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Schejtman, Fabián (2021) - Variedad Clínica Del Inconsciente No Borromeo

Este documento presenta un resumen de la investigación sobre la variedad clínica del inconsciente en la psicosis según la teoría psicoanalítica de Lacan. El autor argumenta que 1) el inconsciente en la psicosis no puede reducirse a su dimensión real o transferencial, 2) la experiencia psicótica involucra formas diferentes del inconsciente como la esquizofrenia, parafrenia y otras, las cuales 3) no pueden subsumirse bajo una misma categoría debido a que involucran lugares y posibilidades diversas para el

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Schejtman, Fabián (2021) - Variedad Clínica Del Inconsciente No Borromeo

Este documento presenta un resumen de la investigación sobre la variedad clínica del inconsciente en la psicosis según la teoría psicoanalítica de Lacan. El autor argumenta que 1) el inconsciente en la psicosis no puede reducirse a su dimensión real o transferencial, 2) la experiencia psicótica involucra formas diferentes del inconsciente como la esquizofrenia, parafrenia y otras, las cuales 3) no pueden subsumirse bajo una misma categoría debido a que involucran lugares y posibilidades diversas para el

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XIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología.

XXVIII
Jornadas de Investigación. XVII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR.
III Encuentro de Investigación de Terapia Ocupacional. III Encuentro de Musicoterapia.
Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2021.

Variedad clínica del


inconsciente no borromeo.

Schejtman, Fabián.

Cita:
Schejtman, Fabián (Noviembre, 2021). Variedad clínica del inconsciente
no borromeo. XIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica
Profesional en Psicología. XXVIII Jornadas de Investigación. XVII
Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. III Encuentro
de Investigación de Terapia Ocupacional. III Encuentro de
Musicoterapia. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires,
Buenos Aires.

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TRABAJO LIBRE

VARIEDAD CLÍNICA DEL INCONSCIENTE NO BORROMEO


Schejtman, Fabián
Universidad de Buenos Aires. Facultad de Psicología. Buenos Aires, Argentina.

