ganzl912
HERBERTB. ENDERTON
UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA
A LA LÓGICA
Segunda Edición
T raducción:
J osé Alfredo Amor Montano
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA'DE MÉXICO
M é x ic o , 2 0 0 4
UNA INTRODUCCIÓN MATEMATICA A LA LOGICA
ganz1912
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
Director. Dr. Guillerm o H urtado
Secretario Académico: Dr . EFRAlN LAZOS
Colección: FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
E5218
QA9
2004
Enderton, Herbcrt B., Una introducción matemática a la
lógica / Herbcrt B. Enderton; traducción José Alfredo
Amor Montano. - 2a. ed. - México: IJNAM, Instituto de
Investigaciones Filosóficas. 2004. - 454 p.
ISBN: 9 7 0 -3 2 -2 1 4 4 -0 Traducción de: A matheniai.ical
iiiu oduction to logic
1. Lógica simbólica y matemática. I. Amor Montano,
José Alfredo, tr. II. t.
Título original: A Mathemalical Inlroduclion lo Logic 2rut edition
Copyright © 2001, 1972 by Elsevier Inc.
© 2004 de la traducción al castellano:
Instituto de Investigaciones Filosóficas
Circuito Miro. Mario de la Cueva s/'n,
Ciudad Universitaria, Coyoacán, 04510, México, D.F.
Tels.: 5622 7437 y 5622 7504; fax: 5665 4991
Correo electrónico:
[email protected] Página web: hUp: / / w\vw.fi 1o so fIcas.unai n.nix
Todos los derechos reservados
DR © 2004 Universidad Nacional Autónoma de México
la. edición en castellano: 1987
2a. edición en castellano: 2004
Composición y formación tipográfica: José Alberto Barrañón C.
Corrección de estilo y cuidado de la edición: Laura E. Manriques
Impreso y hecho en México
ISBN 970-3 2-2144-0
ganzl912
PREFACIO
Este libro, como la primera edición, presenta los conceptos y
los resultados básicos de la lógica: los temas son pruebas, ver
dad y computabilidad (o calculabilidad). Como en ia edición
anterior, la forma en que se presentan los contenidos está diri
gida al lector que ya posee algunos conocimientos e intereses
matemáticos. En esta versión revisada, además de numerosos
cambios “locales”, bav tres maneras "globales” en las cuales la
presentación cambió
En primer lugar, he intentado hacer que el material sea más
accesible para el estudiante de licenciatura típico. En el desarro
llo principal he tratado de no dar por sentada información ni
conocimientos que pudieran no estar al alcance de un estu
diante de matemáticas de nivel medio.
F.n segundo lugar, para el profesor que quiera adaptar el
libro a las necesidades de su curso, la organización del conteni
do se ha hecho más flexible. Los pies de página al comienzo de
muchas secciones indican rutas opcionales que el profesor —o
el lector independiente— podría elegir.
En tercer lugar, la ciencia de la computación teórica ha influido
en la lógica en los años recientes, y algunas de esas influencias
se reflejan en esta edición. Los problemas de computabilidad
se toman más en serio. Algunos materiales sobre modelos fini
tos se han incorporado al texto.
Esta obra pretende servir como libro de texto para un cur
so introductorio de matemáticas sobre lógica de nivel medio y
avanzado de licenciatura. Los objetivos son presentar los con
ceptos y teoremas importantes de la lógica y explicar su signi
ficación y su relación con el resto del trabajo matemático del
lector.
8 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Como libro de texto, puede usarse en cursos cuya duración
varíe entre un trimestre y un año. En un trimestre generalmen
te llego hasta el material sobre modelos de teorías de primer
orden (sección 6 del capítulo II). El tiempo adicional que ofre
ce un semestre permitiría dar un vistazo a la indecidibilidad,
consultando, por ejemplo, el panorama que se presenta en la
sección 0 del capítulo III. En un segundo semestre, el mate
rial del capítulo III (sobre indecidibilidad) puede cubrirse más
adecuadamente.
El libro está dir igido al lector que no ha estudiado lógica
anteriormente, pero que tiene alguna experiencia con el razo
namiento matemático. No hay requisitos específicos aparte de
la disposición para funcionar en cierto nivel de abstracción y
de rigor. Es inevitable usar la teoría de conjuntos básica. En
el capítulo cero ofrecemos un resumen conciso de la teoría de
conjuntos que se usa a lo largo de la obra. No es conveniente
iniciar el libro estudiando este capítulo, pues éste más bien es
tá pensado corno referencia para cuando surja la necesidad —si
es que surge—. El profesor puede ajustar la cantidad de teoría
de conjuntos que va a dar; por ejemplo, es posible evitar los
números cardinales por completo (a costa de perder algunos
teoremas). El libro contiene algunos ejemplos tornados del ál
gebra abstracta, pero son sólo ejemplos y no son esenciales a
la exposición. Los últimos capítulos (Caps, III y IV) tienden a
exigir más del lector que los primeros.
I-a inducción y la rccursión reciben un tratamiento más ex
tenso (en la sección 4 del capítulo I) que lo acostumbrado. Pre
fiero dar una explicación intuitiva de estos temas en clase y
tener tura versión precisa en el libro, y no al revés. Al final
de casi todas las secciones se incluyen ejercicios. Si el ejercicio
lleva un número en negritas, entonces sus resultados se usan
en el texto al exponer el terna. Los ejercicios de dificultad ex
cepcional están marcados con un aster isco.
Reconozco con gusto mi deuda con mis maestros, categoría
en la que incluyo también a los que han sido mis colegas o
mis alumnos. Me agradaría recibir comentarios y correcciones
de parte de los usuarios del libro. El sitio web para el libro se
encuentra en http://www.math.ucla. edu/~hbe/arnil.
INTRODUCCIÓN
La lógica simbólica es un modelo matemático del pensamiento
deductivo. Ai menos esto fue ciei'to en un principio, pues, al
igual que otras ramas de la matemática, ha crecido más allá de
las circ unstancias de su nacimiento. La lógica simbólica es un
modelo en el mismo sentido en que la teoría moderna de la
probabilidad es un modelo para las situaciones en que inter
vienen el azar y la incertidumbre.
¿Cómo se construye el modelo? Se comienza con un objeto
de la vida real; por ejemplo, un avión. Luego se escogen algu
nos aspectos de este objeto original que se representarán en el
modelo, com o su forma, y otros que se pasarán por alto, como
su tamaño. Entonces se construye un objeto, semejante al origi
nal en algunas propiedades —que escogemos corno esenciales—
y diferente en otras —que consideramos iiTelevant.es—. El éxito
del modelo para cumplir con su propósito dependerá en gran
medida de la selección de las propiedades del objeto original
que se representan en el modelo.
La lógica es más abstracta que los aviones. Los objetos de la
vida real son ciertas deducciones ‘'lógicamente correctas". Por
ejemplo:
Todos los hombres son mortales.
Sócrates es un hombre.
Por lo tanto, Sócrates es mortal.
La validez de inferir la tercera afirmación —la conclusión-
de las dos primeras —las premisas— no depende de idiosincra
sias particulares de Sócrates. La inferencia está justificada por
la forma de las oraciones más que por algún hecho empíríco
10 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
acerca de la mortalidad. No importa realmente el significado
de “mortal”; lo que sí importa aquí es el significado de “todos”.
Los bórgovos están fefos durante el brilgo.
Ahora es brilgo y esto es un bórgovo.
Por lo tanto, esto está fefo.
De nuevo podemos reconocer que la tercera afirmación es
consecuencia de ¡as dos primeras, aun cuando no tengamos la
menor idea de cómo se ve un bórgovo cuando está fefo.
Las deducciones lógicamente correctas tienen más interés
del que podrían sugerir los frívolos ejemplos precedentes. De
hecho, la matemáticaaxiomáticaconsiste en una gran cantidad
de deducciones de este tipo. Así, las deducciones que realizan
los matemáticos constituyen objetos de la vida real cuyas pro
piedades deberán reflejarse en nuestro modelo.
La coi rectud lógica de estas deducciones se debe a su for
ma y es independiente de su contenido. Este criterio es vago,
pero es justamente este tipo de vaguedad lo que nos induce a
recurrir a los modelos matemáticos. Uno de nuestros objetivos
principales será dar, dentro del modelo, una versión precisa
de este criterio. Las preguntas (acerca de nuestro modelo) que
más nos interesarán al principio serán:
1. ¿Qué quiere decir que una afirmación sea “consecuencia
lógica” de otras?
2. Si una afirmación es consecuencia lógica de otras, ¿qué
métodos de demostración pueden ser necesarios para esta
blecer este hecho?
3. ¿Hay una brecha entre lo que podemos probar en un sis
tema axiomático (digamos, para los números naturales) y
lo que es verdadero acerca de los números naturales?
4. ¿Cuál es la relación entre la lógica y la computabilidad?
En realidad presentaremos dos modelos. El primero —la ló
gica proposicional— será muy simple y terriblemente inadecua
do para modelar deducciones interesantes. Esto se debe a que
preserva sólo algunas propiedades rudimentarias de las deduc
ciones de la vida real. El segundo modelo —la lógica de primer
INTRODUCCIÓN 11
orden— es admirablemente apropiado para modelar las deduc
ciones que se encuentran en las matemáticas. Cuando un ma
temático afirma que un enunciado particular se sigue de los
axiomas de la teoría de conjuntos, quiere decir que su deduc
ción se puede traducir a una en nuestro modelo.
Este énfasis en las matemáticas guió la selección de temas
incluidos. Este libro no incursiona en la lógica multivariada, ni
en la lógica modal ni en la lógica intuicionista, que representan
selecciones diferentes de propiedades de las deducciones de la
vida real.
Hasta ahora hemos evitado dar mucha información acerca
del modelo de la lógica de primer orden. Como breves indica
ciones, daremos ahora algunos ejemplos de la expresividad de
su lenguaje formal. Primero consideremos el enunciado caste
llano que afirma el principio conjuntista de extensionalidad:
“Si exactamente las mismas cosas son elementos de un primer
objeto así como de un segundo objeto, entonces ambos obje
tos son el mismo.” Esto puede traducirse a nuestro lenguaje de
primer orden como
V x Vy ( V z ( z £ x « z £ y) x - y).
Como segundo ejemplo, podemos traducir el enunciado
bien conocido por los estudiantes de cálculo: “Para todo núme
ro positivo e existe un número positivo S tal que, para toda x
cuya distancia a a sea menor que 6, la distancia entre f ( x ) y b
es menor que como
Ve (e > 0 —»■3 ¿ (5 > 0 A Vx (dxa < 5 dfxb < e))).
Hemos dado algunas pautas acerca de lo que pretendemos
hacer en este libro. También deberíamos evitar algunas posi
bles impresiones falsas diciendo lo que no haremos. Esta obra
no se propone enseñar al lector a pensar. La palabra “lógica” se
usa a veces para referirse a recetas para pensar, pero nosotros
no la usamos así. El lector ya sabe pensar; aquí se le ofrecen
algunos conceptos interesantes en los cuales pensar.
CAPÍTULO CERO
ALGUNOS DATOS ÚTILES
DE LA TEORÍA DE CONJUNTOS
Daremos por supuesto que el lector ya está familiarizado en
mayor o m enor medida con los métodos conjuntistas que se
usan normalmente. Sin embargo, haremos aquí un breve resu
men de algunos datos de la teoría de conjuntos que necesita
remos; esto servirá al menos para establecer nuestra notación.
Sugerimos al lector que, en lugar de lanzarse a estudiar este
capítulo, simplemente vuelva a él cuando surjan dudas de na
turaleza conjuntista en capítulos posteriores. El libro favorito
del autor sobre teoría de conjuntos es, desde luego, EUmerds nf
Sel Theory (véase la lista de referencias al final de este libro).
Primero unas palabras acerca de la jerga lingüística. A lo
largo del libro utilizaremos una colección de abreviaturas ma
temáticas estándar. Usaremos “-i” para denotar el fin de una
prueba. Un enunciado "Si..., entonces.. . ” se abreviará algunas
veces “. . . => . . También tenemos “•<=” para la implicación
inversa (para el modo particular en que el término “implica
ción’1 se usa en matemáticas). Para “si y sólo si” usaremos la
expresión más breve “sii” (esto se ha convertido en parte del
lenguaje matemático), así com o el símbolo “44-”. P arala expre
sión “por lo tanto” empleamos la abreviatura
El recurso notacional que expresa “x ¿ y" como la negación
de “jc = y” y “x ^ y” como la negación de “x € y” lo extende
remos a otros casos. Por ejemplo, en la sección 2 del capítulo L
definimos “Ü ¡= r ”; entonces, “S ^ r ” denota su negación.
A hora bien, un conjunto es una colección de cosas; éstas se
conocen como sus miembros o elementos. Como es costumbre,
escribimos Kt € A" para decir que t es un elemento de A, y “t £
14 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
A” para decir que t no es un elemento de A. Escribimos ‘‘x =
y" para significar que x y y son el mismo objeto. Es decir, la
expresión “x” a la izquierda del signo de igualdad es un nombre
para el mismo objeto que nombra la otra expresión Si
A = B entonces, para cualquier objeto t, es automáticamente
verdadero que í € A sii t € B. Esto es cierto sencillamente
porque A y B son la misma cosa. La recíproca es el principio
de extensionalidad: si A y B son conjuntos tales que para todo
objeto t.
t E A sii t € B,
entonces A = B. Esto refleja la idea de lo que es un conjunto;
un conjunto está determinado justamente por sus miembros.
Adjuntar un objeto adicional a un conjunto es una opera
ción muy útil. Para cualquier conjunto A, sea A ; í el conjunto
cuyos elementos son (i) los elementos de A, más (ii) el elemento
(nuevo posiblemente) l. El objeto t puede pertenecer o no ya
de antemano a A, y tenemos
A ;t = A U { í }
usando la notación que definiremos más tarde, y
tE A sii A\t — A.
Un conjunto especial es el conjunto vacío 0, el cual carece
de elementos. De cualquier otro conjunto se dice que es no
vacío. Para cualquier objeto x existe el conjunto unitario {x },
cuyo único elemento es x. En general, para cualquier núme
ro finito x i , . . . ,x n de objetos, existe el conjunto { x i ........ xn},
cuyos elementos son exactamente estos objetos. Nótese que
{x ,y } = {y .x }, ya que ambos conjuntos tienen exactamente
los mismos elementos: sólo hemos usado distintas expresiones
para denotar el conjunto. Si el orden importa, podemos usar
pares ordenados (que veremos más adelante).
Abusaremos un poco de esta notación para abarcar algunos
casos infinitos sencillos. Por ejemplo, { 0 , 1 , 2 , . . . } es el conjun
to N de los números naturales, y { . . . , —2, —1 , 0, 1 , 2, . . . } es el
conjunto Z de todos los enteros.
Escribimos “{x |__x__} ” para denotar el conjunto de todos
los objetos x tales q u e__x__. Nos tomaremos libertades consi
derables con esta notación: por ejemplo, {{ m, n) \m < n en N }
ALGUNOS DATOS ÚTILES DE LA TEORÍA . . . 15
es el conjunto de todas las parejas ordenadas de números na
turales cuya primera componente es menor que la segunda. Y
{x € A | __x__} es el conjunto de todos los elementos x de A
tales que x__.
Si A es un conjunto tal que todos sus elementos son también
elementos de B, entonces A es un subconjunto de B, lo cual se
abrevia “A C B". Nótese que todo conjunto es subconjunto de
sí mismo. Además, 0 es un subconjunto de cualquier conjunto.
(“0 C A” es “verdadero vacuamente”, ya que el trabajo de ve
rificar que cada elementp de 0 también pertenece a A consiste
en no hacer nada. Desde otro punto de vista, “A C B” puede
ser falso únicamente si algún elemento de A no pertenece a B.
Si A = 0, esto es imposible.) A partir del conjunto A podemos
formar un nuevo conjunto, el conjunto potencia VA de A, cuyos
elementos son los subconjuntos de A. Así,
VA = {x |x C A }.
Por ejemplo,
P 0 = { 0},
m = ( 0. w > -
La unión de A y B , A U B, es el conjunto de todas las cosas
que son elementos de A o de B {o de ambos). Por ejemplo,
A ; í - A U (¿}. Análogamente, la intersección de A y B. A n B,
es el conjunto de todas las cosas que son elementos tanto de A
como de B. A y B son disjuntos {o ajenos) sii su intersección es
vacía (Le., si no tienen miembros en común). Una colección de
conjuntos es disjunta dos a dos sii cualesquiera dos miembros de
la colección son disjuntos.
Más en general, considérese un conjunto A cuyos elementos
son a su vez conjuntos. L a unión de A, (J A, es el conjunto que
se obtiene amalgamando todos los conjuntos que pertenecen a
A en uno solo:
(^J A = {x |x pertenece a algún elemento de A }.
De forma similar, para A n o vacío,
P| A = {x |x pertenece a todos los elementos de A }.
16 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Por ejemplo, si
A = { { 0 , 1 , 5 } . { 1, 6}, { 1 , 5 } } ,
entonces
[ J A = {0,1,5,61,
r > = o í
Dos ejemplos más:
a u b ^ u M ,
\JVA = A.
En los casos en que para cada número natural n tengamos un
conjunto An, la unión de todos estos conjuntos, (J{A „ ) n £ N},
se suele denotar mediante “I J ^ - A n", ° simplemente í!|JnA„”.
La pareja ordenada (x, y) de los objetos x y y debe ser defini
da de tal manera que
(x, y) = (u, v) sii x — u y y — v.
Cualquier definición que tenga esta propiedad servirá; la defi
nición usual es
{Xly) = { { x } , { x ;>.} } .
Las ternas ordenadas se definen como
¥
(x,y,z) = {{x,y),z).
En O
general definimos las nadas recursivamcnle haciendo
(xi, . . . , , . . . , Xn), )
para n > 1. Es conveniente definir también (x) - x ; así, la
ecuación anterior también se cumple para n = 1. S es una
sucesión finita (o cadena) de elementos de *4. sii existe un entero
positivo n tal que S = ( x i , . . . ,x K), donde cada x¿ € A. (Las
sucesiones finitas a menudo se definen como ciertas funciones
finitas, pero la definición anterior es ligeramente más conve
niente para nosotros.)
ALGUNOS DATOS ÚTILES DE LA TF.ORlA. . . 17
Un segmento de la sucesión finita S ~ es una
sucesión finita
{xk, x¡,+ i , . . . , x * _ i, #M). donde 1 < k < m < n.
Este segmento es un segmento inicial sii k = 1, y es propio sii es
diferente de S.
Si (xT. . . . , Xn) = ( >] , . •. , yT) , es fácil probar que x¿ = y¡
para 1 < i < n. (La prueba usa inducción sobre n y la pro
piedad básica de las parejas ordenadas.) Pero si (xi, . . . , *«) =
(jq, . . . ,y n), entonces no se sigue en general que m = n. Des
pués de todo, las ternas ordenadas son también parejas orde
nadas. Pero afirmamos que m y n pueden ser distintos sólo si
alguna x¡ es ella misma una sucesión finita de y/s, o viceversa:
LemaOA Supongamos que (xi,. . . tx,u) = (yi
Entonces xi = {.Vi >•••>7*+1 ) •
Demostración Por inducción sobre m. Si m ==. 1, la conclusión
es inmediata. Para el paso inductivo, supongamos que
(•*“1 >- - •> *»+l) — (y 1, - ■•> ' ym-\-}i-k) ■ Entont es las
primeras componentes de esta pareja ordenada deben
ser iguales: ( x i , . . . ,x,„) - (yi , . . . , y mJrk). Apliqúese aho
ra la hipótesis inductiva. H
Por ejemplo, supongamos que A es un conjunto tal que nin
gún elemento de A es una sucesión finita de otros elementos.
Entonces si ( «i , . . . , x,„) = (y\,.. ■,yn) y cada x¿ y yy están en
A, entonces, por el lema anterior, m — n. Por lo cual tenemos
también que xy — y¿. 1
A partir de los conjuntos A y B podemos formar su producto
cartesiano: el conjunto A x B de todas las parejas (x, y) tales
que x 6 A y y £ B. An es el conjunto de todas las w-adas de
elementos de A. Por ejemplo, As = (A x A) x A.
Una relación R es un conjunto de parejas ordenadas. Por
ejemplo, la relación de orden para los números 0 -3 es captu
rada por —y de hecho es igual a— el conjunto de las parejas
ordenadas
{ ( 0, 1), (0, 2), (0. 3), (1, 2), (1, 3) , ( 2, 3)}.
El dominio de R (que se escribe dom R) es el conjunto de todos
los objetos x tales que (x, y) 6 R para alguna y. El rango (o
18 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
imagen) de R (que se escribe ran R) es el conjunto de todos los
objetos y tales que (x,y) € R para alguna x. La unión de dom R
y ran R es el campo de R, cam R.
Una relación n-aria en A es un subconjunto de An. Si n > 1,
hay una relación Pero una relación \-aria (unaria) en A es sim
plemente un subconjunto de A- Una relación binaria particular
mente sencilla en A es la relación de igualdad {{%,x) |x 6 A }
en A. Si i? es una relación n-aria en A, y B es un subconjun-
lo de A, la reslricción de R a B es la intersección R O Bn. Por
ejemplo, la relación mostrada anteriormente es la restricción
al conjunto B = { 0 , 1, 2 , 8} de la relación de orden sobre N.
Una función es una relación F que tiene la propiedad de ser
de un solo valor: para cada x en dom F existe una única y tal
que {x,y) G F. Como es costumbre, llamamos a esta única y
el valor F(x) que toma F en x. (Esta notación data de Euler. Es
una lástima que no haya elegido (x)F en lugar de F(x), lo que
habría sido de ayuda para la composición de funciones: f o g e s
la función cuyo valor en x es f ( g { x ) ) , que se obtiene al aplicar
primero g y después /.)
Decimos que F es una función de A en B y escribimos
F : A -A-B
para significar que F es una fundón, dom F — A y ran F C B.
Si además ran F = B, entonces F es una función de A sobre B,
F es uno a uno sii para cada y en ran F existe una única x tal
que (x, y) £ F. Si la pareja {x,y) pertenece a dom F¡ escribi
mos F{x,y) = F({x, y )) . Esta notación se extiende a las n-adas:
E(xi s ••* j Xjí) — F ( (xj, . . . , Xn) ) •
Una operación n-aria en A es una función de A” en A. Por
ejemplo, la suma es una operación binaria en N, mientras que
la operación sucesor, S (donde S(n) = n + 1), es una operación
unaria en N- Si / es una operación ra-aria en A, la restricción de
/ a un subconjunto B de A es la función g con dominio Bn que
coincide con / en cada punto de B”. Así,
g = f n ( B ” xA).
Esta g será una operación n-aria en B sii B está cerrado bajo f ,
en el sentido de que f { b ¡ , . . . , bn) £ B siempre que cada b, esté
ALGUNOS DATOS ÚTILES DE LA T EO R ÍA . . . 19
en B. En este caso, g = / D Bn+l, de acuerdo con la forma en
que hemos definido la restricción de una relación. Por ejemplo,
la operación suma en N, la cual contiene ternas tales como
((3, 2), 5), es la restricción a N de la operación suma en j¡?, la
cual contiene muchas más ternas.
Una operación unaria particularmente sencilla en A es la
función identidad Id en A, dada por la ecuación
Id (x) = x para x 6 A.
Así, Id = {(x,x) |x G A}.
Para una relación R tenemos las siguientes definiciones:
R es reflexiva en A sii (x, x) 6 R para toda x en A.
R es simétrica sii siempre que {x, y) G R, entonces también
(y,x) G R.
R es transitiva sii siempre que (x, y) G R y (y, z) G R (si esto
sucediera), entonces también {x, z) G R.
R satisface la tricotomía en A sii para cualesquiera x y y en A,
se cumple exactamente una de las siguientes tres posibilidades:
(x, y) G R, o x = y, o {y, x) G R.
R es una relación de equivalencia en A sii R es una relación
binaria en A que es reflexiva en A, simétrica y transitiva.
R es una relación de orden, en A sii R es transitiva y satisface
la tricotomía en A.
Si R es una relación de equivalencia en A definimos, para
cada x G A, la clase de equivalencia [x] de x como {y | (x, y) 6 /?}.
Las clases de equivalencia forman entonces una partición de A.
Esto es, las clases de equivalencia son subconjuntos de A tales
que todo elemento de A pertenece exactamente a una clase de
equivalencia. Si x y y pertenecen a A,
[x] = [y\ sii (x,y)eR.
El conjunto N de los números naturales es el conjunto
{ 0 , 1 , 2 , . . . } . (Los números naturales también se pueden de
finir conjuntistamente, un punto que se toca brevemente en
la sección 7 del capítulo III.) Un conjunto A es finito sii hay
alguna función uno a uno / de A sobre { 0 , 1 , . . . , n — 1} (para
20 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
algún número natural n). (Podemos pensar que / “cuenta" los
elementos de A .)
Un conjunto A es numerable sil existe alguna función uno a
uno de A en N. Por ejemplo, todo conjunto finito es eviden
temente numerable. Ahora consideremos un conjunto infini
to numerable A. Entonces, a partir de la función uno a uno
dada / de A en N, podemos extraer una función uno a uno / '
de A sobre N. Para alguna a o € A, /(« o ) es el mínimo ele
mento de ran / ; sea /'(tío) — 0- En general existe una única
an € A tal que /(« „ ) es el (n + I)-ésimo elemento de ran / ; sea
f '( a n) = n. Nótese que A = { a 0,fli, . . . } . (También podemos
pensar que / ' “cuenta" los elementos de A. sólo que ahora el
proceso de conteo es infinito.)
