4 de Febrero
4 de Febrero
1992 contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. El intento golpista no logró sus objetivos y los
rebeldes se rindieron. Entre los oficiales rebeldes que comandaron esta maniobra se encontraban,
principalmente, cuatro tenientes coroneles del ejército: Hugo Chávez Frías, Francisco Arias Cárdenas,
Yoel Acosta Chirinos, Jesús Miguel Ortiz Contreras y Jesús Urdaneta.
Este evento transformó radicalmente la vida política venezolana, incorporando nuevos actores en la
escena: de estos cuatro protagonistas, el primero fue presidente de la república desde 1999 hasta 2013;
sin embargo, Arias también ha incursionado en política: fue elegido gobernador del estado Zulia,
candidato presidencial en 2000 –compitiendo con su propio excompañero Hugo Chávez–, ha sido
nombrado embajador de Venezuela en la ONU, activista en la conformación del PSUV y desde 2012 es
nuevamente gobernador del estado Zulia. Acosta ha mantenido un bajo perfil, mientras que Urdaneta se
ha convertido en un crítico de las políticas llevadas a cabo por el gobierno de Chávez.
Todos los participantes en esta acción fueron llevados a prisión por su actuación en el hecho, siendo su
causa posteriormente sobreseída y puestos en libertad dos años después, durante la presidencia de
Rafael Caldera.3
Índice
1 Antecedentes
1.1 Antecedentes ideológicos
2 Golpe de Estado
3 Consecuencias
4 Obras televisivas y cinematográficas
5 Véase también
6 Referencias
7 Enlaces externos
Antecedentes
Venezuela había gozado de un período de estabilidad económica y social que era notable en América
Latina en las décadas de 1960 y 1970. Dicha estabilidad estaba basada en la cuantiosa entrada de
divisas extranjeras producto de la venta de petróleo y en el alineamiento político con los Estados
Unidos, principal socio comercial del país. Varias circunstancias produjeron una caída internacional de
los precios durante los años 1980 y los gobiernos de Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi se
mostraron incapaces de diversificar la economía venezolana, fuertemente dependiente del petróleo.
Adicionalmente, políticas internas no acertadas llevadas a cabo por ambos gobiernos fueron
deteriorando la calidad de vida de la población: el modelo rentista petrolero –antes exitoso– empezaba
a colapsar y frente a una nueva realidad mundial, Venezuela comenzó a transitar un largo camino de
crisis económicas.
Carlos Andrés Pérez, que en su primer gobierno (1974-1979) logró un gran crecimiento económico,
regresa a la escena política diez años después, portando dicho aval: esto le valió resultar ganador en las
elecciones de 1988, con una considerable mayoría que esperaba resolviese la fuerte crisis económica.
Sin embargo Pérez, con políticas diametralmente opuestas a las de su primer gobierno, aplica un
programa neoliberal (el llamado Gran Viraje), directamente influenciado por las teorías económicas del
Fondo Monetario Internacional. Este programa incluía, entre otros aspectos, la liberación de precios
controlados por la anterior administración, principalmente de la gasolina, pero su aplicación inmediata
no hizo sino supuestamente profundizar los problemas de la mayoría de la población.[cita requerida]
Las consecuencias sociales no se hacen esperar: en Caracas, en 1989 se producen intensos disturbios,
saqueos a gran escala, protestas y una subsecuente represión militar, conocida como el Caracazo.
Además de la crisis económica, estos hechos demostraban la existencia de una latente pero muy fuerte
crisis social: este fue el germen del intento golpista de 1992.45
Durante ese año de 1992 se rumoreaba públicamente la posibilidad de que se ejecutara un golpe de
Estado[cita requerida].
Antecedentes ideológicos
Varios participantes en el golpe de Estado formaron parte del Partido de la Revolución Venezolana,
fundado por el exguerrillero Douglas Bravo, quien concibió la estrategia de infiltrar las Fuerzas
Armadas venezolanas6 como requisito para la toma del poder en Venezuela.
Golpe de Estado
En el intento de golpe militar participaron 5 tenientes coroneles como cabezas visibles del movimiento,
seguidos de 14 mayores, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2056
soldados alistados",78 Los participantes, pertenecientes a 10 batallones, formaban parte de las
guarniciones militares de los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Federal, y fueron
dirigidos por los jóvenes oficiales encabezados por Hugo Chávez Frías y Francisco Arias Cárdenas, así
como también Yoel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta y Jesús Miguel Ortiz Contreras. Este grupo
formaba parte de una organización conocida como Movimiento Bolivariano Revolucionario 200
(MBR-200), con una ideología política revolucionaria, mezclados con el pensamiento de Simón
Bolívar.
La movilización militar se inició el 4 de febrero, cuando Pérez regresaba del Foro Económico Mundial
de Davos, Suiza. Gracias a la oportuna actuación del jefe y supervisor de la Escolta Civil presidencial,
comisarios de la DISIP Hernán Fernández y Ángel E. Sierra Sánchez y el jefe de la división general de
investigaciones Jesús Barrientos habían hecho respectivamente adelantos de un supuesto rumor de
insubordinación, trabajo que se le fue entregado al comandante del ejército el general Heinz Azpurua
de los militares miembros, así como también del Ministro de la Defensa, Fernando Ochoa Antich,
quienes contaban con el apoyo de tres funcionarios más de la DISIP, coronel Gerardo Dudamel y del
edecán de turno, el presidente Pérez logra por la actuación de todas estas personas (miembros de la
Escolta Civil presidencial) refugiarse exitosamente en el Palacio de Miraflores. Gracias al
vicealmirante Mario Iván Carratú, jefe de la casa militar, de Hernán Fernández y Jesús Barrientos
(exjefe del grupo de Escolta Civil en el primer mandato del presidente Pérez), el Presidente Pérez
consigue llegar a la estación de televisión Venevisión, desde donde se dirigió al país en dos ocasiones
para informar sobre la situación.
