TEMA 3.
Problemas ortotipográficos y cuestiones avanzadas de escritura y
presentación formal de los textos
1. CUESTIONES COMPLEJAS SOBRE LA PUNTUACIÓN Y EL USO DE
MAYÚSCULAS
Usos de la coma (,)
Para separar elementos de una misma serie (equivalentes).
En verano me levanto tarde, estudio dos horas, voy a la piscina y tomo un poco el sol.
Antonio, Juan, mis padres y los tuyos vinieron a verme al trabajo.
Para sustituir un verbo omitido.
Nosotros iremos al País Vasco; mis padres, a Italia.
Con las aposiciones explicativas (construcción en la que un sustantivo o grupo nominal
sigue inmediatamente a otro elemento de la misma clase con el que forma una unidad
sintáctica) y vocativos (expresión nominal en función apelativa).
Madrid, la capital de España, está llena de turistas en diciembre.
Hola, María.
Niño, estate quieto.
Para separar oraciones de relativo explicativas.
Todos mis alumnos, que son muy listos, sacan buenas notas.
Para intercalar incisos o explicaciones.
Este es, según dicen, el personaje de año.
Según refiere Cassany (1988:128), es escribir…
Se recomienda puntuar las oraciones introducidas por la locución así como de igual
manera que los incisos.
Era famoso por su voz, así como por su forma de actuar.
Ana, así como el resto de su familia, no quiso perderse el evento.
En las construcciones absolutas: aquellas en las que se unen un sujeto y un elemento
predicativo (principalmente, un participio o un gerundio) sin la presencia de un verbo en
forma personal.
Finalizadas las excavaciones, se organizó una exposición para mostrar los utensilios encontrados.
Ellos, viviendo allí su hijo, no necesitan buscar un hotel.
Delante de y si tiene valor adversativo (equivalente a pero).
Le aconsejé que no lo comprara, y no hizo caso.
Delante de las conjunciones cuando la secuencia que encabezan enlaza con todo el
predicado anterior y no con el último de sus miembros coordinados.
Pagó el traje, el bolso y los zapatos, y salió de la tienda. No sé si ir de vacaciones a Francia o Italia, o
quedarme en casa.
Cuando se enlazan miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo
enunciado, si el último de ellos no introduce un elemento perteneciente a la misma
serie o enumeración (por indicar normalmente una conclusión o consecuencia).
Pintaron las paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los muebles, pusieron alfombras y
quedaron encantados con el resultado.
Detrás de muchos adverbios o locuciones adverbiales y grupos preposicionales que
funcionan como modificadores oracionales: efectivamente, realmente, así, además, por
tanto, por último, sin embargo, por consiguiente…
Así, no lograréis vernos.
En una palabra, no quiero que me lo digas.
O sea, es decir, esto es van siempre entre comas.
Llegué muy tarde a clase, o sea, me perdí la corrección de los primeros ejercicios.
Cuando una oración subordinada antecede a la principal:
● Condicionales: Si nos visitas, podrás conocer a nuestro hijo.
● Causal: Porque son verdes tu ojos, te quejas.
● Temporal: Cuando llegó, todo había terminado.
● Final: Para que todo salga bien, te dejo aquí todos los detalles.
● Final explicativa: Para que lo sepas, tienes aquí todos los detalles.
Se antepone a la conjunción (o locución conjuntiva) en oraciones adversativas,
concesivas y las consecutivas introducidas conque, así que, de manera que…
No quiero comer, sino dormir.
No puedo creerte, aunque lo jures.
El sol me está dando en la cara, así que vámonos.
La coma va ante causales explicativas y finales explicativas cuando estas se oponen a
la oración principal.
Tuvimos que alquilar dos coches, ya que vinieron seis.
Tienes que terminarlo hoy, para que te enteres.
Se pone coma siempre delante del constituyente y viceversa.
Uno de los fallos que se comete con más frecuencia es el de escribir separado lo que debe ir junto, y
viceversa.
Se coloca la coma en las dataciones tras el topónimo.
En Almería, a 20 de octubre de 2014.
Se coloca coma entre el día de la semana y el del mes. También cuando los apellidos
preceden al nombre de pila.
Lunes, 23 de junio.
Pérez Rojas, Laura.
Ante apéndices confirmativos (¿verdad?, ¿eh?, ¿no?): Confías en mí, ¿eh?
Para separar interjecciones: Bah, no te preocupes. ¡Hala, derramaste todo!
NO SE PONE COMA entre los miembros coordinados por las conjunciones copulativas
discontinuas: ni… ni…, tanto… como…
Es como el perro del hortelano: ni come ni deja comer.
