TEMA 8 PATROLOGÍA
ESCRITORES
ORIENTALES
DEL SIGLO IV
Eusebio de Cesarea
San Cirilo de Jerusalén
San Juan Crisóstomo
En la historia del cristianismo antiguo es
fundamental la distinción entre los primeros
tres siglos y los que siguieron al concilio de
Nicea del año 325, el primero ecuménico.
Como «bisagra» entre los dos períodos está
el así llamado «viaje constantiniano» y la paz
de la Iglesia, así como la figura de Eusebio,
obispo de Cesarea en Palestina, que fue el
exponente más cualificado de la cultura
cristiana de su tiempo en contextos tan
variados como la teología, la exégesis, la
historia y la erudición.
Eusebio es conocido sobre todo como el
primer historiador del cristianismo, pero
también como el mayor filólogo de la lglesia
antigua.
BENEDICTO XVI,
" Audiencia General,
13.Jun.2007
1.- EUSEBIO
DE CESAREA
VIDA DE EUSEBIO
Eusebio de Cesarea bien puede ser considerado
el primer gran historiador de la lglesia y
algunos le han otorgado el título de Padre de la
Historia Eclesiástica.
Obispo de Cesarea en Palestina, donde nació
alrededor del año 263, fue uno de los
exponentes de la cultura cristiana de su tiempo.
Se trata de un hombre de intereses muy
amplios:
➢ historiador,
➢ escriturista,
➢ teólogo,
➢ polemista,
➢ hombre de acción y
➢ un gran erudito.
Desempeñó funciones de gran relevancia:
fue consejero de Constantino, que había
dado la paz a la Iglesia, y del que siempre
profesó una gran admiración,
pronunciando discursos en el vigésimo y
trigésimo aniversario de su gobierno como
emperador, y hasta su discurso fúnebre
en el año 337.
En Cesarea de Palestina recibió toda su
formación frecuentando las lecciones del
erudito origenista Pánfilo, un presbítero,
discípulo de Orígenes, y que inculcó en él
una admiración profunda a su maestro, algo
que puso de manifiesto en varias ocasiones en
escritos para defender al gran alejandrino o
difundir su vida y doctrinas.
En el 310, durante la persecución de
Diocleciano, tuvo que huir y viajó a Tiro, y más
tarde al desierto egipcio.
Después, en el 313, una vez recuperada la paz
fue elegido obispo de Cesarea y como tal se
vio envuelto en las polémicas arrianas.
Le faltó visión para darse cuenta de que
estaba en juego una cuestión fundamental
para la fe y esperaba resolver el problema
tomando una postura intermedia, ortodoxa en
esencia, pero insuficiente: afirmaba la
divinidad del Hijo con términos bíblicos, pero
rechazó la formula del homooúsios de Nicea
acusándola de sabeliana (modalismo).
En estas polémicas arrianas desempeñó un papel
relevante, especialmente por su amistad con el
emperador Constantino.
De hecho, es muy probable que era influido en la
decisión del emperador de aplicar algunas
medidas contrarias a algunos obispos defensores
de la fe nicena, como San Atanasio. Más tarde
firmaría la fórmula nicena pero, según parece, sin
convicción.
Murió hacia el año 340
OBRAS DE EUSEBIO
La primera que escribió, en los
alrededores del 303, es
la Crónica; se conserva en una
traducción armenia del siglo vi que a
su vez se basa en una revisión hecha
por el mismo Eusebio.
Es un resumen de la historia de la
humanidad, desde los principios
conocidos, en la que sigue a una serie de
autores clásicos; su segunda parte está
formada por unos cuadros sincrónicos
construidos a partir de Abraham.
Con ella pretendía demostrar que la
religión judía, de la que la cristiana es
continuación, es la más antigua de todas.
El sentido crítico de Eusebio es bueno, y
esta obra constituye una de las fuentes
en que más se ha podido apoyar la
investigación histórica moderna.
