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CUADERNO DE LA BN
Publicación bimestral de la Biblioteca Nacional
Mariano Moreno.
Año 7 N° 36
Distribución gratuita
ISSN 2525-0957
Presidente de la Nación
Alberto Fernández
Vicepresidenta de la Nación
4 16
Cristina Fernández de Kirchner
Ministro de Cultura
Tristán Bauer
Biblioteca Nacional
Director
Juan Sasturain
Nada se pierde Retorno 1983
Subdirectora
Una muestra del Centro La Fototeca exhibe una
Elsa Rapetti
de Historieta y Humor colección de imágenes
Director Nacional de Coordinación
Gráfico Argentinos recorre que recorre hitos del
Bibliotecológica
la trayectoria vital de la regreso democrático en la
Pablo García
revista Humor a través de Argentina.
20
Director Nacional de Coordinación
sus dibujantes.
Cultural
Guillermo David
Director General de Coordinación
Administrativa
Roberto Gastón Arno
Artistas más allá de
sus obras
Jefe del Departamento de Publicaciones
La Rosa Blindada fue
Sebastián Scolnik
uno de los proyectos
Editor Cuaderno de la BN
editoriales más
Diego Manso
destacados de la década
Redacción
del sesenta.
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Área de Publicaciones
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Jefa del Departamento de Diseño
Valeria Gómez
Diseño
Máximo Fiori, Maia Kujnitzky
Director de Producción de Bienes y
Servicios Culturales
Cuando el ilustrador
Martín Blanco
The Buenos Aires narra
Affair: 50 años Quienes ilustran libros
Imagen de tapa
Muestra del Museo dedicados a las infancias
Raúl Fortín
del libro y de la lengua comparten con el autor
Imagen de contratapa
a medio siglo de la responsabilidades a la
Manuel Puig en México, 1986, foto de Marta
publicación de la novela hora de otorgar sentido
Merkin.
de Manuel Puig. al texto.
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¡Orden en la sala!
El arte de la catalogación
a partir de una serie de
publicaciones periódicas
de la editorial Tor.
Honrar el arduo camino
En este número de Cuaderno de la BN destacan tres muestras que no solo honran nuestro pasado,
sino que además celebran la vitalidad de nuestra diversidad cultural y artística. La primera de
ellas nos transporta a las páginas de la icónica revista Humor, un recorrido curado por el Centro
de Historieta y Humor Gráficos Argentinos que invita a sumergirse en la aguda sátira que ha ca-
racterizado a esta publicación durante sus años de vigencia. La segunda muestra, en el Museo del
libro y de la lengua, rinde homenaje a The Buenos Aires Affair de Manuel Puig, obra maestra de la
literatura argentina que ha cautivado a lectores de todo el mundo durante medio siglo. Por último,
esta edición reserva un sitio especial para Retorno 1983, la colección de fotografías que conmemora
los 40 años de la recuperación de la democracia en Argentina y que se exhibe en la fototeca Benito
Panunzi. Esta exposición, más que una celebración, es un recordatorio de la importancia de pre-
servar la memoria histórica y honrar el arduo camino hacia la estabilidad democrática.
Al concluir este año, el séptimo de Cuaderno de la BN, renovamos nuestro compromiso de seguir
siendo un testigo fiel de la riqueza cultural que nos define como nación.
3
4
NOTA DE TAPA
Dibujantes de HUMOR
El Centro de Historieta y Humor Gráfico
Argentinos de la Biblioteca Nacional
presenta una muestra que exhibe obras
originales de treinta dibujantes, publicadas
en el período de apogeo de la revista Humor
y otros títulos de Ediciones de la Urraca.
5
E
mblema de la resistencia crítica a la dictadura y volver al humor gráfico que, por el contrario, lo cuestiona
de la restauración democrática, la revista Humor de infinitas maneras. El formidable staff de dibujantes
ha legado una galería indeleble de portadas que de estilos y lenguajes expresivos, de imaginarios, líneas
hoy conforman un repertorio capaz de ofrecerse como y sensibilidades tan diferentes que la revista logró armo-
la iconografía definitiva del período. A través de sus ca- nizar en sus páginas, simboliza en sí un ejercicio único
ricaturas y de la agudeza de sus textos tejió códigos de de democracia, más perfecto que el que hoy celebramos
complicidad en una red cada vez más amplia de lectores en sus cuarenta años.
hasta instituirse en una de las grandes publicaciones pe-
riódicas de largo aliento de la prensa nacional. El potrero de los futuros profesionales
Los dibujos construyeron el primer lazo con el lector y La producción de esta muestra ha implicado recoger testi-
amalgamaron la ecléctica suma de sus artículos en cada monios de varios de los protagonistas. Sergio Langer afir-
número. Humor nunca fue una revista de chistes, aunque ma que “publicar en Humor en 1979, con 19 años recién
por supuesto también los publicó. Y aunque aun en sus cumplidos, fue lo máximo y conocer a tipos grosos y ad-
ilustraciones más dramáticas, como por ejemplo las de mirados y compartir con ellos charlas, vinos y eventos fue
Fati, subyaciera una actitud de parodia, sátira o ironía, su mejor. Humor fue como el potrero en donde aprendí esto
humor era otra cosa, que a veces podía no dar risa. En la de dibujar chistes y publicar en revistas y diarios”. Miguel
Humor el humor hizo pensar. Y en la Humor, así como en Rep fue otro de los autores que publicaron sus primeros
las revistas de Ediciones de la Urraca —dirigidas por un trabajos en Humor. Se exhibe en la muestra su ópera prima,
dibujante, Andrés Cascioli—, las historietas, las viñetas la notable serie El recepcionista de arriba.
unitarias y las ilustraciones fueron sustanciales a su fór- Veteranos como Carlos Garaycochea, Tomás Sanz o Alfredo
mula, nunca un complemento o un camuflaje. Grondona White se unen a dibujantes rarísimos, como
La muestra Nada se pierde —tal el título de la sección de aquel que sorprendía con historietas de miniaturista y fir-
breves misceláneas que abría cada número— exhibe una maba Artó, el chileno Eduardo Ojeda Ortiz, quien reconoce
selección de obras que describen los años de apogeo de la entre risas que “Andrés [Cascioli] se jugó por un muerto,
revista y de sus directas ramificaciones en otros títulos de porque no existía yo, y él además de publicarme insistió
esos primeros años ochenta, una época en la que incidió para que me invitaran a la Bienal de Córdoba [de 1979]”.
como pocas en la realidad política y en la vida cultural de En la muestra conviven virtuosos como Sergio Izquierdo
los argentinos. En tiempos del meme, forma del comenta- Brown, el propio Cascioli y el deslumbrante Raúl Fortín
rio burlón que nos acostumbra al statu quo, es oportuno con el diáfano humor absurdo de Lizán; artistas gráfi-
cos como Sanyú y Sanzol con humoristas de línea clásica
como Sergio Ibáñez y artistas inimitables como Cilencio
o Lawry; el grotesco del Doctor Cureta de Ceo y Meiji
con el innoble Doctor Piccafecces, un estilista fabuloso
como Jorge Limura con la sencillez del propio Meiji. Y
por supuesto, no están ausentes los ¡Grock! ni los ¡Berp!
patentados por Tabaré con guiones del brillante Aquiles
Fabregat, principal redactor de la sección
que da título a esta exposición.
Jorge Sanzol
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La muestra abarca desde las instancias más críticas de El sexo de los argentinos
Humor hacia el gobierno militar y culmina con la apari- La Humor muy pronto dejó de ser solo una revista para pro-
ción de SexHumor y de Fierro, revistas que anunciaban lo digarse como proyecto editorial en otras. En todas se invo-
que vendría, terminada la etapa de alegría generalizada có su tutelaje desde el título o el logo. Apostó a temáticas
por el retorno a la democracia. Como el mejor anuncio del riesgosas, con propuestas alternativas a la oferta habitual.
futuro, esta sección exhibe una obra del entonces adoles- A un año del primer número de Humor, en 1979, se lanzó
cente Juan Pablo González (Max Cachimba), renovador el Suplemento de Humor y Ciencia Ficción, que devino en la
del lenguaje gráfico en la Argentina y cita ineludible para suntuosa El Péndulo. Meses después apareció Hurra, conti-
todas las camadas futuras de historietistas. nuación de Rock SuperStar pero que en verdad sofisticaba el
género con una variedad temática que trascendía al musical
y, como en todas las otras, algo inédito en el rubro rock: no
sostenía su aparato visual en fotografías, sino en los dibu-
jos. En 1980 salió SuperHumor que daba su mayor espacio a
un tipo de historietas novedosas, y en 1982 la Humi, con una
original fórmula de publicación periódica para los niños.
En 1984 la propuesta inicial de SuperHumor se renovó en
Fierro, revista que partió aguas en el campo de las na-
rrativas dibujadas, y como cierre de ese lustro, SexHumor
(1985). Montada en el “destape” posdictadura, SexHumor
logró empardar el éxito de la revista matriz con una fór-
mula que tomaba el sexo de los argentinos con desinhibi-
ción, pero también con una inusual amplitud de criterios.
