Monografía 3-Secuencia Cerámica-2007-1-29
Monografía 3-Secuencia Cerámica-2007-1-29
GUATEMALA 2007
DIRECTORIO DEL
ATLAS ARQUEOLÓGICO DE GUATEMALA
Aunque la clasificación cerámica es un ejercicio atractivo para todo arqueólogo –si bien es cierto
que no atrae a todos por igual– sí lo es para quienes basan la determinación cronológica de los
elementos explorados solamente en los sondeos que fueran efectuados en muchos sitios a los cuales
nunca o difícilmente se ha de regresar. Este es el caso concreto de las secuencias establecidas por
proyectos arqueológicos que se dedican al reconocimiento, más bien que las de aquellos cuya base es la
exploración intensiva en un solo sitio. Es decir, este es entonces el caso de la secuencia establecida por
el Atlas Arqueológico de Guatemala, la cual es el objeto de la propuesta que ahora se presenta.
Por esto mismo, para este tipo de proyecto de cobertura extensiva es complejo establecer con
una maniobra analítica como es la clasificación cerámica otros aspectos que vayan más allá del espectro
meramente cronológico, es decir, intentar extraer aspectos tales como la producción local e la
interrelación regional, u otros más sobre la relación económica entre la población, sus dirigentes y
aquellos de lugares vecinos, entre muchas otras alternativas que pudiera contemplar una visión de
carácter antropológica.
Es por ello que en los estudios arqueológicos del área Maya, solamente en pocas ocasiones la
cerámica es examinada como un producto de opciones tecnológicas derivadas de los complejos factores
sociales, económicos, políticos, ideológicos y ambientales (López, McAnany y Berry 2001). Los estudios
cerámicos pocas veces superan el nivel cronológico y la evidencia para la distribución espacial. Poco se
sabe acerca de los procesos de producción, uso y descarte del material, así como tampoco sobre la
organización de la producción y tecnología cerámicas.
Sin embargo, esta limitación no es por completo negativa debido a que, a su vez, la cerámica es
el producto de una configuración cultural que está sujeta a una evolución propia y dotada de un valor
temporal y espacial (Brainerd 1958; Gifford 1960; Forné 2005), todo lo cual rinde información que es
indispensable al conocimiento arqueológico. Al considerar que el gusto y las técnicas de los alfareros
evolucionan con el tiempo, es posible entonces reconstruir las dinámicas de los cambios cerámicos
dentro de un sitio y de construir una trama cronológica basada sobre ellas. Esto es por si mismo un
enorme aporte a la investigación arqueológica.
A su vez, armar y presentar un esquema tipológico que reúna y discuta los elementos analíticos
diseñados para el estudio de los fragmentos cerámicos recuperados en zonas y sitios tan diversos,
permite articular un aspecto de discusión y comparación que puede ser empleado por diversos grupos del
mundo académico.
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Figura 1 El área de estudio en las Tierras Bajas Centrales
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Las expectativas dadas por la relación cerámica pueden contribuir de manera significativa al análisis
de rutas de comercio y, en un nivel superior, al estudio de la relación política y cultural que existió entre las
distintas regiones que conformaron las Tierras Bajas Centrales.
Los resultados apuntaron a un largo desarrollo cerámico que abarcó del Preclásico Tardío al
Postclásico. Sin embargo, varias de estas etapas fueron evidentemente débiles respecto de otras, en
especial aquellas referidas al Clásico Temprano y al Postclásico. Tampoco fue posible observar entonces
una etapa anterior al Preclásico Tardío.
Mucho de este material correspondió a una etapa de transición entre el Preclásico Tardío y el
Clásico Temprano, lo que permitió revisar la secuencia tipológica asignada a este último y formular la
presencia en el área de Dolores de una esfera cerámica adicional considerada como Chicanel Periférico,
la cual cubre un espacio temporal que alcanza a los siglos V y VI DC.
Esta amplitud, junto con los sondeos efectuados en muchos sitios asentados en estas áreas,
permitió actualizar la secuencia cerámica en base a la integración de 36 muestras, algunas de ellas
mayores en cuanto a cantidad. Estas muestras procedían de 24 sitios diferentes y de múltiples contextos
que incluyeron sectores centrales y habitacionales, así como otros más específicos, como es el caso de
las cuevas.
Los resultados indicaron de inmediato que existía una mayor diversidad cerámica que la
planteada originalmente en el estudio de 1993. Con esta nueva muestra fue posible definir el complejo
cerámico que representa al Preclásico Medio, así como también fue reforzado el contenido clasificatorio
de los complejos que representan al Preclásico Tardío, Clásico Temprano, Clásico Tardío y Clásico
Terminal. Asimismo, quedó claro que en el caso del Postclásico sería necesario promover la localización
de nuevas muestras con el fin de establecer una secuencia concreta y comparable con otros sectores de
las Tierras Bajas Centrales.
