Cubierta:
Donne
eet
Cees oleae cetera
STC Seiten)
1997
eo eer aunts ete
Con implacable Tucidez, Angelo Papacchini desmiente
URIS Coee Ted eect cantes Ute en
ECotor OR Gnecte EGS eto Cee eee
CST met CO ace ie Conea cee tt
PSE U cee Net cTene oe ern ea
punto de referencia a los programas, instituciones 0
Fane Mean peer ee sree nee
una realidad hist6rica mas que una vana ideologia
ier ae
eat OC ene tee ere een
Sr noene concn on ieee)
en Ia idea de “lucha por el reconocimiento” del ser
humano, esto es, de un individuo conereto en una
sociedad concreta), sino que lo confrontan polémi-
Cee ee ec cM Teaco arte
Tce mo tune neces mC Ey
parte, c6io se ha querido “aplicar”, en tres momen-
Por orem nen ore cere ema Nr tes
See rca ee En ice coe eee ec rns)
revo ence UN rere nny aes eee
ATT Ren Renee en cen ere ate
to por el destino social del indiviciuo (no abando-
POEMS ce Ocean es
fender sus espacios de autonomia y privacidad,
LOS DERECHOS HUMANOS,
Len) DESAFIO ALA VIOLENCIA
.
UN DESAFIO A LA VIOLENCIA
LOS DERECHOS HUMANOS,y los crimenes de lesa humanidad. El siglo xx es el
ote aaa de dbvesoh aad ttieeredly
de los genocidios més crueles; del derecho
jhumantario y de la guerra total; de las apelaciones a la no-
‘violencia y de las exaltaciones de la misma como arma de libe-
wieigat, Ea el medio intelectual, el tema de la violencia se ha
vuelto un asunto especifico y exclusivo de socidlogos y
Jntropélogos: de acuerdo con una aparentemente razonable
division del trabajo, éstos asumen el trabajo prosaico dela des-
cripcién y explicacién causal de la violencia, al tiempo que los
filosofos se reservan la tarea més poética, relativa a la exalta~
cidn de la dignidad humana. En’ realidad, el tema de la violen-
cia constituye la otra cara de la reivindicacién de la dignidad
1. La exalacin de la dignidad contasta con las muikipes expresiones de una
‘Falencla ante Is que la conciencia publica y la concincia priveda pareeen
Tbvamadasy » [a que silo logran contraponer palabras ineficaces 0 setmones
eile (Sergio Corrs. Perehe la violenzat,Jupadse, LZ Aquila, 1978 p- 8
‘Traducciones mas de todas ls cia txtales en otras lenguas). El utor snot
{Que sedifunde la conciencla—fundada o no, poeoimporta— se una univer
Sifencion de violencia, e una expansiGn de la misma como si fuese una
fnlcrmedad endémica erefrenable» (ibid. pp. 16-17)
313Los derechos humanos, un desafio a la violencia
humana, que si no quiere agotarse en un discurso ret
Seep que asumir el problema de las violaciones
fy famtes y Sistematicas del respeto debido a todo ser hun
su integridad fisica y moral, en sus proyectos de vida y
autonomia moral y politic
/ Para demostrar esta estrécha interrelaci6n, utilizaré
de dignidad, ensayando a partir de ella una definicion
violencia pero también cuestionando —en el Ambito de f
loracién moral—las tesis de quienes sostienen que exist
violencia legitima como respuesta a formas particularment
humanas de injusticia, o como medio para lograr fines val
Sila violencia constituye la violaci6n de la dignidad hu
fundamentacién moral de este valor basico implica un no
cal a las conductas violentas. Este rechazo de la violenc
ce a primera vista incompatible con la fundamrenta
“dignidad en términos de lucha por el reconocimi r0, que
intentado esbozar en algunos de los en: vos anteriores;
dignidad es el resultado de un proceso de enfrentamien
Pareceria licito reconocerle a la violencia un papel protagéni
en la instauracién de ordenamientos més libres y justos,
contra de esta interpretaci6n de la dialéctica del reconocimien
intentaré argumentar en favor de la distincién clésica entre fu
zay violencia: entre los dos extremos del pacifismo desarm
do y de la legitimacién de toda clase de conductas violentas er
nombre de un fin superior, queda abierta la posibilidad de r
currir ala fuerza, mas que a la violencia, para reivindicar d
chos, responder a la violencia o enfrentar situaciones dle mis
tia, explotacién y falta de reconocimiento,
1. Conceptos encontrados de violencia. Se acostumbra hax
pretenden recoger y sistematizar las intuiciones del lenguaje
comin, es decir, en nuestro caso, aqucllo que la gente entiende
de hecho por violencia; en las estipulativas, en cambio, el in.
vestigador propone una definicién propia que, en la medida en
que permita simplificar el lenguaje y precisar mejor los con-
ceptos contiguos, posee la pretensién de ser asumida por una
comunidad cientifica. En el caso de la violencia, cualquier de-
314
ntra si mismo). Para que exista violencia es necesario que la
Jarerencinfisca sobre el everpo del otro; una interven-
in. que deja rasgos en el cuerpo; y Ia intencidn expresa de
‘perjudicar, lesionar, herir 0 matar’, Definida en estos térmi-
3s, la violencia acaba por transformarse en sin6nimo de fuer-
.Se diferencia, en cambio, de la nocién de poder, que Stoppino
concibe como «la modificacién de la conducta de individuos 0
spos dotada de un minimo de voluntariedad». En el caso de
violencia no juga para nad a voluntariedsd, puesto que se
tata simple yllanamente de una calteracin perudical de
estado fisico de individuos 0 grupos [...] El poder cambia la
yoluntad del otro; la violencia el estado del cuerpo o de sus
posibilidades ambientales e instrumentales>’.
