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1.5 - Salud Mental - Consumo de Alcohol y Otras Drogas

Este documento presenta información sobre la salud mental y el consumo de alcohol y otras drogas entre los jóvenes en Chile. Explica que la juventud es un grupo diverso que enfrenta factores de riesgo como la pobreza y la violencia, pero también puede desarrollar factores protectores. Define la salud mental como un estado de bienestar y capacidad para enfrentar el estrés. Finalmente, señala que los problemas de salud mental afectan más a mujeres, jóvenes y personas con menos educación.

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1.5 - Salud Mental - Consumo de Alcohol y Otras Drogas

Este documento presenta información sobre la salud mental y el consumo de alcohol y otras drogas entre los jóvenes en Chile. Explica que la juventud es un grupo diverso que enfrenta factores de riesgo como la pobreza y la violencia, pero también puede desarrollar factores protectores. Define la salud mental como un estado de bienestar y capacidad para enfrentar el estrés. Finalmente, señala que los problemas de salud mental afectan más a mujeres, jóvenes y personas con menos educación.

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INTRODUCCIÓN

El presente documento forma parte del Documento de Recursos conceptuales, recopila


solamente información sobre “Consumo de alcohol y otras drogas” para constituir un instrumento
informativo y organizado con datos relevantes para la ejecución del programa Hablemos de todo
del Instituto Nacional de la Juventud, de Activaciones regionales sobre Ciberacoso en específico.

El documento está organizado de manera didáctica en: conceptos básicos y diferenciación


de conceptos, signos y síntomas (cuando corresponda), la entrega de herramientas de
afrontamiento y/o prácticas de prevención, cifras de importancia y la recopilación de la oferta
pública/privada y redes de apoyo existentes.

Esta revisión contempla referencias tanto del ámbito académico, como de organizaciones
de la sociedad civil y gubernamentales, nacionales e internacionales. Su fuente principal es la
información recogida en el Documento Técnico del Programa Hablemos de todo generado por la
Fundación Todo mejora el año 2020 y revisado por la mesa intersectorial nacional del Programa
Hablemos de Todo, documento que ha sido complementado por una nueva fase de investigación a
partir de requerimientos y observaciones del intersector y particularmente de jóvenes usuarias y
usuarios del Programa Hablemos de Todo, a través de encuestas y formularios de recepción de
consultas, así como también de sus opiniones vertidas directamente en el chat o en las activaciones
regionales realizadas durante el primer año de funcionamiento del Programa.

La juventud1 resulta un concepto teórico que posee una multiplicidad de perspectivas de


aproximación 2 . En este documento se comprende que “la juventud, como toda categoría
socialmente constituida que alude a fenómenos existentes, tiene que ser analizada desde los
distintos aspectos simbólicos, materiales, históricos y políticos en los que toda producción social se
desenvuelve” (Margulis y Urresti, 1996). Esto implica reconocer, en primer lugar, las diversas formas
de ser y hacerse joven en el contexto de una sociedad histórica determinada, en segundo lugar, las
prácticas y significaciones culturales que despliegan quienes son considerados socialmente como

jóvenes, en tercer lugar, los imaginarios sociales construidos en torno a la noción de juventud y
finalmente, reconocer la conflictividad social en los modos de relación generacional que se ejercen
en nuestras sociedades adultocéntricas (Duarte, 2016).

1
El documento también presenta evidencia acerca de la adolescencia. No obstante, se mantiene la noción
conceptual del INJUV.
2
Álvarez (2016) distingue diversas entradas que han caracterizado este campo de estudio, reconociendo
tres enfoques principales, a saber: el de enfoque sociodemográfico donde la categoría de juventud se
constituye desde rangos de edad y como preparación de la vida adulta; el enfoque conservador,
adultocéntrico y psicológico, cuya preocupación radica en la maduración psicobiológica del sujeto juvenil, y
el enfoque sociocultural, donde se asume que el concepto de juventud está socialmente construido.
Por este mismo motivo, las juventudes no deben mirarse como un grupo homogéneo,
contrario a ello, estas tienen sus propias diversidades. Chile actualmente vive un proceso de
expansión de la pluralidad (Rubio, 2012), lo cual ha causado que fenómenos como el aumento de la
migración3 afecten la construcción social de las juventudes, generando cambios en este grupo
poblacional durante los últimos años y meses (INJUV, 2019).

La Novena Encuesta Nacional de la Juventud (2019) demuestra la diversidad de las


juventudes en Chile: Por una parte, el 10,5% de las y los jóvenes encuestados se siente parte de
algún pueblo originario y el 4,8% declara haber nacido en otro país. Respecto a la sexualidad y el
género de las y los jóvenes en Chile, la misma encuesta demuestra que el 9,5% declara una
orientación sexual diferente a la heterosexual o no responde ante dicha pregunta y el 2,1% declara
que su sexo no coincide con su identidad de género. Sumado a ello, 1 de cada 4 jóvenes es madre o
padre, y el 48% se encuentra soltera o soltero.

Además de dichos antecedentes, la pluralidad también se manifiesta en los modos de


participación de las y los jóvenes en Chile, en donde aproximadamente la mitad de este grupo
poblacional declara haber participado en alguna organización social en el último año. Cabe destacar
que el 9% ha participado de organizaciones que defienden una causa o ideal u organizaciones de
identidad cultural (INJUV, 2019). En ese sentido, se trata de reconocer a las juventudes como
portadoras de diferencias y singularidades.

Para recoger la riqueza propia de esta pluralidad, se requiere de miradas caleidoscópicas


hacia y/o desde el mundo juvenil que permitan un acercamiento a su complejidad constitutiva e
irreductible, reconociendo a las y los jóvenes como sujetos con capacidades y potencialidades,
considerándoles como actores en tiempo presente en las sociedades en que habitan (Duarte, 2000).

Igual de importante que admitir la diversidad de juventudes existentes, es reconocer la


manera en que la matriz adultocéntrica de la sociedad afecta y domina a las juventudes. El
adultocentrismo es un sistema de dominio en el que las relaciones intergeneracionales son
asimétricas y desiguales. En este sistema la adultez es un imaginario construido en contraposición a
otros momentos del ciclo vital y es categorizada como superior y deseable, instaurando así el punto
de referencia a alcanzar por niñas, niños y juventudes (Duarte, 2016).

De esta manera el adultocentrismo afecta todas las áreas de la vida de las y los jóvenes. En
el plano simbólico, la naturalización de la asimetría generacional subyuga a una posición de
inferioridad a otras categorías generacionales, entre ellas a las juventudes. Desde la dimensión
política y material, este imaginario de organización social define tareas de desarrollo a cada etapa
del ciclo vital, delimitando así el acceso a bienes y la toma de decisiones políticas que correspondería
a las y los jóvenes. Finalmente, también impone a las personas jóvenes la manera de gestionar su

3
Información extraída de https://www.extranjeria.gob.cl/noticias/poblacion-extranjera-en-chile-aumento-
un-19-en-relacion-a-2018/. Fecha de consulta: 28 de septiembre 2020.
sexualidad y corporalidad, demarcando lo permitido referente a sus deseos, orientaciones y modos
de relación (Duarte, 2016).

Para comprender la complejidad de los problemas que inciden en la salud de las y los
jóvenes, es necesario identificar los factores de riesgo y de protección presentes en su ambiente
físico y humano (Bronfenbrenner, 1979; Compas y Reeslund, 2009). Los impactos de estos factores
de riesgo en la salud física y mental dependen de la capacidad de abordarlos mediante la activación
y desarrollo de factores protectores que contribuyan a generar interacciones favorables con su
entorno (Munist et al., 1998).

Respecto a lo anterior, los factores de riesgo se comprenden como la probabilidad que tiene
un individuo de sufrir en el futuro un daño en su salud y se encuentran estrechamente relacionados
con determinantes sociales, psicológicos, conductuales, ambientales y biológicos, y la calidad del
acceso servicios, como los de salud (Munist et al., 1998). Por su parte, los factores protectores son
aquellos recursos personales, sociales e institucionales que promueven el desarrollo exitoso del
individuo o que disminuyen el riesgo de un desarrollo “alterado”; se pueden potenciar, destacando
y desarrollando las mejores herramientas en cada persona para enfrentar la adversidad
(Bronfenbrenner, 1979; Munist et al., 1998). De este modo, el presente documento ahonda en los
principales factores de riesgo que afectan a la población juvenil, buscando que la ejecución del
Programa Hablemos de Todo potencie y desarrolle factores protectores que garanticen la
protección y desarrollo de las juventudes, con un enfoque de juventudes, desde una perspectiva de
juventudes, derechos humanos, de género y de curso de vida, mediante un modelo ecológico.

TEMÁTICA SALUD MENTAL

La Organización Mundial de la Salud define la Salud Mental como “un estado de bienestar
en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida,
de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”4. En ese sentido, la salud mental
es parte integral de la salud de las personas y posibilita tanto el bienestar individual como el
funcionamiento eficaz de una comunidad.

Tal como sucede con la salud en general, la Salud Mental no solo se encuentra condicionada
por características individuales, tales como la capacidad para gestionar pensamientos, emociones,
comportamientos e interacciones con otros, sino que también por factores sociales, culturales,
económicos, políticos, físicos y ambientales, los cuales también moldean la experiencia de salud
mental de las personas. Así, la pobreza, los bajos niveles de educación, la violencia de género, las
malas condiciones de la vivienda, los bajos ingresos, el maltrato infantil, la exposición a las
adversidades a edades tempranas, la pertenencia a minorías sexuales y étnicas, entre otros, se
configuran como factores de riesgo para la salud mental (Ministerio de Salud [MINSAL], 2017;
Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2013).

4
Información extraída de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-
strengthening-our-response. Fecha de consulta: 17 de mayo 2021.
Además, los problemas de salud mental afectan en mayor medida a las personas con menor
nivel educacional, a las y los más jóvenes, a las mujeres, a personas de pueblos originarios y pueden
comenzar de forma temprana en la vida de las niñas y los niños de 4 a 11 años (Vicente et al., 2016).

Entre los grupos de mayor riesgo se encuentra la población juvenil, ya que tienen
propensión de vivir situaciones que les generen ansiedad, angustia o que lleven a desestabilizarse y
querer, inclusive, acabar con su vida. En este sentido, las y los jóvenes con problemas de salud
mental sobrellevan una doble exclusión: su condición juvenil y su salud mental que les hacen más
vulnerables. Igualmente, dentro de este grupo, las y los más afectados por bajos niveles de salud
mental son las y los jóvenes de bajos recursos, ya que carecen de soporte social y; junto con ellos,
las mujeres jóvenes, por sus elevados niveles de riesgo de trastorno emocional (Irarrázaval, 2019).
De este modo, es importante poner atención a este segmento de la población.

Ahora bien, para un mejor entendimiento de la condición de la Salud Mental, es necesario


realizar una distinción entre esta y los trastornos mentales, ya que, si bien se encuentran
relacionados, no refieren a lo mismo. Aun así, para asegurar una buena salud mental para todas y
todos, es fundamental atender y dar respuestas a quienes padecen de trastornos mentales.

Los trastornos mentales comprenden una amplia gama de enfermedades que tienen
diversos y específicos síntomas y signos, pero todas tienen en común que afectan las emociones,
sentimientos y el comportamiento de las personas afectadas. Factores como el estrés, la herencia
genética, la alimentación y los riesgos ambientales pueden causar trastornos mentales5.

Adicionalmente, los trastornos mentales con frecuencia llevan a las personas y sus familias
a la pobreza, exacerbando su marginación y vulnerabilidad. Así como también sufren de la
discriminación y estigmatización, siendo víctimas de violaciones de los derechos humanos,
negándoles muchas veces derechos económicos, sociales y culturales, reproductivos, civiles y
políticos, generándoles restricciones para el trabajo y la educación, contraer matrimonio, fundar
una familia y votar. De este modo, las personas con trastornos mentales suelen vivir excluidas y
marginadas de la sociedad, lo cual representa un importante impedimento para la consecución de
los objetivos de desarrollo nacionales e internacionales (OPS, 2013).

Sin embargo, los trastornos mentales no son necesariamente causa de una mala salud
mental, ya que personas que padecen de un trastorno mental, pueden gozar de un nivel alto de
salud mental si reciben un tratamiento adecuado, cuenta con buenas y dignas condiciones de vida
(acceso a vivienda, trabajo, educación), formas de protección social adecuadas y, un clima social y
cultural de respeto por las diferencias. A la inversa, una persona sin trastornos mentales puede tener
un nivel bajo de salud mental si no cuenta con las oportunidades de realización de sus capacidades
para lidiar con sus problemas cotidianos (MINSAL, 2017).

5
Información extraída de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders. Fecha
de consulta: 16 de mayo 2021.
Por lo tanto, las políticas nacionales de salud mental no pueden ocuparse únicamente de
los trastornos mentales, sino que deben reconocer y abordar cuestiones amplias como el estrés, la
ansiedad, la angustia, etc., donde se fomente la incorporación de la promoción de la salud mental a
las políticas y programas de los sectores gubernamental y no gubernamental. Así como también,
trabajar en conjunto con otros servicios y sectores: educación, trabajo, justicia, transporte, medio
ambiente, asistencia social. Por otro lado, es necesario que las políticas relativas a la salud mental
no solo protejan y promuevan el bienestar mental, sino que se satisfagan las necesidades de las
personas con trastornos de salud mental poniendo gran énfasis en la población juvenil6.

De este modo, la promoción de la salud mental consistiría en la generación de acciones que


creen entornos y condiciones de vida que propicien la salud mental y permitan a las personas
mantener y adoptar modos de vida saludables. La necesidad de un ambiente de respeto y protección
de los derechos, civiles, políticos socioeconómicos y culturales básicos es crucial cuando se habla de
salud mental7.

También resulta necesario abordar el consumo de bebidas alcohólicas y otras drogas en este
entendimiento de la condición de la Salud Mental y los trastornos mentales, ya que establece
factores de riesgo significativos para la salud, lo cual se manifiesta primordialmente en el día a día,
pero también y de manera progresiva, en la mortalidad (Organización de los Estados Americanos
[OEA], 2019).

Dicho esto, el impacto del consumo de sustancias en la salud puede ser medido a través de
diversos indicadores, por ejemplo, la mortalidad y la discapacidad, que se pueden evaluar en forma
separada o conjunta (carga de enfermedad). Esta última es de suma relevancia para medir los
impactos negativos que tienen las drogas en la salud de las personas.

A continuación, se presentarán ciertas temáticas específicas de salud mental, permitiendo


comprender qué es cada una, sus causas, consecuencias, herramientas de afrontamiento y datos
empíricos, con el fin de otorgar y aportar herramientas para visibilizar y prevenir ciertas
problemáticas sobre salud mental para las y los jóvenes que habitan en el territorio nacional.

Consumo de alcohol y otras drogas

Las drogas son sustancias psicoactivas, lícitas e ilícitas. Su consumo por parte de la población
debe ser abordado con múltiples estrategias, ya que es un problema de salud pública,
especialmente el consumo de adolescentes y jóvenes, respecto del cual hay amplio consenso sobre
los riesgos que implica (MINSAL, 2015). La OMS (2010) señala que el consumo de drogas en
adolescentes y jóvenes debe ser considerado como un problema de salud pública, ya que es causa

6
Información extraída de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-
strengthening-our-response. Fecha de consulta: 17 mayo 2021.
7
Información extraída de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-
strengthening-our-response. Fecha de consulta: 17 de mayo 2021.
fundamental de traumatismos, en específico de los causados por el tránsito, violencia y muertes
prematuras. Por esto, el uso o consumo de alcohol y otras drogas no debe estar exclusivamente
acotado al campo de las adicciones y los trastornos por consumo, sino también al área de las
consecuencias de salud y sociales, que no constituyen necesariamente un trastorno.

