Carácter de Cristo
Carácter de Cristo
I. La obra del Espíritu no fue solamente para preparar al mundo para recibir al Cristo sino también acompañarlo
en Su vida terrenal.
A. En las profecías de la venida del Salvador, Dios había revelado que el Cristo iba a recibir el Espíritu Santo. "Y
reposará sobre él el Espíritu de Jehová" clamó Isaías (Isaías 11:2; lea también Isaías 42:1; 61:1; Lucas 4:18,19). Y
el Espíritu Santo estuvo presente y activo en el nacimiento, la vida, la muerte, y la resurrección de Cristo Jesús.
En su nacimiento: "El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes que
se juntasen, se halló que HABIA CONCEBIDO DEL ESPÍRITU SANTO" (Mateo 1:18). En su bautismo: "Y Jesús,
después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al ESPÍRITU DE
DIOS QUE DESCENDIA COMO PALOMA, y venía sobre él" (Mateo 3:16). "También dio Juan testimonio, diciendo:
Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me
envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése
es el que bautiza con el Espíritu Santo" (Juan 1:32,33). En su tentación: "Entonces Jesús fue llevado por el
Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo" (Mateo 4:1). "Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del
Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto" (Lucas 4:1). "Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se
difundió su fama por toda la tierra de alrededor" (Lucas 4:14). En su predicación: "El Espíritu del Señor está
sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los
oprimidos; a predicar el año agradable del Señor" (Lucas 4:18,19). En sus milagros: "Pero si yo por el Espíritu de
Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios" (Mateo 12:28). En su regocijo
y alabanza del Padre: "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor
del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños.
Sí, Padre, porque así te agradó" (Lucas 10:21). En su muerte: "Porque si la sangre de los toros y de los machos
cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto
más la sangre de Cristo, el cual MEDIANTE EL ESPÍRITU ETERNO SE OFRECIO a sí mismo sin mancha a Dios,
limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?" (Hebreos 9:13,14). En su
resurrección: "Que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu santidad, por la resurrección de entre
los muertos" (Romanos 1:4; compare Romanos 8:11).
Jesús usó la analogía de la vid para enseñar acerca de la relación necesaria que debe existir entre el Espíritu Santo
y el creyente para que se pueda producir en él la semejanza a Cristo. El Espíritu Santo produce fruto espiritual en
nosotros al rendirnos a El. El fruto del Espíritu es el carácter de Cristo producido en nosotros, para que podamos
demostrarle al mundo cómo es El.
En esta lección estudiará lo que dice la Biblia acerca del fruto del Espíritu, el cual es el carácter cristiano, y cómo
es producido en su vida por el poder del Espíritu Santo, para que pueda usted honrar a Dios.
En otras palabras, el fruto del Espíritu es el carácter semejante a Cristo; un carácter que revela cómo es Jesús. Es
la expresión de la santa naturaleza de Dios en el creyente. Es el desarrollo de la vida de Cristo en el creyente.
El Espíritu Santo es de la misma clase de Jesús. Es la naturaleza del Espíritu Santo para producir un carácter
semejante a Cristo en el creyente. La naturaleza de la carne pecaminosa produce impiedad.
Un fruto es una cosa viviente. Si usted ha cedido el control de su vida al Espíritu Santo, El producirá
indiscutiblemente en usted el fruto del Espíritu en una cosecha continua y abundante. Como creyente toda la
belleza de carácter, genuina y duradera, que adorna su vida, la semejanza a Cristo, interior y exterior, es la obra
del Espíritu Santo — “hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4:19).
El carácter cristiano no puede ser imitado. Es el resultado natural de que Cristo revele su carácter santo en y a
través de nosotros.
En la consideración del propósito de la producción de fruto espiritual, tocaremos tres aspectos, los cuales tienen
que ver con expresión, discipulado, y gloria.
1. La producción de fruto espiritual es una expresión de la vida de Cristo. Cada fruto es una
expresión de la vida de la planta de la cual procede. De la misma manera, como miembros del
cuerpo de Cristo, naturalmente deberíamos expresar toda la belleza del carácter de Cristo en
nosotros.
lo para que se siente dentro de un templo por unas cuantas horas cada semana? ¡No! Usted existe para poner en
práctica la enseñanza que ha recibido, para revelar a Cristo ante este mundo pecaminoso y perdido. Las personas
necesitan verlo a El en las vidas de los creyentes. Cuando observen la profesión de nuestra fe como creyentes,
quizá nos convirtamos en la única Biblia que muchos podrán “leer” jamás.
Una vida entregada a Cristo expresa a otros el tipo de amor que El tiene por ellos. Cuando soy una expresión de
Cristo, mis oídos oyen sus clamores, mis ojos ven sus necesidades, mis pies me conducen a ayudarles y mis
manos se ocupan de lo necesario para cuidarlos. De esta manera me convierto en canal de la vida de Cristo. El les
ministra a ellos a través de mi persona. ¿Es usted un canal de la vida de Cristo? ¿Ministra El a otros a través de
usted?
2. La producción de fruto es una evidencia de discipulado. Jesús dijo que deberíamos llevar “mucho
fruto,” para demostrar así que somos sus discípulos (Juan 15:8). El dijo que cada alumno bien
enseñado es como su maestro (Lucas 6:40). Esto significa que no basta simplemente con aceptarle
de manera que pueda uno decir: “¡Vean todos, soy creyente!” El desea que usted produzca mucho
fruto. Al hacerlo, prueba que verdaderamente ha aprendido de El, que es su discípulo. Muestra que
ha dado los pasos subsiguientes al primero de nacer otra vez y recibir a Cristo. Demuestra que
Cristo verdaderamente es el Señor de su vida.
3. La producción de fruto bendice a otras personas. Primero bendice a quienes reciben el beneficio de
la manifestación del carácter de Cristo en su vida, así como también a los creyentes que observan
el fruto espiritual en usted.
4. La producción de fruto glorifica a Dios. Jesús dijo: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis
mucho fruto” (Juan 15:8). La producción del fruto espiritual es el resultado de la vida abundante.
Cuando permite que la vida en Cristo se manifieste a través de usted, las personas ven los efectos
que produce y le dan gloria a Dios (Mateo 5:16).
La luz se produce por la mezcla de los siete colores del arco iris, pero es una luz. De manera similar, el fruto del
Espíritu se compone de varias cualidades de carácter — pero es un fruto. Este contrasta con los dones del Espíritu.
Hay varios dones espirituales y el ES los da a las personas de acuerdo con su voluntad soberana. Una persona
recibe cierto don, y otra recibe otro diferente (1 Co 12:7-11). Pero el fruto del Espíritu no puede ser separado —
es un producto, una sola cosa.
Puede resumirse en la palabra amor. Así como una naranja está cubierta y protegida por una cáscara exterior, el
amor es la dimensión unificadora del fruto espiritual.
FRUTOS EN EL CARÁCTER DE JESÚS
Amor:
Juan 14:21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por
mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Juan 15:9: Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.