FUNDAMENTOS DE PEDAGOGÍA
COMENTARIO 1
Javier Pérez Jiménez
TESIS
La educación musical y sus diferentes metodologías.
RESUMEN
Este artículo pretende ofrecer un panorama global de los métodos musicales más
destacados del S.XX, por diferentes pedagogos. La mayoría de estos grandes maestros de
la pedagogía musical han plasmado sus enseñanzas en publicaciones que deberían ser de
lectura obligatoria durante los años de formación de los futuros docentes para tener una
comprensión perfecta de los principios en los que se basa. Actualmente, los futuros
maestros finalizan sus estudios con un serio conocimiento de estas metodologías, que
exigen una impregnación profunda a través de la propia práctica directa. Conocer una
metodología significa haberla vivo en uno mismo, tener una serie de criterios que
permitan usar los diferentes recursos aportados por las mismas en las situaciones
adecuadas y con espíritu crítico, pero cuidando la unidad y la coherencia de la actividad
docente. Este artículo ofrece una visión general de las diferentes posturas de obligado
conocimiento y utilización en la formación del maestro de música, a la vez que
recomienda la lectura de las obras publicadas por los grandes pedagogos.
Un aspecto común a estas metodologías es que buscan transformar la instrucción musical
en educación musical para todos, no solamente para los más dotados. Todas estas
metodologías ponen su atención en el niño y en el aprendizaje de la música como un
lenguaje y no como un sistema de códigos preestablecidos. Además, se citan siete
pedagogos con sus respectivos métodos.
El método Dalcroze, consiste en el descubrimiento del movimiento corporal como factor
esencial para el desarrollo rítmico del ser humano. Estableciendo que, para desarrollar
esta rítmica intrínseca, es necesario la adquisición de una serie de automatismos que
permitan al individuo un autocontrol sobre las reacciones fisiológicas de su propio cuerpo
en la práctica musical, logrando un dominio de estos reflejos mentales y musculares.
Por otro lado, el material empleado en este método puede ser variado (aros, pelotas,
pañuelos...) aprovechando todo el espacio del que se dispone, más allá de la práctica con
el instrumento o atender a la clase.
El método Orff, consiste en el descubrimiento del valor rítmico y expresivo del lenguaje
hablado y su relación con el lenguaje musical.
Orff establece que para llevar a cabo esta formación melódica se han de emplear
canciones infantiles del folklore autóctono. Para organizar los diferentes sonidos y
alturas, propone comenzar con la escala pentatónica, luego el modo mayor y el menor.
Además, establece que estas canciones trabajadas con los niños se deben acompañar con
percusión corporal y/o instrumentos variados. Siendo el piano el principal
acompañamiento de estas canciones.
El método Ward, consiste también en el descubrimiento y la valorización del aspecto
vocal y de la expresividad y flexibilidad rítmico-melódica. En relación con la altura y
notación de las distintas notas musicales, primero se cifran del 1 al 7 empezando por el
“do” y marcándolas con un punto si sobresalen de esta serie principal, para luego
transcribirlas al pentagrama. Para la entonación se emplea la sílaba “nu”. El ritmo, se
estudia de forma separada y luego se combina con la altura de las notas.
En cuanto a Kodàly, su método consiste en la utilización del propio folklore como punto
de partida del aprendizaje del lenguaje musical.
En este método es fundamental el desarrollo vocal, siendo característico de este sistema
la utilización delo “do móvil” o lectura relativa, fononímia o representación gráfica de las
alturas mediante las manos.
El método Suzuki, consiste en la adaptación y funcionalidad del aprendizaje de la música
al instrumento que el niño está manejando, de tal manera que se aprende por imitación,
es decir, primero escuchando y luego copiando por imitación.
A pesar de tratarse de una enseñanza individualizada, es importante la interacción entre
los padres, el profesor y el alumno, asistiendo los padres a las clases para ayudar a sus
hijos al estudio en casa siguiendo las indicaciones que ha pautado el profesor,
desarrollando de esta forma, la autonomía del niño.
El método Martenot, se basa en la importancia de la relajación corporal y la respiración.
Siendo esencial la educación auditiva y trabajándose aspectos como la improvisación
melódica, la imitación y reproducción de intervalos, duraciones, reconocimiento de
timbres y la audición de intervalos armónicos. Por otro lado, emplea el sol como sonido
“inicial”, ubicándolo en el pentagrama sin clave y trabajando a partir de este.
El método Willems, está relacionado con la inseparabilidad de toda pedagogía de una
psicología general y evolutiva.
Willems divide en distintos grados el aprendizaje musical, partiendo del principio que
cualquier persona posee en sí misma de los elementos para acercarse a la vida musical.
Por último, en este artículo se cita a Schafer y John Paynter, que hacen uso de lenguajes
propios de la música contemporánea desde el inicio y destacan el desarrollo de la propia
creatividad y la escucha múltiple.
OPINIÓN
Nosotros como músicos y como sociedad debemos estar en continuo aprendizaje
evolucionando a nuevas formas de asimilar conceptos que tradicionalmente se han
transmitido de la misma forma sin tener en cuenta las características de cada músico,
provocando en muchos casos dejadez o la desvinculación de la vida musical.
Es por esto, que la implementación en edades tempranas de los métodos citados
anteriormente sería de gran ayuda para aumentar la motivación de los músicos del futuro
ya que, mediante el trabajo de los distintos parámetros de las esferas cognitivas del
alumnado mencionadas en el artículo, sería mucho más fácil el avance de la capacidad y
madurez musical del alumnado en etapas más avanzadas de su carrera musical.
Facilitando una base de conocimientos y actitudes musicales, sobres las que construir
conceptos musicales más complejos en el futuro.