternidad.
La Semana Santa de Valladolid no tiene medias tintas ni voces
ambiguas. Es la Semana Trágica del Sacrificio. Es la Semana Purgativa
de la Penitencia. El drama entero de la Cristiandad llega a su clímax el
Viernes Santo. Un clímax largamente anunciado pero igualmente súbito
y definitivo. Consumatum esto Ya todo está terminado, el camino del
Calvario se ha cumplido, la última gota de sangre ya ha sido derramada.
58 DINKO CVITANOVIC BAAL, LXIX, 2004
Ahora sobreviene el Gran Silencio de la Historia. Después del clímax,
el Descendjpliento, la progresión del drama hacia su Fin. La Gloria y
la Resurrección. Valladolid es, una vez más, el centro del mundo, el
Nuevo Principio, el repicar de campanas, las palomas de la Paz, la
esplendorosa Primavera después del duro invierno. Al Pecado ha
sobrevenido la Gracia, la Vida después de la muerte.
Por fm, la Pascua se ha instalado en la Plaza Mayor. El ciclo
ritual más profundo se ha cumplido dentro de la Catedral del Alma. El
Campo Grande, el hermoso parque de la ciudad del Pisuerga, celebra
el Renacimiento a través del color verde, que es la Esperanza. El
Campo Grande se llena de bullicio, de niños, de pájaros, de sonrisas.
No hay que olvidar que en tiempos remotos se lo llamaba el Campo
de Marte, dios de la Guerra, y el Campo de la Verdad, porque allí
dirimían los indómitos caballeros castellanos sus lides de honor y allí
también fue ajusticiado más de un reo de la Inquisición.
De la vida a la muerte, sin solución de continuidad; de la necrología
lamentable a la más exultante de las celebraciones, sin intervalo, como
símbolo de los bruscos vaivenes del alma castellana. Así fue, así es y
así será la llamada la Heroica y Leal, la Excelentísima y Muy Noble
ciudad de Valladolid.
He dicho: los bruscos vaivenes del alma castellana. En ellos está
implícito el contraste barroco, el aguafuerte goyesco, el oscuro final
apocalíptico y la apoteótica madrugada del Génesis, el muralismo de
las desdichas mejicanas y la plácida Égloga de Garcilaso. En estos
mismos vaivenes, también está implícito el súbito salto de España a
América, la empresa del Descubrimiento, los dolores de la Conquista,
la esperanza de la Independencia, el salto de la Plaza Mayor
vallisoletana a la Ciudad Vieja de Albuquerque, el largo itinerario
desde la meseta castellana a las "mesas" nuevomejicanas.
Se trata de un paso brusco, inevitable, porque la historia de la
hispanidad se escribió hacia los cuatro puntos cardinales. Por ello, la
calle de Santiago que llevaba al romero medieval a Compostela
conduce, en el otro sentido, hacia el mundo de las grandes civilizaciones
americanas.
Ante nuestros ojos está el extenso plano de Albuquerque, en cuyo
centro se produce la intersección de dos grandes supercarreteras, la I 40
Y la I 25. Bajo un cielo azul, plácido; con un calor seco, persistente,
BAAL, LXIX, 2004 TRES CIUDADES DE LA HISPANIDAD.•. 59
iniciamos al largo verano de Albuquerque, después de la tardía
primavera vallisoletana.
Ciudad muy ancha y muy larga, Albuquerque tiene la configuración
característica de las grandes ciudades norteamericanas y de otras, no
tan grandes, que tienen un similar sentido del espacio. La generosa
amplitud del país y el peculiar sentido de planeamiento y proyección
hacia el futuro de la mentalidad anglosajona trasplantada a América
han generado estas ciudades de vastas dimensiones que -dentro de
nuestra propia mentalidad- no siempre son proporcionales a la cantidad
de sus habitantes. Albuquerque se parece, en su dilatada distribución
urbanística, a la gigantesca Los Ángeles.
Anchas avenidas la cruzan de Norte a Sur, de Este a Oeste. De tal
modo, uno avanza con el automóvil por la calle Lomas, cinco, diez,
quince, veinte kilómetros, sin salir del radio urbano. O uno puede
tomar por Candelaria el largo camino hacia el Valle, zona de manzanas,
zapallos y chiles, apenas separada de la ciudad. (En realidad, en
Albuquerque, todo está apenas separado. Pero ello significa también
que todo está apenas unido). Grandes plazas y parques, terrenos baldíos,
importantes tiendas, insólitas construcciones de estilo indígena, amplios
jardines verdes, casas típicamente americanas, haciendas mejicanas.
La sequedad del clima exige un intenso riego, que se cumple
puntualmente, desde las lujosas mansiones apartadas del barrio de
Four Hills hasta los verdes espacios cuidados del campus universitario.
Lo mismo acontece en el sector nordeste de la ciudad, que mira hacia
las espléndidas y cambiantes montañas Sandía, o en el sector Sudeste,
cuyas casas rodeadas de amplios jardines -a veces verdaderos parques
particulares- se humedecen bajo los haces de líquido fresco que se
entrecruzan en armoniosa sinfonía. Se busca el verde y se lo logra. El
verano de Albuquerque, seco, semidesértico, queda amortiguado. Los
altos álamos, la variedad de pinos descansan la vista, el alma y el
cuerpo~ y convocan una sombra agradable que a la larga vence al sol
inalterable de varios meses.
La ciudad se expande realmente hacia la periferia. El c~ntro,
Downtown, cobija a los grandes edificios pú~licos y a~a ~er,te de
casas comerciales de escaso prestigio que regIstran poco movmuento.
El verdadero centro, las grandes tiendas, las coloridas boutiques, no
están en el centro. En realidad, el centro no está en el centro.
60 DINK.O CV1TANOVIC BAAL, LXIX, 2004
Ir de paseo y de compras exige recorrer varios kil6metros en auto
hasta llegaI'-Il los Shopping Centers, donde la actividad, la elegancia y
variedad de los escaparates, el verdadero movimiento comercial puede
alcanzar un verdadero frenesí, especialmente en las grandes
liquidaciones de temporada.
Hace algunos afios, el alcalde de Albuquerque, un hombre joven,
inquieto, que habla con facilidad el espafiol y que está casado con una
argentina, intentó revitalizar el centro de la ciudad como centro
comercial. Adoptó con ese fm una serie de medidas muy inteligentes,
promovió ferias, semanas de las diversas comunidades extranjeras,
fiestas callejeras. A pesar del éxito inicial de tales actividades, la idea
no prosperó. La concepción anglosajona del espacio, y en particular la
del espacio urbano, difiere de la concepción hispánica.
Nosotros achicamos el espacio desde la periferia hacia el centro.
El gran conglomerado urbano rodea la plaza central y sólo una excesiva
densidad nos termina por convencer -apenas a medias- de que es
necesario alejarse del centro. En Albuquerque, sucede exactamente a
la inversa: hay mucho espacio disponible y el ser humano extiende
aún más este espacio, La distancia entre un punto y otro se salva
rápidamente mediante el uso del automóvil que avanza raudamente
por las anchas avenidas. Y si uno desea acortar aún más el tiempo
entre un punto y otro, se desvía hacia las supercarreteras que cruzan la
ciudad y recorre la distancia a gran velocidad, a velocidad de viaje,
como si se estuviera yendo de una ciudad a otra,
La sensación de grandes espacios abiertos y de permanente
movimiento es continua y esto de alguna manera simboliza la vida
norteamericana. En Albuquerque, en el estado de Nuevo México, la
sensación de inmensidad es poderosa, pero, a diferencia de las grandes
ciudades del este, la vida no es agitada, o, al menos, no 10 es demasiado.
En relaci6ncon su superficie, el Estado está escasamente poblado.
Las "mesas" rojas, púrpuras, violetas y hasta azules dan la vaga
. sensación de un paisaje de a ratos lunar. Avanzando hacia al norte, a
una hora de viaje, se encuentra la hist6rica Santa Fe, ciudad que
merecería más de un poema, Y más allá, el Santuario de Chimay6,
construido en 1816.
Al este de Albuquerque se encuentran las montañas Sandía, de
gran belleza y espléndidos panoramas. Su mole se observa
perfectamente desde la ciudad y cambia continuamente de color en las
BAAL, LXIX, 2004 TRES CIUDADES DE LA HISPANIDAD ... 61
magnificas tardes de otoño. Un otoño apacible, casi discreto e
impensable en un país como los Estados Unidos.
Si Valladolid puede explicar por sí misma todo lo que fue Castilla,
Albuquerque, en cambio, no se puede explicar abruptamente, sin hacer
referencia -aunque sea breve-, a sus alrededores, a su periferia, a su
riquísimo entorno. El entorno de Albuquerque son las montañas y los
pueblos indígenas, cuyos. nombres son naturalmente hispánicos: San
Felipe, Isleta, Santo Domingo ...
Diversas comunidades de indios pueblos -que tal es su
denominación-están esparcidas en los alrededores de Albuquerque y
su cultura y costumbres sirven de obligado marco y punto de referencia
para una comprehensión de esta singular ciudad. Los pueblos son
similares a los indios nativos del sur de Méjico. Desde tiempos
inmemoriales cultivan el maíz, el frijol y la calabaza, y este cultivo
tiene que ver naturalmente con su culto, con sus ritos y con su
alimentación.
Los jóvenes indios, .al iniciarse en la sociedad comunal, realizan
danzas representativas de sus dioses y de sus ancestros, ataviados con
insólitos coloridos, máscaras y atuendos que fomentan la policromía
del paisaje (en los escaparates de Albuquerque aparecen estatuillas
que los representan, las famosas kachinas, producto de una cuidadosa
artesanía, lujosa o escueta, que más de una vez se acerca al verdadero
arte).
En el centro de las aldeas indias, están erigidos edificios religiosos,
de forma circular, llamados kivas, cuya estructura subterránea está
destinada a cultos esotéricos vedados a los ojos y al conocimiento del
hombre blanco. Las casas de adobe forman una real continuidad con
la tierra, a través del color y del espíritu. El mundo mítico y el mundo
real constituyen una sola entidad, la de América originaria. No América
del Norte ni América del Sur, sino simplemente parte de la simiente,
de la .raíz inicial del continente, del mundo primario y virgen que
encontró Colón.
El simbolismo rituál que expresan estas comunidades indígenas
se refiere especialmente a la idea de fertilización, presente en los
tapices decorativos en los que número, color y direccióQ tipifican el
sentido total de la existencia.
Hay todo un estilo pueblo, liminar y simple, que de pronto asalta
la vista y se apodera de la imaginación. Digo de pronto, porque su
62 DINKO CVITANOVIC BAAL, LXIX, 2004
presencia se yergue imprevistamente a un costado de las grandes
carreteras 9ue atraviesan el estado de Nuevo México. Y este mismo
estilo está presente en muchos edificios públicos y casas particulares
de Albuquerque. Por ejemplo, los edificios de la Universidad de Nuevo
México delatan una inteligente adaptación del estilo pueblo.
Bouffon decía que el estilo es el hombre. Yo agregaría: la ciudad
también. Albuquerque participa intensamente del estilo pueblo, ya sea
por tradición o por sofisticación. El pasado prehispánico está presente
en el color adobe de numerosos edificios.
En 1706 don Francisco de Cuervo y Valdés fundó en las márgenes
del Rio Grande la hoy llamada Ciudad Vieja, en homenaje al duque de
Albuquerque, un virrey de la Nueva Espafia. El duque, por su parte,
mandó que se la llamara San Felipe de Albuquerque en recuerdo del
monarca remante. Con el paso del tiempo, con el avance de la historia,
la denominación de la ciudad se redujo simplemente a Albuquerque.
La Ciudad Vieja es un testimonio vivo de la conjunción hispano-
indígena. La plaza es una plaza hispánica. Sus soportales podrían ser
los de Medina del Campo. La antigua iglesia de San Felipe de Neri,
inaugurada en 1735, conserva su carácter espafiol.
El podio circular en el centro de la plaza es el escenario de fiestas
y celebraciones de diverso tipo.
En los atardeceres de verano es, nada más ni nada menos, que una
Plaza Mayor que se llena de música y colores, de bullicio muy espafiol,
muy mejicano. En las noches navideñas, bajo un frío azul, a veces
nevado, la plaza y sus adyacencias se pueblan de luminarias. La
admirable simetría de miles de velas que arden durante toda la noche
conducen al centro del mundo, al Nacimiento. Los casi ciento cincuenta
afios que median entre la fundación de la Ciudad Vieja y la ciudad
nueva están allí latentes, rebosantes de vida, de recuerdos y de historia.
Indios, espafioles, mejicanos y anglosajones -los últimos en llegar-
conviven en el arte y en la vida de Albuquerque. La fértil artesanía
indígena, los tapices, las kachinas, la turquesa de anillos y collares se
mezclan con el arte de los santeros hispánicos.
El estilo pueblo se junta con el estilo territorial espafiol en el aire
de las haciendas nuevomejicanas que exhiben el maíz y los racimos de
ajies colorados, como una invitación al culto y a la celebración intensa.
BAAL, LXIX, 2004 TRES CIUDADES DE LA HISPANIDAD... 63
La Ciudad Vieja es el centro de la vida hispánica. En ella y desde
ella se ha conservado una tradición secular, con sus costumbres, su
lengua, sus comidas. En sus calles se escucha el español al que se ha
sobrepuesto el idioma inglés. Es un español, a veces, defoIlDado,
mutilado, mezclado, pero su fibra originaria, sus acentos primordiales,
tienen plena vigencia. La lengua sobrevive, a pesar de todas las
mutilaciones a que ha sido .sometida. Y mientras esta lengua sobreviva,
sobrevivirá la cultura que la nutre.
En términos esquemáticos, Albuquerque es una ciudad española
rodeada de un entorno anglosajón, el cual, a su vez, está rodeado del
ancestral y sufrido entorno indigena.
El centro español, en otro tiempo fortificación y lugar estratégico,
es ahora un símbolo. Pero atención: no digo "apenas un símbolo",
sino todo un símbolo. Es el símbolo de la subsistencia cultural hispana
en el mundo anglosajón. Y en este sentido todavía sigue siendo una
plaza fuerte, un lugar de encrucijada cultural y étnica, cuya personalidad
multifacética no puede ocultar en ciertos aspectos su parentesco con
las remotas ciudades castellanas.
Pues si bien en América, tanto en el norte como en el sur, los
españoles planearon las ciudades de un modo mucho más sistemático
que las propias antiguas ciudades de la Península, todas, tanto en el
norte como en el sur, conservan cierto carácter de fortificación, cierto
aire de defensa y de proyección, digno, orgulloso y honorable, por
más que, a veces, las circunstancias históricas hayan podido degradar
su destino original.
Fuerte, fortín, fortaleza son maneras de designar a las ciudades
hispánicas de nuestro continente, desde el prolongado verano de
Albuquerque hasta la ciudad batida por los vientos y por los malones,
rodeada de un manto de sal calcinante, que mira al océano y a la
Patagonia, en procura del horizonte.
H~nos aquí, situados -tal vez, sin saberlo- a 38° 42' de latitud sur
y 60° 11' de longitud oeste, polo de desarrollo regional, polo
petroquímico nacional, primer puerto profundo del país. Tenemos en
nuestro haber más de ciento cincuenta años de historia, bastante más
jóvenes que la milenaria Valladolid; algo más jóvenes también que la
antigua Albuquerque. .
Bahia Blanca nació como una ciudad hispánica caracterisnca del
Nuevo Mundo. Fue, por tanto, inevitable que se llamara desde un
64 DINKO CVlTANOVIC BAAL. LXIX, 2004
comienzo Fortaleza, la "Fortaleza Protectora Argentina". Y tampoco
es extraño.que el coronel Estomba designara al puerto con el nombre
de "Puerto de la Esperanza". Fortaleza y Esperanza, así nace Bahía
Blanca, en un día de abril de 1828.
La ciudad debió soportar desde temprano no sólo el embate
poderoso del viento, sino también la fuerza arrolladora de los malones,
que comenzaron a atacar a la fortaleza desde muy poco después de su
fundación.
En 1828, 1837, 1852 y en 1859, la ciudad recibió el impacto de
varios furibundos ataques. El último de ellos, al mando del temible
Calfucurá, provocó incendios y destrucción, pero pese a ello, Calfucurá
debió retirarse derrotado.
Los vecinos de la calle 19 de Mayo, nombre que recuerda la fecha
de este último acontecimiento, exhiben a veces en su mirada triste o
valerosa las presumibles huellas de aquel malón. Más de un padre,
más de un abuelo, muchos bisabuelos han vivido bajo el cuento, la
leyenda, la tradición y la realidad de aquellas difíciles tardes bajo el
cielo bahiense de otofio, que puede ser -al principio- el más brillante
de los cielos, pero que también puede ser -hacia el fmal del otoño- el
más amargo de los crepúsculos.
Porque Bahía Blanca se define en el otoño en el sereno aire del
mes de marzo, o en las mañanas de abril que pueden ser de pronto
esplendorosas. Pero el otofio bahiense es largo y multiforme. Hacia
fines de mayo, los cielos se toman muy oscuros y en los primeros días
de junio .llegan las avanzadas del invierno, crueles e implacables,
como los cuatro caballos del Apocalipsis. Junio puede ser el preludio
de un invierno muy duro en nuestra ciudad surefia, batida no sólo por
el viento norte sino también por los helados vientos del sur que se
meten en las entrañas y que pueden alcanzar, sin desfiles de Semana
Santa, como los de Valladolid, la cima más alta del sacrificio y del
dolor. Después llega la inestable primavera, coqueta y huidiza, dificil
'de atrapar, hasta que de súbito, el verano hace su aparición un día
cualquiera e inicia su tórrido paseo por nuestras almas. Así se suceden
los ciclos de las diversas estaciones, ora cambiantes, ora definidos y
terminantes, pero siempre con la mirada puesta en los días
fundacionales de abril.
Bahía Blanca tiene su plaza mayor, la Plaza Rivadavia, lugar de
encuentro, centro de atracción para fiestas patrias o locales, para actos
BAAL, LXIX, 2004 TRES CIUDADES DE LA HISPANIDAD.•. 65
cívicos y religiosos. Es la plaza hacia la que convergen nuestras calles,
nuestro deseo de expresión, nuestra voluntad comunitaria, nuestro sino
histórico. En un principio también fue plaza de armas, como las plazas
centrales de todas las ciudades hispánicas.
Hay otras plazas y plazoletas en Bahía Blanca: la Plaza Carlos
Pellegrini, la Nueve de Julio, la Bartolomé Mitre, la Don Bosco, la
Mariano Moreno, la Plaza Solidaridad, la Plaza de la Madre ... , o
pequeñas plazoletas de aire muy especial, como la de Roberto Payró o
la Plazoleta Garibaldi. Todas estas plazas y plazoletas tienen cierto
poder de convocatoria: llaman a los chicos, a los enamorados, a los
paseantes, a los jubilados, a los artistas. Pero hay una sola plaza central,
la Plaza de la Convocatoria General, que es la Plaza Rivadavia.
El trazado de las calles bahienses es rectilíneo y por ello mismo,
en cierta manera, rígido. Salvo los pequeños escollos de las breves
cortadas repartidas aquí y allá, la geometría de la ciudad queda
determinada por series simétricas de líneas paralelas y perpendiculares.
Estas líneas, estas calles y avenidas desaparecen en el mar o en el
inmenso espacio de la pampa. La Avenida Colón, por ejemplo, que
nace en la Plaza Rivadavia, atraviesa media ciudad, llega al océano, lo
cruza y acaba indefectiblemente en el Puerto de Palos. La calle Don
Bosco (o la calle Bolivia) conduce a General Cerri, localidad apenas
separada de nuestra ciudad, pero, si en lugar de torcer a la izquierda,
uno continúa el camino hacia el sur, es la ruta a Puerto Madryn, a
Comodoro Rivadavia, a Ushuaia, a nuestro Sector Antártico, tan
argentino como Salta o Jujuy, tan nuestro como la calle 11· de Abril.
Pero no es necesario ir tan lejos. Bahía Blanca es ciudad de mar y
al mismo tiempo, en los días luminosos es fácil ver la Sierra de la
Ventana. La Fortaleza Protectora Argentina está bien resguardada. En
otro orden, el paisaje que la rodea, de gran belleza, comienza a ser
"descubierto" por los propios bahienses.
También podría hablar esta noche del arte arquitectónico bahiense,
de bellos y trabajados edificios como el del Club Argentino o el del
Banco Hipotecario o el del antiguo Banco Provincia, o de ciertas casas
cuya vejez señorial merecería el aliento de la restauración y de la
conservación indefinida. Pero estos edificios, estas casas, están
demasiado próximas y pertenecen demasiado a la entraña de los viejos
bahienses para que un bahiense adoptivo tenga la temeridad de enseñar
una lección sobre ellas ...
66 DINKO CVITANOVIC BAAL. LXIX, 2004
Otro rostro de Bahía Blanca, visible desde hace muchos años, es
el de un pederoso enclave comercial, verdadera puerta y capital del
sur argentino, lugar no sólo de paso sino de finnes asentamientos
humanos. Muy firmes, por cierto, porque así 10 fueron sus pioneros:
Estomba, Parchappe, Luiggi, Caronti, Olivieri, Laspiur y muchos otros
cuya historia ustedes conocen, porque fonnan parte de la historia de
sus propias vidas.
También podría proponer una descripción del Parque de Mayo,
de la larga savia de sus árboles, de sus suaves rumores en las frescas
mañanas de septiembre, de sus serenos caminantes o podría hacer
referencia al asado improvisado que celebran muchas familias bajo las
grandes copas de sombra que protegen del viento y del sol.
Podría hablar de muchos viejos árboles que han desaparecido,
pero también de muchos nuevos árboles que han aparecido; de la
creciente voluntad de parquizar y dotar a la ciudad de más espacios
verdes, es decir, de más espacios para la expansión y para la esperanza,
como, por ejemplo, el amplio Parque del Sesquicentenario, ese nuevo
pulmón a través del cual la ciudad parece deseosa de respirar con más
libertad.
Pero más que todo ello, me interesa otra faz de Bahía Blanca, la
de la solidaridad y la de la cultura, ambas unidas porque ninguna
solidaridad es posible si se carece del sentido de la cultura y ninguna
verdadera cultura es posible sin el aporte solidario de las instituciones
y de la masa ciudadana.
Bahía Blanca es una típica ciudad hispánica del Nuevo Mundo
porque su hispanismo es sincrético. Ello quiere decir que no se trata
de una ciudad española, sino de una ciudad americana nacida bajo el
impulso de una gesta común, a la que no han sido ajenos -además de
los españoles o sus descendientes- los italianos y sus descendientes y
otras comunidades cuantitativamente menos numerosas, pero
igualmente esperanzadas en el futuro.
Esta noche queremos rendir un homenaje a los cien años de la
Sociedad Española, benemérita asociación que ha acompañado
activamente durante este último siglo el crecimiento de la ciudad. La
contribución de sus hombres a la Bahía Blanca del presente es un
ejemplo de dedicación, servicio y generosidad que no es necesario
reiterar. El hecho de que este homenaje se rinda hoy desde la Alianza
Francesa no es un azar, sino la expresión de la convivencia de las
BAAL, LXIX, 2004 TRES CIUDADES DE LA HISPANIDAD ... 67
comunidades dentro del mundo hispánico. Porque el mundo hispánico
en América, a pesar de sus falencias y a pesar de su variedad, es sobre
todo convivencia y solidaridad. Podremos lamentamos de muchas
limitaciones, pero siempre tendremos el orgullo de esta comunidad en
la diversidad.
El sentido de comunidad es lo que configura a una verdadera
ciudad en el mejor de los sentidos. De lo contrario, se trataría de un
simple conglomerado, de una mezcla de elementos inarmónicos. Creo
que Bahía Blanca se va convirtiendo de a poco en una verdadera
comunidad, porque comienza a alimentarse de los valores básicos de
la solidaridad y la cultura.
No hace falta reiterar que el aparentemente apático carácter de los
bahienses es, en muchos casos, la fachada de gestos más activos,
muchas veces puestos a prueba en los más diversos órdenes.
El otro elemento constitutivo de una ciudad que se precia es la
cultura. .
Sin cultura, no hay ciudad, no hay provincia, no hay país. Bahía
Blanca tiene conciencia de esta realidad y lo testimonia a través del
lento apoyo reciente de la obra de la cultura.
El amor a la poesía, las exposiciones de arte, el Museo Municipal,
en pleno crecimiento, la actividad de la Universidad, el caudal
bibliográfico inapreciable de la estupenda Biblioteca Rivadavia
constituyen la base de un acervo cultural de jerarquía.
Bahía Blanca aparece configurada en .las telas y en el temple de
Pronsato, en las novelas de Payró y de Mallea, en el alma de sus
precursores, de sus pintores, de sus poetas y de sus artistas más reciente.
Ellos son los herederos de los fundadores, es decir, los nuevos
fundadores que aspiran a convertir a nuestra ciudad en un verdadero
polo de desarrollo cultural.
Refundar la ciudad a partir de sus sólidas raíces es la tarea de los
viejos y de los nuevos pioneros. Una ciudad que se abre a la pampa, a
la Patagonia y a nuestro inmenso mar, requiere la labor diaria de la
cultura que consolida los viejos lazos y los proyecta en dimensión
inteligente hacia el futuro.
Es hora de concluir este itinerario a través de tres ciudades de la
hispanidad. No las he elegido al azar: ellas forman parte de mi propia
68 DINKO CVITANOVlC BAAL, LXIX, 2004
vida y he querido ofrecerlas hoy como testimonio de homenaje a la
Sociedad Espafiola de Bahía Blanca. He querido aportar mi propia visi6n
de este triptico que quisiera ver conjugado en una ciudad más honda e
intensa, la ciudad del alma hispánica, ciudad a la que todos aspiramos.
Que sea cosmopolita y febril, intensa y vital. Que los muchos
apellidos espafioles, italianos, franceses y hasta algunos yugoslavos
que la integran no sean un simple conglomerado, sino una verdadera
ciudad. Una sola ciudad, muy peculiar y muy hispánica, y por ello
mismo universal. Histórica, pero también suprahistórica, eterna e
inclaudicable.
Me refiero a la ciudad que cada uno de nosotros tenemos dentro,
la ciudad que se nutre de su pasado y que ofrece a sus hijos el alimento
espiritual imprescindible de la esperanza. La ciudad síntesis, la ciudad
madre, que no es solamente un conglomerado urbano sino también el
caml>0 Y las zonas rurales que la rodean, el aliento entero de lo que
forma una verdadera gran nación.
y al pensar en estas aspiraciones me doy cuenta de que no he
hablado de muchas otras ciudades de la hispanidad, tal vez las más
importantes. Para terminar, desearía al menos mencionarlas:
La ciudad mística de san Juan de la Cruz; la ciudad quijotesca
que intenta la gran empresa sin miedo a las consecuencias, sin temor
al fracaso ni a la vergüenza; la ciudad de Eduardo Mallea, que cultiva
sin cesar la exaltación severa de la vida; la Ciudad de Dios, de san
Agustín; la ciudad de la lengua y de la cultura, ciudad de comuni6n; la
ciudad que cree en el trabajo y en las aspiraciones de sus hombres y
de sus mujeres; la ciudad de Salta, la ciudad de Tucumán; la ciudad de
Córdoba; la ciudad de Comodoro Rivadavia; la ciudad de Viedma y ...
la ciudad de Buenos Aires.
y por fm la ciudad que siempre nos ha esperado y que continuará
esperándonos hasta que la fuerza inflexible de la historia y del espíritu
nos conduzca en la peregrinación final a besar su tierra helada y
anhelante de calor criollo, en el fondo inhóspito de un archipiélago; la
ciudad de la esperanza; el Castillo Interior de santa Teresa; la ciudad
de San Martín y de Belgrano; la Ciudad Argentina.
Dinko Cvitanovic
NUESTRO IDIOMA ESPAÑOL
Aunque la conquista y la posterior mestización de los países de la
América hispana no nos hayan sido propicios a los habitantes de estas
tierras, tuvimos un legado magnífico que no podemos olvidar: un
idioma espléndido, riquísimo y capaz de expresar con palabras los
matices más sutiles de nuestro pensamiento, el idioma español, que
tiene una gran literatura de varios siglos de antigüedad y, aunque el
vulgo lo haya trastocado, y destruido (sobre todo en el Río de la
Plata), posee aún escritores capaces de utilizarlo con maestría en todo:>
los países donde se enseña su gramática en las escuelas.
Hace unos años apareció una nueva moda, fomentada por las
ideologías que siempre buscan a quienes creen tener algo que
reivindicar para apoyarlos y llevar agua a su molino, la de preocuparse
por las rudimentarias lenguas indígenas que abundaron y existen todavía
en los paises en que predominó la civilización europea. Estas lenguas,
cada una con sus numerosos dialectos, que podríamos considerar de
uso doméstico, tienden a desaparecer con el aculturanúento de los
pueblos que las usan y con el saludable método de imponer un idioma
único en la enseñanza, cosa que se hizo no sólo para facilitar la mutua
comprensión entre los ciudadanos sino para crear una tradición
lingüística que les diera una unidad y la idea de patria.
Está ocurriendo lo mismo con lenguas más elaboradas pero
igualmente locales, en países europeos compuestos por diversos grupos
étnicos, cada uno afanado por mantener o resucitar idiomas que se
extinguirían si no se enseñaran en las escuelas o se utilizaran para
nombrar calles y parajes.
Recuerdo una conversación que tuve hace mucho en Irlanda con
un señor que quería implantar allí el gaélico, en la qUe le hice la
siguiente observación:
"¿Cree usted, señor, que yo, argentina, nacida en el extremo del
mundo, hubiera leído a sus grandes escritores -a Wilde, a Shaw, a
70 ALICIA JURADO BAAL, LXIX, 2004
Swift, a Sheridan o a Yeats- si hubiesen escrito en gaélico? Los leí
porque se e1c.presaron en un idioma universal, el inglés, que tuve la
suerte de aprender; si hubiesen usado el gaélico los desconoceria y
tampoco creo que en ese idioma podrían decir las cosas que dijeron,
ya que por lo menos los cuatro primeros reflejan en sus obras la
sociedad inglesa de sus respectivas épocas.
No se ha llegado al extremo que observé en un congreso de
escritoras en San José de California, en 1976, en el que era costumbre
edificamos durante los almuerzos con lecturas a veces interesantes,
una de las cuales perteneció al grupo de las llamadas chicanas, hijas
de mexicanos en los Estados Unidos que hablaban, dicho sea de paso,
una especie de inglés que ponía los pelos de punta. La chicana oradora
comparó faV9rablemente la cultura azteca con la griega, como si se
pudiese equiparar una cultura de elementales pictografias, por avanzada
que fuese en muchos aspectos, con aquella que produjo a Sócrates,
Platón, Aristóteles, Heráclito, Eurípides, Esquilo, Sófocles, Píndaro,
Fidias, Praxiteles y tantos filósofos, dramaturgos, poetas, escultores y
artistas de toda índole. Todos los intentos serán aceptables, pero
tampoco es necesario tomar a las asistentes por ignorantes.
Hace algunos años ya, he visto la creación de una nueva costumbre:
la de considerar en serio los monigotes dibujados por niños de corta
edad, por locos y acaso por monos, dando por obras de arte (en algunos
casos premiables) los pueriles o desatinados esbozos que hicieron.
Claro está que los artistas adultos exhiben a menudo resultados no
menos estrafalarios, que tantas veces vi en museos y exposiciones,
obras que podrían justificar la idea de tomar aquellas en serio.
Ahora parece que la afición al primitivo ha tomado una forma
nueva: la de querer enseñar en las escuelas los idiomas tribales, como
si abundaran maestros para ello y como si las pobres criaturas tuvieran
que cargar sus cerebros con lenguas minoritarias en lugar de aprender
aquellas que les puedan servir para leer. Es fundamental que estudien
primero el español y que la enseñanza se dé luego en ese idioma, sin
perjuicio de que en sus tolderías hablen lo que prefieran con sus
padres, y hermanos, porque esa libertad no se puede ni debe impedir.
Pero en cada país tiene que haber un idioma oficial que terminará por
ser el que todos los habitantes sepan hablar, para que se comprendan
entre ellos.
BAAL, LXIX, 2004 NUESTRO IDIOMA ESPAÑOL 71
Tenemos el mejor legado que nos pudo dar Europa: el idioma
español que habla casi toda la América; una lengua cuya notable
literatura escrita no se puede comparar con las meramente orales de
algunos dialectos indígenas.
Enseñemos a esos pobres chicos algo que les pueda ser útil más
adelante; quién sabe si alguno habrá que se pueda deleitar con
Cervantes, Lope, Garcilaso, Quevedo, y cuantos les siguieron en siglos
posteriores. Si esto no ocurriese, por lo menos podrán hablar con un
continente.
No llevemos el amor a los indios, preconizado por ciertos sectores
ideológicos, hasta el absurdo; en lugar de lamentarnos porque el hombre
blanco los venció en el pasado -esto no puede cambiarse-, como ha
ocurrido en la historia desde siempre cuando los más fuertes o los
mejor armados avasallaron a otros pueblos, aprovechemos lo bueno
que nos dejó el eterno proceso histórico: nuestro idioma, que un poeta
argentino celebró en el soneto que recuerdo:
Hondo y límpido raudal
es la lengua que yo adoro,
lengua con ritmo de oro
y con vibración marcial.
Es dúctil como el metal
y rica como el tesoro
que dejó Boabdil el moro
allá en su Alhambra oriental.
Como clarines al viento
vibra su broncineo acento
en la ira o el dolor.
y son sus cláusulas graves
armoniosos trinos de aves
sobre las lilas en flor.
Leopoldo Diaz
Alicia Jurado
72 ALICIA JURADO BAAL, LXIX, 2004
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Soneto de Leopoldo Díaz
TEJEDA EN FICCIONES PROSADAS'
Pretender hablar en Córdoba sobre Luis de Tejeda con algún
aporte personal, es como querer llevar lechuzas a Atenas, o, para ser
menos pretenciosamente clásicos y más folclóricos, digamos que es
como llevar naranjas al Paraguay. Frente a cualquier duda o cuestión
vinculada a nuestro primer poeta, se puede replicar, con variante de la
frase del Catecismo del Padre Astete, afmnada ante cualquier incógnita
teológica peliaguda: "Doctores tiene la Iglesia que os habrán de
responder". Mutatis mutandis, decimos: "Doctores tiene esta Córdoba
que os habrán de responder". Allí están don Osear Caeiro, nuestro
académico correspondiente, y los doctores don Gaspar Pío del Corro y
Jorge Torres Roggero, para acudir con su saber avisado a desatar lo
urdido y a esclarecer lo confuso. Que ellos nos valgan.
Al cumplirse el cuarto centenario de la noble ciudad de Córdoba,
en 1973, la Academia de Letras se hizo presente con la ofrenda de una
placa de azulejos, sobre la idea de don Manuel Mujica Lainez, en
homenaje a don Luis de Tejeda, como una forma de celebración a la
que fue la cuna de nuestra voz poética inicial. Celebró la Corporación
académica a Córdoba en ese símbolo multívoco de ella misma, que es
don Luis. Hoy podemos revertir el enfoque y celebrar a Córdoba, a
propósito de don Luis. Al hacer hoy memoria de aquella donación,
emplazada en los muros conventuales del Museo de Arte Religioso
Juan de Tejeda, saludamos y homenajeamos la figura de ese
'Disertación pronunciada en el acto de homenaje al cuartQ centenario del
nacimiento del poeta cordobés, organizado por la Universidad Nacional de Córdoba y
la Academia Argentina de Letras, el jueves 26 de agosto de .2004, en el Salón de la
Biblioteca Córdoba, en esta ciudad. Participaron del homenaje, además, los doctores
Gaspar Pío del Corro y Jorge Torres Roggero.
74 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
Reproducción fotográfica de la placa de mayólica diseñada por el académico
don Manuel Mujica Lainez, y realizada por el maestro don Carlos Benvenuto.
BAAL, LXIX. 2004 TElEDA EN FICCIONES PROSADAS 75
preservador fiel de la herencia de los Tejeda, que es el benemérito don
Víctor Manuel Infante l •
Las voces líricas de la tierra cordobesa han cumplido su "enclín"
con el padre fundador de la poesía argentina. Desde la fluidez escueta
y casi conversacional de Jorge Vocos Lescano:
De siesta en siesta y tranquila,
primero nos dio a Tejeda,
más tarde nos dio a Lugones
y también a Capdevila.
y todavía le queda
la poesía a montones2 •
y mediando la voz de entonación popular de Lobos Porto, en sus
Romances de casa de los Tejeda:
Luis José de Tejeda
varón de ilustre casta:
surge tu nombre en el canto
y al canto le das tus galas .
...En la penumbra fragante
de las celdas dominicas
ensofl.aciones poéticas
enriquecieron tu vida.
Horas de Soto dichosas
y del Saldán virgiliano
fueron surgiendo vestidas
con el ropaje del canto.
¡Tu canto, fray Luis Tejerla,
IVer "Homenaje de la Academia Argentina de Letras a Córdoba. en su IV
Centenario". En Boletín de la Academia Argentina de Letras. Buenos AIres: AAL.
Tomo xxxvm (1973), pp. 345-350. Se recogen los discursos de don Vlctor Manuel
Infante, don Manuel Mujica Lainez y Mons. Carlos S. Andisio; se reproduce la placa
de azulejos.
'Vocos LESCANO, JOROE. Con la figura el temblor (1973). En Obra poética,
Buenos Aires: Academia Argentina de Letras, 1979, p. 259.
76 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
tu c8IJto que nos perdura
porque es el alma de Córdoba
quien con deleite lo acuna)!
Hasta llegar a la decantada y cefiida expresión del sabido soneto
del presbítero Osvaldo PoI, que distingue los tres mundos en que se
movió el poeta:
El reino de este mundo provinciano y mecido
por un aire de sierras, consejas y vaivenes ...
y el otro, el de la leve y envolvente poesía
que viene de la vida vivida con sentido ...
y el Reino de los cielos por gracia recibido:
Jerusalén celeste que en Babilonia abría
rumbos nuevos al lama y al canto estremecido4 •
Dejemos las líneas musicales de los versos, y asomémonos a la
prosa creativa escrita en memoria del poeta del siglo XVII. Quisiéramos
recordar algunos aportes, de distintos registros e intenciones. Cuatro
de ellos, obra de cordobeses nativos, y uno, de adopción.
El primero es obra de quien tomó su estancia serrana, El Paraíso,
en Cruz Chica, como refugio calmoso de sus últimos años. Me refiero,
claro, a Manuel Mujica Lainez. Manucho le supo dar vida a don Luis
en una de sus novelas: El Laberinto, publicada en 1974, última en
incorporarse al tríptico que integró con Bomarzo y El Unicornio. La
ficción se nos propone como las memorias de don Ginés de Silva, un
toledano que fue modelo de El Greco para el cuadro El entierro del
Conde de Orgaz. En la tela, es el muchacho que sostiene una tea en su
mano derecha, en tanto señala con un dedo de la otra hacia el centro
de la composicións.
lLOBOS PORTO, NicoLÁs. Romances de casa de los Tejeda (Córdoba del siglo
XVII), Córdoba: Secretaria de Estado de Cultura y Educación, 1979.
4POL, OSVALDO. "A fray José de Tejeda y Guzmán". En De destierros y moradas,
Córdoba, 1981.
sMUJICA LAINEZ, MANUEL. El laberinto, Buenos Aires: Editorial Sudamericana,
1974, segunda parte, cap. VII, pp. 254-267.
BAAl., LXIX, 2004 TEJEDA EN FICCIONES PROSADAS 77
La vida fictiva de Ginés fue harto trajinada. Conoció a Lope de
Vega, a quien sirvió, trató al Inca Gracilaso de la Vega, estuvo en la
batalla de Lepanto, junto al Duque de Medina Sidonia. En fin, servidor
de muchos amos, modelo, soldado, debe un día escapar de la Península,
perseguido por la justicia, y refugiarse en las Indias, acompafiado de
un amigo y casi pariente, Gerineldos, con nombre de personaje
romancesco. En tierras americanas, se multiplican sus lances y
aventuras, de las que siempre sabe rescatarse por el empuje de la
ilusión que lo mantiene animado. En medio de idas y venidas,
desplazamientos y fugas, da un día "en esta ciudad de los aires nada
buenos", como dice el texto, contradiciendo la expresión ingenua del
cronista bávaro Schmidl, con aquella manifestación inexplicablemente
entusiasta: "¡Qué buenos aires soplan en esta tierra!". En fm, tal vez,
entonces, si soplaban en la boca estuaria del Plata.
En el capítulo VIII de la segunda parte de sus recuerdos hilados,
el que titula: "El poeta cordobés", nos narra cómo fue a dar a la
Córdoba de la Nueva Andalucía, donde trató a don Tristán de Tejeoa,
el abuelo del poeta, en la chacra sobre la acequia de Santa Eulalia. Y,
a partir de este encuentro, comenta su aquerenciamiento temporal en
estos pagos serranos.
El relato autobiográfico narra cómo conoció a don Luis de Tejeda
desde su nacimiento y de qué manera, "no obstante la diferencia de
edades, estaba destinado a ejercer gran influencia sobre mí" (p. 254).
Mujica Lainez halla en la sierra cordobesa el pretexto para
apincelar su sabia pluma literaria, y abocetar paisajes vistos en sus
paseos del siglo XX, pero contemplados con mirada del XVII. El
memorialista sintetiza la vida de Tejeda en pocas escenas y da su
testimonio, puesto que vio a esa figura de cerca crecer en conocimientos
y en apetitos, y hacerse su confidente.
Primero fue un niño prodigio y después, un mozuelo extraordinario.
Había recibido, de la abuela, el tinte indígena, lustroso y opaco como
el viejo marfil, los marcados pómulos, el pelo negro y liso; del abuelo
Tristán. la digna apostura; de la madre, un melancólico dejo que le
sombreaba los párpados. Pero era capaz de reir y hacer reír (p. 257).
En esta vitalidad entusiasta y feliz, hallaba don Ginés, un reactivo
para su espíritu ya declinante y nostálgico. El intercambio entre el
78 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
personaje ficticio, don Ginés, y el real ficcionalizado, don Luis, se da
en la medida en que el adulto le narra sus aventuras de toda indole, de
preferencia" las de amor, y el muchacho le habla de sus lecturas y
estudios, y lo reanima con su vivacidad juvenil.
El mozo se solazaba hablando conmigo de poesía [...] él me revelaba
los nombres de escritores semiconocidos por mí, con el de Góngora a
la cabeza, y hasta me prestó unos poemas de ese furioso rimador,
cuyo texto me dejó en ayunas. Lo cierto es que yo me enriquecí
mucho más con el comercio espiritual de Luis de Tejeda que él con el
mío (p. 258).
Acompañó a Luis en algunos lances aventureros, como las
expediciones punitivas contra los indios, o la búsqueda inorientada de
la Ciudad de' los Césares, cabalgando tras don Jerónimo Luis, y las
riesgosas aproximaciones a las trápalas de Chamijo.
Finalmente, a Ginés le llega "la hora de la contrición" y del
reflexivo reposo en el crepúsculo de su vida. Con el capítulo tejediano
se cierra el relato autobiográfico del español trasmundado. Por un
anejo documental, sabemos que don Ginés murió en la batalla de San
Bernardo, el 23 de septiembre de 1658. Acaba así, con gesto de
heroísmo juvenil -transferido quizá espiritualmente por su joven amigo
cordobés- a edad de viejo y con la barba cana, junto a su entrañable
compañero de tantos lances, Gerineldos. Se clausura de esta manera
su trabaja~a marcha por el laberinto -como se titula la novela-, "ese
laberinto que es la vida -dice Ginés, en el cual acecha: 'el Minotauro
de la decepción'''. ¿No habrá sido don Luis quien le ilustró la
experiencia a Ginés con el símbolo milenario del laberinto para que
hallara imagen apropiada a la expresión de su vida? En estos mundos
de la virtualidad literaria, todo es posible.
El segundo trabajo en prosa ficcional, en que campea Tejeda, es
el del respetado y querible don Pedro J. Frías: "Memorias del poeta
Tejeda", publicadas en La Nación, en 19806 • Se trata de una ficción en
6FRÍAS, PEDRO J. "Memorias del poeta Tejeda". En La Nación, Buenos Aires, 30
de marzo de 1980, p. 3, seco 4.°. Recogido en FRÍAS, PEDRO J. Aproximaciones.
Memorias de Córdoba. Vistos de lejos. Otros tiempos. Vistos de cerca. Estos tiempos,
Córdoba: Lemer, 1989, pp. 35-47. Cito por el libro.
BAAL, LXIX, 2004 TEJEDA EN FICCIONES PROSADAS 79
la cual el autor pone en boca de Tejeda la síntesis de su vida. El poeta
habla en una primera persona confidencial: "Siento que la voz que me
ha hecho cantar otras veces ha emprendido un itinerario que acompafia
el rescate de mi alma" (p. 35).
Frias valida su ficción en fuentes probadas: la Vida, de Jorge
Furt, las ediciones de Martínez paz y del mismo Furt, la obra de
Carlos Luque Colombres,sobre el mundo de los Tejeda, los trabajos
de Martínez Villada, Oscar Caeiro, Osvaldo Horacio Dondo y otros
aportes7 •
La voz vicaria va entramando su vida, con acotadas menciones: el
estudiante feliz y aplicado, el joven desbandado en sus apetitos, el
capitán pecador, el cabildante codicioso de poder, el varón de despuntes
religiosos, y, en fm, el hermano lego.
Aunque Frías se apoya en la erudición como base de la
autobiografia sintética, se le filtra la creatividad, en detalles, por
ejemplo, en el encariñado retrato del ama Josefa, en la que "rinde
homenaje el autor a la frecuente servidora de los hogares de calidad"
(p. 41); o en los apuntes sobre los modos de la vida social de la época
y la calidez de la vida familiar.
El relato autobiográfico breve nos expone la metanoia del narrador,
pues no solo apunta a situaciones dramáticas externas sino que se
insinúa en sondeos espirituales del espíritu tejediano, auscultando sus
secretas psicomaquias. Primero lo hace valiéndose del relato biográfico
traspuesto en tercera persona que se ha dado en llamar "El incógnito
huésped", el episodio del discantillo.
He contado asi, en tercera persona -dice la voz de Tejeda- un suceso
que contribuyó a mi decisión. Porque en aquella noche de Saldán
descansó tanto mi alma en las loas a la Virgen que hube una visión.
Era el Carmelo el que tentaba ahora al enfenno Capitán. No era una
renuncia a la vida sino el encuentro con la que habia perseguido el
otro Tejeda (p. 46).
1f"URT, JORGE M. Tejedo (1955). Buenos Aires: impresa en Colombo, MCMLV~
108 pp.; LuQUE CoLOMBRES, CAJU.Os. El mundo de Juan Tejeda. Córdoba, O~occ:? 2.
ed, 1976; Mu.rINEz VILLADA, LUIS G. "Adición a la Genealogía de los TeJeda . En
Revista de la Universidad Nacional de Córdoba. Afio IV, n.o 8,1917.
80 PEORO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
Y, al final de sus memorias, dice de qué manera el alma escindida
. apuntado, halla la solución final en lo unitivo: "La'
por ese duabsmo
ingratitud -con Dios es desdoblamiento del ser, una grieta que había
dividido al Capitán y al otro Tejeda. Ahora el penitente será una sola
conciencia y una voz, un hombre de adoración y contemplación, un
hombre que ha conquistado su unidad" (p. 47).
La exposición clara de las etapas de la vida del poeta, el dibujo
nítido de sus episodios centrales y las apuntaciones sobre las
intermitencias cordiales de su alma hacen de estas "Memorias"
ficcionales la mejor lectura preparatoria al abordaje de los poemas de
Tejeda.
El tercero de los casos es la novela de Luis R. Carranza Torres:
Yo, Luis de Tejeda 8• Según la reiterada fórmula de la primera persona
narrativa, asumida desde el pronombre fuerte (Robert Graves, Yo,
Claudio), la ficción presenta un largo testimonio autobiográfico de la
pluma del poeta: "Es esta la historia desnuda, de mi pasada y agitada
vida pecadora, ya no escrita en verso ocultando nombres y disfrazando
en la rima situaciones vergonzosas que hoy por el bien de mi alma he
decidido revelar"(p. 8).
La voz escrita invierte el trastrueque del verso del romance, que
transmuta en ficción la materia viva autobiográfica. La prosa desanda
ese camino y muestra los nombres reales, no las Anardas y Anfrisas, y
los lances verdaderos, no las versiones ficcionales poéticas. El espíritu
de Luis no está para escarceos traslaticios:
"sé que mi hora está llegando. El dolor se agita en mi cuerpo,
preanunciando la partida a lo alto para ser juzgado. El frío de mi celda
me daña y apenas si puedo sostener mi pluma. Debo apresurarme con
todo esto. Debo concluir antes de mi partida. Quiero dejar escrito
todo, para que se conozca mi verdad, la verdad terrena de mis actos, la
que no puedo llevarme conmigo al reino del Altísimo, y obligado
debo dejar aquí junto a los huesos en esta tierra" (p. 9).
La materia biográfica se ordena en cuatro libros: "La inocencia y
la duda", "El pecado y la virtud", "La vanidad del poder" y "La
8CAIUlANZA TORRES, LUIS R. Yo, Luis de Tejeda ... Córdoba: Ediciones del Copista,
1996.
BAAL, LXIX, 2004 TEJEDA EN FICCIONES PROSADAS 81
redención", El autor no le dedica ningún espacio a la recreación del
acto de componer el Libro tejediano. El relato se lee con fluidez,
tejida sobre el entramado documental ya mencionado, a propósito de
Frías.
El cuarto caso de ficción prosada que se ocupa de la vida de
nuestro primer lírico es la novela de Prudencio Bustos Argañaraz:
Laberintos y escorpiones, editada en 2001 9• El autor, médico y político
activo, que articula, en la clasificación de Aristóteles, dos profesiones
en pro del bien común, la salud fisica y la salud social, ha publicado
su primera novela. De él conocíamos un par de trabajos referidos a
don Luis: Don Luis de Tejeda y Guzmán. Primer poeta argentino
(1992) y El Peregrino en Babilonia (1996), y un texto que da marco
epocal a los avatares vitales del personaje: Facciones y banderías en
la Córdoba del siglo XV/ro.
El título responde, como es sabido, a los versos de arranque del
romance de su vida:
La ciudad de Babilonia,
aquella confusa patria,
encanto de mi sentido,
laberinto de mi alma.
Aquella que fue mi cuna
al tiempo que el sol pisaba
la cola del escorpión
y él le miraba con rabia.
La novela ha asimilado casi toda la documentación aportada hasta
la fecha sobre Tejeda. Esta información está bien digerida y nunca es
exhibida; salvo un par de casos, en que el autor optó, a pie .d~ pág~na,
por explicitar una referencia con una nota. Cuando la erudición sm:e
de sostén y basamento invisible en esta índole de relatos sobre maten a
histórica, como es el caso del presente, lo novelesco se rescata y alza
'BUSTOS AllOAflARAZ, PRUDENClO. Laberintos y escorpiones. Córdoba: Ediciones
del Boulevard, 2001, 331 p . '
'''El primer trabajo citado lo he visto en 10 páginas mecanografiadas, .19~2. El
titulado Facciones y banderías ... fue editado en Córdoba por la Junta ProvIDclal de
Historia de Córdoba, 1982: Cuademos de Historia, 6, 69 p.
82 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXIX, 2004
vuelo. Caso contrario, las anotaciones operan como rémoras, anclando
y entorpeciendo la lectura del relato. Las más de trescientas páginas
de Laberintos y escorpiones se leen con fluida ocurrencia, gratamente
y sin tropiezos.
El recurso narrativo elegido por el autor es ceder la voz al
protagonista, Tejeda, y hacerle contar su vida, desde su yo, como
antes lo hizo Frías, con lo que viene a ser el precursor in nuce de esta
novela. Bustos Argañaraz ha dado cuerpo y vida, en situaciones y
escenas animadas y convincentes, a lo que es apenas una línea en la
Genealogía o cuatro versos en el Peregrino, y en esto se muestra un
buen narrador que sabe aprovechar hasta el hilván en su tejido. Así,
destina varias páginas a una riña de gallos, a la iniciación sexual del
protagonista, a la doma de un potro, a los ensayos teatrales en la
cárcel, o un par de hojas a evocar a don Luis en Bonaria, en
expediciones a indios querandíes o abipones, y hasta una confrontación,
cuerpo a cuerpo, con aborígenes. Algunas acciones cobran un
considerable espacio, como la expedición a la utópica Ciudad de los
Césares, organizada por Jerónimo Luis de Cabrera, o la empresa
desastrada del falso Huallca Inca, y así parecidamente. Por todos estos
cuadros bien tajados y coloridos, entra la vida en la novela.
Un juego de contracanto de puntos de vista: la primera persona
dominante en el relato y la tercera desde otros ángulos de interés, van
asociados al uso de la redonda y la cursiva para marcar los enfoques
diferentes en los capítulos.
En cuanto al nivel lingüístico de la prosa, ella no se inclina hacia
moldes propios del XVII, como hacen algunos arqueólogos de la novela
histórica. Sino que con breves entrecruzamientos dialogísticos y algunos
vocablos ("ochavón", "marrano", "follar", "solimán") y modismos de
época, da el tono y sugiere el momento, y señala, a la vez, la distancia
temporal respecto del lector. Pero no acentúa nunca el pedal en esta
dirección. A veces, una sola frase hace presente el habla bemba de los
negros esclavos: "Mi señó Tristá, agüelo de vuestra merced, acaba de
morí". O el rescate del uso del voseo familiar en la privacidad de los
amantes (p. 196).
La geografia local, que asoma aquí y allá en los versos tejedianos,
halla en manos del narrador un mayor explayamiento: las aguas del
Suquía, el arroyo de Saldán, las chacras, la sierra de Achala, la estancia
de Soto, se trasmutan de simple mención en paisaje literario.
BAAL, LXIX, 2004 TEJEDA EN FICCIONES PROSADAS 83
Finalmente, se alude en las páginas fmales al nacimiento de la
obra poética del protagonista, recluido ya en el claustro. Detengámonos
en esta situación:
Me fui habituando poco a poco a la vida conventual. Hice traer mis
libros predilectos y el cartapacio con los poemas y los textos en prosa.
En vez de ovillejos y epigramas, comencé a componer poesías místicas,
a las que reuní bajo el título de Coronas líricas. Escribí, también en
verso, mis memorias que titulé El Peregrino en Babilonia y en las que
intenté volcar el arrepentimiento que sentía por tantos años de vida
irregular (p. 314).
y hacia el final de sus recuerdos, apunta:
Por fin tomé una decisión. Era necesario romper definitivamente con
ese pasado, purgar mis culpas y, de ser posible, hacer desaparecer sus
huellas. De la carpeta con mis escritos separé todos los versos satíricos
y profanos, los apilé en el hueco de la estufa, encendí el yesquero y
arrimé la lumbre.
Atrapadas por las llamas, las páginas amarillentas comenzaron a
retorcerse, desprendiendo resplandores rojizos, como las víctimas
propiciatorias de un holocausto ritual. Al verlas consumirse tuve la
sensación de que el fuego que las devoraba purificaba también mi
alma y redimía mis pecados (p. 326).
En el "Epílogo", fechado en Córdoba, octubre de 1996, el autor
retoma su voz y su realidad personal, por supuesto, con el grado de
ficcionalización que supone su inclusión en una novela. Sale de la
Legislatura, camina en dirección a la Plaza San Martín, todo el barrio
está fijado en el siglo XVII: la casa de Juan de Tejeda, el monasterio
de las.carmelitas, la iglesia de Santa Teresa, las torres de la Compañía.
En el momento de cruzar de vereda, el autor sufre un leve mareo y
cierra los ojos por un instante:
Al abrirlos un cuadro totalmente diferente se presentó ante mí: ya no
llovía. El ~avimento había desaparecido y en su reemplazo, una tierra
de color parduzco cubrfa la calle. [oo.] un jinete se alejaba hacia el este
y una carreta tirada por bueyes avanzaba lentamente en sentido
84 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX. 2004
contrario. En donde debia estar el edificio del Banco de la Nación se
levantaba la recova de arcos de estilo colonial. Las torres y el cimborrio
de la Catedral se hallaban a medio construir en medio de andamios de
madera.
Una calesa descubierta, tirada por cuatro mulas y escoltada por dos
hombres a caballo, dobló la esquina. Los jinetes iban ataviados con
ropa del siglo XVII, al igual que la pareja que ocupaba el coche. Al
pasar a mi lado el hombre me miró y tocándose el ala de su ancho
sombrero, me dijo:
-Buenas tardes, don Luis.
Sorprendido, levanté la mano para responderle. Al hacerlo, noté que
llevaba ropas que nada tenian que ver con las que me habia puesto esa
mañana. Un jubón de terciopelo azul y unas calzas del mismo color...
Un bocinazo me obligó a retroceder y me hizo volver al presente.
y la situación se toma recurrente:
Ahora estoy sentado en mi escritorio frente a la pantalla de la
computadora [... ]. De pronto, la misma sensación del otro día vuelve a
asaltarme. Cierro los ojos y, al abrirlos, el escenario ha vuelto a cambiar
[...]. Tengo en la mano una pluma de ganso y ante mi, un cartapacio
de cuero con hojas en blanco. En mi memoria se va destejiendo una
madeja de recuerdos desordenados, que se mezclan y superponen en
una confusa amalgama de imágenes y recuerdos [... ]. Me asalta el
temor de que las imágenes se borren súbitamente y siento la necesidad
impoeriosa de volcarlas en el papel. Afilo la pluma, la sumerjo en el
tintero y comienzo a escribir (pp. 329-331).
La identificación del novelista con su personaje se ha consumado.
Las muchas relecturas, la frecuentación y convivencia con la obra del
poeta, las rebuscas históricas y culturales de la época hispánica en
Córdoba, el seguimiento rastreador de todas sus huellas, la recreación
empática de sus pasiones y sentimientos decantados, de sus aventuras
y vaivenes, lo han metido en la piel de Tejeda: mira por sus ojos,
o siente por su corazón, cambia su computadora por la pluma de ganso,
y comienza a escribir su autobiografia, que asumirá la forma de una
novela intitulada Laberintos y escorpiones, que desde el siglo XVII ha
llegado a nuestros días. Si Flaubert dijo: "Madame Bovary e 'esl moi",
BAAL, LXIX, 2004 TEJEDA EN FICCIONES PROSADAS 85
Bustos Argañaraz, servata distantia, bien puede decir: "Luis de Tejeda
soy yo",
El quinto tratamiento en prosa ficcional de la vida de Tejeda, o
referido a ella, es reciente, de este año, y corresponde a una reconocida
autora de narraciones de base hist6rica. Me refiero a Cristina Bajo y a
su relato "Aquesta confusa tierra (año 1662)", recogido en su último
libro ll • El título es, claro, un verso del Romance de mi vida, de don
Luis. De las cinco obras mencionadas es la más creativa y se despega
del hilo biográfico del poeta cordobés. La pieza de Bajo está
calibradamente escrita en una prosa decantada, salpicada de arcaísmos
y de expresiones con sabor de época, lo que ayuda a la ambientación
del lector.
La acci6n transcurre en 1662. Don Luis vive recluido en el
Convento de Santo Domingo. Un matrimonio español, don Jaime
Duárez de Ludueña y doña Ana de Burgos, se instala en Córdoba. La
flamante casada se siente interesada en Gabriela, una hija de crianza
de una familia vecina, quien un día le revela el secreto de una casona
derruida que atrae la atención de Ana: fue el nido de amor de Ana
Bernal, muerta por un aborto, y de Luis de Tejeda, donjuán local que
se ha hecho fraile dominico. La lleva a visitar la casa y, mediante
ciertas ceremonias casi litúrgicas, le da a conocer el secreto que oculta:
en un hueco de la pared se preserva un rollo de papeles, envueltos en
una badana, en los que versos de don Luis exponen la pasión por la
Berna!. Gabriela es una manipuladora que ha sabido despertar, primero,
el interés, luego,la curiosidad y, por fm, la obsesión de Ana de Burgos
por aquella situación. Le dice a Ana de Burgos que se parece a Ana
Berna!. Obsesa, a escondidas, Ana regresa una y otra vez a la casa a
tocar el manuscrito, que no sabe leer, y a repetir los versos que su
memoria de ágrafa ha retenido; viste las ropas de la difunta y pasea
así por la casa; en sueños cree vivir instantes de pasión. Quiere conocer
a don Luis y asiste a misa de los dominicos para verlo, y, un domingo,
con ÚD gesto audaz, le envía un beso.
Queda embarazada de don Jaime y bautiza a su hijo, Luis. Ana se
ha olvidado, con la maternidad, de su obsesión por la pareja de
enamorados. Pero Gabriela continúa con su plan siniestro. Hace que
"En Tú, que te escondes. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2004, pp. 26-61.
86 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXIX. 2004
una víbora coral mate a la madre reciente. Se hace imprescindible al
viudo, hasta lograr atraerlo hacia sí. Se casa con él y luego le plantea
que el hijO no es de él sino de don Luis, en amores adúlteros.
Desesperado, don Jaime admite que la criatura sea enviada al campo
para que la crien los indios. En tanto, lo que hace, en realidad, es
enviarla a Luis de Tejeda con un sirviente, para que la críe.
Don Jaime queda en la ruina, al naufragar todos los barcos con la
mercadería encargada, y pierde el juicio. La justicia investiga el destino
del niño, y juzga que Gabriela lo ha matado. La condena a garrote vil.
En el momento de la ejecución, ve, desde el patíbulo, entre la
muchedumbre, a una mujer de blanco, parecida a Ana Bernal que,
luego de mirarla intensamente, le da la espalda y se dirige a la iglesia
de San Francisco, donde reposa la muerta.
Así, el relato asocia lo real biográfico con lo psicológico y, aun,
con lo sugestivamente fantástico. En unas apostillas finales, Cristina
Bajo indica que sus fuentes han sido: la obra de Tejeda, el erudito
libro de Carlos Luque Colambres, La vida suntuaria de Córdoba (siglo
XVII), y la vida novelada de don Luis, urdida por el colega en letras,
Prudencia Bustos Argañaraz, Laberintos y escorpiones. Asocia en su
invención lo documental, lo poético y la ficción contemporánea sobre
ambas bases.
Tejeda se ha asomado, salvando cuatro 'Centurias, a cinco obras
prosadas de nuestros días, que lo rescatan y contienen, al darle figura
y voz. Ello constituye una muestra de la viva presencia de don Luis
entre nosotros, de su actualidad en el interés de nuestros
contemporáneos. Este procedimiento es el que Azorin, hombre tan
esencialmente desnudo en su decir, nombró con un grecismo algo
disonante en su prosa linealmente paladina: palingenesia, en este caso,
palingenesia tejediana.
Pedro Luis Barcia
TRADICIÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRICA·
La delimitación geográfica de la región que denominamos
Iberoamérica parece segura: al norte, el río Bravo o Grande, frontera
entre los Estados Unidos y México; al este, el océano Atlántico; al
sur, el Cabo de Hornos y al oeste, el océano Pacífico.
El intento y la necesidad de definir el ámbito histórico propio de
Iberoamérica van acompafiados por la búsqueda de las denominaciones
que mejor le corresponden a ese ámbito: Simón Bolívar, en 1824,
habló de "repúblicas americanas"; José Martí, en 1884, prefirió la
denominación de "nuestra América", y José Vasconcelos habló de
"raza iberoamericana" y "cultura iberoamericana". En la segunda mitad
del siglo :XX, surgió y se difundió la denominación de "América
Latina", que incluyó a las antiguas colonias españolas e integró a
Brasil y a Haití. También se la lIama Hispanoamérica, en alusión a los
paises colonizados por España; Sudamérica, por la ubicación geográfica.
Se acepta hoy que la denominación Latinoamérica es palabra
traducida del inglés y abreviatura de Amérique Latine, nombre que
comenzaron a usar los ideólogos franceses cuando vino a América el
emperador Maximiliano. Evidentemente, el nombre oponía el mundo
latino al anglosajón. Por otra parte, los hombres nacidos en la región
usan otros nombres: nuestra América, Indoamérica, Iberoamérica,
América Hispánica, Hispanoamérica, de acuerdo con motivaciones
históricas, sociológicas, culturales, lingüísticas.
Eñ cuanto a la organización política, la región abarca veintisiete
estados independientes, uno asociado a la comunidad estadounidense,
·Una versión en alemán de este articulo, con traducción realizada- por J. Büchner
y B. Zimennann, ha sido publicada en Der Neue Pauly. EnzyklopiJdie der An~ike,
Band 15/1 La-Ot In Verbindung mit Hubert Cancik und Helmuth Schnelder
Herasugegeben vo~ Manfred Landfester, pp. 20-47 (Stuttgart-Weimar, 2001), con el
título Lateinamerlko.
88 ANA MARÍA GONZÁLEZ DE TOBIA BAAL, LXIX, 2004
once islas que forman parte del Commonwealth, dos departamentos
franceses, colonias francesas y holandesas.
Si tenemos en cuenta el idioma oficial de cada país, dieciocho de
los estados independientes son de lengua espafiola: Argentina, Uruguay,
Paraguay, Bolivia, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá,
Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México,
Cuba, Santo Domingo; uno de lengua portuguesa: Brasil; uno, de
lengua francesa: Haití; uno, de lengua holandesa: Surinam; seis, de
lengua inglesa: Guyana, Belice, Bahamas, Barbados, Jamaica, Trinidad
y Tobago. Puerto Rico, asociado a la comunidad estadounidense
mantiene, con la lengua, la cultura espafiola; las Antillas inglesas -islas
Dominica, Anguila, Barbuda, San Cristóbal, Nevis, Antigua, Monserrat,
Santa Lucía, San Vicente, Grenada, Granadinas, integrantes del
Commonwealth- son de lengua inglesa; Guadalupe y Martinica
-dt>partamentos franceses, la Guayana francesa y la isla Maria Galante,
que mantiene la situación de colonias- son de lengua francesa; las
Antillas holandesas -islas de Bonaire, Cura~ao y Aruba- son de lengua
holandesa.
En la actualidad, se prefiere la denominación integral de
"Latinoamérica y el Caribe", para incorporar territorios que están bajo
influencia cultural de otros paises europeos.
La denominación "Iberoamérica" señala la relación de los países
sudamericanos con Europa occidental, ibéricos de ultramar y
occidentales de ultramar; responde, precisamente, a razones
estrictamente culturales y resuelve el problema de la unidad del objeto
mismo de estudio. Comprende dieciocho paises de habla hispana, uno
de habla portuguesa y, en cierto aspecto, Puerto Rico.
Los antiguos pueblos ibéricos sintieron una atracción profunda
hacia su propio paisaje hereditario y esta actitud se trasvasó a los
pueblos iberoamericanos, donde el problema es la unidad, ya que el
extremo abigarramiento de las realidades iberoamericanas suele ser lo
primero que descubre un observador extraño. El plural parece
imponerse, contra toda gramática, para reflejar los desconcertantes
contrastes, aun en países relativamente pequeños. La consideración
histórica resulta también un problema, porque la historia se mueve
acaso más· despacio en Iberoamérica que en otras partes. De allí el
avance de los exámenes ahistóricos de la realidad iberoamericana
pasada o presente. Parece adecuado, sin embargo, establecer un criterio
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN mEROAMÉRlCA 89
histórico para detenninar la presencia de la antigüedad clásica en
Iberoamérica.
Los lapsos responden, precisamente, a situaciones alternativas de
vínculo y desvinculación de los territorios iberoamericanos respecto
de sus ori~enes ibéricos. Por lo tanto, la cronología, a menudo, se
desdibuja, frente a situaciones culturales más precisas.
Las etapas culturales que presentan diferentes incidencias de la
antigüedad clásica en Iberoamérica son: l. Conquista, 2. Independencia
y 3. siglo XX.
1. Conquista
Comprende la época que va desde el Descubrimiento hasta los
finales del siglo XVIII, en los albores de las luchas por la
Independencia.
Se caracteriza por un disefio geopolítico diferente del actual, que
presenta una síntesis cultural inicial, marcada por epicentros
hegemónicos.
La antigüedad clásica ejerce su influencia, esencialmente, a partir
de la Iglesia y del Gobierno, íntimamente ligados para la tarea de
impartir educación.
La expulsión de los jesuitas, alrededor de 1767, marca una quiebra
cultural importante en esta etapa, en cuanto incide en la tarea educativa
y, por lo tanto, en la difusión y asimilación de la cultura clásica
antigua.
Espafia y Portugal ingresaron en Iberoamérica bajo un auspicio
clásico, ya que fue a través de los Pilares de Hércules, hoy Gibraltar,
y del Mare Nostrum, bautizado por los romanos.
Pareciera que América no fue descubierta, sino inventada. Para la
Europa renacentista, fue una Edad de Oro restaurada, y el mito utópico
clásico inauguró la existencia de Iberoamérica.
La capital de la Isla Espafiola se hizo acreedora, según la leyenda
local, al título de "Atenas del Nuevo Mundo". El nombre se fundaba
en la ensefianza universitaria en el saber de los conventDs, del palacio
arzobispal, de la Real Audi~ncia. Por lo tanto, Santo Domingo es el
primer territorio de Iberoamérica en el cual se implantó la cultura
europea; el primero al que se le concedió el derecho a erigir
90 ANA MARÍA GONZÁLEZ DE TaBlA BAAL, LXIX, 2004
universidades. Desde muy temprano, se escribió allí tanto en latín
como en español. No habían pasado cincuenta años desde el
Descubrimiento, cuando los dominicos obtuvieron del papa Paulo 111
la bula In apostolatus culmine, que elevaba al rango de universidad el
estudio general que tenían en su convento, en 1538. Comenzaba así el
trasplante del régimen universitario español al nuevo mundo. Se quería
una casa de estudios superiores, al estilo de la de Alcalá de Henares, y
tuvo, en su comienzo, las Facultades tradicionales: teología, derecho,
medicina y artes. Era obligatorio explicar en latín las lecciones, salvo
las de medicina.
El Palacio Episcopal fue otra sede del saber. Uno de los primeros
obispos fue el humanista italiano Alessandro Geraldini (1455-1524),
escritor fecundo en latín, tanto en prosa como en verso. Narra su
llegada a Santo Domingo en las páginas de su Viaje a las regiones
subequinocciales y describe el viaje y la construcción de la Catedral
en odas de sáficos y adónicos, que son los primeros versos escritos en
latín en el Nuevo Mundo.
En el siglo XVI, merece citarse a fray Nicolás de Raos, que terció
en la controversia sobre las traducciones de la Biblia en España,
escribiendo en defensa de la Vulgata latina. El gran número de hombres
ilustrados que vivieron en Santo Domingo en el siglo XVI preparó el
ambiente para la aparición de autores nativos como Fray Alonso de
Espinosa y Cristóbal de Llerena. El primero escribió un elegante
comentario al salmo 44, Eructavit cor meum verbum bonum; el segundo
fue catedrático de gramática latina en la Universidad de Gorjón.
En el siglo XVII, Santo Domingo comenzó a decaer; sin embargo
siguieron escribiendo en latín dolia Tomasina de Leiva y Mosquera, el
arcediano de la catedral, Baltasar Femádez de Castro y Fray Diego
Martínez (dominico).
México y Lima fueron los focos más sobresalientes de la cultura
clásica en lberoamérica, en los primeros siglos de la Conquista. En
ambos centros, los españoles encontraron culturas indígenas que habían
alcanzado un importante desarrollo.
La Iglesia católica, al incorporar a los pobladores indígenas a la
comunidad cristiana, funcionó como puente entre los dos mundos y
cumplió un papel fundamental en la inserción de la cultura clásica
grecorromana en lberoamérica. Entre los que trabajaron con más
empeño en la tarea de integrar a los indios al mundo civilizado, en
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN ffiEROAMÉRlCA 91
México, se destaca el franciscano fray Juan de Zumárraga (t 1548). A
las gestiones que, siendo obispo de México, realizó junto con el virrey
don Antonio de Mendoza, se deben la introducción de la imprenta en
México (1536) y la creación de la Universidad, inaugurada en 1553,
cuyo modelo fue la de Salamanca.
Los jesuitas desempeñaron un papel importantísimo en la historia
de la cultura mexicana y se convirtieron en rectores de la educación
colonial, basando su metodología en la imitación de los clásicos latinos,
sobre todo, Cicerón y Virgilio, y en las representaciones teatrales de
comedias y coloquios latinos y castellanos.
Se inicia en esta época una actividad que tendría más tarde singular
importancia en México: la traducción de los clásicos griegos y latinos.
Diego Mexía de Fernangil (1565-1620) tradujo las Heroidas, de Ovidio,
a fmes del siglo.
Las obras de los cronistas abundan en reminiscencias clásicas:
mitos y ejemplos de héroes romanos. Así se pueden asociar las Cartas
de relación, de Hernán Cortés, con los Comentarios de la Guerra de
las Galias, de César. Francisco de Terrazas, considerado el más antiguo
poeta mexicano de nombre conocido, escribió poesías en español, en
latín y en italiano.
El siglo XVI está caracterizado, en México, por la acción, que en
cada uno de sus aspectos reflejó la tradición grecorromana. Esa tradición
seguirá viva en el siglo XVII, con características diferentes, casi en
abierta antítesis con el anterior: a la acción sucede el reposo, al interés
espiritual de evangelizar a los indios, el de dominar en la sociedad
criolla.
En latín está escrita buena parte de las obras de la erudición
barroca: tratados de filosofía, de teología dogmática y moral, de
derecho.
De la antigüedad clásica se prefiere, en ese momento de la cultura,
ya no a Horacio y Virgilio, sino al perfumado Ovidio, .ya que fue.' a su
manera, el más barroco de los poetas romanos, SI se permIte la
acronología. En ese sentido, la Égloga ID de El siglo de oro en las
selvas de Erífile, de Bernardo de Balbuena (c1562-1627) evoca los
Remedia amoris; la leyenda de Pírarno y Tisbe inspira .~ soneto de
Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695). Sin embargo, no faltan las
influencias de los otros poetas latínos: El Bernardo, de Balbuena (IV,
108) recrea a Horacio, Odas (1, 22,17-24).
92 ANA MARiA GONZÁLEZ DE TOBlA BAAL. LXIX, 2004
Los críticos coinciden en señalar la ascendencia de Menandro,
Plauto y Terencio para las comedias de Juan Ruiz de Alarcón (cI580-
1639). En tos Meneemos, se inspira El semejante a sí mismo, y de
Adelphoe, proviene La verdad sospechosa.
La prodigiosa inquietud por el saber que caracteriza al erudito
Carlos de Sigüenza y Góngora (1645-1700) y a Sor Juana Inés de la
Cruz anuncia ya uno de los aspectos del siglo siguiente: el
enciclopedismo. A la quietud y conservadorismo del siglo XVII, sucede
una etapa de profunda transformación, en México, eco de las
inquietudes europeas (influencia del pensamiento inglés, francés y de
la España de los Borbones); domina el interés social; la crítica de los
viejos valores de la cultura se centrará en la educación y la economía.
Pero el apogeo de la latinidad es, sin duda, la característica más singular
de la época. En el siglo XVIII, el latín deja de ser una lengua muerta,
una mera disciplina escolar o un juego de certamen poético, para
incorporarse de pleno derecho en la vida de la literatura.
La tarea más brillante es la que llevan a cabo los jesuitas, aun
después de su expulsión en 1767. Su oposición a la monarquía española
se refleja en un pensamiento religioso moderno que trata de asimilar
las inquietudes políticas y sociales de la época. Refugiados en Italia,
escriben sobre diversos temas, cuyo elemento común es el interés por
México. La obra más importante es la del jesúita guatemalteco Rafael
Landívar (1731-1793): Rusticatio mexicana, publicada en Módena, en
1781, y al año siguiente, en Bolonia, con el texto aumentado. El
mundo latino, el español y el americano conviven en este poema
escrito en hexámetros latinos, en el que los mexicanos examinan los
inciertos canales en la laguna de México cuando pasan a través de sus
sementeras, como en otro tiempo Teseo, en la ilustre Creta, eludió los
confusos caminos del laberinto.
La historia de México, la arquitectura mexicana y las biografías a
la manera de Nepote o Plutarco son temas que señalan la inquietud
nacional de estos humanistas, en su mayor parte, jesuitas.
Francisco Javier Alegre (1729-1788) tradujo al latín la Diada y la
Batracomiomaquia. Va cobrando importancia, en México, la presencia
de los clásicos que se desarrollará ampliamente en los siglos XIX y XX.
El virreinato español del Perú se asentó sobre el territorio del
imperio de los incas, cuyos dominios abarcaban no sólo la actual
BAAL, LXIX, 2004 TRADICiÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRlCA 93
República del Perú, sino también las de Ecuador, Bolivia y partes de
Colombia, la Argentina y Chile.
Cuando comienza a impartirse la instrucción elemental, la ciudad
más importante es Cuzco, antigua capital del imperio incaico. Un
grupo de seis dominicos, dirigidos por fray Reinaldo de Pedrazas,
estuvo a la cabeza de esta ensefianza, que se impartía, además, en
poblaciones como Cajamarca, Lima y San Miguel de Piura.
El virrey Esquilache inaugurará en Lima, en 1618, el Colegio de
San Francisco de Borja. La existencia de maestros particulares para la
instrucción individual o colectiva está probada por algunos documentos
que aún se conservan: el clérigo Alcobaza, educador del Inca Garcilaso
y de otros mestizos, y el maestro de latinidad Juan Cuéllar.
A mediados del siglo XVI, Perú presenta un caso singular: el de
la fundación de una universidad que otorgaría grados profesionales,
previa al funcionamiento de colegios preparatorios. Según el cronista
agustino fray Antonio de Calancha, el mismo Pizarro, al fundar la
Ciudad de los Reyes, Lima, había dispuesto un sitio para la universidad
y le habia otorgado solares a los dominicos. Había además un cabildo,
originado en la primera designación de alcaldes hecha por Pizarro. La
estrecha relación de la universidad con el claustro catedralicio y el
cabildo se encuentra en la Universidad de Salamanca, modelo de la de
Lima. La real cédula fundacional, por la que se erige el estudio general
y Universidad de Lima, oficializado bajo real patronato, fue dada en
Valladolid, en 1551, y la inauguración se llevó a cabo en 1553, en la
sede del convento de los dominicos. Por decisión real goza de todos
los privilegios salmantinos. San Marcos fue llamada, hasta 1574,
Universidad Real y Pontificia de la Ciudad de los Reyes.
Los jesuitas llegaron a Lima en 1568, donde inmediatamente
abrieron escuela y empezaron a enseñar latín a los nifios, y también
lenguas indígenas. Crearon colegios en Lima, Cuzco, Trujillo y
Arequipa.
Una vez convertida en capital del Virreinato, que había sido creado
en 1543 Lima tendrá en el sur -como en el norte, México- el
monopolio de la riqueza material y cultural, de las que vendrán a
nutrirse sus vecinos.
Las empresas guerreras de la época incitaron a la e~opeya, en las
que los poetas se dejarán llevar por reminiscencias cláSIcas. En 1596
94 ANA MARÍA GONZÁLEZ DE roBlA BAAL. LXIX. 2004
se publicará en Lima la obra de un chileno, Pedro de Oña (1570-
1643), cuyo Arauco Domado revela conocimiento de la épica clásica.
En la -enseñanza superior, las disciplinas preparatorias eran
gramática latina, retórica, filosofía (la Ética, Metaftsica y Lógica, de
Aristóteles) y matemáticas, incluida la geometria de Euclides. A veces
se agregaba la Física, de Aristóteles porque la ciencia, antes del siglo
XVIII, era una rama del pensamiento filosófico y se enseñaba en latín
medieval. Los estudios principales eran teología y derecho: por
representar los dos grandes poderes de la Iglesia y del Estado.
En el siglo XVII, continúan las fundaciones fuera de Lima. En
1619, los jesuitas fundan el Colegio de San Bernardo del Cuzco, donde
sus establecimientos darán origen, en 1622, a la Universidad de San
Ignacio. En el mismo siglo, también se añade la Universidad de San
Cristóbal de Humanga, en Ayacucho, erigida en 1677, que fue una de
las más importantes del virreinato.
Pasado el primer momento dinámico de la Conquista, decae el
Iluténtico vuelo épico. Las transformaciones que se van produciendo
en América no son ajenas a los sucesos que afectan a la Península
Ibérica.
En las Indias, el letrado y el funcionario suceden al conquistador.
A los misioneros evangelizadores, los reemplazan frailes que se
disputan obispados y universidades. La riqueza se acumula en la sede
virreinal. Crece el lujo y la molicie; se perfilan las castas. La fuga de
la realidad represiva encontrará su expresión en el barroco. El siglo
XVII es el siglo de los virreyes mecenas, que gozan del otium. Tres de
los del Perú fueron poetas: el príncipe de Esquilache, el marqués de
Castell-dos-Rius y el conde de Santiesteban del Puerto, autor de poemas
latinos, que editó en 1664 con el nombre de Horae Succisivae. Las
fiestas fastuosas y las exequias solemnes darán pábulo a alardes de
erudición mitológica, en carros alegóricos, discursos, poesías, en los
que se alterna el uso del español y dellatin.
Una figura interesante es la del mestizo cuzqueño Juan de Espinosa
Medrano (c 1640-c 1682), conocido especialmente por su tratado
Apologética a favor de Don Luis de Góngora, príncipe de los poetas
líricos de España.
Pedro de Peralta y Bamuevo (1663-1743) representa, en el Perú,
entre los siglos XVII y XVIII, el típico producto de la cultura barroca,
que no distingue con nitidez las fronteras de las ciencias. En su Historia
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRICA 95
de España vindicada, al establecer un parangón entre la dominación
que ejerció Roma y la que ejerce España, se aproxima a la filosofía de
la historia.
El siglo XVIII se inicia con el advenimiento de la dinastía
borbónica. Antes de que Felipe V asumiera el trono de España, el 14
de abril de 1700, el Perú se había mantenido un tanto replegado sobre
sí mismo.
La expulsión de los jesuitas acarrea una crisis en la enseñanza
que obliga a replanteos educacionales. Se destacan tres reformadores:
Rodríguez de Mendoza, en Lima; Ignacio de Castro, en Cuzco, y
Chávez de la Rosa, en Arequipa.
El actual territorio de Bolivia formó parte del imperio incaico,
con el nombre de Alto Perú; bajo la Conquista, primero formó parte
del virreinato del Perú y, posteriormente, a fmes del siglo XVIII, del
virreinato del Río de la Plata. En l5391legó Pedro de Anzúrez, enviado
por Pizarrro, para fundar una ciudad. Así nació La Plata, que recibió
los sucesivos nombres de Chuquisaca y Charcas, hasta el actual de
Sucre. La instrucción elemental estuvo a cargo de la Iglesia.
Desde principios del siglo XVII, el arzobispo, la Real Audiencia
y la Compañía de Jesús insistían ante la corona sobre la necesidad de
fundar una universidad para evitarle a la juventud altoperuana el largo
viaje a Lima. Finalmente, la universidad tendrá su origen en los
privilegios para graduar, otorgados a los jesuitas. Fundada en 1624
con el nombre de Universidad de San Francisco Xavier, siguió el
modelo de la limense de San Marcos.' La oración latina inaugural, a
cargo del padre Tornabona, incluyó un elogio a Virgilio y a sus obras.
Comenzó a funcionar con dos cátedras de teología escolástica, una de
teología moral, una de artes, dos de latinidad y una de lengua ayrnará,
que en 1791 será reemplazada por una de medicina.
