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Trabajo Teoria Tema 16

Este documento define la perención de la instancia como la extinción de un proceso debido a la inactividad de las partes por más de un año sin realizar actos procesales. Explica que la perención se fundamenta legalmente en los artículos 267 y 269 del Código de Procedimiento Civil venezolano y produce la extinción del proceso, impidiendo nuevas demandas por 90 días. Además, indica que la perención puede declararse de oficio por el tribunal y que la inactividad del juez no genera perención.

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Trabajo Teoria Tema 16

Este documento define la perención de la instancia como la extinción de un proceso debido a la inactividad de las partes por más de un año sin realizar actos procesales. Explica que la perención se fundamenta legalmente en los artículos 267 y 269 del Código de Procedimiento Civil venezolano y produce la extinción del proceso, impidiendo nuevas demandas por 90 días. Además, indica que la perención puede declararse de oficio por el tribunal y que la inactividad del juez no genera perención.

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMETNAL DE LOS LLANOS CENTRALES
“ROMULO GALLEGOS”
AREA DE CIENCIAS POLITICAS Y JURIDICAS
PROGRAMA DE FORMACION EN DERECHO
UNIDAD CURRICULAR: TEORIA GENERAL DEL PROCESO.
3ER AÑO – SECCIÓN 1

LA PERENCIÓN DE LA INSTANCIA

ABOGADA BACHILLERES:
Belisario Ivonne Almea Angel, C.I: V-30.510.247
Ascanio Javier, C.I: V-11.124.844
Castillo Ydielim, C.I: V-30.655.101
Delgado Marialis, C.I: V-30.016.728
López Francheska, C.I: V-29.786.572
Ortega Jesmar, C.I: V-31.227.072
Rodríguez Nicolas, C.I: V-30.961.687
Ruiz Aldemar, C.I: V-26.495.492

19 OCTUBRE DEL 2.023


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 3
DEFINICIÓN .............................................................................................................. 5
FUNDAMENTO LEGAL: ......................................................................................... 6
CÁUSALES DE PERENCIÓN DE LA INSTANCIA ............................................. 7
IRRENUNCIABILIDAD DE LA PERENCIÓN ..................................................... 8
EFECTOS DE LA PERENCIÓN .............................................................................. 9
NUEVA PROPOSICIÓN DE LA DEMANDA ...................................................... 15
CRITERIOS JURISPRUDENCIALES .................................................................. 15
CONCLUSION.......................................................................................................... 19
BIBLIOGRAFIA ....................................................................................................... 21
INTRODUCCIÓN

Todo proceso, concluye normalmente con la emisión de una sentencia


luego de haber transitado por un conjunto de actos organizados y normados de
acuerdo a los términos establecidos en el Código de Procedimiento Civil
Venezolano, mas sin embargo por excepción, la causa puede terminar, por
algunos de los modos de auto composición procesal establecidos en el Derecho
Venezolano, tales como el desistimiento, transacción, conciliación, perención
de la instancia, entre otras, así como la incorporación a través de la
jurisprudencia nacional del decaimiento de la acción por falta de interés
procesal.
A los fines del presente trabajo, interesa el estudio de las instituciones
procesales de la perención de la instancia y la figura del decaimiento de la
acción por falta de Interés procesal. Este tema de estudio a tratar, es motivado
por la necesidad de profundizar los conocimientos sobre dichas instituciones,
siendo el tema central “La Perencion de la instancia” para poder diferenciar sus
efectos y el basamento legal que posee, debido a la gran importancia y
vigencia de dicha figuras procesal dentro de los órganos de administración de
justicia.
En este sentido, la finalidad de la declaratoria de la perención de la
instancia, es evitar la permanencia indefinida de un litigio, de tal manera que el
juez pueda abocarse a las causas que realmente requieran de su conocimiento
para de esta forma garantizar la paz social, jurídica y económica de la
colectividad, los tribunales en la actualidad se encuentran saturados de causas
abandonadas por las partes y reposan en los archivos de estos durante años, es
por ello que la perención de la instancia constituye un recurso trascendental
para que el juez decida la extinción de la causa de acuerdo a los términos
previstos en la Ley.
Por su parte el decaimiento de la acción por falta de interés, es una
institución novedosa y por ende posee una regulación legal un tanto escueta, lo
cual ha causado incertidumbre frente a las posibilidades de su declaratoria. El
Decaimiento de la acción, es producto de la pérdida del interés de las partes, y
se constituye como de una situación distinta a la de la perención, pudiendo ser
declarada por el juez sin que las partes lo aleguen, tiene lugar la misma cuando
el accionante no quiere que el Juez le emita pronunciamiento, sea el auto de
admisión o inadmisión de la demanda o en la sentencia, manteniéndose inerte
ante la inactivada del juez en dar su providencia lo que evidencia la pérdida total
del impulso procesal que le corresponde a las partes interesadas a fin de
mantener viva la acción. Por ende el presente trabajo de investigación, se plantea
establecer los efectos de la Perención para de este modo poder identificar los
criterios establecidos en el Código de Procedimiento Civil venezolano y la
Jurisprudencia nacional de esta institución.
DEFINICIÓN

