Lección 15 – El Diseño
Bienvenido al Instituto Bíblico de Iglesia Bautista Independiente Maranata. Hoy vamos a estudiar lección
15 en el curso El Desarrollo de Carácter Cristiano. En esta lección vamos a ver el último principio bíblico
que queremos estudiar en este curso – el principio de diseño.
El principio de diseño enseña que Dios nos ha creado exactamente como Él quiere para Su gloria y
nuestro bien. Es nuestra responsabilidad ponernos de acuerdo con el programa que Dios tiene para
nosotros. Tristemente, la mayoría de las personas nunca han aceptado plenamente la forma en la que
Dios los hizo. Creen que tienen algún “defecto” que les impide tener la felicidad que merecen. Algunos
incluso exclaman, “¡Me aborrezco!” Pudieran estarse refiriendo a actitudes que pueden y deben
cambiar, pero si están refiriendo a rasgos físicos inalterables, su resentimiento es contra Dios porque la
Biblia dice en Efesios 5:29, “. . . Nadie aborreció jamás a su propia carne . . .”. La secuencia de su
pensamiento es la siguiente. “Dios creó a todos. Dios ama a todos. Si lo que veo en el espejo es un
ejemplo del amor y la creatividad de Dios, no puedo confiar en Él.”
Todas las relaciones en la vida se verán afectadas por la manera de vernos a nosotros mismos. Por eso
es importante saber algunas cosas acerca de nuestro diseño y nuestro Diseñador. En esta lección
queremos enfatizar ocho puntos.
Punto número uno es que Dios nos diseñó antes de nacer. Vas a ver que tengo la palabra, diseñó,
subrayada. Esto significa que se debe escribir esta palabra en el blanco o la línea en tus notas. La Palabra
de Dios es muy clara respeto a esto. Podemos tener confianza de que Dios personalmente diseñó y
formó nuestros rasgos físicos en Su amor y sabiduría. El Rey David declaró este hecho cuando Dios los
usó para escribir . . .
Salmo 139:14-16
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy
bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo
de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron
luego formadas, Sin faltar una de ellas.
Pero el Rey David no era la única persona que reconoció que Dios personalmente diseñó y formó sus
rasgos físicos. Job también declaró en Job 10:8 y 9 . . .
Tus manos me hicieron y me formaron; ¿Y luego te vuelves y me deshaces? Acuérdate que como a barro
me diste forma; ¿Y en polvo me has de volver? *
También Dios dijo de Jacob en Isaías, capítulo 44, versículo 2 . . .
Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo
mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí. *
Y en el versículo 24 del mismo capítulo dijo . . .
Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo
solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo;
Lo que es la verdad para David, Job, y Jacob también aplica a nosotros. Igual como ellos Dios
personalmente nos diseñó y formó nuestros rasgos físicos en Su amor y sabiduría.
Pinto número dos es que Dios aún no ha terminado con nosotros.
Efesios 2:10
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas.
Sí, somos hechura de Dios, pero Dios no ha terminado con nosotros. ¿Cómo sabemos eso? Porque Dios
todavía está formado el carácter de Cristo en nosotros. Todavía está cumpliendo Su propósito en
nosotros.
Salmo 138:8
Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra
de tus manos. *
Filipenses 1:6
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día
de Jesucristo;
Alguien dijo que sería bueno si todos podemos llevar una etiqueta que dice, “Ten paciencia conmigo.
Dios todavía no ha cumplido Su obra en mí.” No se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos
que un día seremos semejantes a Cristo. *
Punto número tres es lo siguiente. La belleza externa no tiene relación con la felicidad interna. Por
ejemplo, estamos propensos a pensar que la pareja con mejor aspecto tendrá el matrimonio más feliz.
Mira lo que dice . . .
2 Corintios 4:16
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no
obstante se renueva de día en día.
Si la felicidad interna se basa en la belleza externa, este versículo implicaría que la felicidad se va
desgastando cada día. Pero la base de la verdadera felicidad es el carácter interior.
Se supone generalmente que entre más bien parecida y atractiva sea la gente, más felicidad
experimentarán en la vida. Esta suposición es falsa. En muchos casos sucede exactamente lo contrario.
Frecuentemente aquellos que tienen más atractivo físico tienen mayor tristeza e infelicidad. *
Proverbios 31:30
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
La Palabra de Dios enfatiza una y otra vez que nuestra alabanza debe ser basada en la piedad interior, y
no la belleza exterior. *
Punto número cuatro. Dios no tiene ningún ideal externo. La idea de tener una “Miss Universo” o un
“Mister Universo” es un concepto falso.
1 Samuel 16:7
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho;
porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero
Jehová mira el corazón.
Si hubiera un pasaje en las Escrituras en el que Dios pudiera haberse centrado en la importancia del
parecer físico de los líderes, este habría sido ese pasaje. Dios podría haber dicho: "Tienes toda la razón,
Samuel. El parecer físico de un líder es muy importante para mí." En cambio, Dios se enfoca en lo
interno, en la actitud del corazón.
Punto número cinco. La causa de la inferioridad es la comparación de “inalterables.”
¿Alguna vez has escuchado el dicho, “Eso es como manzanas y naranjas”? Esta frase clásica compendia
la imposibilidad de comparar objetos o ideas disímiles. Eso es exactamente lo que hacemos cuando
comparamos nuestros rasgos inalterables con los de otra persona. La causa principal de sentimientos de
inferioridad es la comparación de rasgos inalterables. Es por esta causa que Dios nos advierte que no
nos midamos a nosotros mismos.