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Utilizado desde los años sesenta, el sistema del Tipo-Variedad –también llamado Tipo-Variedad-
Modal– es por ahora la base clasificatoria del material cerámico de las Tierras Bajas. Todos los estudios
cerámicos realizados por Tipo-Variedad incluyen una definición del método y de sus conceptos
generales, por lo que en esta ocasión la exposición se limita a algunos aspectos que aún generan
polémica (Sabloff 1975; Holley 1983, 1986, 1987; Forsyth 1989, 1993; López Varela 1989, 1992; Adams
1971, 1996; Kosakowsky 1987, 1996). Recientemente su uso fue planteado en forma crítica en el estudio
de los materiales cerámicos de La Joyanca en Petén, a cargo de Mélanie Forné (2005); las amplias
discusiones metodológicas emprendidas en dicho análisis han sido retomadas para evaluar la aplicación
del Tipo-Variedad en los materiales del programa Atlas Arqueológico de Guatemala.
Aunque el historial del desarrollo de una técnica analítica es algo complejo de describir, el del
Tipo-Variedad puede resumirse en solamente algunas etapas fundamentales (Forné 2005).
• Al final de la década de los 50 y durante los 60, con la aparición de cuatro artículos sucesivos
(Wheat et al. 1958; Gifford 1960; Smith et al. 1960; Sabloff y Smith 1969), surge un sistema de
análisis cerámico estandarizado que incluye conceptos clasificatorios y un vocabulario específico
a ser empleado. Estos cuatro trabajos logran establecer el llamado Tipo-Variedad.
• Esta metodología rápidamente se aplica en Uaxactun (Smith 1955; Smith y Gifford 1966),
Mayapan (Smith 1971), y Barton Ramie (Gifford 1976), llegando a ser de inmediato los trabajos
de referencia básicos para el análisis cerámico en cada una de estas regiones.
• Finalmente, una conferencia organizada en 1965 en la ciudad de Guatemala concluye este ciclo
al estandarizar los conceptos esenciales para el funcionamiento del sistema (Culbert 1967).
Entre estos trabajos pioneros, fue James C. Gifford quien hizo el mayor esfuerzo para definir
las características del sistema y exponer su uso (Gifford 1960, 1963), como pretendió demostrar en su
análisis de la cerámica de Barton Ramie, en la cuenca del río Belice (Willey et al. 1965; Gifford 1976). Sin
embargo, su deceso prematuro le impidió concluir la aplicación más completa del sistema. En un reciente
artículo de Donald Forsyth (2006), se expone que el sistema recomendado tenía una envergadura mucho
más amplia que la versión que al final se manifestó en los informes cerámicos de las Tierras Bajas
Mayas, cuando la aplicación del sistema Tipo-Variedad fue de forma muy restringida, enfocada
especialmente a la tipología. El análisis de modos, junto con los otros conceptos modales de nivel
integrador había sido relegado. Esta situación estaba quizá asociada con el hecho que aquellos primeros
análisis cerámicos representaban la clasificación de la cerámica de un solo sitio.
Poco tiempo después se dio la tendencia hacia los estudios de carácter regional en donde varios
sitios eran objeto de sondeos, todos ellos con material cerámico para analizar. Por razones técnicas
relativas al sistema Tipo-Variedad-Modal, los analistas generalmente le asignan nombres diferentes a los
complejos cerámicos de sitios distintos (Forsyth 2006). Por ejemplo, en la Cuenca Mirador se define una
secuencia de complejos cerámicos para El Mirador y otra secuencia para Nakbe, pese a que durante
ciertos periodos no fue posible distinguir la cerámica de los dos sitios macroscópicamente. Un resultado
semejante también se presenta en la cuenca del río Belice, donde varios sitios son indistinguibles el uno
del otro en cuanto a su cerámica (Ball y Taschek 2003; Taschek y Ball 1999). Por otra parte, algunos
ceramistas prefirieron definir complejos que abarcan varios sitios –por ejemplo, Foias (1996), en
Petexbatun y Laporte et al. (1993), en la zona del río Mopan.
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El Tipo-Variedad es una tipología que responde principalmente a dos objetivos (Forné 2005):
• La Clase (ware) es la entidad clasificatoria superior y está definida por el campo tecnológico. De
esta manera, las clases son agrupaciones cerámicas en las cuales todos los atributos de
composición de la pasta son constantes, con la posible excepción del desgrasante y del acabado
de la superficie.
