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Lic. Alfonso Agustín Prieto Pozo
Universidad de Antofagasta – Asociación Panamericana de infectología
Algunas definiciones que se deben considerar para comprender el gran espectro de manifestacio-
nes que implica la infección del tracto urinario son:
֎ Bacteriuria → presencia de bacterias en orina cuyo recuento es ≥ 100.000 UFC/ml, es decir,
consiste en un recuento significativo.
֎ Bacteriuria asintomática → presencia del mismo MO en orina ≥ 100.000 UFC/ml en ausen-
cia de sintomatología urinaria en al menos dos oportunidades. Al respecto, esta condición
no se trata excepto en embarazadas, niños y pacientes que se someterán a un proce-
dimiento urológico.
֎ Cistitis → síndrome que comprende disuria, polaquiuria, tenesmo y, en ocasiones, hiper-
sensibilidad dolorosa suprapúbica a la palpación. Etimológicamente, alude a la inflamaci-
ón de la vejiga.
֎ Pielonefritis aguda → síndrome clínico que se caracteriza por dolor y/o sensibilidad en la
fosa renal y fiebre, que suelen asociarse a disuria, tenesmo y polaquiuria acompañado de
bacteriuria ≥ 100 UFC/ml. En adultos mayores suele asociarse a compromiso de concien-
cia, siendo una causa de síndrome confusional; náuseas; vómitos; entre otros.
Por su parte, las infecciones del tracto urinario se pueden clasificar en:
֎ ITU no complicada, que corresponde a la infección del TU normal desde los puntos de
vista estructural y neurológico; en otras palabras, no existe ninguna condición que predis-
ponga a la aparición de una ITU.
֎ ITU complicada, que es la infección que se desencadena en presencia de factores de riesgo
que predisponen a una infección persistente o recidivante, tales como:
ᖤ Litiasis. ᖤ Trasplante renal.
ᖤ Sondas permanentes y otros ᖤ Retención urinaria por enfer-
dispositivos de drenaje. medad neurológica.
ᖤ Obstrucción. ᖤ ITU en hombres, niños y emba-
ᖤ Inmunosupresión. razadas.
ᖤ Insuficiencia renal.
֎ ITU recurrente, la que se define según dos criterios, que son > 3 ITU en menos de un año
o > 2 ITU en menos de 6 meses.
En cuanto a la microbiología, cerca del 95% de las ITU son infecciones monomicrobianas –es de-
cir, se aísla un único microorganismo– desencadenadas por bacilos gram (-), siendo el agente pa-
tógeno más frecuente E. coli, el que está presente en cerca del 80% de las infecciones. Ahora bien,
esta no es una situación que siempre se presenta de esta manera, pues depende de factores del
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paciente como su edad, la presentación de factores de riesgo, entre otros. De esta manera, una
buena toma de urocultivo en donde el paciente se haya practicado un buen aseo genital cuando
se va a tomar una prueba de orina por segundo chorro o la toma de urocultivo mediante técnicas
de cateterismo intermitentes o a través de sondas que aseguren la técnica estéril son lo más
relevante.
En mujeres jóvenes sexualmente activas la infección suele ser causada por P. mirabilis y S. sapro-
phyticus; por su parte, en ancianos los MO asociados son Proteus spp., Klebsiella spp., Enterobac-
ter spp., Serratia spp., Pseudomona spp. y Enterococcus spp. igualmente, pueden haber ITU por
hongos, principalmente por Candida spp.
Los pilares básicos del diagnóstico son la anamnesis, el examen físico –tanto general como seg-
mentario– y las pruebas complementarias (análisis clínicos y de microbiología).
En la anamnesis próxima, en primer lugar, se consulta por la existencia de síntomas urinarios ca-
racterísticos de cistitis como:
- Disuria (dolorosa, de esfuerzo, entre otras) → molestias al orinar, aunque habitualmente
el concepto se usa para referir dolor al orinar.