Puede hablarse de dos clases de problemas en el consumo de drogas:

1. Los “trastornos por consumo de alcohol o drogas”, los que constituyen formas de consumo que
cumplen ciertos criterios clínicos y que requieren tratamiento y rehabilitación para su abordaje. Sin
embargo, las y los consumidores la población que pertenece a este grupo es la minoría, no todas las
formas de consumo constituyen trastornos y requieren tratamiento.

2. El “consumo de riesgo”, asociado a todas las formas de consumo que representan ciertos riesgos
y consecuencias sociales y sanitarias, las que se ven todavía aumentadas en las y los jóvenes,
particularmente en menores de 18 años. Este tipo de relación con el consumo no se refiere a
trastornos, sino a cantidades, frecuencias o condiciones del consumo que representan mayores
riesgos. Por ejemplo, se ha demostrado que el consumo de sustancias acrecienta el riesgo de no
poseer una vida saludable debido a que aumenta el riesgo en muchas situaciones de abuso y
dependencia como, problemas relacionados con la intoxicación; accidentes y violencia;
enfermedades infecciosas como el VIH, SIDA, hepatitis B y C y enfermedades crónicas (como la
cirrosis, problemas cardiovasculares, cáncer, enfermedades mentales, etc.) (OEA, 2019; OMS,
2021). Asimismo, puede incrementar la comorbilidad, refiriéndose a la aparición de más de una
enfermedad o trastorno, ya que es muy habitual que las personas con adicción sufran algún otro
trastorno psiquiátrico (OEA, 2019).

El consumo de alcohol y drogas, es abordado a partir de estrategias promocionales y


preventivas. La prevención, en estos casos, no solo cumple con el propósito de evitar que se
desarrollen trastornos por consumo de sustancias, sino que también busca prevenir las
consecuencias para la salud, sociales, familiares y educacionales que el mismo consumo tiene en
jóvenes.

Para comprender de mejor manera el consumo de drogas, se entregan definiciones al


respecto de algunos términos que se suelen utilizar en el consumo de drogas:

 Uso (de drogas o sustancias): Es el consumo de una sustancia (alcohol, tabaco,


medicamentos con y sin receta médica, entre otras) de manera ocasional y habitual, sin
desarrollar mayor dependencia de la(s) droga(s) (Camarotti et al., 2013; Camarotti y
Kornblit, 2015; Kornblit et al., 2010; SENDA, s.f).

 Abuso de sustancias: Corresponde al uso continuado de una sustancia e inadecuado por la


cantidad, frecuencia y finalidad con la que se consume. Conlleva a un deterioro o malestar
clínicamente significativo en la persona, quien no detiene su consumo a pesar de los
problemas sociales, laborales, legales, psicológicos o físicos que pueden ser provocados o
estimulados por el consumo (Camarotti et al., 2013; Camarotti y Kornblit, 2015; Kornblit et
al., 2010; Ministerio Sanidad y Consumo, 2008; Senda, s.f). En el Glosario de términos de
alcohol y drogas (2008), se recomienda la elección del término de dependencia por sobre el
de abuso.

 Dependencia (síndrome de dependencia): Es el conjunto de manifestaciones fisiológicas,


de comportamiento y cognitivas que desarrolla una persona por la necesidad inevitable de
consumir una sustancia(s). Ello se puede reflejar como el deseo intenso por consumir, no
controlar el consumo, presentar síntomas de síndrome de abstinencia si se reduce o deja
de consumir, desarrollar tolerancia, abandonar otras actividades de placer u ocio y un
consumo persistente a pesar de las consecuencias negativas evidentes y reconocibles
(Camarotti et al., 2013; Camarotti y Kornblit, 2015; Kornblit et al., 2010; MINSAL, 2011).

 Adicción: La adicción en el consumo de drogas es catalogada como drogadicción o


drogodependecia, el cual es el consumo repetido de sustancia(s) hasta el punto que la
persona se intoxica de manera recurrente, tiene un deseo incontrolable por consumir y
dificultad para dejar o disminuir el consumo. Además, la persona desarrolla tolerancia y
síndrome de abstinencia al interrumpir el consumo (Ministerio Sanidad y Consumo, 2008;
SENDA, s.f). En la actualidad este concepto se ha reemplazado por consumo problemático
de drogas.

 Consumo problemático de drogas: Es el consumo que produce consecuencias negativas


directas o indirectas para la persona que consume y/o para terceras personas, en las
distintas áreas de la vida. Por ejemplo, en las relaciones sociales, trabajo, escuela, seguridad
personal y la sociedad en general (MINSAL, 2011).

 Trastornos por uso de sustancias: El uso de sustancias puede llevar a desarrollar un patrón
patológico de comportamiento, en el que la persona continúa haciendo uso de una
sustancia a pesar los problemas significativos y evidentes que trae consigo. Ello puede
manifestarse fisiológicamente, incluyendo cambios en los circuitos del encéfalo (Khan,
2020).

 Síndrome de abstinencia: Son las manifestaciones en el comportamiento, fisiológicas y


cognitivas que desarrolla una persona debido a dejar o reducir el uso persistente de grandes
cantidades de sustancias. Ello se puede manifestar como malestar clínicamente significativo
y como deterioro en las actividades laborales, sociales y otras áreas de la vida de la persona.
Con frecuencia se asocia a la dependencia de sustancia y la mayoría de las personas
presentan deseo inevitable de volver a consumir la(s) sustancia(s) para reducir los síntomas
(SENDA, s.f).
 Tolerancia: Es la disminución de respuesta a una dosis determinada de una droga o
medicamento que se produce con el uso continuado. La persona que desarrolla una
dependencia o que al consumir la misma cantidad de sustancia no obtiene los efectos
esperados, aumenta las dosis de su consumo para conseguir los efectos que obtenía antes
con una dosis de menor cantidad (Ministerio Sanidad y Consumo, 2008; SENDA, s.f).

Las drogas más consumidas en Chile son: Alcohol, Tabaco, Marihuana, Cocaína, Pasta Base
y Tranquilizantes sin receta médica.

Alcohol

Conceptos básicos

El alcohol, término utilizado para referirse a las bebidas alcohólicas, es una sustancia
psicoactiva, cuyo consumo es socialmente aceptado a pesar de que pueda causar dependencia física
o psicológica (INJUV, 2020; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008; OMS, 2018). Al ser ingerido
causa efecto dentro de 10 minutos y mientras mayor sea la cantidad de alcohol presente en la
sangre más intensos pueden ser sus efectos (MINSAL, 2015; SENDA, 2020, 2021). Su consumo, en
personas mayores de 18 años, se ha catalogado en torno a 3 tipos:
El consumo de bajo riesgo: Este tipo de consumo de alcohol sería el de menor riesgo
respecto de consecuencias negativas o daños que pueda causar. Este tipo de consumo significa
beber solo 1 trago estándar8 en un mismo día.

Consumo intenso o consumo de riesgo: Esta manera de beber aumenta la probabilidad de


tener problemas relacionados con el alcohol o la salud sin ser un trastorno, es decir, sin tener una
dependencia o problemas relacionados con el alcohol. En este caso se consideran las situaciones y
grupos de riesgo que beben, por ejemplo, niños y niñas, mujeres embarazadas o personas que
conducen. Sería considerado consumo intenso más de 7 tragos en una semana o 3 tragos en un
mismo día en el caso de las mujeres y más de 14 tragos por semana o 4 tragos en un día en el caso
de los hombres
Consumo perjudicial y dependencia: El concepto “Consumo perjudicial” se refiere a forma
de consumo que afecta la salud física y mental, teniendo consecuencias sociales adversas.
“Dependencia”, requiere de un diagnóstico que se realiza en caso de que en los últimos 12 meses
una persona haya presentado 2 o más rasgos relacionados con la dependencia, como fuerte deseo
o necesidad de consumir alcohol, dificultad para controlar su consumo, síntomas de abstinencia,
tolerancia al alcohol (necesitar más cantidad para que surja efecto), renunciar a actividades sociales,

8
La OMS define un trago estándar como 10 gramos de alcohol puro. En el caso de Chile, es de 14 gramos de
alcohol puro (SENDA, 2018a).
laborales o recreativas importantes a causa del alcohol, incapacidad repetitiva de cumplir con las
obligaciones en el trabajo, hogar o escuela a causa del alcohol, uso de alcohol en situaciones
físicamente peligrosas y persistencia en el consumo a pesar de tener un trastorno físico o mental
causado o empeorado por ello o problemas sociales o interpersonales recurrentes a causa del
consumo de alcohol (O’Malley y O’Malley, 2020; SENDA, 2021).

Cabe destacar que el consumo de alcohol puede desarrollar un trastorno por consumo de
alcohol, comúnmente llamado abuso de alcohol, lo cual implica un patrón de consumo que incluye
a la necesidad desesperada por beber y manifestaciones de tolerancia y/o abstinencia, junto con
consecuencias perjudiciales para la sociedad y la persona (Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008;
O’Malley y O’Malley, 2020).

Causas - Factores de riesgo

Cuando el alcohol comienza a ser consumido desde temprana edad y puede iniciar con el
deseo de alcanzar un grado de sensación de bienestar. Algunos bebedores sienten una sensación
gratificante en su consumo y buscan volver a alcanzar ese estado en repetidas ocasiones.

También existen rasgos de personalidad que comparten los consumidores que abusan del
alcohol, como sentimientos de aislamiento, depresión, dependencia, impulsividad hostil y
autodestructiva. Los factores sociales, como las actitudes transmitidas a través de la cultura o la
crianza, también afectan los patrones de consumo de alcohol y el comportamiento consiguiente.
Asimismo, algunos grupos y personas serían más vulnerables a una mayor sensibilidad a las
propiedades tóxicas, psicoactivas y adictivas del alcohol, ejemplo de ello son los factores genéticos,
que se cree que tienen hasta un 40-60% de la varianza en el consumo problemático de alcohol. No
obstante, los trastornos del consumo de alcohol pueden aparecer en cualquier persona,
independiente de su edad, sexo, antecedentes, origen étnico o situación social (O’Malley y O’Malley,
2020; OMS, 2010; OPS, 2019).

Dentro de los grupos de riesgo se encuentra la adolescencia, ya que mientras más temprana
es la edad de inicio en el consumo de alcohol se incrementa de 4 a 5 veces el riesgo de desarrollar
dependencia en el futuro. Además, el consumo de alcohol a temprana edad se asocia con la
alteración del desarrollo cerebral (que madura hasta los 25 años de edad), mal desempeño escolar,
mayor probabilidad de deserción escolar, disminución de la satisfacción vital y los logros, entre otros
(Monteiro, 2007; SENDA, 2021).

Síntomas y signos

Respecto a los efectos del consumo de alcohol, dependen de la dosis de ingesta. Los efectos
inmediatos son la desinhibición (ganas de hablar, mayor actividad, risas); excitación; merma la
visión, el audio y la coordinación; disminución de la vigilancia; irritabilidad; alteración de la
frecuencia cardiaca; irritación el sistema gastrointestinal; estimulación de secreción de jugos
gástricos y de producción de orina; los centros nerviosos superiores del cerebro se deprimen,
afectando primero el habla, el pensamiento, el entendimiento y el juicio; alteración de la respiración
y los reflejos espinales; puede incrementar la susceptibilidad e impulsividad emocional, haciendo
que ciertos bebedores sean más propensos a recurrir a la violencia en una confrontación y generar
traumatismos intencionales o no intencionales (debido a accidentes de tránsito, violencia, suicidios
y homicidios). Al llegar a la intoxicación alcohólica, se puede provocar un estado de coma y la muerte
por depresión respiratoria (disminución de la función pulmonar) (College Drinking, s.f; MINSAL,
2015; Ramos y Mayol, 2019; OMS, 2010; OPS, 2019; SENDA, 2021).

El consumo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos (OMS,


2018), tras el consumo habitual de alcohol se puede sufrir alteración del sueño; deterioro
intelectual; alteración de los sentidos; cirrosis (daño en el hígado); cefaleas (dolor de cabeza)
(MINSAL, 2015; Ramos y Mayol, 2019); gastritis; daño en el corazón e incluso insuficiencia cardiaca;
trastornos mentales como pérdida de la memoria, deterioro del aprendizaje, depresión, entre otros;
enfermedades infecciosas y diversos tipos de cáncer (MINSAL, 2015; OMS, 2010; SENDA, 2020,
2021).

Tips y herramientas de afrontamiento y prevención

Debido a que el alcohol nunca es totalmente seguro, la mejor opción es nunca beber. Si una
persona mayor de 18 años desea beber, se aconseja que su consumo sea de bajo riesgo, es decir,
no consumir más de 2 tragos en un día dejando al menos 1 hora y 30 minutos de diferencia entre
ambos y no beber al menos 2 días a la semana (MINSAL, 2011; SENDA 2018a).

Se recomienda tomar bebidas sin alcohol de manera alternada al consumo de alcohol, es


decir, entre un trago y otro. Además, siempre se debe comer antes y durante el consumo de alcohol
(MINSAL, 2011).

Los grupos de riesgo que no deben consumir alcohol nunca son las niñas, niños y
adolescentes, ya que se encuentran en una etapa de desarrollo en la que además se incrementa la
probabilidad de abusar y generar dependencia al alcohol a futuro. Las personas embarazadas,
debido a que la ingesta de alcohol afecta el desarrollo fetal y posterior del niño. Y las personas que
conducen, ya que el alcohol reduce la percepción visual, disminuye la capacidad de atención y
deteriora la función psicomotora, afectando la coordinación y la capacidad de reacción,
aumentando el riesgo de causar accidentes viales e incluso provocar la muerte (MINSAL, 2015;
Monteiro, 2007; SENDA, 2018a; SENDA, 2021).

De la misma manera, constituyen grupos de riesgo y no deben consumir alcohol las personas
que son o han sido dependientes de otras drogas; las personas con problemas de salud como
enfermedades cardíacas, respiratorias, al hígado o trastornos psiquiátricos; las personas que se
encuentren consumiendo ciertos medicamentos, como sedantes, píldoras para dormir y
analgésicos; y las personas con una fuerte historia familiar de alcoholismo (MINSAL, 2011). Tampoco
se debe consumir alcohol en las siguientes situaciones: cuando se bebe frecuentemente buscando
solucionar problemas de la vida, soportar emociones negativas o dolorosas, aliviar el estrés o
dormir; cuando es necesario estar alerta, por ejemplo, al operar maquinaria o equipamiento
peligroso; cuando se está en competencias deportivas, actividades físicas o cuando se es
responsable por la seguridad de otros; y durante el periodo de recuperación de un accidente,
enfermedad o intervención quirúrgica (MINSAL, 2011).

Para la prevención se recomienda hablar con la familia y amistades respecto a los riesgos
del consumo del alcohol (SENDA, 2018a).

En la atención primaria de salud, los técnicos y profesionales de salud general de atención


primaria utilizan estrategias de screening para identificar si una persona tiene o podría desarrollar
un consumo de riesgo de alcohol o un trastorno por consumo de drogas. El screening es la aplicación
de un instrumento (cuestionario o entrevista) que evalúa el nivel de riesgo de consumo de drogas
de una persona y para eventualmente realizar intervenciones o derivaciones a tratamiento (Center
for Substance Abuse Treatment, 1997; MINSAL, 2011, 2015; NIAAA [National Institute on Alcohol
Abuse and Alcoholism], 2011).

Los instrumentos como CRAFF9 o AUDIT10 (validados en Chile), entregan tres niveles de
riesgo, a saber, bajo riesgo, riesgo intermedio y riesgo alto. Luego, de acuerdo al nivel de riesgo de
la persona según su resultado en el instrumento, se realizan intervenciones o derivación y
acompañamiento (MINSAL, 2011, 2015). El consumo de bajo riesgo conlleva una intervención
mínima, una sola sesión de refuerzo, preventiva y educativa. El consumo de bajo riesgo implica una
intervención breve, en una sesión se intenta ayudar a la persona a cambiar su manera de consumir
para disminuir sus riesgos. En el consumo de riesgo alto, se realiza una derivación asistida (de hasta
4 sesiones) a algún profesional del establecimiento, quien realiza una evaluación clínica para el
abordaje de los problemas de consumo. En este último caso, si la intervención considera un mayor
número de sesiones (hasta 4), el personal también tendrá el rol de acompañar y monitorear el
proceso (MINSAL, 2011, 2015).