• El Grupo es una unidad en la cual todos los tipos demuestran su consistencia en cuanto a forma
y color. Corresponde a los conjuntos cerámicos que han sido aislados principalmente en base al
color del engobe cuando lo tiene, o en cuanto al acabado de la superficie al no contar con engobe,
es decir, en alisados o estriados. Es el nivel preferido para realizar comparaciones regionales.
• La Variedad es la categoría menor del sistema. Se trata de cualquier atributo identificable, ya sea
una pasta, un tratamiento de superficie, o un detalle decorativo. Las variedades son designadas
por el nombre del tipo al cual pertenecen seguido por otro nombre propio o por la designación de
su atributo más característico (Willey, Culbert y Adams 1967).
Un tipo dado puede contener distintas variedades que reflejan tendencias culturales,
tecnológicas y otros fenómenos más, muchas veces considerados de corta duración. Si fuera así,
su presencia o ausencia podría indicar el inicio o el final de alguna fase o periodo específico. Sin
embargo, con el tiempo se ha demostrado que existen también variedades de considerable
extensión temporal, tan duraderas como el propio tipo del cual dependen.
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• La Esfera es una unidad espacial para unificar complejos cerámicos de sitios distintos a través
de amplias regiones. Cuando los complejos cerámicos comparten la mayoría de tipos, pueden
ser colocados dentro de la misma esfera.
Para efectuar comparaciones a través de las Tierras Bajas, se utiliza el concepto de "esfera
cerámica", la cual existe cuando dos o más complejos comparten una mayoría de sus tipos más
comunes (A. Chase y D. Chase 1987b:47). La implicación de una pertenencia dentro de una
esfera cerámica es que dos o más complejos comparten amplios patrones de interacción cultural
comunes a sus respectivos sitios o localidades.
Este es el único concepto del sistema Tipo-Variedad a nivel sintético; su formulación se concretó
precisamente para permitir la especificación del grado de similitud o de semejanza entre los
complejos cerámicos en sitios distintos (Willey, Culbert y Adams 1967). Es decir, que un complejo
o pertenece a la esfera o no pertenece a ella (Forsyth 2006). No existe ningún otro concepto que
posibilite precisar un grado de semejanza más o menos intenso.
• El Horizonte es la suma de los complejos contemporáneos, por lo que tiene un valor espacial
que abarca varios sitios o áreas, y contienen ciertos modelos culturales en cerámica y hábitos de
producción (Culbert 1967). Se les denomina según los complejos de referencia que son aquellos
de Uaxactun.
A su vez, la esfera es un concepto similar al horizonte, pero es más usado para comprender las
relaciones culturales entre diferentes sitios.
• El Foco cerámico es un concepto reciente formulado por Forsyth (2006), con el fin de resolver la
formulación de la pertenencia a alguna esfera cerámica. Así, el foco cerámico consiste de dos o
más complejos cerámicos que comparten la gran mayoría de sus tipos de tal manera que es
sumamente difícil distinguir la producción de un sitio del otro sin emplear técnicas
especializadas.
El foco implica que los productores de la cerámica hacían sus productos de acuerdo con los
mismos estándares funcionales y decorativos, y para un mercado más o menos uniforme.
El nombre del foco se establece con aquel del primer complejo que fuera reconocido y
nombrado. Por supuesto, un foco no puede existir si no existe por lo menos un segundo complejo
que cumple con los requisitos de membresía en dicho foco. Por ejemplo, en el caso de la Cuenca
Mirador los complejos Lac Na y Uuc del Clásico Tardío, de El Mirador y Nakbe respectivamente,
conforman el foco cerámico Lac Na.
En el estudio cerámico del sureste de Petén se emplean solamente algunos de estos conceptos:
horizonte, complejo y esfera. Se trata de construir una secuencia regional mayor que incluye cuando
menos tres entidades geográficas complejas: la cuenca fluvial oriental, la occidental y la zona de sabana
y lagunetas del centro y noroeste (Figura 2).
Para esto se requiere crear complejos cerámicos igualmente mayores para cada una de estas
zonas geográficas, los cuales tendrán áreas en que se sobreponen. Este es un modelo heurístico que
permitirá observar con mejor detalle elementos de producción macro-regional.
Es de considerar que en cada zona existen sitios que han sido mejor investigados que otros –es
decir, con mayor intensidad– por lo que la información procedente de ellos siempre será mayor y se
considera como representativa del bloque de sitios que se encuentren asentados en determinada zona.