- Polaquiuria → aumento en la frecuencia miccional, pero no en el volumen. Los pacientes
refieren que acuden mucho al baño al orinar, pero no logran orinar mucho; lo que se expli-
ca principalmente por la irritación vesical que se produce en estos cuadros. Es muy impor-
tante diferenciar este concepto de la poliuria, que corresponde a un aumento en cuanto a
la frecuencia miccional con un volumen conservado
- Tenesmo vesical → los pacientes suelen referirlo como “al orinar siento que me queda”.
- Urgencia miccional.
- Molestias suprapúbicas, ya sea dolor, ardor, entre otros.
- Dolor lumbar, lo cual orienta más a que el cuadro corresponde a una pielonefritis.
- Náuseas y/o vómitos. Orientan a pielonefritis en concomitancia a síntomas urinarios y a
dolor lumbar.
- Hematuria microscópica o macroscópica. En esta línea, si el paciente refiere cambios en
cuanto a la coloración de su orina, es importante caracterizar esta; de esta manera, se debe
obtener un estudio de orina completa al cual se le realice un citoquímico y, luego, se anali-
ce al microscopio para definir si corresponde o no a una hematuria.
- Sensación febril. Al respecto, las cistitis pueden o no presentar fiebre mientras que las
pielonefritis siempre cursan con fiebre.
- Ausencia de flujo vaginal patológico, lo cual orienta a que el cuadro por el cual se está
consultando probablemente sea de origen urinario. En este contexto, a veces las vaginitis
bacterianas pueden irritar la uretra y generar la aparición de síntomas urinarios como disu-
ria, propiciando que se confunda el cuadro.
En cuanto a la anamnesis remota se debe considerar.
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- Edad. Al respecto, no es lo mismo enfrentar una ITU en niños que en adultos, pues, por
ejemplo, los criterios de UFC son diferentes; asimismo, se debe diferenciar al adulto están-
dar del adulto mayor, dado que los agentes patógenos responsables del cuadro en cada
uno de los nombrados grupos etarios son distintos, al igual que los factores de riesgo. Por
ejemplo, una adolescente de 17 años que consulta por síntomas urinarios por primera vez
en el año y no cuenta con factores de riesgo, probablemente presenta una ITU no compli-
cada como consecuencia de la acción de E. coli o un gram (-) que es sensible o multisensi-
ble a la terapia antibiótica; al contrario, si se enfrenta a una AM de 68 años con los mismos
síntomas, pero presenta comorbilidades como diabetes, HTA y dislipidemia, se suman tan
solo con la diabetes factores de riesgo desencadenados por la inmunosupresión y el estado
proinflamatorio que esta patología implica
- Sexo; al respecto, recordar que una ITU en hombres se considera complicada. Ahora bien,
la diferencia se establece principalmente por la anatomía, pues la uretra de las mujeres es
de aproximadamente 5 cm, por tanto, la distancia que existe entre el exterior y el medio
intravesical es mas corta, lo cual predispone a que se formen ITU de manera más frecuente,
sobre todo si el aseo es deficiente. En tanto, en hombres la uretra es más larga, consta de
varias porciones, entre medio está la próstata, lo que puede ser un factor de complicación
si es que se forma una prostatitis.
- Antecedentes médicos y quirúrgicos. Se deben pesquisar los factores de riesgo clásicos
como diabetes, HTA, dislipidemias y cualquier otra patología de base que los pacientes
cursen. Igualmente, se deben considerar antecedentes de cualquier cirugía en la que haya
habido manipulación de los uréteres o sitios cercanos al tracto genitourinario, instalación
de catéteres invasivos como los “pigtail o J”.
- Antecedentes de ITU previas. Se debe saber si los pacientes han presentado alguna ITU
con anterioridad, hace cuánto tiempo fue esto y cuántas ITU ha tenido en el último año.
Esto es especialmente importante al momento de definir si es que el cuadro corresponde
o no a una ITU recurrente siempre y cuando el patógeno responsable sea el mismo.