RESUMEN referido pórtico de la transferencia hasta conseguir traspo-


En nuestra actual investigación UBACyT hemos incluido el exa- nerlo e ingresar en la morada analítica, aunque la habite de
men de la variedad clínica de la psicosis basados en la introduc- modos bien diferentes que una neurosis: la dit-mansion trans-
ción del nudo en la última enseñanza de Lacan. En este trabajo ferencial no debe confundirse con el club del Edipo.
interrogamos esa variedad a partir de la consideración del in- 3. El inconsciente real no es algo homogéneo. Baste destacar
consciente en la psicosis. aquí, por una parte, la distancia que Lacan introdujo entre lo
reprimido primordial y el Ello, entre real-imposible-de-reco-
Palabras clave nocer y lo real pulsional.[v] Dos agujeros que no se superpo-
Psicosis - Nudo - Inconsciente - Lacan nen -aunque repercuten uno sobre el otro- son allí distingui-
bles: el límite, borde mismo de lo simbólico, que en el ombligo
ABSTRACT del sueño hace de tope a la interpretación analítica y el orificio
CLINICAL VARIETY OF THE NON-BORROMEAN UNCONSCIOUS corporal, zona erógena que soporta el montaje pulsional.[vi]
In our current UBACyT research we have included the examina- 4. A lo que hay que agregar que el enjambre de Unos -incons-
tion of the clinical variety of psychosis based on the introduction ciente-real-lalengua- del que el síntoma se extrae por la es-
of the knot in Lacan’s last works. In this paper we question this critura de una letra[vii] en la neurosis, no puede confundirse
variety from the consideration of the unconscious on psychosis. con lo real del que retorna el significante forcluido en la psi-
cosis. Así como tampoco se superponen aquella letra de goce
Keywords del síntoma neurótico, y el fenómeno elemental que suspende
Psychosis - Knot - Unconscious - Lacan cualquier dialéctica psicótica.
5. Por fin, la variedad clínica de la psicosis da cuenta de la falta
1. Psicosis, inconsciente real de uniformidad que presenta, en ese abanico, lo inconsciente,
Podría creerse que la distinción entre un inconsciente transfe- y que ninguna referencia a su dimensión real abarca: esqui-
rencial y un inconsciente real[i] permitiría echar luz sobre el zofrenia, parafrenia, manía-melancolía y paranoia suponen
martirio[ii] que el cielo abierto[iii] del inconsciente induce en la experiencias diferentes del inconsciente, que no se dejan
experiencia psicótica. Y la reducción de éste a aquella vertiente subsumir bajo una misma rúbrica y disponen lugares diversos
real asumirse como solución para un problema que desde Freud para el analista y chances disímiles para su acto. Hacia su
interroga a los psicoanalistas: ¿cómo concebir el inconsciente elucidación apunta lo que sigue.
en la psicosis ahí donde la transferencia no entrega las condi-
ciones clásicas para su producción? Podría, en verdad, descan- 3. Para una clínica nodal
sarse en ello: si la retracción libidinal dominante en las psico- Si el borromeo le cae a Lacan “como anillo al dedo” el 8 de
neurosis narcisistas -al decir de Freud- promueve el cierre del febrero de 1972, en una cena con “una persona encantadora”
portón del inconsciente transferencial excluyendo al psicótico, con quien estudiaba matemáticas en lo de Guilbault, sorprende
quedaría abierta, de todos modos, la posibilidad de considerar que esa suerte de calce no lo condujera de inmediato a su más
su afectación por el inconsciente real. fecunda propuesta en relación con el mismo: el lazo borromeo
de sus tres registros. En efecto, al menos dos años hubo que es-
2. Objeciones y matices perar ese paso. De inicio son los significantes los que se enlazan
Tal reposo, sin embargo, no se prolongaría. Una serie de objecio- de ese modo y ello lo llevó -entre otras cosas- a considerar -al
nes y matices de importancia se levantan frente a la pretendida menos por un tiempo- borromeo el lazo psicótico y olímpico el
solución: neurótico. Hay que aguardar al cuestionamiento radical de la ca-
1. La distinción tajante entre un inconsciente transferencial y un dena significante hacia el Seminario 21 para avanzar en su plan
inconsciente real es puesta en cuestión drásticamente por la nodal y que sean sus tres los que se traben bajo la condición
experiencia analítica. La transferencia no es mera ficción: hay borromea. Que S1 y S2 no copulen más que forzadamente en el
el inconsciente transferencial... real. lugar de la relación que no hay, es lo que subvierte el planteo
2. La psicosis, por más fuera de discurso que se la considere[iv] inicial. Si no hay cadena significante, no son éstos los que se
-el caso extremo es la esquizofrenia-, no deja de golpear el enlazan de modo borromeo, sino ya lo simbólico, lo imaginario

CONGRESO - MEMORIAS 2021. ISSN 2618-2238 | Universidad de Buenos Aires. Facultad de Psicología 753
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y lo real. Y borromeo se vuelve, propiamente, el nudo neurótico 5. El inconsciente-puro-semblante del parafrénico