blar de definiciones estipulativas y convencionale: tiltimas
«Existe un derecho a la violencia
fiene que tomar en cuenta las intuiciones de la con-
‘comin (en este sentido tiene un caricter convencio-
pero debe contribuir, ademés, a deslindar con claridad
micepto de fenémenos cercanos como los de fuerza y
; Como trataré de mostrarlo en mi exposicién, en este
delimitaci6n conceptual posee implicaciones pricticas
to a la valoracién moral de la violencia o a las estrate-
para enfrentarla. Veamos algunos de los factores basicos
Gebe considerar una definicion de la violencia.
intervencidn fisica como rasgo peculiar de la conducta
lenta. «Por violencia —escribe Stoppino en el Manual de
losofia politica— se entiende la intervencién fisica de un in-
duo o grupo contra otro individuo o grupo (o también
enci6n fisica sea voluntaria>?. Los elementos que carac-
nla conducta violenta serian fundamentalmente estos tres:
Maro Sromn. “Vielen: Bono, B. MATEUE! y GPaQUNO.
Dioner pole, in, 199, p12,
tea ple de seared mins ine
rl uo dein kde Baden ope ro ee
ca dt albicans Maven al goed tncuens Gram,
ibdem : "
ibid Elen xeonaambin sexe indebid el eing"vilen-
pada enn cone uniplacn injeecoo
‘Space penne de pe enum ima egrn cone
SEP Hiren we fy xl rine noes coion eloLos derechos bumanos, un desafio « la violencia
Bxiste un derecho a la violencia?
cig ‘usho® tebricoscoinciden en esta definicién dela
en términos de intervencion fisica, que parec yiolentas. Como bien lo anota Zuleta, la atencién
‘entaja,nada despreciable, de alejar el peligro de lav aaa violencia “que hiere y mata” es ventajosa en tér-
ei a ambigtiedad. Los partidarios de esta clase de d joperativos para quienes realizan inyestigaciones de cam-
juclen argumentar que es muy difcl enfrentar de m iro acaba por dejar de lado el secuestro, la extorsi6n, las
ista el fenémeno de la violencia siesta noci6n se dil ones, las torturas y las amenazas, «formas de violen-
abarcar las conductas mas diversas. Al relacionar la n caracteristicas de nuestra situacién actual, tan estrecha-
soon presencia de una intervencién fisiea, crite articuladas con las dems, que no pueden omitirse, por
verificable, sobre los cuerpos c 4 el intesis, si
e , : ‘momento de pasar a la sintesis, sin grave riesgo
Tepe ens0bre los euerpos con el finde datas y peru 10s en el momento de p: sinesis, sin g 8
n cambio de un criterio sencillo, obj ar el contexto social en su conjunto»’. Por un mal en-
conlfiable, Sin embargo, crecen también dia a dia ls vod do anhelo de objetividad, los estudios y estadisticas so-
icas de quienes ponen de relieve el carécter fuerten ‘violencia omiten el amedrentamiento de campesinos, los
reductivo de esta definicion, que deja de lado fendmenc splazamientos forzosos, la presién contra clases de ciudada~
Fmarcados por algtin estigma social (mendigos, homosexus-
[prostitutas), la violencia simbdlica contra minorfas en los
fcesos educativos, en la cércel, ete. De manera similar, Sergio
. ptta apela a las intuiciones primarias de la conciencia moral
morales imborrables. Las lesiones personales, las heridae p Gcuestionar la reduccién arbitraria de la violencia a los'ac-
‘matanzas son expresiones de la violencia, pero no las ty J que dejan lesiones y heridas en el cuerpo, ante la evidencia
bara completa ol cuadro haba que inclu vod aula acciones no fisicas fuertemente perjudiciales, percbidas por
mas de degradaci6n, humillacign e instru I sentido comin como expresiones de violencia’
lo comtin considera desde siempri La violencia como carencia de medida e impulso ciego. Para
grar una definicién més satisfactoria, Cotta procede a un
thalisis interno del acto violento, que se caracterizaria por el
sprecio del otro pero sobre todo por la irracionalidad y la
incapacidad del sujeto de dominar sus impulsos: «,.el hombre
quietantes como la calumnia, el desplazamiento forzosy
jimenazas de muerte y en general todas las manifestacione
iolencia simbélica, que no dejan marcas visibles en low
Pos y sin embargo producen en las victimas estigmas y her
imentalizacién qi
¢ como ejemplos
asa mas confusiGn que claridad, Por consiguiente,
‘aqellasrelaciones de poder con is térmings correc de een
hipulacién”, capaces de expresar tombe sos di; cosa ‘bi it indi:
fos que eguvien mee bie ee clement de imponiin pe jolento es percibido habitualmente como un individuo
a pitino cs mpulsivo, inconstante, incoherente, pasional, en el que no se
‘puede confiar, ni para el bien ni para el mal», La fenomenologia
del acto violento pone en primer plano la inmediatez, la
discontinuidad, la desproporcién con el fin, el caracter impre-
resivos, pero. 10 de asfxi [..] todos éstas son actos hostiles ©
Aagresivos, pero no son necesariamente actos de vilencias (iid, 6. 192) Poe Estanislao Zuuers. Colombia: violencia, democracie y derechos bumanos,
Parte, uno de los profetas de la violencia de los afios sesentas sosteni que «hay Altair, Bogert, 1991p 213, «La eer omen tae joaare
tamiento estadistico un fendmeno como el secuestro —prosigue el autor— no
miea cena an he ne pe ee ee cl anilsis del eon-
topia, Ariel, Barcelon Hen texto socials (ibidem)