Teorema OB Sea A un conjunto numerable. Entonces el con
junto de las sucesiones finitas de elementos de A tam
bién es numerable.
Demostración El conjunto S de todas las sucesiones finitas
en A se puede caracterizar mediante la ecuación
5 = \ J A K- .
Como A es numerable, existe una función uno a uno
/ de A en N.
La idea básica es construir la función uno a uno
de S en N asignando a (ao, a\,. . . , am) el número
2/óo)+i3/ó i)+ i . . . . . , donde pm es el (m + 1)-
ésimo primo. Esto tiene el defecto de que tal asignación
pudiera no estar bien definida, ya que podría suceder
que (a0, a\,. . . , am) — (b0. b\,. . . , bn), con a¿ y ó, en A
pero con m / n. No obstante, esto no representa un pro
blema serio; se resuelve asignando a cada elemento de S
el mínimo número que se puede obtener de la manera
anterior. Así obtenemos una función bien definida; es
fácil ver que es uno a uno. A
En algunas partes hablaremos de árboles, los cuales pueden
ser útiles para tener imágenes intuitivas de algunas situaciones,
ALGUNOS DATOS ÚTILES DE LA TEORÍA . . . 21
Pero nuestros comentarios sobre árboles siempre serán infor
males, ya que excluimos este concepto de los teoremas y de
sus demostraciones. En consecuencia, nuestra discusión aquí
acerca de los árboles será informal.
Para cada árbol existe un orden parcial finito subyacente.
Podemos dibujar una figura de este orden parcial R ‘, si (a, b) E
R, entonces colocamos a debajo de b y conectamos los puntos
con una línea- Dos figuras típicas de órdenes correspondientes
a árboles son las siguientes:
(En matemáticas, los árboles crecen hacia ahajo, no hacia arri
ba.) Siempre hay un punto hasta arriba de la figura (la raíz).
Además, si bien se permite la ramificación por debajo de un
vértice, los puntos por encima de cualquier vértice dado deben
quedar todos sobre la misma línea.
Además de este orden parcial finito subyacente, un árbol
también tiene una función que etiqueta los vértices. Por ejem
plo, el siguiente es un árbol en el que las etiquetas son números
naturales:
4
En algunos pasajes del libro usaremos el axioma de elección;
pero casi todos estos usos se pueden eliminar si los teoremas en
cuestión se restringen a lenguajes numerables. De los muchos
22 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA i.ÓGICA
enunciados equivalentes al axioma de elección, el lema de Zom
es especialmente útil.
Una colección C de conjuntos es una cadena sii para cuales
quiera elementos x y y de C, x Q y o y Q x.
Lema de Zorn Sea A un conjunto tal que para toda cadena
C C A, el conjunto (J C pertenece a A. Entonces existe
algún elemento m E A que es maximal en el sentido de
que no es subconjunto de ningún otro elemento de .4.
Números cardinales
Todos los conjuntos infinitos son grandes, pero algunos son
más grandes que otros. (Por ejemplo, el conjunto de los núme
ros reales es más grande que el conjunto de los enteros.) Los
números cardinales ofrecen una forma conveniente, aunque no
indispensable, de hablar acerca del tamaño de los conjuntos.
Es natural decir que dos conjuntos A y B tienen el mismo
tamaño sii existe una función uno a uno de A sobre B. Si A y B
son finitos, este concepto es equivalente al usual: si se cuentan
los elementos de A y los de B, se obtiene el mismo número en
ambas ocasiones, Pero el concepto se aplica incluso a conjuntos
infinitos A y B, en los cuales es difícil contar.
Formalmente, entonces, A y B son equipotentes (se escribe:
A ~ B) sii existe una función uno a uno de A sobre B. Por ejem
plo, el conjunto N de los números naturales y el conjunto Z de
los enteros son equipotentes. Es fácil ver que la equipotencia es
reflexiva, simétrica v transitiva.
Para los conjuntos finitos podemos usar los números natu
rales como medidas del tamaño. El mismo número natural se
asignaría a dos conjuntos finitos (como medida de su tama
ño) sii los conjuntos son equipotentes. Los números cardinales
se introducen para permitirnos generalizar esta situación a los
conjuntos infinitos.
A cada conjunto A le podemos asignar cierto objeto, el nú
mero cardinal (o cardinalidad) de A (se escribe: card A), de tal
m anera que a dos conjuntos se les asigne la misma cardinalidad
sii son equipotentes
card A — card B sii A ~ B. (*)
ALGUNOS DATOS ÚTILES DE LA TEORÍA. . . 23
Hay varias maneras de lograr esto; la usual hoy en día es ha
cer card A igual al mínimo ordinal equipolente a A. (El éxito
de esta definición depende del axioma de elección.) No dis
cutiremos los ordinales aquí, ya que para nuestros propósitos
no tiene mucha importancia saber qué es realmente card A,
así como tampoco tiene importancia saber realmente qué es el
número 2. Lo más importante es que (K.) se cumple. Es conve
niente, sin embargo, que si A es un conjunto finito, card A sea
el número natural que diga cuántos elementos tiene A. Algo
es un número cardinal (o simplemente un cardinal) sii es card A
para algún conjunto A.
(Georg Cantor, quien introdujo por primera vez el concepto
de número cardinal, caracterizó en 1895 el número cardinal de
un conjunto M como “el concepto general que, con ayuda de
nuestra inteligencia activa, surge del conjunto M por la abs
tracción de la naturaleza de sus varios elementos y del orden
en que están dados”.)
Decimos que A está dominado por B (A -A B) sii A es equi
polente a algún subconjunto de B. En otras palabras, A •< B sii
existe una función uno a uno de A en B. El concepto corres
pondiente para cardinales es
card A < card .6 sii A ^ B.
(Es fácil ver que < está bien definido; esto es, que k < A de
pende solamente de los cardinales k y A, no de una elección
particular de dos conjuntos con tales cardinalidades.) La domi
nancia es reflexiva y transitiva. Un conjunto A está dominado
por N sii A es numerable. El siguiente es un resultado estándar
en este tema.
Teorema de Schróder-Bernstein (a) Si A y B son conjuntos tales
que A ^ B y B < A, entonces A ~ B.
(b) Si k y X son cardinales tales que k < Ay A < k , entonces
A — A.
La parte (b) es una simple reformulación de la parte (a) en
términos de números cardinales. El siguiente teorema, que por
cierto es equivalente al axioma de elección, está enunciado de
la misma manera dual.
24 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Teorema OC (a) Si A y B son conjuntos cualesquiera, entonces
A ± B o B < A .'
(b) Si a y A son cardinales cualesquiera, entonces k < A o
A < re.
Así, dados dos números cardinales, uno es menor que el
ol.ro. (De hecho, todo conjunto no vacío de números cardinales
contiene un mínimo elemento.) Los cardinales más pequeños
son los de los conjuntos finitos: 0 , 1 , 2 , . . . Luego está el míni
mo cardinal infinito, card N, que recibe el nombre de do- De
esta manera tenemos
O, 1,2 ........ H0, d i , . . . ,
donde Ni es el mínimo cardinal mayor que No* La cardinalidad
del conjunto M, de los números reales, se llama “2Sfl ”, Como
R no es numerable, do < 2Wo.
Las operaciones de suma y multiplicación, ya bien conoci
das para los cardinales finitos, se pueden extender a todos los
cardinales. Para calcular k + A elegimos conjuntos disjuntos A
y B de cardinalidades k y A, respectivamente. Entonces
k■+ A = card (A U B).
Esto está bien definido; es decir, n + A depende solamente
de k y A y no de la elección de los conjuntos disjuntos A y B.
Definimos la multiplicación corno
k - A = card (4 x B),
Está Claro que estas definiciones son correctas para cardinales
finitos. La aritmética de los cardinales infinitos es sorprenden
temente sencilla (con el axioma de elección). La suma o pro
ducto de dos cardinales infinitos es simplemente el mayor de
ellos:
Teorema de aritmética cardinal Si te y A son cardinales t ales que
« < A y A es infinito, entonces k + A — A- Además, si
k, =/0, entonces k ■A = A.
En particular, si k cs un cardinal infinito,
No •/v = K.
ALGUNOS DATOS ÚTILES DE LA TEORÍA. . . 25
Teorema OD Si A es un conjunto infinito, el conjunto
U nA"+1 todas las sucesiones finitas de elementos
de A tiene cardinalidad igual a card A.
Ya hemos probado esto para el caso en que A es numerable
(véase el teorema OB).
Demostración Cada An+1 tiene cardinalidad igual a card A.
por el teorema sobre la aritmética cardinal (aplicado n
veces). Entonces tenemos la unión de No conjuntos de
este tamaño, lo que da por resultado No •card A — card A
puntos en total. H
E jemplo Del teorema anterior se sigue que el conjunto de
los números algebraicos tiene cardinalidad No- Primero,
podemos identificar cada polinomio (en una variable)
sobre los enteros, con la sucesión de sus coeficientes.
Luego, por el teorema hay No polinomios. Cada polino
mio tiene un número finito de raíces. Para dar una cota
superior extravagante, nótese que aun si cada polinomio
tuviera No raíces, tendríamos entonces No •No = No nú
meros algebraicos en total. Como al menos hay No, ya
no tenemos más que demostrar.
Como hay una cantidad no numerable (de hecho, 2K,)) de
números reales, se sigue que hay una cantidad no numerable
(de hecho, 2N°) de números trascendentes.
I
LÓGICA DE ENUNCIADOS
0 . Observaciones informales sobre los lenguajesformales
En la siguiente sección construiremos un lenguaje al cual po
dremos traducir oraciones del español. A diferencia de los len
guajes naturales (como el español o el chino), éste será un
lenguaje formal, con reglas de formación precisas. Pero antes
de que comience la precisión, discutiremos aquí algunas de las
características que deseamos incorporar a este lenguaje.
Como primer ejemplo, el enunciado “Se observaron rastros
de potasio" se puede traducir al lenguaje formal usando, di
gamos, el símbolo K. Entonces para el enunciado relacionado
“No se observaron rastros de potasio”, podemos usar (-1 K).
Aquí -1 es nuestro símbolo para la negación, que se lee “no”.
También se podría pensar en traducir “No se observaron ras
tros de potasio” usando un nuevo símbolo, por ejemplo, J , pero
preferiremos descomponer los enunciados como éste en partes-
atómicas hasta donde sea posible. Para un enunciado que no
está relacionado, “La muestra contema cloro”, elegimos, diga
mos, el símbolo C. Luego las fórmulas de la derecha son posi
bles traducciones de los siguientes enunciados compuestos:
Si se observaron rastros de potasio, en- (K -»• (-»C))
tonces la muestra no contenía cloro.
La muestra contenía cloro y se observa- (C A K)
ron rastros de potasio.
En el segundo enunciado usamos el símbolo de conjunción
A com o traducción de “y”. El primero utiliza la flecha, que
28 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
es más conocida, como traducción de “si. . entonces. . En
el siguiente ejemplo usamos el símbolo de disyunción V para
traducir “o":
No se observaron rastros de potasio, o ((-> K) V ( i C ) )
la muestra no contenía cloro.
Ni la muestra contenía cloro, ni se ob- (->(C V K))
servaron rastros de potasio: o bien
Í(->C) A (~»K))
En este último enunciado hemos dado dos traducciones al
ternativas. La relación que guardan entre si se discutirá más
adelante.
Un aspecto importante de las descomposiciones que hare
mos de los enunciados compuestos es que siempre qué se nos
den la verdad o la falsedad de las partes atómicas, podremos
entonces calcular inmediatamente la verdad o la falsedad del
compuesto. Supongamos, por ejemplo, que el químico sale de
su laboratorio y anuncia que observó rastros de potasio, pe
ro que la muestra no contenía cloro. Sabremos luego que los
cuatro enunciados anteriores son verdadero, falso, verdadero y
falso, respectivamente. De hecho, podemos construir de ante
mano una tabla con los cuatro resultados experimentales posi
bles (Tabla I). Reanudaremos la discusión de dichas tablas en
la sección 2 de este capítulo.
Tabla l
K c h(CVK)) ( ( - C ) A ( - K))
F F y V
F V F F
V F F F
V V F F
El uso de lengua.jes fórmales nos permitirá escapar de la im
precisión y las ambigüedades de los lengua jes naturales; sin
embargo, esto tiene su precio: nuestros lenguajes fórmales ten
drán un grado de expresividad muy limitado.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 29
La descripción de un lenguaje formal incluirá generalmente
tres tipos de datos:
1. Especificaremos el conjunto de símbolos (el alfabeto). En
el caso presente, la lógica de enunciados, algunos de los sím
bolos son
(,), Ai, Aa, •••
2. Especificaremos las reglas para formar las sucesiones fini
tas de símbolos “gramaticalmente correctas”. (Tales sucesiones
se denominarán fórmulas.) Por ejemplo, en este ca so,
(Ai -a- ( i A2))
será una fórmula, mientras que
)) As
no lo será.
3. También indicaremos las traducciones permisibles entre
el español y el lenguaje formal. Los símbolos A 1( A2, . . . pueden
ser traducciones de enunciados declarativos del español.
Sólo en esta tercera parte daremos a las fórmulas algún sig
nificado. Este proceso de asignación de significado guía y mo
tiva todo lo que hacemos; pero también podrá notarse que,
teóricamente, sería posible realizar varias manipulaciones de
las fórmulas en absoluta ignorancia de cualquier significado
posible. Una persona que estuviera al tanto sólo de las dos
primeras partes de la información podría realizar algunas de
las cosas que haremos, pero esto no tendría ningún sentido
para ella.
Antes de proceder, examinemos brevemente otra clase de
lenguajes formales de interés generalizado hoy en día; se trata
de los lenguajes usados por las computadoras digitales (o que
al menos están en conexión con ellas).
Existen muchos de estos lenguajes; en uno de ellos una fór
mula típica es
0 1 1 0 1 0 1 1 0 1 01 00011 11100 01000 0011 11010 .
En otro, una fórmula típica es
STEP#ADDIMAX,A. ■
30 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(Aquí # es un símbolo llamado espacio; se incluye en el alfa
beto para que toda fórmula sea una cadena de símbolos.) Un
lenguaje muy conocido llamado C + + tiene fórmulas como la
siguiente:
while(*s + + ) ;
En todos los casos hay un procedimiento para traducir las
fórmulas al español y (para una clase restringida de oraciones
del español) un procedimiento para traducir del español al len
guaje formal. No obstante, la computadora ignora la lengua
castellana; la computadora, un autómata no pensante, mani
pula símbolos y obedece ciegamente a su programa. Nosotros
también podríamos estudiar los lenguajes fórmales de esa ma
nera, pero no sería tan divertido.
1 . El lenguaje de la lógica de enunciados
Supondremos que se nos da una sucesión infinita de objetos
distintos a los que llamaiemos símbolos y a los cuales ahora da
remos nombre (Tabla II). Supondremos, además, que ninguno
de estos símbolos es una sucesión finita de otros símbolos.
Ahora resultan pertinentes varias observaciones:
1. Los cinco símbolos
A, V, o
se llaman conectivos de enunciado', su uso se sugiere en la tra
ducción dada en la tabla II. Los conectivos, junto con los pa
réntesis, son los símbolos lógicos. Al traducirlos del español y
al español siempre desempeñan d mismo papel. Los símbo
los de enunciado son los parámetros (o símbolos no lógicos). Su
traducción no está fija; más bien estarán abiertos a una gran
diversidad de interpretaciones, com o pronto mostraremos.
2. Hemos incluido una cantidad infinita de símbolos de
enunciado. Por una parte, una alternativa más modesta sería
tener un símbolo de enunciado A y una prima '. Entonces po
dríamos usar la sucesión potencialmcnte infinita
A, A', A" , . .
LÓGICA DE ENUNCIADOS 31
Tabla II
Símbolo Nombre largo Observaciones
( paréntesis izquierdo puntuación
) paréntesis derecho puntuación
-> símbolo de negación español: no
A símbolo de conjunción español: y
V símbolo de disyunción español: 0 (inclusivo)
—^ símbolo de condicional español: s i____
entonces__
símbolo de bicondicional español: si y sólo si
Ai primer símbolo de enun
ciado
A2 segundo símbolo de
enunciado
A« enésimo símbolo de enun-
ciado
* • .
en lugar de
A l,A 2, Aj . . . .
Esta alternativa tiene la ventaja de que disminuye a nueve el
número total de símbolos diferentes. Por o tra parte, una alter
nativa menos modesta sería permitir un conjunto arbitrario de
símbolos de enunciado, numerable o no. La mayor parte de las
cosas qué se digan en este capítulo seguirían siendo aplicables
en este caso: las excepciones se encuentran principalmente en
la sección 7 de este capítulo.
3. Algunos lógicos prefieren llamar a A^ el enésimo símbolo de
proposición (y hablan de lógica proposicional en vez de llamarla
lógica de enunciados). Esto se debe a que desean que la palabra
“enunciado” haga referencia a un caso particular de oración y
que una proposición sea lo que un enunciado afirma.
4. Llamamos “símbolos” a estos objetos, pero nos mantene
mos neutrales acerca de cuál pudiera ser su estatus ontológi-
co. En la columna de la extrema izquierda de nuestra lista de
símbolos {tabla II) están sus nombres; por ejemplo, A943 es un
32 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
símbolo, a saber, el bicentésimo cuadragésimo tercer símbolo
de enunciado. (Por otra parte, A243 es un nombre para ese sím
bolo. El símbolo condicional puede o no tener la propiedad
geométrica de estar conformado como una flecha, aunque su
nombre y' sí la tiene.) Los símbolos pueden ser conjuntos,
números, canicas u objetos pertenecientes a un universo de ob
jetos lingüísticos. En este último caso, es concebible que sean
de hecho las mismas cosas que los nombres que usamos para
ellos. Otra posibilidad, que explicaremos en el siguiente capí
tulo, es que los símbolos de enunciados sean fórmulas de otro
lenguaje.
5. Hemos supuesto que ningún símbolo es una sucesión fi
nita de otros símbolos. Con esto queremos decir que los sím
bolos de la lista no sólo son distintos (xj.gr.: Ag sino que,
además, ninguno de ellos es una sucesión finita de dos o más
símbolos. Por ejemplo, exigimos que A3 ^ (—, A4, (). El propó
sito de esta suposición es asegurar que las sucesiones finitas
de símbolos tengan una descomposición única. En otras pala
bras, si
( a i , . . . s <Zm) = (¿1, •••; b n )
y cada y cada bj es un símbolo, entonces m - n y f l ¡ = b¿. (Véa
se el capítulo cero, lema OA, y las observaciones subsiguientes.)
Una expresión es una sucesión finita de símbolos. Podemos
especificar una expresión concatenando los nombres de los
símbolos; así (—A i) es la sucesión {(,->,Ai , ) ) . Esta notación
se extiende: si a y (3 son sucesiones de símbolos, entonces a¡3
es la sucesión que consiste en los símbolos de 1a sucesión a
seguidos de los símbolos de la sucesión ¡3.
Por ejemplo, si a y /? son las expresiones dadas por las ecua
ciones
a = (—>A 1),
P = Aa,
entonces ( a —> ,3) es la expresión
((-’ Ai) ->■ A2).
A hora debemos examinar algunos ejemplos de posibles tra
ducciones de enunciados del español a expresiones del lengua
LÓGICA DE ENUNCIADOS 33
je form al. Sean A, B , . . . , Z los prim eros 26 símbolos de enun
ciado. (P or ejemplo, E = A 3.)
I. Español: El sospechoso debe ser liberado. Traducción: R.
Español: La evidencia obtenida es admisible. Traducción: E.
Español: La evidencia obtenida es inadmisible. Traducción:
(-E ).
Español: La evidencia obtenida es admisible y el sospechoso
no-debe ser liberado. Traducción: (E A ( - 1R )).
Español: La evidencia obtenida es admisible o el sospechoso
debe ser liberado (o posiblemente ambas cosas). Traducción:
( E VR) .
Español: O bien la evidencia obtenida es admisible, o bien
el sospechoso debe ser liberado, pero no ambas cosas. Traduc
ción: ((E V R) A (-i (E A R ))). Siempre usaremos el símbolo
V com o traducción de la palabra “o ” en su sentido inclusivo
“y / ° ”-
Español: L a evidencia obtenida es inadmisible, pero el sos
pechoso no debe ser liberado. Traducción: ( ( - E ) A (-■ R )). Por
otra parte, la expresión ( ( _|E ) V (->R)) se traduce al español
como: L a evidencia obtenida es inadmisible, o el sospechoso
no debe ser liberado.
2. Español: Si mi abuela tiene ruedas, es bicicleta. Traduc
ción: (R —> B ).
Español: Mi abuela es bicicleta si y sólo si tiene ruedas. Tra
ducción: (R B ).
3. Español: Este artículo constituye rique2a si y sólo si es
transPcrible, de abastecimiento limitado, y produce placer o
evita dolor. Traducción: (R o (T A (L A (P V Q )))). Aquí,
R es la traducción de “Este artículo constituye riqueza”. Por
supuesto que en el ejemplo anterior usamos R para traducir un
enunciado distingo. No estamos atados a una sola traducción.
Advertencia: No se debe confundir un enunciado del español
(Las rosas son rojas) con una traducción de dicho enunciado al
lenguaje formal (rzgr., R); son diferentes. Es de suponer que el
enunciado en español es verdadero o falso; pero la expresión
formal es sólo una sucesión de símbolos. Desde luego, se puede
interpretar en algún contexto com o un enunciado verdadero (o
34 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
falso) del español, pero puede tener otras interpretaciones en
otros contextos.
Ahora bien, algunas expresiones no se pueden obtener
como traducciones de ningún enunciado castellano y no son
más que disparates; por ejemplo,
((-> A3. '
Queremos definir las fórmulas como expresiones “gramati
calmente correctas”; las expresiones sin sentido habrán de ser
excluidas. La definición tendrá las siguientes consecuencias:
(a) Todo símbolo de enunciado es una fórmula.
(b) Si a y ¡5 son fórmulas, entonces también lo son (-' a ), (a A
/?), ( a V fi), ( a - * 0) y (a o 0 ).
(c) Ninguna expresión es una fórmula a menos que (a) y (b)
obliguen a ello.
Queremos hacer más precisa esta tercera propiedad (acerca
de la obligatoriedad). Una fórmula es una expresión que puede
construirse a partir de símbolos de enunciado aplicando un
número finito de veces las operaciones de construcción defórmulas
(en las expresiones) definidas por las ecuaciones
H (a ) = H a ),
£ , f a , P ) = {aA.B),
£ y ( a ,P ) = ( a \ / ld),
i5,..>(a,3) (q —^3),
£+*{ce,t3) = (a fi).
Por ejemplo,
((Ai A Aio) -A (("'A j) V (Ag A3)))
es una fórmula, como se puede ver si examinamos su árbol
genealógico (p. 35).
El árbol ilustra cómo se construye la expresión a partir de
cuatro símbolos de enunciado y aplicando cinco veces opera
ciones de construcción de fórmulas. Este ejemplo es atípico
LÓGICA DE ENUNCIADOS 35
((Ai A Aio) —^ ((-1A3) V (Ag fA As)))
por el hecho de que usa todas las operaciones de construcción
de fórmulas. Veamos un ejemplo .menor: Ag es una fórmula; su
árbol genealógico tiene sólo un vértice aislado; cada operación
de construcción de fórmulas se aplica cero veces. Pero este caso
es demasiado pequeño; no consideraremos que la sucesión ra
da se ha “construido a partir de los símbolos de enunciado”.
Esta clase de construcción, que consiste en tomar algunos
bloques constructivos básicos (aquí, los símbolos de enuncia
do) y “cerrar” bajo algunas operaciones (aquí, cinco operacio
nes), ocurre frecuentemente en lógica y en otras ramas de las
matemáticas. En la sección 4 de este capítulo examinaremos
esta clase de construcciones en un marco más general.
Podemos desarrollar la idea de “construcción” com o sigue.
Definamos una sucesión de construcción como una sucesión finita
( £ ] . . . . , £„) de expresiones tal que, para cada i < n , tenernos al
menos uno de los siguientes hechos:
e, es un símbolo de enunciado
£i = £-{S j) para algún j < i
£i = £ q( e> £*) para algunos j < i, k < i
donde □ es uno de los conectivos binarios, A, V, — «-». Enton
ces las fórmulas pueden caracterizarse como las expresiones a
tales que alguna sucesión de construcción termina con a . Po
demos concebir e¡ como la expresión en el estado i del proceso
de construcción.
36 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Para nuestro primer ejemplo
((Ai AAjo) —*■((~A3) V (Ag A3)))
obtenemos una sucesión de construcción al comprimir su ár
bol genealógico en un orden lineal.
Una característica de esta clase de construcción es que ge
nera un principio de inducción. Decimos que un conjunto S es
cerrado bajo una función f de dos argumentos sii cada vez que
x £ S y y £ S, entonces f { x , y ) £ S, y análogamente para fun
ciones de un argumento, etcétera.