Al producirse la expulsión de los jesuitas, cambia el espíritu de
esta casa de estudios y existen dos líneas diferentes: una, la del
escolasticismo, sustituida después por la de la enciclopedia, la ciencia
y el liberalismo.
La Academia Carolina había sido fundada a fmes del siglo XVIII
y estaba destinada a la práctica de los juristas. A Chuquisaca acud~an
jóvenes de todo el sur, especialmente desde la Argentina, cuya úDlca
universidad colonial la de Córdoba, no tenía la carrera de
jurisprudencia. Notable; futuros gestores de la Independencia americana
96 ANA MARíA GONZÁLEZ DE roBlA BAAL, LXIX, 2004
se educaron en sus aulas: Mariano Moreno, Comelio Saavedra -nacido
en el Alto. Perú- Juan José Castelli, Juan José Paso y Bernardo de
Monteagudo.
En el cultivo de las letras latinas durante el período hispánico, se
destacan dos nativos de Chuquisaca: fray Antonio de Calancha y Gaspar
de Escalona y Agüero. El fraile agustino Antonio de Calancha,
historiador famoso, nacido en 1584, doctor en teología por la
universidad de San Marcos, es autor de un auto latino llamado De
Inmaculatae Virginis Mariae Conceptionis certitudine, impreso en
Lima, en 1629. Gaspar de Escalona y Agüero escribió un tratado, el
Gazophilacium Regium Peruvicum, cuya editio princeps es de 1677, y
su texto figura mitad en castellano y mitad en latín.
Durante muchos años, en Chile, quien quería aprender a leer, a
escribir y a contar debía realizar un largo y penoso viaje a Lima.
Gabriel de Moya y el sacerdote mestizo chileno Juan BIas, que actuaron
alrededor de 1578, son los primeros que enseñaron gramática latina. A
partir de 1582, se fundan seminarios en cada obispado. En las
postrimerías del siglo XVI, la Catedral y los conventos ofrecen una
educación metódica, de la que son pioneros dominicos y jesuitas. Las
luchas con los araucanos inspirarán al capitán español Alonso de Ercilla
(1533-1594) un poema que será desde entonces modelo de la épica de
tema americano. En La Araucana hay elementes homéricos, virgilianos,
imitaciones de Lucano y de Ariosto. La influencia de la educación
clásica se percibe en las obras de los chilenos Pedro de Oña (1570-
1643), autor de El Arauco domado y El vasauro, y Francisco Nuñez
de Pineda y Bascuñán (1607-1682) que, en El cautiverio feliz y razón
de las guerras dilatadas de Chile introduce versiones de Virgilio,
Ovidio y Silio Itálico.
Fray Alonso Briceño fue el primero, en América, que publicó
literatura filosófica. Briceño nació en Santiago de Chile alrededor de
1587 y en 1638 publicó, en Madrid, el primero de los tres volúmenes
de su Prima pars celebriorum controversiarum in Primum Sententiarum
Joannis Seoti. En 1709, otro jesuita, el catalán Miguel de Viñas, publicó
en Génova los tres volúmenes de su Philosophia Scholastica
Después de la expulsión de los jesuitas, el padre Bernardo
Havestadt publicó en Munich, en 1777, una curiosa obra latino-
araucana, el Chilidugu o Cosas Chilenas, que incluye un diccionario
indio-latino y otro latino-indio.
BAAL, LXIX, 2004 TRADICiÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRlCA 97
La Biblioteca Nacional de Chile conserva copias manuscritas de
tratados y apuntes tomados en clase entre los siglos XVII y XVIII.
Los archivos de la Compañia de Jesús también guardan poemas,
discursos y sermones latinos hechos por los estudiantes.
En el siglo XVIII, se pueden sefialar tres sucesos importantes
para el desarrollo de la educación chilena: la fundación de la
Universidad Real de San Felipe, en 1758, donde toda la ensefianza se
hizo en latín, según expresas órdenes reales; la expulsión de la
Compañia de Jesús, que provocó una gran crisis educacional ya que,
al momento de la expulsión, el inventario de las bibliotecas de la
Compañia registraba 11.837 volúmenes; por último, la creación de la
Academia de San Luis, obra de don Manuel de Salas, que es el primer
establecimiento de enseñanza media en Chile.
En los años previos a la Independencia, se destacan Juan Egaña,
un latinista originalísimo, entusiasta de Grecia y sus instituciones,
lector de Rousseau y de los enciclopedistas, de formación escolástica,
y Camilo Henriquez, escritor que editó La Aurora de Chile, el primer
periódico del país.
La enseñanza de la cultura grecorromana está vinculada
estrechamente a la fundación de las primeras universidades en el resto
de las regiones, durante todo el siglo XVI. En Chuquisaca, el virrey
Esquilache autorizó a los jesuitas a fundar un Colegio Real de San
Juan Bautista, que gozó de los mismos privilegios que los de San
Felipe y San Martín en Lima y que el de San Bernardo de Cuzco.
Comenzó a funcionar oficialmente en 1623 y fue la base de la futura
universidad bolivariana.
En 1603, los agustinos inauguran la Universidad de San Fulgencio
de Quito. En el siglo XVII, las órdenes religiosas extenderán la
enseilanza por toda la región. Franciscanos, dominicos, jesuitas y
mercedarios leen gramática. Las colecciones de textos manuscrito~ en
latín, que se conservan en Quito, permiten conocer qué se estudiaba
en las aulas en los siglos XVII Y XVIII.
La expedición geodésica francesa, la introducción de la imp~enta
y la expulsión de los jesuitas determinarán modificaciones sustanCIales
en la vida quiteña del siglo XVIII. La primera imprenta lleg.a a
Guayaquil en 1754; la primera publicació~ es un opúscul~ latmo:
Pussima erga Dei Genitricem devolio ad /mpelrandam gral/a,!, p~o
articulo mortis. El primer impreso quiteilo, cuyo autor es el Jesuita
98 ANA MARÍA GONZÁLEZ DI! TOBlA BAAL, LXIX, 2004
Juan Bautista Aguirre, uno de los escritores más destacados de la
época, se titula Divino, Religionis Propugnatio Polari Fidelium Sideri.
Aguirie está entre los expulsados de Quito, y lejos de su patria
compone obras en espafiol, italiano y latín. Estos escritos permanecieron
inéditos hasta el siglo XX, en que el padre Aurelio Espinosa Polit los
publica, como testimonio del eslabón que faltaba para conectar la
colonia con el período republicano en Ecuador.
A mediados de 1538, llega a la meseta de Cundinamarca la
expedición encabezada por el licenciado en leyes Gonzalo Jiménez de
Quesada (1499-1579), quien fundará la ciudad de Santa Fe de Bogotá
en el territorio de Nueva Granada. Hombre del renacimiento humanista,
consumado en la gramática desde muy joven, ya anciano y tras una
vida azarosa, se siente obligado a refutar a Paulo Jovio y escribe en
América sus Apuntamientos, donde pone en evidencia que ha leído y
meditado el original de Jovio al punto de poder juzgar sobre su estilo
lathlo. Frente a Jiménez de Quesada, está Juan de Castellanos (1522-
1607), que vino como conquistador y se volvió letrado. En 1589 se
publicó en Madrid la primera parte de sus Elegías de varones ilustres
de Indias. La segunda y tercera partes quedarán inéditas hasta mediados
del siglo XIX. En la Elegía, emplea una curiosa técnica de composición:
intercala frases latinas en el texto español y alterna tiradas de versos
en las dos lenguas, con metros variados.
El siglo XVII representa la concreción de los deseos de tres órdenes
religiosas -dominicos, jesuitas y agustinos descalzos- de tener
universidad. La Real y Pontificia Universidad de Santo Tomás de
Santa Fe, inaugurada en 1639; La Academia Javeriana o Universidad
de San Francisco Javier, en 1623, y La Universidad de San Nicolás,
erigida canónicamente en 1694. Las colecciones de los clásicos romanos
ocupaban un sitio de honor en toda biblioteca: Cicerón, en primera
fila, en seguida, Virgilio, Ovidio, Horacio, Séneca; después Lucano,
Plinio, Tácito, Livio, Quintiliano, Juvenal, Marcial, Plauto, Terencio,
y, por último, los más modernos: Petrarca, Poliziano, Pontano,
Sannazzaro, Alciato, Erasmo. El primer estudio de gramática latina, El
Thesaurus Linguae Latinae, se produce en la actual Colombia, escrito
entre 1628 y 1629 por el joven Fernando Fernández de Valenzuela
(1616-último cuarto del siglo XVII). Junto con fray Andrés de San
Nicolás formaron el binomio más representativo de la literatura latina
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRlCA 99
colonial, aunque sus obras principales, publicadas en Europa, fueron
poco conocidas en su patria.
Durante los siglos xvn y xvm, se pone en evidencia la fonnación
clásica de estas generaciones por la mención de personajes grecolatinos,
las alusiones, las citas en latín, que aparecen reiteradamente en los
textos en espafiol. Los autores latinos preferidos son Virgilio, Horacio
y Ovidio, seguidos por Séneca.
Los cambios que se producen en Espafia con el advenimiento de
Carlos 1lI repercuten en la segunda mitad de este siglo a través de dos
hechos que provocarán una profunda transfonnación en el campo
cultural colombiano: en 1760, la llegada del sabio espafiol Celestino
Mutis (1732-1808) y poco más tarde, la expulsión de los jesuitas.
Mutis, que utiliza el latin en sus disertaciones y en la
correspondencia con naturalistas europeos, forma un grupo de
investigadores entre los que se destaca Francisco José de Caldas (1768-
1816), colaborador de Humboldt y Bonpland.
La expulsión de los jesuitas provocará, como en el resto de América
Latina, el desmantelamiento de muchos centros de ensefianza. En el
último cuarto del siglo XVIII, se observa una evidente decadencia de
los estudios humanísticos en Colombia.
En la actual Guatemala, si bien el primer obispo efectivo del
lugar, Francisco Marroquín, fue quien propuso la fundación de una
universidad a comienzos del siglo XVI, recién en 1676, por una Cédula,
se transfonnó el Colegio de Santo Tomás en Real Universidad de San
Carlos. El rey estableció las siguientes cátedras: teología escolástica,
teología moral, cánones, leyes, medicina y dos cátedras de lengua
indígena. Más tarde, en 1680, fundó las cátedras de filosofía e instituta.
Aunque no figuraban las de gramática y retórica, el conocimiento de
latinidad era requisito previo a la admisión a la universidad.
Durante la época colonial, la obra poética más extensa y curiosa que
salió de las prensas de Guatemala fue la Thomasiada, poema en loor de
Santo Tomás de Aquino, publicado en 1667 por el vascongado Fr. Diego
Sáenz Ovecuri Orden de los Predicadores. El autor de la obra confesó su
tarea de imitación de Virgilio, Ovidio y el terraconense ~arci~l. .
A fines del siglo XVIII, figura el nombre de.l JesuIta An~omo
Portilla, autor de elegías y odas latinas. Pero, en ngor, la poesla de
Guatemala sólo comienza con el padre Rafael Landív~ y c.on Fr.
Matías de Córdoba. Los poetas de esa época eran, al mIsmo tIempo,
100 ANA MAIÚA GONZÁLEZ DE TOBlA BAAL, LXIX, 2004
sabios humanistas, acostumbrados a pensar, a sentir, a leer una lengua
extrafia, qu.e no era para ellos lengua muerta, sino, viva y actual, y
encontraron un molde más adecuado para su inspiración en la lengua
de Virgilio que en la lengua propia, puesto que poseían absoluto
dominio del vocabulario y de la métrica, y el espíritu de la antigüedad
se habia confundido en ellos como algo propio, hasta hacerlos más
ciudadanos de Roma que de su patria
Rafael Landívar, autor de la Rusticatio mexicana, es uno de los
más excelentes poetas que en la latinidad moderna puede encontrarse.
Su musa es la de las Geórgicas, rejuvenecida y transportada a la
naturaleza tropical. La Rusticatio, dividida en quince libros y con una
sentida dedicatoria a la ciudad de Guatemala, es una pintura de la
naturaleza y de la vida del campo en América Central.
La educación pública en la actual Cuba tuvo orígenes limitados
como en casi toda la América espafiola; además, en muchos aspectos,
su retraso fue considerable. Nacida al calor de impulsos privados,
principabnente religiosos, chocó muy pronto contra un escollo de la
estructura social en que se desarrollaba: la división racial de la
población en blancos y negros y la subdivisión de los negros en libertos
y esclavos.
En Cuba, los dominicos de La Habana comenzaron, en la segunda
mitad del siglo XVII, sus gestiones para obtener la fundación de la
Universidad de San Jerónimo. El 12 de septiembre de 1721, Inocencio
III concedió el breve Aeternae sapientia, que erigía dicha institución
con los mismo privilegios que la de Santo Domingo. El pase regio fue
otorgado el 27 de abril de 1722. La universidad habanera tuvo como
base los estudios conventuales que la orden dominica tenia en su
Convento de San Juan de Letrán y que llegaron a tener carácter público
aun antes de la fundación universitaria. En Cédula de 1728, el rey
confirmó la creación de las cátedras de cánones, leyes, medicina y
matemáticas, además de las de gramática, teología y filosofia, que ya
existian en el convento. Entre otros requisitos para obtener grado en
esta universidad, estaba el de presentar cédula de aprobación de
gramática o latinidad. En 1842, se convirtió en la Real Universidad de
La Habana. Durante la toma y ocupación inglesa de La Habana (desde
junio de 1762 hasta julio de 1763), la casa de estudios debió cerrar sus
puertas.
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRICA 10 1
Mientras en algunas regiones americanas, como las de Santo
Domingo, Santa Fe y México, ya se habían establecido algunos
institutos docentes, algunas instituciones culturales, en Venezuela se
inicia esta tarea de manera oficial por medio de un Colegio Seminario
bajo la advocación de Santa Rosa de Lima en 1673, en la ciudad de
Caracas, gracias a las diligencias de los obispos Diego de Baños y
Sotomayor y Juan José de Escalona y Calatayud, mediante edicto de
Felipe TI, casi doscientos años después del Descubrimiento. Las cátedras
inaugurales fueron teología, gramática y filosofia. A través de la
gramática, se introducía el estudio del latín, que fue eje de los estudios
en el país. Durante muchos años, la educación venezolana estuvo
radicada con exclusividad en los conventos de franciscanos, dominicos
y jesuitas, esparcidos por su geografia.
En 1752, la Compañía de Jesús funda en Caracas dos cátedras
con maestros de latinidad y de igual manera fundaría en Maracaibo,
en 1775, el Colegio de Jesuitas con una cátedra de latinidad.
En Mérida, se funda el Colegio Seminario Conciliar de San
Buenaventura y se inicia con las cátedras de gramática, latín, filosofia
y moral práctica.
En todos los casos se tomaba, como ejercitación preferente, la
poesía de Ovidio, Virgilio y Marcial, las referencias latinas a Homero
y las Epístolas y Oraciones de Cicerón.
Mientras los jesuitas estuvieron encargados de la instrucción de la
juventud, salieron de su colegio jóvenes que hablaban latín con soltura
y elegancia nada comunes, dominaban la oratoria y las reglas prácticas
de la sintaxis.
En 171 S, los jesuitas fundaron un colegio en la provincia de Quito
(panamá), que luego fue el origen de la Universidad de San Francisco
Javier. En 1749 se autorizó al colegio a conferir grados; se fundó con
tres cátedras de filosofia y teología escolástica o de prima y moral.
Con la expulsión de la Compañía, decayeron los estudios clásicos
en Panamá y se extinguieron en 1781. .
En Nicaragua, el Seminario Conciliar de San Ramón, o COl~glO
Tridentino, fundado el 15 de diciembre de 1670, .en Leon, antigua
capital de Nicaragua, se constituyó en precursor de la universidad. .,
Durante los tres siglos de dominación española, la formaClOn
humanística de la población de Honduras estuvo en manos de sacerdotes
102 .ANA MARÍA OONZÁLEZ DE roBlA BAAL. LXIX. 2004
versados en las Sagradas Escrituras y en los libros de los Santos
Padres. .
Dentro de la geografia del sur, que integraba el Virreinato del
Perú, se encontraba el actual territorio actual de la República Argentina.
Como en los otros sitios, la enseñanza estuvo en manos del clero.
Los estudios son de gramática y latinidad. Los autores traducidos son
Cornelio Nepote, César, Cicerón, Quintiliano, Virgilio, Horacio y
Ovidio. Es habitual la imitación de los clásicos, a través de
composiciones literarias. El texto más usado es el Arte, de Nebrija.
Los centros de influencia religiosa se van desplazando de norte a sur
en el territorio; así, llegaron a Santiago del Estero desde Potosí, en
1586. Luego, el epicentro de la Provincia del Tucumán se desplaza y
establece definitivamente en Córdoba, y convierte a esta ciudad en el
epicentro cultural más importante del sur. Allí, en 1613, el obispo
Fernando de Trejo y Sanabria funda el Convictorio de San Francisco
JavÍt;r y confia la dirección a la Compañía de Jesús. Sobre la base del
Convictorio y del Colegio Máximo, que se llamó luego Monserrat, se
erige la Universidad. Las constituciones de esta primera universidad
toman como modelo las de Charcas que, a su vez, se inspiran en la de
San Marcos de Lima.
Luis de Tejeda y Guzmán, la figura destacable de la literatura de
esta época, nace en Córdoba, en 1604, y llega a bachiller y maestro en
artes entre los jesuitas. Luego, entra en las milicias, pero en 1662 se
retira al Convento de Santo Domingo. Allí escribe lírica de tema
religioso, A las soledades de María, que muestra su formación clásica.
En Buenos Aires, los jesuitas son los primeros profesores de latín.
El primer colegio se funda en 1617 y se llama de San Ignacio. Durante
un siglo no existe más que este colegio. En el siglo XVIII, existen
también estudios superiores en los conventos de Santo Domingo, La
Merced y San Francisco.
La expulsión de los jesuitas constituye la más grave quiebra cultural
de la época anterior a la Independencia. Por muchos años, no se logra
reemplazarlos en el orden educativo, a pesar del esfuerzo de otras
órdenes.
En el orden político, se produce, en 1776, la creación del Virreinato
del Río de La Plata, que comprende las provincias de Tucumán, Río
de la Plata, Paraguay y Cuyo, como desprendimiento del Virreinato
del Perú.
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN ffiEROAMÉRlCA 103
En Buenos Aires, se establece una institución educativa gratuita,
en 1772, con el nombre de Reales Estudios de San Carlos. Allí se
desempefia, entre 1782 y 1805, Pedro Femández, un humanista que
deja su sello en las generaciones jóvenes, como la que integraban
Vicente López y Planes, Bemardino Rivadavia, Esteban de Luca,
Manuel Tomás de Anchorena. El mérito de Pedro Femández reside en
haber traspasado a sus discípulos el sentido que él mismo tenía de la
belleza de los escritores latinos y, de este modo, cambiar los gustos
literarios de la época, suplantando la jerga escolástica y la erudición
pedante por una preparación acorde con la cercana revolución.
En abril de 1801, comienza a publicarse en Buenos Aires el Telégrafo
Mercantil, Rural, Político e Historiográfico. Dentro de las finalidades
declaradas en el prospecto está fundar una escuela filosófica que
desenterrase las fonnas bárbaras del escolasticismo. El 22 de noviembre
propone la libre expresión, y coloca junto al titulo la cita de Tácito: Rara
temporum felicitate ubi sentire quae velis et quae sentias dicere !icel.
En el periódico, surge un movimiento poético de tender..cias
neoclásicas, liderado por Manuel José de Lavardén, cuyo manifiesto
es la Oda al majestuoso río Paraná, donde suma rasgos exclusivos y
locales a los recursos neoclásicos.
El heredero de Lavardén, entre los poetas, es Vicente López y
Planes, quien celebra la reconquista de Buenos Aires de manos inglesas
con el Triunfo Argentino, cuyo epígrafe son los versos 305-307 del
libro XI de la Eneida, que también están incluidos en el poema.
La tragedia de su encierro mediterráneo marcó la geografia política
del Paraguay, al punto que perdió contacto con otros centros urbanos
que compartían el dominio espafiol. A mediados del siglo XVI, se
fundaron las primeras escuelas del Paraguay por iniciativa de Domingo
Martínez de Irala. Más adelante, Hemandarias pedirá a los jesuitas la
creación de un colegio con cátedra de gramática y arte. Cuando los
jesuitas establecen en el río Paraguay la primera de sus grandes
misiones, que abarca parte de los actuales territorios de la Argentina y
el Paraguay, renace la utopía de Vasco de Quiroga.
En latín y en guaraní se pronunciaron los discursos con que la
Compafiía de Jesús conmemoró su centenario, en 1634, en el Paraguay.
A mediados del siglo xvn, el padre Nicolás Techo escribió en latín
su historia sobre la provincia del Paraguay, en tanto que, en 1779, otro
104 ANA MARÍA GONZÁLEZ DE TOBlA BAAL. LXIX, 2004
jesuita, Domingo Muriel, tradujo allatin la Historie du Paraguay, de
Charlevoix, impresa en París, en 1756.
En el siglo xvm, el gobernador Lázaro Ribera, al plantear al
Cabildo la necesidad de reformas educacionales, confirmaba que los
indios, en el Paraguay, no tenían conocimiento, ni aun remoto, de la
lengua castellana. Vale decir que la latinidad todavía no se había
instalado en ese lugar.
La primera escuela de ensefianza elemental, que incluía nociones
de latín, fue instalada por los jesuitas en 1745, en el Uruguay, y la
dirigieron durante veintidÓs años. Luego de la expulsión de los jesuitas,
los franciscanos la reabrieron para enseñar lectura, escritura y latinidad.
En 1787, fray Mariano Chambo inicia la enseñanza superior en el
Uruguay, al inaugurar la cátedra de Filosofia en el Colegio San
Bernardino, único foco de cultura intelectual que existió en ese lugar,
durante el coloniaje. Por sus aulas, pasaron Dámaso de Larrañaga y
José Gervasio Artigas.
Al estudiar las raíces europeas de la historia brasileña desde un
punto de vista sociológico, se llega a la conclusión, algo paradójica,
de que no fueron enteramente europeas, sino también asiáticas y
africanas.
La enseñanza estuvo a cargo, fundamentalmente, de los jesuitas,
que instalaron apenas iniciada la colonización, en 1533, los primeros
colegios, en el Brasil.
Portugal no estableció universidades en ese país, como España en
sus colónias. La Compafiía de Jesús enseftó hwnanidades, filosofia y
teología, como en Portugal. La base estaba en la herencia escolástica y
de la cultura clásica, con predominio absoluto dellatin, la gramática y
la retórica.
Las primeras manifestaciones literarias son crónicas de sucesos,
descripciones de la naturaleza y de los habitantes, que responden a las
necesidades del momento.
El padre José de Anchieta (1530-1597) escribió obras de historia,
sermones, poemas, autos o misterios en portugués, español, tupí-guaraní
o latino De beata Virgine es un extensísimo poema. Para celebrar la
victoria del gobernador Mem de Sá sobre los franceses en Río, compuso
De Gestis Mendi de Sao Las Cartas jesuíticas del padre Manoel da
Nóbrega fueron traducidas al espafiol, italiano y latín.
BAAL, LXIX, 2004 TRADICiÓN CLÁSICA EN IBEROAMWCA 105
En la segunda parte del siglo XVIII, predomina la poesía. Virgilio
y Horacio son constante modelo de inspiración, sobre todo, el primero,
a través del género bucólico, pero el marco será la naturaleza brasilefia.
Silva Alvarenga (1749-1814) desea entonar un canto coronado, no de
laureles, sino de hojas de mango.
El más representativo, dentro de esta corriente, es Claudio Manoel
da Costa (1729-1789). Su poesía pastoril refleja el paisaje de la árida
región de las minas de oro y, como Virgilio, el canto amebeo traduce
el contraste de dos situaciones humanas contemporáneas, en este caso,
la oposición entre 10 rústico y lo aldeano. Tomás Antonio Gonzaga
(1744-1810) alcanzó gran popularidad, a través de su poema arcádico
Marilia de Dirceu.
Algunos de los escritores que vivieron en la provincia de Minas
Gerais, la "escola mine ira", fueron figuras destacadas en la conspiración
de Tiradentes. Sofl.aban con la República. Propiciaban, por ejemplo, la
abolición de la esclavitud. Su bandera tenía como lema las palabras de
Virgilio: Libertas quae sera tamen.
México y Lima fueron los primeros focos de la cultura clásica en
el continente, aunque Santo Domingo es el primer país de América en
el que se implantó la cultura clásica europea, el primero al que se le
dio el derecho de erigir una universidad. Las disciplinas universitarias
se fundaban en la teología, la gramática latina, la retórica. La filosofía
tornó corno modelos, la Etica, la Metajisica y la Lógica, de Aristóteles.
La Física aristotélica se ensefiaba en latín medieval.
La teología y el derecho fueron los cimientos clásicos de la Iglesia
y del Estado, mediante la difusión del derecho romano Y del derecho
canóníco, en latín.
Hasta los primeros afios del siglo XIX, Virgilio reemplazó la falta
de Hornero; Marco Tulio a Demóstenes y Platón, y no hubo sucedáneo
de los trágicos griegos.
Virgilio tuvo como intermediario a Garcilaso, a Balbuena y a
Bello; Horacio a Luis de León, Rodrigo Caro y Argensola; C?icerón
estuvo transmitido por Cervantes; Lucano por Herrera y el echpse de
Plauto y Terencio se notó a través de Calderón y Alarcón.
La arquitectura y el arte del periodo de la Conquista muestran una
estrecha vinculación con la gestión educativa. La Iglesia y ~l Estado
se confundian en el poder político y cultural y marc~on su lffipronta
en los edificios y pinturas del arte de la época. S10 embargo, en
106 ANA MARiA GONZÁLEZ DI! roBlA BAAL, LXIX, 2004
lugares donde las culturas indígenas autóctonas eran muy arraigadas y
de avanz!ldo desarrollo, las expresiones artísticas surgen como producto
de estas culturas.
En la etapa de la Conquista, la tradición cultural grecorromana se
mantiene ininterrumpidamente desde el siglo XVI hasta nuestros días,
con dos quiebras: la primera, en 1767, fecha en que los jesuitas fueron'
expulsados de Iberoamérica, y la segunda, hacia 1867, con la reforma
positivista.
2. Independencia
Hacia el siglo XIX, los movimientos de la independencia
iberoamericana tomaron paradigmas heroicos de Plutarco, Cicerón y
Tácito. La nomenclatura de las instituciones independientes, recién
inauguradas, fue latina; así se llamaron los triunviratos, asambleas,
cónsules.
Se incorporan a la plástica cívica iberoamericana los símbolos de
libertad que Grecia y Roma le habían aportado a la Revolución Francesa:
gorros de libertad, estatuas representativas inundan Iberoamérica a modo
de recreación del pensamiento clásico grecorromano.
En las letras, la influencia latina resultó fundamental para expresar
la independencia de las naciones iberoamericanas.
Los elementos clásicos aportan, en Iberoamérica, una tradición
jurídica que es una resurrección de concepciones políticas latinas.
En 1808 se forma la "Arcadia de México" a iniciativa de José
Mariano Rodríguez del Castillo y la que integran Navarrete, Ochoa,
Lacunza y Barazábal. Tal creación no es sino la consecuencia del
mismo ambiente, y es curioso reparar que esto ocurre al mismo tiempo
en otras ciudades de América. Más en consonancia con los tiempos,
nacen, en cambio, sociedades para el fomento de la agricultura, la
ganadería, el comercio, etcétera.
Anastasio de Ochoa y Acufia (1783-1833) tradujo las Heroidas,
de Ovidio. El Diario de México, entre 1805 y 1817, publicó muchas
traducciones de Horacio, Ovidio, Catulo y Marcial.
Ejemplo singular de la vitalidad clásica en esos aftos es la novela
Periquillo Sarmiento, de José Joaquin Femández Lizardo (1776-1827).
El autor apoya su prédica moral, sobre todo, en autores latinos y
BAAL, LXIX, 2004 TRADICiÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRlCA 107
ofrece un nuevo testimonio de la antigua querella sobre la conveniencia
de enseñar los paganos o los cristianos. Las citas latinas abundan en la
novela; su presentación es muy variada y si, a veces, funcionan como
recurso eficaz para parodiar la erudición hueca, casi siempre presentan
una base sólida y válida del pensamiento del autor. Cuando, al final de
la novela, las luchas de la Independencia le sugieren una amarga
reflexión sobre la guerra, fundamenta su posición sobre la referencia
de que ya los romanos conocieron esta verdad y destaca, en ese sentido,
a Horacio, Lucano y, a modo de colofón, cita textualmente a Virgilio:
Nulla salus bello. pacem te poscimus omnes.
Si durante el periodo colonial, hubo unidad en cuanto a los
objetivos de la ensefianza de la lengua latina, unidad determinada por
el papel rector de la Iglesia en la educación -aun después de la expulsión
de los jesuitas--, ahora se enfrentarán, en México, dos filosofias de la
educación, dos tendencias políticas rivales. Esto provocará que, a mitad
del siglo XIX, en las instituciones educativas religiosas, se refuerce el
estudio del latín y el griego para oponerlo a la literatura romántica,
que consideraban perniciosa. Y años más tarde, un importante sector
de la Iglesia considera que los clásicos ya no eran un antídoto contra
el romanticismo, sino que ellos mismos resultaban vehículo de las
ideas de la Revolución Francesa y de la corrupción existente. La
polémica se agudiza. Nos encontramos en pleno período de
reorganización.
El presidente de la República, Benito Juárez, encarga al doctor
Gabino Barreda (1818-1881) la reestructuración de la educación del
país. El latín, entonces, adquiere una nueva función, la de facilitar los
estudios y cultivo de la jurisprudencia y la medicina.
José María Vigil (1829-1909), polígrafo, poeta y latinista, traductor
de las Sátiras, de Persio, fue uno de los que mejor comprendieron que
la educación positivista quedaba reducida a algo mecánico y que no era
posible aplicar en el campo de lo humano los mismos métodos que se
aplicaban en .el campo de la naturaleza fisica. Se pue~e notar que
proliferan los traductores de Horacio, y otros, como IgnaCIO Montes de
Oca (1840-1920), se dedican sobre todo a la traducción de los grie~os.
Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), en pleno mode:-Jllsmo,
escribe Non omnis mor;ar donde recoge el tema de Horaclo y lo
reelabora con la oposición hombre-poeta, tan cara al esteticismo.
108 . ANA MARÍA GONZÁLEZ DE TOBIA BAAL. LXIX. 2004
A partir de 1822 y durante veintidós años, los haitianos aislaron
la isla de Santo Domingo de la civilización europea e intentaron borrar
todas las huellas de su pasado, hasta el punto de prohibir el uso oficial
de la lengua castellana.
Después de la tiranía de los haitianos, Juan Pablo Duarte fundó ,
en 1844, la República Dominicana. Los diecisiete primeros años de la
República fueron de laborioso y durísimo aprendizaje y poco o nada
favorables al desarrollo de la cultura. Don Félix Mota era poeta de
tendencias clásicas. Su oda La Virgen de Ozama está escrita en sáficos
y adónicos; también termina en sáficos su poesía La vida.
A pesar de las vicisitudes históricas, no enmudeció la poesía de
vertiente clásica, gracias a las voces de José Joaquín Pérez (1845-
1900) Y a Salomé Ureña de Henriquez (1850-1897), que cantó a la
patria y a la civilización y, en lo personal, fue figura determinante en
la educación de su hijo, Pedro Henríquez Ureña, cuya presencia
descollante domina la primera mitad del siglo XX.
El Perú va a ser el último reducto de la resistencia realista. Durante
las luchas de la Independencia, queda dividido en dos zonas: Lima es
el centro emancipador, en tanto que el Cuzco lo será del poder de la
monarquía. Una vez declarada la Independencia, Simón Bolívar funda,
en 1825, las Universidades de Arequipa y de la Libertad, en Trujillo.
Sin embargo, el Iluminismo dio vida al escepticismo y la
arrogancia. Las sorpresas de la ciencia experimental y las exigencias
de la vida mecanizada fueron las causas de un brusco viraje hacia las
llamad8.s ciencias prácticas. El estudio del latín se vuelve superfluo,
en la propia universidad peruana.
En Bolivia, la transición entre la época hispánica y la republicana
está representada por Vicente Pazos Kanki (1799?-1855?), "indio
latinado", que pasó por las aulas de Chuquisaca y participó activamente
en la causa emancipadora.
Tras dieciséis años de guerra, el general Antonio José Sucre entró
en el Altiplano y, según los deseos de Simón Bolívar, acordó la
independencia del Alto Perú. Como homenaje al Libertador, el nuevo
estado se llamó Bolivia.
Una de las preocupaciones mayores de Bolívar fue la educación
de las nuevas naciones independientes. Bolívar había tenido como
maestros al licenciado Miguel José Sanz, crítico de la educación
BAAI., LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN IBEROAMéRICA 109
escolástica; al ilustre Andrés Bello y a un ser singular, Simón
Rodríguez, roussoniano práctico y enemigo radical de toda tiranía.
Una vez lograda la independencia política en Chile, aumenta el
número de colegios y comienzan a llegar viajeros ilustres. Entre todos,
sobresale el venezolano, Andrés Bello (1781-1865), que ocupa un
lugar eminente en la historia de las letras y la cultura
hispanoamericanas, no sólo por su talento, sino por el estilo de su
cultura. Dos elementos predominantes en la estructura intelectual de
Bello son, en filosofia, el humanismo enciclopedista de la Ilustración
y el empirismo inglés; en estética, el clasicismo literario, con su base
en el estudio del latín. Participante activo en el proceso de la
independencia y de la organización republicana, su longevidad le
permitió llegar hasta el advenimiento de la generación romántica.
Después de haber permanecido desterrado casi veinte años en Londres,
donde su amistad con James MilI le había dado ocasión de ordenar los
manuscritos de Bentbam, llegó a Chile, convocado por el Gobierno,
en 1829. Bello no pertenece exclusivamente a Chile, pero sí como
educador. Ensefíó en el Colegio de Santiago, en su casa, a través de
las columnas de El Araucano, donde expuso su concepción de la
enseftanza, y apoyó el aprendizaje de la lengua nativa y del latín,
como piedra fundamental de toda ciencia. Además de su obra poética
-de estilo clasicista y que incluye traducciones de poetas latinos-,
Bello escribió libros con finalidad didáctica, destinados a servir como
textos en colegios y universidades. Sirven como ejemplo sus Principios
de Derecho de las Gentes, Instituciones de Derecho Romano,
Compendio de Historia de la Literatura y la excelente Gramática de
la lengua castellana.
En 1822, el Ecuador, independizado de España, formó parte de la
gran Colombia, durante ocho afios, hasta que se convirtió en estado
independiente. Se sucedieron, entonces, las reformas educativas. ~l
latín y las humanidades continuaban estudiándose en la escuela medIa
y en la universidad. La inestabilidad política se reflejó en la educación.
En los primeros años de vida republicana, se destacaron dos
hombres de formación clásica: José Joaquín de Olmedo (1780-1847) Y
Vicente Rocafuerte (1783-1847). Ambos son difusores de-los textos
clásicos, principalmente latinos.
Entre 1810 y 1830 se prolongan, en Colombia, las luchas por la
independencia y por la consolidación nacional.
110 ANA MARÍA GONZÁLEZ DE TOBlA BAAL. LXIX, 2004
El deterioro de los estudios fue alarmante, hasta 1867, con la
creación de la Universidad de los Estados Unidos de Colombia. En
ella funcionó una escuela de literatura y filosofia en la que se estudiaba
latín durante dos afios. El primero que ocupó esa cátedra fue Miguel
Antonio Caro, que introdujo su propia gramática de la lengua latina
para el uso de los que hablaban castellano, elaborada en colaboración
con Rufino José Cuervo y publicada en 1867. Ambos son los fundadores
de una tradición humanística renovada e ininterrumpida.
Rufino José Cuervo (1844-1911) fue un notable filólogo de
formación clásica. De las epístolas que escribió en latín, se conoce la
enviada a Gustavo Roethe para agradecer su designación como doctor
honoris causa, conferida por la Universidad de Berlín.
Miguel Antonio Caro (1843-1909) ejerce su influencia más
profunda desde la cátedra, la prensa y la tribuna política. Pertenece a
una familia de cultores de los clásicos: su padre es el poeta José
Eusebio Caro; su abuelo materno, el jurisconsulto Miguel Tovar, con
quien aprende latin y a compenetra."Se en el espíritu de Roma; su
preceptor inglés, Thomas Jones Stevens, conoce griego y latín. Caro
publicó traducciones de Virgilio y Horacio, además expresó sus ideas
sobre el arte de traducir los clásicos en sus Obras de Virgilio; Del
metro y la dicción en que debe traducirse la epopeya romana;
Traducciones poéticas y en el Proemio de sus Latinae interpretationes.
Juan Gualberto González es uno de los humanistas espafioles que
se destacan en Guatemala durante el siglo XIX. Tradujo los bucólicos
latinos y la Poética, de Horacio. La traducción de la Epístola a los
Pisones aparece dedicada, en 1822, a los hijos de Joaquín Bernardo
Campuzano, regente de la Audiencia de Puerto Príncipe (Cuba).
A mediados del siglo XIX, encontramos a Juan José Micheo (1847-
1869), joven poeta malogrado a los veintidós afios; babia recibido
educación clásica en un colegio jesuita y dejó traducciones de algunas
odas de Horacio y un canto sáfico a la Virgen de Guadalupe.
José Maria Heredia (1803-1839) es uno de los nombres ilustres
de las letras cubanas en el siglo XIX. Estudió latín en la Universidad
de Santo Tomás (Santo Domingo) y maravilló con sus conocimientos
a Francisco Javier Caro. Aunque su vida agitada le impidió adquirir
una sólida cultura humanistica como la de Andrés Bello, una de sus
obras maestras, En el Teocalli de Cholula, presenta reminiscencias
clásicas.
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN ffiBROAMÉRICA 111
Durante el siglo XIX, se exigían exámenes de latinidad para
acceder al ciclo superior, dentro de la educación cubana. Esto
garantizaba un conocimiento de Cicerón, Salustio, Tito Lívio, Ovidio,
Horacio y Virgilio.
José Marti (1853-1895) es la presencia más importante de este
período y, desde Cuba, irradió su influencia a toda Iberoamérica.
Estudió en Madrid y en Zaragoza. A su regreso de· Europa, vivió en
México, Guatemala, Cuba y New York. Dedicó su obra a un objetivo,
que fue la liberación de Cuba. Su producción periodística logró un
nivel artistico de excepción. Fue un orador deslumbrante, con un
conocimiento profundo de los clásicos espafioles y un manejo del
idioma que logra la elaboración de un estilo particular, nuevo en
Iberoamérica, en el que alternaba con sabiduría los latinismos con las
palabras indias más rústicas.
Marti no tuvo intenciones de iniciar una revolución literaria, pero
su Ismaelillo suele tomarse como punto de partida para el modernismo.
Para 1806, llega a Venezuela la imprenta, pero no será hasta 1808
cuando se publique el primer folleto impreso en el país, titulado La
Guía universal de forasteros. Entre las primeras impresiones, figura
también La Gaceta de Caracas, dirigida por Andrés Bello. Esta nueva
era va a contar con valiosos venezolanos que darán a la cultura,
incipiente todavía, una nueva faz, pese al arrastre de todos los resabios
de la institución conventual.
Las mejores bibliotecas coloniales continuarán estando en los
conventos y es alli donde las frecuentan los hombres de la cultura
venezolana, como Bello, Vargas, González, Alvarado, Rojas, Acosta,
Bolet Peraza y otros.
La Universidad Conciliar de San Buenaventura (hoy Universidad
de Los Andes) fue confirmada por la junta patriótica de 1810 y
reafirmada su existencia con el paso del Libertador Simón Bolívar por
la ciudad de Mérida, en 1813, con motivo de la campafia Admirable.
En esa misma localidad, el obispo Lasso de la Vega funda una Casa
de estudios de latinidad en septiembre de 1816. .
Durante el siglo XIX, se recogen los frutos de la enseñanza clásica
impartida en el país. Aparecen insignes traductore~ '! propugnado~s
de la cultura latina: Juan Vicente González se engrrá como el mas
brillante y destacado latinista de su época, en 1838, por decis.ión ~e la
Dirección General de Instrucción Pública a través de la Umversldad
112 ANA MARÍA GONZÁLEZ DE TOBIA BAAL, LXIX, 2004
Central, será encargado de la redacción de una gramática latina; más
tarde tra9ucirá el Arte Poética, de Horacio (1851) y la Gramática
latina, de Burnouf (1855). Cabe destacar, también, la meritoria labor
de Lisandro Alvarado, quien traducirá De Rerum Natura, de Lucrecio.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX se notará en forma
decreciente el profundo deterioro en la enseñanza de las letras latinas
y el consecuente desinterés por ellas. La Legislación Docente
Universitaria, promulgada en 1879, intentó, sin éxito, revertir la
situación mediante la obligatoriedad del estudio de los idiomas griego
y latín para optar a los grados mayores de cualquiera de las facultades.
Cuando los países de Centroamérica proclamaron su independencia
en 1821, la actividad universitaria tuvo una breve interrupción, en
Nicaragua, y, en 1869, la universidad fue clausurada y confiscados sus
bienes por el Gobierno. Reanudó sus tareas en 1888 bajo la presidencia
de Evaristo Carazo.
El modernismo literario tuvo en el nicaragüense Rubén Darío
(1867-1916) el mayor exponente e inauguró una revolución idiomática
y poética que fue llevando, con su presencia, por toda Iberoamérica y
a Europa. Darío creó composiciones que percibieron el prestigio de
Grecia y de Roma.
Darío, junto con Martí, el cubano Julián del Casal (1863-1893), el
mexicano Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895) y el colombiano José
Asunción Silva (1865-1916) constituyen los exponentes del modernismo
al norte del Ecuador. Darío participa también del segundo modernismo,
cuando se unen a él, en la Argentina, donde fijó su residencia entre
1893 y 1898, Enrique Larreta (1875-1962) y Leopoldo Lugones (1874-
1938); en el Uruguay, José Enrique Rodó (1871-1917) y Julio Herrera y
Reissig (1875-1910); en Bolivia, Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933);
en Chile, Manuel Magallanes Moure (1878-1924) y Carlos Pezoa Velis
(1879-1908); en el Perú, José Santos Chocano (1875-1934) y Guillermo
Valencia (1873-1943);en Venezuela, Manuel Díaz Rodríguez (1868-
1927), Rufmo Blanco Fombona (1874-1944); en México, Luis Gonzaga
Urbina (1868~1934), José Juan Tablada (1871-1945), Enrique González
Martínez (1871-1952) y Amado Nervo (1870-1919).
Todos ellos incluyeron la presencia de los clásicos grecolatinos
en sus obras y el nuevo movimiento alcanzó a todos los países, al
norte y al sur del Ecuador.
Si bien hay datos de que ya en 1782, el obispo Esteban L?r~o
Tristán ofreció dinero para la creación de una cátedra de latimdad,
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRlCA 113
solamente a partir de la década de 1860 cobraron impulso los estudios
clásicos en Costa Rica, cuando llegaron al país los profesores Valeriano
y Juan Fernández Ferraz. El primero de ellos organizó sistemáticamente
los cursos de latín y griego en el nivel secundario, a partir del plan de
estudios de 1869.
En 1843 se creó la Universidad de Santo Tomás, cuyos estudios
incluían latín en el comienzo y más tarde clases de griego. Pero la
enseñanza de ambas lenguas decayó con el cierre de la universidad y
la supresión del estudio universitario, a raíz de la reforma educacional
propiciada por Mauro Femández en 1887, con criterio positivista.
En la primera mitad del siglo XIX, sobresalió, en Honduras, el
presbítero José Trinidad Reyes, por su dedicación a las letras. A fmes
del siglo XIX, Honduras trató de modernizarse mediante la reforma
liberal.
En El Salvador, el conocimiento de la cultura clásica,
eminentemente latina, estaba reservado a los aspirantes al sacerdocio
y debían desplazarse hasta la Universidad de Guatemala, para estudiarlo.
Esta situación se sostuvo durante el siglo XIX.
Los salesianos que llegaron en 1897 a Santa Tecla iniciaron la
enseñanza del latín, pero continuó siendo reservada a la formación de
sus sacerdotes.
En 1841, el Colegio del Itsmo o de Panamá fue erigido en
universidad, y en 1852, reducido a simple seminario.
Desde fines del siglo XVIII, se fue gestando en Buenos Aires un
proceso de introducción de ideas iluministas extranjeras, que se fusionan
con las que vienen de España, donde también se hace sentir la influencia
francesa.
En Buenos Aires, los "hombres de mayo", así se denomi.na este
movimiento, se dedican a cuestiones políticas. La Independencia es su
preocupación y no interesa en igual medida la enseñanza superior.
En 1821, con el ministerio primero y la presidencia después de
Bemardino Rivadavia, se produce un breve florecimiento cultura~. El
12 de agosto de 1821, se inaugura la Universidad de Buenos Aires,
dos siglos después que la de Córdoba. . . ..
Independientemente de las instituciones, existe ~adlclón f~I!lar.
Los padres transmiten a sus hijos conocimientos de latín. Los penódicos
siguen ostentando citas en latín y publicaciones de los poetas.
La literatura mantiene sus características neoclásicas, pero los
temas son otros. Los poetas cantan acontecimientos del momento. El
114 ANA MARiA GONZÁLEZ DE TOBIA BAAL, LXIX, 2004
género fundamental es la lírica. Se nota en las producciones la influencia
de los romanos Virgilio, Horacio y Ovidio. Vicente López y Planes
escribe el Himno Nacional argentino, a pedido de la Asamblea
Constituyente. En él, "Marte anima los rostros de los campeones" y
"el clarín de la fama resuena en los polos".
Juan Cruz Varela produce un poema de neta influencia clásica
heroica: el canto a la Ba/aUa de Maipú y La Profecía de la grandeza
de Buenos Aires, de corte clásico pacifista. Así también sus dos
tragedias en verso: Dido (1823) y Argia (1824). Dido se inspira en el
canto VI de la Eneida. Juan Cruz Varela traduce, además, Odas de
Horacio, durante su exilio en Montevideo y, en sus últimos años, se
dedica a trasladar la Eneida al español, pero muere antes de que pueda
terminar su tarea.
A medida que avanza el siglo XIX, en Buenos Aires, se suceden
movimientos políticos y literarios que pasan por el Romanticismo y el
eclecticismo, hasta que la organización nacional requiere de bases
sólidas, como el Código Civil de Dalmacio Vélez Sársfield, promulgado
en 1869 y considerado el más romanista de los códigos modernos.
Luego llega el positivismo. De todas maneras, el intento de organización
nacional imprime su sello a la presencia clásica. Bartolomé Mitre
publica, en 1895, su traducción de cincuenta y dos odas y del Canto
secular. Las ochenta y ocho restantes aparecen en 1896, y todas
reunidas son editadas en 1900 como Horacianas.
Leopoldo Lugones trajo a la poesía de Iberoamérica aportes no
menos valiosos que los de Darío y fue, como él, un extraordinario
gimnasta verbal. Se celebraba el centenario de la Revolución de Mayo,
que inició la Independencia, y Lugones quiso rendir su homenaje a la
Argentina. Escribió las Odas Seculares, donde se inclinó a las
tradiciones clásicas, a través de la atracción que ejercieron sobre él
Virgilio y Andrés Bello.
Con la revolución de 1811, el Paraguay inicia la época de nación
autónoma. Sin embargo, las secuelas de los conflictos bélicos en los
que intervino, volvieron a sumir al país en el aislamiento, en relación
con las otras naciones iberoamericanas.
En los últimos años del siglo XIX, el Paraguay comenzó a contratar
educadores argentinos y a producir un reflujo educativo, con el regreso
de sus estudiantes, que viajaban a la Escuela Normal de Profesores de
Paraná (Argentina) para su formación.
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRICA 115
Asunción tuvo estudios superiores no universitarios hasta que, en
1889, se funda la Universidad Nacional de Asunción. El arraigo de la
lengua guaraní hizo que conviviera con el latin, desde las actividades
de la Compaf!.ia de Jesús.
En el Uruguay, Larrañaga inicia el proceso fundacional de la
Universidad de Montevideo, que se concretará en 1849 y que propicia
la enseñanza dellatin. El Colegio Oriental de Humanidades, el Instituto
de Instrucción Pública y el Gimnasio Nacional son las bases de la
Universidad Mayor de la República, inaugurada defmitivamente, en
1849, e inspirada en la universidad napoleónica, modelo también, de
la de Buenos Aires.
En 1885 se asienta en la universidad el positivismo reformista, no
obstante, José Enrique Rodó (1871-1917), con su Ariel, y Carlos Vaz
Ferreira (1872-1956) oponen una tradición humanista grecolatina a la
supremacía de la cultura positivista anglosajona representada por los
Estados Unidos de Norteamérica.
En el cono sur, a la influencia de Bello se sumaron la del argentino
Domingo Faustino Sarmiento y la del chileno José Victorino Lastarria.
Bello y Sarmiento sustentaron posiciones antagónicas, pero cada uno
en su ámbito -Bello en la universidad, Sarmiento en la escuela
primaria- contribuyó a sentar las bases de la docencia. A Lastarria le
cupo aglutinar las ideas liberales dispersas.
La llegada de la familia real portuguesa al Brasil, en 1808, con
motivo de la invasión napoleónica, inicia un periodo de grandes
progresos. El Gobierno del rey Juan VI favorece las actividades
científicas y literarias. En 1821, debe regresar a Portugal y deja a su
hijo Pedro como regente del Brasil. Creció la idea de independencia
ante el enfrentamiento entre la corte portuguesa metropolitana y las
autonomías locales de las provincias brasilefías. Fue líder del
movimi.ento de independencia José Bonifacio de Andrada e Silva (1763-
1838), poeta y naturalista, traductor de Virgilio, profesor en la
Universidad de Coimbra y considerado el más grande de todos los
estadistas que ha producido la América portuguesa.
Lograda la Independencia, el centro de interés de la' ensefíanza
superior se pone en el Derecho. En 1826, se crearon dos cursos
jurídicos, uno en Olinda y otro en Sao Paulo. Estos cursos form~an,
no sólo para el ejercicio de la profesión, sino también para la polítIca,
116 ANA MARÍA GONZÁLEZ DE roBlA BAAL. LXIX. 2004
el periodi~mo, las letras, el magisterio, las funciones públicas.
Proporcionaban un saber universal, humanístico, filosófico. Fueron
los troncos de donde se ramificarían todas las demás escuelas y
facultades creadas en el país.
Desde fines del siglo XVIII, se proyectan en el Brasil las ideas de
la filosofia francesa de la época de la restauración. El eclecticismo fue
útil a los intelectuales y hombres políticos del Imperio, que procuraban
asegurar la estabilidad, proporcionándoles una plataforma
aparentemente segura y que podía cambiar, según las circunstancias.
Pedro II fue declarado mayor de edad e instalado en el trono del
Brasil, en 1840; protegió las letras, las ciencias y las artes. Entusiasta
de Tucídides, se interesó por las obras históricas. Le atraía,
especialmente, el estudio de las lenguas. Podía traducir a primera vista
latín o inglés, idiomas que hablaba con fluidez, y griego y alemán,
que, sin embargo, hablaba mal.
Una curiosa costumbre brasilefl.a muestra la vigencia que tenía, en
la época, la antigüedad grecorromana. Los brasilefl.os suelen expresar
sus inclinaciones políticas e ideológicas en los nombres que ponen a
sus hijos: durante el reinado de don Pedro 11, los nombres se tomaron
de la literatura griega y de la historia romana.
Las humanidades, desde la Independencia, eran el medio de
preparación y acceso a las Facultades de Derecho y Medicina. Una
veta importante de la influencia positivista será el interés por los
estudios sociológicos que alcanzarán gran desarrollo en el siglo
siguiente.
La arquitectura, durante el siglo XIX, en Iberoamérica, estuvo al
servicio de las realidades políticas. La Independencia, inspirada,
esencialmente, en los modelos franceses, se manifestó en los edificios
públicos que albergaron a las nuevas autoridades. La presencia
grecolatina llegó a Iberoamérica, a través del neoclacisismo francés,
tanto en la arquitectura como en las estatuas alegóricas que adornaron
sus ciudades. La escultura fue la expresión artística más difundida en
este período, porque ofrecía la mejor posibilidad para representar el
símbolo y la metáfora. La influencia plástica de la mitología
grecorromana, de interpretación unívoca, estuvo al servicio de una
estatuaria inaugural del sentimiento independiente iberoamericano y
convivió, en algunos sitios, con la simbología autóctona.
BAAL, LXIX, 2004 TRADICIÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRICA 117
3. Siglo XX en adelante
La influencia de la antigüedad clásica en Iberoamérica, durante el
siglo XX, presenta caracteristicas diferentes a las notadas en los
períodos anteriores,
Se trata de ''un retomo a Grecia", prefigurado en el siglo XIX,
que desplaza, hasta cierto punto, el predominio anterior de la latinidad.
Se destacan dos aspectos fundamentales de la presencia de lo
clásico en Iberoamérica: uno, el vehículo cultural que significaron los
exiliados españoles y los filólogos germánicos, que llegaron a
Iberoamérica, y cuya influencia se concentró, principalmente, en las
universidades. Otro aspecto destacable fue la influencia de grandes
humanistas, que influyeron en la cultura iberoamericana, desplazándose
por diversos países, y, en todos los casos, inauguraron la búsqueda de
una noción de patria, con identidad propia, a partir de modelos
grecorromanos.
Fue muy importante el aporte humanístico de los republicanos
españoles exiliados en México, en el siglo XX: Agustin Millares CarIo,
José Gaos, Juan David García Bacca, José M. Gallegos Rocafull, Pedro
Urbano González de la Calle. La Casa de España en México fue la
antecesora del Colegio de México, cuya colección de textos clásicos
de filosofia constituye un esfuerzo meritorio. ,
Las figuras de A. Millares Carlo en Maracaibo, de Angel
Rosenblat, en Caracas; y más recientemente, de M. Marcovich, M.
Marciales y G. Thíele, en Mérida, marcan una sólida formación clásica
en Venezuela. Rodolfo Oroz, en Chile, es una prueba de que la llegada
a ese país de los filólogos alemanes Hansen y Lenz, no fue en vano.
La Gramática latina, publicada en Santiago, en 1932, constituye uno
de los grandes testimonios de esto.
En la República Argentina, E. Schlesinger en las universidades de
Tucumán, La Plata y Buenos Aires, y G. Thiele, en las del sur, Rosario,
Buenos Aires y La Plata; C. Disandro en la Argentina y también en
Chile, y la presencia del latinista Tulio Halperín Donghi y de Rodolfo
Mondolfo, en Buenos Aires, impulsaron el aprendizaje de la filología
y del pensamiento clásico. Entre los continuadores, Aída Barbagelata,
a mediados del siglo, emprendía una dilatada carrera en la enseñanza
del latín en Buenos Aires y Atilio Gamerro y Carmen Verde Castro,
del griego, en la Universidad de La Plata. En Montevideo, creaba una
118 . ANA MARÍA GONZÁLEZ DE TOBlA BAAL. LXIX, 2004
escuela de latinistas Vicente Cicalese; en el Brasil, Ernesto de Faria
fue promotor y organizador de los estudios clásicos brasileños, bajo la
influencia de Carcopino, Marouzeau, Perret, Piganiol y Durry.
En México, un grupo formado en el positivismo, que se sintió
limitado dentro de la filosofia que se le había inculcado, buscó nuevos
horizontes, fuera de la circunstancia cultural en que se encontraba. Fue
el de la generación llamada del "Ateneo de la Juventud o del Centenario":
Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, Antonio Caso, José Vasconcelos.
Significaron una vuelta a las humanidades, sobre todo a Grecia, por
influencia alemana. La cultura, para los jóvenes del Ateneo, se originaba
y nutría en el estudio del mundo clásico de la antigüedad, de su literatura
y de su filosofia, principalmente, y por ellos en especial, de Grecia,
modelo filosófico y artístico por excelencia. En cuanto al mundo romano,
no tuvo para ellos particular atractivo, por el hecho de que se le reconocía,
sobre todo, el genio jurídico y político, en un sentido antidemocrático,
negativo respecto del ejercicio del poder.
En 1910, en México, se reabre la universidad. Se trata de una
nueva universidad, para una nueva realidad. La generación del Ateneo
se organizó, consecuentemente, como un centro de difusión cultural,
llamado Universidad Popular de México. José Vasconcelos (1881-
1959), como titular de la Secretaría de Educación Pública, fue quien
mayor influencia directa tuvo por su proyecto de política cultural. Con
el propósito de difundir la cultura clásica, junto con los rasgos
fundamentales del pensamiento moderno, organizó una colección de
grandes autores clásicos y modernos, que se distribuyeron gratuitamente
por toda la república.
En 1931, se conmemora el segundo milenario del nacimiento de
Virgilio, y Alfonso Reyes es quien encabeza el homenaje con su famoso
Discurso por Virgilio, en el que afirma que la lectura de Virgilio
parece latir entre las más vivaces inquietudes de México y es fermento
para la noción de patria y, a la vez que modela su ancho contorno, lo
llena con el contenido de las ciudades y de los campos, la guerra y la
agricultura, las dulzuras de la vida privada y los generosos entusiasmos
de la plaza pública, dando así una fuerte arquitectura interior al que se
ha educado en esta poesía.
En 1944, la universidad inicia la edición de los clásicos griegos y
latinos en sus lenguas originales con la traducción castellana, a través
de la Bibliotheca scriptorum Graecorum el Romanorum Mexicana.
BAAL, LXIX. 2004 TRADICiÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRlCA 119
La obra de Alfonso Reyes (1889-1959), rica en los temas de la
cultura clásica, revela que su notable pasión por el saber no desatendió
las cuestiones de fondo de su país ni de la cultura latinoamericana en
general. Reyes fue crítico literario y poeta. Le atrajeron las tragedias
griegas, influenciado, al comienzo, por las tesis de Nietzche y Gilbert
Murray. Durante su estancia en Espafl.a, adquiere el método de
investigación filológica, junto a Menéndez Pidal, y se interesa por los
últimos descubrimientos arqueológicos y por todas las expresiones
culturales europeas que involucren un testimonio clásico. En 1924
presenta La Ifigenia cruel, como apropiación poética de sU admiración
por la tragedia griega.
Durante su labor diplomática en la Argentina y en el Brasil, cumple
una función humanista integradora, al servicio del Gobierno de México,
que redunda en una difusión cabal del pensamiento clásico. Su
producción en esa época es Discurso por Virgilio (1930), Atenea
política (1932) y Apéndice sobre Virgilio y América (1937).
De regreso a México, Reyes produce sus estudios dedicados a las
humanidades clásicas, La crítica en la edad ateniense y La antigua
retórica. La Paideia, de Wemer Jaeger, fue el sustento para Junta de
Sombras, una historia del espíritu griego, que, desde América, Reyes
producía, contemporánea y con la misma influencia jaegeriana que
Historia del Espíritu griego, de Wilhelm Nestle.
Alfonso Reyes ocupa los últimos diez afios de su vida en el estudio
de la Grecia antigua. Vuelve a la ¡liada como libro de cabecera;
traduce los nueve primeros cantos y publica los 30 sonetos de Homero
en Cuernavaca. Le interesan, fundamentalmente, la vinculación entre
la religión y el mito griegos.
La tarea de divulgación de la antigüedad que desarrolló Alfonso
Reyes en Iberoamérica estuvo guiada, en todos sus aspectos, por su
intento humanista de proporcionar a México una cultura propia,
indePendiente y sefl.era, a partir de los más firmes paradigmas de la
antigüedad. Su realización superó ampliamente este objetivo primero,
ya que toda Iberoamérica recibió su ensefl.anza y se alimentó de sus
ideas.
Nacido en Santo Domingo, Pedro Henríquez Urefl.a (1884-1946)
se constituyó en el constante par cultural de Alf~nso Rey~s, ya que
ambas son las figuras descollantes de la primera mitad del Siglo XX.
120 ANA MARÍA GONZÁLEZ DE TOBIA BAAL, LXIX, 2004
Henríquez Ureña era humanista en el sentido primigenio del
vocablo, por su amor a las letras clásicas y su interés por el estudio
científico de su lengua materna.
El autor de la tragedia El nacimiento de Dionisos, publicada en
New York, en 1916, en los numerosos trabajos de investigación erudita
hace aflorar a cada paso la cultura clásica, como en el caso en que
justifica a los escritores europeizantes frente a los defensores de la
genuina expresión americana, poniendo como ejemplo a Roma, que
asimiló sin resquemores la cultura helénica, sacrificando sin queja,
cualquier tradición nativa.
La obra de Henríquez Ureña es medulosa en la investigación
filológica, en la historia literaria, en la disquisición y en la síntesis de
cuestiones generales, en antologías y bibliografias. Su prosa es magistral
en su economía, precisión y arquitectura. Se formó en todas las
literaturas, en todas las filosofias y, en su curiosidad por lo humano,
no descuidó ni siquiera las ciencias. Donde viviera, allí creó ambientes,
familias intelectuales, discípulos. Tenía preferencias racionalistas,
clásicas, al servicio de la formación de un pensamiento claro y
constructivo.
En la segunda mitad del siglo XX, los autores más representativos
del denominado "boom de la narrativa iberoamericana": Cortázar,
Sabato, Fuentes, Vargas Llosa y García Márquez, así como Borges,
Marechal, Lezama Lima, y otros, produjeron un "retorno a Grecia" en
sus obras y, a partir del tratamiento literario a que sometieron los
mitos clásicos, elaboraron una "nueva épica", que inscribe al hombre
iberoamericano en una reflexión cultural original, con identidad propia,
a partir de los modelos de la antigüedad clásica, tamizados, en algunos
casos, por el cristianismo importado de Europa y complementado por
las mitologías netamente americanas.
En este momento de la historia de la humanidad, el mito sostiene
la cultura y la recuperación mítica del ser humano se está produciendo
en Iberoamérica mediante una atmósfera cultural revitalizada. La
"remitificación", a partir de los clásicos, tiende a devolver al hombre
su medida y al mundo su sentido.
La continuidad de América Latina con el mundo europeo clásico,
medieval y moderno, y, a la vez, su pertenencia ~ultural cuando no
racial- al tronco indígena y a otros aportes culturales fundamentalmente
míticos, como lo son los que provienen de pueblos africanos o asiáticos,
BAAL, LXIX, 2004 TRADICiÓN CLÁSICA EN IBEROAMÉRlCA 121
y aun la inmigración europea, de extracción popular y vocación religiosa
indudable, pennite la reconciliación mitico-reflexiva que empieza a
vislumbrarse como nueva instancia del conocimiento.
En el fresco pintado por el artista mexicano José Clemente Orozco,
que se puede admirar en Pomona College, California, la figura de
Prometeo simboliza la visión trágica de la humanidad, originada en la
Antigüedad clásica.
Desde otro gran mural de Orozco, que se encuentra en la Biblioteca
Baker, en Darmouth College, New Hampshire, el mito de Quetzalcóatl,
la serpiente emplumada, complementa al mito mediterráneo de
Prometeo.
Pero en una tercera y no menos magnífica obra de arte, la cúpula
del Hospicio Cabañas, en Guadalajara, México, Orozco resuelve ambas
figuras, el héroe mediterráneo y el indoamericano, Promete o y
Quetzalcóatl, en una sola imagen universal: el hombre, destinado para
siempre a perecer en las llamas de su propia creación y a renacer de
ella.
En Orozco, los dos mundos, el viejo y el nuevo, el europeo y el
americano, se funden en el calor de la llama, en la agitación del
océano y en la soledad aérea y transparente de la montaña. Los
elementos humanizan. El arte de Orozco reitera la convicción de que
pocas culturas del mundo poseen la continuidad de la cultura
iberoamericana.
Iberoamérica misma constituye el mito de la utopía descubierta
por Europa y retiene en su esencia vital el sentimiento utópico por la
búsqueda constante de la unidad en la pluralidad.
En ese encuentro de nuestra "patria modesta" con la patria fugitiva
de España, reconocemos el encuentro de las renovaciones americanas
con las comunidades europeas. Es el instante autoral en el que los
pueblos latinoamericanos vertebraron por fin a su España inteligente y
dejaron de ser los bastardos de la España conquistadora. Ambos,
europeos y americanos, nos impusimos una obligación común: ni unos
ni otros éramos ya dueños, nosotros, de nuestra identidad utópica, los
europeos, de su identidad civilizadora.
La historia de los pueblos iberoamericanos procede por rupturas.
Cada nuevo proyecto histórico no sólo reemplaza al anterior: 10 aniqu.ila,
10 niega y asi se obliga a partir, cada vez, desde cero. La Con~Ulsta
pretendió negar totalmente el mundo indígena; la IndependenCia, al
122 ANA MAIÚA GONZÁLEZ DE TOBIA BAAL, LXIX, 2004
mundo colonial; la Revolución, al positivismo decimonónico.
Proclamando su orfandad, cada proyecto histórico queda abierto, de
buena o de mala gana, a la secreta contaminación de las tradiciones
negadas.
Cuando el futuro es suprimido, el origen ocupa su lugar. El ser
humano, instalado de nuevo en sus orígenes, invariablemente adquirirá
una imaginación de realidades opuestas y alternativas que 10 conducirán,
a su vez, a una certeza clandestina, acaso revestida de mito, de que
hubo una unidad original, es decir, una historia anterior a la separación.
La presencia clásica grecolatina en la historia cultural de
Iberoamérica resulta imprescindible para iniciar una segunda búsqueda
de la identidad, de la apariencia, una búsqueda nuevamente tendida
entre la necesidad y la libertad.
Ana María González de Tobia
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tema, se ofrece sobre ella una breve selección).
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DOS VERSIONES FICCIONALES DE EPISODIOS
DE LA EXPEDICIÓN DE DON PEDRO DE MENDOZA
AL RÍo DE LA PLATA
La reconstrucción ficcional del pasado, elaborada según los rasgos
identificatorios del discurso estético, puede obedecer a diversos
propósitos, aunque por lo general, responde a tres fundamentales: uno,
la exaltación de un pasado glorioso; otro, la revisión del pasado para
cuestionar versiones historiográficas consagradas que se consideran
acondicionadas a intereses sectoriales; otro, el análisis reflexivo del
pasado con la intención de profundizar en las causas de los male~ y
los conflictos a fin de no repetir los errores. En este caso, la
reconstrucción responde en cierta medida al famoso enunciado de
Cicerón, en el sintagma que señala Historia magistra vitae. Todo esto,
claro está, como sustrato de la recreación estética de los hechos. Los
dos textos narrativos que enfocamos en este estudio privilegian el
último de los propósitos que hemos señalado.
La ficcionalización literaria de las alternativas de la expedición
de don Pedro de Mendoza al Río de la Plata no es un tema nuevo en la
literatura argentina. Roberto J. payró lo desarrolló en El Mar Dulce.
Crónica novelesca del descubrimiento del Río de la Plata l , siguiendo
el canon decimonónico; Enrique Larreta, evidentemente enamorado
del asunto, escribió dos versiones, una dramática, Santa María del
Buen Aire2 y una narrativa, Las dos fundaciones de Buenos Aire;, en
IPAYRÓ, ROBERTO J. El Mar Dulce. Crónica novelesca del descubrimiento del
Río de la Plata. Edición consultada: 8.' ed. Buenos Aires: Losada, 1974.
'LARRETA, ENRIQUE. Santa María del Buen Aire. Buenos Aires: Espasa-Calpe,
1941. Col. Austral (publicada en el mismo volumen en que se publicó Tiempos
Iluminados). La primera edición se publicó en 1935, en M~rid. .. .
3Los Dos Fundaciones de Buenos Aires. Buenos Aires: EdiCión VIBU y Zona,
1933. Otra edición lleva estudio preliminar de Enrique de Gandía. Buenos Aires:
Anaconda, 1936.
126 MARÍA DEL CARMEN TACCONI DE GÓMEZ BAAL, LXIX, 2004
el estilo de elaborado discurso que le fue propio. Teniendo en cuenta
estos ante~edentes, pasamos a abordar los dos textos que nos interesa
contrastar en esta oportunidad; el cuento es argentino y la novela,
paraguaya; ambas obras recrean un origen común que resulta
profundamente fecundo recordar.
l. De la crónica de Schmidl al cuento "El hambre", de Mujica
Lainez
"El hambre", el primer cuento de Misteriosa Buenos Aires (1950t,
de Manuel Mujica Lainez, despliega en forma de trama ficcional, con
consistencia estética, el capítulo noveno de la crónica de Ulrico
Schmidls. Los núcleos semánticos fundamentales de la trama están
referidos por el cronista: el hambre extrema, el ajusticiamiento de tres
españoles que comieron un caballo robado, la antropofagia de los
habitantes del real de Santa María del Buen Ayre, ejercida sobre los
cadáveres de los ajusticiados, el hermano que se come parte del cadáver
de su propio hermano muerto.
Este esquema narrativo es la base a partir de la cual Mujica Lainez
construye su relato, con la creación de identidades y perfiles de los
personajes de la acción, con la configuración concisa pero eficaz de
un contexto espacio-temporal y con la elaboración estética de la materia
lingüística.
De las explicaciones posibles de la situación, Mujica Lainez ha
privilegiado la causalidad mítica, fuertemente destacada por los
cronistas: no sólo Schmidl sino también Ruy Díaz de Guzmán, que
registra estos episodios con mayor donaire que el expedicionario
tedesco. El autor de La Argentina dice así: "De cuya muerte (de
Osorio) sobrevinieron, por castigo de Dios, grandes guerras, muchas
desgracias y muertes, como adelante se dirá'o(i.
4MUJICA LAINEZ, MANUEL. Obras Completas. Tomo III. Buenos Aires:
Sudamericana, 1980, pp. 303-311.
sDerrotero y Viaje a España y las Indias. Traducido del alemán, según el manuscrito
original de Stuttgart y comentado por Edmundo Wemicke. Prólogo de Josué Gollan.
Santa Fe: Instituto Social, Universidad Nacional del Litoral, 1938, pp. 48-50.
6DiAz DE GUZMÁN, Ruv. La Argentina. Buenos Aires: Emecé Editores, 1998
(Colección "Memoria Argentina"). Texto tomado de Historia Argentina del
BAAL, LXIX, 2004 EPISODIOS DE LA EXPEDICIÓN DE DON PEDRO DE MENDOZA... 127
La causalidad mítica vincula el mal de la culpa, es decir, el mal
activamente cometido, el pecado, con el mal de pena, o sea el castigo,
que es consecuencia directa aunque no inmediata del pecado. Esta
explicación del origen de los sufrimientos humanos impregna el
discurso de los cronistas, y es reflejo del espíritu religioso vigente aún
en la cultura de los siglos en que esos testimonios se escribieron. La
estructura semántica profunda de "El hambre" se organiza a partir de
la isotopía hegemónica del mal, en la que se discriminan como
constituyentes el tema del mal de culpa -los crímenes cometidos por
todos los expedicionarios y en particular los jefes- y el tema del mal
de pena, el castigo que todos sufren, porque el pecado es contaminante
del mundo social. Don Pedro de Mendoza había cometido grandes
pecados en su trayectoria vital; el primero, una falta sacrílega, la
intervención en el saqueo de Roma, que incluyó el atropello de templos
y personas consagradas. A esto se añade que muchos de los
expedicionarios que acompañaban al Adelantado en el Río de la Plata
habían participado en aquel saqueo.
El emisor omnisciente no representado de "El hambre" incluye en
el relato las culpas mayores del Adelantado a través de voces espectrales
que lo acosaban en los momentos críticos del padecimiento colectivo:
Hasta allí se hubiera deslizado la voz espectral de Osorio, el que hizo
asesinar en la playa del Janeiro y la de su hermano don Diego, ultimado
por los querandies el día de Corpus Christi, y las otras voces, más
distantes, de las que condujo al saqueo de Roma, cuando el Papa tuvo
que refugiarse con los cardenales en el castillo de Sant Angelo (pp.
304-305).
Además de los citados, los hombres del Adelanta~o comparten
con él el asesinato a traición de don Juan de Osono, caballero
especialmente apreciado por sus dotes personales y humanitarias. Ulrico
Schmidl ofrece una apretada síntesis del proceso que llevó a Juan de
Osorio a la muerte, por calumnias e intrigas de los envidiosos7• Ruy
Descubrimiento. Población y Conquista de las Provincias del Rlo de IQP~ata, e~rita
por Ruy Dlaz de Guzmán en el afio 1612. Primera edición ilustrada con'dlsertaclOnes
y UD Indíce histórico y geográfico para la más fácil inteligencia del texto. ~uenos
Aires: Imprenta del Estado, 1835. Se trata de la edición de Pedro de Ángehs que
incluye los para textos aqul mencionados.
7ScHMIDL, UllUCO. Derrotero y Viaje ... Capitulo V. pp. 40-42.
128 MARÍA DEL CARMEN TACCONI DE GÓMEZ BAAL. LXIX. 2004
Díaz de Guzmán ofrece una versión de mayor prestancia dramática de
este mismo crimen en su crónica. En el relato de Mujica Lainez, se
registran huellas de estas infamias en el fluir de los recuerdos de
Baitos: "Le asesinaron los señores por temor y por envidia". La
ambición de poder y el temor de perderlo, cuando se 10 ha conquistado,
generan la ceguera que lleva a la ruina, es decir, ponen en marcha el
mecanismo cósmico de la causalidad mítica.
Importa señalar en el análisis de las relaciones entre el discurso
de los cronistas y el discurso ficcional de Mujica Lainez que en la
construcción de la trama de "El hambre", nuestro autor omitió acciones
históricas muy significativas e inmediatamente anteriores al sitio del
real de Santa María del Buen Ayre. Estos hechos históricos son los
sanguinarios ataques de los españoles comandados por don Pedro de
Mendoza. Estos ataques constituyen las causas históricas que
desencadenaron incuestionablemente el ataque de los indios8 •
Los motivos de la omisión de estos hechos en la trama pueden
inferirse con relativa facilidad: incorporar estas traiciones a la diégesis
hubiera implicado recargarla de incidentes, 10 cual hubiera contradicho
la economía esencial del género cuento, por una parte; por otra, hubiera
provocado una fisura importante en la vertiente semántica que atañe a
la explicación de los hechos mediante la causalidad mítica, reflejo de
la mentalidad de raíz arcaizante -puesto que su cosmovisión se nutre
de representaciones mítico-simbólicas- que impone el sabor de 10
pasado al mundo ficticio; por otra parte, fmalmente, hubiera restado
brillo a la figura de Juan de Osorio, no sólo por el hecho de la
acumulación de personajes, impropia del género cuento, sino también
porque hubiera reducido la importancia de la función semántica que
cumple la figura de Osorio en el mundo representado, función relevante,
porque está concebida como una antítesis perfecta de los vicios, de las
traiciones y las miserias de don Pedro de Mendoza. Corresponde
señalar, al respecto, que el Adelantado no es el protagonista de la
diégesis, sino una figura simbólica del poder, y se presenta como una
de las caras de la España imperial (un jefe soberbio y valiente, pero
perverso, ambicioso y sin escrúpulos); la otra cara es Juan Osorio,
leal, solidario y asimismo valiente. La presencia de ambos rostros del
8DiAz DE GUZMÁN, Ruy. La Argentina. Capitulo XI, pp. 78-81.
BAAI., LXIX, 2004 EPISODIOS DE LA EXPEDICIÓN DE DON PEDRO DE MENDOZA... 129
avance imperial en estas tierras, en esta versión ficcional, pone de
manifiesto que Mujica Lainez no adhiere a las versiones historiográficas
que se conocen como "la leyenda negra"; sin embargo, no desconoce
los atropellos ni las miserias presentes en la conquista.
La superficie textual de "El hambre" se estructura en cuatro
unidades semántico-discursivas, discriminadas por blanqueos
tipográficos. La voz emisora corresponde a un narrador omnisciente
no representado que adopta diferentes puntos de vista a medida que
avanza el relato.
La primera secuencia semántico-discursiva está destinada a la
contextualización de la acción y a la presentación de los personajes y
del conflicto. Las referencias descriptivas son escuetas y contundentes:
"la empalizada desigual que corona la meseta frente al rio"; "las casucas
de barro y paja"; "el paisaje desnudo"; "la playa de toscas"; "las
estacas defensoras". Tres elementos agravan la hostilidad de este medio
que el emisor caracteriza en síntesis como " esta tierra maldita": uno
es la oscuridad, protectora del enemigo; otro, el frío, que se cuela por
todas partes: ''un soplo de aire helado" se menciona al comienzo del
texto y se repite al fmal; el tercero, el olor fétido de los cadáveres
corrompidos, referido casi en el cierre de esta primera secuencia.
En este contexto dos grupos de personajes que se presentan en
activa y agresiva antítesis: los españoles y los indios.
La figura de don Pedro de Mendoza que Mujica Lainez construye
en la ficción está muy lejos de la representación heroica del imaginario
escolar; parece lícito inferir, en cambio, que esta imagen ficcional se
encuentra más cerca de la realidad histórica que la consagrada, si
pensamos en la conciencia del fracaso personal, en la enfennedad
tenninal que padecía, puesto que murió en el mar, de regreso a España,
muy poco después', y en el contexto de desaliento e irritación
generalizados por la responsabilidad directa que el Adelantado tenía
respecto a los sufrimientos colectivos, ya que los indujo a venir.
'Don Pedro de Mendoza murió el 23 de junio de 1537 en las Islas Terceras, y su
cadáver fue arrojado al mar al dla siguiente, festividad de San Juan Bautista. Cfr.
SANZ, CARLOS. "Relación histórico-bibliográfica de la Conquista del Rfo. ~e .Ia ~Iata y
fundación de Buenos Aires por el Adelantado don Pedro de MendoZ&, hIJO insIgne ~e
Guadix", apéndice segundo de la Historia del Obispado de Guadlx y Baza. Madrid,
1948, p. 43.
130 MARÍA DEL CARMEN TACCONl DE OÓMEZ BAAL, LXIX, 2004
La voz narradora presenta a don Pedro de Mendoza gimiendo y
lamentándo~e o, por los delirios de la fiebre, ''blandiendo la espada
como un demente". Sin embargo, en la mente del don Pedro de
Mendoza ficcional, aun en las peores circunstancias no parece haber
margen para la renuncia a los proyectos ambiciosos que lo empujaron
hasta las playas rioplatenses: espera a Ayolas, con sus auxilios para
partir "hacia la comarca del metal y de las perlas"; esta perífrasis
expresa la representación mítica más fuerte del proyecto imperial
español: aquella que se sintetiza con el nombre de "El Dorado" y que
ha dado lugar a tanta ficción de fuente histórica; la más famosa, quizá,
El camino de El Dorado (1947), de Arturo Uslar-Pietri.
La voz emisora enfoca con atención y registra cuidadosamente
matices en esta primera secuencia del relato en cuanto a sensaciones
visuales, auditivas, olfativas e internas (el frío, ya señalado). Las
sensaciones visuales, en primer término, se polarizan en la percepción
de la oscuridad y de la luz, ya sea de las hogueras de ambos bandos,
ya sea de la trayectoria de las flechas incendiarias. La descripción de
las sensaciones visuales de la luz da lugar a la creación metafórica;
valga como ejemplo el encadenamiento metafórico que se estructura
en dos bloques, cada uno regido por una imagen central-una, "lluvia",
otra, "cometa"-: "Y enseguida recomienza la lluvia de flechas
incendiarias, cuyos cometas iluminan el paisaje desnudo".
El registro de las sensaciones auditivas atiende de manera
privilegiada la voz humana en todos sus tonos, matices y significados:
"quejidos", "gemidos", "queja", "gritos", "alaridos", "rugido" (grito
que implica, en este caso, un descenso del personaje en la escala
biológica); a estos se agregan los sonidos de la naturaleza y del combate
y los ruidos producidos por los derrumbes del incendio. La
representación mimética de los hechos de la ficción alcanza, en estos
segmentos, un· alto nivel de excelencia estética. El registro de las
sensaciones olfativas completa el cuadro de sufrimientos con la atención
a lo repugnante: " ... nunca hubiera logrado eludir el olor de la carne
corrupta, cayo olor invade el aposento y es más fuerte que el de las
medicinas" .
La atmósfera que se va generando en el mundo representado con
la acumulación de imágenes y representaciones diversas, produce la
sensación de agobio de 10 insoportable, la impresión de situación límite.
BAAL, LXIX, 2004 EPISODIOS DE LA EXPEDiCIÓN DE DON PEDRO DE MENDOZA... 131
La segunda secuencia discursiva marca un abrupto cambio de
punto de vista y dirige la acción narrada hacia carriles distintos de los
expuestos previamente y, además, inesperados. La visión exterior de
un real en crisis por el asedio indígena deja paso a la fluencia del
pensamiento de un personaje de última línea en la escala de las
jerarquías sociales; en este aspecto, Mujica Lainez se adelanta en un
rasgo de la nueva narrativa de fuente histórica, porque rescata una de
las voces silenciadas. El narrador omnisciente no representado se instala
en la perspectiva de Baitos. La ubicación espacial del personaje,
explicitada, resulta suficientemente expresiva al re·specto. "Acurrucado
en un rincón de su tienda, sobre el suelo duro ... "; "rincón", "acurrucado"
y, sobre todo la referencia al "suelo duro", contrasta con el ambiente
que rodea al Adelantado. La mención del rincón definitorio se encuentra
en el comienzo y en el final de la secuencia: "y no hay más que [... ]
doblarse en dos y tiritar en un rincón de la tienda." Tienda, y no
construcción de barro y troncos, como las viviendas de los jefes, le
corresponde al ballestero Baitos, que sabe distinguir la calidad de las
personas y, por eso, elogia a Juan de Osorio y pone al descubierto las
miserias de otros expedicionarios.
Del pensamiento hostil a los jefes, Baitos pasa a la consideración
de su hambre. La metáfora inicial de esta secuencia, "con las entrañas
arañadas por el hambre", se agrava hasta el desvarío y ni el personaje
ni el narrador son capaces de describirla, sino sólo sintetizarla en
escuetas exclamaciones. El hedor de los cadáveres le sugiere a Baitos
la única solución: asociarse con su hermano, a quien toca custodiar los
cadáveres de los ajusticiados, "para descender uno de los cuerpos y
entonces ... ". El pensamiento parece inexpresable y queda en la
sugerencia de los puntos suspensivos. Parte hacia el patíbulo con su
cuchillo, tambaleándose.
El avance de la acción está preparado con tres elementos de esta
secuenCia: el odio profundo a los jefes, que será motivo de ~ ataque
gratuito; la obnubilación provocada por el hambre, que exphcará la
percepción equivocada de las identidades; y el anillo de plata que la
madre entregó al hermano del ballestero, el elemento del
reconocimiento trágico y tardío. .
El tema del hambre y su derivado subsidiario, la antropofagt~, se
han instalado en el centro semántico del relato. La trama Sigue
avanzando como un perfecto mecanismo de relojería.
132 MARÍA DEL CARMEN TACCONI DE GÓMEZ BAAL, LXIX. 2004
La tercera secuencia marca la marcha de Baitos hacia los
cadáveres colgados y la intención firme de la antropofagia, en la que
el ballestero Baitos no será el primero: "Sí, alli están, como tres
péndulos grotescos, los tres cuerpos mutilados. Cuelgan, sin brazos,
sin piernas ... ". Los puntos suspensivos sirven nuevamente como recurso
eficaz para sugerir lo que se omite por atroz.