pia, Aciel, Barcelona, 1986, pp. 27-28). 1 Sora
8 Ibid. p. 7.
316Los derechos bumanos, un desafio a la violencia
visible y la carencia de medida propios de esta clase
ducta. De aqui la definicién de violencia en términos
vidad-contra, sin regla, no-dialégica y no-coexistene
Esta descripcién que acentia lo irracional y lo de
de la conducta violenta parece responder a intuicion
conciencia comin, que de hecho asocia a menudo lo
dos de violencia con la pérdida de auto-control y con
acidad de detener las pulsiones agresivas mas elemen
embargo, en caso de aceptar la identificacién de la
con la conducta ciega, impulsiva e irracional, nos veriam:
apuros al intentar precisar el carécter de aquellas form
aniquilaci6n diseiiadas y ejecutadas con espantosa frialdad
elestilo de las realizadas por el Tercer Reich, que a dif
de Ia improvisacién y del diletantismo propios del fase
mediterraneo, tomé muy en serio la planificacion racional
{as estrategias destinadas a acabar con los enemigos del
men y dela raza aria. Surgitian también serias dudas al qi
caracterizar como violento el recurso a la tortura por partes
{a Inquisicién, puesto que al fin y al cabo se trataba de
intervencién medida y calculada en todos sus detalles, inclu
la duracin de los tormentos. r
©: El cardcter instrumental de la violencia. Muy distinta e
caracterizacién de la violencia ensayada por Hannah Aten
quien pone especial énfasis en su naturaleza instrumental
trataria en dltimas de una herramienta a la que recurren indi
duos, comunidades y Estados para afianzar o incrementar
Potencia 0 poder, o para encubrir o reemplazar la debilidad,
Impotencia o la pérdida de legitimidad. «La violencia
Arendt—se distingue por su cardcter ins
logicamente esta proxima a la potenci:
mentos de la violencia,
son concebidos y empl
tural hasta que, en la dl
% Thi .74 Ta desmesura de a violencia se opone la medida propia del ey
Zse, Seezho. Sin embargo, la oposicin mis radical ala violencia —piency
Cotta— habria que buscarla en cl gape (comt
In caridad que desborda el émbito juridico,
318,
existe un derecho a la violencia?
8, La autora aclara que se trata de una herramienta emi-
mente destructiva", dirigida contra individuos, grupos 0
xy destaca la distincién entre violencia y poder, entre
sinio por medio de la amenaza y los medios distrucivos
inio por medio del reconocimiento de una autorida
A pesar de que enormalment aparecen juntos, en-
zclados de miiltiplesformas, es necesario diferenciarlos»:
Blncia puede respaldar el poder odestruro, pero nunca
ni crearlo”,
Pfc desucer nel ands de Hanns Arendvés aa.
jl hecho de que el esfuerzo por delimitar conceptualmente
jplencia corre paralelo con la pteocupacisn por su
fimacion y justificacion, Coherente con sw enfoque
imental de la violencia, la autora prefiere cuestionarla
la perspectiva de la racionalidad estratégica, mas que
otencia y fuerza: «Poder corresponde ala capacidad humana, no simplemei re
eraser, sing, para actuar concertadamente [...] Potencia designa inequivo:
sete rns oor pn ne ni
Ja Naturaleza” o a la “fuerza de las circunstancias*, esto es, para indicar la
Be a cer etoen tisiseontareicanmaporenaicees
ess sin de los entos, y los instrumentos de la violencia, al igual
lke se oponen a la violencia con el simple poder pronto descubririn Se
et ncaa toato dee ercesinte aptianleelt zoe
Teac sana polo dead pole a p15‘Los derechos humanos, un desafio a la violencia 4Bxiste un derecho a la violencia?
desde el horizonte de una ética deontol6gica fuerte: sgima evaluaciGn'de-laiviolencia éntérminosestricta-
lencia es un medio, una buena estrategia para poner smentales deja inquietudes y dudas: en caso de que
dicho su legitimidad puede ser la de averiguar acer pograse mostrar, en contra de los argumentos esgrimi-
funcionalidad para los fines que los sujetos esperan 6 Jenutora, Ia eficacia prictica de la violencia para conse-
con ella. Una eventual ineficacia de la violencia seria jetivos a largo plazo, nos veriamos obligados a aceptar y
lente argumento para poner en tela de juicio el recurs sidar conductas violentas. Desde una perspectiva estricta-
lizado a esta clase de conducta. De acuerdo con esta es ragmitica, el rechazo de la violencia quedaria supedita-
argumentativa, Arendt expresa serias dudas acerca de PionBrmacién empirica dew eficacia préctica yinologrs-
cia de la violencia, en especial para el logro de objetivos p rel status de-un mandato condicional e hipotético.