La Historia Eclesiástica cubre desde
los principios hasta el año 324.
Es sobre todo una colección muy
valiosa de hechos y documentos de la
vida de la Iglesia, recogidos también
con un notable sentido crítico.
Su intención es apologética, pues se propone
presentar las listas de obispos de las sedes
principales, los testigos de la tradición y los
herejes, los castigos de Dios a los judíos, las
persecuciones de los cristianos y los martirios,
seguidos de la victoria final de la Iglesia.
Tuvo un gran éxito y fue muy copiada y conocida,
tanto en Oriente como en Occidente.
Es una de las fuentes mejores que tenemos
para conocer la antigüedad cristiana.
Los mártires de Palestina describe la
persecución del año 303 al 311, y los
hechos que narra son bien conocidos del
autor, contemporáneo de ellos.
Eusebio escribió también panegíricos de
Constantino, al que ya hemos dicho que apreciaba
y admiraba.
La Vida de Constantino es un escrito encomiástico,
dentro de un género literario muy común
entonces, dedicado a la memoria del emperador;
la Alabanza de Constantino fue escrita en el 30
aniversario de Constantino como emperador
(335).
Ambos contienen datos históricos de interés.
Nuestro autor es uno de los últimos que
escribe Apologías en las que aprovecha
las ideas de los apologistas anteriores y
añade otras muchas suyas.
❖ La Introducción general, en parte perdida.
❖ La Preparación evangélica y la Demostración
evangélica, dos partes de una sola obra. Trata de
denunciar los errores de las religiones paganas para probar la
superioridad de la religión judía; la segunda trata de mostrar cómo y en
qué sentido la religión cristiana es continuación de la judía.
❖La Teofanía, conservada en una traducción
siríaca, es la última de las que compuso, y
expone la manifestación de Dios a través
de la encarnación del Verbo.
❖A estas obras apologéticas se podría
añadir aún otra, muy breve y que se
conserva, Contra Hierocles, el
gobernador de Bitinia.
En el terreno de las Sagradas Escrituras
y de la exégesis, Eusebio continuó con la
labor de restitución del texto bíblico
que había iniciado Orígenes;
Compuso una tabla para localizar
fácilmente los pasajes comunes de los
cuatro Evangelios.
Preparó un diccionario geográfico de
los lugares nombrados en la
Biblia (Onomasticón) que se conserva, y
que era una parte de uña obra más
completa de geografía bíblica.
También tiene algunas obras de
exégesis y tratados destinados a
esclarecer algunos puntos obscuros
Las obras dogmáticas de las que
tenemos noticia son:
➢ La Defensa de Orígenes, escrita en
colaboración con su maestro Pánfilo y de la
que nos ha llegado sólo una pequeña parte.
➢ Contra Marcelo, que se conserva, en la que
defiende su postura antinicena y rechaza los
ataques del obispo niceno Marcelo de Ancira.
Sobre la Teología Eclesiástica, que
también se conserva, y en la que sigue
refutando a Marcelo de Ancira, al mismo
tiempo que muestra algunas tendencias
origenistas.
De sus Cartas, que sin duda eran muy
numerosas, sólo tres nos han llegado
completas.
2.- SAN CIRILO
DE JERUSALÉN
VIDA
San Cirilo fue un obispo de origen griego que
vivió en el siglo IV, considerado uno de los
exponentes más importantes de la
Patrística (periodo de los Padres de la
Iglesia) gracias a su contribución al
desarrollo y esclarecimiento de la doctrina
cristiana.
Es recordado y celebrado también por haber
sido obispo de Jerusalén, siendo en todo
momento un fiel expositor y defensor
(apologeta) de la recta doctrina.
Cirilo nació cerca de Jerusalén alrededor del
año 315.
Según la tradición fue ordenado sacerdote
por San Máximo, obispo de la Ciudad Santa,
quien le encomendó instruir a los
catecúmenos.
El santo realizó esta tarea por muchos años,
algo que lo obligó a estudiar y conocer más de
cerca los contenidos de la fe.