Un incidente inesperado interrumpe el cumplimiento del propósito
de Baitos: aparecen cuatro sombras, identificables con los jefes a
través de la siluetas que dibujan sus ropas. Se reaviva la ira del
ballestero por el trato despectivo de los señores, sobre todo cuando
reconoce a Bernardo Centurión, del que se cuenta que "los esclavos
turcos bramaban bajo su látigo, encadenados a los remos". Centurión
luce el manto de pieles que le obsequió el gran almirante Andrea
Doria en ocasión famosa; ese manto permite reconocerlo en la distancia
y en la penumbra. La acción se suspende momentáneamente: el
ballestero, acosado por el hambre y por el odio, se desvanece "sobre
la hierba rala".
La cuarta secuencia ajusta la trama de los hilos que se venían
desarrollando, y los ajusta en dirección a un desenlace inesperado; dos
objetos serán decisivos en los tramos finales de la diégesis: uno, la
capa de piel de Bernardo Centurión; otro, el anillo de plata del hermano
de Baitos, otra seña de identidad. Esta le permite descubrir al ballestero,
cuando se dispone a comer la mano del hombre que acaba de matar, la
identidad de su víctima: no era el jefe que maltrataba a los esclavos en
las galeras, sino su hermano -lo reconoce por el anillo que le dio su
madre-, que había robado el manto de nutria del cadáver que se
encontraba a poca distancia.
La causalidad mítica se ha cumplido: cada pecador ha recibido su
castigo; don Pedro de Mendoza, las lacras de una enfermedad
repugnante y el fracaso de su ambición; los asesinos, la muerte o la
antropofagia; la comunidad, el hambre, el incendio, la muerte, la
profanación de los cadáveres.
En el mundo humano de "El hambre", no hay mujeres; sin
embargo, consta en documentos que vinieron mujeres espafiolas y
familias constituidas en la expedición de don Pedro de Mendoza 10.
IOGÁLVEZ. LuciA. Mujeres de la Conquista. 4." edición. Buenos Aires: Planeta,
1994, p. 19.
BAAL, LXIX, 2004 EPISODIOS DE LA EXPEDICIÓN DE DON PEDRO DE MENDOZA... 133
~sta exclusión puede responder a la necesidad de síntesis, que es
inherente al cuento como género literario, ya que Mujica Lainez supo
crear memorables personajes femeninos.
Todo el cuento está construido como una flecha que parte desde
el título hacia el blanco, que es el desenlace -la metáfora es de Anderson
Imbert- y ningún elemento es prescindible, porque cada detalle cumple
una función. .
11. Lo Dulce y lo Turbio. Crimen y Castigo de don Pedro de
Mendoza ll , de Esteban Cabañas: una versión según el nuevo canon
de la novela histórica
Esteban Cabafias, novelista paraguayo, recrea un trayecto histórico
más largo que el de "El hambre", de Mujica Lainez; el sitio de los
querandíes al real de Santa María del Buen Ayre constituye el punto
de partida de la diégesis, que da lugar a la recreación ficcional de un
largo periplo de sobrevivientes, personajes cuyos nombres regisLTan
las crónicas que conocemos.
De las dos lineas que la nueva novela histórica hispanoamericana
ha perfilado en cuanto a configuración discursiva -una, tradicional y
otra, de renovación fonnal-, Lo Dulce y lo Turbio ... se inscribe en la
linea de la experimentación fonnal. Corresponde señalar al respecto,
sin embargo, que esta novela no está construida como un rompecabezas
de piezas escurridizas que el lector debe annar, a veces, con más
paciencia que placer por la lectura. Lo Dulce y lo Turbio... tiene
previsto un lector activo en orden a la interpretación de las claves que
pone en juego una cierta enciclopedia histórica respecto a los hechos
recreados. Estas claves entraman de manera particular en el título de
la novela y en los de los capítulos y cuasicapítulos del cuerpo textual.
El enunciado lo dulce y lo turbio no ofrece ninguna clave que le
permita al lector inferir su significado; tampoco los primeros capítulos
de la novela permiten inferirlo; cuando' aparece esa clave, no tiene
relieve: sólo la advierte el lector atento y curioso. "Lo dulce" es la
carne humana percibida por el sentido del gusto de su.s congéneres
(dos mujeres la cocinan -episodio ficcional-, Y una le comenta a la
11 CABAIiIAS, ESTEBAN. Lo Dulce... Buenos Aires: Sudamericana, 1998.
134 MARÍA DEL CARMEN TACCONI DE GÓMEZ BAAL. LXIX. 2004
otra este rasgo del sabor, y reniega porque los hombres la quieren
cortada de modo que disimule su origen: humor negro). "Lo turbio"
admite dos lecturas a partir de las referencias que ofrece el texto
mismo; a nivel literal, turbias son las aguas del Río de la Plata y a
nivel simbólico, turbias son las intenciones de los hombres, sobre
todo, de los hombres blancos.
El subtítulo, Crimen y Castigo de don Pedro de Mendoza -de
connotación dostoievskyana- inicia en la novela la isotopía de la
causalidad mítica que hemos señalado en "El hambre", y que se repite
puntualmente en este texto de manera explícita e implícita, y que
manifiesta una evidente huella de la crónica de Ulrico Schmidl.
Los títulos de los capítulos y cuasicapítulos del cuerpo textual
enuncian referencias lacónicas ("La cena", "Río arriba"), o despliegan
imágenes metafóricas ("El ojo" representa la mirada escudriñadora
del intrigante Juan Ayolas), o sintetizan en un símbolo densos
significados ("Las manchas" denuncian a nivel literal la sífilis y a
nivel figurado los pecados de don Pedro de Mendoza), o indican de
manera indirecta la fuente de la anécdota ("Los apuntes de Ulrico I").
En otros casos, estos títulos adelantan el tipo textual del segmento que
encabezan ("Primer monólogo de Salazar", "Elvira canta") o bien
denuncian el carácter ficticio de la anécdota ("De cómo perdí a
Rocinante").
El discurso narrativo incorpora en montaje por collage textos
líricos: algunos pueden suponerse creados por el novelista; otros son
reconocibles o están identificados junto a la transcripción; en otra
oportunidad, en fm, se indica que se trata de textos de poetas árabes
de Córdoba. Este es el caso de la elegía que canta Elvira a la muerte
de Juan de Osorio: "Al perderte, ya todo fue cambiado / tómase la luz
en noche cerrada / cuando contigo mis noches eran blancas [...] /
Quisiera abrir mi corazón / con el cuchillo que se usó en tu muerte / y
meterte adentro y volverlo a cerrar" (pág. 15).
Como cabe a una novela experimental, el discurso se configura
con pluralidad de voces, que se encuentran, en general, claramente
identificadas y pertenecen a personajes históricos ficcionalizados.
La elaboración metafórica de la prosa es uno de los aspectos
atractivos de esta obra. Espigamos metáforas surgidas de una directa y
simple analogía, como es la que clausura el relato de la muerte de don
Juan de Osorio -"Osorio jamás conocerá el (nombre) de esa Bahía
BAAL, LXIX, 2004 BPISODlOS DB LA BXPBDlCIÓN DB DON PBDRO DB MBNDOZA... 135
donde quedó anclado para siempre"(p. 13}- y la recreación de metáforas
lexicalizadas que se combinan con símiles felices -" ...un poco de luz
entró en su cerebro. Tal si fuera un ventanuco en la oscuridad de la
bruma" (p. 127)-, tanto como imágenes que entraman nociones
evidentemente no afines pero engarzadas con coherencia -"La escritura
me arde en su más profundo acoso" (p. 16}-. El encadenamiento
metafórico alcanza momentos de singular fuerza expresiva: " ...
sentíamos el humus del silencio subir como una nube erotizada de
tentáculos y alfileres ... " (p. 20).
La trama de Lo Dulce y lo Turbio ... es más bien episódica y los
acontecimientos se desarrollan en orden lineal, de manera que la
"descronologización" que ejercitan algunos nuevos novelistas históricos
no está en juego en esta novela. En el tratamiento de la cronología de
los hechos, sí corresponde señalar transgresiones temporales al estilo
de Abel Posse: la invención de un Rocinante anterior al cervantino
pero que se identifica con el famoso, la transcripción de un poema de
santa Teresa de Ávila anterior a su creación, etc. La trama sigue
relativamente de cerca la crónica de Ulrico Schmidl; pero hay que
reconocer que, con mucha sabiduría, el novelista ha operado una
considerable reducción de los pormenores de la acción de la crónica, a
veces, demasiado reiterativa, porque reiterados fueron los hechos que
se atestiguaban. Elimina la reiteración de las dificultades y de las
luchas personales entre los expedicionarios y de los enfrentamientos
sanguinarios con los indios y, sobre todo, reduce la repetición de los
hechos de crueldad cometidos por los españoles, que Schmidl llega a
calificar de "injusticias". Estas reducciones operadas en función estética
responden a la voluntad de liberarse del mandato de fidelidad al discurso
historiográfico, propia del nuevo canon de la novela histórica.
En el desarrollo de la diégesis de Lo dulce y lo Turbio, resulta
interesante rescatar un punto de contacto con "El hambre", de
Misteriosa Buenos Aires. En sus momentos más críticos, cuando la
angustia y el hambre llegan a su máximo límite, el Adelantado anhela
"la comarca del metal y de las perlas", es decir, el mítico país d: El
Dorado. El relato de Mujica Lainez termina con un mu~do en rumas
muy poco después. La novela de Esteban Cabañas, en cambio, muestra
a los sobrevivientes del desastre de Santa María del Buen Ayre en una
esforzada marcha río arriba -Río de Solís, primero; "Paraná Guasú",
después-. Aquellos establecen contactos con pueblos indígenas y llegan
136 MARÍA DEL CARMEN TACCONl DE GÓMEZ BAAL, LXIX, 2004
a aproximarse al reino de la Plata, El Dorado, Paititi, todos estos,
nombres cbn los que se lo designó. En esas cercanías, se encuentran
con un mestizo, hijo ficcional de Alejo García, el famoso sobreviviente
de la expedición de Solís, quien da testimonio de la suerte que corrieron
los espafioles que alcanzaron el "Potochzi", el cerro que hacía crecer
la plata y donde era abundante el oro. Los aborigenes, que observan la
desmedida avidez por el metal en uno de los espafioles, quien degüella
a un indio para robarle los objetos de oro con los que se adornaba,
piden consejo a sus dioses sobre qué hacer con ellos. Y, como
ejemplarizadora lección, les hacen abrir la boca y echan en ella oro
derretido.
Este episodio ~vocador sin duda de la historia del rey Midas-,
que empieza a cerrar la diégesis, pone de manifiesto la lógica del
mito, uno de los constituyentes caracteristicos de la nueva novela
histórica hispanoamericana, incorporado como reflejo de la fuerte
presencia de las representaciones míticas en el imaginario social de
nuestro sub continente. El Dorado no es un paraíso, sino un lugar
donde los dioses han concentrado los metales que les pertenecen; la
codicia de lo ajeno o su arrebato acarrea la ira de estos dioses, lo cual
inexorablemente significa la ruina del transgresor. Alcanzar ese centro
mítico, por tanto, no concede riqueza ni su consecuencia esperada, la
plena dicha, según la cosmovisión materialista de los espatioles.
Resulta significativo seiialar cierta coincidencia de Lo Dulce y lo
Turbio ... en estos aspectos, con otra novela histórica del nuevo canon,
que recrea las alternativas de la explotación de las minas de Potosí:
Tiempo de Opresión, de Antonio Elio Brailovskyl2; allí también se
refiere que, en la creencia indígena, los metales preciosos pertenecen
a los dioses y sólo puede extraérselos para ofrecerlos en su culto;
transgredir esta norma acarrea castigo colectivo.
La diégesis de Lo Dulce y lo Turbio... incorpora, recreándolos y
condensándolos, relatos de la tradición occidental: uno, el gesto heroico
de Antígona al sepultar a su hermano que se repite en la desobediencia
de Elvira Pineda al sepultar los restos de don Juan de Osorio, su
amado; el final de los espaiioles que llegaron al reino de la Plata,
evoca, según hemos seiialado, el mito de Midas; otro, ya relato
11BRAlLOVSKY. ANTONIO E. Tiempo ... Buenos Aires: Editorial de Belgrano. 1986.
BAAL, LXIX, 2004 EPISODIOS DE LA EXPEDICiÓN DE DON PEDRO DE MENDOZA... 137
folclórico tradicional, que se repite en mil variantes alrededor del
motivo del animal salvaje que muestra gratitud con el ser humano que
lo protegió, se encuentra en esta novela entramado en la cruel expulsión
de la Maldonada. De la tradición hispanoamericana, corresponde sefialar
la versión libre e inesperada de la leyenda de Lucía Miranda, recreada
sobre la base de inversiones e hipérboles.
Conclusión
No ha sido propósito de Mujica Lainez ni de Esteban Cabafias
cuestionar las versiones del pasado que ofrecen las crónicas y el
discurso historiográfico -propósito muy acendrado en la nueva novela
histórica-; ambos proyectos se dirigieron a la elaboración estética de
episodios fundamentales de la cultura de la región rioplatense que,
como siempre que está en juego la conquista del poder y la riqueza,
desnudaron las debilidades humanas y provocaron conflictos entre
individuos, entre grupos y entre pueblos. En orden a esta puesta de
relieve de lo humano universal en lo concreto local, ambos autores
privilegiaron la idea de la causalidad cósmica, que se reduce a una ley
de muy simple enunciado: el que genera dolor en otros, padece dolor;
cada culpa, que provoca un desorden en el cosmos, engendra ella
misma, su castigo. Esta idea, que integró la cosmovisión arcaica -de
los aborígenes, por descontado-, se mantenía aún vigente en las
representaciones mítico-simbólicas de los cronistas, y ambos creadores
la recrearon con alto valor estético.
Maria del Carmen Tacconi de Gómez
ACTORES PARA NUESTRO LENGUAJE:
MEDIO SIGLO DE FARÁNDULA, DE JOSÉ PODESTÁ
En 1930, cuando la palabmfarándula todavía no estaba impregnada
del uso despectivo que en la Argentina tiñe hoy casi todas sus
acepciones y solo aludía a 'grupo de actores' o a 'actividad teatral',
José J. Podestá publica un libro llamado, precisamente, Medio siglo
de farándula. El lugar de edición ya constituye parte del relato: no es
una ciudad, se !mta de una región, el Río de la Plata. Si además se
toma en cuenta la dedicatoria, eso que parece un descuido puede
interpretarse como una decisión del autor: "A los pueblos del Plata,
dedico [la obm] con toda el alma". Y más aún si se atiende a las
palabras que dirige a los lectores:
Amable lector:
Lejos de la fecha en que los gauchos del circo conquistaron los
pretenciosos escenarios teatmles. Lejos de aquellos días de dura prueba,
de incansable trajln, del que surgió insensiblemente el Teatro
Rioplatense. En esta hora de calma y meditación, tendida la mirada
sobre el largo y abrupto camino recorrido; sin animosidades, tan solo
con gratos y emocionantes recuerdos, y tanto más gratos cuanto más
dificiles dlas tmen a mi memoria, evoca mi espíritu algo así como un
deber de prodigar mi palabra a las generaciones testigos de la histórica
cruzada, y para constancia de las futuras.
A la satisfacción de recordar hechos de esta hermosa odisea, va unido
el deseo de fijar la verdad de ellos, con frecuencia alterada por mala
información o tendenciosamente, con grave perjuicio de la crónica
histórica de nuestro Teatro.
No soy escritor, no lo he sido nunca; perdona pues, lector amable, el
desaliflo de mis páginas, sin otro mérito que el de ser sinceras y
honestas, que en ellas va el reflejo de mi vida, toda entera consagrada
140 SUSANA ANAINE BAAL. LXIX. 2004
a esta obra que los pueblos del Plata prestigiaron y sostuvieron con
ejemplar patriotismo e intenso entusiasmo, designándome su humilde
pero decidido ejecutor.
A estos pueblos, solo a ellos, que me alentaron siempre cariftosos,
dedico estas memorias, con mi más profundo reconocimiento.
Tal como lo aftrma en esa suerte de captatio benevolentiae (tan
teatral por otra parte), tiene plena conciencia de no pertenecer al mundo
literario. No se juzga escritor. Todo el libro podría leerse a partir de
este fragmento: los Podestá, procedentes del circo, ganaron los
escenarios de Buenos Aires. José J. Podestá, un "cirquero", otro término
peyorativo, se anima a aportar datos al historiador, aunque no como
un protagonista que informa al estudioso, sino como un "ejecutor" que
en primera persona escribe sobre lo vivido para que no se tergiverse
el sentido de una "odisea" que duró cincuenta años y cuyas acciones
tuvieron lugar en las dos orillas, el Uruguay y la Argentina. Consciente
de que no puede repetir en la escritura las perfectas acrobacias del
cuerpo, advierte en ese prefacio acaso muy acartonado, de tono grave
y pleno de adjetivos, acerca del "desaliño" de las páginas que siguen,
pero en ellas se anima a trazar otra gran ftgura, no en el aire sino en el
tiempo, testimoniar, documentar un giro de ciento ochenta grados en
la vida teatral rioplatense.
A casi setenta y cinco años de la publicación de estas memorias,
reeditadas por el Instituto Nacional de Estudios de Teatro (INET) y la
editorial Galerna, en 2003, con prólogo y notas de Osvaldo Pellettieri,
nadie desconoce que el objetivo de José Podestá se vio generosamente
cumplido, ya que la historiografta no pudo soslayarlas. Raúl Castagnino
se basó centralmente en ellas para referirse a esa etapa de nuestra
escena en El circo criollo. Arturo Berenguer Carisomo veía en los
Podestá el fundamento de uno de los tres factores convergentes que
explican el "nacimiento" del teatro en el Río de La Plata luego de un
período prácticamente infecundo, entre los años posteriores a la
Revolución de Mayo y el último cuarto del siglo XIX. Un teatro
puede considerarse representativo de un lugar y de una época, decía,
cuando cumple tres condiciones: tener sus actores, autores con temática
propia y un público que los siga. Antes de los Podestá, y de las
compañías que fueron surgiendo a partir del momento en que ellos
"llegaron" a los escenarios porteños, la dramaturgia no emergía con
BAAL, LXIX, 2004 AcroRES DE NUESTRO LENGUAJE 141
toda su fuerza por una gran limitación: no existían actores que pudieran
llevarla fiel y creativamente a los escenarios. Estaban dadas otras
condiciones: habia ya varias salas, circulaban compañías extranjeras,
en su mayoría españolas, pero se escribía poco.
¿Qué otro destino que morir sobre la escena podían tener las
obras que, necesitadas de una gestualidad y un fraseo propios del Río
de la Plata, eran puestas por actores españoles? Sabemos por Enrique
Garcia Velloso, en El arte del comediante, de los éxitos en nuestro
país de una actriz dúctil como María Guerrero, pero en piezas como
La dama boba, de Lope, o en obras escritas en otras lenguas y
traducidas al español de Madrid. No la imaginamos en el papel de una
criolla o de una inmigrante italiana. Tampoco era imaginable por
entonces que en las traducciones se respetara la norma culta rioplatense.
Dicho sea de paso, esto fue una conquista del teatro del último cuarto
del siglo XX, cuando se entendió que el lenguaje de los parlamentos,
aun en formas no realistas y muy estilizadas, debe responder a nuestros
ritmos, a nuestra selección del vocabulario en los diferentes niveles de
habla, y que las colocaciones de determinadas palabras en la frase
varían respecto del espaftol peninsular, que los regímenes
preposicionales a veces contrastan, como también lo hacen las formas
verbales y pronominales de segunda persona, pues por estos lados el
paradigma de Madrid resulta "de ficción" (en el sentido de 'mentiroso')
frente al del voseo.
Volviendo a las dos últimas décadas del siglo XIX, el hecho de
no tener actores propios frenaba la producción. La literatura dramática
se renovó en el paso al siglo XX debido a la aparición de intérpretes
capaces de poner en escena no solo a criollos y gringos, como muchas
veces se ha pensado, sino -más ampliamente- capaces de. dar a
cualquier personaje la voz, la gestualidad y los modos de relaclo~arse
del Río de la Plata. Y esto abarca tanto a los textos de la vertlente
"popular" (sainetes, revistas) como de la "culta" (obras del realismo
de escuela o naturalistas), para echar mano de la cuestionable ~c~tomía
que manejó la crítica tradicional. El cuerpo del actor, sus movlmlentos,
la proyección de la voz comenzaron a hallarse en consonancia con ~l
lenguaje y el ámbito, aunque intuitivamente todavía, no con el trabajO
de laboratorio que difundiría la renovación técnica de. la es~ena
producida en Europa, fundamentalmente a partir de Stamslavski, en
142 SUSANA ANAINE BAAL, LXIX, 2004
las primeras décadas del siglo XX, y que llegó a la Argentina recién
en la segunda etapa del teatro independiente, entre 1950 y 1960.
Como es sabido, los Podestá comienzan el salto que los llevarla a
los escenarios con la representación de Juan Moreira, una pieza
originada en la novela de Eduardo Gutiérrez, publicada en forma de
folletín, epígono del Romanticismo, e inician con él lo que la
investigación teatral denominó el "ciclo moreirista", melodramas que
reproducen el relato del gaucho perseguido. Este ciclo concluye, aunque
circos u otras compaftías itinerantes, como las de los radioteatros, que
salían de la Capital para hacer giras por localidades suburbanas y por
las provincias, lo hayan mantenido vivo mucho tiempo después, con
el Calandria (1896), de Martiniano Leguizamón, el gaucho matrero
que se "redime", representado en el Teatro Victoria. No ha faltado
quien haya visto una analogía entre la historia narrada escénicamente
y la historia del teatro rioplatense: el gaucho perseguido se convierte
en peón y lo cerca un alambrado / los Podestá, acróbatas transformados
en actores sobre la libertad y versatilidad del picadero de los circos
"de segunda parte", o de los politeamas con techo de chapa, son
encorsetados en un escenario a la italiana. Y en ello ven el triunfo del
proyecto de la generación de 1880: los criollos son europeizados. Esta
visión parece tan esquemática como la que traza una linea divisoria
simplista entre lo culto y lo popular.
El conocido paso del Moreira en pantomima a la representación
con voz hablada puede dar cuenta de una mayor complejidad del
sistema en el que los hechos se producían. ¿Cuál fue la razón que los
impulsó a escenificarlo así por primera vez para el beneficio de los
Hermanos CarIo? Puede suponerse que se impuso la convención
dominante en la "segunda parte" de los circos criollos, pero si se lee
atentamente el texto que dedica a los "Sainetes y pantomimas", Podestá
afirma que estas obras, para las que "no era un novel, ni mucho
menos", incluían improvisaciones y que sus secuencias se alternaban
con pantomimas que solían tener a Pierrot, a sirvientes o a un sonso
como personajes. Describe una suerte de commedia dell' arte en lo
que se refiere a la modalidad de trabajo y a los tipos representados. En
el caso de Moreira habia parlamentos y los actores los tenian
memorizados. Es más, los decían en voz inaudible para guiarse en la
acción y agregarle verdad. Esto lo relata cuando recuerda la propuesta
de hablar en lugar de hacer rnfmica -hecha por el francés León Beaupuy
BAAL, LXIX, 2004 ACTORES DE NUESTRO LENGUAJE 143
en Arrecifes-, propuesta que por momentos a Podestá le había resultado
incomprensible:
¿Y por qué en vez de hacer mímica no dicen: «Sef1or, allf está Moreira
que quiere hablar con usted? ¿No es más claro y más fiícil?»
lEn el acto comprendi todo el alcance de aquellas palabras! Pensé que
la tarea sería en verdad fácil, puesto que mientras se acciona los
artistas dialogan la mímica por lo bajo, para hacer más exacta la
expresión muda.
Referí a los mios la indicación que me hiciera don León y todos se
miraron gratamente sorprendidos.
La idea habia caido en terreno fértil. El cambio era un poco brusco,
pero no imposible. Había que resolver el problema de la transformación
de la pantomima en drama hablado, y se acordó que yo hiciera el
arreglo, por conocer a fondo el argumento de la obra.
Podestá acepta y hace cambios al primer guión de Gutiérrez. EL
estas modificaciones se alteró el orden de los cuadros representados
sobre el tabladillo o en el picadero, y se suprimieron algunos que la
palabra hacía innecesarios: "More ira salva a Marafión" y "Habitación
de Marañón" (los nombres de los cuadros recuerdan la expresión de
los scenari o esquemas de acción de la comedia del arte, que incluían
algunos parlamentos fijos, sobre todo monólogos para insertar en las
improvisaciones).
Dos años antes, en 1884, el representante de la empresa Politeama,
Alfredo Cattaneo, había convencido a Eduardo Gutiérrez, luego de
que este se negara a llevar Moreira al teatro, con el argumento de que
conocía a la persona apta para hacerlo: "Yo sé dónde está ese hombre;
trabaja en el Humberto Primo; es el payaso Pepino el 88, José J.
Podestá". Y Gutiérrez había aceptado que su obra se hiciera en
pantominia luego de los espectáculos tradicionales de la "primera parte"
(payasos, acrobacias, destrezas) a condición de que los CarIo contrataran
a Podestá. Pero el guion no era una extensa didascalia de acciones
relatadas. Era un texto teatral con parlamentos y escasas acotaciones,
como ha sucedido casi siempre en la historia del teatro cuando en la
escritura dramática de alguna manera intervienen quienes lo llevan a
escena. Piénsese, si no, en las obras del teatro clásico grecorromano o
en las de Shakespeare. ¿Por qué habían descartado la voz?
144 SUSANA ANAINE BAAL, LXIX. 2004
En Arrecifes comienzan a preparar la primera puesta hablada, que
ofrecerían 'poco después en Chivilcoy. Podestá y su troupe aceptan la
sugerencia debido a que en ese momento, transcurridos dos afios de
hacerla en forma muda, les parece "fácil", aunque el cambio les resulte
"brusco", El fácil de ahora lleva al presupuesto de un implícito dificil
anterior, increíble en alguien que, como afirmaba, no se consideraba
en ese campo un "novel ni mucho menos" y que como Pepino el 88
había logrado remedar el habla del inmigrante italiano en su creación
de Coccolliccio. Podrían arriesgarse dos explicaciones a partir de la
idea de que la convención de la segunda parte realizada en pantomima
no habría sido tan rigida: 1) detrás del guion habia una novela y un
autor; 2) el medio imponía que los textos de autores relativamente
conocidos fueran asignados a actores "en serio", que "supieran decir".
Resulta verosímil atribuir las dos explicaciones a la visión de Podestá,
temeroso de invadir un campo "ajeno". La segunda, a ambos, sobre
todo a Gutiérrez, ya que sabemos que había fundamentado su primera
negativa de esta manera:
No, no puede ser. Para representar Moreira se necesitarla un hombre
que fuera criollo, que supiera montar bien a caballo, que accionara,
cantara, bailara y tocara la guitarra, y sobre todo, que supiera manejar
bien el facón; en fin, un gaucho; y en esta compafiía de extranjeros no
hay ninguno que posea estas cualidades tan necesarias para representar
al héroe.
Al enunciar los atributos del criollo (destrezas, habilidades),
Gutiérrez no habla del lenguaje, si bien es cierto que puede estar
omitido por obvio dentro de esa descripción en la que descarta a los
actores extranjeros. ¿Cuál podría haber sido la fundamentación de
Podestá? En los escenarios porteños de la época, los actores "en serio",
los profesionales de esas compañías que circulaban, sabían decir. Y
saber decir significaba conocer el arte de la "declamación", seguir el
modelo de la Comédie Fram;aise. Las modalidades de la escena
profesional diferían de las del tabladillo, el dispositivo que para varias
de las escenas ocupaba parte del picadero: 1) los parlamentos se decían
en el proscenio, proyectándolos hacia el frente, el espacio del público;
2) no había escenas ni acciones secundarias simultáneas a la acción
principal; 3) la escenografía consistía en algunos objetos escénicos y
BAAL, LXIX, 2004 ACTORES DE NUESTRO LENGUAJE 145
un telón de fondo pintado con perspectivas. Aunque no en todos sus
rasgos, esta convención probablemente fue el modelo de prestigio
para los acróbatas del circo, seguros del dominio de su arte pero no de
sus dotes en la declamación. Incluso luego de pasar a los escenarios, y
de haber representado obras de Payró o de Sánchez, como las de
Buttaro y otros "saineteros" (es muy detallada la relación que hace
Podestá de las puestas, de los actores convertidos en "divos" y de los
politeamas y teatros en los que actuaron), en la escena profesional
convivieron en equilibrio los dos subsistemas: uno más informal, nacido
de la práctica escénica y con una intuitiva tendencia al "realismo",
generada por la experiencia y el conocimiento de la historia, los tipos
populares y el medio; otro muy sujeto a la convención de la Comedia
Francesa, imperante en Europa, sobre todo en Francia y España,
dominante todavía frente a los sistemas emergentes que procedían de
la revolución técnica y estética comenzada a mediados de la década de
1860 con las experiencias del duque de Meiningen, en Alemania,
conocido por sus giras europeas; continuada por A. Antoine, en teatros
chicos de París, con su teoría de la cuarta pared y sus puestas de Ibsen
o de Strindberg, y que culmina con las investigaciones y los trabajos
de Stanislavski en el Teatro de Arte de Moscú, antes y después de la
Revolución rusa.
¿Acaso no deja ver una contradicción análoga el contraste entre la
soltura, aunque "desaliñada", de la escritura de las memorias de Medio
siglo de farándula y el acartonamiento de las palabras que, puesto en
"escritor", dedica a sus lectores? Es posible que algo parecido les
haya pasado sobre la escena: 'dediquémonos a movemos, a gesticular,
a andar a caballo, a bailar, pero no hablemos, porque no sabemos
decir los textos de autores de la literatura como los actores
profesionales', acaso pensaban quienes parecían dueños de un saber
que incluso autores populares, como Enrique García Velloso,
admiraban. Lo prueba el hecho de que este haya buscado en Europa,
sobre todo en Francia, el modelo de los planes de estudio de su soñado
conservatorio de artes escénicas. Los Podestá se consideraban hábiles
para recrear tipos, para mostrar destrezas, pero no para' asumir las
convenciones que la historia teatral, de alguna manera, les reclamaba
que NO las tomaran. Y ese salto, probablemente tosco, que puede
imaginarse muy a gusto de Peter Brook (El espacio vací?), fue la ~~
del actor nacional, el mismo que ingresó luego al cme. Y qUlza
146 SUSANA ANAINE BAAL, LXIX, 2004
confinnen estas supuestas contradicciones -en las películas argentinas
de hasta medjados del siglo XX- su actuación, la impostación de la
voz, esa mezcla de habla que busca naturalidad y al mismo tiempo
"declama" ab imitatio del modelo prestigioso.
Estos actores, que en un acto provocativo generaron una
dramaturgia y gestaron nuevos actores y compañías, crearon un público
que necesitó más salas cuando las obras se multiplicaban en los teatros
por secciones entre 1910 y 1925. Limites temporales falsos que solo
marcan las fronteras de la época de apogeo, la llamada "de oro", pues
en verdad el "nacimiento" del teatro argentino (si se suscribe a la
hipótesis de los tres factores) comienza alrededor de 1890 y se continúa
más allá de 1930, año en el que emerge el subsistema del teatro
independiente. Pero la dramaturgia impulsada por los Podestá poseía
ya una gran creación, el grotesco discepoliano, merecedora de fonnar
parte del canon universal, si no se entendiera que el ''universo'' -a
excepción acaso de las obras de la literatura del llamado boom de la
nalTativa latinoamericana o de Borges- nunca es esta parte de América.
La marginalidad de nuestros países, y no solamente de los Podestá
como "cómicos populares", explica su ausencia en las historias
universales del teatro. En estas ellos no figuran, pero sí lo hacen los
funámbulos de la Edad Media, representantes de la sangre del teatro
que vive a pesar de la persecución de la Iglesia (que necesitó que sus
obras pasaran del atrio a la plaza para profesionalizarse en un proceso
que llevó varios siglos), o los actores callejeros de la comedia del arte,
vistos como "salvadores del teatro" en un tiempo de esterilidad de la
escritura dramática; no soslaya tampoco la historiografia mundial la
concepción romántica, con tendencia al "realismo", aunque no de
escuela, del duque de Meiningen, por su intento de reconstrucción
histórica, su búsqueda de "verdad" escénica o su hallazgo de incluir
escenas secundarlas; ni deja de lado tampoco el abandono de la
fr,ontalidad, de las convenciones que imponían no dar la espalda al
público, buscadas por André Antoine. En fin, podrían darse muchos
otros ejemplos, pero basta con acercar los más armes. En los dos
primeros casos no se impone la explicación. Si en los dos últimos.
Al margen de lo que se desarrolló centralmente en este artículo,
un lenguaje que encuentra a sus aclores -lenguaje en un sentido más
extenso que el de 'palabra', vale decir como 'conjunto interrelacionado
de signos de distinto orden'-, es preciso aludir a la concepción escénica
BAAL. LXIX, 2004 ACTORES DE NUESTRO LENGUAJE 147
de los Podestá, que si bien no habia surgido de una "concienzuda"
reflexión teórica, nacia del sentido común y era coherente con lo que
sucedia casi al mismo tiempo en Europa. Podestá explica que mientras
unos dialogan, otros pueden estar tomando mate. En el tabladillo se
reproduce, a veces con escenografia corpórea y también sintéticamente,
mediante el procedimiento de la metonimia, un ámbito: rancho,
comisaria, comité. Los vestuarios buscan parecerse a los de la realidad,
el gaucho, el gringo, elpersonajón político. Puede estar encendido el
fogón. El picadero, para las escenas exteriores, les permite a los
personajes llegar a caballo, pelear con facón. Se cuenta en secuencias
alternadas. Ocurria en el Río de la Plata un proceso equiparable al
europeo, aunque con formación cultural y extracción social distinta de
quienes lo protagonizaron. La existencia de Antoine posibilitó el éxito
de las piezas de Ibsen o de Zola. Dos grandes, pero grandes que
necesitaban un teatro distinto para sus obras. Payró tuvo a los Podestá.
y si Payró conocía el realismo y el naturalismo de escuela, puede
adivinarse en el texto de Podestá que, aunque no ignorante del teatro
universal, sobre todo su hermano Jerónimo, los cambios técnicos
sofl.ados sobre un picadero surgieron naturalmente de las necesidades
planteadas por la obra.
Si nos atrevemos a reconocer que hoy en dia, y casi en forma
incuestionable, la Argentina es el centro del teatro de lengua española,
con más de cuatrocientas salas en funcionamiento en su capital y con
autores y puestistas invitados permanentemente a los festivales
internacionales más prestigiosos, cabría preguntarse por qué sus
realizadores (escritores y directores) no han logrado ingresar en las
historias del teatro como parte protagónica de un proceso y siguen
ocupando, cuando lo hacen, apartados menores de enciclopedias,
referidos al país o a la región.
Susana Anaine
EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL: EL TUMBERO
El lenguaje carcelario parece estar constituido por aspectos que
serian mucho más significativos y complejos que las puras formas
verbales. Estas unidades expresivas -así como las de/lenguaje oficial-
adoptan distintos significados y sentidos en dependencia de cómo,
cuándo y dónde se enuncien. En la prisión no sólo bastaría conocer el
significado de ciertas formas verbales, sino que además "hay que
saber decirlas "; hay que "ser en el decir ". Los reos de más antigüedad
en el delito y la vida carcelaria detectan con prontitud y certeza la
jerarquía de otro reo, mediante el reconocimiento del "dominio" o
"apropiación" de su lenguaje.
Juan Pablo Arancibia, Las hablas del encierro: ser y lenguaje
1. INTRODUCCIÓN
El contenido de la presente comunicación forma parte de un trabajo
de investigación l que tuvo el propósito de .constatar la existencia de un
argot delictivo -¿diferente del lunfardo originado a fines del siglo
XIX?- en la ciudad capital de la provincia de Salta, y comprobar su
actividad en la generación de nuevos ténninos. Otro objetivo -al que
también nos referiremos en esta oportunidad- fue constatar si existía
un trasvase de esas voces marginales --o marcadas como tales- en la
jerga de los jóvenes y en el habla coloquial de los salteños.
Es creciente el interés de la sociolingüística hacia las lenguas
marginales, en particular hacia el argot o lenguaje especial de los
IEI trabajo de investigaci6n (inédito) se basa en el análisis de unos corpus,
confonnado por 347 voces y expresiones, recogidos en sucesivas etapas.y confirma~os
en cuanto a su conocimiento y/o uso, a través de una encuesta reahzada a vanos
internos de la Cárcel Penitenciaria de Salta.
150 ALICIA E. LÁ VAQUE BAAL, LXIX, 2004
delincuentes, como un caso extremo del "espíritu de campanario"
(Saussure, 1961:327), o antítesis de la lengua general, en la medida en
que resalta sus rasgos y funciones diferenciadoras.
Diversos especialistas2 explican el fenómeno de generación de
formas lingüísticas particulares en la cárcel, sin embargo, este trabajo
se adscribió a los planteamientos teóricos y metodológicos que para
los estudios de esta índole llevaron a cabo dos autoras españolas, Julia
Sanmartín Sáez y Luisa Rojo. El itinerario seguido por ellas en cuanto
a relevamiento, análisis e interpretación de los datos es, en general, el
se que mantuvo en la investigación antes citada, cuyos resultados se
exponen a continuación.
1. Un argot carcelario
Quedó probada la existencia, en la ciudad de Salta, de un argot
deli.::tivoJ que comparte características y funciones con el lunfardo
surgido a finales del siglo XIX,en las cárceles de Buenos Aires.
La naturaleza equívoca y borrosa de los límites entre jerga y
argot, entre jerga y lengua popular, dificulta su caracterización y
aislamiento. Esta situación se complica más aún a la hora de determinar
los límites del argot de la delincuencia. De allí que, a esos efectos, la
cárcel se presentara como el microespacios de contacto lingüístico,
que posibilitaría establecer la pertinencia del corpus4 con relativa
seguridad.
lVéase en Bibliografia: FOUCAULT, MICHEL (1981 y 1998), SANMARTÍN SAEZ, JULIA
(1998, 1998 Y 1999), ZINO TORRAZA, JULIO (1993), ARANCIBIA CARIlJZO, JUAN PABLO
(2002) entre otros.
1Actualmente, la relación entre jerga, argot, caló o gennanía continúa originando
confusiones y equivocos -aun entre los estudiosos- ya que en muchos casos se
alterna estas denominaciones. Adoptamos aqul la postura tenninológica de denominar
argot a las llamadas "lenguas marginales" o lenguajes especiales secretos (argot de la
delincuencia, de la prostitución, de la droga) y reservar la voz jerga para otras variedades
Iingülsticas especiales, tales como las hablas de los estudiantes, de los médicos, de los
periodistas, etcétera.
4Para llevar adelante este trabajo, fue necesario tomar contacto no sólo con
presos, sino también con las autoridades de la Cárcel Penitenciaria de Salta, psicólogos
del penal, jueces penalistas, policlas y ex presos, de modo de recoger asl una
infonnación más completa. Si bien no se realizaron investigaciones en otros centros
BAAL, LXIX, 2004 EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL 151
Obviamente, este argot posee formas más o menos "marcadas"
según el grado de familiarización del hablante con la cultura delictiva:
Para Sanmartín (1999), existe una especie de progresión o peldafios en
la escala de la marginalidad: delito, droga, prisión, tres hitos casi
inevitables en la carrera delictiva actual. En efecto, la reclusión
constituye, para la gran mayoria de los internos, una etapa más en la
"caída" dentro de la vida delictiva.
El argot de la delincuencia -el idioma de los rochos o hablar en
lunja- no tiene un objetivo ocultista, como seria el de poner una
barrera a la comprensión de los de afuera, sino que busca establecer la
cooperación, la solidaridad y el compañerismo entre los reclusos;
refuerza el grupo y asegura su supervivencia. La cohesión propiciada
por el lenguaje se apoya además en una semiótica no verbal: ciertos
tatuajes y gestos de ocultación o cripticos. En la ciudad de Salta, por
ejemplo, mientras los componentes de una banda de delincuentes de
un barrio periférico se tatúan una lágrima en la mejilla; otros, se
dibujan ciertas figuras en el dorso de la mano.
En cuanto· al lenguaje, además de asegurar la mutua comprensión
y posibilitar así el acto delictivo, sirve al individuo para denotar y
enfatizar todo lo que es privativo y particular, para subrayar el
vocabulario "técnico".
Algunos ejemplos:
Acción y efecto de robar (genéricamente): chorear, chacar, birlar,
afanar, espiantar, pelar, pulir, laburar, laburo, trabajar*, salir
de caño *, salir de fierro *, salir de máquina * (robos con armas
de fuego), salir a punguear*, salir a tocar el piano, calotear
(robar billeteras o dinero de los bolsillos), culatear (robar un
camión desde la parte de atrás), salir de bardo* (salir a robar lo
que sea, al ''voleo''), delito chomi o chomerío (delito menor).
penitenciarios argentinos, se suplió este inconveniente incluyendo en la enc.uesta
alrededor de S2 voces recogidas por el Dr. Elías Neuman (l.98~) en su trabaJ~ de
campo realizado en las cárceles de Batán y Caseros de la provmcla de Buenos AI~s.
Se agregaron a ellas 130 palabras aportadas por el principal info",?ante~ un ex c~n~lcto
saltei\o, de S2 aftas, que permaneció más de I S detenido esporádlcame?te en dlstmtos
penales del país, incluido el de Salta; por último, se swnaron las exp~lones relevadas
en sucesivas etapas de investigación en número de 297. En total, el nwnero de voces
y locuciones que conforman el corpus es de 347. .
152 ALICIA E. LÁVAQUE BAAL, LXIX, 2004
Ladrón (genéricamente): caco, choro/chorro, punga, pungusta,
trabQjador, rocho, lanza, turro, vago (la vagancia = la
delin~ue~cia), guacho, atorrante (delincuente joven, sin
expenencla), atorrante de verdad (con experiencia delictiva).
Artificios, mafias: balurdo (engafio), clavar (engañar), mancar (señalar
a la víctima), mandar chupete (robar en los autos cuando se
detienen en los semáforos), de apuro o trabajo express (robar
sin armas, "apretando" sólo con palabras), meter caramelos,
meter caño, estar de caño (cometer asaltos con armas de fuego),
salidera (vigilar a la víctima a la salida de bancos o cajeros
automáticos para luego robarle).
Annas de fuego: fierro, caño, bufoso, la máquina*, escopeta tumbera.
Annas cortantes: faca, chuza, el corte* (el cuchillo). Herir con
armas cortantes: coser, medir el aceite, puntear*, achurar*,
chucear*.
Pol~cía: tira o rati, chapa, cobani*, la yuta*.
:!Jinero: tela, filo, lana, teca*, vento*, plástico (taIjetas de crédito).
[Las voces y expresiones acompafiadas de * son las últimas formas
que recogimos durante la investigación. Las demás también son
conocidas o usadas por los internos de la prisión].
El periodismo gráfico y televisivo, sobre todo en la Capital Federal,
recurren a varias de esta terminología delictiva, como se ejemplificará
más adelante.
2. La cárcel: una antisociedad
Las visitas a la prisión de Salta permitieron ubicar a los hablantes
del grupo de delincuentes menores y relevar muchas de las variantes
lingüísticas que traen de la comunidad a la que pertenecen. Se pudo
también así caracterizar el argot de la cárcel: el tumbero.
Particularidades sociales, económicas y culturales ayudan a precisar
quiénes son estos hablantes, es decir, ayudan a definir esta
subcomunidad que tiene un comportamiento socio lingüístico particular:
conforman un verdadero "mercado de textos, de productos verbales"
(Payrató, 1988: 186) que contrastan con los de la comunidad exterio¡.5.
'Según estadlsticas del Servicio Penitenciario de Salta realizadas en el afto 2002,
de una población total de 915 internos, el mayor porcentaje de delitos se centra en
BAAL. LXIX. 2004 EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL 153
Penetrar en la prisión es hacerlo en un espacio donde los sujetos
que la habitan crean un mundo a su medida, una "antisociedad con su
antilenguaje'>6, y contribuyen a crear una subcultura con valores, normas
y códigos que les son propios y que manifiestan tanto en su conducta
como en su discurso.
2.1. Características del argot de la cárcel
Los reclusos usan varias denominaciones para referirse a su
variedad de habla: lunfardo carcelario, lenguaje tumbero, lenguaje
carcelario, idioma de los rachas, hablar en código, chamuyar en
requera. La voz 'tumbero'se origina en la metáfora "tumba" para
aludir a la cárcel y a la celda; y su derivado "tumbero" designa tanto
al sujeto que lleva mucho tiempo en la cárcel o es reincidente, como
al argot particular del reclus07 • No todos hablan el tumbero; 10 aprenden
los que han pasado por la prisión, los que han compartido esa
subcultura. Según Arancíbia Carrizo (2002), "en la prisión no sólo
basta conocer el significado de ciertas formas verbales, sino que además
hay que 'saber decirlas', hay que 'ser en el decir'.
El argot carcelario se conforma sobre todo de voces que giran
alrededor de referentes y experiencias muy cercanas o exclusivas del
ámbito de la prisión. Los campos léxicos más ricos aluden al sujeto,
sus acciones y los espacios que frecuenta. A este vocabulario se suma
robos y hurtos (28,33%); son notables también las infracciones a la ley que se refiere
al transporte y comercialización de drogas. La mayoría de los reclusos pertenece a la
nueva delincuencia marginal (edad promedio de 30 años); el estrato social predominante
es bajo; el 83,19% tiene un nivel de educación muy bajo (semianalfabetos); el 52% lo
constituye gente que estaba desocupada.
6Los anti1enguajes de prísión y las contraculturas delictivas son aquellas que se
definen con mayor claridad porque tienen una referencia ~specífica. a estruc~as
sociales alternativas. Son portadores de una realidad alternatIVa, reflejan la reahdad
tal como la ven sus hablantes (Halliday, 1982).
'Originariamente. tumba designaba la comida de la cárcel; y tumbero era el
preso que sólo comla la comida de prisión porque no tenía familiares q~é le proveyeran.
En la jerga del ejército significa 'hueso con carne', y tumbero es qUien renuncia a la
salida para poder comer en el cuartel (MARTINENA, ALBERTO Y MILES M. AVALls.
Panorama del lunfardo. Buenos Aires: Del Aromo, 1997).
154 AUClA E. LA VAQUE BAAL, LXIX, 2004
el técnico de la Penitenciaria. Se trata, en general, de un léxico
plenamente motivado en la actitud del sujeto, su pensamiento y su
vida en prisión. De allí que abunde en metáforas adjetivas y verbales
que manifiestan juicios evaluativos de apreciación o depreciación. Los
términos más peyorativos son los que se refieren a la figura del delator,
el traidor y el homosexual; igualmente suscitan connotaciones negativas
los individuos que no tienen experiencia en la vida delincuencial o en
la prisión y los que no respetan los "códigos" de la cárcel. Así al
delator se lo llama: buchón, ortiva, sucio, sapo. Sus acciones: tirar la
sábana, mandar al choque, sapear, chispear, carpear.
El tonto, inexperto, de pocas luces, recibe estos apelativos: novato,
gil, logi, perejil, primario, otario, tiene olor a calle, más gil que las
palomas, gil avivado a reja, moquero, cachivache, manusardo, buenas
noches prendan velas.
Los violadores de menores, perversos sexuales y proxenetas que
representan el antimachismo, lo impropio de un verdadero delincuente,
se designan como: ochocuarenta8 o cafishos, fiolos, perversos. Tales
individuos son rechazados y no se admiten en las ranchadas9 • Los
homosexuales: carima, mino, garrote, comida, puchero. Los sirvientes:
los valerios o perkin 10•
A pesar de las diferencias y profundas separaciones traducidas en
las jerarquías mencionadas, a los presos los une un sentimiento común
de lealtad y colaboración a la hora de enfrentar a las fuerzas del poder:
policías, funcionarios y personal de vigilancia.
El lenguaje carcelario también retrata y caracteriza a esos sujetos
y los ubica, como es comprensible, en la esfera de lo negativo: reflejo
de resentimientos y tensiones que generan las demostraciones de poder,
por ejemplo, la revisación de pabellones y celdas realizada muchas
veces con una violencia que humilla y degrada al interno (verduguear).
8La denominación proviene de la ley N. o 840 que reprime al proxeneta.
9Es un conjunto organizativo de la prisión, una vieja tradición carcelaria; allí se
reúnen grupos de amigos, que congenian o son del mismo palo (compaiieros de robo)
y rechazan a los guasos (asesinos y violadores).
'O(]ltima capa de la sociedad carcelaria ya que ceban mate, lavan platos, limpian
celdas, en síntesis, los que "hacen de mujer". De esta manera reciben protección o
alimento, pues se trata de internos que no reciben visitas ni bagayos (paquetes con
comida u otros elementos).
BAAL, LXIX. 2004 EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL 155
Los encargados de estas acciones se nombran con metáforas de fuerte
connotación negativa: verdugos. guanacos. lagartos. brígidos.
El ingenio se agudiza para soslayar al poder; y es así como los
presos se valen de artimañas para alertar a otros acerca de cuándo
entrarán en acción o para indicar que los guardias ya entraron a lID
pabellón (la patota ya coló) golpeando rejas, ollas, etc., que tendrán
mayor intensidad y rapidez de acuerdo con la violencia de la requisa.
De esta forma tienen tiempo de encanutar (ocultar) en los canutos
(lugares secretos) 10 que poseen de ilegal. Si son descubiertos, son
castigados encerrándolos (enyugados) en celdas especiales (buzón.
tumba. chancho).
Una pluralidad de denominaciones recibe también la policía "de
afuera": cobani. yuta. botón. tira. ratio birro. maqui.
En la esfera opuesta, la positiva, está el delincuente experimentado,
conocedor de las normas y funcionamiento de la cárcel y del mundo
delictivo.
El líder de un pabellón: cacique. pata de plomo. poronga o puntero,
el grata. polenta. patovica. el que la sabe grosa, la sabe funga.
El auténtico delincuente: gomía. chabón o boncha, cumpa,
atorrante. atorrante de verdad
El que ha pasado mucho tiempo en prisión: canero viejo, tumbero
viejo.
Otro rasgo que caracteriza el argot de la prisión es la convergencia
de diferentes lenguajes. Es un argot rico y complejo, pues además del
lenguaje de los delincuentes recoge otras variedades, como el argot de
la droga ll .
El consumo de drogas, tanto en la prisión como fuera de ella,
genera también personajes y actividades que el argot de la cárcel
releva. Este léxico es cuantitativamente importante, pues la prisión, la
delincuencia y la prostitución representan tres espacios diferentes que
IIEl consumo de drogas es un factor condicionante de la nueva delincuencia, ya
que muchos de los delitos cometidos tienen su origen en la necesidad de encontrar
dinero para comprar la dosis diaria. si bien cab~ ~ener p~es~ntes otros factores
socioeconómicos que potencian o favorecen la actiVIdad dehc~v.a. Actualmente en
Salta, por su situación de frontera con Bolivia y Paraguay, la actiVIdad que rodea a !a
droga (contrabando, venta) es una de \as causas delictivas que en mayor porcentaje
puebla la cárcel.
156 ALICIA E. LÁVAQUE BAAL, LXIX, 2004
no están separados e independientes, sino que se intersectan. El
vocabulariq del ámbito de la droga está integrado por:
Tipos de drogas: la cocaína es la frula, un envoltorio de 5 gramos
es el pelpa o felpa (más conocido como ravio/). La marihuana es la
pifuca, la yerba y los cigarros de esta hierba los porros. fuscas.
chiquitos. fasos. agujas. pitillos. pecosos. En la prisión, es común el
consumo de drogas hipnóticas y sedantes que se presentan en
comprimidos (las llaman ruedas) como el "Rohytnol" y el "Primun";
de allí su denominación de roico y primavera, en clara referencia a las
marcas comerciales mencionadas.
Efectos y dependencia: darse una plancha. tomarse la del león
(exceso de pastillas o drogas) que provocan que el sujeto se tome
agreta. brígido (agresivo, pendenciero) y provoque bardo (lío, pelea).
2.2. El otro lenguaje: gestos, cortes y tatuajes
También están al servicio de la cohesión del grupo y la transmisión
de valores, los códigos no verbales. La pretendida cripticidad del
lenguaje o la ocultación consciente de información no tiene mayor
relevancia, pues los funcionarios, por lo general, ya conocen las voces
del argot y su significado, Por lo demás, los reclusos, cuando intentan
ocultar un mensaje, emplean gestos o un código semejante al de los
sordomudos para suplir el lenguaje verbal: pasarse los dedos pulgar e
índice por los lados de la boca de arriba hacia abajo, a manera de
aviso significa "Adelante, está todo bien". Era éste uno de los recursos
que usaban en las salideras (salida de instituciones bancarias o de
cajeros automáticos). Hoy su uso trascendió el ámbito de la
delincuencia; así lo comprobamos en varios programas de la televisión
porteña, sobre todo en aquellos dedicados a la música conocida como
"cumbia villera", acompañado de la expresión ¡aguante ... !
Otro recurso de fuerte identificación -a nuestro criterio- son los
cortes que se realizan en brazos, antebrazos y cuello. Hay expresiones
que revelan el significado de estos cortes: darse chanela. biabarse.
feitarse significa 'cortarse la piel'; se recurseó: 'se cortó para evitar
una paliza'; quedó para el corte: 'se ha recibido una mala noticia'.
Por el contrario, cuando se trata de una noticia agradable, por ejemplo
la reducción de una pena, dicen está para cortarse.
BAAL, LXIX, 2004 EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL 157
Los tatuajes, otra señal de pertenencia al grupo y de identidad,
que adquiere un doble valor: por un lado, sirve de elemento de unión
entre los presos que comparten un mismo signo; por otro, irónicamente,
posibilita su reconocimiento como integrante de cierto grupo, por parte
del enemigo.
Karina Donángelo l2 con referencia al tatuaje en la piel de los
presos dice:
¿Qué extraños signos· se ocultan bajo la piel de los reclusos?
Desde tiempos inmemoriales, el tatuaje ha estado relacionado con lo
marginal, como arte de minorías y como lenguaje criminal. En lo más
profi.mdo de las celdas se cieme un sistema iconográfico que determina
pautas, valores y conductas, propio de un mundo violento y en
oscuridad.
Este lenguaje de la piel es utilizado por el recluso para registrar
sus verdades, reproches o recuerdos, como una señal de rebeldía o
como símbolo de pactos entre logias carcelarias. El tatuaje carcelario
o tatuaje tumbero pone al descubierto un submundo de significados
ocultos. Tanto consiguen enviar mensajes amenazadores com0
amorosos. Por ejemplo, una serpiente enroscada a un puñal, significa
muerte al bicho, es decir, al policía. Cuando un preso se hace esta
figura, tiene escrache, vale decir que lo identifican como enemigo de
la yuta, que se ha comprometido a matar a un policía o que ya lo hizo.
Otro símbolo muy común es tatuarse cinco puntos en el dorso de la
mano, como señal de adhesión al mundo de la delincuencia\3.
En relación a la hipótesis que generó esta investigación, que
aventuraba la existencia de rasgos caracterizadores en el actual argot
de los delincuentes con respecto al lunfardo primitivo o histórico, se
pudo observar que es significativa la pervivencia y mantenimiento l4, a
12Mi tatuaje me condena htm://www·a1margen.com.ar/sitio/seccionlactualidad/
tatuaje [Consulta: 31 enero 2002).
\3 Ambos simbolos se pueden observar en graffiti, en portadas del programa
Tumberos, emitido por el canal de televisión América TV y en la portada del CD que
contiene la música que acompailó a la rniniserie. .. .
"Si bien las caracterlsticas y las técnicas de la dehncuencla actual han vanad~,
lo que hace surgir nuevas palabras, en el argot de la delincuencia. existe una. tendenCIa
a mantener voces· en este caso del lunfardo histórico, incluso léXICO provemente de la
antigua germanía' y del caló. A lo sumo, se produjo un cambio de. sentido. Observar
que el sentido se conserva a pesar del cambio de significado o fonéticos.
158 AUCIA E. LÁVAQUE BAAL, LXIX, 2004
través de distintos momentos históricos y aun de lugares geográficos
del mismo vocabulario delictivo básico y voces referidas estrictament~
al ámbito-de la prisión.
A los efectos de ejemplificar, hemos seleccionado algunos
vocablos:
• De la germanía clásica, siglos XVI y xvn, se mantienen: afanador,
'ladrón', bardeo 'espada', boliche 'garito', cantar 'delatar', coima
'prostituta', coimero 'explotador de prostitutas', hampa 'grupo de
rufianes', mina 'prostituta', mosca 'dinero', untura 'soborno'.
• Del caló: birlar 'robar', currar 'trabajar', curro 'trabajo fácil',
chorar 'robar', mangar 'robar', pirar (se) 'fugarse, huir', puto
'sodomita',pulir 'vender lo robado'.
• Del lunfardo histórico y de la delincuencia del siglo XIX y
principios del XX: apriete 'intimidar, amenazar', atorrantes
'inescrupulosos/delincuentes', bagayo 'atado, bulto, paquete',
batidor, buchón 'delator', biorsi 'baño, retrete', buzón 'celda de
castigo', chamuyar 'conversar confidencialmente', escrachado
'retratado, fotografiado, con prontuario', quillar 'esconder',
i isa,isa! 'voz de alarma', junado 'observado, reconocido', rocho
'chorro, ladrón', trabajo/ trabajar 'robol robar', tumba 'alimento
de los presos', etc.
• De la replana peruana, coincidentes con el lunfardo argentino:
cantora 'radio', carpear/luquiar 'mirar', rocho 'ladrón', trabajar
'delinquir', yuta 'agente de policía', etc.
La pervivencia señalada muestra que la tradición tiene un papel
importante en estos grupos. Los procesos de cambio y renovación continuos
-afirma Sanmartín- no son caracteristicos de los argots delictivos como
ocurre en las jergas de los jóvenes o en el argot de la droga. El
mantenimiento va asociado al vocabulario profesional de la delincuencia.
En suma, el tumbero es un argot cuyas nuevas formas se asientan
sobre cierta homogeneidad de base, una especie de koiné o argot
unificado, con ciertas variantes, que opera manteniendo la
intercomunicación entre los miembros del grup01S. Aquellas "voces de
"Según nos manifestaron aquellos reclusos que hablan transitado por ollas cárcel~s
de nuestro pals, existirla un argot carcelario más o menos homogéneo. Seria necesana
realizar una investigación que cubriera todo el territorio nacional para corroborar el
grado de homogeneidad del tumbero.
BAAL. LXIX, 2004 EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL 1S9
antaño" que se han perdido o se desconocen se deben a la
transformación de la sociedad actual y también de la delincuencia y su
forma de actuar.
Por otro lado, se observa una renovación (neologismos) en los
dominios referidos a "sujetos", "acciones" y "drogas", utilizados por
los internos más jóvenes.
Ejemplos: ato"antesl/os vagos 'delincuente', la vagancia 'la
delincuencia en general', caramelos 'balas', estar de caño 'robar con
armas de fuego, bajar la caña 'matar', baranda· 'olor desagradable',
lana· 'cabello',puchero· 'homosexual', se armó el bondi· 'se armó lío',
[Las voces marcadas con • son usadas por los jóvenes salteños,
fuera de la prisión, con idéntico significado],
n, ExTRAMUROS
1. Del argot delictivo a la jerga juvenil
Nuestro último propósito era comprobar si existían préstamos
léxicos del argot de los delincuentes en la lengua coloquial, y qué
motivaciones hace trascender estas formas más allá de los límites de
la marginalidad,
Los estudios realizados por las investigadoras españolas (Sanmartín
y Rojo) mostraron que existen relaciones y conexiones entre el argot
delictivo y la jerga juvenil. Para Sanmartin, "el verdadero catalizador
o puente de transmisión de lo delictivo y marginal es el argot de los
jóvenes", que no está totalmente alejado de aquel ni tiene fronteras
nítidas, sino que existen claras intersecciones e interferencias entre
ambos.
Nuestro COrpUS 16 , conformado mediante encuesta realizada a
jóvenes salteños (15 a 22 años) de ambos sexos, de nivel sociocultural
I6Si bien no contamos con una recopilación exhaustiva y realizada con una
metodologfa rigurosa del lenguaje de los jóvenes de la ciudad de ~a1ta, co~f0rD?~os
una lista de 1SO expresiones obtenidas de estudiantes secundarios y unlVersltanOS
salteflos, sociolecto medio-alto, de ambos sexos, edad comprendida en~, los I S Y 22
aftos, con la pudiéramos encontrar ténninos propios del argot delictivo.
Parale1amente, pero en menor proporción, comprob~os ~ través de una .encuesta
realizada en un establecimiento escolar, situado en la penfena de nuestra Ciudad, el
uso de ciertas voces pertenecientes al argot de la delincuencia.
160 ALICIA E. LAVAQUE BAAL. LXIX, 2004
medio-alto, muestra semejanzas y diferencias entre el argot delictivo y
la jerga juvenil.
Trascribiremos a continuación, a modo de ejemplo, algunos de las
expresiones extraídas del material relevado:
- Campos léxicos en la jerga de los jóvenes (sociolecto medio-
alto).
a) Del ámbito de la valoración de la persona (cualidades físicas y
mentales): valija 'pesado', sacado 'loco', tiene menos ondas que
una bandera de lata 'una persona negativa', ortiva* 'alcahuete',
botón* 'delator', re tronco 'pesado', bardero* 'liero' ,yuto 'villero'.
b) Actividades humanas y percepción: ratonearse 'pensar en alguien
que le gusta', colgarse 'distraerse'.
e) Actividad mental deficiente: le faltan jugadores 'tonto', no le
sube agua al tanque 'tonto', está chapa /chapita 'está loco', más
lerdo que Titanic a remo 'lento para comprender', vivir en un
taper, re out 'vivir desconectado de la realidad'.
d) Actividades fisiológicas y otras: despedir un amigo al exterior
'defecar', echar un cloro 'orinar', lastrar 'comer', escabiar 'beber
bebidas alcohólicas', birra 'cerveza', fernando 'femet con bebida
cola', bondi/bondi bus 'ómnibus', pichi 'borracho', vino sultán
'vino suelto'.
e) De otros campos (droga, sexo): merquearse 'drogarse, timbre!
pelpa * 'papel con cocaína' , yerba * 'marihuana', pecoso * 'cigarrillo
de marihuana'; comida* de barrio/bala/balín 'homosexual'; más
pinchada que colador/ tiene más guerra que Medio Oriente/ tiene
más puestas que la luna! tiene más salidas que el sol 'mujeres de
vida ligera'; tela! mango/ chala 'dinero', faca * 'cuchillo', fierro *
'revólver', hacer bardo * 'provocar líos', hacer ranchada* 'reunirse
en grupo, separado', la yuta* 'la policía', rati (vesre de tira)
'policía' .
f) Expresiones: a diálisis 'pasar a otro tema, terminar', al toque
'rápidamente', ir al pie 'acudir, rendirse', ... nada (dicha al fmal
de una locución aunque no signifique lo que refiere). Expresión
considerada "verba ómnibus" para Beinhauer (1978, cfr. Sanmartin
1998: 233).
- Campos léxico en la jerga de jóvenes marginados (sociolecto
bajo):
BAAL. LXIX,2004 EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL 161
Chorro 'ladrón', rocha 'el que roba/estafador/mujeriego', punga 'mal
vestido' , lanza 'negociar para revender droga o estéreos robados',
los vagos 'gente del grupo' , trabajar' chorear', carteludo 'careta,
presumido', pesado 'capo de una banda del barrio/ bueno para
las ''piñas'', violín / se la come! trapo viejo 'violador', taquero
'policía', chucear 'herir con cuchillo', cobani 'cana' (policía),
escrachado 'junado, marcado, todos saben lo que hace', bardo
'quilombo' (lio), pecoso, porción de "pasta base" (base de la
cocaína), porro 'faso' (cigarrillos de marihuana), aguja 'porro
finito', escrache 'tatuaje mal hecho', meter caño 'amenazar con
armas (de fuego)17,
[Las expresiones acompañadas de * son también utilizadas por
los delincuentes],
Si bien advertimos coíncidencias -se percibe "el olor a delincuencia
del léxico juvenil" (F. Rodríguez, 1989; M. Casado, 1988)- Sanmartín
considera que "es problemático señalar el origen o fuente del préstamo
en una etapa sincrónica, pues son voces usadas indistintamente por
ambos grupos de hablantes, delincuentes y jóvenes". En efecto, do!; de
nuestros informantes de la cárcel, de 18 y 20 años, usaban algunas de
las voces consignadas como propias de la jerga de los jóvenes del
sociolecto medio-alto: zarpado, colgado, se reti/dó, está chapa, le
faltan jugadores, chabón.
En relación con lo expuesto, cabe preguntarse cuáles son las causas
de la adopción de voces marginales. Al respecto, Sanmartín señala
dos factores que explican el trasvase:
1°) Al incorporarse este léxico marcado, los jóvenes se apropian de la
marginalidad, se autoexcluyen -de modo ficticio-, si bien a otros
los excluye el sistema operante en la sociedad. Y, una manera de
manifestar el rechazo a los adultos (padres, profesores) y a sus
valores tradicionales es buscar la diferenciación derivada del uso
de. un lenguaje particular. Es lo que Martín Rojo l8 denomina
'función de diferenciación y oposición', que está con fuerza
"El significado de los ténninos está tal como nos lo explicarOl~ los jóvenes de
ambos grupos; las aclaraciones entre paréntesis nos pertenecen.
''''Intel1'retación de los antilenguajes l:' s~s funciones", en Handbook 01
Pragmatics, AmsterdamlPhiladelphia. John 8enJamms Publ. Co 1996.
162 ALICIA E. LÁVAQUE BAAL, LXIX, 2004
presente en el argot de los delincuentes y en la jerga juvenil y se
relaciona con la ruptura hacia la ley. Desde el punto de vista
sociológico, permite a sus hablantes adoptar una identidad
alternativa. Y, desde el punto de vista lingüístico, el argot puede
ser considerado una 'desterritorialización' del lenguaje estándar,
pues al rechazar tanto la homogenizaci6n social como lingüística,
el lenguaje cambia, se opone, diferenciándose de la nonna general.
2°) La aparición de fenómenos sociales nuevos, como la droga,
produce la extensión de la delincuencia, pues muchos jóvenes se
aproximan a ese mundo marginal para proveerse de drogas. Por
eso frecuentan lugares o barrios marginales y entran en contacto
con este léxico.
Nosotros añadimos otro factor que favorece la incidencia de 10
marginal y delictivo: la denominada "cumbia villera", escuchada en
todos los niveles sociales. Es un fenómeno musical y social, pues las
1etra~ de las canciones reflejan las vivencias e historias de vida de
jóvenes de baja extracción social, habitantes de las villas marginales
de las grandes ciudades (de ahí el nombre). Incluso se los cataloga
como delincuentes; aunque ellos lo niegan. Los nombres que adoptan
esos grupos musicales así lo atestiguan: "Los pibes chorros", "Yerba
brava". También los títulos de los temas que interpretan.
A los efectos de ilustrar, transcribiremos acontinuaci6n fragmentos
de algunas de estas canciones:
- "Los pibes chorros": Arriba las manos
Somos cinco amigos chorros de profesión / no robamos a los
pobres porque no somos ratones/ buscamos la Iya y entramos a un
banco / pelamos los fierros y todos abajo [... ].
En otros temas detectamos expresiones como: ... escracho, la cana,
la yuta, quedar pegado, a la sombra te mandaron, caer (preso),
escabiando 'bebiendo alcohol' ...
- "Yerba brava": Tumberos
¡eh, tumberos, ... mueva!! éstoy pegado, rejugado, hasta las manos/
ranchando con pibitos de mi palo/ a los violines los hacemos nuestros
gatos / los del pabellón vip son refugiados / ahora estamos guardados/ no
podemos zafar/ la faca está afilada si querés vamos a dar / tumbero yo
soy/ ya voy a salir/ tumbero yo soy, que se arme el botin/ tumbero yo soy/
cuando esté afuera! te vas a morir / ¡eh, tumbero, esta yerba es para vos!
BAAL, LXIX, 2004 EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL 163
2. Del argot delictivo a la lengua común coloquial·
Señalamos ya el papel conector que juega el argot de los jóvenes
y las causas de la adopción de voces marginales.
Cabe preguntar qué factores inciden para que amplios sectores de
la población adopten términos argóticos. Sanmartín considera que tres
son los factores principales:
1°) Búsqueda de una mayor expresividad y diferenciación respecto a
lo común. Por ello, toma préstamos tanto de otras lenguas como
de argots de grupos, e incluye el de los delincuentes.
2°) Otra motivación viene condicionada por "estar al día", enlazar
con lo moderno, por eso se prefiere un léxico marcado
generacionalmente, el juvenil.
3°) Realzar cualidades negativas o defectos, propiciar el humor y el
ingenio, la exageración o intensificación y la degradación
semántica, vale decir, comparten determinados campos léxicos
tales como: cuerpo humano, sexo, mujer, funciones fisiológicas,
defectos, dinero, comer, beber, embriaguez, etc.; pero se alejan en
la temática específica o "profesional" del delincuente (armas,
policía, muerte ... ) y en la inversión de valores que expresan con
su lenguaje.
Agregamos otro factor que -entendemos- tiene gran incidencia:
la difusión que actualmente tiene el léxico delictivo o marginal, a
través de la prensa escrita l9 y televisiva.
2.1. Prensa escrita
Titular: MÁs ASESINA TOS
_ MALDITA YUTA. Nuestra Propuesta, Salta, 26 de setiembre
de 2002 (pp. 6 Y 7)
I'Según E. Cohen de Chervonagura (1997), el periodista, cuando toca ~ tema
que está muy próximo a la experiencia y al saber del hombre de la' calle, uti1~a un
tono informal ("como una charla entre amigos"); encuentra en la lengua coloquial un
recurso para reforzar su capacidad de "llegar al lector", interesarlo, conmoverlo y
persuadirto.
164 ALICIA E. LA VAQUE BAAL, LXIX, 2004
Título del artículo: TEVE en la tumba.
"Arrancf> Tumberos, la miniserire de Adrián Caetano ....., Revi~ta
semanal Nueva, N.o 591 - 10/11102.
Titular: DETUVIERON A UNA PANDILLA DE PRECOCES
DELINCUENTES
Los "Tumberitos" de Villa Asunción. Diario El Tribuno, de Salta,
17/11102.
2.2. La televisión; su influencia
Actualmente en la televisión se procura poner en evidencia la
fuente de información, y los programas adoptan una nueva modalidad.
Se recurre a las crónicas en vivo, a un contacto más rápido y directo a
través de los móviles. Por otro lado, varios programas de investigación
y denuncia (Punto Doc, Periodistas, Telenoche Investiga) realizan
entrevistas en vivo con los protagonistas de los hechos. El tema
candente de la sociedad argentina actual es la inseguridad en que se
vive en la provincia de Buenos Aires, principalmente. De allí que
algunos programas se interesen en presentar, en vivo, delincuentes,
comisarios, especialistas en el tema de seguridad. Por otra parte, se
evidencia un notable interés por lo que sucede en los Servicios
Penitenciarios o Institutos de Menores. Acrecienta este interés, la
emisión por América TV, de una miniserie: Tumberos. A pesar de ser
ficción, se acerca bastante a la cruda realidad de las cárceles.
Consignaremos los términos del argot de la delincuencia, de la
droga y el carcelario, detectados en programas televisivos de reciente
emisión:
Medio: Azul TV. Programa: Memoria (conducido por Chiche Gelblung).
Fecha: 8/5/02.
Tema: la policía corrupta.
Invitados: un comisario retirado y dos delincuentes, uno de ellos
permaneció 17 años en la cárcel de Olmos.
Voces y expresiones escuchadas:
_ "La policía es competencia ... es mejor que 'nosotros' porque son
chorros con chapa"
BAAL, LXIX, 2004 EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL 165
.. , La R y H (División Robos y Hurto)
.. , "viejos buchones"
... "salir a laburar, ... fierro" ... "o yo o el cobanf' ... "a los refugiados
y buchones, los metieron al horno en Olmos" ... "chorear fa/opeado"
" ... un monona ... le plancha la ropa a los presos .. ", " ... un cebolla
llora todo el día cuando está en la tumba", el grata (preso con
experiencia, líder de un pabellón en la cárcel).
Medio: América TV. Programa: La Comisa (conducido por Luis Majul).
Fecha: 31/5/02.
Tema: Cercar las villas miserias.
Invitados: un ex comisario y jóvenes delincuentes de una villa del
Gran Buenos Aires.
El conductor, en un momento del reportaje, les pregunta a los jóvenes:
-¿Cómo consiguen las armas?
-Annas ... las que pinten ... , necesito para hacer un trabajo ... te la
consiguen. [ ... ] La guerra va a estar siempre (se refiere con la policía).
Yo solo no me voy (morir), yo me llevo a alguien (matar a un policía).
En el transcurso del diálogo surgieron también los siguientes ténninos:
taqueros (comisarios/po licias); logis (vesre de giles).
Medio: América TV. Programa: Periodistas.
Fecha: 14/4/02.
Tema: Delincuentes menores de edad .
... bardear, ... empastillado, ... estaba duro ... (estaba drogado), .. faca
Medio: América TV. Programa: Detrás de las Noticias (conducido por
Jorge Lanata).
Fecha: 16/7/02.
Lanata: "Los jueces están iniciando sus jubilaciones, la tienen ahí, en
la gatera, por las dudas que los echen". . .
Se refiere a los jueces de la Suprema Corte de JustIcia. Es~ en la
gatera: pronto a salir. En el argot carcelario: pronto a recobrar la libertad.
Fecha: 22/7/02. .
Culatear: detener un camión y entrar por la parte trasera para robar el
cargamento.
166 ALICIA E. LA VAQUE BAAL. LXIX, 2004
Fecha: 13/6/02.
Tema: Venta de drogas en la calle.
Porro,Jaso: cigarrillo de marihuana.
Fa/opa, merca: droga en general.
Punteros: vendedores callejeros de droga.
Pe/pa: papel, envoltorio que contiene una dosis de droga, sinónimo de
ravio/.
Pe/peado: drogado, empastillado.
Bicho: droga llamada éxtasis.
Fecha: 23/7/02.
Durante otra emisión, cuatro delincuentes, recién salidos de la cárcel,
expresaban:
- Vi Y viví muchas cosas feas ...
- ... es un código estar en la cárcel.
- Los de afuera no saben nada ... hay muchos códigos ...
En el transcurso de la conversación, surgieron también expresiones
como: hacer bardo (hacer líos, meterse en problemas), picarse
(inyectarse cocaína), leonera (celda del juzgado).
Medio: Azul TV. Programa: Hora Clave (conducido por el Dr. Mariano
Grondona).
Fecha: 14/4/02.
Tema: delincuentes menores de edad.
... cana, ... laburar. ...laburo.... luquiar•... hacer una salidera de
banco•... teca•... te tomás el palo (huir de la cárcel), ... te verduguean.
Medio: T.N. Programa: Noticiero
Fecha: 10/4/02.
"Salidera mortal. Un empresario imprentero fue baleado cuando salía
de un banco con dinero".
Medio: América TV. Programa: Punto Doc
Fecha: 1/9/02.
Tema: el motín de Sierra Chica (penitenciaria de la provincia de Bs. As.).
.. !aca. tumbero. guaso. rocho. violín. buzón de castigo.
BAAI., LXIX, 2004 EL LENGUAJE DE LA CÁRCEL 167
En el reportaje, uno de los internos manifestó: "Los valores con que
nos manejamos nosotros son totalmente distintos a los que se manejan
ustedes en la sociedad" .
..... tienen su código ... venganza ... mentalidad morbosa".
Fecha: 24m02.
Unos de sus conductores mandó saludos a los cachivaches de las cárceles.
El otro, en tono burlesco, le dice: "¡Así es que ahora sos tumbero!"
Miniserie Tumberos
Medio: América TV. Todos los lunes a las 21, desde el 14/10/02 hasta
noviembre de 2002.
Tira de ficción que, sin embargo, muestra muchos aspectos de la vida
de la cárcel; los presos, sus leyes y códigos, la violencia, las drogas, la
enemistad con los carceleros. Incluso, reflejan en los tatuajes dos de
los signos estigma del delincuente: los 5 puntos y la espada.
En los diálogos se evidenciaron las siguientes voces:
Novato o gil, gil de verdad, ranchada, violeta, fierro, faso, picc;nte,
ser boleta, guacho, escabio, facas, porros, aguja, ortiva.Y locuciones
como:
"Es un novato que 10 cuidan en una ranchada".
"Es un gil, gil de verdad". "Uno se vuelve picante aquí".
lil. CONCLUSIÓN
El trasvase de ciertas voces marginales o marcadas como tales
hacia la jerga de los jóvenes y a la lengua coloquial común, por el
efecto propagador de los medios de comunicación y de la música
popular, hace prever que el actual argot delictivo recorrerá los mismos
caminos que nuestro lunfardo: "[oo.] lenguaje del bajo fondo, acunado
en la cárcel, crecido en los arrabales e invasor de las ciudades [oo.]
(R.T. Escobar, 1986).
Alicia E. Lávaque
168 ALICIA E. LÁ VAQUE BAAL. LXIX. 2004
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prisión". En Sistema penal y problemas sociales, Universidad
de Barcelona (1993).
EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁLVEZ
Imaginar el taller literario de UD autor significa, de alguna manera,
una vía de acercamiento al proceso creador de su obra. La afición a un
determinado escritor despierta, en el lector, la curiosidad por saber y
suponer cómo fue el proceso a través del cual dio forma a la obra que
tiene entre sus manos. En efecto, la admiración que causa una obra
artística rebasa la contemplación de esta, y lleva al interesado a tratar
de inquirir el camino que terminó en su logro. No basta poder
contemplar el jactum, la obra hecha; hay necesidad de conocer el in
fieri, el hacerse de ella, que resulta no menos admirable, o al menos
interesante.
Algunos autores tienen, además, la necesidad de contamos el
proceso creativo. Dios mismo, en el relato del Génesis, da a conocer,
a través del hagiógrafo, la creación de su obra. Es una narración que
busca la enseñanza y el diálogo con su destinatario: el hombre creado.
El hombre, que refleja en su ser la huella de lo divino, experimenta la
necesidad de contar no sólo lo que hizo, sino cómo lo llevó a cabo.
Esta actitud de exponer los momentos del propio trabajo es
frecuente en el campo cinematográfico. Por ejemplo, el director de El
Señor de los anillos, Peter Jackson, narró detalladamente en diversas
entrevistas, el taller cinematográfico del film. Desde la adaptación del
texto de ToIkien, o la fabricación de la vestimenta de guerra del ejército
de Aragón, hasta la creación, en Las dos torres, de Gollum, generado
completámente por el ordenador. Jackson disfruta explicando cómo,
él y sus colaboradores, hicieron UD estudio muy acabado de todos los
detalles, por ejemplo, el funcionamiento de los ojos humanos. Así,
centró la parte más importante de la creación de Gollum en los músculos
de los ojos, de modo de poder cambiar las expresiones y recrear todas
las complicadas emociones por las que pasa.
172 CRISTINA vlÑUELA BAAL. LXIX, 2004
Otros ejemplos ilustrativos 10 constituyen las distintas exposiciones
pictóricas llevadas a cabo últimamente en el Palais de Glace 1, sobre
diversos aútores argentinos. Los organizadores reprodujeron, 10 más
fidedignamente posible, el hábitat de las creaciones artísticas. Los
paisajes al aire libre de Fernando Fader fueron ambientados en un
rincón de la muestra; a esos lugares, el pintor llegaba con su viejo
Ford T e instalaba el caballete con todos sus bártulos. El montaje del
formidable atelier de Benito Quinquela Martín, donde pintaba sus
enormes cuadros en pocas horas, nos permitió trasladamos y
acompañarlo en su proceso de inspiración y esfuerzo.
Adentrarnos en el taller literario de un escritor es más inmaterial
que los ejemplos anteriormente citados y requiere más imaginación.
En el caso de Manuel Gálvez, sin embargo, es relativamente fácil
representarse el ambiente creativo de su obra. En Recuerdos de la
vida literariti, Gálvez cuenta, de manera pormenorizada, el proceso
que concluyó en cada uno de sus libros. Esta obra es la narración
autobiográfica de la obra literaria de Gálvez. Además, es el reflejo de
su modalidad de trabajo, metódica y disciplinada.
En lo que respecta a los capítulos en los que incluye las biografías,
tema en el que queremos centrar el presente estudio, la estructura de
los mismos se asemeja a la labor de un taller: comienza explicando
qué lo motivó a preferir a determinado personaje, cómo llevó a cabo
la tarea de recolección de datos, las fuentes que consultó, cómo lo
redactó, para cerrar con la recepción de la crítica literaria a su obra, y
una autoevaluación.
Primeros bosquejos
El plan inicial de trabajo de Gálvez, en lo que se refiere biográfico,
es de por sí ambicioso. Mientras concluía el Rosas -por ese entonces
ya estaban impresas la Vida de fray Mamerto Esquiú y la de Hipólito
Yrigoyen-, concibió una serie de biografías, relativamente breves, sobre
dictadores hispanoamericanos que publicó en dos gruesos volúmenes:
INombre con que se conoce el Museo Nacional situado en el barrio de la
Recoleta.
2GÁLVEZ, MANuEL. Recuerdos de la vida literaria. Buenos Aires: Tauros, 2003.
BAAL, LXIX, 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁLVEZ 173
el chileno Diego Portales, el boliviano Andrés Santa Cruz, el
ecuatoriano Gabriel García Moreno, el uruguayo Lorenzo Latorre, el
venezolano José Antonio Páez, el mejicano Agustín de Iturbide, el
paraguayo José Francia, el dominicano Ulises Heureaux y el brasilefio
Floriano Peixoto. Gálvez confiesa que sentía pasión por llevar a cabo
este proyecto. No por que simpatizara con las dictaduras en sí, sino
porque la figura del dictador le resultaba interesante por las
características comunes que encontraba en ellos: seres dominadores
de hombres, sujetos de mucha garra, espíritus que viven un drama
interior, y, a veces, también exterior. Además, porque el gobernante
fuerte se sitúa, sobre todo en América, dentro de un ambiente original
y característico que despierta el interés biográfic03•
Lo cierto es que este plan cambió sustancialmente. Del propósito
inicial sólo permaneció la figura de Gabriel García Moreno. La
explicación que da para el cambio de proyecto es la siguiente: en un
almuerzo con José María Velasco !barra, ex presidente del Ecuador,
éste le sugiere escribir sobre García Moreno, dedicándole a este
personaje un solo volumen. Velasco !barra se compromete a facilitarle
abundante bibliografia. El hecho de poder estudiar fuentes fidedignas
y directas terminó convenciendo a Gálvez. Y, aunque Gálvez no lo
diga expresamente, con seguridad influyó también el hecho de pensar
en las dificultades que encontraría para documentarse suficientemente
sobre los restantes personajes anteriormente citados. Optó, pues, por
trabajar en biografias más completas sobre las que podría obtener la
documentación que estimaba necesaria.
Disefió otro plan biográfico distinto del anterior y que debería
abarcar un volumen de seis biografias, también breves, de un centenar
de páginas cada una, sobre gauchos y caudillos del Río de la Plata4 •
En Vida de Aparicio Saravia, en el capítulo XIX, hace una rica y
precisa consideración de las virtudes del caudillo, y refiere, muy
sucintamente, la vida de varios de ellos. Muy probablemente alguno
de los allí nombrados formarían parte de ese plan biográfico del
'Cf. GALVEZ, MANUEL. Recuerdos de... Tomo IV: En el mund/J de los seres
reales. ob. cit., p. 445.