cos a largo plazo: «..Ja violencia puede ser justificabl ies:
nunca sera legitima. Su justificacién pierde plausibilid [a violencia como violacién de la dignidad humana. Ante
to mas se aleja en el futuro el fin propuesto. Nadie disew dificultades encontradas en algunos de los mis significati-
uso de la violencia en defensa propia porque el peligro no fntentos de precisar la naturaleza de la violencia, propon-
resulta claro sino que es actual y el fin que justifica los me na estrategia distinta, que consiste substancialmente en
esinmediato»®. La violencia s6lo seria capaz de asegurar ok Pamir Ia idea moderna de dignidad humana como hilo con-
tivos a corto plazo y, a pesar de que pueda sonar paradéj Netor para describir y abarcar en su totalidad el espectro de la
resulta de mayor utilidad para impulsar movimientos de’ blencia, Esta ultima deberia poder ser analizada en términos
formas mas que procesos revolucionarios. El recurso a lay fe negacién y violacién de un valor reconocido por la huma-
lencia sera el sintoma de una pérdida de poder, y un rem fidad en general: el econocimiento de todo ser humano como
inapropiado para reconstituirlo y afianzarlo. d in sujeto auténomo y libre, que debe ser respetado en su inte~
___Es innegable la originalidad de este andlisis, al igual qu Fdad fisca, en su autonomia moral y en sus proyectos vitales
interés que suscita el intento de cuestionar la violencia desd figados con Ia autorrealizaci6n y la felicidad. Puesto que algu-
perspectiva de la racionalidad estratégica. Sin embargo, al ‘autores acostumbran definir a su vez la dignidad en térmi-
tuar el aspecto material-instrumental de la violencia se corre 'n08 negativos, como lo opuesto de la violencia, mi propuesta
riesgo de dejar en la sombra un aspecto esencial de la violene Dreveria vacr'en wn circulo vicioso: estarfa apelando'a la no-
ligado con el uso perverso de estos aparatos destructivos en p cidn de dignidad para precisar, a contrario, la idea de violencia,
der de individuos para aniquilar vidas humanas, o someter,d altiempo que esta tiltima estarfa ya supuesta al definir el ideal
gradar y humillar a sujetos libres. Sin mencionar el peligro devida digna. Este circulo resulta menos vicioso delo que apa~
que una concepcién meramente instrumental de la violenci enta ser, si se conciben dignidad y violencia en el marco de un
podria transformarla en una herramienta “inocente” 0 mo roceso abierto de lucha por el reconocimiento, orientado ha-
mente neutral, que recibe su valor del fin para el que se emplleg Tila negacién de la violencia en nombre de la dignidad huma-
Con eso queda abierto el camino a las innumerables justifica ma. Si bien el dato inmediato es la experiencia de la violencia,
iones de ls violencia en nombre de un fin objetivamente vali resultarfa imposible percibir una situacién como violenta sin
una intuicién oscura de la dignidad, que a su vez se va preci
sando en contrast con nuevas manifestaciones de crueldad,
13, bids p. 154 d A
14. Todo dectecer en poder cs von abiertainvitacign a a violencia», puesto sometimiento 0 reificacién. eat
resulta difclreistr a latentacin de sustnirlo con la violence, (ale De acuerdo con el paradigma clisico de dignidad, el valor
an intrinseco de cada persona impone a los demés la obligaci6n de
320 —Los derechos humanos, wn desafio a la violencia
respetar su vida y su integridad fisica, no instrumental:
tarla como un sujeto de libertad y respetar su autonon
y politica, al igual que sus elecciones en cuanto a la by
lafelicidad y al ideal de-vida buena. Respetar la dignida
carespetar en todo ser humano su derecho a la vida y
tad, propiciar su autorrespeto y por consiguiente ev
prictica degradante o toda intervencin orientada a ine
talizarlo, lesionarlo 0 aniquilarlo. Puesto que, en palab
ant, la persona moral es um fin en si, és que un simple
esinmoral cualquier conducta que pretenda desconocer,
intrinseco presente de manera indiscriminada en todo sep
mano.
2 re eite rapido esbozo del ideal de dignidad permite preg
/ algunos rasgos propios de la conducta violenta:
a. Es violenta toda intervencién que atente contra el di
primordial a la vida, provoque de manera directa o ind
Iesiones personales y reduzca o aniquile la libertad y la-au
nomia.
b, Mas en general, se confi
relaciones con el otro en l
iguran como violentas todas aq}
las que éste queda reducido a
objeto. No me refiero solamente a las formas més evidentes
instrumentalizacién, como la esclavitud, sino también a las m
tiples relaciones en la esfera politica, en el terreno laboral 0
vida de pareja, donde se impone, de manera més 0 menos e
dente o encubierta, la educcién del otro a simple objeto al ser
cio deuna voluntad de poder o placer, o como un jugueteal serv
cio de intereses egoistas o de supuestos intereses superiores,
c. Ocupan también un lugar destacado en el espectro de la vi
lencia las précticas inhumanas y degradantes impulsadas po
el goce perverso de humillar y pisotear. En el caso de la toveu
ra, la violacién o Ja calumnia, ala explotacién del otro py
sino también en aquella dimension particularmente vulnera=
ble ligada con su propia autovaloracién. Estas précticas humic
Mantes dejan lesiones severas y perjudican, a veces de manera
irreversible, la autoestima del sujeto, junto con la confianza en
los demés y en la sociedad.
322
solamente en su cuerpo y en su libertad exteriol
16.