La perención de la instancia opera por la inactividad de las partes, es decir, la


no realización de actos de procedimiento destinados a mantener en curso el proceso,
cuando esta omisión se prolonga por más de un año, de acuerdo con lo establecido en
el artículo 86 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia o cuando transcurre
el tiempo determinado en los supuestos del artículo 267 del Código de Procedimiento
Civil.

Artículo 267 del Código de Procedimiento Civil establece textualmente Toda


instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse ejecutado ningún acto de
procedimiento por las partes. La inactividad del Juez después de vista la causa, no
producirá la perención.

En Venezuela tradicionalmente ha sido considerada la Perención de la Instancia


como un medio de terminación del proceso bajo la presunción de abandono o pérdida
de interés en el juicio, fundamentado en la falta de impulso procesal por parte de los
sujetos de la relación procesal al no instar el procedimiento, manteniéndolo paralizado
por un tiempo determinado por la ley. En este sentido el criterio del eximio procesalista
italiano Chiovenda, señala que la actividad del juez basta para mantener en vida el
proceso, pero su inactividad no basta para hacerlo desaparecer, cuando durante su
inactividad las partes no están obligadas a cumplir actos de desarrollo del proceso; en
concordancia con el mencionado criterio, Rengel Romberg señala que, para que la
perención se materialice la inactividad debe estar referida a las partes, quienes debiendo
realizar los actos de procedimiento no los realizan; más no así por parte del Juez, ya
que si la inactividad del juez pudiese producir la perención, ello equivaldría a dejar al
arbitrio de los órganos del Estado la extinción del proceso.
FUNDAMENTO LEGAL:
El Artículo 267 del Código de Procedimiento Civil (C.P.C) establece que toda
instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse ejecutado ningún acto de
procedimiento por las partes, razón por la que la inactividad del Juez después de vista
la causa, no producirá la perención. En concordancia con dicha norma, el artículo 269
del mismo código determina que la perención se verifica de derecho y no es renunciable
por las partes, además puede declararse de oficio por el Tribunal y la sentencia que la
declare es apelable libremente.

Desde el punto de vista de sus efectos, la perención de la instancia, produce a


tenor de lo dispuesto en el artículo 282 eiusdem, la extinción del proceso, aclarando el
legislador que ello no impide proponer nuevamente la demanda, pero, para ello existe
una imposibilidad pro tempore, ya que el demandante no podrá demandar en ningún
caso, antes de transcurrido el lapso de 90 días continuos después de verificada la
perención. Otro aspecto a considerar es que la perención decretada en segunda instancia
produce que la sentencia apelada adquiera la firmeza de la cosa juzgada material tal
como lo expresa el artículo 273 del CPC, salvo en el caso de las sentencias que tienen
consulta legal, ya que en estos casos no hay lugar a la perención.

Una vez declarada con lugar la perención de la instancia no se generarán costas


procesales acorde al artículo 283 CPC.

Por su parte, desde el punto de vista de la naturaleza jurídica de la perención de


la instancia esta ha sido reconocida como una institución eminentemente sancionatoria
desde que está predeterminada a la extinción del proceso y a impedir además que pueda
demandarse nuevamente hasta que transcurra el lapso de 90 días, razón por la que es
irrenunciable por las partes, lo cual hace que ocurridos los supuestos objetivos de
procedencia, ella opere de pleno derecho sin que se pueda convalidar por acto posterior
alguno.
El juez puede decretarla de oficio, para lo cual sólo bastará que concurran las
circunstancias que rigen la materia y para que la perención se materialice que la
inactividad debe estar referida a las partes, que debiendo realizar actos de
procedimiento no los ejecutan, no pudiendo imputarse al juez el hecho objetivo que
genera la perención.

