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Introducción A Las Nociones de Conflicto y de Crisis

El documento introduce las nociones de conflicto y crisis. Explica que un conflicto involucra fuerzas opuestas que disputan una dirección y generalmente afecta un solo aspecto de la vida, mientras que una crisis es más profunda e involucra la totalidad del ser. Mientras un conflicto puede resolverse tomando una decisión, una crisis conlleva más riesgo ya que sacude las estructuras y puede llevar a desequilibrios que derivan en trastornos si no se restablece el equilibrio.
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Introducción A Las Nociones de Conflicto y de Crisis

El documento introduce las nociones de conflicto y crisis. Explica que un conflicto involucra fuerzas opuestas que disputan una dirección y generalmente afecta un solo aspecto de la vida, mientras que una crisis es más profunda e involucra la totalidad del ser. Mientras un conflicto puede resolverse tomando una decisión, una crisis conlleva más riesgo ya que sacude las estructuras y puede llevar a desequilibrios que derivan en trastornos si no se restablece el equilibrio.
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Lic.

Carlos Smachetti Psicología del Desarrollo 2

CLASE 1 Y 2

INTRODUCCIÓN A LAS NOCIONES DE


CONFLICTO Y DE CRISIS

Los temas desarrollados pertenecen a mi propiedad intelectual -

Al abordar el tema del conflicto y de la crisis, resulta importante que


tengamos en cuenta, por las particularidades del enfoque propuesto,
ubicarnos en el contexto de la obra de E. Erikson, conocerlo y
posicionarlo dentro del marco de referencia que corresponde al
psicoanálisis.

Debemos comenzar entonces caracterizando a cada una y


diferenciándolas. Tenemos así, dos circunstancias existenciales que se
relacionan directamente con nuestro comportamiento y que pueden
modificarlo, alterarlo y tal vez enfermarlo, estas son:

el conflicto
Dos circunstancias existenciales
la crisis

El conflicto en general, suele estar relacionado o abarcar un solo (o


pocos) aspecto de la vida de la persona, es decir que es menos
abarcativo, menos profundo. Implica fuerzas en oposición que se
tironean y se disputan una u otra dirección. Implica una toma de
decisión. Es decir que el conflicto se resuelve, en general, al estilo de
como se resuelven los problemas, o sea, se decide.

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Suele exigir, en general, un reducido monto de energía y esfuerzo para


resolverlo y por lo general los adultos en promedio están en
condiciones de resolverlo adecuadamente. Implica una lucha entre lo
que se quiere y lo que se puede, y obviamente es el YO de la persona el
que se ubica en el centro de la escena y el que tiene que tomar las
decisiones.

Ante una situación como la descripta recientemente, la persona que


sufre el conflicto, se siente tironeada, aparecen seguramente:

 sentimientos de temor e inseguridad


 algunos indicadores de angustia
 algo de alteración del humor y el carácter
 puede aparecer alteraciones del ritmo del sueño y otras
manifestaciones

Pero lo que conviene destacar que en general y en casi todos los casos,
la persona que se encuentra atravesando un conflicto tiende a llevar
adelante su vida con total normalidad, excepto en las cuestiones
vinculadas o relacionadas con ese aspecto puntual que tiene que ver
con el conflicto, el resto de las áreas de desarrollo y relación de la
persona funcionan casi exactamente igual, es decir, que la totalidad de
la vida de la persona no se ve afectada en el conflicto.

Se deduce que no existe ser humano sin conflictos, todos los tenemos
de distinta índole y diferente intensidad, pero no podemos no tener
conflictos pues es inherente a la vida de los humanos, es esencial a
nuestro ser y además, al igual que ocurre con las crisis, pasan a ser el
motor de la vida, lo que le da sentido a nuestro ser y nos identifica y
distingue como seres diferentes del resto de las especies.

Podemos mencionar un ejemplo típico y comprensible que nos ayude


a caracterizar el conflicto y que sirva para entender lo que se pretende
señalar. Tomemos el caso de un joven que se encuentra enamorado de
dos chicas de su misma edad: Carlitos está enamorado de María y de
Rosa, esta situación se le presenta como un conflicto, hay dos personas
ubicadas en posiciones opuestas que tironean su ser demandándolo.