Se pone coma delante de cada una de las secuencias distributivas encabezadas por (o)
bien…, (o) bien…; ora…, ora…; sea…, sea…; ya…, ya…
Organizaremos la fiesta, bien en tu casa, bien en la mía.
Es opcional tras los elementos focalizados de tipo circunstancial.
NO SE PONE COMA entre el sujeto y el predicado (coma criminal).
*Paco, ha comido en mi casa hoy.
TAMPOCO SE PONE entre el verbo y sus complementos (CD, CI, CPredicativo, CRégimen
o CAgente), salvo si hay incisos.
*El salario mensual de los trabajadores de Lima registró, un aumento del 16% este año.
Usos del punto y coma (;)
Presenta una pausa intermedia entre la del punto y la de la coma, aunque se suele parecer
más a la del punto (el tonema final es también descendente). Para separar oraciones
sintácticamente independientes entre las que existe una estrecha relación semántica.
Era necesario que el hospital permaneciese abierto toda la noche; hubo que hacer turnos.
Todo el mundo a casa; ya no hay nada más que hacer.
Si el vínculo se estima débil, se prefiere usar el punto y seguido; si se juzga más sólido, es
conveniente optar por el punto y coma. La diferencia puede venir dada la por la conexión
semántica entre los enunciados cuando tienen una extensión considerable (por eso
suele ir delante de conectores como por tanto, por consiguiente, sin embargo, así pues, en
definitiva, por otra parte…, cuando encabezan el segundo periodo.
El niño estuvo especialmente revoltoso; por tanto, después de pedirle mil veces por las buenas que
dejara de gritar y saltar en el sofá, no es de extrañar que sus padres acabaran perdiendo la
paciencia.
Los jugadores se entrenaron intensamente durante todo un mes; sin embargo, los resultados no
fueron los que el entrenador esperaba.
Si se estima que las oraciones son muy largas, es posible sustituir el punto y coma por
punto y seguido.
Se escribe punto y coma delante de las conjunciones adversativas pero, mas y aunque
cuando las oraciones que encabezan tienen cierta longitud.
No vivió mucho tiempo en aquella ciudad tan lejana; pero, mientras estuvo allí, disfrutó de todo lo que
le ofrecía…
Se pone punto y coma detrás de cada uno de los elementos de una lista o relación en
líneas independientes cuando estos presentan cierta complejidad y se inician con
minúscula. El último miembro de la enumeración se cierra con punto.
Conjugaciones en español:
- verbos terminados en -ar (primera conjugación);
- verbos terminados en -er (segunda conjugación);
- verbos terminados en -ir (tercera conjugación).
Usos del punto (.)
El punto final indica que el escrito ha concluido. Siempre debe aparecer tras los paréntesis.
Se recogen en la normativa vigente de los cursos de verano de la UNED (Consejo de Gobierno de 15
de diciembre de 2009).
Entre el punto y seguido y el punto y aparte la diferencia no es tan clara (hay subjetividad).
Si se cambia de idea, lo conveniente es usar punto y aparte.
Las abreviaturas siempre llevan punto, pero no se añade otro punto para cerrar el
enunciado si están al final de la oración: pág., etc.
Tras los signos de exclamación e interrogación NO se pone punto: *¡!. *¿?.
Tanto las normas internacionales (ISO 80000 y SI) como las Academias de la Lengua
establecen que los grupos de tres cifras se separan con espacio, no con punto ni con
coma, como por ejemplo 10 000 (también se puede prescindir del espacio: 10000). En
cuanto a los números decimales, las Academias recomiendan el punto (3.1415). No
obstante, también consideran correcto el uso de la coma (3,1415), que es el establecido
legalmente en algunos países, como en España.
En obras de contenido lingüístico, se emplea en lugar del guion: /dár.se.na/
No llevan punto final:
● Los títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras de arte, etc.
● Nombres de autor en cubiertas, portadas, prólogos, firmas, etc.
● Eslóganes publicitarios: Asturias, paraíso natural
● Direcciones electrónicas:
[email protected] ● Las clasificaciones o enumeraciones en forma de lista si son breves y no tienen
estructura oracional.
Usos de los puntos suspensivos (...) y los dos puntos (:)
Se usan los puntos suspensivos en enumeraciones abiertas o incompletas (como etc.).
Puedes hacer lo que quieras: leer,ver la tele, oír música…
Además, por la suspensión del enunciado por duda, temor o vacilación.
No sé… Creo que, bueno, sí, voy a ir.
Cuando cierran un enunciado se escribe mayúscula tras ellos; en cambio, si el enunciado
continúa tras ellos, la palabra que sigue se inicia con minúscula.
El caso es que si lloviese… Mejor no pensar en esa posibilidad.
Estoy pensando que… aceptaré; en esta ocasión debo arriesgarme.