- Antecedentes de patología urológica. En esta línea, se debe conocer si existe una patolo-
gía urológica propiamente tal que sea la responsable de la aparición del cuadro como una
litiasis, estenosis ureteral o uretral, vejiga neurogénica, entre otros; igualmente, se debe
considerar si existe el antecedente de una operación de tumores renales, si el paciente cur-
sa con ERC, entre otras. Principalmente, se considera a cualquier patología que predispon-
ga a una mayor proliferación de MO y/o que aumente el riesgo de reincidencia.
- Antecedentes de cateterismo urinario. Al respecto, es muy relevante conocer si el paci-
ente es usuario crónico de catéter, pues instalar cualquiera de estos instrumentos significa
invadir desde el exterior, un medio que está contaminado, un medio que teóricamente se
encuentra estéril. Esto predispone sobre todo a ITU por MO multirresistentes.
- Antecedentes de intervenciones urológicas recientes. Por ejemplo, ante un paciente
que se sometió a una citoscopía y luego de esto presentó síntomas, se puede considerar
que esté cursando con una ITU por manipulación de la uretra y/o los uréteres.
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- Actividad sexual y conductas de riesgo. Esto es especialmente relevante dado que si se
sospecha que las molestias que el paciente tiene pueden corresponder a una uretritis –ya
sea gonocócica o no gonocócica– se debe hacer la diferencia en cuanto al diagnóstico; en
esta línea, es importante preguntar si el paciente ha presentado secreción por la uretra,
prurito, una lesión ulcerada, entre otros. Además, en pacientes hombres que tienen sexo
con hombres la práctica de sexo anal es un factor de riesgo para ITU y para las uretritis no
gonocócicas dado que en esta población los MO responsables del cuadro pueden ser ente-
rococos.
Un concepto muy importante es que a veces se enseña que los cuadros clínicos son causados por
MO determinados, dándose énfasis a lo más común. Ahora bien, pese a que esto se cumple para
enfermedades que son “clásicas”, hay patologías más grandes que pueden ser causadas por más
de un MO, y, de esta manera, no porque algo sea lo más frecuente significa que no se provoquen
síntomas en el paciente. Si, por ejemplo, se enfrenta a un paciente diabético de larga data que se
encuentra descompensado que acude a consulta con glucosas de 500 – 600 mg/dl, se le toma un
urocultivo y en este se observa que hay presencia de Candida parapsilosis, se debe considerar
que este es el agente causal de un cuadro como la ITU, pues cualquier MO puede ser capaz de
desencadenar una infección en cualquier sitio u órgano si están las condiciones adecuadas para
su desarrollo. De esta manera, si se cuenta con un paciente con inmunosupresión, principalmente
con una disminución de la inmunidad celular, se pueden presentar MO que se consideran atípicos
como causantes de ITU.
Con respecto a los componentes de laboratorio en el diagnóstico de infecciones del tracto uri-
nario, se deben considerar dos partes que son el cultivo y la identificación tanto del MO como de
sus mecanismos de resistencia, y la realización de una orina completa o un citoquímico. Esto se
debe a que no es suficiente como para hacer un diagnóstico contar con un cultivo y una orina
completa que no sea concordante con este; por ejemplo, ante un paciente con síntomas vagos
que presenta un cultivo positivo para Klebsiella spp. y una orina completa que no demuestra leu-
cocitos ni piocitos al tiempo que evidencia escasas células epiteliales, poco mucus y pocas bacte-
rias, se pone en duda el diagnóstico de ITU debido a que no hay una orina inflamatoria propia-
mente tal y los nitritos están negativos. Ahora bien, con respecto a esto último, cabe mencionar
que no todas las ITU son nitrito positivo; de esta manera, existen algunas que son nitrito negativo
dado que este lo que hace es comprobar si la bacteria es capaz de transformar el nitrato a nitrito.
Dentro de los métodos diagnósticos que pueden realizarse o implementarse en la atención prima-
ria están:
• Diagnóstico clínico → si es el primer episodio de síntomas urinarios bajos puede ser trata-
do empíricamente y luego efectuar un seguimiento.
• Tinción de gram de orina sin centrifugar.
• Tira reactiva de orina.