Más tarde se animaría a escribir y realizar
aportes que resultaron cruciales para la
Teología de los Sacramentos -en particular
del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía-.
A partir del año 348, Cirilo sucedería a
Máximo en la sede de Jerusalén.
Así, se iniciaría un periodo de 35 años en los
que el santo estuvo a la cabeza de la Iglesia de
la antigua ciudad.
Lamentablemente, de esas tres décadas y
media pasó 16 años en el destierro de manera
intermitente, a causa de numerosos
enfrentamientos con quienes alteraban la
letra y el sentido de las enseñanzas de Cristo.
Sus escritos y discursos no fueron acogidos
por muchos poderosos en virtud a su
ortodoxia.
Lo que en buena parte hizo San Cirilo fue
inspirarse y desarrollar la enseñanza
establecida en el Concilio de Nicea
(325), primer Concilio ecuménico, en el
que se hizo frente a arrianistas y
paganos en el terreno político y eclesial.
Tuvo alguna simpatía por los arrianos;
pero se separó de ellos muy pronto y se
adhirió a los semiarrianos homoiusianos,
esto es, a esa orientación teológica que
se inclinaba a los convenios, que
proponía el término “homoi-ousios” (de
naturaleza semejante) en vez de “homo-
ousios” (de la misma naturaleza)
Cirilo abandonó a los semiarrianos y se
adhirió a la doctrina ortodoxa de Nicea.
Por esto fue varias veces desterrado,
bajo los emperadores Constancio y
Valente.
El primer concilio ecuménico de
Constantinopla, en el que participó Cirilo,
reconoció la legitimidad de su episcopado.
Las primeras incertidumbres de su
pensamiento teológico demoraron, en
Occidente, el reconocimiento de su
santidad.
En efecto, su fiesta fue instituida sólo en
1882.
El Papa León XIII le concedió el título de Doctor de
la Iglesia por las 24 Catequesis que Cirilo
compuso probablemente al comienzo de su
episcopado y que él dirigía a los catecúmenos que
se preparaban para recibir los Sacramentos.
OBRAS
Su escrito más importante, las
Instrucciones catequéticas, consiste
en 24. cursos dirigidos a los que iban a
bautizarse en Pascua.
Estas catequesis debieron ser
impartidas hacia el año 350.
En las 5 primeras aborda las disposiciones previas
al Bautismo, del abandono, de las costumbres
paganas y de las verdades contenidas en el Credo.
Las sucesivas, hasta la 18, son también catequesis
prebautismales.
Las últimas cinco son catequesis mistagógicas, o
sea, predicaciones destinadas a la explicación de
los Sagrados misterios (bautismo, confirmación,
eucaristía y liturgia) y del padre nuestro a los
recién bautizados.
Se conservan también una Carta al
emperador Constantino, en la que habla del
hallazgo de la cruz de Cristo, y una homilía
completa, además de algunos fragmentos de
otras.
La aportación más significativa de San Cirilo
se centra en su Doctrina Catequética, que
refleja la enseñanza tradicional de la Iglesia
de Jerusalén.
Para Cirilo lo que hay que enseñar, ante todo,
es el mismo plan de Dios, que se realiza a
través de las acciones salvíficas de Cristo
en la Iglesia, es decir, en los Sacramentos, y
que comporta una transformación en la vida
de cada creyente a imagen de Cristo.
El elemento doctrinal, moral y mistagógico se
conjugan en las enseñanzas del Obispo de
Jerusalén.
Lo mejor de su doctrina es lo que se refiere a los
Sacramentos sus exposiciones son muy completas
y sugestivas.
Donde San Cirilo muestra con mayor claridad su
distinción y excelencia respecto a los escritores
anteriores es en su doctrina eucarística.
De manera especial recalca más que ningún otro
la presencia real de Cristo bajo las especies
Eucarísticas, presencia real que se explica
merced a un cambio substancial del pan y del vino.