La situación se podría resolver fácilmente si Carlitos desoyendo los


mandatos de su Súper Yo conservase a las dos “violentando además

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una norma social que dice que no se debe tener dos esposas” (en este
ejemplo dos novias) pues para nuestra cultura eso no está bien ya que
se asocia con el concepto de bigamia o poligamia; y eso Carlitos lo sabe
pues se cuida de que una no se entere de la otra, es decir que Carlitos
podría solucionar el conflicto de manera patológica actuando
psicopáticamente, engañándolas a las jóvenes y engañando a sus
padres y a las normas sociales.

Pero ocurre que Carlitos no es un psicópata y se siente mal en esta


situación pues su Súper Yo “le habla” cada vez de manera más firme y
enérgica, lo cual da idea de un funcionamiento adaptado de su
psiquismo.

Entonces como el conflicto se resuelve tomando decisiones, Carlitos


decide quedarse físicamente con María (formaliza) y llevará
seguramente en su memoria a Rosa a la que ha dejado físicamente.

Tenemos así un conflicto que ha llegado a su fin, al menos desde el


punto de vista teórico y formal, digo esto ya que desde el punto de
vista estrictamente psicológico (casi seguro que será así) quedará por
algún tiempo al menos el recuerdo que seguramente presionará
inconcientemente al YO de Carlitos ocasionándole algunas secuelas
leves o menores en su vida en los aspectos vinculados a la vida de
pareja hasta tanto los mecanismos de defensa del personaje en
cuestión logren ordenar las fuerza en juego y en pugna en el
psiquismo. Esto tendrá una duración relativamente breve (en general)
y dependerá de cada persona.

AHORA BIEN, CON LA CRISIS O EN LA CRISIS NO OCURRE


LO MISMO.

Se trata de un fenómeno cuantitativa y cualitativamente diferente.


Ahora debemos entender a la persona toda envuelta o atrapada en la
crisis. La totalidad del ser de cada uno de nosotros entra en crisis. Esto
quiere decir que cuando uno de nosotros entra en crisis tanto su
psiquismo, su cuerpo, su espiritualidad, son afectadas por ésta, por
supuesto que de diferente manera para cada persona.

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Partiendo de esta primera aproximación y entendiendo que la


totalidad de nuestro ser entra en crisis, es que debemos hacer un
esfuerzo por entrar más hondo en el concepto de crisis ya que:

¿cómo puede nuestro cuerpo ser afectado por una crisis?, ¿de qué
manera? o nuestra espiritualidad o ¿nuestras relaciones sociales?

Lo que estamos viendo es que la crisis es mucho más abarcativa, es


total, de esta manera la persona en crisis entra en una situación de
riesgo.

La crisis es más profunda. También va a implicar una toma de


decisión, pero al ser más profunda y abarcativa la decisión que se tome
también puede afectar a otras áreas de la vida de la persona en
cuestión.

La crisis no necesariamente debe ser entendida como algo negativo o


catastrófico (ya veremos al abordar la noción de crisis de la que habla
Erikson).

La crisis nos conmueve, nos mueve las estructuras, lo que tenemos


“ordenado” y al hacerlo nos coloca en situación de cierta indefensión y
desprotección ya que nuestros mecanismos de defensa acostumbrados
a “trabajar” de determinada manera, se encuentran que no funcionan
como lo hacían, en realidad es nuestro YO que descubre que ya no
puede maniobrar como antes.

Esta circunstancia genera en nuestro YO angustia, temor pero ahora de


diferente calidad que en el conflicto. La crisis permite darnos cuenta
de las cosas pues nos obliga, nos esfuerza a generar un cambio, ya que
en general la resistencia al cambio no ayudará a la crisis, precisamente
porque la crisis incluye en sí misma transformación, desarrollo y
crecimiento personal.

¿POR QUÉ ENTRAMOS EN RIESGO CON LA CRISIS?

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Porque y empezando por lo más leve, nos lleva a un desequilibrio de


fuerzas que “estaban” en equilibrio. La cantidad y calidad de este
desequilibrio podrá llevarnos a estadios en que nuestro psiquismo
entre en neurosis o en psicosis.

Nuestra naturaleza nos conduce casi inexplicablemente a tratar de


restablecer un equilibrio de la totalidad de nuestro ser, es por eso que
necesitamos diferentes aportes acordes a la etapa (momento) evolutiva
en que nos encontremos para así poder mantenernos en orden, en
equilibrio personal.