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• Microscopía de sedimento urinario.
• Urocultivo.
Tira reactiva
Es una herramienta muy útil dado que puede ser utilizada en unidades de emergencia sin que se
necesite de la asistencia de un laboratorio para efectuarlo. Brevemente, consiste en una tira que
cuenta con distintos parámetros o reactivos como leucocitos, eritrocitos, pH, entre otros; los que
pueden ser medidos de manera cuantitativa. Al respecto:
• La detección de una prueba de esterasa leucocitaria positiva en su límite de detección infe-
rior se correlaciona con ≥ 10 leucocitos por campo de aumento mayor.
• La detección de nitritos en orina (prueba de Griess) tiene como fundamento que la mayoría
de las infecciones del tracto urinario son producidas por enterobacterias que reducen nitra-
tos a nitritos, especialmente E. coli. Ahora bien, se debe considerar que las enterobacterias
no son el único patógeno que puede ocasionar ITU, pues esta también puede ser desenca-
denada, por ejemplo, por hongos.
• La combinación de las técnicas de nitritos más esterasa leucocitaria (ambas en tira reactiva)
posee una sensibilidad del 79 – 93% y una especificidad del 82 – 98% para bacteriuria ≥
100.000 UFC/ml.
De esta manera, una vez que
se cuenta con la orina del pa-
ciente, se sumerge una tira de
orina reactiva y, luego, esta se
compara con los resultados
esperados para ver con qué
valor calza.
Al respecto, hay ITU por MO
como Proteus spp., que tiene-
den a alcalinizar la orina; en-
tonces, una orina muy alcalina
en presencia de una ITU puede
haber sido consecuencia de la
presencia de este patógeno.
Ahora bien, para explicar el
análisis de una orina completa
más un sedimento urinario se
utilizará el siguiente ejemplo.
Se observa que:
Hay una abundante cantidad de bacterias.
La bilirrubina es negativa.
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Células epiteliales: 10 – 15.
Ausencia de cetonas.
Densidad normal.
Eritrocitos: 12 – 15 → hema-
turia microscópica.
Glucosa normal.
Leucocitos en orina son 500.
Nitritos negativos.
Levaduras presentes en can-
tidad regular.
Piocitos: 15 – 20.
Proteínas en orina negativas.
Urobilinógeno en orina nor-
mal.
En base a los hallazgos, se puede asegurar que el paciente presenta una ITU porque hay piocitos,
los que son leucocitos muertos que ya cumplieron su función de destrucción de bacterias. Ade-
más, de los parámetros nombrados anteriormente, lo más relevante es que hay bacterias en la o-
rina, los leucocitos son positivos, hay hematuria microscópica y los nitritos son negativos. Ante
esto, se puede sospechar que las levaduras son los MO responsables de la ITU o que estos en
concomitancia a otro agente patógeno son los responsables de desencadenar el cuadro.
La paciente del examen adjunto tie-
ne 50 años y consultó por disuria
dolorosa, polaquiuria, tenesmo y
una leve sensibilidad a la palpación
suprapúbica
En el urocultivo se pesquisaron alre-
dedor de 500 leucocitos, nitritos po-
sitivos, sangre; 40 – 50 leucocitos
por campo, lo cual es mucho; eritro-
citos escasos, por lo cual se podría
considerar hematuria microscópica,
y bacterias en regular cantidad.
Los cristales son importantes dado
que su presencia, y particularmente
de estruvita y oxalato de calcio, en la orina y en el contexto de ITU son muy sugerentes de Proteus
spp., pues esta bacteria cuenta con la enzima ureasa, la que es muy potente y alcaliniza la orina,
haciendo precipitar sales que cristalizan y se pesquisan en el examen microscópico.
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La combinación de nitritos, leucocitos y bacterias positivas tiene una sensibilidad para el diagnós-
tico de ITU de 79 – 93% y una especificidad de 82 – 98%.
