LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
2º BACHILLERATO
TRADICIÓN Y RENOVACIÓN EN EL TEATRO DE LOS SIGLOS XX Y XXI.
EL TEATRO DESDE 1939 HASTA 1975
I. CONTEXTO HISTÓRICO ENTRE 1939 Y 1975
Entre 1939 y 1945 se desarrolla la Segunda Guerra Mundial. En ella, Alemania luchó, junto a Italia y
Japón (entre otros), frente a las tropas aliadas, en las que sobresalían los Estados Unidos, la Unión
Soviética, China y el Reino Unido. Aunque los aliados se impusieron, las tensiones en su seno dieron
lugar a la Guerra Fría, un enfrentamiento entre el bloque capitalista -comandado por EE.UU.- y el
comunista -liderado por la URSS- que marcará la segunda mitad del siglo XX.
En España, la dictadura de Franco se inicia con una etapa de intensa represión y aislacionismo. A
partir de 1950, sin embargo, el régimen comienza a abrirse al exterior gracias al acuerdo alcanzado con
Estados Unidos, que precisaba nuevos aliados. Esta tímida apertura dio paso, ya en los sesenta, a cierta
bonanza económica, gracias a la creciente invasión extranjera y al desarrollo del turismo. Sin embargo,
la mejora no afectó a toda la población, y fue creciendo una oposición al franquismo que, tras la muerte
del dictador, facilitó el camino a la democracia (la denominada Transición). Todo ello se refleja en la
evolución de la cultura y de las letras españolas:
- En los años cuarenta, el control sobre las publicaciones es absoluto. Por ello, predominan las obras que
se ajustan a los valores y estilos tradicionales, aunque algunos autores supieron encontrar vías para
expresar su angustia.
- En la década de los cincuenta, la censura manifiesta ciertos signos de tolerancia, y las
preocupaciones sociales pasan a primer plano: los escritores se proponen denunciar las injusticias que
rodean al ser humano.
- Los sesenta y los setenta, en cambio, se caracterizan por la renovación y la experimentación formal.
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El panorama teatral de la posguerra es pobre, ya que muchos autores habían sido asesinados o estaban
en el exilio, la censura dominaba y, por lo tanto, las presiones ideológicas eran muchas. No solo
dominaba la censura; muchas veces los propios autores se doblegaban a las exigencias de la ideología
dominante y modificaban sus obras, evitando temas susceptibles de ser criticados o, incluso, eliminados
de su obra. Esta situación va evolucionando en los tiempos de la dictadura y cambia a partir de la muerte
de Franco (1975). Estudiaremos dicha evolución por décadas.
II. EL TEATRO DESDE 1939 HASTA LA ACTUALIDAD
1. EL TEATRO DE LA DÉCADA DE LOS 40:
Se denomina también “teatro de posguerra”. El público demandaba un teatro sin grandes pretensiones
y rechazaba las innovaciones formales. Ya antes de la Guerra Civil muchos autores intentaron renovar
la escena española sin conseguir su objetivo. El régimen franquista utilizó el teatro para transmitir la
ideología de los vencedores. Los empresarios teatrales no se arriesgaban y se limitaban a poner en
escena las obras que no fueran sospechosas ante la censura. Entre todas las corrientes, debemos
destacar las siguientes:
1.1. TEATRO COMERCIAL:
Se representan obras costumbristas de épocas anteriores (una manera de evitar la censura). Tiene éxito
el sainete y otras pequeñas obras cómicas. También son frecuentes las representaciones de dramas
históricos o comedias del Siglo de Oro e, incluso, traducciones de obras extranjeras, como Pirandello,
Tenesse Williams, etc. Mencionamos a Juan Ignacio Luca de Tena con su obra ¿Dónde vas Alfonso XII?.
1.2. OBRAS DE NUEVA CREACIÓN DRAMÁTICA:
• Teatro del exilio: los autores españoles que estaban en el exilio incluyeron en sus obras novedades
vanguardistas. Destacan Rafael Alberti, Pedro Salinas, Alejandro Casona y Max Aub. Cada uno de estos
autores tiene características peculiares.
• Drama burgués: continúa la comedia burguesa. Son comedias de evasión con grandes dosis de
humor. Tienen como objetivo entretener al público y transmiten valores que elogian la virtud (los temas
preferidos son el matrimonio, el hogar, la familia…). Los autores más representativos son José María
Pemán (firma obras en la línea del drama propagandístico como Por la virgen capitana), Joaquín Calvo-
Sotelo (escribe dramas ideológicos como La muralla) y Benavente que gracias a títulos como Nieve en
Mayo (1945) conoció de nuevo el éxito.