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Figura 2 Las zonas en que se divide el área de estudio del Atlas Arqueológico de Guatemala en Petén
La presente clasificación –como muchas otras efectuadas sobre materiales de sitios de Petén–
estriba en la aplicación del sistema Tipo-Variedad en una forma estandarizada y puntual. Se pretende
observar el incremento y continuidad poblacional reflejada en el uso de determinados tipos y más
específicamente variedades, algunas de ellas que son consideradas como locales. La evidencia
existente indica que las cerámicas tenían poca movilidad desde los lugares de producción. Como un
ejemplo, para Xunantunich y Petexbatun (LeCount 1994; LeCount et al. 2002; Foias 2002), los
ejemplares de intercambio alcanzan un escaso 2% del conjunto. Aunque el comercio parece incrementar
durante el Postclásico, se considera que en general el grueso de la cerámica era local (Arnold 1980;
Hammond y Harbottle 1976; Rice 1980).
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La aplicación del sistema tiene algunos beneficios más evidentes:
• Este análisis usualmente examina solamente tiestos y, así, identifica en forma descriptiva los
constituyentes de un complejo cerámico total, sin que se considere el contexto específico que
exigiría la manipulación de vasijas completas.
• El propósito de la clasificación cerámica es crear unidades (o grupos), cuyos miembros son más
similares entre ellos que con los miembros de otras unidades o grupos. La idea es que estas
similitudes reflejan algo significativo acerca de los miembros del grupo.
• Los grupos o clases a los cuales se asigna el material existen en el mundo conceptual: se trata
de ideas o conceptos acerca de categorías, algo que por supuesto no debe de olvidarse al
ingresar al campo de la interpretación arqueológica.
• Aunque el sistema fuera formulado originalmente para determinar los aspectos cerámicos
intrasitio, ahora es usual favorecer las secuencias específicas de sitios, para lo cual el propio
sistema ya incluía el nivel de las esferas cerámicas, en las que –como se mencionara antes– se
asignan los distintos complejos cuando comparten una mayoría de los tipos más comunes
(Willey et al. 1967:306), por lo que es posible inferir aspectos sobre producción cerámica, redes
de comercio e integración económica regional (Rice y Forsyth 2004).
• A su vez, otro nivel taxonómico diseñado para la comparación interregional es el de los sistemas
cerámicos, los cuales proveen una manera de agrupar tipos homólogos en diferentes sitios,
enfocados en el tratamiento de superficie y decoración en vez de que en los rasgos tecnológicos
y de composición, facilitando el reconocimiento en un nivel conceptual. Ha sido aplicado en
pocas ocasiones (Henderson y Agurcia 1987).
En cuanto al ejercicio clasificatorio, es poco probable ampliar conceptos tipológicos luego de los
espléndidos estudios cerámicos logrados en las Tierras Bajas –como los antes mencionados de
Uaxactun, Altar de Sacrificios, Ceibal, la cuenca del río Belice, Piedras Negras y Tikal– así como de otros
más recientes de Campeche, Belice y Petén (Ball 1977; Rice 1979; Forsyth 1989; Kosakowsky 1987;
Laporte y Fialko 1993; Foias 1996; Hermes 1993b, 1999), en los cuales se indica una visión más
adaptada al campo y al conocimiento intrínseco y palpable de la geografía local.
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El concepto de modo cerámico corresponde a Irving Rouse (1939, 1960), al considerarle como
un atributo que tiene alguna importancia de tipo histórico, es decir, que es significativo y que posee una
importancia y significado particular mayor que un rasgo puramente descriptivo. De esta manera, el modo
tiene una significación tanto cronológica como espacial (Smith, Willey y Gifford 1969; Sabloff y Smith
1969; Gifford 1976; August 1982; Ichon y Viel 1984; LeBlanc 1975; Velásquez 1995; Rodas 2003; Forné
2005). Por lo tanto, el modo resulta ser una unidad analítica separada del tipo, pero complementaria.
Por ahora, se considera que el modo es un buen complemento de tal sistema analítico que
permite corregir algunas debilidades de la propia tipología. Varios autores subrayan la importancia del
modo cuando se trata de buscar cambios finos en la cronología de un sitio (Ichon y Arnauld 1985;
Demarest 1984; Laporte 1995b). De esta manera, los modos son importantes para establecer los cortes
cronológicos entre periodos, así como también son una gran ayuda para la clasificación de ejemplares
que están erosionados.
A pesar de su importancia como complemento para el Tipo-Variedad, el modo está poco definido
como tal en los estudios cerámicos de las Tierras Bajas, y –por lo general– sólo se les da por hecho. Es
probable que al no establecer de por sí unidades modales predefinidas, el usuario del sistema modal no
les refiera, sino que se tenga que mezclar los modos dentro de tipos y variedades pre-existentes.