En cada una de estas publicaciones trabajaron los mismos
dibujantes de Humor, pero también en cada una fueron
sumándose nuevos autores en la medida en que la amplia-
ción temática abría espacios para nuevas firmas y estilos.
En ello, SexHumor implicó una apertura hacia mujeres
dibujantes y a toda una generación joven de autores que,
junto a varios de la Fierro, fueron los protagonistas de las
décadas siguientes.
Raúl Fortín
7
Raúl Fortín
Respecto a esa apertura, escribió la periodista Cristina SexHumor se exhiben también dos obras de una dibujante
Wargon: “SexHumor era una tribuna libre para el tema más por entonces debutante: Maitena Burundarena.
tabú: el sexo, y doblemente tabú si hablábamos de muje-
res. Usar ese espacio no solo era un honor, sino casi una Un seleccionado
obligación cívica”. Al principio, Humor publicó planchas La nómina de autores que exhiben obras en Nada se pier-
importadas de Claire Bretecher, y en la muestra se exhibe de incluye a María Alcobre, Patricia Breccia, Maitena
la correspondencia que mantuvo Nora Bonis con Le Nouvel Burundarena, Andrés Cascioli, Cilencio, Dany Duel,
Observateur por los derechos de reproducción de esas pá- Roberto Fontanarrosa, Raúl Fortín, Carlos Garaycochea,
ginas. Marta Vicente pronto siguió esa línea temática y Juan Pablo González (Max Cachimba), Alfredo Grondona
luego Patricia Breccia irrumpió con un estilo muy singular White, Alicia Guzmán (Petisuí), Néstor Ibáñez, Sergio
en las páginas de SuperHumor. Vicente rememora: “A co- Izquierdo Brown, Carlos Killian, Sergio Langer, M.
mienzos de los ochenta, me encontré con algunas mujeres Lawryzenko (Lawry), Jorge Limura, Lizan, Eduardo
que, como yo, empezaban a pensar que se podían decir Maicas, Jorge Meiji, Eduardo Ojeda Ortiz (Artó), Pedro
cosas a través del humor y meterse en ese mundo gráfico Penizzotto (Peni), Miguel Rep, Tomás Sanz, Jorge Sanzol,
hasta entonces mayormente masculino. Claire Bretecher, Jeremías Sanyú, Luis Scafati, Tabaré Gómez Laborde y
por ejemplo. Y eso fue un despertar de mi parte. Darme Viuti. Un verdadero seleccionado argentino del humor
cuenta de que las mujeres podíamos reírnos y observarnos y la historieta. En definitiva, esos dibujos son como las
de una manera diferente me impulsó y me marcó”. imágenes radiográficas del último ejemplar de una ex-
Por su parte, otra de las expositoras, María Alcobre, traordinaria criatura hecha de tinta y papel que habitó
comenta con ironía: “Debuté publicando de la mano de nuestro país en un tiempo no tan remoto y que, por sus
Guillermo Saccomanno que me tiró un guion por la ca- potencias, aún palpita.
beza y me dijo ‘dale, nena, dibujalo que sale con fritas’. La muestra se exhibe en la galería circular del Centro de
Lo que salió valió para confirmar que estaba verde para Historieta y Humor Gráfico Argentinos, de martes a do-
la Super y me mandaron a la Sex a dibujar conchas, tetas mingo, de 14 a 19, hasta el 31 de marzo de 2024.
y pitos. No me hice rica ni famosa, pero aprendí una
bocha, sobre todo de anatomía”. En la sección dedicada a José María Gutiérrez
8
Portadas y originales de Andrés Cascioli. Humor nro. 84 (1982) y nro. 105 (1983).
9
Manuel Puig
en México, 1986,
foto de Marta Merkin.
10
NOTA DE TAPA
La muestra organizada por el Museo del libro
y de la lengua celebra a Manuel Puig cuando
se cumple medio siglo de la publicación de The
Buenos Aires Affair, su tercera novela. Escrita
a lo largo de cuatro años, probó ser uno de los
proyectos más ambiciosos y esperados de su
carrera luego del enorme éxito de Boquitas
pintadas. En sus páginas, Puig narra la antesala
del Cordobazo a través de la historia de sus dos
protagonistas, una artista plástica y un crítico
de arte reprimidos sexual y políticamente.
11
N
o pensaba contar lo que sigue, pero a veces nece- mento en que se ponía en cuestión la noción de autor y era
sito una lamida al ego. Conocí tangencialmente a preciso luchar contra la prepotencia del referente —como
Manuel, yo era amiga de su hermano Carlos. Le denunciaba panfletariamente la revista Literal—, y se es-
mostré unos cuentos que le parecieron horrorosos y unos trenaba la crítica estructuralista, el factor voz como retor-
cuadros que no lo entusiasmaron. Se le notaba en la cara. no de lo reprimido se abrió paso en la última temporada
Pero, amable, no me lo dijo. Yo era de un realismo literal de la crítica. La voz reinó en el emergente género historia
y hasta esperpéntico, en la línea de Elías Castelnuovo. de vida alentado por la Revolución cubana que pretendía
Pintaba mendigos con ojos tan grandes —imitaba mal registrar su pasado abolido (Biografía de un cimarrón, tes-
a Carlos Alonso— que parecían vacas y cubiertos de timonio de un esclavo afrocubano, y La canción de Rachel,
máculas que yo acentuaba desgarrando el papel y rom- sobre una vedette del teatro habanero; La Alhambra, del
piendo mis crayones de cera. Escribía imitándolo a él —a cubano Miguel Barnet; Los hijos de Sánchez, de Oscar
Manuel— pero en lunfardo. Lewis; los registros periodísticos de Julio Ardiles Gray
Le gustaba que le contara qué se decía de sus libros en en la revista Primera Plana, que iban de la prostituta Ruth
los bares de la calle Corrientes, mientras me hacía sonar Mary al cantante Miguel de Molina). La voz proliferó en
cada uno de los dedos de la mano, como de chica a chica. los consultorios psi, quizá como nunca en décadas poste-
Vino a acompañar a su hermano al velorio de mi abue- riores, para ser secuestrada por la clínica de casos, hizo
la. Y como estaban también los escritores Luis Gusmán cruzas de distinto orden en los personajes literarios. La
y Norberto Soares, todos se pusieron a conversar y mi primera persona de Nanina de Germán García había sido
madre, totalmente olvidada de su duelo, se excitó en plan liberada por el Henry Miller de los Trópicos; la de Miguel
cholula, riéndose nerviosamente y alardeando ante sus Briante en Kincón por un Faulkner pasado por Borges; la
amigas, lo que me dio vergüenza ajena. Mucho antes de de Luis Gusmán en El frasquito era serie B y tango canción
su exilio ya no lo veía, salvo en las páginas culturales de y, hacia fines de los setenta, como el reflejo de un espejo
los diarios y revistas. Fin del autobombo. negro, en los campos de concentración, su sometimiento
Durante los años sesenta y setenta hubo un verdadero trágico se tradujo en violencia sin pasar por escritura. En
giro hacia la voz en la cultura argentina. En el mismo mo- esos años aparece un artilugio importantísimo, no como
garantía de fidelidad al referente, sino como ficcionaliza-
dor recargable y con infinitas posibilidades: el grabador.
La crítica suele asociar las primeras novelas de Puig con
el oído absoluto para las voces de personajes de su pueblo
de origen. Las intrigas montadas por la revista Primera
Plana y algunas declaraciones del autor, mas las ofensas de
lectores que creían reconocerse en los personajes, fomen-
taron el equívoco mientras la teoría se multiplicaba para
poner en duda la identidad entre el yo de la experiencia y
el de la ficción en primera persona, y el referente era un
espejismo sancionado por el estructuralismo.
Hay algo en Puig ligado al oído que no es la memoria.
Es algo así como una música inconsciente, donde el re-
cuerdo encubridor inventa una letra que ya tiene la marca
del contexto, los diálogos cinematográficos, las historias
de vida de Ardiles Grey y la imaginería de Landrú, con
sus personajes Mirna Delma y Aldo Rubén, María Belén
y Alejandra, muy populares entre la clase media y que
también impregnan el lenguaje oral de Puig con palabras
como “opio”, “bodrio” y “asquete”.
Eso en sus primeros libros, La traición de Rita Hayworth
y Boquitas pintadas, antes de The Aires Buenos Aires Affair
en donde trabaja con géneros escritos: el guion, el texto
taquigráfico, la historia clínica, las noticias, la escritura
de las fantasías, la transcripción de llamadas telefónicas.
Aunque los nombres de Gladys Hebe y Clara Evelia re-
cuerdan todavía las imaginerías de Landrú.