9
CRAFF “es una herramienta recomendada por el Comité sobre Abuso de Sustancias de la Academia
Americana de Pediatría, para la detección de adolescentes y jóvenes del consumo de riesgo de alcohol y otros
trastornos por consumo de drogas. Consiste en una serie de 6 preguntas desarrolladas para una detección
eficaz, destinada a evaluar si se requiere profundizar sobre el contexto de uso, la frecuencia, y otros riesgos y
consecuencias del alcohol y otras drogas y eventualmente una derivación a tratamiento” (MINSAL, 2015,
P.21).
10
AUDIT es un cuestionario de 10 ítems, “fue desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
como un método de tamizaje del consumo excesivo de alcohol y como un instrumento de apoyo en la
intervención breve” (SENDA, 2015).
Cifras de interés

La Novena Encuesta Nacional de la Juventud (2019), expone que desde el año 2012 al 2018
el alcohol evidencia una tendencia al aumento en la frecuencia de su consumo, de 11,6% a 13%
respectivamente. Durante el último año el 59,4% de las y los jóvenes ha consumido alcohol, de estos
el 65,8% corresponde a hombres y el 52,7% a mujeres. A su vez, se observa que el consumo de
alcohol aumenta de acuerdo al nivel socioeconómico (NSE) y tramo etario al que pertenezcan.
Respecto al NSE, el 56,4% de jóvenes de NSE bajo ha consumido durante el último año, el 61% de
jóvenes de NSE medio y el 66,3% de jóvenes de NSE alto. Asimismo, el consumo es mayor en el
tramo etario de 25 a 29 años (78,7%) y menor en el rango 15 a 19 años (40,4%).

La misma encuesta muestra el consumo promedio de tragos de alcohol en un evento normal


en jóvenes, el cual ha reducido a través de los años de 4,6 tragos en 2012 a 3,1 tragos en 2018.
Según el sexo de las personas, las mujeres tienen un consumo promedio de tragos de alcohol de 2,6
y los hombres de 3,5.

Respecto a las situaciones de riesgo en el último año por consumo de alcohol, INJUV (2019)
expone que han tendido a disminuir dichas situaciones del año 2015 al 2018. La principal situación
de riesgo a la que se han expuesto las y los jóvenes es subirse a un vehículo motorizado conducido
por una persona que haya consumido alcohol (22,5%), de igual manera el 10,6% ha perdido la
conciencia o la memoria luego de haber consumido alcohol y el 6% ha conducido un vehículo
motorizado luego de haber consumido alcohol.
El Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile (2019), reconoce
que la principal sustancia consumida por la población chilena en el año 2018 fue el alcohol, con una
tasa de incidencia del 28,3%. Para los grupos etarios de jóvenes el alcohol también se posiciona en
primer lugar, en el caso de jóvenes 12 a 18 años la tasa de incidencia de alcohol es de 18,3%, en el
de 19 a 25 años la tasa de incidencia de alcohol es de 35,8% y en población de 26 a 34 años la tasa
de incidencia de alcohol es de 37%.

El mismo estudio muestra que la prevalencia mensual de alcohol en jóvenes de 12 a 18 años


tiene el porcentaje más bajo de la población general chilena (18,7%), contrario al rango de jóvenes
de 19 a 25 años quienes tienen la mayor prevalencia de la población (53,2%), seguido por el rango
de 26 a 34 años (52,7%). En cuanto a la embriaguez en el último mes, el grupo de 12 a 18 años
presenta la menor prevalencia, de 10,1%, mientras el de 19 a 25 y el de 26 a 34 años presentan las
mayores prevalencias, de 32,1% y 32,8% respectivamente.

Respecto a la población en edad escolar, SENDA en su Décimo Tercer Estudio Nacional de


Drogas en Población Escolar de Chile (2020) muestra que desde el año 2005 la precocidad en el
consumo de alcohol ha tendido a disminuir lentamente, en el año 2019 el 63,7% de las y los jóvenes
declara haber consumido alcohol antes de los 15 años, siendo 13,8 años la edad de inicio promedio.
En cuanto a la prevalencia de consumo de alcohol en escolares, ha disminuido durante la
última década. El consumo de alcohol alguna vez en la vida, es decir, que lo hayan consumido alguna
vez en su vida, ha descendido de 80,7% en 2013 a 76,2% en 2019. Al igual que el consumo anual,
que baja de 63% en 2013 a 56,5% en 2019. Finalmente, el consumo mensual también varía de 35,6%
en 2013 a 29,8% en 2019.

La prevalencia de consumo mensual ha disminuido en jóvenes de ambos sexos, en el caso


de los hombres la prevalencia es de 27,2% y en las mujeres de 32,5%. Al distinguir la prevalencia de
consumo mensual a partir del tipo de establecimiento educacional, los municipalizados tienen una
menor prevalencia (25,8%) y los particulares pagados una mayor (43,5%). Cabe resaltar que la
prevalencia de consumo de alcohol en todos los tipos de establecimientos educativos ha disminuido
en comparación al año 2013. Finalmente, de las y los estudiantes que son consumidores, el 66,8%
de los hombres y el 61,8% de las mujeres declaran haber tenido un episodio de embriaguez durante
los últimos 30 días.

Respecto a la influencia negativa del alcohol en la conducción, según datos del año 2019, el
alcohol en el conductor11 es la cuarta causa de fallecimientos en siniestros de tránsito (9,69%)
(Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito [CONASET], 2021ª). Además, el 28,5% de personas
fallecidas y el 34,1% de personas lesionadas fueron conductores o conductoras de entre 15 y 29
años de edad, mientras el 29,2% de personas fallecidas y 35,1% personas lesionadas fueron
personas al volante de entre 30 y 44 años. Cabe destacar que no existen grandes diferencias entre
ambos tramos etarios, es más, durante el año 2017 y 2018 la mayoría de las personas que conducían
y resultaron fallecidas o lesionadas por siniestros de tránsito tenían entre 18 y 29 años de edad
(CONASET, 2021b).

Tabaco

Conceptos básicos

El tabaco es consumido por los efectos que produce su principal ingrediente psicoactivo: la
nicotina, una sustancia altamente adictiva cuando se inhala en el pulmón. La nicotina se consume
mediante la inhalación en forma de humo de tabaco (fumar), tabaco sin humo (chupar, masticar o
esnifar) y por la exposición pasiva al humo del tabaco12 (Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008;
OMS, 2021; Prochaska, 2018).

11
Conducción bajo la influencia del alcohol y conducción en estado de ebriedad.
12
El tabaquismo pasivo se produce por la inhalación involuntaria de humo de tabaco de un fumador
cercano. La cantidad inhalada, y por lo tanto sus efectos, varían según la proximidad y la duración de la
exposición, así como del medio ambiente y la ventilación (Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008;
Prochaska, 2018).
Al inhalar la nicotina del tabaco, esta se absorbe a través de los pulmones y llega al cerebro
en 10 segundos. La concentración de nicotina en el cerebro disminuye con rapidez, por lo que la
persona que fuma puede desear fumar nuevamente luego de 30 o 40 minutos (Corvalán, 2017;
Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008). Los productos de la combustión del tabaco también
contienen otras sustancias químicas que pueden causar morbilidad y mortalidad (Prochaska, 2018).

Dado que la nicotina puede producir tolerancia y dependencia, es posible que las personas
que fuman sufran de trastorno por consumo de tabaco o tabaquismo, es decir, generen
dependencia a la nicotina y padezcan síntomas de abstinencia. El diagnóstico para este trastorno se
debe realizar solo en caso de que en los últimos 12 meses una persona haya presentado 2 o más
rasgos relacionados con la dependencia. Estos son: Dificultad para controlar su consumo; fuerte
deseo o necesidad de consumir tabaco; dedicación y esfuerzo en actividades para conseguir tabaco
o consumirlo y síntomas de abstinencia o consumo de tabaco debido a la abstinencia (American
Psychiatric Association, 2018; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008).

Causas - Factores de riesgo

Al consumir tabaco, la nicotina libera endorfina en los circuitos de recompensa del cerebro,
aumentando el neurotransmisor dopamina. Esto produce efectos de estimulación; euforia; placer;
aumento de la atención, concentración y memoria y la disminución de la ansiedad, el estrés y el
apetito, convirtiéndose en una droga atractiva de consumir a pesar de las consecuencias dañinas de
su uso. Por lo tanto, las personas buscan volver a consumir tabaco en sus diversas formas con el fin
de experimentar la recompensa que produce, aumentando el riesgo de desarrollar trastornos por
el uso de sustancias (Corvalán, 2017; Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas [NIDA], 2020a).

Respecto a la iniciación y mantenimiento de fumar, existiría una relación posible entre


factores genéticos y el consumo de tabaco. También influirían características ambientales e
individuales, como la baja tolerancia a la frustración, la falta de autocontrol; tener depresión u otra
enfermedad mental y la influencia del comportamiento familiar y de pares (NIDA, 2020b; Sullivan y
Kendler, 1999).

Los principales factores de riesgo de otros dominios que forman parte de la vida de las
personas son: Asociarse con pares que son consumidores; tener un historial familiar de conductas
de riesgo y de conflictos familiares; tener bajo apego a la escuela y la deserción escolar; la
disponibilidad y el acceso a drogas; bajo apego al vecindario y desorganización comunitaria; el
empobrecimiento; el desempleo y la discriminación (SENDA, s.f).

Un grupo de riesgo en el consumo de tabaco son los adolescentes, ya que consumir antes
de los 19 años aumenta la probabilidad de que se conviertan en fumadores regulares en la adultez.
Los factores de riesgo más importantes durante la etapa de la adolescencia es tener padres,
compañeros o modelos a seguir que fuman. Asimismo, puede influir tener un mal rendimiento
escolar, hacer dietas en exceso, consumir otras sustancias, tener dificultad en la resolución de
problemas, gozar de disponibilidad de cigarrillos y poseer baja autoestima (Levy, 2020).

Síntomas y signos

Los efectos inmediatos del tabaco son efectos estimulantes y relajantes. Estimula algunos
aspectos cognitivos, como la capacidad para mantener la atención y memorizar la información, así
como también reduce la ansiedad, el estrés y el apetito (Corvalán, 2017; Ministerio de Sanidad y
Consumo, 2008; NIDA, 2020a; Ramos y Mayol, 2019).

Los efectos tras el consumo habitual pueden ser graves para las personas, ya que:
 Aumenta la morbilidad a causa de enfermedades cardiovasculares (enfermedades del
corazón y de los vasos sanguíneos).
 Aumenta la morbilidad a causa de diversos tipos de cáncer, como cáncer de pulmón,
cáncer de cabeza, cáncer bucal, cáncer de laringe, cáncer de faringe y cáncer de esófago.
 Puede provocar infecciones respiratorias como bronquitis y neumonía, enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, enfisema pulmonar y exacerbar los síntomas de asma.
 Puede provocar gastritis y úlceras de estómago/duodeno.
 Altera la visión periférica y nocturna, y aumenta el riesgo de cataratas y pérdida de la
vista por degeneración macular.
 Aumenta la resistencia a la insulina, favoreciendo la diabetes.
 Puede causar infertilidad en mujeres e impotencia sexual en hombres.
 Mayor riesgo de desarrollar enfermedades de los dientes y las encías.
 Puede generar disminución cognitiva y riesgo de contraer la enfermedad de Alzheimer.
 Incluso el consumo prolongado de tabaco puede generar la muerte prematura (Centers
for Disease Control and Prevention [CDC], 2021; Ministerio de Sanidad y Consumo,
2008; National Cancer Institute, 2008; NIDA, 2020c; OMS, 2019; Prochaska, 2018;
Ramos y Mayol, 2019; SENDA, 2019a).

Tips y herramientas de afrontamiento y prevención

Para prevenir el consumo de tabaco se sugiere buscar herramientas que permitan aprender
a solucionar problemas de manera adecuada, sin recurrir al consumo para olvidarlos o resolverlos
(SENDA, 2019a). También se recomienda discutir abiertamente los peligros del tabaco y su
publicidad en un ambiente de confianza, sin mitos ni tabúes (SENDA, 2019a; Sharon Levy, 2020).

El tabaco durante la etapa de embarazo, aumenta el riesgo del o la bebé de tener bajo peso
al nacer, nacer prematuramente y malformaciones congénitas, pudiendo también perjudicar su
crecimiento y desarrollo normal. Es por ello que una actitud responsable es no fumar si se está
embarazada ni si hay una persona embarazada cerca (MINEDUC y MINSAL, 2021).
En el caso de jóvenes que consumen tabaco, se sugiere brindar apoyo en la búsqueda de
asistencia médica en caso de ser necesario (Sharon Levy, 2020). Si amistades o familiares fuman, se
puede solicitar que lo hagan fuera de la vivienda (con la puerta o ventana cerrada) o al aire libre
(MINEDUC y MINSAL, 2021).

En la atención primaria de salud, los técnicos y profesionales de salud general de atención


primaria utilizan estrategias de screening para identificar si una persona tiene o podría desarrollar
un consumo de riesgo de alcohol o un trastorno por consumo de drogas. El screening es la aplicación
de un instrumento (cuestionario o entrevista) que evalúa el nivel de riesgo de consumo de drogas
de una persona y para eventualmente realizar intervenciones o derivaciones a tratamiento (Center
for Substance Abuse Treatment, 1997; MINSAL, 2011, 2015; NIAA, 2011).

Los instrumentos como CRAFF13 o AUDIT14 (validados en Chile), entregan tres niveles de
riesgo, a saber, bajo riesgo, riesgo intermedio y riesgo alto. Luego, de acuerdo al nivel de riesgo de
la persona según su resultado en el instrumento, se realizan intervenciones o derivación y
acompañamiento (MINSAL, 2011, 2015). El consumo de bajo riesgo conlleva una intervención
mínima, una sola sesión de refuerzo, preventiva y educativa. El consumo de bajo riesgo implica una
intervención breve, en una sesión se intenta ayudar a la persona a cambiar su manera de consumir
para disminuir sus riesgos. En el consumo de riesgo alto, se realiza una derivación asistida (de hasta
4 sesiones) a algún profesional del establecimiento, quien realiza una evaluación clínica para el
abordaje de los problemas de consumo. En este último caso, si la intervención considera un mayor
número de sesiones (hasta 4), el personal también tendrá el rol de acompañar y monitorear el
proceso (MINSAL, 2011, 2015).

Cifras de interés

La Novena Encuesta Nacional de la Juventud (2019) demuestra que durante el último año el
33,9% de las y los jóvenes ha consumido tabaco15, cifra que baja respecto a lo declarado en el año
2015 de 49,5%. El porcentaje de frecuencia de consumo de tabaco también ha disminuido, pasando
de un 67,1% en 2012 a un 61,8% en 2018. No obstante, continúa siendo la sustancia con mayor
frecuencia de consumo diario y semanal (61,8%).