Forné (2005), en su estudio sobre la cerámica de La Joyanca, indica que el uso complementario
del sistema modal le permitió llegar a un doble resultado: por un lado, construir una secuencia cerámica
con resolución cronológica concreta, a pesar de que los tiestos estaban demasiado desgastados para la
identificación tipológica.
Los resultados modales y tipológicos fueron validados por un análisis estadístico –el análisis
factorial de correspondencias simples en el caso de La Joyanca– que permite confirmar la división de la
cronología y hasta afinar su definición en algunos casos. Esta es la situación generalizada a muchos de
los estudios clasificatorios del material cerámico en las Tierras Bajas.
• Una aplicación demasiado estricta del método puede conllevar algunas incoherencias
metodológicas, puesto que podrían surgir muchas variedades representadas por muy pocos
ejemplares.
• El estado de conservación del material tiene una relación directa con los resultados a ser
obtenidos. La descripción del engobe –fundamental en la identificación– se ve directamente
limitada.
• El sistema original se basó en gran parte en vasijas completas o casi completas, por lo que su
adaptación a fragmentos puede traer dificultades de orden metodológico.
• La creación de algunos grupos o tipos es artificial, motivada por los cambios de contexto
arqueológico y no por diferencias de atributos. El mejor ejemplo se encuentra en el material
pintado del Clásico Tardío, entre los tipos Saxche y Palmar Naranja Policromo, diferenciados
solamente por su posición cronológica dentro del propio Clásico Tardío.
• El sistema promueve un corte brusco entre el material cerámico de los periodos cronológicos
mayores (como entre el Clásico Temprano y el Clásico Tardío), mientras que la realidad indica
una sustitución progresiva del material temprano por los nuevos desarrollos de la siguiente
etapa, por lo que generalmente existen largas etapas de convivencia entre el material cerámico
de dos periodos.
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• Aunque el Tipo-Variedad provee un lenguaje estandarizado para la comparación cerámica de
sitio a sitio (Aimers y Graham 2005), las clases (wares) han sido definidas principalmente por el
tratamiento de la superficie, por lo que tipos cerámicos con diferentes composiciones de pasta
podrían estar clasificadas dentro de la misma clase.
• Como en todo análisis basado en este sistema, la nomenclatura dada a las unidades cerámicas
resulta compleja.
Ahora bien, la aplicación del sistema Tipo-Variedad para la clasificación cerámica es útil para
algunos propósitos y menos útil para otros. Se considera que este acercamiento funciona muy bien para
lo que fuera diseñado, es decir, para estructurar las descripciones de cerámica. También ha funcionado
para exponer algunas cuestiones de carácter teórico, económico y social, pero el sistema no está
diseñado para funcionar como tal de manera explícita.
Como técnica analítica ha sido usado para la clasificación cerámica por varias décadas,
sobreviviendo a pesar de las frecuentes críticas de quienes esperan que el sistema haga más que
aquellos fines clasificatorios para los que fue diseñado.
Parte del problema radica en que a través de las varias décadas que han pasado desde que el
sistema fuera propuesto para el material del área Maya, la práctica tanto de la arqueología como del
análisis cerámico también ha ido cambiado (Rice 2005).
Es por todo esto que –en vez de ser un purista en cuanto a la aplicación del Tipo-Variedad– es
preferible la amplitud del sistema y favorecer el acercamiento cronológico, considerando que las
unidades cerámicas son elementos heurísticos de la producción cerámica y no un reflejo de la realidad.
Así, a partir de los análisis del material podrían derivarse modelos de producción, consumo e intercambio
cerámico que serían de utilidad en la interpretación arqueológica.
Por lo tanto, en la secuencia cerámica del material recolectado por el Atlas Arqueológico de
Guatemala en una amplia región de Petén, se emplea la variedad formal para los tipos mayoritarios de
cada grupo cerámico, empleando el cambio de nomenclatura para las distintas variedades que puedan
ser determinadas y que representen la producción local o las características específicas de carácter
regional.
NOTA
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ALGUNOS ATRIBUTOS DE MODO CERÁMICO: LAS FORMAS
Uno de los modos cerámicos de aplicación más usual en el sistema del Tipo-Variedad-Modal es la
consideración de la forma de los ejemplares. Las formas cerámicas representadas por los tiestos de toda
colección suelen asignarse inicialmente como formas genéricas y, en un análisis posterior, como formas
específicas (Laporte 1995c).