Estos aportes podemos presentarlos de la siguiente manera:

Alimentación - vivienda - estimulación sensorial -


FÍSICOS oportunidades para ejercitarse - aportes físicos adecuados
para el mejor desarrollo de la persona -

Todas las relaciones cara a cara y todas aquellas que


satisfacen la necesidad de relaciones interpersonales.
PSICO Esto mejora y estimula el desarrollo intelectual y
SOCIALES afectivo, brinda seguridad y confianza. Es el vínculo lo
que hace a todo esto, todo tiende hacia la salud. Una
relación sana es aquella en la que uno se percibe
querido, amado, considerado y lo mismo para con los
demás. Los aportes psicosociales más básicos, primarios
y esenciales son provistos por la FAMILIA.

Aquí están las costumbres, el sistema de valores propio,


SOCIO de la sociedad y de la cultura. Aquí es importante tener
CULTURALES en cuenta (en cuanto a variables intervinientes) el nivel
socioeconómico, las costumbres, las tradiciones, los
valores de la cultura, la ubicación social, la dinámica y
estabilidad social.

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Los tres tipos de aportes interactúan entre si y vinculando el uno con


los otros de manera sistémica. Ninguno es más importante o más
determinante, eso va a depender de cada persona y de cada situación
en la que cada persona se encuentre.

De esta manera podemos entonces presentar el siguiente cuadro que


facilitará el entendimiento de las nociones de conflicto y de crisis.

CONFLICTO -

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CRISIS -

La crisis pone a la persona frente a la finitud, esta es una


conceptualización que se asocia con el existencialismo. Aparece así la
angustia, la estrechez y pone a la persona en riesgo físico, psicológico y
social.

Pero nos queda aún distinguir ciertos tipos de crisis ya que no todas
aparecen en circunstancias iguales; de esta forma encontramos:

EVOLUTIVAS O NORMALES
CRISIS
ACCIDENTALES O CIRCUNSTANCIALES

A parte de estas dos, Erikson habla de un tipo particular de crisis que


denomina vitales, estas son similares a las evolutivas, que nos ocurren
a todos y aparecen en diferentes momentos de la vida.

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Siguiendo esta idea, decimos que las crisis son puntos decisivos en el
desarrollo vital, propician cambios, desarrollo, reacciones (algunas
pueden ser inesperadas). Puede también hacer aparecer capacidades o
potencialidades desconocidas en nosotros mismos o insospechadas.
Algo así como que en las crisis nos encontramos a nosotros mismos o
al menos tenemos esa oportunidad de encontrarnos con nuestra
verdadera identidad que para cada una de las edades vitales deberá ir
cambiando y ajustándose.

Una vez instalada la crisis podemos salir de ella o podemos quedar


atrapados, generalmente asociado con una mala resolución de la
misma. Salir obviamente implica haber llevado adelante una “buena”
resolución, haber encontrado las soluciones adecuadas, haber tomado
las decisiones oportunas, lo cual no es fácil y tampoco se encuentra en
un manual de procedimientos para casos de crisis.

Pilotear la crisis es verdaderamente una cuestión hasta de suerte,


casualidad o como dirá Erikson, de acuerdo a cómo se haya resuelto la
primera de las crisis vitales en el encuentro de la antítesis crítica de
“confianza básica Vs. desconfianza básica”, se iniciará un camino
más orientado hacia la salud con mejor posicionamiento psicológico,
que a la vez permitirá ir conformando una personalidad con mayor
propensión (sólo eso) a la salud, con mayores posibilidades de
resolución satisfactoria de las diversas crisis que se vayan sucediendo.

Es así que una adecuada resolución de la crisis permitirá que la


persona crezca como tal, se enriquezca, se conozca, la personalidad se
estructura, se define y se afirma. Surge un aprendizaje frente a las
situaciones vitales. Suele aparecer una sensación de placer, de
bienestar, de plenitud, reconociéndonos a nosotros mismos.

LA CRISIS REPRESENTA UNA DOBLE POSIBILIDAD:

- una posibilidad positiva (+) Más salud, mayor crecimiento, madurez.


Aumento y mejoramiento de las
posibilidades defensivas del YO de la
persona, es decir, defensas más eficaces.

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- una modalidad negativa (-) que en general suele ser perjudicial, puede
generar desequilibrio, angustia, temor, una
caída de las defensas y un
empobrecimiento yoico.

