Nombre de la asignatura: Derecho y justicia penal
Nombre del docente: Juan Alfonso Navarro Beltrán
Nombre del estudiante: Ximena Gonzalez Alarcon
Grupo: 413
Modalidad: A distancia
UNIDAD 4: “Mecanismos alternativos de solución de
controversias en materia penal”
INTRODUCCIÓN
En este presente trabajo se abordara el tema sobre la delincuencia juvenil, así como se
busca la protección de sus derechos, tomando también como referencia a la reforma
constitucional de 2008; para tener una mejor comprensión se realizará una análisis en base
a lo solicitado.
DESARROLLO
El sistema de justicia penal para adolescentes es un instrumento particular, con
características propias y mecanismos diferenciados, que se enfrenta a diversos retos en el
aparato de justicia mexicano. Ante las modificaciones normativas constantes que privilegian
la positividad sobre la reinserción social, este sistema debe continuar con los pilares con los
que fue creado, ya que, a diferencia del sistema de justicia penal, en él se involucran
menores de edad, quienes tiene una protección a su esfera jurídica de acuerdo con sus
circunstancias (edad y contexto).
Desde la ratificación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, se estableció
en el sistema internacional el goce de derechos humanos sin distinción de raza o color, entre
otros factores, pero en específico hacia niños, niñas y adolescentes o sus padres o tutores.
La Convención menciona en su artículo 19 que los gratificantes tienen que establecer
medidas para proteger a los menores de edad y ellos, al estar en su etapa de desarrollo
físico y emocional, deben tener un trato diferenciado. Esta diferenciación se debe dar en
todas las interacciones de niños, niñas y adolescentes, pero con mayor rigurosidad cuando
un adolescente interactúa con los aparatos del sistema de justicia, ya que los principios,
fines, procedimientos y sanciones deben ser especializados, atendiendo a la protección de
derechos humanos, reinserción y rehabilitación social (en caso de ser necesario). Por ello,
en este ensayo explicaremos el uso de nuevas herramientas y metodologías para el uso de
la justicia en ciudadanos menores de edad.
Para poder identificar a quienes entran en el rango de la minoría de edad, la Convención
sobre los Derechos del Niño (CDN) establece que “se entiende por niño todo ser humano
menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya
alcanzado antes la mayoría de edad” (UNICEF, 2006). Sin embargo, en este rubro debemos
resaltar la diferencia entre niños y adolescentes, quienes aun estando en el mismo rubro
de menores cuentan con diferentes aspectos de madurez, crecimiento e intelecto, al igual
que diferentes responsabilidades para sus respectivas edades. Poder diferenciar estas
categorías de edades nos da la capacidad de asesorarnos en el intelecto, motivos y
conciencia de los actos, ya sea de los infantes, niños o adolescentes.
El sistema judicial debe velar por los intereses de todos sus ciudadanos, al mismo tiempo,
debe atender con circunstancias especiales, para poder tener un acceso a la justicia
equitativo e inclusivo con todos los ciudadanos. La CDN menciona en su artículo 37 “Todo
niño privado de su libertad tendrá derecho a un pronto acceso a la asistencia jurídica […]
así como derecho a impugnar la legalidad de la privación de su libertad ante un tribunal u
otra autoridad competente, independiente e imparcial y a una pronta decisión sobre dicha
acción.”
Las acciones competentes para los menores deberían salvaguardar sus mayores intereses,
y estar compuestos por un jurado que les dé un proceso justo y en la medida de sus
capacidades, al igual que un proceso con comprensión y estructuración fluida para el
entendimiento de los adolescentes en el marco de edad legal. Este principio se llama
“Interés superior de niñas, niños, y adolescentes en México” (CNDH, 2018) y fue ratificado
por el Estado mexicano en 2011. El principio de interés superior busca ejecutar, guiar y dar
seguimiento a políticas públicas dirigidas hacia la niñez.
En diciembre de 2005 se reformó el artículo 18 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos (CPEUM), y se reconoció la justicia penal para adolescentes como este
sistema en el cual se resolverán los delitos cometidos por ese grupo poblacional, y también
se establecieron derechos como el debido proceso. Lo anterior distaba mucho del modelo
de justicia anterior, ya que no es la continuación del modelo tutelar ni un régimen penal
para adultos atenuado, sino un sistema de responsabilidad penal especializado que exige la
protección cuidadosa, estricta y reforzada de los derechos de los adolescentes, y que
presupone ciertas consideraciones relacionadas con el trato que el ordenamiento jurídico
da a los individuos en sus diversas etapas de desarrollo personal, y con el funcionamiento
del sistema penal que resulta “modelizado” en virtud de la edad de aquellas (Vasconcelos,
2011).
