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Principales Características Físicas y Químicas Del Agua

Este documento describe las principales propiedades físicas y químicas del agua. Explica que el agua está compuesta de oxígeno e hidrógeno y puede presentarse en tres estados: líquido, sólido y gaseoso. También describe la estructura molecular del agua, incluyendo los enlaces de hidrógeno entre moléculas que contribuyen a sus propiedades únicas como disolvente universal y su anormal punto de congelación. Finalmente, resalta la importancia fundamental del agua para los procesos biológic

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Principales Características Físicas y Químicas Del Agua

Este documento describe las principales propiedades físicas y químicas del agua. Explica que el agua está compuesta de oxígeno e hidrógeno y puede presentarse en tres estados: líquido, sólido y gaseoso. También describe la estructura molecular del agua, incluyendo los enlaces de hidrógeno entre moléculas que contribuyen a sus propiedades únicas como disolvente universal y su anormal punto de congelación. Finalmente, resalta la importancia fundamental del agua para los procesos biológic

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO

DEPARTAMENTO DE ENSEÑANZA, INVESTIGACIÓN Y


SERVICIO EN ZOOTECNIA

USO AGROPECUARIO DEL AGUA

Tarea 1

PRINCIPALES PROPIEDADES FÍSICAS Y QUÍMICAS


DEL AGUA

Grado: 5° Grupo: 3
MC: Juan Ángel Álvarez Vázquez

Fecha de entrega: 13 de febrero del 2024


PRINCIPALES PROPIEDADES FÍSICAS Y QUÍMICAS DEL AGUA

Introducción

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, el agua es un


compuesto que resulta de la unión de un volumen de oxígeno y dos de hidrógeno.
Es un líquido que no tiene olor, sabor en pequeñas cantidades, es incoloro y
puede parecer verde en grandes volúmenes. Refracta la luz, puede disolver
muchas sustancias, se congela con el frío, se evapora con el calor y, dependiendo
de su pureza, constituye la lluvia, los manantiales, los ríos y los mares.
El agua en nuestro planeta se presenta en tres estados: líquido, sólido y gaseoso.
Se estima que la cantidad total de agua en la Tierra es de aproximadamente 1.400
millones de km3, de los cuales solo el 3% es agua dulce. La cantidad total de agua
en nuestro planeta ha permanecido constante durante miles de millones de años y
está sujeta al llamado “Ciclo Hidrológico”. Este ciclo implica una serie de cambios
en la fase, las propiedades físicas, químicas y microbiológicas del agua, así como
en su ubicación física (como mares, nubes, glaciares, ríos y aguas subterráneas).
El resultado final de este ciclo es la renovación periódica de las reservas de agua
en las grandes acumulaciones de agua en la Tierra: océanos, ríos y lagos,
atmósfera y litosfera. La radiación solar que recibe la Tierra es el motor del “Ciclo
Hidrológico”, ya que provoca la evaporación del agua desde la superficie de los
océanos y mares hacia la atmósfera.
La forma en que los humanos utilizan el agua difiere según la región específica del
mundo: puede ser tan poco como 10 litros por persona al día en países en
desarrollo, hasta 100 veces más en áreas industrializadas. Los usos del agua por
parte de los humanos incluyen: (a) Consumo y preparación de alimentos. (b)
Riego en la agricultura y en la ganadería. C) Uso industrial, como refrigeración y
diversos procesos. (d) Navegación y comercio por vías fluviales y/o marítimas. (e)
Actividades recreativas y deportivas (f)Evacuación de vertidos y residuos variados.
(g)Producción hidroeléctrica, termoeléctrica, etc...
Estructura del agua

El agua es una sustancia tan prevalente en la Tierra que a menudo se pasa por
alto su singularidad. Para entender lo que hace al agua única, es necesario
examinar la estructura electrónica de la molécula de H2O. La estructura del orbital
electrónico de un átomo de hidrógeno aislado es 1S1, mientras que la del átomo
de oxígeno aislado es 1S2 2S2 2P2x 2P1y 2P1z. La molécula de agua tiene la
estructura: H – O – H, formando dos enlaces covalentes σ (cada uno con una
contribución iónica del 40%) y con una entalpía de disociación de 110,2 Kcal/mol
para cada uno de los enlaces. Esto le da a la molécula de agua una gran
estabilidad, especialmente en la naturaleza.