Principio de inducción Si S es un conjunto de fórmulas que
contiene todos los símbolos de enunciado y es cerrado
bajo las cinco operaciones de construcción de fórmulas,
entonces 5 es el conjunto de todas las fórmulas.
Primera demostración Considérese una fórmula a arbitraria.
Entonces a está construida a partir de símbolos de enun
ciado al aplicar un número finito de veces las operacio
nes de construcción de fórmulas. Explorando hacia arri
ba el árbol genealógico correspondiente, encontraremos
que cada expresión que hay en el árbol pertenece a 5. A
la larga (o sea. después de un número finito de pasos),
en la punta del árbol encontraremos que a £ S. H
Segunda demostración Repetiremos el argumento, pero sin ár
boles. Considérese una fórmula a arbitraria. Entonces
a es el último miembro de alguna sucesión de construc
ción ( t i . . . . , £«). Por inducción numérica fuerte ordina
ria sobre el número i, veremos que cada s¿ £ S, i < n.
Es decir, suponemos, como nuestra hipótesis inducti
va, que s.j £ S para toda j < i. Luego verificamos que
a £ 5, considerando los diferentes casos. Así, por induc
ción fuerte sobre i, se sigue que £¡ £ S para cada i < n.
En particular, el último miembro a pertenece a S. H
Usaremos ampliamente este principio en las páginas que si
guen; en el ejemplo que aparece a continuación lo empleare
mos para probar que ciertas expresiones no son fórmulas.
E jemplo Ninguna expresión con más paréntesis izquierdos
que paréntesis derechos es una fórmula.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 37
Demostración La idea es que al construir una fórmula comen
zamos con símbolos de enunciado (que tienen cero pa
réntesis izquierdos y cero paréntesis derechos), y luego
aplicamos las operaciones de construcción de fórmulas,
cada una de las cuales agrega paréntesis sólo por pare
jas, uno izquierdo y otro derecho. El argumento se pue
de refbrmulai como sigue: El conjunto de las fórmulas
“balanceadas” (las que tienen igual número de parén
tesis izquierdos que derechos) tiene como elementos a
todos los símbolos de enunciado y es cerrado bajo las
operaciones de construcción de fórmulas. Es decir, el
conjunto de las fórmulas balanceadas es inductivo. El
principio de inducción nos asegura, entonces, que todas
las fórmulas son balanceadas. H
Una característica especial de nuestras operaciones de cons
trucción de fórmulas particulares es que construyen hacia arri
ba y nunca hacia a¡t>ajo. Esto es, las expresiones £p (a , P) siempre
incluyen como segmento la sucesión completa a (y la sucesión
completa ¡3) además de otros símbolos. En particular, es más
larga que a o que /3.
Esta característica especial simplificará el problema de deter
minar, dada una fórmula 9?, cómo fue construida exactamente.
■ Todos los bloques de construcción, por decirlo así, están in
cluidos como segmentos en la sucesión (p. Por ejemplo, si 90 no
contiene el símbolo A4, entonces 93 puede construirse sin usar
nunca A4. (Véase el ejercicio 4.)
Ejercicios
1. Escriba tres enunciados en español junto con sus traduc
ciones a nuestro lenguaje formal. Los enunciados se de
berán escoger de manera que tengan una estructura inte
resante, y cada traducción deberá contener quince o más
símbolos.
2. Muestre que no hay fórmulas de longitud 2, 3 ni 6, pero
que cualquier otra longitud es posible.
3. Sea a una fórmula; sea c el número posible de lugares
en los que aparecen símbolos de conectivo binarios (A,
38 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
V, — o ) en a ; sea s el número de lugares en los que
aparecen símbolos de enunciado en a . (Por ejemplo, si
a es (A (~>A)), entonces c — 1 y s = 2.) Usando el
principio de inducción, pruebe que ,t = c 4- 1.
4. Suponga que tenemos una sucesión de construcción que
termina en <p, donde tp no contiene el símbolo A4. Supon
ga que en la sucesión de construcción borram os todas las
expresiones que contienen A4. Muestre que el resultado
es todavía una sucesión de construcción correcta.
5. Suponga que a es una fórmula que no contiene el símbo
lo de negación —.
(a) Muestre que la longitud de a (es decir, el número de
símbolos en la sucesión) es impar.
(b) Muestre que más de una cuarta parte de los símbolos
son símbolos de enunciado.
Sugerencia: Aplique inducción para mostrar que la longi
tud es de la forma 4k + 1 y el número de símbolos de
enunciado es k -f 1.
2 . Asignaciones de verdad
Queremos definir lo que significa que una fórmula de nuestro
lenguaje se siga lógicamente de otras fórmulas. Por ejemplo,
Ai deberá seguirse de (Ai A A2), pues independientemente
de cóm o se traduzcan los parámetros Ai y A j al español, si
la traducción de (Ai AA¿) es verdadera, entonces la traducción
de Ai debe ser verdadera. Pero la noción de todas las posibles
traducciones al español es demasiado vaga. Afortunadamente,
el espíritu de esta noción puede expresarse de una manera
simple y precisa.
Fijemos de una ve2 por todas un con junto {F , V} de valores
de verdad consistente en dos puntos distintos:
F, llamado falsedad,
V, llamado verdad.
(Lo que estos puntos son en sí mismos carece de importancia;
bien podrían ser los números 0 y 1.) Entonces una asignaáón de
LÓGICA DE ENUNCIADOS 39
verdad v para un con junto S de símbolos de enunciado es una
función
v : <S -> {¿?, V}
que asigna F o f a cada símbolo de S. Estas asignaciones de
verdad serán usadas en lugar de las traducciones al español
mencionadas en el párrafo precedente.
(En este momento nos hemos comprometido a usar la ló
gica bivalente.. También es posible estudiar la lógica trivalen
te, en cuyo caso tenemos un conjunto de tres posibles valores
de verdad. Y luego, por supuesto, sólo hay un pequeño paso
adicional para permitir 512 o Ko valores de verdad, o tomar
como conjunto de valores de verdad el intervalo [0, 1] o algún
otro espacio conveniente. Un caso particularmente interesante
es aquel en el que los valores de verdad forman un álgebra
booleana completa. Pero es la lógica bivalente la que siempre
ha tenido la mayor importancia, y nos restringiremos a ella.)
Sea S el conjunto de fórmulas que pueden construirse a
partir de S con las cinco operaciones de construcción de fór
mulas. (<S también puede caracterizarse com o el conjunto de
fórmulas cuyos símbolos de enunciado pertenecen a <S; véanse
las observaciones al final de la sección precedente.) Queremos
una extensión v de v,
V : S - + { F , V},
que asigne el valor correcto de verdad a cada fórmula de S,
Deberá satisfacer las siguientes condiciones:
0. Para cualquier A € S, v(A) = w(A). (Así, v es una exten
sión de v.)
Para cualesquiera a, ¡3 en S:
V si v (a) “ F,
I. ü ( ( - Q ) ) = {
F en los demás casos.
2. v ((a A /?)) - { y si " (ft) = v Y v{j3) = V,
'-F en los demás casos.
3- ñ ( ( a V 8 } } = Í V sii' ( a ) = V o »(/3) = V (o ambos),
lF en el otro caso.
40 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
4 . v { { a ~ > P ) ) = í F. si ¡' W = V Y V( P ) = F
IV en los demás casos.
5.v (( a « / ? ) ) = ( f si
tr en los demas casos.
En la tabla III aparecen las condiciones 1-5 en forma sinóp
tica. Es aquí donde entra, en nuestros procedimientos fórma
les, el significado que queremos que tenga, por ejemplo, el sím
bolo de conjunción. Nótese especialmente el significado de
Siempre que a a se le asigna el valor de F, entonces (a /3)
se considera “verdadera por vacuidad” y se le asigna el valor V.
Para éste y otros conectivos, desde luego es posible preguntar
hasta qué punto hemos reflejado adecuadamente el significado
común en el habla cotidiana de “si..., entonces”, “o ”, etc. Pero
en última instancia nos preocupan más los enunciados mate
máticos que los matices sutiles del habla cotidiana.
Tabla III
a [3 («) (a A 13) (a V 3) (a ->• 8) {a ++ ¡3)
V V F V V V V
V F F F V z F
F y V F V V F
F- F V r F F V V
Por ejemplo, podríamos traducir el enunciado en español
“Si usted está diciendo la verdad, entonces yo soy el tío de un
m ono”, por la fórmula (V M). Asignamos a esta fórmula el
valor V siempre que usted diga mentiras. Al asignar el valor V,
ciertamente no estamos afirmando ninguna conexión causal
entre su veracidad y alguna característica simiesca de mis so
brinos o sobrinas. El enunciado en cuestión es una afirmación
condicional. Hace una aseveración acerca de mis parientes siem
pre que se cumpla cierta condición —que usted esté diciendo la
verdad—. Cuando esa condición no se cumple, la afi rmación es
vacuamente verdadera.
De modo muy general, podemos pensar que una fórmula
condicional (a —> ¡3) expresa la promesa de que si cierta con-
LÓGICA DE ENUNCIADOS 41
dición se cumple (a saber, que a sea verdadera), entonces 0 es
verdadera, Si resulta que la condición a no se cumple, entonces
la promesa no se ha roto, independientemente de 0.
Como ejemplo de la forma de calcular v, sea la fórmula
((Ag —►(A] —)■Ag)) ca ((Ag A Aj) —i Ag))
y sea v la asignación de verdad para { A i , A 2,Ag} tal que
v ( A , ) = V,
v (Ag) = V,
u (A6) = F.
Queremos calcular v (a ). Podemos examinar el árbol que
muestra la construcción de a-.
((Ag —¥ (A^ —¥ Ag)) ((Ag A A j ) —> Ag))
(Ag -5- (Aj —> Ag)}
F
Ag (Aj —►A§) (AgAAi) Ag
V F V F
Ai Ag Ag Ai
V F V V
Desplazándonos de abajo hacia arriba, podemos asignar a cada
vértice (3 del árbol el valor v { 0 ). De modo que, como primer
paso, calculamos
ü ((A ! ->■ Ae)) = F y v ((Ag A A j)) = V.
Luego calculamos ü((Ag —>■ (A¡ —$• Ag))) = F, y así sucesiva
mente. Finalmente, en el vértice superior del árbol llegamos a
v (a ) = V.
42 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
De hecho, este cálculo se puede realizar escribiendo mucho
menos. En primer lugar, el árbol se puede representar de ma
nera más concisa:
Ai As Aa Ai
u f y y
Y aun esto puede comprimirse en una sola línea (usando de
nuevo los paréntesis):
((Aa —> (Aj —» A$)) <-}■ ((Aa A A]) —>•A<>)).
V F V F F V V VV F F
Teorema 12A Si v es una asignación de verdad para el conjun
to S ; entonces existe una única función v : S —> { E ,y }
que satisface las condiciones 0 -5 que mencionamos pá
ginas antes.
La demostración completa de este teorema surgirá en las
siguientes dos secciones (3 y 4); pero ya debería parecer su
mamente plausible, en especial a la luz del ejemplo anterior,
Al demostrar la existencia de v. el punto crucial será, esencial
mente, la unicidad de los árboles mencionados en el ejemplo.
Decimos que una asignación de verdad v satisface ip sii
v (<p) — V. (Por supuesto, para que esto ocurra, todos los sím
bolos de enunciado de p deben pertenecer al dominio de v.)
A hora consideremos un conjunto £ de fórmulas (que desem
peñan el papel de hipótesis) y otra fórmula r (qüe desempeña
el de posible conclusión).
Definición £ implica tautológicamente r (que se escribe: £ j=
r ) sii toda asignación de verdad para los símbolos de
LÓGICA DE ENUNCIADOS 13
enunciado que ocurren en S y en r , que satisface todos
los elementos de S también satisface r.
Esta definición refleja nuestra idea intuitiva de que una con
clusión se sigue de un conjunto de hipótesis si la suposición
de que las hipótesis son verdaderas garantiza la verdad de la
conclusión.
Varios casos especiales del concepto de implicación tautoló
gica m erecen ser m encionados. Prim ero tom em os el caso es-,
pecial en el que S es el conjunto vacío 0. Obsérvese que es
cierto p o r vacuidad que toda asignación de verdad satisface
todos los elementos de 0. (¿Cóm o podría fallar esto? Sólo si
existiera algún elem ento no satisfecho de 0. lo cual es absur
do.) Por tanto, tenemos: 0 ¡= r sii toda asignación de verdad
(para los símbolos de enunciado que aparecen en r ) satisface r .
E n este caso decimos que r e s una tautología (lo que se escri
be: |= ,r). En un ejemplo anterior encontram os que la fórmula
((Ag ~¥ (Ai —> A {)) o ((Ag A A ;) —> A$)) es satisfecha por una
de las ocho posibles asignaciones de verdad para (A i, Ag, A$}.
De hecho, las otras siete asignaciones tam bién satisfacen esta
fórmula, la cual, p or tanto, es una tautología.
Otro caso especial es aquel en que ninguna asignación de
verdad satisface todos los elementos de £ . Entonces, para toda
r es cierto por vacuidad que S j= r. Por ejemplo,
{A, (—>A)} ¡= B.
L o anterior no involucra ningún principio profundo, es sólo
un producto secundario de nuestras definiciones.
EJEMPLO {A, (A —I B)} j= B, Ilay cuatro posibles asigna
ciones de verdad para {A, B}. Es fácil verificar que sólo
una de estas cuatro satisface tanto A como (A —> B), a
saber, la v para la cual v (A) = v (B) = V. Esta v también
satisface B.
Si £ es el conjunto unitario {V } de la fórmula er, entonces
escribimos “a j= r ” en lugar de “.{o-} |= r ’\ Si a la vez o j= r
y r |= cr, entonces se dice que o y r son tautológicamente equi
valentes (que se escribe: a p p t ). Por ejemplo, en la sección
cero de este capítulo encontramos las f órmulas (-■ (C V K)) y
44 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
( ( i C ) A (-iK )) como traducciones alternativas de una oración
castellana. Ahora podemos afirmar que son tautológicamente
equivalentes.
Podemos enunciar aquí un hecho no trivial que probaremos
más adelante (en la sección 7).
Teorema de compacidad Sea E un conjunto infinito de fórmu
las tal que para todo subconjunto finito S¡o de E existe
una asignación de verdad que satisface todos los elemen
tos de E 0. Entonces existe una asignación de verdad que
satisf ace todos los elementos de E.
Este teorema se puede reformular de manera más sencilla:
Si todo subconjunto finito de E es satisfáctible, entonces S es
sat.isfactible. (El lector familiarizado con algo de topología ge
neral podría intentar descubrir por qué este teorema se llama
‘ de compacidad”; el teorema afirma la compacidad de cierto
espacio topológico. Luego el lector podría probar el teorema
usando el teorema de Tychonoff sobre productos topológicos.)
Tablas d e verdad
Hay un procedimiento sistemático, que ahora ilustraremos, pa
ra verificar, dadas las fórmulas o\, . . . , . y t , si
W 1, ■. . ,07; } f= T
o no. En particular (cuando k = 0), el procedimiento decidirá,
dada una fórmula, si ésta es una tautología o no.
Como primer ejemplo, podemos probar que
(-i (A A B)) 1= ((-¡A) V (“■B)).
Para hacer esto, consideremos todas las asignaciones de verdad
para (A, B }. Hay cuatro asignaciones; en general hay 2 ” asig
naciones de verdad para un conjunto de n símbolos de enun
ciado. Las cuatro se pueden escribir en una tabla:
A B
V V
V F
F V
F F
LÓGICA DE ENUNCIADOS 45
Esta tabla se puede extender entonces para que incluya
(-■ (A A B )) y ((~>A) V (->6 )). Para cada fórmula calculamos
las V y las F de la manera antes descrita, y se escribe el valor
de verdad debajo del conectivo correcto (Tabla IV). (Las dos
columnas de la Í2quierda en la tabla IV son en realidad inne
cesarias.) A partir de esta tabla ahora podemos ver que todas
aquellas asignaciones de verdad que satisfacen (-i (A A B ))J y
que son tres, también satisfacen ((->A) V (—iB)).
Tabla W
A B (-i (A A B)) ((~'A) V (—B))
'V V F V V V FV F FV
V F V V F F FV V VF
F V V F F V VF V F V
F F V F F F VF V VF
De hecho, la inversa también es cierta y, por tanto,
(- -( AA B)) (==| ((-lA) V (-iB)).
Para probar que (-> (A A B)) ((-iA ) A (-iB)), podemos
construir la tabla de la misma manera. Sin embargo, sólo es
necesaria una línea de la tabla para establecer que realmente
existe una asignación de verdad que satisface ( i ( AAB) ) y que
no satisface ( ( i A ) A (-•>B)).
Es probable que cuanto más general sea la aplicabilidad de
un procedimiento, menor sea su eficiencia. Por ejemplo, para
mostrar que
|=((AV(BAC)) « ( ( A V B ) A ( A V C ) ) ) ,
podríamos aplicar el método de tablas de verdad; pero esto re
quiere ocho renglones (correspondientes a ocho posibles asig
naciones de verdad para {A, B, C})- Con un poco de ingenio se
puede hacer menos tedioso:
((A V (B A C)) ((A V B) A (A V C))).
V V V V V V V V
F F F F V F F F F F
F V V V V V F V V V F V V
46 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
En el primer renglón supusimos solamente que v ( A ) = V.
Como esta información es suficiente para obtener V para la fór
mula, suponemos en todos los demás renglones que v (A) = F.
En el segundo renglón suponemos que v (B) — F ; esto de
nuevo nos permite obtener V para la fórmula. De modo que
podemos restringirnos al caso en que v (B) = V. Como la ex
presión es simétrica en B y C, también podemos suponer que
v (C) = V. Esto nos deja sólo con el tercer renglón, con el que
hemos terminado.
Como ejemplo de la manera de evadir una tabla de dieciséis
renglones, considérese la siguiente tautología:
((((P A Q) -+ R) -> S) -> ((P -> R) -> S)).
V y V
F V F F V _
V V V R R R F V V R R R F
En el prim er renglón nos deshacemos del caso en que u (S ) =
V, En el segundo nos deshacemos del caso en que v (P ) = F
o v(Q) — F. El tercer renglón incorpora las dos posibilidades
restantes; aquí R es el valor de verdad asignado a R y R es el
valor opuesto.
En el ejemplo anterior es posible ver directamente por qué
es una tautología: mientras más fuerte sea el antecedente (la ex
presión del lado izquierdo), más débil será el condicional. Así,
(P A Q ) f= P,
(P -A R ) |= ( ( * A Q ) - í R ) ,
( ( ( P A Q ) - * R ) -+ S ) f= ( ( P -+ R ) -»■ S ).
El problema de desarrollar procedimientos efectivos que re
duzcan el trabajo tedioso es importante para la demostración
de teoremas por computadora. Quizá algunos de los progra
mas requieran examinar fórmulas de la lógica de enunciados
con miles de símbolos de enunciado, Las tablas de verdad son
demasiado largas para cualquier caso de esta magnit ud. El pro
blema del desarrollo de métodos altamente eficientes es un
área actual de investigación en la ciencia de la computación.
Digresión, Aplicar el método de tablas de verdad —desarro
llado completamente— a una fórmula con n símbolos de enun
ciado requjere hacer una tabla de 2" renglones. El problema es
l ó g ic a d e e n u n c ia d o s 47
que, conforme n aumenta, 2” crece “exponencialmente”. Por
ejemplo, supongamos que usted puede generar la tabla a razón
de un millón de renglones por segundo. (Estamos suponiendo,
desde luego, que se ayuda de una computadora.) Entonces, si
n = 80, digamos, usted necesitará “tan sólo” 280 microsegun-
dos para hacer la tabla completa. ¿Cuánto tiempo es eso? Con
vertidos en años, 2atl microsegundos son alrededor de 38 mil
millones de años. Como comparación, la edad del universo es
de alrededor de quince mil millones de años. La conclusión es
que 280 microsegundos ¡es más tiempo del que ha transcurrido
hasta hoy!
¿Existe un método más rápido? ¿Podría haber algún mé
todo general que, dada cualquier fórmula a con n símbolos
de enunciado, determine si Q es o no una tautología en sólo
10n'’ microsegundos (o alguna otra función den que crezca co
mo un polinomio en lugar de crecer exponencialmenle)? (Para
n = 80, lOn5 microsegundos se convierte sólo en nueve horas.)
No se conoce la respuesta a esta pregunta, pero la creencia
más extendida es que es negativa. Este problema se denomina
“P contra AJF \ y es el problema sin resolver más famoso en la
ciencia de la computación teórica de hoy.
Algunas tautologías selectas
1. Leyes asociativas y conmutativas para A, V, <->.
2. Leyes distributivas:
((A A (B V C)) O ((AA B) V (A A C))).
((A V (B A C)) o ((A V B) A (A V C))).
3. Negación:
(H (“•A)) A).
((-. (A - r B)) t-A (AA (-.B ))),
((-■(Ad B)) «-* ((A A (-'B ))V ( H a ) a B))).
Leyes de De Morgan:
( H ( a a B ) ) o ( H A ) v h b ))).
(h (A V B ))« H A )A h B ))).
48 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
4. Otras:
Tercero excluido: (A V (-A )).
Contradicción: (-.(A a (-.A))).
Contraposición: ((A-> B) ((-iB) -»• (-.A))).
Exportación: (((A AB) -»C )f+ (A -t(B -> C))).
Ejercicios
1. Pruebe que ninguna de las siguientes dos fórmulas impli
ca tautológicamente a la otra:
( A h ( B u C)),
((A A (B A O ) V ( ( - A ) A ( ( ^ 8 ) A (-> C }))).
Sugerencia: Sólo se necesitan dos asignaciones de verdad,
no ocho.
2. (a) ¿Es (((P - ) Q) A P) - i P) una tautología?
(b) Defina a k recursivamente como sigue: cr0 = (P -A Q)
y <7^+1 = (<7A - i P). ¿Para cuáles valores de k es o* una
tautología? (La pane (a) corresponde a k — 2.) 345
3. (a) Determine sí ((P -> Q) V (Q -> P)) es una tautología
o no.
(b) Determine si ((PAQ) -> R) implica tautológicamente
((P - i R) V (Q -4 R )), o no.
4. Pruebe que se cumple lo siguiente:
(a) E ; a f= 0 sii E (= (a —4 0 ).
(b) a 0 sii p (or c-4 0 ).
(Recuerde que E; a = E U { a } , el conjunto E junto con
el posiblemente nuevo elemento a .)
5. Pruebe o refute cada una de las afirmaciones siguientes:
(a) Si E J= a o S ^ P, entonces E |= {a V 0 ).
(b) Si E (= (a V P ), entonces E (= a o E j= 0.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 49
6. (a) Pruebe que si v\ y son asignaciones de verdad que
coinciden en todos los símbolos de enunciado de la
fórmula a , entonces í»i (a ) = 5? (ar). Use principio
de inducción.
(b) Sea S un conjunto de símbolos de enunciado que
contiene todos los que aparecen en E y en r (y po
siblemente otros más). Pruebe que 2 |= r síi toda
asignación de verdad para S que satisface todos los
elementos de E también satisface r. (Ésta es una con
secuencia fácil de la parte (a). Lo interesante de la par
te (b) está en que no necesitamos preocuparnos por
obtener exactamente el dominio de una asignación de
verdad si éste es suficientemente grande. Por ejemplo,
una opción sería usar siempre asignaciones de verdad
para todos los símbolos de enunciado. El inconvenien
te es que éstos son una cantidad infinita de objetos,
hay muchos —una cantidad incontable— de ellos.)
7. Está usted en una tierra habitada por gente que o siem
pre dice la verdad o siempre dice mentiras. Llega usted a
una encrucijada en el camino y necesita saber cuál de los
dos caminos lleva a la capital. Se encuentra a un residente
local que sólo tiene tiempo de responder con un sí o un
no a una sola pregunta. ¿Qué pregunta debe usted hacer
le para saber cuál de los dos caminos tomar? Sugerencia:
l laga una t abla.
8. (Sustitución) Consideremos una sucesión a i, a ? , . . . de
fórmulas. Para una fórmula <p, sea <p* el resultado de
reemplazar el símbolo A„ por arB, para cada n.
(a) Sea v una asignación de verdad para el conjunto de
todos los símbolos de enunciado; definimos u como
la asignación de verdad para la cual u (A„) — v (arn)-
Pruebe que u(<p) = v(<p*). Use el principio de induc
ción.
(b) Pruebe que si ip es una tautología, entonces <p* tam
bién lo es. (Por ejemplo, una de nuestras tautologías
selectas es ((A A B ) O (B A A)). De aquí podemos
concluir, por sustitución, que ( ( a A /?) ++ [¡3 A a ) ) es
una tautología, para cualesquiera fórmulas a y ¡3.)
50 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
9. (Dualidad.) Sea a una fórmula cuyos únicos símbolos de
conectivo son A, V y -i. Sea o* el resultado de intercam
biar A y V y reemplazar cada símbolo de enunciado por su
negación. Pruebe que a* es tautológicamente equivalente
a (-1 o ). Use el principio de inducción.
Observación: Se sigue que si a 0 , entonces:
o? M £*.
10. Digamos que un conjunto E i de fórmulas es equivalente a
un conjunto E 2 de fórmulas sii para toda fórmula a , Ei f=
a sii E 2 (= a . Un con jumo S es indeftendiente sii ningún
elemento de E es implicado tautológicamente por el resto
de los elementos de E Pruebe que lo siguiente se cumple:
(a) Todo conjunto finito de fórmulas tiene un subconjun
to equivalente independiente.