Perención corta Artículo 228, Cuando sean varios quienes hayan de ser citados
y el resultado de todas las citaciones no constare en el expediente, por lo menos dos
días antes de aquel en que debe verificarse el acto, éste quedará diferido para la misma
hora del día que fije el Tribunal. Esta fijación no podrá exceder del término ordinario
concedido para el acto, ni ser menor de dos días.

En todo caso, si transcurrieren más de sesenta días entre la primera y la última


citación, las practicadas quedarán sin efecto y el procedimiento quedará suspendido
hasta que el demandante solicite nuevamente la citación de todos los demandados. Si
hubiere citación por carteles, bastará que la primera publicación haya sido hecha dentro
del lapso indicado.

CÁUSALES DE PERENCIÓN DE LA INSTANCIA


El fundamento del instituto de la perención de la instancia reside en dos
distintos motivos: de un lado, la presunta intención de las partes de abandonar el
proceso, que se muestra en la omisión de todo acto de impulso (elemento subjetivo) y
de otro, el interés público de evitar la pendencia indefinida de los procesos para ahorrar
a los jueces deberes de cargo innecesarios, tal como lo dice el maestro CHIOVENDA.

En este sentido, la perención constituye una sanción contra el litigante


negligente, y así para que opere esta institución se requiere el transcurso de un
determinado período de tiempo y la inacción, es decir:

Tiempo: se exige un periodo de un año de inactividad en los juicios ante los Tribunales.

Inactividad: La inactividad consiste en no hacer actos de procedimiento por las partes.


Y de este modo dicha sanción trae como consecuencia, la extinción del proceso,
que como bien hemos señalado, se da por haber transcurrido un año sin que el actor
haya cumplido con las obligaciones que le impone la ley para dar impulso procesal a
la causa, evidenciándose una clara falta de actividad y de interés procesal en la misma.

Ahora bien, aunado al marco de las observaciones anteriores, resulta oportuno


traer a colación el contenido del artículo 269 adjetivo, que reza: “La perención se
verifica de derecho y no es renunciable por las partes. Puede declararse de oficio por
el Tribunal y la sentencia que la declare…”

De ello se colige que el espíritu del legislador va dirigido a que la perención de


la instancia es de orden público, por lo que, una vez producida debe necesariamente ser
decretada por el Juez de la causa, sea de oficio o a instancia de parte, por ser una materia
que no está sujeta al convenio de las partes, es decir, que priva el orden público.

Entonces, en el caso particular de la perención, debe tomarse en consideración


que este instituto procesal opera de pleno derecho al cumplirse los presupuestos
exigidos en la ley, vale decir, el transcurso del tiempo sin impulso procesal, y produce
el efecto de extinguir el proceso a partir de que ésta se produce y no desde que es
declarada por el juez, por tanto la declaratoria del juez sólo reconoce un hecho jurídico
ya consumado, y sus efectos producidos, y así lo tiene decidido la casación venezolana
en decisión de fecha 27-02-2003 (sic), dictada en el exp. Nro. 1786011 (sic), ponencia
del magistrado (sic) Antonio Ramírez Jiménez.

IRRENUNCIABILIDAD DE LA PERENCIÓN
El derecho procesal venezolano sigue el sistema italiano, apartándose del
francés según el cual la perención no se verifica de derecho sino que tan sólo existe
desde el momento en que la parte interesada así lo solicita ante el juez de la causa a fin
de que éste formule el pronunciamiento respectivo; lo cual significa que cualquier acto
idóneo efectuado en el proceso después de haber trascurrido el término de la perención,
si ésta no se hubiese hecho valer antes de dicho acto, la enervaría incuestionablemente.
Es irrenunciable por las partes, porque ocurre siempre una vez producida, no puede
eliminarse aunque antes de su declaración, las partes o el juez hayan realizados actos
procesales. Ni las partes ni el juez pueden subsanarlas.

Puede declararse de oficio por el tribunal y la sentencia que la declare es


apelable libremente, desde esta óptica, tradicionalmente ha sido considerada la
perención como un medio de terminación del proceso bajo la presunción de abandono
o perdida de interés en el juicio fundamentado en la falta de impulso procesal por parte
de los sujetos de la relación procesal al no instar el procedimiento, manteniéndolo
paralizado por un tiempo determinado por la ley.