El asalto al palacio presidencial se inició a las 12 de la medianoche del 4 de febrero. Al mismo tiempo
militares al mando de Miguel Rodríguez Torres asaltaron la residencia presidencial (La Casona) y otras
importantes ciudades del país. Los enfrentamientos fueron intensos en algunos casos.9
Fracasado el intento de toma de la ciudad capital, Caracas, los insurgentes se rindieron luego que las
guarniciones del interior del país fueran recuperadas por las fuerzas del gobierno constitucional.
Chávez fue arrestado y privado de su libertad por fuerzas de seguridad de la DISIP, aunque poco antes
se le dio la oportunidad de dirigirse al país en una alocución transmitida ante los medios de
comunicación, en donde asumía la responsabilidad del alzamiento y ordenaba a los insurgentes que aun
luchaban en Aragua y Valencia que se rindieran para evitar mayores derramamientos de sangre, a la vez
que pedía a sus partidarios deponer las armas. La Escolta Civil Presidencial logró el objetivo.
Consecuencias
Chávez en la rueda de prensa después de su arresto.
Con la imagen pública de Pérez desacreditada por las reformas económicas emprendidas, descrédito
promovido por visiones izquierdistas, luego que la propuesta económica de Pérez tenía una visión
liberal, el estallido social del Caracazo, otros políticos comenzaron a desafiar su autoridad, poniendo en
peligro el sistema democrático en el país que dio paso al chavismo en 1998.
Pérez decretó la suspensión de las garantías constitucionales, la cual tenía que ser discutida por el
congreso al día siguiente. En esta reunión, Rafael Caldera rompió la unanimidad que existía entre los
parlamentarios, que apoyaban al poder ejecutivo, para criticar la situación del país y desestimar la
interpretación de magnicidio que defendía Pérez. Este discurso sirvió para aumentar su popularidad, lo
que le permitió ganar las siguientes elecciones presidenciales.
La población no manifestó su apoyo al gobierno, y tampoco salió a las calles a apoyar el golpe de
Estado como lo pedían los militares golpistas. La alocución televisiva en la que la Hugo Chávez Frías
anunció su rendición sirvió para aumentar su popularidad entre muchos venezolanos, especialmente de
bajos recursos, que se veían especialmente afectados por las medidas económicas.
La cifra oficial es de 32 fallecidos,10 pero otras cifras señalan entre 143 y 300 muertes.12y 95
heridos.2
Un segundo intento de golpe de estado el 27 de noviembre del mismo año; durante el cual los golpistas
llegaron a tomar las instalaciones del canal de televisión estatal Venezolana de Televisión, bombardear
algunos edificios públicos, tales como el Palacio de Miraflores, el Ministerio de Relaciones Exteriores,
y el aeropuerto La Carlota. La intentona fue derrotada pero una vez más contribuyó a mejorar la ya
desacreditada imagen del presidente.
La mayoría de militares golpistas huyeron a Perú, con quien el gobierno venezolano rompió relaciones
diplomáticos después del autogolpe de Estado de Perú de 1992, donde fueron recibidos por Alberto
Fujimori en calidad de presos políticos en abril.11
Los militares involucrados fueron juzgados y hallados culpables de rebelión. Algunos fueron
sobreseídos, otros dados de baja y el resto encarcelados, para después ser finalmente sobreseídos por el
gobierno de Caldera en 1994, este lo hizo para tener una alianza con grupos políticos de izquierdas que
apoyaron el golpe y así mantener su gobierno. Entre los sobreseídos se encontraba Hugo Chávez.
Obras televisivas y cinematográficas
El director de cine venezolano Carlos Azpurúa, creó la película "Amaneció de golpe", basada en los
acontecimientos de la intentona golpista.
Es por eso que tal día como hoy conmemoramos el Día de la Dignidad Nacional, 28 años del punto de
partida de un pueblo Socialista.
“…La rebelión militar venezolana de 1992 era inevitable como lo es la erupción de los volcanes; no se
decreta una rebelión de ese tipo, y yo aprovecho este momento para darle un recuerdo imperecedero a
los jóvenes militares y civiles de las rebeliones de 1992, 4 de febrero y 27 de noviembre de aquel año
que quedará para la historia…”, con estas palabras el Comandante Hugo Chávez definió estos grandes
hechos que marcaron el rumbo de la Patria.
Un “Por Ahora” que dio como resultado el despertar de un pueblo, gracias a la valentía de un grupo de
jóvenes militares en favor de una verdadera independencia. Y un “Para siempre” que 28 años después,
a pesar de todos los intentos de desestabilización y sabotaje, los hombres y mujeres de esta Patria
siguen apostando a la lucha iniciada en aquellos días.
Hoy más que nunca, es necesario mantener el aplomo y defender el legado del Comandante Hugo
Chávez, contra los pactos y la entrega de nuestras riquezas a las transnacionales. Somos un pueblo que
no renuncia a la determinación de ser libre con constancia, socialismo y patriotismo.
La rebelión militar venezolana de 1992 era inevitable como lo es la erupción de los volcanes; no se
decreta una rebelión de ese tipo, y yo aprovecho este momento para darle un recuerdo imperecedero a
los jóvenes militares y civiles de las rebeliones de 1992, 4 de febrero y 27 de noviembre de aquel año
que quedará para la historia…”*.
Caracas, 3 de febrero de 2015.- Entre los días 3 y 4 de febrero de 1992, una agrupación informal dentro
de las Fuerzas Armadas, conocida como Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, emprendió una
acción denominada "Operación Zamora", liderada por el comandante Hugo Chávez Frías.
Este acontecimiento que marcó nuestra historia, fue el punto de partida de confluencia de dos épocas;
la una Venezuela en la decadencia de un régimen político, que reclamaba un reemplazo ante el fracaso
de un sistema inoperante y nefasto, al mando del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, y la otra la
Venezuela socialista concebida por el ideario del Bolivariano, enrumbada a concretar el proyecto de
justicia, equidad e inclusión social.