{Una ventaja adicional reside en el hecho de que la violen~
‘sExiste un derecho a la violencia?
debe ser considerado como volento todo intento de
siper, imitar 0 suprimir el derecho del indivi ho asa
aia ética y politica, a escoger libremente su ide
i era.
scar la felicidad a su manera. /_
Agr el ideal de dignidad como el hilo conductor pata
J violencia, es claro que esta iltima ya no se gous
jones que provocanlsiones herds. El espero de
i juellas
peia se amplia para abarcar todas aquell
is, hussein instrumentalizaci6n que el sentido
Wo considera desde siempre cone geno de conde
i moral, vi
Menta: atentados contra Ia integrida in
fea contra los grupos minoritarios, amenazas, desplaamien,
farsosos provocados por los enfrentamientos armados",
indi ra de
aparece como un concepto dinimico, que se configura de
i diferentes contextos hist6ricos, en co
nera distinta en los di sts histrcos en on
i i .es peculiares de
cia con las reivindicacion d lig:
iad. En el ensayo “Dignidad in le °-
4 e i scisar los diferentes
imiento” he intentado pre oat
dignidad que se han venido consolidando a lo largo d
15. 1s ién de la violencia como lo opuesto de la dignidad y de los dere
5, La presentacién de a vis
iB
en ete ect Cares
So SOC CIGSME RS tte
i i is el Exe uy en
ee sién de los derechos humanos, comenzan-
a elaine 2g
2 el derecho a la vida» (Colombia: v1 a
see Eu bree Ni Ce
bie Bogotd, 1987, p17) Al lar se encuentra en Cotta, quien en la obra
Te Mae ccm cera emeot)
Da eB ae eer Sere saa
as te peter
So pret Pe ln cysipdaea er neice
cere gat ee er cea
in te ennobled
Se ss a aes eo el ogee
sabe fa heen ap pretence
ibe eae identidad, debilitamiento de los valores comunitar oe
SRO cen roles ft Deplcads pore iene Clo
Cee ee Clete eg Bs
393,4Existe un derecho a Ia violencia?
Los derechos bumanos, un desafio a la violencia
ples moaldades de violencia qu la pave de-
: a ‘ ire
: . . ilerencia de género: ala violencia dreta contra su
lordetodo ser humano, independientemente di Bpirecocin ds 8 an atendencia a distorsio
Ins deena igen ee reehan tenets
Syne ines rina Pardue ede de ces au o muss sn ect pron
. i
delendictentadc aroperen et eee
mensiones ineludibles de la autorrealizacién humana, D pe
do con estas diferentes acepciones de dignidad. deb
cluirse dentro del espectro dela violencia la esclavtadg
necesidades basicas insatisfechas cauisadas por
desequilibrios sociales, al igual que las estrategias vend
negat, descuidar o asimilar las diferencias,
La asimilacién del hambre a una forma adicional
historia mas reciente: el paradigma clésico, que de
i ia? Va-
Una ampliacion excesiva del espectro de la violencia? Va-
Gurores han llamado la atencién, cients acme
a F ida de la nocién :
li de una extensién desme¢ ‘Gotta— ya
a ‘ in exclusiones —sostiene Cotta
es violencia, sin excl cee Rees?
Ee puesto que ha sido Bargilgl ole Siivixe
? a violencia y
: : ibn respecto al cual se destacal f a
lencia se enfrenta con la objecién, nada despreciable, seq Fe como un somportamiento expec identifiable a
cual un enfoque de esta naturaleza podria dejar en la-ee v7 En términos similares se expresa Priscilla Cohn,
: aejacees a Gn”. En términos similares se expres i
los sujetos activos responsables de la violencia, dificil Sen quardia contra el uso indiscriminado de a ip
identificables o considerados insignificantes frente a la vy Macjons la tendencia aincluir dentro de la violencia las i
cia objetiva de una determinada realidad social. Sin subvale pena ten Jotacién, y considera més sano limitarla al
|k seriedad ¢ importancia de este reparo, resulta de todae’ goose ferza isis para pesca alos demas. La
; ro; resulta dev igoroso de la i erigticar ate :
mas innegable que los condenados a vivir una vida inh Sa jiere descartar la idea de violencia ssicall ns ie
padecen su condicién como una forma de violencia, al tie ene altamente nebulosa, y considera un mer 7
ue el malestar moral, la pérdida de autorrespeto y la S evrico la tendencia a agrupar bajo un mismo rétulo el
‘ eee : io retorico la ten erupar
digpiddgals por la subsistencia configuran un ambiente obje er ricustlaceslapreal , ob: a
vamente violento, marcado por la inseguridad, la precaria Py, definicién de la violencia en términos de violaci
y una alta tasa de atentados contra la vida, En cunnto ald Fe rica nse conertbuye, dn embargo, amity a pesar de
me pe uvidan yumana _
Conocimiento o subvaloracién de las diferencias, uno de los ignida
sultados més interesantes del debate acerca del multicultural
i is i6 hs opts. 57. is as intervenciones sobre
ha sido precisamente el llamado de atencidn acerca de esta " Soa A aaa nosis devine alee pgnpeotrs
formas més sutiles de violencia, que se traducen en estrateny etl cuerpo, Cokin recuree a un argumeato bien ori
: a : qui érmino para designar las pricticas mé oo
sistematicas tendientes a subvalorar, asimilar 0 aniquilar log Hie indiserimninado. aloes enti lions eo
Yen insane salary rp aan PO leanne in es
y en intentos de acallar y reprimir las voces gue tretan de ty
mular y expresar melodias i 3
ute Sit eheo de 108 al trata recibido maestro, «Por lo comin, se admite que es justi-
, logos al tato reibido por su
Y presse melodie ys cca del isl mene opts Sema abe pre se uta cn
minorfas étnicas, la violencia directa contra su vida y sus b I sencacon les (Quer ode que os nos de fen
es va unida, por lo general, con el intento de despojarlos tam: deberian prender fuego a los edificios de sus escuela 2 (opae, po 193).