En las primeras páginas de la novela el personaje de Clara
Evelia busca a Gladys luego de su desaparición en el chalet
Primera edición. Buenos Aires, Sudamericana, 1973. de Playa Blanca. Al pasar por un cine clausurado, “por ra-
12
MARCELO HUICI
zones de higiene y seguridad pública”, lee junto a la orden nálisis lacaniano, el psicoanálisis en las novelas de Puig
de clausura una lista de subversivos con cuya captura se usa el estilo de películas como Cuéntame tu vida y los
insta a colaborar. La escena parece una profecía de la cen- datos de colecciones kleinianas de difusión. Los títulos
sura que se ejercerá sobre The Buenos Aires Affair. desechados que registra Juan Pablo Canala (Yeta, Las flores
El crimen en el baldío y el despido del empleado homo- me recuerdan a funerales, La espía y el traidor, Noches en el
sexual adelantan lo que hoy se consideran crímenes de Ritz o The Buenos Aires Story) parecen pertenecer a la serie
odio y discriminación debido a la orientación sexual. novelística anterior a The Buenos Aires Affair y la breve
Los guerrilleros en acción, según las noticias del diario modificación del último título probable parece coincidir
que lee el policía de la página 179, serán los desaparecidos con su decisión del camino a seguir en su invención. El
de la dictadura militar que The Buenos Aires Affair prefigu- lenguaje onírico utilizado en las fantasías de Gladys y Leo
raba como no lo hicieron obras de la época de la llamada es curiosamente figurativo y si se intentara hoy traducirlo
“literatura comprometida”. mediante un collage, surgirían imágenes como las de los
Todas las fechas utilizadas por Puig en su novela per- sueños ilustrados por Grete Stern. ¿Compartía Male con
tenecen a conflictos políticos como el Rosariazo, el su hijo Coco la revista Idilio?
Cordobazo, los conflictos mundiales como la guerra de Puig, muy activo en la difusión de su obra, en alcanzar el
Vietnam y la Guerra Fría y son rigurosamente mostrados gran público, arriesgaba al mismo tiempo procedimientos
como registros periodísticos documentales en manos de de vanguardia que suponían un lector enterado y cómpli-
la policía, insospechados de reflejar la ideología del autor. ce. No repetía una fórmula segura; parecía, en cada nove-
A pesar de su amistad con los escritores de la revista la, probar lo que no se había hecho antes. En El beso de la
Literal, estudiosos y transmisores fervorosos del psicoa- mujer araña pone en escena la fricción entre política y po-
13
lítica del deseo, entre la vertiente sacrificial de los grupos que, como le dice a Kathleen Wheaton en una entrevista
armados y el deseo liberador de los disidentes sexuales. para The Paris Review, posee “sus propias cualidades mu-
En Sangre de amor correspondido exacerba la ausencia de sicales y pictóricas”.
un narrador omnisciente. Utiliza el grabador para en- Si viviera hoy Rodolfo Walsh, según Daniel Link, sería
trevistar a un obrero empleado temporariamente en su un hacker. ¿Manuel Puig hubiera experimentado con el
casa de Río. Su mayor intervención durante la grabación email o con la inteligencia artificial?
se da a través de preguntas que interrumpen una y otra Lo hicieron sus lectores con el email; el mismo Link en
vez el giro del relato para exigir que este se detenga en los su novela La ansiedad; Alejandro López con Kerés cojer? =
detalles, forzándolos por sistemática inducción. Como si Guan tu fak.
Puig se propusiera extraer la escritura del relato oral en ¿Hay legados sincrónicos por un mismo sustrato insu-
directo, cada pregunta permite la emergencia de lo que rrecto y libidinal para armar series que, lejos de la an-
aún no es texto, frase por frase. gustia de las influencias, no generan epígonos
Puig pasa el relato de, llamémosle X, al de sino un intercambiarse de archivos ple-
Josemar en tercera persona y arma un efecto beyos ya desclasificados? Tengo miedo
de transposición de voces flanqueadas de torero no es un simple remedo de El
guiones. No realiza un excesivo montaje, beso de la mujer araña, ni The Buenos
sino que utiliza la repetición como reso- Aires Affair es una novelita policial.
nancia poética, ya que el ordenamiento, Leída a la luz del presente, a cin-
del que hay muchas notas previas sobre cuenta años de su prohibición, es de
los temas a tocar durante las grabaciones una vigencia soberana.
—como un guion estrictísimo para una
improvisación—, está determinado por el María Moreno
de las preguntas. La selección del narra-
dor oral es, para Puig, la de alguien
14
MARCELO HUICI
15
16
FOTOTECA
La BN exhibe en la Fototeca Benito Panunzi una colección
de fotografías provenientes de los archivos de los diarios
Crónica y La Voz, que registra el clima de época que se
vivía, hace ya cuatro décadas, durante la restitución de la
democracia en Argentina.
C
uando se cumplen cuarenta años del retorno de la
democracia, esta muestra fotográfica se propone
como una reflexión, un acercamiento al clima so-
cial y ambiente de una época pasada que fue determinante
en el posterior transcurso de la historia. En la era de la
imagen y la pantalla, poder detenerse en esta selección de
fotografías provenientes de los negativos de redacción,
preservados y custodiados por la Biblioteca Nacional, nos
permite apreciar hechos puntuales acontecidos en el año
1983 como retratos de una sociedad que demandaba un
cambio político pero que, además, convivía en su cotidia-
neidad con hechos que hoy nos son impensables.
Estas son las fotos del año del retorno, provienen de
los archivos de los diarios Crónica y La Voz; la mayoría
no fueron publicadas, algunas se están positivando por
primera vez para esta muestra. El valor de estos archi-
vos de negativos de redacción es trascendente desde lo
histórico, pero también desde lo social y político. Poder
acceder hoy a estas imágenes y exhibirlas para que vuel-
van a formar parte de lo colectivo es una reafirmación
de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia que apun-
talaron durante estos cuarenta años nuestra democra-
cia. El hecho de que todo este material esté preservado
por la Biblioteca Nacional enfatiza la importancia del
rol de la institución como custodia de la memoria de
un pueblo y asegura su futuro acceso, ya que todo este
archivo está en proceso de estabilización, catalogación
y digitalización.
17
La mirada inquieta tivas fotografías tienen la potencia, acaso fugaz, de des-
Nunca queda claro qué es lo que define una época, cómo arreglar el presente y también de deshacer el pasado tal
se produce el recorte que la delimita como tal. A veces y como suponemos que ha sido. Al adentrarnos en ellas
puede ser una serie de tiempo; una década, suponga- (toda fotografía reclama un esfuerzo “lector”), podemos
mos. Otras, un acontecimiento histórico o político (en encontrar otras posibilidades de hilvanar hechos, costum-
este caso, el “retorno democrático”). Cada época tiene su bres y figuras, para disolver la consistencia de un presente
signo distintivo: una fecha, un personaje, una lucha. Si la que nos acorrala como unicidad del tiempo y posibilidad
dictadura puede definirse por el icónico Falcon verde, el de vida. La Biblioteca Nacional no solo tiene el deber de
Mundial 78, la Junta Militar o la Guerra de Malvinas, los conservar el tiempo pretérito en todas sus manifestacio-
años ochenta nos ofrecen un haz de imágenes en las que nes culturales (libros, publicaciones periódicas, mapas,
nos situamos para recordar: la asunción de Alfonsín, los folletos, manuscritos, sonidos e imágenes), también tiene
pañuelos blancos de las Madres, el Juicio a las Juntas, la el imperativo ético de difundirlas. Para darlas a conocer
Copa del Mundo del 86, la toma del cuartel de La Tablada, recuperándolas del olvido y para someterlas al arbitrio de
la hiperinflación, los saqueos y la asunción de Menem. la interpretación. De este modo, recreando esos legados, el
Son representaciones fugaces que acuden a nuestra me- mundo puede, entre desgarros y promesas, abrirse a otra
moria cuando repasamos aquellos tiempos. Pero las imá- imaginación crítica con la que podamos preguntarnos de
genes que brotan de un archivo no tienen como destino qué manera volvió aquello cuyo retorno un día nos fue
la obediencia. No siempre confirman aquello que supo- anunciado como tal.
nemos del pasado. Cuando emergen, pueden producir
efectos inesperados. Porque esas indómitas e intempes- Sebastián Scolnik
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19
Voces de
artistas más allÁ
de sus obras
E
La Rosa Blindada, uno de los ditada entre 1964 y 1966 bajo la dirección
de José Luis Mangieri y Carlos Alberto
proyectos editoriales más Brocano, La Rosa Blindada fue uno de los
destacados de la década del proyectos político editoriales más ambiciosos de
los años sesenta. Editorial, revista, librería, dis-
sesenta, puso especial interés en el cográfica, incursionó además en la producción
audiovisual con el corto Los que trabajan (1964),
aspecto gráfico de sus ediciones. de Nemesio Juárez, film que inaugura el cine de
carácter político del periodo. Cada proyecto de La
Así, sus portadas ilustradas Rosa Blindada se alimentaba del entrelazamiento
por los artistas plásticos más entre arte y política: no solo fue una publicación
producida con el fin de intervenir en los problemas
relevantes encarnaron buena políticos de su tiempo, también buscaba debatir las
propuestas estéticas y los problemas de los artis-
parte de las discusiones políticas tas como un elemento inseparable del arte mismo.