LAS CRISIS EVOLUTIVAS -

Se las denomina de esta forma en virtud de que aparecen a lo largo del


desarrollo. Son normales, es decir, que nos ocurren a todos a la largo
de la vida. Generalmente aparecen entre dos etapas, en la transición de
una edad vital a otra, así por ejemplo la crisis de la pubertad se
encuentra entre la infancia y la adolescencia. Estas crisis implican ser
resueltas para pasar a la edad siguiente enriquecido y fortalecido.

Recordemos que toda crisis implica cambios físicos, psicológicos y


sociales.

Aparece en general una merma en el rendimiento intelectual, un cierto


temor por lo que se aproxima y alguna nostalgia por lo que se deja.

LAS CRISIS ACCIDENTALES -

Corresponde a todas aquellas situaciones que no son evolutivas y que


poniendo a la persona también en riesgo, le ocurren a ciertas personas
no a todos, son por eso casuales, circunstanciales. Por ejemplo, ¿a qué
edad mueren nuestras madres? ¿A los 80 años? ¿Siempre que muere
algún ser querido ocurre cuando estamos psicológicamente
preparados?

Estas y otras muchas preguntas encuentran como respuesta que no


existen situaciones tipo; un niño puede perder a su madre teniendo él
8 años y salir bien de la crisis accidental y otro hombre de 40 años ante
la misma situación puede caer en un gran depresión y no lograr salir
de la crisis accidental.

Entonces, estas crisis les ocurren a algunos y las consecuencias,


secuelas y formas de resolución son tan variadas como personas

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existen. Se tornan en crisis determinadas situaciones


fundamentalmente por su carácter de imprevisible y esta característica
es la que genera en el YO de la persona que la padece, un
desequilibrio, desestructuración o la posibilidad de entrar o adquirir
una patología.

También son profundas y abarcativas. Surgen por circunstancias


azarosas e inesperadas. Implican grandes inversiones de energías para
tratar de restablecer el equilibrio perdido, un gran desgaste y esfuerzo,
una gran exposición al estrés.

El desajuste psicológico aparece como resultado de la lucha por


intentar adaptarse a nuevos elementos en juego. El YO de la persona
en crisis pone en juego los mecanismos de defensa que sabe de
antemano que le han servido para situaciones similares pero puede
ocurrir que no sean lo suficientemente efectivos o que en realidad no
sirvan para este caso, lo que generará en el YO angustia y temor
fundamentalmente. Muchas veces la situación desborda la integridad
del YO, las posibilidades defensivas de la persona.

Son ejemplos de crisis accidentales la pérdida de un ser querido o de


personas significativas; intervenciones quirúrgicas; mudanzas;
divorcios; migraciones; pérdida del empleo; accidentes; juicios; etc.

El resultado de estas crisis depende de cada caso y de cada persona.

O sea que la crisis se puede interpretar como un fenómeno que puede


desembocar en un enriquecimiento y crecimiento de la personalidad si
es que se la resuelve satisfactoriamente permitiendo así el ingreso a la
salud mental o fortaleciéndola o por el contrario puede conducirnos al
empobrecimiento yoico, al agotamiento por fracaso de las defensas y
de esta forma “abrirnos” las puertas hacia la enfermedad mental.

El factor esencial que precipita la crisis es el desequilibrio entre la


situación y las posibilidades defensivas de la persona en esa
situación.

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COMO SÍNTESIS DECIMOS QUE:

DURANTE LA CRISIS, LA PERSONA SE ENFRENTA A:

1. Estímulos que implican peligro.

2. Sus mecanismos de defensa resultan ineficaces dentro de los


tiempos de la emergencia.

3. Aparecen alteraciones: ansiedad, angustia, temor, culpa,


vergüenza, estrés, insomnio.

4. Aparece la vivencia de impotencia. Aquí juega un papel muy


importante la capacidad individual de tolerar situaciones
frustrantes.

¿CUÁNDO APARECE LA CRISIS? -

Aparece (ya lo señalamos) cuando se produce un desequilibrio. El


efecto total de esta situación comprende cuatro fases y es muy similar
a lo descripto por Freud en las vías de formación de síntomas.