·cr. GÁLVEZ. MANUEL. Vida de Aparicio Saravia. en BiograjIas completas. Tomo
11. Buenos Aires: Emecé. 1962. p. 1267.
174 CRISTINA VIÑUELA BAAL, LXIX, 2004
caudillaje rioplatense. Entre otros figuran: los argentinos Juan Facundo
Quiroga, E~tanislao López, Francisco Ramírez y Justo José de Urquiza;
los uruguayos Gervasio Artigas, Agustin Urtubey, Basilio Muñoz, José
F. González, Cicerón Marin, Juan Francisco Mena, Manuel Rivas,
Jerónimo Amivilia, Celestino Alonso, Nicasio Trias, Bernardo Berro,
Chacho Saravia, Chiquito Saravia5 •
Este proyecto también es dejado de lado y sólo concreta de él la
vida de Aparicio Saravia en un libro de cerca de trescientas páginas.
Seguramente, al igual que con el plan anterior y por las razones arriba
apuntadas, debió también abandonar esta idea ambiciosa.
El hecho de que ninguno de estos objetivos se llevara a cabo en
su totalidad no significa que el trabajo biográfico de Gálvez fuera de
poco aliento o programación. Todo lo contrario. Con merecido
reconocimiento se lo llamó el «Plutarco rioplatense»6. Las nueve
biografias escritas por Gálvez, editadas en su conjunto por Emecé en
dos gruesos volúmenes, ocupan alrededor de tres mil páginas, en letra
pequeña. Gálvez sintió gran satisfacción por la repercusión que tuvo
esta tirada completa de sus biografias, y así lo manifiesta en el último
capítulo de Recuerdos de la vida literaria7•
En el periodo que va desde 1933 hasta 1947, quince años en total,
escribe la totalidad de su obra biográfica, en el siguiente orden: Vida
defray Mamerto Esquiú (1933), Vida de Hipólito Yrigoyen, el hombre
del misterio (1939), Vida de Juan Manuel de Rosas (1940), Vida de
don Gabriel Garda Moreno (1942), Vida de Aparicio Saravia (1942),
Vida de Sarmiento (1945), José Hemández (1945), Don Francisco de
Miranda, el más universal de los americanos (1947) y El santito de la
la toldería. La vida perfecta de Ceferino Namuncurá (1947).
Si se comparan los esquemas tentativos de dictadores y caudillos
con .la obra final, se observa un cambio no sólo en los personajes
biografiados, sino también en el tipo de vidas seleccionadas para ser
narradas. En efecto, aparece un escritor, José Hemández, y un indígena
que muere con fama de santidad: Ceferino Namuncurá. Al final de sus
días, confiesa con gran pena no haber podido llevar a cabo su intención
de escribir la biografia de Simón Bolívar8•
sCr. GÁLVEZ, MANUEL. Vida de... , pp. 1412-1427.
6BoNET, CARMEW, prólogo a Biograjias completas de Manuel Gálvez, ob. cit.
7Cf. GÁLVEZ, MANUEL. Recuerdos de... Tomo IV, ob. cit., p. 766.
8Cr. Ibídem.
BAAL, LXIX, 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁL VEZ 175
Resulta interesante situar el plan de trabajo biográfico de Gálvez
en el conjunto de su quehacer literario durante el mismo periodo. En
esos quince años, escribió, además de las biografias citadas, una obra
de teatro: Calibán (tragicomedia de la vida política, 1943); tres novelas:
Cautiverio (1935), La noche toca a sufln (1935), Hombres en so/edad
(1938); una novela con ambientación histórica: La ciudad pintada de
rojo (1948); dos libros de ensayos: La Argentina en nuestros libros
(1945) y España y algunos españoles (1945); y finalmente, Amigos y
maestros de mi juventud (1944), primer volumen de Recuerdos de mi
vida literaria. Este último sufrirá modificaciones en 1961, cuando
publica los tres restantes. Esta forma de trabajar seria, constante,
honesta, acabada, constituye un claro ejemplo y un punto de referencia
en una cultura donde, la vida de trabajo intenso y responsable, no es
moneda corriente.
En Recuerdos de la vida literaria -compuesta por cuatro libros:
Amigos y maestros de mi juventud, En el mundo de los seresflcticios,
Entre la novela y la historia y En el mundo de los seres reales-,
Gálvez explica cómo llegó al género biográfico. Después de haber
incursionado en las novelas de ficción, se ejercita en aquellas con
ambiente histórico -Los caminos de la muerte, Humaitá, Jornadas de
agonía, El gaucho de Los Cerrillos y El general Quiroga-, y de allí
parecía inevitable concluir en la biografia9 • Afirmaba, sin vacilar, que
las novelas históricas le brindaron una preparación formidable para el
cultivo del género biográfico.
Recordemos que, en tomo a 1920, la biografia estaba muy de
moda en el ámbito literario mundial. Había, incluso, desplazado el
protagonismo que tenía la novela lO • En 1931, no había persona culta
en Buenos Aires que no hubiese leído el Disraeli, de André Maurois,
el Napo/eón, de Emil Ludwig, o el Fouche, de Stefan Zweig. Este
desplazamiento del público lector hacia este género fue seguido,
lógicamente, por el interés de las empresas editoriales. Los editores se
negaban "a publicar novelas, mientras que las biografias eran muy bien
9Cr. GÁLVEZ, MANUEL. Recuerdos de ... Tomo IIl: Entre la novela y la historia.
ob. cit., p.1 8 1 . : .
IOCr. GÁLVEZ, MANuEL. Vida de Fray Mamerto &quiú. Primera ediCIón, Buenos
Aires: Tor, 1933, p. 3. Sólo en las dos primeras ediciones aparece un breve texto a
manera de breve advertencia, donde se recoge esta idea.
176 CRISTINA vlÑUELA BAAL. LXIX, 2004
recibidas. Las tiradas de las ediciones lo ponen de manifiesto. La
primera de Hipólito Yrigoyen, de Gálvez, fue de 40.000 ejemplares.
Sin dejar de reconocer que se dieron también circunstancias
externas que pudieron haber influido en su decisión de escribir
biografias, Gálvez sostiene que no se hizo biógrafo en seguimiento de
una moda. La «llegada» al género biográfico, según sus propias
declaraciones, se origina en una necesidad interior y es el resultado de
haber cultivado la novela histórica11.
Diseño final
El hecho de que haya existido un plan tan concreto de trabajo y
de que en cada biografia se señale con tanta precisión la fecha de
comienzo y de término del trabajo, no debe llevar a pensar que su
obra biográfica es algo formal, rígido o cerrado. Por el contrario, el
esfuerzo no excluye la inspiración. Gálvez experimenta un imperativo
interior de escribir biografias. Buen cuidado tiene de explicar, cada
vez, qué lo motivó a ocuparse de determinado personaje, y cómo
operó una suerte de necesidad interior de escribir sobre él.
Repasemos, de forma muy sucinta, algunas características de las
biografias de Gálvez.
Fray Mamerto Esquiú fue escrita entre elide junio de 1932 y el
10 de marzo de 1933, en poco más de nueve meses. Fue traducida al
checo y publicada en una cuidadosa edición que incluía, en versión
castellana y checa, el conocido poema de Rubén Darío en homenaje al
franciscano. La obra en castellano tuvo gran éxito y repercusión.
En esta biografla se echa en falta una dimensión de Esquiú, acaso
la más importante, que sólo queda esbozada: el aspecto espiritual.
Gálvez mismo lo reconoce y lamenta no haber podido estar a la altura
de espíritu del personaje que admira. Delfma Bunge, su esposa, en
una carta escrita desde Alta Gracia se lo hace notar:
Me ha gustado mucho y me ha parecido más interesante de lo que
creía [... ] Pero hay algo -para mí- de suma importancia y que aunque
hay en tu libro alguna vaga alusión, debería decirse de modo mucho
lIef. GÁLVEZ, MANUEL. Recuerdos de ... Tomo l/I, ob. cit, p. 182.
BAAL, LXIX, 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁLvEZ 177
más claro. Yo creo que lo que nos ha quedado de Esquiú, lo que en tu
libro se ve, es el lado del revés de Esquiú. Su lado negativo. Falta todo
el otro lado. Se ven sus relaciones con los hombres. Y ni una sombra de
sus relaciones con Dios. Una vez que parece que fueras a decir algo de
eso, cuando te preguntas si en esas cosas consistia la santidad de Esquiú.
y te contestas que debia haber algo más: una irradiación de su persona
[ ...) La santidad de Esquiú, como toda santidad, tenía que consistir ante
todo en sus relaciones con Dios. Y de esto nada se ve. Es cierto que de
ello nada se sabe: él no dejó escrita una palabra... Pero esto no justifica
que el autor no hable del asunto, y no haga contar que nada se sabe y
no sugiere que esa parte ignorada debió ser grande y tuvo que ser la más
importante, etcétera l2 •
Hipólito Yrigoyen. El hombre del misterio J3 es, sin duda, una de
las biografias que más lo gratificó escribir. En la narración del proceso
creativo del Yrigoyen es donde aparece, de fonoa más destacada, su
concepción sobre el género biográfico. Le interesa la tragedia de un
hombre adorado por su pueblo, que luego es odiado por el mismc
pueblo, hasta el punto de llegar a quemar y a robar sus papeles.
Indagar acerca de la figura de Juan Manuel de Rosas lo tentaba
desde 1930, cuando investigaba con la intención de escribir El gaucho
de los cerillos. Sin embargo, fue el «descubrimiento» de Yrigoyen lo
que lo llevó a Rosas 14. Vida de don Juan Manuel de Rosas ls es una
biografia por lo demás amena. La contundente documentación en la
que apoya sus afirmaciones no la convierte en algo denso, pesado,
dificil de digerir. Por el contrario, cuesta interrumpir la lectura del
texto. Sus 570 páginas pasan velozmente y se leen con vivo interés
por la cantidad de anécdotas inéditas que ayudan a clarificar tantos
hechos, como, entre otros, la amistad y respeto entre Rosas y San
Martín l6 •
Illbídem, p. 184-185.
I3GALVEZ, MANuEL. Vida de Hipólito Yrigoyen. El hombre del misterio en
BiograjIDs completas 1, ob, cito
IOCf. GÁLVEZ, MANuEL. Recuerdos de ... Tomo IV, ob. cit, p. 419. .
I5GÁLVEZ, MANuEL. Vida de don Juan Manuel de Rosas, en Biografías completas
l/, ob. cito
16Cf.GÁLVEZ, MANUEL. Recuerdas de... Tomo IV, ob. cit., p. 422.
178 CRISTINA VIÑUELA BAAL. LXIX, 2004
Vida de don Gabriel Garda Moreno l7 alcanza gran difusión en el
Ecuador y en otros países de Hispanoamérica. Gálvez la comienza a
escribir el·20 de diciembre de 1940 y la termina el 27 de setiembre del
siguiente año, aunque aparece editada a mediados de 1942.
Apenas ha concluido la vida de García Moreno, el 1 de noviembre
de 1941 comienza a escribir Vida de Aparicio Saravid 8 y la concluye
al cabo de 10 meses de labor, el 28 de agosto de 1942. Desde su
juventud sintió simpatía por el caudillo uruguayo, como tantos jóvenes
de la época. Cuenta Gálvez que hacia 1900 no había vidriera de almacén
en donde no hubiese un retrato del último caudillo a caballo del Río
de la Plata.
Mientras escribía el Yrigoyen y estudiaba la figura de Rosas, fue
recogiendo documentación sobre Sarmiento. Nuevamente vemos a
Gálvez acometer una figura controvertida que divide a los argentinos.
Para llevar a cabo esta tarea, dedica largas horas a la investigación. Si
para y rigoyen se entrevistó con trescientas personas y para Rosas
pasó largos años en el Archivo General de la Nación cotejando los
ciento y cuatro legajos de la secretaría de Juan Manuel, para Sarmiento
invirtió centenares de horas en la lectura de los diarios de época.
José Hernández l9 es una obra por la que sintió enorme placer al
escribirla. Admiraba al poeta gauchesco desde su niñez. Había leído el
Martín Fierro en un ejemplar de la primera edición, antes de cumplir
quince años, y sabía de memoria muchas de sus estrofas. Es la más
breve de las biografias, apenas ciento veinte páginas. Recoge todo el
material existente al año de composición, 1945. El mérito del libro, no
cabe duda, es el de la concisión.
Don Francisco de Miranda 20 despertó el interés de Gálvez por
distintos motivos. Estudiar su figura constituyó el acercamiento a
Bolívar, biografia que tenía previsto llevar a cabo desde hacía ya
bastante tiempo. También porque al escribir sobre Rosas y García
Moreno lo habían acusado de ser defensor de dictadores y gobiernos
17GÁLVFZ, MANuEL. Vida de don Gabriel García Moreno. en Biogrqfias completas J,
ob. cit
ISGALvEZ, MANuEL. Vida de Aparicio Saravia. en Biograftas completas JJ, ob. cit
19GÁLVEZ MANuEL. José Hemández. en Biograflas completas J, ob. cit
lOGALVFZ: MANUEL. Don Francisco de Miranda, en Biograf/OS completas /, ob. cit
BAAL, LXIX. 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁLVEZ 179
fuertes. Al narrar la vida de este político venezolano quiso demostrar
que era capaz de escribir la biografía de un liberal auténtico,
probablemente francmasón, un gran espíritu ilustrado, del siglo XVITI.
Contesta así a sus acusadores: «A esos fanáticos del izquierdismo que
me suponían partidario de los dictadores reaccionarios, me daría el
lujo de refregarles por la jeta mi historia de uno de los más famosos
liberales del continente americano»21. Esta biografia no tuvo el eco
que Gálvez esperaba y esto lo atribuye al boicot que le hicieron los
libreros. Tampoco fue difundido suficientemente en Caracas.
Cierra el conjunto de biografias El san tito de la toldería. Vida
perfecta de Ceferino Namuncurtf2. Dedica este libro a su nieto Manuel
José, cuando este cumple seis afios, para que imite las virtudes del
indiecito santo. La pluma de Gálvez vuela en el texto. El personaje
está lleno de contrastes: el nieto de Calfucurá e hijo del cacique
Namuncurá se convierte en discípulo fiel de los padres salesianos. La
obra le lleva cuatro meses y medio: desde ell de mayo de 1946 al 14
de setiembre del mismo afio, aunque recién se edita en 1947.
El taller creativo de Manuel Gálvez
En los últimos cincuenta afios, la teoría y la crítica literarias se
han visto más atraídas hacia el género autobiográfico que hacia el
género biográfico. También son más abundantes las autobiografias
que las biografias. Desde cierto punto de vista, es más laboriosa la
tarea de narrar una vida ajena que la propia. Al mismo tiempo, quizá
el género autorreferido se ha desarrollado más en la cultura
contemporánea por una necesidad de expresar la propia intimidad y
como una búsqueda de sentido a la propia existencia.
Así como Philippe Lejeune es un punto de referencia c~n El
pacto autobiográfico23 , de la misma manera lo es André MaurOls con
Aspectos de la biograjitl4. En apretada síntesis, podríamos señalar las
2'GÁLVEZ, MANuEL. Recuerdos de ... Tomo IV, ob. cit. p. 574. .
22GÁLVEZ, MANUEL. El santito de la tolderfa. Vida perfecta de. Ceferlno
Namuncurá, en Biograflas completas JI, ob. c i t . . .
23LI!JEUNE, PHn.tPPE. El pacto autobiográfico. Mad~d: Meg~1 End~mton, 1994.
2AMAIJIlOlS, ANDRÉ. Aspectos de la biografia. Santiago de Chtle: ErctIla, 1932.
180 CRISTINA vnihIELA BAAL, LXIX, 2004
siguientes caracterlsticas que deberla reunir la biografia moderna en el
pensamiento de Maurois, a quien Gálvez sigue de cerca.
En primer lugar, toda biografia debe ser una investigación valiente
de la verdad, y el resultado de ésta, una transmisión verldica de una
personalidad. Luego, como consecuencia de tener mayor conciencia
de la complejidad de la realidad del hombre, especialmente con el
desarrollo de la psicología, las biografias deben ser más humanas. El
biógrafo ha de cultivar el empeño por meterse en el personaje e intentar
comprender su modo de ser y de vivir sin forzar y deshumanizar al
personaje por mantener una actitud moralizante. Finalmente, la biografia
moderna por su naturaleza misma, es al mismo tiempo, una ciencia y
una obra de arte. Veamos cómo se dan estos aspectos en Gálvez.
1. Son abundantes las afIrmaciones que hace respecto a que una
biografia debe mantener un compromiso con la verdad, postulado que
se exige a sí mismo con férrea voluntad. Por ejemplo, en la biografia
del ex presidente sanjuanino dice: <dlabiendo sido Sarmiento periodista
durante su vida entera, y polemizador con otros periodistas, la búsqueda
de la verdad me llevó a recorrer día por día los diarios en donde él
había escrito y los diarios en que escribieron sus enemigos. Los brazos
me dolían de pasar las hojas»2s.
La mejor alabanza que podía recibir Gálvez era que se afIrmara
que su obra biográfIca respetaba la veracidad del personaje.
Así, por ejemplo, cuando habla del caudillo uruguayo, confIesa:
«Sólo interesa saber si mi retrato de Saravia es exacto o no. Para eso
nada mejor que transcribir palabras de una carta del señor Sergio
Washington Bermúdez, a quien no conozco, a quien no envié el libro
y que fue ofIcial de Saravia. Dice este señor:
Es una hennosa obra. En mi carácter de uruguayo, escritor y oficial
del querido jefe caído en Masoller, felicito a Usted fervorosamente
por el acierto con que ha trazado la magnifica y gigantesca figura del
héroe. Solamente un profundo y concienzudo estudio de la persona
del Águila Blanca pudo haber dado a su pluma el acierto y la maestría
con que traza su retrato y sus hazafias: ímproba y notable labor en
15GÁLVEZ, MANUEL. Recuerdos de... Tomo IV, ob. cit., p. 506.
BAAL. LXIX, 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE OÁLVEZ 181
quien no conoció al General sino de ofdas. El sencillo e interesante
estilo que nos llevan a apurar su libro sin respiro, y la sinceridad que
de él emana, prestan nuevos encantos a su lectura, llevando él todo al
ánimo de quien se empapa en ella, el convencimiento de que lo que
allí se expresa es puramente la verdad y sólo la verdad26 •
Para alcanzar la verdad del personaje y de los hechos históricos
que 10 rodean, considera. que es preciso mantener iJna actitud objetiva
en la medida que esto es posible. De este modo, afinna que «la
imparcialidad debe existir en el espíritu del historiador cuando se
documenta y piensa en su personaje y en su libro»27. Ante la resistencia
de algunos a considerar que «el historiador no podrá ser imparcial, por
más que se 10 proponga», sostiene que, ciertamente, lo es, pero agrega:
dificil alcanzar la perfecta imparcialidad. Pero no imposible para quien,
como el autor de este libro, nunca ha sido político, ni tiene prejuicios de
clase o de cualquier otro orden. Para mantener una posición serena he
tratado de no apartanne nunca de mi punto de vista literario y psicológico.
Entre mis pocos méritos, figura el de ser imparcial. Lo he demostrado
cien veces y lo dice mi letra. Queda siempre, como es claro, un margen
de parcialidad, imposible de arrancar de ningún espíritu. Esta parcialidad
está formada por nuestro carácter, nuestra cultura [...] El historiador
debiera ser un espejo perfecto para que pudiera en él reflejarse con
exactitud la vida de los hombres y de los pueblos28 •
Esta actitud básica de imparcialidad encuentra su expresión en el
afán por investigar y fundamentar todo lo que afirma. Consciente de
que para ser riguroso, antes hay que ser estudioso e investigador, se
lanza a la búsqueda de fuentes sin ahorrarse esfuerzos. A título de
ejemplo, baste citar algunos pasajes de los muchos que refiere al
respecto. Para averiguar sobre Ceferino Namuncurá declara: «me
hubiera sido dificil documentarme sin la biblioteca del Jockey Club,
donde -encontré una veintena de libros sobre el indio y sobre la conquista
del desierto»29. Refiriéndose a Yrigoyen manifiesta:
26Ibldem, p_ 456-457_
"Ibldem, p. 428. _
UOÁLVEZ, MANuEL. Vida de Hipólito Yrigoyen. ob. CIt., p. 19-20.
2'OÁLVEZ, MANuEL. Recuerdos de ... Tomo IV, ob. cit., p. 582.
182 CRISTINA VImJELA BAAL. LXIX, 2004
Mis primeros pasos -y también los siguientes- en la búsqueda de
datos sobre Yrigoyen fueron harto penosos para mi. Debía convenir
entreyistas con personas que le habían conocido en su infancia, o en
su adolescencia o en sus primeros afios en la vida pública; que tuvieran
noticias verídicas de su vida privada, de sus amores, de su dedicación
a la enseñanza ... 30.
El trabajo sobre Yrigoyen constituye una auténtica investigación:
A los trabajos de buscar a la gente, hablar por teléfono, acudir a las
entrevistas, algunas en barrios lejanos o en otras ciudades, y escribir
largas cartas, deben agregarse los que realicé en el Archivo de la
Policía -donde encontré dificultades para entrar-, en el Archivo General
de la Nación, en sociedades espiritistas y, sobre todo, en las bibliotecas
Nacional y Mitre, leyendo diarios. He ojeado casi todos los periódicos
que aparecieron entre 1853 y 1933. Y hay que agregar los diarios de
sesiones de la Cámara de Diputados y de Senado de la Nación; y
también de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires,
del tiempo en que Yrigoyen fue miembro de ella31 •
Buscar la verdad del biografiado le llevó, en todos los casos, a
profundizar en el espíritu de la época en que se desarrolló la vida del
personaje en cuestión. Así en Yrigoyen, muestra:
tuve que estudiar a fondo la polftica durante las tres últimas décadas
del siglo pasado: enterarme de los muchos partidos y partiditos, de la
actuación de los hombres de entonces, sobre todo de los que fueron
jefes de fracciones. Estudié el krausismo, para lo cual debí leer a
Krause y a sus enrevesados discípulos españoles, como Sanz del Río.
Metí las narices en la psiquiatría: entre otras cosas, estudié el libro de
Jung, Tipos psicológicos, y consulté con médicos el caso de Yrigoyen.
Conservo una hoja de mi amigo el doctor Marcos Victoria, que ya
tenía renombre como psiquiatra32 •
Cuando se decide a escribir sobre García Moreno traza un plan
ambicioso:
lOlbídem, Tomo l/L. ob. cit, p. 190.
lllbidem, Tomo IV, p. 402.
l2Jbídem, p. 402.
BAAL. LXIX. 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁLVEZ 183
Aquí en la Argentina algo había que pudiera senne útil. Se me ocurrió
que en La Plata, en la Colección Farinl, en poder de la Biblioteca de la
Universidad, acaso encontrara periódicos del Ecuador. AsI fue. Alli
pude consultar -o mejor dicho, leer íntegramente- números sueltos,
pues no habla ninguna colección completa de diarios ecuatorianos.
Lel, para empaparme del espiritu de la época y conocer a fondo el
Ecuador, hasta los avisos. Porque mi libro no podrla tratar solamente
de Garcla Moreno. Yo necesitaba conocer su patria, el paisaje del
Ecuador, la historia del Ecuador, las biografias de todos aquellos
hombres que estuvieron al lado o en contra de García Moreno. Y
necesitaba, también conocer, en la parte que me interesaba, la historia
de Colombia y del Perú, naciones vecinas al Ecuador, pals con el cual
hablan estado en guerra33 •
Lo mismo sucede con la vida de Aparicio Saravia. Para
documentarse acudió a personalidades del Uruguay. Lo relata de la
siguiente manera:
Me enviaron algunos libros y me indicaron otros. En la biblioteca del
Jockey Club encontré abundante bibliografia sobre la historia del
Uruguay. Lo mismo en las bibliotecas Nacional y Mitre. Yo ignoraba
casi en absoluto la literatura uruguaya relacionada con las guerras
civiles. Fue para mí, pues, una sorpresa, y una serie de sorpresas,
encontrarme con hennosos libros 34 •.
Para escribir el Miranda estudió a fondo la Revolución Francesa:
me enteré de ella de veras, y creo haberla contado con veracidad
absoluta e imparcialidad. Encontré en esa Revolución ejemplos
admirables y aun sublimes, como la muerte de los lideres girondinos
[oo.] Pocas veces en mi vida de gran lector, he sentido tanto placer
como al ir enterándome de la Revolución Francesa, de los espantosos
sucesos que durante ella acaecieron y de los hombre que en ella
actuaron3S •
"Ibídem, p. 446.
"'Ibídem, p. 455.
"Ibídem, p. 574.
184 CRISTINA VIÑUELA BAAL, LXIX, 2004
2. Una segunda característica que aparece con claridad en las
biografias de Gálvez es que logra mostrar al personaje de forma muy
humana. Par!1 Gálvez era importantísimo alcanzar no s610 la verdad
del personaje, sino también saberlo presentar en su humanidad, de una
manera cercana. De todos sus biografiados, pretende llegar a lo más
íntimo de la personalidad de cada uno. No se contenta con un bosquejo
superficial o un articulado más o menos logrado entre sucesos hist6ricos
y personales con algunos rasgos psicol6gicos. Cuando entrega a Alvear
un cuestionario previo para que responda sobre Yrigoyen, le dice:
Necesito conocer sus rasgos morales y fisicos, los más constantes en
él, a fin de descubrir el resorte moral de su vida, su unidad intima,
pues quiero que mi libro tenga la unidad secreta que debe tener. Me
interesa el saber cómo veía los acontecimientos y los hombres, para
verlo yo todo a través de su espíritu, y el reflejo de su personalidad en
los que lo rodeaban. Mi asunto es el desenvolvimiento sentimental y
espiritual de Yrigoyen. Así entiende Maurois el género de la biografia,
en el que es maestr0 36•
Por eso le interesan los pequeños detalles que dan idea de c6mo
es un hombre; pedía a sus entrevistados que le hablaran:
del tono de su voz, de la forma de conversación y de cómo un hombre
es para nosotros, ante todo, un cierto aspecto fisico, una cierta mirada,
gestos familiares, una voz, una sonrisa unas expresiones habituales
[... ] Una vida humana está hecha de ciertos temas esenciales. Ejemplo,
el de las flores en la vida de Disraeli, según Maurois. ¿No habrá
habido algunos temas de esa categoría en la vida de Yrigoyen? Su
vida íntima es lo que más me interesa. Quienes lo han tratado, aunque
él nunca hablara de su intimidad moral, tienen que recordar
innumerables pormenores, anécdotas, frases, opiniones, juicios, gustos,
que revelan esa intimidad. Yo sólo pido que me refieran todo eso. La
interpretación corre de mi cuenta. Con esos hechos trataré de hacer la
historia de la evolución de su alma, que es en lo que consiste la
biografia, según André Maurois37 •
36lbídem, p. 393.
37lbidem, p. 393.
BAAL, LXIX, 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁL VEZ 185
Cuando narra el modo en cómo preparaba la biografia sobre Rosas,
sus palabras, además de reflejar la enorme importancia que concedía a
la búsqueda de fuentes y datos, ponen en evidencia su capacidad de
situarse en el núcleo íntimo de la vida del biografiado:
No organizaba mi documentación. Ni hice un fichero. Tampoco
estudiaba los papeles después de copiados. Ni se me ocurrió copiar un
documento por entero. Dejábame llevar por el instinto. Utilizaba papeles
de escaso tamafio, y allí copiaba la fecha, el nombre del autor de la
carta -si de carta se trataba- y las frases para mí interesantes. Mi ojo
clínico me advertía que del documento que tenía en las manos sólo
tales y cuales palabras me servirían. Y puedo asegurar que nunca
copié una frase que no me fuese necesaria. Mis ojos iban derecho a lo
esencial. Y al margen de cada frase copiada, intercalé muchas ideas
que acaban de ocurrírseme, sea sobre la psicología de Rosas, sea sobre
cualquier suceso de la época. Como en mis novelas, había hecho un
plan, dividido en capítulos, y para cada capítulo tenía una carpeta.
Como es de suponer, los papeles que llenaba en el Archivo no
convenlan cada uno a una carpeta. Cortaba el papel en trozos pequefios
y colocaba cada uno en la carpeta correspondiente. La desgracia era
que, por olvido o por prisa, no escribía en cada trozo el número de
legajo en donde estaba. He aquí por qué mi documentación, tan rica
en pormenores, no puede ser utilizada por nadie, ni por mi mismo. Mi
habilidad y mi rapidez para encontrar el dato que me convenía sólo es
comparable con mi inhabilidad para ordenar y guardar ese tesoro. De
tal manera que si quisiese publicar una edición con notas, en las que
estableciera el lugar exacto en que está cada documento, me sería
imposible hacerlo. Puede, pues, darse por perdida mi documentación.
Es cosa de llorar a.gritos ... 38 •
Gálvez logra, especialmente en aquellas biografias en que ha
podido ~ontar con mayor cantidad de fuentes y documen~ción, un
héroe descrito en su cotidianeidad, donde muestra, de forma sunultánea,
un personaje en su grandeza y también en su bajeza. As! advierte:
'8Jbídem, pp. 420-421.
186 CRISTINA vIÑUELA BAAL, LXIX, 2004
El lector perspicaz, el que desea comprender, ve la documentación detrás
del texto. La vemos en Bainville, en Gaxotte, que no ostentan sus papeles,
lo que ahora llaman fichas, Y además, no hay escritor capaz de inventar
tal éantidad de pormenores -muchos de ellos totalmente inéditos- que
llenan las páginas de mi libro (Juan Manuel de Rosas)39.
Para lograr captar lo mejor posible la personalidad del biografiado
se vale también del estudio de los caracteres de su letra y caligrafía.
Por ejemplo, refiriéndose a Rosas dice: «Para estudiar su personalidad
utilicé la grafología, la psiquiatría y la fisonomía. Su letra es muy
característica y revela su poderosa personalidad, su lógica y su
capacidad de acción»40.
En todas las biografías; mediado el texto, después de haber
presentado al biografiado en su época, durante su infancia, adolescencia
y juventud, Gálvez detiene la narración de sucesos para decantar y
reunir los distintos aspectos que han aparecido de la personalidad del
personaje, ofreciendo al lector un retrato. El último capitulo de la
primera parte del Yrigoyen lleva el título de «Intermedio», dividido a
su vez en dos apartados: «Retrato fisico» y «Retrato moral». En una
veintena de páginas, describe su aspecto corporal, en particular el
rostro a partir del cual describe la enorme autoridad del caudillo radical.
Los rasgos de su temperamento: conversador y sentencioso. Pulcro en
el uso del lenguaje: <<jamás, ni entre sus íntimos, ha soltado un temo,
ni la más inocente de las palabras sucias»41. Nadie como él ha poseído
«el arte de smprimir distancias»42. Lo describe en su vida íntima de
esta manera: «su casa es de una austera pobreza [... ] hay pocos muebles
bastante pobres [... ] ni calefacción -salvo en los últimos tiempos- ni
sillones cómodos»43. De esta forma describe su horario:
se levanta a las seis de la mafiana. Lección de esgrima, aun durante la
segunda presidencia, cuando tiene setenta y seis años, y una ducha
fría. Escribe un par de horas [...] En la casa no se cocina. Yrigoyen se
hace llevar la comida, en viandas, de un hotel de la avenida de Mayo,
J9¡bídem, p. 428.
4OIbidem, p. 425.
4IGÁLVEZ, MANUEL. Vida de Hipólito Yriogoyen, ob. cit, p. 197.
42lbídem, p. 199.
4Jlbídem, p. 201.
~ 1.68
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Sl ___ loe hombrea ~la mano en el hombro o en
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el brazo y oIi.(l!Iolpecit<»en la rodill~~
~~~~~~~~~~~m~b(ro~
~ y les toma las
garlas, buen conocedor COPIO
prop6elto que eue enemigos le atrlbuyGn.Las hace por 8impat!a GLU
mana,con modo patel'nal.li:n esto,Yr1Soyen tlene algo de común con
Jorge Sand .S1 la gran ascr1 tora, por amor teórico a la humanldad,
-~~<\!;¡:l'.,)
se ~11:Ó·8 hombres,Hlp6lito YrlC;oyan,por- amor te&
~o~ •
rlco a la huoanldad,acaricib. ~ ••• Rt.o a ~ las muJere ...
~~o ~ .:lC'INl<I. .." <t""" ~ yj,.aJ,,.,.. .AO
~j¡¡¡,"""I~"''' ~rmQJ"j,ea,a..-.!o.eil" 81'1 88ft
~~~-,~~~~-e~th~~ea~~~",Ellae lo s1enten como a un pa-
dre.Y salvo en los muy raras "ses en que se va. a la av"nt.ura Ir@.
pleta,eeas ternuras de vl"Jo,qua no sonobscenas,oomo lmaginan as
muoho de
1II&11elosos enemigos, tl enents: m~II¡¡¡".IIIIIi..._wi:w.w •••wllljl_.Il •••'"
sentimental y enplrl tual.
x x x
¿C6mo vlve Hlp611to Yrigoyen? Conozoamos primero el fonooWü
retrat,.o,au ambiente.a,su ca.'s~de una austera pobreza.Muonoa a-
dos haoe que vive en la wodeet!elma morada de la. oalle Brasl1,la
que serll: "la oueva" para sue enomigos y pooo menos que tul san-
I.....f.!n eBt110.~
tuarl0 para sus tieles.Ea un edifIcio de un piso alto~~rlgoyen ~
cupe. eate pl.o~con BU hija y au secretarla.Lae plezaa oorren Jun
to a una ~ler!a,cerrada por vltrales.El eecritor10 de Yrlgoyen,
BAAI., LXIX, 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁLVEZ 187
en el que ha almorzado durante afios, antes de ser presidente [... ] no
duerme siesta. Presidente o no, dedica largas horas a las conversaciones
con amigos, correligionarios y visitantes, a quienes recibe de a uno.
No toma nada a la tarde. Tampoco fuma. Se acuesta a las nueve y
media de la noche44 •
Así se podría continuar largo rato ilustrando cómo logra Gálvez
presentar al biografiado.
Al comenzar el retrato moral, Gálvez se hace especialmente agudo:
Hip6lito Yrigoyen no es un hombre de psicología complicada, como
se cree. Hay en sus actos una lógica que no se desmiente jamás [oo.] Su
rareza proviene de la sencillez esquemática de su alma y del contraste
con ella y el ambiente [oo.] Como todo hombre introvertido, no es
hombre de acci6n. Su escasa acci6n es la propia del introvertido [oo.]
Carece de sentido práctico [oo.] Obstinación: carácter típico del
introvertido, según Jung. Nadie más obstinado que Yrigoyen [oo.]
Características del temperamento introvertido, que posee Yrigoyen en
alto grado: taciturnidad; convicci6n de que no le entienden; elevada
estimaci6n de sí mismo cuando se siente comprendido; dificultad
expresiva, sobre todo de los sentimientos íntimos; afán excesivo de
llamar la atenci6n4s •
Pero esto no es exclusivo de Yrigoyen. También en el Rosas, en
un capitulillo de cerca de cuarenta páginas intitulado «Intermedio: el
hombre» se lanza al desafio de entrar dentro del personaje y tratar de
entenderlo:
Es ardua tarea la de penetrar en su alma. Pongamos a contribución
todos nuestros recursos viejos y nuevos: los pinceles, la máquina
fotográfica, los instrumentos para obtener una radiografía del espíritu.
.Estudiemos sus palabras, sus hechos, sus cartas, sus escritos diversos, su
letra, su fisonomía. Y acaso asi, y con imparcialidad y buena fe, logremos
comprender y mostrar a los demás su extrafla, su enigmática figura46.
"Ibldem, p. 202.
4SIbldem, p. 203. .
46(JÁLVEZ, MANuEL. Vida de Juan Manuel de Rosas, ob. Clt., p. 272.
188 CRISTINA VIÑUELA BAAL, LXIX, 2004
Así va describiendo en pequeños capítulos los rasgos de su
inteligencia como la astucia y la hipocresía, su capacidad imaginativa,
los rasgos de su temperamento. Presenta a un Rosas afectivo y tierno
en contraste con la imagen de frialdad con que se lo ha retratado
habitualmente. Se describen tanto sus virtudes -la laboriosidad, la
honestidad, la sencillez, la lealtad, el control de sí mismo ...- como sus
defectos -la desconfianza, el orgullo, la suspicacia, la mentira como \
recurso político-47 • Una vez más en Gálvez aparece la necesidad de
llegar al núcleo de la personalidad del biografiado:
Cada hombre, aunque no lo manifieste, tiene un tema. Quiero decir: una
razón de vivir, una preocupación constante, una meta y un ideal. Un
tema en el sentido musical del término. Un motivo que constituye el eje
de la vida y, que si desaparece, volverá pronto a reaparecer. El tema de
Rosas es el orden. Tema de acuerdo con su instinto de dominación, con
su aptitud de mando. El orden es su pasión, su obsesión48 •
En el caso de Gabriel García Moreno, después de presentar sus
características morales e intelectuales, introduce una interesante
distinción en el capítulo «Iniciación presidencia}». Gálvez sabe situar
los rasgos del carácter en el tiempo y en el espacio de la vida del
biografiado. Considera equivocado valorar toda la vida de una persona
sin precisar los momentos en que los sucesos tuvieron lugar, negando
de esta manera la posibilidad de cambio o de mejora:
Sería erróneo pretender hacer la psicología de este hombre tan complejo,
de este hombre de tan rica naturaleza, tomando en conjunto su persona
y su vida. García Moreno va a cambiar totalmente, en los aspectos
defectuosos de su carácter, como sólo cambian los santos. El orgulloso
se hará humilde; el vengativo, misericordioso; el despótico, tolerante.
No digamos más. Ya llegará el momento de mostrar su alma en plena
transformación y en el completo vencimiento a que aspira. La psicología
de un hombre de esta especie, en el cual la voluntad de perfección
llega a matar al ser antiguo y a dar vida a uno nuevo, ha de estudiarse,
si no paso a paso, por lo menos en los momentos esenciales en los que
una jornada empieza o termina49 •
47Cf. Ibldem, pp. 303-309.
48Ibidem, p. 286.
49GÁLVEZ, MANuEL. Vida de don Gabriel Garda Moreno, ob cit, pp. 704-705.
tv1A l\JUE~ QAL- VEF-;t.
Vij)A .DE DON JlWf .MANtJEL .DEJWSA es
_¿~ J.c. IJI.chu.¡ ~ ~ -
FY'i Me.'C" a P¿~Te·.
LA f?o..sio~ tJ EL ORDEN
I. -EL VENCEDOR DI!; Lrt AllAh·,i.U tA
~ ~~: "~>tUimos dí". de Junio .~~~""_
b&l~ por la pampa .................... . De ade hi>oe nora. at ... vi!.
ea lb .estanoia 'ILos Cerrillos ll ., lnmensa como un telt
do,en l&. que busca. J. propietario. 6Abe que lo ancontrt&.r-:t eh
el pue.t.o La Ind~"nAancia. ¡Leguas para
llegar hasta. "lltj Q e~" l~ C1Vll1z .. ción! ~s
all~ Viven lo. lndl0.,con .us lanz~s,.us bole .. do .... y 1.. e.p&~
Qm8nuza de SUB mMlon8e •
......................... E"rente .. 1 patrón. Sl no lo oonoo18-
~~s~... que ~ él.No por BU vestimenta - chiripll
de bayet&. oolorada y c&.misa ceñiáa "1 ouello con un pañuelo ta.m-
biotn oo'.oZ'iOdo _"que es 1.. de \ u"ñ+<*r:::.o) .lno por BU ".pacto iI
SU tipo. EB un nombre Joven y rub~eintisiet.e alios,de .ó11-
da iI e.pléndida tlgura iI de rostro .. faltado y exoepclona~. ~_
110:OJos azules, tez mUil blanca y r05ada ,mirada penetrante,pati-
lla. de ancha ba.e. Todo en "1 revela ...... fu.r7AJVlrilldad.
El estanciero lse el pli.go que le mandan con urgenoia des-
de Buenos J.ires.Es un llamado dJ;;~ler Prtln Rodrtsu.z,fl~
manta g.n.r"l en Jete del 'sJ*cI~LEnIorma sobre ~,\J'<lI1!,t,
k 1.. ciudad, Teme que .J8Obreveng&n\.- luctuosoiG ;idA ji' i~
""l .. .... defender .. 1 Goolemo,c~n c u a
. . . . . . . . . ...,.allC,pa - n._
BAAL, LXIX, 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁLVEZ 189
3. Una característica que destaca en la obra biográfica de Gálvez
es la adecuación de la estructura interna de la obra y de la metodología
de trabajo con el objetivo de imparcialidad y presentación cercana del
personaje. Antes de ponerse a escribir sus obras, de cualquier género
que fueran, Gálvez se trazaba el plan completo, la estructura que
tendría, los capítulos y sus diversos acápites. Hasta tal punto era así,
que no comenzaba a escribir sin tener claro el esquema que seguiría,
aunque esto pudiera significar demorar una obra o no llegar a plasmarla.
De esta fonna narra la génesis del Yrigoyen:
En las últimas semanas del afto '32, si es que empecé entonces, y todo
1933, sólo escribí cien carillas justas [... ] Renuncié al menos por el
momento, y la prueba es que pensé en él durante dos afios y varios
meses. O pensé con nostalgia, lamentando que no me visitase la
inspiración y se me ocurriera el plan digno de mis ambiciones. Debí
pensar mucho, en ratos perdidos -que en este caso, eran ratos ganados-
porque un dfa, y en la más rara forma que pueda imaginarse, la
inspiración me vino. Me hallaba enfermo en cama y con fiebre [... ] en
uno de esos días de mi enfermedad, me sentí de pronto iluminado: vi
el plan de mi futura biografia de Yrigoyen. Ahf estaba ante mis ojos el
fndice, con el número de los capítulos y los titulos que tendrían. Tomé
nerviosamente, febrilmente, una hoja de papel y un lápiz y escribí ese
índice, tal como si alguien -¿Dios, el subconsciente, o lo que fuere?-
me lo hubiese dictado momentos antes mientras yo, en pleno auge del
mal, permanecía con alta fiebre 50 • .
Afios más tarde, al empezar la biografia de Rosas, Gálvez ha
ganado en experiencia: «También hice un índice minucioso, donde
estaban todos los temas de los muchos parágrafos de la obra. Esto me
salió muy bien, y lamento no haber hecho igual con el Yrigoyen»51.
En la Biblioteca de la Academia Argentina de Letras, se conservan
los originales mecanografiados por el propio Gálv~z .. Al recorr~r. sus
págiruis se advierte la habilidad que tenía para escnblr. Con faclhdad
el lector imagina su modo de proceder. Reunida y seleccionada la
SOGÁLVEZ, MANuEL. Recuerdos de ... , Tomo 11/, pp. 193-194.
"Ibídem, Tomo IV, p. 425.
190 CRISTINA vlÑUELA BAAL. LXIX, 2004
documentación por utilizar, disefiaba el índice acabado, al detalle.
Luego se lanzaba sobre la máquina de escribir. Un día tras otro, hasta
concluir el plan de trabajo. Al término, una lectura atenta provoca
anotaciones. que perfeccionan el estilo. A mano, con letra prolija y
legible, apunta el texto en su versión defInitiva. Concluida esta tarea,
el texto sale para la imprenta. Sin descanso, comienza la obra siguiente,
siempre según un metódico plan.
El lector de la obra biográfIca de Gálvez comprueba con facilidad
la verdad de estas palabras de su autor: «deseaba agotar la
documentación»52 o «mantuve una heroica lucha por documentanne»53.
Si bien es abundante el material que aparece en cada obra, sin embargo
no es todo aquel sobre el que ha trabajado. Es mayor aun el volumen
de documentos que subyace sin que se mencione su fuente:
muchos nombres se me han perdido porque mis papeles no estuvieron
siempre en mis manos. En una ocasión, se los presté a Telmo
Macacorda, que preparaba un Alem. Se llevó mis papeles a Montevideo
y me los devolvió desordenados. Lo que nunca me devolvió fue el
testamento del <anazorquero» AlemS4•
Refiriéndose también a su Yrigoyen, sefiala que los datos que le
reveló un informante, Bermúdez Zolezzi, que debía ser uno de los
jefes de Martín García o el ofIcial que lo visitaba por encargo del
gobernador de la isla, los dejó de lado: «Este sefior me contó cosas
estupendas, muchas de las cuales no encajé en mi libro»55.
La razón fundamental de no incluir toda la bibliografia consultada
y estudiada era el lector: no quería aburrirlo, agobiarlo, por querer
demostrar una erudición arrolladora. Así explica su propósito en la
biografia de Rosas:
No me propuse escribir una obra para eruditos. Vacilé mucho antes de
decidirme por el tipo de biograffa que iba a realizar. Opté por un libro
para el pueblo, sin notas ni citas que entorpeciesen el relato. Esto se
52Ibídem, p. 395.
53Jbidem. p. 390.
54Ibídem. p. 402.
55Ibídem. p. 398.
551
~~....J.~.'\"
estas olasificaciones se establecs( edad,loR 8flrvlo1oA
hayan prestado a la FGderaci&n,el no l~.var bi,;ote o hab';r,elo
qu1tado.el no unf\.r la dlvlFm. He aquí dlversH.'! anotaclones: 1t .l!!a
par¡uete de frac,unltarl0")J(~ué preso por ha~i...nt!n contra ,,1 su-
perior Gobierno y l.ti Federación" ¡ce I!:ep¡"rcía n~~~las en fa.vor
de 108 enemlgoFJ de la Federa'!lón ll jn Futf preso por""ner corres-
pondencia seguida c;on lOA salvaJee llni.tarlo8 eJtlsten~-B
en Mon-
tevideo". como na ve.trd'tal'B de 10 '1U8 hoy e 11tlm& lid rrotlRw
~ ..... ¡¡;¿." Q" ,....:.... W ......... ,..~ .¡, fI-'"..' ~. .
o de lndlv1nsque 98 cOTllunican con el enemigo" urClon B la .....
"""'{~1 de 1914, ... Ulareo de derrotista. D.enarán lao c.creele,
4-.~.
de Francla o oer.cn ;;
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extranjer~~~. . . .
~
y _ Francia_ ... ""-'l V-- cIo...I..:t;.,. ~ ?i>
c: Nlngunn de estos preso;fiTa fUf!l~O. Pasan en laf!. prisio-
nss unoa d!'a!J o un~~9 horaa,Msta que BUS fal'1111ss les encuentran
los personeroA, A veces,loe perRonero~.deepuáB de PU6Udo~,Be es·
J¡,
fta tableos que e¡;OS anlmalee E!f')l\ II rara ~yudar
~ contra 109 inmundos tranoeses Y 108 ealvajss
~ ~ Q1-.
'"~ La pollcía vigila ..ae aseas, _ la Doeta
-;;1::' del río. Cada un1tt\rl0 que
. . . . !LUye ea un soldl\do MIlI par.. La_llo. "n 0.00 tlempos en que mll
~ hombre. conatJ.tuyen un roe.ular eJérc,t o , ¡oóm... ha de deJs.r. Ro-
~ aa"f.que ... e.capen? Oeopus. l1e esta I!ousr",,~ "'
. . .- - -. . . . .- e·
~.~,....
_.. "qUS e. • •_ _ _ _. _ Cl.vl1 e in1.ernaaJ.onal.habroÍ en el. mun-
I!-~ 40 muchas suerraa y 81empre 5e ver4 cast!&ar con el 1u~11&mlen
__o
~o a Qulenel intenten pasar LJ aaMP~ enem160 . ~llareB de hom-
BAAL, LXIX, 2004 EL TALLER BIOGRÁFICO DE GÁL VEZ 191
hallaba de acuerdo con mi temperamento de novelista y de artista, y de
acuerdo, también, con mis gustos de lector. Esas historias y biografías
cargadas de notas, en las que se indica el lugar en donde se halla cada
documento, me han aburrido siempre. ¿Qué le importa al lector que el
documento esté aquí o allf? Debe dárserle al autor, si es escritor
responsable, se entiende, un poco de crédito, ¿Qué digo? Mucho crédito,
muchísimo. El lector debe pensar que si el historiador falta a la verdad
en forma grave, ya saldrá alguien quien lo demuestreS6 •
y reitera a propósito de las notas:
Nada debe decir el historiador que no sepa de verdad, pero no hay que
llenar la página de notas, que distraen al lector. Y es lógico que así
sea: si uno va leyendo con interés una página dramática, ¿cómo ha de
gustarle que lo chisten para que se entere de que esa página está
basada en tales y cuales papeles, los que se hallan en tales y cuales
partes? Todo eso es pedantería. El escritor no debe mostrar su esfuerzo.
Hasta es de mal gusto mostrarlo. El historiador, por lo general,
menciona minuciosamente sus fuentes para que se diga: '¡Cuánto ha
trabajado este hombre! Su libro ha de ser bueno'. Y luego, hay aquella
ingenua vanidad de poder escribir al pie de la página: 'Documento en
mi archivo ... '. Decidi, pues, escribir un libro que todo el mundo pudiese
leer. La documentación no fue escamoteada. En ocasiones, figuran las
fuentes en el texto mismo. Y al final, publiqué la copiosa lista de
libros que me había servido para cada capítulo o grupo de capítulos.
Pensé que, estando todo fundado en la verdad, quien dudase no tendría
sino que acudir a las obras mencionadas en la biografTas7 •
Sin embargo, a pesar de lo afirmado, en algún momento pensó
incluir notas, sobre todo cuando se referían a la ampliación de algún
tema que, de incluirlo en el texto, hubiera provocado constantes
digresiones, perdiendo el hilo esencial de la narración. De esta forma
explica su forma de razonar en el caso del Yrigoyen:
56Ibldem, p. 421.
"Ibldem, p. 423.
192 CRISTINA ~LA BAAL, LXIX, 2004
Tenía pensado poner notas, y ahora me arrepiento de no haberlo hecho.
Redacté las de los ocho primeros capítulos. En ellas hay cosas tan
interc¡santes que merecían ser reunidas en un librito [oo.] En las notas
iba a dar los nombres omitidos en el texto. Así refiero que 'uno de los
militares que se hacía rizar las melenas era el coronel Pedro Timote';
que el joven que traicionó la intentona revolucionaria era tucumano y
se llamaba Ernesto González Colombres; [ ... ]S8.
A propósito de Aparicio Saravia, Gálvez aftrma que el biógrafo
moderno debe huir de cuanto sea fárrago y peso muerto: listas de
nombres sin relevancia para la investigación, transcripción de
documentos in extenso y de la excesiva minuciosidad. Solo así podrá
hacer un libro viviente y claro, ágil y humano, interesante y agradable.
Por eso, en sus biografias no aparecerán descripciones pormenorizadas
de batallas, que pertenecen a la historia militar. Los textos se centran
en hechos fundamentales. «Hallas la esencia de las almas, de los
sucesos y de los conflictos humanos, he ahí mi aspiración»s9.
De las abundantes citas presentadas en este artículo, se desprende
que el arte de biografiar, en la mente de Manuel Gálvez, constituye un
trabajo interdisciplinario, donde concurren el oftcio del historiador
que busca las fuentes y estudia la época; el del literato que se esfuerza
por encontrar las formas que mejor expresen el contenido a transmitir
y el oficio del psicólogo que debe desarrollar la habilidad de penetrar
en el alma del personaje que intenta biografiar.
Frente a la obra biográftca de Gálvez, se tiene la certeza de estar ante
uno de los escritores con mayor habilidad en el arte de biograftar. Estudiar
con detenimiento la concepción o poética biográfica de este autor
contribuirá a enriquecer una disciplina que despierta un interés creciente.
Cristina Viñuela
SlJbidem, pp. 403-404.
S9GÁLVEZ, MANuEL. Vida de Aparicio Saravia, ob. cit, p. 1271.
DON QUIJOTE EN LA PRENSA.
VEINTE ARTÍCULOS DE AZORÍN
Sin cruzar nunca el océano, Azorin mantuvo una larga y profunda
relación con la República Argentina, debida principalmente a su
condición de colaborador del diario La Prensa, de Buenos Aires. Su
primer artículo aparece el 30 de marzo de 1916. El último, según el
recuento de E. Inman Fox, es del 21 de enero de 1951 1• Son por 10
tanto treinta y cinco años de sostenida relación laboral, que ambas
partes cuidaron con especial esmero. Azorin hizo su aparición en el
diario porteño junto con Ramón Pérez de Ayala y ambos fueron
presentados el mismo día por Francisco Grandmontagne en un elogioso
artículo.
Miguel de Unamuno escribía el 17 de diciembre de 1907 a Zulueta:
"Mi situación económica se ha resuelto gracias a los americanos.
Entre La Nación, de Buenos Aires -mi tribuna de hoy-; Caras y
Caretas, también de Buenos Aires, y el Diario Ilustrado, de Santiago
de Chile, me han emancipado, ¡gracias a Dios!, de la prensa española.
Allí pagan triple que aquí y agradecen quíntuple". Y el 16 de enero de
1908, en carta a Pedro Jiménez Ilundain leemos: "Sólo La Nación,
donde el año pasado me han publicado cuarenta, me da muy cerca de
5000 pesetas y ahora tengo además Caras y Caretas; y en breve un
diario chileno"2.
Si bien ni articulista ni diario son los mismos, es fácil suponer,
dadas las afinidades, que ocho años más tarde Azorin, al acceder a La
IJNMAN Fox, E. Azorin: guía de la obra completa. Madrid: Castalia, 1992. 347 ~.
Emilia de Zuleta señala que tras la reapertura de La Prensa en. 1956 Azonn
continuó colaborando, aunque en fonna muy espor'dica.
2Epistolario completo Ortega-Unamuno. Introducción de Soledad Ortega
Spotorno. Madrid: Ediciones Laureano Robles, 1987. 192 p.
Agradecemos a Gerardo Ancarola el habemos facilitado estos datos.
194 .VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL. LXIX. 2004
Prensa, sentiría la misma satisfacción expresada por Unamuno en
estas cartas., Sabido es que durante su exilio parisino (desde octubre
de 1936 hasta agosto de 1939), los pagos del diario porteño
constituyeron su única fuente de ingresos, y que su estadía en París
fue desahogada y confortable, según revela Ramón Llorens García3 •
Por otra parte, duele advertir en las actuales circunstancias que nuestro
peso argentino valiera tanto en Europa durante la primera mitad del
siglo.
A lo largo de esos treinta y cinco años, Azorin escribió casi un
millar de artículos para La Prensa. Los dirigía en primer lugar a sus
compatriotas residentes en la Argentina, por lo que en un principio no
se lo ve preocupado por captar la atención de lectores de otra
nacionalidad, si bien debemos suponer que al poco tiempo los
argentinos, hijos y nietos de españoles, pero también hijos y nietos de
inmigrantes de tantas nacionalidades, lo leerían con interés, puesto
que sus artículos fueron ganando espacio poco a poco hasta ocupar la
página entera y porque acabaron apareciendo sólo en el privilegiado
(y admirable) espacio del suplemento literario de los domingos, junto
a otras fIrmas tan encumbradas y valoradas como la suya.
En cualquier caso, su actitud hacia la República Argentina es
constantemente admirativa y elogiosa. Azorín nos mira como los
Estados Unidos del Sur, jóvenes, pujantes y poderosos. En muchas
ocasiones expresa su afecto y sus deseos de conocer nuestro país. Por
diversos motivos, siempre pospuso el viaje.
Como emisor de un mensaje que se prolongó a lo largo de tantos
años, tiene una curiosa actitud en la que se combinan el
d~sconocimiento respecto de la realidad argentina, una generalizada
admiración por lo que entonces éramos -y prometíamos ser- y un
profundo afecto hacia el periódico que tan bien lo trata y hacia el
público que tan bien 10 lee. La calidad del diario La Prensa de esos
años justifIca ampliamente el elogio sostenido de Azorín, que hasta
pondera la efIciencia de sus tipógrafos, que tan bien descifraban su
letra cursiva, y la belleza de sus impresiones.
En 1916 Azorín tenía cuarenta y tres años y era un escritor
sufIcientemente conocido, tanto en España como en América, por 10
)LLORENS GARCiA, RAMÓN. El último Azorin (1936-/967). Salamanca: Universidad
de Alicante, 1999. 163 p.
BAAL, LXIX, 2004 DON QUIJOTE EN LA PREN&l 195
que ni siquiera en su primer artículo siente la necesidad de presentarse
o de aludir (con el propósito de ganar su simpatía) a los lectores, a
quienes se dirige por primera vez.
Azorin es en esto visionario, porque parece asentar su actitud de
articulista en el actual concepto de panhispanism0 4• Tiene que transmitir
un mensaje. Lo viene haciendo desde hace años y ahora sencillamente
su radio de acción gana once mil quilómetros y llega a estas costas,
donde sus nuevos lectores hablan su misma lengua y respiran la misma
atmósfera cultural en que él se desenvuelve. No parece inquietar al
escritor alicantino el hecho de que buena parte de esos lectores sean
argentinos y que, inmersos en la lengua y atmósfera compartidas,
vivan, por el simple hecho de habitar el continente americano, otras
realidades totalmente desconocidas para él. (Recordemos las enérgicas
afmnaciones de Ortega en el famoso ensayo que dedicó a Azorin:
"Nada más opuesto a América que un libro de Azorin.")5. Pues con la
mayor naturalidad, Azorin seguirá hablando en sus artículos destinados
a La Prensa de su único tema, España, matizado con referencias a
Francia y al resto de Europa. Supone que a los americanos, por ser
americanos, tiene que interesarles Europa, y que a los argentinos tiene
que interesarles España. Por ser colaborador de un diario argentino no
se siente obligado, al menos en un primer momento, a estudiar la
realidad americana, inconmensurable, por otra parte. Su dilatada
colaboración prueba que conocer nuestro medio no era una condición
necesaria para transmitir su mensaje.
Ahora bien, la tarea de Azorin como cronista (le gusta llamar
crónicas a sus articulos) tiene una raiz noventaiochista y un doble
propósito: analizar su realidad histórica y compartir sus lecturas.
Martinez Ruiz está didácticamente empeñado en invitar a la reflexión
en tomo al hecho de integrar la gran comunidad panhispánica, y
propone a los lectores americanos compartir su realidad española y
europea. Su propuesta pareciera ser: Conozcámonos a nosotros mismos.
4Según el DRAE, "Perteneciennte o relativo a todos los .pu~b.los que hablan la
lengua española". Ver BARCIA, PEDRO LUIS. "Las labores panhlspanlcas en tomo a la
lengua". En Boletín de la Academia Argentina de Letras. Tomo 67, n.o 263-264
(2002), pp. 47-51.
'ORTEGA y GASSET, JOSÉ. "Azorín: primores de lo vulgar." En El espectador 2.
Madrid: Renacimiento, 1917.
196 VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL, LXIX, 2004
La Primera Guerra Mundial, los partidos políticos tradicionales, la
vida parlamentaria, los medios de comunicación y transporte, la
cuestión catalana, la dictadura de Primo de Rivera, el Directorio, la
República Española, son asuntos que analiza en repetidas oportunidades.
Son frecuentes también sus reflexiones en tomo a la historia de España.
La observación de la realidad tiene otra importante vertiente
intrahistórica: la minuciosa descripción del paisaje. Ya desde el Noventa
y ocho, Azorin estaba interesado en la creación del paisaje por medio
del arte, porque en su opinión la literatura española no le había
concedido la atención necesaria, y en sus artículos para La Prensa se
lo ve empefiado en presentar las minucias que conforman la variedad
paisajística espafiola, tanto rural como urbana, según su estilo de
miniaturista, que 10 hizo famoso.
Dijimos que compartir su experiencia lectora constituye el otro
gran propósito de estas crónicas. "Ensanchamiento del canon" llama
Emilia de Zuleta a este segundo objetiv06• Se ha dicho que la inspiración
de Azorín es libresca7 • Muchos son los artículos que comienzan
diciendo: Se acaba de publicar un interesante libro. La lista de libros
espafioles y franceses (básicamente, pero también del resto de Europa)
comentados, reseñados, resucitados, redescubiertos, criticados,
admirados, comparados es tan larga y variada y contiene títulos tan
específicos que resulta increíble a veces pensar que esas crónicas
pudieron encontrar lectores en la República Argentina. De este rubro
queremos destacar las obras teatrales, leídas o vistas en puestas en
escena espafiolas y francesas. Interesan también los clubes de lectores
que presenta, así como las crónicas del P.E.N. Club, cuya presidencia
espafiola ejerció,
Azorín es el recreador de los clásicos. Nos ensefió que una obra
clásica es una obra abierta e inconclusa, que siempre tiene algo nuevo
que decir a las generaciones actuales, aunque sobre ella pesen cuatro
siglos. Nada extraña, en el contexto hasta aquí disefiado, que al Quijote
y a Cervantes, "el único autor español que goza de la universalidad",
6ZULETA, EMILIA DE. "Azorín desde la Argentina (1904-1924)". En Anales
azorinianos-5. (1993), pp. 289-304.
'INMAN Fox, E. "Lectura y literatura. (En tomo a la inspiración libresca de
Azorin)". En La novela lírica 1. Azorín, Gabriel Miró. Edición de Darlo Villanueva.
Madrid: Tauros, 1983. pp. 27-48 (Serie El escritor y la critica).
BAAL. LXIX, 2004 DON QUIJOTE EN LA PRENSA 197
les haya dedicado más de veinte artículos a 10 largo de estos treinta y
cinco años. Su listado y características son las siguientes:
Titulo Fecha de Lugar y fecha Segunda Ilustraciones
publicación de aparición
composición
"La evolución 25 de mayo de Madrid. Marzo
del Quijote" 1919 de 1919
"Moliere y 12 de febrero Madrid. Raciney
Cervantes" de 1922 Diciembre de Moliere. 1924
1921
"Una empresa 4 de julio de Madrid. Junio
editorial" 1926 de 1926
"La pobreza 21 de D.M. de
de Cervantes" septiembre de Cervantes, por
1930 B. Maura.
Visita de D.
Juan de Austria
a Cervantes.
Cervantes
imaginando su
obra inmortal.
Cervantes
escribe la
dedicatoria al
conde Lemos.
"Cervantes y 22 de Madrid. 1935 Con
el tiempo" septiembre de Cervantes. 2"
1935 ed. 1957
"Las 12 de abril de Madrid. 1936 Ilustraciones de
evocaciones 1936 William
históricas" Strang: El
retablo de
Maese Pedro;
El cabrero
dando azotes a
Sancho; El
caballero de la
triste figura;
Delirios de d.º-
"Cervantes y 27 de febrero París. 1938 En tomo a
Hernández" de 1938 José
Hemández.
1939
198 VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL, LXIX, 2004
"Cervantes 4de Parls. 1938 Pensando en
nació en septiembre de España. 1940
Esquivias" 1938
"Aventuras de 26 de febrero Parls. 1939 Pensando en Retrato de Juan
Miguel de de 1939 España de JáureguL
Cervantes" Cardenal B. de
Sandoval. Vista
panorámica de
Argamasilla de
Alba.
"El secreto de 21 de mayo de París. 1939 Pensando en
Cervantes" 1939 España
"Sancho, 4 de junio de Parls. 1939 Pensando en
encantado" 1939 ESDaña
"El licenciado 2 de julio de Parls. 1939 Pensando en
Vidriera" 1939 ESDaña
"Don Quijote 10 de marzo Sintiendo a
vencido" de 1940 EsDaña. 1942
"La familia de 15 de Madrid Sintiendo a
Cervantes" septiembre de España
1940
"Cervantes 8 de junio de
exagera" 1941
"La condesa 2 de febrero de
Trifaldi" 1941
"El retrato de 14 de abril de Madrid
Cervantes" 1946
"Adiós a 14 de julio de Madrid
Cervantes" 1946
"El otro 9de Madrid
cervantismo" noviembre de
1947
"Bucólica 22 de febrero Madrid
cervantina" de 1948
Todos estos artículos aparecieron en el suplemento literario del
domingo. En lo referido a la cuarta columna, al corroborar la infonnación
aportada por E. Inman Fox (su Guía es una enonne ayuda para quienes
investigamos la producción periodística de Azorín), debimos hacer
algunas salvedades. El investigador norteamericano incluye la obra Con
Cervantes entre las recopilaciones de textos azorinianos hechas por
otros. Este título tiene una segunda edición de 1957 con un "Prólogo
BAAL, LXIX, 2004 DON QUilOTE EN LA PRENSA 199
hipotético" que empieza con estas palabras del autor: "He reunido en
este breve volumen articulos en que me he puesto en contacto con
Cervantes", por 10 que debemos entender que Martínez Ruiz y no "otros"
realizaron la selección. En segundo lugar, loman Fox indica que los
articulos "La pobreza de Cervantes", "Las evocaciones históricas" y "El
retrato de Cervantes" integran este volumen, cosa que no ocurre ni en la
primera ni en la segunda edición. Finalmente, debemos precisar que el
articulo titulado "Cervantes y el tiempo" aparece recién en la segunda
edición convertido en "Epílogo, si se quiere". Esto nos deja ante diez
interesantes articulos que vieron la luz en La Prensa y posteriormente
no se reunieron en libro. De los diez restantes que sí tuvieron apariciones
posteriores, como indica el cuadro, cinco reaparecen en la mencionada
segunda edición de Con Cervantes: "Sancho, encantado"; "Cervantes
nació en Esquivias"; "Aventuras de Miguel de Cervantes"; "El licenciado
Vidriera" y "La familia de Cervantes". Han tenido, por tanto, dos
apariciones con posterioridad a la edición argentina.
Este corpus de veinte artículos puede abordarse agrupando por una
parte las crónicas de ficción literaria, basadas en la vida y las obras de
Cervantes (típico procedimiento azoriniano que con la mayor libertad
creadora imagina nuevas situaciones para personas y personajes
consagrados), y por otro lado, las crónicas de fina erudición en las que se
atienden cuestiones relacionadas con la biografia, la bibliografia, la
recepción y evolución del Quijote, las ediciones, las traducciones, las
ilustraciones y el comparatismo. Tratándose de Azorin, la línea que divide
la ficción y la realidad es bastante difusa, pero nos permite annar estos
dos conjuntos, aunque más no sea para fines expositivos. El tono siempre
es ameno y ligero. El uso de la primera persona organizadora del texto,
singular o plural, real o ficticia, es una constante en la casi totalidad de
estas crónicas y contribuye a lograr el acercamiento, la vitalidad y la
frescura del mensaje, lo que no quita que tanto en la ficci~n como en la
erudición, Azorin sea siempre el maestro que enseña cordiahnente a sus
lectores. americanos los matices y profundidades de la obra cervantina.
Crónicas de ficción
A. Miguel de Cervantes
En el mencionado "Prólogo hipotético" Azorin dice: "A juzgar
por lo que yo siento, solo llega profundamente a los lectores lo que se
200 VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL, LXIX, 2004
les da en fonoa de vida: vida más o menos palpitante". Por eso
empezará por tratar corno ente de ficción al propio Miguel de Cervantes
(llamándolo. sólo por su nombre de pila) y para ello recurrirá a una
nota que le aflige: "la pobreza lenta, cotidiana, silenciosa de Cervantes
a lo largo de toda su vida": "Cervantes en su época no tuvo la
consideración intelectual que tenían Lope de Vega, Quevedo o los
Argensola; era un hombre humilde, pobre, empleado en oficios rudos,
viviendo en las ventas y mesones, mezclado con las gentes de más
baja laya." ("La evolución del Quijote"). "Lo malo cuando se es pobre
corno Miguel es la convivencia a que la pobreza obliga con aspectos
de la realidad que están refiidos con la sensibilidad del escritor [... ]Y
esta renunciación a la propia sensibilidad era la más trágica miseria
del autor del Quijote.[ ... ] Cervantes y Lope se repelen también, a
pesar de los recíprocos elogios. Lope es el triunfador en el público, da
gusto a los más, halaga a las muchedumbres. Cervantes escribe para
los menos, no tiene la vista cuando escribe puesta en el público. Lope
es rico y Cervantes es pobre. Cervantes tal vez envidie a Lope, tal vez
envidie su riqueza. Lope con toda seguridad, teniéndolo todo, teniendo
la riqueza y la estimación de los nobles, envidia a Cervantes. Entre
Cervantes y Lope, si hubiéramos de elegir, nos quedaríamos con el
hombre que no fue nada ni tuvo nada." ("La pobreza de Cervantes").
En esta última cita y para destacar la pobreza de Cervantes, Azorín
recurre a la comparación con Lope. En la siguiente se concentra en un
momento de la vida del escritor e imagina sus padecimientos: "La
temporada que Cervantes pasó en Valladolid será siempre para el
sensitivo ocasión de múltiples meditaciones [...]Moraba en una casita
mísera [... ] y una noche mataron a un hombre cerca de la casa. Se
trataba de persona conocida [...] Indudablernenteera cuestión de faldas."
("Las evocaciones históricas"). Siete mujeres compartían esa reducida
vivienda con el escritor: Andrea, su hija, Magdalena, Catalina, María,
Dolores, Isabel. ¿Cómo sobrellevaban ocho personas su convivencia en
solo tres aposentos? ¿Cómo hizo Miguel para escribir, en medio del
alboroto familiar y del que llegaría de la taberna de abajo, páginas tan
notables? En sus pobres viviendas siempre faltó el silencio, por eso
Azorín sostiene que Cervantes ponderaba el silencio en sus creaciones.
Dice el narrador de "El retrato de Cervantes": "Hay un profundo silencio,
que Cervantes llamaría 'maravilloso', en toda la mansión".
Otro método de ficción consiste en poner a Cervantes en contacto
con sus contemporáneos. Así comienza "Aventuras de Miguel de
BAAL, LXIX, 2004 DON QUIJOTE EN LA PRENSA 201
Cervantes": "Miguel de Cervantes López Saavedra fue bautizado en el
Alcázar de San Juan el9 de noviembre de 1558". Este Miguel campesino
topa un día con el otro y juntos hacen una caminata: "El compafiero de
Miguel ha relatado su vida. La vida de este hombre es un tejido de
extraordinarias aventuras. Ha peleado en la batalla de Lepanto. En Argel
ha estado cautivo". Finalmente los dos caminantes descubren que
comparten nombre y apellido: "Al cabo el desconocido ha sonreído
bondadosamente y con gesto cordial ha tendido sus· brazos hacia este
otro Miguel de Cervantes, no infortunado como él, sino feliz, feliz en su
condición mediocre, y le ha estrechado contra su pecho".
En el artículo que acabamos de comentar despunta el tema de las
siete ciudades que aflrman ser la cuna de Miguel de Cervantes. Este
asunto le sirve a Azorín para crear personajes más o menos estrafalarios
que pretenden tener un lugar de privilegio junto al gran escritor, y le
sirve también para hablar de los paisajes y las costumbres de esos
sitios (Madrid, Toledo, Sevilla, Esquivias, Consuegra, Lucena y Alcázar
de San Juan, de donde era oriundo el homónimo López Saavedra). El
asunto de la patria natal de Cervantes estaba zanjado ya cuando Azorín
escribió estos artículos, pero se conmueve ante los ingenuos argumentos
de los defensores, como ocurre en "La familia de Cervantes": "Llegué
a Lucena, provincia de Córdoba, a boca de noche". A este narrador en
primera persona lo hospeda alli una familia que se considera heredera
directa de Cervantes. Elías Cervantes despliega sus argumentos ante
el visitante: la partida de nacimiento de Alcalá de Henares es falsa y
la hizo don Bernardo de Sandoval y Rojas, arzobispo de Toledo, "celoso
de que Cervantes fuera andaluz, ha querido que sea castellano, y
castellano de su propia archidiócesis [... ] Pero lo esencial en Cervantes
es hondamente cordobés. ¿Y cuál es el genio de Córdoba y en su
consecuencia el genio de Cervantes? En dos palabras lo condensaré:
elegancia desafeitada, es decir, sin afeites, sin aprestos. Y como fondo
estoicismo, sereno y humano estoicismo. La elegancia de Cervantes es
la verdadera elegancia". El narrador concluye: ''No sé ya ni ~n. qué
tiempo vivo, ni dónde me hallo. No lo dudo ya. Esta es la famIlIa de
Cervantes. Vive aquí en Lucena, su patria, ~ervantes, en el seno de. su
propia familia. Si no asiste a esta comIda es porque ha temdo
ineludiblemente que hacer un breve viaje. Pero lo ver~ a su. retomo".
"Cervantes nació en Esquivias" es la tercera crómca que trata este
asunto. También nos presenta un narrador de primer:a yers0ll:a que
recibe en París a Miguel de Cortinas, nativo de EsqUlvlas, qUIen ha
202 VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL. LXIX. 2004
peregrinado de Espafia a Francia sólo para declarar que Miguel de
Cervantes Saavedra nació en Esquivias y que él desciende por linea
recta de la madre de Cervantes: "Si, para mí solo esta exquisita puridad.
Para de este modo encontrarme, gozando del secreto, más cerca de
Cervantes". Aquí el narrador no acepta tan abiertamente el delirio del
personaje, si bien se conmueve con los asertos históricos del caballero.
Pero es en "Adiós a Cervantes" donde el tema de la patria chica
alcanza las mayores audacias. Nos presenta a un alcalaíno ofendido
con el autor del Quijote porque éste negó a su patria, Alcalá de Henares,
y adoptó Madrid como cuna. Se basa en la biografía de Gregorio
Mayáns y Ciscar, quien cita e interpreta una frase del propio Cervantes,
extraída de Viaje al Parnaso. Lo notable en esta crónica es la insistencia
con que el narrador, que tiene que vérselas con este paisano de Alcalá,
refiere la presencia de tres florecillas silvestres que destacan entre las
ruinas del paisaje, telón de fondo de la escena. Como además ha
confesado: "Soy lector apasionado de Edgar Poe", el caso se resuelve
como un acertijo intertextual, de difícil solución. Es la cuarta crónica
que trata el tema de las ciudades natales y no sólo es curiosa porque
remite a autores sajones (poe y De Quincey), cuando sus referencias
habituales son de autores espafioles y franceses, sino porque termina
invitando al lector a reflexionar acerca de las actitudes intolerantes,
que nos llevan a interrumpir bruscamente las relaciones interpersonales
por motivos injustos, incursión en el plano moral individual que no es
común en las crónicas azorinianas.
B. Las criaturas de Miguel de Cervantes
Entramos ahora en las dos crónicas dedicadas al famoso caballero
y su famoso escudero. "Don Quijote vencido" le permite a Azorín
hablar de la casa manchega, que confortará al héroe al volver tras ser
vencido en la playa de Barcelona. Con tres notas describe este tipo de
vivienda rural: la cal, la espetera y los gazpachos (únicamente en
plural, cuando se trata de los manchegos, solo en singular cuando se
trata del plato andaluz). Veamos dos ejemplos del maximus in m;n;m;s
azoriniano, esa capacidad de ver en algunos objetos cotidianos una
condensación de historia y cultura: "La espetera comprende en sus
múltiples artefactos la universalidad de los menesteres caseros:
brasericos varios, jarros y picheles de cabida diversa, bacia, cazos
BAAL, LXIX, 2004 DON QUUOTE EN LA PRENSA 203
grandes y chicos, la fundamental chocolatem que rememora a peIpetuidad
el descubrimiento de América [...] Los gazpachos representan la alianza,
en breves y exquisitos· términos, entre Oriente y Occidente, entre el
sedimento godo y los posos árabes, entre la meseta castellana y el litoral
mediterráneo, entre la España peninsular y la España trasfretana".
Reinstalado en su casa manchega, Alonso Quijano reúne a sus paisanos
y declara que su pasado ejercicio de caballeria andante (de la que cura,
barbero y bachiller han sido testigos) no ha sido realidad sino sueño.
Ante la sOIpresa de los oyentes, aclara: "Ese período, el de mis andanzas
por el mundo, ha sido el más feliz de mi existencia. Y al terminar yo
quiero que permanezca imperecedero en mi memoria. Lo real vale menos
que lo soñado. El hombre vive, no por las realidades, sino por los
sueños. Si no soñáramos no habría interés en vivir. Y yo al convertir en
sueño una realidad, aspiro a que siendo más tenue, sea para mi más
verdadera, más benéfica y más fecunda".
Idéntica resolución tomará Sancho Panza en el artículo "Sancho,
encantado". Don Quijote ha muerto hace seis años. Sancho ha salido
de Argamasilla, su patria, y se encamina por jornadas a Pedro la. El
duque Carlos de Borja le ha dicho a la duquesa Maria de Aragón que,
enterado de las necesidades de Sancho, ha resuelto remediarlas y de
paso hacerle una broma. Lo llama a su presencia: "Todos en el palacio
lo tratan cual efectivo y no discontinuado gobernador. Todos dan por
supuesto que ha salido de la ínsula hace pocas horas y acaba de llegar
al palacio de Bonavía para conferir con el duque". Es todo tan
convincente que Sancho se pregunta si ha salido de Argamasilla o de
Barataria y resuelve entregarse al sueño que lo devuelve a su condición
de gobernador, ciertamente más amable que la realidad.
"La condesa Trifaldi" hace vivir a Cervantes y su criatura en el
siglo XX. El narrador descubre atónito hacia el final del artículo que
el Quijote "se ha publicado por primera vez en 1940". Su protagonista
es la mujer del mayordomo de los duques, quien "hace cuatro años"
hizo el p¡lpel de Dueña Dolorida en la famosa aventura. Desde ~nto~ces,
apasionada del hidalgo manchego, se tituló condesa TnfaldJ (y
recordemos que se trata de la broma más cruel de las tramadas po~ los
duques). Reprocha al narrador su obstinación en trasmutar la realidad
en ficción y le propone despertar:
El tiempo juega con nosotros. Pero nosotros debemos saber el secreto
del tiempo. El tiempo no existe. Todo es presente. Pasar, no pasa
204 VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL, LXIX, 2004
nada. Desvanecerse en el tiempo, no se desvanece nada. Creemos en el
pasado porque no podemos asomarnos a lo Inmoble [...] Porque los
seres queridos que han desaparecido en la eternidad y que plaflemos, no
han desaparecido. Están a par de nosotros. Nos miran y asisten a nuestros
actos. Pero ellos están en el presente inmutable y nosotros nos hallamos
entregados a la incesante redundancia del tiempo. Despierta, querido
amigo, has soñado ya bastante [ ... ] Don Quijote vive.
"El secreto de Cervantes" presenta a un estudioso del Quijote que
desea desentrañar su misterio. Según el narrador de esa crónica, para
ello hace falta un fervoroso amor por la obra. Don Francisco Lumbreras
(repárese en el significado del nombre) se instala en una casa en el
antiguo campo de Montiel. Viste almilla de bayeta verde y se cubre la
cabeza con un bonete colorado. Utiliza la edición de Sáenz de Júbera,
que reproduce las notas de Pellicer, Clemencin, Arrieta, la Academia
Espdñola, etc. Y da vueltas y más vueltas en tomo a la obra, procurando
Gue caigan sus murallas, como las de Jericó en el retrato bíblico, a fin
de que su secreto quede al descubiertoS. Sus contertulios sospechan
hacia el final del artículo que don Francisco ha descubierto algo que,
por cierto, el narrador no nos cuenta.
"El retrato de Cervantes" pone al narrador frente a la obra de Juan
de Jáuregui, famoso retrato de Cervantes, que, según esta ficción está
en la casa del marqués de Casa Torres, en la calle de Fernando el
Santo, número 14 (¿en Madrid?). Dicho narrador aporta algún dato
referido al posible autor: Foulché-Delbosc sostenía que de Jáuregui
conocemos su obra poética y no su obra pictórica (en otro artículo
sobre el mismo tema, publicado en otro periódico, dirá que era mejor
pintor que poeta). No hay certeza absoluta respecto de la autoría. En
cualquier caso, este observador encuentra piedad en la mirada del
retratado y asegura: "Desde que he contemplado este retrato quiero
más a Cervantes".
8La comparación pertenece a Gonzalo Torrente Ballester: "La literatura siempre
es un misterio cuya comprensión es posible en todo momento. Es posible si no
cometemos el error de intentar entenderlo racionalmente, sino por el procedimiento
bíblico de dar vueltas alrededor. Si se tocan, durante siete días, las trompetas y siete
veces el último día, entonces se caen las murallas de Jericó y el lector se encuentra
con la realidad [, .. ] El entendimiento tiene un limite, pasado el cual actúa la intuición".
TORRENTE BALLESTER, GONZALO. Semana de autor. Madrid: Ediciones de Cultura
Hispánica, 1990.
BAAL. LXIX, 2004 DON QUIJOTE EN LA PRENSA 205
Finalmente mencionamos dos artículos que en la misma línea de
los reseñados crean situaciones nuevas para personajes de las Novelas
ejemplares: "Cervantes exagera" y "El licenciado Vidriera".
Los otros artículos
A grandes rasgos podemos decir que, cronológicamente, los
primeros siete artículos nos muestran un Azorín interesado· en estudiar
a Cervantes y al Quijote. A partir del año 1938 (y de la crónica
titulada "Cervantes nació en Esquivias"), el autor empieza a tomar
cada vez con mayor libertad los asuntos cervantínos y a darles el
tratamiento de ficción literaria que hemos comentado. Los dos últimos
del listado presentado al comienzo quedan dentro de la órbita de las
celebraciones por el cuarto centenario del nacimiento de Cervantes y
abordan temas propios de esa particular atmósfera. Veamos los aportes
que Azorín realiza a las diversas disciplinas en los artículos fechados
entre 1919 y 1938.
"La evolución del Quijote", el primer artículo de tema cervantino
en La Prensa, que no tuvo apariciones posteriores, es un estudio en
tomo a la recepción de la obra a lo largo de los siglos. Parte Azorin de
un dato bibliográfico: se acaba de publicar una traducción noruega del
Quijote, tan exitosa que en Cristianía se han vendido 8500 ejemplares
en un mes. La edición está ilustrada con los famosos dibujos de
Daumier, "lo más original y lo más enérgico que se ha hecho como
artístico comentario al pensamiento de Cervantes". Este éxito editorial
plantea un problema de psicología social y estética que Azorin quisiera
encarar mandando a Noruega alguna persona culta que registre el
modo en que los noruegos han acogido la obra, puesto que "Cervantes
es gustado ahora como si acabara de publicar su libro por los habitantes
de aquella lejana nación". Concluye que el Estado en España no se
preocupa por estas delicadezas, y desaprovecha la ocasión de estudiar
tal fenómeno. No así Azorín, que ante la edición noruega reflexiona:
"Para nosotros el Quijote fue considerado una obra de pasatiempo, se
leía como se lee un libro ameno y divertido. No se veía en el Quijote
la obra trascendental, idealista, que vemos ahora". Apro~~ha Azorin
también la ocasión para lamentar la ausencia tanto de ediCIones de la
totalidad de la obra cervantina, como de biograflas de Cervantes: "En
206 VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL, LXIX, 2004
Francia encontraréis en las librerías muchedumbre de ediciones de
Moliere. El) Inglaterra sucede una cosa análoga con Shakespeare y en
Italia con Dante. El primer movimiento de todo librero español es
decir que no tiene lo que se le pide [... ] Pellicer o Navarrete escribieron
hace más de un siglo vidas de Cervantes; quizás os hable de la biografia
escrita por Fitzmaurice-Kel1y, pero obras de divulgación en que el
juicio discreto se junte con la exactitud, no las hay".