La CPEUM establece en su artículo decimoctavo, párrafo cuarto, el deber, tanto de la
Federación como de sus entidades federativas, de establecer un sistema de justicia penal
para los adolescentes a los que se les atribuya la comisión de un hecho que la ley señala
como delito, dicho sistema debe garantizar los derechos humanos establecidos en la carta
magna, así como aquellos que se les confieren a ese sector poblacional por su condición de
personas en desarrollo; señalando como adolescentes al sector comprendido entre los 12
años cumplidos y menos de 18 años de edad.
Este proceso penal rescata elementos fundamentales de la justicia penal tradicional, tal
como la garantía del debido proceso consagrado en el artículo 16 constitucional, los
principios y derechos establecidos en el título II del Código Nacional de Procedimientos
Penales; sin embargo, vale la pena resaltar que, tal como menciona el párrafo cuarto del
artículo 18 constitucional, este sistema ha sido creado para salvaguardar y procurar los
derechos inherentes del ser humano y, en específico, de los adolescentes, por ello se ha
tomado como pilar fundamental de esta justicia lo mencionado en el artículo 13 de la Ley
General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, el cual señala de manera
enunciativa mas no limitativa los derechos inherentes a ese grupo poblacional, los cuales
resultan indispensables para su correcto desarrollo. Por ende, el sistema de justicia penal
para adolescentes busca encontrar las medidas necesarias para garantizar la impartición de
justicia y el mantenimiento del Estado de derecho mientras se respeta la integridad de los
adolescentes, al aplicar sanciones que no obstaculicen el pleno desarrollo de dicho sector
poblacional, mediante la imposición de consecuencias penales modelizadas.
Es indispensable señalar cuál es el propósito de dichas consecuencias penales modelizadas.
Uno de los principios sobre los que descansa el sistema de justicia penal para adolescentes
es el de la justicia restaurativa, el cual está previsto en el artículo 21 de la Ley Nacional del
Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, es una “respuesta a la conducta que
la ley señala como delito, la cual respeta la dignidad humana y genera comprensión
promoviendo la armonía social”, dicho precepto normativo está en concordancia con el
artículo 18, párrafo cinco, de la CPEUM, el cual señala que las medidas deben ser de
orientación, protección y tratamiento según lo amerite cada caso.
En virtud de lo anterior se da lugar a un entendimiento del propósito de este sistema: el de
garantizar; no sólo el mantenimiento del Estado de derecho, sino el desarrollo humano de
las partes involucradas, a través de medidas que propicien su plena reinserción a la sociedad
como ciudadanos respetuosos de la ley. Esto se encuentra estrechamente relacionado con
el principio de intervención mínima que sigue a este sistema, como se ha establecido por el
Poder Judicial de la Federación respecto al artículo 145 de la Ley Nacional del Sistema de
Justicia Penal para Adolescentes, el cual establece el margen para aplicación de sanción
ante delitos cometidos por adolescentes debe cumplir con la fundamentación y motivación
suficientes para explicar cuáles fueron las razones que la llevaron a determinar qué medidas
sancionadoras son las aplicables y el tiempo de duración de éstas en atención al principio
de proporcionalidad entre el hecho que juzga y la medida aplicada, a efecto de otorgar
seguridad jurídica al infractor, pues de otra manera, la actividad jurisdiccional sancionadora
se tornaría arbitraria (amparo directo 157/2017).
Lo anterior, ya que dicho principio atiende a los condiciones y derechos emanados de las
diversas obligaciones internacionales sobre niños, niñas y adolescentes, así como el artículo
18 de la CPEUM.
Los sistemas de justicia penal para adolescentes descansan sobre diversos principios
constitucionales e internacionales, los cuales tienen como propósito garantizar un proceso
justo y legal, velando siempre por el correcto desarrollo del individuo involucrado,
procurando su correcta reinserción a la sociedad. Por ejemplo, en el marco jurídico de
Estados Unidos de América, se toma en cuenta la reinserción de los menores de edad y su
debida rehabilitación; en 2012, gracias a un informe, se demostró la alta probabilidad de
reincidencia cuando éstos fueron juzgados como adultos en vez de adolescentes, así como
elevados riesgos de abuso y daño. Cómo bien le recordó la CIDH a Estados Unidos, “de
conformidad con el derecho internacional de los derechos humanos, debe existir un sistema
especializado de justicia juvenil para los jóvenes acusados de cometer delitos, con reglas y
regulaciones que se apliquen sin discriminación a todas las personas menores de 18 años”
(CIDH, 2018), ya que tiene el derecho de ser procesados y juzgados en un sistema
especializado y distinto, teniendo un enfoque holístico que:
“se base en los dos principales objetivos del sistema: responsabilizar al adolescente por su
conducta delictiva, si es declarado culpable; y rehabilitar y reintegrar al adolescente a su
familia y comunidad, a través de asistencia estatal especializada que se base en el apoyo y
la participación de la familia y comunidad” (CIDH, 2013)
En la actualidad, México se encuentra entre diferentes teorías respecto a la justicia penal,
una de ellas es la que pondera entre la simple imposición de una pena o la eficiente
reparación del daño a la víctima, así como la correcta reinserción a la sociedad del individuo.