Estas fases son:

1 - El estímulo o factor desencadenante produce una elevación de la


tensión que afecta directamente al YO de cada persona, entonces se
ponen en marcha las respuestas habituales para atacar a esos
estímulos, o sea que se ponen en marcha los mecanismos de
defensa, como por ejemplo la represión.

2 - Si estos mecanismos de defensa fallan (falla la represión), el


estímulo que puede ser interno o externo prosigue presionando,
molestando lo que hace que aumente más la tensión, es así que
aparece la ineficacia de las defensas que hace que el YO empiece a
sentir angustia que opera como señal avisándole al YO que empiece
a tener cuidado porque algo puede pasar, que algo no anda bien.

3 - Al seguir aumentando la tensión, el YO activa todos sus recursos

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apareciendo en este afán de combatir la crisis, síntomas de orden


psicológico como expresión de la crisis y constituyéndose en un
intento por resolver la crisis. Estos síntomas en realidad aparecen
con el pósito de restablecer el equilibrio perdido (el síntoma es la
expresión simbólica). El síntoma puede en sí mismo resolver la crisis
a través de la patología (por ejemplo lavarse permanentemente las
manos en la neurosis obsesiva es la expresión simbólica de que esta
persona no quiere verse involucrado en “algo sucio” o la necesidad
de librarse de la culpa de haber hecho algo feo o malo); o puede
fallar y entonces....

4 - Si falla también el síntoma y el problema subsiste, la persona


puede:

- Aceptar la frustración y dejar que una de las fuerzas gane y


quedar así resignado y atrapado.

- Que la tensión avance doblegando al YO provocando el comienzo


de la desestructuración y desorganización, estructurándose la
neurosis o caer en un episodio psicótico.

EXISTEN TRES ASPECTOS SIGNIFICATIVOS DE LAS CRISIS


DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA PREVENCIÓN PRIMARIA,
ESTOS SON:

1 - El desenlace de la crisis no está determinado sólo por la


clase de peligro, sino también desde la interacción de
fuerzas endógenas y exógenas que se ponen en juego en
la crisis.

2 - La persona experimenta gran necesidad de ayuda que


provoca una respuesta en quienes lo rodean, es decir, que
el que está cerca se da cuenta de que a este otro le está
pasando algo, la expresión de la personalidad del que
está en crisis se presenta diferente.

3 - Durante el desequilibrio la persona es más susceptible a

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la influencia de los otros.

Esto es útil tenerlo presente pues quien se acerque lo puede hacer


para ayudarlo o para perjudicarlo.

Ahora decimos que los factores más importantes que influyen en el


desenlace de una crisis son de dos tipos:

La situación
Factores personales La experiencia

La familia
Factores socioculturales Personas claves en la comunidad
La asistencia profesional

Antes de desarrollar cada uno de estos factores, importa destacar que


esto es de suma importancia para efectuar prevención primaria, ya que
ante la aparición de los primeros síntomas o indicadores, se puede
actuar, se puede hacer algo, desde el aula, la maestra podrá recurrir al
gabinete psicopedagógico y solicitar la ayuda que corresponda y a
partir de ahí podrán ponerse en contacto las autoridades de la escuela
con los padres del alumno y promover diversas acciones tendientes a
cuidar y evaluar al niño, a la persona.

Los factores personales interactúan con los socioculturales.

La situación - Consiste en entender y poder describir la totalidad de


las fuerzas que interactúan y conforman el campo en donde se

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encuentra inserto la persona en cuestión. Las fuerzas que actúan en el


momento de producirse la crisis.

Estos elementos o fuerzas pueden ser de origen externo o interno,


ambientales o personales, es decir, todo aquello que pasa a conformar
una verdadera situación de riesgo.

Por ejemplo:

Supongamos el caso de una adolescente que proviene de una familia


que tiene una fuerte formación moral al estilo tradicional y ha sido
educada dentro de un contexto de prohibiciones y castigos y que ahora
tiene que optar entre “amar” a su novio (pese a que ella desde el
punto de vista fisiológico y sentimental siente ganas de amarlo) y
“recibir un castigo por parte de la familia” o no aceptar amarlo y sentir
que lo va a perder.

La tensión que este interjuego de fuerzas ambientales, internas,


culturales pone a esta joven en riesgo. Es probable (dependerá de cada
caso y de cada persona) que siga su vida sin mayores inconvenientes,
tal vez tan sólo pase por un conflicto que resuelva, o tal vez pueda
evolucionar a una crisis o haga una “neurosis” con sus consecuentes
síntomas.

