Religión, Política y Educación en Colombia
Religión, Política y Educación en Colombia
Religión, política y
HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local ISSN: 2145-132X [vol 3, No .6] julio - diciembre de 2011
educación en Colombia.
La presencia religiosa
extranjera en la consolidación
del régimen conservador
durante la Regeneración
Resumen
El texto interpreta el contexto institucional y gubernamental a partir del cual se
instaura el Concordato en Colombia en la segunda mitad del siglo XIX. Explica el
papel de la Iglesia sobre la enseñanza de la educación y la llegada de órdenes reli-
giosas extranjeras al país, en especial la congregación francesa de los padres Eu-
Abstract
The article explains the institutional and governmental context from which, in the
second half of the 19th century, the Concordat in Colombia is established. It also
explains the role from the Church about the education teaching and the arrival to
the country of foreign religious orders, especially the French congregation from
the Eudist Fathers. The central objectives from the conservative party’s govern-
ments and foreign religious congregations are the re-Christianization and the im-
plementation of a modern-catholic educational system aimed at controlling and
dominating the technique. Thus in a context in which it is adopted a positivism
aimed at the order and progress idea, but related to the instruction and technical
and catholic training function that were accomplished in the country by French
missions supported by the conservative governments from the Regeneración.1
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Siglo y medio de Independencia no es suficiente para la instauración de un orden
político estable en Colombia, en razón de los enfrentamientos político-militares
provocados por la ruptura con España, y el vacío de poder político dejado por las
autoridades españolas, remplazadas por las elites criollas, cuyo apetito por el poder
provocó no solamente su división política expresados en los partidos liberal y con-
servador, sino también una serie de rivalidades que los opone en guerras civiles. En
1863, estas rivalidades conllevan a la instauración del régimen federal, representa-
do políticamente por los caudillos liberales-radicales.
Durante este régimen, presidido por la Constitución Federal de Rionegro de
1863, grandes contradicciones como: la abolición o la protección de los privile-
gios de la Iglesia, el carácter católico-privado o laico-publico de la enseñanza, y las
pugnas por la adopción definitiva del Federalismo en contra de la opción del Cen-
tralismo como sistemas políticos, dieron lugar a violentos enfrentamientos entre
partidarios del liberalismo radical y conservadores, lo que explica la inestabilidad
política de los Estados Unidos de Colombia.
Los esfuerzos del gobierno radical por acabar la guerra civil, la de 1877, fraca-
san y solamente la crudeza de misma guerra, impondrá a los Radicales la negocia-
ción política con los conservadores, que aliados con el clero católico y con el apoyo
político de un grupo disidente de los radicales conocidos como Liberales Indepen-
dientes, logran la dimisión del presidente radical Aquileo Parra, y de su sucesor el
General Sergio Camargo, en favor del principal líder opositor de los Radicales, Ra-
fael Núñez, representante de los Liberales Independientes, quien se compromete a
convocar a elecciones para el período 1882-1884.2
Durante estas elecciones, la necesidad de tranquilidad, de orden y de segu-
ridad se hace sentir, al igual que el cansancio con el marasmo que consume al
gobierno de los Radicales, quienes al decir de sus opositores han sido incapaces
2. Ministère des Affaires Etrangères de France (MAEF), Centre des Archives Diplomatiques de
Nantes (CAD Nantes). 1877. Correspondance-Série- B- Cote 2, 215.
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lombia, ya que ella aumenta el periodo presidencial de dos a seis años, reimplanta
la pena de muerte, fiscaliza la prensa escrita, y reconoce la religión católica como
religión oficial del país. Igualmente, ordena la conformación de una sola y única
armada al servicio de un poder ejecutivo también único, y reglamenta la educación
pública religiosa-cristiana no obligatoria.
Instalado en el poder, Núñez cuenta así con una Constitución Política que in-
spirada por el positivismo speciariano, permite la consolidación del centralismo
político, como el único sistema de gobierno, capaz de imponer el orden y el progre-
so, sinónimo de triunfo económico, de manejo y dominio de la técnica, y sobretodo,
sinónimo de capacidad de innovación, es decir de adopción o de pertenencia a un
mundo civilizado. Las elites colombianas representadas por Núñez, acusan al régi-
men federal de destruir los fundamentos de cohesión social del país, y utilizan al
Positivismo para garantizar el orden dentro de la sociedad e imponer el progreso.