Así, su consejo editorial incluyó la participación,
que se reflejaban en las páginas de entre otros, de Juan Gelman, Norma Aleandro,
la revista. Andrés Rivera, Juan Carlos “Tata” Cedrón,
Estela Canto, Octavio Getino, Roberto “Tito”
Cossa, Jorge Onetti, Juana Bignozzi, Julio Huasi,
Eduardo Romano, Oscar Terán, Cristina Banegas
y Fernando “Pino” Solanas. La Rosa Blindada fue
antes que nada una publicación artística y cul-
tural que se sumergió en los debates políticos de
su tiempo sin perder en ningún momento su es-
pecificidad. De ahí el talante ecléctico que puede
presentar en un primer momento si se la compara
con otras publicaciones específicamente cultura-
20
les, políticas o partidarias. Por sus páginas discurrían una
variedad de temas que iban desde la publicación de poemas
hasta el debate sobre la realidad argentina y latinoamericana,
o discusiones de índole estética. Esta variedad de intereses no
aparecía de manera ecléctica, sino que era parte misma de la
identidad del proyecto editorial. En sus páginas se propició el
debate entre John William Cooke y León Rozitchner, tal vez
uno de los más significativos de los años sesenta, que versaba
sobre el papel del sujeto, la revolución, la alienación y las po-
sibilidades políticas abiertas.
El diseño suele ser un aspecto poco estudiado a la hora de
analizar publicaciones: puede revelar influencias, denotar
INVESTIGACIONES
de manera más profunda la propuesta estética de una publi-
cación o las prácticas del grupo más allá de lo volcado en el
papel. Si se toma, por caso, Pasado y Presente, otra de las gran-
des publicaciones de los sesenta, al observar su diseño se ad-
vierte un aspecto similar al de la italiana Quaderni Rossi, un sociales y políticos de su época”. Le siguió Alfredo Gerardo
modo de constatar, a través de las marcas gráficas, la influen- Plank con un tono más personal, pero sin dejar de despachar-
cia teórica que ejerció sobre la revista dirigida por José María se sobre la situación del arte local al cargar contra “los merca-
Aricó. La Rosa Blindada, mientras tanto, carece de editoriales deres, los delincuentes de la expresión artística… marchands,
que puedan dar cuenta de la propuesta general de la revista. críticos y artistas que ayudaron a elaborar la gran mentira
Apenas podemos encontrar algunos textos introductorios y del arte de los últimos años aquí en la Argentina”. Domingo
algunas declaraciones sin autoría. Es por ello que analizar los Onofrio, por su parte, dijo que “el carácter de la pintura actual
aspectos gráficos se vuelve relevante a la hora de caracterizar está determinado por la relatividad y la complejidad que rigen
un proyecto editorial de esa envergadura. casi todas las situaciones humanas. Por ejemplo, las masacres
En sintonía con esta búsqueda de dar visibilidad a las expre- de Vietnam; este hecho no puede dejar de gravitar en los sen-
siones estéticas y políticas de los artistas, la revista aparecía timientos y provocar un estado de rebeldía ante el absurdo de
ilustrada con una creación plástica. La obra ocupaba un tantas vidas truncadas para defender intereses económicos
lugar preponderante en la portada, sin títulos principales o imperialistas”. Y Hugo Monzón, por último, tuvo un talante
secundarios; de esa manera la resignificaban de acuerdo con predominantemente estético al decir que “entre el pintor y la
el contenido de la revista. En los dos últimos números, si bien realidad que lo circunda, cada vez más neuróticamente com-
seguía apareciendo de manera destacada, se añadía un su- pleja, se desliza un delgado esquema que deja de ser cuando se
mario en letra pequeña en la portada. La totalidad de la obra corporiza la estructura sensual y racional que concreta una
se distribuía entre la maqueta de la portada y la contrapor- realidad intuida y trascendente, obra de una experiencia per-
tada, por lo que debían extenderse ambas partes para poder ceptiva e imaginación desencadenante”.
observarla de manera completa. Cada número de la revista También en la editorial, sobre todo en los títulos relaciona-
aparecía reproducido con un color de fondo —que además dos con la poesía, se utilizaron obras para ilustrar tapas de
teñía el logotipo de la revista— y la obra propiamente dicha los volúmenes publicados. Incluso muchos de los artistas que
en negro y tonalidades de grises. En la contraportada aparecía ilustraron la revista aparecieron en libros publicados por la
una foto del artista y una breve reseña biográfica y artística editorial. Incluso en las ediciones fonográficas vemos esta
del ilustrador. Hasta donde se ha podido investigar, la totali- persistencia de usar obras para ilustrar las producciones. En
dad de las obras aparecidas en las portadas de La Rosa Blindada este sentido se destaca la edición del Gallo Pinto, y otros poemas
no fueron realizadas especialmente para la publicación, sino infantiles, relatados por su autor Javier Villafañe, quien además
que son parte de la producción de cada artista. ilustró la tapa del disco.
La primera portada apareció con un grabado de Norberto Sería necesario un estudio pormenorizado de las obras y los
Onofrio. Le siguieron obras de Pablo Obelar, Rubén Molteni, artistas plásticos que participaron en las diversas produccio-
Carlos Giambiagi y Enrique Aguirrezabala. Desde el sexto nes de La Rosa Blindada. Si bien se recuerda a la revista por
número el lugar otorgado a los ilustradores de la portada se sus intervenciones políticas, no hay que olvidar que fue, ante
amplió al incluir una sección denominada “Portada escri- todo, un proyecto de artistas que buscaban incidir en el espa-
ta”, ubicada en la parte final de la revista que, según La Rosa cio político y cultural de su tiempo. Como se ha observado,
Blindada, “brinda un espacio para que los plásticos […] expre- en el caso de la revista, el lugar otorgado a los ilustradores de
sen por escrito algunas de sus opiniones”. Dicha sección la la portada se fue ampliando para darles una voz más allá de
inauguró el pintor Carlos Gorriarena quien expresó, a tono sus obras.
con el espíritu de la revista, “que un pintor debe estar situa-
do en el centro de los acontecimientos artísticos, culturales, Darío A. de Benedetti
21
Cuando el
ilustrador
narra
A
Quienes ilustran libros dedicados lgunos se denominan dibujantes,
otros se definen como ilustradores;
a las infancias comparten con el esta distinción, al menos dentro de las
autor la misma responsabilidad a reflexiones y debates sobre lo que implica el
trabajo que realizan, tiene que ver, entre otras
la hora de aportar sentido al texto. cosas, con que el ilustrador narra y formula se-
cuencias. En todo caso, pese a las diferencias
Así, las imágenes construyen terminológicas, lo más relevante es reivindicar
la jerarquía de las imágenes como un sistema
un lenguaje más que no está que se construye y despliega, como un lenguaje
supeditado por completo a las más que conforma el libro y no como un ele-
mento supeditado por entero a las palabras. Esa
palabras. autonomía entre lenguajes (más o menos relati-
va según el proyecto del que se trate) es también
lo que habilita su conversación, su articulación
y la potencia de aquello que se llama tercer
lenguaje. Retomando su participación en las
I Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil Elsa
Bornemann de la Biblioteca Nacional Mariano
Moreno, conversamos con la ilustradora y do-
cente Mariana Ruiz Johnson, autora premiada
y traducida a más de diez idiomas, le hicimos
algunas preguntas y trazamos diez ideas para
pensar qué es ilustrar.
En la novela Niveles de vida, el escritor Julian
Barnes dice: “Juntás dos cosas que no se ha-
22
bían juntado antes y el mundo cambia”; creemos que en el ajuste o el cambio de planes. Nos apoyamos en el boce-
la producción poética en literatura infantil y juvenil esto to porque nos permite la conversación con el editor o el
es lo que ocurre cuando se vincula el lenguaje escrito y escritor, pero sobre todo con nosotras mismas”. La ilus-
el lenguaje visual —junto a las materialidades específicas tración es singular y plural, íntima y colectiva, conocida y
del libro y las conexiones a veces inesperadas que tejen las también misteriosa. Toda imagen incorpora un modo de
palabras y las imágenes, tanto entre sí como al interior de ver, dice John Berger. Para la autora, “lo hermoso de hacer
cada lenguaje—: articulándose son capaces de ensanchar libros es saber que circularán y llegarán a distintos entor-
los sentidos y las posibilidades de mundo, la imaginación nos, en tiempos y lugares distintos al que fueron creados.
y la lectura (que en el caso de las imágenes es espacial, Y puede que las imágenes queden impresas en la memoria
tiende a ser de izquierda a derecha y de arriba a abajo, emotiva de los pequeños lectores”.
aunque el ilustrador puede guiar esa lectura, manejando Los libros ilustrados favoritos de Mariana son Donde
los pesos visuales y compositivos, las direcciones, los va- viven los monstruos, de Maurice Sendak, y toda la obra
lores y la interacción del color, nos cuenta Ruiz Johnson). de Richard Scarry, cuya influencia se puede observar en
Esto también sucede porque las intenciones no se enfo- parte de su trabajo. De los autores contemporáneos, sigue
can en sobrenarrar la realidad ni en que los lenguajes se de cerca la obra de Jon Klassen.