El concepto muy desarrollado que tiene San
Cirilo de la Eucaristía en cuanto sacrificio
ofrece grandísimo interés.
❖ Sacrificio espiritual,
❖ Culto incruento,
❖ Sacrificio propiciatorio
Es nada menos que Cristo inmolado por
nuestros pecados lo que se ofrece en esta
oblación.
3.- SAN JUAN
CRISÓSTOMO
VIDA Y PERSONALIDAD
San Juan Crisóstomo es el más importante de los
representantes de la Escuela de Antioquía y uno de
los cuatro grandes Padres de Oriente.
Es también doctor de la Iglesia.
Era un hombre de grandes cualidades oratorias
(Crisóstomo significa boca de oro) y, sin duda,
puede ser considerado como el mejor orador de
toda la antigüedad cristiana.
Nació en torno al año 349 en Antioquía de
Siria.
Huérfano de padre cuando todavía era un
niño, su madre Antusa le proporcionó una
cuidada educación.
Su formación literaria fue de gran calidad,
llegando a frecuentar los cursos de retórica y
filosofía que impartía el famoso rector
Libanio.
Bautizado en el 368 y formado en la vida
eclesiástica por el obispo Melecio, fue por él
instituido lector en el año 371.
Bajo la dirección de Diodoro de Tarso se inició
en la vida monástica a la que aprendía
exégesis bíblica, según la orientación
histórico-literal de la escuela arntioquena.
Se retiró durante cuatro años entre los
eremitas del monte Silpio.
Prosiguió su retiro, durante dos años más
viviendo en soledad en una cueva bajo la guía
de un «anciano».
Pero su delicada salud le impidió seguir
adelante por ese camino y tuvo que regresar
a Antioquia.
Melecio, obispo de la ciudad, le ordena diácono
en 381; más tarde, en 386, es ordenado
presbítero por Flaviano, sucesor de Melecio.
El obispo le encargó la predicación en la
principal iglesia de Antioquía, cargo que
desempeñó durante doce años.
Esta fue la época más feliz de su vida,
dedicado a la labor de formación de sus
conciudadanos, en medio del prestigio y favor
generales.
De este período datan sus más célebres
sermones.
En esos años se destacó como un gran
predicador, especialmente en la preparación
de los catecúmenos al Bautismo.
A la muerte de Nectario, obispo de
Constantinopla, es llamado por el emperador
Arcadio (395-408) para que ocupara la sede
vacante.
Fue consagrado obispo el 26 de febrero de
398 por el obispo Teófilo de Alejandría.
Comenzó así el período más difícil de la vida
de Crisóstomo: desde su llegada a la capital
del Imperio, se vio envuelto en constantes
intrigas cortesanas, en las que, por su
carácter, se desenvolvía con dificultad.
➢ Se propuso la reforma del clero y la mejora del
pueblo: comenzó eliminando todo el lujo y el gusto
demasiado mundano de su propia casa;
➢ cortó con el lujo excesivo del clero, acabó con sus
ventajas y privilegios abusivos, y dio el dinero a los
pobres;
➢ restableció el primitivo rigor de la vida monacal;
➢ difundió el cristianismo en el campo;
➢ creó hospitales y obras asistenciales; etc.
Todas estas medidas le granjearon numerosos
enemigos entre el clero.
Teófilo de Alejandría convocó un sínodo,
llamado de la «Encina" (suburbio de
Calcedonia) en el 403.
La asamblea, basándose en falsas
acusaciones, depuso a Juan Crisóstomo, y
obtuvo de este modo un primer decreto de
exilio del emperador.
Ante las protestas del pueblo, el emperador revocó el
destierro, y Juan Crisóstomo regresó a Constantinopla.
Pero pronto se encendió de nuevo el conflicto con la
corte y en particular con la emperatriz.