13
CRAFF “es una herramienta recomendada por el Comité sobre Abuso de Sustancias de la Academia
Americana de Pediatría, para la detección de adolescentes y jóvenes del consumo de riesgo de alcohol y otros
trastornos por consumo de drogas. Consiste en una serie de 6 preguntas desarrolladas para una detección
eficaz, destinada a evaluar si se requiere profundizar sobre el contexto de uso, la frecuencia, y otros riesgos y
consecuencias del alcohol y otras drogas y eventualmente una derivación a tratamiento” (MINSAL, 2015,
P.21).
14
AUDIT es un cuestionario de 10 ítems, “fue desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
como un método de tamizaje del consumo excesivo de alcohol y como un instrumento de apoyo en la
intervención breve” (SENDA, 2015).
15
La Novena Encuesta Nacional de la Juventud pregunta por cigarrillos.
Respecto al consumo promedio de cigarrillos al día en jóvenes, la misma encuesta evidencia
que es de 7,3 cigarrillos al día, 7,6 cigarrillos en hombres y 6,9 cigarrillos en mujeres. Desde el año
2105 al 2018 los hombres han mantenido su consumo promedio, mientras las mujeres lo han
aumentado en 3 décimas. La cantidad de cigarrillos diarios también aumenta según la edad y NSE.
En el rango etario de 15 a 19 años el consumo promedio es de 7 cigarrillos, en el de 20 a 24 años es
de 7,2 y en el de 25 a 29 años es de 7,4. En relación con el NSE, el consumo promedio de cigarrillos
al día en jóvenes de NSE alto es de 5,5, en jóvenes de NSE medio 6,7 y NSE bajo 8,4.

El Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile (2019), muestra
que el tabaco es la segunda sustancia más consumida por la población chilena en el año 2018 con
una tasa del 12,5%. De acuerdo a la edad, la tasa de incidencia anual en la población de 12 a 18 años
es de 6,3%, en población de 19 a 25 años de 15,6% y en población de 26 a 34 años es de 15,3%.

En cuanto al consumo diario de tabaco en la población general, tiene una prevalencia de


19,6% en la población general, 3,5% en el grupo etario de 12 a 18 años, 16,6% en el grupo de 19 a
25 años y 21,6% en el grupo de 26 a 34 años. Los días de consumo de tabaco en el último mes han
tendido a bajar en la última década y se incrementan en relación con la edad. El consumo es de 14,7
días en jóvenes de 12 a 19 años, 17,5 días en jóvenes de 19 a 25 años y 19 días en población de 26
a 34 años.

Senda en su Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Chile (2020),
exhibe que el 59,9% de jóvenes ha consumido tabaco en promedio a los 13,9 años. Además, el 56,5%
de los hombres y el 62,7% de las mujeres lo han consumido antes de los 15 años de edad.

Las prevalencias de consumo han tendido a disminuir durante los últimos años. Respecto al
consumo anual, este ha pasado de 41,3% en el año 2013 a 26,9% en el año 2019. Asimismo, la
prevalencia de consumo mensual ha tenido una variación de 26,7% en 2013 a 15,2% en 2019.
Finalmente, la prevalencia del consumo diario ha descendido más del triple desde el año 2003 al
2019, siendo el 3% de estudiantes encuestados quienes lo consumen, el 3,1% de las mujeres y 2,9%
de los hombres. Cabe mencionar que este fenómeno es mayor en colegios de dependencia
municipal (3,4%) que en particulares subvencionados (2,8%) o particulares pagados (2,7%) (Senda,
2020).

Marihuana

Conceptos básicos

La marihuana son las flores y hojas secas de la planta Cannabis sativa o Cannabis indica. Es
una droga ilegal de uso común, la cual contiene delta-9-tetrahidrocanabidol (THC), una sustancia
química psicoactiva que activa los receptores de cannabinodies produciendo alteraciones mentales
que causan sensación se euforia o “high” (NIDA, 2019, 2021; O´Malley y O´Malley, 2020).

La marihuana generalmente se fuma (inhala), en cigarrillos hechos a mano, en pipas, pipas


de agua (bongs) o vaporizadores16. También es posible comerla a través de alimentos, por ejemplo,
queques o galletas, y beberla a través de infusiones (NIDA, 2019; SENDA, 2021). La cantidad de THC
que se encuentra en la marihuana ha aumentado en las últimas décadas, como también se han
incrementados los métodos de consumo de resinas de mayor potencia como el hachís y los extractos
concentrados shatter, waz y budder (Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008; NIDA, 2019, 2021;
Ramos y Mayol, 2019; SENDA, 2021).

Al fumar marihuana, el THC pasa rápidamente de los pulmones a la corriente sanguínea y


de la sangre al cerebro y otros órganos del cuerpo, causando efectos inmediatos que pueden durar
entre 1 y 3 horas. En el caso de ingerir la marihuana a través de los alimentos o bebestibles, el
organismo absorbe más lentamente el THC, sintiendo los efectos entre 30 y 60 minutos luego de ser
consumida (NIDA, 2019, 2021).

Causas - Factores de riesgo

La marihuana es consumida por los efectos que produce, como lo es la sensación de euforia.
Además, su consumo es asociado por las personas con actividades deseables como las fiestas, ocio
y tiempo libre (SENDA, 2016; NIDA, 2021). Respecto a la influencia de factores personales y sociales
en el posible desarrollo de trastorno por consumo, se reconoce la incidencia de factores genéticos,
la edad en que se inicia el consumo, el consumo de otras drogas, las relaciones con familiares y
amistades, y si participa en actividades positivas como la escuela, clubes o deportes (NIDA, 2021).
Asimismo, otros de los principales factores de riesgo son: Asociarse con pares que son
consumidores; tener un historial familiar de conductas de riesgo y de conflictos familiares; tener
bajo apego a la escuela y la deserción escolar; la disponibilidad y el acceso a drogas; bajo apego al
vecindario y desorganización comunitaria; el empobrecimiento; el desempleo y la discriminación
(SENDA, s.f).

La niñez y la adolescencia son periodos de alto riesgo asociado al consumo de marihuana,


debido a que el cerebro se mantiene en un estado de desarrollo activo, siendo más vulnerables a
los efectos adversos a largo plazo de la exposición al THC. Ejemplo de ello, es que el consumo en
estas etapas puede provocar anomalías en el funcionamiento del cerebro, vinculadas a cambios en
la neuro-cognición17 (SENDA, 2020).

16
En el caso de los vaporizadores se inhalan los compuestos activos de la marihuana desde el vapor y no
desde el humo (NIDA, 2019).
17
Es decir, en el volumen de las estructuras del cerebro y la activación de las tareas cognitivas.
Síntomas y signos

Los efectos de la marihuana aparecen pocos minutos después de fumar y pueden variar
según la dosis, el tipo de cannabis, el estado anímico y el estado físico de la persona que la consuma
(SENDA, 2021). Lo primero que sucede es la aceleración de la frecuencia cardíaca, los bronquios se
relajan y agrandan, y los vasos sanguíneos en los ojos se expanden dando un aspecto rojizo. Además
de ello, el consumo de marihuana a corto plazo puede provocar:
 Excitación inicial o euforia.
 Sensaciones placenteras de calma y bienestar.
 Desinhibición, ganas de hablar y reír.
 Estado de ensoñación de la conciencia en el que las ideas parecen desconectadas,
imprevisibles y libres.
 Aumento del apetito.
 Taquicardia, sequedad de boca y garganta.
 Alteración de los sentidos, tiempo, distancia, velocidad, colores y sonidos.
 Aumento del ritmo cardiaco.
 Puede producir ansiedad, reacciones de pánico y paranoia, sobre todo en los usuarios
nuevos.
 Dificultades cognitivas, de concentración, de memoria, de coordinación fina y en la
resolución de problemas.
 Puede exacerbar o precipitar los síntomas psicóticos en los esquizofrénicos, incluso en
los tratados con antipsicóticos.
 Fase de introversión, relajación y somnolencia.
 Alucinaciones (cuando se consume en grandes dosis).
 Delirio (cuando se consume en grandes dosis) (MINSAL, 2015; NIDA, 2019, 2021; SENDA,
2021; O´Malley y O´Malley, 2020; Ramos y Mayol, 2019).

Respecto a la sobredosis de marihuana, no se ha comprobado que pueda llegar a ser mortal.


Sin embargo, su consumo habitual o a largo plazo puede provocar una serie de problemas en la
salud de las personas tales como:
 Potencia síntomas de alteración del pensamiento, los sentidos y las emociones.
 Problemas respiratorios, enfermedades como sinusitis y bronquitis, silbancias, tos
crónica y mayor producción de flema.
 Menor capacidad de difusión pulmonar y flujo expiratorio forzado, es decir, botan el
aire de los pulmones con dificultad.
 Apatía sexual.
 Infertilidad.
 Síndrome amotivacional18 y disminución de la capacidad de concentración, la memoria
(a corto y de trabajo) y toma de decisiones.
 Problemas en el área laboral e incapacidad para enfrentar nuevos problemas.
 Posible vínculo entre el consumo crónico intenso de marihuana y el aumento del riesgo
de trastornos psiquiátricos como esquizofrenia, depresión, ansiedad y abuso de otras
sustancias (MINSAL, 2015; NIDA, 2019, 2021; O´Malley y O´Malley, 2020; Ramos y
Mayol, 2019; SENDA, 2021; Torres y Fiestas, 2012).

La marihuana, como cualquier droga que causa euforia y disminuye la ansiedad puede
causar trastorno por consumo de sustancias, produciendo síntomas de abstinencia leve. Los
síntomas de abstinencia, como deseo intenso de consumir, insomnio, irritabilidad, depresión,
náuseas y disminución del apetito, ocurren 12 horas después del último consumo y alcanzan su
máximo a los 2 a 3 días, durando hasta 7 días (MINSAL, 2015; NIDA, 2019; O´Malley y O´Malley,
2020).

Tips y herramientas de afrontamiento y prevención

Para prevenir el consumo de marihuana se sugiere conversar con la familia y amistades al


respecto de los efectos dañinos y el abuso de la marihuana (NIDA, 2020).

Se recomienda no consumir marihuana si se va a conducir, ni viajar en un automóvil


conducido por alguien que haya consumido, ya que la marihuana favorece el riesgo de lesiones o
muerte al conducir un automóvil. La marihuana afecta la conducción de vehículos motorizados al
alterar la percepción de la profundidad, la precisión, la coordinación, la concentración y el tiempo
de reacción. Los efectos que pueden durar hasta 10 y 24 horas y si el consumo de marihuana se
combina con el consumo alcohol, las dificultades motrices son peores que cada una de estas drogas
por separado (MINSAL, 2013; NIDA 2021; SENDA, 2020, 2021; O´Malley y O´Malley, 2020).

También se recomienda evitar el consumo de marihuana en el caso de personas


embarazadas o en periodo de lactancia, ya que, si bien el efecto del consumo prenatal de la
marihuana en recién nacidos no está claro, el compuesto activo de la marihuana puede atravesar la
barrera mamaria y placentaria. Por lo cual es capaz de llegar a la leche materna y podría generar
bajo peso fetal y/o daño al cerebro del feto, causando consecuencias a la niña o al niño como
problemas de atención, memoria y resolución de problemas (MINSAL, 2015; NIDA, 2019; SENDA,
2020, 2021; O´Malley y O´Malley, 2020).

18
Disminución de la iniciativa personal, es decir, la persona pierde interés sobre cualquier tema y actividad y
es incapaz de interactuar con su entorno de forma normal.
Cifras de Interés

Datos de la Novena Encuesta Nacional de la Juventud (2019), demuestran que durante el


último año el 27,9% de las y los jóvenes ha consumido marihuana, 35,8% de los hombres y 19,8%
de las mujeres. Respecto a la edad de quienes declaran haber consumido durante el último año, el
18,8% de las y los jóvenes de entre 15 y 19 años lo han hecho, el 34,1% de jóvenes entre 20 y 24
años y el 29,9% de jóvenes entre 25 y 29 años.

La misma encuesta expone que la marihuana es la segunda droga de mayor frecuencia de


consumo diario y semanal, pasando de 36,9% en el año 2012 a 43,2% en 2018 el porcentaje de
jóvenes que declara haber consumido varias veces al día y/o varias veces a la semana marihuana.

Respecto a las situaciones de riesgo por consumo de marihuana, el 17,1% de las y los jóvenes
declara que en el último año se han subido a un vehículo motorizado conducido por una persona
que haya consumido marihuana. Asimismo, el 5,5% de las y los jóvenes menciona haber conducido
un vehículo motorizado luego de haber consumido marihuana (INJUV, 2019).

El Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile (2019), muestra
que la prevalencia de consumo anual de marihuana en la población chilena es de 12,7% en 2018, la
cual es más alta en menores de 34 años; 10,1% en jóvenes de entre 12 y 18 años; 32,1% en el rango
de 19 a 25 años y 20% en personas entre 26 y 34 años. La marihuana verde es la consumida con
mayor frecuencia entre jóvenes y aumenta su consumo acorde a la edad (valores entre 54%-81%),
mientras el consumo de marihuana prensada en jóvenes continúa la tendencia a la baja de los
últimos años, representando valores entre 3,2% y 4,4% en la población juvenil (SENDA, 2019).

El mismo estudio exhibe que la marihuana es la tercera sustancia más consumida por la
población chilena durante el año 2018 con una tasa de 2,8%. Esta tendencia se mantiene para el
grupo etario de 12 a 18 años con una tasa de 4,1%, así como para el rango etario de 19 a 25 años
con una tasa de 11% y para el tramo de 26 a 34 años con una tasa de 5,8% (SENDA, 2019).

Respecto a la percepción de facilidad de acceso a la marihuana en el último año, los jóvenes


de entre 19 y 25 años son quienes más la reportan de la población chilena con 65,7%, seguido por
la población de 26 a 34 años con 60,7%, mientras la percepción de facilidad de acceso en población
de 12 a 18 años es de 44,5%. Referido a la exposición a oferta de marihuana en el último año, la
población menor a 34 años es la que representa los valores más altos, siendo 24% en jóvenes de
entre 12 y 18 años, 45,8% en jóvenes de 19 y 25 años y 30,4% en personas de 26 a 34 años (SENDA,
2019).
En el Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Chile (2020) el 48%
de personas encuestadas señala haber consumido marihuana por primera vez antes de los 15 años
de edad, situándose el primer consumo, en promedio, a los 14,5 años. Al analizar por sexo, se
observa que el 47,8% de los varones y el 48% de las mujeres la han consumido antes de los 15 años.
En el caso de ambos sexos, existe una disminución respecto del año 2017 de 0,7 puntos porcentuales
en hombres y 3,7 puntos en mujeres.

El mismo estudio muestra que las prevalencias de consumo de marihuana han tendido a
bajar desde el año 2017. El uso de marihuana alguna vez en la vida, es decir, que hayan consumido
alguna vez en su vida, varía de 41,0% en 2017 a 36,5% en 2019. De la misma forma, el consumo
anual baja de 30,9% en 2017 a 26,8% en 2019. Y, por último, la prevalencia de consumo mensual
disminuye de 17,3% en 2017 a 15,4% en 2019.

Sobre el acceso a la marihuana el 57,5% de las y los jóvenes menciona que la última vez que
le ofrecieron marihuana lo hizo algún amigo o polola/a y el 42,9% considera “fácil” o “muy fácil”
conseguir marihuana (SENDA, 2019). En relación al último lugar en que le ofrecieron marihuana, los
lugares más relacionados a ofrecimiento son las fiestas, juntas, recitales (13,3%) y casas de
amistades (8,9%), esto acompañado de un aumento de jóvenes a quienes no les han ofrecido
marihuana, que pasa de 47,8% en 2017 a 50,7% en 2019 (SENDA, 2020).

Al desagregar por sexo, se observa que la prevalencia de consumo anual en mujeres por
segundo año consecutivo supera la de hombres, correspondiendo a un 25,9% en el caso de los
hombres y 27,7% en el caso de las mujeres. Respecto a los cursos de las y los estudiantes, el consumo
anual aumenta a medida que se avanza de grado académico. Sobre la dependencia administrativa
de los establecimientos educacionales, los municipalizados y particulares subvencionados tienen
una prevalencia de consumo de marihuana anual (26,5% y 27,1% respectivamente) mayor a la de
particulares pagados (25,7%). Un hecho preocupante es que según la escala CAST 19 aplicada en el
estudio, se demuestra que el 16,8% de los consumidores prevalentes presentan un consumo de
marihuana de alto riesgo, siendo 20,6% en el caso de hombres y 13,8% en el caso de mujeres
(SENDA, 2020).