Cuando se omite una parte de un refrán o sentencia.
Más vale pájaro en mano…
Para omitir parte de las palabras malsonantes.
En las citas se usa [...]. Este recurso no hace falta ponerlo al principio o al final de la cita,
pues ya se supone que es un extracto.
«Fui don Quijote de la Mancha y soy agora [...] Alonso Quijano el Bueno» (Cervantes, Quijote II).
La coma, el punto y coma y los dos puntos se posponen a los puntos suspensivos. No debe
dejarse entre ambos signos ningún espacio de separación. Cuando se combinan con signos
dobles, los puntos suspensivos preceden a la raya, el paréntesis, las comillas, la
interrogación o el signo exclamativo de cierre si lo que se omite o se sobrentiende forma
parte del discurso enmarcado por estos signos. En cambio, si el texto elidido corresponde al
discurso principal, los puntos suspensivos se escriben tras los mencionados signos de
cierre.
Los dos puntos se usan cuando se anticipa una enumeración. Si no se anticipa, la
enumeración no va precedida de dos puntos.
Cumple los tres requisitos: sabe, explica y atiende a los alumnos.
Tras los saludos de las cartas o correos electrónicos que figuran como encabezamiento.
Querida María:
Te escribo…
Para las horas deben usarse los dos puntos (el punto también se acepta).
18:30/18.30
Siempre que se trate de ejemplificar.
Por ejemplo: La casa es nueva.
Para las citas en estilo directo.
El profesor me dijo: «déjalo encima de la mesa».
En los textos jurídicos después de los verbos verifica, declara, expone, solicita.
Además, se emplean para conectar oraciones o proposiciones relacionadas entre sí sin
necesidad de utilizar otro nexo. Hay diferentes tipos de relaciones:
● Para señalar una conclusión o resumen. Varios vecinos monopolizaron la reunión con
problemas particulares: no llegaron a ponerse de acuerdo.
● Relación causa-efecto. Se ha quedado sin trabajo: no podrá ir de vacaciones este verano.
● Verificación o explicación de la proposición anterior, que suele tener un sentido más
general. La paella es un plato de la cocina española muy completo desde el punto de vista
nutritivo: cuenta con la fécula del arroz y las proteínas de sus carnes y pescados.
Usos de la raya (-) y el apóstrofo (’)
Se usa la raya para aislar aclaraciones o incisos que interrumpen un enunciado.
Para él la amistad -algo que valoraba más que cualquier otra cosa- era sagrada.
Para los incisos de un narrador:
- Esto -dijo el molinero- no es harina.
Nunca debe suprimirse la raya de cierre del inciso en ambos casos. Se usa una raya en las
intervenciones de un diálogo, como en el ejemplo anterior.
El apóstrofo es un signo ortográfico auxiliar en forma de coma alta (’) que apenas se usa
en el español actual. No debe utilizarse el acento agudo (´) para representar el apóstrofo.
Como usos propios de la lengua española, se distinguen principalmente dos. En ambos se
escribe sin espacio de separación respecto a los caracteres anterior y posterior.
1. En ediciones actuales no modernizadas de textos antiguos indica la elisión de la vocal final
de determinadas palabras (preposiciones, artículos, conjunciones) cuando la que sigue
comienza por vocal: d’aquel (por de aquel), qu’es (por que es).
2. Refleja, en la escritura, la elisión de sonidos que se da en ciertos niveles de la lengua oral al
pronunciar palabras sucesivas: «Y en Camagüey, ¿t’acuerdas de…?». Cuando la segunda
palabra comienza por hache, esta debe conservarse: «Nadie m’ha querío matar nunca». El
apóstrofo no debe usarse para marcar apócopes o aféresis que se producen con
independencia de la palabra que las siga, como pa por para o ña por doña.
Se conserva en la reproducción de nombres o expresiones pertenecientes a lenguas en las
que se mantiene el uso moderno, como el catalán, el inglés, el francés o el italiano:
L’Hospitalet de Llobregat, O’Connor, c’est la vie, D’Annunzio.
Hay que evitar los siguientes usos del apóstrofo, muchos de ellos por influjo del inglés:
1. Cuando aparece en sustitución de las dos primeras cifras de un año: *‘82 por 1982. Si se
desea indicar abreviadamente el año, no debe usarse el apóstrofo: *promoción del ‘92; basta
con reflejar solo las dos últimas cifras: promoción del 92.
2. Tampoco es correcto su empleo en la expresión de las décadas: *los 30’s o *los ‘30 por los
años 30.
3. Cuando se usa, seguido de una s, para indicar el plural de una sigla: *ONG’s. En español, las
siglas son gráficamente invariables en plural: las ONG.
