Boletin - IPE - Retos y Alternativas para Afrontar La Crisis Alimentaria - VF
Boletin - IPE - Retos y Alternativas para Afrontar La Crisis Alimentaria - VF
PERUANO
DE ECONOMÍA
Boletín de discusión
Los precios internacionales de los alimentos y fertilizantes han llegado a máximos históricos durante el
2022, lo cual ha generado una serie de implicancias principalmente para aquellos países que aún presentan
una recuperación muy vulnerable luego de la pandemia.
En el caso del Perú, este entorno se ha traducido en un alza significativa del costo de la canasta básica, que
viene afectando más a los hogares de menores recursos. Con ello, un escenario de mayor inseguridad
alimentaria se ha vuelto cada vez más probable en el país, y exige la adopción de medidas de política
focalizadas en aquellos segmentos de la población que no cuentan con los medios necesarios para hacer
frente a la actual coyuntura. Esta respuesta debe también mitigar los riesgos de la crisis alimentaria sobre
las condiciones de vida de las familias hacia futuro.
FACTORES GLOBALES
El mundo atraviesa uno de sus mayores episodios inflacionarios de los últimos 14 años. El Banco Mundial
estima que la inflación global se habría elevado a 8.1% en mayo de 2022, la tasa más alta desde septiembre
de 2008. Este resultado obedece al continuo incremento de las cotizaciones internacionales de alimentos y
combustibles desde mediados del 2020, el cual fue acentuado a inicios del presente año en respuesta al
conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
10
9 Combustibles Alimentos
8.1
8 210
203
7 180
173
6
150
5
4 120
3 90
2
60
1
0 30
1994
1997
2001
2004
2008
2011
2015
2018
2022
Ene-20
Ene-21
Ene-22
Set
Set
May
May
May
El aumento de precios ha sido particularmente mayor para aquellos productos de los que ambos países son
grandes exportadores. Por ejemplo, mientras que Rusia concentra el 19% y 11% del comercio global de
trigo y petróleo, respectivamente, Ucrania representa el 13% de las exportaciones mundiales de maíz. En
este contexto, los precios internacionales de alimentos acumulan en lo que va del 2022 un aumento de 25%
– luego de ya haberse incrementado 31% en el 2021 –, y de 43% en el caso de los combustibles – tras subir
81% durante el 2021.
Una de las repercusiones del alza en los precios de los combustibles ha sido el significativo incremento en
los costos de fertilizantes, que requieren de insumos como el gas natural o el petróleo para su producción.
Prueba de ello es que la cotización internacional de la urea -uno de los fertilizantes más usados- llegó en
abril de 2022 a un nuevo récord histórico de US$/TM 925, cifra que representa un aumento de 3.8 veces
en relación a los niveles alcanzados previo a la pandemia. Estos efectos fueron reforzados también por los
temores de desabastecimiento y escasez que generó la guerra en Europa del Este, ya que Rusia exporta
alrededor del 14% de los fertilizantes comercializados a nivel global. Entre los países más afectados por
este entorno se encuentra el Perú, cuya importación de abonos depende en casi un 50% de la producción
de fertilizantes rusos, de acuerdo con cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) al 2021.
100 5
0 0
2000 2003 2007 2011 2014 2018 2022
La alta incertidumbre sobre la disponibilidad de alimentos a nivel global se ha traducido en una mayor
adopción de políticas comerciales proteccionistas por parte de los principales productores de materias
primas e insumos agrícolas. Hasta mayo de 2022, según el International Food Policy Research Institute
(IFPRI), 27 países han implementado medidas de restricción a sus exportaciones de alimentos y
fertilizantes, entre los que se encuentran los mayores proveedores del mercado mundial como Argentina,
India, Indonesia y Rusia. Estas políticas incluyen derechos, cuotas, licencias y prohibiciones directas a la
exportación de productos como aceites vegetales, maíz, trigo, carnes, entre otros.
Las exportaciones afectadas por estas medidas representan alrededor del 17% de las calorías consumidas
en todo el mundo. El Perú es uno de los países más vulnerables a estas restricciones. Cerca del 9% de sus
importaciones agrícolas provienen de países que están implementando estas políticas proteccionistas, una
proporción casi cuatro veces mayor que en otras economías de la región como Chile, Ecuador y México.