El positivismo, juega un rol esencial en la articulación del estado-nación en
Colombia, y más aun si las elites le otorgan una dimensión religiosa. Pues, el posi-
tivismo, inicialmente un movimiento de inflexión de la filosofía liberal del francés
Auguste Comte (Marie 1997, 14); que rechaza los a priori y ve en la experiencia y
la observación el único fundamento del conocimiento, es asimilado en Colombia de
manera contraria, a la visión de Comte, ya que las elites colombianas le apuestan al
positivismo como política y religión, más no como filosofía de las ciencias. Conce-
bido el positivismo de este modo se transforma en el referente obligado de nume-
rosos regímenes autoritarios en Colombia durante toda la Regeneración, como es
el caso de Rafael Núñez, quien más que inspirarse en el positivismo para crear la
Constitución de 1886, desea engendrar un nuevo Estado.
El positivismo en el caso colombiano se transforma en una doctrina filosó-
fica que engendra el estado del orden, el estado regenerador de Núñez, y su éxito
resulta de la necesidad interna del país de acudir a ella, como doctrina filosófica
para justificar y crear un nuevo estado. El valor que el positivismo confiere al prag-
matismo para preservar la cohesión social, en favor del progreso, y el valor que
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es decir a la necesidad de alcanzar la paz para lograr las metas del progreso y de la
modernidad, y para ello el positivismo aparece como la doctrina filosófica útil a la
creación de un nuevo estado por intermedio de la creación de la Constitución de
1886.
Las elites positivistas colombianas desean crear un estado-nación para con-
sagrar su desarrollo material y encontrar un lugar respetable en el concierto de los
países civilizados del mundo. Núñez, aparece entonces como la figura primordial
de esos cambios políticos que el país necesita. Aunque, si es importe aclarar que no
descansará en sus intentos por conllevar al país hacia la ruta de la regeneración y el
orden, antes que hacia el progreso y la modernidad. Pues, apoyado por los conser-
vadores, reanuda el Concordato, con el propósito de encargar a la Iglesia católica
de recristianizar al país a través del culto y de la educación, a fin de lograr la cohe-
sión social e imponer el orden. En realidad los gobiernos anteriores o posteriores a
su gobierno instauran una contra-reforma religiosa, con el objetivo de restituir a la
Iglesia su poder económico e ideológico a través de la renovación del Concordato
(Helg 1984, 25-27). Pues, este permite a la Iglesia católica abolir la ley de bienes de
manos muertas y le reconoce privilegios tributarios, la jurisdicción eclesiástica, y
sobretodo le otorga el control y monopolio de la enseñanza primaria y secundaria.
El restablecimiento del Concordato en 1887, sirve para reforzar las relaciones entre
el estado colombiano y la Iglesia católica, al establecer a la religión católica como
religión nacional y otorgarle la facultad de actuar libre e independientemente por
todo el territorio bajo la protección del Estado pero lejos del control de este. Igual-
mente, el Concordato le otorga a la iglesia el control y el monopolio de la educación
en Colombia. La Iglesia adquiere entonces la facultad legal de escoger los libros de
religión y de moral cristiana para todos los niveles de enseñanza, al igual que la
facultad de suspender y denunciar ante las autoridades a todos los instructores o
maestros que no respeten la doctrina católica durante la realización de sus cursos
de enseñanza. La Iglesia adquiere entonces a través del Concordato cierto poder
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sobre los instructores y los contenidos, lo cual fortifica el compromiso de los go-
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biernos regeneradores que prohíben todo tipo de enseñanza, literaria o científica,
que divulgue ideas contrarias al dogma católico al respecto, y la veneración debida
a la iglesia.
El Concordato al conceder a la Iglesia católica importantes prerrogativas, ci-
viles, jurídicas y financieras por todo el país, abre las puertas del territorio a las
congregaciones religiosas extranjeras, que bajo el control de un superior eclesiás-
tico obtienen la facultad de administrarse libremente. Colombia aparece entonces
como la solución a diferentes congregaciones de religiosos extranjeros que amena-
zadas por un movimiento de separación entre la Iglesia y el Estado en sus propios
países son obligadas de expatriarse de sus países de origen (Helg 1984, 67).
Estas congregaciones contribuirán a la puesta en marcha del sistema educa-
tivo en Colombia. Los gobiernos anteriores o posteriores al de Núñez transforma-
ran al orden público en la principal prioridad política de sus gobiernos. De esta
manera, dichos gobiernos a la imagen de Núñez, intentan fortalecer la educación,
con el pretexto de civilizar al pueblo para instaurar el orden, con la ayuda de las
congregaciones religiosas extranjeras. La época de la Regeneración ve afirmar así
el rol educativo de las congregaciones extranjeras que aparecen como la principal
fuerza intelectual para la oficialización de la religión católica y el regreso al confe-
sionalismo.
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del gobierno de Nuñez de recristianizar el país, es decir lograr la cohesión social;
pero en 1886, este proceso de recristianizacion requiere de la implantación de un
sistema educativo, hasta este momento embrionario y en crisis permanente, de-
bido a la interrupción de la instrucción emprendida por los Jesuitas españoles en
favor de los Criollos, a la ambigüedad de reformas y de planes de estudios creados
por diferentes gobiernos, y sobretodo debido a la confrontación política y al atraso
que caracteriza a Colombia.