A 23 años de aquel 4 de febrero, cuando el pueblo de ese entonces no soportó más el peso de sus
propios descalabros, y sucumbió, para dar fin a un período nefasto en el que se perdieron muchas
posibilidades de hacer una Venezuela distinta, que fue marcada por el puntofijismo, de democracia
representativa corrupta y decadente, fundamentada en un régimen de partidos, guiado por dirigentes
enriquecidos por el manejo manirroto de los fondos públicos y que habían convertido a la masa
venezolana en víctima de los malos manejos en la economía, con la confabulación de entes extranjeros.
Estaban dadas las condiciones para arrancar un nuevo período, que en 1999 significó el inicio del
actual proceso revolucionario bolivariano, que guiado por el ideal del socialismo bolivariano del siglo
XXI, conduce al país hacia la materialización de un nuevo orden socioeconómico, de justicia, equidad e
inclusión de las masas, que históricamente fueron privadas de las grandes realizaciones, a causa de una
mala distribución de la renta petrolera.
La campanada de alerta que efervesció los ánimos para los nuevos tiempo resonó fuerte ese 4 de
febrero de 1992, con el inicio de un conjunto de acciones que llevaron al comienzo del inevitable
proceso histórico que hoy vive nuestro país. Pero el deslinde señalado por la acción del 4 de febrero de
1992 se inscribe ya en nuestra historia como el agua divisoria de la marcha del pueblo venezolano de
un viejo sistema ya inconveniente.
Hoy más que nunca, es necesario mantener el aplomo y defender el legado del Comandante Hugo
Chávez, porque es un nuevo inscrito en el ideal del socialismo para los nuevos tiempos, que catapulta
la Venezuela capitalista de ayer, y fortalece la Venezuela socialista de hoy.
Caracas, 04 Feb Cortesía La Radio del Sur.- El 4 de febrero de 1992 la historia de Venezuela cambiaría
para siempre, luego de que un teniente coronel, de apenas 38 años de edad y de nombre Hugo Chávez
Frías, asumiera la responsabilidad de una rebelión cívico-militar que encabezó para devolverle la
dignidad a un pueblo que se encontraba sumido en la pobreza, producto de las políticas neoliberales
aplicadas por el gobierno del entonces Presidente Carlos Andrés Pérez y de los exmandatarios que lo
antecedieron durante más de tres décadas.
Al públicamente reconocer que “lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no
fueron logrados en la ciudad capital”, y con su valentía asumir “ante el país y ante ustedes”, “la
responsabilidad de este movimiento militar bolivariano”, devolvió la esperanza a millones de personas
hiriendo mortalmente al puntofijismo que llegaría a su fin el 6 de diciembre de 1998 cuando fue electo
por primera vez Presidente de la entonces República de Venezuela.
Hoy, a 25 años de aquella rebelión cívico-militar, es el Comandante Eterno, Hugo Chávez, quien cuenta
con sus propias palabras, recopiladas a través de los discursos que pronunció desde que llegó a la
Presidencia de la República en 1998 (mandato que comenzó a ejercer el 2 de febrero de 1999), la
importancia que tuvo esta fecha para el país.
Cuando pasaron apenas siete años de la rebelión cívico-militar, y Chávez tan solo tenía dos días de
haber tomado juramento como Presidente de la República, ante el extinto Congreso, el 4 de febrero de
1999 dijo: “He venido aquí lleno de un inmenso sentimiento, he venido aquí, incluso, delante de todos
mis compañeros, mis hermanos de las Fuerzas Armadas Venezolanas, los que están en situación de
actividad, los que están en situación de retiro. Esa gran familia a la que ingresamos igual que yo, todos
los muchachos del 4 de febrero y del 27 de noviembre, hemos venido aquí y yo recojo el sentimiento de
todos, y lo primero que me sale del alma en este sitio (…), Lo primero que me sale de lo más profundo
del alma, hermanos, es pedir perdón (…). Perdón por los dolores, perdón por lo que quedó atrás,
perdón por las ausencias, por los hijos, por el alma, pero ustedes saben en el fondo del fondo, que
alguien tenía que hacerlo y nos tocó a nosotros hacerlo; pero sin embargo, perdón”.
Durante el acto de las Fuerzas Armadas por su ascensión a la Primera Magistratura, en donde recordó a
los caídos el cuatro de febrero de 1992, también dijo: “Los llamo a todos, todos, hasta a mis enemigos,
los que dijeron que yo era de todo y siguen diciéndolo. Los llamo a que depongan actitudes retrógradas
y miremos el futuro (…). ¡Yo no tengo marcha atrás! ¡Adelante va la revolución social, económica y
política y moral que empujaremos en Venezuela! No hay marcha atrás, señores. Nunca habrá marcha
atrás”.
Valió la pena
En el 2000, el líder expresó que los sacrificios de aquel día valieron la pena. “Después de 8 años de
aquella fecha, de aquellos hechos, yo no tengo la menor duda en decirlo (…) después de mirar el
camino andado de los últimos 8 años, yo digo: valió la pena”.
“Claro que valió la pena, tomar un fusil y salir a la medianoche a buscar un camino. No había otra
alternativa, no teníamos otra salida. Vean los resultados, preguntémonos todos, esa pregunta que es
muy popular: ¿qué pasaría en Venezuela hoy si no hubiese ocurrido el cuatro de febrero de 1992? Yo
tengo una hipótesis, yo tengo una creencia: si no hubiese ocurrido la rebelión militar, popular, apoyada
por el pueblo del cuatro de febrero, yo creo que aquí Venezuela hubiese entrado en una guerra civil
hace varios años, porque no hay mal que dure 100 años ni pueblo que lo resista. Gracias a Dios ocurrió
el cuatro de febrero y evitó tragedias mucho mayores a nuestro pueblo”, expresó desde la Plaza Bolívar
de Caracas, en un acto realizado para conmemorar esa fecha.