 Disposición tetraédrica.
 Radio de Van der Waals del átomo de Oxígeno = 1,4 Å.
 Radio de Van der Waals del átomo de Hidrógeno = 1,2 Å.
 Longitud del enlace covalente = 0,961Å.
 Angulo de enlace = 104º 27´.
 Momento dipolar neto=1,85.10 -18 uee =1,85 D.
 Distancia entre los núcleos O - H = 0,96 Å.
 Distancia entre los núcleos H – H = 1,513 Å.
Propiedades físicas y químicas del agua
Sin duda alguna, el agua es uno de los elementos más importantes desde el punto
de vista fisicoquímico. Sus temperaturas de transformación de un estado a otro
han sido tomadas como puntos fijos, a pesar de que su punto de congelación y
ebullición sean anormales, debido a las asociaciones moleculares.
A temperatura ambiente, el agua pura es inodora, insípida e incolora. Sin
embargo, en grandes volúmenes, adquiere una leve tonalidad azul debido a la
refracción de la luz al atravesarla. El agua absorbe con mayor facilidad las
longitudes de onda larga (rojo, amarillo, naranja) que las longitudes de onda corta
(azul, violeta), desviando lentamente estas últimas y provocando que en grandes
cantidades de agua, estas ondas cortas se hagan apreciables.
La importancia del agua radica en que casi la totalidad de los procesos químicos
que suceden en la naturaleza, no solo en organismos vivos sino también en la
superficie no organizada de la tierra, así como los que se llevan a cabo en la
industria, tienen lugar entre sustancias disueltas en agua.
En 1781, Henry Cavendish descubrió que el agua es una sustancia compuesta y
no un elemento. Estos resultados fueron anunciados por Antoine-Laurent de
Lavoisier en la Academia Francesa en 1783, dando a conocer que el agua estaba
formada por oxígeno e hidrógeno. Posteriormente, en 1804, el químico francés
Joseph Louis Gay-Lussac y el naturalista y geógrafo alemán Alexander von
Humboldt publicaron un documento científico que demostraba que el agua estaba
formada por dos volúmenes de hidrógeno por cada volumen de oxígeno (H2O).
Entre las moléculas de agua, se establecen enlaces por puentes de hidrógeno
debido a la formación de dipolos electrostáticos. Estos dipolos se originan al
situarse un átomo de hidrógeno entre dos átomos más electronegativos, en este
caso, de oxígeno. El oxígeno, al ser más electronegativo que el hidrógeno, atrae
más los electrones compartidos en los enlaces covalentes con el hidrógeno,
cargándose negativamente, mientras que los átomos de hidrógeno se cargan
positivamente. De esta manera, se establecen dipolos eléctricos.
Los enlaces por puentes de hidrógeno son fuerzas de van der Waals de gran
magnitud, aunque son aproximadamente 20 veces más débiles que los enlaces
covalentes.
En el caso del agua pura, los enlaces por puentes de hidrógeno entre sus
moléculas son responsables de la dilatación del agua al solidificarse, es decir, su
disminución de densidad cuando se congela.