Cabe resaltar, la sala de casación civil del máximo tribunal de la república, en


fecha 10 de agosto de 2000, establece el carácter de orden público, la verificación de
derecho e irrenunciabilidad de la perención es declarable de oficio como anteriormente
se indico, establece siguiente: la perención de la instancia es el efecto procesal extintivo
del procedimiento, causado por la inactividad de las partes durante el plazo
determinado en los ordinales del artículo 267 del código de procedimiento civil. Este
instituto es, por tanto, de orden público, verificable de derecho y no renunciable por
convenio entre las partes, y puede declararse aun de oficio por el tribunal, todo lo cual
resalta su carácter imperativo. Si las causas civiles, permanecieran activas en los
tribunales sin importar el tiempo que se encuentre paralizada por la inactividad de las
partes, se estaría impidiendo el restablecimiento del orden jurídico y el equilibrio en
las relaciones sociales, es por ello que la sala afirma, que la perención es de orden
público, porque es el estado quien debe velar por el normal funcionamiento del orden
jurídico de la nación.

EFECTOS DE LA PERENCIÓN
En este mismo orden de ideas, la metodología empleada fue del tipo
documental, con base a criterios doctrinales, legales y jurisprudenciales, destacando la
autor que la importancia práctica de su trabajo radica en que cada vez es más alto el
porcentaje de causas que finalizan por esta forma anómala, motivado a que los procesos
judiciales en Venezuela se rigen por el principio de instancia de parte, y es la perención
de la instancia el castigo o sanción aplicable a las partes por falta de impulso procesal
por un periodo de tiempo fijado por la Ley, que en la perención ordinaria se verifica
por el transcurso de un (1) año, la perención breve o especial de treinta (30) días, hasta
seis (6) meses.

De igual manera hace mención, que el fin fundamental de la perención es evitar


que las causas se prolonguen perpetuamente y eximir a los tribunales del deber de dictar
pronunciamiento en los casos presuntamente abandonados por las partes, quienes al
permanecer ociosas implícitamente han renunciado a la instancia. De no existir esta
institución, los juicios pudieran durar perpetuamente, lo que es contrario a los fines y
propósitos del Estado, que ha asumido la obligación de suministrar a los ciudadanos
una justicia célere, expedita, gratuita, sin formalismos innecesarios y donde el fin es
buscar la verdad real por encima de la verdad procesal.

Finalmente concluye, que sigue siendo necesaria la aplicación de la perención


en el proceso civil venezolano, toda vez que no es contrario a los principios
consagrados en la Constitución vigente, aportando en sus recomendaciones que en una
futura reforma al Código Adjetivo Civil, se dote a los jueces de todas las facultades
necesarias para hacer cesar el abandono de las partes. Asimismo se mejore el contenido
del artículo 267 ejusdem, en sus tres ordinales, estableciendo al efecto cuáles son las
cargas procesales impuestas a la parte actora para continuar en el proceso.

Por su parte, Álvarez (2004), realizó un trabajo investigativo denominado "El


Proceso Evolutivo de la Perención Establecido en el Código de Procedimiento Civil
Venezolano", en donde describe el avance de la referida institución procesal y su
transcendencia en nuestro derecho desde un punto de vista histórico y jurídico, a los
fines de determinar si dicha figura procesal coadyuva al descongestionamiento del
sistema judicial venezolano, para ello se basó en un estudio monográfico exploratorio
utilizando la técnica de análisis de contenido para categorizar la información, a través
de un proceso de recolección y procesamiento de la información.

En dicho trabajo manifiesta la autora, que mantener indefinidamente la vida de


un litigio, perturba la paz social, jurídica y económica de la colectividad, dando origen
a la problemática en el Sistema Judicial Venezolano donde los procesos a causa del
abandono de los litigantes duermen en los archivos de los tribunales, o sufren de la
inercia, ineptitud o negligencia del Juez para sentenciar, es por ello que la perención se
constituye como un recurso jurídico importante para que el Juez decida la extinción en
juicio, en los términos previstos en la Ley.