Respecto al tipo de marihuana que, consumida por las y los jóvenes durante el último año,
la más consumida es la verde con un 67,6% de prevalencia anual, 72,7% en mujeres y 62,3% en
hombres, además su consumo representa al menos el 60% en colegios de cualquier dependencia
administrativa. Por su parte, el consumo de marihuana prensada en jóvenes es de 9,2%, una cifra
menor a la de 2015 (19,9%), pero que aumenta en un 8% respecto al año 2017. La marihuana

19
La Cannabis Abuse Screening Test (CAST) es una escala de tamizaje para detectar consumo perjudicial de
marihuana en adolescentes, compuesta por 6 preguntas que buscan identificar conductas de riesgo con la
finalidad de prevenir problemas asociados al consumo de marihuana antes de que ocurran. A partir del
puntaje obtenido, el instrumento asocia 3 niveles de riesgo: Uno a dos puntos CAST: bajo nivel de riesgo.
Tres puntos CAST: moderado nivel de riesgo. Cuatro o más puntos CAST: alto nivel de riesgo.
prensada es consumida de manera similar en ambos sexos - 9,3% en mujeres y 9,2% en hombres- y
por primera vez los colegios de dependencia particular pagado -que aumentan su consumo de 5,4%
en 2017 a 11,1% en 2019- superan a colegios municipales y particulares subvencionados en su
consumo (SENDA, 2020).

Cocaína

Conceptos básicos

La cocaína es el principal alcaloide que procede de hojas secas de la planta de coca


(Erithroxylon Coca), que se cultiva en América del Sur (Colombia, Perú y Bolivia). Es una droga
estimulante del Sistema Nervioso Central que se emplea con fines no médicos para producir euforia
o insomnio (Damin y Grau, 2015; Del Bosque et al., 2014; Dowshen, 2018; Gobierno de la Rioja,
2021; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008; NIDA, 2020, 2021a, 2021b; O’Malley y O’Malley,
2020; Pastor, 2001; SENDA, 2016; SENDA, 2020).

El aspecto de la cocaína es un polvo blanco, fino y cristalino (Berger, 2020; Del Bosque, et
al., 2014; NIDA, 2020, 2021a, 2021b). La forma de consumo más habitual es inhalar o esnifar la
cocaína a través de la nariz, también se puede frotar la sustancia en las encías o introducir
directamente a la corriente sanguínea con una inyección (Berger, 2020; Dowshen, 2018; Gobierno
de la Rioja, 2021; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008; NIDA, 2021a, 2021b; SENDA, 2016;
SENDA, 2021).

Los efectos de la cocaína dependen de la vía por la cual se consuma. Al inhalar o inyectar vía
intravenosa la droga los efectos se producen entre 3 y 5 minutos y duran aproximadamente 20 a 30
minutos, mientras que al consumir vía oral el efecto comienza cerca de los 10 minutos y su efecto
máximo dura entre 60 y 90 minutos (Del Bosque et al., 2014; Ministerio de Sanidad y Consumo,
2008; O’Malley y O’Malley, 2020). Dado que la cocaína es una droga de acción corta, las personas
consumidoras pueden se pueden inyectar o fumar cada 10-15 minutos, aumentando
progresivamente la dosis (MINSAL, 2015; O’Malley y O’Malley, 2020).

La cocaína aumenta los niveles de dopamina, afectando los circuitos del cerebro de la
recompensa, por lo cual puede generar trastorno por el uso de sustancias. Desarrollando abuso,
tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia, en el que la euforia es reemplazada por
aprehensión, depresión profunda, somnolencia, apatía, dificultad para concentrarse y aumento del
apetito (Berger, 2020; Gonzáles et al., 2015; Khan, 2020; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008;
NIDA, 2021b; O’Malley y O’Malley, 2020; SENDA, 2016).
Causas - Factores de riesgo

La cocaína suele ser utilizada por sus efectos placenteros, principalmente tiende a ser
consumida por personas que buscan activarse y mantenerse despiertas o alertas por muchas horas
(NIDA, 2020; SENDA, 2016).

El consumo experimental de cocaína se asocia al uso de otras sustancias, contar con alta
accesibilidad a la sustancia, tener baja percepción de riesgo, presión de pares y/o pares que son
consumidores, poseer bajo control conductual, tener historial familiar de conductas de riesgo y de
conflictos familiares, tener bajo apego al vecindario, la existencia de desorganización comunitaria,
desempleo, sufrir de discriminación y tener baja adherencia escolar. De aquellas personas
consumidoras habituales de cocaína se observan elementos en común, tales como, poseer un
concepto negativo de la familia (vista como agresiva y no confiable), tener malas relaciones
interpersonales (amistades percibidas como no confiables) y tener una autoimagen negativa
(percibiéndose a sí como una persona agresiva, insatisfecha) (Del Bosque et al., 2014; SENDA, s.f)

Finalmente, cabe destacar el riesgo que supone el consumo de cocaína antes de los 18 años
de edad, ya que aumenta la probabilidad de que su uso se convierta en habitual a futuro (Del Bosque
et al., 2014).

Síntomas y signos

Los efectos del consumo de cocaína, su intensidad y duración varían de acuerdo al método
de consumo. La cocaína es un estimulante, por lo que genera una sensación de alerta y euforia que
puede ser agradable y peligrosa (NIDA, 2021a, 2021b; O’Malley y O’Malley, 2020). Los síntomas o
efectos a corto plazo son:
 Contracción de los vasos sanguíneos.
 Dilatación de las pupilas.
 Aumento de la temperatura corporal y sudoración.
 Aceleración o irregularidad de la frecuencia cardiaca e incremento de la presión arterial.
 Temblores y espasmos musculares.
 Hipersensibilidad a la luz, el sonido y el tacto.
 Náuseas, vómitos, diarrea y menor apetito.
 Incremento de energía.
 Ausencia de fatiga, sueño y hambre.
 Desinhibición y verborrea.
 Inquietud o desasosiego.
 Sentir que los pensamientos son extremadamente claros
 Mayor autoconfianza, autoestima, egocentrismo y megalomanía.
 Aumento de la sociabilidad.
 Puede incrementar el deseo sexual y demorar la eyaculación, aunque es posible que
dificulte la erección.
 Irritabilidad y ansiedad.
 Paranoia (desconfianza extrema e injustificada de los demás).
 Comportamiento violento, erráticos e impredecibles (cuando se consume en grandes
dosis) (Berger, 2020; Damin y Grau, 2015; Del Bosque, et al., 2014; Dowshen, 2018;
Gobierno de la Rioja, 2021; NIDA, 2020, 2021a, 2021b; Ramos y Mayol, 2019; SENDA,
2016, 2020, 2021).

Los efectos por consumo de cocaína a largo plazo o por reacciones tóxicas –que pueden
ocurrir en consumidores crónicos o personas que experimentan con la cocaína por primera vez- son:
Problemas de tipo cardiovascular: hipertensión, arritmias cardiacas, ataques al corazón, ruptura de
la aorta.
 Problemas pulmonares: hemorragia en los alvéolos pulmonares, neumotórax,
exacerbación de cuadros asmáticos, trombosis pulmonar y reacción de
hipersensibilidad pulmonar.
 Problemas en el embarazo: abortos espontáneos, muerte fetal, prematuridad e infartos
placentarios.
 Complicaciones renales: insuficiencia renal.
 Complicaciones otorrinolaringológicas: debido al consumo esnifado produce rinitis
crónica hasta producir erosiones o perforaciones del tabique nasal.
 Problemas psiquiátricos: Depresión, paranoias, conductas violentas y psicosis.
 Infecciones por la vía de consumo (compartir agujas): hepatitis B, VIH/SIDA.
 Conductas agresivas y violentas.
 Anorexia, bulimia, pérdida excesiva de peso, malnutrición y deshidratación.
 Temblores y episodios de convulsiones.
 Dolores de cabeza.
 Dolor torácico.
 Cansancio intenso y apatía.
 Dificultad para dormir.
 Disfunciones sexuales: impotencia, frigidez, pérdida de interés por el sexo. En hombres
dificultad para mantener la erección, dificultad para eyacular. En mujeres alteraciones
del ciclo menstrual, amenorrea, infertilidad y dificultad para alcanzar el orgasmo
(Berger, 2020; Damin y Grau, 2015; Del Bosque et al., 2014; Gobierno de la Rioja, 2021;
González et al., 2015; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008; MINSAL, 2015; NIDA,
2020, 2021a, 2021b; Ramos y Mayol, 2019; O’Malley y O’Malley, 2020; SENDA, 2016,
2020).

Cabe destacar que el consumo de cocaína puede ocasionar la muerte, ya sea en personas
que experimenten con ella o que la usen habitualmente. Estas muertes ocurren debido a paros
cardiacos, convulsiones seguidas por un parto respiratorio, accidentes cerebro-vasculares e infartos
al corazón (Dowshen, 2018; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008; NIDA, 2020; O’Malley y
O’Malley, 2020).

Tips y herramientas de afrontamiento y prevención

Para evitar el consumo de cocaína se debe entrenar la solución de problemas, para ello se
recomienda buscar ayuda y generar redes de confianza. En momentos de dificultades personales o
depresión el consumo de cocaína no ayuda, solo intensifica las problemáticas. También se
recomienda mantener espacios de relaciones y actividades de recreación saludables (Gobierno de
la Rioja, 2021).

Siempre es importante respetar la decisión de quién no quiere consumir, hay que decidir
autónomamente y no ceder ante presiones sociales. En caso de que existan presiones, por ejemplo,
por parte de amigos, es mejor cambiar ese grupo de amistades y los lugares de diversión (Gobierno
de la Rioja, 2021).

Otro punto importante a considerar, es tomar consciencia de que la cocaína al ser una droga
ilegal no se puede conocer con seguridad su grado de pureza o los efectos que pueda causar
(Gobierno de la Rioja, 2021).

Se recomienda no consumir cocaína si se va a conducir, ya que por sus efectos puede ser un
riesgo para quien conduce y para las demás personas. Tampoco se recomienda que las personas
embarazas consuman, debido a los problemas que puede causar en el embarazo, los que pueden
llevar incluso a abortos involuntarios. De la misma manera, se debe evitar consumir si se realizarán
trabajos que por sí mismos son riesgosos o cuando se debe estudiar o trabajar, ya que limita las
capacidades motoras e intelectuales (Gobierno de la Rioja, 2021; O’Malley y O’Malley, 2020).

Antes de pensar en consumir, se debe tomar en cuenta que puede favorecer la agresividad
en ciertas personas, generando problemas para otros y para sí. Además, debido a las potenciales
complicaciones de salud que puede provocar la cocaína, las personas que padezcan diabetes, asma,
presión arterial alta, alguna enfermedad cardiaca, epilepsia o se encuentren tomando algún
medicamento deberían abstenerse de consumir (Gobierno de la Rioja, 2021).

Finalmente, si algún familiar o amistad es adicto a la cocaína y necesita ayuda para dejarla
o experimenta síntomas de abstinencia que lo afligen, puede aconsejar otorgando información
sobre lo que produce la droga, fomentando que lo converse con personas de confianza que lo
puedan apoyar y/o recomendando ayuda médica (Berger, 2020; NIDA, 2021a). Puede ser que se
deba tomar distancia por un tiempo de la persona que consume cocaína, ya que es importante
proteger la propia salud mental y no exponerse a situaciones en las que se consume (NIDA, 2021a).
Cifras de interés

La Novena Encuesta Nacional de la Juventud (2019) muestra que durante el último año el
2,7% de las y los jóvenes ha consumido cocaína, siendo consumida mayormente por hombres (4,2%)
que por mujeres (1,1%). Respecto a la edad de quienes declaran haber consumido durante el último
año, el 1,1% de las y los jóvenes de entre 15 y 19 años lo han hecho, el 3,3% de jóvenes entre 20 y
24 años y el 3,4% de jóvenes entre 25 y 29 años.

El consumo de cocaína anual es mayor en jóvenes de NSE bajo (3,5%) y menor en el NSE
medio (2,2%). Además, se evidencia una diferencia importante en el consumo a partir del tipo de
zona del país, en el que las zonas rurales representan el 0,7% y las zonas urbanas el 3% (INJUV,
2019).

El Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile (2019), muestra
que la cocaína también es una droga presente en el contexto nacional, con una prevalencia de
consumo anual en la población chilena de 1%. La cual es más alta en el tramo etario de 19 a 25 años
con 2% y en personas de entre 26 y 34 años con 1,9%. Al contrario, las y los jóvenes de entre 12 y
18 años presentan la prevalencia más baja de la población con 0,1%.

Respecto a la percepción de facilidad de acceso a la cocaína en el último año, en la población


menor de 34 años aumenta de acuerdo a la edad, siendo 18,9% en jóvenes de 12 a 18 años, 30,7%
en jóvenes de 19 a 25 años y 33,4% en jóvenes de 26 a 34 años. Referido a la exposición a oferta de
cocaína en el último año, los jóvenes de entre 19 y 25 años son quienes más la reportan de la
población chilena con 12,6%, seguido por la población de 26 a 34 años con 10,1%, mientras en la
población de entre 12 y 18 años la exposición a la oferta es de 3,2% (SENDA, 2019).

Respecto a la población en edad escolar, en el Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas


en Población Escolar de Chile (2020) el 30,9% de las personas encuestadas señala haber consumido
cocaína por primera vez antes de los 15 años de edad, situándose el primer consumo, en promedio,
a los 15 años. Al analizar por sexo, se observa que el 27,5% de los varones y el 34,7% de las mujeres
la han consumido antes de los 15 años.

El mismo estudio muestra que el año 2017 se presenta un quiebre en la tendencia al alza de
las prevalencias de consumo de cocaína de años anteriores, la cual se mantiene en el año 2019. El
uso de cocaína alguna vez en la vida varía de 7,1% en 2015 a 5,3% en 2019. De la misma forma, el
consumo anual baja de 4,2% en 2017 a 2,9% en 2019. Y, por último, la prevalencia de consumo
mensual disminuye de 1,8% en 2017 a 1,1% en 2019.

En cuanto a la prevalencia de consumo de cocaína en el último año, los hombres tienen una
prevalencia de 3,5% y las mujeres de 2,3%. Esta prevalencia se mantiene constante en cursos de
entre 8° básico y 2° medio (2,4%), aumentando a 3,7% en 3° medio y 4,1% en 4° medio. Respecto a
la prevalencia de consumo anual en establecimientos educativos de distintas dependencias
administrativas, los municipales tienen una prevalencia de 3,7%, los particulares subvencionados de
2,6% y los particulares pagados de 1,8% (SENDA, 2020).

Pasta base

Conceptos básicos

La pasta base es una droga estimulante derivada de la cocaína, de bajo nivel de pureza, que
se obtiene a partir de diversos procesos de elaboración química en los que las hojas de coca se
mezclan con sustancias tóxicas como ácido sulfúrico, kerosene, plomo, alcaloides, amoníaco, entre
otras. Dando origen a una pasta fumable de un color que varía entre un color amarillento o
amarronado (Díaz y Martínez, 2016; Galéra et al., 2013; Gobierno de Chile, 2021a; Gobierno de la
Rioja, 2021; Meikle et al., 2009; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008; Municipalidad de Rosario,
2021; Pérez, 2003; SENDA, 2019).

La manera de consumir pasta base es fumándola sola o mezclada con marihuana (marciano),
tabaco (mono) o ceniza (MINSAL, 2015; Galéra et al., 2013; Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008;
Municipalidad de Rosario, 2021; Pontificia Universidad Católica, 2021). Al fumarla los efectos se
producen entre 8 y 30 segundos posteriores y duran entre 5 y 15 minutos, por lo que puede ser
altamente adictiva (MINSAL, 2015; Galéra et al., 2013; SENDA, 2021)

La proporción del alcaloide cocaína varía entre el 40% y el 80%, por lo que afecta el sistema
nervioso central y es altamente adictiva. Generando en las personas que la consumen dependencia
y síndrome de abstinencia, caracterizado por altos niveles de ansiedad y dolores abdominales (Díaz
y Martínez, 2016; Gobierno de Chile, 2021a; Galéra et al., 2013; Meikle et al., 2009; Pontificia
Universidad Católica, 2021).

