100% (1) 100% encontró este documento útil (1 voto) 115 vistas 2 páginas Un Fabulador. Entrevista A Carlos Calderón Fajardo
De Souza, Patricia (1992). Un fabulador. La Tortuga, 47, 54-55. [Entrevista a Carlos Calderón Fajardo].
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Guardar Un fabulador. Entrevista a Carlos Calderón Fajardo para más tarde ys ALL DE LA MIRADASesigarenzes
S pm Un Fabulador
Una tarde de tupida lovizna, un hombre pasea por las calles deun Por: Patricia de Sous
barrio solitario. Es alto, moreno y en su mirada merodean pdjaros Fotos: (Oscar Pockeen
tristes. El avanza lentamente, sus pasos son largos y livianos. Su
mente estd sumida en el mundo de sus suefios. Sélo cuando la ve se
da cuenta de que no estd dormido, sino despierto.
ALINE Y ESTHER FARIAS
Ella camina, suelia como wna
hebra de oro al viento, La sigue. St, la
Sigue, porque ese perfil no puede ser
otro aia el de Aline
~Aline- grita desesperado, pero
ella. nose. da. welia, 3010 ‘sigue
caminando. ¥ él la sigue. Ella se dirige
‘hacia el malecdn. Camina muy rdpido y
se ve forzado a apurar el paso para
perderla de vista. Al cabo de un
‘momento, han legado al parque donde
‘se encuentra el viejo faro del malecén.
Ella se aproxima al acantilado, luego
estira los brazos y respira profun-
damente. El la observa extasi
La misma nariz, un poco
redondeada en la punta. La media luna
de su frente, el pelo negro atado en una
cola cayendo como una cascada sobre
su hombro. El mismo cuerpo delgado y
las cintas de los misculos de sus pier-
‘nas, que la falda oculiaba hasta la rodi-
Ma. Era ella, sin duda, habla tratado de
ubicarla por todos los medios. En suca-
a s6l0 enconiré a una anciana,
dijo que hacta tiempo que la famil
habla mudado a otro lugar ¥ no sabla
d6nde. También buscé su mejor amiga
y ésta habia partido a los Estados Uni-
dos. Agoté las formas para encontrarla
y todo fue initil. Pero, finalmente, el
destino era generoso. All estaba y sblo
tenia que extender la mano para sentir
su piel latiendo bajo la yema de sus
dedos.
Pero habls.
~Aline- Al fin te encuentro ~
Aline- dijo.
Ella volieé sorprendida, Habla
percibido que le hablaban, pero no
‘habla entendido,
~Aline- volvidarepetirél y lavor
se le apagaba. Ella le clavé la mirada y
era nuevamente Aline. Cuando algo la
sorprendia, lanzaba una mirada dura y
cortance
~¢Aline?- dijo ella- Qué nombre| manera de afrontar el mui
tan curioso, Yo me llamo Encarnacién
Maravilla- y prosiguid: Oiga, zve el
faro que esia alld? sehald of fro azul
‘con la punta del dedo y, sin esperar
respuesta, continud hablando- Pues hay
un hombre que sube todos los dias a
limpiarlo y se queda allt toda ta tarde,
hasta una parte de la noche. Hay otro
hor que le lleva comida, Un dia logré
y le pedi que me dejara subir la
‘comida para su ro. Queria ver
{a ciudad desde allt. Le juro que jamés
visto un espectéculo mds hermoso
ése, La cludad arde de teas- El la
:M4 en silencio. No era Aline, sin
duda ella era mas joven. El sonri6, Ella
dijo: -Oye, no te quedes mudo- cA ti te
gustarla subir al faro, sf 0 no? -El
Ccontesté:,
(*Si, me encantaria, -Aline-
Esta tarde hace frio, En Mira-
flores, las calles estin bafiadas por una
fina escarcha, Dentrodel café hace calor
y los rostros de la gente brillan como
bolas de cera. En un rincén esti sentado
tun hombre delgado. Hay inquictud en
sus movimientos. Busca a alguien y, en
realidad, yo no sé a quign busco, pero
percibo en sus ojos la espera y ya no du-
do que es él.
El escribe: Es un impulso, Una
jo: Yo me
‘concibo como narrador, Siempre voy
iihaginando historias, situaciones.
‘Comen6 en Viena. El tenia vein-
tiginco aos y lo aquejaba una
enfermedad. La convalecencia le
cre6 la necesidad de escribir. Era
necesario evadirse de alguna forma,
inventar su. propio mundo. Soli-
tario, 1a literatura se convirti6 en
tuna amante silenciosa que com-
parti sus dias.
En el café, las risas y las
‘voces resuenan y se entrelazan con
Jos cuerpos tibios. El parece wiste.