Las formas genéricas proporcionan una idea general de las funciones inherentes del material
cerámico en una sociedad y, dada la condición general del análisis, permite observar colecciones
numerosas de tiestos. De esta manera, se han considerado en este estudio las siguientes formas genéricas:
• Ollas y Cántaros, unidos al considerar que son indistinguibles a nivel de cuerpos. La categoría
incluye a las vasijas cálceoformes, también conocidas como zapatos
• Cuencos
• Platos y Comales
• Vasos
• Incensarios
A pesar de su enorme variabilidad, las formas específicas consideradas pueden ser agrupadas de
manera coherente dentro de sus respectivas formas genéricas. Cada una de las formas específicas tiene
luego variaciones principalmente en cuanto al tipo de labio (ya sea redondeado, perpendicular, oblicuo-
apuntado o reforzado), o en cuando al carácter del engrosamiento del borde.
A continuación se describen algunas de las formas específicas más usuales. Es de aclarar que
ciertas variaciones que están presentes en el material no se incluyen en el siguiente esquema general
debido a su restringida presencia, como vienen a ser en los cucharones, un peculiar cuenco de proyección
interior, distintas variantes de los platos incurvados o aquellos platos de borde arriñonado, entre otros más.
OLLAS Y CÁNTAROS
Para vasijas de cuello alto y medio: cuando una olla/cántaro tiene más de 10 cm de apertura, se
le considera abierta, mientras al tener menos es cerrado; según analogías de carácter etnográfico podría
ser la diferencia entre las acciones de almacenamiento y de transporte de agua (LeCount 1993:227).
Podría ser además la diferencia en cuanto al tipo de alimentos que se preparan y cocinan.
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Cuello Cuello Con Vertedera Tambor
Curvo Convergente Medio con Gancho
Olla cálceoforme
CUENCOS
Como es de esperarse en una categoría que concentra ejemplares dedicados al servicio tanto de
preparación de comida como de la propia alimentación directa, las variaciones en cuanto a formas
específicas llegan a ser abundantes. Sin embargo, prima la línea de carácter curva convergente en la pared
de los ejemplares, por supuesto, con muchas variantes en cuanto a altura y combinación de secciones sean
entrantes o salientes. Hay que recordar que, además de la función doméstica asignada, los cuencos también
son fundamentales en el mundo de la ofrenda funeraria y otro tipo de acciones rituales.
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Tecomate Tecomate de
Directo Pared Recta
PLATOS Y COMALES
Con una variación tremenda a través de los varios periodos culturales, los platos representan una
categoría fundamental en el análisis modal del Tipo-Variedad. En general, la mayoría de las formas
específicas presentes están relacionadas con funciones de carácter de servicio de alimentación, más bien
que de acciones de cocina salvo en el caso de los comales. Las variaciones principales van en relación al
perfil de los ejemplares, cuando las líneas de pared divergente adquieren distinta curvatura, sea esta recta o
curva.
Asimismo, son factores importantes en la determinación de formas específicas tanto la altura de los
ejemplares, como la presencia de soportes. Otro agente que incide en la gran variabilidad de los platos es su
asociación con rituales y ofrendas de carácter funerario, en relación a la búsqueda de aspectos de
individualidad y de creación artística.
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Plato incurvado Plato inflexionado
Plato de borde engrosado con gancho Plato de borde engrosado sin gancho
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Plato de base engrosada Plato de Ángulo-Z
VASOS
Aunque no se trata de una forma genérica que sea numéricamente importante respecto de las
demás, los vasos están presentes a través de toda la secuencia cerámica. Las variaciones adoptadas por
este fundamental ejemplar de servicio están relacionadas con la línea que adopta la pared, es decir, entre
una silueta recta a otra convergente o divergente. Es claro que la función de los vasos está ligada con la
contención de líquidos y que se dedican al servicio de ingerir más bien que de cocinar.
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Vaso de silueta Vaso de pared Vaso curvo divergente
compuesta curvo divergente con pared reducida
INCENSARIOS
En los distintos sitios del sureste de Petén se han recuperado abundantes fragmentos de
incensarios, así como también algunos ejemplares completos; se ha presentado antes una síntesis sobre
ellos (Laporte y Urquizú 2003). Los incensarios son una manifestación cultural de marcada antigüedad
en las Tierras Bajas, según lo indica la presencia de fragmentos de incensarios desde la esfera Pre-
Mamom en Ceibal, Tikal y en otros sitios del área central de Petén.
A través del tiempo, se incrementa su especialización en cuanto a la forma y función, así como
también en los aspectos iconográficos que les distinguen.