sobrenarren entre sí. Por el contrario, como dice Ruiz
Johnson, al ilustrar se rememora un estado de asombro
INFANTIL JUVENIL
parecido al de la infancia. Se trata de la potencia de la Decálogo sobre ilustración por Mariana Ruiz Johnson
imagen en cuanto espacio poético: “Las imágenes tienen
un alto poder evocador. La morfología y los colores pue- 1. ilustrar es dejar señales al lector
den despertar sensaciones muy diversas”. 2. Ilustrar es comunicar
El carácter autoral de las obras suele estar históricamente 3. Ilustrar es intuición, juego y maravilla
reservado para quienes trabajan con palabras, pero desde 4. Ilustrar es leer
hace décadas, y con bastante fuerza en las últimas dos, 5. Ilustrar es articular un lenguaje
quienes dibujan e ilustran han manifestado una serie de 6. Ilustrar es narrar
reclamos que apuntan a ser reconocidos como autores 7. Ilustrar es ser autora
(esto puede verse reflejado en cómo aparecen sus nom- 8. Ilustrar es un trabajo y una carrera
bres en las tapas de los libros, cuando aparecen, o directa- 9. Ilustrar es hacer poesía
mente en sus honorarios). Mariana profundiza sobre este 10. Ilustrar es lidiar con el misterio
aspecto: “Quienes ilustramos libros álbum, en los cuales la
imagen y la palabra operan al mismo nivel de relevancia,
compartimos la misma responsabilidad que los escritores María Ragonese
a la hora de aportar sentido, y por eso deberíamos ser Centro de Literatura Infantil y Juvenil Dailan Kifki
considerados con iguales condiciones en los contratos e
igual relevancia a la hora de promocionar el libro. En este
sentido, la figura del editor es fundamental para el buen
desarrollo de un proyecto”. Por otro lado, y siguiendo con
la especificidad del trabajo de quien ilustra, Ruiz Johnson
opina que “hay que desarrollar una voz que nace de un
diálogo hacia adentro y hacia afuera, y se modifica y se
amplifica proyecto a proyecto, pero que es diferente al
trabajo de otros artistas visuales. Muchas veces se trata
de un trabajo por encargo y no es fácil desplegar la voz
personal y artística cuando no me interpela profunda-
mente el texto o el tema con el que estoy trabajando. Así
se construye el oficio. En cada experiencia hay hallazgos
y desaciertos y cada proyecto es como una cuenta de un
largo collar”.
¿Y qué pasa con la instancia de la hoja en blanco? Para
Ruiz Johnson es un primer fantasma a vencer. “Por lo ge-
neral, quienes ilustramos tenemos el texto como respaldo
y el boceto como aliado para matar la hoja en blanco y
avanzar sobre un plan. Cada ilustrador tiene su método
para bocetar. El boceto es el esbozo de una posibilidad, un
ensayo. Permite nadar un rato en la duda, y nos habilita Mariana Ruiz Johnson
23
¡Orden en
la sala!
24
Secretos del arte de la catalogación a partir de una serie de
publicaciones periódicas de la extinta editorial Tor, creada
por Juan Carlos Torrendell en 1916, que llegó a ser de las más
grandes de América Latina.
CATALOGACIÓN
C
onstruida con hormigón armado siguiendo los pa- En la portada podía leerse en grandes letras mayúsculas:
trones del estilo brutalista, la Biblioteca Nacional “Nuevo Magazine Sexton Blake”, su periodicidad quince-
fue diseñada para albergar el acervo de nuestra nal y el número 195 en el lomo. Esa información implica-
cultura nacional. Como si se tratase de un gigantesco em- ba que no estábamos frente a un libro, sino frente a una
balse donde desemboca un río, el edificio recibe, regular- publicación periódica, un recurso continuo. La punta de
mente, cientos de donaciones. El proceso de clasificación un iceberg. A partir de ahí, se podía sospechar que, efecti-
y selección no es una tarea automatizada y sencilla, exige vamente, la Biblioteca contaba con otros títulos similares
la participación de personal especializado de diferentes que no habían sido correctamente catalogados.
áreas y la revisión detallada del material. Pero empecemos por responder qué es una publicación
Muchos se preguntarán qué pautas se cumplen para iden- periódica. Cuando en bibliotecología se hace referencia
tificar adecuadamente los libros en la Biblioteca y qué a los llamados recursos continuos, se hace alusión a publi-
descubrimientos bibliográficos pueden desprenderse de caciones que no finalizan en una fecha específica (como
ese tratamiento. Tomaremos, para ejemplificarlo, la ca- un diario o una revista). Por ejemplo, podemos hablar de
talogación —que tuvo y tiene lugar estos meses dentro de un artículo sobre política en el diario Página/12, una re-
la institución— de una serie de publicaciones periódicas seña en la revista Buenos Aires Literaria o un ejemplar de
pertenecientes a la editorial Tor. cualquier semanario de literatura publicado por Tor, que,
La inmersión en el enigma comenzó cuando desde el sector por alguna razón, amerita tener su propio registro en el
de Bibliografía Nacional se acercaron a Recursos Continuos catálogo. Estas razones pueden variar dependiendo de la
para consultar acerca de El misterio del jugador de fútbol, no- publicación y de la época de la que hablemos.
vela policial escrita por Walter Tyrer. El título en cuestión La investigación posterior ayudó a visualizar la tarea que
poseía un registro mínimo en el catálogo: datos ingresa- había por delante. El enfoque principal se concentró en
dos, probablemente, de forma veloz y sin análisis previo. los semanarios literarios que Torrendell comenzó a publi-
Lo que se debía resolver era si se trataba de un libro o de car a partir de 1930. Fue una labor lenta, casi de hormiga.
una revista, porque de esa decisión dependería la forma y el El grueso del material había sido ingresado ejemplar por
método en que ese material sería catalogado. Menudencias ejemplar. Para que se comprenda: nada relacionaba esas
de bibliotecología, pero gracias a las cuales los usuarios que revistas entre sí dentro del sistema de búsqueda del ca-
asisten a la Biblioteca pueden hallar lo que buscan dentro de tálogo de la Biblioteca. Hasta ese momento habían sido
un edificio que alberga millones de volúmenes. considerados libros individuales, no parte del inventario
25
de una colección mayor. Fue aquí donde colisionaron las a un autor extranjero, en realidad, habían sido escritas
prioridades. El objetivo fue unificar esos títulos perdidos por un escritor local; que una novela con un título forá-
en sus respectivas colecciones y, a través de la dilucidación neo, en verdad, se trataba de una novela de la que solo se
de los seudónimos y de las identidades de los misteriosos había mantenido el título original, pero cuya redacción
autores, reunir el material que estaba disperso en la vía había corrido por manos del traductor o que tal título
láctea del inventario de la institución. Los registros ya pertenecía a otra novela y su contenido se había reservado
cargados no se borran: se reutilizan. para un volumen impreso más adelante. En resumen, un
La pregunta que se decantó en la búsqueda fue: ¿quiénes auténtico y caótico popurrí de decisiones editoriales que
era n estas personas con mú ltiples seudón i mos? son casi imposibles de rastrear hasta sus orígenes, por su
Lamentablemente, poco y nada sabemos de las verdade- naturaleza, al parecer, azarosa y por momentos irracional.
ras caras detrás de los libros que creíamos traducciones Uno de los traductores más prolíficos de la editorial fue
o de esos volúmenes urdidos ex profeso por la editorial, el ubicuo Alfonso Quintana Solé. Se trató de un autor
adjudicados a escritores extranjeros que nunca llega- español, nacido en Barcelona en 1902, que emigró de
ron a saber cuánto creció su caudal bibliográfico en la joven a la Argentina. Escribió muchas de las novelas apó-
Argentina. Collages sin sentido y títulos inventados a lo crifas de Tarzán para Tor, en su vertiente más delirante,
largo de los años, que les permitieron a los editores reci- pero su fuerte fue siempre la llamada novela rosa. Para
clar, una y otra vez, durante décadas, las mismas novelas. la Biblioteca Mi Novela se encargó de “traducir” un co-
Estos caprichos formaron parte de los mecanismos comer- pioso número de obras atribuidas a M. Delly, nombre de
ciales a los que recurrió la editorial para vender sus libros. pluma de los hermanos franceses Jeanne-Marie y Frédéric
Las colecciones, muchas veces, se sostenían gracias a la fama Petitjean de La Rosière, quienes fueron los escritores más
de un nombre. En los años treinta, anunciaron la impre- arquetípicos de la novela romántica, conocida en francés
sión de una serie de volúmenes atribuidos a un fenómeno como littérature de gare, porque eran libros que se adqui-
literario llamado Walter Morrow, supuestamente un autor rían y leían en las estaciones de trenes o autobuses.
británico de dilatada fama que escribía aventuras para todos La colección Biblioteca Mi Novela comenzó en 1931 y
los gustos. Ese nombre de pluma había sido creado por Tor concluyó sus andanzas a finales de la misma década.
para unificar una serie de novelas que eran, en realidad, tra- En los años cuarenta, se refrescó el catálogo y surgió
ducciones de diferentes autores que se publicaban dentro del la Biblioteca Ensueño de Amor. A diferencia de la co-
exitoso semanario inglés Boy’s Magazine. Otro recurso fue lección anterior, donde se señalaba la autoría de M.
continuar una serie cuando el stock extranjero se acababa. Delly, en esta solo figuraban los títulos. Todos los que,
Lo hicieron con las aventuras de Tarzán y con las novelas años antes, habían aparecido como “traducciones” de
policiales de Mister Reeder. Por lo que, a la hora de sentarse Quintana Solé. Incluso el sello editor se transfiguró
a examinar los ejemplares, la evaluación se realizó con un detrás de la llamada Agencia Distribuidora de Revistas
ánimo inquisitivo y nada crédulo. Argentinas (ADAR).