Asimismo señaló que para que la perención se materialice, la inactividad debe


estar referida a las partes, que debiendo realizar los actos de procedimiento no los
realizan, pero no los actos del juez, porque si la inactividad del juez pudiese producir
la perención, ello equivaldría a dejar al arbitrio de los órganos del Estado la extinción
del proceso, concluyendo por último que la perención de la instancia es una institución
típicamente procesal y debe ser aplicada bajo el contenido doctrinal y jurisprudencial
que en esta especialidad se impone, so pena de incurrir en errores de interpretación.

Igualmente, Fuenmayor (2006), realizó un trabajo investigativo denominado


"La Perención de la Instancia Frente al Principio de Impulso de Oficio del Juez" donde
la referida autora pretende demostrar si la aplicación concurrente de ambas figuras
procesales, contradice el hecho de sancionar a las partes por permanecer inactivas por
el transcurso de un año, toda vez que el juez es el director del proceso.

En dicho estudio aplicó la investigación del tipo documental y descriptiva, la


cual tuvo como punto de partida una vasta revisión bibliográfica. La información
recopilada fue analizada e interpretada a través de la técnica de análisis de contenido,
partiendo de un modelo matriz, del análisis externo e interno y la utilización del método
deductivo e inductivo.
En este sentido la autora afirma, que en el ordenamiento civil venezolano existe
la concurrencia entre el principio dispositivo e inquisitivo, ciertamente el proceso no
puede iniciarse sino a instancia de parte, no deja de ser cierto que el juez esta autorizado
a actuar de oficio cuando la ley lo autorice, tal y como lo establece el articulo 11 del
Código de Procedimiento Civil, el mismo indica que en materia civil el juez no puede
iniciar el proceso sin previa demanda de parte (principio dispositivo), pero que puede
proceder de oficio cuando la ley lo autorice, o cuando en resguardo del orden público
o de las buenas costumbres sea necesario dictar alguna providencia legal, aunque no lo
solicitan las partes (principio inquisitivo).

De esta misma forma hace mención, que tomando como fundamento la potestad
inquisitoria que posee el juez, existe otro principio señalado en el artículo 14 del
Código de Procedimiento Civil, en virtud del cual, el juez es el director del proceso y
debe impulsarlo de oficio hasta su conclusión, conocido en el argot jurídico como el
principio de impulso de oficio del Juez.

Agrega además la citada autora, que su trabajo de investigación se enfoca en el


análisis del principio dispositivo, el principio inquisitivo, el principio de impulso
procesal, el principio de impulso de oficio del juez y la perención de la instancia, a los
fines de determinar si la aplicación concurrente de estas dos últimas figuras, constituye
una contradicción jurídica al sancionar a las partes por haber permanecido inactivas
durante el transcurso de un año y en consecuencia, no haber ejercido ningún acto
procesal a la causa según lo establece la legislación venezolana.

El fundamento de la perención de la instancia es dual, por un lado la presunta


intención de las partes de abandonar el proceso, que se demuestra en la omisión de todo
acto de impulso, y por el otro, el interés público de evitar la pendencia indefinida de
los procesos por el peligro que esto conlleva para la seguridad jurídica; se verifica de
pleno derecho ope legis y puede decretarse de oficio por el tribunal. Las condiciones,
requisitos o presupuestos para que proceda lo constituye: la existencia de una instancia,
eso no es otra cosa que la pendencia de un juicio, la inactividad de las partes, que
implica la no realización de acto procesal alguno y el transcurso del tiempo, que para
el ordenamiento jurídico venezolano actualmente es de un (1) año.

En este sentido explica, que los efectos de la declaratoria de la perención, son


muy diversos, sin embargo, la principal consecuencia es la terminación del juicio,
permitiendo a la parte la posibilidad de acudir nuevamente ante los órganos
jurisdiccionales, para hacer valer sus derechos e intereses mediante la interposición de
una nueva demanda, transcurridos noventa (90) días continuos siguientes declarada la
perención de la instancia. Finalmente concluyó que efectivamente constituye una
contradicción obligar al juez como director del proceso, impulsar el proceso hasta su
definitiva conclusión y sancionar a las partes con la perención de la instancia.