No debe usarse el apóstrofo para separar las horas de los minutos: *20’30 h. En este caso,
se recomienda el empleo de los dos puntos o el punto.
Tampoco debe usarse para separar, en los números, la parte entera de la parte decimal:
*3’1416…
No debe confundirse con apóstrofe (‘invocación vehemente’ e ‘insulto’).
Otros usos de la mayúscula
En frases interrogativas y exclamativas existen dos posibilidades:
1. Si la pregunta o la exclamación constituyen la totalidad del enunciado, y sus signos
de cierre equivalen a un punto, la primera palabra de la pregunta o la exclamación
se escribe con inicial mayúscula, así como la palabra que inicia la oración siguiente.
¿Qué hora es? Creo que llego tarde.
¡Qué alegría! Pensé que no volvería a verte.
2. Cuando la pregunta o la exclamación constituye solo una parte del enunciado,
pueden darse dos casos:
a. Si la pregunta o la exclamación inicia el enunciado, la palabra que sigue al signo de
apertura se escribe con mayúscula y la que sigue al signo de cierre con minúscula:
¿Qué he hecho hoy?, me pregunto todos los días. También cuando se separan unas
de otras por signos de coma o de punto y coma: ¿Cómo te llamas?, ¿en qué
trabajas?, ¿dónde naciste?
b. Si la pregunta o exclamación no está situada al comienzo del enunciado, la palabra
que sigue al signo de apertura de interrogación o exclamación se escribe con
minúscula: Pero ¡qué niño tan guapo!; Eres arquitecta, ¿no?; Marina, ¿puedes venir?
En español, se escriben con inicial mayúscula todos los nombres propios (antropónimos
–incluidos nombres de pila, apellidos y nombres de familias o dinastías–, apodos), los
apelativos antonomásticos y las advocaciones (el Creador, el Todopoderoso…), así
como las palabras del léxico común que funcionan con valor de tales, es decir, cuando
designan entes únicos con función identificativa (Toro Sentado, el Gato con Botas).
Los nombres propios de animales, plantas y objetos singularizados: Moby Dick, el
Titanic, etc.
La primera palabra de los nombres latinos de especies y subespecies de animales y
plantas usados en la nomenclatura científica internacional, que se escriben, además, en
cursiva: Homo sapiens, Felis silvestris catus.
Los nombres de los signos del Zodiaco: Nació bajo el signo de Tauro. Solo se escriben con
minúscula cuando se aplican a personas.
Los nombres propios de los cuerpos celestes y otros entes astronómicos como galaxias,
constelaciones, estrellas, planetas y satélites: Marte, la Osa Mayor, la Vía Láctea, el cometa
Halley. Las palabras tierra, sol y luna se escriben con mayúscula inicial cuando se usan
como nombres propios en contextos netamente astronómicos: «Mercurio era el más
cercano al Sol y le seguía[n] Venus, la Tierra (orbitada por la Luna), Marte, Júpiter y
Saturno». Fuera de estos casos, tanto en usos rectos como derivados, se escriben con
minúscula: Se levanta al salir el sol; Hoy hay luna llena; Ha desaparecido de la faz de la
tierra. Asimismo, expresiones referenciales como estrella polar se escriben con minúscula.
Aunque tradicionalmente se ha empleado la mayúscula para marcar el respeto o
relevancia otorgados social o individualmente a determinadas personas o cosas (papa,
rey, misa, patria, bandera…) o para destacar conceptos considerados relevantes
(humanidad, naturaleza, universo…), se recomienda restringir al máximo estos usos,
siendo lo más indicado evitarlos, ya que responden a criterios extralingüísticos, y su
aplicación es subjetiva y de difícil regularización.
Los nombres propios de tormentas, huracanes y otros fenómenos atmosféricos u
oceánicos, pero no el nombre común genérico que los acompaña: la borrasca Filomena, el
tifón Fred, la corriente del Labrador.
Los nombres propios de los accidentes geográficos, pero no los nombres comunes
genéricos que los acompañan (río, mar, océano, sierra, cordillera, cabo…): el océano
Pacífico, el mar Rojo, el río Amazonas, la cordillera Cantábrica, las islas Galápagos…
Los nombres propios de regiones naturales y comarcas, continentes, países,
divisiones territoriales y ciudades, ya sean reales o imaginarios: el Bierzo, América,
Suecia, Galicia, Córdoba, Wakanda.
Las disciplinas científicas y las diversas ramas del conocimiento van en minúscula: Nuevos
avances en física nuclear; La morfología es una parte de la gramática. Solo se escriben
con mayúscula inicial cuando nos referimos a ellas como materias de estudio en
contextos académicos o curriculares (nombres de asignaturas, titulaciones, cátedras,
facultades, etc.): Me he matriculado en Arquitectura; ¿Quién te da Física?