En esa oportunidad, dijo que “por primera vez hay aquí en Venezuela un Gobierno verdaderamente
soberano que toma las decisiones en función de lo que así creemos; por primera vez en mucho tiempo
hay un Gobierno que no responde a mandatos de centro de poder alguno en ninguna parte del mundo,
llámese como se llame, por primera vez hay aquí un Gobierno de pie que le dice al mundo: “nosotros
respetamos al mundo y el mundo está obligado a respetar a Venezuela y a su pueblo”.
Manifestó: “Tengo la más profunda convicción que nosotros pasaremos por encima de todas las
dificultades que aparezcan en la marcha, porque nos mueve un amor muy grande, porque lo que nos
mueve es sublime, lo que nos mueve es la vida misma, es el amor, profundo amor y eso no se detiene
muy fácilmente”.
Agregó que “el 4 de febrero, hace 8 años, nosotros traíamos humildemente un proyecto ya más o
menos elaborado. La consigna fundamental del 4 de febrero era Asamblea Constituyente Bolivariana y
Revolucionaria, plenipotenciaria y soberana. Esa era la consigna central del 4 de febrero de 1992.
Fíjense, apenas un año después lo que ha pasado, lo cual indica que el proceso no ha perdido su
esencia, que el proceso se ha consustanciado con la realidad nacional, con la esencia popular. En
apenas un año la gente tiende a no creerlo, la gente por allá de Europa, de los Estados Unidos, de esos
mundos lejanos del Asia, cuando leen lo que en Venezuela ha pasado el último año, lo primero que
dicen es: “esto no puede ser, increíble”. Yo les digo: “Increíble, pero cierto”.
Con sentimiento también contó lo que como padre, hijo y ser humano le tocó vivir aquel 4 de febrero
de 1992. “A esta hora, 9:25 minutos, hace 8 años ya yo era, junto a mis compañeros, prisionero. Ya
estábamos encerrados en el viejo Cuartel San Carlos, pero les juro que a esa hora, 9 y media de la
noche del 4 de febrero, nosotros jóvenes, nosotros soldados, tras las rejas, adoloridos, lo que más
pensaba uno era en los hijos. Cómo lloraba yo esa noche pensando en Rosa Virginia, que tenía apenas
12 añitos, y a esa hora ya ella sabía que papá estaba preso (…) Lloraba por María Gabriela, que por ahí
anda ya casi con 20 años y tenía 11; lloraba por Huguito Rafael (…). Lloraba por los recuerdos, lloraba
por los caídos, lloraba encerrado junto a mis compañeros; pero jamás a esa hora de hace 8 años, jamás
de los jamases, más allá del silencio de los barrotes del Cuartel San Carlos, más allá de la noche oscura
de aquel 4 de febrero, más allá de las lágrimas que bañaban el pecho del soldado, más allá del rumor
seco y callado de la prisión, más allá de las miles de preguntas que palpitaban en el pecho, más allá de
la desesperanza de una derrota pasajera, más allá del frío de la prisión, jamás de los jamases nos
imaginábamos que el inmenso, el grandísimo, el estruendoso resurgir de un pueblo que asumió la
revolución y que cogió el camino y que tomó las calles y que tomó las ciudades y que tomó los campos
y que salió de nuevo una vez más con su bandera, con su sueño, con su heroísmo, con su coraje, con su
dignidad. Por eso, 8 años después de aquello, junto a mis compañeros, junto a mis amigos, junto a mis
soldados, yo digo delante de Dios y delante de ustedes, con todo lo que uno tiene por dentro: Gracias
Dios mío, porque valió la pena el sacrificio”.
Agregó: “Se trata, al mismo tiempo, de una campanada, de un llamado de alerta, de un toque de corneta
que salió de las filas militares bolivarianas y llamó a un pueblo que siguió, como sigue hoy y continúa
hoy apoyando un proceso que, gracias a Dios, tomó el camino pacífico, tomó el camino democrático y
eso es bueno recordarlo porque nunca hubo en la mente ni en la acción de los militares bolivarianos del
4 de Febrero ningún plan, ninguna intención dictatorial. No, lejos estamos y siempre estuvimos, de ese
camino”.
El cuatro de febrero no solo fue la estocada mortal del puntofijismo. El cuatro de febrero, le dimos
también en Venezuela para comenzar, la estocada mortal al neoliberalismo salvaje que casi acaba con
los pueblos de este continente (…). Si no hubiese ocurrido el cuatro de febrero tengan ustedes la
seguridad que ya Pdvsa habría sido privatizada hace tiempo, para poner un solo ejemplo (…)”.
Asimismo destacó que “el cuatro de febrero, fue un día de muerte y de parto, fue un día de fin y
comienzo”.
“Claro, ese día le dimos la estocada mortal al pacto de puntofijo y ahí está debatiéndose entre los
muertos políticos de la historia y no van a volver (…). Así que el cuatro de febrero fue eso, la muerte
de un régimen deslegitimado, pervertido y carcomido que ya no le prestaba ningún bien a Venezuela.
Pero el cuatro de febrero al mismo tiempo, generó la fuerza que fue capaz de parir una nueva Patria”,
agregó.
Desde el Poliedro de Caracas, el 4 de febrero de 2003, Chávez manifestó que el 4F de 1992, “fue una
rebelión moral, una rebelión de dignidad, una rebelión que interpreta el sentimiento de las grandes
mayorías nacionales (…). No fuimos nosotros los hombres del 4 de febrero apoyados por estas cúpulas,
por “los amos del valle” o por los dueños de las televisoras y de los grandes medios de comunicación.
Nosotros salimos con lo que teníamos a la mano, con nuestro corazón, con nuestra dignidad, salimos a
batallar por la patria. No manipulados por nadie sino impulsados por nuestra propia conciencia”.
Dijo que el Bolívar revolucionario renació el 4-F de 1992. “La madrugada del cuatro de febrero, volvió
Bolívar el verdadero”.