Esto viene a colación ante lo comentado al inicio del presente texto, ya que las nuevas
corrientes legislativas tienen una tendencia al derecho penal del enemigo que podría
generar retrocesos en este sistema de justicia. En tal virtud, el Estado mexicano busca la
forma de salvaguardar a la juventud, pues como se ha demostrado, en la mayoría de los
casos las personas que delinquen a tan temprana edad comparten ciertas características tal
y como son la presencia de grupos delictivos en su comunidad, la ausencia de padres, entre
otros hechos, los cuales repercuten al correcto desarrollo del joven debido a que empieza
a normalizar e imitar ese tipo de conductas en virtud de que las considera normales”.
Aquí recae una de las virtudes constitucionales de la justicia penal para adolescentes, ya
que, si bien persigue los principios del derecho penal como la protección a la víctima y el
esclarecimiento de los hechos, también atiende desigualdades sistemáticas cuando las
sentencias se aplican con el máximo rigor garantista que exige. Por ello, es importante
reforzar y entender dichos pilares constitucionales, ya que tienen como origen y
consecuencia garantizar los derechos humanos de los jóvenes y consolidar las exigencias de
seguridad y justicia.
Preguntas relacionadas con el tema
¿Cuál es la justicia para adolescentes enfocada en el marco de la reforma de 2008?
R= La reforma constitucional transformó el proceso penal en México, cambiando de un
sistema inquisitivo a un sistema acusatorio. Hasta el 18 de junio de 2008, el sistema procesal
en México era inquisitivo, es decir, “las funciones de investigar, acusar y juzgar están
concentradas en una misma autoridad. Sin embargo, la reforma constitucional impuso un
modelo procesal opuesto, que concibe a las autoridades responsables de esclarecer los
hechos (juez, ministerio publico y policía) como entes independientes, al causado como a
una persona con derechos y a la víctima coadyuvante.
¿Cuáles son los derechos que busca proteger la justicia para adolescentes?
R= El Sistema Integral de Justicia para Adolescentes propone una forma diferente de
procesar, sentenciar y ejecutar las medidas sancionadoras, la que se basa en principios y
garantías tanto sustantivas como procedimentales reforzadas conforme al interés superior
de la niñez,1 protección integral, autonomía progresiva y carácter socioeducativo de éstas;
todo ello con el fin de prevenir, promover, proteger y garantizar los derechos humanos de
este grupo etario, que debido a su condición de persona en desarrollo se considera en
condiciones de vulnerabilidad. Por ello, el principio de flexibilidad de la medida
sancionadora privativa de la libertad puede contribuir a alcanzar el fin de la reinserción y la
reintegración social y familiar de la o el adolescente al proteger sus derechos humanos y al
procurar que cumpla la medida en el seno de su familia y/o integrado a la sociedad.
En conclusión, para que la delincuencia no siga propagándose considero que dado que la
familia es la unidad central encargada de la integración social primaria del niño, los
gobiernos y la sociedad deben tratar de preservar la integridad de la familia, incluida la
familia extensa. La sociedad tiene la obligación de ayudar a la familia a cuidar y proteger al
niño y asegurar su bienestar físico y mental. Deberán presentarse servicios apropiados,
inclusive de guarderías. Los gobiernos deberán adoptar una política que permita a los niños
que irse en un ambiente familiar de estabilidad y bienestar. Deberán facilitarse servicios
adecuados a las familias que necesiten asistencia para resolver situaciones de inestabilidad
o conflicto; para poder prevenir eficazmente la delincuencia juvenil es necesario que toda
la sociedad procure un desarrollo armonioso de los adolescentes, y respete y cultive su
personalidad a partir de la primera infancia, a los efectos de la interpretación de las
presentes directrices, se debe centrar la atención en el niño; hoy los jóvenes deben
desempeñar una función activa y participativa en la sociedad y no deben de ser
considerados meros objetos de socialización y control.
REFERENCIAS
Instituto Rosario Castellanos. (2023). Mecanismos alternativos de solución de controversias
en materia penal. México. Consultado en
https://edu.rcastellanos.cdmx.gob.mx/lad_2023/pluginfile.php/114715/mod_resource/co
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