Todas las palabras significativas que componen la denominación completa de
entidades, instituciones, organismos, departamentos o secciones administrativas, órdenes
religiosas, hermandades o cofradías, unidades militares, partidos políticos, equipos
deportivos, organizaciones, asociaciones, compañías teatrales y grupos musicales:
Biblioteca Nacional, Universidad Central de Venezuela, Facultad de Humanidades…
Los nombres propios de barrios, urbanizaciones, calles, espacios urbanos y vías de
comunicación, pero no el nombre común genérico que los precede: el barrio de las Letras,
la calle (de) Alcalá…
El nombre de establecimientos comerciales, culturales o recreativos: (bar) Aquí Me
Quedo; (grandes almacenes) El Corte Inglés; (mercería) El Botón de Oro; (cine) Avenida;
(hotel) La Perla. si en el nombre del establecimiento el término específico complementa al
sustantivo genérico (como sustantivo en aposición, adjetivo o complemento preposicional),
el genérico puede escribirse tanto con minúscula (opción preferida) como con mayúscula:
café Gijón o Café Gijón.
Determinados sustantivos cuando designan entidades u organismos de carácter
institucional: la Iglesia, el Ejército, la Armada, la Universidad, la Policía, el Parlamento, el
Gobierno español, la Administración central… En cambio, se escriben con minúsculas
cuando no designan la institución: un policía [= un agente], una iglesia ortodoxa [= un
edificio]; ni cuando se emplean en singular con valor colectivo, refiriéndose a grupos
concretos de individuos: El ejército [= las tropas] cruzó la frontera; Lo detuvo la policía [=
varios agentes].
La primera palabra del título de cualquier obra de creación (libros, películas, cuadros,
esculturas, piezas musicales, programas de radio o televisión, etc.): Libro de buen amor,
Cien años de soledad, Pasión de gavilanes. No es correcto escribir todos los elementos
significativos con mayúscula (*Libro de Buen Amor), ya que el uso obligatorio de la
cursiva los delimita suficientemente. La misma norma puede aplicarse también a los títulos
en otra lengua citados en textos españoles: West side story. Se escribe asimismo con inicial
mayúscula la primera palabra de los títulos abreviados o alternativos, pero no el artículo que
los precede: la Celestina, el Quijote, la Quinta sinfonía.
La primera palabra del título de las subdivisiones o secciones internas de una
publicación o un documento (capítulos de un libro, titulares de prensa, columnas de
opinión, etc.). Si se hace referencia a ellos dentro de un texto, se delimitan con comillas: En
el capítulo II, «La representación gráfica del acento», se exponen los usos de la tilde.
Además de la primera palabra, los sustantivos y adjetivos que forman parte del
nombre de publicaciones periódicas o de colecciones: La Vanguardia, Biblioteca
Románica Hispánica.
Todas las palabras significativas que forman parte del nombre o título de programas,
planes o proyectos: Plan de Fomento de la Lectura.
Todas las palabras significativas del título de documentos oficiales o históricos
(tratados, convenciones, acuerdos, declaraciones, etc.), y de textos legales o jurídicos
(fueros, códigos, leyes, decretos, etc.: la Convención de Ginebra; la Carta de las Naciones
Unidas; el Código Civil; la Ley 40/1998, de 9 de diciembre, del Impuesto sobre la Renta de
las Personas Físicas y otras Normas Tributarias.
La mayúscula sostenida favorece la visibilidad y legibilidad de textos cortos, por lo que se
suelen escribir enteramente en mayúsculas en carteles. En ámbitos como la publicidad o
el diseño gráfico es frecuente la aparición de mayúsculas y minúsculas no justificadas
desde el punto de vista ortográfico. Estos usos expresivos o estilísticos, que buscan atraer
la atención del receptor, no deben extenderse a la escritura ordinaria. Por ello, aunque
comienza a ser habitual que marcas y nombres comerciales presenten mayúsculas
intercaladas (CubaSí, MásVital, iBanesto) o que el nombre propio de la marca o institución
aparezca escrito enteramente en minúsculas en los logotipos (yoigo, xerox, adidas, renfe),
la grafía del nombre comercial o institucional debe acomodarse a la norma ortográfica
cuando se utilice en el interior de un texto general.
En el caso de las redes sociales, ya que las etiquetas se escriben sin espacio, se puede
aplicar la mayúscula inicial a todas las palabras que las componen: #YoSíMeVacuno;
#NiUnTuitSinSuErrata. Cuando la etiqueta se compone de una sola palabra y forma parte
de un enunciado, es preferible el empleo de minúscula: Nos vamos de #vacaciones. ¡Ya era
hora!