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DE ECONOMÍA AFRONTAR LA CRISIS ALIMENTARIA 3
18
Mayor
16 a otras crisis
Conflicto Rusia
14 y Ucrania (2022)
12
10
Crisis de precios
8 de alimentos (2008)
6
4 COVID-19
(2020)
2
0
1 6 11 16 21 26 31 36 41 46 51
Número de semanas en el año
*/ Información al 30 de mayo de 2022.
Fuente: IFPRI
12
10.6
10 9.4
8
5.8
6
4
2.7 2.5
2.0
2 1.2
0.4 0.4 0.2
0
Bolivia
Brasil
Argentina
Colombia
Venezuela
México
Uruguay
Perú
Ecuador
Chile
Las perspectivas sobre el abastecimiento del mercado de alimentos muestran elevados riesgos que podrían
llevar a que los precios internacionales se mantengan en niveles altos por más tiempo. En efecto, el
Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) proyecta que la oferta
global de trigo y maíz para el periodo 2022-2023 se reduzca 11 millones y 23 millones de toneladas
métricas, respectivamente. Esto sería el resultado de condiciones climáticas adversas y eventos
geopolíticos que han afectado a los rendimientos proyectados de cultivos en países como Argentina,
Australia, Ucrania y Rusia. A esto se le suma, los mayores costos de insumos para la producción de
alimentos, como fertilizantes, químicos y combustibles, así como la potencial aplicación de más medidas
proteccionistas por parte de los principales países exportadores. De esta manera, el Banco Mundial
pronostica que para el 2022 los precios de los alimentos y fertilizantes aumentarán 23% y 69%,
respectivamente. Si bien se anticipa un retroceso de alrededor de 11% para ambos productos para el 2023,
también se prevé que estas cotizaciones se mantengan por encima de lo registrado previo a la pandemia.
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CRISIS DE FERTILIZANTES
La disponibilidad de algunos fertilizantes en el país ha disminuido de manera significativa, lo cual perjudica
los rendimientos de los cultivos y limita la producción de alimentos. Los datos de la Encuesta Nacional
Agropecuaria (ENA) 2019 muestran que, para algunos productos como el arroz o el maíz amarillo duro, las
parcelas que utilizan fertilizantes producen en promedio más del doble que aquellas en las que no los
utilizan.
10.8
10.2
9.1
8.8
8.8
8.7
8.6
8.1
7.7
7.4
7.0
4.1
3.0
1.8
0.8
0.7
0.6
0.6
Plátano Vid Papa Mango Naranjo Palto Arroz Maíz Café Cacao
blanca amarillo
Fuente: ENA-INEI
Entre enero y mayo de 2022, se han dejado de importar alrededor de 82 mil toneladas de urea en
promedio respecto a los volúmenes registrados durante los años 2015 y 2021, según cifras del Ministerio
de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) y el BCRP. Ante la menor disponibilidad y encarecimiento de la
urea, los pequeños agricultores familiares han recurrido a alternativas como el uso de fertilizantes
naturales, que tienen una oferta limitada y producen menores rendimientos. Según el MIDAGRI, en
promedio, el nivel del nitrógeno de la urea es tres veces más alto que el del guano de islas.
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En otros casos, los productores han sustituido la urea por otros fertilizantes químicos con un menor
contenido de nitrógeno como el sulfato y nitrato de amonio, cuyas importaciones entre enero y mayo se
incrementaron en 75% y 5%, respectivamente, en 2022 frente al promedio de los años 2015-2021. En el
caso de no contar con una alternativa, los márgenes de ganancia se han reducido, lo cual ha afectado las
decisiones de siembra (BCRP, 2022). En efecto, durante la última campaña agrícola, el área sembrada de los
principales cultivos transitorios se redujo en casi 21 mil hectáreas.
2015-2021 2022
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Urea Sulfato de Nitrato de
amonio amonio
Los menores rendimientos y la disminución de los márgenes de ganancia impactan directamente sobre el
bienestar de los agricultores, poniendo en riesgo a alrededor de 365 mil trabajadores que se mudaron de
la ciudad al campo en busca de trabajo debido a la pandemia. En el Perú, el sector agropecuario emplea a
4.4 millones de trabajadores, lo que representa el 25% de la fuerza laboral ocupada del país.