(b) Hay conjuntos infinitos que no tienen subconjuntos
equivalentes independientes.
*(c) Sea E = (ao.. a i, . . . } ; pruebe que existe un conjunto
equivalente independiente E '. (Por la parte (b), no
podemos esperar tener E ' C E en general.)
11. Muestre que una asignación de verdad v satisface la fór
mula:
(• ••(Ai <-» Ag) <->•• ••0 A„)
sii i/(A¿) = -Fpara un número par de ¿’s, 1 < i < n. (Por
la ley asociativa para O , la colocación de los paréntesis
no es crucial.)
12. Hay tres sospechosos de un asesinato: Arroyo, Bulnes y
Carreño. Arroyo declara: ‘Y o no lo hice. La víctima era
un viejo conocido de Bulnes, pero Carreño lo odiaba.”
Bulnes dice: ‘Y o no lo hice. Ni siquiera conocía al tipo.
Además, no estuve en la ciudad durante esa semana.”
Carreño dice: ‘Y o no lo hice. Vi a Arroyo y a Bulnes en
la ciudad con la víctima el día del asesinato; uno de ellos
tiene que haberlo cometido.” Suponga que los dos ino
centes están diciendo la verdad, pero que el culpable esté
mintiendo. ¿Quién es el asesino?
LÓGICA DE ENUNCIADOS 51
13. En un anuncio de una revista de tenis se afirma: “Si no
estoy jugando tenis, estoy viendo jugar tenis. Y si no estoy
viendo jugar tenis, estoy leyendo acerca del tenis." Pode
mos suponer que el que habla no puede hacer más que
una de estas tres actividades en un momento dado. ¿Que
está haciendo? (Traduzca los enunciados dados a nuestro
lenguaje formal; considere las posibles asignaciones de
verdad.)
14. Sea S el conjunto de todos los símbolos de enunciado, y
suponga que v : S -i- {F , V} es una asignación de ver
dad. Muestre que hay cuando mucho una extensión v que
cumple las condiciones 0 -5 listadas al principio de esta
sección. (Suponga que v\ y Tj‘¿ son tales extensiones. Use
el principio de inducción para m ostrar que “ V2-)
15. De las siguientes tres fórmulas, ¿cuál implica tautológica
mente a cuál?
(a) (A <-> B)
(b) (--((A -> B) (-«(B A))))
<c)(((-A) VB) A( AV( - . B ) ) )
3 . Un algoritmo de análisis
El propósito de esta sección es demostrar que hemos usado
suficientes paréntesis para eliminar cualquier ambigüedad al
analizar las fórmulas. (La existencia de la extensión v de una
asignación de verdad v dependerá de esta falta de ambigüe
dad.)1
Es instructivo considerar el resultado de no tener ningún
paréntesis. La ambigüedad resultante se ilustra con la fórmula
Ai V A¡> A A3,
v
la cual se puede formar de dos maneras, que corresponden a
((Ai VA2) AA3) y a (A i V(A2 AA3)). Siu(Ai) = V y ü (A3) = F,
' El lector que va ha aceptado la existencia de v puede prescindir de casi
toda esta sección. La subsección final, sobre Omisión de paréntesis, aún será
necesaria.
52 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
entonces hay un conflicto irresoluble que surge al tratar de
calcular v (Ai V A? A A3).
Dcbemos probar que: con nuestros paréntesis, no surge este
tipo de ambigüedad; por el contrario, cada fórmula se forma
de manera única. Hay un sentido en el que este hecho carece
de importancia: si fallara, simplemente cambiaríamos de no
tación hasta que fuera verdadera. Por ejemplo, en lugar de
construir las fórmulas por medio de concatenaciones, podría
mos haber usado parejas y ternas ordenadas: {^, a ), (a , A,/?),
etc. (Este es, de hecho, un método limpio, aunque p oco tradi
cional.) Se seguiría, entonces, de inmediato que las fórmulas
tienen descomposición única; pero no necesitamos recurrir a
este procedimiento y a continuación probaremos que no lo ne
cesitamos.
Lema 13A Toda fórmula tiene el mismo número de parénte
sis izquierdos que derechos.
Demostración Esto se hizo como un ejemplo de la sección 1
de este capítulo. H
Lema 13B Cualquier segmento inicial propio de una f órmula
tiene un exceso de paréntesis izquierdos. Así, ningún
segmento inicial propio de una fórmula puede ser una
fórmula.
Demostración Aplicamos el principio de inducción al conjun
to 5 de fórmulas con la propiedad deseada (que sus seg
mentos iniciales propios tengan más paréntesis izquier
dos). Una fórmula que consista en un solo símbolo de
enunciado no tiene segmentos iniciales propios y por
tanto pertenece a S por vacuidad. Para verificar que S
es cerrado bajo £,\, consideremos dos elementos a y (3
de S. Los segmentos iniciales propios de (a A ¡5) son los
siguientes:
1. (.
2. («o, donde a$ es un segmento inicial propio de a.
3. [a.
4. ( oíA.
LOGICA DE ENUNCIADOS 53
5. (a A fio, donde fio es un segmento inicial propio de fi.
6. (a A ,6.
Aplicando la hipótesis inductiva de que cu y fi están
en S (en los casos 2 y 5), obtenemos la conclusión desea
da. Para la cerradura bajo las otras cuatro operaciones
de construcción de fórmulas, el argumento es similar. H
Un algoritmo de análisis
Ahora vamos a describir un procedimiento que, dada una ex
presión, determinará si la expresión es una fórmula permitida
y, si lo es, construirá el árbol que muestra cóm o fue formada a
partir de símbolos de enunciado y aplicando las operaciones de
construcción de fórmulas. Además veremos que este árbol está
unívocamente determinado por la fórmula. Este último hecho es
lo que nos asegurará que tenemos suficientes paréntesis para
una notación no ambigua,
Supongamos entonces que se nos da una expresión. Cons
truimos un árbol con esa expresión en el vértice. Inicialmenlc
es el único vértice del árbol; pero según progresa el procedi
miento, el árbol crecerá hacia abajo a partir de la expresión
dada. Gomo ejemplo, imaginemos el árbol de la sección 1 de
este capítulo (p. 35).
El algoritmo consiste en los siguientes cuatro pasos:
1. Si todos los vértices minimales (los de la parte de abajo)
tienen símbolos de enunciado, entonces el procedimiento ha
terminado. (La expresión dada' es ciertamente una fórmula, y
hemos construido su árbol.) Si no es así, elija un vértice mini
mal con una expresión que no sea un símbolo de enunciado.
Examinamos esa expresión.
2. El primer símbolo debe* ser (. Si el segundo símbolo es
el símbolo de negación, vaya directamente al paso 4. De otra
forma, siga al paso 3.
3. Recorra la expresión desde la izquierda hasta llegar a ( a ,
donde a es una expresión con igual número de paréntesis iz-
" Si esto no ocurre, entonces la expresión original no es una fórmula. Re
chazamos la expresión dada arguyendo que no es una fórmula y terminamos.
54 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
quierdos que derechos j Entonces a es el primero de los dos
componentes. El siguiente símbolo debe* ser A, V, —» o +4. Es
te es el conectivo principal. El resto de la expresión, 0 ) , debe*
consistir en una expresión ¡3 y un paréntesis derecho. Extende
mos el árbol creando dos nuevos vértices bajo el vértice actual,
con a como la expresión del vértice “hijo izquierdo”, y ¡3 como
la expresión del vértice “hijo derecho” Regrese al paso í .
4. Ahora se sabe que los primeros dos símbolos son (->. El
resto de la expresión, ¡3), debe‘ consistir en una expresión (3 y
un paréntesis derecho. Extendemos el árbol creando un nuevo
vértice debajo del actual, con (3 como la expresión en el vértice
hijo. Regrese al paso 1.
A continuación se plantean algunos comentarios para apo
yar la correctud de este algoritmo.
En primer lugar, dada cualquier expresión, el procedimiento
termina después de un número finito de pasos. Esto obedece a
que cualquier vértice contiene una expresión más corta que la
de arriba de él, y así la profundidad del árbol está acotada por
la longitud de la expresión dada.
En segundo lugar, las elecciones hechas por el procedimien
to no podrían haber sido de otra manera. Por ejemplo, en el pa
so 3 llegamos a una expresión a . No podn'amos usar menos de
a como componente, ya que no habría balance entre paréntesis
deiechos e izquierdos (como lo exige el lema 13A). No podría
mos usar nada además de a , porque esto contendría el segmen
to inicial propio a que estaba balanceado (lo cual violaría el le
ma 13B). Por tanto, sólo podemos usar a , y entonces la elección
del conectivo principal es inevitable. Concluimos que este algo
ritmo construye el único árbol posible para la expresión dada.
En tercer lugar, si el algoritmo usa las notas a pie de pági
na para rechazar la expresión dada, entonces la expresión no
podría haber sido una fórmula: el rechazo es correcto. Esto se
debe a que fracasó el único intento posible para construir su
árbol.
t Si se llega al final de la expresión anics de encontrar cal a . entonces la
expresión original no era una fórmula. Rechazamos la expresión dada por no
ser una fórmula y terminamos.
* Si esto no ocurre, entonces la expresión original no es una fórmula. Re
chazamos la expresión dada arguyendo que no es una fórmula y terminarnos.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 55
Finalmente, si el algoritmo no usa las notas a pie de pági
na para rechazarla, entonces la expresión dada es de verdad
una fórmula permitida. Eso obedece a que tenemos su árbol; re
corriendo el árbol de abajo hacia arriba, descubrimos inducti
vamente que todo vértice tiene una fórmula, incluido el vértice
superior.
La segunda de las observaciones anteriores nos permite con
cluir que nuestro lenguaje tiene suficientes paréntesis; cada fór
mula tiene un único árbol de la clase aquí construida. Tenemos
“unicidad de la lectura”, y no sólo existe un único árbol para
cada fórmula, sino que sabemos cómo construirlo; podemos
llevar a cabo este algoritmo usando suficiente papel.
Ahora bien, regresando al problema de la existencia de la
extensión v de una asignación de verdad v. la unicidad de los
árboles es aquí el hecho crucial. Para cualquier fórmula cp hay
un único árbol que la construye. Al recorrer este árbol de abajo
hacia arriba, asignando un valor de verdad v (a ) a cada vérti
ce 'a , podemos llegar sin ambigüedad a un valor para v (tf).
Además, la función descrita de este modo cumple las condicio
nes 0 -5 listadas al principio de la sección 2 de este capítulo. Y
no sólo eso, sino que, dados ^ y los valores de v en sus símbolos
de enunciado, sabemos cómo llevar a cabo el cálculo de v (<p).
Así, usando el algoritmo de análisis, podemos construir una
función v como se describió en el teorema 12A. Y sólo puede
haber una tal v; confróntese el ejercicio 14 de la sección 2.
L a única razón por la que la existencia de v es de algún mo
do un problema es que en la sección 2 de este capítulo se des
cribe por recursión; es decir, v ( :p) se especifica haciendo uso de
la misma función v, aplicada a fórmulas menores. En la próxi
ma sección abordaremos el asunto de definir una función por
recursión de manera más general. Al tratar el tema en forma
más abstracta podremos aislar mejor lo que está enjuego.
Notación polaca
Es posible evitar a la vez la ambigüedad y los paréntesis; esto se
puede lograr mediante un recurso muy sencillo. Por ejemplo,
en lugar de {a/\¡3), usamos /\a,3. Sea el conjunto de P-fórmulas
el conjunto generado a partir de los símbolos de enunciado
56 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
mediante las cinco operaciones
V ^ (a ) = -i a , V v(a,j3) = Va/3,
(a, 0) = Aa(3, (a, /?) = -!• a/?,
T>„{ot,P) - al3.
Por ejemplo,
1II t } CB
—T A AD V —
es una P-fórmula.
Aquí es bastante notoria la necesidad de un algoritmo para
analizar la estructura. Aun para el breve ejemplo anterior se
requiere alguna reflexión para ver cóm o se construyó. En la
sección 3 del capítulo II daremos un teorema de unicidad de
lectura de tales expresiones.
Esta manera de escribir fórmulas (pero con N, K, A, C y E en
lugar de A, V, —> y <-», respectivamente) fue introducida por
el lógico polacojan Lukasiewicz. La notación es adecuada para
el procesamiento automático. Los programas compiladores de
computadoras comienzan a menudo por la conversión de las
f órmulas a notación polaca.
Omisión de paréntesis
De aquí en adelante, cuando nombremos fórmulas, no nos sen
tiremos obligados a mencionar explícitamente todos los parén
tesis. Para establecer una notación más compacta adoptaremos
ahora las siguientes convenciones:
1. El primero y el último de los paréntesis no necesitan ser
mencionados. Por ejemplo, cuando escribimos “A A B ”
nos referimos a (A A B).
2. El símbolo de negación se aplica a lo menos que sea posi
ble. Por ejemplo, - l A A B e s (->A) A B, o sea ((->A) A B).
Esto no es lo mismo que (->(A A B )).
3. La conjunción y la disyunción se aplican a lo menos que
sea posible, siempre y cuando se observe la convención 2.
Por ejemplo,
A A B -> - i C V D es ((A A B) —?•((-' C) V D)).
LÓGICA DE ENUNCIADOS 57
4. Cuando se usa repetidamente un símbolo de conectivo,
la agrupación se efectúa a la derecha:
a A9 A7 es a A {,3 A y),
a -> (3 -4 7 es a - > ( / ? - » 7 ).
Se debe admitir que estas convenciones quebrantan lo que
se dijo antes acerca de los nombres de las expresiones. Pode
mos darnos esta licencia sólo porque ya no nos interesa nom
brar expresiones que no sean fórmulas.
Ejercicios
1. Reescriba las tautologías de la lista “Algunas tautologías
selectas” que aparece al final de la sección 2 de este capí
tulo, pero usando las convenciones de esta sección para
minimizar el número de paréntesis.
2. Dé un ejemplo de fórmulas a y 9 y expresiones 7 y ó tales
que (a A P) = (7 A ó), pero a yf 7 .
3. Desarrolle el argumento para el lema 13B en el caso de
la operación
4. Suponga que modificamos nuestra definición de fórmula
omitiendo todos los paréntesis derechos. Así, en lugar de
((AA(-iB)) (CVD))
usamos
((AA ( - B -> (CVD.
Pruebe que aún tenemos unicidad de la lectura (es decir,
cada fórmula sigue teniendo sólo una descomposición
posible). Sugerencia: Estas expresiones tienen el mismo
número de paréntesis que de símbolos de conectivo.
5. En la lengua española se usan conectivos que constan
de dos partes: “tanto... c o mo . . “o bien..., o bien.. . ”,
“s i . .., entonces.. . ” ¿Cómo afecta esto a la unicidad de la
lectura en español?
58 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
6. Hemos proporcionado un algoritmo para analizar una
fórmula por medio de la construcción de su árbol de arri-
ba hacia abajo. También hay formas de construir el árbol
de abajo hacia arriba; esto se puede lograr buscando en la
fórmula las parejas más interiores de paréntesis. Dé una
descripción completa de un algoritmo de este tipo.
7. Suponga que los paréntesis izquierdo y derecho son in
distinguibles uno de otro. Así, en vez de ( a V (/? A 7 )),
tenemos ¡a V \(3 A -jr||. ¿Aún tienen las fórmulas una des
composición única?
4 . Inducción y recursión2
Inducción
Hay un tipo especial de construcción que aparece frecuente
mente en lógica y en otras ramas de las matemáticas. Puede
ocurrir que queramos construir cierto subconjunto de un con
junto U comenzando por algunos elementos iniciales de U y
aplicando ciertas operaciones una y otra vez. El conjunto que
buscamos será el conjunto más pequeño que contenga los ele
mentos iniciales y que sea cerrado bajo las operaciones. Sus ele
mentos serán aquellos elementos de U que se pueden Construir
a partir de los elementos iniciales aplicando las operaciones un
número finito de veces.
En el caso especial de interés inmediato para nosotros, U es
el conjunto de las expresiones, los elementos iniciales son los
símbolos de enunciado y las operaciones son £ A> etc. El
conjunto que se va a construir es el de las fórmulas; pero más
adelante encontraremos otros casos especiales y será de utili
dad estudiar aquí la situación en abstracto.
Para simplificar la discusión, consideraremos un conjunto
inicial B Q U y una clase 7 de funciones con sólo dos elemen-
tos f y g, donde
f : U X U —t U y g:U -H J.
s Por un lado, los conceptos de esta sección son importantes y surgen en
todas las áreas de las matemáticas. Por otro lado, tal vez los lectores quieran
posponer —no saltar—el estudio de esta sección.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 59
Así, / es una operación binaria sobre U y g es una opera
ción uñaría. (De hecho, T no necesariamente debe ser finita;
se verá que la presente discusión simplificada es aplicable a una
situación más general, T puede ser cualquier conjunto de re
laciones en U, y en el capítulo II usaremos este mayor nivel de
generalidad. No obstante, el caso discutido aquí es más fácil de
visualizar y es lo suficientemente general para ilustrar las ideas.
Para una versión menos limitada, véase el ejercicio 3.)
Si a y b pertenecen a B, entonces el conjunto Cque queremos
construir tendrá, por ejemplo, los elementos
b, f { b , b), g(a), f(g{a), f{b,b)), g ( f ( g ( a ) , f { b, b) ) ).
Por supuesto que estos elemenLos pueden no ser distintos. La
idea es que se nos han dado ciertos ladrillos y ciertos tipos de
mortero, y queremos que C contenga solamente las cosas que
somos capaces de construir.
Al definir C más formalmente, tenemos la posibilidad de
escoger entre dos definiciones. Podemos definirlo “de arriba
abajo” como sigue: Llamemos a un subconjunto S de U cerrado
bajo f y g sii siempre que los elementos x y y pertenecen a
S, entonces también f { x , y ) y g[x) pertenecen a S. Llamemos
inductivo a S sii B C S y S es cerrado bajo / y g. Sea C* la
intersección de todos los subconjuntos inductivos de U; así,
x G C* sii x pertenece a todo subconjunto inductivo de U.
No es difícil advertir (y el lector debería verificarlo) que C* es
inductivo. Aún más, C* es el conjunto inductivo más pequeño
que está contenido en todos los demás conjuntos inductivos.
La segunda definición (que es equivalente) va “de abajo arri
b a”, Queremos que los elementos de C* sean todas las cosas
que se pueden alcanzar desde B aplicando f y g un número
finito de veces. Por el momento definimos una sucesión de cons
trucción como una sucesión finita (x]........ xn) de elementos de
U tales que para cada i < n se cumple por lo menos una de las
siguientes condiciones:
Xi 6 B,
existen j < i, k < i, tales que x¡ = /(*,•, X;,.),
existe / < i, tal que x¿ — g ( x ; ).
60 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
En otras palabras, cada elemento de la sucesión o está en B o
es el resultado de aplicar / o g a elementos anteriores. Enton
ces, sea C, el conjunto de todos los puntos .v tales que alguna
sucesión de construcción termina con sr.
Sea Cn el conjunto de todos los puntos sr tales que alguna su
cesión de const rucción de longitud n termina con x. Entonces
Ci = B,
Ci c c 2 c c 3 c . .,
y C. = (J n P ° r ejemplo, g { f { a , f{b,b))) pertenece a C3 y
por tanto pertenece a C», como se puede apreciaren el siguien
te árbol:
£(/(«./(M )))
i
f{a,f(b,b))
a f(b, b)
b b
Al aplanar este árbol hasta convertirlo en un orden lineal se
obtiene una sucesión de construcción g ( f { a , f(b, b))).
E je mp l os
1. Los números naturales. Sea U el conjunto de todos los
números reales y sea B = { 0 } . Tomemos una opera
ción S, donde 5 (*) = x + 1. Entonces
C. - { 0, 1 , 2, . . . } .
El conjunto C, de los números naturales tiene como
elementos exactamente aquellos números que se pue
den obtener a partir del 0 aplicando repetidamente la
operación sucesor,
2. Los enteros. Sea U el conjunto de todos los números
reales; sea B — { 0 } . Esta vez tomemos dos operado-
LÓGICA DE ENUNCIADOS 61
nes, la operación sucesor 5 y la operación predece
sor P:
S(x)=x+1 y _p(x) — X— 1.
Ahora C* es el conjunto de todos los enteros,
C, = , - 2 , —1, 0 , 1 , 2 , . .
Nótese que hay más de una manera de obtener el 2
como elemento de C,, ya que el 2 es S ( S ( 0)), pero
* también es S ( P ( S { S ( 0 ) ) ) ) .
3. Las funciones algebraicas. Sea U el conjunto de todas
las funciones cuyo dominio y rango son ambos conjun
tos de números reales. Sea B el conjunto cuyos elemen
tos son la función identidad y todas las funciones cons
tantes. Sea !F el conjunto cuyos elementos son las ope
raciones (sobre funciones) de suma, multiplicación, di
visión y extracción de raíz. Entonces C* es una clase de
funciones algebraicas.
4. Las fórmulas. Sea U el conjunto de todas las expresio
nes y sea B el conjunto de los símbolos de enunciado.
Sea F el conjunto de las cinco operaciones de cons
trucción de fórmulas: S A, £v, £-> >' Entonces
C, es el conjunto de todas las fórmulas.
En este momento deberíamos verificar que nuestras dos de
finiciones son de hecho equivalentes, es decir que C* = C,.
P ara probar que C* C C , sólo necesitamos verificar que Ct
es inductivo; es decir, que S C C , y que C, es cerrado bajo
las funciones. Es evidente que B = C\ C C*. Si x y y están
en C„ entonces podemos concatenar sus sucesiones de cons
trucción y agregar al final f { x , y) para obtener una sucesión de
construcción que coloca a f { x , y ) en C*. De igual manera, C,
es cerrado bajo g.
Finalmente, para probar que C, C C* consideramos un ele
mento de C, y una sucesión de construcción (xq, . . . ,*„) para
él. Por inducción común y corriente sobre i, podemos ver que
Xi € C*. si i < n. En primer lugar, xo 6 B C C“. Para el paso
62 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
inductivo se usa el hecho de que C* es cerrado bajo las funcio
nes. De esta manera concluimos que
C„ = C* — C* = f| {S |S es inductivo}.
n
(Una observación parentética: supongamos que el presente
^estudio estuviera inserto en la teoría axiomática de conjuntos,
en la que los números naturales generalmente se definen de
arriba abajo. Entonces nuestra definición de C* (que usa la fi-
nitud y por tanto los números naturales) no difiere realmente
de nuestra definición de C*. Sin embargo, no estamos trabajan
do dentro de la teoría axiomática de conjuntos, sino dentro de
la matemática intuitiva. Y la noción de número natural parece
ser un concepto intuitivo sólido y bien entendido.)
Como C* — C», llamamos a este conjunto C simplemente y
nos referimos a él como el conjunto generado a partir de B por las
funciones que pertenecen a F . En la demostración de muchos
teoremas usaremos el siguiente:
Principio de inducción Sea C el conjunto generado a partir
de B por las funciones que pertenecen a F . Si S es un
subconjunto de C que contiene a £ y es cerrado bajo las
funciones que pertenecen a F , entonces S = C.
Demostración S es inductivo, por lo que C — C* C S. La otra
inclusión está entre las hipótesis. H
El caso especial que ahora nos interesa es, por supuesto, el
ejemplo 4. Aquí C es la clase de las fórmulas generadas a partir
del conjunto de los símbolos de enunciado por las operacio
nes de construcción de fórmulas. Este caso especial tiene pro
piedades interesantes. Tanto a como j3 son segmentos propios
de £ A{c¿, ¡3)', es decir, de (a A /3 ). En general, si observamos el
árbol genealógico de una fórmula, veremos que cada compo
nente es un segmento propio del producto final.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 63
(A3 V (Ag 44 As))
A3 (Ab 44 A3)
Afl A3
Supongamos, por ejemplo, que por el momento llamamos
especial a una expresión si los únicos símbolos de enunciado
que aparecen en ella están entre {A 2,A 3, A S} y los únicos co
nectivos que figuran en ella están entre { - 1, - 4} . Entonces, nin
guna fórmula especial requiere ni A9 ni £ A para su construc
ción. De hecho, toda fórmula especial pertenece al conjunto C¡
generado a partir de {A 2, A 3jA 5) por £-, y . {Podemos usar
el principio de inducción para probar que toda fórmula o bien
pertenece a Cs, o bien no es especial.)
Recursión
Regresemos al caso más abstracto. Tenemos un conjunto U
(como el conjunio de todas las expresiones), un subconjunto
B de U- (como el conjunto de los símbolos de enunciado) y dos
funciones / y g, donde
f : U x U ^ U y g.U^U.
C es el conjunto generado a partir de B por / y g.
El problema que ahora queremos considerar es el de definir
recursivamente una función sobre C. Esto es, suponemos que
nos han sido dadas:
1. Reglas para calcular h (x) para x 6 B.
2a. Reglas para calcular h ( / ( x, y)) usando h (x) y h (y).
2b. Reglas para calcular h (g(x)) usando h (x).
(Por ejemplo, ésta es la situación discutida en la sección 2
de este capítulo, donde h es la extensión de una asignación de
verdad para B.) No es difícil ver que a lo sumo puede haber
64 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
una función A (x) sobre C que satisfaga todas las condiciones
dadas.