Urocultivo
El cultivo de orina convencional es el método más sencillo y económico para confirmar la pre-
sencia de bacterias en la orina. Por lo general, requiere de un tiempo de incubación de 18 – 48
horas para el desarrollo de bacterias y, aproximadamente, 24 horas más para su identificación y
estudio de susceptibilidad antimicrobiana (3 días en total aproximadamente). Se solicita cuando:
1. Idealmente siempre (las ITU no complicadas rara vez son urgentes).
2. ITU complicada → una vez hecho el urocultivo se puede comenzar con la terapia antibióti-
ca empírica; posteriormente, con los resultados se evalúa si se precisa o no de un ajuste.
3. ITU recurrente.
4. Sospecha de pielonefritis aguda.
La Sociedad Española de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (SEIMC) define los si-
guientes recuentos como cantidad significativa de bacterias en la orina:
102 UFC/ml en mujeres con síntomas cardinales de cistitis.
103 UFC/ml en hombres con síntomas cardinales de cistitis.
104 UFC/ml en personas con clínica de pielonefritis.
105 UFC/ml en mujeres asintomáticas cuando se presenta en dos cultivos consecutivos.
105 UFC/ml en hombres asintomáticos para un único uropatógeno.
En primer lugar, las medidas generales consisten en:
Hidratación → 1500 ml de agua adicionales a la ingesta diaria habitual. Esto se debe a que
los estados inflamatorios, a raíz de un aumento en el metabolismo, pueden propiciar que
se presente deshidratación. Además, la gran ingesta de agua busca general un flujo tal que
se eviten los procesos de ectasia en la vejiga, pues la acumulación de orina sirve de medio
de cultivo para el desarrollo de MO.
Manejo del dolor → naproxeno, ketoprofeno, diclofenaco, clonixinato de lisina. Al respecto,
el problema principal de la persona es la disconformidad que presenta al momento de ori-
nar, por tanto, es imprescindible tratar esta condición. En cuanto al uso de AINES se debe
tener cuidado con la función renal en caso de que el paciente sea un AM. Con respecto al
naproxeno, este es un poco menos agresivo a nivel intestinal en comparación a sus pares.
Manejo de la temperatura → solo en caso de fiebre, administrar AINES o paracetamol.
Manejo de los síntomas urinarios → flavoxato 200 mg/8 hrs VO. Al respecto, este fármaco
es llamado de mala manera un antiinflamatorio de las vías urinarias; este medicamento es
un anticolinérgico, específicamente, un antimuscarínico, que produce dilatación de los uré-
teres y de las vías urinarias.
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En primer lugar, los aspectos a tener en consideración ante la indicación de un antimicrobiano en
el contexto de una terapia antimicrobiana son:
1. Contexto clínico. 5. Peso, talla e IMC.
2. Severidad de la infección. 6. Función renal. En esta línea, se debe
3. Alergias o contraindicaciones. tener cuidado al usar cotrimoxazol.
4. Adherencia al tratamiento. En el caso 7. Perfil PK/PD.
de pacientes que sean “malos para to- 8. Tasa de resistencia local.
mar medicamentos”, se puede optar 9. Perfil microbiológico local.
por la prescripción de fosfomicina, la
cual tiene dosis única.
ITU no complicada en la mujer
Se define por disuria + polaquiuria y/o tenesmo en presencia o no de un cultivo > 102 UFC/ml.
Ante esto, los esquemas empíricos a elección son:
- Trimetropim 160 mg/Sulfametoxazol 800 mg 1 comprimido cada 12 hrs x 3 días. Esta es la
presentación del cotrimoxazol forte
- Nitrofurantoína 100 mg 1 comprimido cada 12 hrs x 5 días.
- Fosfomicina trometamol 3 g dosis única administrada en la noche. Este medicamento debe
ser ingerido luego de la última orina de la noche; al respecto, la fosfomicina viene en forma-
to de polvo dentro de un sobre, el que debe ser diluido en agua y, luego, tomado; esto
ocasiona que la primera orina de la mañana tenga una alta concentración de fosfomicina,
lo cual ayuda a eliminar la infección.