La llegada de las congregaciones francesas responde a la existencia de un pro-
yecto educativo ideado por gobiernos conservadores que se autoproclaman rege-
neradores. En verdad, el proyecto educativo de la Regeneración esta basado en una
instrucción moral y cristiana sólida, que coincide con el rol educativo de las con-
gregaciones francesas, y el deseo de recristianizar a la sociedad por intermedio de
una educación católica. Es por esto, que el objetivo esencial del sistema educativo
propuesto por los religiosos franceses, es la formación cristiana de los estudiantes,
basada en principios como el amor a la religión, la patria y la familia; principios
sobre cuales los gobiernos de la Regeneración desean orientar la educación en Co-
lombia.
Los gobiernos de esta época tienen un gran interés en construir una cohesión
social católica, utilizando para ello, la educación a través de las congregaciones de
religiosos franceses como elemento ideológico de unificación social, a fin de ter-
minar con las tensiones políticas que vivía el país, lo cual explica que la llegada
de estos religiosos coincidió con una organización previa. Pues, los gobiernos de
la Regeneración, diseñan con anticipación un esquema donde se encuentra clara-
mente especificada la estructura organizativa, la distribución geográfica y la misión
de cada uno de las diferentes congregaciones.
De otra parte, estos gobiernos toman una serie de medidas basadas en las
leyes o en planes de estudios anteriores, cuyos gobiernos generalmente conserva-
dores, como el ex presidente conservador Mariano Ospina Rodríguez, expresan la
necesidad de imponer un sistema educativo católico pero moderno, es decir com-
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o aplicados por ellos mismos en Francia, pues, la estructura de los planes de estu-
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dio, las concepciones pedagógicas, metodológicas de enseñanza, los conocimientos
científicos y técnicos impuestos en Colombia a finales del Siglo XIX son tomados
de Francia.
Las congregaciones van a impulsar la creación de numerosas escuelas, cole-
gios, normales e institutos, gracias a los medios financieros que los gobiernos les
otorgan para su desplazamiento e instalación en las principales ciudades como Me-
dellín, desde donde se desplazan a Bogota, y a Cartagena, donde son bien recibidas
por parte de la sociedad local. Luego van a establecerse en las regiones del Amazo-
nas, la Orinoquia, los Andes y el litoral Pacífico.
(Cf. Guerrero, Andrade y Castro 1999, 1-38) Como consecuencia de esta guerra,
desde 1839 dos tendencias ideológicas sobre la orientación de la enseñanza se en-
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Por paradojal que pueda parecer, la guerra civil, es sin duda la causa principal
de la presencia religiosa francesa en Colombia. En verdad, la lepra y la escuela se
convertirán en la puerta de entrada para los misioneros franceses. Los gobiernos
radicales incapaces de hacer frente al problema de la lepra solicitan al gobierno
francés el envió de un grupo de misioneros franceses, con el fin de ponerlos al
servicio en el lazareto de Aguas de Dios, el que carece de personal administrativo
y medico requerido para la atención de los pacientes. En 1870 las autoridades del
régimen radical invitan a la Congregación de las Hijas de la Caridad o religiosas de
San Vicente de Paúl para que administren Aguas de Dios.4
De igual manera, por causa de la guerra, muchas regiones del país carecen
de escuelas y sus habitantes son obligados hacer frente a esta terrible problemá-
tica educativa. Es así, como en el Estado del Cauca, el gobierno radical autoriza a
la comunidad dirigir una invitación a la congregación francesa de los Hermanos
Cristianos con el propósito de crear una escuela primaria en la ciudad de Popayán
(Guerrero, Andrade y Castro. 1999, 154)
En 1867, los Hermanos de las Escuelas Cristianas que se encuentran en Ecua-
dor, aceptan la invitación y organizan en Popayán la primera escuela de niños. En
1872 en Pasto, la comunidad crea una asociación de Padres de Familia, conformada
por simpatizantes liberales y conservadores, que desean financiar con sus propios
recursos la creación de una escuela primaria bajo la dirección de los Hermanos de
las Escuelas Cristianas. Es así como, los radicales dan un paso atrás en su política
anticlerical, al solicitar y autorizar la presencia de las congregaciones francesas,
cuya presencia se consolida durante la época de Regeneración. Época en la cual los
establecimientos de enseñanza primaria y secundaria administrados por religiosos
franceses son destinados exclusivamente a la formación de las elites políticas del
país, lo cual contribuye a aumentar la brecha entre la clase dirigentes y las clases
populares. Desde mediados del siglo XIX, una parte de la elite política se impregna
de la cultura francesa, de la cual las clases populares son excluidas. En los Semina-
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rios y Colegios de la Salle de Bogota, y en los Colegios de San Bernardo y San José
de Medellín, administrados por los religiosos franceses, se forman los ingenieros,
comerciantes, médicos, abogados, militares, y el alto clero, que conforman la clase
dirigente del país.