2 Corintios 10:12
Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero
ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.
Hay cuatro áreas de nuestros rasgos inalterables que no debemos usar para comparación. La primera es
el área de nuestro aspecto físico. Algunos rasgos físicos inalterables son los siguientes: estatura, ojos,
nariz, orejas, manos, pies, voz, color de piel, complexión, estructura, dentadura, cabello, vista, oído,
metabolismo, etcétera. La segunda es el área de habilidades mentales. Estamos hablando de habilidades
como inteligencia, comprensión, memoria, razonamiento, y percepción. La tercera es el área de
características familiares. Se incluyen en esta área cosas como nuestro origen racial, nuestro origen
nacional, nuestros padres, hermanos, hermanas, y nuestro orden de nacimiento. La cuarta es el área de
patrimonio social. Esto tiene que ver con nuestro momento en la historia, nuestra posición en la
sociedad, si nacimos en familias ricas o pobres, etcétera. Si comparamos a nosotros mismos con otras
personas en estas áreas, podemos estar seguros de que encontraremos alguien más atractivo, más
capaz, con mejores características, y/o con mejores trasfondos económicos y sociales que nosotros. La
verdad es que todos nuestros rasos inalterables son escogidos y son dados por Dios. No hay nadie que
tiene el derecho de gloriarse en ellos o sentir inferior debido a ellos.
1 Corintios 4:7
Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías
como si no lo hubieras recibido?
Si comparamos nuestros rasgos inalterables con otros llegaremos a conclusión equivocada que tenemos
algún “defecto.” Pero la inferioridad se debe, no al “defecto” sino a la falta de un significado positivo y
Bíblico para ese rasgo.
Por ejemplo, una cicatriz facial puede provocar sentimientos de inferioridad. Sin embargo, en la Europa
medieval una cicatriz facial recibida en una pelea de espadas era una marca de valentía, destreza y
honor. Significaba que el portador había participado en un duelo, y había salido vencedor. Semejante
marca era una fuente de admiración, no una causa de inferioridad.
De igual manera, cuando convertimos nuestros cicatrices o “defectos” en marcas con significado
espiritual, evitamos cualquier sentimiento de inferioridad. El apóstol Pablo hizo eso al convertir sus
cicatrices en señales de propiedad del Señor.
El cuerpo de Pablo fue severamente marcado como resultado de ser apedreado, de naufragios, y de
azotes. Él convirtió estas marcas en preciadas señales de posesión.
Gálatas 6:17
De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor
Jesús.
Alguien ha dicho que la palabra, “marcas”, significa identificación de propiedad o señal de propiedad.
Entonces, cuando Pablo decía, “yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús” implicaba que sus
cicatrices eran señales que demostraban que él pertenecía a Cristo.
Número seis. Dios sí tiene un ideal universal interior: es el carácter de Cristo. Es obvio ver esto de
muchos pasajes de la Biblia. Vamos a ver dos pasajes.
Romanos 8:28-29
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Cuando Dios habla de ser hechos conformes a la imagen de Su Hijo, habla de ser como Cristo en
nuestros motivos, actitudes, pensamientos, palabras, y acciones. Un versículo que enfatiza esto es el
siguiente.
Gálatas 4:19
Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,
Otra vez, la idea de formar Cristo en nosotros habla del carácter de Cristo, no Su apariencia.
Número siete. Nuestros rasgos particulares son “marcas” que subrayan el mensaje de Dios en nosotros.
Tal vez te hayas tomado el tiempo para notar los marcos que rodean un cuadro. Normalmente no
prestamos atención a los marcos. Nos interesa ver la imagen, lo que ha sido pintado o dibujado. Pero si
alguna vez has mirado los marcos, notarás que vienen en muchos tamaños, diseños y colores. Algunos
son de madera, otros de metal. Algunos son grandes. Otros son pequeños. Algunos son de colores
brillantes. Algunos tienen un color apagado. En muchos casos, el marco se elige cuidadosamente para
resaltar la imagen. Destacan el mensaje del cuadro. De manera similar, nuestros cuerpos subrayan el
mensaje que Dios quiere retratar a través de nosotros.
2 Corintios 12:9-10
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena
gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual,
por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en
angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Número ocho. Dios puede sacrificar belleza exterior para desarrollar carácter interior.
No cabe duda de que el apóstol Pablo era obediente a la voluntad de Dios. Recibió gran poder espiritual
y numerosas revelaciones. Fue a causa de estas revelaciones que Dios le dio un aguijón en la carne. El
aguijón fue diseñado para mantenerlo humilde.
2 Corintios 12:7
Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en
mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
Así que Dios puede permitir marcas, deformidades u otros aguijones en la carne para producir, según 2
Corintios 4:17-18 . . .
. . . en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se
ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Con esto hemos terminado los ocho principios de nuestro diseño que queríamos ver en esta lección.
Vamos a continuar con este estudio en la próxima lección, en la cual veremos más detalle sobre nuestras
características inalterables.
Por ahora, vamos a cerrar esta clase con una palabra de oración. Padre, te damos gracias por nuestro
diseño. Tú has escogido todo de nuestro ser para nuestro beneficio y Tu gloria. Ayúdanos a glorificarte
en nuestros cuerpos. En el Nombre de Cristo te lo pido. Amen.
Dios te bendiga.