• Teatro del humor: el teatro cómico de posguerra surge en torno a un grupo de autores relacionados
con la revista La Codorniz, publicación satírica que empleaba un humor intelectualizado. Dos figuras
destacan en esta corriente: Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura, dos escritores que fueron
incomprendidos en su época y que son muy valorados en la actualidad.
o Enrique Jardiel Poncela (1901-1952). Su dramaturgia se basa en el humor disparatado, que rompe
con los esquemas lógicos y conecta con el teatro vanguardista; sus obras encadenan situaciones
inverosímiles, con personajes atípicos y diálogos humorísticos que traslucen una visión crítica de la
sociedad. Los comentaristas de su época no entienden este tipo de teatro y lo atacan ferozmente; sin
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embargo, consigue un notable éxito de público con comedias como Eloísa está debajo de un almendro
(1940) o Los ladrones somos gente honrada (1941).
o Miguel Mihura (1906-1977). Es autor de veintitrés comedias marcadas por un humor absurdo que
se fundamenta en la dislocación del lenguaje, en personajes-tipo grotescos y en tímidos ataques a las
convenciones. Su obra más importante es Tres sombreros de copa (1932), que tardó veinte años en
representarse. Otros títulos destacados son Maribel y la extraña familia (1959), o la más convencional
Ninette y un señor de Murcia (1964).
2. EL TEATRO DE LA DÉCADA DE LOS 50:
Aproximadamente a mitad de los años cincuenta, y coincidiendo con un cierto relajamiento de la
censura, surge un teatro nuevo, muy próximo a los principios de la novela social. Sus temas abordan
problemas de obreros o gentes humildes, con el fin de poner de relieve las desigualdades sociales y
la falta de humanidad. La escena imita espacios cotidianos, con rasgos costumbristas, y el lenguaje se
esfuerza en reproducir el habla de las distintas clases sociales.
Muchas piezas no llegaron nunca al escenario, por lo que puede hablarse de un teatro soterrado. Las
dificultades para la difusión de sus obras y la llegada de nuevas corrientes condujeron a la mayor parte
de estos autores a otros planteamientos dramáticos o al silencio.
Los dramaturgos más representativos de este período son Alfonso Sastre y Antonio Buero Vallejo.
o Alfonso Sastre (1926-2021). En 1953 estrena Escuadra hacia la muerte, prohibida después de solo
tres representaciones. La obra era un drama de agitación social, y marcó el inicio de un teatro
político que no pudo desarrollarse en los escenarios: su tema dominante es la opresión (física,
psicológica o social), que ha de ser combatida mediante la revolución.
o Antonio Buero Vallejo (1916-2000). Su obra teatral ha obtenido numerosos reconocimientos, como
el Premio Lope de Vega en 1949 por Historia de una escalera o el Premio Nacional de Teatro en 1957,
1958, 1959 y 1980 (en este último caso, por el conjunto de su obra). En 1971 fue elegido miembro de la
RAE y en 1986 se le concedió el Premio Cervantes.
El teatro de Buero, de acento trágico, se centra en los grandes interrogantes de la condición humana:
los deseos de los hombres y sus frustraciones, las mentiras que se inventan para soportar su infelicidad...
No faltan tampoco las situaciones y los personajes que implican referencias críticas a la España de su
tiempo. Se trata de un teatro doblemente desafiante para el espectador, porque plantea problemas y
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no ofrece soluciones; la mayoría de las obras de Buero se cierran con un interrogante sin
respuesta lanzado hacia el público.
En sus dramas, el diálogo ocupa un papel importante, ya que el lenguaje de los protagonistas se
caracteriza por su densidad y precisión y el espacio escénico suele estar descrito con minuciosidad en
las acotaciones. Un recurso frecuente en sus obras es el de los denominados “efectos de inmersión”,
que persiguen una mayor identificación del público con la historia que se está representando (por
ejemplo, en una escena de En la ardiente oscuridad -protagonizada por ciegos-, la sala debe permanecer
completamente a oscuras para que el espectador experimente las mismas limitaciones que los
personajes.
Su obra puede clasificarse, desde el punto de vista cronológico, en tres etapas:
1.- Primera etapa:
Incluye dramas de enfoque existencial, con una técnica teatral realista. Mencionaremos:
- Historia de una escalera (1949). Transcurre en la escalera de una casa de vecindad por la que desfilan
los miembros de tres familias modestas y marcadas por el fracaso. El problema central es la frustración
de unos seres condenados a desarrollarse en ese espacio, y ninguna de las dos vías representadas por
los personajes (la individual-Fernando y la colectiva-Urbano) ofrece una alternativa a esta existencia. El
protagonista real de la obra es la escalera, testigo del transcurrir de treinta años en los que el paso del
tiempo se presenta como una limitación esencial.