Como un término genérico, el incensario incluye a sahumadores y braceros (Rice 1996, 1999;
Laporte y Urquizú 2003). Ambos son artefactos que servían para quemar copal y otros inciensos. Sin
embargo, también se indica como incensarios a otra serie de ejemplares que tenían alguna función ritual
que no incluía el fuego y que eran empleados en ceremonias para representar deidades o para
recolectar la sangre derramada y el agua sagrada de las cuevas.
Además, en esta categoría hay cuencos, vasos, cilindros, efigies, tapaderas y aplicaciones muy
diversas. Algunos de estos ejemplares cuentan con decoración de espigas.
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La muestra recuperada en los sitios del sureste de Petén es bastante mayor que la que se indica
en otros estudios de la región. No obstante, esto no representa una preferencia específica si
consideramos que nuestros ejemplares proceden de muchos sitios asentados en las distintas cuencas
fluviales de la región, un énfasis muy distinto al de las colecciones de sitios individuales como Tikal,
Uaxactun, Ceibal o Altar de Sacrificios.
Aunque no se ilustran por ahora las abundantes variaciones presentes en una categoría tan
mayor como es la de los incensarios, es necesario considerarles en la secuencia cerámica al
corresponder estos a importantes tipos y variedades, principalmente todos aquellos que refieren a las
técnicas de manufactura que incluyen al modelado, calado y aplicado.
Así, las unidades cerámicas respectivas según el periodo al cual correspondan son ilustrados
con ejemplares de esta peculiar categoría.
ADITAMENTOS: ASAS
ADITAMENTOS: SOPORTES
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Soporte Mamiforme Soporte Rectangular
COMENZANDO EL ANÁLISIS
Como en todo tipo de análisis, al iniciar el proceso puede darse el caso de contar con una amplia
o mediana experiencia, lo que favorece la rapidez del progreso de trabajo. Sin embargo, no siempre es
éste el caso, puesto que también hay investigadores que por primera vez aplican un sistema analítico tan
peculiar y específico como lo es el Tipo-Variedad. Para estos últimos hay sin duda una serie de pasos
previos a seguir.
• Al tener a la disposición todo el conjunto cerámico excavado, el primer paso es conocer con
mayor detalle el sistema Tipo-Variedad. Es aún más efectivo si el proceso analítico se lleva a
cabo conjuntamente con el propio proyecto de campo, con el fin de que ambos procedimientos
de estudio sean complementarios, que se nutran con las ideas y resultados técnicos,
cronológicos, etc.
• A pesar de esto, se hace obvio –conforme avanza el trabajo– que la morfología y la composición
de la pasta juegan un papel importante tanto en la cronología como en la secuencia, pero
también que ciertas formas de vasijas estaban íntimamente relacionadas con la temporalidad,
así como con ciertas pastas.
• La inspección visual de las pastas, aunque técnicamente poco sofisticado, muchas veces indica
una correlación cronológica. Por lo general, hay cinco tipos de desgrasante: tiestos molidos,
fragmentos de roca, calcita molida, ceniza volcánica y arena (Shepard 1956). Entre estos, la
presencia de calcita es casi obligatoria en la gran mayoría de las pastas debido a la geología
calcárea de las Tierras Bajas (López Varela 1989:27-29).
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Las pastas del Clásico Tardío se caracterizan por tener una textura arenosa, un tanto áspera y
tiende a erosionarse fácilmente; se trata de partículas de arena de cuarzo, de calcio o volcánica.
Este último se presenta principalmente en el Clásico Tardío, aunque su utilización se remonta al
Preclásico Tardío (Ford y Glicken 1987); tienen una textura arenosa fina distintiva y son de color
cafetoso amarillento. Por la forma angular de sus partículas, las piezas resultan ser muy
resistentes. En el caso de la presencia de partículas micáceas puede indicar muy probablemente
de una matriz micácea, o si no, que se agregó esquisto (Rice 1987a, 1987b, 1987c).
Para el caso específico de las unidades cerámicas del sureste y centro-oeste de Petén, en cada
periodo cronológico se incluye un cuadro de las unidades empleadas que incluye la referencia al
origen de la formulación de cada una de las variedades consideradas en tan extensa secuencia,
es decir, entre las esferas Mamom y Tepeu 3, y luego del Postclásico.
Por lo general han sido preferidas las unidades genéricas formuladas para Uaxactun por Smith y
Gifford (1966), seguido por otras referidas a la cuenca del río Belice (Gifford 1976), y de los
materiales de Tikal (Culbert 1979).De este último se consideran los materiales más tempranos.
Asimismo, la sección definida para la ocupación del Postclásico recoge una serie de conceptos
clasificatorios que corresponden a la región lacustre de Petén, encabezado entre otros por el
análisis cerámico en Macanche (Rice 1987b). También resulta importante la secuencia temprana
formada para el centro y norte de Belice (Kosakowsky 1987; López Varela 2004).