Agregó: “Ese proyecto tenemos que profundizarlo y no solo en Venezuela, sino hermanarlo y
profundizarlo con los hermanos de la América latinocaribeña, porque el proyecto de Bolívar no solo es
para Venezuela, el proyecto de Bolívar es un proyecto continental de esta tierra de indios, negros,
blancos, de esta tierra mágica de la América LatinoCaribeña, este proyecto anda por allí, necesario es
profundizarlo y discutirlo”.
“También al 4 de Febrero habrá que deberle una de las columnas más fuertes sobre las que se sustenta
hoy la República: la unidad cívico-militar”.
Y aunque pareciera que esta frase la hubiese dicho hoy, 4 de febrero de 2015 cuando la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana (Fanb) está siendo víctima de una campaña nacional de descrédito por parte de
sectores de la derecha, Chávez un día como hoy, pero en el 2003, expresó: “Saludos desde aquí a todos
los soldados de Venezuela, a los militares venezolanos que también están siendo atropellados por esta
oligarquía grosera, iracunda, desesperada. Pero los soldados de la patria están conscientes de que ellos
están en el medio también de una batalla por el pueblo, por la República, por la Constitución y por el
futuro de Venezuela”.
Respaldo a la Fanb
“La Fuerza Armada Venezolana, más nunca debe ser utilizada como lo fue por la oligarquía criolla, por
las cúpulas, por las elites poderosas que a Venezuela dominaron desde siempre y por sus aliados
internacionales contra el pueblo venezolano. Porque eso ocurrió aquí, el Ejército Libertador de
Suramérica pasó en las décadas precedentes a 1992, a ser utilizado como si fuera un ejército de
ocupación en su propia territorio, para arremeter contra su propio pueblo, máxima expresión de esta
degeneración, máxima expresión de esta desviación está allí grabado en la memoria de los venezolanos
para siempre la masacre del 27 de febrero de 1989”, expresó Chávez desde el Hipódromo de La
Rinconada un día como hoy, pero en el 2004.
“El espíritu de la unidad popular, el espíritu de los militares patriotas se ha reivindicado, pero esa
misma clase oligárquica, esos mismos intelectuales de la oligarquía utilizando los medios de
comunicación que posee la oligarquía pues se han dedicado (…) –tiene doce años, eso no es nuevo para
nada- Doce años bombardeando el cuatro de febrero y el 4 de febrero hoy está más agigantado que
nunca en la historia venezolana”, agregó.
Ese día también dio nuevamente una muestra del amor que sentía por su familia. “quiero hoy, darle un
saludo muy especial y bañar con mi amor a personas que uno quiere mucho y que sé que un día como
hoy aquél 1992, comenzaron a sufrir mucho también y han sufrido y han sentido el impacto de todo
esto, me refiero en primer lugar a mis padres Hugo de Los Reyes Chávez, a mi madre Helena y en ellos
dos a los padres y a las madres de todos los que un día como hoy a esta hora o habían muerto ya o
estábamos siendo encarcelados en las mazmorras de aquella falsa democracia, y de manera muy, pero
muy especial a mis hijos Rosa Virginia, María Gabriela, Hugo Rafael y Rosinés”.
Continuó expresando su afecto por sus hijos: “En este día muy especial les manifiesto el más grande de
los amores que se puedan sentir en el pecho ¡Los amo muchachitos! ¡Los amo infinitamente! (…). Y
les pido perdón por los sufrimientos y los sinsabores, pero así es la lucha por la patria y así somos
nosotros los hombres y las mujeres que dejamos todo, como lo dijo el Padre Libertador: ‘El que
abandona todo por ser útil a su país, no pierde nada y gana cuanto le consagra’”.
“Fue aquel un movimiento de muchachos patriotas, algunos todavía nos llaman golpistas, allá ellos.
Nosotros no somos golpistas, nosotros somos revolucionarios, un movimiento revolucionario, un
movimiento patriótico”, manifestó Chávez un día como hoy, pero en el año 2005, desde el Cuartel
Cipriano Castro, hoy conocido como Cuartel de La Montaña, morada donde precisamente descansa el
Líder de la Revolución Bolivariana.
En esa oportunidad aseveró que: “golpistas son los que se unen a la oligarquía para atropellar a su
propio pueblo, golpistas son los que pretenden instalar en Venezuela una dictadura, o pretendieron
instalarla; golpistas son y apátridas los que se arrodillan al imperialismo norteamericano. Nosotros
somos antiimperialistas, revolucionarios, bolivarianos, y cada día somos más y lo somos en mayor
profundidad”.
Derrotar al imperio
Desde la avenida Bolívar de Caracas y ante una multitud que marchó para conmemorar los 14 años de
la rebelión cívico-militar, Chávez destacó un 4 de febrero de 2006, cuando arrancó la Batalla de Santa
Inés con mira a las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de ese año, que “esta batalla nuestra es
en verdad contra el imperio norteamericano y que vamos a necesitar mucha astucia, mucha inteligencia,
mucho talento estratégico, mucha unidad, mucha conciencia, mucho trabajo, todos los días para
derrotar una vez más al imperio norteamericano y su pretensión de sabotearnos el proceso electoral del
tres de diciembre de este año”.
También dijo: “Quienes han estado vomitando sobre América Latina durante casi dos siglos son los
salvajes imperialistas de Estados Unidos, pero se les va acabar, ahora tendrán que vomitarse ellos
mismos porque América Latina ¡Despierta! ¡América Latina se levanta y los pueblos de América Latina
escribirán en este siglo la página más grande de toda su historia!”.
Unidad, unidad
“El 4 de febrero fue un rayo que iluminó la oscuridad, Venezuela se hundía. 15 años después, General
Campos aquí estamos pueblo y soldados juntos levantando a Venezuela, hemos sacado a Venezuela del
abismo y la llevaremos hacia el sitial que le corresponde, sitial soñado por nuestro máximo líder
histórico, general en jefe y Libertador Simón Bolívar”, señaló desde el Paseo Monumental de Los
Próceres, un 4 de febrero de 2007, cuando se realizó un desfile con motivo del XV Aniversario del Día
de la Dignidad.