Cabe destacar que el trabajo investigativo realizado por Ramírez (2007), "La
Perención de la Instancia a la Luz de la Constitución de 1999 que prohíbe las
Reposiciones y Formalismos Inútiles", plantea como premisa si las figuras de la
perención es violatoria del principio de tutela judicial efectiva constitucional, toda vez
que al sancionar a la parte inactiva por el periodo de tiempo de noventa (90) días
continuos y permitirle accionar de nuevo el proceso luego de que culmine tal lapso,
propicie el desarrollo de formalidades no esenciales y de reposiciones inútiles.

Su investigación se sustentó en un estudio jurídico-dogmático haciendo


referencia, al deber jurídico del proceso civil de obedecer el mandato constitucional de
propender tutela jurídica efectiva, ello obedece el articulo 267 del Código de
Procedimiento Civil (1987), a la figura de la perención de la instancia, donde vale traer
a colación, que si bien es cierto que el proceso de manera natural termina con la
sentencia, existen, modos anormales de terminación del proceso, como es la perención
de la instancia, motivado a que dicha institución altera el orden taxativo que impone la
Constitución vigente.
En concordancia con lo antes expuesto, el artículo 267 eiusdem determina que
la perención se verifica de derecho y no es renunciable por las partes. Puede declararse
de oficio por el tribunal y la sentencia que la declare es apelable libremente. Desde esta
óptica, tradicionalmente ha sido considerada la perención como un medio de
terminación del proceso bajo la presunción de abandono o pérdida de interés en el juicio
fundamentado en la falta de impulso procesal por parte de los sujetos de la relación
procesal al no instar el procedimiento, manteniéndolo paralizado por un tiempo
determinado por la Ley, y a diferencia de los otros medios de terminación del proceso
este no está vinculado a la voluntad de las partes ni del Juez, sino a las condiciones
objetivas fundamentales fácticas que deben confluir a los fines de su materialización.

Sobre las bases de estas consideraciones concluyó que, la perención al llevarse


a cabo dentro del proceso trae como consecuencia la dilación del mismo, violando
eminentemente el principio constitucional de la tutela jurídica efectiva y al mismo
tiempo, todos los principios que tiene como finalidad, garantizar el fiel cumplimiento
de la correcta aplicación de la justicia, que consiste en que la misma, sea gratuita,
accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable,
equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos y reposiciones inútiles.

En cuanto a los antecedentes de investigación, del decaimiento de la acción por


falta de interés procesal en las distintas casas de estudios superiores de derecho no
reposan antecedente de investigación que sirva de fundamento a la presente
investigación, motivado a que dicha figura novísima en el ordenamiento jurídico
venezolano fue recientemente desarrollado por la jurisprudencia nacional del Tribunal
Supremo de Justicia en Sala Constitucional, de allí la importancia de la presente
investigación, para sentar precedente en la institución de la falta de interés procesal,
toda vez que un gran número de causas termina por este modo de autocomposición
procesal.
NUEVA PROPOSICIÓN DE LA DEMANDA
El legislador aclara que la perención como extinción del procedimiento no
impide proponer nuevamente la demanda, pero, para ello existe una imposibilidad pro
tempore, ya que el demandante no podrá demandar en ningún caso, antes de
transcurrido el lapso de 90 días continuos después de verificada la perención.

Artículo 270°La perención no impide que se vuelva a proponer la demanda, ni extingue


los efectos de las decisiones dictadas, ni las pruebas que resulten de los autos;
solamente extingue el proceso. Cuando el juicio en que se verifique la perención se
halle en apelación, la sentencia apelada quedará con fuerza de cosa juzgada, salvo que
se trate de sentencias sujetas a consulta legal, en los cuales no habrá lugar a perención.

Artículo 271° En ningún caso el demandante podrá volver a proponer la demanda, antes
de que transcurran noventa días continuos después de verificada la perención.