Lamenta también Azorín la inexistencia de una edición correcta
del Quijote y hace una revelación de suma importancia: "Actualmente
algunos discípulos de don Ramón Menéndez Pidal preparan un texto
del Quijote para la casa Nelson, conocidisima por sus ediciones
populares. Va a darse el caso de que siendo Inglaterra la nación donde
se publicó la primera gran edición del Quijote, precedida de la primera
biografia de Cervantes, sea también Inglaterra la nación en la que se
publique por primera vez el texto más puro y acendrado de la gran
novela". Este texto, depurado en 1919 por discípulos de don Ramón,
no vio la luz, lamentablemente, puesto que en 1947, en "El otro
cervantismo" (y repárese en que han pasado veintiocho años y en que
este artículo porteño tampoco tuvo segunda aparición, por 10 que su
mensaje quedó entre nosotros), Azorln escribe: "Y ahora una noticia
curiosa: siendo yo director de la sección española en la casa Nelson,
encargué, por indicación de dicha casa, un Quijote. Realizó la
depuración del texto un colaborador del Centro de Estudios Históricos.
[El resultado fue] elogiado por las autoridades en filología, en crítica
de textos, a quienes lo mostré. La casa Nelson recibió el trabajo y lo
pagó. Suspendió la publicación de libros españoles y el limpio y
escrupuloso Quijote duerme, desde entonces, hace ya muchos años, en
los archivos de la casa en Edimburgo, Escocia. Puesto que los editores
no utilizan ese texto, ¿no podría rescatarlo algún editor que deseara
publicar un Quijote excepcional?". La pregunta fue dirigida a los
lectores de La Prensa y parece seguir flotando en el ambiente. Excede
los límites de este trabajo el saber si el texto depurado de la casa
Nelson fue rescatado y publicado con posterioridad a 1947, pero
destacamos el hecho de que AzorÍn reservara para La Prensa tanto el
anuncio inicial como el dato curioso del sueilo de casi treinta años, y
dejamos planteada la posibilidad de rastrear tan interesante dato
filológico.
BAAL. LXIX, 2004 DON QUIJOTE EN LA PRENSA 207
La falta de ediciones y de biografias ha sido totalmente superada
en nuestros días, pero la denuncia de Azorín en 1919 tiene un valor
testimonial, como lo tiene la mención que en este artículo hace de
Paul Groussac: "En el campo de la erudición cervantina don Pablo
Groussac sigue siendo quien con más fidelidad e independencia
representa el espíritu moderno [... ] Ya el cervantismo no es erudición
más o menos moderna, más o menos estimable [... ] sino también
estudio psicológico, poesía y lirismo. La obra de las nuevas
generaciones ha satisfecho, pues, los deseos manifestados por el señor
Gruossac hace quince o dieciséis años; es decir, ha disipado muchos
prejuicios y ha destruido muchas mezquinas y rutinarias intolerancias.
El nuevo concepto del Quijote imponía un nuevo concepto de la crítica
cervantista". A los argentinos nos interesa este elogio.
"Una empresa editorial" es otro importante artículo de tema
bibliográfico. Su autor se ocupa aquí de una futura edición francesa
del Quijote. El dibujante Hermann-Paul será su ilustrador. Acaba de
llegar a España y ha pedido a Azorín, en su calidad de autor de la obra
recientemente publicada La ruta de don Quijote. asesoramiento para
desplazarse por la Mancha. No quiere pintar una España imaginaria y
ha venido a buscar la real. "El dibujo irá hecho directamente en los
tacos de madera. El verdadero libro artístico, ilustrado, es aquel en
que la fusión de las ilustraciones y del texto es perfecta. Hermann-
Paul dibujará sobre la madera; el dibujo mismo será luego abierto con
cortaplumas. La blandura y suavidad de la madera pasará íntegramente
a las páginas del Quijote y se fundirá con el espíritu de Cervantes". El
costo del proyecto es de 250.000 francos. Se harán de la obra doscientos
ejemplares. Cien para los miembros de la sociedad editora y cien que
se pondrán a la venta con objeto de resarcir de sus gastos a los editores.
Azorín se pregunta cuántos amantes de Cervantes, en España y en la
Argentina, podrán comprar esta bellísima edición. Pasados ochenta
años, n,?sotros ponemos a disposición de los bibliófilos el dato de la
existencia de esta mínima tirada. Azorín cierra la crónica saltando de
la Mancha a la pampa y refiriéndose a España como el país de la
diversidad. Concluye con esta moderna expresión de deseo: "Solo
siendo grandes, prósperas, autónomas, las naciones contl<nidas en el
suelo de España, será grande España. Lo importante es de~ear la
grandeza de toda España y de poner después sin rencores racIales la
Humanidad por encima de la Patria".
208 VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL, LXIX, 2004
Hay en este conjunto dos artículos en los que Azorín compara a
Cervantes ~on otros escritores: "Moliere y Cervantes" y "Cervantes y
Hernández". El primero es una crónica en tomo a las celebraciones
del tercer centenario del nacimiento del escritor. El Ministro de
Instrucción Pública anuncia que se destinan doscientos mil francos
para evocar a Moliere y al compararlo con autores europeos de su
f!llsmo nivel, no menciona a Cervantes, imperdonable omisión para el
autor del artículo: "Los dos son melancólicos contempladores, los dos
han observado con mirada indulgente la comedia del mundo. Los dos
son altamente bondadosos y humanos. En la región eterna de la
inmortalidad, donde habitan los genios que fueron, la mirada de Moliere
irá a su hermano en espíritu y dolores, Miguel de Cervantes".
El segundo es un trabajo comparatista en medio de un diálogo
ficticio entre Víctor Vera, primera persona narradora, y Paco Mergelina.
El primero se presenta como un crítico literario escrupulosamente
cier.tífico y habla del segundo como de quien lleva su extremada
~ensibi1idad a la crítica literaria. Claro está que Paco descalifica a Víctor:
"Tú te encierras en tu laboratorio con tus fichas y tus lexicones [...] Y
tú, majagranzas, no sospechas que el solo acto de colocar una ficha
detrás de otra es ya un acto de arbitrariedad personal". Víctor nos cuenta
que Paco se ha metido de rondón en el mundo de Martín Fierro:
Vive dentro del poema de José Hernández cual un ratón dentro de un
queso, y el más ligero matiz, la más suave tonalidad, tienen para Paco
una importancia capital. Tras esta declaración volvemos al discurso
directo de Paco: Tú, Víctor, eres un critico objetivo, que es como no
ser nada, y yo soy un crític.o en carne viva. El más leve contacto con
la obra de arte me hace gritar [... ] ¿No has advertido tú la paridad
entre Hemández y Cervantes?
Dicha paridad constituye el meollo de este artículo. Paco Mergelina
la expone ante Víctor Vera desarrollando los siguientes puntos:
l. Cervantes y Hernández nos dan la sensación profunda, inenarrable
y desesperanzadora del Tiempo.
2. Martín Fierro no puede estar quieto como don Quijote no puede
estar inmóvil.
3. La acción de ambos personajes se deshace en el Tiempo y al
deshacerse deja en el alma sabor de amargura.
BAAL, LXIX, 2004 DON QUIJOTE EN LA PRENSA 209
4. Cervantes se lanza con ardor a escribir la primera parte. Ha
emprendido el autor un juego sin importancia. Con idéntica actitud
empieza a escribir José Hemández. Para que hayá primera parte
se necesita que haya una segunda. Y ni Cervantes ni Hemández
piensan en esta segunda parte.
S. Todo es más límpido, sereno y humano en la segunda parte del
Quijote. Todo es más transparente, hondo y cordial en la segunda
parte de Martín Fierro. El dolor está más patente en las dos
segundas partes y toda obra grande es una obra de dolor.
6. Cervantes ha creído que escribía una obra de utilidad social.
Hemández ha creído que realizaba una obra reivindicadora. Los
dos se han equivocado, por fortuna. La flecha va más alta.
7. Las dos obras han tenido en su contacto con el público la misma
acogida. Han sido juzgadas originariamente como festivos
distraimientos.
8. Las dos obras han suscitado más tarde la melancolía inefable que
distingue a las creaciones maestras.
9. La seña profunda de que las dos obras son encarnación del Tiempo
está en la trascendencia que en las dos tienen las llegadas y las
despedidas. Toda la tragedia de la vida oscila entre esas dos metas.
Es evidente que Azorín está más cerca de los métodos de Paco
Mergelina (el crítico a quien hace "gritar" el más leve contacto con la
obra de arte) que de los procedimientos de Víctor Vera, quien cierra el
artículo como lo había abierto: "¿No he dicho antes que le tenía miedo
a Paco Mergelina?". Es evidente también que el lector apasionado por
el poema de Hemández es Azorín y no su personaje. Dijimos que con
la mayor naturalidad el escritor alicantino inicia su diálogo con los
argentinos tomando un tema español ("Las obras de Giner", crónica
en la que enumera los méritos del pensador Francisco Giner de los
Ríos, que tanta influencia ejerció sobre los hombres de la Generación
del noventa y ocho). Con esa misma naturalidad, veintidós años
después: comenta la obra más famosa de la literatura argentina, a la
cual siente próxima y propia. Su lengua gauchesca no supone barrera
alguna para el lector peninsular, y su Espacio infmito (que nunca
conoció) se vuelve Tiempo, que permite ser parangonado . con el que
atenacea al hidalgo manchego. .
Para terminar, "Cervantes y el tiempo" es una re~omda po~ ~a!
biografias de Cervantes. "La vida de Cervantes esta por escnblr
210 VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL, LXIX, 2004
sostiene Azorin, si bien menciona. las biografías de Mayáns, Fernández
de. Navarrete,
. Vicente de los Ríos, Morán, Oliver, Montoliú ,
Fltzmaunce-Kelly, Cotarelo. Se queda con la primera, por lo elemental
y primitiva, y pide para el estudio de los clásicos menos preocupación
estética y más atención al alma del artista:
Se descuida, en el estudio de los clásicos espafloles, la psicología. Se da
preponderancia a la escolástica de lo bello [ ...] Veces hay en que un
erudito fino [... ] está haciendo esfuerzos por resolver un problema
atafiedero al autor estudiado por él. Se revuelven centenares de libros
[ ... ] Y, sin embargo, la vida, la vida actual, nos da la clave del enigma
en otro escritor de nuestros días. El tiempo ha pasado. Del siglo XVI o
del XVII hemos venido al XX. Pero existe un depósito de pasiones, de
intereses y de sentimientos que ha permanecido casi intacto. Tal
psicología de un escritor antiguo es la psicología de otro escritor moderno.
El paisaje
Presencia constante en los artículos que acabamos de recorrer, el
paisaje y las costumbres españolas son parte esencial de esa realidad
que, como dijimos al principio, Azorin desea compartir. Emilia de
Zuleta nos hace ver el propósito didáctico del maestro en lo que a
tratamiento del paisaje se refiere 10 :
A~í iba mostrando, con arte sutilísimo, una Espafla diferenciada en
múltiples regiones, el encanto de los pequefios pueblos, de casas, lugares
y objetos, a un público de inmigrantes espaí\oles inclinado a la nostalgia,
y a un público argentino poco sensible a estos aspectos y al cual le
enseñaba a mirar sus propios espacios urbanos, rurales, naturales, apenas
marcados por la historia, aun no recreados por la literatura. En efecto,
la literatura argentina es una literatura casi sin paisajes y que poco ha
contribuido a formar la sensibilidad en estos aspectos.
9Jncluso podríamos agregar al listado inicial tres crónicas más que solo tratan del
paisaje y las costumbres manchegas: "Treguas en la Mancha" (2311111041), "Escapada
a Criptana" (1/1111942) y "Venta manchega" (9/5/1943).
IOZULETA, EMIUA DE. "Azorln desde la Argentina ...", p. 294.
BAAL, LXIX, 2004 DON QUUOTE EN LA PRENSA 211
Lamentamos tener que decir que el magisterio de Azorín no logró
revertir esta tendencia tan bien seflalada por Emilia de Zuleta, por lo
que creemos que, hablando a grandes rasgos, a la literatura argentina
le sigue faltando esa mirada valorativa de la variedad y riqueza
paisajística. Nos parece oportuno mencionar que Jorge Luis Borges, el
escritor argentino canónico por excelencia, no creía que ocuparse del
paisaje fuera una tarea que los escritores argentinos debieran atender
perentoriamente. Tal vez la ausencia de paisaje en la literatura argentina
del siglo XX se deba en parte a su influencia.
En "Magias parciales del Quijote "11 Borges escribe:
Cervantes ha creado para nosotros la poesía de la Espafla del siglo
xvn, pero ni aquel siglo ni aquella Espafla eran poéticas para él;
hombres como Unamuno o Azorín o Antonio Machado, enternecidos
ante la evocación de la Mancha, le hubieran sido incomprensibles.
La afirmación no nos parece feliz. En primer lugar porque cuesta
imaginar a Unamuno "enternecido" por "evocación" alguna y en
segundo lugar, porque Azorín no "evoca" la Mancha: la recorre, la
observa, la oye, la huele, la palpa, la gusta, la siente en las diversas
horas del día y la descubre en los pequeños detalles para luego
transformarla en objeto de su arte y entregarla a sus compatriotas,
para quienes por siglos había pasado inadvertida. Su tarea consiste en
hacer que la mirada de los españoles recale en el paisaje castellano (y
en el andaluz, y en el gallego y en el vasco) y lo valore por primera
vez. Su arte es tan fundante como el que reclama Emilia de Zuleta
para la literatura argentina.
Es innegable el principio sostenido por Borges: Cervantes ubicó a
don Quijote en la Mancha porque necesitaba rodearlo de un ambiente
prosaico y no poético. Es innegable también que siglos después lo que
Azorín busca y encuentra en el paisaje manchego es la huella del
hidalgo y su creador, es decir, la poesía y no lo prosaico. Pero Borges
parece desatender esa otra tarea de Azorln que consiste en observar la
realidad del paisaje y valorarla como tal rea~idad, atendie~do a la
particularidad y belleza de un rasgo arquitectóDlco, de un OfiCIO, de un
utensilio, de una costumbre, de una expresión de lengua rur,al.
"BOROES, JOROE LUIS. Otras inquisiciones. En Obras completas 1923-1972.
Buenos Aires: Emecé, 1974.
212 VERÓNICA ZUMÁRRAGA BAAL, LXIX, 2004
Que para hablarnos de Cervantes, de don Quijote y de la Mancha
haya elegido una publicación que se editaba en otro hemisferio y en
otro continente (y que haya tenido éxito en su empresa) nos parece un
hecho tan significativo que lo hemos destacado como un modo de
sumarnos a la celebración por los cuatrocientos afias de la primera
novela moderna.
Verónica Zumárraga
Bibliografia consultada
AzoRÍN. En torno a José Hernández. Buenos Aires: Sudamericana,
1939. 125 p.
AzoRÍN. Pensando en España. En Obras completas. Madrid: Aguilar,
1947-1954.
AzoRÍN. Sintiendo España. En Obras completas. Madrid: Aguilar, 1947-
1954.
AZORÍN. Con Cervantes. 2 ed. Madrid: Espasa Calpe, 1957.213 p.
BORGES, JORGE LUIS. Otras inquisiciones. En Obras completas 1923-
1972. Buenos Aires: Emecé, 1974 ..
Epistolario completo Ortega-Unamuno. Introducción de Soledad Ortega
Spotorno. Madrid: Ediciones Laureano Robles, 1987. 192 p.
INMAN Fox E. Azorín: guía de la obra completa. Madrid: Castalia,
1992.
INMAN Fox E. "Lectura y literatura. (En tomo a la inspiración libresca
de Azorin)". En La novela lírica 1. Azorin, Gabriel Miró. Edición
de Darlo Villanueva. Madrid: Taurus, 1983. 308 p. (Serie El
escritor y la critica).
ORTEGA y GASSET, JOSÉ. "Azorín: primores de lo vulgar". En El
espectador 2. Madrid: Renacimiento, 1917.
ZULETA, EMILIA DE. "Azorln desde la Argentina (1904-1924)". EnAna/es
azorinianos-5. (1993) p. 289-304.
COMUNICACIONES
EL CÍRCULO CHEJOVIANO·
El siglo XIX ruso ostenta una riqueza de escritores que puede
calificarse de insólita, si se mira su pasado cercano y lejano, más bien
borroso. Es una auténtica eclosión la que se produce. Se inicia con el
poeta romántico Alejandro Pushkin (1799-1837) y continúa
caudalosamente con los narradores Nicolás Gógol (1809-1852), Iván
Goncharóv (1813-1891), Iván Turguénev (1818-1886), Fiodor
Dostoievski (1821-1881) y León Tolstoi (1828-1910), personalidades
de perenne fama, cuyas obras han seguido reeditándose hasta hoy
entre los clásicos del mundo.
Antón Chéjov (1860-1904), nacido en la segunda mitad de ese
siglo pródigo en potentes escritores, ha tenido la misma fortuna que
sus antecesores. Sus dramas han seguido representándose en los cien
años transcurridos desde su muerte, en 1904, elegidos por algunos de
los más célebres intérpretes y directores del siglo XX, comenzando
por Stanislavski y Vladimir Nemiróvich-Dánchenko, fundadores del
Teatro de Arte de Moscú, cuyas innovaciones gravitaron a lo largo de
toda la centuria. Tampoco han perdido actualidad los cuentos de Chéjov,
ejemplos del alborozado realismo ruso.
Las primeras narraciones, lo mismo que las primeras piezas para
el teatro, desbordan de comicidad, pero, más tarde, el narrador deja la
risa superficial por el humor misericordioso, y el dramaturgo logra
animar a sus personajes dentro de una atmósfera en la que flotan,
además del humor, el lirismo y una lacerante melancolía. Sólo cuando
los creadores del Teatro de Arte consiguieron captar y transmitir esa
'Centenario del fallecimiento de Antón Chéjov. Comunicación leída en la sesión
ordinaria 1195." del 8 de julio de 2004.
214 JORGE CRUZ BAAL, LXIX, 2004
atmósfera sobre el escenario, los dramas de Chéjov cobraron vida
escénica y revelaron toda su fuerza revolucionaria.
Hay cohesión entre su teatro y su narrativa. La visión de la realidad,
su forma de abordarla son semejantes, pero mientras sus cuentos
exhiben variedad de conflictos y tipos humanos, sus cuatro piezas
fundamentales, las columnas que sostienen su gloria -La Gaviota, El
tío Vania, Las tres hermanas y Eljardín de los cerezos- dan la extraña
sensación de transcurrir entre los miembros de un mismo círculo
familiar y amistoso, como si los personajes de los cuatro célebres
dramas fueran parientes y amigos, si bien sometidos a circunstancias
diversas.
Transcurren en el ámbito rural y provinciano. La Gaviota, El tío
Vania y El jardín de los cerezos, en quintas campestres; y Las tres
hermanas, en una casa de ciudad provinciana. Esta peculiaridad local
explica algunos rasgos característicos de sus personajes: el descontento,
el fracaso, la nostalgia, el tedio. Unos suefian, otros reflexionan. Al
comienzo del segundo acto de El jardín de los cerezos, el autor los
sorprende embelesados en sus suefios, y más adelante, los muestra
sumergidos en sus reflexiones. Son dos momentos de elocuente silencio.
Estos lectores que admiran a Pushkin, a Turguénev, a Balzac, a
Schopenhauer, a Nietzsche, estos escritores, profesores, médicos, estos
hombres y mujeres amantes de la literatura y la música, se sienten
marginados en un medio hostil al cual atribuyen las frustraciones.
Moscú, en cambio, es el centro adonde se dirigen los anhelos. ¿Pero la
urbe que brilla lejana e inalcanzable no les sirve también como coartada
para sus propias limitaciones?
Los personajes femeninos asumen su vida con resignación. Nina,
o la Gaviota, no vacila en renunciar a su condición de hija de un rico
terrateniente para satisfacer su deseo de convertirse en actriz, pero
también para seguir al escritor que admira y ama apasionadamente.
Sonia, en El tío Vania, se allana a permanecer en la propiedad familiar,
sujeta al trabajo cotidiano y sofiando con "una vida luminosa, bella,
encantadora". Las tres hermanas piensan en Moscú, donde han nacido
y donde, obsesivamente, desean regresar luego de once afios de
ausencia. OIga, la mayor y soltera, vive dedicada a su trabajo docente;
Masha, dada a la lectura y a las reflexiones, no deja de reconocer que
"la vida es odiosa, insoportable", e Irina, la menor, es la más impaciente
por instalarse en la gran ciudad acariciada.
BAAL, LXIX, 2004 EL CiRCULO CHEJOVIANO 215
Las desilusiones amorosas y las frustraciones conyugales juegan
un papel fundamental para medir el grado de infelicidad de los
personajes y tejen alrededor de ellos una red inextricable. Nina, la
Gaviota, ama al escritor Trigorin pero, por eso mismo, provoca la
desventura del joven poeta Tréplev. La poco agraciada Sonia de El tío
Vania está enamorada, sin correspondencia, del médico Ástrov. Masha,
una de las tres hermanas, no soporta a su marido, el profesor Kuliguin,
y ama, y es correspondida, al comandante Vershinin, un hombre casado.
La otra hermana, Irina, la nostálgica de Moscú, acepta unirse en
matrimonio, sin amor, con el barón Tusenbach, pero este muere en el
duelo con un rival. La joven mujer del profesor Serebiakov, la
espléndida Elena, a quien aman el tío Vania y el médico Ástrov, no se
resuelve a dar el paso liberador y, aunque confiesa morir de tedio,
decide seguir atada al arrogante marido, atraída por su especioso talento.
A Varia, hija adoptiva de Ranévskaia, la dueña de "El jardín de
los cerezos", le atribuyen un noviazgo con Lopajin, descendiente de
esclavos y flamante duefio de la endeudada propiedad de sus viejos
amos. Pero el comerciante no manifiesta sentir atracción por Varia. Si
tuviera dinero, la devota muchacha lo abandonaría todo y se iría lejos.
Entraría en un monasterio, irfa a Kiev, a Moscú y visitaría los lugares
santos. En cambio Aoia, la hija legítima de Ranévskaia, de apenas 17
años, ve en la venta de la propiedad una invitación a comenzar una
nueva vida.
En contraste con estas jóvenes proclives a la desdicha, la mujer
de Andrés Prosórov, en Las tres hennanas, es un ama de casa puntillosa,
exigente, invasora, y sobre todo incapaz de comprender a su marido.
Contrasta también con ellas la Arkádina de La gaviota, actriz avezada
en el teatro y en la vida, cuya experiencia la ha tomado dura y egoísta,
aferrada a su carrera y a su amante, el escritor Trigorin. En cuanto a la
Ranévskaia de El jardín de los cerezos, enamorada de Parí~, no logra
advertir la magnitud de las deudas que la sofocan. La propleda~ se le
escurre de las manos y con ella todo un pasado de oro, OCIOSO y
despreocupado.
En este circulo chejoviano, les cabe a los personajes t.nasculinos
un papel igualmente sobresaliente sobre todo en el pl~o mtelec~al.
En La Gaviota se confrontan Trigorin, hombre de letras notono y
admirado por las damas, y Tréplev, inseguro, hipersensible, decadente,
incomprendido, que concluye por destruir sus manuscritos y pegarse
216 JORGE CRUZ BAAL, LXIX, 2004
un tiro. En la misma obra, Sorin, el hermano de Arkádina, la actriz, se
duele de no haber llegado a ser un escritor. El tio Vania expone la
confrontacion, esta vez bien manifiesta, entre el protagonista y el
profesor Serebriákov, a quien aquél desprecia hasta el punto de intentar
quitarle la vida. El mismo Vania es un suicida inminente. Por su parte,
Astrov, el médico, sobresale como otro de los grandes personajes
masculinos del cenáculo chejoviano, ecólogo entusiasta y animador de
las "conversaciones filosóficas" (así las denomina un personaje), que
tanto espacio tienen en estos dramas.
El profesor Kuliguin, marido de Masha, una de las "tres hermanas",
es, por el contrario, un personaje de enojoso optimismo, un constante
satisfecho, en tanto que Andrés, hermano de las protagonistas, si bien
ama la música y su violín, cae preso del juego y el ocio. En El jardín
de los cerezos, el orgulloso TrofImov, es el eterno estudiante y el
eterno sofiador, y Gáev, hermano de la propietaria Ranévskaia, el
típi~o hombre inútil, entre cómico y patético.
En medio de tantas frustraciones y tantos descontentos, el trabajo
obra como recurso salvador, la esperanza en un futuro feliz ilumina
las palabras de varios personajes y la fe en la vida se impone como un
mandato biológico. Sobre el fmal de Las tres hermanas, cuando las
jóvenes quedan solas, Irina profiere. su profesión de fe: "Tiempo vendrá
en que todos sabrán para qué son estos sufrimientos y no habrá misterio
alguno, pero por ahora hay que vivir... Hay que trabajar, sólo trabajar.
Mafiana iré sola, ensefiaré en la escuela y entregaré toda mi vida a
aquellos que quizá la necesiten. Estamos en otofio, pronto llegará el
invierno, todo estará cubierto de nieve, pero yo trabajaré, trabajaré".
Entre La Gaviota y el drama anterior, El brujo del bosque,
antecedente de El tio Vania, pasaron siete afios, pero a partir de La
Gaviota, reestrenada por el Teatro de Arte de Moscú, en 1898, y esta
vez con éxito, las tres obras siguientes y afines por su tema y su tono,
completaron la trayectoria teatral del dramaturgo. El tío Vania se
estrenó en 1899; Las tres hermanas, en 1901; y El jardín de los
cerezos, en 1904, el afio de la muerte de Chéjov.
Escritas, pues, en el último lustro de la vida del autor, todavía
joven, pero gravemente enfermo, estas piezas, casi una saga de la vida
rusa, verifican la conocida observación de Tolstoi acerca d~ los su~esos
de la aldea como reflejo del mundo. Algunos argentmos vieron
similitudes entre el ámbito de la estepa rusa y el ámbito pampeano.
BAAL, LXIX, 2004 EL CIRCULO CHEJOVlANO 217
Victoria Ocampo, después de admirar en Londres una versión de El
jardín de los cerezos, se asombró del parecido entre los personajes
rusos y sus compatriotas criollos. Ernesto Sabato, por su parte, señaló
el parentesco entre "la vieja Argentina de las grandes llanuras" y la
Rusia rural de entonces, con su organización patriarcal, el predominio
de la educación afrancesada y sus intelectuales, afines a nuestros
doctores liberales.
Pero la perduración de Chéjov supera, por cierto, estas
aproximaciones. Sus personajes expresan mucho más que la
idiosincrasia de un pais y la peculiaridad de su vida rural. Los hombres
no han dejado de soñar con sus idealistas y nostálgicos y de sufrir con
sus fracasados. En sus Lecciones de literatura rusa, Vladimir Nabókov
dice que a pesar del cariño que siente por Chéjov, no puede ocultar
que, no obstante su auténtica genialidad, el dramaturgo no llegó a
crear la perfecta obra maestra. Sin embargo, conviene observar que el
concepto de "obra maestra" no es riguroso. En todo caso, resulta del
consenso acerca de una determinada obra. Pero no deja de ser relativo
y opinable. Para tomar como términos de comparación a dos grandes
dramaturgo contemporáneos de Chéjov, ¿cuál sería la obra maestra de
Ibsen, cuál la de George Bernard Shaw? Dudaríamos entre tres o
cuatro piezas de estos autores.
Para la historia del drama, importa afirmar la revolucionaria
concepción de Chéjov al crear lo que. se ha llamado el "teatro de
atmósfera", el "teatro de los estados de ánimo". Estos "dramas líricos",
como se los ha denominado también, alcanzan su perfección en las
cuatro piezas señaladas, considerándolas como un conjunto lleno de
cohesión que bien merecería ser considerado, en bloque, "una perfecta
obra maestra", según la frase de Nabókov.
Jorge Cruz
LA DONACIÓN BIBLIOGRÁFICA
DE JOSÉ LUIS TRENTI ROCAMORA'
Buenas tardes a todos, hoyes una suerte contar con la presencia
de ustedes, los fieles de la Casa, y junto con ellos los amigos de Trenti
Rocamora, a los que saludo de manera especial y a quienes agradezco
que nos acompañen en este acto de simple gratitud.
Queremos agradecer públicamente la generosa donación
bibliográfica que nos ha dejado don José Luis Trenti Rocamora. Por
voluntad testamentaria, dispuso que de su nutrida biblioteca -que
excede las 60.000 piezas- sean herederas la hermana Academia
Nacional de la Historia y la nuestra. En rigor, dispone que la de
Historia haga una primera selección de aquellos libros y materiales
hemerográficos que le interesen para su repositorio y, a partir de lo
que reste, la de Letras hará, a la vez, su elección. Finalmente, los
volúmenes que tengamos ya en nuestros anaqueles, y que sean
duplicados, o escapen al ámbito de nuestra especificidad, serán
destinados a la Dirección de Bibliotecas Populares, como destinataria
final, para su posterior distribución.
En estos momentos, personal de la Academia Nacional de la
Historia está levantando el inventario del material, con un ritmo de
trabajo fmne. Aún no nos hemos hecho de los primeros volúmenes,
pero es de personas, y de instituciones, bien nacidas, el agradecer
antes de recibir.
y como el buey lerdo bebe el agua turbia, antes de que comiencen
a llegar los libros, ya hemos dispuesto espacio para ellos, para darles
cobijo permanente en nuestras estanterías.
'Palabras pronunciadas el 24 de junio de 2004, en la sesión pública 1194.",
realizada en el hall del Palacio Errázuriz. La crónica de este acto puede leerse en
''Noticias'' del presente volumen.
220 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
La recepción de obras es para nuestra Corporación un regalo más
que oporh!no, pues nuestras arcas disponen cada día menos de partidas
para la adquisición de libros. No obstante, hacemos lo imposible,
porque hemos aprendido el oficio de aquel peluquero que fue Ricardo
Palma, cuando dice que el arte del "tradicionista" consiste en "sacar
patilla de donde no hay pelo". Y se nos acuerda, como que viene a
pelo, el refrán español que dice: "Más piensa un pobre que dos
abogados". Y en nuestra Mesa Directiva, contamos con dos abogados
pobres -que no pobres abogados- lo que potencia nuestro ingenio
para sobrevivir en tiempos dificiles.
Nuestra Academia se ha caracterizado por el respetuoso tratamiento
y resguardo que sabe dar a las colecciones y donaciones que recibe.
Honrará el caudal de esta donación. Deseamos secretamente que los
encargados de la selección en la Academia de Historia se adormezcan
en su tarea y dejen pasar, inadvertidamente, por sus redes, algunos
pe~es gordos, esto es, obras más cotizadas y raras, hacia nosotros.
Conocí personalmente a Trenti Rocamora en ocasión de organizar
una exposición de nuestros fondos bibliográficos, iconográficos y
documentales, en la Biblioteca Nacional, con motivo de cumplir la
Academia sus primeros setenta años. Entonces necesitábamos reeditar
el librito institucional, que vale como una credencial de presentación.
El académico José Maria Castiñeira de Dios nos puso en contacto con
Trenti Rocamora, quien estaba vinculado a la editorial Dunken. Él
gestionó frente a la empresa editora la donación del libro que
pretendíamos hacer, como un homenaje a los setenta años de la
fundación de nuestra Corporación. La generosidad del gesto facilitó
un comienzo de buenas relaciones entre Dunken y la Academia que,
desde entonces, ha editado todas sus publicaciones por esa vía, con
beneficio económico probado. De allí en adelante seguimos en estrecho
contacto con ambos, la editorial Dunken y don Trenti Rocamora.
Los trabajos editados de Trenti Rocamora son numerosos y ellos
aportan valiosa contribución a la cultura argentina. Por ejemplo, en el
campo de los estudios teatrales cabría recordar, entre otros: El teatro
en la América colonial (1947), El repertorio de la dramática colonial
(1950), "La Loa del santafesino Antonio Fuentes de Arco", Selección
y estudio de obras dramáticas de Cristóbal de Aguilar (1949),
Promoción defensa del teatro nacional (1962), Ediciones del Carro
de Tespis: su historia, su catálogo (2002).
BAAL, LXIX, 2004 DONACiÓN DE DON JOSÉ LUIS TRENTI ROCAMORA... 221
En la sistematización de material histórico y documental, debe
recordarse la dirección y edición, en tres tomos, del Catálogo del
Museo Histórico Nacional (1950), Repertorio de crónicas anteriores
a 1810 sobre los países del antiguo Virreinato del Río de la Plata
(1948); su dedicación a la edición de los Documentos para la historia
del Libertador General San Martín (1950). Entre los abundantísimos
aportes bibliográficos y estudios hemerográficos, podemos retraer
algunos títulos: Índice general y estudio de la revista "Martín Fierro"
(1996), Presencia uruguaya en la revista "Martín Fierro"(1997),
Estudio e índice de la colección "La Cultura Argentina" (1997). Y la
atención de la empresa de editar las varias publicaciones de la Sociedad
de Estudios Bibliográficos Argentinos, del que fue fundador, de
particular manera, el Boletín, donde la pluma de Trenti Rocamora
trabajó en todos los niveles de la contribución y en todas las secciones.
Otras obras recordables de su pluma: Las convicciones religiosas
de los próceres argentinos (1948), La cultura de Buenos Aires hasta
1810 (1948), Y vasta producción de monograflas, ensayos, artículos,
plaquetas, separatas, en que se manifestó generosamente.
Una capacidad personalísima de Trenti Rocamora fue la de
concertar y asociar esfuerzos en campos de interés común. Dos
concreciones dirigidas por él lo evidencian: el citado Boletín, que
supo constituirse en hogar de muchos investigadores, consagrados y
principiantes, allegados en tareas en tomo a lo bibliográfico, y la Pefia
del Libro -que hoy lleva su nombre-, codirigida por don Luis Lacueva,
que concertaba un centenar de personas en sus encuentros sabáticos, y
de cuya caldera, dialogada y vitalísima, se proyectaba una matizada
diversidad de folletos, desplegables y plaquettes, una rica caterva de
publicaciones interesantes.
Quien hizo girar toda su actividad dinámica y emprendedora en
tomo al libro, hoy lo sigue haciendo, en ausencia flsica, al destinar,
con generoso gesto, parte del caudal bibliográfico que supo a~legar su
bibliofilia, a nuestra Academia. Lo agradecemos y como se dice en el
convite litúrgico: "la mesa está dispuesta". Lo están nuestros anaqueles
para recibir su donativo.
Pedro Luis Barcia
ISIDORO BLAISTEN
(1933-2004)
PALABRAS DE DESPEDIDA"
La Academia Argentina de LetrdS, que me ha designado para la
infausta misión de despedir, en su representación, los restos mortales
de su académico de número, don Isidoro Blaisten, está de luto.
Nuestro colega, querido y respetado no solo por nosotros, sino
por todos quienes tuvieron el privilegio de tratarlo, había ingresado en
nuestra Institución, por consenso unánime, el 26 de abril de 200 l. Y
era natural que lo incorporáramos, pues el privilegio era nuestro. Por
varias razones. Ante todo, por su notable calidad de escritor.
Galardonado con los más altos y prestigiosos premios que nuestro
país puede otorgar, traducido por los méritos de su prosa de cuentista
a las lenguas principales de Occidente, la propuesta de su persona no
podía ni debía presentar objeciones de ninguna índole. Se le reconocía
un dominio excepcional del lenguaje castellano, que amaba y cultivaba
con sabiduría y precisión, y cuya recta aplicación se le convertía en un
deber ético. E Isidoro Blaisten, en todos los planos de su existencia,
no solo en el profesional, fue siempre un hombre ético, íntegro, honesto,
postura que trascendía en su trato con el prójimo y en su conducta
pública, y que constituía otro motivo más para quererlo y respetarlo.
Los abundantes lectores de Dublín al sur, Cerrado por melancolía y
Al acecho, por ejemplo, así lo percibían más allá de la lectura de sus
libros. Aunque Blaisten se había inaugurado como poeta, luego de su
primer libro se volcó a la prosa, a la dificil composición del cuento.
Es que su intenso amor y conocimiento de la mejor poesía lo inhibían,
"Palabras pronunciadas en nombre de la Academia Argentina de Letras en el
sepelio del Académico, fallecido el 28 de agosto de 2004.
224 RODOLFO MODERN BAAL, LXIX, 2004
según sus propias declaraciones, para insistir en exponerse públicamente
con otro volumen de lírica. Pero su prosa descollante, cuidada al
máximo por la agudeza en la precisión de sus términos y en la
apasionada entrega a fin de lograr la mejor expresión posible, atraían,
por igual, la admiración tanto de críticos como de lectores.
Isidoro Blaisten, que no era erudito ni profesor universitario,
siempre daba cátedra, sin manifestarlo expresamente, acerca del mejor
uso de la lengua. Y, en casi todas las oportunidades, a través del
humor, un humor fino, desopilante a veces, irónico, afilado, con el
que velaba, mediante la oportuna sonrisa y ese tipo de distanciamiento
que el mejor humor procura, las incongruencias, contradicciones,
absurdos y conductas e~asperantes o insólitas con que retrataba a sus
personajes. Yeso tenía y tiene más eficacia que un sermón, una diatriba,
la sátira amarga o el ademán corrosivo dirigidos a cambiar las conductas
desde afuera. Era su corazón, su inmenso sentimiento de piedad ante
las tonterías de su prójimo, como suele ocurrir con los humoristas
eminentes, 10 que despertaba la configuración de las situaciones fuera
de lo común y de los actos que, dentro de ese marco, sus personajes
ejercitaban, y que iban desde la tácita lástima hasta la carcajada
incontenible. Era un modo de purificar y de purificarse, como de
protestar ante tanta injusticia, abuso o estupidez como los que sus
atentos perceptivos ojos recogían y traducían con la máxima concisión
y eficacia.
Aquejado en los últimos tiempos por la terrible enfermedad que
terminó con su existencia fisica, la otra persiste y persistirá, este
argentino nacido en Concordia y afincado en Buenos Aires, era no
solo un experto conocedor de libros, sino también un individuo que, a
través de los curiosos o pintorescos oficios que ejerció en su juventud
para sobrevivir, tenía un delicado oído y una perspicacia única para
utilizar los múltiples movimientos cuyo escenario es la calle y quienes
la transitan.
. y aquellos que lo trataron más de cerca pudieron apreciar la
entereza, más aun, la heroicidad con que sobrellevaba su dolencia
gracias a una fortaleza de ánimo envidiable, proyectada en la redacción
de su primera y estupenda novela Voces de la noche, aparecida hace
muy pocos días y de la que, por una de esas ironias que el destino
suele prodigar a manos llenas, no alcanzó a saborear el éxito que
indudablemente merece.
BAAL, LXIX, 2004 PALABRAS DE DESPEDIDA 225
Pero, fundamentalmente, y aparte de sus logros literarios, que
fueron todos valiosos, Isidoro Blaisten era un hombre bueno,
comprensivo, cordial, modesto, exquisitamente cortés. Así lo vivimos
en la Academia y supimos enaltecer su actitud constante respecto a
los colegas. Así lo extrañaremos y lo recordaremos, mientras hacemos
llegar nuestro dolor solidario a su cónyuge, Graciela Melgarejo, que
tanto lo acompañó en largos tramos de su existencia, dedicada al
cumplimiento de los ideales que se había propuesto y que supo cumplir
como eso que fue, un artista cabal y un hombre entero.
Rodolfo Modem
CONTRIBUCIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA
DE DON ISIDORO BLAISTEN .
(1933-2004)
Sucedió en la lluvia. Buenos Aires, 1965. [poesía]
Lafelicidad. Buenos Aires: Galerna, 1969. 120 p. (Serie mayor. Letras).
La salvación. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1972
[cl971]. 134 p. (Narradores de hoy; 14).
El mago. Buenos Aires: Ediciones del Sol, 1974. 155 p.: il.
Nueva edición: El mago: nueva versión. Buenos Aires: Emecé,
1991. 192 p.: il. (Escritores argentinos. Novelas, cuentos y
relatos).
Contenido: l. Ludo real. - 11. Cuentos cortitos así. - 111. Rosebud.
- IV. El revés de los refranes.
Dublín al sur: antología de cuentos. Selección de Jorge A. Sánchez;
nota posliminar: Luis Gregorich. Buenos Aires: El Cid Editor,
1979. 196 p. (Colección Plata).
Otras ediciones: Buenos Aires: Emecé, 1992. 192 p. (Escritores
argentinos; novelas, cuentos y relatos); Buenos Aires: Emecé,
1998. 192 p. (Escritores argentinos. Novelas, cuentos y relatos).
Contenido: La puntualidad es la cortesía de los reyes. - La
felicidad. - La sed. - Los tarmas. - La salvación. - Violín de
fango. - Victorcito, el hombre oblicuo. - El pez en la tarde fría.
- El tío Facundo. - Mishiadura en Aries. - La puerta en dos. -
Dublín al sur.
Cerrado por melancolía. Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1981.
201 p. (Narradores argentinos contemporáneos).
Otras ediciones: Buenos Aires: Emecé, 1993. 191 p. (Escritores
argentinos). Notas: Primera edición en offset; Buenos Aires:
Emecé, 1998. 191 p. (Escritores argentinos. Novelas, cuentos y
relatos).
228 BAAL, LXIX, 2004
Contenido: Última empresa. - Adriana subiendo la escalera. - A
mí Qunca me dejaban hablar. - Y vendrá la muerte y tendrá tus
ojos. - ¿El sol, sefior Beltrán? - Cerrado por melancolía. - El
total.
Cuentos anteriores. Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1982. 385 p.
(Narradores argentinos contemporáneos).
Otra edición: 2 .. ed. Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1984.
385 p. (Narradores argentinos contemporáneos).
Notas: Reúne toda la producción narrativa de Isidoro Blaisten
anterior a Cerrado por melancolía.
Contenido: La felicidad (1969). - La salvación (1972). - El
mago (1974). - Tres cuentos.
Anticonferencias. Buenos Aires: Emecé, 1983. 236 p. (Escritores
argentinos; novelas, cuentos y relatos).
Otra edición: 3. 8 ed. Buenos Aires: Emecé, 1986.236 p.
Contenido: Anticonferencias. - Notas. - La fiera ruge y el Ángel
canta.
A mí nunca me dejaban hablar: antología de cuentos. Buenos Aires:
Sudamericana, 1985.206 p. (Colección El Espejo).
Carroza y reina. Buenos Aires: Emecé, 1986. 219 p. (Escritores
argentinos. Novelas, cuentos y relatos). Contenido: Lotz no
contesta. - La última decoración. - Permiso, maestro. - Beatriz
querida. - A la seis de la tarde. - Te estaré esperando. - El
tiempo que ni vuelve ni tropieza. - Carroza y reina. - Epilogo y
otras maneras.
Cuando éramos felices. Buenos Aires: Emecé, 1992. 200 p. (Escritores
argentinos. Novelas, cuentos, relatos).
Contenido: I. Las cosas que nunca nadie me explicó. - II: Humor,
poesía y estupidez. - III. Lejos del barrio. - IV. Lector fracasado.
- V. Cuando éramos felices.
Al acecho. Buenos Aires: Emecé, 1995. 212 p. (Escritores argentinos;
novelas, cuentos y relatos).
Otra edición: Buenos Aires: Planeta, 2002. 141 p. (Biblioteca
Argentina La Nación). Notas: Edición especial para La Nación.
Contenido: Al acecho. - Príncipe de los vikingos. - En un
domingo oscuro. - Cosecha el día. - Versión defmitiva del cuento
de Pigüé. - Después de la presentación. - Desde el alma. - El
crimen del diputado Estigmetti.
BAAL, LXIX, 2004 CONTRIBUCiÓN A LA BmuooRAFiA DE DON ISIDORO BLAISTEN 229
Antología personal. Buenos Aires: Instituto Movilizador de Fondos
Cooperativos, 1997. 128 p. (Desde la gente).
Contenido: Presentación. - Dublín al sur. - Carroza y reina. - A
mí nunca me dejaban hablar. - Última empresa. - Al acecho. -
Desde el alma. - Cosecha el día. - Para qué sirve un poeta. -
Cóndores y renacuajos. - Balada del boludo. - Hamlet, príncipe
de Dinamarca, o la dicha de vivir. - Suicidio del descreído. - El
desarrollo y la fe. - Pensamiento profundo. - La suerte de la fea
la linda la desea. - El código secreto.
Voces en la noche. Buenos Aires: Seix Barral, 2004. 304 p. [novela]
Cuentos completos. Buenos Aires: Emecé, 2004. 650 p.
RESCATE DE NÁUFRAGOS
A partir de este número del Boletín, en esta sección incorporaremos
textos, documentos y diversidad de materiales literarios y lingüísticos
referidos a nuestro país, olvidados, desconocidos o poco frecuentados,
que mantengan interés actual.
Este año 2004, se cumplen cuarenta del fallecimiento de esta
notable mujer puntana, Berta Vidal de Battini, que fue una -si no la
mayor- de las más destacadas lingüistas y foIclorólogas de nuestro
país, Académica de Número de la Academia Argentina de Letras, y
maestra y modelo de generaciones de investigadores en el estudio del
español argentino y de nuestros cuentos y leyendas populares. Su
magisterio fue de aula real y de orientación intelectual de los colegas
y estudiosos. Recorrió todo el país y todos los rincones de sus provincias
recogiendo los matices dialectales de la lengua común y los cuentos y
leyendas que vivían en el imaginario y la memoria de los hombres y
mujeres del pueblo.
Sirva la memoria de las sensatas y sabias reflexiones de la doctora
Berta Elena Vidal de Battini como un homenaje de la Academia
Argentina de Letras a su obra imponente, a cuatro décadas de su
lamentada desaparición, y, a la vez, para que sus palabras estimulen
en los Gobiernos la atención por la restauración de la desatendida
ensefianza de la lengua común.
P. L. B.
LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA.
REFLEXIONES DE UNA MAESTRA
En la enseftanza del idioma -tarea trascendental que concierne en primer
lugar a los educadores-, al maestro de primeras letras le corresponde
un puesto de responsabilidad excepcional, ya que la escuela primaria,
232 BERTA VIDAL DE BATTlNl BAAL, LXIX, 2004
por su naturaleza eminentemente popular, es la transmisora de las
fonnas esenciales de la cultura de un país. En la formación del hombre,
nada es tan importante como el dotarlo del instrumento de expresión
que es el idioma de su comunidad; en la formación del ciudadano,
pocas cosas son tan fundamentales como prepararlo para la defensa y
el perfeccionamiento de la lengua nacional, uno de los más preciosos
entre los bienes espirituales de su pueblo. La forma en que se expresa
el hombre medio de una sociedad da la medida de la cultura de su país
y de la trascendencia de la obra escolar, puesto que a a este hombre a
quien modela la escuela primaria. De él surgirá el creador, el artista,
que elevará a la más alta dignidad idiomática la expresión del pueblo,
ya que la lengua no solo es una medida sino también el resultado de
una acción múltiple y compleja.
[oo.] Los hábitos lingüísticos se adquieren, se olvidan o se modifican
como todos los hábitos; concretan un problema de educación. El
maestro tendrá que comenzar por enmendar su propio lenguaje y por
prestar mayor atención y tiempo al estudio de su lengua, pero es que
el maestro ha de estar aprendiendo siempre y su ejemplo ha de ser la
más perdurable de sus lecciones. El ejemplo vivo del maestro y su
acción renovadora son la escuela misma y en la obra humilde y grande
de la escuela primaria se ahondan y levantan los cimientos de la
cultura del país y los de la cultura universal.
Américo Castro, en su libro La peculiaridad lingüística rioplatense
(1941), reconoce que "la escuela argentina realizó esfuerzos
maravillosos desde la época de Domingo Sarmiento", pero encarece
como solución, afianzada por la experiencia europea de un siglo, la de
enfocar el problema del idioma desde la cátedra universitaria, nuestra
cátedra máxima contó con especialistas eminentes, como el doctor
Castro y el doctor Amado Alonso, y a ellos mucho les debemos. Es el
planteamiento que corresponde, pero, la formación del maestro de
escuela es, o mejor dicho, debe ser, la obra directa e indirecta de las
instituciones superiores de cultura, la escuela normal, la escuela de
profesores, la universidad, y él será siempre el nexo irreemplazable
entre los altos estudios y la sedimentación de lo esencial en el pueblo,
En la Argentina, la escuela primaria ha cumplido un papel de
excepcional importancia en la difusión y defensa de nuestra lengua, y
si su acción no ha sido de más penetrante eficacia, se debe a que
generalmente se ha descuidado la formación idiomática del maestro.
BAAL, LXIX, 2004 LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA 233
En los lugares más alejados de nuestro territorio, el maestro de primeras
letras es, casi sin excepción, el único difusor de cultura. Desde
comienzos de este siglo, la Argentina ha cumplido un plan sistemático
de creación de escuelas y en la actualidad no existe un conglomerado
humano que no cuente por lo menos con una de ellas. La escuela ha
civilizado las regiones más inaccesibles y las de más tardía colonización
como lo son las de la Puna, la Patagonia y el Chaco, y ha penetrado
los núcleos de poblaciones de habla no castellana, los reductos de
indígenas y las colonias extranjeras, y por ella no tenemos ya en el
país hombres que no hablen nuestra lengua.
Nosotros mantenemos nuestra fe inquebrantable en el maestro y en la
escuela.
Texto de la Dra. Berta Elena Vidal de Battini. El español de la Argentina.
Estudio destinado a los maestros de las escuelas primarias, Buenos Aires,
Ministerio de Educación de la Nación, Dirección de Enseñanza Primaria,
1954, pp. 3-5.
CRÓNICA.
TERCER CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA
ESPAÑOLA
(Rosario, 17 al 20 de noviembre de 2004)
Actividades cumplidas y proyectadas por la Academia Argentina
de Letras en homenaje al III Congreso Internacional de la Lengua
Española.
Informe esquemático a la Comisión Ejecutiva, al 19 de mayo.
PuBLICACIONES. EN ADHESIÓN AL III CILE
1.1. Historia del español de Santa Fe. Desde el siglo XVI al XIX,
por la académica correspondiente por Santa Fe, Dra. Nélida
Donni de Mirande, Buenos Aires, AAL, 2004, 395 pp.; Serie
Estudios Lingüfsticos y Filológicos, III. Con una contribución
económica parcial del Gobierno de la Provincia de Santa Fe.
1.2. El español oral del Chubut, de la académica correspondiente
por esa provincia, Dra. Ana Virkel, Buenos Aires, AAL; Serie
Estudios Lingüfsticos y Filológicos, IV (en prensa, sale en
agosto). Pagado fntegramente por el Gobierno de la Provincia
del Chubut.
1.3. Los diccionarios del español de la Argentina, por el Dr. Pedro
Luis Barcia, Buenos Aires, AAL, 162 pp.; Serie Estudios
Lingüísticos y Filológicos, V (en prensa). Pagado por la
Asociación Amigos de la Academia.
1.4. La Academia en Internet. Mapa del contenido de la AAL en
los sitios virtuales de la Academia en Universia y en la
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BAAL, LXIX, 2004 TERCER CONGRESO OO"ERNAClONAL DE LA LENGUA ESPAJi¡OLA 237
2.1.2. Proclamamos, desde un acto público en la Casa de Gobierno,
el lema y los contenidos del ID CILE. El Gobierno Provincial
promulgó el decreto n.o 1380, del 28 de abril de 2004, que
declara de interés provincial al ID CILE y acompafia a la
AAL en la proclamación del Temario, que fonoa parte del
decreto en un anexo que adhiere al Congreso y a su temática.
2.1.3. El Gobierno Provincial entregó a la Academia una plaqueta
en reconocimiento por su labor a favor de la lengua y la
unidad por el idioma.
2.1.4. Designó al Presidente de la AAL Huésped de Honor, por otro
decreto, y al académico honorario fueguino, don José María
Castiñeira de Dios, Ciudadano Benemérito.
2.1.5. Tuvimos encuentros dialogados con periodistas y escritores
locales, en las dos ciudades fueguinas.
2.1.6. Realizamos encuentros con bibliotecarios en las dos bibliotecas
más grandes de Ushuaia y Río Grande, y donamos cajas de
libros para las 10 bibliotecas populares de la Provincia.
2.1.7. Rendimos un homenaje a Mitre y a Payró, autor de La Australia
Argentina, publicada inicialmente como crónicas de La Nación,
que constituyó: "la toma de posesión soberana de esa región
en nombre de la literatura", en palabras de Mitre
2.1.8. Convinimos en preparar una antología del libro de Payr6, con
los capítulos fueguinos, destinada a la lectura escolar de los
niftos de Tierra del Fuego.
2.1.9. Tuvimos activisima participación en entrevistas con canales
de TV, radios y periódicos, que cubrieron con abundancia los
actos.
2.1.10. Proyectamos una segunda visita para octubre, a fm de lanzar
el hbro que publicará la AAL: La literatura antártica.
2.1.11. Se ha conversado sobre la posibilidad de una vista de una
delegación de la AAL a la Antártida.
2.1.12. Articulamos planes de colaboración y asistenci~ e~tre las
Secretarias de Educación (escuelas) y de Cultura (blbhotecas),
de la Provincia y la Fundación LEER, par~ .los planes ~e
colaboración y asistencia. Dos meses antes, hiCImOS lo propIO
entre LEER y la Antártida. .'
238 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
3. OTROS VIAJES PROGRAMADOS
Con 'igual sentido de difundir el lema y el temario del nI CILE,
en ámbitos populares, educativos y académicos, ya hemos concertado
visitas a las siguientes capitales de provincias:
3.1. San Juan, a partir de 21 de junio, coincidiendo con el homenaje
al académico correspondiente don Antonio de la Torre.
3.2. A Salta, desde el 29 de junio. Integración de mesa con
académicos correspondientes de Salta (Aráoz Anzoátegui y
Martorell) y de Jujuy (Héctor Tizón y Néstor Groppa) y
directores de diarios de Jujuy y Salta.
3.3. A Tucumán, a partir del 3 de agosto. Con motivo de los 90
años de creación de la Universidad, articularemos acciones
con mesas redondas para la temática del III CILE.
3.3. A Córdoba, a partir del 23 de agosto, donde, además,
celebraremos el cuarto centenario del primer poeta argentino
Luis de Tejeda.
4. ARTÍCULOS y ENTREVISTAS
4.1. "La importancia de la lengua", por el Dr. Pedro Luis Barcia,
en la revista Bolsa de Comercio, de Rosario, a. XVCIV, 1492,
abril de 2004, pp. 32-36.
4.2. Entrevistas sobre el III CILE al Presidente de la Academia
. Argentina de Letras en:
1. "La Academia de Letras en Ushuaia. Suma nuevos términos
el registro del habla de los argentinos", en La Nación,
Buenos Aires, 28 de abril de 2004, p. 9.
2. "Pedro Luis Barcia habla del próximo Congreso
Internacional de la Lengua Española: El idioma, la patria
que va con uno", en La Prensa, Buenos Aires, domingo 2
de mayo de 2004, páginas centrales. Fotos.
3. "Hacia un Congreso de puertas abiertas", en Idiomas y
Comunicación, Buenos Aires, mayo-junio de 2004, las dos
páginas centrales y aneja, pp. 8-10. Fotos.
3. "Se hace camino al hablar", en Soldados. Revista del
Ejército Argentino, Buenos Aires, mayo de 2004, pp. 10-
11. Fotos.
BAAL. LXIX. 2004 TERCER CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA ESPAÑOLA 239
5. VISPERAS CERVANTINAS
En vísperas del cuarto centenario de la Primera parte de El Quijote
(1605-2005), la Academia Argentina de Letras ha organizado una
serie de actividades y publicaciones.
5.1. Jornadas sobre edición. de libros clásicos
"En homenaje a don Juan de la Cuesta". Octubre de 2004. Dos
jornadas con editores de colecciones de clásicos españoles (Castalia,
Cátedra, etc.) y de editores argentinos, y profesores que han preparado
ediciones de clásicos españoles e hispanoamericanos.
Programado en común entre la Asociación de Editores
Independientes de España y la AAL.
5.2. Publicaciones
6.2.1. El Quijote en la Argentina, por Pedro Luis Barcia. Este libro,
con abundante material de ilustración, se editará en mayo de
2005.
6.2.2. Bib/iografia cervantina argentina, por Alejandro Parada. Ese
libro comprende solo lo editado de Cervantes y sobre este
autor en nuestro país. Aparecerá en mayo de 2005.
6.2.3. Lecturas cervantinas. Silva de varia lección. Edición a cargo de
Emilia P. de Zuleta. Contendrá colaboraciones de académicos e
invitados y los textos del ciclo de conferencias, organizado por
la AAL, que se desarrollará en el primer semestre de 2005.
6.2.4. Concurso sobre interpretación de capítulos de «El Quijote».
Destinado a alumnos del Polimodal y nivel de enseñanza media
de todo el país. Primer concurso de esta naturaleza organizado
por la AAL. Coordinadoras: académicas Alicia Zorrilla y
EÍnilia de Zuleta.
6.2.5. "Cervantes en la Argentina". Nuevo portal en el sitio de la AAL
en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Contendrá una
vasta cantidad de material digitalizado: libros" ensayos,
ilustraciones, etcétera.
Pedro Luis Barcia
EL 1lI CONGRESO DE LA LENGUA
EN EL PAÍS INTERIOR
La Academia Argentina de Letras comenzó la difusión de los
contenidos propuestos para elllI Congreso Internacional de la Lengua
Española, que con el lema "Identidad lingüística y globalización", se
realizará entre el 17 y el 20 de noviembre próximo, en la ciudad de
Rosario, con un viaje a la provincia más austral del país donde se
habla español: Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
De esta semana activa y fructífera, y del eco hallado en las autoridades
provinciales y en la población docente y profesionales de los medios,
ha quedado testimonio en nuestro BAAL (t. LXIX, enero-abril de 2004,
n.o 271-272, pp. 59-79).
Para continuar con esa voluntad de federalización de la acción
académica, en la participación a todo el país de este 1lI CILE,
programamos otras visitas a las provincias. Por cuestiones de índole
económica y de tiempo, no pudimos acudir a todos los sitios que nos
habíamos propuesto (San Juan y Salta). Sí alcanzamos a desplazarnos
hasta Tucumán y Córdoba. Con motivo de la celebración del 90
aniversario de la Universidad Nacional de Tucumán, acudimos dos
académicos invitados a participar en dichos actos. Solicitamos a la
Facultad de Filosofía y Letras que organizara una mesa redonda sobre
"Los temas del tercer Congreso de la Lengua". Se realizó el 30 de
julio, y en ella participaron el académico don Santiago Kovadloff,
quien se refirió al concepto de "globalización"; el Presidente, académico
don Pedro Luis Barcia, quien abordó la explicación de la estructura y
funcionamiento del Congreso, y la señora decana de la Facultad de
Filosofía y Letras, académica doña Elena Rojas Mayer, q~lÍen expuso
sobre su experiencia en el anterior Congreso de Valladohd. Con una
asistencia nutrida de público, básicamente docente, concluyeron las
exposiciones con un animado diálogo con los presentes.
242 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXIX, 2004
De igual manera, aprovechamos la invitación de la Universidad
Nacional de Córdoba para participar en los actos de celebración del
IV centenario del nacimiento del primer poeta argentino Luis de Tejeda
y Guzmán, a fm de organizar una mesa redonda y proclamar los ejes
temáticos del III CILE. La mesa se desarrolló en el salón de la
Biblioteca Córdoba, el 27 de agosto.
Participaron en ella, la académica doña Emilia de Zuleta, quien
disertó sobre "La comunicación textual en el mundo hispánico"; por
la Universidad Nacional de Córdoba, la doctora Magdalena Viramonte
de Ávalos, quien se refirió a "La enseñanza del español en nuestro
país", y el Presidente don Pedro Luis Barcia, quien desarrolló el sentido
de la enunciación del lema del Congreso: "Identidad lingüística y
globalización". Las dos disertantes participarán en el III ClLE como
ponentes, en las secciones n y 111, respectivamente. El Dr. Barcia
actuará como Secretario Académico Ejecutivo del Congreso, y
Coordinador de la sección segunda.
El público asistente estaba integrado, casi en su totalidad, por
lingüistas y profesores de la Universidad Nacional de Córdoba.
Pedro Luis Barcia
ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA
Observaciones a las Enmiendas, adiciones y supresiones al
Diccionario de la Real Academia Española aprobadas por la
Corporación de Madrid entre octubre de 2001 y marzo de 2002
De las Enmiendas enviadas por la Real Academia Española para
su consideración por parte de la Academia Argentina de Letras, se
incluyen aquí solo aquellas voces que han merecido una observación
explícita y no aquellas en las que se ha convenido con lo realizado por
la Academia de Madrid, ni las generales de las que únicamente se ha
señalado que no son de uso corriente en la Argentina.
Corresponde a lo resuelto por el Cuerpo académico durante el
segundo cuatrimestre de 2004, luego de estudiar los informes
presentados por el Departamento de Investigaciones Lingüísticas y
Filológicas.
Letras P-Z
pacffico, ca.... [Adición de acepción). 112 bis. Perteneciente o relativo
al océano Pacífico o a los territorios que baña.
OBS. AAL: Hay escasos testimonios de este empleo en la
Argentina, donde predomina la perifrasis del Pacífico o bien la
forma adjetiva en mayúscula para indicar que no se trata de la
voz genérica sino del relacional: 'del (océano) Pacífico'.
paisano, na. ... 11 de paisano. [Enmienda a la acepción de forma
compleja). loe. adv. Dicho de vestir los militares, los policías,
los eclesiásticos, etc.: Con ropa distinta al uniforme o al hábito.
U. 1. c. loe. adj. Ropa de paisano. ,
OBS. AAL: En la Argentina es inusual. Se emplea comunmente la
locución de civil.
PROP. AAL: civil. ... 11 de civil. [Adición deforma compleja). loe.
adj. y adv. Arg. de paisano. ',.
Los Andes. Mendoza. 29.03.2003: «Las fuerzas paranuhtares se
comportan de manera brutal con la población civil», señaló
244 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXlX, 2004
Brooks, quien indicó que en la ciudad meridional de Basora se
había localizado a un grupo de personas vestidas de civil que
portaban armas y que, en consecuencia, fueron designados como
objetivo por el mando.
paliativo, va. [Enmienda a la acepción]. adj. Que mitiga, suaviza o
atenúa. Se dice especialmente de los remedios que se aplican a
las enfermedades para mitigar su violencia. U. t. c. s. m.
PROP. AAL: paliativo, va. [Enmienda a la acepción]. adj. Que
mitiga, suaviza o atenúa. Se dice especialmente de algunos
tratamientos y remedios que se aplican para mitigar la violencia
de las enfermedades. U. t. c. s. m.
palo .... [Adición de acepción]. 1116 bis. Dep. Golpe del balón contra
el marco de la portería. [Solo documentación de España].
08S. AAL: Con este sentido, también se emplea en la Argentina.
Olé. Buenos Aires, 24.11.2003: [ ... ] ni siquiera un zapatazo de
Esteban Gil le sirvió al Lobo para ponerse en ventaja. Fue palo
y el grito de gol atravesado.
pantalla .... [Adición de acepción]. 11 5 bis. Lámina que cubre o
protege de un agente indeseado. Pantalla acústica. [Comisión
de Vocabulario Científico y Técnico]. [Solo documentación
de España].
08S. AAL: También se la documenta en la Argentina.
<www.fcp.org.ar/equipamiento.html> [CONSULTA: 25.06.2003]:
EQUIPAMIENTO. Un importante equipamiento permite dar el
uso específico a cada uno de los espacios. Auditorio. Escenario
de 15 mts entre hombros y 10 mts de profundidad, piso
suspendido, proscenio de 3,45 mts. con foso de orquesta. Boca:
10 mts de ancho, 4.35 mts de alto con telón. Parrrilla de
maniobras a 9 mts de altura, 5 bambalinas, 5 patas y panorama.
203 butacas. Pantalla acústica. Pantalla de proyecciones.
pantalla •... [Adición de acepción]. 11 5 ter. Barrera u obstáculo con
la misma fmalidad. [Comisión de Vocabulario Científico y
Técnico]. [Solo documentación de España].
08S. AAL: También se la documenta en la Argentina.
<www.siste.com.ar/ojo_humano.htm> [CONSULTA: 25.06.2003]:
Las pestañas, pelos cortos que crecen en los bordes de los
párpados, actúan como una pantalla para mantener las partículas
y los insectos fuera de los ojos cuando están abiertos.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 245
pantalón .... (Adición deforma compleja). 11- campana. m. pantalón
de campana. U. m. en pI. con el mismo significado que en
sing. Pantalones campana.
pantalón•... (Adición de forma compleja). 11 - de campana. m.
pantalón que se ensancha en la parte inferior. U. m. en pI. con
el mismo significado que en sing. Pantalones de campana.
OBS. AAL: No hay prácticamente documentación para la Argentina.
La palabra campana se aplica más a falda y a corte que a
pantalones. Quizás convendría definir campana y no la forma
compleja.
PROP. AAL: campana•... Dícese de algunas prendas, como faldas
o pantalones, o del corte de ropa, que tienen forma semejante a
la campana, abierta y más ancha en la parte inferior.
<www.armada.mil.ar/historia/uniformes.htm> [CONSULTA:
12.08.2003]: La blusa marinera [...] es de añejo uso en la gente
de mar, así como el pantalón con campana y sin botamangas
responde a la tradición de cuando era necesario arremangárselo
'para las tareas de limpieza cotidiana.
<www.revista-claro.com.ar/edicionl062/nota02.htm>
[CONSULTA: 12.08.2003]: El de la homenajeada lo confeccionó
Roberto Piazza, quien utilizó gasa de seda natural cristal para
la falda campana y raso para el corset.
pantalón•... {Adición deforma compleja). 11- de pitillo. m. pantalón
muy ceñido a la pierna. U. m. en pI. con el mismo significado
que en sing. Pantalones de pitillo.
OBS. AAL: No se emplea en la Argentina. La forma usual acá es
pantalón bombilla.
PROP. AAL: pantalón.... (Adición de forma compleja). 11 -
bombilla. Arg. p. uso Se dice del pantalón muy ajustado,
particularmente en la pantorrilla (pantalón de pitillo).
SORIANO, O. Cuarteles de invierno [1980]. Buenos Aires:
Bruguera, 1983, 29: Parado en el umbral había un tipo petiso,
vestido con traje de pantalón bombilla. Cf. DiHA, ed. 2003.
pantalón. ... 11 - bermudas. (Enmienda a la acepción de forma
compleja). m. pantalón ceñido a los m~slos ~ue. llega a la
altura de la rodilla. U. m. en pI. con el mismo significado que
en sing. Pantalones bermudas.
246 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL. LXIX. 2004
OBS. AAL: Hay alguna, aunque poca, documentación para la
Argentina, donde predomina el sustantivo bermudas (f. pl.),
compartido con el español peninsular.
pantalón. ... 11 - bombacho. [Enmienda a la acepción de forma
compleja). m. pantalón ancho cuyas perneras, por su parte
inferior, se ajustan a la pierna por encima del tobillo quedando
abombadas. U. m. en pI. con el mismo significado que en sing.
Pantalones bombachos.
OBS. AAL: No se ha hallado documentación actual de la forma
compleja pantalón bombacho. Hay algunos testimonios del pI.
pantalones bombachos. Para nombrar este tipo de pantalón, en
la Argentina predomina babuchas.
<www.organizacionislam.org.ar/otomanos.htm> [CONSULTA:
12.08.2003]: En el Imperio otomano, sin embargo, la inoculación
de la viruela había sido practicada, por lo menos, en ciertos
medios, mucho antes que en cualquier otro lugar de Europa. De
hecho, fue desde Estambul desde donde la inoculación llegó a
Londres en 1721 junto con otros elementos orientales como los
pantalones bombachos y el fez, por Lady Mary W ortley
Montagu.
PROP. AAL: babucha. [Adición de acepción] f. pI. Arg. pantalón
bombacho.
Diario Crónica. Comodoro Rivadavia, 11.01.2003: El uniforme
tiene las características de la época colonial aún hoy, con la
chaquetilla roja, bandoleras, charreteras, pantalón estilo babucha
color blanco, botas negras largas y galera con pluma.
pantalón.... 11- tejano. [Enmienda a la acepción de forma compleja).
m. pantalón vaquero. U. m. en pI. con el mismo significado
que en sing. Pantalones tejanos.
08S. AAL: No hay prácticamente documentación para la Argentina,
aunque la forma pueda reconocerse. La poca que aparece
corresponde a notas o entrevistas periodísticas en las que se
reproduce una forma ajena al español hablado aquí.
pantalón. ... 11 amarrarse alguien los pantalon~s. [Enmienda a la
acepción de forma compleja). fr. coloq. A. Caribe. C. Rica.
Ecuad. y El Salv. Comportarse con coraje y decisión.
08S. AAL: En la Argentina se emplea, con el mismo valor, ponerse
los pantalones.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 247
PROP. AAL: pantalón. oo. 11 ponerse alguien los pantalones.
[Adición de acepción de forma compleja]. fr. coloq. Arg.
Comportarse con coraje y decisión.
Voz del Interior. Córdoba, 28.10.2002: Hay que ponerse los
pantalones y avanzar con los recursos que se tengan, afirmó el
vicepresidente José Repar. Cf. DIHA, 2003.
pantalón .... 11 bajarse los pantalones. [Enmienda a la acepción de
forma compleja]. fr. coloq. Claudicar en condiciones más o
menos humillantes.
OBS. AAL: En la Argentina esta frase se usa en alternancia con
otras de sentido próximo como pedir la escupidera.
PROP. AAL: escupidera.... pedir la escupidera. fr. fig. coloq.
Arg. No poder soportar más una situación apremiante, rendirse.
Clarín. Buenos Aires, 12.03.1999: [oo.] vino a pedir la escupidera
y trajo una nota de disculpas por los agravios al Presidente.
paño.... [Adición de forma compleja]. 11 en -s menores. loe. adv.
Vistiendo únicamente ropa interior.
PROP. AAL: ... [Adición de forma compleja]. 11 en -s menores.
loco adv. Vistiendo únicamente ropa interior. U. t. C. loe. adj.
paralelo, la .... [Adición de acepción]. 11 8 bis. Dep. paralelas
asimétricas. [Solo documentación de España].
paralelo, la.... II-s asimétricas. [Enmienda a laforma compleja). f. pI.
Dep. Aparato de gimnasia que consiste en dos barras horizontales
colocadas a diferente altura. 11 2. Dep. Modalidad de gimnasia
artística femenina que se practica con dicho aparato.
OBS. AAL: En la Argentina se emplea la forma general barras
asimétricas.
paseo.... [Adición deforma compleja). 11 dar a alguien el-. fr. En la
Guerra Civil española, trasladarlo a un lugar para matarlo. [Solo
documentación de España].
OBS. AAL: En la Argentina se emplea la expresión dar a alguien
un paseo.
<www.utpba.com.ar/anterior287 .html [CONSULTA: 13 .08.2003]:
Por la vida (Rev. de la Unión Trabajadores de Prensa de Buenos
Aires), 08.05.2002: Dos miembros de la custodia del ex
presidente golpearon y amenazaron de muerte al pe~odista
conminándolo a que abandonara el lugar. Ante la negativa del
cronista, quien. se encontraba acompañado del productor y el
248 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
camarógrafo del programa, lo golpearon violentamente y lo
apul!taron con un anna diciéndole que lo iban a llevar «a dar un
paseo».
paso l •... 11 - de cebra. [Enmienda a la acepción de forma compleja].
. .. m. En una vía pública, espacio marcado con rayas anchas
paralelas a la acera, por el que, en ausencia de otra señal
reguladora, se puede cruzar con preferencia sobre los vehículos.
OBS. AAL: En la Argentina se emplea minoritariamente junto con
senda peatonal.
PROP. AAL: senda .... 11- peatonal. [Adición deforma compleja].
... f. Arg. paso de cebra ([11 En una vía pública, espacio marcado
con rayas anchas paralelas a la acera, por el que, en ausencia de
otra señal reguladora, se puede cruzar con preferencia sobre los
vehículos]).
Los Andes. Mendoza, 25.03.2004: Las mujeres usan más el
cinturón. Sobrepasan menos la luz roja. El 2% de las conductoras
se detiene en la senda peatonal.
paso l • '" 11 marcar el-o [Adición de acepción deforma compleja]. ...
11 1 bis. Mil. Acompasar la marcha a un ritmo detenninado.
PROP. AAL: [Adición de acepción de forma compleja]. fr. fig.
coloq. Arg. Acatar alguien las indicaciones de otro, que asume
respecto de aquel una conducta vigilante.
La Voz del Interior. Córdoba, 21.03.2001: Pero a través de
Mestre, el nuevo hombre fuerte del Gobierno nacional les hará
mjll'car el paso a los gobernadores.
patata•... [Adición de forma compleja]. 11 comerse con -s algo. fr.
coloq. Verse obligado a quedarse con ello por no poder darle
salida. U. m. en sent. despect. Van a tener que comerse con
patatas sus productos.
PROP. AAL: clavo. m .... [Adición de forma compleja]. quedarse
con el clavo. fr. fig. y coloq. Arg. comerse con patatas algo.
Página/12. Buenos Aires, 03.06.2001: [... ] la insolvencia de los
adquirentes, a los que el gobierno tampoco exigió que cumplieran
con las relaciones patrimoniales y las garantías que contemplaba
la ley marco, determinaría que, por la responsabilidad solidaria
e ilimitada, el Estado se quedara con el clavo.
patrocinar.... 11 2. [Enmienda a la acepción). Apoyar o fmanciar una
actividad, nonnalmente con fmes publicitarios.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 249
PROP. AAL: patrocinar•... 112. [Enmienda a la acepción]. Apoyar
o financiar una actividad.
pecado. [Enmienda a la acepción]. m. Transgresión voluntaria de un
precepto religioso.
PROP. AAL: [Enmienda a la acepción]. m. En algunas religiones,
transgresión voluntaria de un precepto religioso.
pecado•... [Adición deforma compleja]. 11 llevar en el-la penitencia.
fr. Sufrir las consecuencias negativas inherentes a una acción
indebida.
08S. AAL: En la Argentina se emplea la forma compleja en el
pecado está la penitencia.
PROP. AAL: pecado. [Adición deforma compleja]. 11 en el- está
la penitencia. fr. Arg. Con ella se expresa que alguien sufre las
consecuencias negativas inherentes a una acción indebida.
Página/l2. Buenos Aires, 22.11.2001: Y ni siquiera sirve como
consuelo adivinar que en el pecado está la penitencia y que -
como se vio ayer mismo en La Rioja- pronto, muy pronto, el
Gobierno sufrirá durísimos embates del reo al que ellos mismos
le abrieron la puerta.
pecado. ... 11 3. [Enmienda a la acepción]. Exceso o defecto en
cualquier aspecto.
PROP. AAL: pecado •... 11 3. [Enmienda a la acepción]. Exceso o
defecto en cualquier orden.
pecho l • '" 11 dar el-. [Adición de acepción deforma compleja]. ... 11
1 bis. Afrontar un peligro o una responsabilidad.
08S. AAL: En la Argentina la forma usual es poner el pecho.
pecho l • ... 11 descubrir alguien su - a otra persona. [Enmienda al
lema de la forma compleja]. 11 descubrir alguien su - a otra
persona.
08S. AAL: En la Argentina domina la forma general abrir el
pe,cho. .
pelotazo •... [Adición de acepción]. 11 1 bis. coloq. OperacIón
económica que produce una gran ganancia fácil y rápida. [Solo
documentación de España].
PROP. AAL: [Adición de artículo). golazo. m. Arg. En.fútbol, gol
de muy buena factura.
Los Andes. Buenos Aires, 23.06.2003: Una obra de arte
maradoneana, derroche de inteligencia en la concepción y de
250 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
plasticidad en la ejecución, sirve para darle jerarquía de tal al
gol, golazo, que el Diez del Millo nos ofrendó para cerrar el
tri!IDfo frente a Gimnasia. 11 2. Arg. Acierto notable, éxito.
La Voz del Interior. Córdoba, 30.04.2002: Pero haber apostado
a ellos fue un golazo.
pértiga. ... 11 2. [Enmienda a la acepción). Dep. En atletismo, vara
larga de material flexible con la que un atleta toma impulso
para alcanzar grandes alturas en la prueba de salto con pértiga.
08S. AAL: En la Argentina esta voz es denominación técnica,
mientras que garrocha, que con igual sentido registra el DRAE,
es la empleada comúnmente.
peso •... 11 - pesado. [Adición de acepción de forma compleja). '" 111
ter. En judo, categoría para luchadores que superen los 100 kg
Y para luchadoras que sobrepasen los 78 kg.
PROP. AAL: peso .... 11 - pesado. [Adición de acepción de forma
compleja]. . .. 11 1 ter. En yudo, categoría para luchadores que
superen los 100 kg Y para luchadoras que sobrepasen los 78 kg.
petrarquesco, ca. ... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este poeta y humanista toscano o de su obra.
Un soneto muy petrarquesco.
PROP. AAL: 2. [Enmienda a la acepción]. Acorde con la
personalidad de este poeta y humanista toscano o con rasgos
característicos de su obra. Un soneto muy petrarquesco.
picassiano, na. ... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este pintor español o de su obra. Un trazo
muy picassiano.
PROP. AAL: 2. [Enmienda a la acepción]. Acorde con la
personalidad de este pintor español o con rasgos característicos
de su obra. Un trazo muy picassiano.
pijo, ja.... [Adición de acepción]. 111 bis. despect. coloq. Considerado
propio de una clase social adinerada. Colegio pijo. [Solo
documentación de Espala].
pijo, ja. [Enmienda a la acepción). adj. despect. coloq. Dicho de una
persona, especialmente joven: Que en su vestuario, modales,
lenguaje, etc., manifiesta afectadamente gustos de una clase
social adinerada. U. t. c. s. [Solo documentación de Espala].
PROP. AAL: [Adición de artículo). cheto, tao adj. coloq. Arg.
BAAL, LXIX. 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 251
Referido a lugares o a bienes de consumo, propio de una clase
social acomodada.
AMABLE, HUGO w. Tierra encendida de espejos. Buenos Aires:
Plus Ultra, 1981: Flaca que por antífrasis se trasmuta en gordi,
según es moda en los ambientes chetos.
2. m. y f. Persona, generalmente joven y ostentosa, que pertenece
o aparenta pertenecer a una clase social acomodada (pijo).
Los Andes. Mendoza, 30.05.2000: En el increíble universo de
Caetano, en las grietas de su conversación pasional, conviven
chetos, fallutos, veletas, yutas, chabones, quías, perejiles. Cf.
DIHA,2003.
concheto, tao [Adición de artículo]. adj. coloq. Arg. pijo. U. t.
C. S. 2. m. y f. Persona, generalmente joven y ostentosa, que
pertenece o aparenta pertenecer a una clase social acomodada.
Página/l2. Buenos Aires, 22.02.2001: El actor que le da voz y
personalidad a la ex azafata cubana Milagros López, al político
corrupto Rafael Orestes Porelorti, al concheto sanisidrense Martín
Reboira Lynch.
bacán, na. [Adición de artículo]. adj. coloq. Arg. Se dice de
la persona de buena posición económica y que la ostenta, pijo.
U. t. C. S. La Maga. Buenos Aires, 01.08.1996: Hay quienes
opinan que usted se dirige a un sector más bien alto. -Sí,
algunos dicen que yo sólo llego a los bacanes. Si fuera así
significaría que la mayoría del país estaría integrada por
bacanes.
2. coloq. Arg. Elegante, lujoso.
Cronista. Buenos Aires, 03.05.1994: En el corazón bacán de Buenos
Aires, gimnasia con aparatos, sauna, pileta de natación, sala de
instructores por apenas 390 pesos trimestrales. Cf. DIHA, 2003.
bienudo, da. [Adición de artículo]. adj. coloq. Arg. Se dice de
la persona de buena posición económica y que la ostenta, pijo.
U. t. C. S.
Clarín. Buenos Aires, 21.07.2002: Yo soy historiadora y puedo
decir que la dramatización del espectáculo de una chica que les
pega unos bifes a unas señoras bienudas -la revancha-, es un
invento.
pimiento. ... [Adición de forma compleja). 11 - de piquillo, o - del
piquillo. m. Variedad del pimiento caracterizada por tener la
252 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
punta encorvada y el sabor algo picante. [Solo documentación
de España].
OBS: AAL: Hay alguna documentación, pero casi toda referida a
1 recetas propias de la comida española.
pipa .... [Adición de acepción]. 11 1 bis. Semilla de girasol, que se
come, generalmente tostada, como chuchería. U. m. en pI.
OBS. AAL: Aparecen algunos documentos en los que,
generalmente, a continuación de pipa se aclara "semillas". Por
otra parte, la voz chuchería, en el sentido de 'golosina' (usada
en la descripción de la palabra), no se emplea en el español de
la Argentina. Sería conveniente, como norma general, valerse
para la descripción de voces más extendidas en el idioma.
pirar. [Enmienda a la acepción]. intr. coloq. Hacer novillos, faltar a
clase.
PROP. AAL: [Adición de artículo]. ratearse. prn!. coloq. Arg.
hacerse la rata (pirar).
Olé. Buenos Aires, 23.04.2000: Nada de ratearse ni de copiarse
en los exámenes.
pizpireta. [Enmienda al artículo). pizpireto, tao adj. coloq. Alegre,
vivaz. Persona pizpireta. Andares pizpiretos.
PROP. AAL: pizpireta. [Enmienda al artículo). pizpireto, tao adj.
coloq. Alegre, vivaz, con cierta coquetería. Persona pizpireta.
Andares pizpiretos.
plantón•... 11 dar un - alguien. [Enmienda a la forma compleja). 11
dar alguien -, o un -. frs. coloqs. Retrasarse mucho o no acudir
dónde otra persona lo espera.
PROP. AAL: plantón. [Adición de acepción). coloq. Retraso, falta
a una cita. U. más con los verbos hacer, dar o comerse.
<www.democracia-diario.com.arI2002/270302b.htm> [CONSULTA:
13.08.2003]: Lo cierto es que luego de pasarse un plantón de no
menos de doce horas, de pelearse en la fila con algunos avivados
y de forcejear con la policía, quienes a primera hora pudieron
comprar a 3,30 comprobaron desolados, al fmal de la jornada
que la tan preciada moneda estadounidense se había derrumbado
hasta incluso llegar por debajo de los tres pesos.
2. [Adición de acepción]. coloq. Espera prolongada,
generalmente de pie y fijo en una parte. U. más con los verbos
hacer, dar o estar.
BAAL. LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 253
El Litoral. Santa Fe, 13.08.2003: El primer pago, perfecto; ya
para el segundo tuvimos que hacer unas colitas, y en este último
pago tuvimos que hacer un plantón de dos horas bajo una
persistente llovizna en plena calle.
plástico, ca.... [Adición deforma compleja]. 11 plástico de burbuja.
m. Lámina flexible de plástico con vejigas de aire que se utiliza
para acolchar y proteger objetos frágiles durante su transporte.
[Comisión de Vocabulario Científico y Técnico]. [Solo
documentación de Espafia].
08S. AAL: Las formas más usuales son plástico con burbujas;
plástico de burbujas, burbujas de polietileno o simplemente
burbujas.
PROP. AAL: plástico de burbujas. m. Arg. plástico de burbuja.
Diario La Unión. Ed. on lineo Buenos Aires, 12.04.2003: Envolvé
las macetas con un material aislante (lona, plástico de burbujas,
papel de diario, cortinas viejas).
plástico con burbujas .... [Adición de forma compleja]. m.
Arg. plástico de burbuja.