En el estado sólido, las moléculas de agua se organizan formando tetraedros. En


el centro de cada tetraedro se encuentra un átomo de oxígeno, mientras que en
los vértices se hallan dos átomos de hidrógeno de la misma molécula y otros dos
átomos de hidrógeno de otras moléculas. Estos átomos se enlazan
electrostáticamente por puentes de hidrógeno con el átomo de oxígeno.
El hielo presenta seis formas alotrópicas, siendo una de ellas el hielo ordinario,
que es más ligero que el agua sólida. La estructura cristalina del hielo es muy
abierta y poco compacta, lo que la hace menos densa que en estado líquido. A
una temperatura de 3,8 °C, el agua alcanza su densidad máxima de 1 g/cm³, una
característica especialmente relevante en la naturaleza, ya que permite el
mantenimiento de la vida en medios acuáticos sometidos a condiciones exteriores
de bajas temperaturas.
La dilatación del agua al solidificarse también tiene efectos importantes en los
procesos geológicos de erosión. Cuando el agua se introduce en grietas del suelo
y posteriormente se congela, se generan tensiones que pueden romper las rocas.
Densidad
En cuanto a la densidad del agua líquida, esta es altamente estable y varía poco
con los cambios de temperatura y presión. A una presión normal de 1 atmósfera,
el agua líquida tiene una densidad mínima a 100 °C, aproximadamente 0,958 Kg/l.
A medida que la temperatura disminuye, la densidad aumenta de manera
constante hasta llegar a los 3,8 °C, donde alcanza una densidad de 1 Kg/l. Esta
temperatura representa un punto de inflexión y es cuando el agua alcanza su
máxima densidad a presión normal. A partir de este punto, al seguir bajando la
temperatura, la densidad disminuye muy lentamente hasta que, a 0 °C, alcanza
0,9999 Kg/l. Cuando el agua pasa al estado sólido, ocurre una brusca disminución
de la densidad, llegando a 0,917 Kg/l.
Disolvente
El agua, como disolvente polar, tiene la capacidad de disolver sustancias iónicas y
polares. Sin embargo, no disuelve apreciablemente sustancias fuertemente
apolares, como el azufre en la mayoría de sus formas, y es inmiscible con
disolventes apolares, como el hexano. Esta propiedad es crucial para la vida.
La consideración del agua como casi el disolvente universal por excelencia se
debe a su capacidad para formar puentes de hidrógeno con otras sustancias que
pueden presentar grupos polares o carga iónica. Por ejemplo, alcoholes, azúcares
con grupos R-OH, aminoácidos y proteínas con grupos que presentan cargas + y -
forman disoluciones moleculares con el agua. Además, las moléculas de agua
pueden disolver sustancias salinas que se disocian, formando disoluciones
iónicas.
En las disoluciones iónicas, los iones de las sales son atraídos por los dipolos del
agua, quedando “atrapados” y recubiertos de moléculas de agua en forma de
iones hidratados o solvatados.
A pesar de su capacidad disolvente, algunas sustancias, como aceites y otras
sustancias hidrofóbicas, no se mezclan bien con el agua. Las membranas
celulares, compuestas de lípidos y proteínas, aprovechan esta propiedad para
controlar las interacciones entre sus contenidos químicos y los externos. La
tensión superficial del agua también contribuye a esta regulación.
En los seres vivos, la corriente de agua que atraviesa el cuerpo es esencial para
realizar las operaciones organobiológicas y transportar las sustancias necesarias.

Polaridad
La molécula de agua presenta una fuerte polaridad eléctrica debido a su
naturaleza dipolar. Los núcleos de oxígeno son más electronegativos (es decir,
atraen más los electrones) que los de hidrógeno. Esto resulta en dos enlaces con
una carga negativa excesiva en el lado del oxígeno y una carga positiva en el lado
de los hidrógenos.
Las moléculas de agua no forman enlaces opuestos, sino que se disponen en un
ángulo de 104,45° debido a la hibridación sp3 del átomo de oxígeno. En conjunto,
los tres átomos forman un triángulo, con el vértice formado por el oxígeno cargado
negativamente y el lado opuesto, donde se encuentran los hidrógenos, cargado
positivamente. Este hecho es crucial, ya que permite la formación de enlaces o
puentes de hidrógeno, mediante los cuales las moléculas de agua se atraen
fuertemente al adherirse en las regiones donde las cargas son opuestas.
La adhesión electrostática entre las moléculas de agua también modifica
importantes propiedades de esta sustancia. Por ejemplo, afecta la viscosidad
dinámica, que es considerablemente alta, así como las temperaturas de fusión y
ebullición. Además, los calores de fusión y vaporización se asemejan a los de
sustancias con mayor masa molecular.
Cohesión
La cohesión es la propiedad por la cual las moléculas de agua se atraen entre sí,
lo que da lugar a la formación de gotas de agua adheridas a sí mismas. Estas
gotas se mantienen unidas gracias a los puentes de hidrógeno, formando una
estructura compacta que convierte al agua en un líquido casi incompresible. Sin
embargo, estos puentes pueden romperse fácilmente cuando otra molécula con
carga negativa o positiva se acerca, o cuando se aplica calor.
Adhesión
El agua, debido a su gran potencial de polaridad, posee la propiedad de adhesión.
En otras palabras, el agua generalmente es atraída y se mantiene adherida a otras
superficies, lo que comúnmente conocemos como “mojar”.
Esta fuerza de adhesión está relacionada con los puentes de hidrógeno que se
forman entre las moléculas de agua y otras moléculas polares. Además, junto con
la cohesión, es responsable del fenómeno conocido como capilaridad.