Causas - Factores de riesgo

La pasta base suele ser consumida con el objetivo de mantenerse despierta/o por más
tiempo y como droga recreativa o social (Gobierno de la Rioja, 2021). Además, es usual que la
experimentación con la pasta base se inicie por imitar al grupo de amistades, lo cual no quiere decir
que exista una presión de grupo real. En el caso de las mujeres, la mayoría comienza a consumir por
sus parejas y fuman en compañía. En relación con los hombres, en un primer momento fuman en
compañía, pero con el tiempo lo hacen de forma solitaria buscando conservar la sustancia para su
consumo exclusivo (Pérez, 2003). Referente a factores asociados al consumo de pasta base, se
reconocen ciertos patrones de factores genéticos y/o ambientales en las personas consumidoras
(Galéra, 2013). Como también factores de riesgo en otros dominios que forman parte de la vida de
las personas como: Asociarse con pares que son consumidores; tener un historial familiar de
conductas de riesgo y de conflictos familiares; tener bajo apego a la escuela y la deserción escolar;
la disponibilidad y el acceso a drogas; bajo apego al vecindario y desorganización comunitaria; el
empobrecimiento; el desempleo y la discriminación (SENDA, s.f).

Síntomas y signos

Los efectos de fumar pasta base dependen del tipo de preparación, la dosis, su frecuencia
de consumo, las impurezas y adulteraciones que la compongan, la motivación por la cual es
consumida, entre otras (Municipalidad de Rosario, 2021; SENDA, 2021). Los efectos inmediatos que
puede provocar la pasta base son:
 Aumento de la presión arterial, frecuencia cardíaca, temperatura corporal y frecuencia
respiratoria.
 Palidez y dilatación de las pupilas
 Euforia y luego estado de disforia (sensación de angustia, depresión, malestar físico y
emocional.
 Hiperactividad, hipervigilancia y verborrea.
 Disminución de las inhibiciones y mayor autoconfianza.
 Disminución del apetito, el sueño y la fatiga.
 Sensibilidad a los estímulos.
 Cambios en los niveles de atención.
 Aceleración de los procesos del pensamiento.
 Dolor de cabeza, náuseas y/o vómitos.
 Sequedad de la boca.
 Picazón y temblor.
 Falta de coordinación y confusión.
 Fatiga y sueño,
 Indiferencia sexual (MINSAL, 2015; Municipalidad de Rosario, 2021; SENDA, 2019, 2021).

Los efectos o daños que puede producir su consumo habitual son:


 Quemaduras graves de labios, cara y manos.
 Pigmentación amarillo ocre de dedos y encías.
 Desatención cada vez más intensa en los hábitos de la alimentación y de la higiene personal.
 Deterioro daño neurológico progresivo, déficit de memoria, disminución de la atención
infartos y/o hemorragias cerebrales.
 Disminución de peso, problemas de absorción intestinal de nutrientes y diarreas.
 Problemas respiratorios: asma, sinusitis, bronquitis e infecciones.
 Desinterés laboral y dificultades en las relaciones interpersonales.
 Problemas de tipo cardiovascular: hipertensión arterial, accidente vascular isquémico o
hemorrágico.
 Problemas dermatológicos.
 Problemas en el embarazo: bajo peso, problemas de inmunodeficiencia, malformaciones,
daño cerebral e incluso abortos involuntarios.
 Problemas psiquiátricos: alucinaciones, psicosis paranoide, o síntomas conductuales como
irritabilidad e impulsividad (Galéra et al., 2012; Meikle et al., 2009; Mena et al., 2000;
Municipalidad de Rosario, 2021; Pontificia Universidad Católica, 2021; SENDA, 2019, 2021).

Se debe enfatizar que la pasta base se distingue del consumo de otras sustancias con
características similares, por producir el efecto en sus consumidores de romper con los códigos
sociales y experimentar cambios de conducta, impulsividad y agresividad (Meikle et al., 2009).

Tips y herramientas de afrontamiento y prevención

Para evitar el consumo de pasta base se recomienda buscar espacios de confianza en el que
se pueda conversar naturalmente acerca de esta droga y sus riesgos (Gobierno de Chile, 2021b). En
momentos de dificultades personales o depresión el consumo de pasta base no ayuda, solo
intensifica las problemáticas. También se recomienda mantener espacios de relaciones y actividades
de recreación saludables (Gobierno de la Rioja, 2021).

Siempre es importante respetar la decisión de quién no quiere consumir, hay que decidir
autónomamente y no ceder ante presiones sociales. En caso de que existan presiones, por ejemplo,
por parte de amigos, se aconseja alejarse de dicho grupo de amistades y los lugares de diversión a
los que se recurren (Gobierno de la Rioja, 2021).

Es importante tomar consciencia de que la pasta base al ser una droga ilegal, no se puede
conocer con seguridad su grado de pureza o los efectos que pueda causar (Gobierno de la Rioja,
2021).

Finalmente, se recomienda no consumir pasta base si se va a conducir o realizar actividades


de riesgo, ya que su consumo limita las capacidades motoras e intelectuales, siendo un riesgo para
quien consume y para su entorno. Tampoco se recomienda que las personas embarazas consuman,
debido a los problemas que puede causar en el embarazo, los que pueden llevar incluso a abortos
involuntarios (Gobierno de la Rioja, 2021; Mena et al., 2000).

Cifras de interés

De acuerdo al Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile


(2019), la prevalencia del consumo de pasta base en el último año es de 0,4% a nivel país. En el caso
de menores de 34 años, el consumo aumenta junto con la edad, observándose en la población de
12 a 18 años una prevalencia es menor a 0,1%, en jóvenes de 19 a 25 años una prevalencia es de
0,4% y en personas de 26 a 34 años una prevalencia de 0,8%.

En Chile, la pasta base presenta una tasa de incidencia de consumo anual menor al de otras
drogas como el alcohol, el tabaco, la marihuana y la cocaína. No obstante, se ha incrementado su
consumo a nivel nacional (0,2%) y en el grupo etario de 26 a 34 años (0,2%), ha disminuido en
jóvenes de entre 12 y 18 años y de 19 a 25 años, representando menos del 0,1% (SENDA, 2019).

Respecto a la percepción de facilidad de acceso a la pasta base en el último año, en la


población menor de 34 años aumenta de acuerdo a la edad, siendo 19,6% en jóvenes de 12 a 18
años, 27,2% en jóvenes de 19 a 25 años y 31,9% en jóvenes de 26 a 34 años. Referido a la exposición
a oferta de pasta base en el último año, los jóvenes de entre 19 y 25 años son quienes más la
reportan de la población chilena con 4,4%, seguido por la población de 26 a 34 años con 3,9% y la
población de entre 12 y 18 años con 2,4% (SENDA, 2019).

El Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Chile (2020),


demuestra que el 60,6% de las personas encuestadas señala haber consumido pasta base por
primera vez antes de los 15 años de edad, situándose el primer consumo, en promedio, a los 13,8
años. Al analizar por sexo, se observa que el 54,4% de los varones y el 69,3% de las mujeres la han
consumido antes de los 15 años.

El mismo estudio muestra que la evolución de la prevalencia de consumo de la pasta base


en la última década ha tendido a sufrir pequeñas fluctuaciones de incremento o disminución. Sin
embargo, en el año 2019 estos valores se encuentran dentro de los más bajos, siendo 3,2% la
prevalencia de consumo de alguna vez en la vida, 1,7% la prevalencia de consumo anual y 0,9% la
prevalencia de consumo mensual.

En cuanto a la prevalencia de consumo de pasta base en el último año, los hombres tienen
una prevalencia de 2,2% y las mujeres de 1,3%. Esta prevalencia es mayor en 4° medio (2,3%) y
menor en 3° medio (1,3%), mientras los cursos entre 8° básico y 2° medio se encuentran en el rango
de 1,6% y 1,8%. Respecto a las prevalencias de consumo anual en establecimientos educativos de
distintas dependencias administrativas, estas aumentan de acuerdo a la capacidad de pago, siendo
2,4% en colegios municipales, 1,5% en colegios particulares subvencionados y 1% en colegios
particulares pagados (SENDA, 20202).
Tranquilizantes sin receta médica

Conceptos básicos

Los tranquilizantes son un tipo de psicofármaco, es decir, son sustancias químicas que
actúan en el sistema nervioso central, produciendo cambios temporales que provocan un descenso
en el nivel de actividad de la persona (Castillero, 2021; Droguett, 2019; Gobierno de Chile, 2021;
SENDA, 2016, 2021). Algunos de estos fármacos son benzodiacepinas, baritúricos, zolpidem
y eszopiclone (O’Malley y O´Malley, 2020).

Estos medicamentos son recetados para tratamientos de trastornos de salud mental de


manera monitoreada y por periodos determinados de tiempo, ya que presentan una alta capacidad
de generar tolerancia, dependencia y síntomas de abstinencia. Debido a ello, su consumo indebido,
como lo es la automedicación, aumenta los riesgos de sufrir consecuencias negativas a nivel
fisiológico, cognitivo y conductual (Droguett, 2019; NIDA, 2018; O’Malley y O´Malley, 2020; SENDA,
2016, 2021.)

Causas - Factores de riesgo

Los tranquilizantes sin receta médica son utilizados por sus efectos sedantes para facilitar el
sueño y lograr la relajación o desconexión física y mental (Castillero, 2021; Mori y Baltazar, 2011).
Las personas jóvenes también recurren a su consumo en episodios de angustia causadas por la
presión laboral y/o familiar (Droguett, 2019).

Otra de las razones de consumir tranquilizantes sin receta médica es buscar potenciar los
efectos de otras drogas, como la cocaína o el alcohol, o con el objetivo de drogarse directamente
con ellos. Dentro de las razones asociadas al uso de tranquilizantes, también se reconocen factores
sociales como la exposición a entornos conflictivos y el ser testigos o víctimas de cualquier tipo de
violencia o discriminación (Mori y Baltazar, 2011).

Por último, cabe destacar que la mayoría de las personas que generan adicción a los
tranquilizantes, comenzaron a tomarlos por razones médicas (O’Malley y O´Malley, 2020).

Síntomas y signos

El consumo de tranquilizantes sin receta médica causa efectos inmediatos y de largo plazo.
Los efectos inmediatos que se pueden experimentar son:
 Somnolencia.
 Irritabilidad.
 Crisis de pánico.
 Depresión.
 Alteración de la memoria.
 Mala coordinación.
 Confusión.
 Falta de concentración.
 Dolor de cabeza.
 Mareos.
 Sequedad en la boca.
 Respiración lenta y superficial (cuando se consume en grandes dosis).
 Estupor (cuando se consume en grandes dosis).
 Muerte (cuando se consume en grandes dosis) (Castillero, 2021; Droguett, 2019; Gobierno
de Chile, 2021; NIDA, 2018; O’Malley y O´Malley, 2020).

Estos efectos se potencian si se ingieren en conjunto a otras drogas como el alcohol, la


cocaína y la marihuana (Droguett, 2019; O’Malley y O´Malley, 2020).

Los efectos derivados del consumo a largo plazo de tranquilizantes sin receta médica
pueden ser:
 Movimientos oculares involuntarios (nistagmo).
 Problemas cardíacos y arteriales.
 Daños neurológicos: pérdida de la memoria, dificultades para pensar y para comprender,
hablar despacio, momentos de pérdida de atención, entre otros.
 Trastornos de la personalidad y del estado de ánimo.
 Dependencia.
 Psicosis.
 Aumento del riesgo de suicidio (Droguett, 2019; Castillero, 2021; Gobierno de Chile, 2021;
O’Malley y O´Malley, 2020).

Tips y herramientas de afrontamiento y prevención

Se recomienda el uso racional de los medicamentos para evitar el consumo de


tranquilizantes sin receta médica y sus efectos negativos.

Por uso racional de los medicamentos se entiende que los enfermos reciban los fármacos
indicados para su situación clínica en dosis que satisfagan sus necesidades individuales, durante un
periodo adecuado y al menor costo posible para ellos y para la comunidad. Ese uso racional exige
que se contrapesen los beneficios con los riesgos y los costos, y es responsabilidad conjunta de los
políticos, de los órganos de reglamentación competentes, de la industria farmacéutica, de los
profesionales de la atención sanitaria, de los enfermos y de toda la población. (OMS, 1985, p. 276).
Una manera de poner en práctica el uso racional de los medicamentos en el consumo de
tranquilizantes sin receta médica es no hacer autodiagnósticos, los tranquilizantes siempre deben
ser recetados por un médico quien diagnostique el tratamiento. La psicoterapia es un tratamiento
que puede ser complementado con tranquilizantes para aliviar los síntomas que aquejan a las
personas (MINSAL, 2010).

Cifras de interés

El Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile (2019), exhibe
que la prevalencia de consumo de tranquilizantes sin receta médica en la población chilena es de
3,7% alguna vez en la vida y 1,4% en el último año. La prevalencia de consumo anual de
tranquilizantes sin receta médica es mayor en el grupo etario de 19 a 25 años con 1,9%, seguido por
el grupo de 26 a 34 años con 1,6%. Contrario a ello, el grupo etario de 12 a 18 años presenta la
menor prevalencia de consumo anual de la población nacional (0,8%).

El Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Chile (2020),


demuestra que el 52,6% de las personas encuestadas ha consumido tranquilizantes sin receta
médica por primera vez antes de los 15 años de edad, situándose el primer consumo, en promedio,
a los 14 años. Al desagregar por sexo, se observa que el 48% de los hombres y el 56,3% de las
mujeres lo han hecho antes de los 15 años.

El mismo estudio muestra que las prevalencias de consumo de tranquilizantes sin receta
médica volvieron a aumentar luego de su descenso en el año 2017. La prevalencia de alguna vez en
la vida es de 16,5%, la prevalencia anual de 9,3% y la prevalencia mensual de 3,6%.

Referente al consumo de tranquilizantes sin receta médica en el último año, los hombres
tienen una prevalencia de 8,5% y las mujeres de 9,9%. Estas prevalencias aumentan de acuerdo al
grado académico, representando 8% en 8° básico y 10,8% en 3° medio, observándose un quiebre de
la tendencia en 4° medio donde baja a 9,5%. Respecto a las prevalencias de consumo anual en
establecimientos educativos de distintas dependencias administrativas, estas disminuyen de
acuerdo a la capacidad de pago, siendo 9,7% en colegios municipales, 9,2% en colegios particulares
subvencionados y 8,3% en colegios particulares pagados (SENDA, 20202).

Respecto al consumo de alcohol y otras drogas, en la atención primaria de salud, los técnicos
y profesionales de salud general de atención primaria utilizan estrategias de screening para
identificar si una persona tiene o podría desarrollar un consumo de riesgo o un trastorno por
consumo de drogas. El screening es la aplicación de un instrumento (cuestionario o entrevista) que
evalúa el nivel de riesgo de consumo de drogas de una persona y para eventualmente realizar
intervenciones o derivaciones a tratamiento (Center for Substance Abuse Treatment, 1997; MINSAL,
2011, 2015; NIAA, 2011).
Los instrumentos como CRAFF o AUDIT (validados en Chile), entregan tres niveles de riesgo,
a saber, bajo riesgo, riesgo intermedio y riesgo alto. Luego, de acuerdo al nivel de riesgo de la
persona según su resultado en el instrumento, se realizan intervenciones o derivación y
acompañamiento (MINSAL, 2011, 2015). El consumo de bajo riesgo conlleva una intervención
mínima, una sola sesión de refuerzo, preventiva y educativa, implica una intervención breve, en una
sesión se intenta ayudar a la persona a cambiar su manera de consumir para disminuir sus riesgos.
En el consumo de riesgo alto, se realiza una derivación asistida (de hasta 4 sesiones) a algún
profesional del establecimiento, quien realiza una evaluación clínica para el abordaje de los
problemas de consumo. En este último caso, si la intervención considera un mayor número de
sesiones (hasta 4), el personal también tendrá el rol de acompañar y monitorear el proceso (MINSAL,
2011, 2015).