La Maga. Buenos Aires, 29.07.1992: Además, tanto el cartón
corrugado que sirve para evitar que la humedad penetre en las
cajas que transportan bibliografia, como el plástico con burbujas
que actúa como fuelle.
burbuja. f. pl. Arg. plástico de burbuja.
<www.pereiraprop.com.ar/pereiralpasos/5-4mudanza.html>
[CONSULTA: 08.08.2003]: Si usted embala «por sí mismo», usted
debe empezar juntando los materiales siguientes: Cajas de todos
los tamafios. Bolsas de plástico. Periódicos. Cinta de embalar.
Marcadores. Envoltura de burbujas. Papel tissue.
poder.... 11 por -. [Enmienda a laforma compleja]. 11 por -, o por
-es. loes. advs. Con intervención de un apoderado. Casarse por
poder.
PROP. AAL: poderlo ... 11 por -. [Enmienda a laforma compleja].
11 por -, o por -es. loes. advs. Con intervención de un apoderado.
U. t. C. loe. adj. Casarse por poder; Casamiento por poder.
posada. [Enmienda a la acepción]. f. Establecimiento económico de
hospedaje que en el pasado sirvió de aposento destinado a
albergar viajeros, eventualmente con sus carros, caballerías, etc.
254 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
PROP. AAL: posada. [Enmienda a la acepción]. f. Establecimiento
económico de hospedaje que en el pasado sirvió de aposento
destinado a albergar viajeros, en ocasiones con sus carros
caballerías, etc. '
posada•... [Adición de acepción}. 11 1 bis. Establecimiento hotelero
moderno que evoca, al menos en su nombre, las antiguas
posadas. [Solo documentación de España].
OBS. AAL: También se emplea en la Argentina.
La Prensa. Buenos Aires, 17.01.2003: En la Posada de los
Pájaros, el presidente de Boca le ofreció al «Chelo» un mejor
contrato por cuatro años.
probeta.... [Adición de acepción}. 11 5 bis. U. en aposición para
referirse a un niño concebido mediante fecundación artificial.
Bebé, niña probeta.
OBS. AAL: En la Argentina se emplea la locución adjetiva de
probeta. Véase el contraste en la siguiente nota de La Voz del
Interior (Córdoba, 27.07.2003). El título dice «bebé de probeta»
y la nota de agencia reproducida, «bebé probeta.»: LA PRIMERA
BEBÉ DE PROBETA CELEBRÓ EN LONDRES su 25 ANIVERSARIO AP.
AGENCIAS EFE y Ap. Londres. La primera niña probeta del mundo,
la británica Louise Brown.
PROP. AAL: probeta. 11 [Adición de subentrada]. ... de probeta.
loe. adj. Arg. Dicho de una persona, concebida mediante
fecundación artificial. Bebé, chico de probeta.
La Capital. Rosario, 27.07.2003: Louise Brown, la primera bebé
de probeta en la historia, festejó ayer en Inglaterra su cumpleaños
nUmero 25 con una gran fiesta, junto con alrededor de otros
1.000 niños fecundados in vitro.
puerta.... [Adición de acepción]. 11 7 bis. Dep. En esqui alpino,
espacio comprendido entre palos verticales paralelos que marcan
el recorrido. [Solo documentación de España].
OBS. AAL: También se emplea en la Argentina
<www.aca.org.ar/servicios/revistas/invernales2002/historia.pdf.>
[CONSULTA. 18.06.2003]: ESQui ALPINO. Procedente del centro de
Europa, comprende pruebas de velocidad en pistas de declive
muy acentuado y de habilidad (slalom). Esta última categoría,
que se divide en especial y gigante, implica que los participantes
siguen un recorrido descendente en zigzag, señalado por pares
de banderas (puertas) clavadas en la nieve.
BAAL, LXIX. 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 255
rabo.... {Adición deforma compleja}. 11 con el- entre las piernas, o
entre piernas. locs. advs. Con vergüenza y humillación.
PROP. AAL: cola.... {Adición de forma compleja}. 11 con la -
entre las piernas, o entre las patas. locs. advs. Arg. Con
vergüenza y humillación.
CORTÁZAR, JULIO. Todos los fuegos elfuego [1966]. Buenos Aires:
Sudamericana, 1991, p. 45: En fin, cuando estés con ánimo le
contestarás a tu hijo;· debe andar con la cola entre las piernas
pensando que la noticia de la renovación no te va a gustar.
PROP. AAL cola.... {Adición deforma compleja}. 11 tener (alguien)
- de paja. fr. coloq. Arg. Temer que se le descubra o se le
reproche algo.
GÁLvEZ, MANUEL. Escenas de la época de Rosas. Buenos Aires:
Librería y Editorial La Facultad, 1932, p. 284: Bosch no
disimulaba su antipatía hacia el Tigre de los Llanos y hablaba
con franqueza en presencia de quien fuera que fuese: por algo
llamábanle «el que no tiene cola de paja».
PROP. AAL: cola. {Adición deforma compleja}. 11 Arg. traer (algo)
-. fr. coloq. Tener consecuencias.
Página/l2. Buenos Aires, 22.05.2001: [ ... ] el mandatario
bonaerense también aprovechó ayer los micrófonos para referirse
al pago del aguinaldo en el sector público, un tema que traerá
cola en la Provincia de Buenos Aires.
ración.... 11 4. {Enmienda a la acepción}. Porción, generalmente
pequeña, de un alimento que se sirve en bares, tabernas,
restaurantes, etc.
PROP. AAL: porción. {Adición de acepción}. f. Arg. ración (11
Porción, generalmente pequeña, de un alimento que se sirve en
bares, tabernas, restaurantes, etc.)
La Voz del Interior. Córdoba, 02.04.2004: Cuentan que el rotisero
se quedó helado y terminó por regalarle dos porciones de pavo
a lá York y una botella de Malbec de roble.
raya! .... 11 S. {Enmienda a la acepción]. cortafuego (11 vereda ancha
que se hace para que no se propaguen los incendios).
08S. AAL: En la Argentina se usa cortafuego.,
realquilar. {Enmienda a la acepción}. tr. Alquilar, en todo o en parte,
algo que a su vez se tiene en alquiler, especialmente un local o
una vivienda.
256 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
realquilar.... 112. [Enmienda a la acepción}. Tomar en alquiler, total
o ~arcialmente, un local, una vivienda, etc., de alguien que no
es el dueño, sino que es, a su vez, arrendatario.
PROP. AAL: subalquilar. [Adición de artículo). tr. Arg. realquilar
(IIAlquilar, en todo o en parte, algo que a su vez se tiene en
alquiler, especialmente un local o una vivienda).
Página/12. Buenos Aires, 29.01.2004: Los franceses de
Carrefour, por ejemplo, anunciaron que intentarán subalquilar
algunos espacios a otros pequeños negocios.
11 2. Arg. realquilar (IITomar en alquiler, total o parcialmente,
un local, una vivienda, etc., de alguien que no es el dueño, sino
que es, a su vez, arrendatario).
Clarín. Buenos Aires, 18.02.1997: [ ... ] declaró a Clarín:
«subalquilamos esto en 1993».
PROP. AAL: sub inquilino, na. [Adición de artículo}. m. y f. Arg.
Persona que toma en alquiler, total o parcialmente, un local,
una vivienda, etc., de alguien que no es el dueño, sino que es, a
su vez, arrendatario.
recogepelotas. [Enmienda a la acepción}. como En los campos de
deportes, persona encargada de recoger las pelotas que, en
algunas jugadas de los partidos, quedan en el suelo o salen
fuera del terreno de juego.
PROP. AAL: alcanzapelotas [Adición de artículo} como Arg.
recogepelotas.
La Nación. 07.06.2003: Coria arrojó una raqueta que le pegó,
sin querer, a una alcanzape1otas; pudo ser descalificado, aunque
finalmente fue multado.
restar.... 113. [Enmienda a la acepción}. Dep. En el juego de pelota y
otros deportes, devolver la pelota al saque de los contrarios o
del contrario.
PROP. AAL: restar. [Adición de acepción). Arg. Dep. En el fútbol,
rechazar.
La Voz del Interior. Córdoba, 22.10.2001: Garcé ensaya una
acrobacia para restar el balón. El equipo de Ramón Díaz jugó
bien y renueva el entusiasmo.
PROP. AAL: rechazar. [Adición de acepción). Arg. Dep. En el
fúbol, desviar con fuerza y sin precisión la trayectoria de la
pelota jugada por el rival.
BAAL, LXIX. 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 257
Olé. Buenos Aires, 22.06.2003: Se cansó de rechazar y no hizo
ni un solo foul.
revólver. [Enmienda a la acepción]. m. Anna de fuego de corto
alcance, que se puede usar con una sola mano y está provista de
un tambor donde se aloja la munición. [Comisión de
Vocabulario Cientifico y Técnico].
08S. AAL: En rigor, el alcance no es el rasgo relevante para
diferenciar el revólver de otras armas de fuego.
PROP. AAL: revólver. [Enmienda a la acepción]. m. Anna corta
de ánima estriada que pose una serie de recámaras, donde se
aloja la munición, en un tambor giratorio montado coaxialmente
con el cañón.
PROP. AAL: arma. [Adición de forma compleja].- corta. Arma
de fuego diseñada para ser empleada normalmente con una sola
mano, y sin apoyo en ninguna otra parte del cuepo.
PROP. AAL: arma [Adición de acepción). - de puño. arma corta.
PROP. AAL: arma [Adición de forma compleja]. - larga: Arma
de fuego diseñada para ser empleada normalmente con ambas
manos y apoyada sobre el hombro del tirador.
PROP. AAL: arma [Adición de forma compleja]. - de hombro.
arma larga.
Roma. ... [Adición de forma compleja]. 11 mover, remover, o revolver,
- con Santiago. frs. Poner en acción todos los recursos imaginables
para conseguir algo. [Solo documentación de Espafta]
08S. AAL: No se emplea en la Argentina.
romano, na.... [Adición deforma compleja]. 11 de romanos.loc. adj.
[... ] l. Dicho de una obra, de un trabajo, etc.: Que exige un gran
esfuerzo.
PROP. AAL: negro, grao [Adición deforma compleja]. 11 de negro
o de negros. loco adj. [...] Arg. de romanos (11 Dicho de una
obra, de un trabajo, etc.: Que exige un gran esfuerzo).
<www.ciudad.com.ar/ar/portales/cotidiano/nota/
0,3104,42364,00.asp> [CONSULTA: 02.04.2004]: Es un laburo de
negros. Que debe tener su contrap~e. Sí, esto ~e .llena de
alegría y me da independencia (un mejor pasar economlco).
rosa.... 111. [Enmienda a la acepción]. Mancha redondeada, encarnada
o de color de rosa, que puede salir en el cuerpo. .
OBS. AAL: No se poseen testimonios de su empleo en la Argentma.
258 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL. LXIX, 2004
PROP. AAL: rosácea. f. Med. Enfennedad de la piel que causa en
ést~ enrojecimiento y pápulas (sobreelevaciones); generalmente
se extiende desde la parte media e inferior de la nariz hasta las
mej illas y el mentón.
La Nación. Buenos Aires, 31.07.2003: En cuanto al baño diario,
si la piel de la cara tiene tendencia a la rosácea, conviene hacerlo
con agua templada: los cambios bruscos de temperatura dilatan
los vasos.
rubeniano, na .... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este poeta nicaragüense o de su obra. Una
métrica muy rubeniana.
PROP. AAL: Acorde con la personalidad de este poeta nicaragüense
o con rasgos característicos de su obra. Una métrica muy
rubeniana.
salto.... 11 - de altura. [Enmienda a la acepción de forma compleja).
m. Dep. En atletismo, prueba que consiste en saltar en sentido
vertical arqueando el cuerpo por encima de un listón colocado a
una altura determinada sin ningún elemento de apoyo.
PROP. AAL: salto. [Adición de forma compleja). ... 11 - en alto.
m. Dep. Arg. salto de altura.
La Nación. Buenos Aires, 27.07.2003: Será su octava actuación
en las pruebas continentales: en tres oportunidades participó
como atleta en salto en alto y en las restantes como preparador
fisico de hockey sobre césped.
salto.... 11- de longitud. [Enmienda a la acepción de forma compleja).
m. Dep. En atletismo, prueba que consiste en salvar en horizontal
la mayor distancia posible a partir de un punto marcado para
aterrizar en un foso de arena.
PROP. AAL: salto. [Adición de forma compleja). ... 11 - en largo.
m. Dep. Arg. salto de longitud.
La Voz del Interior. Córdoba, 15.04.2003: También se destacaron
tres coscoínos muy jóvenes: Pablo Heredia (20) fue tercero en
dos finales (100 llanos con 10,87 segundos y 200 con 22,03s);
Nathalie Patiño (17) resultó segunda en salto en largo, con 5,74
metros; y Nabuel Lezcano (17) fue cuarto en salto en alto, con
1,85 metros.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 259
salto.... [Adición de acepción). 1113 bis. Dep. Modalidad de natación
en la que un nadador realiza una serie de figuras tras tomar
impulso desde una palanca o un trampolín. [Solo documentación
de Espafta].
08S. AAL: También se emplea en la Argentina.
PROP. AAL: [Enmienda de acepción]. 11 13 bis. Dep. Modalidad
deportiva en la que un atleta, tras tomar impulso desde una
plataforma o un trampolín, realiza una serie de figuras antes de
caer en la piscina.
Río Negro. Río Negro, 02.03.2003: Su partida a este país se
produjo luego de haber obtenido el campeonato nacional
argentino de salto ornamental en más de una oportunidad.
PROP. AAL: figura. [Adición de acepción). f. En algunos deportes,
cada una de las formas reconocidas que realiza el atleta durante
una exhibición.
sartriano, na •... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este filósofo y escritor francés o de su obra.
Una ironía muy sartriana.
PROP. AAL: ••• 11 2. [Enmienda a la acepción). Acorde con la
personalidad de este filósofo y escritor francés o con rasgos
característicos de su obra. Una ironía muy sarfriana.
08S. AAL: En el espafiol general sartriano alterna con sartreano.
En la Argentina esta última forma es ampliamente predominante.
PROP. AAL: sartreano, na. adj. sartriano.
sopa. ... 11 - borracha. [Enmienda a la acepción de forma compleja].
f. La que se hace generalmente de pedazos de pan o bizcochos
mojados en vino con azúcar y canela.
PROP. AAL: borracho, cha. [Adición de acepción). Arg. Dicho de
algunos dulces o postres, empapados en bebida alcohólica y azúcar.
El Litoral. Santa Fe, 11.08.2003: El postre artesanal fue elaborado
por un grupo de damas de la Comisión Parroquial y consistió en
uná torta borracha.
submarino, na•... 11 3. [Enmienda a la acepción). m. Navío capaz de
navegar bajo la superficie del agua.
PROP. AAL: [Adición de acepción). m. Arg. Bebida qi!e se hace
dejando fundir, en un vaso alto, una barra de chocolate en leche
caliente.
260 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
SACCOMANNO, G. Bajo bandera. Buenos Aires: Planeta, 1991,
233: Los primeros trabajadores, los primeros empleados, una
última puta, que nos sonrió desde su mesa y siguió tomando su
submarino.
techo.... [Adición deforma compleja). 11 sin -.loc. adj. Dicho de una
persona: Que carece de vivienda y, generalmente, de cualquier
medio de vida. U. t. c. loe. sust. como Los sin techo.
PROP. AAL: techo•... [Enmienda a la adición de forma compleja).
11 sin -. loe. adj. Dicho de una persona: Que carece de vivienda
y, generalmente, de cualquier medio de vida digno. U. t. C. loe.
sust. como Los sin techo.
PROP. AAL: chico [Adición de forma compleja]. - de la caUe.
loe. sust. como Menor, por lo común sin hogar, que sobrevive a
través de la mendicidad y otros medios de vida que no son los
apropiados para su desarrollo.
Los Andes. Mendoza, 04.05.2003: Son Mariano (9), Esteban
(13) y Javier (13), otros tres chicos de la calle que donnían allí
como todos los días, tapados con una frazada mugrienta y algunos
cartones.
teléfono •... 11 - móvil. [Enmienda a la acepción de forma compleja).
m. teléfono celular. [Solo documentación de España].
08S. AAL: También se emplea en la Argentina.
La Opinión. Rafaela, 02.02.2003: Las leyes que tratan de hacer
más seguro el uso del teléfono móvil por parte de los conductores
obligándoles a utilizar los dispositivos de manos libres podrían
estar dando una falsa sensación de seguridad, alertaron los
científicos.
teléfono.... [Adición de forma compleja). 11 - erótico. m. Servicio
telefónico que ofrece al usuario conversaciones eróticas.
08S. AAL: En la Argentina es más común el empleo de línea
caliente.
PROP. AAL: línea [Adición de forma compleja] 11 - caliente. f. Arg.
teléfono erótico.
La Maga. Buenos Aires, 29.07.1992: Las líneas calientes, que
según Ribas «van bien para los anglosajones, puritanos y con
mucho miedo al Sida», son para el sociólogo Enrique Gil Calvo
«prótesis tecnológicas de la cultura masturbatoria actual, que se
apoya en la clandestinidad».
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 261
terenciano, na. ... 11 2. [Enmienda a la acepción]. Con rasgos
característicos de este comediógrafo latino o de su obra. Un
humor muy terenciano.
PROP. AAL: ... 11 2. [Enmienda a la acepción]. Acorde con la
personalidad de este comediógrafo latino o con rasgos
característicos de su obra. Un humor muy terenciano.
tierno, na.... [Adición de acepción]. 11 5 bis. Que no ha alcanzado su
madurez. El proyecto aún está tierno. [Solo documentación de
España].
PROP. AAL: tiernizar. [Adición de artículo}. tr. Arg. Ablandar un
alimento antes de la cocción o durante esta.
Revista Mía. Buenos Aires, 02.04.2004: [... ] un monje encargado
de la cocina tuvo que tiemizar la carne: lo hizo golpeándola
sobre una tabla.
PROP. AAL: verde. [Adición de acepción]. 11 adj. Arg. tierno (11
Que no ha alcanzado su madurez. El proyecto aún está tierno).
Clarín. Buenos Aires, 18.07.2002: Porque dejó que se notase
que todavía está verde y que le falta bastante rodaje si pretende
ganarse la chapa de candidato en el Apertura.
PROP. AAL: verde. [Enmienda a la acepción de DRAE-2001].
coloq. Arg. y Cuba. dólar (11 unidad monetaria de los Estados
Unidos).
Página/12. Buenos Aires, 02.08.2003: Y en un día se acordaron
del verde: Desde que el BCRA decidió empujar al alza al dólar,
el billete recuperó dieciséis centavos en pocas jornadas hábiles.
tierno, na.... [Adición de acepción]. 11 5 ter. Que todavía no ha
secado completamente. Ropa. pintura tierna. [Solo
documentación de España].
PROP. AAL: fresco, ca. [Adición de acepción]. adj. Arg. verde (11
En algunos oficios, como la alfarería y la albañilería, se dice de
las labores hechas con materiales húmedos mientras no se secan).
El Tribuno. Salta, 14.07.2002: Cuadros de varios tamaños se
apoyan y cuelgan de las paredes [... ] todavía con la pin~ fresca.
tira. ... [Adición de forma compleja]. 11 - bordada. f Franja ~ordada
a máquina, de hilo u otro material, que se emplea como adorno,
especialmente en lencería y ropa de cama.
262 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
PROP. AAL: guarda. [Adición de acepción). f. Arg. Banda o franja
que conforma un disefio sobre una superficie de base
generalmente lisa. '
La Voz del Interior. Córdoba, 19.10.2001: Los baños se
revistieron con mármol travertino con guardas de color beige.
transformar.... 11 4. [Enmienda a la acepción). Dep. En algunos'
deportes, como rugby, baloncesto o fútbol, conseguir un tanto
con el lanzamiento de una falta. U. t. c. intr. El equipo no
transformó pese a sus muchos tiros a puerta.
PROP. AAL: convertir. [Adición de acepción). Dep. En algunos
deportes, como rugby, baloncesto o fútbol, conseguir un tanto
con el lanzamiento motivado por una falta. U. t. c. intr.
La Opinión. Rafaela, 17.02.2003: A partir de ese instante, los
sudafricanos ajustaron sus acciones y mediante un try convertido,
un penal y otro try (sin convertir) lograron dar vuelta el resultado
y llevarse el triunfo.
trenzar.... [Adición de acepción]. 11 1 bis. Dep. En deportes de
equipo, hacer pases hábiles y brillantes entre varios jugadores.
[Solo documentación de Espaiia].
08S. AAL: No se emplea en la Argentina.
túnel. ... [Adición deforma compleja]. 11- de lavado. m. Dispositivo
para lavar vehículos automáticamente sin necesidad de que salga
de ellos el conductor. [Solo documentación de Espaiia].
08S. AAL: Esta forma también se emplea en la Argentina.
unamuniano, na. ... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este escritor y filósofo espaiiol o de su obra.
Una tozudez muy unamuniana.
11 2. [Enmienda a la acepción). Acorde con la
PROP. AAL: ...
personalidad de este escritor y filósofo espafiol o con rasgos
característicos de su obra. Una tozudez muy unamuniana.
usurpación .... [Adición de forma compleja). 11 - de inmuebles. f.
Der. Delito que comete quien ocupa un inmueble ajeno o se
mantiene en él contra la voluntad de su titular. [Comisión de
Léxico Jurídico].
PROP. AAL: ... tomar. [Adición de acepción). tr. Referido a
inmuebles, usurparlos.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 263
La mañana del Sur. Neuquén, 02.08.2001: Un hombre de 23
años con su esposa de 15 y embarazada de dos meses decidió
tomar la vivienda el lunes pasado.
valleinclanesco, ca•... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este escritor español o de su obra. Un
esteticismo muy va//einc/anesco.
PROP. AAL: ••• 11 2. [Enmienda a la acepción). Acorde con la
personalidad de este escritor españolo con rasgos característicos
de su obra. Un esteticismo muy va//einc/anesco.
vapor•... 11 al -. [Enmienda a la forma compleja]. . .. 2. loe. adv.
coloq. Con gran celeridad.
PROP. AAL: vapor. [Adición de forma compleja). a todo vapor.
loe. adv. Arg. al vapor (11 Con gran celeridad).
Página/l2. Buenos Aires, 10.10.2001: Economía está trabajando
a todo vapor con los principales bancos de plaza para definir las
condiciones del nuevo canje de deuda
velazqueiio, ña. ... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este pintor español o de su obra. Un estilo
muy velazqueño.
PROP. AAL: ... 11 2. [Enmienda a la acepción). Acorde con la
personalidad de este pintor españolo con rasgos característicos
de su obra. Un estilo muy velazqueño.
verdiano.... 112. [Enmienda a la acepción]. Con rasgos característicos
de este músico italiano o de su obra.
PROP. AAL: ••• 11 2. [Enmienda a la acepción]. Acorde con la
personalidad de este músico italiano o con rasgos característicos
de su obra.
vicentino l , na .... 11 2. [Enmienda a la acepción]. Con rasgos
característicos de este escritor portugués o de su obra. Lirismo
vicentino.
PROP .. AAL: ... 11 2. [Enmienda a la acepción). Acorde con la
personalidad de este escritor portugués o con rasgos
característicos de su obra. Lirismo vicentino.
virgiliano, na .... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este poeta latino o de su obra. Una composición
muy virgiliana.
264 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL. LXIX. 2004
PROP. AAL: ••. 11 2. [Enmienda a la acepción). Acorde con la
personalidad de este poeta latino o con rasgos característicos de
su obra. Una composición muy virgiliana.
vivaldiano, na. ... 11 2. [Enmienda a la acepción]. Con rasgos
característicos de este músico veneciano o de su obra. Unos
temas muy vivaldianos.
PROP. AAL: ••. 11 2. [Enmienda a la acepción). Acorde con l~
personalidad de este músico veneciano o con rasgos
característicos de su obra. Unos temas muy vivaldianos.
volteriano, na. ... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este escritor y filósofo francés o de su obra.
Un cinismo muy volteriano.
PROP. AAL: .•• 11 2. [Enmienda a la acepción]. Acorde con la
personalidad de este escritor y filósofo francés o con rasgos
característicos de su obra. Un cinismo muy volteriano.
wagneriano, na•... 11 2. [Enmienda a la acepción). Con rasgos
característicos de este músico alemán o de su obra. Una
orquestación muy wagneriana.
PROP. AAL: ... 11 2. [Enmienda a la acepción). Acorde con la
personalidad de este músico alemán o con rasgos característicos
de su obra. Una orquestación muy wagneriana.
zapatiUa•... [Adición deforma compleja]. 11- de deporte. f. Calzado
hecho generalmente con piel o lona y suela de goma, que se ata
con cordones o se sujeta con velero, y se usa para practicar
algunos deportes. [Solo documentación de Espada].
OBS. AAL: No se emplea en la Argentina.
zulo. [Adición de artículo). ... m. Lugar oculto y cerrado dispuesto
para esconder ilegalmente cosas o secuestrar personas. [Solo
documentación de España].
PROP. AAL: [Adición de artículo). ... m. Lugar oculto y cerrado
dispuesto para esconder ilegalmente cosas o personas
secuestradas. [Solo documentación de Espala].
zurdo, da. [Enmienda a la acepción). adj. Que tiene tendencia natural
a servirse preferentemente de la mano izquierda o también del
pie del mismo lado. U. t. c. s. [Comisión de Vocabulario
Científico y Técnico].
PROP. AAL: [Adición de acepción). adj. Arg. Referido a la política:
de izquierda. U. t. c. s.
BAAL, LXIX. 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 265
Página/12. Buenos Aires, 21.06.l990, p. 8: ¿A usted no le
preocupa que lo acusen de zurdo, de marxista?
PROP. AAL: por zurda [Adición de forma compleja). loe. adv.
Arg. coloq. por izquierda.
La Nación. Buenos Aires, 09.06.1985: Como se sabe, <<por zurda»
no es sino el procedimiento al margen de la ley, formalizado
por quienes deben aplicar la ley. Decir que un delincuente, o
terrorista común, actúa «por zurda» resulta redundante.
Voces que no se emplean en la Argentina y a las que, por su
registro de habla o ser claramente localistas, convendría incluir
marca diatópica o diacrónica
pajillera. [Enmienda al artículo). pajillero, ra•... m. y f. vulgo Persona
que masturba o se masturba.
palanquetazo. [Enmienda a la acepción). m. vulgo Acción de forzar
con palanqueta.
palo .... [Adición de acepción). 11 12 bis. vulgo coito. Echar un falo.
[Solo documentación de España].
paño .... 11 -s de corte. [Enmienda a la acepción de forma compleja).
m. pI. Tapices con que se adornaban y abrigaban los aposentos
en el invierno.
papear.... [Adición de acepción). 11 1 bis. vulgo comer (11 tomar
alimento). U. t. C. intr.
papeo. [Adición de artículo). ... m. vulgo Alimento de las personas. 11
2. vulgo comida (11 acción de comer). [Solo documentación
americana).
pápiro. [Enmienda a la acepción). m. p. uso Billete de banco,
especialmente el de mucho valor.
parné. [Enmienda a la acepción). m. jerg. dinero 01 moneda corriente).
parné. ... 11 2. [Enmienda a la acepción). jerg. Hacienda, caudal,
- bienes de cualquier clase.
pasma. [Enmienda a la acepción). f. despect. jerg. policfa (11 cuerpo
encargado de velar por el orden público).
pelar. ... 11 pelársela. [Enmienda a la forma complejqJ. ... fr. vulgo
Dicho de un varón: masturbarse. 11 2. C. Rica. Quedar mal,
fracasar.
266 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
peluco. [Adición de artículo]. ... m. jerg. Reloj ostentoso de pulsera o
de bolsillo. [Solo documentación de Espala].
picoleto. [Aaición de artículo). ... m. jerg. Miembro de la Guardia
Civil. Lo detuvo una pareja de picoletos. [Solo documentación
de Espaila].
pinrel. [Enmienda a la acepción). m. jerg. pie (11 del hombre). U. m.
en pI.
rondar... , [Adición de forma compleja). 11 y lo que te rondaré, o y
lo que te rondaré, morena. exprs. coloqs. U. para dar a entender
que algo va a ser muy reiterado o continuado. [Solo
documentación de Espala].
rubio, bia.... [Adición de acepción). 11 2 bis. coloq. p. uso Dicho de
una moneda espaftola de una peseta: De color dorado. U. t. C. S.
f. Guarda algunas rubias como recuerdo. [Solo documentación
de Espala].
rubio, bia.... [Adición de acepción). 11 S bis. p. uso Automóvil con la
carrocería total o parcialmente de madera en su color natural,
con puertas laterales y, a veces, otra en la parte posterior. [Solo
documentación de Espala].
talego .... 113. [Enmienda a la acepción). jerg. cárcel (11 de presos).
talego •... 11 4. [Enmienda a la acepción). jerg. Billete de 1000 pesetas.
trajelar. [Enmienda a la acepción). intr. jerg. Comer, tragar.
velocidad•... 11 confundir la - con el tocino. [Enmienda a la acepción
de forma compleja]. fr. coloq. No distinguir dos cosas
completamente distintas.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 267
Observaciones a las Enmiendas, adiciones y supresiones al
Diccionario de la Real Academia Española aprobadas por la
Corporación de Madrid entre abril de 2002 y mayo de 2003
De las Enmiendas enviadas por la Real Academia Española para su
consideración por parte de la Academia Argentina de Letras, se incluyen
aquí solo aquellas voces que han merecido una observación explícita
y no aquellas en las que se ha convenido con lo realizado por la
Academia de Madrid, ni las generales de las que únicamente se ha
señalado que no son de uso corriente en la Argentina.
Corresponde a lo resuelto por el Cuerpo académico durante el segundo
cuatrimestre de 2004, luego de estudiar los informes presentados por
el Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas.
Letra A
acacharse. {Enmienda a la acepción]. prol. agacharse. [Solo
documentación de España oriental].
OBS. AAL: No se ha documentado su empleo en la Argentina.
achuchar.... (Adición de acepción]. 11 S bis. coloq. Dicho de una
persona: Apretar a otra cariñosamente o con intención erótica.
[Solo documentación de España).
OBS. AAL: No se ha documentado su empleo en la Argentina.
acochinado, da. {Adición de artículo]. adj. Taurom. Dicho de una
res: Muy gorda, con aspecto de cerdo. [Solo documentación de
España].
OBS. AAL: Ni las corridas. de toros, ni su léxico propio son
corrientes en la Argentina.
aire' .... 1111. {Enmienda a la acepción]. coloq. Ataque de parálisis u
. otra afección que se manifiesta instantáneamente. Le dio un
aire.
PROP. AAL: ... 11 11. {Enmienda a la acepción]. coloq. Ataque
súbito de parálisis u otra afección que dura un tiempo
relativamente breve. Le dio un aire.
aire'. '" 11 coger alguien en el - algo. {Enmienda a la ,:cepción de
forma compleja]. fr. Captar rápidamente lo que se dIce.
268 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL. LXIX. 2004
PROP. AAL: aire1•••• 11 agarrar alguien en el- algo. [Enmienda a
la acepción de forma compleja). fr. Arg. Captar rápidamente lo
que se dice.
PROP. AAL: aire1••.. 11 pescar alguien en el - algo. [Enmienda a
la acepción de forma compleja). fr. Arg. Captar rápidamente lo
que se dice.
aire 1•••• 11 cogerle el - a alguien. {Enmienda a la forma compleja]. 11
coger el -. fr. co1oq. Acostumbrarse al carácter de alguien o al
funcionamiento de algo.
PROP. AAL: hacer..... hacerse a. fr. coloq. Arg. coger el aire.
BORGES, JORGE LUIS. El libro de arena. Buenos Aires: Emecé,
1975, 138: De vieja raíz puritana, oriundo de Boston, le había
costado hacerse a los hábitos y prejuicios del Sur.
PROP. AAL: mano .... 11 tomarle la - a alguien o a algo. fr. coloq.
Arg. coger el aire.
Clarín. Buenos Aires, 01.10.2000: El Gacel iba a 60 para tomarle
la mano al camino.
PROP. AAL: vuelta... , 11 agarrarle la - a alguien o a algo. fr.
co10q. Arg. coger el aire.
La Voz del Interior. Córdoba, 27.n.2001: Ellos marcaron mucho
por eso nos costó agarrarle la vuelta. Recién cuando supimos
tomar el ritmo le demostramos nuestro poder ofensivo
PROP. AAL: vuelta.... 11 encontrarle la ,.., a algo. fr. co10q. Arg.
Comprender su funcionamiento, entender su mecanismo.
Página/I2. Buenos Aires, 02.11.2001: Reina1do Merlo le había
encontrado la vuelta a su equipo ubicando a José Chatruc como
generador.
PROP. AAL: vuelta... , 11 tomarle la,.., a alguien o a algo. fr. co1oq.
Arg. coger el aire.
Página/I2. Buenos Aires, 02.11.2001: Más allá de su fervor, a
Bastía le costó tomarle la vuelta y quedó obligado a tirarse a ese
sector, dejando un hueco por el centro.
aire 1•••• 11 mudar -5, o de -5. (Enmienda a la forma compleja). frs.
cambiar de aires. 11 2. Dicho de un enfermo: Pasar de un lugar
a otro con el objeto de recobrar la salud.
PROP. AAL: airet. ... 11 cambiar de,.., (Adición deforma compleja).
Arg. fr. cambiar de aires. 11 2. Dicho de un enfermo: Pasar de un
lugar a otro con el objeto de recobrar la salud.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 269
CORTÁZAR, JULIO. Octaedro. Buenos Aires [1974]: Alianza, 1987,
134: Si. Ya sabés, calmantes y cambio de aire.
aire'. ... 11 sustentarse del -. [Enmienda a la acepción de forma
compleja). fr. coloq. Comer muy poco por falta de apetito.
AVANCE DE LA VIGÉSIMA TERCERA EDICIÓN: fr. coloq. Comer muy
poco.
PROP. AAL: aire' •... 11 vivir del-o [Adición deforma compleja].
Arg. fr. coloq. Mantenerse con escasos recursos económicos.
OCANTOS, CARLOS M. Quilito. París: Librería Espafiola de Gamier
Hermanos, 1891,401: [oo.] como me veían con la soga al cuello,
me hicieron tales ofertas que, de aceptarlas, estaría condenado a
trabajar para ellos, viviendo del aire, unos dos años.
alguno, na. ... 11 hacer alguna. [Enmienda a la acepción de forma
compleja). fr. coloq. hacer una.
PROP. AAL: alguno, na .... 11 alguna de las suyas. [Adición de
acepción de forma compleja). fr. coloq. Arg. una de las tuyas,
o de las suyas.
Los Andes. Mendoza, 23.11.2002: El Perro, especialista en fugas,
podría intentar, con ayuda ajena, hacer alguna de las suyas.
altura. ... 11 quedar a la - del betún. [Enmienda a la acepción de
forma compleja). fr. coloq. Quedar muy mal.
PROP. AAL: altura.... 11 quedar a la - de un poroto. [Adición
de forma compleja). fr. coloq. Arg. quedar a la altura del
betún.
La Capital. Rosario, 17.08.2003: Cleopatra, la reina del Nilo,
dejaba a la altura de un poroto a la mismísima Utilísima,
conservando su belleza al bafiarse en leche todos los atardeceres.
PROP. AAL: piso.... 11 por el piso. [Adición de forma compleja].
loco adv. Arg. U. para denotar el desprecio con que se trata algo
o el estado abatido en que se halla alguien, por el suelo.
La Opinión. Rafaela, 17.07.2003: La reciente derrota [oo.] redobló
las' exigencias del flamante orientador, porque dejó por el piso
el ánimo del equipo.
ámbar.... [Adición de acepción). 11 3 bis. Señal de tráfico de este
color que, en los semáforos, indica precaución. Al ve,: el ámbar,
frenó.
PROP. AAL: amarillo •... [Adición de acepción]. 11 Arg. Señal de
tráfico de este color que, en los semáforos, indica precaución.
270 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
La Voz del Interior. Córdoba, 24.01.2002: Un poco más adelante
lleg~a el turno del Chevy blanco, otro lerdo por demás que,
enCima, frenó con el semáforo en amarillo.
amén l •... {Adición de acepción}. 11 3 bis. pI. coloq. El último momento.
Llegó a los amenes. [Solo documentaci6n de Espafta].
08S. AAL: No es de empleo regular en la Argentina.
ametrallador, ra. {Enmienda a la acepción}. adj. Que ametralla.
Pistola ametralladora. Fusil ametrallador.
08S. AAL: Si se acepta, como se propone en el articulo siguiente,
el uso de ametrallar con el sentido de 'preguntar rápida e
insistentemente', resulta necesario restringir el campo de
aplicación del adjetivo.
Por otra parte, en la Argentina, como puede verse en los ejemplos
que se transcriben a continuación, modificando a fusil, el uso
del adjetivo alterna con el del sustantivo femenino en aposición
para formar la lexía complejafusil ametralladora.
Museo de Armas de la Nación: [... ] en las otras vitrinas pueden
observarse distintos fusiles ametralladoras, algunas armas
antitanques livianas. < www.coleccionables.com.ar/manlman2.
htm> [CONSULTA: 11. 03.2004].
Armas y Municiones en América Latina: [... ] diseftos que databan
de la década del 30, caso de las pistolas semiautomáticas
Browning HP35 de 9mm o del fusil ametrallador BREN
<www.renar.gov.ar/cursos/expertos/notaa/malvinasO l.asp>
[CONSULTA: 11.03. 2004]
PROP. AAL: ametrallador, ra. {Enmienda a la acepción}. adj.
Dicho de un arma: Que ametralla. Pistola ametralladora. Fusil
ametrallador.
PROP. AAL: fusil ametralladora. {Adición de forma compleja]
El que dispara más de un tiro mientras se mantiene oprimido el
gatillo.
DRAE 2001: arma automática. f. La de fuego en la cual el
ciclo completo de cargar, amartillar, disparar y extraer es
completamente mecárúco.
PROP. AAL: arma automática. {Enmienda a laforma compleja}.
f. La de fuego en la cual el ciclo completo de cargar, amartillar,
disparar y extraer se realiza mecánicamente mientras se '1lantiene
oprimido el disparador.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 271
ametrallar•... 11 2. [Enmienda a la acepción]. Disparar ráfagas de
balas.
PROP. AAL: ametrallar.... 11 [Adición de acepción]. Arg. Hablar
continua e insistentemente, por 10 general fonnulando reclamos
o pedidos.
GASULLA, L. Culminación de Montoya, Argentina, 1975. En
CREA: Emparejados algunos viajeros por las circunstancias de
su ubicación, iniciaba.n cada etapa ametrallando sin pausa las
orejas complacientes. .
Clarín. Buenos Aires, 14.09.1998: Allí ametralló a preguntas a
los tres responsables de la seguridad en el orden nacional.
amorrar•... [Adición de l." acepción). tr. coloq. Dicho de una persona:
Bajar o inclinar la cabeza. (Solo documentación de España].
08S. AAL: No es de empleo regular en la Argentina.
ampolleta•... 11 no soltar, o tomar, la -. [Enmienda a la acepción de
forma compleja]. frs. coloqs. desuso Hablar con exceso, sin dejar
que otro tome parte en la conversación.
08S. AAL: No se emplea en la Argentina, donde son usuales las
fonnas, no soltar o no largar la manija.
andado1, da. [Enmienda a la acepción). p. uso Dicho de la ropa:
Usada o algo gastada.
PROP. AAL: baqueteado, da. [Adición acepción). Arg. coloq.
Dicho de objetos: Usados o algo gastados.
El Debate. Zárate, 13.04. 2004: [oo.] le decían pizarrón, porque
utilizaba un saco negro tan baqueteado por el uso que se podía
escribir perfectamente en él.
andador, ra•... 11 S. [Enmienda a la acepción). Utensilio para enseñar
a andar a los nifios o para ayudar a desplazarse a los discapacitados.
U. t. en pI. con el mismo significado que en sing.
PROP. AAL: caminador. [Adición de acepción). m. Arg. Especie
de sillín con manubrio y cuatro ruedas al que suben los niños a
horcajadas y, mientras se impulsan con los pies, aprenden a
caminar.
<www.pymesdigital.com.ar/opinion/opi30.htm> [~ONSUL TA
22.03.2004]: productos para bebés Y. mños como a~lento~ de
baño, carritos, cunas, puertas y cerraImentos p~~ bebés y mños,
sillas altas, caminadores, centros de entretenImIento Y lugares
de juego.
272 . ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL. LXIX, 2004
anzuelo. ... 11 caer en el -. {Enmienda a la acepción de forma
compleja}. fr. coloq. Caer en la trampa (11 ardid).
PROP. AAL: anzuelo.... 11 morder el-o {Adición de forma
compleja}. Arg. fr. coloq. Caer en la trampa <11 ardid).
Página/12. Buenos Aires, 19.03.2001: LA TV DISEÑÓ CICLOS PARA
SEDUCIR A UN PÚBLICO ANTES RECELOSO. La clase media mordió el
anzuelo.
añicos. ... 11 hacer - a alguien. [Enmienda a la acepción de forma
compleja}. fr. coloq. Causarle gran fatiga, fisica o moral. La
noticia me hizo añicos.
PROP. AAL: bolsa.... 11 hacer - algo. (Adición deforma compleja).
Arg. fr. coloq. Destruirlo completamente.
JURADO, ALICIA. El cuarto mandamiento. Buenos Aires: Emecé,
1974, 61:¡Los [sweaters] míos están hechos bolsa.
11 hacer - a alguien. Causarle gran daño material o espiritual.
GIARDINELLI, MEMPO. Santo Oficio de la Memoria. Colombia:
Grupo Editorial Norma, 1991, 599: Creo que fue eso 10 que
desencadenó todo, parece mentira: las chicas hechas bolsa,
desesperadas, tragedia pequeñita pero tragedia al fin, una
estupidez.
año l . . . . 11 ganar - un estudiante. {Enmienda a la acepción de forma
compleja}. fr. coloq. Ser aprobado en los exámenes de fm de
curso.
PROP. AAL: ganar .... 11 {Adición de acepción}. tr. Aprobar en
menor tiempo que el regular parte de un ciclo de estudios. U. t.
c.prol.
apañado1, da .... {Adición de acepción}. 112 bis. coloq. Agradable por
su aspecto. Una persona muy apañada. [Solo documentación
de España].
08S. AAL: No es de uso regular en la Argentina.
!lpelarl • •.• 11 2. {Enmienda a la acepción]. Der. Recurrir al juez o
tribunal superior para que revoque una resolución dada por el
inferior.
PROP. AAL: ... 11 2. {Enmienda a la acepción}. Der. Recurrir al
juez o tribunal superior para que revoque o modifique una
resolución dada por el inferior.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 273
arpa. '" [Supresión de forma compleja}. 11 tronar como - vieja
algui~n o algo. fr. coloq. desuso Acabar desastrosa y
repentInamente.
PROP. AAL: arpa •... [Adición de forma compleja]. 11 como -
vieja. loco adv. Arg. coloq. Desastrosa y repentinamente. Se usa
más con sonar y con verbos que indican finalización.
ARGERICH, J. "El amasijo". En Página digital.
<www.paginadigital.com.ar>. oct. 2002: Porque si dejás la
catrera medio orsái, y se cruza un falta envido en tu camino,
sonás como arpa vieja, sonás.
OBS. AAL: Maneco. ¡Sonaste -! (De Maneco, personaje de la
historieta de Linage Las desventuras de Maneco publicada en
Caras y Caretas hacia 1930) fr. con la que se expresa el fracaso
de una acción.
<http://ar.groups.yahoo.com/group/web-ar/message/6139>
[CONSULTA: 22.03.2004]: [... ] es peligroso pues si toca los headers
de los mensajes ... SONASTE MANECO.
arrancharl • [Enmienda al artículo]. ... 11 4. intr. Am. Juntarse en
ranchos. U. t. C. prnl.
OBS. AAL: En lo que a la Argentina respecta, de usarse el verbo,
carente de registro en las bases lexicográficas de esta
Corporación, seria con el sentido de 'hacer rancho', esto es,
'establecerse en un lugar, por lo común de manera temporaria,
como parece indicarlo la única documentación obtenida': Don
Pedro de Mendoza no dejó huella, pero Garay arranchó en su
costa al descender o remontar el Paraná (OBLIGADO, PASTOR S.
«La isla de Martín García». En: Tradiciones Argentinas. 8."
Serie. Buenos Aires: Compañía Sud-Americana de Billetes de
Banco, s.a., págs. 199-200.
arrastrado, da.... 114. [Enmienda a la acepción}. servil 01 rastrero).
PROP. AAL: arrastrada. [Adición de artículo}. f. Mujer de
conducta dudosa. U. t. C. adj.
SHAND, WILLIAM. La transacción. Argentina, 1980. En CREA:
Es una arrastrada y nada más. Creés que no la oí cuando te dijo
que le gustaría hacerte qué sé yo qué, gratis.
arrimar•... " 4. [Enmienda a la acepción). coloq. asestar <11 un
proyectil, un golpe). Arrimar un bofetón. un palo. un tiro.
274 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXIX, 2004
PROP. AAL: acomodar.... [Adición de acepción). Arg. co10q.
ases.tar (11 un proyectil, un golpe).
MANsll..LA, LUCIO V. Una excursión a los indios ranqueles [1870].
México-Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1947, 126:
[... ] al más pintado le acomoda una puñalada.
PROP. AAL: aplicar.... [Adición de acepción). Arg. coloq. Referido
a golpes, castigos o reprimendas, darlos.
DE CECCO, SERGIO. El reñidero. Buenos Aires: TaHa, 1963, 39:
Yo 10 mandé a Orestes a que le aplicara un sosegate y se le fue
la mano.
asperges .... 11 3. [Enmienda a la acepción}. coloq. hisopo (11 utensIlio
que se emplea en las iglesias).
OBS. AAL: En la Argentina es poco usada y no pertenece a un
registro lingüístico coloquial.
atajo. ... [Supresión de forma compleja). 11 salir al -. fr. coloq.
Interrumpir el discurso a alguien.
PROP. AAL: cruce [Adición de forma compleja). 11 salir al -. fr.
coloq. Contradecir públicamente las expresiones públicas de
otro.
La Voz del Interior. Córdoba, 26.04.2004: Luis Juez salió al
cruce de las declaraciones del gobernador De la Sota, quien dijo
que tiene un trato preferencial con la capital cordobesa.
atar.... 11 - corto a alguien. [Enmienda a la acepción de forma
compleja). fr. coloq. Controlarlo de cerca.
PROP. AAL: rienda .... 11 a o con - corta [Adición de forma
compleja). loe. adv. Arg. Controlando de cerca. U. m. con el
verbo tener o dar.
WAST, HUGO. Las espigas de Ruth [1928]. Buenos Aires: Editores
de Hugo Wast, 1941, 213: [... ] el cura párroco, don Anselmo
Marzo, un hombre de la raza perdida de los conquistadores,
capaz de sufrir el martirio por sus indios, pero que los tiene con
la rienda corta, porque son trompetas y taimados.
autocaravana. [Adición de artículo). f. Vehículo con motor propio,
acondicionado para hacer vida en él. [Solo documentación de
España).
OBS. AAL: Esta denominación no es usual en la Argentina.
avispero. ... 11 4. [Enmienda a la acepción). Reunión de personas
inquietas que causan alboroto o tensiones.
BAAL, LXIX, 2004 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 275
PROP. AAL: ••• 114. [Enmienda a la acepción). Reunión de personas
que causan alboroto o tensiones.
Voces que no se emplean en la Argentina y a las que, por su
registro de habla o ser claramente localistas, convendría incluir
marca diatópica o diacrónica
achulado, da. [Enmienda a la acepción). adj. Que tiene aire o modales
de chulo.
achulapado, da. [Enmienda a la acepción). adj. Que tiene aire o
aspecto de chulapo.
amaricado, da. [Enmienda a la acepción}. adj. coloq. malson.
afeminado.
amarrón, na. [Adición de artículo). adj. despect. coloq. Dicho de una
persona: Que no se arriesga por temor a perder. Un jugador de
mus muy amarrón.
apaño.... 114. [Enmienda a la acepción). coloq. Persona amancebada
con otra.
apaño .... 11 S. [Enmienda a la acepción). coloq. Relación de
amancebamiento.
arre.... 11 - allá. [Enmienda a la acepción de forma compleja). loe.
interj. coloq. desuso Manifiesta desprecio o enfado, y se emplea
para rechazar a alguien.
aúpa. ... [Adición de forma compleja). 11 de -. coloq. Fuera de lo
normal, extraordinario. 11 2. coloq. Dicho de una persona: de
cuidado.
avenir.... 11 allá se las avenga, o avengan, o se lo avenga, o avengan,
o te las avengas, o te lo avengas. [Enmienda a la acepción de
forma compleja). exprs. coloqs. allá se las componga.
ACUERDOS
Acerca de la def"mición de subsiguiente en el Diccionario de la Real
Academia Espafiola
(Consulta del Estudio PricewaterhouseCoopers)
Se consulta a la Academia Argentina de Letras respecto del
"cambio existente en la redacción del segundo significado de la palabra
SUBSIGUIENTE en el Diccionario de la Real Academia Española.
Originariamente implicaba referirse al período siguiente al que sigue,
y de la redacción del actual se desprendería que debe entenderse como
el período que sigue (y no al siguiente de este)".
De manera similar a lo que expresaban los verbos latinos s quor
y subsequor, los españoles seguir y subseguir poseen un núcleo
semántico común, el 'hallarse en el tiempo después de'. En ambos
pares, el derivado se diferencia porque incluye además el rasgo
'inmediatamente', compartido, como es natural, por el participio
correspondiente (siguiente, subsiguit!hte).
Con este sentido fue recogido por todos los diccionarios de la
Academia Española desde 1739 hasta la actual edición de 2001,
exceptuando las ediciones de 1956 y 1970, que introdujeron
equivocadamente en subsiguiente la noción de 'que viene después del
siguiente', ya que el verbo base (subseguir) se mantuvo con la misma
descripción.
Por lo tanto, debe entenderse que en la secuencia J, 2, 3, 4, 5, los
números 2,3, 4 Y 5 son siguientes de J, pero solo 2 es su subsiguiente.
En la actual edición del Diccionario académico, donde el artículo
en cuestión figura como
"subsiguiente. (Del ant. part.act. de subseguir). adj. Que subsigue.
11 2. adj. Que sigue inmediatamente a aquello que se expresa o
sobreentiende. "
se ha deslizado otro error, pues estas dos acepciones repiten un
mismo significado.
Acaso ello se deba a una falla en el proceso automático de
reemplazo respecto de la edición de 1992. En aquella, como en las
278 ACUERDOS BAAL, LXIX, 2004
anteriores, numerosos participios activos figuraban con una primera
acepción ~e contenido puramente gramatical que se repetía, de alguna
manera, en la segunda de valor léxico (adjetivo).
Así subsiguiente tenía una primera acepción "p. a. de subseguir.
Que subsigue" y una segunda "adj. Que sigue inmediatamente a aquello
que se expresa o sobreentiende".
El paso a la actual edición incluía, como correcto criterio general,
que la historia del derivado pasase al paréntesis etimológico y que se
suprimiese como acepción la indicación del sentido gramatical. Esto
ocurrió con absorbente, aglomerante, detonante, doliente, emigrante,
fulminante, remitente, residente y otros similares. Sin embargo, a
diferencia de estos otros artículos, el que nos ocupa mantuvo, por
simple omisión, una primera acepción innecesaria.
Por esta razón, la Academia Argentina de Letras solicita a la Real
Academia Espafiola que en la próxima edición de su Diccionario
enmiende el artículo subsiguiente como a continuación se indica:
subsiguiente. (Del ant. parto act. de subseguir). adj. Que sigue
inmediatamente a aquello que se expresa o sobreentiende.
Sesión del 08 de julio de 2004
REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS
Palabras tratadas en el seno de la Comisión "Habla de los
argentinos" durante el segundo cuatrimestre de 2004
agringamiento. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. coloq. Acción y efec-
to de agringar o agringarse.
CASAOEVALL, DOMINGO F. La evolución de la Argentina vista por el
teatro nacional. Buenos Aires: Ediciones Culturales Argentinas,
1965,91: [las familias criollas] vivían con la nostalgia del bien-
estar perdido y despotricaban contra la nueva era del
mercachiflismo y del agringamiento en la que se desarrollaba el
país.
agringar. [ADICIÓN DE ARTicULO). tr. Hacer que alguien adopte
costumbres propias de extranjeros.
ACEVEOO DIAl, EDUARDO (H.). Cancha larga. Buenos Aires: Sopena,
1939,328: Un día dijo a Asunta, su preferida: -Pa no agringarte
te voy a llamar Asunción.
Ragucci, 1948, p. 604; Vid al de Battini, 1949, p. 138; Haensch,
1993, p. 18.
2. prnl. Imitar a un gringo o adoptar sus costumbres.
REYLES, CARLOS. El gaucho florido: la novela de la estancia ci-
marrona y del gaucho crudo [1932]. Montevideo: Impresora Uru-
guaya, 296: Hay que agringarse pa'vivir.
Vidal de Battini, 1949, p. 138; Rodríguez, 1991, p. 25; Haensch,
1993, p. 18.
aguja. [ADICIÓN DE ARTicULO). f. Corte de carne vacuna sin hueso,
que se extrae de la parte anterior de la región dorsal.
CANCELA, ARTURO. Historia funambulesca del profesor Landormy
[1943]. Buenos Aires: Espasa-Calpe, 1944,315: Los cami?eros
engaflan a los clientes y les mandan un pedazo de aguja en
vez de un bife de lomo.
2. coloq. Cigarrillo delgado de marihuan~.
DIAl GENO. La cueva del chancho. Buenos Aires: Galema, 1982,
187; Emma, tan refinada [...] jamás comía ajos ni bebía alcohol
ni fumaba salvo alguna que otra aguja según viniera 'la mano.
Rodríguez, 1991, p. 25.
280 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL. LXIX, 2004
alacraneo. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. coloq. Crítica
malintencionada, acción de alacranear.
MARECHAL, LEoPoLoo. Adán Buenosayres. Buenos Aires: Sud-
ame!icana, 1948,267: En él se debatlan Adán Buenosayres, el
astrologo Schultze, Samuel Tesler y Franky Amundsen, una
turba insolente que a gritos reclamaba la botella, que movía
sus lenguas envenenadas en susurrantes alacraneos, y cuyas
explosiones de hilaridad interrumpían al narrador.
Garzón, 1910, p. 13; Cáceres Freyre, 1961, p. 30; Santillán,
1976, p. 19; Gobello, 1991, p. 16; Haensch, 1993, p. 25; Gatica
de Montiveros, 1995, p. 28.
albergue. [ADICIÓN DE ARTicULO). m.-
- transitorio. Hotel donde se alquilan habitaciones para
citas amorosas.
Página/12. Buenos Aires, 09.08.2001: Dejaron a los hijos que
disfrutaran del departamento y se fueron a un albergue transi-
torio.
Bioy Casares, 1990, p. 22; Gobello, 1991, p. 16; Rodríguez,
1991,p.26; Haensch, 1993,p.26.
albóndiga. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Auto viejo o muy deteriorado.
<www.gnc.org.ar/fsguestbook.html> [CONSULTA: 19.12.2003]: Le
puse el famoso' GNC [ ...]: convirtieron un "fierro como el Mondeo
ft
en una "albóndiga".
Coluccio, 1979, p. 18; Gobello, 1991, p. 16; Rodríguez, 1991, p.
27; Haensch, 1993,p.26.
alcanzapelotas. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). como En deportes, perso-
na encargada de recoger las pelotas que quedan en el suelo
o salen fuera del campo de juego (recogepelotas).
La Nación. Buenos Aires, 07.06.2003:Coria arrojó una raqueta
que le pegó, sin querer, a una alcanzapelotas; pudo ser desca-
lificado, aunque finalmente fue multado.
aljaba. [ADICIÓN DE ARTicULO). f. Arbusto ornamental, muy rami-
ficado, de la familia de las Enoteráceas. Tiene flores col-
gantes de color púrpura o morado y bayas comestibles,
chilco (Fuchsia magellanica).
LUGONES, LEOPOLDO. El imperio jesultico. Buenos Aires: Com~a
ñia Sud-Americana de Billetes de Banco, 1904, 110: La precIo-
sa aljaba es abundantlsima, por ejemplo.
Segovia, 1911, pp. 538, 552; Villafuerte, 1961, t. 1, p. 39;
Santillán, 1976, p. 954.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 281
alojero, ra. [ADICIÓN DE ARTicuLO). adj. NO. Que acostumbra
beber aloja,
INCHAUSTI, EUGENIO y MARCELO FERREIRA. "La del diablo alojero":
La chacarera. "La del diablo alojero·.
Cáceres Freyre, 1961, p. 32.
amaneay. [ENMIENDA A LA ACEPCIÓN}. (Del quechua). m. Planta
propia de las regiones andinas, perteneciente a la familia
de las Amarilidáceas, cuyas flores, amarillas o blancas,
recuerdan a la azucena. (Alstroemeria aurantiaca).
2. Flor de esta planta.
ZERPA, DOMINGO. Puya-puyas [iB31]. s.l.: s.e., 1952,68: Mustios
capullos / de puya-puyas,/ ramos silvestres / del amancay.
GONzALEZ ARRILI, BERNARDO Y ALOISI, ENZa. Los afincaos [1940).
En: El drama rural. Buenos Aires: Hachette, 1959, 297: Es el
perfume del amancay, esa florcita tan delicada y pura.
Lizondo Borda, 1927, p. 52; Aramburu, 1944, p. 38; Di Lullo,
1946, p. 34; Ragucci, 1950, p. 143; Solá, 1950, p. 37; Selva,
1951, p. 55; Cáceres Freyre, 1961, p. 33; Villafuerte, 1961, t. /,
p. 47; Fidalgo, 1965, p. 26; Santillán, 1976, p. 871; Coluccio,
1979, p. 20; Villafuerte, 1984, p. 28; Haensch, 1993, p. 35.
v AR. => AMANCAYA.
CARRIZO, JUAN ALFONSO. Cancionero popular de Jujuy. Tucumán:
Universidad Nacional de Tucumán, 1934, 251: iTilcareña,
tilcareña! / Decime cuál es tu amor, J que tu carita de nieve, /
parece amancaya en flor.
Ragucci, 1950, p. 143; Solá, 1950, p. 37.
amaneaya. [ADICIÓN DE ARTicULO}. f. NO. amaneay.
amasar. [ADICIÓN DE ARTicULO). tr. En el fútbol, retener la pelota
debajo del pie, mientras se la hace rodar hacia atrás y hacia
adelante.
Olé. Buenos Aires, 04.07.2002: ¿Se imaginan cuando lo vean a
Romén amasando la pelota?
Gobello, 1991, p. 19 Rodrlguez, 1991, p. 29; Haensch, 1993, p. 37.
amasijar. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN). 4. prol. coloq. Formar un ama-
sijo, particularmente de personas y en un lugar reducido.
<www.antifazdigital.com.ar/letras.ssi> [CONSUL lA: 12.03.2004]:
Viene el tren / me amasijo en su interior I viene el tre):!.
Rodriguez, 1991, p. 32; Haensch, 1993, p. 37.
282 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
amasijo. [ADICIÓN DE ARTicULO} m. coloq. Pelea, paliza.
CASADEVALL, DOMINGO F. El tema de la mala vida en el teatro
nacional. Buenos Aires: Kraft, 1957, 172: Los diarios populares,
al comentar las hazañas de la muchachada distinguida en ca-
barets de precios exagerados, con rotura de cristalería, pul'ieta-
zos y amasijo de vigilantes, lo hacía con indulgencia nostálgica.
Santillán, 1976, p. 23; Coluccio, 1979, p. 21; Aguilar, 1986, p.
11; Gobello, 1991, p. 19; Rodriguez, 1991, p. 29; Haensch,
1993, p. 37.
2. coloq. Esfuerzo extenuante.
Rev. Noticias. Buenos Aires, 27.06.2003: [oo.] en España hice
cinco películas, fue un amasijo, pero tenía que aprovechar la
oportunidad.
Haensch,1993,p.37.
amistoso. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. Encuentro deportivo que se
juega fuera de una competencia o que no suma puntaje. Se
usa esp. referido a los partidos de fútbol.
Olé. Buenos Aires, 09.08.2002: Sosa jugó un amistoso con los
suplentes.
Rodríguez, 1991, p. 29; RHA, 1995, p. 13.
amoblamiento. [ADICIÓN DE ARTicULO}. m. Conjunto de muebles
de una vivienda, oficina o ambiente.
La Nación. Buenos Aires. 02.09.2000: Por otro lado, están las
alacenas. Se denomina así a la parte del amoblamiento que se
encuentra suspendida.
Haensch,1993,p.38.
2. Acción y efecto de amoblar una vivienda u oficina.
Esquiú. Buenos Aires, 07.04.1974: Todo para el amoblamiento
escolar. Más de 100 modelos.
Haensch,1993,p.38.
amorosiento, tao [ADICIÓN DE ARTicULO]. adj. p. uso coloq. Que se
comporta en fonna exageradamente cariñ.osa.
<www.poesia.com.ar/sitiolobras.php?kLautor=238&genero=cuentos>
[CONSULTA: 28.02.2004]: Sus manos aletearon hacia su cuello,
mientras sentía la voz de su pichón tiemo, amoroso, pobre, y
amorosiento, llamando al que sigue.
anotador. [ADICIÓN DE ARTicuLO). m. Cuaderno o libreta para
apuntar infonnación que se desea recordar.
BAAL. LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 283
MARIANI, ROBERTO. Cuentos de la oficina. Buenos Aires: Deucalión,
1956, 16: rola Pefiita1 se cayó una vez de bruces con un mon-
tón de lápices y anotadores que acabábamos de entregarle.
Haensch,1993,p.42.
anta. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. Tapir, mamífero sudamericano
perteneciente al orden de los Perisodáctilos. Habita la zona
del Litoral, tiene nariz alargada en forma de trompa, cuatro
dedos en las patas delanteras y tres en las traseras (Tapirus
terrestris).
LUGONES, LEOPOLDO. El imperio jesuítico. Buenos Aires: Compa-
fila Sud-Americana de Billetes de Banco, 1904, 128: [ ... ) pintu-
ras trazadas con tabatinga y almagre, cubrían el cuerpo del
guerrero, imitando pieles f1avas de anta o de jaguar.
Aramburu, 1944, p. 39; Di lullo, 1946, p. 44; Solá, 1950, p. 41;
Villafuerte, 1961, t. 1, p. 62; Santillán, 1976, p. 765; GrOnwald,
1977, p. 13; Gatica de Montiveros, 1995, p. 36.
aplazar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. Reprobar a un alumno en un
examen (suspender).
DE LAs llANDERAS, NlcoLAs y A. MALFATTI. AsF es
la vida. En:
Argentares: Revista Teatral. Afio 1, n.o 1, 1934, 29:EDUARDO.-
(Molesto.) iEn seguida saca a relucir los estudios! ERNEsTo.-
iNO sé! iTe han aplazado ya dos veces .. ! ¿O te creés que tus
padres tienen la plata para andarla tirando?
Rojas, 1976, t. 1, p. 41; Santillán, 1976, p. 847; Rodrlguez,
1991,p. 33; Haensch, 1993,p.48.
aplazo. [ENMIENDA A LA CITA].
AVAlA GAUNA, VELMIRO. Otros cuentos correntinos. Santa Fe:
Castellvl, 1953, 18: Si entre las notas habla algún aplazo o en
la libreta figuraba alguna observación de las maestras sobre
fallas en la conducta o aplicación, hacía girar nerviosamente la
medalla en la mano derecha y ordenaba con voz fria.
aquello, -lla. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. pron.-
de.aquellos o de aquellas. loe. adj. Referido a una perso-
na o cosa extraordinario, fuera de lo común.
Clarln. Supl. "Ollas y sartenes", 24.10.2~02, p.8: [ ... ) roció c,?n
una cucharada de azúcar, gratinó 15 minutos para dorar y sir-
vió, acompafiando con un tinto mendocino de aquello~.
aquerenciar. [ADICIÓN DE ARTicULO]. tr. ror. Acostumbrar a los
animales, especialmente al ganado cimarrón, a pennanecer
o a volver a la querencia. U. t. c. prol.
284 REGISTRO DEL HABLA DE WS ARGENTINOS BAAL. LXIX. 2004
HERNANDEZ, JOSÉ. Instrucción del estanciero [1882]. Buenos Ai-
res: Peiia-Del Giudice, 1953, 178: Si el campo es alambrado la
operación de aquerenciar se hace por si sola. '
Saubidet, 1943, p. 21; Santillán, 1976, p. 30.
araña. [ADICIÓN DE FORMA COMPLEJA). f. -
- peluda. coloq. araña pollito.
GÜIRALDES, RICARDO. Raucho: momentos de una juventud con-
temporánea [1917]. En: Obras completas. Buenos Aires: Emecé,
1962, 165: Habla filigranas de puntos, acompasádos por la
araña peluda, que revienta bajo las suelas levantando las patas
traseras, en amenaza de saltos que nunca llegan.
Haensch, 1993, p. 51.
armador, ra. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. y f. En algunos deportes,
jugador que ordena el equipo, lo organiza y crea situacio-
nes favorables para el juego.
Río Negro. Gral. Roca, 20.03.2002: El armador apareció en el
partido muy de vez en cuando, haciendo evidente que Boca lo
necesita con mayor continuidad.
Haensch,1993,p.54.
avalancha. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Gran cantidad de personas,
cosas o hechos que se precipitan violentamente.
PAYRÓ, ROBERTO J. Violines y toneles. Buenos Aires: M. Rodríguez
Giles, 1908, 96: Y al propio tiempo se producla un atropella-
miento, una avalancha de personas hacia las escotillas ...
El Cronista Comercial. Buenos Aires, 10.07.1989: [...) la ava-
lancha de aumentos de precios de las últimas semanas, y parti-
cularmente la de la semana pasada, sugiere la existencia de
colchones, que son siempre variables y en algunos casos
inexistentes.
Página/12. Buenos Aires, 31.12.2000: Una verdadera avalan-
cha humana se derramó sobre la cancha, dejando un tendal de
heridos.
Garzón, 1910, p. 41; Ragucci, 1962, p. 187.
bañadera. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN]. f. Pila, recipiente o artefacto
para bañar el cuerpo, bañera (baño).
BIOY CASARES, ADOLFO. Descanso de caminantes. Buenos Aires:
Sudamericana, 2001, 193: Los cuartos eran chicos, de dos
camas, con minúsculos baiios, de bañadera descascarada, ca-
nillas difíciles de cerrar e higiene dudosa.
Turdera, 1896, p.13; Garzón, 1910, p. 49; Salazar, 1911, p. 21;
Segovia, 1911, p. 109, 159; Vidal de Batlini, 1949, p. 260;
BAAL, LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 285
Rojas, 1976, t. 1, p. 56; Santillán, 1976, p. 39; Haensch, 1993,
p.73.
bicho. [ADICIÓN DE FORMA COMPLEJA). m. -
.... palo. Insecto de cuerpo delgado y de color oscuro, que
se mimetiza con las ramas de las plantas en las que habita
(Phasmatodea spp.).
La Nación. Buenos Aires, 20.01.2003: Los dos científicos anali-
zaron secuencias de AON de 35 especies de bicho palo, que
tomaron este aspecto para pasar inadvertidos ante los
depredadores, con objeto de descubrir cuál de las especies
habla evolucionado antes.
bichoquera. [ADICIÓN DE ARTicULO). f. enteque.
<www.anav.org.ar/trabajos.J)ublicados/8/gimeno.pdf> [CONSULTA
12.12.2003]: Esta enfermedad, bien conocida en Argentina, Bra-
sil, Paraguay y Uruguay, ha recibido distintas denominaciones:
"enteque ossificans", "bichoquera", "guata-í" (del guaranl: cami-
nar corto), "espichamento·, "espichac;ilIo", y más corrientemente
"enteque seco".
Segovia, 1911, p. 417; Barcia, 1978, p. 39.
bocacho, chao [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. NO. desp. coloq. Bo-
cón, que habla de más.
Avellaneda, 1927, p. 278; Solá, 1950, p. 57; Cáceres Freyre,
1961, p. 46.
bocasucia. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. coloq. Que se expresa con
palabras groseras, malhablado.
PUIG, MANUEL. The Ss. As. affa;r [1973). Barcelona: Seix Barral,
1982, 85: Oiga se apartó y le dijo que era un niño bocasucia y
desobediente, por eso ella no jugarla más con él.
Rojas, 1976, t. 1, p. 64; Haensch, 1993, p. 86.
v AR. => boca sucia.
<www.pampagringa.com.ar/diarios/eLexpreso/personajes.htm>
(CONSULTA 25.11.2003]: Ya me conocen, yo no soy el novio ideal
ni el hijo ideal, soy un boca sucia y en el teatro soy un boca
sucia.
Segovia, 1911, p. 312; Vitor, 1963, p. 146.
bocina. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. coloq. Indiscreto, que dice lo
que debe mantenerse en secreto. U. t. C. S. ,
Coluccio, 1979, p. 33; Avila, 1991, p. 384; Rodrlguez, 1991, p.
50; Haensch, 1993,p.87.
286 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
2. coloq. Alcahuete, buchón. U. t. c. s.
C/arln Rev. Buenos Aires, 22.06.1975: [Gente] que no va ser
bocina (alcahuete) ni por la mosca loca.
Rodríguez, 1991, p. 50; Haensch, 1993, p. 87.
bocinar. {ADICIÓN DE ARTicULO]. tr. coloq. Delatar, soplar.
<www.horizontebariloche.com.ar/tinta/aguasucia.htm> [CONSUL-
TA: 25.11.2003]: Seguro que si no le doy bola la pendeja le va a
bocinar todo, y después quién la aguanta.
Gobello, 1991, p. 36; Rodríguez, 1991, p. 50; Haensch, 1993,
p.87.
bofe. [ADICIÓN DE ARTicULO]. m. vulgo Persona o cosa muy fea,
desagradable.
<WWW.ventolinrecords.com.ar/lunesfelices/archives/000031.html>
[CONSULTA: 18.11.2003]: Si la película es un bofe, me gasté $6, 40.
Haensch,1993,p.87. .
echar los -. fr. fig. coloq. Agotarse fisicamente por reali-
zar una tarea extenuante.
PAYRÓ, ROBERTO J. Sobre las ruinas [1904]. En: Teatro comple-
to. Buenos Aires: Hachette, 1956, 107: Vamos, che, que se
hace tarde, y con este ventarrón vamos a echar los bofes p'a
llegar.
Saubidet, 1943, p. 43; Vítor, 1963, p. 147; Santillén, 1976, p.
179; Coluccio, 1979, p. 77; Figueroa, 1991, pp. 104, 297;
Rodríguez, 1991, p. 107.
boga. {ADICIÓN DE ARTicuLO]. f. Pez de agua dulce, perteneciente
a la familia Anostomidae, de cuerpo fusiforme y color gris
con manchas oscuras que llega a medir 45 cm de largo.
(Leporinus spp. y Schizodon spp.).
REYLES, CARLOS. El gaucho florido [1932]. Montevideo: Impreso-
ra Uruguaya, s. a., 271: En lo más hurano y recóndito del
bosque, después de haber limpiado de yuyos el suelo, Florido
asaba una boga clavada sobre cuatro palitos verdes cerca del
fogoncito.
Segovia, 1911, pp. 35, 484; Di Lullo, 1946, p. 68; Solé, 1950, p.
258; Avila, 1991, p. 89; Haensch, 1993, p. 87.
boga. (ADICIÓN DE ARTicULO). como coloq. Abogado.
Olé. Buenos Aires, 27.10.2003: Y hasta le ofreció sus servicios
de boga al mismísimo Carlitos Tévez.
Gobello, 1991, p. 37; Rodríguez, 1991, p. 50.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 287
2. adj. coloq. Perteneciente o relativo a los abogados.
Boga:<www.cema.edu.ar/-caf02/ent11
Nego_de_Contratos_CAF_v4.ppt> [CONSULTA: 22.02.2004]: In:
temacionales: qué leyes elegimos aplicarnos ("Legislación apli-
cable" en idioma "boga").
bolanchao. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. NO. Bolita de masa dulce,
hecha con mistol machacado, harina y azúcar.
<www.aca.org.ar/interes/comidas/comid11.htm> [CONSULTA:
12.02.2004]: Bolanchao: se elabora con mistol pisado en mor-
tero y espolvoreado con harina de algarrobo.
Di Lullo, 1946, p. 69; Villafuerte, 1961, t. 1, p. 108; Fidalgo,
1965, p. 28; Rojas, 1976, t. 1, p. 65; Haensch, 1993, p. 89.
VAR. ~ bolancho.
SOlá, 1950, p. 58; Fidalgo, 1965, p. 28.
bolancho. [ADICIÓN DE ARTicULO]. m. NO. bolanchao.
boleta. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN). f. Factura de venta.
DELLA COSTA, DANIEL. "Cosas que confunden". En: La Nación,
26.06.2003, p.17: En él, fabricantes truchos, que trabajan con
indocumentados, venden sin boleta a comerciantes que hacen
lo propio a la hora de la reventa, prendas que responden a las
más caras fantaslas del fashion internacional.
Avila, 1991, p. 89; Gobello, 1991, p. 38; Haensch, 1993, p. 90.
boletero, ra. [ADICIÓN DE ACEPCIONES]
2. m. y f. Persona que atiende una boletería.
ZEBALLos. ESTANISLAO S. La conquista de quince mil leguas [1878].
Buenos Aires: Hachette, 1958, 309: De esta hecatombe no se
salvó más que un joven oficial, el teniente Montes, hijo del
boletero del teatro Colón de esta capital.
Garzón, 1910, p. 63; Salazar, 1911, p. 22; Rojas, 1976, t. 1, p.
65, guarda; Barcia, 1978, p. 40; Catinelli, 1985, p. 46; Rodrlguez,
1991, p. 51.
3. p. uso Persona que en el transporte colectivo o ferrovia-
rio !ie ocupaba de vender los boletos. .
El Ciudadano & la región. Rosario, 29 de ~eptlembre. de 20~2:
El presidente del futuro museo marcó t~mblé"n otras ~Iferenclas
destacables entre el colectivo y el ómnibus: En el pnmero una
sola persona manejaba y cortaba el boleto, mientras que en los
ómnibus habla chófer y boletero". . ;'
Garzón, 1910, p. 63; Rojas, 1976, t. 1, p. 65; Catlnelh, 1985, p.
46; Gobello, 1991, p. 38; Salazar, 1911, p. 22; Rodriguez, 1991,
p.51.
288 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
bolichear. [ADICIÓN DE ACEPCIONES).
2 .. coloq. Hacer negocios que dan escasa ganancia.
Garzón, 1910, p. 64; Salazar, 1911, p. 22; Segovia, 1911, p.
110; Granada, 1957, t. 1, p. 112; Rodríguez, 1991, p. 51;
Haensch,1993,p.91.
3. coloq. Vender en un boliche.
Gobello, 1991, p. 38; Rodríguez, 1991, p. 51.
bombacha. [ADICIÓN DE FORMA COMPLEJA]. f.-
- de goma. Prenda del bebé, confeccionada en un material
impermeable elástico, que se usa sobre los pañales, cubre
hasta la cintura y tiene aberturas para el paso de las piernas
(braguitas de plástico).
La Voz del Interior. Córdoba, 14.06.2002: Estaba vestido con
un conjuntito amarillo, pañal de tela y bombacha de goma.
Haensch,1993,p.94.
bombachón. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN] m. 2. Pantalón de bebé corto
y amplio, semejante en su forma a la bombacha de goma.
<www.hasumacsa.com.ar/Productos.asp?Reg=1 - 24k> [CON-
SULTA: 18.11.2003]: Conjunto c/bombach6n de rib rayado, O al
3, 2021, Conjunto c/bombachón de rib fantasla, O al 3.
Rojas, 1976, t. 1, p. 68; Haensch, 1993, p. 94.
bombachudo, da. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. adj. coloq. Que usa
bombachas amplias.
Vidal de Battini, 1949, p. 316; Solé, 1950, p. 59; Céceres Freyre,
1961, p. 46.
2. m. bombachón, prenda del bebé.
Mla. Buenos Aires, 30.10.2000: Bombachudo para bebé de 2
años.
Rojas, 1976, t. 1, p. 68; Haensch, 1993, p. 94.
bombachudo, da. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN]. 4. adj. Dicho de panta-
lones, amplios, sueltos y ajustados en los tobillos.
CASTILLO, ABELARDO. Muchacha de otra parte
<www.poesiayprosa.com.ar/castillo.htm> [CONSULTA 09.06.2004]:
Unos segundos antes yo tenia sentada a mi lado a una adoles-
cente de pantalones bombachudos, chiripé y zapatillas de de-
lincuente juvenil.
Vidal de Battini, 1949, p. 316; Solé, 1950, p. 59; Céceres Freyre,
1961,p.46.
BAAL. LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 289
bombachudo, da. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN). 3. m. p. uso Pantalón
corto, amplio y fruncido, con elástico en la cintura y en las
piernas, que usan las mujeres sobre la ropa interior para
hacer gimnasia.
<www.stbrendans.esc.edu.ar/Espanol/sec_horarios/
uniforme.htm> [CONSULTA: 01.07.2004]: Bufanda gris (tono me-
dio). Zapatos marrones "tipo canadiense". Medias verdes. Cam-
pera verde inglés. Bombachudo verde. Calza verde.
Rojas, 1976, t. 1, p. 68; Haensch, 1993, p. 94.
bombear. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN] 2. coloq. PeIjudicar deliberada-
mente.
<www.actores.org.ar/detalle.asp?idtexto=44> [CONSULTA: 01.07.
2004J: Lo mejor que pasó es que la gente tenía ganas de acer-
carse a temas muy urticantes, muy complicados, que hacen a la
relación entre actores y directores en el cine y los organizadores
no lo bombearon, le dieron aire, lo dejaron crecer.
BAAL, 1973, n.o 147-148, p. 193; Rojas, 1976, t. 1, p. 68;
Rodj"íguez, 1991, p. 52; RHA, 1994, p. 26.
bombear. [ADICIÓN DE ARTícULO]. intr. vulgo Copular.
<www.ciudad.com.ar/ar/servicios/forossumadeopiniones/
topic.asp?topic_id= 500 55> [CONSULTA 09.06.2004]: Me pusie-
ron en cuatro y me empezó a bombear en forma frenética
Teruggi, 1974, p. 105; Rodrlguez, 1991, p. 52; Haensch, 1993,
p.94.
bombo. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN}.
irse al -. fig. coloq. Fracasar una persona o un negocio,
irse al tacho.
<www.po.org.ar/po/p0764/estados.htm> [CONSULTA: 28.03.2004]:
Los fondos de pensión-jubilación se están yendo al bombo con
el proceso de quiebras.
Salazar, 1911, p. 22; Segovia, 1911, p. 827; Selva, 1948,'p'
255; Villafuerte, 1961, t. 1, p. 112; Santillán, 1976, p. 50; COIUCCIO,
1979, p. 111; Figueroa, 1991, p. 163; Gobello, 1991, p. 39;
Ródrlguez, 1991, p. 162, 370; Haensch, 1993, p. 95; RHA,
1994, p. 26.
bordalesa. f. Tonel de vino con capacidad
[ADICIÓN DE ARTiCULO).
para 225 litros (bordelesa). .
CORNAGLIA, JUAN. Entre chacras y poblados. Buenos Aires: Po-
bladores, 1957,84: Se trataba de levantar bordalesas de vino a
pulso.
290 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
Garzón, 1910, p. 67; Segovia, 1911, p. 163; Vidal de Battini
1949, p. 35; Rojas, 1976, t. 1, p. 69; Catinelli, 1985, p. 47;
Gobs:lllo, 1991, p. 39; Haensch, 1993, p. 96.
bordeadora. (ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Máquina de mano con
motor que emplea un hilo de plástico a modo de cuchilla
para cortar césped y podar cercos vivos.
Los Andes. Mendoza, 25.03.2003: AIIi se robaron todo, la
bordeadora, las herramientas y hasta rompieron el alambrado
de la escuela.
bordear. (ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. Podar los cercos vivos o cor-
tar el césped.
<www.semillasrural.com.ar/ofertas.htm> [CONSULTA: 25.03.2003]:
Versátil tijera para bordear césped de tres posiciones.
borracho, chao adj. {ADICIÓN DE ARTÍCULO]. Dicho de algunos
dulces o postres, empapados en bebida alcohólica.
E/ Litora/. Santa Fe, 11.08.2003: El postre artesanal fue elabo-
rado por un grupo de damas de la Comisión Parroquial y con-
sistió en una torta borracha.
Rojas, 1981, t. 3, p. 440; Villafuerte, 1961, t. 2, p. 307.
cabeza. (ADICIÓN DE FORMA COMPLEJA).
estar de la -. fr. fig. coloq. Estar loco.
C/arln. Buenos Aires, 28.09.1998: Por algo a Martín Palermo le
dicen el "Loco". [ ... ] Pero mereció llevarse algunos aplausos
cuando -después del gol de Boca-hizo malabarismo con una
botella de gaseosa. Como para demostrar que Palermo "está
de la cabeza".
cachiyuyo. {ADICIÓN DE ARTÍCULO]. (Del quechua cachi, sal). m.
NO. Arbusto de la familia de las Quenopodiáceas, que
crece en terrenos áridos y salitrosos; sus tallos, semileñosos,
se afirman en el suelo y lo hacen muy resistente (Atriplex
spp).
QUIROGA, CARLOS B. La raza sufrida. Buenos Aires: Talleres Grá-
ficos Argentinos, 1929, 157: El jume, el cachiyuyo, la totora, el
junquillo, se aventuran a vivir allí su vida restringida, seca,
rígida.
Garzón, 1910, p. 79; Segovia, 1911, p. 542; Lizondo Borda,
1927, p. 74; Dávalos, 1934, p. 9; Aramburu, 1944, p. 43; Di
Lullo, 1946, p. 75; Vidal de Battini, 1949, p. 373; Solá, 1950, p.
65; Selva, 1951, p. 60: Flores, 1960, p. 370; Cáceres Freyre,
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 291
1961, p. 50; Villafuerte, 1961, t. 1, p. 134; Casullo, 1964, p. 18;
Fidalgo, 1965, p. 28; Coluccio, 1979, p. 39; Villafuerte, 1984, p.
42.
vAR. :::) cachiyuyu.
Lafone Quevedo, 1927, pp. 74, 258.
cachiyuyu. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. m. NO. y Cuyo. cachiyuyo.
cacique. [ADICIÓN DE ARTIcuLO]. m. Pájaro de la familia de los
Ictéridos, de 20 a 40 cm de longitud y cuyo plumaje es
negro con manchas; construye su nido en fonna de red
colgante. boyero. (Cacicus spp.).
cajeta. [ADICIÓN DE ARTIcULO]. f. vulgo Vulva, vagina.
<www.satyam.com.ar/osho/palabrotas.htm> [CONSULTA:
12.01.2004]: Nunca pidan "cajeta" en Argentina, Chile o Uru-
guay; es una forma grosera de referirse a la vagina.
Garzón, 1910, p. 81; Teruggi, 1974, p. 132; Rojas, 1976, t. 1, p.
80; Santillán, 1976, p. 62; Aguilar, 1986, p. 19; Gobello, 1991,
p. 50; Rodríguez, 1991, p. 61; Haensch, 1993, p.116.
caldén. [ADICIÓN DE ARTIcULO]. m. Árbol de la familia de las
Leguminosas, que alcanza hasta 12 m de altura, y cuya
madera se utiliza en carpintería. Tiene hojas caducas, flo-
res de color amarillo, casi anaranjado, y su fruto es una
vaina de hasta 15 cm de largo. (Prosopis caldenia).