En poco tiempo, se descubrió que muchos títulos no coin- En la década del cincuenta, Tor volvió a hacer un lava-
cidían con los originales, que peripecias atribuidas a tal do de cara y salió al mercado con una colección titu-
personaje, en realidad, eran de otro; que obras adjudicadas lada Crisálida, en cuyo interior podía leerse, como en
26
Biblioteca Mi Novela, Serie Delly. Alfonso Quintana tuvo original. Y la lista continúa en los siguientes números,
el honor de firmar todos los ejemplares y, esta vez, se le con ligeras variantes. Por ejemplo, se encuentran títulos
reconoció la autoría de las obras que, en Biblioteca Mi que coinciden, pero en los que cambian los argumentos
Novela, habían sido atribuidas a los hermanos La Rosière. y, en otros, se mantienen los títulos, pero se suplantan los
Los textos, en ocasiones, eran resumidos o mutilados. nombres de los autores.
Pero ¿qué importaba? Las generaciones se renuevan y Otro caso curioso se encontró dentro de la llamada Serie
los lectores pasan. Para fines de la década del cuarenta, Magistral de Edgar Wallace, una subcolección que se
Quintana emigró a Brasil donde, según algunos, continuó publicó a mediados de los años cuarenta, dentro de la
colaborando esporádicamente con la editorial. vasta Colección Misterio. La novela en cuestión se tituló
El ordenamiento de los recursos bibliográficos permitió Veneno chino y contaba con el rimbombante subtítulo de
también descubrir una serie de decisiones curiosas dentro Sensacionales novelas de aventura y misterio por Ralph Carver.
de la colección del Magazine Sexton Blake (título que varió Indagando en sitios especializados y en fuentes biblio-
no pocas veces durante sus 722 números). En junio de 1941, gráficas se descubrió que el autor no existía. Elucubrando
se publicó Los millonarios desaparecidos, número 586, con tra- que podía tratarse de un autor apócrifo, se optó por bus-
ducción de Natal Alberto Rufino. La autoría fue atribuida car el título y diferentes traducciones, pero tampoco
a Allan Blair. Sin embargo, una búsqueda de las fuentes hubo suerte. Finalmente, se dio con la solución. Al reco-
originales condujo al volumen The missing millionaire que no rrer el texto de la obra en busca de alguna otra pista, se
fue escrito por Allan Blair, sino por Hal Meredeth. halló que el protagonista era conocido con el apodo de
La trama de esta novela no tiene relación alguna con la Pez Chino. El capitán Sauvin, alias el Pez Chino, era un
que publicó Tor. En esta ocasión, vuelve a traer al detec- agente secreto creado por el autor galo Jean Bommart.
tive británico a la Argentina, para perseguir al bandido Ante lo cual, se intuyó que, si bien la traducción de la
Álvarez, quien se instala con sus secuaces en Santa Rosa, novela era correcta, para el título decidieron tomar la
La Pampa, para malvivir del botín que había reunido tras forma del inglés: poison (veneno) en lugar de poisson (pez),
sus latrocinios. Si seguimos la lógica de trabajo de la edi- más impactante y menos confusa a los ojos de un lector
torial, lo más probable es que la escritura de esta novela desprevenido. El registro bibliográfico hoy da cuenta de
haya caído en manos de Natal Rufino. Se trataba de un ex- toda esta información.
perimentadísimo traductor y periodista argentino, nacido Los sistemas de búsqueda de la Biblioteca Nacional no
en 1888 en Capital Federal, que colaboró con la editorial solo permiten encontrar un libro, también sirven para in-
prácticamente desde su fundación. Dada su experiencia dagar sobre sus autores y las relaciones que estos tuvieron
como periodista y su conocimiento de los autores que con las colecciones y editoriales que los albergaron. Los
volcaba al castellano, no es insólito que haya encarado registros analíticos que todos los usuarios pueden con-
la escritura de algunos volúmenes, en el caso de que, por sultar en nuestro sistema pretenden facilitar esos encuen-
razones de fuerza mayor, se hubiesen presentado dificul- tros. En la actualidad, los libros reseñados en este artículo
tades para adquirir el material en el extranjero. están a disposición del público, para su lectura.
En el número siguiente, el 587, titulado El libro robado, fir-
mado por G. A. Teed, tampoco es posible ubicar el título Morena Fournier y Mariano Buscaglia
27
28
Compilada por primera vez en formato libro, la Biblioteca
Nacional acaba de editar en su colección Papel de Kiosco
la historieta Don Pascual del dibujante argentino Roberto
Battaglia, que fuera publicada originalmente entre los años
1945 y 1962 en las páginas de la revista Patoruzito. Cumbre
del humor y de la historieta cómica, las aventuras del
almacenero Don Pascual y sus numerosos amigos son parte
de la cultura popular argentina y están vivas en la memoria
de muchas generaciones de lectores.
HISTORIETA
E
s propio de las historietas nacidas y crecidas en los Por ejemplo, cuando apareció Popeye the Sailor en el muelle
medios periódicos (¿dónde, si no?) la capacidad de del Thimble Theatre de Segar, no era sino un personaje más
mutar, de convertirse a veces de manera casi im- que asomaba en la tira; del mismo modo, cuando el tehuel-
perceptible —como el cambio del color de los palacios en che ingenuote, gritón y pintoresco bajó del tren patagónico
el célebre relato borgiano— en otra cosa diferente de la y se encontró con su azorado padrino porteño y canche-
que eran o —suponían que— querían ser. Suele, saluda- ro, no era todavía Patoruzú, sino un personaje secundario
blemente, pasar. puesto ahí para la joda y la burla grotesca. Poco después el
marinero adicto a la spinach se comió para siempre la tira
con Olive Oil, su flaca pareja; y el indio copó la historieta,
se subió al título y al histórico, homérico protagonismo. Y
lo mismo que a Segar y a Quinterno, le pasó a Caloi décadas
después: cuando el rayado engendro inclasificable, enjaula-
do en el tranvía del efímero Bartolo, profirió su primitiva
onomatopeya “¡Piii!”, no había indicios que llevaran a su-
poner que se independizaría hasta convertirse en el locuaz
Clemente, patrón del escenario durante décadas.
Es decir: esos liderazgos no estaban previstos, pero al
calor de la entrega seriada, del interés del público y del
despierto creador, se desarrollaron. Y cómo.
En el caso de esta memorable creación de Roberto
Battaglia para Patoruzito, pasaron años y miles de despre-
29
juiciadas peripecias hasta que las más o menos convencio-
nales anécdotas de Mangucho y Meneca se convirtieron
en el delirio desatado de Don Pascual. Alrededor de su
almacén, en realidad.
Si el aparente modelo original o disparador eran tiras “de
parejas infantiles” como la Nancy de Bushmiller (Periquita
y Tito, para nosotros) o Pelopincho y Cachirula, del inclasi-
ficable Fola, pronto Battaglia rompió el molde esquemático,
activó los personajes secundarios y —sobre todo— hizo del
ámbito del almacén una verdadera caja de sorpresas, una
usina de situaciones nuevas y disparatadas, un escenario
para el desfile de freaks mientras se daba todos los permisos
(de historia y de dibujo) para las audacias del absurdo.
De ahí que aquella historieta semanal para niños (en una
revista específicamente pensada, desde la portada, para
chicos) con situaciones autoconclusivas propias del deve-
nir barrial cotidiano se convirtiera, en sus últimos años
de esplendor, en una insólita tira de aventuras fuera de
toda regla y contención espacio-temporal, dentro de una
revista rediseñada (exigencia de los tiempos y la compe-
tencia) para todo público, desde la tapa.
El sistema de complicidades tácitas con el lector (referen-
cias, alusiones, citas a la política o lo social) que da marco
y hace posible la explosión creativa de Don Pascual es
simple y complejo a la vez: todo vale. La saludable “inco-
rrección” que hoy sería objeto de cancelación automática
dispara todo el tiempo para todos lados, y un dibujo que Durante diecisiete años y con una periodicidad semanal, la
ha incorporado el vértigo de la animación cinematográ- obra de Roberto Battaglia formó parte, desde un principio
fica no se detiene jamás: en Battaglia los cuerpos tienen (11 de octubre de 1945), de la publicación creada por Dante
una materialidad caricaturesca brutal (curvas, dientes, Quinterno que impuso un modelo de cómo, por qué y para
pelos, deformaciones) y son objeto, como el habla y las qué llevar adelante revistas de historietas para todos los
costumbres convencionales, de un tratamiento de shock. públicos. Porque Patoruzito combinaba maestros de la his-
Después de Don Pascual, el absurdo y la imaginación torieta “seria” como Alberto Breccia y su Vito Nervio, Alex
creativa —sin perder nada de enclave y repercusión po- Raymond y su Flash Gordon, Raúl Roux con Fierro a Fierro o
pular— no debieron pedir permiso para salir del barrio José Luis Salinas con Hernán el Corsario, entre tantos otros,
con saludable destino desconocido. con series humorísticas para chicos como Patoruzito de
Quinterno, El Gnomo Pimentón de Oscar Blotta, Langostino
Juan Sasturain de Eduardo Ferro y Don Pascual de Battaglia.