Oferta programática de Consumo de drogas

Tabla: Oferta pública de consumo de drogas

Oferta programática
Dependencia Descripción del programa
/ Redes de apoyo

Fono Drogas y Ministerio del Interior y El Fono Drogas y Alcohol es un servicio gratuito,
Alcohol, 1412. Seguridad Pública. anónimo y confidencial, que funciona las 24 horas del
día y SENDA pone a disposición de personas afectadas
por el consumo de alcohol y otras drogas, sus
20
Servicio Nacional para familiares, amigas, amigos o cercanos .
la Prevención y
A través del número 1412, un personal altamente
Rehabilitación del
capacitado brinda tanto información sobre riesgos
Consumo de Drogas y
asociados al consumo de drogas y alcohol, como
Alcohol (SENDA).
orientación oportuna a través de prácticas de
intervención en crisis, intervenciones breves,
consejería y psicoeducación. También puede
referenciar a la red de Atención Primaria de Salud y
otras redes de atención, en caso de que quien llame
necesite evaluación y tratamiento21.

El Fono Drogas y Alcohol 1412 recibe más de 26 mil


llamados anuales, los cuales aumentaron 161% en la
región Metropolitana luego de que comenzara en los
medios de comunicación la campaña “Escuchar es

20
Información extraída de https://www.senda.gob.cl/conoce-como-funciona-y-en-que-consiste-el-servicio-
de-fono-drogas-y-alcohol. Fecha de consulta: 5 de junio 2021.
21
Información extraída de https://www.gob.cl/noticias/nuevo-numero-de-fono-drogas-y-alcohol-comenzo-
su-marcha-blanca/. Fecha de consulta: 5 de junio 2021.
parte de la solución”. El 70% de los llamados son
realizados por madres, padres, familiares y parejas de
las personas afectadas directamente por el consumo
de drogas y alcohol. Y las principales consultas son
acerca del consumo de pasta base, alcohol, cocaína y
marihuana, en orden descendente22.

Fono Drogas 135. Carabineros de Chile. El Fono Drogas es una línea gratuita y anónima puesta
a disposición para que cualquier persona pueda
contribuir al combate del tráfico, consumo de drogas y
estupefacientes. También entrega orientación a los
afectados respecto de la problemática de las drogas e
información sobre Centros de Rehabilitación.
Otro servicio de la línea 135 es solicitar apoyo
preventivo. Mediante el Departamento Drogas O.S.7.,
de Carabineros de Chile, se realizan cursos, seminarios,
charlas, exposiciones, reuniones de coordinación,
programas radiales y otras actividades educativas
sobre drogadicción, sus efectos y formas de prevenir23.

Senda Previene. Servicio Nacional para Este programa busca instalar y/o fortalecer un sistema
la Prevención y integral de articulación y gestión territorial de
Rehabilitación del promoción, prevención, tratamiento e integración
Consumo de Drogas y social del consumo de riesgo de drogas y alcohol en el
Alcohol (SENDA). ámbito local. En este sentido, a través de la instalación
de dispositivos en distintas comunas del país, articula
y gestiona las políticas públicas y los recursos
existentes en el nivel local e implementa la oferta
institucional de los Programas de SENDA24.

22
Información extraída de https://www.gob.cl/noticias/senda-lanzo-la-campana-escuchar-es-parte-de-la-
solucion/. Fecha de consulta: 5 de junio 2021.
23
Información extraída de, http://www.carabineros.cl/secciones/fonosEmergencia/. Fecha de consulta: 7 de
junio 2021.
24
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20monitioreo%20cierre%202016/Ministerio%20de%20Interior/SENDA%20(11
-1)/SENDA%20Previene(Seguimiento).pdf. Fecha de consulta: 7 de junio 2021.
Prevención del Ministerio del Interior y El programa busca resolver el consumo de riesgo en
Consumo Abusivo de Seguridad Pública. alcohol de las personas entre los 12 y 65 años de edad,
Alcohol. focalizado particularmente en grupos que presentan
mayor vulnerabilidad biológica, social, física y/o
Servicio Nacional para psíquica. A través de una estrategia de intervención
la Prevención y comunal que aborda aspectos asociados a tres
Rehabilitación del características: La conducción asociada a consumo de
Consumo de Drogas y alcohol, el consumo de alcohol de riesgo en
Alcohol (SENDA). adolescentes y la capacidad de respuesta comunal
frente al fenómeno de consumo abusivo. El programa
también es reforzado por campañas comunicacionales
sobre las consecuencias del consumo excesivo de
alcohol25.

Programa Continuo Servicio Nacional para El programa busca enseñar a niñas y niños de
Preventivo. la Prevención y educación parvularia hasta jóvenes de enseñanza
Rehabilitación del media sobre la prevención del consumo de drogas y
Consumo de Drogas y alcohol. Para ello implementa tres mallas
Alcohol (SENDA). diferenciadas y distintos objetivos:
Descubriendo el Gran Tesoro, para educación
parvularia. Sus objetivos son que niñas y niños
conozcan información y experiencias preventivas de su
propio contexto de vida, examinen comportamientos
preventivos a nivel personal y otros entornos
significativos y tomen decisiones de protección y
prevención en situaciones cotidianas y
contextualizadas, movilizando información y
habilidades a nivel individual y en la interacción con su
entorno cercano. Para cumplir con estas metas
refuerza el contenido con sesiones a apoderados/as.
La Decisión es Nuestra, 7° básico a 4° medio. En el
trabajo con niñas, niños y jóvenes se desarrollan
habilidades protectoras para vida, el estilo de vida
saludable y una actitud crítica frente a las drogas y
alcohol, además de fortalecer las redes y participación
en la comunidad. El trabajo con apoderadas y
apoderados se enfoca en potenciar un estilo familiar
cercano y protector, desarrollar un estilo de vida

25
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20monitioreo%20cierre%202016/Ministerio%20de%20Interior/SENDA%20(11
-1)/Prevenci%C3%B3n%20del%20Consumo%20Abusivo%20de%20Alcohol(Seguimiento).pdf. Fecha de
consulta: 5 de junio 2021.
saludable y crítico frente a las drogas y alcohol en la
familia y fortalecer competencias parentales que
promuevan el desarrollo de habilidades protectoras en
sus hijos e hijas26.

Elige Vivir sin Drogas. Servicio Nacional para El objetivo del programa Elige Vivir sin Drogas es
la Prevención y prevenir el consumo de drogas en niños, niñas y
Rehabilitación del jóvenes, involucrando para ello a las familias, a los
Consumo de Drogas y establecimientos educacionales, al sector privado y a
Alcohol (SENDA). la sociedad civil en general.

El programa consta de 3 etapas: 1. Diagnóstico


mediante la aplicación de una encuesta anónima y
confidencial acerca de las condiciones de vida de las y
los jóvenes, la que permite identificar la situación de
consumo de drogas y conocer las condiciones que
pueden generar o prevenir el consumo; 2.
Coordinación de programas preventivos, en la que
distintos actores públicos y privados conforman una
mesa de trabajo con el fin de planificar los planes de
acción para los ámbitos: familiar, escolar, comunitario
y tiempo libre; y 3. Evaluación de resultados, a realizar
cada dos años mediante una encuesta sobre la
evolución de conductas familiares, escolares y
comunitarias que permiten prevenir el consumo de
droga27.

PrePARA2 Ministerio del Interior y El objetivo de PrePARA2 es aumentar los factores


Seguridad Pública. protectores y disminuir factores de riesgo en relación
con el consumo de tabaco, alcohol y drogas en niñas,
Servicio Nacional para
niños y adolescentes en edad escolar, entre los 4 años
la Prevención y
y los 17 años y 11 meses de edad, ambos inclusive.
Rehabilitación del
Consumo de Drogas y Considera 4 componentes, que trabajan prevención
Alcohol (SENDA). universal, ambiental, selectiva e indicada: 1)
Prevención universal: desarrollo de competencias
sociales preventivas (desde 4 años a 17 años 11
meses); 2) Prevención ambiental: desarrollo de
competencias institucionales para la prevención del
consumo de sustancias (se trabaja con el
Establecimiento Educacional como unidad de medida;

26
Información extraída de https://www.senda.gob.cl/prevencion/iniciativas/prevencion-escolar/programa-
continuo-preventivo/objetivos-del-programa-continuo-preventivo/. Fecha de consulta: 30 de mayo 2021.
27
Información extraída de https://www.senda.gob.cl/prevencion/iniciativas/elige-vivir-sin-drogas/. Fecha de
consulta: 30 de mayo 2020.
3) Prevención selectiva del consumo de sustancias (en
los tramos de 10 a 13 y de 14 a 17 años, de manera
grupal); 4) Prevención indicada del consumo de
sustancias en los tramos de 10 a 13 y de 14 a 17 años,
de manera individual).

Este programa se encuentra disponible en todas las


regiones del país, en las comunas que tengan SENDA
Previene. Además, la derivación al programa debe ser
realizada por parte de algún establecimiento educativo
que cuente con la oferta de SENDA en alguno de sus
componentes.

Para mayor información está disponible el fono 1412 y


la página web https://www.senda.gob.cl/

Programa Ministerio del Interior y El objetivo del programa es contribuir a la prevención


Parentalidad Seguridad Pública. del consumo de alcohol y otras drogas en niñas, niños
y adolescentes, incrementando el involucramiento
Servicio Nacional para
parental de padres, madres y adultos cuidadores.
la Prevención y
Rehabilitación del A este programa pueden acceder adultos cuidadores
Consumo de Drogas y de niñas, niños y adolescentes de entre 9 y 14 años,
Alcohol (SENDA). mediante la invitación a participar desde
establecimientos educacionales u otras
organizaciones. Y se encuentra disponible en todas las
regiones del país, en las comunas que cuenten con la
oferta de SENDA Previene.

Para más información se encuentra disponible el fono


1412 y la página web https://www.senda.g ob.cl/

Tratamiento y Ministerio de Salud Este programa tiene por objetivo que personas adultas
Rehabilitación para (MINSAL). con consumo problemático de sustancias adictivas
Población Adulta con modifiquen su patrón de consumo. Para ello cuenta
Ministerio del Interior y
Consumo con prestaciones de salud y planes de tratamiento
Seguridad Pública.
Problemático de diferenciados, según los diversos niveles de
Drogas y Alcohol. Servicio Nacional para complejidad de los problemas de los consultantes. El
la Prevención y tratamiento es gratuito y se realiza en centros públicos
(Convenio Senda-
Rehabilitación del y privados a personas adultas beneficiarias del Sistema
MINSAL)
Consumo de Drogas y Público de Salud, FONASA. El programa contempla
Alcohol (SENDA). como población objetivo personas mayores de 20 años
que presentan consumo problemático de alcohol y/o
drogas que manifiestan la voluntad de tratarse28.

Tratamiento para Servicio Nacional para El programa busca modificar positivamente el patrón
Población la Prevención y de consumo de personas con consumo problemático
Consumidora de Rehabilitación del de alcohol y otras drogas condenadas a cumplimiento
Drogas y Alcohol en Consumo de Drogas y de libertad vigilada simple e intensiva. Para ello,
Libertad Vigilada. Alcohol (SENDA). desarrolla planes de tratamiento ambulatorios
intensivos y planes de tratamiento residenciales,
preferentemente en centros de tratamientos
especializados. Y trabaja con equipos
multidisciplinarios en las regiones en donde se
presenta la prevalencia más alta (Metropolitana,
Antofagasta, Valparaíso y Araucanía).

El plan de tratamiento ambulatorio intensivo y


residencial para infractores adultos contiene un
conjunto de prestaciones terapéuticas individuales,
familiares y grupales, dado que la población atendida
es compleja, requiriendo de un diagnóstico integral
donde participe un profesional médico, psicólogo,
trabajador social y otros profesionales afines.

Además, se realiza seguimiento a las personas


beneficiarias del programa que incluye informes
mensuales para el delegado de libertad vigilada, que
dan cuenta del avance del proceso terapéutico, así
como reuniones de coordinación con el delegado y con
la o el Juez, en caso que este último lo solicite29.

Tratamiento a Ministerio de
Salud El presente programa busca responder las necesidades
Adultos Infractores (MINSAL). de rehabilitación (tratamiento) de consumo de drogas
Consumidores y alcohol, de personas adultas que se encuentran a
Servicio Nacional para
Problemáticos de disposición de la justicia penal.
la Prevención y
Drogas y Alcohol.
Rehabilitación del La población beneficiaria es quienes cuentan con
(Convenio Senda- Consumo de Drogas y beneficios de salida alternativa de suspensión
MINSAL) Alcohol (SENDA). condicional del procedimiento y a condenadas y

28
Información extraída de
https://programassociales.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/programas/100059398/2016/3. Fecha de
consulta: 5 de junio 2021.
29
Información extraída de
https://programassociales.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/programas/5150/2017/3. Fecha de consulta: 30
de mayo de 2021.
condenados en cumplimiento de condena privativa de
libertad y en el medio libre.

El tratamiento se efectúa mediante la contratación de


recursos humanos especializados, para que entreguen
prestaciones e intervenciones terapéuticas de
diagnóstico, sesiones individuales, grupales, sesiones
familiares, y rescate. Los tratamientos se dan en los
Centros de Tratamiento de Adicciones (CTA) y en los
Centros de Referencia de Salud (CRS), y duran en
promedio 17 meses30.

Viviendas de apoyo a Servicio Nacional para El programa tiene como objetivo mejorar la condición
la integración social la Prevención y de integración social de personas de la red de
(VAIS). Rehabilitación del recuperación del consumo problemático de drogas y
Consumo de Drogas y alcohol, a través del desarrollo de habilidades, el
Alcohol (SENDA). mejoramiento de condiciones laborales, de
habitabilidad, y la vinculación a beneficios sociales31.

Para lograr su objetivo, el programa brinda Viviendas


de apoyo a la integración social (VAIS) a las personas
en proceso de recuperación por consumo
problemático de sustancias, que hayan finalizado su
proceso de tratamiento y rehabilitación y que no
cuentan con un soporte familiar o un espacio de
convivencia que les facilite la consolidación de sus
logros de cambio. Esta es una instancia habitacional
transitoria, que permite facilitar el desarrollo de un
conjunto de habilidades de sociales y de convivencia
que permitan el logro de una vida independiente y
autónoma, socialmente normalizada y plenamente
integrada en su entorno familiar, laboral y social. Estas
existen para hombres y mujeres de manera
independiente32.

30
Información extraída de
https://programassociales.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/programas/5019/2016/3. Fecha de consulta: 30
de mayo de 2021.
31
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20Eval%20Ex%20ante/Reformulados/Integraci%C3%B3n%20Social%20Chile%
20Integra(Evaluaci%C3%B3n).pdf. Fecha de consulta: 30 de mayo de 2021.
32
Información extraída de https://www.senda.gob.cl/integracion-social/programas/viviendas-de-apoyo-a-
la-integracion-social/. Fecha de consulta: 30 de mayo de 2021.
Programa de Servicio Nacional para Este programa está dirigido a resolver el consumo
tratamiento para la Prevención y problemático de drogas y alcohol en niñas, niños y
niños, niñas y Rehabilitación del adolescentes, entregándoles tratamiento para
adolescentes con Consumo de Drogas y modificar su patrón de consumo.
consumo Alcohol (SENDA).
Para ello, el programa contiene planes de tratamiento
problemático de
que con distintas modalidades de intervención:
alcohol y otras
Ambulatorias, residenciales y tratamiento para
drogas.
población en situación de calle, según el nivel de
complejidad del consumo y grado de compromiso
biopsicosocial. Además, de asesorías y capacitación
continua para los equipos profesionales y técnicos de
los centros de tratamiento y rehabilitación, con la
finalidad de mejorar la calidad de la atención de
acuerdo a las especificidades de cada persona
tratada33.