Pero es posible que no exista tal función; las reglas pueden
ser contradictorias. Por ejemplo, sean
U = el conjunto de los números reales,
B = { 0},
f(x, y) = X ■y,
g(x) = x + 1.
Entonces C es el conjunto de los números naturales. Suponga
mos que imponemos las siguientes condiciones a A:
l. A (0) = o.
2a. h(f(x,y))=/(h(x),h(y)).
2b. A (g(x)) = A (x) -J- 2.
Entonces no puede existir tal función A. (Intente calcular A (1)
y observe que tenemos a la vez 1 = g(0) y 1 — /(g(0),g(0)).)
En álgebra encontramos una situación similar.3 Supóngase
que tenemos un grupo G generado a partir de B por la mul
tiplicación del grupo y la extracción de inverso. Entonces una
función arbitraria de B en un grupo H no necesariamente se
puede extender a un homomorfismo de todo el grupo G en H.
Pero en caso de que G sea un grupo libre con B como conjunto
de generadores independientes, entonces cualquier f unción de
ese tipo se puede extender a un homomorfismo de todo el
grupo.
Se dice que C está generado libremente a partir de B por f y g
sii, además de satisfacer los requisitos para que esté generado,
f e y ge, las restricciones de / y de g a C, cumplen las siguientes
condiciones:
1 . f e y g e son uno a uno.
3Esperamos que ejemplos como éste sean de utilidad para el lector que ya
tenga alguna experiencia algebraica. Los demás se alegrarán de saber que
estos ejemplos son solamente ilustrativos y no son esenciales a nuestra expo
sición.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 65
2. El rango de fe , el rango de ge y el conjunto B son disjun
tos dos a dos.
El resultado principal de esta sección, el teorema de recur
sión, dice que si C está generado libremente, entonces la fun
ción h sobre B siempre tiene una extensión h sobre C que sigue
la cl^se de reglas antes consideradas.
Teorema de recursión Supongamos que el subconjunto C de U
está libremente generado a partir de B por f y g , donde
/ : U x U - * U,
g : U —¥U.
Supongamos, además, qué V es un conjunto y F, G y
k son funciones tales que
h : B -tV,
F -. V x V-> V,
G :V->V.
Existe entonces una única función
h :C ->V
tal que
(i) Para toda x € B, h (x) = h (x).
(ii) Para x, y € C,
h ( f ( x , y ) ) = F(h_(x),h(y)),
h {g{x))^G{h(x)).
Vista algebraicamente, la conclusión del teorema dice que
cualquier función h de B en V se puede extender a un homo-
morfismo h de C (con las operaciones f y g) en V (con las ope
raciones F y G).
Si el contenido del teorema de recursión no queda claro de
inmediato, intentemos verlo cromáticamente. Queremos tener
una función h que pinte a cada elemento de C de algún color.
Tenemos ante nosotros:
66 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
1. h, que nos indica cómo colorear los elementos iniciales
d e.B\
2. E*que nos dice cómo combinar el color de x y de y para
obtener el color de f ( x , y) (es decir, esto da h (/ ( x , y)) en
términos de h (x) y h (y));
3. G, que igualmente nos dice cómo convertir el color de x
en color de g(x).
El peligro es que haya un conflicto en que, p o r ejemplo,
F diga “verde” pero G diga “rojo” para el mismo punto (que
tenga la mala fortuna de ser igual tanto a f ( x . y) como a g(z)
para algunas x, y, z). Pero si C está generado libremente, se evita
el peligro.
Ejemplos Consideremos de nuevo los ejemplos de la sub
sección anterior.
1. B = { 0} con una operación, la operación sucesor
S. Entonces C cs el conjunto N de los números naturales.
Puesto que la operación sucesor es uno a uno y 0 no está
en su rango, C está generado libremente a partir de { 0 }
por S, Así, por el teorema de recursión, dado cualquier
conjunto V, cualquier a € V, y cualquier F : V V,
existe una única h : N -y V tal que h (0) = a y h (S (x)) =
F (h (x)) para cada x € N. Por ejemplo, existe una única
h : N —> N tal que h (0) = 0 y h (S (x)) = 1 — h (x).
Esta función adopta el valor 0 en los números pares y el
valor I en los números impares.
2. Los enteros están generados a partir de {0 } por
las operaciones de sucesor y predecesor, pero no libre
mente.
3. La condición de libertad tampoco se cumple para
la generación de las funciones algebraicas tal com o se
describió anteriormente.
4. Las fórmulas están generadas libremente a partir
de los símbolos de enunciado por las cinco operaciones
de construcción de fórmulas. Este hecho está implícito
en el algoritmo de análisis de la sección anterior; ahora
queremos concentrarnos en él aquí:
LÓGICA DE ENUNCIADOS 67
Teorema de la unicidad de la lectura Las cinco operaciones de
construcción de fórmulas, cuando se restringen al con
junto de las fórmulas,
(a) tienen rangos disjuntos entre sí y disjuntos del con
junto de los símbolos de enunciado, y
(b) son uno a uno.
En otras palabras, el conjunto de las fórmulas está
libremente generado a partir del conjunto de símbolos de
enunciado por las cinco operaciones.
Demostración Para mostrar que la restricción de S A es uno a
uno, supongamos que
(a A/3) = (7 A 5),
donde a, ¡3, 7 y S son fórmulas. Borremos el primer
símbolo de cada sucesión y obtendremos
a A (3) = 7 A ¿).
Entonces debemos tener que a = 7 , para que ninguno
de ellos sea un segmento inicial propio del otro (en con
tradicción con el lema 13B). Y luego se sigue en forma
inmediata que ¡3 = 5. El mismo argumento se aplica a
£ v, £-> y £*+: para £-, basta un argumento más simple.
Un razonamiento similar nos dice que las operaciones
tienen rangos ajenos (o disjuntos). Por ejemplo, si
( a A 0 ) = (7 ¿)
donde a , ¡3, 7 y 5 son fórmulas, entonces, como en el
párrafo anterior, tenemos que 0 = 7 . Pero esto implica
que A = —l lo cual contradice el hecho de que nuestros
símbolos son distintos. Por lo tanto, £ A y £_> (restringi
das a fórmulas) tienen rangos ajenos. Y lo mismo vale
para cualesquiera dos conectivos binarios.
Los casos restantes son sencillos. Si ( —iOr) = (¡3 A
7 ), entonces /3 empieza con —, lo cual no sucede para
ninguna fórmula. Ningún símbolo de enunciado es una
sucesión de símbolos que empiece con ( . d
68 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Regresemos ahora a la cuestión de extender una asignación
de verdad» a v. Consideremos primero el caso especial donde
v es una asignación de verdad para el conjunto de todos los
símbolos de enunciado. Por consiguiente, aplicando el teorema
de unicidad de la lectura y el teorema de recursión, concluimos
que hay una única extensión v para el conjunto de todas las
fórmulas que tiene las propiedades deseadas.
A continuación tomemos el caso general en que v es una
asignación de verdad para un conjunto S de símbolos de enun
ciado. El conjunto S generado a partir de S por las cinco ope
raciones de construcción de fórmulas está generado libremen
te, como consecuencia del teorema de unicidad de la lectura.
Así, por el teorema de recursión, hay una única extensión v de
v para dicho conjunto, con las propiedades deseadas.
Ejemplo Podemos aplicar el teorema de recursión para es
tablecer que hay una única función h definida en el con
junto de las fórmulas tal que
Ti (A) = 1 si A es un símbolo de enunciado,
_ A ((- ioí)) = 3 + í(a ¡),
h ( ( a A /?)) = 3 + A (a) + h (/3),
y de igual forma para V, 4 y Esta función da la
longitud de cada fórmula.
Demostración del teorema de recursión La idea es construir h como
la unión de muchas funciones aproximativas. Por el mo
mento llamemos a una función v (que va de un subcon
junto de C en V) aceptable si satisface las condiciones (i)
y (ii) que hemos impuesto a h, De m anera más preci
sa, v es aceptable sii el dominio de v es un subconjunto
de C, su rango un subconjunto de V y para cualesquiera
x y y en C:
(i') Si x G B (~l dom», entonces v (x) = h (se).
(ii') Si f ( x , y ) £ domu, entonces x y y también pertene
cen a domu, y v (/(se, y)) = F [ v (x), »(y)). Si g (x) €
dom », entonces también x € dom», y v (g (x )) =
G{v (*)).
LÓGICA DE ENUNCIADOS 69
Sea K la colección de todas las funciones aceptables, y
sea h = (J K la unión de todas las funciones aceptables.
Por tanto,
(x, z) E h sii (x, z) pertenece a alguna v aceptable (*)
sii v(x) — z para alguna x>aceptable.
Afirmamos que h sat isface nuestras condiciones. El ar
gumento es conjuntista y comprende cuatro pasos. Para
empezar esbozaremos los cuatro pasos:
1. Afirmamos que h es una función (es decir, que es
de un solo valor). Sea
S = {x E C | para a lo más una z, (x,z) E h }
= {x E C |todas las funciones aceptables
definidas en x coinciden en x}
Es fácil verificar que S es inductivo, usando (i') y (ii/). Por
tanto, S — C y h es una función.
2. Afirmamos que h £ K: es decir, que h es una fun
ción aceptable. Esto se sigue muy fácilmente de la defi
nición de h y del hecho de que sea una función.
3. Afirmamos que h está definida en todo C. Basta
probar que el dominio de h es inductivo. Aquí es donde
se usa la hipótesis de libertad. Por ejemplo, un caso es
el siguiente: supongamos que x está en el dominio de h.
Entonces h; (g(x). G (h (x))) es aceptable. (Se requiere la
libertad para probar que es aceptable.) En consecuencia,
g (x) pertenece al dominio de h. 4. Afirmamos que h es
única. Dadas dos funciones tales, sea S el conjunto en
que coinciden. Entonces S es inductivo y, por tanto, igual
aC . d
Veamos ahora los detalles.
1. Como antes, sea
S = {x € C | para a lo más una z, (x, z) E h }
= {x E C |todas las funciones aceptables
definidas en x coinciden en x}
UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Para moslrar que 5 es inductivo, primero consideremos
algún x en B. Supongamos que v\ y v% son funciones
aceptables definidas en x; buscamos mostrar que v\ (x) =
i^(x). Pero la condición (i') nos dice que ambos wi(x)
y v%[x) deben ser iguales a h (x), entonces de hecho
i;i(x) = v%(x). Esto muestra que x £ S; pero ya que x
fue un elemento arbitrario de B, tenemos que B C. S,
En segundo lugar, debemos verificar que 5 está cerra
do bajo / y g. Supongamos entonces que algún x y algún
y están en S; nos preguntamos si /( x , y) está en S. Su
pongamos luego que V] y w2 son funciones aceptables
definidas en f ( x , y ) ; buscamos mostrar que coinciden
ahí. Pero la condición (ii') nos dice que v\{/{x,y)) =
(x )tyj (y)) y que v%{f{x,y)) = F { v 2 (x),V2(y)). Y co
mo x y y están en S, tenemos que iq(x) = v2(x) y que
tu (y) = v2(y) (y están definidas). Así, concluimos que
vi{f{x, y)) = tt2(/(x , y)). Esto muestra que /( x ,y ) £ S.
Por lo tanto, 5 está cerrado bajo f Un argumento similar
muestra que 5 está cerrado bajo g.
Por lo tanto, 5 es inductivo y entonces S = C. Esto
muestra que h da un solo valor a cada x, es decir, es una
función. Como h incluye toda función aceptable como
subconjunto, podemos decir que
h (x) — v (x)
siempre que v sea una función aceptable y x £ dom v.
2. Afirmamos que h es aceptable. Claramente domA
C C y ran h C Y (por (*)) y acabamos de verificar que h
es una función. Falta verificar que h satisf ace las condi
ciones (i') y (ii').
Primero examinamos (i'). Supongamos que x £ B y
x G domA (así que (x, k (x)) £ h). Debe haber alguna
v aceptable tal que v (x) = h (x). Como v satisface (i'),
tenemos que v(x) = h ( x ) de donde h (x) — h (x). Así, h
satisface (i').
Luego examinamos (ii'). Supongamos que /( x ,y ) £
dom h. Otra vez debe haber alguna v aceptable tal que
v (/(x ,y )) — h (/(x , y)). Como v satisface (ii'), tenemos
LOGICA DE ENUNCIADOS 71
que v { f {x ,y )) — .F (y (x ),"(> )). Ahora h{x) — u(x) y
h(y) = v (y) y por lo tanlo
¿ (/ (*> y)) = ü (/ (*. y)) = (*)> v (y)) = ( x ),Á (y)).
De modo similar, encontramos que /í(g (x)) = G (A ( jc))
siempre que g (x ) £ dom/¡, Por lo tanto, h cumple la
condición (ii') y entonces es aceptable.
3. En seguida debemos mostrar que dom h es induc
tivo. Primero consideramos un punto x en B. Luego el
conjunto {(x, A(x))} es una (pequeña) función aceptable,
pues claramente satisface (i'). También satisfa ce (ii') por
que x £ ran J'c y x £ ra n g o Así, { { x, h (x ))} es aceptable
y por lo tanto está incluida en h. De aquí que x £ dom h.
Esto muestra que B C dom h.
Afirmamos, además, que domA está cerrado bajo /
y g. Para ello, consideremos cualesquiera i y t en dom A.
Esperamos que f(s, t) £ dom/t. Pero si no, entonces sea
v= hU F { h (s),h (í)))},
el resultado de agregar a h este par adicional. Está claro
que v es una función, dom v C C, y ran v C V. Afirma
mos que v satisface (i') y (ii').
Primero tomemos (i')- Si x £ B H dom v, entonces x ^
f(s. por libertad. De aquí que x £ dom h y tenemos
que v(x) = h(x) = h (x).
A hora tomemos (ii'). Supongamos que /( x ,y ) £
domi/ para algún x y algún y en C. Si f ( x , y ) £ domA,
entonces v { f { x , y ) ) = h {f{x, y)) = F { h { x ) yh(y)) -
F ( v (x), v (y)), ya que h es aceptable. La otra posibilidad
es que /(x ,y ) = f(s,t). Entonces, por la libertad, tene
mos que x = s y y = t,y sabemos que estos puntos están
en dom A C dom y. Por construcción,
v{f[s>t)) = F [ h ( s ) , h ( t ) )
= F ( v (.t),w(íj).
Finalmente, supongamos que g(x) £ dom y para x en C.
Entonces, por la libertad tenemos que g (x) f{s, t). De
72 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
aquí que g ( x) £ dom h, y en consecuencia v (g(x)) =
h (g í*)) = G (* (*)) = G(v {x)).
Entonces v es aceptable. Pero eso nos dice que v C h,
así que finalmente f { s , t) £ dom//.
Un argumento similar muestra que dom A también es
tá cerrado bajo g. De aquí que dom A sea inductivo y, por
lo tanto, coincide con C.
4. Para mostrar que h es única, supongamos que h\ y
ho satisfacen ambas la conclusión del teorema. Sea S el
conjunto sobre el cual coinciden:
S — {x £ C |hi(x) — A2(*)}-
Entonces no es difícil verificar que 5 es inductivo. En
consecuencia, S = C y h\ — h%. H
Un comentario final sobre inducción y recursión: el princi
pio de inducción que hemos enunciado no es el único posible.
Es completamente posible dar demostraciones por inducción
(y definiciones por recursión) sobre la longitud de las expresio
nes, el número de lugares en que ocurren símbolos de conec
tivo, etc. Estos métodos son inherentemente menos fundamen
tales, pero pueden ser necesarios en algunas situaciones.
Ejercicios
1. Supongamos que C está generado a partir de un conjun
to B — {a, b} por la operación binaria f y la operación
unaria g. Enumere todos los elementos de C2. ¿Cuántos
elementos puede tener C3? ¿Y C4?
2. Evidentemente (A3 —» A A4 ) no es una fórmula. Demués
trelo.
3. Podemos generalizar la discusión de esta sección pidien
do que T sea sólo una clase de relaciones en U. C* se
define como antes, excepto que (xq, x \, . . . ,xn) es ahora
una sucesión de construcción sii para cada i < n tenemos
o bien x¡ £ B o {xj]t. . . , Xjk, x¿) £ R para alguna R £ T y
algunas / j , . . . , todas menores que i. Dé la definición
correcta de C* y pruebe que C* = C„.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 73
5 . Conectivos de enunciado
Hasta ahora hemos usado cinco símbolos de conectivo. Aun en
ausencia de una definición general de “conectivo”, está claro
que los cinco conectivos que conocemos no son los únicos po
sibles. ¿Ganaríamos algo con aumentar conectivos al lenguaje?
¿Perderíamos algo omitiendo algunos de los conectivos que ya
tenemos en el lenguaje?
En esta sección planteamos con mayor precisión estas pre
guntas y damos algunas respuestas. Primero consideremos un
ejemplo informal. Podríamos expandir el lenguaje mediante
un símbolo de conectivo de tres lugares, # , llamado símbolo
de mayoría. Ahora permitimos que la expresión (# a /3 7 ) sea
una fórmula cuando a, 0 y 7 son fórmulas. En otras palabras,
agregamos una sexta operación de construcción de fórmulas a
nuestra lista:
£ # (a ,/3 ,7 ) = (#<*07).
Ahora debemos dar la interpretación de este símbolo. Esto
es, debemos decir cómo se calcular/ (( # a /? 7 )) dados los valo
res v (a), v (0) y v (7 ), Elegimos la siguiente definición:
v ((# a /? 7 )) coincide con la mayoría de v (a j, ü (/?) y 1/ ( 7 ).
Afirmamos que esta extensión no ha aportado nada en el si
guiente sentido preciso: para toda fórmula del lenguaje exten
dido, existe en el lenguaje original una fórmula tautológica
mente equivalente. (Por otro lado, la fórmula del lenguaje ori
ginal puede ser mucho más larga que la fórmula del lenguaje
extendido.) Probaremos esto (en una situación mucho más ge
neral) más adelante; aquí sólo haremos notar que se basa en el
hecho de que ( # a p 7 ) es tautológicamente equivalente a:
(q A(3) V(o A7 ) V{0 A7 ).
(Hacemos notar entre paréntesis que nuestra insistencia en
que Z/((#a/?7 )) sea calculable a partir de («(o), 5 (/3), 1/(7 ))
cumple aquí un papel definitivo. En el habla cotidiana hay ope
radores unarios como “es posible que” o “creo que”. Podemos
aplicar uno de estos operadores a un enunciado y producir
otro enunciado cuya verdad o falsedad no se puede determinar
74 UNA in t r o d u c c ió n m a t e m á t ic a a l a l ó g ic a
solamente con base en la verdad o la f alsedad del enunciado
original.)
Al generalizar el ejemplo anterior, el lenguaje formal será
más un obstáculo que una ayuda. Podemos reformular el pro
blema usando sólo funciones. Digamos que una función boo-
leana de k lugares es una función de {F , V}k en {F , V} . (Una
función booleana es, entonces, cualquier función booleana de
k lugares para alguna k. Ampliamos esto un poco permitiendo
que F y V sean funciones booleanas de cero lugares.) Como
ejemplos de funciones booleanas tenemos las definidas por las
siguientes ecuaciones (donde X € { F , V}):
I ? ( Ai , . . . , Xn) = X i ,
N{F) = V, N (V)=F,
K(V. V) = V, K{F, X) = K{X,F) = F,
A(F, F) — F, A ( V , X ) = A{X, V) = V,
C{V, F) = F, C(F, X) = C(X, V) = V,
E(X, X) = V, E(V, F) - E(F, V) = F.
A partir de una fórmula a podemos obtener una función
booleana. Por ejemplo, si a es la fórmula Ai A A 2, entonces po
demos hacer una tabla, la tabla V. Los 2 2 renglones de la tabla
corresponden a las 22 asignaciones de verdad para {A i.A g }.
Para cada una de las 22 parejas X, hacemos F tt(X) igual al va
lor de verdad que a recibe cuando se da a sus símbolos de
enunciado los valores indicados por X.
Tabla V
Ai A2 Ai AA2
F F F Ba( F ¡ F ) = F
F V F Ba (F,V) = F
V F F Ba(V,F) = F
V V V B a{V, V) = V
En general, supongamos que Cu es una fórmula cuyos sím
bolos de enunciado están entre , A„. Definimos una fún-
LÓGICA'DE ENUNCIADOS 75
ción booieana de n lugares 5 ” (o sólo Ba si n parece innecesa
rio), la función booieana realizada por a, como
B ........ X n) = el valor que recibe a cuando a ..........A*
se les dan los valores X\, . . . , Xn-
En otras palabras: B £ ( X j , . . . , X,() = v (a ), donde v es la asig
nación de verdad para { A i , . , , , A„} para la cual u (A;) = X¡.
Así, B£ surge de considerar v (a ) como una función de v, con
a fija.
Por e jemplo, las funciones booleanas mencionadas anterior
mente se pueden obtener de esta manera:
X = B l Al,
^ = ^Á]VAj >
c = b I ^ Ai¿,
A partir de estas funciones podemos componer otras. Por
ejemplo:
BÍ a , v^A2{X u X2) = A(N (lHXi,X2)), NilliX^X?))).
(El lado derecho de esta ecuación se puede com parar con el
resultado de convertir ->Ai V -iA« a notación polaca.) Dentro
de poco llegaremos a la cuestión de si toda función booieana
se puede obtener de esta manera.
Como afirma el teorema siguiente, al cambiar la atención
de las fórmulas a las funciones booleanas que realizan, quedan
identificadas entre sí las fórmulas tautológicamente equivalen
tes. Ordenemos el conjunto {F, V} definiendo F < V. (Si F = 0
y V = 1, entonces éste es el orden natural.)
Teorema 15A Sean a }' ¡3 fórmulas cuyos símbolos de enun
ciado están entre A 1(. . . , A„. Entonces
(a) a f= P sii para toda X £ {F, V}", B„(X) < B^(X).
76 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(b) O- |==j 0 SÜ B a = B q.
(c) a sii Ba es la función constante con valor V.
Demostración de (a) a j= 0 sii para todas las 2" asignaciones
de verdad v p a r a A i , . . . , A„ tales que v (a) = V, también
v(0) = V. (Esto es cierto aun si los símbolos de enuncia
do Ct y 0 no incluyen a todos los símbolos A i , . . . , A,,; cfr.
el ejercicio 6 de la sección 2 de este capítulo.) Por tanto,
a |= 0 sii para todas las
2“ asignaciones v, v {a) — V => v [0] — V,
sii para todas las
2n n-adas X, Bp
a (X) = V =S- (X) - V,
sii para todas las
2n n-adas X, Bn
a{X) < B%X),
donde F < V. d
Además de identificar fórmulas tautológicamente equivalen
tes, nos hemos librado del lenguaje formal. Ahora estamos en
libertad de considerar cualquier función booleaná, sea o no
realizada por alguna formula; aunque esta libertad es sólo apa
rente:
Teorema 15B Sea G una función booleana de n lugares, con
n > 1. Podemos encontrar una f órmula o: tal que G =
B", es decir, dicha a realiza la función G.
L a razón principal de introducir funciones booleanas es po
der formular este teorema, planteado por Emil Post en 1921.
Demostración Caso I: G es la función constante con valor f .
Sea a: = Ai A - iA j .
Caso II: De otra forma, hay k puntos en los cuales G
tiene el valor V, k > 0. Hagamos una lista de dichos
puntos:
Xi = ( X n , Xl í t . . . , X ln),
X2 = (X 2i, X 22, . . . , X 2n) ,
X , X/OT) .
LOGICA DE ENUNCIADOS 77
Sean
í Ay sii % = v,
1 h A ;’) sii X,] = F
7i = ¡3¡1 A *' * A 3
a = 7i V 72 V - ••V 7*.
Afirmamos que G — B
En este momento podría ser de ayuda considerar un
ejemplo concreto. Sea G la siguiente función booleana
de tres lugares.
G(F,F,F) = F
G( f ,f , 10 = V,
G(F, Vr V) = F,
G{V, F, f ) — V,
G{V! F , V ) = F ,
G{V, V, F) = F
G{V, V, V) = V.
Entonces la lista de ternas en las cuales G toma el valor
V tiene cuatro elementos:
FFW -■'A.] A _iAg A A-3,
FVF "'A j A A2 A ■■'Ag,
VPF A j A “i A2 A 1A3.
VW A ] A A 2 A A 3,
A la derecha de cada terna hemos escrito la conjunción
correspondiente 7 ¡. Entonces a es la fórmula
(-n Ai A - tA2 A A3) V (-1 Ai A A2 A —1A3) V
(Aj A —A 2 A " ^ 3) V (Ai A A 2 A A 3).
Nótese cómo a da una lista explícita de las ternas en las
cuales G toma el valor V.
Para regresar a la demostración del teorema, nótese
primero que Ü"(X,;) = V para 1 < i < k. (Ya que la asig
nación de verdad correspondiente a X¡ satisf ace 7 ¿ y por
78 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
tanto satisface a .) P or otra parte, sólo una asignación de
verdad para { A i , .. -, A„} puede satisfacer 7 ,, de donde
solamente k asignaciones tales pueden satisfacer a . Por
tanto, (7) — Tapara las demás 2” — k w-adas Y. Así,
B™(Y) = G(?) en todos los casos. H
Con este teorema hemos averiguado que toda función boo-
leana es realizable. Por supuesto que la a que realiza G no
es única; cualquier fórmula tautológicamente equivalente tam
bién realizará la misma función. A veces es interesante escoger
la a más breve posible. (En el ejemplo resuelto anteriormente,
la fórmula
Aj +A A¡> O A3
también realiza G.)