CRITERIOS JURISPRUDENCIALES
La perención ha sido objeto de una interesante evolución jurisprudencial, que
ha provocado importantes cambios en el ordenamiento jurídico venezolano. Tal como
pudo observarse en el artículo 212 del Código de Procedimiento Civil de
1904, queestablecía, que toda instancia se extingue por el transcurso de cuatro años sin
haberse ejecutado durante ellos ningún acto de procedimiento, por motivos imputables
a las partes. Posteriormente esta norma fue sustituida por el artículo 201 del Código de
Procedimiento Civil de 1916, en los términos de que toda instancia se extingue por el
transcurso de tres años sin haberse ejecutado durante ellos ningún acto de
procedimiento, además de lo dispuesto en esta disposición, el artículo 86 de la Ley
Orgánica de la Corte Suprema de Justicia de 1976, establecía que salvaguardando lo
previsto en leyes especiales, la instancia se extingue de pleno derecho en las causas que
hayan estado paralizadas por más de un año y que dicho término empezará a contarse
a partir de la fecha en que se haya efectuado el último acto de procedimiento y que
transcurrido el lapso aquí señalado, la Corte, sin más trámites, declarará consumada la
perención de oficio o a instancia de parte; mientras que lo previsto en este artículo no
es aplicable en los procedimientos penales.
Las normas citadas han permitido concluir que la perención se consuma por el
transcurso de los plazos en ellas previstos, sin que se hubiese verificado algún acto de
procedimiento. Sin embargo, en la reforma del procedimiento civil ocurrida en 1916,
y la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia de 1976, no fue incorporado el
requisito de que la paralización de la causa se debiera a motivos imputables a las partes,
por lo que al no exigirse expresamente esta condición subjetiva, surgieron posiciones
contrarias respecto de la perención. Así, la Sala de Casación Civil sostenía que el
legislador acogió un sistema objetivo, de conformidad con el cual la perención se
producía por abandono de las partes, e incluso por inactividad del órgano jurisdiccional.
En contraposición con este criterio, la Sala Político Administrativa dejaba
sentado en sus fallos que la perención no operaba después de vista la causa, siendo esto
por inactividad del órgano jurisdiccional. Sobre este particular, entre otras, en decisión
de fecha 15 de mayo de 1978, dejó sentado que a juicio de la Sala, la perención no
procede a partir del momento en que el tribunal que conoce de la causa diga vistos en
la respectiva instancia, entendiendo que este criterio tiene su base lógica en la
circunstancia deque con el acto de informes terminó el tiempo útil durante el cual las
partes pueden y deben realizar actos de procedimiento.
Ahora bien, frente a la dualidad de criterios sostenidos por la Sala de Casación
Civil y la Sala Político Administrativa, respecto de la perención por inactividad
del órgano jurisdiccional, el Código de Procedimiento Civil vigente en el artículo 267
establece que:
“Toda instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse ejecutado ningún
acto de procedimiento por las partes. La inactividad del juez después de vista la causa,
no producirá la perención.
También se extingue la instancia:
1° Cuando transcurridos treinta días a contar desde la fecha de admisión de la demanda,
el demandante no hubiese cumplido con las obligaciones que le impone la ley para que
sea practicada la citación del demandado.

2° Cuando transcurridos treinta días a contar desde la fecha de la reforma de la


demanda, hecha antes de la citación, el demandante no hubiese cumplido con las
obligaciones que le impone la ley para que sea practicada la citación del demandado.

3° Cuando dentro del término de seis meses contados desde la suspensión del proceso
por la muerte de alguno de los litigantes o por haber perdido el carácter con que obraba,
los interesados no hubieren gestionado la continuación de la causa, ni dado
cumplimiento a las obligaciones que la ley les impone para proseguirla”.