Programa Ministerio de Salud El programa busca resolver el riesgo de consumo de


Intervención y (MINSAL). alcohol, tabaco y otras drogas, en adolescentes,
Referencia (DIR) jóvenes, adultos y adultos mayores. El programa
Asistida en Alcohol, cuenta con 2 componentes: 1) Tamizaje (screening) de
Tabaco y otras riesgo de consumo de alcohol, tabaco y otras drogas
Drogas. para definir el tipo de intervención a realizar (se realiza
en población de 10 años en adelante, inscrita en los
Centros de Salud) e 2) Intervención breve para reducir
el riesgo de consumo de alcohol, tabaco y otras drogas.
En los consumos de alcohol, tabaco y otras drogas de
bajo riesgo se realiza intervención mínima, en los
consumos de riesgo de alcohol, tabaco y otras drogas
se realiza intervención breve y en los posibles
consumos perjudicial o dependencia se realiza una
derivación asistida34.

En población adolescente y juvenil, todo consumo es


considerado de riesgo, por lo que en esta población el
programa permite: identificar el patrón de consumo,

33
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20monitioreo%20cierre%202016/Ministerio%20de%20Interior/SENDA%20(11
-
1)/Tratamiento%20y%20Rehabilitaci%C3%B3n%20para%20Ni%C3%B1os%20y%20Adolescentes%20%20Alco
hol%20y%20Otras%20Drogas.pdf. Fecha de consulta: 30 de mayo de 2021.
34
Información extraída de
https://programassociales.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/programas/59208/2018/3. Fecha de consulta: 5
de junio 2021.
realizar una estrategia motivacional, pesquisar la
eventual presencia de un trastorno por consumo de
sustancias y realizar la referencia para su atención lo
más oportuna posible. El programa actualmente
presenta una cobertura de edad desde los 10 años en
adelante, abarcando todo el ciclo infanto-juvenil.

Las intervenciones son realizadas por equipos de


Atención primaria de Salud (APS), tanto profesionales
como técnicos, en el marco de las acciones regulares
de salud. En adolescentes, la detección de consumo
de sustancias es a través de ficha CLAP. Si se pesquisa
consumo de riesgo, se deriva al adolescente para la
aplicación del cuestionario CRAFFT y la consiguiente
Intervención Motivacional, diseñada particularmente
para realizarse según las características y necesidad de
esta población. 35.

Integración Social Ministerio del Interior y El programa busca que personas mayores de 18 años,
Chile Integra. Seguridad Pública. beneficiarias de FONASA, con consumo problemático
de drogas y alcohol, que accedieron o actualmente
están en un programa de recuperación, mejoren su
Servicio Nacional para integración social a través del desarrollo de
la Prevención y habilidades personales, familiares y comunitarias, y
Rehabilitación del que logren incorporarse a la fuerza laboral y a otras
36
Consumo de Drogas y instancias de participación social .
Alcohol (SENDA).
El programa articula una red de trabajo conformada
por Senda nacional y regional, los centros de
tratamiento y todos los servicios sociales disponibles
en el contexto local. Senda Nacional forma y habilita a
los centros de tratamiento en 2 herramientas de
intervención: 1) Instrumento de evaluación de Perfiles
de Integración Social, que permite a los centros de
tratamiento diagnosticar y evaluar necesidades de
integración social de sus usuarios; 2) Portafolio
Metodológico de Competencias de Integración Social,
que permite habilitar en competencias personales,

35
Información extraída de
https://programassociales.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/pdf/2018/PRG2018_3_59208.pdf. Fecha de
consulta: 5 de junio 2021.
36
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20Eval%20Ex%20ante/Reformulados/Integraci%C3%B3n%20Social%20Chile%
20Integra(Evaluaci%C3%B3n).pdf. Fecha de consulta: 5 de junio 2021.
familiares, comunitarias y en empleabilidad a las
usuarias y usuarios37.

La o el encargado de integración social en el centro es


responsable de que las y los usuarios que lleven 4 o
más meses en tratamiento sean diagnosticados en sus
necesidades de integración social (a través del
instrumento de evaluación de perfiles). Luego se
construye un itinerario personalizado de recuperación
y las y los usuarios son habilitados en competencias
para la integración social38.

Tratamiento Integral Ministerio de Salud El programa busca resolver el consumo problemático


de Adolescentes y (MINSAL). de drogas y alcohol en adolescentes imputados o
Jóvenes Ingresados condenados bajo la Ley 20.084 (que hayan cometido
Ministerio del Interior y
por Ley N°20.084 con delito siendo mayores de 14 años y menores de 18
Seguridad Pública.
Consumo años), entregándoles un tratamiento para un cambio
39
Problemático de Servicio Nacional para en el patrón de consumo .
Alcohol y Drogas (ex la Prevención y
Los planes de tratamiento y rehabilitación para
Tratamiento para Rehabilitación del
adolescentes que han infringido la ley y el tiempo de
Adolescentes con Consumo de Drogas y
ejecución de cada plan, va a depender de las distintas
Consumo Alcohol (SENDA).
modalidades de intervención: modalidad de
Problemático de
Drogas). Servicio Nacional de tratamiento ambulatorio intensivo en medio privativo
Menores (SENAME). de libertad, hospitalización de corta estadía en medio
(Convenio MINSAL, privativo de libertad, ambulatorio intensivo en medio
senda, Gendarmería libre, residencial en medio libre y hospitalización de
de Chile y el Servicio corta estadía en medio libre. Cada plan incluye un
Nacional de conjunto de prestaciones recomendables asociadas al
Menores). cumplimiento de los objetivos terapéuticos del mismo.
El programa contempla modalidades de atención
diseñadas en base a una conceptualización integral del
fenómeno del consumo problemático de drogas y la
salud mental juvenil, que incorpora desde un enfoque

37
Información extraída de
https://programassociales.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/programas/5151/2015/3. Fecha de consulta: 5
de junio 2021.
38
Información extraída de
https://programassociales.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/programas/5151/2015/3.
Fecha de consulta: 5 de junio 2021.
39
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20monitioreo%20cierre%202016/Ministerio%20de%20Interior/SENDA%20(11
-1)/Tratamiento%20J%C3%B3venes%20Ingresados%20por%20Ley%20N%C2%B020.084pdf. Fecha de
consulta: 5 de junio 2021.
biopsicosocial la perspectiva de género, las etapas del
desarrollo vital, la integración social y las conductas
transgresoras/delictivas40.

Tratamiento en Ministerio de Salud La Atención Primaria de Salud otorga tratamiento a


alcohol y otras (MINSAL). aquellas personas que presenten un trastorno en el
drogas en la red de área del consumo de sustancias y que cuenten con un
salud41: Atención compromiso biopsicosocial leve a moderado,
Integral de Personas incluyendo adolescentes y jóvenes.
con Trastornos por
Las actividades a desarrollar en el contexto de
consumo de
tratamiento son: Intervenciones psicosociales
Sustancias Alcohol y
individuales, intervenciones psicosociales grupales,
Drogas en Atención
consultas médicas; prescripción de fármacos, visitas
Primaria de Salud.
domiciliarias integrales y consultoría42.

Tratamiento en Ministerio de Salud La oferta en los servicios públicos de salud para la


alcohol y otras (MINSAL). población infanto-adolescente disponibles dependen
drogas en la red de de la planificación de cada servicio. Estos son: 1) Plan
salud: Programa de ambulatorio intensivo-alcohol y drogas en infanto-
Prestaciones adolescentes; 2) Plan ambulatorio comunitario
Valoradas en infanto-adolescentes, alcohol y drogas; 3) Plan
atención de residencial, por consumo de alcohol y drogas en
especialidad (PPV). infanto-adolescentes; 4) Plan desintoxicación alcohol y
drogas en infanto-adolescentes. Los jóvenes mayores

40
Información extraída de
https://www.senado.cl/site/presupuesto/2017/cumplimiento/Glosas%202017/primera_subcomision/21%2
0Des.%20Social/3953SES/Inf%20monitioreo%20cierre%202016/Ministerio%20de%20Interior/SENDA%20(11
-1)/Tratamiento%20J%C3%B3venes%20Ingresados%20por%20Ley%20N%C2%B020.084.pdf. Fecha de
consulta: 5 de junio 2021.

41
En relación con el tratamiento en la Red de Salud Pública, según el diseño de cada Servicio de Salud,
existen centros de salud tanto de atención primaria, como de especialidad ambulatoria que bridan atención
en la problemática del consumo de sustancias. De esta forma, existen Centros de Salud Familiar (CESFAM),
Centros Comunitarios de Salud Familiar (CECOF), Consultorios Generales, Centros de Salud Mental
Comunitaria y Hospitales Generales, entre otros, que pueden brindar prestaciones en esta área, bajo el
Modelo de Salud Integral Familiar y Comunitaria y el Modelo Comunitario de Atención en Salud Mental. No
existen programas de tratamiento segmentados por sustancia principal de uso, sino más bien los servicios se
organizan por complejidad de las necesidades de los usuarios y por tanto por la intensidad de la
intervención. La red de salud se rige por directrices para la atención integral y oportuna de todas las
personas que requieran atención de salud, incluyendo a quienes presentan consumo perjudicial y/o
dependencia de alcohol y otras drogas. Información extraída de
https://www.camara.cl/verDoc.aspx?prmTIPO=OFICIOFISCALIZACIONRESPUESTA&prmID=71729&prmNUME
RO=4884&prmRTE=14. Fecha de consulta: 29 de mayo de 2021.
42
Información extraída de
https://www.minsal.cl/portal/url/item/7222c0667853b8f8e04001011f016146.pdf. Fecha de consulta: 29 de
mayo de 2021.
de 18 acceden a la oferta disponible para la población
adulta43.

Tratamiento en Fonasa / Isapres. La implementación de una Garantía Explícita en Salud


alcohol y otras (GES) busca intervenir tempranamente sobre los
drogas en la red de consumos problemáticos de la población joven44. Es
salud: Garantía dirigida a personas menores de 20 años con
Explicita de Salud (Nº confirmación diagnóstica de riesgo bajo a moderada
53), Consumo de alcohol y drogas. Las beneficiarias y beneficiarios
Perjudicial o de Fonasa e Isapre pueden acceder a medicamentos y
Dependencia de exámenes contemplados en este GES mediante un
riesgo bajo a copago de arancel calculado de acuerdo al tipo de
moderado de alcohol prestación de la persona45.
y drogas en personas
menores de 20 años.

Programa Trabajar Ministerio del Interior y El objetivo del programa es mejorar la calidad de vida
con Calidad de Vida. Seguridad Pública. laboral de las trabajadoras y trabajadores, en sus
dimensiones ambiente laboral, familiar e individual,
Servicio Nacional para
considerando que ésta se entiende como un factor
la Prevención y
protector del consumo de alcohol y otras drogas.
Rehabilitación del
Consumo de Drogas y Todos los componentes orientan acciones de
Alcohol (SENDA). prevención ambiental y universal, fortaleciendo la
instalación de bases organizacionales que sustentan el
trabajo preventivo en el ámbito laboral.

El Programa se encuentra en todas las regiones del país


y su implementación está sujeta al cumplimiento de
los requisitos de postulación y a la disponibilidad de
cupos en cada región.

Para más información visitar www.senda.gob.cl/pr


evencion/iniciativas/prevencion-en-
espacioslaborales/trabajarcon-calidad-de-vida/

43
Información extraída de
https://www.camara.cl/verDoc.aspx?prmTIPO=OFICIOFISCALIZACIONRESPUESTA&prmID=71729&prmNUME
RO=4884&prmRTE=14. Fecha de consulta: 29 de mayo de 2021.
44
Información extraída de
https://www.camara.cl/verDoc.aspx?prmTIPO=OFICIOFISCALIZACIONRESPUESTA&prmID=71729&prmNUME
RO=4884&prmRTE=14. Fecha de consulta: 29 de mayo de 2021.
45
Información extraída de, http://www.supersalud.gob.cl/difusion/665/w3-article-3705.html. Fecha de
consulta: 29 de mayo de 2021.
Programa: Deporte Instituto Nacional de A través del subcomponente del programa, se
de Participación Deportes. desarrollan talleres en coordinación con SENDA en el
Social. marco del programa Elige Vivir Sin Drogas y en el área
de justicia juvenil de SENAME.
Componente:
Actividad Física y El subcomponente tiene como objetivo incentivar la
Deporte en Curso de práctica de actividad física y deporte en jóvenes, por
Vida. medio de talleres que favorezca la adherencia a la
práctica de alguna disciplina, buscando la mejora de la
Sub-componente:
condición física de los jóvenes, con énfasis en la
Jóvenes en
capacidad cardiorrespiratoria y los grandes grupos
Movimiento.
musculares. Y así mejorar su condición física y tener un
estilo de vida saludable. La oferta consiste en el
desarrollo de talleres sistemáticos de 90 minutos, dos
veces o tres veces por semana de 60 minutos. La oferta
también cuenta con actividades online a través de
plataformas digitales.

En este programa pueden participar jóvenes de 15 a 29


años, que sean estudiantes de establecimientos
educacionales o pertenecientes a organizaciones
sociales comunitarias, preferentemente en situación
de vulnerabilidad. Y se implementa en todas las
regiones del país, durante los meses de abril a
noviembre.

Las y los profesionales de contacto por cada región


son:
1.Tarapaca: Giovanna Francino
[email protected]
2. Antofagasta: Pamela Urnia [email protected]

3. Atacama: Scarleth Cortés [email protected]

4. Coquimbo: Luis Arnello [email protected]

5. Valparaíso: Jessica Zamora [email protected]

6. O´Higgins: Omar Olivares [email protected]

7. Maule: Luis Valenzuela [email protected]

8. Bío bío : Gloria Mansilla [email protected]

9. Araucanía: Paola Ulloa [email protected]

10. Los Lagos: Camila Mansilla [email protected]


11. Aysén: Magaly Cortés [email protected]

12. Magallanes: Jessica Navarro [email protected]


13.Metropolitana: Lorena Levinanco
[email protected]

14. Los Ríos: Yocelyn Ramírez [email protected]

15. Arica: Iván Eyraud [email protected]

16. Ñuble: Matías Gacitúa [email protected]

Ministerio de Comisión Nacional de Su objetivo central es prevenir siniestros de tránsito y


Transporte y Seguridad de Tránsito sus consecuencias, coordinando distintas labores en
Telecomunicaciones (CONASET) materia de seguridad vial. En tal sentido, ofrece charlas
educativas y de concientización en el ámbito de la
siniestralidad vial, teniendo como foco el público
infantil y juvenil, así como también organizaciones
ciudadanas que trabajen con jóvenes.

Lo anterior teniendo en consideración que los


siniestros viales son una de las principales causas de
muerte externa en los jóvenes chilenos, dentro de las
cuales en ocasiones se involucra el consumo de alcohol
y otras drogas.
Para más información ingresar en los siguientes links,
https://www.conaset.cl/educacionvial/,
https://www.conaset.cl/alcohol-yconduccion/ y
https://youtu.be/ICRDXrXvjz4
Tabla: Oferta programática privada de consumo de drogas

Oferta
programática
Dependencia Descripción de la oferta Contacto
privada/ Redes
de apoyo

Programa Fundación Programa escolar de prevención del FONO:


“Súmate a la Esperanza consumo de drogas y otras conductas
+56 9 3179 0063
Cultura Previene de riesgo asociadas que busca
Preventiva” instalar una cultura preventiva WEB:
sostenible en los establecimientos
educacionales del país, a través de https://esperanzaprev
intervenciones compatibles y iene.cl/
vinculadas a la acción educativa de
cada establecimiento que conforman
las comunidades educativas.

Este programa se encuentra


disponible a nivel nacional y pueden
acceder estudiantes, apoderados y
docentes de educación preescolar,
básica y media.

Horario de atención: lunes a viernes


de 9:00 a 18:00 hrs.

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Introducción

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