Capilaridad
El agua posee la propiedad de la capilaridad, que se refiere al ascenso o
descenso de un líquido dentro de un tubo capilar. Este fenómeno se debe a las
propiedades de adhesión y cohesión del agua.
Cuando se introduce un capilar en un recipiente con agua, esta asciende por el
capilar como si trepara, “agarrándose” a las paredes, hasta alcanzar un nivel
superior al del recipiente. En ese punto, la presión ejercida por la columna de agua
se equilibra con la presión capilar.
Tensión superficial

El agua, debido a su propiedad de cohesión, presenta una gran atracción entre las
moléculas de su superficie, lo que crea la tensión superficial.
La superficie del líquido se comporta como una película capaz de alargarse y, al
mismo tiempo, ofrecer cierta resistencia al intentar romperla. Esta propiedad
contribuye a que algunos objetos muy ligeros floten en la superficie del agua.
Además, las gotas de agua son estables debido a su alta tensión superficial. Este
fenómeno es evidente cuando pequeñas cantidades de agua se ponen en
superficies no solubles, como el vidrio, donde el agua se agrupa en forma de
gotas.

Calor específico

Esta propiedad también está relacionada con los puentes de hidrógeno que se
forman entre las moléculas de agua. El agua tiene la capacidad de absorber
grandes cantidades de calor, que utiliza para romper los puentes de hidrógeno.
Como resultado, la temperatura del agua aumenta muy lentamente.
El calor específico del agua es de 1 cal/°C g. Esta propiedad es fundamental para
los seres vivos, ya que permite que el agua mitigue los cambios bruscos de
temperatura, actuando como un regulador térmico eficaz. Además, ayuda a
regular la temperatura de los animales y las células, permitiendo que el citoplasma
acuoso funcione como una protección contra los cambios de temperatura. De esta
manera, se mantiene una temperatura constante.
La capacidad calorífica del agua es mayor que la de otros líquidos. Para evaporar
el agua, se requiere mucha energía. Primero, es necesario romper los puentes de
hidrógeno y, posteriormente, dotar a las moléculas de agua de la suficiente
energía cinética para pasar de la fase líquida a la gaseosa. En concreto, para
evaporar un gramo de agua se necesitan 540 calorías, a una temperatura de 20
°C.

Temperatura de fusión y evaporación

El punto de ebullición del agua a presión atmosférica es de 100 °C (373,15 K). El calor
latente de evaporación del agua a esta temperatura es de 540 cal/g (o 2260 J/g).
El punto de fusión del agua es de 0 °C (273,15 K) a presión atmosférica, y el calor latente
de fusión del hielo a esta temperatura es de 80 cal/g (o 335 J/g).
Además, el agua puede existir en un estado de sobreenfriado líquido a -25 °C.
La temperatura crítica del agua, es decir, aquella a partir de la cual no puede estar en
estado líquido independientemente de la presión a la que esté sometida, es de 374 °C,
correspondiendo a una presión de 217,5 atmósferas.
Es importante señalar que el agua no es simplemente H2O, sino una combinación de
isótopos de hidrógeno y oxígeno. Esta particularidad, junto con su polaridad, hace que
todas sus constantes físicas sean anormales; por ejemplo, el punto de ebullición debería
ser de -63,5 °C.

Conductividad

La conductividad eléctrica de una muestra de agua se refiere a su capacidad para


transportar una corriente eléctrica. Esta capacidad depende de varios factores, como la
presencia de iones en el agua, su concentración total, su movilidad, su carga y las
concentraciones relativas, así como la temperatura.
Entre los muchos factores que afectan el comportamiento de los iones en solución, las
atracciones y repulsiones eléctricas entre los iones y la agitación térmica son quizás los
más importantes.
Conclusión

En conclusión, el agua es una sustancia esencial con propiedades físicas y


químicas únicas. Es incolora, transparente y puede encontrarse en los tres
estados de la materia: sólido (hielo), líquido (agua) y gaseoso (vapor). Su alta
cohesión molecular dificulta su compresión, y su capacidad para formar puentes
de hidrógeno permite la adhesión a otras superficies. Además, el agua actúa como
un regulador térmico en los seres vivos y tiene una alta capacidad calorífica. Estas
características hacen del agua un recurso vital para la vida en nuestro planeta.

Propiedades físicas del agua


• Puntos de fusión y ebullición: Los enlaces de hidrógeno en el agua resultan en
puntos de fusión y ebullición más altos de lo que se podría esperar. Los puntos de
fusión y ebullición de la mayoría de los compuestos similares tienden a aumentar a
medida que aumenta el peso molecular de los compuestos. Si el agua siguiera
este patrón en comparación con compuestos químicamente similares, se
esperaría que hirviera alrededor de -90 ºC y se congelara a -100ºC. Sin embargo,
la agrupación de las moléculas de agua cambia estos puntos de congelación y
ebullición. Si no existieran los enlaces de hidrógeno, el agua sería un gas a
temperatura ambiente.