Un cinturén de tristeza apricta su
mirada y oprime sus hombros. De
ato en rato, una sonrisa tenue
ilumina su rostro. Rie con ironia,
‘Con aquellaironfa de los pocos que
‘notemen verse asf mismos.Con un
poco de humor, claro ests.
Buscar Sentido a la vida. El
‘amor la iteraturason lasalvacién,
El Ginico sentido. No me ha intere~
sado el poder y cl dinero.
En una época queria ser un
escritor importante, pero hace mu-
cho tiempo que no me interesa
Pensur si voy llegar ono. ,Aquélo
atribuyes? A que tengo un sentido
muy autocritico y que mis novelas
no tienen el mismo nivel de mis
ideales. Ademés, no sintonizo con
laépoca. Un timido z¥ el juego del
amor? Sabes que yo me Ievo muy bien
on las mujeres,
Mis. mejores amigas han sido
‘mujeres, mi madre, mis hermanas, Pero
Toque no me gusta de ellas es que nunca
tienen un proyecto personal. Se aferran
a proyecto del hombre y exigen que
siempre tenga uno. El padre, sf. Quieren
alpadre. Youmbign hebuscadouno. Ya
Virginia Woolf lo habla expuesto en
“Un.uarto propio”. Lamujer debe tener
independencia econémica para tener
independencia ideolégica. Otra cosa
ae inguieta, y eso pienso Pe
ponerlo,¢s que en la narracin,
por, ejemplo, las mujeres han demos-
Joen todo el mundo que son grandes.
En Sudamérica hay ahora una serie de
escritoras de la misma importancia que
‘cualquier otro escritor. Sin embargo, en
ese aspecto, en el Pert se nota un vacio,
‘Tengo aimpresién que.eso se debeaque
lareflexiGn de a mujer sobre su lugaren
lasociedad peruana.esatin limitada .Los
narradores no tenemos una compafiera
enel camino, Las mujeres deberian salir
desus temas “femeninos” para ser, sim-
“Sabes que yo me
llevo muy
bien
con las mujeres”.
plemente, narradoras.
gA qué lamas temasfemeninas?
Al amor, al cuerpo. Con eso puede ha-
‘corse poesia y hay muy buenas poetas,
Pero no narracién. Seria maravilloso
‘gozar con la sensibilidad de una mujer
narradora, una Doris Leissing o una
‘Yourcenar,
_ Lima, Regreso de Viena: el
‘impacto es tan intenso. Estuvo varios
dias sin hablar. Luego escribié, para
ceximir, para vivir. Publica su primera
novela “La Colina de los Arboles”: Un
joven sufre la encarnacién de la lucha
Por la identidad. Ahora es més dificil
oder hilvanarse con los otros. O son
demasiado frivolos, © son demasiado
afectivos, 0 demasiado hipécritas, Y
tiene, en parte, raz6n. Lima es un con-
glomerado de bajas pasiones, de en
dias, pero también de grandes solida-
ridades y grandes afectos. Pero estoy
aqui, dice 61, porque odio y quicgpa
Lima. ae ‘
fo hay amor sin esa pola:
rizacion amor-odio. ;Pero por qué no
hhablamos de amor por una mujer’
yatamoren is novelas so que
motiva a mis personajes. Encamac
Maravilla es una mujer de extraccion
baja que se enamora de un obrero de la
International Petroleum Company.
Sale embarazaayuego daa tuz
‘en medio del desierto. Completamente
sola. De ahi nace Esther Farias, que vaa
ser el personaje del segundo tomo
‘que no se publicé. {Y ti tienes
hijos? Tengo tres. Tres hijos
-yarones y siempre he querido tener
hijas. Creo que viene de familia: so-
‘mos tres hermanos, todos hombres.
‘Uno de ellos se cas6, tuvo un varén,
se divorcid, se volvid a casary tuvo
‘iro varén, La hija no lleg6, acaso
por desercién divina. A los trece
aflos yo era muy religioso. Mi
abuela me lo inculc6. Era una su-
ccursal del Cieloen la Tierra. Ahora,
‘ese sentimiento reflorece profun-
damente,
iTesentiasculpable? Yono,
Tenia un fervor muy imaginativo.
Ponia las estampitas en fila y Ie
aba a cada una un papel en la vida
real. Un fabulador.
Por un momento, habla el
socidlogo, el experto en posimo-
demidad. Perolomssimportante es
escribir. Una novela, otra, otra y
ira. Ei reconocimiento ain no
Nga, Algunos premios, sf. Pero la
critica ain no lo acoge én su lecho
como a uno de sus hijos. El es un
narrador, un narrador en esencia y
Ia popularidad es un gesto, a veces
muy mezquino, para el escrtor, El
¢s, ante todo, un fabulador.
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