-que en RSI es atribuido primero a Freud y tetrádico: la realidad Si la forclusión del nombre del padre se conjuga con la interpe-
psíquica anudando como un cuarto a los tres registros-. Mien- netración de lo simbólico con lo imaginario, dejando en ascuas
tras que la condición no borromea se desplaza de inmediato so- la relación con lo real, de ello se sigue una deriva del semblante
bre la psicosis: evidente en el planteo del “ser-nombrado-para” en el que la verdad mentirosa del inconsciente no encuentra
-inicio del viraje en Los no incautos yerran- y, más aún, en la asidero. Como en aquella Mlle. B., de quien el 9 de abril de
elaboración del caso Joyce -Seminario 23- con el que se entrea- 1976, luego de entrevistarla, Lacan dijo: “No tiene la menor idea
bren las puertas de una clínica que querría adjetivarse nodal. En del cuerpo que tiene que poner dentro de esa prenda. No hay
todo caso, desde allí, dos destinos sancionan la exahución de la nadie para habitar la vestimenta. Ella es ese trapo. Ella ilustra
diversidad clínica de la psicosis a partir del nudo, la cadena o la eso que yo llamo el semblante […] Todo lo que ella ha dicho
trenza: interpenetración o puesta en continuidad. En el prime- es absolutamente sin peso”.[xi] Y bien, esta “enfermedad de la
ro, un lapsus en la escritura del borromeo deja engarzados dos mentalidad” es polimorfa: fabuladores seriales, ciertas perso-
registros y libre al tercero. Se inscriben de modos distintos, en nalidades múltiples, algunas posiciones maníacas y cuadros de
esa serie, la esquizofrenia, la parafrenia y la manía-melancolía. despersonalización, confusionales u otros, se encolumnan aquí
En el segundo, tres suturas en el borromeo clásico, vuelven a lo vagando tras las huellas de Mlle. B. Pero sólo puede corrobo-
simbólico, lo imaginario y lo real una sola y única consistencia, rársela allí donde se constata la clave del fenómeno elemental
instituyendo el trébol paranoico.[viii] de esta parafrenia lacaniana: que lo forcluido de lo simbólico
retorne... en lo imaginario, repudiando lo real.
4. El inconsciente-cosa del esquizofrénico Si el inconsciente es aquí puro semblante y huelga el misterio
Freud nos enseñó que en la esquizofrenia se trata a las palabras del cuerpo hablante -por su vacancia absoluta-, si la realidad
como cosas,[ix] Lacan lo continuó indicando que, en su caso, deriva sin anclaje alguno, cómo no destacar que un analista bien
todo lo simbólico es real.[x] Que ello pueda escribirse en la ca- puede suplir, como referencia espacial, temporal o la que fue-
dena como interpenetración entre aquellos dos registros, con el re, precisamente la ausencia de ese lastre corporal que tiende
(des)agregado de lo imaginario que tiende a soltarse, deja como a fugarse. Que no se escape pues el analista mismo de esa
saldo un inconsciente que no se distingue en nada del retorno posición referencial a la que es convocado en estos casos por
en lo real que lo forcluido de lo simbólico instituye como fenó- una transferencia volátil, la que se sigue de este inconsciente
meno elemental, quedando despejada la pendiente por donde el sin peso, de este inconsciente-mentalidad. La estabilidad de un
cuerpo se fragmenta tantas veces de modo ruinoso. mundo, de una realidad, queda tantas veces soportada en ellos,
Por alucinado que sea, este orden de inconsciente puede, sin únicamente, por la referencia decisiva que constituye la presen-
embargo, ser acogido por un analista que, en esta oportuni- cia del psicoanalista-
dad, es convocado para albergar esa intrusión amor-tiguándola. Las fabulaciones sobre las más diversas enfermedades que
Vuelto partenaire de un inequívoco inconsciente-cosa, hace lu- imponía un inconsciente-cuentista a cierto sujeto, permanente-
gar a la chance de una transferencia que, por irónica que sea, mente rechazado en los diversos medios sociales en los que se
permite tantas veces alojar lo disperso de un cuerpo que tien- movía a causa del despliegue de su “impostura enfermiza”, so-
de a despedazarse. Ello, si está dispuesto -el psicoanalista- a lamente encontraron descanso al hacer valer ante sus allegados
prestar el suyo como soporte de ese alojamiento: hospitalidad la necesidad de ver a su analista indefectiblemente el noveno
analítica. Respaldo de imagen que atempera la ausencia radical día de cada mes, para hablar con él sobre su “hipocondría”. Por
de velo que deja en muchas oportunidades al descubierto, en la más de diez años me visitó en esa precisa fecha -el 9 del mes,
esquizofrenia, lo inmundo... del mundo. Préstamo, también, de incluso algún domingo llegado el caso-... con la excepción de
consistencia que permite dar cuerpo a palabras que, escapando enero y febrero.
al efecto de sentido, retornan como fragmentos de real.
En los comienzos de mi práctica atendí en la sala de internación 6. El inconsciente-rechazado del maníaco y el melancólico
del hospital público a alguien cuyo inconsciente le soltaba de La alusión a casos de “manía parafrénica” en el punto anterior
cuando en cuando una pregunta que lo conducía derechito a es solidaria con la ausencia de anclaje en el maníaco, desta-
la fragmentación corporal. Aludiendo a su apellido, la “voz del cada por Lacan en su Seminario 10.[xii] No obstante ello, el
inconsciente” lo atormentaba interrogándolo sin rodeos: “¿Está- cuerpo vacante de la parafrenia y la no función del objeto a en
covsky?” empujándolo a tener que recoger, por aquella sala, los la manía se distinguen, permitiendo no sólo dar cuenta del no-
restos de su cuerpo despedazados por el insidioso cuestiona- toria diferencia sintomática entre ellas, sino también del clásico
miento. Acompañarlo cada día, conversando con él en largos emparejamiento de la segunda con la melancolía, muy precisa-
paseos por los pasillos del hospital, y dejando especialmente mente a partir del lapsus que, en ambas, deja interpenetrados
que apoyase su cuerpo en mi persona, no fue uno de los recur- imaginario y real, quedando pendiente la articulación con lo
sos menos relevantes en el inicio de su tratamiento. simbólico.