El imperio no descansará
El 4 de febrero de 2008 desde la 41ª Brigada Blindada del estado Carabobo, indicó que: “el imperio no
descansará compañeros, compañeras, camaradas, para tratar de frenar esta revolución que nació el 4 de
febrero de 1992, y utilizará sus lacayos, utilizará y seguirá utilizando sus peones en distintas partes del
mundo”.
En ese sentido recalcó que “aquí mismo en Venezuela tenemos una quinta columna de pitiyanquis, de
lacayos del imperialismo que todavía conservan un poder importante en sus manos, hay que
reconocerlo, poderes mediáticos con los cuales todos los días bombardean a nuestro pueblo, y
bombardean a nuestra sociedad (…) utilizando la muy conocida estrategia goebbeliana de repetir una
mentira todos los días hasta que mucha gente comienza a creer que aquella mentira es verdad. Tratando
de convencer al mundo de que Venezuela se está hundiendo, de que aquí hay una dictadura, de que este
es un gobierno que viola los derechos humanos, que es un gobierno que persigue, tratando de que el
mundo crea y de que nuestra pueblo también dude de los éxitos de nuestra revolución; repitiendo una y
mil veces que Venezuela se hunde en la miseria, en la pobreza, en la corrupción, de todo eso tenemos
todavía por supuesto, recibimos una herencia terrible de un país despedazado y hundido por esos
mismos que nos atacan; pero nadie puede dudar, nadie debe dudar acerca de los grandes avances que en
apenas 9 años ha logrado el gobierno revolucionario”.
Destacó que el “ataque adversario vendrá por todos los flancos, estamos obligados a frenar esos ataques
y luego a derrotarlos con el contraataque revolucionario. Estamos obligados a hacerlo, todos unidos”.
Acción quijosteca
“Pudiéramos decir que el 4 de febrero fue realmente una acción quijotesca, sí, quijotesca. Hecha por
quijotes, jóvenes quijotes, soldados, soldados; y ciudadanos, que también se convirtieron en soldados
aquel día, sin serlo, o sin haberlo sido”, comentó en el 2009 desde la avenida Constitución de Maracay,
estado Aragua.
Llamó a “que seamos cada día, independientemente del puesto que nos ocupe, o que nos toque ocupar
en la Revolución, en el proceso bolivariano, que seamos consecuentes con el sueño, con la fuerza
mística de aquella jornada memorable, que partió en dos el tiempo histórico venezolano, que adelantó
la entrada de Venezuela al Siglo XXI, y que señaló el sendero de la Revolución Bolivariana, de la
Revolución socialista”.
El 4-F es el pueblo
En el 2010 desde el Patio de Honor de la Academia Militar de Venezuela, resaltó que “el 4 de febrero
hoy es el pueblo todo, el 4 de febrero hoy, 18 años después, somos los soldados todos, cada soldado del
Ejército Bolivariano, de la Armada Bolivariana, de la Aviación Bolivariana, de la Guardia Nacional
Bolivariana, de las milicias bolivarianas debe llevar esa fecha 4 de febrero, ese código 4 de febrero
como compromiso irrenunciable de batalla por la independencia de Venezuela, la independencia, la
independencia, la independencia”.
“Las fuerzas de la derecha venezolana, seguirán haciendo todos los esfuerzos para tratar de frenar esta
Revolución. En nuestras manos está impedirlo, y para ello se requiere, seguir fortaleciendo la
conciencia revolucionaria, la unidad del pueblo como ya he dicho, pero la derecha venezolana ¡jamás
volverá a gobernar Venezuela!, ¡más nunca volverán!”, expresó el 4 de febrero de 2011 desde la
avenida Sexagenaria, Valencia, estado Carabobo.
En esa oportunidad dijo que el 4-F de 1992 “marcó la tumba histórica al Pacto de Punto Fijo. El 4 de
febrero parió la patria, parió un mundo nuevo, parió un pueblo nuevo. Por eso digo, cristiano como soy,
creyente como soy, gracias Dios mío, parecía imposible”.
“Hoy, la vanguardia, la vanguardia hay que sostenerla, hay que fortalecerla, la vanguardia hoy es el
partido, tiene que serlo, una organización coherente, con un proyecto ideológico, político. El Partido
Socialista tiene que convertirse en la gran vanguardia de los movimientos sociales, de los movimientos
populares. Y lo voy a decir también, el Ejército, el Ejército y cuando digo el Ejército, me refiero
también por supuesto, a la Marina de Guerra, a la Fuerza Aérea, a la Guardia Nacional y a la Milicia. El
Ejército, tiene que seguir conformado como una vanguardia revolucionaria del pueblo”, exclamó.
“Y el pueblo organizado, el pueblo y esas distintas corrientes de lucha popular, los más diversos
movimientos sociales, pero unidos”, agregó.
Militares chavistas
Fue el 4 de febrero de 2012, precisamente cuando se cumplían 20 años de la Rebelión cívico-militar del
4F de 1992, que el Comandante Eterno, acudió en público a una conmemoración de tan importante
fecha.
Ese día el desfile en honor al Día de la Dignidad Nacional tuvo lugar en el Paseo Monumental de Los
Próceres en Caracas, evento al que asistieron los presidentes de Cuba, Bolivia y Nicaragua, Raúl
Castro, Evo Morales y Daniel Ortega, respectivamente, así como otras autoridades internacionales.
En cadena nacional de radio y televisión, Chávez manifestó que la derecha, “se molesta mucho. Porque
ellos quisieran tener los generales del 11 de abril de 2002 que traicionaron al pueblo y nos traicionaron
a nosotros, la confianza que en ellos pusimos. Usted recuerda, la oligarquía venezolana quisiera tener
generales como los que se fueron a Plaza Altamira aquel año 2002, esos generales más nunca volverán
a existir en Venezuela porque de ahora en adelante tendremos generales, almirantes, oficiales y tropas
revolucionarios (…).