Esta norma incorpora importantes cambios respecto de la perención; en primer


lugar, el legislador precisa que la perención se interrumpe por un acto de procedimiento
de parte, adicionalmente crea una serie de perenciones breves y dispone que después
de vista la causa, no opere la perención.
Acorde con este criterio, la Sala en sentencia de fecha 02 de agosto de 2001,
del Caso Luis Antonio Rojas Mora y otras contra Asociación Civil Simón Bolívar Los
Frailejones, dejó sentado que considera la Sala que el verdadero espíritu, propósito y
razón de la institución procesal de la perención, es sancionar la inactividad de las partes
con la extinción de la instancia; pero para ello es preciso que el impulso del proceso
dependa de ellas, pues si es el caso que la causa se encuentra paralizada porque el Juez
no ha cumplido con su deber de sentenciar dentro de los plazos legales, no se puede
penar a las partes por la negligencia del Juzgador.
Por su parte en decisión 853 del 05 de Mayo del 2006 esta Sala Constitucional señala
que esa situación constituye el supuesto de hecho regulado en el primer aparte del
artículo 267 del Código de Procedimiento Civil, que textualmente señala que:
“… toda instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse ejecutado ningún
acto de procedimiento por las partes. La inactividad del juez después de vista la
causa, no producirá la perención, por consiguiente los efectos de esa norma, son de
orden público, y por tanto deben ser declarados de oficio por el juez. Así las cosas,
aprecia esta Sala Constitucional que la declaratoria de perención opera de pleno
derecho, y puede ser dictada de oficio o a petición de parte, sin que se entienda en esta
frase que existe en cabeza del juzgador un margen de discrecionalidad para el decreto
de la misma, ya que la sanción debe ser dictada tan pronto se constate la condición
objetiva caracterizada por el transcurso de más de un año sin actuación alguna de parte
en el proceso, salvo que la causa se encuentre en estado de sentencia…”
En ese sentido se pronunció esta Sala Constitucional en sentencia N° 909 del 17 de
mayo de 2004, en la que señaló que:
“… de lo anteriormente expuesto, se colige que la perención ha de transcurrir,
mientras las partes estén legalmente facultadas para impulsar el curso del juicio, para
realizar actos de procedimiento, aun en aquellos casos que el proceso se encuentre
paralizado en espera de una actuación que corresponde únicamente al juez, salvo en
los casos en que el tribunal haya dicho “vistos” y el juicio entre en etapa de
sentencia...”
En concordancia con lo antes mencionado, el criterio expuesto por la Sala
Político Administrativa, en el fallo Nº 95 dictado el 13 de febrero de 2001, fue
mantenido en fallos posteriores a esa fecha, en los que básicamente, la motivación se
resumía argumentando que:
“… habiendo transcurrido con creces el lapso previsto en el indicado artículo 86 de
la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, y siguiendo el criterio
jurisprudencial arriba transcrito, resulta forzoso para esta Sala declarar la perención
en la presente causa...”.
CONCLUSION
El estudio realizado durante el proceso de Investigación, buscó profundizar y
actualizar las nociones existentes en cuanto a la Perención de la Instancia, como modo
de autocomposición procesal imputable a la inercia o inactividad de las partes. Esta
institución es meramente procesal y se constituye como una de las formas anormales
de terminación del proceso distinto a la sentencia. No obstante, a diferencia del
desistimiento y la transacción, no se encuentra vinculado a la voluntad de las partes, ni
del juez sino a condiciones objetivas, que deben concurrir a los fines de su
materialización.
El Código de Procedimiento Civil Venezolano, da sustento a la perención,
fundada en la inactividad de las partes prolongada por el transcurso de un año,
contemplando casos específicos de extinción de la instancia fundamentados en el
incumplimiento de ciertas cargas impuestas al demandante por la ley, debiendo cumplir
en ciertos plazos, breves y perentorios, indicados en los ordinales 1°, 2° y 3° del articulo
267 del Código de Procedimiento Civil, en tal forma se puede afirmar que la perención
debe su existencia al incumplimiento del actor, para realizar ciertos actos de impulso
procesal.
Asimismo, es necesario destacar la importancia de la perención por el
decaimiento de la acción por falta de interés, la misma reside en el interés publico,
debido a la necesidad existente de que las causas no permanezcan paralizados
indefinidamente en el tiempo, no sólo porque la subsistencia de la litis es contraria al
restablecimiento del orden jurídico, sino porque la relación procesal también
comprende al órgano jurisdiccional, y esa vinculación no puede quedar supeditada en
el tiempo al arbitrio de las partes.
Finalmente, el Sistema Judicial Venezolano, se encuentra suficientemente
colapsado, debido a la lista interminable de causas interpuestas diariamente, en donde
las partes buscan el amparo del Órgano Jurisdiccional a fin de obtener justicia expedita
y oportuna, de allí el valor de esta institución procesal, porque busca descongestionar
el trabajo de los tribunales, dando por extinguidas, las causas paralizadas por lapsos
prolongados de tiempo, para así lograr descongestionar los tribunales de causa
paralizadas y poder avocarse a causas que realmente requieran del conocimiento
oportuno del órgano jurisdiccional.
BIBLIOGRAFIA
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CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL VENEZOLANO

(Rengel-Romberg, A. “Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano” Editorial


Ex Libris, Caracas, 1991.) bibliografía

Rengel-Romberg, A. “Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano” . Editorial Ex


Libris, Caracas, 1991.

Sala de Casación Civil, Magistrado Ponente: Marisela Godoy Estaba, Expediente:


2015-000089, oct. 1/15

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