El motivo fue la colocación de una estatua de plata de
Eudoxia, honrada como augusta, en las inmediaciones
de la basílica de Santa Sofía, y la concomitante
organización de espectáculos paganos que suscitaron
la reacción de Juan, cuya intervención fue entendida
por la emperatriz como un ataque a su autoridad.
Los enemigos de Crisóstomo consiguieron del
emperador un nuevo decreto de destierro el 406 a
Cucusa (en Armenia), pero como hasta allí
peregrinaban sus admiradores, Arcadio ordenó
exiliarlo a Pitio, en la extremidad oriental del Mar
Negro.
Durante el viaje de traslado, agotado por las
fatigas y privaciones murió en las inmediaciones
de Comana el 14 de septiembre del 407.
Su rehabilitación tuvo lugar en el año 438 por
Teodosio II, hijo de Arcadio y de Eudoxia.
Los restos del santo obispo, sepultados en la
iglesia de los Apóstoles de Constantinopla,
fueron trasladados en el año 1204 a Roma, a la
primitiva basílica constantiniana, y descansan
ahora en la Capilla del Coro de los Canónigos
de la Basílica de san Pedro.
El 24 de agosto de 2004, el papa San Juan
Pablo II entregó una parte importante de sus
reliquias al Patriarca Bartolomé I de
Constantinopla.
Su personalidad nos ha sido muy bien descrita
por sus biógrafos: era un hombre muy
enérgico y de gustos sencillos y austeros.
Su afán era conseguir la santidad del pueblo,
que a veces dejaba mucho que desear: San
Juan destaca no por haber sido un
estudioso, sino por su celo pastoral y
haber sido un eficaz director de almas,
apreciado por la gente sencilla.
OBRA DE CRISÓSTOMO
La producción literaria de Juan Crisóstomo es
muy considerable sobre todo en el terreno
homilético, en el que se han contabilizado más
de
❖ 700 homilías
❖ 17 tratados.
Era un hombre dotado de una aguda inteligencia
y una rica imaginación que le permitieron
elaborar sus famosísimos sermones, piezas
maestras de oratoria cristiana y profana, que
brillan.
Por la sencillez, profundidad y capacidad de
convencer.
Desde el punto de vista doctrinal, San Juan
Crisóstomo basa su pensamiento en la Sagrada
Escritura.
Su exégesis sigue los dictados literales de la
Escuela antioquena con una orientación moral.
De todos modos, está abierto a la
interpretación de carácter tipológico en el
sentido de la prefiguración en el Antiguo
Testamento de hechos y personajes del Nuevo.
En su doctrina trinitaria permanece fiel a
la doctrina de Nicea.
Su cristología es muy equilibrada.
Como los restantes Padres antioquenos,
defiende la divinidad perfecta de Cristo
frente a los arrianos, así como su humanidad
también perfecta y completa frente a los
apolinaristas.
Y habla de un solo Cristo, Hijo de Dios, y de la
unión por medio de la cual Dios Logos y la
carne son una unidad sin confusión de las
esencias.
Respecto a su teología sobre los sacramentos,
merecen especial mención sus explicaciones sobre la
Eucaristía, pues expone con gran precisión y claridad
la enseñanza sobre la presencia real de Cristo y el
carácter sacrificial de la Santa Misa, con especial
referencia a las relaciones entre el sacrificio de la Misa
y el de la Cruz.
Por todo esto ha merecido el título de Doctor
de la Eucaristía.
Uno de los temas que aparece con frecuencia
en su predicación es el relacionado con el uso
social de la riqueza, y de ahí la frecuente
exhortación a la limosna con los
indigentes.
No se cansa de recordar a los ricos sus propias
responsabilidades para ayudarles a dejar su egoísmo.
La solicitud hacia los necesitados, aunque sea en
gestos mínimos, se entiende dirigida al mismo Cristo,
identificado con el pobre, con el enfermo, con el
oprimido.
Toda la producción literaria del Crisóstomo
se puede dividir en tres grupos:
❖ Tratados,
❖ Homilías -la parte más importante-
❖ Cartas.