De otra parte, dado el prestigio con el cual cuentan los religiosos franceses, en
1902, el presidente de la republica, José María Marroquín encarga a la Congrega-
ción de los Hermanos Cristianos la administración y dirección de la Escuela Nor-
mal Central de Bogota. De esta manera son los religiosos franceses quienes forman
al primer grupo de inspectores de provincia para la enseñanza primaria y de direc-
tores encargados de establecer un sistema de escuelas normales departamentales
en el país, utilizando para ello el modelo de la Escuela Normal de Paris, y siguien-
do los principios de la pedagogía de la Salle basada en la pedagogía de Pestalozzi,
introducida por la misión alemana. En estas escuelas normales después de cuatro
años de estudio, los estudiantes obtienen el diploma de institutores o maestros ele-
mentales, y con un quinto año más obtienen el diploma de maestro superior.
Debido a la necesidad de industrializar e impulsar la actividad comercial del
país, el gobierno con la ayuda de los religiosos franceses impulsa la creación de la
Escuela Central de Artes y Materias de Colombia, para acceder a una fuerza de tra-
bajo calificada, lo cual conlleva a la institucionalización de la enseñanza industrial,
gracias a la promulgación de la Ley 39 de 1903 creada por Marroquín, quien au-
toriza la creación de nuevas escuelas en las principales ciudades, conocidas como
Institutos Técnicos Industriales.5
La enseñanza femenina se consolida también con la llegada de las religiosas
francesas, que van a encargarse de la creación de escuelas y colegios femeninos
para las jóvenes de las clases ricas del país, en los cuales imparten una instrucción
católica, basada en los principios y valores de la moral cristiana y concentrada en
el aprendizaje de actividades manuales y conocimientos necesarios para su papel
de madres o esposas.
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de institutriz o maestra de primaria; en cambio, el matrimonio, la costura o el in-
greso a las órdenes religiosas son las otras y únicas ocupaciones reales de la época.
Pues, la instrucción impartida en los colegios de las Hermanas de la Presentación,
implantadas en las principales ciudades del país; igualmente, la instrucción impar-
tida por las Hermanas de San José de Tarbes, por las Damas del Sagrado Corazón,
las Betlehemitas, Franciscanas, Las Hijas de la Sabiduría, todas estas congregacio-
nes no difieren en nada, con relación a la instrucción que ellas imparte a las jóvenes
y niñas colombianas (Helg 1984, 66).
Conclusiones
Hasta aquí un comprensión sucinta de los lineamientos generales de la educación
en Colombia durante el siglo XIX y las primeras décadas del XX. Es evidente que
los distintos gobiernos radicales o conservadores marcaron tendencias opuestas
respecto del papel de la Iglesia católica en la instrucción pública y los sistemas de
enseñanza. En el vaivén de las luchas partidistas entre radicales y conservadores
fue importante la participación de instructores alemanes y franceses, especialmen-
te religiosos. En tal sentido la experiencia del sistema educativo francés y las mi-
siones de cristianización son elementos claves de la Regeneración, periodo en el
cual el presidente Rafael Núñez firma el Concordato con el Papa León XIII. En un
contexto en el cual el espíritu del positivismo, mas de inspiración inglesa que fran-
cesa, conjugan con las ideas de orden y progreso en un establecimiento en que las
congregaciones católicas francesas y su experiencia educativa se apoya y orienta a
una formación técnica y profesional de una elite social. Mientras que la formación
de la mujer, de igual modo, se apoya en órdenes religiosas femeninas, cuya orien-
tación está dirigida a cumplir un papel como instructoras de enseñanza primaria
u hermanas de órdenes religiosas, pero de modo espacial a cumplir un papel como
esposa o madre de familia.
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Referencias
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Helg, Aline. 1984. Civiliser le peuple et former les élites; L´éducation en Co-
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Ministère des Affaires Etrangères de France (MAEF), Centre des Archives Di-
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Série A L´Etranger – N. 447, le ministre de France a Bogotá à son excellen-
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Correspondance-Série- B- Cote 2 page 215, le chargé d´affaires et consul gé-
néral de France à Bogotá à son excellence, le ministre des affaires étrangères
à Paris. Bogotá: le 16 février ; 1877. Correspondance-Série- B- Cote 3 page
17, le chargé d´affaires et consul général de France à Bogotá à son excellen-
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Correspondance-Série- B- Cote 8, le chargé d´affaires et consul général de
France à Bogotá à son excellence, le ministre des affaires étrangères à Paris.
Bogotá: le 24 février.