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Sólo la suspensión de ese vínculo permite entender que Lacan, que la escucha analítica puede reintroducir-, y a distancia de
en Televisión,[xiii] refiera a la manía la cobardía de ser desecho cualquier identificación con aquel Otro del goce, posibilita abrir
del inconsciente cuando va hasta la psicosis en su rechazo -el una brecha en el delirio paranoico. Una tregua, al menos, indu-
del inconsciente como tal-. Y que el retorno de lo rechazado del cida aquí por un deseo de diferencia, que permite atenuar la
lenguaje se manifieste en el acceso maníaco: exclusión drástica certeza que alimenta en la paranoia la malignidad del Otro tanto
del punto de capitón en la palabra que se desata en la ideorrea, como la de los otros.
simbólico independizado; excitación psicomotriz, producto del Un hombre de 45 años, vuelve un infierno la vida de su pareja
cese de su lazo con lo real y lo imaginario corporal. La interpre- -pero también la propia-achacándole a ella infidelidades desde
tación analítica, si no se desentiende de este rechazo -y mejor hace 15 años: el momento mismo en que se fueron a vivir jun-
que no-, se reduce tantas veces aquí al mínimo “stop”, “detén- tos. La certeza de los celos delirantes y la convicción de que ella
gase”, construido cuidadosamente a medida para cada caso: no quiere más que “cagarlo”, especialmente con sus amigos
suplencia del punto de basta que la manía elide. -los de él- lo persiguen desde aquel momento. Él, que siempre
Por su parte, el déficit simbólico melancólico se revela, desde fue un anarquista y nihilista convencido, que descreía entera-
Freud, en el fenómeno de la indignidad que, más o menos de- mente de las instituciones -que siempre terminan revelando la
lirante, enseña que la ausencia de la dimensión de la Otredad inmoralidad de sus engranajes “contaminados de perversidad
propia del simbolismo promueve el retorno tortuoso de la culpa viciosa”-, vio menguar, sin embargo, sus furiosos celos, a partir
y más. Con la identificación regresiva -la sombra del objeto que del momento en que resuelve... casarse. Largas y meticulosas
cae sobre el yo- Freud pesca la relación íntima del narcisismo conversaciones con su psicoanalista, a quien le adjudicaba -y
con la muerte ahí donde el Otro simbólico agoniza. ¿Puede acaso en ello jamás lo contradije- una inquebrantable confianza en el
la poesía analítica revitalizar esta Otredad postergando siquiera matrimonio, precedieron y acompañaron su decisión.
un poco las nupcias del melancólico con la muerte? Una breve
infidelidad de tanto en tanto que inyecta vida, cada vez que un 8. Lo inconsciente y el deseo del psicoanalista
psicoanalista-inconsciente aporta lapsus, chiste, sueño, poesía. Se deja entrever, sobre el final, la referencia a un deseo que no
Un aborto autopracticado en la adolescencia tardía, seguido de puede soslayarse en la interrogación por lo inconsciente en la
internaciones por al menos dos intentos de suicido jalonaban psicosis: el del analista. Que el dispositivo inventado por Freud
la carrera hacia la muerte de una joven que, entrada decidida- a partir de su experiencia con la histeria encuentre sus límites
mente en una posición melancólica, llegó -un poco tarde- a la en el abordaje de las psicosis no impide, en efecto, la operación
consulta analítica. Luego de un prolongado y difícil tratamiento, de aquel deseo. Por el contrario, lo revela quizás en su punto
logró reabrir una vía vital en su existencia con el recurso de la más urgente. De donde se destaca, para terminar, la disyunción
pintura que había dejado de muy niña. Pinta desde entonces, -en la que me he detenido en otras oportunidades- entre el
también en sus sesiones, luego de que el psicoanalista le hiciera dispositivo analítico y el deseo del psicoanalista. Pero, también,
un chiste. Uno... referido a los pálidos colores que ella usaba el íntimo lazo de este deseo con lo inconsciente... y su varie-
para maquillarse. dad. En efecto, si el inconsciente no es uno -y no lo es, pero
tampoco dos ni tres-, el deseo del psicoanalista es solidario de
7. El inconsciente-incrédulo del paranoico su diversidad.
Tu no crees en Dios, pero, qué importancia tiene: él sí cree en
ti. Que se soporte de esta fórmula, por fin, con la salvedad de la NOTAS
distancia que corresponde, la respuesta analítica a la increencia [i] Miller, J.-A., El ultimísimo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2013.
paranoica que Freud entrevió[xiv] y que es, también, la de un [ii] Lacan, J., Seminario 3: Las psicosis, Paidós, Barcelona, 1984.
inconsciente que se ha vuelto uno con lo imaginario y lo real. Y [iii] Lacan, J., ibid.
ello, porque cualquier creencia no se sostiene sino de la distin- [iv] Lacan, J., El atolondradicho. En Escansión, n° 1, Paidós, Buenos
ción entre los tres registros... que el trébol paranoico impugna. Aires, 1984.
La puesta en continuidad de lo simbólico, lo imaginario y lo real [v] Lacan, J., Respuesta a Marcel Ritter. En Suplemento de las notas,
da cuenta de la forclusión de la fe en el Otro que la paranoia EFBA, Buenos Aires, 1980.
testimonia. Si el melancólico se achaca la culpa de todo, el pa- [vi] De allí a plantear, tres dimensiones del inconsciente-trauma, sólo
ranoico no puede menos que desconfiar de un Otro en el que un paso. Troumatisme, trauma agujero-efecto del enjambre de Unos
ha identificado la sede de un goce que no deja de señalarlo. La (S1-S1- S1...) del inconsciente lalengua; Tropmatisme: allí donde la es-
Otredad vuelta aquí imaginariamente real, cuando no realmente critura de un Uno se vuleve letra sintomática dejándose infectar por
imaginaria, da inevitable consistencia al goce del Otro e inviabi- el exceso pulsional (S1 + a); Truematism: el inconsciente intérprete,
liza cualquier orden de confianza que pudiese matizarlo. pontífice, religioso que nos adormece de sentido por su creencia en la
Paradójicamente sólo un psicoanalista-creyente, creyente en el cópula... significante (S1-S2).
sujeto por venir -por venir de la diferencia entre los registros [vii] Lacan, J., Seminario 22: RSI. Inédito.