La mayor parte de los tratados han sido
fechados antes de su ordenación sacerdotal y,
por tanto, son anteriores a su sermones y
cartas.
SUS ESCRITOS
SOBRE EL SACERDOCIO
Es la obra del Crisóstomo más leída y traducida.
Su influencia aún dura en nuestros días.
La obra, escrita posiblemente en torno al año 373, adopta la
forma de un diálogo entre él y su amigo Basilio.
El motivo del diálogo es el comportamiento que deben seguir
en caso de una eventual ordenación sacerdotal.
Compuesta por seis libros, describe la importancia de la labor
sacerdotal y la especial responsabilidad que le compete al
sacerdote en orden al ministerio de la palabra, defensa de la
fe y protección de las vírgenes y de las viudas.
SOBRE LA VIDA MONÁSTICA
Estas dos breves obras están dedicadas a
defender la vida monástica.
Exhortación a Teodoro caído Una exhortación
para que vuelva a practicar la vida eremítica.
Contra los enemigos de la vida monástica
Está destinada a combatir los prejuicios de los
paganos -e incluso de los cristianos- contra la
vida monástica.
SOBRE LA VANAGLORIA Y EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
Este compendio sobre la educación, dirigido a
los padres, destinada a combatir el principal
vicio de la Antioquía de su tiempo, o sea, el
lujo y el libertinaje.
HOMILÍAS EXEGÉTICAS
El mayor número de homilías que
conservamos -varios centenares- son
comentarios sistemáticos a libros del Antiguo
y Nuevo Testamento.
Comentarios a unos sesenta Salmos.
Sobre el Nuevo Testamento, las homilías son
numerosas e importantes. 90 homilías de San
Mateo y 88 sobre el Evangelio de San Juan
SOBRE LA MORALIDAD
El autor expone toda la moral cristiana,
defiende la unidad entre los dos Testamentos,
y combate a los maniqueos y especialmente a
los arrianos, declarando abiertamente la
divinidad del Hijo.
REFLEXIONES SOBRE EL N.T.
Se han conservado, además, las homilías
sobre los Hechos de los Apóstoles, y más de
250 sobre las Epístolas de San Pablo. -
HOMILÍAS DOGMÁTICAS
Están dedicada a temas dogmáticos. Contra Eunomio,
que sostenía que se puede conocer perfectamente a
Dios, tal como Él se conoce, ya en esta vida, predicó 12
sermones sobre la naturaleza incomprensible de Dios,
en los que explica que el hombre no solo no llega a
comprender la esencia divina, sino tampoco todas
las manifestaciones de su omnipotencia. Dios tiene una
naturaleza inefable e incomprehensible.
SOBRE EL BAUTISMO
Homilías bautismales, predicadas en Antioquía
para instruir a los catecúmenos; tienen
especial importancia porque dan a conocer
la liturgia bautismal de finales de siglo IV.
Recibir el Bautismo supone llevar una vida en
coherencia con la inhabitación de Cristo en el
alma.
HOMILÍAS MORALES
Aunque toda la predicación de San Juan
es de fondo moral, no obstante, tiene
algunas homilías cuya finalidad inmediata
era combatir los vicios de sus oyentes y
procurar su mejoramiento moral. Entre
éstas destacan dos homilías contra los
juegos circenses y una sobre la limosna.
HOMILÍA SOBRE LAS ESTATUAS
En el año 397 el emperador había impuesto a esa
ciudad el pago de una contribución extraordinaria. La
reacción del populacho le llevó a la destrucción de las
estatuas del emperador y de la familia imperial. Como
castigo Teodosio pensó arrasar la Ciudad. En esas
circunstancias el pueblo de Antioquía, atemorizado,
llenaba las 1glesias y es cuando Juan pronuncia esta
serie de homilías en las que arremete contra los vicios
y anima a la práctica de la virtud.
CARTAS
De su epistolario se conservan unas 240
cartas, la mayor parte de la corresponden al
segundo exilio.