Como corolario del teorema anterior, podemos concluir que
tenemos suficientes conectivos de enunciado (de hecho, más
que suficientes). En efecto, supongamos que extendemos el len
guaje agregándole algunos exóticos conectivos nuevos (como
el conectivo de mayoría discutido al principio de esta sección).
Cualquier fórmula ip de este lenguaje extendido realiza algu
na función booleana B Por el teorema anterior, tenemos una
fórmula a del lenguaje original tal que — Bn a. Por tanto, <p
y a son tautológicamente equivalentes, por el teorema 15A.
De hecho, la demostración prueba que a puede ser de cierta
forma muy especial. Para empezar, los únicos conectivos de
a son A , V y -■>. Además, a está en la llamada forma normal
disyuntiva (abreviado: FND). Esto es, a es una disyunción
a = 7i V •••V 7fc
donde cada 7 ,- es una conjunción
7¿ = Al A ••■A ArH
y cada Ay es un símbolo de enunciado o la negación de un
símbolo de enunciado. (Las ventajas de las formulas en for
ma normal disyuntiva surgen del hecho de que explícitamente
listan las asignaciones de verdad que satisfacen la f órmula.) Te
nemos entonces, como consecuencia:
LÓGICA DE ENUNCIADOS 79
Corolario 15C Para cualquier fórmula tp, podemos encontrar
una fórmula tautológicamente equivalente a en forma
normal disyuntiva.
Como toda función G : {F , T }n —»• {F , V} para n > 1 pue
de ser realizada por una fórmula que usa sólo los símbolos
de conectivo del con junto { A, V, - . } , decimos que el conjunto
{ A, V, - i } es completo. (En realidad, la completud es más una
propiedad de las funciones booleanas K, A y N que correspon
den a estos símbolos; pero la terminología anterior es conve
niente.) Una vez que tenemos un conjunto completo de conec
tivos, sabemos que cualquier fórmula es tautológicamente equi
valente a una fórmula cuyos conectivos están todos en dicho
conjunto. (Pues dada cualquier fórmula <p, podemos hacer que
a use dichos conectivos y que realice B^. Entonces a |==j (p.)
La completud de {A, V, -i} se puede mejorar:
Teorema 15D Tanto { — A} como { - \ V } son completos.
Demostración Debemos probar que cualquier función boolea-
na G puede ser realizada por una fórmula que use úni
camente, en el primer caso, { —,A }. Comenzamos por
una fórmula a que use { —>, A, V} y que realice G. Basta
encontrar una fórmula tautológicamente equivalente a '
que use solamente { - , A}. Para esto usamos la ley de De
Morgan:
/3 V 7 f==¡ - .( - 1/3 A -«7 ).
Aplicando repetidamente esta ley podemos eliminar por
completo V de a.
Más formalmente, podemos demostrar por inducción
sobre a que existe una a' tautológicamente equivalente
en la que sólo aparecen los conectivos A, Los dos
casos no triviales en el paso de inducción son:
Caso -i; Si a es (—«/3), hacemos a ' igual a ( i>3/).
Caso V : Si a es (0 V 7 ), hacemos a' igual a —>(—■/?' A
^ 7 '). Como 0 ' y 7 ' son tautológicamente equivalentes a
0 y 7 , respectivamente, entonces,
80 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
a' = ^ ( - v / 3 ' A - 17O
l==l h P A - 7 )
j==| 6 V 7
— a.
En demostraciones posteriores de que un conjunto de
conectivos es completo, omitiremos esta inducción. Lo
que haremos será, por ejemplo, dar solamente el método
para simular V usando y A. H
Demostrar que un conjunto dado de conectivos no es com
pleto es generalmente más difícil que demostrar que uno es
completo. El método básico consiste primero en demostrar (ge
neralmente por inducción) que para toda fórmula a que use
sólo esos conectivos, la función Bv
a tiene alguna peculiaridad,
y después probar que alguna función booleana carece de dicha
peculiaridad.
Ejemplo {A ,—>} no es completo.
Demostración La idea es que con estos conectivos, si se asigna
E a los símbolos de enunciado, entonces toda la fórmula
recibe el valor E. En particular, no se obtiene nada tau
tológicamente equivalente a —A.
Más detalladamente, podemos probar por inducción
que para cualquier fórmula a que use sólo estos conec
tivos y que tenga A como único símbolo de enunciado,
tenemos que A |= a . (En términos de funciones, esto
afirma que B^(V) — E.) El mismo argumento prueba
que {A , V, —A <->} no es completo. d
Para cada n existen 22 funciones booleanas de n variables.
Por tanto, si identificamos cada conectivo con su función boo
leana (por ejemplo, A con la función K mencionada anterior
mente), tenemos que hay 22 conectivos w-arios. Ahora los ca
talogaremos para n < 2.
Conectivos ceroarios
Hay dos funciones booleanas de cero variables, F y E. Como
símbolos de conectivo correspondientes tomamos L y T. Aho
ra, un conectivo rr-ario se combina con n fórmulas para produ-
LÓGICA DE ENUNCIADOS 81
cir una nueva fórmula. Cuando n — 0 , tenemos que _L es por sí
mismo una fórmula. Difiere de los símbolos de enunciado en
que ü(_L) — F para toda v, es decir, -L es un símbolo lógico
al que siempre se le asigna el valor F. De igual forma, T es
una fórmula, y y ( T ) = V para toda v. Entonces, por ejemplo,
A —¥ ± es una fórmula, tautológicamente equivalente a -iA,
como puede verse con una tabla de verdad de dos renglones.
Conectivos unarios
Hay cuatro conectivos unarios, pero sólo uno de interés. El ca
so interesante es la negación. Las otras tres funciones boolea-
nas de un lugar son la función identidad y las dos funciones
constantes.
Conectivos binarios
Hay dieciséis conectivos binarios, pero sólo los últimos diez
que aparecen en la tabla VI de la página siguiente son ‘‘real
mente binarios”.
Conectivos ternarios
Hay 256 conectivos ternarios; dos de ellos son esencialmente
ceroarios, 6 (= 2 - (f)) son esencialmente unarios, v 3 0 (= 10 •
(|)) son esencialmente binarios. Esto nos deja con 218 que son
realmente ternarios. Hasta ahora sólo hemos mencionado el
conectivo de mayoría # . Está, de igual forma, el conectivo de
minoría. En el ejercicio 7 encontraremos + 3, la suma ternaria
módulo 2. A + 3 a /?7 se le asigna el valor V sii un núm.ero
impar de las fórmulas a, ¡5 y 7 tienen el valor V. Esta fórmula
es equivalente tanto a a + ¡3 + 7 como a tt /3 7 . En el
ejercicio 8 encontraremos otro conectivo ternario.
E je m p lo { j } y {4-} s o n c o m p le t o s .
Demostración Para |:
-> a f = ^ a | a
a V 8 |==4
Como {-i, V } es completo y se pueden simular V usan
do solamente |, entonces {j} es completo. H
82 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Tabla VI
Símbolo Equivalente Observaciones
T constante de dos variables,
esencialmente ceroario
X constante de dos variables,
esencialmente ceroario
A proyección, esencialmente
unario
B proyección, esencialmente
unario
-i A negación, esencialmente
unario
-.B negación, esencialmente
unario
A aab y; si F —0 y V = 1, entonces ésta
es la multiplicación en el campo
{0. 1}
V AVB o (inclusivo)
—y A ->■ B condicional
Ah B bicondicional
A j- B condicional invertido
-j- ( A V B ) A - ( A a B) o exclusivo, “A o B pero
no ambas”; si F = 0 y V = 1,
entonces ésta es la suma usual
(módulo 2) en el campo {0, 1}
1 -.(AVB) ñor, “ni A ni B”
1 - (A AB) nand, "no ambas A y B”; el sím
bolo se llama raya de Sheffer
< (- iA ) a B el orden usual, donde F < V
> A a (h B) el orden usual, donde F < V
E jem plo {->, es completo. De hecho, de los diez co
nectivos que son realmente binarios, ocho tienen la pro
piedad de formar, cuando se agregan a -i, un conjunto
completo. Las dos excepciones son + y véase el ejer
cicio 5.
E jem plo {,L, —>} es completo. De hecho, como co n es
te conjunto podemos realizar incluso las dos funciones
booleanas ceroarias. es supercompleto.
593996
LÓGICA DE ENUNCIADOS
Ejercicios
1. Sea G la siguiente fundón booleana de tres lugares.
G {F , F ,F ) = V, G{V,F,F) = V,
G(F,F, V) = V, G{V,F,V) = F,
G(F, V, F) = V, G(V, 7, Fj = F,
G(F, V, V) = F, G{V, V, V) = F.
(a) Encuentre una fórmula que use a lo sumo los conecti-
vos V, A y -i. tal que realice G.
(b) Luego encuentre una f órmula en que los símbolos de
conectivo aparezcan en no más de cinco lugares.
2. Pruebe que ¡ y 4- son los únicos conectivos binarios com
pletos por sí mismos.
3. Pruebe que { — # } no es completo.
4. Sea M el conectivo ternario de minoría. (Así, v (Ma¡3ry)
siempre difiere de la mayoría de n(or), v (/3) yv (7 ).) Prue
be lo siguiente:
(a) {M, L} es completo.
(b) {M} no es completo.
5. Pruebe que {T , A, -e», + } no es completo. Sugerencia:
Pruebe que cualquier fórmula a que use sólo estos conec
tivos y los símbolos de enunciado A y B tiene un número
par de valores de verdad V entre los cuatro valores posi
bles de v (a ).
Observación: Otro enfoque usa el álgebra del campo
{ 0, l } . Cualquier función booleana realizable con estos
conectivos tiene cierta propiedad de ünealidad.
6. Pruebe que {A , o , + } es completo pero que ningún sub
conjunto propio es completo.
7. Sea + 3 el conectivo ternario tal que + 3 a¡3y es equivalen
te a a + (3 + 7 .
(a) Pruebe que {T , _L, A, -f3} es completo.
(b) Pruebe que ningún subconjunto propio es completo.
9IBUOTEGA CENTRAL
UNAM
84 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
O b serv a ció n -. + s es el conectivo ternario de p a r i d a d ; la
condición para que ú( + aia^cts) = V es que v (a¿) = V
para un número i m p a r de ? s. + es el conectivo binario de
paridad. La función G en la prueba del teorema loB es la
función de paridad de tres lugares.
8. Sea I el conectivo ternario tal que la/Ly recibe.el valor V
sii exact amente a una de las fórmulas a , .8, 7 se fe asigna
el valor V. Pruebe que no existen conectivos binarios o y
A tales que laB'y es equivalente a (a o ¡ji) A 7 .
9. Decimos que una fórmula a está en forma normal conjun
tiva (abreviado: FNC) sii es una conjunción
a = 71 A •- - A Tfc
donde cada 7 , es una disyunción
= Ai v---v.am
y cada fia es o un símbolo de enunciado, o la negación de
un símbolo de enunciado.
(a) Encuentre una fórmula en forma normal conjuntiva
que sea tautológicamente equivalente a A f t B f t C.
(b) Pruebe que para cualquier fórmula podemos encon
trar una fórmula tautológicamente equivalente en for
ma normal conjuntiva.10
10. Agregamos los conectivos ceroarios T, _L a nuestro len
guaje. Para cada fórmula tp y cada símbolo de enuncia
do A, sea <pj la fórmula que se obtiene de ip reempla
zando A por T. De igual forma para (pj_. Entonces sea
ip* — (í/Jy V Pruebe lo siguiente:
(a) <p |= íp t
(b) Si <p |= jj y A no aparece en t/U entonces (p'f 1= i¡>.
(c) La fórmula p es satisf’actible sii es saiisf’actible.
Observaciones: Podemos pensar que {f/j trata de decir
todo lo que dice ip, pero sin poder usar el símbolo A.
Las partes (a) y (b) expresan que tp’l es la consecuencia,
LÓGICA DE ENUNCIADOS 85
libre de A, más fuerte de <f. Las fórmulas <-p y y/1 no
son en general tautológicamente equivalentes, pero son
“igualmente satisfactibles” por la parte (c). La operación
de construir <ft a partir de ip se llama (en otro contexto)
resolución en A.
1 1 . (Teorema de interpolación.) Si a (= ¡3, entonces existe
alguna 7 cuyos símbolos de enunciado aparecen todos
tanto en a como en (3, y tal que a |= 7 ¡= /?. Sugerencia:
use el ejercicio anterior.
Observaciones: Hay un análogo del ejercicio 11 que se
cumple para la lógica de primer orden; pero la prueba en
ese caso es muy diferente, porque no hay un análogo del
ejercicio 10.
12. ¿Es completo el conjunto {A, T , L}? Justifique su res
puesta,
6 . Circuitos digitales 4
Consideremos un dispositivo eléctrico (tradicionalmente una
caja negra) cotí n entradas y una Salida (Fig. 1). Supongamos
que a cada entrada le aplicamos una señal con uno de dos
valores y que la salida tiene uno de dos valores. Llamamos a
los dos valores posibles F y V. (También podríamos definir
el valor F com o pot encial 0 y escoger la unidad de potencial
de tal manera que el valor V tenga potencial 1.) Supongamos,
además, que el dispositivo no tiene memoria; es decir, el nivel
actual de la salida depende solamente de las entradas actuales
(y no de la historia pasada). Entonces el funcionamiento del
dispositivo queda descrito por una función booleana:
G ( X i , . . . , X n) = el nivel de salida dadas las señales
de entrada X\,. . . , Xn-
El estudio de dispositivos que satisfacen todas estas suposi
ciones constituye una parte esencial de la teoría de circuitos
4 Es posible omitir esta sección, que discute una aplicación de las ideas de
las secciones anteriores, sin pérdida de continuidad.
86 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Xi
X2 C(XUXg.Áa)
X3
FIGURA 1. Dispositivo eléctrico con tres entradas
de computadoras digitales. Existe, por ejemplo, la compuer
ta AND de dos entradas, para la cual la salida es el mínimo de
las entradas (donde F < V7)- Este dispositivo realiza la función
booleana K de la sección precedente. Es conveniente asignar
las etiquetas A¡ y A2 a las entradas y la etiqueta A¡ A A$ a la
salida.
Se pueden hacer dispositivos semejantes para otros conecti
vos. Para una compuerta OR de dos entradas (Fig. 2, p. 87),
el voltaje de salida es el máximo de los voltajes de entrada.
El correspondiente al conectivo de negación es el dispositi
vo NOT (o inversor), cuyo voltaje de salida es el opuesto al
voltaje de entrada.
A partir de varios dispositivos de este tipo se puede cons
truir un circuito, y de nuevo es natural usar fórmulas de nues
tro lenguaje formal para etiquetar los voltajes en diferentes
puntos (Fig. 3, p. 87). inversamente, dada la fórmula asociada
de esta manera a la salida, podemos reconstruir aproximada
mente el circuito, que se parece mucho al árbol de construc
ción de la fórmula.
Por ejemplo, el circuito correspondiente a
((A A B) A D) V ((A A B) A C)
probablemente sería el mostrado en la figura 4 (p. 87), Por lo
general, la duplicación del circuito correspondiente a A A B no
sería deseable.
Fórmulas tautológicamente equivalentes entre sí dan lugar
a circuitos fundamentalmente con el mismo comportamiento,
aunque posiblemente a distinto costo y (si los dispositivos no
son de operación instantánea) a distinta velocidad. Definamos
LÓGICA DE ENUNCIADOS 87
OR
F igura 2. C o m p u e r t a O R
FIGURA 3. C ir c u ito e t iq u e t a d o c o n .fó r m u la s
FIGURA 1. Cir c u it o c o r re sp o n d i e n t e a ((A /\ B) D) V ( ( A / \ B) C)
88 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
el retraso de un circuito (también llamado la profund idad) como
el máximo número de cajas a través de las cuales puede pasar la
señal al ir de una entrada a la salida. La noción correspondien
te para fórmulas se define convenientemente por rccursión.
1. El retraso de un símbolo de enunciado es 0.
2. El retraso de - a es igual a uno más el retraso de a.
3. El retraso de a A 9 es igual a uno más el máximo del
retraso de a y el retraso de (3.
Y de forma similar para los demás conectivos.
Por ejemplo, el circuito de (A] A A 2) V - A 3 usa tres disposi
tivos y tiene un retraso igual a 2. La fórmula tautológicamen
te equivalente -1 (As A (-> Ai V -1 A 2)) da lugar a un circuito
con cinco dispositivos y un retraso igual a 4. El problema que
enfrentan muchos ingenieros en computación es el siguiente:
dado un circuito (o su fórmula correspondiente), encontrar un
circuito equivalente (o una fórmula tautológicamente equiva
lente) para el cual el costo sea mínimo, sujeto a restricciones
tales como máximo retraso permisible. Para este problema se
cuenta con un catálogo de dispositivos que se pueden usar; por
ejemplo:
NOT, AND de dos entradas, OR de tres entradas.
(Es claramente deseable que los dispositivos disponibles corres
pondan a un conjunto completo de conectivos.) El catálogo de
dispositivos determina un lenguaje formal, con un conectivo
para cada dispositivo.
E jem plo 1 Entradas A, B, C. Salida: que coincida con la
mayoría de A, B y C. Dispositivos disponibles: OR de
dos entradas, AND de dos entradas. Una solución es:
( ( AA B ) V ( A A C ) ) V (B A C),
que usa cinco dispositivos y tiene un retraso de 3. Pero
una mejor solución es:
(A A (B VC) ) V ( B A C ) ,
LÓGICA DE ENUNCIADOS 89
--------A- B
O -O
—iA~
F i GURA 5. Diagrama de alambrado para (A a B) v (-> A A -.B )
que usa cuatro dispositivos y tiene el mismo retraso. L o
que es más, no hay solución que use solamente tres dis
positivos; cfr. el ejercicio 1 .
Ejemplo 2 Entradas: A y B. Salida: V si las entradas coinci
den, F si no coinciden; es decir, el circuito examina la
igualdad de las entradas. Dispositivo disponible: ÑOR
de dos entradas. Una solución es:
((A i, A) | B) | ((B 4 B) 4.A).
Esto usa cinco dispositivos; ¿existe una solución mejor?
Una pregunta más profunda es: ¿existe algún procedi
miento eficiente para encontrar una solución minimal?
Aquí solo planteamos estas preguntas. En años recientes
se ha trabajado mucho en la investigación de cuestiones
de este tipo.
Ejemplo 3 (Circuitos de relevadores.) Entradas: A, -¡A, B,
-i B , . . . Dispositivos: OR (cualquier número de entra
das), AND (cualquier número de entradas). Costo: los
dispositivos son gratis, pero cada uso de una entrada
cuesta una unidad. Par a verificar la igualdad de A y B
podríamos usar:
(A A B) V ( - . AA --.B).
El diagrama de alambrado para el circuito aparece en la
figura 5. El circuito eleja pasar corriente sii A y B tienen
el mismo valor. (Esta fórmula, equivalente a A o B, tie
ne la propiedad de que su valor de verdad cambia cuan
90 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
do cambia el valor de verdad de alguno de sus argumen
tos. Por esta razón, el circuito se usa, con interruptores
dobles, en el alambrado de iluminación de corredores.)
Pero hay un aspecto en el que los circuitos de releva
dores no satisfacen la descripción dada al comienzo de
la presente sección. Los relevadores son dispositivos bi
laterales; dejan pasar corriente en cualquier dirección.
Esta característica hace posibles los circuitos “puente”
(Fig. 6, p. 91). Los métodos descritos aquí no se aplican
a tales circuitos.
E jemplo 4 Hay cuatro entradas, y el circuito debe reali
zar la función booleana G, donde G toma el valor V en
los puntos (F, F, F, V). (F,F, V, F), (F,F, V, V), (F, V, F,F),
(F, V,F, L), (F, V, V, F), (F, V, V, V) y {V, F F, V). G toma
el valor F en los puntos {V , F TF , F }, (V..F,V,F), (V, V,F.
F), (y, V, V, F) y (V, V, V, V). En los tres puntos restantes,
( F , F , F , F ) , ( y , F , V , V ) y (L, V, F, V), no nos interesa el
valor de G. (La aplicación del circuito es tal que estas
tres combinaciones nunca ocurren.)
Sabemos que G se puede realizar usando, digamos
{ a , V, -i}; pero queremos hacer esto de manera eficien
te. El primer paso consiste en representar los datos de
una manera más comprensible. Podemos hacer esto por
medio de la figura 7 (p. 91). Como G(F, F, F, V) = V,
hemos colocado una V en el cuadro de coordenadas
(-'A., -i B, -i C, D). De forma análoga, hay una F eií el
cuadrado de coordenadas (A, B , C, D) porque G{V,
V , F , F ) — F. Los tres cuadrados que no nos interesan se
han quedado en blanco.
Ahora buscamos un patrón geométrico sencillo. El
área gris incluye todas las V y ninguna F . Corresponde
a la fórmula
h A ) V(-iCAD),
que es razonablemente sencilla y satisface todas nuestras
condiciones. Nótese que la entrada B no se necesita.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 91
O C -O
FIGURA 6. C ircuito p u en te
•---- ------'A --------- *--------- A — — ►
" -i.
& ■> 7
F F ->D
•• - i - .
- -r ' '
V v0»;1
i ■
i ' . j ' V •
>
F
■ M : í p
c
''jll; .."-i F F
----- B - ---------- B ---------- *-— i B —
FIGURA 7. D i a g r a m a p a r a e l e je m p lo 4
Ejercicios
1. En el ejemplo 1 de esta sección, verifique que n o existe
ninguna solución que use solamente tres dispositivos.
2. Definamos una literal como una fórmula que es o bien
un símbolo de enunciado o la negación de un símbolo
de enunciado, Un implicante de <p es una conjunción a
de literales (con distintos símbolos de enunciado) tal que
a (=</?. En la sección 5 de este capítulo (cfr. corolario 15C)
probamos que toda f órmula satisfactible es tautológica
mente equivalente a una disyunción a i V •••V a n donde
92 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
cada ai es un implicante de tp. Un implicante a de cp es
primo sii deja de ser un implicante al borrar cualquiera de
sus literales. Cualquier disyunción de implicantes equi
valente a ¡p, de longitud mínima, debe estar constituida
únicamente por implicantes primos.
(a) Encuentre todos los implicantes primos de
(A —> B) A ( ~1<A —!•C).
(b) ¿Cuáles disyunciones de implicantes primos tienen
la propiedad de ser tautológicamente equivalentes a
la fórmula de la parte (a)?
3. Repita (a) y (b) del ejercicio 2, pero para la fórmula
( A V n B ) A ( ^ C V D ) - > B A ((AA C) V (-.C AD)).
7 . Compacidad y efectividad
Compacidad
Ahora daremos una demostración del teorema de compacidad
mencionado anteriormente (Sec, 2). Llamemos satisfactible a un
conjunto £ de fórmulas sii existe una asignación de verdad que
satisface a todos los elementos de £ .
Teorema de compacidad Un conjunto de fórmulas es satisfacti
ble sii todos sus subconjuntos finitos son satisfactibles.
Por el momento digamos que £ es finitamente satisfactible sii
todo subconjunto finito de £ es satisfactible. Entonces el teo
rema de compacidad afirma que esta noción coincide con la
de satisfactibilidad. Nótese que si £ es satisfactible, entonces
automáticamente es finitamente satisfactible. También si £ es
finito, entonces la inversa es trivial. (Todo conjunto es un sub
conjunto de sí mismo.) La parte no trivial consiste en probar
que si un conjunto infinito es finitamente satisfactible, entonces
es satisfactible.
Demostración del teorema de compacidad La demostración consta
de dos partes. En la primera parte tomarnos nuestro
conjunto finitamente satisfactible £ y lo extendemos a
LÓGICA DE ENUNCIADOS 93
un conjunto finitamente satisfactible maximal A . En la
segunda parte usamos A para construir una asignación
de verdad que satisfaga a 2 .
Para la primera parte sea a i , a 2 . . . una enumeración
fija de las formulas. (Esto es posible porque el conjunto
de los símbolos de enunciado, y por tanto el de las expre
siones, es numerable; véase el teorema OB). Definamos
por recursión (sobre los números naturales)
A0 = 2 ,
A„; a n+i si esto es finitamente
satisfactible,
A„; -i a n+1 en otro caso.
(Recordemos que A„; a«+i = A n U { a n+1} .) Por tanto,
cada A n es finitamente satisfactible; véase el ejercicio 1.)
Sea A = ( J n A„, el límite de las A„.
Queda claro que (1) 2 C A y que (2) para toda
fórmula a o bien a 6 A, o bien (-> a ) 6 A. Además,
(3) A es finitamente satisfactible, puesto que lodo sub
conjunto finito de A es ya un subconjunto finito de al
guna A„ y es, por tanto, satisfactible.
Esto concluye la primera parte de la demostración;
ahora tenemos un conjunto A con las propiedades ( 1 )-
(3). En general, tal conjunto no es único, pero al me
nos existe uno. (Una demostración alternativa de la exis
tencia de tal A —demostración que podríamos usar aun
cuando hubiera una cantidad no numerable de símbolos
de enunciado— emplea el lema de Zorn. El lector fami
liarizado con los usos del lema de Zorn debería percibir
su aplicabilidad en el presente caso.)