- En la ardiente oscuridad (1950).
2.- Segunda etapa:
Se caracteriza por su enfoque social, así como por una mayor complejidad en las técnicas empleadas
(efectos de inmersión, pluralidad de escenarios...). Predominan en esta etapa los dramas históricos, en
los que Buero se vale del pasado para reflexionar sobre el presente y sortear la censura. Destacan:
- Las Meninas (1960). Su protagonista es Velázquez, quien se rebela contra la corrupción y la injusticia
del poder.
- El tragaluz (1967). Es una de sus mejores obras, en la que unos investigadores futuros rescatan
imágenes de un pasado que es el presente de los espectadores. En él se encuentra una familia marcada
por los sucesos de la Guerra Civil, que ha llevado a dos hermanos por caminos diferentes: el activo-
triunfador y el contemplativo-fracasado.
3.- Tercera etapa:
En ella los contenidos sociales y políticos se hacen más explícitos, y se incorporan experimentos
escénicos. Las obras más significativas son:
- La doble historia del doctor Valmy (1971), sobre la tortura, que solo se estrenó en 1976, tras la muerte
de Franco.
- La Fundación (1974), situada en una celda de presos políticos, que ellos confunden al principio con un
centro de investigación.
3. EL TEATRO DE LAS DÉCADAS DE LOS 60 Y 70:
A finales de los cincuenta, y en los primeros años que les siguen, el teatro sigue marcado por una
decidida voluntad crítica, de la mano de autores como:
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- Lauro Olmo: La camisa (1962), sobre la vida mísera de los chabolistas.
- Carlos Muñiz: El tintero (1962), obra neoexpresionista sobre la burocracia deshumanizada.
Junto a ellos, surge en esta época un movimiento de renovación, caracterizado por un acercamiento a
las diversas corrientes que se estaban desarrollando en el mundo: el teatro épico de Bertolt Brecht, el
teatro underground, el teatro del absurdo… Este nuevo teatro, o teatro experimental, se definirá, sobre
todo, por su oposición estética a los realistas, aunque sus obras tampoco están exentas de crítica social
ni encontraron facilidades para ser representadas. Se caracterizan por:
- El texto deja de ser el elemento central de la representación para convertirse en un ingrediente más.
- Adquieren mayor relevancia los efectos especiales, la escenografía, el vestuario...
- Se rompe con la tradicional división entre el escenario y los espectadores, y se invita al público a
integrarse en la función.
- Se utilizan multitud de símbolos, lo que en ocasiones dificulta la comprensión de las obras.
Entre los principales autores pueden citarse a los siguientes:
- Francisco Nieva, creador del llamado teatro furioso, imaginativo y simbólico, de raíz dadaísta, que
plasmó en obras como La carroza de plomo candente, representada en 1976.
- Fernando Arrabal, que consiguió fama internacional con una producción escrita mayoritariamente en
el exilio francés. Entre sus obras destacaremos Pic-Nic.
En los años setenta se acentúa el alejamiento del teatro comercial y la búsqueda de nuevas fórmulas y
técnicas. Surgen los grupos de teatro independiente, colectivos cuya actividad renovadora se desarrolla
al margen de los circuitos culturales establecidos, a pesar de los obstáculos políticos y económicos, y
que cultivan una línea experimental. Los grupos más destacados fueron: TEI (Teatro Experimental
Independiente), Els Joglars, Los Goliardos, Tábano (con su famoso espectáculo Castañuela 70), La
Cubana, etc. Durante la transición, la mayoría fueron desapareciendo o se reconvirtieron en teatros
estables. Algunos grupos elaboraron montajes de tono cívico-festivo; por ejemplo, La Fura dels Baus
creó la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992.
Por lo que respecta a Asturias, habría que destacar al grupo Margen. Formado en 1977, es la compañía
asturiana de más larga trayectoria profesional hasta la actualidad (en septiembre de 2020 fallecía su
fundador, José Antonio Lobato); su repertorio incluye obras de creación propia y de autores clásicos, así
como espectáculos de calle. Una de sus primeras obras, De vita beata (comedia de máscaras sobre la
ciudad de Oviedo) fue calificada de "inmoral, erótica y blasfema". Otra de ellas, Crónica y ficción de
mucho mogollón, reunió a 1500 personas en la plaza de la Catedral de Oviedo.