Por otro lado, los mayores precios de los productos agrícolas se trasladan a otros productos alimenticios
derivados del sector pecuario. Por ejemplo, el incremento del precio del maíz es uno de los factores que
explica el incremento del precio del pollo en el mercado peruano. En los próximos meses, esto añadiría más
presiones sobre el fuerte incremento del precio de los alimentos que los hogares ya vienen enfrentando. En
los últimos doce meses a mayo de 2022, los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas se
incrementaron en 13.3% en Lima Metropolitana. Esto afecta principalmente a los hogares más pobres, que
destinan el 32% de su gasto a dicha categoría de consumo, frente al 20% que destinan las familias de
mayores ingresos. Así, según cálculos del IPE, la inflación anual para los hogares del quintil de menores
ingresos de Lima Metropolitana habría superado el 9% en mayo.
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INSEGURIDAD ALIMENTARIA
Ante la intensificación del incremento del precio de los alimentos a nivel global, tanto el Programa Mundial
de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) como la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO,
por sus siglas en inglés) -ambas instituciones de las Naciones Unidas- han advertido sobre la crisis de
inseguridad alimentaria. Esta puede ser entendida como la disponibilidad limitada e incierta de alimentos
nutritivos y seguros para el consumo (WPF, 2009).
En el Perú, el problema de la inseguridad alimentaria se ha agudizado en los últimos dos años. Entre el 2019
y 2021, el país ha retrocedido seis posiciones en el Índice Global de Seguridad Alimentaria elaborado por The
Economist Intlligence Unit. Comparado con los otros países de la Alianza del Pacífico, la seguridad
alimentaria en el Perú no logró recuperarse en 2021 frente al 2020. Esto se explica, principalmente, por el
deterioro del desempeño del país en la dimensión de disponibilidad de alimentos, ante el menor suministro
de alimentos y la reducción de la inversión en desarrollo agropecuario. En esa línea, el Índice de Inseguridad
Alimentaria del WPF indica que el 51% de hogares se encontraba en situación de inseguridad alimentaria en
2021.
73 y resiliencia 48.1
70
71.2
67 Calidad y seguridad
68.8
65 65
64
54.6
Disponibilidad
60 64.8
55 79.8
Accesibilidad
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
82.9
Además, el panorama de la inseguridad alimentaria varía según regiones. En 18 de las 25 regiones del país,
más de la mitad de los hogares se encuentran en una situación de inseguridad alimentaria. En general, la
prevalencia de inseguridad alimentaria es mayor en las regiones en las que una mayor proporción de la
población se emplea en la actividad agropecuaria. Ello se debería que la baja productividad de la agricultura
tradicional no permite generar las condiciones para asegurar un acceso adecuado y seguro de alimentos a las
familias. En particular, las regiones del país más afectados por la inseguridad alimentaria son Ayacucho,
Apurímac, Cusco, Puno y Áncash.
70
Ayacucho Apurímac
65 Cusco
Puno
60 Huancavelica
Áncash
Inseguridad alimentaria
Tumbes Piura
Amazonas
(% de hogares)
55
Perú Junín Huánuco
50 Tacna Pasco
Loreto
Productividad agropecuaria
45 La Libertad
Ica
Arequipa
40
Lima* S/ 4,000 S/ 28,000
Moquegua
35
0 10 20 30 40 50 60 70
Trabajadores en el agro
(en % de la PEA ocupada)
El problema de insuficiente acceso a los alimentos ya viene afectando a las familias del país. A nivel nacional,
los hogares con niños y adolescentes en el que al menos un miembro presenta déficit calórico se ha
incrementado de 31.8% a 34.2% entre el primer trimestre de 2020 y 2022. En Lima Metropolitana, el
porcentaje es mayor y la pandemia ha acentuado una tendencia al alza que se venía registrando en años
previos. Así, esta proporción ha aumentado de 29% en el primer trimestre de 2016 a 41.6% en el mismo
trimestre del 2022.
El menor acceso a una cantidad adecuada de calorías afecta el estado nutricional de los niños, lo cual genera
efectos irreversibles sobre su desarrollo físico y cognitivo. Los últimos datos de la Encuesta Demográfica y
de Salud Familiar (ENDES) 2021 muestran que la desnutrición crónica afecta al 11.5% de los niños entre 6 y
59 meses de edad del país, proporción que más que se duplica en las zonas rurales. En tanto, la prevalencia
de anemia, a pesar de su tendencia decreciente, afecta aún al 38.8% de los niños entre 6 y 35 meses de edad.