Para la segunda parte de la prueba definimos una
asignación de verdad v para el conjunto de todos los
símbolos de enunciado:
v(A) = V sii A € A
para cualquier símbolo de enunciado A. Entonces, tene
mos que para toda fórmula <p,
v satisface <p sii tp E A..
94 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Esto se demuestra por inducción sobre cp; véase el ejer
cicio 2. Como E C A, v debe entonces satisfacer todos
los elementos de E . H
Corolario 17A Si S |= r , entonces existe un subconjunto
finito So C 2 tal que So j= r.
Demostración Hacemos uso del hecho elemental de que S j=
t sii S ; -i r es insatisfáctible.
E q p r para todo conjunto finito So C S
=4 So; ~>t es satisfactible para cualquier
conjunto finitoSo C S
S; - 1r es finitamente satisfactible
=4* S; -i r es satisfactible
=4 S j f r . H
En realidad,, el corolario anterior es equivalente al teorema
de compacidad; véase el ejercicio 3.
Efectividad y calculabilidad
Aunque el método de tablas de verdad es bastante engorroso
de usar, la existencia del método tiene conclusiones teóricas
interesantes. Supóngase que nos preguntamos acerca de un
conjunto E de fórmulas si existe un procedimiento efectivo que,
dada una fórmula t , decida si E j= t o si no. Entiendo por pro
cedimiento efectivo el que satisface las siguientes condiciones:
1. Debe haber instrucciones exactas (es decir, un programa)
que expliquen cómo ejecutar el procedimiento. Las instruccio
nes deben ser de longitud finita. Después de todo, tiene que
ser posible dar las instrucciones a la persona o máquina encar
gada de hacer los cálculos, y no podemos dar a alguien todo
lo que hay en un objeto infinito. Sin embargo, de antemano
nos abstenemos de imponer un límite superior a la longitud
de las instrucciones. Si hay más líneas en las instrucciones que
electrones en el universo, solamente alzamos los hombros y de
cimos: “Ese es un programa bastante largo.”
2. Estas instrucciones no deben exigir ni ingenio ni origina
lidad de parte de la persona o la máquina que haya de seguir
LÓGICA DE ENUNCIADOS 95
las, La idea es que un empleado diligente (que no sepa mate
máticas pero que sea muy bueno para seguir instrucciones) o
nuestra computadora (que no piensa) sean capaces de ejecutar
las instrucciones. Es decir, debe ser posible que las instruccio
nes se implementen mecánicamente. El procedimiento debe evitar
medios aleatorios (como lanzar una moneda) o cualquier otro
recurso que, en la práctica, sólo sea aproximado.
3. En el caso de un procedimiento de decisión, como el men
cionado anteriormente, el procedimiento debe ser tal que, da
da una fórmula r, produzca una respuesta afirmativa o negati
va después de un número finito de pasos. (Es decir, el procedi
miento debe ser un algoritmo para determinar la respuesta.)
Por otro lado, no ponemos anticipadamente ninguna cota
en la cantidad de tiempo que podría requerirse antes de que
aparezca la respuesta. Tampoco ponemos de antemano ningu
na cota en la cantidad de papel (o de algún otro medio de
almacenamiento) que se pueda requerir. Todo esto depende
rá, entre otras cosas, de la entrada r. Pero, para cualquier r , el
procedimiento debe exigir sólo un número finito de pasos para
producir la respuesta, y por tanto sólo consumirá una cantidad
finita de papel. No se vale realizar un número infinito de pasos
y después dar la respuesta.
La gente que usa computadoras digitales puede considerar
que un procedimiento es efectivo sólo cuando su máquina lo
puede llevar a cabo en un tiempo “razonable”. Desde luego, el
tiempo razonable puede cambiar según las circunstancias; tal
vez esa gente planee comprar una máquina más rápida y con
más memoria el año siguiente; para entonces, su idea de lo que
pueda hacerse en un tiempo razonable aumentará considera
blemente. Lo que aquí queremos es un concepto de procedi
miento efectivo que sea el caso ideal donde se eliminen todas
las restricciones prácticas acerca del tiempo de proceso y del
espacio de memoria.
Por supuesto que la descripción anterior difícilmente puede
considerarse una definición precisa de la palabra “efectivo";
de hecho, en este libro usaremos esta palabra solamente de
una manera informal e intuitiva. (En el capítulo III encontra
remos una contrapartida precisa, el concepto de “recursivo”.)
96 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Pero mientras nos restrinjamos a afirmaciones positivas de que
sí existe un procedimiento efectivo de cierto tipo, basta el pun
to de vista intuitivo. Simplemente hacemos uso del procedi
miento, probamos que sirve, y las demás personas estarán de
acuerdo en que es efectivo. (Pero esto descansa sobre el he
cho empírico de que los procedimientos que a un matemático
le parecen efectivos también le parecen así a otros.) Si quisiéra
mos un resultado negativo, de que no existe un procedimiento
efectivo de cierto tipo, entonces este punto de vista intuitivo
no sería adecuado. (En el capítulo III sí necesitaremos obtener
precisamente tales resultados negativos.) Como la noción de
efectividad es intuitiva, señalaremos con un asterisco las defi
niciones y teoremas que la involucren. Por ejemplo:
‘Teorema 17B Existe un procedimiento efectivo que, dada
cualquier expresión e, decide si es una fórmula o no
lo es.
Demostración Véanse el algoritmo de la sección 3 de este
capítulo y las notas correspondientes. H
Aquí hay una cuestión técnica que surge del hecho de que
nuestro lenguaje tiene una infinidad de símbolos de enuncia
do diferentes. Cuando hablamos de que una expresión £ está
“dada”, nos imaginamos que alguien pudiera poner por escri
to los símbolos de e, uno tras otro. Resulta inverosímil que al
guien tenga la capacidad para escribir todos y cada uno de esa
infinitud de símbolos. Para evitar esto, adoptamos el siguien
te “formato de entrada/salida”: en lugar de escribir A 5, por
ejemplo, usamos A "", una cadena de cinco símbolos. Ahora el
número total de símbolos en nuestro alfabeto es sólo de nueve:
(. ). “S A, V, ■{-», A, y '.
(Si identificamos estos nueve símbolos con los dígitos 1-9, ¡ob
tendremos expresiones que lucen particularmente conocidas
en entornos computacionales! Y todavía tenemos el dígito 0
para separar expresiones.)
El teorema 17B afirma que el conjunto de todas las fórmulas
es decidible en el sentido de la siguiente definición:
LOGICA DE ENUNCIADOS 97
‘Definición Un conjunt o £ de expresiones es decidióle sii existe
un procedimiento efectivo que, dada una expresión ce,
decida si a € £ o no.
Por ejemplo, todo conjunto finito es decidible. (Las instruc
ciones pueden simplemente listar el número finito de elemen
tos del conjunto; entonces el algoritmo puede cotejar la entrada
con la lista.) Algunos conjuntos infinitos son decidióles, pero
no todos. Por un lado, hay un número incontable (2K%para ser
exactos) de conjuntos de expresiones. Por otro, sólo puede ha
ber un número contable de procedimientos efectivos. Esto es
así porque un procedimiento está completamente determina
do por sus instrucciones (finitas). Solamente hay No sucesiones
finitas de letras, y las instrucciones, al ponerlas por escrito,
constituyen una sucesión finita de letras.
‘Teorema 17C Hay un procedimiento efectivo que, dado un
conjunto finito £ ; r de fórmulas, decide si £ t o no.
Demostración El procedimiento de tablas de verdad (sección 2
de este capítulo) cumplo con lo requerido. H
En este teorema hemos especificado la finitud de £ ; r , ya
que no se puede “dar” de manera directa o efectiva la totalidad
de un objeto infinito.
‘Corolario 17D Dado un conjunto finito £ , el conjunto de las
consecuencias tautológicas de £ es decidible. En parti
cular, es decidible el conjunto de las tautologías.
Si £ es un conjunto infinito —aún uno decidible—, entonces,
por lo general, el conjunto de sus consecuencias tautológicas
puede no ser decidible (véase el capítulo III). Pero podemos
obtener un resultado más débil que, en cierto sentido, es la
mitad de la decidibilidad.
Llamemos a un conjunto A de expresiones efectivamente nu
merable sii existe algún procedimiento efectivo que produzca
una lista, en algún orden, de los elementos de A. Si A es in
finito, entonces tal vez el procedimiento nunca termine. Pero,
a la larga (es decir, después de un tiempo finito), cualquier
elemento particular de A debe aparecer en la lista.
98 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Para que el lector pueda apreciar mejor esta noción, enun
ciaremos ahora una manera equivalente de formularla.
Teorema 17E Un conjunto A de expresiones es efectivamen
te numerable sii existe un procedimiento efectivo que,
dada cualquier expresión e, produce la respuesta “sí” en
el caso de que £ 6 A.
Si £ ^ A. el procedimiento podiía producir la respuesta
“no”; lo más probable es que continúe indefinidamente sin pro
ducir ninguna respuesta, pero no debe mentirnos y producir
la respuesta "sí”. Tal procedimiento se conoce como procedi
miento de semidecisión (es la mitad de un procedimiento de de
cisión):
'Definición Un conjunto A de expresiones es semidecidible sii
existe un procedimiento efectivo tal que, dada una ex
presión £. produce la respuesta “sí” sii £ 6 A.
Así, el teorema 17E añrma que un conjunto es efectivamente
numerable sii es semidecidible.
Demostración Si A es efectivamente numerable, entonces dada
cualquier e, podemos examinar la lista de los elementos
de A mientras nuestro procedimiento la produce. Sólo
cuando £ aparezca, decimos “sí”. (Así, si £ f A, no se
da ninguna respuesta. Esto es lo que impide que A sea
decidióle. Si £ no ha aparecido entre los primeros 1010
elementos enumerados de A, en general no hay manera
de saber si £ 0 A —en cuyo caso deberíamos dejar de
buscarlo— o si £ aparecerá justamente en el siguiente
paso.)
A la inversa, supongamos que tenemos el procedi
miento descrito en el teorema y queremos crear una lista
de los elementos de A. La idea es enumerar todas las ex
presiones y aplicar nuestro procedimiento dado a cada
una, pero debemos administrar el tiempo de manera ra
zonable. Es bastante fácil enumerar efectivamente todas
las expresiones:
El,£9,ESt ■••
Luego procedemos de acuerdo con el siguiente plan:
l.ÓGICA DE ENUNCIADOS 99
1. Dedicar un minuto a verificar si e\ es elemento de A
(usando el procedimiento dado).
2. Dedicar dos minutos a verificar s u luego dos minu
tos a eg.
3. Dedicar tres minutos a £i, luego tres minutos a £§,
y tres minutos a £3.
Y así sucesivamente. Por supuesto, siempre que nues
tro procedimiento produzca un “sí”, colocaremos la ex
presión aceptada en la lista de salida. De esta manera
llegará un momento en que todo elemento de A apare
cerá en la lista. (Aparecerá una infinidad de veces a me
nos que modifiquemos las instrucciones anteriores para
evitar la duplicación.) H
Queda claro que cualquier conjunto decidióle es también se-
midecidible. (Aun si el foco que indica “no” estuviera fundido,
tendremos un procedimiento de semidecisión.) De aquí que
todo conjunto decidióle sea efectivamente numerable.
Teorema 17F Un conjunto de expresiones es decidióle sii
tanto él como su complemento (con respecto al conjunto
de todas las expresiones) son efectivamente numerables.
Ejercicio 8 . Algunas veces este resultado se co
D e m o s tra c ió n
noce como “teorema de Kleene”. d
Obsérvese que si los conjuntos A y B son efectivamente nu
merables, entonces también lo son A U B y A n B (Ejercicio 11).
La clase de los conjuntos decidióles también es cerrada bajo
unión e intersección y además lo es bajo complementación.
Ahora un resultado más sustancial:
Teorema 17G Si E es un conjunto decidióle de fórmulas,
entonces el conjunto de las consecuencias tautológicas
de S es efectivamente numerable.
Demostración De hecho, basta con que S esté efectivamente
enumerado; consideremos una enumeración
<71.02,03,. , .
Dada cualquier fórmula r , podemos verificar sucesiva
mente (por medio de las tablas de verdad) si es que
100 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
0 H T>
{<?i} 1= r ,
W\> # 2 } (= r,
{(TLcra.CTs} t= t.
etcétera. Si alguna de estas condiciones se cumple, en
tonces contestamos“sí”. Si no, continuamos probando.
Esto produce una respuesta afirmativa siempre y
cuando £ ^ r , por el corolario al teorema de compa-
cidad.
Más adelante nos hará falta usar procedimientos efectivos
para calcular- funciones. Diremos que una función / es efectiva-
mente calculable (o simplemente calculable) sii existe un procedi
miento efectivo que, dada una entrada x, produzca a la larga la
salida correcta f ( x ) .
Ejercicios
1. Supongamos que todo subconjunto finito de £ es satis-
factible, Pruebe que también lo es al menos uno de los
conjuntos £ ; oc y £ ; -1 a. (Esto forma parte de la demos
tración del teorema de compacidad.) Sugerencia: Si no lo
es, entonces Si; a y £ 2;-! a son no satisfactibles para al
gunos subconjuntos finitos £1 C £ y £ 2 C £ . Considere
£1 U£j¡.
2. Sea A un conjunto de fórmulas tal que (i) todo subcon
junto finito de A es satisíáctible, y (ii) para toda fórmu
la a, o bien a f A o bien (->«) € A. Definamos la asig
nación de verdad v:
para cada símbolo de enunciado A. Pruebe que para toda
fórmula <p. v {<p) = V sii <p £ A. (Esto forma parte de
la demostración del teorema de compacidad.) Sugerencia:
Use inducción sobre ip.
LÓGICA DE ENUNCIADOS 101
3. Pruebe que a partir del corolario del teorem ade compaci
dad podemos demostrar el teorema de compacidad mis
mo (mucho más fácilmente que si no lo supusiéramos).
4. En 1977 se probó que todo mapa plano puede colorearse
con cuatro colores. Desde luego, la defi nición de “mapa”
requiere que haya sólo un número finito de países. Pero
ampliando el concepto, supongamos que tenemos un ma
pa plano infinito (pero numerable) con los países C\, C%
Cs. . . . Demuestre que este mapa plano infinito también
puede colorearse con cuatro colores. (Sugerencia: Divida
los símbolos de enunciado en cuatro partes. Por ejemplo,
un símbolo de enunciado puede usarse para traducir “El
país Cr se colorea de rojo”. Forme un conjunto E i de for
mulas que digan, por ejemplo, C-, es exactamente de uno
de los colores. Form e otro conjunto £¡2 de fórmulas que
digan, para cada par de países fronterizos, que no son del
mismo color. Aplique compacidad a £ i U £¡2 )
5. Dado un conjunto de fórmulas E , definimos una deduc
ción a partir de E como una sucesión finita {ao ........ ctn)
de fórmulas, tal que para cada k < ny o bien (a) ay, es
una tautología, o (b) a/¡ € E, o (c) a¿ es (c¿j —i- oy¡) para
alguna i y alguna j menores que k. (En el caso (c) decimos
que cxk se obtiene por modu.fponens a partir de a¡ y de cij.)
Haga una deducción a partir del conjunto
{-• S V R , R - > P , S)
cuyo último elemento es P.
6. Sea (cto, ■■■>¿O tina deducción a partir de un conjunto
de formulas E , como en el problema anterior. Pruebe
que E |= ay, para cada k < n. Sugerencia: Use inducción
fuerte sobre k, de modo que la hipótesis inductiva sea que
E |= a ¡ para toda i < k.7
7. Pruebe que si E |= r , entonces existe una deducción a
partir de E, cuyo último elemento es r . Observación: Este
resultado se conoce como “completud”; los conceptos de
los ejercicios 5 -7 volverán a aparecer en la sección 4 del
capítulo II.
102 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
8. Demuestre el teorema 17F. Observación: Dos procedi
mientos de semidecisión forman un todo.
*9. Las nociones de dccidibilidad y enumerabilidad efectiva
no sólo son aplicables a conjuntos de expresiones, sino
también a conjuntos de enteros o a conjuntos de pare
jas de expresiones o de enteros. Pruebe que un conjun
to A de expresiones es efectivamente numerable sii existe
un conjunto decidible B de parejas {a, n) (que constan de
una expresión a y un entero n) tal que A = dom B.
10. Sea E un conjunto efectivamente numerable de fórmulas.
Suponga que para cada fórmula r , o E |= r , o E |= -i r.
Pruebe que el conjunto de las consecuencias tautológicas
de E es decidible.
(a) Hágalo considerando que “o” se interpreta en el sen
tido exclusivo: o bien E f= r , o bien E |= -> r, pero
no ambos.
(b) Hágalo considerando que “o” se interpreta en el sen
tido inclusivo: o S f=T, o S -i r, o ambos.12
11. (a) Explique por que la unión de dos conjuntos efecti
vamente numerables también es efectivamente nume
rable.
(b) Explique por qué la intersección de dos conjuntos
efectivamente numerables también es efectivamente
numerable.
12. Para cada una de las siguientes condiciones, dé un ejem
plo de un conjunto de fórmulas no satisfactible T que
cumple la condición.
(a) Cada elemento de T es, en sí mismo, satisfactible.
(b) Para cualesquiera dos elementos 71 y 79 de T, el con
junto { 7 1, 72} es satisfactible.
(c) Para cualesquiera tres elementos 7 1 , 79 y 73 de T, el
conjunto { 71, 72, 73} es satisfactible.
íl
LÓGICA DE PRIMER ORDEN
0 . Comentarios preliminares
En el capítulo anterior se presentó el primero de nuestros mo
delos matemáticos de pensamiento deductivo. Esc modelo es
muy simple, de hecho, demasiado simple. Es fácil pensar en
ejemplos de deducciones intuitivamente correctas que no pue
den ser reflejadas adecuadamente en un modelo de lógica de
enunciados.
Supongamos que comenzamos con una serie de hipótesis
(en español) y una posible conclusión. Al traducir todo esto al
lenguaje de la lógica de enunciados, tendremos un conjunto E
de hipótesis y una posible conclusión r. Ahora bien, si tenemos
que E (= r , sentimos entonces que la deducción original en
español era válida; pero si encontramos que E ^ r , entonces
no tendremos certeza. Es posible que esto se deba a que el
modelo de la lógica de enunciados es demasiado tosco para
reflejar la sutileza de la deducción original.
Este capítulo presenta un sistema lógico con mucha mayor
capacidad. De hecho, cuando el “matemático activo” encuentra
una prueba, casi invariablemente dicha prueba se podrá refle
jar en el sistema presentado en este capítulo.
En primer lugar,. queremos hacer'una descripción informal
de las características que podrían tener nuestros lenguajes de
primer orden (o al menos de las que son capaces de simular).
Comenzamos con un caso especial, el lenguaje de primer or
den para la teoría de los números. Para este lenguaje existe una
manera a propósito de traducirlo ai español y de éste a aquél
(Tabla VII).
104 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Tabla Vil
Expresión formal Traducción
0 “Cero.” Aquí, 0 es un símbolo de constante
que representará al número 0.
SI “El sucesor de t.” Aquí, S es un símbolo de
función de un argumento, t, se considerará
como una expresión para representar algún
número a. Entonces, Sí nombra a S(a), el
sucesor de a. Por ejemplo, tenemos que SO
representa al número 1.
< V\W2 “»i es menor que v g . ” Aquí, < es un sím
bolo de predicado de dos argumentos. Al
final de la sección 1 del capítulo I I adop
taremos convenciones que nos permitirán
abreviar la expresión en un estilo más co
mún: vi < V '¿.
V “Para todo número natural.” El símbolo V
es el símbolo de cuantificador universal. De
una forma más general, con cada traduc
ción del lenguaje al español habrá deter
minado conjunto asociado A (usualmente
llamado el universo); V será entonces “para
todo elemento del universo A”,
Vwi < 0v> “Para todo número natura! cero es me
nor que vi." O de una manera más eufóni
ca: “Todo número natural es mayor que 0.”
Este enunciado formal es falso con el signi
ficado de la traducción, va que cero no es
mayor que sí mismo.
Se menciona una abreviatura en la Tabla V il y habrá otras
más (Tabla VIII, de la p. 105),
En realidad no seremos tan generosos como las tablas lo su
gieren. Hay dos medidas de carácter económico que podemos
poner en práct ica para simplificar sin ninguna pérdida esencial
de expresividad lingüística:
En primer lugar, elegiremos como nuestros símbolos de co
nectivo para enunciados solamente —•y —>. Como se mencionó
anteriormente en la sección 5 del capítulo I, sabemos que éstos
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 105
Tabla Vil!
Expresión abreviada Traducción
“x es igual a y ” . En la forma no
X
II
abreviada, esto se convertiría en
= *>
Bv “Existe un número natural v tal
que”, 0 de una manera más gene
ral, “existe un elemento del uni
verso tal que”.
3 » ] V »2 v i = »2 “Existe exactamente un número
natural.” De nuevo, este enuncia
do formal resulta falso con el sig
nificado de la traducción.
V »i(0 < ») V 0 - »¡) “Todo número nat ural es mayor 0
igual que cero.”
forman un conjunto completo y por lo mismo no hay una razón
que obligue a utilizar más.
En segundo lugar, renunciamos al lujo de tener un cuantifi-
cador exístencial, 3x. En lugar de éste usamos Esto se
justifica, ya que una oración en español tal como
Hay algo podrido en Dinamarca
es equivalente a
No es el caso que para todo x, x no está podrido
en Dinamarca.
Por lo tanto, la fórmula 3 vi V«2 se convierte, en forma
no abreviada, en
(-1 V í >i ( - i = v\ ¡^2))-
Como ejemplo de un lenguaje a propósito para el caso, po
dríamos traducir “Sócrates es un hombre” com o Hs, donde
H es un símbolo de predicado de un argumento que se utili
za para traducir “es un hombre’’ y 5 es un símbolo de cons
106 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
tante que se utiliza para nombrar a Sócrates. De manera si
milar, para traducir “Sócrates es mortal”, utilizamos Ms. Por
lo tanto, “Todos los hombres son mortales” se traduce como
V vi (/ Jvi —> M »i).
Es posible que el lector reconozca los símbolos V y 3 a par
tir de contextos matemáticos anteriores. De hecho, cuando en
sus exposiciones escriben en el pizarrón, algunos matemáticos
ya utilizan un lenguaje casi totalmente formalizado, con sólo
unos cuantos vestigios del español. El hecho de que nuestros
lenguajes de primer orden se asemejen al de ellos no es un
mero accidente. Queremos que sea posible dar un paso atrás
y estudiar no sólo los conjuntos o los grupos, sino además los
enunciados de la teoría de grupos o de conjuntos. (Algunas
veces se usa el término metamatemáticas-, dicha palabra sugiere
el procedimiento de dar un paso atrás para examinar lo que
el matemático está haciendo.) Los objetos que ahora estudia
usted, el lógico, son los enunciados que usted, el teórico, utili
zó anteriormente en el estudio de los conjuntos. Esto requiere
formalizar el lenguaje de la teoría de conjuntos, y nosotros de
seamos incorporar a nuestros lenguajes fórmales las caracterís
ticas utilizadas, por ejemplo, en la teoría de conjuntos.
1 . lenguajes primer orden
En lo sucesivo asumiremos que tenemos un número infinito de
objetos distintos (que denominamos símbolos), ordenados de
acuerdo con lo siguiente:
A. Símbolos lógicos
0. Paréntesis: {, ).
1. Símbolos de conectivo para enunciados:
2- Variables (una para cada entero positivo n):
3. Símbolo de igualdad (opcional): = .
B. Parámetros
0. Símbolo de cuantificador: V.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 107
1. Símbolos de predicado: para cada entero positivo n,
algún conjunto (posiblemente vacío) de símbolos, de
nominado símbolos de predicado de n argumentos.
2. Símbolos de constante: algún conjunto (posiblemen
te vacío) de símbolos.
3. Símbolos de función: para cada entero positivo n, al
gún conjunto (posiblemente vacío) de símbolos, de
nominados símbolos de función de n argumentos.
En A .3 permitimos la posibilidad de existencia del símbolo
de igualdad, pero no damos por hecho su presencia. Algunos
lenguajes contarán con él y otros no. El símbolo de igualdad es
un símbolo de predicado de dos argumentos, pero se distingue
de otros símbolos de predicados de dos argumentos por ser un
símbolo lógico más que un parámetro. (Este estado afectará su
comportamiento cuando se traduzca al español.) Es necesario
que asumamos que se encuentra presente algún símbolo de
predicado de n argumentos para algún n.
En B.2, los símbolos de constante también se llaman símbo
los de función de 0 argumentos. Con frecuencia, esto permitirá
dar un tratamiento unifórme a los símbolos que se encuentran
en B.2 y B.3.
Al igual que antes, asumimos que cada símbolo es distinto y
ningún símbolo es una sucesión imita de otros símbolos.
Con el fin d e especificar qué lenguaje tenemos ante nosotros
(que difiere de otros lenguajes de primer orden), debemos:
(i) decir si se encuentra presente o no el símbolo de igualdad,
y (ii) decir cuáles son los parámetros.