, . ae be leberian prende al jefe del Estado, etc.2» (op. city p.
bién de su identidad cultural, mediante la accién le los misioe ssesinar al ministro de Edveai6n, a el
neros, intérpretes, colonos, etc, Por su parte, quienes
mid de manera
fora de argument ss nel upto — aio di
aaa esas legttmo esponda neni con a vilen
reivindican los derechos de la mujer llaman la atencién acerea
325
324=n conta, lt amplicion indisriminad
d Para ilustrar esta afirmacién
gail den ato considerado como la expresién parg
violencia: la violacién sexual. Priscilla Cohn le
sy e de
be sacio asta forma particularmente grave de vio
Feud Sit teservas. Llama, sin embargo, la atene
‘fauladexperimentada por la autora cuando intenta re
iusto dilema moral enel que se encontraria a mujer
cic lade sometere aun aco que viola su dignid
vez a la violencia para impedirlo” d
: Za npedirlo”. Una vez,
a aneta erties el postulado inicialrelativo ala identi
acta violencia con un ejercicio vigoroso de la fuerza fii
ra persona, la conclusién inevitable es que la
veré obligada a clegir
For cilia a cegi entre dos formas de violencia laaciy
nbas moralmente cuestionables q
le violencia es inmoral, El ideal de dignidad como ester
erenciar los actos violentos permite superar este falso eR
acci6n de la muj
Puede se ctlgada de violent, puso
so legitimo a la fuerza para defend
quads su cuerpo y su integridad fisica y eh No: 7
‘foes fies puede ser clea devcleno. Lo quey
le paso la necesidad de legitimar o justificar algunae
mas deviolencia, apelando at pechoeaaal
olen in supuesto derecho originatiog
Soames sect ati
© describirlo de manera distinta: la re:
defenderse no
trata de un rect
19,
poate
Eo ecteea tacit ae
po, podria dejar setae dues acerca
la nica salida moral que podria
oleic itn no loser na cag
se herder lions en lees
‘Bestacién de una nueva vida. taba
”.
22. «La violencia ~esctibe Metleau-Ponty— es nuestro nitind
undo en tanto que é
sel punto de partida coms
menes. Laid dct eat Pata comin a todo Norberto Boonto El problema dela gery ls vias del pa, Ged, Barcelo-
Stoel sep si polis een obec ft tm 1982, p-198. Ba la misina tine, Stoppino destaca el spapel crucial» desempe-
Sparen Manet Poses hae 8 Jado port veiencia ene juego politico y define al Estado como el monopolio
35 Aires, 1968, p. 155), teror, La Peyade, Bu Tela blotenialegitima: sel gobierno usa tpicamene, con continuidad y de
snaneratendencialmente exclusiva, la violencia por medio de un aparato 0 mis
328
o—_Los derechos bumanos, un desafio a la violencia
ioe seta con una vaviante de esta etategiad
in, la violencia acompataria, como un bajo ton
tado y persistente, la trama de los acontecimentos,
aes del historia, Pero cumplitia un papel parti
ado en los momentos de crisis y de cambio
paste de la violencia en el iundolll
neo obedecera al echo de que en muestra épaea ag
; Producen a un ritmo siempre més vertigim
lo que no tendrfamos que oa
Ir que extrafiarnos ante el exy
bi ie y actitudes violentas, que seria la respi
rente a cambios tan radicales en costumbres, fo
vide, organizacion de la producti, crisis de valores,
lad social, etc. De acuerdo con esta tesis explicativa,
lecambio, e incluso co
tal, Marx aclara que los mét ili
, Marx aclara ‘odos utilizados «apel:
la violencia més brutal, como el sistema colonial Per
utilizan el poder del Estado, violencia concentrada y ory
zada de la sociedad, para impul node
aparatos especializados (la policia, el ejército) que disponen de una ev
re
ttt grr pi de al
Progreso, Mosct, 1975, p. 50). far
pat ingen der de ges cles aunt ua
que resulta imposible prescindir de ello (Elrmoblone sen nee Hi
as y lacerantes experiencias conflictivas en las costumb = lee sat
‘tos, en los modos de pensar consolidados, ere
sociales» (Corta, op. cit., p- 13). y
a los sent
en la aceptacidn de valores at
0 ®, Para el fl6sofo francés, quien pretenda
nly roped deal ony ences tear a
in del conflicto en la concepeion Lege ae aee La violencia del policia dominando a un asesine —escribe Marcuse—es muy
Dentro de crs misma loge ne Ysa de a vlna de un pol que dersiba + porazos vn manifesante
LeVine como fades pate a elo swocaromioton dl oe TTS acates of ol ced, io Gus ie cn coca ini
lencia —anota Bobbio suscita horror resorte de la cultura: «Lah Mob rancia, Arctos ron acres violent, pero de fustiGn completamente distio-
= st hear en parc sere de ci ei il ero rvalyionaro es muy diferente dea del terror
i Fidach porque terror evclucionarioimplice,como terror su aototrascendencia
ree ecidld Ire, easa que no hace el terror blanco. Hl terror ulizado para
Galen vietnam dl Nore es esncialentedsdovo del terror tlizado en
Iragreion cre pate (op. cP 82).
Vilonin (Bonn. "Ee s , Fee ee ee ie da Mots asian
{lenses Bonn" una aleraiva a no-vlece El problema See ee Lccaumieg hace signprosncnndiics
Lowe lene) fi inhi ae eral aeroaeee ncn eer EH
lo de la violencia fascia, i iolencia, pero slo se puede hacer esto renunciando al socalismo y ala sociedad
332
a‘sExiste un derecho a la violencia?