Se ve así como la situación constituye el primer factor a tener en


cuenta, es algo así como la situación actual, el estado de cosas en este
momento. Esto nos permite ver que la situación a la que se exponga la
persona puede llegar a ser un factor personal que puede desencadenar
la crisis y sus consecuencias.

La experiencia - Este es otro factor que aparece inevitablemente y que


opera a favor o en contra. Lo que normalmente tendemos a hacer
frente a una determinada situación es buscar en nuestro pasado, en
nuestra memoria situaciones iguales o similares y tratamos de aplicar
esas soluciones a problemas, conflictos y crisis nuevas.

Si anteriormente las formas aplicadas a la resolución de cada una de


las situaciones fue correcta, apropiada y nos dio resultado, es decir que
nos permitió una salida satisfactoria, es tan sólo probable que nos sirva

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como guía para esta nueva crisis, pero será sólo eso, una guía pues no
existen dos crisis iguales.

Por otra, parte si en el pasado los resultados aplicados a las situaciones


críticas produjeron resultados no deseables, al volver a utilizarlas el
efecto que se logre puede que sea peor que antes y puede actuar como
carga adicional. Aquí se puede apreciar el papel que juega el
aprendizaje en la experiencia de las personas, ya sea para bien o para
mal y lo difícil que a veces resulta desaprender formas de resolución
no apropiadas.

Factores Socioculturales -

La familia - La crisis no la enfrenta sólo el protagonista sino que


muchas veces aparece ayudado o trabado por su familia, amigos, los
medios de comunicación, la comunidad.

La influencia que la familia puede llegar a ejercer, se encuentra


relacionada con nuestros valores, es así que si una persona a la que
tenemos idealizada nos da consejo tendemos a aceptarlo y hasta lo
ponemos en práctica, o si una persona a la que despreciamos nos da su
opinión en general tendemos a desvalorizar lo que nos diga.

Existe una gran variabilidad de circunstancias personales y un gran


margen de elección en las reglas culturales para la resolución de los
problemas pero en general tendemos a resolverlos de acuerdo a pautas
que vienen de la familia y de la cultura. Así por ejemplo, los latinos y
descendientes de italianos en general resuelven las cuestiones con un
ímpetu diferente a alguien descendiente de ingleses que tiende a
resolver las cuestiones de manera más diplomática o con un “carácter”
flemático.

La alteración de la salud mental tiene lugar cuando la presión de las


fuerzas interpersonales y las demandas del rol (esto nos da idea de
desempeño en la sociedad) son tales que la persona tiene serias
dificultades para resolver la crisis.

Tal vez logre salir con necesidades insatisfechas o con necesidades


satisfechas por algún cambio de rol (implica esto adaptación social y
ajuste del desempeño social) a expensas de la complementariedad con

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alguna persona próxima cuyas necesidades es probable que hayan


quedado sin satisfacer.

Cualquier cambio en la persona puede afectar su rol y en consecuencia


alterar el régimen del sistema social del cual forma parte, esto quiere
decir que no le podemos proponer una salida de la crisis bajo un punto
de vista de la cultura musulmana por ejemplo, a una persona de
cultura católica. El contexto sociocultural al que pertenece la persona
en crisis debe ser tenido en cuenta a la hora de ayudarlo. Ej: joven con
un embarazo no deseado.

La familia en general tiende a apoyar a la persona en la elección de


ciertas formas de manejo del problema acorde a las tradiciones y
experiencias y en armonía con las necesidades del grupo en tanto
sistema con obligaciones externas y con la necesidad de satisfacer las
demandas intragrupales.

La acción que los integrantes de la familia tenga para con la persona


en crisis puede ser tanto positiva como negativa.

Cobran importancia la historia y la tradición familiar en la resolución


de los problemas, es decir, que en general cada familia tiene “su
estilo”, sus esquemas para la resolución de cierto tipos de problemas y
esto se va trasladando de generación en generación hacia los hijos,
fundamentalmente estos estilos de resolución suelen aplicarse con
mayor fuerza a la hora de tener que resolver problemas o cuestiones
vinculadas con lo emocional, con el bienestar emocional de los
miembros del grupo más precisamente.

Aquí es donde podemos apreciar con mayor claridad las pautas


culturales de cada grupo familiar.