La Prensa. Buenos Aires, 08.12.1977: En esa zona el tren co-
rre entre bosques de caldenes, algarrobillos, alpatacos y jarilla,
que se extienden hasta las costas del río Desaguadero.
Garzón, 1910, p. 83; Segovia, 1911, p. 543; Saubidet, 1943, p.
69; Coluccio, 1979, p. 41; Villafuerte, 1984, p. 44; Catinelli,
1985, p. 50; Haensch, 1993, p. 117; Gatica de Montiveros,
1995, p. 60.
cambiaso. [ADICIÓN DE ARTIcULO] m. cambiazo.
cambiazo. [ADICIÓN DE ARTícULO]. (De cambio). m. coloq. Enga-
ño. o estafa que se efectúa mediante la sustitución de un
objeto por otro de inferior valor.
CASAOEVALL, DOMINGO F. El tema de la mala vida en el teatro
nacional. Buenos Aires: Kraft, 1957, 99: Son verdaderos presti-
digitadores -campeones del cambiazo. . .
Dellepiane, 1894, p. 102; Segovia, 1911, p. 168; BarCia, 1978,
p. 51; Rodriguez, 1991, p. 63.
292 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
VAR. => cambiaso.
BA"I.0 ESQUIÚ, MIGUEL. Juan Mondiola. Buenos Aires: Imprenta
Chile, 1954, 27: [... ] dejando el baúl con ladriyos para que la
dueña (que en cuanto te atrasabas controlaba el peso del baúl
para saber si todavía estaban las pilchas), no se avivara del
cambiaso.
dar o pegar el -. fr. fig. coloq. Estafar utilizando este
método.
Dellepiane, 1894, p. 102; BAAL, 1978, n0167-170, p. 306; Barcia,
1978, p. 154; Coluccio, 1979, p. 155; Rodríguez, 1991, p. 231.
camelear. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. coloq. Engañar, simular,
fingir.
Rev. Noticias. Buenos Aires, 22.06.2002: Neustadt me cameleó.
Me dijo que me iba a dar una columna, y me mandó a la
producción.
Gobello, 1991, p. 52; Haensch, 1993.
camelero, ra. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. coloq. Que acostumbra
camelear. U. t. c. s.
<www.clubdetango.com.ar/radio/poesias/mi-presentim.htm>
[CONSULTA: 12.12.2003]: Y el amor nos envuelve camelero, I
zumbón, con el encanto retrechero I de un romance de barrio y
de zaguán.
Rojas, 1976, t. 1, p. 83; Gobello, 1991, p. 52; Rodríguez, 1991,
p.63; Haensch, 1993,p. 122.
caña. [ADICIÓN DE ARTÍCULO).f. -
media caña. Baile popular, vivaz, que se ejecuta en grupos
de tres parejas y cuyo ritmo se acompaña con zapateo y
palmas.
CARELLA, TULlO (COMP.). El sainete criollo: Anto/ogia. Buenos Ai-
res, Hachette, 1957,29: Enumera, además, [... ] cielitos en ba-
talla, el Tabapui de la banda, con sus comparsas de diecinueve
personas y la media caña.
Saubidet, 1943, p. 242; Santillán, 1976, p. 439; Coluccio, 1979,
p. 130; Aguilar, 1986, p. 66; Rodriguez, 1991, p. 196.
VAR. => mediacaña.
La Voz del Interior. Córdoba, 27.11.2002: [ ...] un repertorio mu-
sical y coreográfico amplio que incluye expresiones populares
como el camavalito y la cueca, y otras menos difundidas, como
el chotis, la polca y la mediacatla.
Santillán, 1976, p. 439.
BAAL, LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTJNOS 293
candidatear. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. Proponer a alguien para
un cargo o empleo. U. t. c. prnl.
Gente. Buenos Aires, 05.06.1975: [... ] y también venía siendo
candidateado para ocupar alguno de los ministerios más impor-
tantes.
Rojas, 1976, t. 1, p. 86; Haensch, 1993, p. 127.
candombe. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. m. coloq. Fiesta y baile propios
de los esclavos negros en el Río de la Plata, a la cabeza de
cuyos participantes, a menudo agrupados en naciones, se
hallaban las reinas, reyes y otras personificaciones.
ROSSI, VICENTE. Cosas de negros: Los orrgenes del tango y
otros aportes al folklore rioplatense: rectificaciones históricas.
(s.!): Rro de la Plata, 1926, 72: Delante del rancho se desarro-
llaba el candombe, y all! se vera al rey y su capa mezclado con
los súbditos.
Segovia, 1911, p. 111; Granada, 1957, t. 1, p. 139; Santillán,
1976, p. 74; Coluccio, 1979, p. 43; Gobello, 1991, p. 54;
Rodrrguez, 1991, p. 65; Haensch, 1993, p. 127.
l. Baile y música contemporánea inspirada en esa fiesta.
La Razón. Buenos Aires, 27.11.2002: EN DICIEMBRE, FESTIVAL DE
MÚSICOS ARGENTINOS. La cita será del 20 al 23 en San MarUn de
los Andes, con folclore, candombe, rack, pop y jazz, además
de cUnicas, talleres, charlas, peñas, muestras y encuentros de
músicos.
3. coloq. Confusión, desorden.
Crónica Digital. Buenos Aires, 15.05.2004: MERCEDES: TRAS EL
"CANDOMBE", VOLVIÓ LA CALMA AL PENAL. Sin mayores consecuen-
cias finalizó ayer lo que en principio se calificó como un "motín"
en la cárcel de Mercedes.
Granada, 1957, t. 1, p. 139; Coluccio, 1979, p. 43.
candombear. [ADICIÓN DE ARTicULO). intr. coloq. Bailar candombe
y, por ext., otros bailes populares.
SOLER CAAAS, LUIS. Negros, gauchos y compadres en el Cancio-
nero de la Federación (1830-1848). Buenos Aires: Theorra, 1958,
45: [... ] el mismo autor nos dice que en esas reuniones "se
comra, se bebía, se cantaba y se candombeaba".
Coluccio, 1979, p. 43; Rodríguez, 1991, p. 65; Haensch, 1993,
p.127. .
candombero, ra. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. coloq. Relativo al
candombe.
294 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL. LXIX. 2004
OLlVER, MANUEL MARIA. "Gotas de agua salada", en La novela
semanal, año 7, n.o 273,1923,22: Pero un clan, donde la única
seña de cultura es el exquisito aperitivo y el mejor exponente
de arte radica en el violinista, eximio ejecutante de piezas rui-
dosas y candomberas.
2. m. y f. Bailarín que en las fiestas participa al son de
candombes.
La Prensa. Buenos Aires, 25.07.2002: [... ] con aquel famoso
tema de "Siga el baile", o acompañado por sus negros
candomberos, Castillo generaba siempre esa algarabía, diver-
sión y vitalidad desde el escenario.
Salazar, 1911, p. 23; Garzón, 1910, p. 90; Santillán, 1976, p.
74; Rodríguez, 1991, p. 65.
cantito. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. coloq. Entonación que carac-
teriza el habla de una región o provincia, tonada.
La Voz del Interior. Córdoba, 27.03.2001: Bajé del auto para
estirar mis piernas y el cantito cordobés de los transeúntes se
confundía como en un ambiente de mercado.
Vidal de Battini, 1949, p. 12, 18,21.
cantor, ra. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. coloq. p. uso Dicho de un
objeto, en especial de una prenda, sencillo pero elegante.
GONZÁLEZ CASTILLO, José. Entre bueyes no hay camadas [1908],
en El sainete criollo (antología). Buenos Aires: Hachette, 1957,
298: Con esa palabra ardiente I y esa labia de dotor I y ese
chambergo cantor I requintao sobre la frente ... I y esa mirad ita
iayjuna! I que va incendiando pasiones I y ha ensartao más
corazones I que la daga 'e Pastor Luna.
Tiscornia, 1925, p. 388; Santillán, 1976, p. 76; Aguilar, 1986, p.
21; Gobello, 1991, p. 55; Rodríguez, 1991, p. 65; Haensch,
1993, p. 129.
2. m. lunf. buchón, delator.
Aguilar, 1986, p. 21; Rodrlguez, 1991, p. 65.
cara. [ADICIÓN DE FORMAS COMPLEJAS].
- de culo. vulgo Gesto de enojo o disgusto.
Olé. Buenos Aires, 20.03.2003: Con cara de culo no se puede
jugar bien al fútbol.
Haensch, 1993,p. 133.
poner la -. fr. fig. coloq. Responder por actos propios o
ajenos y hacerse responsable de sus consecuencias.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 295
Olé. Buenos Aires, 01.06.2002: Pero si apareció para poner la
cara por sus compaí'ieros después de la sorprendente derrota
que sufrieron los actuales campeones ante del debutante
Senegal.
Coluccio, 1979, p. 162; Rodríguez, 1991, p. 245.
chañar. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. Árbol espinoso de la familia
de las Leguminosas. Mide entre 3 y 10m de alto, y tiene
el tronco liso y la copa raleada, con racimos de flores
anaranjadas (Geoffroea decorticans).
l. Fruto de este árbol.
ZEBALLOS, ESTANISLAO S. Relmu, reina de los pinares [1887]. Bue-
nos Aires: Hachette, 1955, 104: Al pie de un chañar vimos un
pequeí'io túmulo de tierra.
Garzón, 1910, p. 147; Segovia, 1911, pp. 116,549; Saubidet,
1943, p. 120; Aramburu, 1944, p. 47; Di Lullo, 1946, p. 110;
Solá, 1950, p.111; Granada, 1957, t.I, p.196; Cáceres Freyre,
1961, p. 71; Villafuerte, 1961, t. 1, p. 237; Casulla, 1964, p. 21;
Rojas, 1976, t. 1, p. 131; Coluccio, 1979, p. 63; Villafuerte,
1984, p. 64; Catinelli, 1985, p. 58; Haenseh, 1993, p. 161;
Gatica de Montiveros, 1995, p. 88.
chapear. [ADICIÓN DE ARTiCULO]. tr. rur. Cubrir y adornar algo con
chapas de plata, como un mate, la montura, etc.
Solá, 1950, p.112; Dellepiane Cálcena, 1971, p. 358; Haensch,
1993, p. 161.
l. intr. coloq. Ostentar autoridad con la intención de pre-
sionar a alguien u obtener ventaja.
Crónica. Buenos Aires, 10.11.2003: No soy una persona que
saca pecho ni de mi rol de productor, ni de nada, ni loco, porque
tiene que ver con mi formación. Nunca chapeo con nada.
Rodrlguez, 1991, p. 87.
chapita. [ADICIÓN DE ARTiCULO). adj. coloq. Loco, que no tiene
juicio. U. t. c. s.
KAATuN, MAURICIO. "Nota". En: REVISTA TEATRO N° 8. Buenos Ai-
res, Ed. TGSM, 1998: Chapita siempre fue Chapita. El loco
Chapita. Preso de su rol, nunca pudo ser otra cosa.
charito. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. Pichón de fiandú.
La Opinión. Rafaela, 24.09.2002: Estos son algunos, de los da-
tos que nos brinda uEI í'iandú y su eh arito" , que pertenece a la
colección Cuentos naturales.
296 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
Saubidet, 1943, pp. 120, 260; Villafuerte, 1971, p. 55; Santillén,
1976, p. 135; Gatica de Montiveros, 1995, p. 89.
chiflete. m. [ADICIÓN DE ARTicULO). coloq. Corriente fuerte de aire
que penetra por una hendidura o abertura.
La Nación. Buenos Aires, 06.07.1980: Entrada de puerta vai-
vén, que como comentaba dlas pasados nunca cierra bien, de
modo que en los días de frio se cuela ya no un chiflete sino un
chiflón de aire.
Haensch, 1993, p. 169; Gatica de Montiveros, 1995, p. 92.
chiflido. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. coloq. Silbido.
Los Andes. Mendoza, 17.02.2002: Fue en ese momento cuan-
do la bronca de los vecinos se hizo sentir con un chiflido al
intendente, Eugenio Vaieretti.
Santillén, 1976, p. 142; Coluccio, 1979, p. 65; Rodríguez, 1991,
p.360.
chilicote. [ADICIÓN DE ARTicULO). (Del quechua chillikutu). m.
NO. Grillo.
LUNA, FÉLIX. La última montonera. Buenos Aires: Ediciones Do-
ble P., 1955,48: Oía caer el cri-cri de los chilicotes como gotas
de agua sobre la noche palidecida.
Garzón, 1910, p. 154; Salazar, 1911, p. 28; Segovia, 1911, p.
497; Avellaneda, 1927, p. 300; Lafone Quevedo, 1927, pp. 97,
186; Lizondo Borda, 1927, p. 149; Dévalos, 1934, p. 11;
Aramburu, 1944, p. 48; Di Lullo, 1946, p. 117; Solá, 1950, p.
119; Sánchez de Bustamante, 1951, p. 214; Cáceres Freyre,
1961, p. 75; Villafuerte, 1961, t. 1, p. 258; Fidalgo, 1965, p. 33;
Rojas, 1976, t. 1, pp. 140, 144; Catinelli, 1985, p. 59; Haensch,
1993, p. 170.
chiquisuela. [ADICIÓN DE ARTiCULO). f. chiquizuela.
chiquitaje. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. coloq. Pequeña operación
comercial o inversión financiera.
La Voz del Interior. Córdoba, 12.02.2002: Hubo más oferta que
demanda, en un mercado signado por el chiquitaje.
Rodríguez, 1991, p. 360.
chiquizuela. [ADICIÓN DE ARTicULO). f. Rótula (choquizuela).
Garzón, 1910, p. 156; Saubidet, 1943, p. 123; Solá, 1950, p.
122; Santillán, 1976, p. 146; Barcia, 1978, p. 72; Catinelli, 19~5,
p. 60; Rodríguez, 1991, p. 90; Haensch, 1993, p. 174; Gatica
de Montiveros, 1995, p. 95.
BAAL, LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 297
2. Corte de carne vacuna que se extrae de la zona cercana
a la rótula.
<www.circuloargentinosj.com.ar/plato_7 .asp-20k> [CONSULTA:
28.02.2004]: Hervir 5 litros de agua en una olla grande con una
cucharada de sal gruesa; una vez que entra en ebullición. in-
corporar la chiquizuela, el osobuco.
Haensch, 1993,p. 174.
VAR. => chiquisuela.
chocho, chao [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. coloq. Alegre, feliz,
satisfecho.
Clarín. Buenos Aires, 27.11.2003, p.13: "Estoy chocha", no paraba
de repetir Florencia Bertoti [...]. Lo decla porque acababa de recibir
el Premio Clar!n Espectáculos 2003 a la mejor actriz de televisión.
Solá, 1950, p. 125; Villafuerte, 1961, t. 1, p. 268; Rodríguez,
1991, p. 91; Haensch, 1993, p. 177; Gatica de Montiveros,
1995, p. 97.
chopo [ADICIÓN DE ARTicULO). (Del alemán, Schoppen). m. Jarro
para beber cerveza.
ARLT, ROBERTO. Los siete locos [1929]. En: Los siete locos. Los
lanzallamas. Buenos Aires: Hyspamérica Ediciones Argentinas,
1986, 128: Malhumorado insistió apartando de un manotón las
moscas que hacían circulo en su chop de cerveza.
Garzón, 1910, p. 159; Segovia, 1911, p. 391; Rojas, 1976, t. 1,
p. 147; Santillán, 1976, p. 149,374,441; Gobello, 1991, p. 88;
Rodríguez, 1991, p. 91.
2. Cerveza que se sirve en un chopo
CORTAzAR, JULIO. El examen [1950]. Buenos Aires: Sudamerica-
na-Planeta, 1986, 155: Hace calor-dijo Juan, bebiendo su chopo
Garzón, 1910, p. 159; Segovia, 1911, p. 391; Teruggi, 1974, p.
87; Rojas, 1976, t. 1, p. 147; Santillán, 1976, pp. 149,374,441;
Gobello, 1991, p. 88; Rodríguez, 1991, p. 91; Haensch, 1993,
p.179.
chopera. [ADICIÓN DE ARTicULO). f. Máquina utilizada en bares
para almacenar y servir cerveza.
<www.clubdetango.com.ar/radio/poesias/hos-viejocafedp.htm>
[CONSULTA 25.11.2003): Templo de la amistad y de. la espera de
negocios legales y otros truchos chambones del biliar, campeo-
nes duchos, un teléfono antiguo, una chopera. .
Haensch, 1993,p. 179.
298 . REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
chuzazo. [ADICIÓN, DE ARTiCULO] m. Golpe dado con la chuza y,
por .ext., henda o marca producida por aquella.
ACEVEDO DIAZ, EDUARDO. Nativa. Montevideo: Tipografla de La
Obrera Nacional, 1890, 190: Por fin se acabó el refriego y la
marimba de golpes y chuzazos por arriba y por abajo y por
atrás, y la lluvia de rebenques.
Tiscornia, 1925, p. 406; Solá, 1950, p. 135; Cáceres Freyre,
1961, p. 82; Santillán, 1976, p. 157; Gatica de Montiveros, 1995,
p.102.
cocheria. [ADICIÓN DE ARTIcULO}. f. Empresa o casa de pompas
fúnebres.
BIOY CASARES, A. Descanso de caminantes. Buenos Aires: Sud-
americana, 2001, 163: Voy a una de las dos empresas de
pompas fúnebres o cocherlas, como se las llama, más conoci-
das de Buenos Aires, Mirás o Lázaro Costa.
Haensch, 1993,p. 194.
colifa. [ADICIÓN DE ARTicULO}. adj. coloq, Colifato.
PIGLIA, RICARDO. Respiración artificial [1980]. Buenos Aires: Sud-
americana, 1992, 145: [...) en este mundo los turros y los colifas
andan sueltos.
Gobello, 1991, p. 65; Rodríguez, 1991, p. 75; Haensch, 1993,
p.199.
conchana. [ADICIÓN DE ARTicuw}. (Del quechua). f. NO. Fogón
de piedras circular, que en las cocinas de campo sirve para
mantener el fuego y evitar que se derramen las brasas,
AMBROSEITI, JUAN B. Los argentinos y su folklore: viaje de un
maturrango y otros re/atas folk/óricos [1893). Selección, estudio
preliminar, textos introductorios, notas, bibliografía e índices
alfabéticos y anallticos por Augusto R. Cortazar. Buenos Aires:
Centurión, 1963, 156: Un hogar o fogón circular (conchana),
rodeado de piedras mantiene el fuego.
Solá, 1950, p. 90; Cáceres Freyre, 1961, p. 61; Villafuerte,
1961, t. 1, p. 195; Fidalgo, 1965, p. 30; Rojas, 1976, t. 1, p. 111;
Santillán, 1976, p. 113.
consorcista. [ADICIÓN DE ARTIcULO}. como Persona que forma par-
te de un consorcio de copropietarios.
Página/12. Buenos Aires, 20.07.2004: El problema era que los
consorcistas se hablan quejado, y la presionaban por alquilar la
casa sin haber terminado de pagarla.
BAAL, LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 299
copetin. [ADICIÓN DE FORMA COMPLEJA). - al paso. p. USo Bar
pequeño en el que se sirven copetines o comidas rápidas.
La Maflana del Sur. Neuquén. 26.07.2001: Un grupo de veci-
nos del área Centro Sur denunció en la Dirección General de
atención al Contribuyente que en un negocio habilitado en ple-
no centro como "bar y copetln al paso· funcionaria en realidad
un garito clandestino.
Aguilar, 1986, p. 25.
cotolengo. [ADICIÓN DE ARTicULO). (Del Instituto Cottolengo, hos-
pital de Turín). m. Establecimiento asistencial donde se
internan personas con deficiencias físicas o mentales.
Página/12. Buenos Aires, 30.08.2000: [La reliquia] fue traslada-
da, acompañada por una multitudinaria peregrinación, hasta la
localidad de Claypole, en el sur del conurbano bonaerense,
donde funciona el primer cotolengo fundado por Don Orione en
la Argentina.
Meo Zilio, 1970, p. 14; Rodríguez, 1991, p. 80; Haensch, 1993,
p.215.
creido, da. [ADICIÓN DE ARTicuLO). adj. coloq. Engreído o jactan-
cioso.
Olé. Buenos Aires, 20.12.1999: No quiero que piensen que soy
un creido, pero la verdad es que me gustarla llegar más allá
del pais, al mercado latino.
Rojas, 1976, t. 1, p. 117; Haensch, 1993, p. 216; Vidal de Batlini,
1949, p. 331.
crepar. [ADICIÓN DE ARTicULO). (Del italiano crepare). intr. vulgo
Morir.
CASADEVALL, DOMINGO F. La evolución de la Argentina vista por el
Teatro Nacional. Buenos Aires: Ediciones Culturales Argenti-
nas, 1965, 59: El lenguaje popular -el arrabalero principal-
mente- prohijó palabras como: [ ... ] crepar (morir).
Meo Zilio, 1970, p. 14; Teruggi, 1974, p. 62; Rojas, 1976, t. 1, p.
117; Santillán, 1976, p. 118; Coluccio, 1979, p. 57; Avila, 1991,
p. 118; Gobello, 1991, p. 72; Rodrlguez, 1991, p. 80; Haensch,
1993, p. 217.
dado, da. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. coloq. Agradable en el
trato, abierto. .
BLAISTEN, ISIDORO. "La sed". En: 40 cuentos breves argentmos.
Siglo XX. Fernando Sorrentino (comp.). Buenos Aires: Plus UI-
300 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
tra, 1977,50: [Los cuatro paisanos] no entendlan bien por qué
este pueblo, que dentro de todo parecla bastante dado y sim-
pático, los había contratado para eso, para dar un galopito
cada vez que ellos tuvieran sed.
Solá, 1950, p. 136; Santillán, 1976, p. 159; COluccio, 1979, p.
88; Rojas, 1981, t. 111, p. 484; Catinelli, 1985, p. 64; Rodríguez,
1991, p. 95; Haensch, 1993, p. 231; Gatica de Montiveros,
1995, p. 103.
debitar. [ADICIÓN DE ARTicuLO). tr. Descontar una suma de dinero
de una cuenta.
La Voz del Interior. Córdoba, 03.12.2002: Ofrecen a estatales
debitar impuestos del salario.
Segovia, 1911, p. 48.
demorar. [ADICIÓN DE ARTicULO). tr. Detener la policía a alguien
en una comisaria mientras se averiguan sus antecedentes o
se esclarece un asunto.
Río Negro. Gral. Roca, 20.03.2001: La Policla demoró a dos
personas, pero los ahorristas, acompañados por algunos ven-
dedores ambulantes, marcharon rumbo a la comisaria primera.
Haensch,1993,p.232.
descangallar. [ADICIÓN DE ARTicuLO). tr. Arruinar, dejar maltre-
cho fisica o moralmente. .
ASCASUBI, HIU\RIO. Paulino Lucero [1853}. En Poesla gauchesca,
4 vols. Edición, prólogo, notas y glosario por Jorge Luis Borges
y Adolfo Bioy Casares. México-Buenos Aires: Fondo de Cultura
Económica, 1955; vol. 1, 83: Mirá, che, que no me gusta 1 el
que me hablen de Lavalle; 1 y ojalá te descangalle 1 si presu-
mes que se asusta.
Teruggi, 1974, p. 82; Ávila, 1991, p. 147.
descarne. [ADICIÓN DE ARTicuLO). m. Parte interior del cuero del
animal vacuno, de inferior calidad que la externa.
SECR. DE INDUSTRIA, COMERCIO y MINERIA. Resolución 508/99 del
27.07.1999. <http://infoleg.mecon.gov.ar>: [ ... ] Art. 5.°: El cal-
zado hecho total o parcialmente con cuero Mdescame" deberá
ser identificado adicionándole a la palabra cuero el calificativo
descarne.
Saubidet, 1943, p. 130; Santillán, 1976, p. 166; Haensch, 1993,
p.234.
BAAl., LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE WS ARGENTINOS 301
2. Desecho de carne vacuna que se extrae del cuero o de
los huesos.
Santillán, 1976, p. 166; Haensch, 1993, p. 234.
3. Acción y efecto de descarnar el cuero o los huesos de un
animal.
<www.norton-abrasivos.com.ar/cueycur.htm> [CONSULTA:
28.02.2004]: Proceso de Descame: Este proceso tiene como
objetivo retirar toda la carne existente en el cuero.
desembuchar. [ADICIÓN DE ARTicULO). tr. coloq. Confesar, contar
algo que se mantenía reservado o en secreto.
BARROS, ALVARO. Fronteras y territorios federales de las pampas
del Sur [1872]. Buenos Aires: Hachette, 1957, 137: -Sí, señor.
Si usted no me paga me voy a presentar ahora mismo.
Desembucho todo y será peor para usted.
Saubidet, 1943, pp. 131, 358; Coluccio, 1979, p. 74; Rodríguez,
1991, p. 102; Gatica de Montiveros, 1995, p. 111.
desprejuiciado, da. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. Dicho de una
persona, que se comporta sin atender a convenciones so-
ciales.
C/arin. Buenos Aires, 07.09.2000: -Aquí el material narrativo
no es ningún cuento genial, sino uno aún mucho más lábil y
acotado: esa relación entre un literato ya prestigioso, de clase
alta no pudiente, conservador y dominado por su madre, y una
joven uruguaya desprejuiciada, escritora ignota y marxista.
Rojas, 1976, t. 1, p. 168; Haensch, 1993, p. 239.
2. Dicho de una acción o situación, que no responde a
convenciones sociales.
Página/12. Buenos Aires, 25.02.2001: Una versión moderna,
sexualmente desprejuiciada Y musicalmente instruida, de algu-
na serie televisiva ... todo eso.
Rojas, 1976, t. 1, p. 168; Haensch, 1993, p. 239.
dibujado, da. [ADICIÓN DE FORMA COMPLEJA). estar dibujado. fr.
fig. coloq. Ser inoperante. .
Página/12. Buenos Aires, 14.12.2000: En una nueva embestida
contra la politica oficial, [ ... ] aseguró ayer que "el gobierno está
pintado, está dibujado".
disqueria. [ADICIÓN DE ARTiCULO). f. Comercio donde se venden
discos y casetes de música.
302 . REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
GUDIIÍIO KIEFFER, EDUARDO. ¿Somos? Buenos Aires: Emecé, 1982,
112.: Palabras, palabra~ .rebotando en un incesante ping-pong.
mezclándose con la muslca que salla de las disquerias.
Gobello. 1991, p. 95; Haensch. 1993. p. 242.
enjetado, da. (ADICIÓN DE ARTicuLO). (De jeta, enojo). adj. vulgo
entrompado.
SANCHEZ. FLORENCIO. La pobre gente (1904). En: La Escena: Re-
vista Teatral. Año 1. n.o 19.1918,250: Siempre estaba enjetada
con ellos.
Santillán, 1976. p. 192; Rodríguez. 1991. p. 115; Haensch. 1993,
p.256.
enrular. (ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. Rizar el cabello y, por ext.,
cualquier tira larga y muy angosta. U. t. C. prol.
OCAMPO. SILVINA. Los días de la noche. Buenos Aires: Sudame-
ricana. 1970. 136: Eisa. la niñera, frente al espejo, se untaba la
cara con crema y enrulaba su pelo en papelitos.
GOIRALDES. RICARDO. Cuentos de muerte y de sangre (1915). En:
Obras completas. Buenos Aires: Emecé, 1962, 108: Entre el
filo y el pulgar salían los tientos, que se enrulaban al separarse
de la lonja.
Garzón, 1910, p. 189; Segovia, 1911, p. 206; Vidal de Battini,
1949, p. 141; Santillán, 1976, p. 194; Gobello, 1991, pp. 103,
225.
ensartar. (ADICIÓN DE ARTicuLO). tr. Clavar con un objeto pun-
zante.
GUDIIIIO KRAMER, LUIs. Aquerenciada soledad (1940). Buenos Ai-
res: Centro Editor de América Latina, 1967: Galvi, tranquilo,
salía pajuera, ¿y no viene y lo ensarta el rubio de una puñalada
en la panza?
Garzón, 1910, p. 189; Segovia, 1911, pp. 58, 428; Avellaneda.
1927, p. 313; Santillán, 1976, p. 194; Haensch, 1993, p. 258.
2. coloq. Engañar, hacer caer a alguien en una trampa. U.
t. c. prol.
PAYRÚ, ROBERTO J. El casamiento de Laucha [1906). Buenos Ai-
res: Ediciones Minimas, 1920, 26: Y como para ensartarme
más de lo que estaba, me dijo que el negocio no era más que
una parte de su fortunita.
Santillán, 1976, p. 194; Rodriguez, 1991, p. 364.
ensopar. [ADICIÓN DE ARTicuLO). tr. coloq. Empapar. U. t. C. prol.
BAAL. LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 303
LUGONES, LEOPOLOO. La guerra gaucha. Buenos Aires: Amoldo
Moen, 1905, 226: Después de un temporal que los habla
ensopado durante dos dlas, el tercero despejó.
entalcar. [ADICIÓN DE ARTicULO}. tr. Echar talco o cubrir con él.
<http:tnajauladelaslocas.tripod.com.arllajauladelaslocas/id3.htmi>
[CONSULTA: 20.01.2004]: Luego se debe lavar con agua y jabón,
secar cuidadosamente, entalcar y guardar, ya que es reusable.
entredicho. [ADICIÓN DE ARTicuLO). m. Altercado,breve cambio
de palabras.
Rfo Negro. Gral. Roca, 19.01.2004: Aclaró los entredichos y
tensiones con los vecinos Uruguay y Chile.
Rojas, 1981, t. 11, p. 194; Haensch, 1993, p. 260.
enyetar. [ADICIÓN DE ARTicULO). (Del italiano meridional). tr. Se-
gún la creencia popular, transmitir mala suerte, ojear.
ORPHÉE, ELVIRA. Las viejas fantasiosas. Buenos Aires: Emecé,
1981, 170: Volviendo a sus sospechas del pueblo, poco des-
pués de decir que estaba enyetado, me contó que habia salu-
dado a la escribana por la calle y que la otra le habia devuelto
el saludo recelosa, como si no la reconociera.
Garzón, 1910, p.191; Salazar, 1911, p.31; Segovia, 1911, p.207;
Meo Zilio, 1970, p.90; Santillán, 1976, .199; Barcia, 1978, p.93;
COluccio, 1979, p.82, 214; Rojas, 1981, t 11, p.195; Gobello,
1991, p.104, 262; Rodrlguez, 1991, p.117; Haensch, 1993, p.261
falluto, tao [ADICIÓN DE VARIANTE}. adj.
vAR. fayuto, tao
La Voz de/Interior. 06.09.2001: Esa revista parida en provincia,
ese medio nacido en el medio del interior, habla "copado" el
pals, incluyendo la capital, sin ceder un tranco de su particulari-
dad, siguiendo franca, directa, desfachatada, y a veces un poco
"fayuta", como ella misma se definla en el primer editorial firma-
do por "El irresponsable".
Dellepiane, 1894, p. 75, 87; Meo Zilio, 1970, p. 92; Coluccio,
1979, p. 90; Rojas, 1981, t.1I, p. 205; Gobello, 1991, pp. 114,
115; Rodrlguez, 1991, p. 132.
faltazo. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. Ausencia deliberada y antoja-
diza al trabajo, lugar de estudios o reunión programada. U.
m. en la fr. pegar un o e/ f a / t a z o . '
C/arln. Buenos Aires, 13.03.2004, p. 21: El ex presidente debe-
rla comparecer ante Oyarbide el martes 23 de marzo, en el
304 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL. LXIX. 2004
marco de la causa en la que ya está procesado por haber
ocultado una cuenta bancaria en Suiza. El primer amague de
faltazo lo produjo en una entrevista en la TV chilena, al asegu-
rar que se había fracturado el húmero jugando al golf.
Coluccio, 1979, p. 155; Rodríguez, 1991, p. 231; Haensch, 1993,
p.274.
famillero, ra. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. Que gusta de estar con
la familia.
Los Andes. Mendoza, 07.10.2002: -Creo que toda mujer sue-
ña con tener una familia e hijos. Aparte yo soy medio Susanita,
aunque parezca que no me importa, pero soy muy familiera,
me gusta estar en mi casa.
fato. [ADICiÓN DE ARTÍCULO). m. coloq. Asunto o negocio, espe-
cialmente el oculto e ilícito.
DIAz, GENO. La cueva del chancho. Buenos Aires: Galerna, 1982,
387: -Se dice que se había metido en el fato de la falsificación
de pinturas.
Meo Zilio, 1970, p. 22; Santillán, 1976, p. 216; Rojas, 1981, t. 11,
p. 205; Catinelli, 1985, p. 69; Aguilar, 1986, p. 41; Avila, 1991,
p.172; Gobello, 1991, p.114; Rodríguez, 1991, p.131; Haensch,
1993, p. 275.
2. coloq. Amorío y, por ext., persona con la que se tiene
una relación amorosa ocasional y pasajera.
La Capital. Mar del Plata, 27.07.2003: Somos amigos, pero en
donde te ven comer con una mujer, no puede ser una relación
de amistad o cariño, no, tiene que ser un "fato".
Rojas, 1981, t. 11, p. 205; Rodríguez, 1991, p. 131; Haensch,
1993, p. 275.
fayuto, tao [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. falluto.
fIfar. (ADICIÓN DE ARTÍCULO). intr. wlg. Tener relaciones sexuales.
PELTZER, FEDERICO. La vuelta de la esquina. Buenos Aires:
Losada, 1986, 58: -¿Me vas a decir que no fifan?
Bioy Casares, 1990, p. 86; GobellO, 1991, p. 117; Rodríguez.
1991,p. 133; Haensch, 1993,p.277.
fIgureti. (ADICiÓN DE ARTÍCULO). como coloq. p. uso Que se inmis-
cuye en todas partes con la intención de figurar o sobresa-
lir. U. t. C. S.
La Capital. Rosario, 19.09.2003: Un ámbito agradable, pero
que no pocos estimaron poco espacioso para albergar los figureti
que aparecerán para la ocasión, invitación mediante o no.
BAAL. LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 30S
2. coloq. p. uso Superficial, característico del estilo de un
figureti..
PtJgina/12. Buenos Aires, 31.08.2000: Es una situación total-
mente figureti, snob y sustancialmente hueca.
mtrado, da. [ADICIÓN DE ARTicuLO]. adj. coloq. Muy cansado,
extenuado.
elarln Rev. Buenos Aires, 22.06.1975: Y está el· acelereta (zai-
no, pasado de revoluciones, muy nervioso) que vive filtrado
(agotado) y casi siempre se proyecta mal: hace planes para
cinco aftas cuando la cosa no da para más que cinco meses.
Rodrlguez, 1991, p. 134; Haensch, 1993, p. 278.
formador, ra. [ADICIÓN DE ARTicuLO]. adj. p. USo coloq. Que siem-
pre paga o contribuye con lo que le corresponde, pagador.
Gobello, 1991, p. 120; Rodrlguez, 1991, p. 135.
frangollo. [ADICIÓN DE ARTicuLO]. m. NO. Guiso tradicional, si-
milar al locro, que se prepara con maíz molido, carne,
zapallo, cebolla, tomate y otros ingredientes variados. Sue-
le servírselo con grasa frita,
RAMos, JUAN BAUTISTA. Mala calle de brujos [1942]. Buenos Ai-
res: Gleizer, 1954, p. 45: El se cataloga en la primera escala
preparando platos de fuerte sabor criollo como el tuétano de
guanaco, la chaya de avestruz, la humita en chala, el pirco con
porotos y el charquicén o frangollo revuelto en chichoca y car-
ne fresca.
Garzón, 1910, p. 216; Segovia, 1911, pp. 217, 430; Lafone
Quevedo, 1927, p. 115; Saubidet, 1943, p. 169; Villafuerte, 1961,
t. 1, p. 346; Santillán, 1976, p. 230; Coluccio, 1979, p. 92; Rojas,
1981, t. 11, p. 213; Haensch, 1993, p. 285.
2. NO. Maíz pelado y molido usado en la preparación de
esta comida y de otras tradicionales.
VIUAFUERTE, CARLOS. Sabor y paisaje de provincia. Buenos Ai-
res: Vertical XX, 1965, P 98: Llevan como única alimentación
mafz pelado y triturado como arroz, que le dan el nombre de
frangollo.
Lafone Quevedo, 1927, p. 115; Aramburu, 1944, p. 51;
Villafuerte, 1961, t. 1, p. 346; Santillán, 1976, p. 230; Coluccio,
1979, p. 92' Rojas, 1981, t. 11, p. 213; Haensch, 1993, p. 285.
fratacbar. [ADI~ÓN DE ARTiCULO]. tr. En albañilería, alisar un
revoque con el fratacho (fratasar).
306 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL. LXIX, 2004
<www.tenismesa.com.ar> [CONSULTA: 28.03. 2004]: Armando las
mesas casi sobre los albaniles que seguían fratachando en los
últimos rincones del salón, pudimos cumplir con la fecha pre-
vista.
Meo Zilio, 1970, p. 25; Santillán, 1976, p. 221, 230; Gobello,
1991, p. 121; Rodríguez, 1991, p. 137; Haensch, 1993, p. 285.
fratacho. [ADICI6N DE ARTicULO]. (Del italiano fratilzzo o frattilzzo).
m. Pequefia tabla rectangular con un asa, que se emplea en
albañ.ilería para alisar el revoque fresco (fratás).
La Capital. Rosario, 05.11.2003: En esas condiciones el hom-
bre no quiere agarrar. -iQué maloS! Palita, fratacho y baldecito.
Meo ZUio, 1970, p. 25; Santillán, 1976, p. 230; Gobello, 1991, p.
121; Rodríguez, 1991, p. 137; Haensch, 1993, p. 285.
frenillo. [ADICI6N DE ARTicuLO]. m. Pieza de metal o acrílico, que
se emplea en ortodoncia para corregir desviaciones de la
dentadura.
<www.todoadrogue.com.ar/odontologicos/ especialidades!
ortodoncia.html> [CONSULTA: 28.02.2004]: Y en la Ortodoncia
Correctiva, el campo de trabajo son [... ] el llamado frenillo o
aparato de arco de canto.
Rojas, 1981, t. 11, p. 214. Haensch, 1993, p. 285.
fresco, ca. [ADICI6N DE ARTicuLO]. adj. En algunos oficios, como
la alfarería y la albañ.ilería, se dice de las labores hechas
con materiales húmedos mientras no se secan (verde).
El Tribuno. Salta, 14.07.2002: Cuadros de varios tamaños se
apoyan y cuelgan de las paredes [... ] todavía con la pintura
'fresca.
Segovia, 1911, p. 64; Santillán, 1976, p. 231.
frigorífico. [ADICI6N DE ARTicuLO). m. Establecimiento donde se
faena el ganado y se industrializa su carne.
AMORIM, ENRIQUE. Corral abierto. Buenos Aires: Losada, 1956,
144: [ ... ] hacia el sur, se deslizaban las tropas lentamente,
camino al frigorífico.
Garzón, 1910, p. 217; Segovia, 1911, p. 217; Rojas, 1981, t. 11,
p.214;Haensch,1993,p.286.
fruncir. [ADICI6N DE ARTicuLO). prnl. fig. vulgo Acobardarse, te-
ner miedo.
Página/12. Buenos Aires, 03.09.2000: Amagá a tirarlo de la
terraza: si se frunce mucho, es porque le quedan poquitas.
Coluccio, 1979, p. 92; Haensch, 1993, p. 286.
BAAL, LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE WS ARGENTINOS 307
fruncfrsele (a alguien). fr. fig. vulgo Antojársele, querer.
PAYRÓ, ROBERTO J. Nuevos cuentos de Pago Chico. Buenos
Aires: Minerva, 1928, 43: Pues volvete aura mismito de donde
estabas entonces, o a donde se te frunza, que aqui no tenés
nada que hacer.
Villafuerte, 1961, t. 1, p. 347; Santillán, 1976, p. 232; Figueroa,
1991, p. 257; Haensch, 1993,p.286.
fuelle. [ADICIÓN DE ARTIcULO]. m. coloq. Pulmón. U. m. en pI.
PElTZER, FEDERICO. Un pa/s y otro pa/s. Buenos Aires: Emecé,
1976, 52: Una vez, aqul nomás, le dio un pasmo. [ ... ) Vino el
doctor y dijo que eran los fuelles.
Teruggi, 1974, p. 31; Rodriguez, 1991, p. 137.
VAR. ~ fueye.
Teruggi, 1974, p. 31; Rodríguez, 1991, p. 137.
2. coloq. Bandoneón.
TIZÓN, H~CTOR. E/ hombre que llegó a un pueblo. Buenos Aires:
Legasa, 1988, 77: Antes he conocido a un hombre que cantaba
bien acompanándose sin igual con la guitarra o el fuelle.
Terugg!, 1974, p. 31; Santillán, 1976, p. 233; Coluccio, 1979, p.
92; AVlla, 1991, p. 177; Rodriguez, 1991, p. 137; Haensch,
1993, p. 287.
VAR. => fueye.
La Nación. Buenos Aires, 30.12.1998: Tan sólo a principios del
siglo XX, el "fueye" comenzó a integrar las formaciones que
tocaban tango.
Coluccio, 1979, p. 92.
3. coloq. Calentador a querosén.
<http://abc.gov.ar/paglnaescuela/0001MM0023/chamuyo.htm>
[CONSULTA: 21.03.2004): El mate es despertarse por las mafla-
nas tras un sueno de libertad, es darle su tiempo, prepararlo,
prender el fuelle (calentador a querosene), fuelle que brilla de
tanto que se lo lustra y esperar que su llama no eche humo y
queme parejo.
Rodrlguez, 1991, p. 137.
fueye. [ADICIÓN DE ARTIcULO]. m. eoloq. fuelle.
funcar. [ADICIÓN DE ARTICULO]. intr. coloq. Funcionar.
Olé. Buenos Aires, 26.08.2001: [Y si) en ataque el equipo no
funea del todo, desde el fondo aparece la seguriC1ad de
Velázquez.
308 REGISTRO DBL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
Coluccio, 1979, p. 93; Rojas, 1981, t. 1, p. 216; Gobello, 1991,
p. 123; Rodrfguez, 1991, p. 138; Haensch, 1993, p. 288.
fundir. "{ADICIÓN DE ARTicULO). tr. Dicho de un motor, dejar de
funcionar, debido a una sobreexigencia o por haberse cum-
plido su vida útil. U. t. c. prnl.
Página/12. Buenos Aires, 14.02.2002: Y la cosa no anduvo
claro, porque acá nadie necesita remise y encima se me fundi6
el motor.
Rodrlguez, 1991, p. 138; Haensch, 1993, p. 288.
2. coloq. Arruinarse económicamente. U. t. c. tr.
GHIANO, JUAN CARLOS. La renguera del perro. Buenos Aires:
Emecé, 1973, 89: El almacén no se iba a fundir porque un dla
lo cerrara antes de lo habitual.
Dellepiane, 1894, p. 76, 79; Avellaneda, 1927, p. 318; Flores,
1958, p. 418; Santillán, 1976, p. 234; Rodrfguez, 1991, p. 138;
Haensch,1993,p.288.
ganchudo, da. [ADICIÓN DE ARTiCULO). m. y f. desuso Persona que
tiene gancho o acomodo. Se dice en especial del alumno
respecto de sus maestros.
AALT, ROBERTO. Nuevas aguafuertes portelJas [1928-1933). En:
Obras completas. Buenos Aires: Losada, 1998,35: Esos pebe-
tes... esos viejos pebetes que en la escuela llamábamos
"ganchudos" -¿por qué nacerán chicos que desde los cinco
anos demuestran una pavorosa seriedad de ancianos?
Gobello, 1991, p. 126; Rodriguez, 1991, p. 143; Haensch, 1993,
p.292.
gangosear. [ADICIÓN DE ARTICULO). intr. coloq. Hablar con reso-
nancia nasal (ganguear).
DAvALOS, JUAN CARLOS. El viento blanco [1922). Buenos Aires: El
Ateneo, 1925, 149: Y mezclado al redoble monótono de la caja,
un violln destemplado y raqultico gangosea un remedo de mar-
cha militar.
Garzón, 1910, p. 222; Avellaneda, 1927, p. 318; Vidal de Battini,
1949, pp. 157, 160; Santillán, 1976, p. 241; Haensch, 1993, p. 292.
gargantilla. [ADICIÓN DE ARTicULO]. f. ror. Mancha blanca, o de
color más claro que la capa, generalmente alargada, que
presentan algunos yeguarizos y vacunos sobre la parte an-
terior del cogote.
Saubidet, 1943, p. 163; Solanet, 1955, p. 137.
BAAL, LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 309
2. P. ext., el animal con esta mancha. U. m. c. s. como
GOIRALDES, RICARDO. Don Segundo Sombra [1926]. Buenos Ai-
res: Emecé, 1962,378: El gargantilla se alzó "como leche her-
vida".
Saubidet, 1943, p. 163; Solanet, 1955, p. 137; Santillán, 1976,
p. 242; Barcia, 1978, p. 105; Coluccio, 1979, p. 95; Haensch,
1993, p. 293; Gatica de Montiveros, 1995, p. 145.
garuar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). intr. Lloviznar.
GALvEZ, MANUEL. Escenas de la guerra del Paraguay: Los cami-
nos de la muerte, 3 vols. Buenos Aires: Libreria La Facultad,
1928; vol. 1, 142: Garuaba y hacía un frío espantoso.
Segovia, 1911, p. 123; Avellaneda, 1927, p. 319; Aramburu,
1944, p. 52; Vidal de Battini, 1949, pp. 58, 149; Granada, 1957,
t. 11, p. 29; Santillán, 1976, p. 244; Rojas, 1981, t. 11, p. 219;
Rodriguez, 1991, p. 144; Haensch, 1993, p. 294; Gatica de
Montiveros, 1995, p. 145.
gatillar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. coloq. Pagar en moneda.
<www.cicop.org.ar/forosalud/7.htm> [CONSULTA: 28.03.2004]: Le
conviene que los tramos más altos de la distribución de ingre-
sos británicos tengan que gatillar un seguro privado.
Gobello, 1991, p. 127; Rodriguez, 1991, p. 144; Haensch, 1993,
p.296.
gato. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. coloq. Prostituta fina.
Página/12. Buenos Aires, 25.01.2001: Hay chicas que hacen
bikini open como vidriera, porque les molesta decir que son
gatos. Pero cuando les preguntás cómo se llaman, te respon-
den "500" o "200".
Rodriguez, 1991, p. 144; Ulanovsky, 1996, s/p.
- pajero. Pequeño felino salvaje de coloración amarillen-
ta, con tonalidades grises o rojizas, cuyo peso oscila entre
los 2 y 3,5 kg. Habita en zonas abiertas, matorrales y en
áreas de escasa vegetación. (Felis colocolo).
ZEBALLOS, ESTANISLAO S. Viaje al pais de los araucanos [1881].
Buenos Aires: Talleres Gráficos de la Compañía Impresora Ar-
gentina, 1960, 94: Los charas o charavones, [ ... ] los gatos
pajeros [ ...] y las perdices empiezan a retirarse.
Saubidet, 1943, p. 177; Solá, 1950, p. 183; Santillán, 1976, p.
246, 543; Coluccio, 1979, p. 96; Rodriguez, 1991, p. 144;
Haensch,1993,p.296.
310 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL. LXIX. 2004
globo. [ADICIÓN DE ARTícULO). m. coloq. Mentira, exageración.
BAVIO ESQUIÚ, MIGUEL. Juan Mondiola. Buenos Aires: Imprenta
ChMe, 1954, 62: Parece imposible que [...] quieran hacerse los
grandes y se cuenten globos.
Teruggi, 1974, p. 174; Santillán, 1976, p. 252; Coluccio, 1979,
p. 98; Aguilar, 1986, p. 46; Gobello, 1991, p. 130; Rodríguez,
1991,p. 146; Haensch, 1993,p.299.
2. En algunos deportes, como el fútbol o el tenis, tiro en el
que la pelota recorre una pronunciada parábola pasando
por sobre el contrincante.
Los Andes. Mendoza, 01.12.2003: Y Mosca también hizo caso,
con un globo hermoso para poner las cosas 3-0.
Teruggi, 1974, p. 174.
pinchar el-o fr. fig. coloq. Quitarle la ilusión a una perso-
na, arruinar sus planes.
Haensch,1993,p.299.
granizado. (ADICIÓN DE ARTícULO). m. Helado que contiene trozos
pequeños de chocolate.
SHUA, ANA MARIA. Los amores de Laurita [1984]. Buenos Aires:
Sudamericana, 1992, 148: Se permite, entonces, comprar un he-
lado: un cucurucho de dulce de leche y granizado de chocolate.
Rojas, 1981, t. 11, p. 224.
grebanada. (ADICIÓN DE ARTícULO). f. desp. desuso Conjunto o
grupo de italianos.
Meo Zilio, 1970, p. 67; Gobello, 1991, p. 132; Rodríguez, 1991,
p.147.
vAR. => grevanada.
PACHECO, C. M. Los disfrazados [1906]. Buenos Aires, EUdeBA,
1964,18: Ahora no más empiezan a cantar los otros ... La "Unión
Italo-Argentina de San Cristóbal". ¡Hágame el favor! La
grevanada en comparsa.
Meo Zilio, 1970, p. 67.
grébano, na. {ADICIÓN DE ARTÍCULO]. (Del genovés). adj. desp. Se
decía del inmigrante italiano. U. t. C. S.
DIAZ, GENO. La cueva del chancho. Buenos Aires: Galerna, 1982,
127: Era en el tiempo en que cualquier grébano acomodado se
hacia pasar por rey de la noche.
Garzón, 1910, p. 230; Meo Zilio, 1970, p. 67; Teruggi, 1974, p.
68; Santillán, 1976, p. 257; Gobello, 1991, p. 132.
BAAL, LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 311
VAR. ~ grévano.
PACHECO, C. M. Juancito de la Ribera [1909]. En: El sainete
erial/o: Antologla. Estudio preliminar y notas por Tulio Carella.
Buenos Aires: Hachette, 1957, 282: Las voces rudas de los
grévanos que jugaban en mangas de camisa y de aquellos dos
ojos tristes, perdidos entre el boscaje con un mirar de ausen-
cia, de soledad.
Meo Zilio, 1970, p. 67; Santillán, 1976, p. 257; Rodrfguez, 1991,
p.148.
grevanada. [ADICIÓN DE ARTicULO]. f. desuso desp. grebanada.
grévano, na. [ADICIÓN DE ARTicuLO]. adj. desuso desp. grébano.
guarda. [ENMIENDA DE ACEPCIÓN]. f. Banda o franja que conforma
un diseño sobre una superficie de base, generalmente lisa.
La Voz del Interior. Córdoba, 19.10.2001: Los baños se revis-
tieron con mármol travertino con guardas de color beige.
Santillán, 1976, p. 264; RHA, 1997, p. 86.
guasquero. [ADICIÓN DE ARTicULO]. m. rur. Talabartero.
FLORES, L. A. El guasquero: trenzados criollos. Buenos Aires:
Cesarini, 1960, 7: El término guasquero [... ] aplicase en Co-
rrientes [ ... ] al hombre que tiene por oficio confeccionar en
cuero las diversas prendas del apero criollo.
Barcia, 1978, p. 108.
guasubirá. [ADICIÓN DE ARTicuLO]. m. NE. guazubirá.
guasuncho. [ADICIÓN DE ARTicuLO]. m. NO. guazuncho.
guatear. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. tr. NO. Asar carne, generalmente
con cuero o cubierta por una chapa, poniéndola sobre una
cama de brasas dentro de un hoyo que luego se tapa con
tierra y cenizas. U. t. C. intr.
VILLAFUERTE, CARLOS. Sabor y paisaje de provincia. Buenos Ai-
res: Vertical XX, 1965, 58: "Guatear" es palabra quichua que
significa cocinar enterrado.
Lafone Quevedo, 1927, p. 122; Di Lullo, 1946, p. 146; Selva,
1951, p. 72; Cáceres Freyre, 1961, p. 106; Villafuerte, 1961, t.
1, p. 364; Santillán, 1976, p. 267; Coluccio, 1979, p. 102;
Haensch,1993,p.308.
VAR. ~ NO. guatiar. .
CARRIZO, JUAN ALFONSO. Cancionero popular de Jujuy. Tucumán:
Universidad Nacional de Tucumán, 1935, 449, 3233: Este año
me vua casar, I haciendo mi trato loco, I para mi suegro y me
suegra, I voy a guatiar un rococo.
312 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
Solá, 1950, p. 170; Selva, 1951, p. 72; Coluccio, 1979, p. 102;
Rojqs, 1981, t. 11, p. 229.
guatiar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. NO. guatear.
guazubirá. m. [ENMIENDA A LA ACEPCIÓN}. Venado pequeño que
habita los lugares abiertos y los bañados. En los machos,
que poseen cuernos cortos y simples, la coloración general
es bayo pardusca o grisácea (Mazama spp.).
VAR. => guasubirá.
Santillán, 1976, pp. 267, 268; Haensch, 1993, pp. 308, 310.
guazuncho. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. NO. Pequeño cérvido ame-
ricano, de patas largas y delgadas, que puede alcanzar los
25 kg de peso. (Mazama spp.).
La Nación. Buenos Aires, 24.10.1997: [ ... ] imprevisto puede ser
observar el salto de un guazuncho (corzuela), pero alguno es
capaz de atravesarse frente a nuestras narices.
Haensch,1993,pp.308,310.
VAR. => NO. guasuncho.
Cáceres Freyre, 1961, p. 168; Casullo, 1964, p. 72; Santillán,
1976,p.267;Haensch,1993,pp.308,310.
guita. [ADICIÓN DE FORMA COMPLEJA}
cagar la -. fr. fig. vulg. Derrochar, malgastar el dinero.
<wNW.uol.com.arlforoslrespuesta_detalle.php?pf=759&nm=202973&nr-O>
[CONSULTA 09.06.2004]:¿No exigirlan la devolución o no castiga-
rlan al encargado, al corrupto que se cagó la guita, en vez de
castigar a los ciudadanos que no ganar9n nada?
higuerón. [ADICIÓN DE ARTicuLO). m. NO. Arbol de hasta 7 m de
altura, con copa pequeña y flores amarillentas. Su fruto,
comestible, es una baya muy jugosa (Carica quercifolia).
SAENZ, JUSTO P. (H.). Bagua/es [1930]. Buenos Aires: Anaconda,
1942, 65: La brisa del alba estremeció las copas de los
higuerones y los blanquillos en el monte costei'io.
Segovia, 1911, p. 554; Granada, 1957, t. 11, p. 50; Esteva Sáenz,
1963, p. 365; Santillán, 1976, p. 283; Haensch, 1993, p. 316.
hormiga. [ADICIÓN DE FORMA COMPLEJA].
tener (alguien) -s en el culo. fr. fig. coloq. Ser muy in-
quieto, o estarlo por alguna razón.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 313
Q'OONNELL, PACHO. El tigrecito de Mompracén. Buenos Aires:
~alema, 1980, 76: Ese y el que tenemos hormigas en el culo,
digo la palabra entera porque repito la de papé.
Rodrlguez, 1991, p. 304.
hotel. [ADICIÓN DE ARTicULO]. m.-
- alojamiento. albergue transitorio.
SAER, JUAN José. Lo imborrable. Buenos Aires: Alianza, 1993, p.
68: Todo se reducla entonces [ ...] a provocar con ella un en-
cuentro casual [en] una cama de matrimonio en un hotel aloja-
miento.
Gobello, 1991, p. 139; Rodrlguez, 1991, p. 157; Haensch, 1993,
p.320.
- por horas. p. uso albergue transitorio.
GHIANO, JUAN CARLOS. Noticias más o menos sociales. Buenos
Aires: Sudamericana, 1981, p. 84: La sei'iorita ArgOello se le
escapaba, avanzando segura hacia el hotel por horas.
Bioy Casares, 1990, p. 22; Haensch, 1993, p. 320.
inciso. [ADICIÓN DE ARTiCULO]. m. Parte de un texto legal, jurídi-
co o similar que, encabezado por una letra o número,
subdivide los articulos.
Tiempo Argentino. Buenos Aires, 05.11.1983: La franquicia fue
concedida conforme con el inciso 4 del arto 132 de la Constitu-
ción de la Provincia de Buenos Aires, que otorga la facultad de
conmutar penas al titular del ejecutivo de ese Estado.
insumir. [ADICIÓN DE ARTicuLO]. tr. Consumir tiempo, esfuerzo,
dinero, etc. en la realización de una actividad.
La Prensa. Buenos Aires, 17.04.1977: Corregir un sistema -
quizás no totalmente adecuado- que no inventamos nosotros,
y hacer una labor docente ante quienes contribuyen, insume
tiempo.
Segovia, 1911, p. 230; Santillán, 1976, p. 318; Haensch, 1993,
p.328.
internismo. [ADICIÓN DE ARTicmo). m. Existencia de pujas inter-
mis dentro de un partido político, de una asociación o de
un círculo de personas. U. m en pI.
La Prensa. Buenos Aires, 28.06.1998: La Alianza UCR-Frepaso
dio de octubre hasta la fecha incontables muestras de incohe-
rencia y exacerbado intemismo. ..
Avila, 1991, p. 198; Rodríguez, 1991, p. 370.
joya. [ADICIÓN DE ARTicULO). adv. coloq. Muy bien, excelentemente.
314 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
DELIA COSTA, DANIEL. "Cosas que confunden". En: La Nación,
26.06.2003, p.17: Pero [... ] si ese mismo tipo entra en Bellas
Artes, ve una estatuilla de Rodin que le agrada y resuelve que
le quedaría joya en el living.
lavatorio. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. Lavabo.
La Voz del Interior. Córdoba, 07.05.2001: La utilización del la-
vatorio empotrado en un mueble, comúnmente llamado vanitory,
se ha convertido en una constante en la organización y decora-
ción de los bat'ios modernos.
Garzón, 1910, p. 275; Segovia, 1911, p. 127,234; Avellaneda,
1927, p. 330; Granada, 1957, t. 2, p. 71; Villafuerte, 1961, t. 2,
p. 18; Santillán, 1976, p. 358; Rodríguez, 1991, p. 372; Haensch,
1993, p. 347.
machete. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN). m. Bastón empleado por la poli-
cía. (porra).
C/arin. Buenos Aires, 30.04.2004, p.10: Los maestros y algu-
nos padres y alumnos fueron perseguidos por la caballería poli-
cial en los alrededores del Palacio Legislativo. A golpes de
machete, gases lacrimógenos y balas de goma, los manifestan-
tes se dispersaron.
Santillán, 1976, p. 397.
melero. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. NO. Persona que se dedica a
la recolección de miel silvestre, especialmente en montes y
selvas.
Di Lullo, 1946, p. 204; Mendilaharzu, 1960, p. 554; Villafuerte,
1961, t. 11, p. 85; Santillán, 1976, p. 442; Coluccio, 1979, p. 131.
meliada. [ADICIÓN DE ARTicuLO). f. NO. Búsqueda y recolección
de miel silvestre.
Di Lullo, 1946, p. 204; Santillán, 1976, p. 442; Coluccio, 1979,
p.131.
mueble. [ADICIÓN DE ARTicuLO). m. p. USo coloq. amueblado, al-
bergue transitorio.
GOLDAR, ERNESTO. Buenos Aires: vida cotidiana en la década del
cincuenta. Buenos Aires: Plus Ultra, 1980, p. 163: En la vida
sexual prohibida se habla de "tirarse con" (por acostarse) en
una "amueblada", "mueble".
Teruggi, 1974, p. 29; Gobello, 1991, p. 19, 175; Rodríguez,
1991, p. 205; Haensch, 1993,p.406.
2. desuso Mujer atractiva.
BAAL. LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 315
Asls, JORGE. El Buenos Aires de Oberdán Rocamora. Buenos
Aires: Losada, 1981, 74: Si miramos hacia la barra, encontrare-
mos e~t?nces una Corte de los Milagros muy nuestra; hay
paracaidistas que exhiben reciedumbres y llaveros, hay mue-
bles que están todas las noches.
Santillán, 1976, p. 482; Rodríguez, 1991, p. 205.
negro, grao [ADICIÓN DE ARTicuLO]. adj. -
de negro o de negros. loe. adj. coloq. Dicho de una
obra, de un trabajo, etc.: Que exige un gran esfuerzo (de
romanos).
<www.ciudad.com.ar/a r/porta leslcotid ia n oln otal
O,3104,42364,OO.asp> [CONSULTA 02.04.2004]: Es un laburo de
negros. Que debe tener su contraparte. Sí, esto me llena de
alegría y me da independencia (un mejor pasar económico).
ojo. m.-
[ADICIÓN DE ARTicULO].
- en compota. coloq. El que presenta hematoma.
ANOERSON IMBERT, ENRIQUE. Vigilia [1934]. En: Vigilia. Fuga. Bue-
nos Aires: Losada, 1963, 36: Ese ojo en compota no es una
obra de arte, que digamos.
Solá, 1950, p. 89; Rojas, 1981, t. 11, p. 305; Catinelli, 1985, p.
113; Aguilar, 1986, p. 24; Ávila, 1991, p. 390; Figueroa, 1991,
p. 223; Rodrlguez, 1991, pp. 76, 216; Haensch, 1993, p. 420.
paragua. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). como coloq. Natural del Paraguay.
El Tribuno. Salta, 29.06.2003: Los paraguas nos trataban bien,
nos convidaban agua de sus caramañolas.
Haensch,1993,p.445.
patacón. [ADICIÓN DE ARTicULO]. m. p. USo fig. coloq. Un peso,
unidad monetaria argentina y, p. ext., dinero en general.
BILBAO, MANUEL. Buenos Aires desde su fundación hasta nues-
tro dlas. Buenos Aires: Imprenta de Juan A. Alsina, 1902, p.
478: Los galleros tenlan sus circos en los que jugaban miles de
patacones.
Santillán, 1976, p. 473, 626; Figueroa, 1991, p. 46; Gobello,
1991,p. 195; Rodnguez, 1991,p.228;Haensch, 1993,p.452.
2. Título público emitido por la Provincia de Buenos Ai-
res, que circuló entre 2001 y 2003, y sirvió para pagar
impuestos, servicios, obligaciones bancarias o para com-
prar en algunos c o m e r c i o s . ' ., .
La Voz del Interior. Córdoba, 09,04.2002: Como la emlSlon ha
sido descontrolada, la Nación recibe patacones en pago de IVA
316 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL. LXIX. 2004
o ganancias por una suma muy superior a la cuota bonaerense
de la coparticipación.
a -' (por cuadra). loe. adv. p. uso A pie, especialmente
cuando se trata de andar un recorrido largo.
ETCHEBARNE, MIGUEL D. Juan Nadie: vida y muerte de un compa-
dre. Buenos Aires: ALPE, 1954, p. 188: Así fue que a patacón I
por cuadra lo más del viaje, I y a veces en un carruaje I que
andaba en su dirección, I por el lado de Colón I llegó a cruzar
al final.
Selva, 1948, p. 232; Vidal de Battini, 1949, p. 184; Villafuerte,
1961, t. 1, p. 69; Rojas, 1981, t. 11, p. 326: Catinelli, 1985, p.
116; Aguilar, 1986, p. 82; Avila, 1991, p. 377; Figueroa, 1991,
p. 46: Gobello, 1991, p. 195: Rodrlguez, 1991, p. 30.
patinar. [ADICI6N DE ARTicULO). prn!. fig. coloq. Gastar
desmedidamente, despilfarrar, derrochar.
~ALSH, RODOLFO. Los oficios terrestres. Buenos Aires: Jorge
Alvarez, 1965, 48: Me patiné un rollo y la [foto] que me salió
más linda la amplié en el pueblo.
Santillán, 1976, p. 586: Rojas, 1981, t.II, p. 328: Catinelli, 1985,
p. 90: Rodríguez, 1991, p. 229: Haensch, 1993, p. 453.
2. intr. coloq. Equivocarse, cometer errores, fracasar.
PAGANO, J. H. La biblia rea. Buenos Aires: Cadel: 1957, 63: No
se jueguen a una carta I en el amor, créanmelo I más de un
vivo patinó I después no salió ni a cuarta, I el que se ensarta,
se ensarta, I y el asunto terminó.
Santillán, 1976, p. 586; Coluccio, 1979, p. 153; Aguilar, 1986, p.
82: Rodríguez, 1991, p. 229; Haensch, 1993, p. 453.
patrona. [ADICI6N DE ARTÍCULO]. f. coloq. Dueña de casa, esposa.
DELLA COSTA, DANIEL. "Cosas que confunden". En: La Nación,
26.06.2003, p.17: [...] se la pone en el bol~iIIo y sale de alli lo más
campante, pensando en la sorpresa que le dará a la patrona.
Saubidet, 1943, p. 283: Rodríguez, 1991, p. 229: Haensch,
1993, p. 455: Gatica de Montiveros, 1995, p. 237.
pesquisa. [ADICI6N DE ARTÍCULO). m. p. USo Investigador policial,
detective.
DE LAFERRERE, GREGORIO. Locos de verano [1905]. En: Teatro
completo. Santa Fe: Castellví, 1952, 178: A ese amigo de uste-
des se lo han llevado los pesquisas.
Garzón, 1910, p. 378; Salazar, 1911, p. 49: Segovia, 1911, p.
259: Santillán, 1976, p. 626: Gobello, 1991, p. 200; Rodríguez,
1991, p. 235.
BAAL, LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 317
pesto. [SUPRESIÓN DE LA ACEPCIÓN 2. a y ADICIÓN DE SUBENTRADAj.
m.-
dar el- a alguien. fr. fig. Y coloq. Dar una paliza.
ARLT, ROBERTO. Nuevas aguafuertes porteflas [1928-1942). Bue-
nos Aires: Hachette, 1960, p. 216: Estas barras son las que se
encargan de incendiar los bancos de las populares, estas mis-
mas barras son las que invaden la cancha para darle el "pesto·
a los contrarios. .
Meo Zilio, 1970, p. 76; Teruggi, 1974, p. 65; Santillán, 1976, p.
627; Rojas, 1981, t. 11, P. 339; Baal, 1983, n.o 189-190, p. 534;
Gobello, 1991, p. 200; Rodrlguez, 1991, pp. 96, 235; Haensch,
1993, p. 468; RHA, 1998, p. 119.
piso. [ADICIÓN DE ARTicULO). m.-
serruchar el -. fr. fig. coloq. Actuar arteramente para que
una persona pierda su prestigio, un cargo o una posición.
Clarln. Buenos. Aires. 20.10.2000: ¿Quién le está serruchando
el piso? le preguntó Clarln. -Son varias personas.
Teruggi, 1974, p. 104; Coluccio, 1979, p. 182; Rodrlguez, 1991,
p.287;Haensch,1993,p.483.
plato. [ADICIÓN DE ACEPCIONES). coloq. Persona o situación gra-
ciosa, divertida.
NOVION, ALBERTO. De mi no se rfe nadie. En: Argentores: Revista
Teatral. Ano 2, n.o 62 (junio), 1935, 39: Gerardo. - ¿No se da
cuenta del plato que seria si usted la enamorara bien para
después largarla por la baranda? .
ANOERSON IMBERT, ENRIQUE. El mentir de las estrellas. Buenos
Aires: Emecé, 1979, 144: -Che, es un plato la Miss ésta -
comentaba Molinari. -Alegre, ¿no? Tiene un cuerpo macanu-
do, pero iqué cara!
BAAL, 1966, n0120, p. 293; Santillán, 1976, p. 683; Aguilar,
1986, p. 86; Gobello, 1991, p. 207; Rodrlguez, 1991, p. 243.
hacerse el (o uo) -. fr. fig. coloq. Divertirse con algo o alguien.
DE CECCO, SERGIO. El ref!idero. Buenos Aires: Talla, 1963,43: A
estas horas en Palermo se deben estar haciendo el gran plato
con mi hijo.
Santillán, 1976, p. 683; Haensch, 1993, p. 487.
polca. [ADICIÓN DE ARTicULO). f.-
la - del espiaote. coloq. Huida, salida rápida de'un lugar.
U. con el verbo tocar.
318 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
PICO, PEDRO E. A falta de pan [1918). En: El sainete criollo:
anto/og/a. Selecci6n, estudio preliminar y notas de Tulio Carella.
Buenos Aires: Hachette, 1957, 167: En los albores del siglo la
compañia Podestá puso en escena su primera obra: "La polca
del espiante".
Dellepiane, 1894, pp. 40,73; Meo Zilio, 1970, p. 118; Santillán,
1976, p. 203; Coluccio, 1979, p. 194; Rojas, 1981, t. 111, p. 426;
Aguilar, 1986, pp. 86, 109; Gobello, 1991, pp. 107, 244;
Rodrlguez, 1991, pp. 243, 310; Haensch, 1993, p. 489.
polenta. [ADICiÓN DE ARTicULO). f. coloq. Persona o cosa excelen-
te, de mucha calidad.
Los Andes. Mendoza, 02.03.2002: Por ahí estaba la fantasla de
que nos llevábamos mal, por ser dos mujeres muy polenta que
en el aire haclamos que nos peleábamos, pero nada que ver.
Meo Zilio, 1970, pp. 77,117; Teruggi, 1974, pp. 65,107; Gobello,
1991, p. 207; Rodrlguez, 1991, p. 243.
2. coloq. Fuerza, energía material o moral.
El Mundo. Buenos Aires, 01.08.1966: Aunque lo alentaban gra-
cias a su "polenta", forzaba la defensa de Quilmes o sacaba un
tiro de locura con cualquiera de las dos piernas.
Meo Zilio, 1970, pp. 77, 117; Teruggi, 1974, pp. 65, 107;
Santillán, 1976, pp. 690, 749; Coluccio, 1979, p. 191; Rojas,
1981, t. 111, p. 435; Avila, 1991, p. 268; Gobello, 1991, p. 207;
Rodríguez, 1991, p. 305; Haensch, 1993, p.489.
polimodal. [ADICiÓN DE ARTicULO}. m. Ensefianza sistemática que
sigue inmediatamente a la general básica.
La Nación. Buenos Aires, 18.05.2004: [Areco] manifest6 que el
resultado de la evaluaci6n es producto del polimodal y de las
familias.
pomada. [ENMIENDA AL EJEMPLO DEL DmA.}. f. Betún para lustrar
zapatos.
AALT ROBERTO. Nuevas aguafuertes porteñas [1928-1942]. Bue-
nos Aires: Hachette, 1960, p.29: Hoy al pasar frente al "saI6n"
de lustrar, que es un zaguán alquilado por un tlo barba, vi,
entre latas de pomada, discos de cera y cordones para calza-
do, diversos folletines que debe hacer más o menos veinte
años que fueron impresos.
Santillán, 1976, p. 696; Haensch, 1993, p. 490; RHA, 1997, p.
124.
porción. [ADICiÓN DE ACEPCiÓN}. f. Ración de un alimento que se
sirve en bares, cantinas, restaurantes, etc. (ración).
BAAL, LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 3 19
La Voz del Interior. Córdoba, 02.04.2004: Cuentan que el rotisero
se quedó helado y tenninó por regalarle dos porciones de pavo
a la York y una botella de Malbec de roble.
Haensch,1993,p.492
prendido, da. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj.-
ir o estar -. fr. coloq. Participar de los beneficios de un
asunto o negocio, generalmente ilícitos.
SILBERSTEIN, ENRIQUE.· Cuentos en Corrientes y Paraná [1965].
Buenos Aires: La Campana, 1982, p. 163: Lo único que sé, es
que es un negocio bérbaro. Y agregó bajando la voz: Estén
todos prendidos. Hasta los Intendentes de provincia.
Barcia, 1978, p. 116; Coluccio, 1979, p. 110; Rodrlguez, 1991,
p. 162; Haensch, 1993,p.496.
pretal. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. Tiento o cinta de cuero curtido
que ciñe el pecho del caballo y sirve para impedir que el
apero se deslice hacia atrás.
LEUMANN, CARLOS ALBERTO. Los gauchos de a pie. Buenos Aires:
Sopena, 1938, p. 16: Vendl el pretal, las riendas con virolas y
unas nazarenas que supe usar para alguna fiesta.
Saubidet, 1943, p. 312; Dellepiane Célcena, 1971, p. 367;
Santillén, 1976, p. 725; Barcia, 1978, p. 164.
puneño, ia. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. Perteneciente o relativo
a la región de la Puna.
BURGOS, FAUSTO. Cuentos de la Puna. Buenos Aires: Tor, 1927,
13: -5aikika, el médico puneño. sabrla responder.
Santillén, 1976, p. 751.
2. m. y f. Habitante de esta región del Altiplano.
La Capital. Rosario, 28.09.2003: A este encuentro [ ... ] los
quechuas lo llamaron Manca Fiesta y los españoles la Fiesta
de las Ollas (vasijas de barro de muchos tamaños donde los
puneños, de ambos lados de la frontera, tralan las comidas que
iban a trocar).
Santillén, 1976, p. 751.
rafañoso, sao [ADICIÓN DE ARTícULO). adj. coloq. desp. Sucio, or-
dinario o desaliñado.
ROZENMACHER, GERMAN N. Cuentos completos. Buenos Aires: Cen-
tro Editor de América Latina, 1971,89: [cantó] torpemente, como
en el circo més rafanoso del mundo, porque la verdad es que
ya no sabía las melodlas.
320 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
Solá, 1950, p. 289; Santillán, 1976, p. 796; Teruggi, 1974, p.
82; Rodríguez, 1991, p. 261.
VAR~ => ranfañoso.
DE LA PÚA, CARLOS. La crencha engrasada: poemas bajos. Bue-
nos Aires: Trazo, 1928, 93: Recuerdo de un amuro ranfanoso, I
luce-tajo de guapo marca rea, I un feite en re-fa-sl... meticulo-
so, I que un cacho de nariz le escalasea.
Avellaneda, 1927, p. 355; Solá, 1950, p. 289; Teruggi, 1974, p.
82; Santillán, 1976, p. 796; Gobello, 1991, p. 218; Rodríguez,
1991,p.262;Haensch,1993,p.514.
rana. [ADICI6N DE ARTicULO). adj. como coloq. Pícaro y artero.
La Nación. Buenos Aires, 26.06.2003: Un tipo, porque lo acosa
el hambre o por demostrarles a los muchachos que es un rana,
va a un súper y se mete debajo de la campera unas milanesas
de bola de lomo.
Villafuerte, 1961, t. 2, p. 243; Teruggi, 1974, p. 34; Santillán,
1976, p. 792; Coluccio, 1979, p. 171; Avila, 1991, p. 284; Gobello,
1991,p.218; Rodriguez, 1991,p.262;Haensch, 1993, p. 513.
ranchada. [ADICI6N DE ARTicULO). f. Litoral. Conjunto de ranchos.
Booz, MATEO. Santa Fe, mi pals [1934]. Buenos Aires: Editorial
Universitaria de Buenos Aires, 1963: La fogata resplandeciente
en la negrura lo guia a la ranchada, el rustico albergue donde
tertuliaban los pescadores después de su hornada en los
caladeros.
GUDIÑO KRAMER, LUIS. Aquerenciada soledad [1940]. Buenos Ai-
res: Centro Editor de América Latina, 1967, 25: Como a una
legua de mi ranchada, vivía dona Pantaleona con dos hijas.
Flores, 1958, p. 437; Santillán, 1976, p. 793; Coluccio, 1979, p.
171; Rodríguez, 1991, p. 262; Haensch, 1993, p. 513.
receso. [ADICI6N DE ARTicuLO). m. Suspensión temporal de activi-
dades en los cuerpos colegiados, asambleas, etc.
La Voz del Interior. Córdoba, 24.01.2004: Es uno de los pocos
ámbitos oficiales que no puede darse el lujo de entrar en rece-
so o mantener guardias mínimas.
Segovia, 1911, p. 273; Santillán, 1976, p. 814; Rojas, 1981, t.
3, p. 384; Bioy Casares, 1990, p. 168; Haensch, 1993, p. 519.
2. Tiempo que dura esta suspensión.
La Nación. Buenos Aires. 01.03.2004: Quienes más sufren es-
tos síntomas son aquellos que lograron realmente descansar
durante el receso.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 321
Segovia, 1911, p. 273; Santillán, 1976, p. 814; Rojas, 1981, t.
3, p. 384.
rechazar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). intr. Dep. En el fútbol, desviar
con fuerza la trayectoria de la pelota jugada por el rival. U.
t. c. tr.
Olé. Buenos Aires, 22.06.2003: Se cansó de rechazar y no hizo
ni un solo foul.
recupero. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. Acción y efecto de recuperar.
Los Andes. Mendoza, 21.04.2003: Se acentuó el clientelismo
unido a la falta de transparencia en la selección de beneficia-
rios; el escaso o nulo recupero de la cartera de préstamos.
BAAL, 1967, n.o 125-126, p. 449; Bioy Casares, 1990, p. 168.
redomón, na [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. Se dice del yeguarizo
no domado por completo.
HERNANoEZ, Jos~. Instrucción del estanciero [1882]. Buenos Ai-
res: Pena-Del Giudice, 1953, 246: El peón se conchava con
sus caballos, con caballos mansos, o redomón corriente, por
viaje y es obligación Jlevar lazo.
Muniz, 1845, p. 422; Garzón, 1910, p. 427; Salazar, 1911, p.
53; Segovia, 1911, p. 140,450; Tiscomia, 1925, p. 474; Saubidet,
1943, p. 334; Terrera, 1948, p. 411; Vidal de Battini, 1949, p.
369; Granada, 1957, t. 2, p. 180; Santillán, 1976, p. 821; Bar-
cia, 1978, p. 174; Coluccio, 1979, p. 173; Rojas, 1981, t. 3, p.
385; Rodriguez, 1991, p. 266; Haensch, 1993, p. 521; Gatica
de Montiveros, 1995, p. 264.
redondela [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Círculo.
El Tribuno. Salta, 09.03.2003: Estaba totalmente quemado, como
si lo hubiese agarrado un rayo en una redondela.
l. Objeto circular, disco
<www.empanadasargentinas.com.ar/recetario.html> [CONSULTA
15.03.2004]: Recetario de comidas tfpicas. Tucumán: se coloca
en la mitad de cada redondela un poco de recado preparado
Garzón, 1910, p. 427; Segovia, 1911, p. 274, 611; Santillán,
1976, p. 821; Rojas, 1981, t. 3, p. 386; Haensch, 1993, p. 521.
refaccionar [ADICIÓN DE ARTicuLO). tr. Restaurar o reparar, espe-
cialmente edificios.
La Razón. Buenos Aires, 29.05.2003: Comenzarán a refaccionar
la iglesia más antigua de la C i u d a d . '
Garzón, 1910, p. 428; Segovia, 1911, p. 140; Avila, 1991, p.
291; Haensch, 1993, p. 521
322 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL. LXIX. 2004
regalonear. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. coloq. Mimar, tratar con
excesiva tolerancia y afecto.
<www.canamigo.com.ar/modules.php?name=Documentos&did=87>
[CONSULTA: 23.02.2004]: Si le doy todo, le doy su comida, lo
saco a pasear, lo regaloneo. ¿Cómo nos comunicamos con
nuestro perro?
Vidal de Battini, 1949, p. 160; Santillán, 1976, p. 827; Haensch,
1993, p. 522.
2. intr. coloq. Dicho de los niños, especialmente de los be-
bés, demostrar que desean más mimos, caricias o juegos.
<www.planetamama.com.ar/wwwboard26/messages/8280.html>
[CONSULTA: 23.02.2004]: Yo, por ejemplo, después no tuve pro-
blema en pasarlo a mamadera; igual todavía regalonea un po-
quito con la teta.
Santillán, 1976, p. 827; Haensch, 1993, p. 522.
restar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. tr. Dep. En el fúbol, rechazar.
La Voz del Interior. Córdoba, 22.10.2001: Garcé ensaya una
acrobacia para restar el balón.
Rodrlguez, 1991, p. 270.
ropa. [ADICIÓN DE ARTÍCULO).f. -
- vieja. Plato preparado con restos de carne y de otras
comidas.
OCANTOS, C. M. Quilito. s. l.: s. n., 1891,245: ... y estaba a diario
con puchero de cadera y asado de costilla, y alguna vez, de
extraordinario, ponlan ropa vieja, y gracias.
Santillán, 1976, p. 865; Coluccio, 1979, p. 176; Haensch, 1993,
p."534.
sefia. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Cantidad de dinero que se entrega
como garantía en algunos contratos (sefial).
La Voz del Interior. Córdoba, 26.06.2001: Una vez que la propie-
dad ha sido elegida por el interesado, el paso previo al boleto de
compra es dejar una seña como reserva a la inmobiliaria.
Segovia, 1911, p. 283; Rojas, 1981, t. 111, p. 404; Aguilar, 1986,
p. 104; Rodríguez, 1991, p. 285; Haensch, 1993, p. 547.
dejar de - (a alguien). fr. fig. coloq. Faltar a una cita con
alguien o retrasarse mucho.
<http://ar.livra.com/review.asp?R=137320> [CONSULTA
28.04.2004): Son muy puntuales y correctos. Sólo esperaron el
tiempo reglamentario para cancelar el vuelo. No nos dejaron de
seña.
BAAL. LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 323
Rodrlguez, 1991, p. 99.
señar. [ADICIÓN DE ARTicULO). tr. Dar seña como garantía en algu-
nos contratos.
La Nación. Buenos Aires, 16.11.2003: Fue apresado cuando
intentaba señar una camioneta.
Haensch,1993,p.547.
sonado, da. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. -
estar -. fr. fig. coloq. Estar en una situación sin salida.
Noticias. Buenos Aires, 27.06.2003: NOTICIAS: ¿A qué que se
hubiera dedicado si no hubiese sido actor? SBARAGLlA: Estoy
sonado, hace 20 años que no sé hacer otra cosa.
Coluccio, 1979, p. 86; Rodríguez, 1991, p. 125; Haensch, 1993,
p.554.
subalquilar. [ADICIÓN DE ARTicULO). tr. Alquilar, en todo o en
parte, algo que a su vez se tiene en alquiler, especialmente
un local o una vivienda (realquilar).
Página/12. Buenos Aires, 29.01.2004: Los franceses de
Carrefour, por ejemplo, anunciaron que intentarán subalquilar
algunos espacios a otros pequeños negocios.
Segovia, 1911, p. 286.
2. Tomar en alquiler, total o parcialmente, un local, una
vivienda, etc., de alguien que es, a su vez, locatario. (real-
quilar).
Clarln. Buenos Aires, 18.02.1997: [ ... ] declaró a Clarín:
·subalquilamos esto en 1993".· •
Segovia, 1911, p. 286.
subinquilino, na. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. y f. Persona que
toma en alquiler, total o parcialmente, un local, una vi-
vienda, etc., de alguien que es, a su vez, locatario.
<www.ccc.pjn.gov.ar/plena-I.htm> [CONSULTA 28.04.2004]: En la
acción de desalojo fundada en el arto 30 de la ley 13.581,
optando el propietario, de conformidad con el arto 31 de la
misma, por el pago de la indemnización, deberá abonar ésta a
cada uno de los subinquilinos, independientemente de la que,
en su caso, deba también al locatario.
sulfllado. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. surmado.
sulfilar. [ADICIÓN DE ARTicULO). tr. surt1lar. '
surIDado. [ADICIÓN DE ARTiCULO). m. Costura que se hace sobre
los bordes de las telas para que no se deshilen.