2. EL USO DE LA CURSIVA Y OTRAS MARCAS TIPOGRÁFICAS
La cursiva es, junto con las mayúsculas y las comillas, uno de los tres procedimientos
básicos para indicar que una palabra o grupo de palabras tiene un sentido especial que no
se corresponde con el del léxico común de la lengua. Estos tres procedimientos rara vez se
combinan (salvo ocasionalmente en los nombres propios y la mayúscula de la primera
palabra de una expresión, título, cita o similar). Las principales funciones de la cursiva son
de énfasis y para señalarle al lector que un sintagma o una palabra común puede resultarle
ajena por ser un neologismo, formar parte de una jerga o argot, adoptar una forma
incorrecta o funcionar como metalenguaje, es decir, no formar parte del discurso con el
sentido propio de las palabras.
Cuando aplicar la cursiva no es técnicamente factible, pueden usarse las comillas. En textos
manuscritos es costumbre también aplicar subrayado.
Usos de la cursiva y las comillas
El uso de la cursiva y otras marcas tipográficas
Las viñetas se suelen emplear para representar enumeraciones. En el siguiente ejemplo se
dan dos elementos que continúan debidamente y otros dos que no lo hacen (la introducción
es una parte de oración y los dos últimos ítems son oraciones completas).
3. ANACOLUTOS Y PROBLEMAS AVANZADOS DE CONCORDANCIA
Se clasifican bajo la denominación anacoluto todas las inconsecuencias en la construcción
del discurso, es decir, las construcciones anómalas, las incoherencias sintáctico-lógicas o
las rupturas sintácticas que se deben a diferentes causas:
a distracciones del hablante,
a que este se deje llevar por la influencia del pensamiento y pierde el hilo del
discurso,
a dificultades puntuales para hilvanar los componentes oracionales, etc.
Ejemplos de anacolutos:
– *Clara sus hijos estudian con los míos.
– *Ella no le interesa esos negocios.
– *Un delincuente que se sabe poco o nada de él.
Las expresiones correctas son las siguientes:
– Los hijos de Clara estudian con los míos.
– A ella no le interesan esos negocios.
– Es un delincuente del que se sabe poco o nada.
Este tipo de incorrecciones sintácticas son relativamente frecuentes en la expresión, tanto
oral como escrita, sin embargo, no son admisibles en los textos escritos.
Este tipo de incorrecciones sintácticas aparecen frecuentemente textos escritos de carácter
administrativo y en cartas dirigidas a periódicos.
Veamos un ejemplo de texto administrativo:
*Debido a que la junta General del pasado ejercicio se indicó que la junta Rectora formulase consulta
ante el letrado de la Cámara de la Propiedad Urbana sobre quiénes deberían recaer los gastos de
conservación de las terrazas.
En este párrafo no hay oración principal, por lo que la sintaxis queda truncada sin
posibilidad de que se pueda entender lo que en él se quiere decir. La expresión correcta
sería de la siguiente manera (se ha marcado el verbo de la oración principal):
En la Junta General del pasado ejercicio se propuso que la Junta Rectora formulase consulta ante el
letrado de la Cámara de la Propiedad Urbana para saber en quiénes deberían recaer los gastos de la
conservación de las terrazas.
Entre los anacolutos más habituales se encuentra el uso de es donde o es cuando en las
definiciones, como podemos ver en los siguientes ejemplos:
– *La fotosíntesis es cuando la energía luminosa se convierte en energía química.
– *Los exámenes es donde me pongo más nervioso.
En ambos casos, la expresión es incorrecta, y entre las posibles soluciones se encuentran
las siguientes en las que se ha eliminado dicha expresión o se ha habilitado su aparición
con una sustitución del verbo ser por otro:
– La fotosíntesis es el proceso de conversión de la energía luminosa en energía química. / Hablamos
de fotosíntesis cuando la energía luminosa se convierte en energía química.
– Los exámenes son las situaciones en las que me pongo más nervioso.
Concordancias en las preguntas y respuestas sobre las horas
En cuanto a las concordancias en las preguntas y respuestas sobre las horas, la NGLE ha
admitido estas dos opciones para preguntar la hora (la segunda es más frecuente en el
español de América): ¿Qué hora es? / ¿Qué horas son?
En las respuestas, sin embargo, se recomienda usar únicamente el plural, siempre que la
hora sea un plural: Son las dos (no *Es las dos). Salvo si la hora corresponde a un singular,
deberá ir siempre en singular: Es la una (no *Son la una).