Antiimperialistas, socialistas y chavistas, para que les duela más a la burguesía y al imperialismo”.
Exclamó: “Así como aquí en mi corazón está la Patria, está el pueblo venezolano, aquí en mi corazón
está la Fuerza Armada Venezolana porque soy un soldado, eso es lo que yo soy en esencia, un soldado
de esta Patria, de este pueblo. Y yo además estoy seguro que en el corazón de la Fuerza Armada
Bolivariana de Venezuela ahí estoy yo también, en el corazón de la Fuerza Armada, y por eso lo vuelvo
a decir, la Fuerza Armada Bolivariana es chavista, duélale a quien le duele, rásquese quien se rasque,
dígase lo que se diga…”.
“Y nosotros, pueblo y soldados, 20 años después aquí estamos, no nos queda más sino afincar el paso,
afinar el rumbo y seguir la marcha con nuestros muertos dentro de nosotros mismos, con los que dieron
su vida por esta Revolución y la siguen dando, con el juramento aquel que viene desde el Monte Sacro,
el Samán de Güere, el Roble, el Samán, el juramento de los monolitos, el juramento de la Patria pues:
No daremos descanso a nuestros brazos ni reposo a nuestras almas, hasta que hayamos liberado
definitivamente a la Patria del atraso, del subdesarrollo y hayamos construido en esta tierra el
socialismo de la nueva era, el socialismo del Siglo XXI”; agregó.
Un abrazo infinito para mi pueblo
Un año después Chávez recordó y conmemoró el 4 de febrero de 1992, a través de una carta, que fue
leída por el entonces vicepresidente de la República, Nicolás Maduro, en la Plaza Pagüitas, en Caracas,
lugar donde finalizó la movilización que tuvo lugar ese día en el Distrito Capital por motivo del XXI
aniversario de la rebelión cívico-militar.
En la misiva, que fue reseñada en la página web del Psuv, Chávez expresó: “El 4 de febrero fue un día
que generó fuerzas que todavía están en expansión, el 4 de febrero no ha terminado, su espíritu
insumiso debe acompañarnos cada día porque los poderes que enfrentamos desde hace más de dos
décadas persisten aún en su intento de detener el curso de la historia en Venezuela, en nuestra América
y en el mundo, son los poderes que amenazan con destruir a la humanidad y el planeta”.
También dijo que “el por ahora de hace 21 años es hoy un para siempre del pueblo bolivariano”.
Hay fechas en las que todo el caudal de la historia se revela y marca el rumbo nuevo de los pueblos;
hay fechas que signan y despejan, que se convierten en compromiso y señalamiento de un destino que
tiene que acontecer para calibrar el pasado y ver con más claridad el horizonte libertario, así fue el
glorioso 4 de febrero de 1992”.
De esta forma, en 2013, el comandante Hugo Chávez Frías caracterizó el significado de la rebelión que
la juventud militar venezolana protagonizó en 1992 contra la tiranía del gobierno adeco de Carlos
Andrés Pérez, quien tres años antes había ordenado la masacre del Caracazo, en la peor violación de los
derechos humanos de los venezolanos registrada en la cuarta República, cuando los gobiernos de turno
estaban subordinados absoluta e históricamente a los intereses del régimen imperial que gobierna los
Estados Unidos (EE.UU.).
Chávez, entonces presidente de la República, quien en febrero de 2013 desde Cuba se trataba la
enfermedad que le arrebató la vida un mes más tarde, envió una carta al pueblo venezolano a propósito
del 21 aniversario de la rebelión cívico-militar, mensaje leído por el entonces vicepresidente Ejecutivo,
Nicolás Maduro Moros, durante una masiva movilización popular que se realizó en la Plaza Pagüita, en
las cercanías del Palacio de Miraflores, en Caracas.
“Quienes de la mano de Bolívar, Robinson y Zamora, nos levantamos en armas salimos aquella
madrugada a jugarnos la vida por la patria y por el pueblo, teníamos plena conciencia de que en
Venezuela había tocado fondo tres años atrás con la rebelión del 27 de febrero de 1989 que nos había
marcado el camino; el pueblo en esa fecha ofrendó su vida combatiendo en las calles el neoliberalismo
salvaje que Washington pretendía imponernos”, leyó Maduro el texto del mensaje de puño y letra del
Comandante.
“Quienes estábamos en filas militares no queríamos seguir cargando la ignominia de ser una guardia
pretoriana de una clase política tan opresora y corrupta como criminal, nunca más nos iban a utilizar
para ahogar en sangre el justo clamor popular«.
«El Caracazo señaló un fin y un comienzo, fin de un sistema ahogado en la desvergüenza, comienzo
de una época de cambios que exigía renacer en dignidad popular”, auguró, profético el líder
revolucionario, sobre las causas de aquella importante insurrección militar que pasó a la historia
mundial y especialmente después de pronunciar su “Por ahora”.
Día de dignidad:
La madrugada del 4 de febrero de 1992, el país se levantó en medio de una rebelión de militares,
quienes en su intento por dar un frenazo al colapso en el que las clases dominantes habían sumergido al
país, revivieron la esperanza maltratada de un pueblo.
Los uniformados junto al Teniente Coronel Hugo Chávez se identificaron como el Movimiento
Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), movimiento político fundado a lo interno de las Fuerzas
Armadas en 1983, bajo el pensamiento de Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora.
Frustrado el intento de toma de la ciudad Capital, Caracas, los insurgentes se rindieron, luego que las
guarniciones del interior del país fueran recuperadas por las fuerzas leales al Gobierno de entonces.
Chávez y los oficiales rebeldes fueron arrestados y privados de su libertad por fuerzas de seguridad. La
histórica alocución del Comandante insurrecto fue transmitida ante los medios de comunicación, en
donde el pueblo venezolano se maravilló de ver a un joven y desconocido militar asumir la
responsabilidad del alzamiento, quien en forma firme y decidida ordenaba a los insurgentes que aún
luchaban en Aragua y Valencia que se rindieran, para evitar mayor derramamiento de sangre, a la vez
que pedía a sus partidarios deponer las armas.