324 REGISTRO DEL HABLA DE WS ARGENTINOS BAAL. LXIX. 2004
<www.horizontebariloche.com.ar/tintalnuevediariolhtm> [CONSUL-
TA: 20.01.2004J: Le trala a Catalina desde hacia diez años
pavadas de costuritas, ruedos de polleras, surfilados, que es I~
único que es capaz de coser.
Haensch, 1993, p. 558.
VAR. ~ sulfllado.
La Voz del Interior. Córdoba, 22.11.2003: [... J luce en el bolsillo
superior de la camisa el bordado de un caballito alegre y vio-
lento, carga un saco sport sulfilado en los Campos Ellseos.
Rojas, 1981, t. 111, p. 414; Haensch, 1993, p. 558.
surfllar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. (Del francés surfiler). Coser
los bordes de una tela para evitar que se deshilache (sobre-
hilar).
Página/12. Buenos Aires, 15.04.2001: Más allá, el joven ofrece
yacarés de papier maché y la anciana surfila una alfombra de
blanco algodón.
Santillán, 1976, p. 74; Haensch, 1993, p. 558.
VAR. ~ sulfllar.
<www.rodo.com.ar/productos/
detalleproducto.asp?IDCat=60&idprod=1287> [CONSULTA:
20.01.2004]: Punto overlock. Borda. Zurce. Sulfila.
Rojas, 1981, t. 111, p. 414; Haensch, 1993, p. 558.
suspiro. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m.-
- de monja. Factura redonda de masa esponjosa, frita y
espolvoreada con azúcar, bola de fraile.
Página/12. Buenos, Aires, 05.04.2003: Es fácil sospechar que
entre los oficiales se habrán gestado esos nombres blasfe-
mos o insurrectos que tienen aún hoy las facturas porteñas:
"vigilantes", "bolas de fraile", "bombas", "cañones" y ·suspiros
de monja".
Segovia, 1911, p. 376; Rodríguez, 1991, p. 296.
tacuarembó. [ADICIÓN DE ARTICULO). m. Especie de bambú leñoso
que llega a medir unos 10m de alto. Tiene follaje muy
denso, la corteza, lisa, y muchas ramificaciones en los nu-
dos. Su madera se emplea en construcción. (Chusquea
ramosissima).
AMBROSETTI, JUAN B. "Tercer viaje a Misiones". En: Boletln del
Instituto Geográfico Argentino. T. XVI. Buenos Aires: c. 1895,
40: La hoja del tacuarembó precipita el engorde en los anima-
les yegua rizos y mulares, que son ávidos por ella.
BAAI., LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 325
Segovia, 1911, p. 574; Selva, 1951, p. 89; Granada, 1957, t. 11.
p. 208; Casullo, 1964, p. 80; Haensch, 1993, p. 562.
tacuarita. [ADICIÓN DE ARTiCULO). f. Pequeño pájaro insectívoro,
propio de las zonas boscosas, de canto agradable. Su cuer-
po, de coloración general gris azulada, mide unos 10 cm
de largo (Po/ioptila spp.).
PISARELLO, GERARDO. Che retá. Mi tierra [1946]. Buenos Aires:
Huemul, 1973, 44: Eran la tacuarita y el picaflor: los dos pája-
ros más pequeños de la región.
Segovia, 1911, p. 519; Di Lullo, 1946, p. 306; SOlá, 1950,pp.
77,314; Santillán, 1976, pp. 673, 805; Haensch, 1993, p. 562.
tarta 1• [ADICIÓN DE ARTicULO]. f. Especie de torta chata que se
cocina al horno. Se la hace con una masa de harina, mez-
clada con aceite o manteca, que cubre el fondo y los costa-
dos de un molde, y luego se rellena con diversos ingre-
dientes, salados o dulces.
La Nación. Buenos Aires, 27.12.2003: Rinden tanto como las
[chauchas] frescas y se usan de la misma manera: en ensala-
das, tartas, budines.
Haensch,1993,p.570.
tarta2 • [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. coloq. desp. Tartamudo.
Página/12. Buenos Aires, 29.07.2001: El hombre que fue tarta,
sordo y virgen habla de culpables l ... ] No es tartamudo como
en ·Poliladron" ni sordo como en "Campeones', donde además
era virgen tardío.
Villatuerte, 1961, t. 11, p. 325; Teruggi, 1974, p. 41; Aguilar,
1986, p. 108; Rodrlguez, 1991, p. 301.
tarteleta. [ADICIÓN DE ARTicULO). f. Tarta pequeña, con relleno y
cubierta dulce o salada (tartaleta).
JuRADO, ALICIA. Los hechiceros de la tribu. Buenos Aires: Emecé,
1981,83: [ ...] pero ya venlan a retirar los restos y a sustituirlos
por tarteletas de frutas y merengues, tocinitos del cielo y bom-
bas de chocolate.
Rojas, 1981, t. 111, p. 424; Rodríguez, 1991, p. 301; Haensch,
1993, p. 570.
tartera. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Molde donde se hornean las
tartas.
<www .mia.uol.com.ar/edicion_0763/nota_00.htm> [CONSULTA:
12.01.2004]: Volcar dentro de la tartera y cocinar en horno
moderado por unos 30 minutos.
Haensch.1993,p.570.
326 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
tarucha. {ADICI6N DE ARTicULO]. f. Pez caracoideo, ictiófago, que
vive en las grandes cuencas de América del Sur. Puede
medir hasta unos 60 cm, su cuerpo es rollizo, escamado y
de color castaño grisáceo, con el vientre blanquecino. ta-
rarira (Hoplerythrinus unitaeniatus).
Revista Weekend. Buenos Aires, dic. 2002: Magnificas taruchas
en laguna Kakel Huincul.
Haensch,1993,p.570.
tertulia. {ADICIÓN DE ARTicuLO]. f. Platea alta en un local de es-
pectáculos, cercana a los palcos.
La Voz del Interior. Córdoba, 01.12.2003: Entradas: platea has-
ta la fila 9 a $ 35; platea de la fila 10 a la 18 a $ 30; cazuela $
25; tertulia $ 20 Y paraíso $ 15.
Garzón, 1910, p. 472; Segovia, 1911, p. 290; Santillán, 1976, p.
922; Rodrlguez, 1991, p. 306.
tertuliar. {ADICI6N DE ARTicULO]. intr. Conversar o hacer tertulia.
<www.ciudad.com.ar/arlservicioslforosclarin/topic.asp?topic>
[CONSULTA: 18.03.2004]: El vecino no puede estacionar en su
cuadra porque "los taxistas" descansan, esperan que le salgan
viajes, se reúnen con pares "a tertuliar".
Garzón, 1910, p. 472; Segovia, 1911, p. 290; Avellaneda, 1927,
p.365.
tiernizar. {ADICI6N DE ARTÍCULO]. tr. Ablandar un alimento antes
de la cocción o durante esta.
Revista Mia. Buenos Aires, 02.04.2004: [oo.] un monje encarga-
do de la cocina tuvo que tiernizar la carne: lo hizo golpeándola
sobre una tabla.
tijeral. {ADICI6N DE ARTicuLO]. m. Armazón que sostiene el techo
de una edificación.
<www.casanatalsarmiento.com.arlsala2.htm> [CONSULTA:
18.03.2004]: Es la única que tiene el techo a dos aguas soste-
nido por tijerales de madera dura.
timbear. {ADICI6N DE ARTicuLO]. intr. coloq. Participar en juegos
de naipes o en cualquier juego de azar, generalmente apos-
tando dinero.
PEt\lA, H~CTOR R. Hombres del viento: relatos de la Patagonia.
Buenos Aires: Galerna, 1981, 70: Claro que si te metés a timbear
a fin de mes vas a salir más seco que lengua e 'loro.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE WS ARGENTINOS 327
Dellepiane, 1894, p. 96; Santillán, 1976, p. 925; Barcia, 1978,
p. 194; Coluccio, 1979, p. 193; Rojas, 1981, t. 111, p. 432; Ávila,
1991, p. 324; Gobello, 1991, p. 242; Rodrlguez, 1991, p. 307;
Haensch,1993,p.578
timbero, ra. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. Aficionado a los juegos
de azar, especialmente a los de naipes.
La Voz del Interior. Córdoba, 06.10.2002: Y como buen timbero,
este sacerdote se pasaba las noches jugando a los naipes y,
por supuesto, tomando (no agua, precisamente).
Dellepiane, 1894, p. 96; Garzón, 1910, p. 474; Segovia, 1911,
p. 291; Santillán, 1976, p. 925; Barcia, 1978, p. 194; Coluccio,
1979, p. 192; Rojas, 1981, t. 111, p. 432; Ávila, 1991, p. 324;
Gobello, 1991, p. 242; Rodríguez, 1991, p. 307; Haensch, 1993,
p.578.
tipear. [ADICIÓN DE ARTicULO). intr. Mecanografiar, escribir a
máquina.
La Nación. Buenos Aires, 18.03.2004: Para quienes tienen pro-
blemas para controlar el teclado o el mouse, o les resulta más
fácil hablar antes que tipear, hay aplicaciones capaces de reci-
bir instrucciones en forma verbal y transformarlas en comandos
del sistema operativo o texto escrito.
Rodríguez, 1991, p. 382.
tiraje. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. Corriente de aire que se fonna
en una chimenea y que favorece la combustión (tiro).
Crónica. Buenos Aires, 16.06.2003: Según se informó, ayer
aproximadamente a las 13 [el vecino] estaba trabajando en el
techo de su casa, intentando reparar con una chapa el tiraje de
una chimenea.
Haensch,1993,p.580.
tirarse. [ADICIÓN DE ARTicuLO] prol. coloq. Proponer a alguien
iniciar una relación amorosa.
<www.portaldeI9.com.ar/humorfamiliar.htm> [CONSULTA:
011.07.2004 ): Si hasta a mi se me tiró y yo, deci que soy tu
am-igo y no te harla tal trastada.
Rodrlguez, 1991, p. 308.
titeador, ra. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. p. uso coloq. Que acos-
tumbra burlarse de los demás. U. t. c. s.
GOIRALDES, RICARDO. Raucho [1917]. En Obras completas. Bue-
nos Aires: Emecé, 1962, 170: Un segundo garbanzo le obligó
328 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
[a Raucho] a encoger el pescuezo y su gesto de esquivar dobló
la alegria de los titeadores.
Garzón, 1910, p. 476; Salazar, 1911, p. 56; Segovia, 1911, p.
292; Vidal de Battini, 1949, p. 301; Gobello, 1991, pp. 243, 244.
titear. [ADICIÓN DE ARTIcuLO). tr. p. uso coloq. Burlarse de alguien
o hacerlo objeto de bromas.
SANCHEZ, FLORENCIO. Canilfita [1902]. En Teatro completo. Bue-
nos Aires: Claridad, 1952, 220: El Poroto, que es un desalmao,
empezó a "titear" a un tano viejo.
Garzón, 1910, p. 476; Salazar, 1911, p. 56; Segovia, 1911, p.
292; Vidal de Battini, 1949, p. 155; Santillán, 1976, p. 929;
Aguilar, 1986, p. 109; Gobello, 1991, p. 244; Haensch, 1993, p.
580.
titeo. [ENMIENDA A LA ACEPCIÓN). m. p. USo coloq. Acción y efecto
de titear, burla.
SANCHEZ, FLORENCIO. La gente honesta [1902]. En: Teatro com-
pleto. Buenos Aires: Claridad, 1918, 50: Tú, primero, con ese
"titeo" estúpido sobre mi familia, y ahora ... ahora ... ese gringo
Chifle, me han agriado la fiesta.
Garzón, 1910, p. 476; Salazar, 1911, p. 56; Segovia, 1911, p.
292; Vidal de Battini, 1949, p. 290; Santillán, 1976, p. 929;
Gobello, 1991, p. 244; Rodríguez, 1991, p. 382; Haensch, 1993,
p. 580; RHA, 1994, p. 96.
tole tole. [ADICIÓN DE ARTIcuLO). m. coloq. Desorden, gresca, lío.
U. m. en la fr. armarse un tole-tole.
BIOY CASARES, ADOLFO. Descanso de caminantes. Buenos Aires:
Súdamericana, 2001, 224: Se armó el tole-tole, o un tole-tole
de la madona.
~ VAR. toletole.
Villafuerte, 1961, t. 2, p. 341; Rodríguez, 1991, p. 284.
tomate. [ADICIÓN DE ARTIcuLO). m.
estar del -. fr. fig. coloq. Ser alguien extravagante en su
comportamiento, estar loco.
Página/12. Buenos Aires, 31.12.2000: Ella es una de las dos
mujeres castigadas por "dos amos que están del tomate y que
encima son torpes", según la definición de Orianna.
Rodríguez, 1991, p. 365.
tongo. [ADICIÓN DE ARTICULO). m. coloq. Trampa cometida en
algunos juegos o deportes, en los que un competidor se
deja ganar para obtener un beneficio.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 329
CASTRO, MANUEL. Buenos Aires de antes. Buenos Aires: Talleres
Gráficos Capelli, Olivetto, 1949, 137: Transige en falsificar lico-
res famosos, vender tierras desvalorizadas e intervenir en tongos
turfisticos.
Garzón, 1910, p. 477; Segovia, 1911, pp. 293, 588; Saubidet,
1943, p. 385; Vidal de Battini, 1949, p. 343; Santillán, 1976, p.
934; Barcia, 1978, p. 196; Gobello, 1991, p. 245; Rodríguez,
1991, p. 311; Gatica de Montiveros, 1995, p. 293.
2. coloq. Trampa, maniobra fraudulenta.
MARTEL, JULlAN. La Bolsa [1891]. Buenos Aires: Estrada, 1955,
230: Pero mejor es asegurarlo. He hecho lo mismo varias ve-
ces, y siempre ha tenido éxito el tongo. -¿El tongo es la
trampa, ¿no?
Avellaneda, 1927, p. 366; Vidal de Battini, 1949, p. 343; Teruggi,
1974, p. 122; Kaul Grünwald, 1977, p. 99; Ávila, 1991, p. 327;
Gobello, 1991, p. 245; Rodríguez, 1991, p. 311.
tonguear. [ADICIÓN DE ARTicULO]. intr. coloq. Hacer trampas en el
juego o estafar a alguien.
LARRA, RAúL. Le declan el Rulo [1956). Buenos Aires: Futuro, s.
a., 73: Tonguea como cualquiera -comenta otro.
tonguero, ra. [ADICIÓN DE ARTicULO]. adj. coloq. Que hace
trampas.
SALDIAS, JOS!: A. El candidato del pueblo [1917]. En: El sainete
criollo (Antología). Buenos Aires: Hachette, 1957, 342: Bom-
bón.- (CUCHILLO.) Tonguero, falso,tramposo.
Avellaneda, 1927, p. 366; Kaul Grünwald, 1977, p. 99; Barcia,
1978, p. 196; Ávila, 1991, p. 327; Gobello, 1991, p. 245;
Rodríguez, 1991, p. 312; Haensch, 1993, p. 582.
topadora. [ADICIÓN DE ARTicULO]. f. Pala mecánica empleada para
transportar materiales, remover escombros o para desmon-
tar y nivelar terrenos.
BAAL, 1986, n.o 201-202, p. 500; Haensch, 1993, p. 583.
2. Vehículo provisto de esta pala.
KAUL GRÜNWALD, GUILLERMO. Relatos del yacutinga y de la 101.
Posadas: Centro de Estudios Interdisciplinarios Mesopotámicos,
1979, 44: [oo.] había repasado con la topadora las dos cuadras
de la 1 0 1 . J ,
BAAL, 1986, n.o 201-202, p. 500; Haensch, 1993, p. 503.
toque. m. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN). coloq. En deportes, golpe suave
a la pelota.
330 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL. LXIX. 2004
Los An~es. Mendoza, 12.05.2002: El delantero eludió al arque-
ro C.astlllo y luego con un toque suave de su pierna izquierda,
decretó la apertura.
Haensch,1993,p.583.
2. En fútbol, pase corto y rápido.
La Nación. Buenos Aires, 16.10.1997: River mantiene con to-
ques y goles un paso demoledor.
Haensch,1993,p.583.
tormenta. {ADICIÓN DE ARTiCULO]. f.-
- de verano. Ventarrón y lluvia fuertes y pasajeros.
El Tribuno. Salta, 14.02.2000: Una verdadera tormenta de ve-
rano anegó la ciudad.
Santillán, 1976, p. 936; Rodrlguez, 1991, p. 312.
tortita. (ADICIÓN DE ARTiCULO). f.-
- negra. Factura redondeada, relativamente chata, que se
hace con harina, grasa, agua y sal, y se cubre con una capa
de azúcar quemada en la parte superior.
<www.lamaga.com.ar/www/area2/pg_nota.asp?id_nota=2833>
[CONSULTA: 12.01.2004]: Enrique iba a comprar facturas: torta
alemana, napolitanos, tortitas negras.
Haensch,1993,p.585.
transa. {ADICIÓN DE ARTicULO]. f. Asunto, negocio sucio.
Clarín. Buenos Aires, 24.12.1994: La sociedad tiene los valores
trastocados. Llegó la hora de trabajar sin ataduras y sin transas.
Rodrlguez, 1991, p. 316; Haensch, 1993, p. 588.
trapiche. (ADICIÓN DE ARTicuLO). m. Establecimiento en que se
trabajan los minerales preciosos en bruto, para despojarlos
de la ganga o separarlos de la arena u otros minerales.
Garzón, 1910, p. 482.
2. Molino para reducir a polvo los minerales.
El Zonda (semanario). San Juan, 17.08.1839: Los especuladores
sanjuaninos, conociendo los inconvenientes y excesivos gastos
que demandarla el transporte de los metales, si hubiese de
conducirse a los insuficientes e imperfectos trapiches de Jachal,
se han propuesto levantarlos. •
<www.mineria.gov.ar/ambiente/estudios/IRN/corcloba/x~rm.asp>
[CONSULTA: 18.03.2004]: Los yacimientos plumbo-argentlferos del
oeste cordobés fueron explotados con relativa intensidad du-
rante el siglo pasado y llegaron a contar con importantes esta-
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE WS ARGENTINOS 331
blecimientos de concentraci6n (trapiches de Taninga, Ojo de
Agua y otros menores).
Garz6n, 1910, p. 482; Segovia, 1911, p. 145; Santillán, 1976, p.
942; Haensch, 1993,p.588.
trapo. [ADICIÓN DE ARTicULO). m.-
pasar el- (a alguien). fr. fig. coloq. Superar ampliamente.
Los Andes. Mendoza, 07.02.2002: En los torneos amistosos,
les pas6 el trapo a todos, y recibi6 un solo gol.
trenzada. [ADICIÓN DE ARTicULO). f. Discusión, intercambio brus-
co de opiniones.
LAGORIO, ARTURO. Cronicón de un almacén literario. Buenos Ai-
res: Ediciones Culturales Argentinas, 1962, 50: [Los mironesJ
se divertian con las trenzadas polémicas.
Avellaneda, 1927, p. 367; Solá, 1950, p. 331; Villafuerte, 1961,
t. 11, p. 359; Santillán, 1976, p. 945; AguiJar, 1986, p. 111; Gobello,
1991, p. 247; Rodriguez, 1991, p. 317; Haensch, 1993, p. 589.
triple. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN]. m. Dispositivo eléctrico que per-
mite conectar simultáneamente tres enchufes a un solo
tomacorriente.
<www.edenorchicos.com.ar/ede norch icosweb/pag i nasl
en_tu_casa.htrnl> [CONSULTA: 12.12.2003J: No coloques más de
un triple por enchufe.
Haensch,1993,p.590.
trolo. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. coloq. desp. Referido a un hom-
bre, homosexual. U. t. c. s.
Página/12. Buenos Aires, 21.01.2001: Menos la falopa y los
trolos, por supuesto, no me privé de nada.
GobeJlo, 1991, p. 247; Rodrlguez, 1991, p. 318; Haensch, 1993,
p .•591.
trompa. [ADICIÓN DE ARTicuLO] f. Parte de la cabeza de algunos
animales donde están la nariz y la boca (morro).
CoNTI, HAROLDO. Sudeste. Buenos Aires: Compañia General Edi-
tora, 1962,63: Unos [doradosJ tenian la trompa más alargada y
otros, en cambio, la mandibula inferior hacia arriba.
2. coloq. Boca de una persona o labios, especialmente los
prominentes.
GOIRALDES, RICARDO. Don Segundo Sombra [1926]. En: Obras
completas. Buenos Aires: Emecé, 1962, 401: De esta mesma
trompa embustera lo he ordo.
332 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
Garzón, 1910, p. 485; Salazar, 1911, p. 57; Segovia, 1911, pp.
102, 295; Saubidet, 1943, p. 394; Rodrlguez, 1991, p. 318;
Haensch, 1993, p. 591; Gatica de Montiveros, 1995, p. 168.
3. coloq. Cara de enojo.
PAYRÓ, ROBERTO J. Nuevos cuentos de Pago Chico. Buenos
Aires: Minerva, 1928, 43: Los cameros van a '" cargar aceite.
-iSí, de susto 'e verte la trompa.
4. Enojo.
CAYOL, ROBERTO L. El debut de la piba [1916]. En: CARELLA, T. El
sainete criollo: Antologia. Buenos Aires: Hachette, 1957,242: Y
a la noche, como siguiera con trompa, lo obligué a que me
llevase al cinematógrafo.
Coluccio, 1979, p. 196; Catinelli, 1985, p. 103; Rodrlguez, 1991,
p. 318
5. Extremo delantero y, por 10 común, prolongado de algu-
nos vehículos (morro).
Los Andes. Mendoza, 07.10.2001: [ ... ] si la colisión se produce
a más de 15 km/h, los paragolpes y la trompa del auto absor-
ben la energla del impacto.
6. de -. loe. adv. Referido particularmente a vehículos, de
frente.
El Tribuno. Salta, 02.10.2001: [ ... ] la camioneta se desbarrancó
y cayó de trompa en el cauce de agua, hundiéndose en cues-
tión de segundos.
trompa 2• {ADICI6N DE ARTÍCULO]. (Vesre de patrón). m. coloq.
Jefe.
GoROSTIZA, CARLOS. El pan de la locura [1958]. En: Los prójimos
y otras obras. Buenos Aires: Sudamericana, 1971, 128: Las
cosas justas. El trompa no es un mal tipo.
Teruggi, 1974, p. 43; Santillán, 1976, p. 948; Coluccio, 1979, p.
196; Aguilar, 1986, p. 112; Rodríguez, 1991, p. 318; Haensch,
1993, p. 591.
tropear. {ADlCI6N DE ARTÍCULO]. tr. rur. Conducir una tropa de
ganado.
La Voz del Interior. Córdoba, 11.05.2004: Ella lo mira fijamente
hasta que Jordán se pierde detrás del maizal, y entonces se
pregunta por qué su padre le dijo que el inglés lo mandó a
tropear vacas a Pago Largo.
Segovia, 1911, p. 458; Santillán, 1976, p. 949; Haensch, 1993,
p.592.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 333
trucha. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN). f. coloq. Boca o cara de una
persona.
El Mundo. Buenos Aires, 02.08.1966: [...] un médico que cobra
distintos precios según la trucha del paciente.
Garzón, 1910, p. 488; Avellaneda, 1927, p. 367; Cáceres Freyre,
1961, p. 185; Esteva Sáenz, 1963, p. 365; Villafuerte, 1961, t.
11, p. 363; Teruggi, 1974, p. 34; Santillán, 1976, p. 951; Rojas,
1981, t. 111, p. 446; Avila, 1991, p. 330; Figueroa, 1991, p. 140;
Gobello, 1991, p. 248; Rodrlguez, 1991, p. 319; Haensch, 1993,
p. 592; Gatica de Montiveros, 1995, p. 297.
2. m. coloq. Persona hábil para sacar ventajas y con pocos
escrúpulos.
TREJO, NEMESIO. Los devotos [1900]. En: El sainete criollo: anto-
logía. Buenos Aires: Hachette, 1957, p. 81: [...] y tiene dos
novios, porque lo que es el profesor ese, es un trucha de
marca mayor.
Teruggi, 1974, p. 34; Santillán, 1976, p. 951; Coluccio, 1979,
pp. 171, 183; Catinelli, 1985, p. 104; Gobello, 1991, p. 248;
Rodrlguez, 1991, p. 319;
estirar la -. fr. fig. vulgo NO. Mostrar enojo o desagrado
con un gesto.
Garzón, 1910, p. 488; Avellaneda, 1927, p. 367; Villafuerte,
1961, t. 11, p. 363; Rojas, 1981,1. 11, p. 202; Figueroa, 1991, p.
134; Haensch, 1993,p.592.
truchada. [ADICIÓN DE ARTÍCULO) f. coloq. Acción y efecto de
truchar.
La Capital. Rosario, 31.08.2003: Tenemos un lamentable entre-
namiento para la truchada, ropa, zapatillas, CD, pelfculas, mar-
cas, un mundo de mercaderla trucha.
truchar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. coloq. Producir un engaño,
una falsificación o un objeto de mala calidad.
C/arin. Buenos. Aires, 17.04.1994: La información "líquida" po-
sibilita truchar impecablemente las obras originales a muy bajo
preciO y casi sin posibilidad de control.
Página/12. Buenos. Aires, 01.11.2001: Ribelli dice que trucharon
las escuchas telefónicas.
truqueada. [ADICIÓN DE ARtiCULO). f. coloq. Partida de truco.
DEL CASTillO, RENÉ. I(rain Rojas. Buenos Aires: Plus Ultra, 1984,
216: Juan nada agregó pero estiró su sobrepuesto en el suelo y
arrojó sobre él un mazo de barajas para una truqueada.
334 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
Solá, 1950, p. 333; Santillán, 1976, p. 952; Rodrlguez, 1991, p.
319; Haensch, 1993,p.593.
2. coloq. Reunión en la que se juega al truco.
La Voz del Interior. Córdoba, 21.03.2004: Resulta que este
buen hombre se había amanecído en una truqueada con ami-
gos en Jesús María.
Haensch,1993,p.593.
truqueador, ra. [ADICiÓN DE ARTÍCULO). m. y f. coloq. truquero.
La Prensa. Buenos Aíres, 10.08.1975: En truco, mentir o decir
la verdad en todos los casos, sin excepción, vale tanto como
sacar patente de chapucero e irresponsable, en una palabra,
exhibir pésimas condiciones como truqueador.
Ávila, 1991, p. 331.
truquear. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). intr. coloq. Jugar al truco.
BARBIERI, VICENTE. El rfo distante: relatos de una infancia. Bue-
nos Aires: Losada, 1945, 149: Se truqueaba de lo lindo en el
galpón, y José María, con una revista sobre las rodillas, senta-
do en un fardo de lana, miraba.
Vidal de Battini, 1949, p. 157; Santillán, 1976, p. 952; Ávila,
1991, p. 331; Gobello, 1991, p. 248; Rodrlguez, 1991, p. 319;
Haensch, 1993, p. 593; Gatica de Montiveros, 1995, p. 297.
tubazo. [ADICIÓN DE ARTicULO] m. coloq. Llamado telefónico,
generalmente corto. U. m. con los verbos pegar o dar.
Página/12. Buenos Aires, 10.06.2001: También broncan por la
falta de algún tu bazo telefónico del Presidente o de Raúl A1fonsín
al flamante preso
tubo. [ADICIÓN DE ARTicULO] m. Recipiente cilíndrico de metal
destinado a contener gas.
La Opinión. Rafaela, 07.04.2003: [Los vecinos] se van a ver
beneficiados con una obra que, en este momento con el costo
al cual se fue el tubo de gas [.. ], va a ser muy bien recibida.
Haensch, 1993, p. 593.
2. coloq. Auricular del teléfono, y por ext., el aparato.
GHIANO, JUAN CARLOS. Noticias más o menos sociales. Buenos
Aires: Sudamericana, 1981, 137: Camino hasta el aparato, le-
vanto el tubo y oigo una voz meticulosa que pregunta por un
nombre desconocido.
Aguilar, 1986, p. 112; Gobello, 1991, p. 248; Rodrlguez, 1991,
p.319; Haensch, 1993,p.593.
3. coloq. Número telefónico.
BAAL. LXIX. 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 335
G/arfn Rev. Buenos Aires, 22.06.1976: Apropincuame el carro,
flaco, o cachá mi tubo; [ ...] Traducción: Pasá a buscarme, o
anotá mi teléfono.
Gobello, 1991, p. 248.
4. vulgo Botella de vino.
<www.saltalarisa.com.ar/diccionario-salteno-basico.htm> [CON-
SULTA: 25.11. 2003]: Vamo a tomá un tubo.
Rodríguez, 1991, p. 319; Haensch, 1993, p. 593.
S. pI. coloq. Músculos de una persona, en especial de los
brazos.
Rosario/12. Rosario, 10.08.2003: Un cuerpo tomeado de atleta,
malla nadadora azul, yeso sí, un par de tubos perfectos en los
brazos y las piernas.
SOlá, 1950, p. 333.
como por un -. loe. adv. coloq. Rapidamente y con facilidad.
BAVIO ESQUIO, MIGUEL. Juan Mondio/a. Buenos Aires: Imprenta
Chile, 1954, 75: De más está decir que si ahora amagás pre-
sentar un cheque vas en cana como por un tubo.
Segovia, 1911, p. 690; Figueroa, 1991, p. 73; Haensch, 1993,
p.593.
tupido, da. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. Abundante, copioso. U. t.
c. adv.
Rev. Noticias. Buenos Aires, 11.08. 2001: [ ... ] y toda la ceremo-
nia se va al diablo mientras se larga a llover tupido.
Saubidet, 1943, p. 398; Santillán, 1976, p. 954; Gobello, 1991,
p. 248; Ávila, 1991, p. 332; Haensch, 1993, p. 595.
turco, ca. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. Se dice de la persona pro-
veniente de los territorios del antiguo imperio otomano y,
por extensión, de annenios y judíos sefaraditas. U. t. C. S.
Rfo Negro. Gral. Roca, 17.03.2003: De hecho, a los 18 y para
corroborar que estaba en una tarde afortunada, el "Turquito"
levantó la pierna de compromiso en el borde del área grande
visitante.
Catihelli, 1985, p. 104.
urso, sao [ADICIÓN DE ARTicULO). (Del italiano dialectal). m. y f.
coloq. Persona alta y corpulenta.
PUIG, MANUEL. La traición de Rita Hayworth [1968]. Buenos Ai-
res: Jorge Álvarez, 1970, 61: [ ... ] el peón que le cargaba las
telas, un ursa que me hacía acordar de Jáuregui.
336 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
Meo Zilio, 1970, p. 83; Teruggi, 1974, p. 63; Santillán, 1976, p.
961; Rojas, 1981, t. 111, p, 453; Catinelli, 1985, p, 105; Gobello,
1991', p. 251; Rodriguez, 1991, p. 322; Haensch, 1993, p. 602.
vainillar. [ADICIÓN DE ARTícULO]. tr. Hacer vainillas en una tela.
JURADO, ALICIA. Leguas de polvo y sueño. Buenos Aires: Losada,
1964, 128: [... ) yo vainillaba servilletas sin levantar la vista, pero
cuando lo hacía encontraba a menudo la mirada pensativa y
muchas veces húmeda de Beatriz.
Avellaneda, 1927, p. 371; Vidal de Battini, 1949, p. 152; Santillán,
1976, p. 964; Rojas, 1981, t. 111, p. 455; Haensch, 1993, p. 605.
ver. tr. -
[ADICIÓN DE ARTÍCULO].
en veremos. loe. adv. fig. coloq. Sin resolver o sin concre-
tarse algo. Usado más con verbos como estar, quedar,
seguir.
La Capital. Rosario, 10.11.2003: A pesar del bacheo de emer-
gencia, la Avenida de Circunvalación sigue en veremos.
Segovia, 1911, pp. 791, 924, 927; Selva, 1948, p. 273;
Rodriguez, 1991, p. 256; Haensch, 1993, p. 608.
verde. [ADICIÓN DE ARTícuLO). adj. Que no ha alcanzado su madu-
rez (tierno).
C/arin. Buenos Aires, 18.07.2002: Porque dejó que se notase
que todavía está verde y que le falta bastante rodaje si preten-
de ganarse la chapa de candidato en e~ Apertura.
2. m. coloq. Dólar, unidad monetaria de los Estados Unidos.
Página/12. Buenos Aires, 02.08.2003: Y en un dia se acorda-
ron del verde: desde que el BCRA decidió empujar al alza al
dólar, el billete recuperó dieciséis centavos en pocas jornadas
hábiles.
Coluccio, 1979, p. 201; Gobello, 1991, p. 255; Rodrlguez, 1991,
p.328;Haensch,1993,p.608.
verdulera. [ADICIÓN DE ARTicULO). f. Litoral. coloq. Acordeón
pequeño.
GUDlflO KRAMER, LUIs. Aquerenciada soledad [1940). Buenos Ai-
res: Centro Editor de América Latina, 1967, 25: Juan era muy
aficionado al baile y hasta sabia tocar una mazurka en un
acordeón de esos de ocho bajos, que llaman verduleras.
Esteva Sáenz, 1963, p. 368; Coluccio, 1979, p. 201; Gobello,
1991, p. 255; Rodriguez, 1991, p. 328; Haensch, 1993, p. 608.
versear. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. intr. coloq. Engañar con palabras,
especialmente para impresionar o convencer. U. t. c. tr.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 337
La Voz del Interior. Córdoba, 10.10.2001: Los vecinos consulta-
dos coincidieron en reclamar empleo: "Que dejen de versear y
hagan algo para generar trabajo", disparó Maria Somoza.
Coluccio, 1979, p. 201; Ávila, 1991, p. 340; Rodríguez, 1991, p.
329; Haensch, 1993, p. 609.
venero, ra. [ADIOÓN DE ARTiCUW]. adj. coloq. Embustero, mentiroso.
C/arln. Buenos Aires, 20.06.1983: Declara lo que siente. No es
un versero. .
Ávila, 1991, p. 340; Gobello, 1991, p. 255; Rodrlguez, 1991, p.
329; Haensch, 1993,p.609.
verso. [ADICIÓN DE ARTiCULO]. m. coloq. Acción y efecto de versear.
Asls, JORGE. El Buenos Aires de Oberdán Rocamora. Buenos
Aires: Losada, 1981, 50: [ ...] ellas no lo creen, como Adriana
Vaghi, que respondió [...] "flaquito, de versos estoy hasta acá".
Catinelli, 1985, p. 106; Ávila, 1991, p. 340; Gobello, 1991, p.
255; Rodrlguez, 1991, p. 329; Haensch, 1993, p. 609.
hacer el -. fr. fig. coloq. Engañar, mentir.
Clarin Rev. Buenos. Aires, 22.06.1975: ¿A quién le hacés el
verso, che? Injustamente acusado de lo que en otro tiempo
llamábamos "blabla" o charlatanerla.
Ávila, 1991, p. 340; Rodrlguez, 1991, p. 152; Haensch, 1993, p.
609.
viftatero, ra. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. y f. Persona que tiene
viñedos y se dedica al cultivo o comercialización de la vid.
Los Andes. Mendoza, 15.06.2001: Cada ano desde hace casi
dos décadas, las fiestas del productor caprino y del viñatero
comenzaron juntas.
Segovia, 1911, p. 300; Haensch, 1993, p. 614; Gatica de
Montiveros, 1995, p. 307.
vineria. [ADICIÓN DE ARTÍCULO] f. Establecimiento comercial es-
pecializado en la venta de variedades de vino (vinatería).
Los Andes. Mendoza, 12.04.2004: Entre muchlsimas otras
vinerias y wine bar, apuntamos algunos espacios [ ...] que, du-
rante esta Semana Santa abren sus puertas.
Garzón, 1910, p. 504; Vidal de Battini, 1949, p. 252; Solá, 1950,
p. 347; Villafuerte, 1961, t. 11, p. 398; Santillán, 1976, p. 974;
Haensch, 1993, p. 614; Gatica de Montiveros, 1995, p. 306.
virósico, ca. [ADICIÓN DE ARTicuLO). adj. V i r a l . '
C/arln. Buenos Aires, 25.08.1981: O como en una de tantas
historias de fantaciencia que ya empiezan a tener cotidianeidad,
338 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
se habló de una bala con carga virósica, capaz de transmitir
una enfermedad indominable.
Haensch, 1993, p.615.
yeta. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. coloq. Mala suerte.
PUIG, MANUEL. La traición de Rita Hayworth [1968]. Buenos Ai-
res: Jorge Alvarez, 1970, 171: Toco la bola blanca de marfil
contra la yeta y cinco generalas al hilo nunca me gané.
Garzón, 1910, p. 514; Salazar, 1911, p. 60; Segovia, 1911, p.
302; Villafuerte, 1961, t.II, p. 411; Meo Zilio, 1970, p. 94; Teruggi,
1974, pp. 61, 204; Santillán, 1976, pp. 334,482, 990; Rojas,
1981, t. IIJ, p. 467; Catinelli, 1985, p. 109; Avila, 1991, p. 348;
Gobello, 1991, pp. 105, 262; Rodríguez, 1991, p. 340; Haensch,
1993, p. 625.
2. como Persona a quien por superstición se le atribuye ser
portadora de mala suerte. U. t. C. adj.
El Mundo TV. Buenos Aires, 16.06.1966: Un yeta es una perso-
na estrictamente instituida para llevarse la culpa de casi todo lo
malo que le ocurre a los demás.
Meo Zilio, 1970, p. 94; Santillán, 1976, pp. 334, 482, 990; Ro-
jas, 1981, t. 111, p. 467; Haensch, 1993, p. 625.
VAR. ~ jeta.
Meo Zilio, 1970, p. 94; Rodríguez, 1991, p. 164.
VAR. ~ jetta.
Garzón, 1910, p. 265; Salazar, 1911, p. 38; Meo Zilio, 1970, p.
94; Santillán, 1976, pp. 334, 990; Gobello, 1991, p. 144;
Haensch,1993,p.335.
yetado, da. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. Que tiene mala suerte.
MARTINI REAL, JUAN CARLOS. Copyright. Buenos Aires: Sudameri-
cana, 1979, 154: [oo.] la pobre vive yetada. Oeci que la ayuda la
fe en Michel.
Gobello, 1991, p. 262.
yetatore. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). (Del italiano dialectal ietaltore).
como Persona a quien la superstición atribuye ser portadora
de mala suerte. U. t. C. adj.
Página/12. Buenos Aires, 25.09.2000: ¿Creés en los "yetatores"?
-Sí. Creo en la energía negativa así como creo que hay gente
que tiene energía positiva.
Garzón, 1910, p. 513; Salazar, 1911, pp. 38, 60; Meo Zilio,
1970, pp. 99,131; Teruggi, 1974, pp. 61, 65; Santillán, 1976, p.
BAAL, LXIX, 2004 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 339
990; Rojas, 1981, t. 111, p. 467; Ávila, 1991, p. 348; Gobello,
1991, p. 262; Rodríguez, 1991, p. 340; Haensch, 1993, p. 625.
VAR. ~ jettatore.
1..AJ:eRRffiE, GREGORJO. iJettatore! [1904] Buenos Aires: Kapelusz, 1974,
p. 35: Los jettatores son hombres como los demás, en apariencia;
pero que hacen dano a la gente que anda cerca de ellos ...
Garzón, 1910, p. 265; Salazar, 1911, p. 38; Santillán, 1976, p.
334; Haensch, 1993,pp.335,625.
vAR. ~ jetatore.
Rodríguez, 1991, p. 164.
yetudo, da. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. Que suele tener mala
suerte.
Meo Zilio, 1970, p. 100; Ávila, 1991, p. 348; Gobello, 1991, p.
262; Rodríguez, 1991, p. 340; Haensch, 1993, p. 625.
yorugua. [ADICIÓN DE ARTicULO). (Vesre de uruguayo). adj. coloq.
Perteneciente o relativo al Uruguay.
La Nación. Buenos Aires, 15.09.1998: [...] se podrán presenciar
variados espectáculos. Entre ellos, "Concert Tango, Grand
Orchestre!", dirigido por Juan José Mosalini; la Comparsa
Yorugua de Mirta Pozzi [ ...] y la Orquesta Nacional del Tango
de la Argentina, dirigida por Osvaldo Piro.
2. como coloq. Natural de este país.
Página/12. Buenos Aires, 26.11.2001: Cualquier yorugua que
se precie se tomará un vasito de medio y medio, y gritará,
como corresponde: "U-ru-guay, que no ni no".
yugar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). intr. coloq. Trabajar duramente.
<www.clubdetango.com.ar/radio/chivo.htm> [CONSULTA:
28.01.2004]: Y hay que seguir yugando sin saber dónde, cómo,
ni hasta cuándo.
Santillán, 1976, p. 991; COluccio, 1979, pp. 208, 219; Rojas,
1981, t. 111, p. 469; Ávila, 1991, p. 348; Gobello, 1991, p. 263;
Rodriguez, 1991, p. 341; Haensch, 1993, p. 626.
yugarla.fr. coloq. Trabajar duramente para ganarse la vida.
De LA PÚA, CARLOS. La crencha engrasada: poemas bajos. Bue-
nos Aires: Trazo, 1928, 53: Pues le llena la sesera las macanas
más briyosas, I y se siente rechiflada por tenerla que yugar.
Teruggi, 1974, p. 204; Coluccio, 1979, p. 208; ROdrigue,z, 1991,
p.341;Haensch,1993,p.626.
yuta. [ADICIÓN DE ARTicULO). f. vulgo Policía.
340 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXIX, 2004
PAGANO, Jos~ H. La biblia rea. Buenos Aires: Cadel, 1957,65: A
causa de un batilana, / persona fule y fayuta / que anda muy
bien"con la yuta / y me apuntó esta mañana / he vuelto a caer
en cana, I iqué mala pata! ya ves.
P~REZ ZELASCHI, AOOLFO L. Nicolasito: vida del hombre de las
siete madres. Barcelona: Plaza y Janés, 1981, 133: [ ...] y no se
te ocurra hacerte el loco: ese de la yuta que está parado en la
esquina es amigo mío y ya me vio.
Casullo, 1964, p. 105; Teruggi, 1974, p. 67; Santillán, 1976, p.
621; Coluccio, 1979, p. 208; Rojas, 1981, t. 111, p. 469; Catinelli,
1985, p. 109; Gobello, 1991, p. 264; Rodrlguez, 1991, p. 341;
Haensch, 1993, p.626.
yuto, tal. [ADICIÓN DE ARTicULO). adj. NO. Dicho de un animal,
que no tiene cola, rabón.
CARRIZO, JUAN ALFONSO. Cancionero popular de Jujuy. Tucumán:
Universidad Nacional de Tucumán, 1935,454: Me gusta ver un
gauchito, I en medio de un chaguaral, / corriendo una vaca
yuta, / orejana, sin señal.
Lizondo Borda, 1927, p. 379; Dávalos, 1934, p. 19; Aramburu,
1944, p. 71; Solá, 1950, p. 356; Sánchez de Bustamante, 1951,
p. 246; Flores, 1958, p. 410; Cáceres Freyre, 1961, p. 196;
Esteva Sáenz, 1963, p. 330; Fidalgo, 1965, pp. 22, 54; Meo
Zilio, 1970, p. 119; Santillán, 1976, pp. 993, 1000; Rojas, 1981,
t. 111, p. 470; Ávila, 1991, p. 348; Figueroa, 1991, pp. 44, 148;
Haensch,1993,p.627.
2. NO. Dicho de una prenda de vestir, corta.
SARAVIA, AeEL MONICO y TAMES, MARCOS. La Cerril/ena (Zamba),
1972. Con la pollera yuta / las trenzas largas / te vi pasar./ Ahí
nomás a mi zaino, / en el guardia patio, /10 hice rayar.
Solá, 1950, p. 356; Santillán, 1976, pp. 993, 1000; Figueroa,
1991,pp.44, 148; Haensch, 1993,p.627.
hacer o hacerse la -. NO. coloq. Faltar a clase sin la autori-
zación de los padres, hacerse la rata (hacer novillos).
CANO, RAFAEL. Del tiempo de ffeupe: folklore fforteffo. Buenos
Aires: L. J. Rosso, 1930, 152: Cuando un changuito hace "la
yuta" a la escuela, o llora sin motivo, se le amenaza as!: "Ahí
°
viene ... ", "por la noche te va 'tirar de los pies".
Lizondo Borda, 1927, p. 379; Solá, 1950, p. 356; Selva, 1951,
p. 94; Villafuerte, 1961, t. JI, p. 412; Fidalgo, 1~65,. p. 54;
Santillán, 1976, p. 992; Rojas, 1981, t. 11, p. 233; Catmelh, 1985,
p. 62; Figueroa, 1991, p. 148; Haensch, 1993, p. 626.
NOTICIAS
Carta del Presidente de la Academia Argentina de Letras a la señora Marta
Gutiérrez'
«Una antigua colaboradora de la Casa, la señora Marta Gutiérrez, ha
decidido jubilarse después de 43 años de vida activa en los Departamentos de
Investigaciones Lingllisticas y Filológicas y de Despacho de la Academia. En
nombre de la Corporación, y en el propio, queremos agradecer la generosidad
con que se ha brindado durante toda una vida, con loable vocación de servicio.
Su Directora, doña Leonor Abascal de Etchepare lamentará, sin duda, este
alejamiento voluntario de quien ha sido una de la tríada de eficientes integrantes
que la secunda en las labores cotidianas del Despacho.
El resto de sus compañeros también le desea la mejor de las suertes de
aquí en más.
Sepa, estimada Marta, de nuestro reconocimiento porque, como siempre
lo dije, la Academia no tiene recursos humanos sino personas íntegras y
laboriosas que hacen que nuestra labor sea más llevadera y fructífera.
Como una fonna de nuestro reconocimiento, reciba usted estas flores y
la esperamos, en una semana, para despedirla en familia todos reunidos.
Muchísimas gracias.
Pedro Luis Barcia
Presidente))
·Fue leida por el seflor Vicepresidente de la Corporación, don Jorge Cruz, en la
sesión pública 1192." del 27 de mayo de 2004.
342 . NOTICIAS BAAL, LXIX, 2004
Honras y distinciones
La Socilldad de Escritores de Grecia, que preside el novelista Vasilis
Vasilikós, designó, en su reunión anual, Miembro Honorario al señor
académico Horacio Castillo.
El miembro correspondiente con residencia en Córdoba, Alejandro
Nicotra, recibió por su libro Lugar de reunión (Obra Poética) el Premio
Consagración Letras de Córdoba 2003.
El 9 de junio la Academia Argentina de Letras fue incorporada como
Miembro Titular de la Union Académique Internationale.
Fallecimiento
El 16 de mayo fa\leció la señora académica correspondiente con residencia
en Neuquén, doña Irma Cuña.
El 15 de agosto falleció el señor académico correspondiente con residencia
en Venezuela, Pedro Grases.
El 28 de agosto fa\leció el señor académico don Isidoro Blaisten. Fue
elegido Miembro de Número el 26 de abril de 2001 para ocupar el Sillón José
Hernández. Su recepción pública se \levó a cabo el 12 de septiembre de 2002
y su discurso de recepción se tituló La solemnidad destruida. Despidió sus
restos, en nombre de la Corporación, el Secretario general, académico Rodolfo
Modem.
Viajes
Viaje a San Miguel de Tucumán. El 30 de julio, la Academia Argentina
de Letras y la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Nacional de
Tucumán organizaron una mesa redonda sobre "El lema del Tercer Congreso
Internacional de la Lengua Espafiola", en la ciudad de Tucumán, en la que
expusieron los académicos Elena Rojas Mayer, Santiago Kovadloff y Pedro
Luis Barcia, frente a una nutrida asistencia. Al cabo de las exposiciones, los
académicos dialogaron con el público.
El mismo 30 de julio, por la noche, en el marco de los festejos del 90."
aniversario de la Universidad Nacional de Tucumán, participaron en una
mesa redonda sobre el tema "Cómo son y cómo sienten los intelectuales en la
Argentina", el académico de Ciencias Morales y Políticas, Víctor Massuh y
los académicos de Letras, Santiago Kovadloff y Pedro Luis Barcia.
BAAL, LXIX, 2004 NOTICIAS 343
Viaje a Córdoba. La Universidad Nacional de Córdoba invitó a la
Corporación a participar de los actos de homenaje a fray Luis José de Tejeda
y Guzmán en el cuarto centenario de su nacimiento, que se realizaron el 27
de agosto.
El mismo día se realizó una mesa redonda, organizada por la Universidad
Nacional de Córdoba y la Academia Argentina de Letras, integrada por los
académicos Emília Zuleta y Pedro Luis Barcia, y la profesora Magdalena
Viramonte de Ávalos, como representante de dicha Universidad. El tema fue
"Los ejes temáticos del Tercer Congreso Internacional de la Lengua Española".
La actividad se desarrolló en el salón de actos de la Biblioteca de la Provincia
de Córdoba.
Visitas
El 12 de agosto visitó la Academía y participó de la sesión el Dr. Miguel
Ángel Garrido Gallardo, Director de la Cátedra Dámaso Alonso -una cátedra
itinerante-, que este año se ha instaurado en la Argentina, y para la que se ha
nombrado delegado local al seftor académico don José Luis Moure. El Dr.
Garrido Gallardo permaneció en Buenos Aires un mes, y en su visita a la
Corporación habló sobre alguno de sus proyectos, especialmente el que se
refiere a la Uníon Académíque Internatíonale, a la que nos hemos incorporado
recientemente como Academia.
El 24 de agosto visitó la Corporación el miembro de la Academia
Boliviana de la Lengua, D. José Roberto Arze.
Visita y donación
Los académicos Pedro Luis Barcia, Presidente; Rodolfo Modem, Secretario
general; Federico Peltzer, Tesorero, y Antonio Requeni recibieron al Dr. Daniel
Zolezzi y al albacea del seftor Hermes Villordo, quienes entregaron un libro
que Manuel Mujica Lainez tenía reservado para la Academia. Es un álbum en
el que diferentes personas fueron dejando reflexiones o poemas. Son ciento
ochenta y seis páginas que recogen manuscritos.
Recepción
El 26 de agosto se recibió al miembro correspondiente, con residencia en
Espafta, don Germán de Granda Gutiérrez, presente en la sesión 1198.·. El
académico José Luis Moure pronunció las palabras de recibimiento. A
344 NOTICIAS BAAL. LXIX. 2004
continuación, el vicepresidente, académico Jorge Cruz, entregó el diploma
correspondieme que acredita como tal al Dr. Germán de Granda Gutiérrez. El
académico José Luis Moure hizo lo propio con el pino
Posteriormente, el recipiendario se refirió a La historia a través de la
lengua: el noroeste argentino.
Sesiones Públicas
El 27 de mayo se realizó una sesión pública en homenaje a Pablo Neruda
en el centenario de su nacimiento. En esta oportunidad, el académico Antonio
Requeni disertó sobre Encuentro con Pablo Neruda.
El 24 de junio la Academia celebró una sesión pública en homenaje a
fray Luis José de Tejeda al cumplirse cuatrocientos aflos de su nacimiento.
Abrió el acto el titular, académico Pedro Luis Barcia, y se refirió a la donación
bibliográfica de don José Luis Trenti Rocamora, quien falleció el 6 de
septi~mbre de 2003. A continuación el Presidente disertó sobre Luis de Tejeda
y Guzmán y la literatura.
Comunicaciones
En la sesión 1195.- del 8 de julio, el vicepresidente, académico Jorge
Cruz, leyó una comunicación sobre el Centenario del fallecimiento de Anton
Chéjov.
Publicaciones
En la sesión 1196." del 22 de julio, el Presidente presentó al Cuerpo y se
entregó a cada uno de los presentes el Boletín N.O 269-270, que corresponde
al segundo semestre de 2003,
En la sesión 1198," del 26 de agosto, se entregó un ejemplar de Reflexiones
sobre la lectura, de reciente publicación, donados por editorial Dunken,
Representación de la Academia
Diccionario de Americanismos. Han sido designados para trabajar en
este tema los académicos Pedro Luis Barcia, José Luis Moure y Carlos Alberto
Ronchi March.
BAAL, LXIX, 2004 NOTICIAS 345
Del 5 al 10 de julio, el seftor Presidente, académico Pedro Luis Barcia,
participó en Chile de la quinta reunión de la Comisión Interacadémica del
Diccionario panhispánico de dudas.
Del 3 al 8 de mayo, se reunió en Burgos, España, la Comisión
Interacadémica coordinadora de la nueva Gramática de la Lengua Española.
Asistió en representación de la Academia, la señora académica Alicia Zorrilla,
que integra esa Comisión.
La académica Alicia Zorrilla también presentó una ponencia en el III
Simposio Internacional de Narratología, celebrado el 21 de julio en la Facultad
de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. El 9 de
agosto presentó una ponencia en el Congreso organizado por el Instituto Literario
y Cultural Hispánico de Califomia.
El vicepresidente, académico Jorge Cruz, asistió al acto de incorporación
del Dr. Juan José Llach como miembro de número de la Academia Nacional
de Educación.
Las Academias Nacionales de Ciencias de Buenos Aires y de Ciencias
Morales y Políticas organizaron un acto de homenaje al Dr. Víctor Massuh
con motivo de cumplir ochenta años. Participó el académico Santiago
Kovadloff y asistieron en representación de la Academia los académicos
Rodolfo Modern y Federico Peltzer.
Los académicos Rodolfo Modern y Federico Peltzer asistieron al acto de
incorporación del señor Jorge Gallardo, como miembro de número de la
Academia de Ciencias Morales y Políticas.
El señor vicepresidente, académico Jorge Cruz, fue designado para
integrar el jurado que otorga el premio Novela y Cuento, bienio 1998-1999,
organizado por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Donaciones
Se tomó cuenta de la Adenda N.O 20, 1 de enero de 2003 al 31 de julio
de 2004, en la que figuran los titulos y números de revistas donados por los
hijos del académico Abraham Rosenvasser.
De la sedora académica Alicia Jurado, un cuadro que le perteneció,
firmado por Raúl Soldi. Se le ha colocado una placa que señala la donación.
El cuadro está colgado en la Sala de Académicos.
Del seftor Presidente, académico Pedro Luis Barcia, Las Fases de la
Luna, de Javier Ajenjo (2 ejemplares); diez tomos sobre Historia de la
Lingüística, publicados por Manuel Sánchez Márquez, un reconocido lingüista
y filólogo residente en La Plata.
346 NOTICIAS BAAL, LXIX, 2004
Del vicepresidente, académico Jorge Cruz, un trabajo manuscrito del
académico At;turo Marasso sobre el Himno Nacional, corresponde al año
1970. Es el último artículo que escribió Marasso para La Nación y se publicó
en fonna póstuma y, Rincón Gaucho, Antología del Suplemento Campo, de
La Nación, material reunido por Analia H. Testa.
Del Secretario general, académico Rodolfo Modern, La fina tela del
silencio, del cual es autor.
Del académico José María Castiñeira de Dios, Tributo a Ushuaia, de su
autoria.
De la señora académica Alicia Zorrilla, El uso del verbo y del gerundio
en español y La estructura de las palabras en español, de su autoria.
Del académico Antonio Requeni, Romanceril/o del Plata, de Ciro Bayo;
La disolución en la obra de Alejandra Pizarnik, de Ana María Rodríguez;
Antonio López Llausás, un editor con los pies en la tierra, de Gloria López
Llovet, y Manuel O/arra, un editor con vocación hispanoamericana, de Rafael
Olarra Jiménez.
Del académico César Quiroga Salcedo, proveniente del Instituto de
Lingüística, tres CD que corresponden al Fondo Histórico: Catálogo del
Gobierno de Domingo F. Sarmiento.
De la señora académica correspondiente Prof.a Teresa Girbal, una carpeta
con fotocopias de cartas, recortes de diarios y otros documentos sobre la
figura de Arturo Marasso.
Del miembro de número de la Academia Boliviana de la Lengua, don
José Roberto Arze, los libros de su autoría: Análisis Crítico del "Bolívar" de
Marx y Malgranda Bolivia Antologio (Pequeña Antología Boliviana).
Del Museo del Fin del Mundo, dos ejemplares de Dos años entre los
hielos 1901-1903, de José María Sobra!.
De Atilio Milanta, De abogados poetas, tomo III.
De Kato Molinari, el poemario Una hormiga / un halcón.
De la Prof. Victoria Pueyrredón, Letras de Buenos Aires, N.O 3 de la
Segunda época.
De la Prof. Graciela Maturo, En la otra orilla, de Cristóbal Sola;
Arquetipos y símbolos celestes, de Eduardo Azcuy; Argentina y la opción por
América; Introducción a la hermenéutica del texto; Hacia una crítica literaria
latinoamericana; Claves simbólicas de Garda Márquez; Fenomenología,
creación y crítica. Sujeto y mundo en la novela latinoamericana; La razón
ardiente y Aportes a una teoría literaria latinoamericana, libros de su autoría.
Del Dr. Daniel Zolezzi, libros pertenecientes a su padre, Emilio Zolezzi:
La tarde en suspenso; Periplo, Elva de Lóizaga; Poemas de la ciudad donde
se espera; Últimas fundaciones; Del tiempo y su batalla.
BAAL, LXIX, 2004 NOTICIAS 347
Donación de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Las autoridades
de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, con sede en Alicante, han
elaborado un CD-Rom que contiene una selección del material digitalizado
contenido en el Portal de la Academia Argentina de Letras en la BVMdC.
Este disco ha sido preparado e impreso por la Biblioteca Virtual, en homenaje
y adhesión al Tercer Congreso Internacional de la Lengua Española. Al tiempo,
es un grato reconocimiento a la labor que viene desarrollando en su portal la
Academia. El CD-Rom lleva una "Presentación" de Pedro Luis Barcia. Será
distribuido entre los Directores de Academias de la Lengua Española, en el
seno de la Reunión de la Asociación de Academias que tendrá lugar en
Rosario, durante el Tercer Congreso.
NORMASEDITO~ALESPARA
LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS DESTINADOS AL BAAL
1. Los artículos propuestos (originales e inéditos) se enviarán al Director
del Boletín (Dr. Pedro Luis Barcia -T. Sánchez de Bustamante 2663-
C1425DVA-Buenos Aires-Capital) en una copia en papel (tamafio A4) a
dos espacios y en soporte informático (disquete: 3,5). Se incluirá, ade-
más, el nombre del autor (o autores), dirección postal y correo electróni-
co, situación académica y nombre de la institución científica a la cual
pertenece(n).
2. No se aceptarán colaboraciones espontáneas, si no han sido solicitadas
por el Director del Boletín. Los artículos serán sometidos a una evalua-
ción (interna y externa) por el Consejo Asesor.
3. El Consejo Asesor se reservará los siguientes derechos:
- pedir artículos a especialistas cuando lo considere oportuno;
- rechazar colaboraciones por razones de índole académica;
- establecer el orden en que se publicarán los trabajos aceptados;
- rechazar (o enviar para su corrección) los trabajos que no se atengan
a las normas editoriales del Boletín.
4. Los artículos enviados deben ser presentados en procesador de textos
para PC, preferentemente, en programa Word para Windows.
5. Los autores de los trabajos deberán reconocer su responsabilidad inte-
lectual sobre los contenidos de las colaboraciones y la precisión de las
fuentes bibliográficas consultadas. También serán responsables del co-
rrecto estilo de sus trabajos.
6. Cláusula de garantía: Las opiniones de los autores no expresarán necesa-
riamente el pensamiento de la Academia Argentina de Letras.
7. El (los) nombre(s) del (los) autor(es) se sefialarán en versalita, y se opta
por el orden de entrada siguiente: autor, nombre (GÜIRALDES, RICARDO).
8. La lengua de publicación es el espafiol; eventualmente, se aceptarán
artículos en portugués.
9. El articulo propuesto no sobrepasará las veinte (20) páginas de extensión. En
casos particulares, se podrán admitir contribuciones de extensión superior.
lO. En caso de ilustraciones, gráficos e imágenes, tanto en papel como en
soporte informático, es necesario comunicarse previamente COIl el Con-
sejo Asesor del Boletín.
11. La letra bastardilla (cursiva o itálica) se empleará en los casos siguientes:
350 NORMAS EDITORIALES ... BAAL, LXIX, 2004
a). para los títulos de libros, revistas y periódicos;
b). para citar fonnas lingülsticas (p. e.: la palabra mesa; de la expresión
de vez en cuando; del alemán Alctionsart; el sufijo -ón).
12. Las comillas dobles (inglesas o altas) se emplearán para citar capltulos
de libros, artículos de revistas, contribuciones presentadas en congresos
y colaboraciones editadas en periódicos.
13. Los títulos de novelas, cuentos y poemas se escribirán entre comillas
dobles espafiolas o latinas (angulares) en los casos siguientes:
a). cuando estén incluidos en un texto compuesto en cursiva (p. e.: en las
citas bibliográficas de libros);
b). cuando se encuentren citados en artículos de revistas, capltulos de
libros, ponencias de congresos y colaboraciones en periódicos (p. e.:
BORELLO, ROOOLFO A. "Situación, prehistoria y fuentes medievales:
«El Aleph» de Borges". En Boletín de la Academia Argentina de
Letras. Tomo 57, n.o 223-224 (1992), pp. 31-48).
14. Las comillas dobles (altas o inglesas) también se utilizarán para las citas
de textos que se incluyen en el renglón (p. e.: el autor set\ala constante-
mente el papel de "la mirada creadora" en ámbitos diversos).
15. Las citas de mayor extensión (cuando pasen los tres renglones) deberán
colocarse fuera del renglón, con sangría y sin comillas. Si se trata de
versos, se separarán por barras (/). Para comentar el texto citado se
emplearán, en todos 10 casos, corchetes ([ l). La eliminación de una
parte de un texto se indicará mediante puntos suspensivos encerrados
entre corchetes ([ ... l).
16. Las notas bibliográficas al pie de página se escribirán (sin utilizar la
fonna automática del procesador de texto) con número arábigo volado.
17. Para expresar agradecimientos u otras notas aclaratorias acerca del tra-
bajo, se utilizará una nota encabezada por asterisco, la que precederá a
las otras notas. Dicho asterisco figurará al final del titulo.
18. En el texto de las notas bibliográficas, se evitará el empleo de locuciones
latinas para abreviar las referencias (tales como op., cit., ibid., etc.). Se
recomienda, por su claridad, repetir Ia(s) primera(s) palabra(s) del titulo
seguida(s) de puntos suspensivos (p. e.: ARCE, JOAQuiN. Tasso ... , p. 23).
19. La bibliografia consultada se redactará al final del trabajo, luego de las
notas, según los criterios expresados a continuación.
BAAL, LXIX, 2004 NORMAS EDITORIALES... 351
ErnMPLOS DE LAS NOTAS BIBLIOGRÁFICAS Y LA BIBLIOGRAFlA CONSULTADA
Libros (un autor):
QUEVEDO, FRANCISCO DE. Poemas escogidos. Edición, introducción y notas
de José Manuel Blecua. Madrid: Castalia, 1974. 382 p. (Clásicos
Castalia; 60).
con subtítulo:
ARCE, JOAQuíN. Tasso y la poesía española: repercusión literaria y confronta-
ción lingüística. Barcelona: Planeta, 1973. 347 p. (Ensayos/Planeta).
nueva edición, colaboradores y volúmenes:
CERVANTES SAAVEDRA, MIGUEL DE. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha. Edición y notas por Celina Sabor de Cortazar e Isaías Lemer;
prólogo de Marcos A. Morínigo. 2.- ed. correg. y actual. Buenos Ai-
res: Huemul, 1983, 1973.2 v. (Clásicos Huemul; 71).
dos autores:
PICHOIS, CLAUDE y ANoRÉ M. RoussEAu. La literatura comparada. Versión
española de Germán Colón Doménech. Madrid: Gredos, 1969.241 p.
(Biblioteca Románica Hispánica. m. Manuales; 23).
MORLEY, S. GRlSWOLD y COURTNEY BRUERTON. Cronología de las comedias de
Lope de Vega: con un examen de las atribuciones dudosas, basado
todo ello en un estudio de su versificación estrófica. Versión española
de María Rosa Cartes. Madrid: Gredos, 1968. 693 p. (Biblioteca
Ron$lica Hispánica. l. Tratados y Monograflas; 11).
tres autores:
DELACROIX, SAMUEL; ALAiN FOUQUlER y CARLOS A. JENDA
más de tres autores:
352 NORMAS EDITORIALES... BAAL. LXIX, 2004
OBIETA, ADoLFO y OTROS. Hablan de Macedonio Fernández, por Adolfo de
Obietu; Gabriel del Mazo, Federico Guillenno Pedrido, Enrique
Villegas, Arturo Jauretche, Lily Laferrere, Miguel Shapire, Leopoldo
Marechal, Manuel Peyrou, Francisco Luis Bernárdez, Jorge Luis Borges
y Gennán Leopoldo García. Buenos Aires: Carlos Pérez, 1968. 127 p.
Editor o compilador:
AIZENBURG, EDNA, ed.
DISKIN, MARTÍN y FERNANDO LEGAs, eds.
RODRÍGUEZ SERRANO, MARÍN, comp.
Autor institucional:
ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS. Academia Argentina de Letras: 1931-2001.
Buenos Aires: Academia, 2001. 63 p.
Sin autor identificado, anónimos y antologías:
Enciclopedia lingüística hispánica. I. Madrid: CSIC, 1959.
Capítulo de libro:
FILLMORE, CHARLES. "Scenes and frames semantics". En ZAMPoLU, A., ed.
Linguistic structures processing. Amsterdam: North-Holland, 1982,
pp. 55-81.
COSERIU, EUGENIO. "Para una semántica diacrónica estructural". En su Princi-
pios de semántica estructural. Madrid: Gredos, 1977, pp. 11-86.
Artículo de revista:
MaURE, JOSÉ LUIS. "Unidad y variedad en el español de América
(Morfosintaxis)". En Boletín de la Academia Argentina de Letras.
Tomo 64, n.o 261-262 (2001), pp. 339-356.
LAPESA, RAFAEL. "La originalidad artística de «La Celestina»". En Romance
Phi/ology. Vol. 17, n.o 1 (1963), pp. 55-74.
BAAL, LXIX, 2004 NORMAS EDITORIALES... 353
CARILLA, EMIUo. "Dos ediciones del «Facundo»". En Boletín de Literaturas
Hispánicas. N.o I (1959), pp. 45-56.
GHlANO, JUAN CARLOS. "Fray Mocho en Buenos Aires". En Revista de la
Universidad de Buenos Aires. Afto 3, n.O 4 (1958), pp. 569-578.
Manuscrito:
PERLOTn, ANA M. Una aproximación a la metaf/Sica de Jorge Luis Borges.
MS. 103 p. .
Tesis:
MOSTAFA, SOLANGE. Epistemologia da Biblioteconomia. Sao Paulo: PUC-SP,
1985. 300 p. Tesis de doctorado.
Congreso:
Congreso de Academias de la Lengua Espaflola (8.°: 1980: Lima). Memoria.
Lima: Academia Peruana de la Lengua, 1980. 626 p.
Artículo de congreso:
BATnSTESSA, ÁNGEL J. "La lengua y las letras en la República Argentina". En
Congreso de Academias de la Lengua Española (8.°: 1980: Lima).
Memoria. Lima: Academia Peruana de la Lengua, 1980, pp. 540-546.
Artículo de periódico:
LoUBET, JORGJ!LINA. "La estrella fugaz". La Gaceta. Suplemento Literario.
Tucumán, 21 de febrero de 1993, p. 4.
Reseña:
HWANGPO, CJ!CILIA P. Reseiia de Análisis lingüístico del género chicCf andaluz
y rioplatense (1870-1920) / Miguel Calderón Campos. Granada: Uni-
354 NORMAS EDITORIALES... BAAL, LXIX, 2004
versidad de Granada, 1998.545 p. En Hispanic Review. Vol. 69, n.O 3
(200t);pp.381-382.
Documentos en Internet:
artículo de revista:
l!AMMERSLEY, MARTYN y ROGER GOMM. "Bias in social research" [en linea].
En Sociological Research Online. Vol. 2, n.o 1 (1997).
http://www.soeresonline.org.uk/socreonline/211/2.html [Consulta: 29
abril 2002].
periódico:
CuFRDA, JOSÉ LUIS. ''Para abrir los ojos" [en línea]. El País Digital. 9 mayo
1997, n.o 371.
http://www.elpais.es/pI19970509/eultura [Consulta: 18 junio 1998].
otros:
WALKER, JANICE R. MLA-style 'citations 01 electronic sources [en línea].
Endorsed by the Allianee for Computer and Writing. Ver. 1.1. Tampa,
Florida: University of South Florida, 1996.
http://www.eas.usf.edu/english/walker/rnla.html [Consulta: 12 marzo
1999].
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Telefax: 4954-7700 / 4954-7300
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Mayo de 2005
PUBLICACIONES
DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS
Boletín, órgano oficial de la Academia Argentina de Letras, 69 tomos. (1933-
2004),274 números.
ANEJOS DEL BOLETÍN DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS
Anejo 1: Homenaje a Jorge Luis Borges. (1999). Agotado.
SERIE CLÁSICOS ARGENTINOS
1. Juan María Gutiérrez: Los poetas de la revolución. Prólogo de
Juan P. Ramos. (1941). Agotado.
n. Olegario V. Andrade: Obras poéticas. Texto y estudio de
Eleuterio F. Tiscomia. (1943). Agotado.
m-IV. Calixto Oyuela: Estudios literarios. Prólogo de Álvaro Melián
Lafinur. (2 tomos, 1943). Agotados.
V-VI. José Mármol: Poesías completas. Tomo 1, Cantos del Peregrino.
Texto y prólogo de Rafael Alberto Arrieta. Tomo n, Armonías,
Poesías diversas. Notas preliminares de Rafael Alberto Arrieta.
(Tomo 1,1946 - Tomo n, 1947). Agotados.
Vll-Yrn. Calixto Oyue1a: Poetas hispanoamericanos. 2 tomos. (Tomo 1,
1949 - Tomo n, 1950). Tomo 1: agotado.
IX-X. Paul Groussac: Mendoza y Garay. Tomo 1, Don Pedro de
Mendoza. Prólogo de Carlos Ibarguren. Tomo n, Juan de Garay.
(Tomo 1,1949 - Tomo 11,1950). Agotados.
XI. Rafael Obligado: Prosas. Compilación y prólogo de Pedro Luis
Barcia. (1976). Agotado.
XII. Juan María Gutiérrez: Pensamientos. Prólogo de Ángel J.
Battistessa. (1980). Agotado.
XIII. Martín Coronado: Obras dramáticas. Selección y prólogo de
Raúl H. Castagnino. (1981).
XIV. Joaquín Castellanos: Páginas evocativas. Selección y prólogo de
Bernardo González Arrili. (1981).
XV. La Lira Argentina. Edición crítica, estudio y notas por Pedro
Luis Barcia. (1982).
XVI. Juan Bautista Alberdi: Escritos satiricos y de crítica literaria.
Prólogo y notas de José A. Oria. (1986).
SERIE ESTUDIOS ACADÉMICOS
1. William Shakespeare: Venus y Adonis. Traducción poética direc-
ta del inglés, precedida de una introducción y seguida de notas
críticas y autocríticas por Mariano de Vedia y Mitre. Prólogo de
. c;arlos Ibarguren. (1946). Agotado.
11. Arturo Marasso: Cervantes. (1947). Agotado.
III. Gonzalo Zaldumbide: Cuatro grandes clásicos americanos.
(1948). Agotado.
IV. Bartolomé Mitre: Defensa de la poesía. Introducción y notas criti-
cas por Maríano de Vedia y Mitre. (1948). Agotado.
V. Dalmacio V élez Sársfield: La Eneida. Prólogo de Juan Álvarez.
(1948). Agotado.
VI. José León Pagano: Evocaciones. Ensayos. (1964). Agotado.
VII. José A. Orla: Temas de actualidad durable. (1970). Agotado.
VIII. Carmelo M. Bonet: Pespuntes criticas. (1969). Agotado.
IX. Fermín Estrella Gutiérrez: Estudios literarios. (1969). Agotado.
X. Jorge Max Rohde: Humanidad y humanidades. Estudios literarios.
(1969). Agotado.
XI. Ricardo Sáenz-Hayes: Ensayos y semblanzas. (1970). Agotado.
XII. Osvaldo Loudet: Figuras próximas y lejanas. Al margen de la
historia. (1970). Agotado.
XIII. Carlos Villafuerte: Refranero de Catamarca. (1972). Agotado.
XIV. Alfredo de la Guardia: Poesía dramática del romanticismo.
(1973). Agotado.
XV. Leónidas de Vedia: Baudelaire. (1973). Agotado.
XVI. Miguel Ángel Cárcano: El mar de las Cícladas. (1973). Agotado.
XVII. Rodolfo M. Ragucci: Voces de Hispanoamérica. (1973). Agotado.
XVrrr. José Luis Lanuza: Las brnjas de Cervantes. (1973). Agotado.
XIX. Bernardo González Arrili: Tiempo pasado. Semblanza de escri-
tores argentinos. (1974). Agotado.
XX. Carlos Villafuerte: Adivinanzas recogidas en la provincia de
Catamarca. (1975). Agotado.
XXI. Osvaldo Loudet: Ensayos de crítica e historia. (1975). Agotado.
XXIT. Orestes Di Lullo: Castilla: Altura de España. (1975). Agotado.
XXIII. Jorge Max Rohde: Ángulos. (1975). Agotado.
XXIV. Alfredo de la Guardia: Temas dramáticos y otros ensayos. (1978).
Agotado.
XXV. Eduardo González Lanuza: Temas del "Martín Fierro". Prólogo
de Bernardo Canal Feijóo. (1981).
XXVI. Celina Sabor de Cortazar: Para una relectura de los clásicos
españoles. Presentación de Raúl H. Castagnino. (1987).
XXVII. Sarmiento -Centenario de su muerte-. Recopilación de textos
publicados por miembros de la Institución. Prólogo de Enrique
Anderson Imbert. (1988).
XXVIII. Estanislao del Campo: Fausto. Estudio preliminar de Ángel J.
Battistessa. (1989).
XXIX. Raúl H. Castagnino: El teatro en Buenos Aires durante la época
de Rosas. 2 tomos. Noticia preliminar de Amelía Sánchez Garri-
do. (1989).
XXX. España y el Nuevo Mundo. Un diálogo de quinientos años. Tex-
tos pertenecientes a miembros de la Institución. Prólogo de Fe-
derico Peltzcr. 2 tomos. (1992).
XXXI. Antonio Pagés Larraya: Nace la novela argentina (1880-1900). (1993).
XXXII. Paul Verdevoye: Costumbres y costumbrismo en la prensa ar-
gentina desde 1801 hasta 1834. (1994).
XXXIII. Ángela B. Dellepiane: Concordancias del poema Martín Fierro.
2 tomos. (1995).
XXXN. Raúl H. Castagnino: Misceláneas de lo literario. (1998).
XXXV. Carlos Orlando Nállim: Cervantes en las letras argentinas. (1998).
XXXVI. Horacio Castillo: Ricardo Rojas. (1999).
XXXVII. Osear Tacca: Los umbrales de "Facundo" y otros textos
sarmientinos. (2000).
XXXVIII. Horacio Castillo: Darío y Rojas. Una relación fraternal. (2002).
XXXIX. Federico Peltzcr: ... En la narrativa argentina. (2003).
XL. Horacio Castillo: La luz cicládica y otros temas griegos. (2004).
XLI. Federico Pe1tzer: El hombre y sus temas. (En algunos narrado-
res europeos de los siglos XIX y XX). (2004).
SERIE ESTUDIOS LINGüíSTICOS Y FILOLÓGICOS
1. Pedro Henrfquez Urefta: Observaciones sobre el español en Amé-
rica y otros estudios filológicos. Compilación y prólogo de Juan
Carlos Ghiano. (1976). Agotado.
11. María Luisa Montero: Vocabulario de Benito Lynch, con la cola-
boración de Silvia N. Trentalance de Kipreos. Premio Conde de
Cartagena (1980-1982), de la Real Academia Espafiola. (1986).
m. Nélida E. Donni de Mirande: Historia del español en Santa Fe
del siglo XVI al siglo XIX. (2004).
IV. Ana Ester Virkel: Español de la Patagonia. Aportes para la
d9.finición de un perfil sociolingüístico. (2004).
V. Pedro Luis Barcia: Los diccionarios del español de la Argentina
(2004).
SERIE HOMENAJES
1. Homenaje a Cervantes. (1947). Agotado.
II. Homenqje a Leopoldo Lugones. 1874-1974. (1975). Agotado.
III. Homenaje a Francisco Romero. 1891-1962. (1993).
IV. Homenaje a Oltverio Girondo. 1891-1967. (1993).
V. Homenaje a Álvaro Melián Lafinur 1889-1958 y Olegario V.
Andrade 1839-1882. (1993).
VI. Homenaje a Pedro Salinas. 1891-1951. (1993).
VII. Cuatro Centenarios (José A. Oría, Bernardo González Arrili,
Jorge Max Rohde, Pedro Miguel Obligado). (1994).
VIII. Homenaje a Vicente Huidobro 1893-1948 y César Vallejo 1892-
1938. (1994).
IX. Homenaje a Edmundo Guibourg. 1893-1986. (1994).
X. Homenaje a Juan Bautista Alberdi. 1810-1884. (1995).
XI. Homenaje a José Hernández 1834-1886 y Ricardo Güiraldes
1886-1927. (1995).
XII. Homenaje a Federico García Lorca. 1898-1936. (1995).
XIII. Homenaje a Roberto F. Giusti. 1887-1978. (1995).
XIV. Homenaje a Celina Sabor de Cortazar. 1913-1985. (1995).
XV.' Homenaje a Domingo Faustino Sarmiento. 1811-1888. (1995).
XVI. Homenaje a Arturo Capdevila 1889-1967 y Osvaldo Loudet 1889-
1983. (1995).
XVII. Homenaje a Alfonso Reyes. 1889-1959. (1995).
XVIII. Homenaje a Alfonso de Lafe"ere. 1893-1978. (1995).
XIX. Homenaje a Juana de Ibarbouroll y Sor Juana Inés de la Cruz.
(1996).
XX. Homenaje a Ezequiel Martinez Estrada. 1895-1964. (1997).
XXI. Homenaje a Victoria Ocampo. 1890-1979. (1997).
XXII. Homenaje a Esteban Echeverria (1805-1851). Academia Argen-
tina de Letras y Academia Nacional de la Historia. (2004).
Colección LA ACADEMIA Y LA LENGUA DEL PUEBLO
1. El léxico del tonelero, César E. Quiroga Salcedo y Gabriela Llull
Offenbeck. (2004).
n. El léxico del telar, Isidro Ariel Rivero Tapia. (2004).
OTRAS PUBLICACIONES
Discursos Académicos
l. Discursos de recepción: 1933-1937 (1945).
n. Discursos de recepción: 1938-1944 (1945).
III. Discursos y conferencias: 1932-1940 (1947).
N. Discursos y conferencias: 1941-1946 (1947).
Augusto Malaret: Diccionario de americanismos. (Suplemento). 2 tomos.
Tomo 1 (1942). Tomo II (1944). Agotados.
Leopoldo Lugones: Diccionario etimológico del castellano usual, (1944).
Agotado.
Leopoldo Diaz: Antologia.Prólogo de Arturo Marasso. (1945). Agotado.
Carlos Villafuerte: Voces y costumbres de Catamarca. 2 tomos. Tomo 1
(1954). Tomo n (1961). Agotados.
Baltasar Gracián: El discreto. Texto critico por Miguel Romera Navarro y
Jorge M. Furt. (1959). Agotado.
Martín Gil: Antología. Selección y prólogo de Arturo Capdevila. (1960).
Ricardo Sáenz-Hayes: Ramón J. Cárcano, en las letras, el gobierno y la
diplomacia. (1860-1946). (1960).
Arturo Capdevila: Alta memoria. Libro de los ausentes que acompañan. (1961).
Agotado.
Arturo Marasso: Poemas de integración. (1964); 2.· edición (1969).
IV Congreso de las Academias de la Lengua Española. (1966). Agotado.
Enrique Banchs: Obra poética. Prólogo de Roberto F. Giusti. (1973).
Reimpresión (1981).
Enrique Banchs: Prosas. Selección y prólogo de Pedro Luis Barcia. (1983).
Jorge Vocos Lescano: Obra poética. 2 tomos. Tomo 1: 1949-1977. (1979).
Tomo 1I: 1978-1987. (1987).
Carlos Mastronardi: Poesías completas. Prólogo de Juan Carlos Ghiano. (1981).
Bernardo González Arrili: Ayer no más. "Calle Corrientes entre Esmeralda y
Suipacha". "Buenos Aires, 1900". Palabras preliminares por Raúl H.
Castagnino. (1983).
Dudas idiomáticas frecuentes. (Versión que incorpora normas de la "Orto-
grafía", de la Real Academia Española, ed. 1999). (2000).
CD-ROM. Registro de Lexicograjia Argentina. (2000).
CD-ROM. Dudas Idiomáticas Frecuentes. (2001).
Diccionario del habla de los argentinos. Editorial Espasa. (2003).
CD-ROM. Acuerdos acerca del idioma. Serie: Notas sobre el habla de los
argentinos. Vol. 1 (1971-1975); vol. II (1976-1980); vol. III (1981-
1985); vol. IV (1986-1989). (2004).
Novedades
Boletín de la Academia Argentina de Letras. Tomo LXIX, mayo-agosto de
2004, N.O 273-274.
Ana Ester Virke1: Español de la Patagonia. Aportes para la dejinición de un
peljil sociolingüístico. Serie Estudios Lingüísticos y Filológicos de la
Academia Argentina de Letras, Volumen IV. (2004).
Federico Peltzer: El hombre y sus temas. (En algunos narradores europeos
de los siglos XIX y XX). Serie Estudios Académicos de la Academia
Argentina de Letras, Volumen XLI. (2004).
Pedro Luis Barcia: Los diccionarios del español en la Argentina. Serie Estu-
dios Lingüísticos y Filológicos de la Academia Argentina de Letras,
Volumen V. (2004).
Horacio Castillo: La luz cic/ádica y otros temas griegos (2004). Serie Estu-
dios Académicos de la Academia Argentina de Letras, Volumen XL.
(2004).
Dudas idiomáticas frecuentes. (Versión que incorpora normas de la "Orto-
grafía", de la Real Academia Española, ed. 1999). (2000).
CD-ROM. Registro de Lexicograjia Argentina. (2000).
CD-ROM. Dudas Idiomáticas Frecuentes. (2001).
Diccionario del habla de los argentinos. Editorial Espasa. (2003).
CD-ROM. Acuerdos acerca del idioma. Serie: Notas sobre el habla de los
argentinos. Vol. 1 (1971-1975); vol. II (1976-1980); vol. III (1981-
1985); vol. IV (1986-1989). (2004).
Novedades
Boletín de la Academia Argentina de Letras. Tomo LXIX, mayo-agosto de
2004, N.O 273-274.
Ana Ester Virke1: Español de la Patagonia. Aportes para la dejinición de un
peljil sociolingüístico. Serie Estudios Lingüísticos y Filológicos de la
Academia Argentina de Letras, Volumen IV. (2004).
Federico Peltzer: El hombre y sus temas. (En algunos narradores europeos
de los siglos XIX y XX). Serie Estudios Académicos de la Academia
Argentina de Letras, Volumen XLI. (2004).
Pedro Luis Barcia: Los diccionarios del español en la Argentina. Serie Estu-
dios Lingüísticos y Filológicos de la Academia Argentina de Letras,
Volumen V. (2004).
Horacio Castillo: La luz cic/ádica y otros temas griegos (2004). Serie Estu-
dios Académicos de la Academia Argentina de Letras, Volumen XL.
(2004).