Con respecto al uso de nitrofurantoína y de fosfomicina, estos fármacos son útiles solo en el con-
texto de una cistitis, por ende, se define que no son parte del esquema terapéutico en cuadros
de pielonefritis.
ITU complicada en no embarazadas
Se caracteriza por disuria + polaquiuria y/o tenesmo en presencia o no de un cultivo > 102 UFC/ml
más factores de riesgo tales como:
- Litiasis. - Trasplante renal.
- Obstrucción. - Retención urinaria por enfermedad
- Sondas permanentes. neurológica.
- Dispositivos de drenaje. - Hombres.
- Inmunosupresión. - Niños.
- Insuficiencia renal. - Mujeres embarazadas.
ITU en embarazadas
Los esquemas empíricos a elección son:
- Fosfomicina trometamol 3 g dosis única administrada en la noche.
- Nitrofurantoína 100 mg/12 hrs.
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- Cefalexina 500 mg/6 hrs, una cefalosporina de primera generación.
- Amoxicilina 875 mg/Ácido clavulánico 125 mg 1 comprimido cada 12 hrs. Al respecto, hay
un meta - análisis que demostró que su uso aumenta el riesgo de colitis necrotizante en el
recién nacido, por lo tanto, se debe proceder con cautela y no usar esta combinación como
fármaco de primera línea.
Se debe evitar el uso de nitrofurantoína durante el tercer trimestre dado que se asocia a anemia
hemolítica en el recién nacido, aunque se ha visto que esto se produce en fetos con déficit de
glucosa – 6 – fosfato. Por su parte, hay medicamentos que no se pueden usar por ningún motivo
en el primer trimestre como es el cotrimoxazol debido a que este es un inhibidor de la síntesis de
ácido fólico, el que es muy importante para la adecuada formación del tubo neural.
Pielonefritis aguda
En este cuadro se deben considerar dos contextos clínicos distintos. Al respecto, se debe evaluar
si el paciente presenta criterios de hospitalización, los que corresponden principalmente a la pre-
sencia de factores de riesgo, de fiebre, si son AM, que tenga comorbilidades que predispongan a
que el cuadro continúe empeorando, entre otros.
En primer lugar, en un paciente ambulatorio se puede usar:
- Amoxicilina 875 mg/Ácido clavulánico 125 mg 1 comprimido cada 12 hrs x 14 días.
- Ciprofloxacino 750 mg (1 ½ comprimido) cada 12 hrs VO x 14 días. Al respecto, esta dosis
asegura una cobertura antipseudomónica.
Por su lado, en pacientes hospitalizados et tratamiento varía según la sospecha de Pseudomonas
spp., definiéndose que:
- Sin sospecha de Pseudomona spp. → ampicilina/sulbactam 3 g/6 hrs IV x 14 días o ceftria-
xona 2g/24 hrs IV o cefotaxima 2 g/8 hrs IV. A modo de apreciación personal del docente,
recomienda preferir la cefotaxima debido a que alcanza concentraciones más estables en
el tiempo.
- Con sospecha de Pseudomona spp. → piperacilina/tazobactam 4,5 g/6 hrs IV en BIC a pa-
sar en 4 hrs de infusión por 14 días; en caso de sepsis añadir amikacina 15 mg/kg c/24 hrs
IV.
Cabe destacar que algunos criterios de exposición a Pseudomonas spp. consisten en:
- Hemodiálisis.
- Exposición a ambientes húmedos o con agua → pacientes que trabajan en el mar.
- Hospitalización o estadía en UCI.
- Entre otros.
En caso de sepsis de foco urinario, el esquema debe basarse en pipetazo + amikacina o impipe-
nem en compañía o no de amikacina. Al respecto, cuando la amikacina se utiliza en contexto de
sinergia no se debe prescribir por más de tres días. De esta manera, se baja la carga bacteriana lo
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suficiente, se evita generar resistencia y se mantiene el resto del esquema terapéutico o se deses-
cala en caso de que se requiera/pueda.