Allí surgió una de las más celebres frases del Comandante «Por ahora los objetivos no han sido
alcanzados”, que se convirtió en la esperanza de un pueblo. Un pueblo que hizo luego célebre, la
espontánea consigna popular que se expandió por todo el país: «¡Viva Chávez, carajo!«.
En su carta de 2013, Chávez explicó muy bien el proceso que venía abriéndose en la historia
venezolana: “Ya era mi historia conocida, las insurgencias militares de signo patriótico y
revolucionario, El Carupanazo, El Porteñazo y la sexta década del siglo pasado abrieron una brecha
histórica, y a pesar de que ambas rebeliones fueron sofocadas brutalmente por la democracia burguesa,
había quedado el surco para la semilla, de allí venimos nosotras y nosotros y desde más atrás desde la
Resistencia Indígena, desde las rebeliones de los esclavos, desde Chirinos, Gual y España, Miranda,
Bolívar, Sucre, Zamora, Cipriano Castro”.
“El 4 de febrero nuestro pueblo vio el amanecer de su esperanza gracias al pueblo soldado, que se
sintió de nuevo acompañado por militares patriotas, nosotros salimos a empuñar nuestra espadas en
defensa de las garantías sociales, de los derechos de la gran humanidad venezolana, no nos movía otra
ambición que la de convertirnos en herederos y continuadores del ejército libertador, queríamos volver
a nuestra esencia bolivariana, ser de verdad-verdad el pueblo en armas forjador de la libertad”.
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despierto ante pretensiones capitalistas
Claves:
En aquella gesta histórica, varios hitos pueden ser mencionados para considerarla como un Gran
Movimiento Militar que transformó a los venezolanos para siempre:
El 4 de febrero de 1992 representa el chispazo que fortaleció al pueblo y lo enrumbó en la lucha por
el rescate de la dignidad nacional.
El 4F produjo una conmoción política nacional que abrió la conciencia de los venezolanos y
estremeció la democracia representativa basada en el excluyente Pacto de Punto Fijo del bipartidismo
político entre Acción Democrática (AD)-COPEI.
Fue una necesidad histórica. El 4F dotó a la nación de un objeto estratégico en lo político: la nueva
democracia participativa y protagónica, asimismo anuló la validez de los viejos planteamientos de
todos los partidos de derecha que dominaban la política.
El 4F provocó la conciencia militar y 9 meses después el gobierno de CAP enfrentó otra rebelión, el
27 de noviembre, ahora de manos de alta oficialidad de las antiguas Fuerzas Armadas (FAN).
Sacudió al Poder Judicial y a todas las instancias del Poder Público. El Poder Ejecutivo en manos de
CAP comenzó a mostrar señales de colapso definitivo (tras la primera sacudida del 28F y 1º de marzo
de 1989, cuando ordenó a la vieja FAN la represión mortal del pueblo).
El 4F permitió la demanda judicial contra Carlos Andrés Pérez quien víctima de sus propios
compañeros de partido (AD), fue condenado por corrupción, destituido y encarcelado en 1993. Se
convirtió en el primer Presidente destituido de la historia.
La nación comprendió que en el seno de la institución armada existían reservas verdaderamente
democráticas, no corrompidas, oficiales jóvenes provenientes de estratos populares con vocación para
la reivindicación del pueblo.
El 4F es una de las columnas más fuertes sobre las que se sustenta hoy la República: la unidad
cívico-militar”, dijo Chávez en 2003.
La fuerza de la rebelión militar de 1992 reivindicó a la Fuerza Armada y más nunca fue utilizada
para masacrar al pueblo, tal como lo fue en el siglo pasado por parte de la oligarquía criolla y cúpulas
de las élites dominantes.
“Fue un grito de independencia nacional, soberanía, dignidad, rebeldía, de los humildes, de los
explotados de siempre. Aquí hubo dignidad, honor militar y nuevamente se plantó la bandera de
Bolívar, ya que marcó la resurrección del Libertador, de su imagen, de su proyecto, de su rostro, de su
fuerza, de la simbología nacional, del escudo y del Himno Nacional”, aseveró hace un año el Jefe de
Estado, durante la conmemoración del 28 aniversario.
Hoy, a 29 años de aquella rebelión sin precedentes, el 4 de febrero definitivamente partió la historia en
dos y marcó el inicio de una nueva Patria, “ahora sí libre, independiente, soberana y democrática”,
puntualizó el Mandatario Nacional.
Comandante Chávez, una figura histórica que conmociona al mundo desde 1992 (Foto Multimedios)
Y otra vez Chávez, en su mensaje de 2013, el último que hizo en vida sobre la fecha de la rebelión, fue
increíblemente profético:
“El 4 de febrero fue un día que generó fuerzas que todavía están en expansión. El 4 de febrero no ha
terminado, su espíritu insumiso debe acompañarnos cada día porque los poderes que enfrentamos desde
hace más de dos décadas persisten aún en su intento de detener el curso de la historia en Venezuela, en
nuestra América y en el mundo, son los poderes que amenazan con destruir a la humanidad y el
planeta».
«El espíritu de rebeldía debe vivir en cada uno de nosotros para seguir avanzando, para no
estancarnos (…) Mantengamos siempre en alto la divisa del padre Libertador, unidad, unidad, unidad,
proclamemos sin vacilaciones la unidad y construyamos cada día, inspiremos para evitar que el imperio
y sus lacayos en su reiterado intento de dividirnos se salgan con la suya, hagamos que florezca el bien
inestimable de la unión, todavía tenemos mucha patria que libertar y por eso mismo necesitamos estar
cada vez más unidos como pueblo”.
Comandante Chávez, una figura histórica que conmociona al mundo desde 1992 (Foto Multimedios)