En las zonas rurales, la reducción de la anemia en los niños de dicha edad se ha estancado desde el 2019,
manteniéndose en alrededor del 49%. Además, en 9 regiones del país, la tasa de anemia de niños entre 6 y
35 meses supera el 50%.
34.3 50
35 49
33.4
33 45
31 30.4 30.0
40
39
29
35 35
27
25 30
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
VULNERABILIDAD ECONÓMICA
El incremento del precio de los alimentos se da en un contexto en el que la pobreza y vulnerabilidad
económica se han incrementado producto de la pandemia y las medidas para combatirla han sido
insuficientes. La tasa de pobreza en el país aumentó de 20.2% en 2019 a 25.9% en 2021, lo que equivale a un
incremento de más de 2 millones de personas pobres respecto a lo registrado previo a la pandemia. De esta
manera, la pobreza en el país ha retrocedido a niveles similares a los alcanzados en el 2012.
Este escenario responde en gran medida a la precarización del mercado laboral. A marzo de 2022, la tasa de
subempleo en los últimos 12 meses en las zonas urbanas del país fue de 42.2%, cifra aún por encima de lo
exhibido durante los años previos a la pandemia. En esa línea, la tasa de informalidad ascendió al 70.6% de
la población ocupada en el ámbito urbano. Esto último implica 1.3 millones de trabajadores urbanos más que
lo registrado en promedio entre el 2015 y 2019. La mayor ocupación de la población en empleos precarios
se ha visto traducida también en menores salarios. En efecto, los trabajadores urbanos registran una pérdida
de ingresos laborales de 12.7% frente a sus niveles prepandemia, que equivale a una reducción de S/ 226
mensuales en su capacidad de gasto.
1,650
50
48 1,600
46 1,550
1,505
44
1,500
42
Promedio
40 2015-2019: 1,450
37.4%
38
1,400
36
1,350
34
32 1,300
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
Existen, además, indicios que muestran el grado de descapitalización que vienen registrando los hogares
para responder al escenario de mayor inflación y precariedad laboral. De acuerdo con MIDIS y otros (2022),
el 35% de las familias a nivel nacional han realizado actividades como la venta de bienes o activos
productivos indispensables en las actividades de trabajo para satisfacer sus necesidades de alimentos.
Asimismo, el 69% de las familias encuestadas ha usado sus ahorros o se ha endeudado en el intento por
cumplir con los requerimientos alimentarios del hogar. En esa línea, una encuesta realizada por IPSOS en
mayo de 2022 muestra que alrededor del 40% de los hogares en el área urbana del nivel socioeconómico más
bajo no cuenta con ahorros disponibles para cubrir los gastos de su familia.
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ALTERNATIVAS
La actual coyuntura demanda la adopción de medidas política que permitan aliviar la situación de mayor
vulnerabilidad económica por la que atraviesan los hogares de menores recursos. Al respecto, el Fondo
Monetario Internacional (FMI) señala que, durante el primer trimestre del 2022, el 69% de economías
avanzadas y el 39% de países emergentes encuestados anunciaron al menos una medida de gasto público
para hacer frente al incremento de precios de los alimentos y la energía. La implementación de medidas ha
sido más intensiva en los países importadores de petróleo y granos, e incluyen políticas como transferencias
monetarias y exoneraciones de impuestos.
En el caso peruano, se han ejecutado acciones con efectividad limitada para atender a los segmentos más
vulnerables de la población, a costa de un alto esfuerzo fiscal. Por ejemplo, la exoneración del IGV a
alimentos de la canasta básica – como la carne de pollo, huevos, azúcar, fideos y pan –ha beneficiado
principalmente a los hogares de mayores ingresos expuestos a cadenas formales de comercialización de este
tipo de productos. Mientras que la reducción en los precios de los alimentos exonerados del IGV en mayo fue
de alrededor de 14% y 16% en promedio en los supermercados, en el caso de los mercados de abasto el
retroceso fue de apenas 2.5% (BCRP, 2022). Debido a ello, la respuesta de política debe reconfigurarse para
evitar que los altos precios de los alimentos y la escasez de fertilizantes generen mayores perjuicios sobre
los más vulnerables.