Gracias al aporte de coleccionistas y al trabajo de digi-
talización y tratamiento de imágenes del personal de la
Biblioteca Nacional, se pudo llevar adelante la restaura-
ción de 852 páginas (tiras) que componen el cuerpo prin-
cipal de la historia de Battaglia que comenzó llamándose
Mangucho y Meneca (1945 a 1954), luego Mangucho ¡con
todo! hasta tomar el nombre por el que los lectores lo
recuerdan: Don Pascual. El trabajo de investigación y res-
cate estuvo a cargo de Lautaro Ortiz, quien contó con la
colaboración imprescindible de un grupo de lectores y
estudiosos de la obra de Battaglia e invitó a formar parte
de la edición a Pablo De Santis, Judith Gociol, Miguel Dao,
Antolín Olgiatti, Carlos A. Altgelt y Miguel Estévez, quie-
nes contribuyeron con textos y ensayos a enmarcar en
la historia popular argentina vida y obra de un dibujante
excepcional como es Roberto Battaglia.
30
¿Quién fue Roberto Battaglia?
Roberto César Battaglia nació en el barrio porteño de Villa
del Parque el 17 de febrero de 1923. Comenzó a traba-
jar en medios gráficos a comienzos de los años cuarenta,
destacándose en las revistas Cascabel, Bichofeo, Patoruzú,
Patoruzito y en diversos diarios, siendo Crítica el más im-
portante. Fue precisamente en las revistas de la editorial
de Dante Quinterno donde creó tapas, historietas y series
de humor gráfico como Orsolino director, María Luz, ¡Nos
tientan!, Motín a bordo y Mangucho y Meneca, que en sus
últimos años pasó a llamarse tal como hoy se la conoce:
Don Pascual, su máxima creación. A fines de la década de
1950 decidió probar suerte como dibujante en los Estados
Unidos y se radicó en ese país. Durante algún tiempo si-
guió enviando sus trabajos por correo a los medios argen-
tinos hasta que un día sus amigos dejaron de tener noti-
cias suyas. Nació así el misterio del dibujante que renunció
a todo. Con el paso de los años, las versiones se multipli-
caron; algunos aseguraron que trabajaba como empleado
en una farmacia, otros como chofer de colectivos y otros
afirmaron que era empleado en una pinturería. Lo único
cierto fue la noticia de su muerte, el 21 de junio de 2006.
Su cuerpo está enterrado en el cementerio católico Saint
Elizabeth Ann Seton Columbarium en Whiting, condado
de Ocean, Nueva Jersey.
31
Los papeles
de AnÍbal
Ford
Entre la docencia, el trabajo
editorial y la política, la ¿ Es posible pensar y comprender una época a
través del relato de una vida? Hay historias
que son personales y únicas pero que tam-
bién dan cuenta de tramas colectivas en las que
trayectoria intelectual de Ford dejan sus huellas y que, a la vez, dan sentido a
puede rastrearse en el fondo sus acciones. Historia y biografía o biografías
en la historia que pueden ser reconstruidas a
documental que su familia donó a partir de archivos personales. Papeles y docu-
mentos donados por la familia de Aníbal Ford
la BN en 2010. (1934-2009) a la Biblioteca Nacional en 2010, y
desde entonces preservados en el fondo docu-
mental que lleva su nombre, invitan a recons-
truir una trayectoria vital y una actuación inte-
lectual central de la historia política y cultural
argentina del siglo XX.
Eg resado de la ca r rera de L et ra s de la
Universidad de Buenos Aires en 1961, Ford
trabajó desde entonces en ámbitos del mundo
de la cultura. Docente, editor, escritor, militan-
te político e investigador, fue protagonista del
campo intelectual de los años sesenta y seten-
ta en Argentina. A través de la producción de
conocimiento acerca de la cultura popular se
constituyó en una figura de referencia en los
estudios sobre comunicación y cultura que im-
pulsaron la creación de la carrera de Ciencias
de la Comunicación en la Facultad de Ciencias
Sociales de la UBA en 1985.
32
En 1961 ingresó a la Editorial Universitaria de Buenos
Aires (EUDEBA) como colaborador del gran editor Boris
Spivacow, y consolidó el oficio en el Centro Editor de
América Latina. En el CEAL, Ford tuvo un rol central en
la creación y organización de colecciones temáticas, que
en ese entonces alcanzaron gran difusión y que constitu-
yen hoy obras emblemáticas de la literatura y la divulga-
ción cultural.
Al mismo tiempo, comenzó a desempeñar tareas docentes
en espacios formales y no formales. Ejerció la docencia
para adultos y la docencia universitaria, y en ambas ins-
tancias puso en práctica conocimientos, saberes y expe-
riencias derivados de su participación en ámbitos cultura-
les y políticos, y de la relación que fue forjando con pares
como Jorge B. Rivera y Eduardo Romano, con quienes
compartió la pasión por el periodismo, la literatura y el
estudio de la cultura popular. Ford dictó cursos y cursi-
llos nocturnos, participó de actividades promovidas por
redes estudiantiles y docentes de universidades nacionales
y tuvo un rol protagónico en la reformulación de la carre-
ra de Letras de la UBA en 1973.
¿Qué dice el archivo sobre la vida y la trayectoria
intelectual de Aníbal Ford? Los materiales preservados
incluyen documentación personal, notas de trabajo, es-
quemas de proyectos, informes, borradores, escritos
originales, diferentes versiones de un mismo texto, pro-
gramas de materias, apuntes de clases, propuestas de catá-
logos, dibujos y una frondosa correspondencia. La diver-
sidad y riqueza de los documentos permiten reconstruir
no solo el itinerario intelectual de Ford, sino también el
circuito de sociabilidad en el que generó relaciones con
otros intelectuales, ideó o participó de proyectos colecti-
vos y fue construyendo su propia obra en una etapa his-
ARCHIVO
tórica signada por la rica y compleja articulación política
del mundo intelectual.
Los papeles mecanografiados, manuscritos, con letras de
diferentes colores de tinta, en hojas blancas, membretadas
o cuadriculadas aparecen como soportes de las ideas re-
currentes en Ford durante aquellos años. Tres preguntas
sueltas en una página condensan preocupaciones e inte-
reses: “¿qué es la literatura?, ¿por qué le gusta a uno leer?, Frente a lo que llamaba “humanismo abstracto”, Ford
¿qué capta uno?”. Texto, autor y lector son componentes propuso el estudio de la “realidad concreta”; ante las
de una tríada que configura una concepción de la litera- concepciones tradicionalmente dominantes en el campo
tura fuertemente anudada a la política y a su tiempo histó- de las letras, impulsó el estudio de los géneros literarios
rico. Asimismo, las cartas enviadas y recibidas muestran considerados menores; contra las versiones depuradas y
las redes de relaciones y contactos que lo unían a otras elitistas de la cultura, se dedicó a la investigación de las
figuras intelectuales argentinas y de diferentes países de expresiones populares. En las diversas actividades en las
América Latina. A través de ellas se pueden reconstruir que participó o promovió, asumió tareas que respondían
las formas materiales que adquirieron los procesos de a una concepción política de la producción cultural, ta-
circulación de ideas y textos en un período marcado por reas que contribuyeron a dar forma, según sus palabras,
la consolidación de un público lector, atento tanto a la a “ese texto mayor que fuimos construyendo en medio de
literatura como a las ciencias sociales, y de una rica red de enormes crisis y del cual nadie es dueño”.