‘Los derechos bumanos, un desafio a la violencia
sos jolencia, Sartre llega
realizar de manera vigorosa los ideales humanistas se. Bi ypecitoi ost umegeal deslaiolencisa Sareea
irremediablemente con una oposicién decidida, atribuirle un poder cnslndieveiainiosheriaadave
‘no quedan alternativas distintas de la violencia. La Nee eee ne mee
del humanismo exige por lo tanto el recurso al terror, See eee eae en dé ghbstacty
mienta indispensable para recuperar el tejido social g cias a la inocul ee si may mejor
do y construir una sociedad auténticamente libre. Elo Seeeemcsgenteaslanalstcy sani icine es
Ja-violencia revolucionaria se transforma incluso en, SE ee
la pureza de los principios no solamente tolera, sino pn esta extrafia Logica, un emp nnvivencia pacifica, libre
atin, necesita de las violencias»™, gS cone eS
El supuesto de toda justificacién instrumental de | eo redolent on aia ae et
lencia es el reconocimiento de su eficacia para lograr fagiina a violencia de respuesta, pelara un finalioso
clase de objetivos y fines. Anota Stoppino que «nada Sige ee iaioinnnc the aT
atencién tanto como la violencia, que permite por esto Bicep upc acre ag argument vee
piiblicos y visibles en grado sumo la reivindicacién o el TIRE Lit pCR SET omha
timiento»”. El recurso a la violencia puede resultar 1 ecurso a uaeviolenhia| var la sacvalidad del objetivo busca
para lograr la atencién del Gobierno y de las autoridad, Bei “buss” redimida por la saeralided del objetivo base
necesidades insatisfechas o la solucién de conflictos, FE eee eae ee teralaseleninton
bargo, quienes intentan justificarla apelan por lo gener din la cual se considera Tee cteternaltcedninokaadade
nes més elevados y universales, como la destruccién de la Violenci. En este caso I violencia mala ¢ inmoral ela de
nacién, la superaci6n del mal, la creacién del hombre nuey jen emprende la See ies iioo ditilnen,uncdshesaeacal
simplemente la conservaci6n de un ordenamiento por esta seria un derecho in: ido por la agredion original las vic-
vale la pena luchar. Sélo por el camino de la violencia res wicto. Ante el dilema ee eck pekocmaieaeasn
ria posible restaurar al ser genérico en sus miiltiples y deberia acaioar Hottillgdgney eb o-anntimiettonaneon
dimensiones, al hombre nuevo rico en determinaciones yt Neen eee a eet
lizaciones sociales. En palabras de Sartre, otro de los prof davia, la complicidad con los nr lasgiolanciaspegiasaasa
de la violencia de los afios sesentas, «la violencia indomabl TER aamn et encore air Ropar o> eae
el hombre rectegndose a si mismo». En una de sus frases que en el fin por realizar; se ean ortoeutugllyislen:
ricas, que se han vuelto tristemente famosas, el autor frane Bfiriencs optan por este camin
llega a sostener que «matar aun europeo es matar dos pj
de un tiro, suprimir a la vez. a un opresor y a un optim
quedan un hombre muerto y un hombre libre». Propugn
He hid 2, at 4 quien no reepets a los otros es, inalmente,
dlespreiar ele Sartre cuando arma que sila volen-
sin clases» (bid, pp. 183-154), Lo importante esque la violencia empleada Féslim (encinp.8ShLalacncce See amano ara MOE
-crevolucionaria» y «se supere en el sentido del porvenie humanoe, = acehases ee ‘pregonada “no-volencia® podria poner fin al quere-
31. Ibid, p.7. sobre a er, gid la pregonada “no-vinleni pode
38, Prefacio a: Frantz Fanon. Los condenados dela tierra, Fondo de Cultura Beo- dos por una opres i
némica, México, 1986, p. 20
lado de los opresores» (texto ctado, p. 23).
—Los derechos bumanos, un desafio a la violencia
cia propuesta constituye la respuesta ineludible
condiciones de violencia®.
Esta estrategia se utiliza en una multiplicidad d
distintos: en sus luchas'y guerras de liberacién, low.
plotados de las colonias sustentan el empleo de la yi
os innumerables atropellos suftidos por patte de lo
tadores; quienes se enfrentan con regimenes des
tesponsabilizan a quien ejerce de manera arbitratiay-d
da el poder de los actos violentos que ellos se ven ob
emprender para salvaguardat o recuperar sus derecho
tades; los movimientos guertilleros acostumbran I
recurso a las armas apelando a la violencia instituclongh
del establecimiento; y no faltan casos en los.que el pro
tado justifica el empleo de la violencia para conteares
neutralizar la violencia comiin, la'del crimen organizad
violencia de quienes desafian su propia legitimidad, En.
estos casos, lo que legitima la violencia es la presencia de
violencia previa; una respuesta igualmente violenta se hae
dispensable, al igual que en los casos de legitima defensa,
Los colonizados se sienten con derecho a contestar eo
violencia a la violencia originaria de los colonizadorese
violencia que ha presidido la constitucién del mundo colon
que ha ritmado incansablemente la destruccién de las forn
sociales autéetonas, que ha demolido sin restricciones log
temas de referencias de la economia —escribe Fanon— s
reivindicada y asumida por el colonizado desde el momen
en que, decidida a convertirse en la historia en accidn,
2
lan
36, «El modo més comin —s
ostiene Bobbio— ¢ incluso més convincente, de
tificar I violencia es afin
mar que a propia violencia es una respuesta, la
{gsPuests posible en determinadas circunstancias, ala violencia gene, (2,
Hema de ta guerra las was de a pas, ed city ps 191)-La ea denne Woceg
leitimada por una agzesién previa se encuentra formula ya por Hoge lp
expesicién de que la violencia se destruye en su propio concepto - seenbe
autores que la violencia se elimina y super con le valencia, Por lo rate en
uanto segunda violencia, que es
primers, es lgitims, no solo de man
Sima» (G. WR Heant, Grandin
Frankfurt, 1972, pat 90, p. 91.