Por ejemplo, la crisis alimentaria requiere que las plataformas de apoyo social alimentario en las áreas
periféricas urbanas –como las ollas comunes– cuenten con mayores fuentes de recursos y financiamiento
para proveer alimentos de calidad. Si bien la asignación de S/ 125 millones en el marco de la aprobación y
reglamentación de la Ley N° 31458 es un paso en la dirección correcta, los esfuerzos deben también dirigirse
a cerrar las brechas de infraestructura y servicios públicos que garanticen condiciones de inocuidad en la
preparación de alimentos, así como la sostenibilidad en la gestión de estas organizaciones. Con el mismo
objetivo, se podría evaluar la posibilidad de ampliar el alcance de programas sociales como Qali Warma – a
través de la provisión de una doble ración y la inclusión de alumnos de secundaria –, especialmente en
aquellas regiones del país donde la proporción de beneficiarios es limitada y en las que la pobreza aumentó
como consecuencia de la pandemia. Estas incluyen ejemplos como Lima, Callao, Puno y Tacna.
0
-0.1
-4 -2.7
-3.8 -3.9 -4.0 -4.4
-5.2
-8 -7.1 -7.4
-12
-11.9
-16
-15.4
Moquegua
Lima
Ancash
Ica
Arequipa
Amazonas
Lambayeque
Huancavelica
Cajamarca
Apurímac
Piura
Fuente: MIDAGRI
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15
Callao
Lima Pasco
Incremento de la pobreza
10 Puno
Tacna
Tumbes
Huancavelica Arequipa
5 Junín Áncash Ica
Lambayeque
Cajamarca
0
Ayacucho
-5
Regiones con cobertura de Qali San Martín
Warma menor al promedio
nacional
-10
30 40 50 60 70 80 90 100
Cobertura Qali Warma
Asimismo, el apoyo hacia los hogares que dependen de la agricultura debe enfocarse en atender la potencial
pérdida de ingresos que generará la caída registrada en las recientes campañas de siembra, la cual ha sido
heterogénea a nivel regional. De acuerdo con información del MIDAGRI, se registró una mayor pérdida de
área sembrada en regiones como Piura y Apurímac, con una reducción de 15 mil y 12 mil hectáreas,
respectivamente. Para ello, es necesario mejorar la calidad e interoperabilidad de los sistemas de
información agraria – principalmente entre diferentes niveles de gobierno – para focalizar el uso de los
recursos presupuestales adicionales hacia los hogares más afectados por los mayores costos de fertilizantes
y la caída de la producción agrícola.
Finalmente, la recientemente creada Comisión de Alto Nivel para la atención de la crisis de la seguridad
alimentaria y la agricultura familiar requiere de funcionarios con el mismo nivel de capacidad de decisión y
negociación que se implementó durante el proceso de compra de vacunas contra la COVID-19. En un
escenario de menor abastecimiento de alimentos y fertilizantes a nivel global, el Perú tendría que recurrir a
procesos más eficientes de compra de gobierno a gobierno a través de las múltiples plataformas de
cooperación internacional de las que forma parte.
La falta de una atención decidida a las consecuencias inmediatas que viene ocasionando la inseguridad
alimentaria serán mucho más costosas en el largo plazo si es que no se adoptan las políticas correctas para
remediar sus efectos sobre los más vulnerables. De lo contrario, para millones de niños y niñas en familias
de menores ingresos les será más complicada la acumulación de capital humano si es que la ingesta calórica
es insuficiente para un óptimo desarrollo físico y cognitivo.
Los ingresos fiscales récord de la minería explicados por el alto precio de los metales le permiten al Perú
contar con los recursos necesarios para afrontar esta crisis. Sin embargo, si estos no se ejecutan de forma
focalizada y responsable, los más pobres asumirán las consecuencias.
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REFERENCIAS
BCRP. (2022). Reporte de Inflación - Junio 2022: Panorama actual
y proyecciones macroeconómicas 2022-2023. Lima: BCRP.
1
Elaborado por Teodoro Crisólogo Grandez y Fernando Gonzales Tinoco
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