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[viii] Schejtman, F., Sinthome: ensayos de clínica psicoanalítica nodal, BIBLIOGRAFÍA


Grama, Buenos Aires, 2013. Freud, S., “Lo inconsciente”. En Obras Completas, Amorrortu, Buenos
[ix] Freud, S., “Lo inconsciente”. En Obras Completas, Amorrortu, Bue- Aires, 1986, t. XIV.
nos Aires, 1986, t. XIV. Lacan, J., “Mlle. B”, presentación de enfermos del 9-4-76. Inédito
[x] Lacan, J., “Respuesta al comentario de Jean Hyppolite”. En Escritos Lacan, J., “Respuesta al comentario de Jean Hyppolite”. En Escritos 1,
1, Siglo Veintiuno, México, 1984. Siglo Veintiuno, México, 1984.
[xi] Lacan, J., “Mlle. B”, presentación de enfermos del 9-4-76. Inédito Lacan, J., El atolondradicho. En Escansión, n° 1, Paidós, Buenos Aires,
[xii] Lacan, J., Seminario 10: La angustia, Paidós, Buenos Aires, 2006. 1984.
[xiii] Lacan, J., Televisión. En Psicoanálisis. Radiofonía y televisión, Lacan, J., Respuesta a Marcel Ritter. En Suplemento de las notas, EFBA,
Anagrama, Barcelona, 1980. Buenos Aires, 1980.
[xiv] Versagen des Glaubens: denegación de la creencia. Unglauben: Lacan, J., Seminario 10: La angustia, Paidós, Buenos Aires, 2006.
increencia. Lacan, J., Seminario 22: RSI. Inédito.
Lacan, J., Seminario 3: Las psicosis, Paidós, Barcelona, 1984.
Miller, J.-A., El ultimísimo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2013.
Schejtman, F., Sinthome: ensayos de clínica psicoanalítica nodal, Gra-
ma, Buenos Aires, 2013.

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