iminaciOn-superacion (Aufbebumg) de una
era condicionads sino necesariamente le
sien der Philosophie des Rechts, Ulster,
336
ndrados por a conquistay ln dominacin. El ean dels
acién pasaria inevitablemente por el recurso a la violen:
y.
nlite Jaca y la ncrone
Bi sarah i ich ve pegn cca on a degrade
gExiste un derecho a la violencia?
gzadspenetrevioletamenten las iudades prohibidas»”-
lonizado retribuye al aniguo amo con ly misma moneda
lenis «.e argumento que esooge el colonizado sc
gado cl colono por unairénic inversion des cosas,
ealonizado el que afirma ahora que el colonialist s6lo
de el lenguaje dela fuerzar A juicio de Fanon, en el
re los pueblos colonizados, el recur a ls violencia se
forma en un imperaivo incluible, puesto que no existen
tegias alternas para liberar al colonizado de los traui
el tinico medio eficaz para “desintoxicar” al individuo opri
ido y alienado, «liberarlo de su complejo de inferioridad, de
actitudes contemplativas o desesperadas», y restablecer su
qutorrespeto”.
FANON, op. cit, p. 35.
lige ct ecm lyri opi, a or
Facer es beset eis acme idbpered
fa rns ery gto sign
Beebe Saree ee prélogo a la obra de Fanon— borrard ec
rosis colonial expulsando al colono con lr ae cna) ine
Tastes er con’ nf lar pce
tn ait ogo en na
ee Fo a radia xa AGA tnt ene
sone sd ean xc ate ton utd
ited’ cary ueltccntel yp oboe angen
fone ariel ren al rn
‘Shes Bern ecm ee en bn
Se eee afar trian oh anitaLos derechos bumanos, un desafio a la violencia
La legitimacién de la violencia de respuesta es tambig
comiin en el caso de los movimientos guerrilleros, qu
tumbran magnificar la violencia institucionalizada, el es
espacio politico, la falta de oportunidades y Ia viol
hambre para poder justificar el recurso a las armas,
néstico realizado por los grupos subversivos enfatiza
general las carencias de una democracia restringida y co
al igual que la presencia de desigualdades, atropellos e inj
cias, A lo que se aftade la denuncia del carécter sesgado
sista de un poder estatal més interesado en la represin vio
tade cualquier intento de reivindicacién social que en la p
en prictica de politicas sociales de bienestar y redistribuel
delos recursos. Ante la violencia del sistema y frente a los ate
pellos perpetrados por quienes deberian en teoria preveni
© castigarlos, no quedaria alternativa distinta del recurso
armas y a la fuerza liberadora de la violencia. La exaltacié
la violencia y el mito del sacrificio regenerador, por medio
la sangre, han encontrado un suelo particularmente fértil
los movimientos guerrilleros latinoamericanos. Llama de
das formas la atenci6n la insistencia reiterada de estos tiltim
en la violencia institucionalizada, en las condiciones erdni
de miseria, y en los actos de barbarie perpetrados por los mien
bros del aparato militar del Estado, sin los cuales la violenel
revolucionaria careceria de legitimidad. Las miiltiples form
de violencia provocadas por el enfrentamiento armado, els
frimiento y la muerte de victimas inocentes ajenas al conflict.
la condicién de inseguridad y miedo, los desplazamientos for
zosos, deberian ser imputados a quienes cargan con la respon
sabilidad de Ia primera violencia, que desata de manera
irrefrenable la violencia legitima de respuesta".
49. «El purhlo calambiane se aoa on armas, no slo para defeidesse de sus
805, sino porque entiende el carter de la oligarquia de este pai, porque
cerradas muchas posibilidades para luchar por las vias democraticas, ‘porgi e
permanentemente sient la asfixia de leyes que estin claboradas para protey
al poderoso y oprimir al débil ¥ se alza en armas no porque le guste la guer
‘no porque tenga un espiritu sanguinario. Devia Mars en 1867 en El Capital qu
ta principal area de la clase obra era “aliviar los dolores del parto", refiiénd
se obviamente a la revolucisn» Jacobo AnrNas, Cese al fuego, Una historia
aap
da, mas 0 menos explicita, a aceptar la violencia como un des-
ino ineludible y como un rasgo esencial de la condicién hu-
ana, apcla a la evidencia de los acontecimientos, que
arecerfan confirmar dia a dia esta hip6tesis pesimista o realis
También podría gustarte
Contrato
Aún no hay calificaciones
Contrato
3 páginas
La Violencia
Aún no hay calificaciones
La Violencia
5 páginas
VIOLENCIA
Aún no hay calificaciones
VIOLENCIA
13 páginas
Módulo 1
Aún no hay calificaciones
Módulo 1
60 páginas
La Violencia
Aún no hay calificaciones
La Violencia
3 páginas
La Violencia
Aún no hay calificaciones
La Violencia
12 páginas
49 52
Aún no hay calificaciones
49 52
15 páginas
44 48
Aún no hay calificaciones
44 48
15 páginas
40 43
Aún no hay calificaciones
40 43
13 páginas
Guerra Fría
Aún no hay calificaciones
Guerra Fría
1 página
Onu Mujeres
Aún no hay calificaciones
Onu Mujeres
9 páginas