Pronombres relativos y concordancia
El pronombre relativo encabeza oraciones subordinadas con antecedente explícito o
implícito, y puede referirse tanto a personas como a cosas. Cuando va precedido de
artículo, forma el relativo compuesto el que, que varía en género y número de acuerdo con
la palabra a la que se refiere, es decir, con su antecedente: el que, la que, lo que, los que,
las que. Los pronombres relativos deben concordar sintácticamente con el antecedente
al que remiten y con la función que realizan dentro de la oración subordinada. Los
siguientes ejemplos no son correctos:
Con los amigos *que estuvimos ayer he hecho ya varios viajes;
Este es el edificio *que yo trabajo;
en su lugar debió decirse
Con los amigos con los que estuvimos ayer he hecho ya varios viajes
Este es el edificio en (el) que yo trabajo.
Para indicar estado o situación (‘lugar en donde’), es opcional el uso de la preposición en
ante el relativo donde, aunque, cuando no hay antecedente, suele ser más frecuente la
ausencia de preposición:
Ponlo donde quieras / Ponlo en donde quieras.
Inmovilización del pronombre le(s)
El pronombre le(s), como pronombre átono con moción de número, debe flexionarse en
el mismo número que tenga su referente, de modo que resulta incorrecta la no
concordancia que se produce entre ellos, muy frecuente en el ámbito oral, sobre todo, (I)
cuando ambos elementos están alejados el uno del otro o (II) el pronombre precede al
grupo preposicional al que se refiere.
Ejemplos:
*A mis sobrinos le llevé un regalo.
*Ellos no atienden a nada de lo que le dices…
*Hay algunos temas en que sí que se le ve con claridad la dirección…
Pluralización del pronombre lo
Con frecuencia se oye en la lengua oral la pluralización del pronombre átono de
complemento directo lo (= los) con referente singular, cuando forma parte de una oración
con se, en función de complemento indirecto. Se produce si el pronombre se tiene una
referencia plural. Dada la imposibilidad de flexionar en plural dicha forma se, se aplica
indebidamente la flexión de número a la forma del complemento directo en singular lo > los.
Es decir, el hablante confunde CD y CI.
Ejemplos:
Les comuniqué este problema inmediatamente >
*Se los comuniqué inmediatamente (se = a ellos, *los = este problema).
Sujetos incrementados y sujetos de varios elementos unidos por conjunción
copulativa
Sujetos incrementados
En ocasiones, entre el sujeto y el verbo se insertan ciertos complementos o explicaciones
que matizan el significado del sujeto (unidos por junto con, junto a, además de, así como,
con, como). Para estos casos el Diccionario Panhispánico de Dudas (en adelante, DPD)
establecía que, si todo el conjunto se anteponía al verbo, este podía ir en singular o plural,
indistintamente. Sin embargo, la NGLE matiza que, aunque ambas concordancias se
producen, la variante en plural se considera menos recomendable normativamente. Así
pues, de los siguientes ejemplos, el primero se considera el más adecuado y
mayoritario:
El cantante, junto a otros artistas como Ojos de Brujo, Fermín Muguruza o Amparanoia, colabora en
A Bush no le va a gustar.
Esta operación, junto a la adjudicación de las obras, permiten a la petrolera…
Esta obra, junto con el libro de hierro, están ahora en entredicho.
Según hace constar el DPD, si el conjunto se pospone al verbo, uno de los elementos
antecede al verbo y el otro se sitúa después de este (o el elemento que no lleva el nexo
aparece inmediatamente antes del verbo), el verbo ha de ir en singular (los grupos
preposicionales y adverbiales no forman segmento sintáctico con el sujeto):
*Colaboran el cantante, junto a otros artistas, en A Bush no le va a gustar.
*El cantante colaboran, junto a otros artistas, en A Bush no le va a gustar.
Sujetos constituidos por varios elementos en singular unidos por una conjunción copulativa
Si estos elementos se refieren a entidades diferentes, el verbo debe ir obligatoriamente en
plural.
Suponiendo que Aznar y Rajoy estuviesen equivocados.
Si se conciben como una única unidad, el verbo puede ir en singular.
La comida y bebida corre a cuenta de…
La NGLE señala que la variante en singular se suele producir cuando las dos ideas que se
asocian se identifican en la conciencia lingüística del hablante como si designaran una sola
entidad compleja. Por el contrario, el uso del plural respondería a la consideración por parte
del hablante de que los elementos coordinados corresponden a entidades diferentes: La
comida y bebida corren a cuenta de… Por tanto, ambas opciones son válidas,
solamente dependen de la perspectiva del hablante.
En el caso de estructuras con un solo determinante o sin determinación, la concordancia
en singular es lo normal cuando el sujeto se coloca después del verbo y los elementos
coordinados son abstractos y no contables: Le faltaba tiempo y motivación.