• Densidad: La densidad del agua es de 1g/cm3 (exactamente 0,99999 g/cm3 a


20 ºC). De manera inusual, esta aumenta al incrementar la temperatura de 0ºC a
4ºC, alcanzando su valor máximo de 1g/cm3, precisamente a 3,98 ºC. La mayoría
de las sustancias se expanden al calentarse y se contraen al enfriarse, pero el
agua, a partir de los 4ºC, en lugar de contraerse, comienza a expandirse. Este
comportamiento anómalo se debe a la existencia de los enlaces por puentes de
hidrógeno. El agua caliente contiene muchos grupos de moléculas unidas por
estos puentes, que se rompen y reforman constantemente. Al enfriarse el agua, la
energía cinética de las moléculas disminuye y se forman conglomerados más
grandes a través de los puentes de hidrógeno. Las moléculas se acercan más
entre sí y el volumen del líquido se reduce. A 4 ºC, la energía cinética de las
moléculas de agua es lo suficientemente baja para que los puentes de hidrógeno
se conviertan en la fuerza predominante que determina la disposición de las
moléculas en el líquido. Estas se organizan en un patrón que permite la formación
del máximo número de puentes de hidrógeno. Al congelarse, las moléculas de
agua forman una red de moléculas unidas por puentes de hidrógeno, similar a una
jaula, que es característica del hielo.
En su estado sólido, las moléculas de agua están más distantes entre sí que en su
estado líquido, lo que hace que el hielo sea menos denso que el agua. Cuando el
hielo se derrite y vuelve a su estado líquido, algunos de los puentes de hidrógeno
se rompen, la estructura similar a una jaula se desintegra y las moléculas de agua
se acercan más entre sí. Este comportamiento inusual del agua es de gran
importancia para los seres humanos. Si el hielo fuera más denso que el agua, se
hundiría en los lagos y ríos, acumulándose en el fondo y eventualmente
congelando los cuerpos de agua del planeta, lo que haría imposible la vida en el
agua, incluso en los polos. El fenómeno de la expansión del agua al congelarse ha
tenido un gran impacto en la naturaleza de la superficie terrestre. El agua, debido
a su alta tensión superficial, penetra fácilmente en las grietas de las rocas y, al
congelarse, fragmenta la roca, contribuyendo a la formación del suelo.

• Tensión superficial: La tensión superficial es una característica de las


superficies que separan dos fases. Se define como la fuerza de tracción que actúa
en la superficie de un líquido, siempre buscando minimizar la extensión de dicha
superficie. Como resultado, la superficie líquida experimenta cierta deformación.
La tensión superficial máxima del agua es γ = 72,75 Dy/cm a 20ºC, la más alta de
todas las sustancias conocidas, y disminuye con la temperatura hasta llegar a cero
en el punto crítico. Generalmente, la tensión superficial del agua aumenta al
agregar sales. Por ejemplo, para una solución acuosa 1M en NaCl a 18ºC, la γ =
74,6 Dy/cm. La presencia de ciertos compuestos en el agua, conocidos como
tensoactivos, reduce la tensión superficial. La tensión superficial del agua es
responsable de los fenómenos de capilaridad.

Propiedades químicas del agua

La alta energía de formación de la molécula de agua le confiere una gran


estabilidad. Esta estabilidad, junto con sus propiedades eléctricas y su estructura
molecular única, la hacen especialmente adecuada para disolver una amplia
variedad de sustancias. De hecho, la mayoría de las especies minerales, así como
una gran cantidad de gases y productos orgánicos, pueden disolverse en agua.
Además, el agua es uno de los mejores reactivos químicos, interactuando con
iones y moléculas. Las reacciones con agua son algunas de las más comunes,
debido al papel predominante del agua como disolvente.
Conclusión

En conclusión, el agua es una sustancia esencial con propiedades físicas y


químicas únicas. Es incolora, transparente y puede encontrarse en los tres
estados de la materia: sólido (hielo), líquido (agua) y gaseoso (vapor). Su alta
cohesión molecular dificulta su compresión, y su capacidad para formar puentes
de hidrógeno permite la adhesión a otras superficies. Además, el agua actúa como
un regulador térmico en los seres vivos y tiene una alta capacidad calorífica. Estas
características hacen del agua un recurso vital para la vida en nuestro planeta.

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