Además, una aclaración: con el fin de tener control sobre la dispersión de los nombres de
unidades cerámicas, en estudios anteriores se optó por nombrar a variedades o tipos si éstos
alcanzaban el 3% de su clase cerámica respectiva, pero esas fueron sólo vanas ilusiones, puesto
que los tipos mayoritarios impedían alcanzar tan elevada cifra a cualquier otra unidad. Por lo
tanto, se considera ahora que es preferible nombrar a las unidades cuando éstas superan el 3%
de su propio grupo cerámico y en sí a cada uno de los tipos cerámicos, aunque estos sean
minoritarios.
• Al concluir este proceso, se realiza otra intervención más que es la de definir las variedades. Los
tipos identificados no varían –en su gran mayoría– respecto a los tipos identificados por otros
investigadores en distintos sitios de las Tierras Bajas. No es lo mismo con las variedades, pues
es necesario asignar nuevas, por presentar pequeñas variaciones importantes que reflejan una
particularidad regional.
• Al realizar este análisis, se extraen otra serie de datos sobre cada tipo y variedad que se
trasladan a una ficha específica que permitiera posteriormente extraer la información necesaria
para la descripción. Esta ficha contempla la codificación de atributos tanto de los materiales
alisados y monocromos, como para la cerámica policromada y con modificación de la superficie.
• Los datos extraídos para rellenar la ficha de descripción son más específicos que durante la
separación en grupos, pues incluyen información sobre la forma de la vasija, la forma del borde,
el diámetro y el porcentaje del diámetro disponible, el color de superficie y de la pasta, la
densidad del desgrasante, y la decoración si es que está presente.
19
• El análisis de formas de vasijas es importante en este punto del análisis, estando relacionado
con dos niveles: las clases de formas y las formas en sí. Las clases de formas son divisiones
mayores basadas en el tamaño de las vasijas, proporciones de cuerpos, y los tipos de orificio, y
con frecuencia muestran una fuerte correlación con la función, tal como la clasificación
tradicional de platos abiertos, platos de paredes altas y cuencos, además de ollas globulares,
cántaros y comales, entre otras. Son las consideradas como formas genéricas.
A su vez, las formas –es decir, las formas específicas– son subdivisiones de aquellas genéricas,
diferenciadas por el aspecto de la pared o del cuello, y modificaciones tales como rebordes o
pestañas. Están menos atadas a la propia función de las vasijas y cambian más rápidamente a
través del tiempo que las clases de forma.
• Ahora bien, durante este proceso también se recolectan datos referentes a los lotes de
procedencia de los materiales, con el objetivo de no perder información sobre los conjuntos
cerámicos originales, en una ficha de lote creada específicamente para esto. Se incluye en ella el
tipo de depósitos desde donde provino el material, es decir, de los procesos de formación de
sitios.
Total 260216
20
1% 8%
1%
5%
48%
37%
2910
Preclásico Medio
20003
Preclásico Tardío
11888 Clásico Temprano
21
Figura 3 Petén: Divisiones de vertientes oriental y occidental, y de los lagos del centro-oeste
VERTIENTE ORIENTAL
Cuenca baja del río Mopan Melchor de Mencos
Cuenca media del río Mopan Dolores y Melchor de Mencos
Cuenca alta del río Mopan Dolores
Cuenca baja del río Chiquibul Melchor de Mencos
Cuenca alta del río Chiquibul Dolores
Cuenca del río Salsipuedes Dolores y Melchor de Mencos
Cuenca alta del río Pusilha San Luis
22
VERTIENTE OCCIDENTAL
Cuenca del río Subin San Francisco y Sayaxche
Cuenca del río San Martín San Francisco y Sayaxche
Cuenca baja del río San Juan Dolores y Sayaxche
Cuenca media del río San Juan Dolores
Cuenca alta del río San Juan Dolores
Cuenca del río Poxte Dolores y Poptun
Cuenca baja del río Machaquila y Santa Amelia Poptun y Sayaxche
Cuenca alta del río Machaquila Poptun
Cuenca alta del río Cansis San Luis
23
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ENTIDADES POLÍTICAS
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Figura 5 Territorios y entidades políticas del sureste y centro-oeste de Petén (versión 2006)
26
CUADRO CRONOLÓGICO Y COMPLEJOS CERÁMICOS
FECHA ALTAR CEIBAL UAXACTUN TIKAL YAXHA- BARTON K´AXOB EL CUENCA CUENCAS SABANAS
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