En cambio, si el sujeto se coloca delante del verbo (preverbal), la concordancia en singular
es extraña, lo normal es usar el plural: Oro y plata de alta pureza se obtiene de la mina.
Mejor: Oro y plata de alta pureza se obtienen de la mina. Si los elementos coordinados son
gramaticalmente neutros (infinitivos, oraciones sustantivas, pronombres neutros), la
concordancia que predomina es la del singular.
Los predicados que denotan grupos o conjuntos en oraciones copulativas admiten ambas
concordancias: Lo uno y lo otro es/son lo mismo. Sin embargo, las oraciones no copulativas
se prefieren normalmente en plural: Lo uno y lo otro se complementan; Lo mágico y lo real
confluyen en este texto.
En el caso de oraciones subordinadas sustantivas en función de sujeto, generalmente la
concordancia se establece en singular, con excepción de algunos usos en plural, sobre todo
en oraciones con infinitivos coordinados, en los que se documentan ambas
concordancias: Beber buen vino y comer marisco resulta/resultan igual de caro.
Nombre cuantificador de carácter partitivo
Según las normas y recomendaciones del DPD, cuando el núcleo de un SN es un nombre
cuantificador de carácter partitivo (por ejemplo: una parte de, un tipo de, la mayoría de, la
mitad de, la totalidad de, el resto de, un grupo de, una docena de…), y este núcleo va
complementado por un sustantivo en plural regido por la preposición de, es correcto tanto
concordar en singular como en plural.
Una docena de mujeres valencianas acuden cada día a las oficinas de atención a víctimas de delito.
Una docena de mujeres valencianas acude cada día a las oficinas de atención a víctimas de delito.
Nombre cuantificador pseudopartitivo
Para los grupos pseudopartitivos (formados por sustantivos o grupos nominales NO
DEFINIDOS: cuantificador + de + grupo nominal en plural), se establece la posibilidad de la
doble concordancia (singular/plural) cuando desempeñan función de sujeto.
Constituyen estos grupos elementos que son sustantivos cuantificadores como los
siguientes, entre otros: infinidad de…, multitud de…, un centenar de…, una serie de…, un
ejército de…, una manada de… También están incluidos los grupos nominales clasificativos
(o de clase): clase, especie, gama, género, suerte, tipo, variedad…
Aunque, en principio, se admite la doble concordancia, se establecen restricciones:
a. Para las palabras infinidad/multitud, si van sin determinante, se prefiere la
concordancia en plural, pues se interpreta como una locución que determina al
sustantivo plural, que funciona como verdadero núcleo del sujeto: Infinidad de
personas han firmado que lo vieron aquel día; Multitud de personas han visto el
fenómeno.
b. Para los acotadores o parceladores (montón, puñado, saco…) se prefiere el singular:
Un puñado de sugerencias es la causa de este cambio.
c. Los grupos nominales clasificativos: clase, espacio, gama, género, suerte, tipo,
variedad…, seguidos de complementos en plural, admiten ambas concordancias,
pero la concordancia en plural se asocia al habla informal, aunque es plenamente
aceptable cuando antecede todo: Todo tipo de pensamientos le vienen a la cabeza.
Sustantivos colectivos
Los sustantivos colectivos son aquellos que, a pesar de tener número singular, designan un
conjunto de seres pertenecientes a una misma clase (gente, clero, familia, rebaño, hayedo,
cubertería, etc.).
Cuando uno de estos sustantivos funciona como sujeto, el verbo debe ir en singular, así
como los pronombres o adjetivos a él referidos:
– La gente se aproximó.
– El rebaño se aleja.
Se admite la concordancia en plural en las oraciones copulativas con el verbo ser cuyo
atributo no es un adjetivo, sino un sustantivo:
– Esta gente son asesinos.
Pero si el atributo es un adjetivo, es incorrecta la concordancia en plural:
– *La gente aquí son desordenados > La gente aquí es desordenada.
Del mismo modo, es habitual en el habla coloquial poner el verbo en primera o segunda
persona del plural cuando en el colectivo está incluida la persona que habla o a quien se
habla. La RAE admite este uso.
– La gente de teatro nos conformamos con poco y nada.
– A los pocos días, toda la familia navegábamos por el Atlántico.
– La gente mayor siempre habláis de la vida.
Errores de concordancia con la función oracional
Son frecuentes errores en la interpretación de algunas funciones sintácticas, con la
consiguiente confusión de estructuras oracionales, lo que da pie a diversas anomalías en la
concordancia.
Con frecuencia se interpreta el sujeto como complemento directo, por lo que no se hace
concordar con el verbo, y la construcción resulta incorrecta.
*Pero a mí me interesa mucho las investigaciones evolutivas. […me interesan mucho las
investigaciones evolutivas].