ITU recurrente
Nuevamente, consiste en > 3 ITU en menos de un año o en > 2 ITU en menos de 6 meses. Del
concepto de ITU recurrente se desprenden dos definiciones:
Reinfección: infección por un MO diferente en un periodo > 2 semanas después de una
cistitis aguda.
Recidiva: infección por el mismo MO en un periodo < 2 semanas después de cursada una
cistitis aguda, y secundaria a alteraciones estructurales. Un ejemplo clásico consiste en un
paciente con antecedentes de litiasis urinaria que tuvo una ITU tratada y que luego de una
semana de completar el tratamiento vuelve a consultar por síntomas urinarios.
Dentro de los factores de riesgo se contempla:
- Relaciones sexuales. - Alteraciones estructurales.
- Uso de espermicidas. - Patología neurológica.
- Post – menopausia debido a disminu-
ción en los niveles de estrógenos.
ITU asociada a catéter vesical
El principal factor de riesgo para el desarrollo de una ITU asociada a catéter es la duración del
sondaje; al respecto, es muy importante tener en consideración que no se deben instalar catéteres
que no son necesarios, siendo que “el mejor catéter vesical es el que no se instala”. Estas infeccio-
nes suelen ser polimicrobianas y causadas por MO multirresistentes; y las manifestaciones clínicas
son inespecíficas, pero se puede encontrar:
- Cambios en el aspecto de la orina en - Dolor abdominal.
la bolsa recolectora, siendo que inclu- - Vómitos.
so se pueden encontrar placas de pus. - Síndrome confusional.
- Dolor dorsolumbar.
El manejo de esta condición se sustenta en la realización de un urocultivo y en el recambio de la
sonda si la infección lleva > 7 días con sintomatología. Este manejo debe ser guiado por antibio-
grama, sin embargo, el manejo empírico se puede hacer con:
- Piperacilina/tazobactam 4,5 g/6 hrs IV en BIC a pasar en 4 hrs de infusión.
- Imipenem 500 mg/g hrs IV a pasar en al menos una hora de infusión.
- Meropenem 1 g/8 hrs IV a pasar en al menos una hora de infusión.
Todas estas alternativas buscan cubrir P. aureginosa, Pseudomonas spp. con posibles mecanismos
de resistencia y de las enterobacterias aquellas que puedan presentar mecanismos BLEE y AMPC.
El tratamiento total se mantiene durante 2 – 3 semanas; al respecto, una vez que se inicia el trata-
miento empírico, se esperan alrededor de 3 días para obtener los resultados del cultivo y ajustar
la terapia según estos.
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Ahora bien, si se tiene una sospecha, para la toma de urocultivo se debe retirar la sonda, poner
una nueva y desde esta última tomar el cultivo. Al respecto, nunca se deben obtener cultivos pin-
chando la sonda, que es de goma, pues los resultados no son representativos del cuadro que pre-
sente el paciente y, además, se está obteniendo una muestra de una sonda contaminada que pu-
ede haber sido desinfectada. Si se obtiene la muestra de la sonda que está utilizando el paciente
se pueden obtener resultados de multirresistencia. Entonces, el urocultivo debe obtenerse de
la sonda cambiada.
Bacteriuria asintomática
Consiste en la presencia del mismo MO en orina > 105 UFC/ml en ausencia de sintomatología uri-
naria en al menos dos oportunidades. No se debe tratar a menos de que se presente en el contex-
to de embarazo, previo a una intervención urológica y en niños < 5 años.
Con respecto al uso de cranberry en el tratamiento de las ITU en general, mediante estudios se
ha obtenido que dentro de su composición hay muchos flavonoides, los que tienen actividad an-
timicrobiana. Entonces, a partir de un metaanálisis, se desprendió que el cranberry ayuda más que
nada en la profilaxis de ITU o en que no haya recidivas. De esta manera, luego de tratar a un paci-
ente con ITU que presenta factores de riesgo para que presente recurrencia, es útil darle de ma-
nera permanente cranberry. Igualmente, en el contexto de una mujer que cursa con una ITU no
complicada por primera vez se puede prescribir además del antibiótico correspondiente cranberry
por un mes.