Personas claves de la comunidad - Aquí es importante estar atento a


la evolución y maduración por ejemplo, del adolescente, es decir, ir
viendo cómo se va dando la evolución del proceso adolescente ya que
es fundamental poder discriminar entre la crisis adolescente por un
lado y la evolución negativa o mala resolución de esta crisis ya que es
probable encontrar o apreciar en los adolescentes, cierto tipo de
conductas que escapan a la normalidad de este proceso.

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Esto debe ser observado tanto en la casa como en la escuela y en las


otras actividades en las que despliega su personalidad.
Existen conductas de crisis que son “esperables” y otras que resultan
“llamativas”, pues en general los adolescentes con conductas fuera de
lo esperable pueden llegar a ser presa de ciertas personas
inescrupulosas que los podrían utilizar para sacar provecho. Ej:

Cuando la tensión por la que está pasando la persona en crisis llega


a un cierto punto, este comienza a movilizar no sólo sus propios
recursos sino que también empieza a “pedir ayuda”. Durante las
crisis, las personas son más susceptibles e influenciables (esto lo saben
los que suelen “usar” de los que la padecen).

Las personas que están más cerca del que padece la crisis suelen ser las
que tienen algún tipo de vínculo con él, las que han logrado establecer
algún tipo de vínculo afectivo primario y por otra parte cobran
importancia para la persona en crisis todos aquellos que se adecuan a
sus necesidades (que le muestran que se interesan por él).

También cobran importancia aquellos que son reconocidos como


“modelos” de autoridad como ser: padres, docentes, amigos
sacerdotes, curanderos (dependiendo de contexto cultural donde cada
uno está inmerso), es decir, que la persona en crisis tal vez sin saberlo
seguramente vaya a acudir a las personas importantes, significativas
antes de acudir o buscar ayuda profesional, con el propósito de
obtener ayuda, calma, seguridad, contención y tal vez hasta solución a
su “problema”.

La asistencia profesional - Bueno, después que se ha acudido a las


personas significativas y estas no han podido solucionar al problema o
ayudar a la persona en crisis, existen todavía un grupo en la
comunidad que está avalado por la sociedad, reconocido y validado
por el estado para hacer su aporte y así ayudar y orientar. Estos son los
profesionales de todas las ramas y ciencias.

A mayor desarrollo cultural se supone que la intervención de los


profesionales en la resolución de todo tipo de problemas es cada vez
mayor; no se nos ocurre pensar que ante el dolor de una muela se

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acuda al curandero para que haga salir los malos espíritus que habitan
en la muela, ¿o sí?

Los profesionales están habilitados para operar, actuar en


determinadas situaciones y cada campo de acción se encuentra
perfectamente delimitado. Su accionar se enmarca dentro de los
caminos de la ciencia, del conocimiento científico y cuando un
profesional opera sobre la persona sufriente, su accionar es en general
positivo. Ej:

Si esto que acabo de describir no fuera así, sólo pregúntense a ustedes


mismos ¿cuántos de ustedes acuden al psicólogo cada vez que tienen
un problema psicológico-emocional-vincular importante?

Dice Erikson al respecto, que las crisis neuróticas y psicóticas se


expresan por una propensión a cierta perpetuación (se estructura y se
estereotipa), por un creciente desgaste de la energía defensiva y por un
aislamiento social agudizado.

En tanto que las crisis normativas, de valores suelen ser más


reversibles, (más fáciles de que reviertan), se caracterizan por la
abundancia de energía disponible (que por supuesto revive angustias
latentes y provoca nuevos conflictos) pero que a la vez apoya nuevas y
ampliadas formas del yo en su búsqueda placentera de nuevas
obligaciones y asociaciones.

Lo importante, tanto en los conflictos como en las crisis, no es que no


existan pues ambos son propios de la vida del humano, forman parte
de la vida de cada una de las personas, sino que lo que importa es
resolverlo y deseablemente de forma positiva.

Lo fundamental, lo importante es cómo se sale de la crisis, de qué


manera, con qué desgaste del YO, con qué estructuración yoica.

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BIBLIOGRAFÍA PARA ESTA UNIDAD:

Erikson, E. “Infancia y sociedad” - Paidós - 1990.


“El ciclo vital completado” - Paidós - 1990.

Maier, E. “Tres teorías sobre el desarrollo del niño” –

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