contactos que animaban la vida cultural latinoamericana,
atravesada por la radicalización político ideológica y la Cecilia Gascó
represión de las dictaduras. Beca de investigación “Archivos de la BNMM”
33
NOVEDADES
Colección de
Par en Par
Esta publicación contiene dos escritos fundamentales “Todo en Río es colorido y todo es mucho”, declara Hebe
para pensar la conformación de nuestra nación y su vín- Uhart, desbordada por el movimiento constante, el ruido
culo indeleble con las culturas y las luchas indígenas pre- ambiente, mareada por el calor, la playa, los bailes. La vida
cedentes. Por un lado, El dilatado cautiverio bajo el gobierno en Río es tan intensa que ella no puede evitar verse en-
español, un folleto publicado en Buenos Aires alrededor vuelta en esos tumultos que “hacen que uno se sienta un
de 1823 por Juan Bautista Tupamaru, medio hermano de cuerpo participando de algo corporativo, grupal”. Si en
Túpac Amaru II, el soberano inca ejecutado por los espa- la visión de Domingo F. Sarmiento prima la exclusión de
ñoles en 1781, luego de liderar las revueltas indígenas en el quien se siente fuera de algo que lo fascina y supera, en
Perú. Este texto narra los tormentos sufridos por el único Uhart es invitación a la fiesta de los sentidos, a formar
miembro de la familia del revolucionario que sobrevivió parte de manera involuntaria pero dichosa de las compar-
los juicios, las torturas y el encarcelamiento, posterio- sas de carnaval. Más de un siglo y medio separa el texto
res a la rebelión, en un padecimiento que duró cuarenta sobre Río de Janeiro que Hebe Uhart publicó en Viajera
años hasta su llegada a Buenos Aires en 1822. Por otro, crónica (2011) del que Sarmiento incluyó en sus Viajes en
Juan Bautista de América. El rey inca de Manuel Belgrano, Europa, África y América (1849). Sin embargo, en las imá-
de Eduardo Astesano. Publicado inicialmente en 1979, genes que cada uno construye de la ciudad carioca hay
se trata de un libro que contribuye a la construcción de puntos de interés comunes y una cierta mirada cautivante
un revisionismo americanista con un fuerte componente y desprejuiciada que más que describir la ciudad, la llena
indigenista, reivindicatorio de las culturas originarias al de interrogantes.
trazar una relación entre diferentes momentos históricos:
desde el planteo de un protosocialismo incaico, pasando
por el “sistema social solidarista” de las reducciones je-
suíticas, los levantamientos de Túpac Katari y de Túpac
Amaru, hasta llegar a la Revolución de Mayo y la propues-
ta de instaurar en América una monarquía constitucional
incaica con sede en Cuzco, para la cual la figura de Juan
Bautista Tupamaru resultaba central.
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EDITORIALES
Colección
Quelonios. Serie
Otros Cuentos
EDICIONES BN
Unidos encaró ese conjunto de tareas con el fuerte impul-
so de su primer director, Carlos “Chacho” Álvarez, y con
las plumas de autores como Mario Wainfeld, Horacio
González, Arturo Armada, Alcira Argumedo, entre muchos
otros protagonistas de las discusiones de aquellos años.
La Biblioteca Nacional presenta esta antología de artí-
culos con el ánimo de rescatar una expresión mayor de
un tiempo aún cercano en la vida pública argentina, en Bicicleta
que la política se discutía, en un sentido decisivo, en las Hernán Ronsino
grandes revistas de ensayo y opinión. Esa época parece
haber pasado, quién sabe si acaso para siempre. Lo que no Juanjo teme a las bicicletas más que a nada en la vida. Pero
puede pasar es el tipo de compromiso lúcido, colectivo y la pequeña Lucía lo hará desafiar todos sus terrores.
público con la crítica de la realidad, con la revisión de los
legados del pasado y con la impugnación de las miserias
del mundo.
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CENTRO LIJ DAILAN KIFKI
Recomendación Rescate
Vida de un lápiz Libros que muerden:
Nicolás Schuff y Martina Trach
Literatura infantil y
Limonero
juvenil censurada
En el libro álbum Vida de un lápiz, de la editorial independiente
Limonero, el escritor Nicolás Schuff y la ilustradora Martina Trach durante la última
tejen una narrativa sobre el destino y la casualidad que es al mis-
mo tiempo una historia de aventuras y de viaje compuesta de dictadura cívico-
una sucesión de pequeñas historias que acompañan el trayecto
del lápiz del título, que pasa de mano en mano entre diferentes militar
personas y conecta vidas de manera azarosa e inesperada.
El modesto lápiz emprende un increíble viaje desde Canadá has-
Gabriela Pesclevi
ta Buenos Aires, y se convierte en mucho más que una herra- Ediciones Biblioteca Nacional
mienta para dibujar y escribir. Su origen (un ser vivo, un cedro)
parece atarlo desde el comienzo a las necesidades esenciales En 2014, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno publicó Libros
de la vida. Es un compañero leal en situaciones inesperadas, que muerden, una investigación colectiva del Grupo La Grieta
y también se transforma en una guía para la libertad, la cons- de La Plata. Este proyecto, liderado por Gabriela Pesclevi, se
trucción del pensamiento y la expresión creativa a medida que centró en la recuperación de publicaciones para niños y jóvenes
cambia de dueño y expande sus funciones: subrayar, escribir, que fueron censuradas en el marco de la Operación Claridad,
trazar planos, dibujar. parte del plan sistemático de represión en el ámbito cultural y
El lápiz también es el punto de encuentro entre el lenguaje visual educativo de la última dictadura. Inicialmente, se presentó con
y el lenguaje escrito, y el texto y las ilustraciones (hechas “a lá- una docena de libros en el 30º aniversario del golpe de Estado,
piz”) impulsan la narrativa a través de un diálogo vibrante y fruc- y ha crecido desde entonces; alberga ahora más de cuatrocien-
tífero, y ofrecen al lector (infantil, pero por qué no al adulto) una tos ejemplares que incluyen manuales escolares, enciclopedias,
experiencia única y dinámica que también recupera la escritura a cuentos y novelas prohibidos, secuestrados y retirados de circu-
lápiz en estos tiempos de protagonismo de los medios digitales. lación entre 1976 y 1983.
El libro, dividido en cuatro partes y con una propuesta estética
e ilustraciones que lo acercan a los libros infantiles y a los ma-
nuales escolares más contemporáneos, es el resultado de esta
investigación exhaustiva e incluye una gran variedad de docu-
mentos y enunciados (recuentos y fragmentos de libros, biogra-
fías, ilustraciones, recortes periodísticos, copias de los decretos
oficiales, tapas de libros, análisis de obras, fotografías, glosarios,
fragmentos de entrevistas y comentarios de lectores multigene-
racionales), pero también es un artefacto lúdico y participativo
que invita al diálogo y al encuentro, y nos permite repensar ver-
sos, narrativas, vidas y la historia de nuestro país.
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“Solo secretos guardo"
Poemas de Pol Guasch
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Ganadores del Concurso de Becas de Investiga-
ción 2023 “Hebe de Bonafini”
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XXXIV Asamblea General de ABINIA
Del 17 al 20 de octubre de 2023, la Asociación de de Argentina) Héctor Orestes Aguilar Cabrera (agregado
Estados Iberoamericanos para el Desarrollo de las cultural de México en Argentina) y Saribeth Gutiérrez (en-
Bibliotecas Nacionales de Iberoamérica se reunió en cargada de Negocios de Panamá en Argentina).
asamblea en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. En el contexto de este encuentro se llevaron a cabo las
Estuvieron presentes de manera presencial y virtual siguientes conferencias magistrales:
directoras y directores de bibliotecas nacionales ibe- • Preservación digital. Enduring Access: Principles and
roamericanas: Adriana Martínez Villalba (Colombia, Approaches to Digital Preservation, a cargo de Trevor
virtual), Ana Santos Aramburo (España), Célida Ál- Owen (Library of Congress). Moderó Isabel Galina (Bi-
varez (directora técnica de la Biblioteca Nacional de blioteca Nacional de México).
República Dominicana, virtual), Elsa Rapetti (subdi- • Archivo e Inteligencia Artificial: memoria social para
rectora, Argentina), Ilonka Ixmucané Matute Iriarte repertorios futuros, a cargo de Diego Ferreyra (Centro
(Guatemala), Javier Ortiz (Paraguay), Jorge Enrique Argentino de Información Científica y Tecnológica CAI-
Berrueta Simancas (director del Instituto Autónomo CYT).
Biblioteca Nacional y Servicios de Bibliotecas de Ve- La transmisión en vivo fue hecha a través del canal de
nezuela), Juan Sasturain (director, Argentina), Katia YouTube de la Biblioteca Nacional, desde donde hoy
Flor (Ecuador), Laura Rodríguez (Costa Rica), Ma- puede accederse a las conferencias.
ría Magela Brenes (Panamá), Máximo Pacheco Ba-
lanza (director del Archivo y Biblioteca Nacional de
Bolivia, virtual), Omar Valiño Cedré (Cuba), Pablo
Mora Pérez Tejada (México), Soledad Abarca de la
Fuente (Chile), Suely Días (directora ejecutiva de la
Fundación Biblioteca Nacional de Brasil), Valentín
Trujillo (Uruguay, virtual), Cecilia Grisel Hernández
Vargas (México y secretaria ejecutiva de ABINIA),
Gabriela Ayres (coordinadora general del Centro
de Procesamiento y Preservación de la Fundación
Biblioteca Nacional de Brasil), José Luis Bueren (di-
rector técnico de la Biblioteca Nacional de España) y
Carolina Muñoz (líder Alianzas y relaciones interins-
titucionales de la Biblioteca Nacional de Colombia,
virtual). Además, contó con la presencia de Patricia
Flores (administrativa SEGIB, virtual) y Adrián Bus-
tos (community manager de ABINIA, virtual) y los in-
vitados especiales Tristán Bauer (ministro de Cultura
N° 36 - Año 2023 | Distribución gratuita | ISBN 2525-0957
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Affair: 50 años
The Buenos Aires