A continuación damos una lista de algunos ejemplos de lo
que sería este lenguaje:
1. Lenguaje pttro de predicados
Igualdad: no.
Símbolos de predicado de n argumentos: A\, Ag,. . .
Símbolos de constante: ai, a? , . . .
Símbolos de función de n argumentos (n > 0): ninguno.
2. Lenguaje de la teoría de conjuntos
Igualdad: sí (normalmente).
108 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Parámetros de predicado: un símbolo de predicado de dos
argumentos € .
Símbolos de función: ninguno (u ocasionalmente un símbo
lo de constante í)),
3. Lenguaje de la teoría elemental de números (como en el capí
tulo III)
Igualdad: sí.
Parámetros de predicado: un símbolo de predicado de dos
argumentos < .
Símbolos de constante: el símbolo 0.
Símbolos de función de un argumento: S (para el sucesor).
Símbolos de función de dos argumentos: + (para la suma),
- (para la multiplicación), y E (para la cxponcneiación).
En los ejemplos 2 y 3 liay ciertas traducciones usuales para
los parámetros. A continuación presentamos varios ejemplos
de enunciados que pueden traducirse a estos lenguajes y unos
cuantos ejemplos de enunciados que no pueden ser traduci
dos así.
Es importante notar que nuestra noción de lenguaje incluye
el lenguaje de la teoría de conjuntos. Se suele aceptar que, en
general, las matemáticas se pueden representar en la teoría de
conjuntos. Esto significa que:
(a) Los enunciados en matemáticas (como el teorema funda
mental del cálculo) pueden expresarse en el lenguaje de
la teoría de conjuntos; y
(b) Los teoremas de matemáticas son consecuencia lógica de
los axiomas de la teoría de conjfmtos.
Nuestro modelo de lógica de primer orden es totalmente ade
cuado para reflejar este procedimiento.
Ejemplos en el lenguaje de la teoría de conjuntos. Aquí
se pretende que V signifique “para todos los conjuntos”
y € signifique “es elemento de”.
1. “No existe un conjunto del cual todo conjunto sea
elemento.” Traduciremos esto al lenguaje de la teoría de
con juntos en varios pasos. Los enunciados intermedios
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 109
no están ni en español ni en lenguaje formal, sino en
una mezcla de ambos.
-i [Existe un conjunto del cual todo conjunto es ele
mento]
“i 3 [Todo conjunto es elemento de zn]
—<3 Vz>2 V9 £ V\
Aunque resulta tentador detenernos aquí, ahora debe
mos reemplazar v2 E v\ por € v2 z>i, debido a que los
símbolos de predicado siempre irán a la izquierda en
dichos contextos. Además se deberá reemplazar 3 z>j y
poner en su lugar -iVzq->, tal com o se mencionó ante
riormente. Debemos utilizar el número correcto de pa
réntesis. El producto terminado es:
(-n (—■V»i (—■V e ¡?2»i))).
2. Axioma del par: “Para cualesquiera dos conjun
tos, existe un conjunto cuyos elementos son exactamente
los dos conjuntos dados.” De nuevo traduciremos por
pasos.
V v\ V [Existe un conjunto cuyos elementos son pre
cisamente v\ y »g]
V»i V ví 3 v? [Los elementos de v-¿ son exactamente
»i y v2]
Vt»i Vt»2 3t>s \/v4 (r»4 6 V I»4 = v2)
Ahora reemplazaremos 3t»s por v4 € por
6 r»4 r»3 y »4 = v, por = v4 v¡. Además, debemos eliminar
o y V en favor de los conectivos elegidos —»• y -i. En
tonces,
a V 0 se convierte en a —)>/0;
a O /? se convierte en -i ( { a —^ /3) —> —>(/? —í- a )) .
El producto terminado es
Vzn V^2 ( - , V» s ( ^ V » 4 ("’ ((6 v4 v 3 -> ((-■ = vívi) ->
- V4V2)) -> (_ ,(( (- ' = »4»i) - * = V4 V2 ) —> € ^4 ^3))))))-
110 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
El producto terminado no resulta ni por asomo tan fácil de
leer como la versión que le precedió. Ya que no tenemos inte-
rés en hacernos deliberadamente la vida difícil, a la larga adop
taremos reglas convencionales que nos permitan evitar ver el
producto terminado, Pero por el momento se considerará lo
anterior como una novedad interesante aunque poco atractiva.
E j e m p l o s en el lenguaje de la teoría elemental de los nú
meros. Aquí se pretende que V signifique “para todos
los números naturales” y que < , 0, + , •y E tengan sus
significados obvios.
1. Como nombre para el número natural 2 tenemos el
término SSO, ya que 2 es el sucesor del sucesor del cero.
De forma similar, para el 4 tenemos el termino SSSSO.
Para la frase “2 + 2 ” resulta tentador utilizar SSO + SSO;
pero adoptaremos la convención de poner siempre a la
izquierda el símbolo de función (es decir, utilizaremos
la notación polaca para los símbolos de funciones); en
tonces tendremos que para la frase en español “2 + 2”
usaremos el término + SSO SSO. El enunciado en espa
ñol “dos más dos es cuatro” se traduce como
- + SSO SSO SSSSO
(Los espacios se insertaron para ayudar al lector, pero
no constituyen una característica oficial del lenguaje.)
2 . “Cualquier número natural distinto de cero es el
sucesor de algún número.” Realizaremos la traducción
en tres pasos:
V v\ [Si i/i es diferente de cero, entonces v\ es el suce
sor de algún número.]
V (f i t 0 —> 3 í>9í»i = S v¡).
Vi/¡((-' = i/¡0) —» ( - Vi/2 (-> = viSvt))).
3 . “Cualquier conjunto no vacío de números naturales
tiene un elemento mínimo.” Esto no puede traducirse
a nuestro lenguaje, porque no podemos expresar “cual
quier . . . conjunto". Esto requiere algo como el lenguaje
LOGICA DE PRIMER ORDEN 111
(de primer orden) para la teoría de conjuntos o un len
guaje de segundo orden para la teoría de los números.
De cualquier manera, podríamos traducir “El conjunto
de primos tiene un elemento mínimo.” (El primer paso
es convertir este enunciado en “hay un mínimo primo”.
Dejamos los pasos restantes al lector; algunas sugeren
cias para resolverlo se encuentran en la siguiente sec
ción.)
Ejemplos en lenguajes ad hoc.
1. “Todas las manzanas están malas.”
V ( A Vi —> B v i).
2. “Algunas manzanas están malas.”
Paso intermedio: (A^i A Bvi).
Producto terminado: (_'V ü i ( - i ( - i ( A ü i —¥
{-' B v i ))))).
Estos dos ejemplos ilustran patrones que surgen conti
nuamente. Un enunciado en español que afirma que, en
una determinada categoría, todo tiene alguna propiedad
se traduce como:
Vv( __ _J-
Un enunciado que afirma que en la categoría hay algún
objeto o algunos objetos que tienen la propiedad se tra
duce como:
B v(_A _).
El lector deberá tener precaución para no confundir
estos dos patrones; por ejemplo,
Vy1(A»i A B v i)
se traduce como “Toda cosa es una manzana y está
m ala”, que es un enunciado mucho más fuerte que el
del primer ejemplo. De forma similar, 3z>i (A »i —> B v i)
traduce “Existe algo que está malo, si es una manzana”.
112 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Esta afirmación es mucho más débil que el enunciado
del segundo ejemplo. Es verdadero (por vacuidad), aun
si todas las manzanas est án buenas, considerando sola
mente que el mundo tenga alguna otra cosa que no sea
una manzana.
3. “El papá de Roberto puede ganarle al papá de cual
quier otro niño de la cuadra.” Establezca un lenguaje en
donde V signifique “para toda la gente”, K x signifique
ux es un niño de la cuadra”, b signifique “Roberto”, Bxy
traduzca “x puede ganarle a y”, y f x signifique “el papá
de x'. Entonces una traducción es:
V »i(K »i - i ((-. = n b ) ^ B f b f v i)).
4. En cálculo aprendemos el significado de “la fun
ción /con verge a L cuando * se aproxima a a
V e ( e > 0 —> > 0 A V xflx — a| < S -»■ \fx — L\ < e ))).
Esto es, aparte de los asuntos de notación, una fórmu
la del tipo que nos interesa, que utiliza un símbolo de
predicado para el orden, símbolos de función para /
resta y valores absolutos, y símbolos de constante para
0, a y L.
Fórmulas
Una expresión es una sucesión finita de símbolos. Por supuesto,
la mayoría de las expresiones son absurdas, pero existen ciertas
expresiones interesantes: los términos y las fórmulas.
Los términos son los sustantivos y los pronombres de nues
tro lenguaje; pueden entenderse como las expresiones que
nombran a los objetos. Las fórmulas atómicas serán aquellas
fórmulas que no tengan ni símbolos de conectivo ni símbolos
de cuantificador.
Todas
Fórmalas Otras
Términos las demás
atómicas fórmulas expresiones
Fórmulas
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 113
Los términos se deíincn como aquellas expresiones que pue
den construirse a partir de los símbolos de constante y de las
variables al prefijarles los símbolos de fundón. Para volver a
enunciar esto en la terminología del capítulo I, definimos para
cada símbolo de función / de n argumentos, una operación de
construcción de términos T f de n argumenlos sobre las expre
siones:
= Je i
Definición El conjunto de términos es el conjunto de expre
siones que pueden construirse a partir de símbolos de
constante y variables al aplicar (cero o más veces) las
operaciones ’J-f.
Si no hay símbolos de función (además de los símbolos de
constante), entonces los términos serán únicamente los símbo
los de constante y las variables. Para este caso no necesitamos
una definición inductiva.
Nótese que utilizamos notación polaca para los términos, al
ubicar el símbolo de función a la izquierda. Los términos no
contienen paréntesis ni comas. Más adelante probaremos un
resultado de unicidad de la lectura, mostrando que dado un
término, podemos descomponerlo sin ambigüedades.
Los términos son las expresiones que se traducen como los
nombres de los objetos (o frases nominales), en contraste con
las fórmulas, que se traducen como afirmaciones acerca de los
objetos.
Algunos ejemplos de términos en el lenguaje de la teoría de
los números son
+ V2 SO,
SSSSO,
+ Eiq SSOEuj SSO.
Las fórmulas atómicas desempeñarán un papel más o menos
análogo al que desempeñan los símbolos de enunciado en la
lógica de enunciados. Una fórmula atómica es una expresión de
la forma
P h - - - l n,
114 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
donde P es un símbolo de predicado de n argumentos y
íi, ■■•, ln son términos.
Por ejemplo, = iq v% es una formula atómica, ya que = es
un símbolo de predicado de dos argumentos y cada variable es
un término. En el lenguaje de la teoría de conjuntos tenemos
la fórmula atómica G v¿ v$.
Nótese que las fórmulas atómicas no se definen de forma
inductiva. En lugar de hacerlo, nos hemos limitado a decir
explícitamente cuáles expresiones son fórmulas atómicas.
I ,as fórmulas (o fórmulas bienformadas) son aquellas expresio
nes que pueden construirse a partir de las fórmulas atómicas
mediante el uso (cero o más veces) de los símbolos de conec
tivo y del símbolo de cuantificador. Podemos volver a expresar
esto usando la terminología del capítulo I si definimos prime
ro algunas operaciones de construcción de fórmulas sobre las
expresiones:
£ ,(7 ) — ( _17)»
(7. <5) = (7 -> í),
Q i( 7) =Vi>¡7.
Definición El conjunto de las fórmulas es el conjunto de ex
presiones que pueden construirse a partir de las fórmu
las atómicas al aplicar (cero o más veces) las operaciones
y Qi{i = 1, 2, ■■
Por ejemplo, por una parte tenemos que -iv$ no es una
fórmula. (¿Por qué?) Por otra parte,
Vin ( ( - 1V i -1 £ z»3vi)) —¥ (->Vvo (G »2 —i►
es una fórmula, como lo demuestra el árbol de la página si
guiente. Pero se requiere cierta cantidad de estudio para des
cubrir que esta fórmula es el axioma de regularidad de la teoría
de conjuntos.
Variables libres
Dos ejemplos de fórmulas son Viq € viv\ y (-iViq(-iVi^ G
V2 üi))- No obstante, hay una importante diferencia entre estos
dos ejemplos. El segundo podría traducirse como:
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 115
V »3 Vv2
E V$V\ € v% i<¡ -»
-T
e IÍ4 »2 y
6 »i
Existe u n conjunto tal que todo conjunto es elemento suyo.
Sin embargo, el primer ejemplo sólo puede traducirse como
un enunciado incompleto:
Todo conjunto es elemento d e ____\.
No nos es posible terminar el enunciado sin saber qué hacer
con tq. En este tipo de casos, diremos que vi ocurre libre en
la fórmula V v% E v-> i/j. En contraste, no hay variables que
ocurran libremente en ( - 1V £ ^2^1))- Pero, por su
puesto, necesitamos una definición precisa que no requiera re
ferirse a las posibles traducciones al español, sino que se remita
únicamente a los símbolos mismos.
Consideremos cualquier variable x. Definimos para cada
fórmula a, lo que significa que * ocurre libre en a. Hacemos
esto por recursión:
1. Para a atómica, x ocurre libre en a sii x ocurre en (es
decir, es símbolo de) a.
116 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
2. x ocurre libre en ( - i a ¡ sii x ocurre libre en a.
3. x ocurre libre en ( a —*•/3) sii x ocurre libre en a o enj3.
4. x ocurre libre e n V v ¡ a sii x ocurre libre e n a - y x ^
Esta definición usa implícitamente el teorema de recursión.
Podemos reíormular la situación en términos de funciones. Co
menzamos con la función h, que se define en fórmulas ató
micas:
h (a ) = el conjunto de todas la variables, si existe alguna,
en la fórmula atómica a.
Y queremos extender h a una función h definida en todas las
fórmulas de tal manera que
h { £ 4 ( * ) ) = h{a)-.
k (£ ^ (a ,P ))= h .(a )U k ((3 ),
h(Q¡(a)) = h { a ) después de quitar v¡ si se encuentra
presente.
Entonces podemos decir que x ocurre libre en a (o que x es
una variable libre de a). La existencia de una única h (y he aquí
lo significativo de nuestra definición) se sigue del teorema de
recursión de la sección 4 del capítulo I y del hecho (comproba
do en la sección 3 de este capítulo) de que cada f órmula tiene
una descomposición única.
Si ninguna variable ocurre libre en la fórmula a (es decir,
si h(a) — 0), entonces a es un enunciado. (I.os enunciados
son, de manera intuitiva, las fórmulas que pueden traducirse
sin espacios en blanco al español, una vez que se nos ha dicho
cómo interpretar los parámetros.)
Por ejemplo, Y v 2(A v 2 -*■ Bv%) y Vt>3(Pv$ -> VztsQuj) son
enunciados; pero vi ocurre líbre en ('ÍViAv\ —> B v i). Nor
malmente, los enunciados son las fórmulas más interesantes.
Las demás fórmulas tienen una existencia de segunda clase, y
se usan principalmente como bloques de construcción de los
enunciados,
Al traducir un enunciado del español, resulta irrelevante la
elección de variables particulares. Anteriormente tradujimos
LÓCICA DE PRIMER ORDEN 117
“todas las manzanas están malas” com oV »i(A t'i —¥ B v i); pero
de igual manera podríamos haber utilizado
V v27(A W97 -A B v27).
De hecho, la variable se utiliza como un pronombre, tal como
podríamos decir en español “para cualquier objeto dado, si él
es una manzana, entonces él está malo”. (Hemos incorpora
do a nuestro lenguaje una cantidad adecuada de pronombres:
él], élg,. . . ) Ya que la elección de variables particulares care
ce de importancia, frecuentemente ni siquiera especificaremos
la elección. En lugar de hacerlo, escribiremos, por ejemplo,
V x ( A x —^ Bx), donde se entiende que x es alguna variable.
(Lo intrascendente de la elección de la variable se convertirá
finalmente en un teorema.)
En otras áreas de las matemáticas, las variables se usan de
manera similar. Así, tenemos que en
¿=1
i es una variable “simulada”, pero j ocurre libre.
Acerca de la notación
Podemos especificar una fórmula (o de hecho, cualquier ex
presión) al escribir una línea que muestre explícitamente cada
símbolo. Por ejemplo,
Vw; ( ( —1 = v\ 0) -> (~i V ií2(-i = v\ S p j ))).
Pero esta manera de escribir las cosas, aunque es generosa en
su completud, puede no resultar inmediatamente comprensi
ble. La incomprensibilidad se debe (en parte) a las simplifica
ciones que queremos para nuestro lenguaje (tales como la fal
ta de un símbolo de cuantificador existencial). Es natural que
queramos tener nuestro premio y disfrutar de él, así que ahora
acordaremos los métodos para especificar las fórmulas de ma
neras más indirectas pero más legibles. Estas convenciones nos
permitirán escribir una expresión como
118 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
V 1>1(&1 ^ 0 —►3 »1 = S»3)
para nombrar la misma fórmula escrita anteriormente.
Nótese bien que no estamos cambiando nuestra definición
de lo que es una fórmula. Unicamente estamos urdiendo la
manera de fijar ciertas formas de nombrar fórmulas. En los
casos (raros) en que la sucesión exacta de símbolos resulta im
portante, es posible que tengamos que hacer a un lado estas
nuevas convenciones y volver a utilizar la notación primitiva,
Entonces adoptaremos las siguientes formas abreviadas y
convenciones. Aquí, ü y ¡3 son fórmulas, x es una variable y
u y t son términos.
(a V/?) es la abreviación de ((-> a ) —¥ fi).
(a A¡3) es la abreviación de (->(a —>•(-i (3))).
(a <-» (3) es la abreviación de ((a —>0 ) A ( 0 —> or)); es decir,
(-i ((a -> 0 ) (-> (/3 -> a)))).
B x a e s la abreviación de ( i V x ( n a )).
« = t es la abreviación de = ni. Una forma abreviada similar
se aplica a algunos otros símbolos de funciones y de predicados
de dos argumentos. Por ejemplo, 2 < 3 abrevia < 2 3, y 2 + 2
abrevia + 2 2.
u ^ t abrevia (-i = ut): de forma similar, u yt t abrevia
("■> < ut).
En cuanto a los paréntesis, no sólo utilizaremos ( y ), sino
además [ y ], etc., y omitiremos la mención de tantos como
nos resulte posible. Con ese fin, adoptaremos las siguientes
convenciones:
1. Los paréntesis externos se pueden omitir. Por ejemplo,
Vx a —» P es (Vx a —►¡3).
2. -i, V y 3 se aplicarán a lo menos posible. Por ejemplo:
-i a A ¡3 es ( ( - ' « ) A (3), y no -i (a A /3);
Vx a -» /3es (Vxft ->• (3), y n o V x ( a /?);
9 x a A(3 es (Elx a A/3), y no 3 x (a A(3).
En dichos casos, incluso podemos agregar paréntesis gratuitos,
com o en (3 x a ) A¡3.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 119
3. A y V se aplicarán a lo menos posible, según lo establecido
en la convención 2. Por ejemplo,
a A (3 7 es ((-■ a ) A /?) —►7 .
4. Cuando se use repetidamente un conectivo, la expresión
se agrupará a la derecha, Por ejemplo,
o¿ —> 0 —> 7 es a —►( 0 —►7 ).
EJEMPLOS d e la m anera en que podrem os eliminar abre
viaciones, reescribiendo la fórmula d e una m anera no
abreviada que liste explícitamente cada símbolo en o r
den:
1. 3 x ( A x A Bx) es ( - i V x ( “i (-' (Ax (-1 Bx))))).
Pero (-iVx(A« -4 (-¡Bx))) sería una formula equivalen
te (en cualquier noción de equivalencia razonable).
2. 3 x Ax Bx es ((-1 Vx(-i Ax)) Bx).
3 x (Ax —> Bx) es (-n Vx(-> (Ax —» Bx))).
Intentaremos utilizar los diversos alf abetos de una forma sis
temática. La lista del sistema aparece en seguida, pero habrá
excepciones ocasionales por razones especiales.
Símbolos de predicado: letras cursivas mayúsculas;
también E, < .
Variables: v¿, u, v, x, y, z.
Símbolos de función: f . g, h; también S, -f-, etcétera.
Símbolos de constante: a,b,...\ también 0.
Términos: u. t.
Fórmulas: letras griegas minúsculas.
F.nunciados: o, r.
Conjuntos de fórmulas: letras griegas mayúsculas,
además de ciertas letras cursivas que pretenden ser grie
gas, es decir, A (alfa) y T (tau).
Estructuras (véase la sección siguiente): letras alema
nas mayúsculas (Fraktur).
120 UNA INTRODUCCION MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Ejercicios
1. Suponga usted que tenemos un lenguaje con los paráme
tros siguientes: Vsignifica '‘para todas las cosas”; //signifi
ca “es un número”; / significa “es interesante”; < significa
“es menor que”; y 0 es un símbolo de constante que-sig
nifica cero. Traduzca a este lenguaje los enunciados del
español que aparecen abajo. Si el enunciado en español
es ambiguo, necesitará más de una traducción.
(a) Cero es menor que cualquier número.
(b) Si cualquier número es interesante, entonces el cero
es interesante.
(c) Ningún número es menor que cero.
(d) Cualquier número no interesante con la propiedad
de que todos los números menores son interesantes
es, desde luego, interesante.
(e) No existe un número tal que todos los números sean
menores que el.
(f) No existe un número tal que ningún número sea me
nor que él.
2. Utilizando el mismo lenguaje del ejercicio anterior, tra
duzca a un buen español la fórmula
V x {N x —» I x —>■-> Vy (N y ly -¥ ->x < y)).
En los ejercicios 3 a 8, traduzca cada enunciado en es
pañol al lenguaje de primer orden especificado. (Puede
realizar la traducción por pasos, al igual que en algunos
de los ejemplos.) llaga uso pleno de las convenciones de
notación y de las formas abreviadas, para hacer que el
resultado final sea lo más legible que se pueda.
3. Ni a ni i» son elementos de todo conjunto. (V, para todos
los conjuntos; € , es un elemento de; a, ai b, b.)
4. Si los caballos son animales, entonces las cabezas de ca
ballos son cabezas de animales. (V, para todas las cosas;
E, es un caballo; A, es un animal; hx, la cabeza de x.)
LÓGICA DF. PRIMER ORDEN 121
5. (a) A algunas personas se las puede engañar todo el tiem
po. (b) Se puede engañar a todas las personas parte del
tiempo, (c) No se puede engañar a todas las personas to
do el tiempo. (V, para todas las cosas; P, es una persona;
T, es un tiempo; Fxy, se puede engañar a jc en y. Uno o
- más de los enunciados anteriores puede ser ambiguo, en
ese caso se necesitará más de una traducción.)
6. (a) Álvarcz no puede realizar bien todos los trabajos,
(b) Álvarez no puede realizar bien ningún trabajo. (V,
- para todas las cosas; J , es un trabajo; a, Álvarcz; Dxy,
5 x puede realizar bien y.)
7. (a) A ninguna persona le caen bien todas las personas,
(b) A ningún demócrata le cae bien todo republicano.
(V, para todas las personas; Lxy, a x le cae bien y, D± es un
dem ócrata; R, es un republicano.)
8. (a) Todo granjero que tiene un burro necesita heno,
(h) Todo granjero que tiene un burro lo golpea. (V: para
todas las cosas; F , es un granjero; D, es un burro; Oxy,
x tiene a y; H , necesita heno; Bxy, x golpea a y.)
9. Dé una definición precisa de lo que significa para la varia
ble x ocurrir libre como símbolo ¿-¿simo en la fórmula a.
(Si x es el símbolo i-ésimo de a pero no ocurre libre ahí,
entonces se dice que ocurre ahí de forma acotada)
10. Reescriba cada una de las fórmulas siguientes de modo
tal que aparezcan explícitamente y en su orden todos sus
símbolos:
(a) B iq P z q A Pv\.
(b) V»iA»i A B v i —>■ Cvz V Dv%.
En cada caso, diga qué variables ocurren libres en la
fórmula.
2 . Verdad y modelos
En la lógica de enunciados tuvimos asignaciones de verdad que
nos decían cuáles símbolos de enunciado se deberían de inter
pretar como verdaderos y cuáles como falsos. En la lógica de
122 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
primer orden, las estructuras desempeñan un papel análogo.
Se puede pensar que las estructuras suministran el dicciona
rio para traducir del lenguaje formal al español. (A veces, las
estructuras se denominan interpretaciones, pero preferimos re
servar esa palabra para otro concepto, que encontraremos en
la sección 7 de este mismo capítulo.)
Una estructura para un lenguaje de primer orden nos dirá:
1. A qué colección de objetos se refiere el símbolo de cuan-
tificador universal (V), y
2. Qué denotan los otros parámetros (los símbolos de fun
ción y de predicado).
Formalmente, una estructura 21 para nuestro lenguaje dado
de primer orden es una función cuyo dominio es el conjunto
de parámetros y tal que1
1. 21 asigna al símbolo de cuantificador V un conjunto no
vacío |2l| llamado el universo (o dominio) de 21.
2. 21 asigna a cada símbolo de predicado P de n argumentos
una relación n-aria P a C |2l¡”; es decir, P a es un conjunto
de n-adas de elementos del universo.
3. 21 asigna a cada símbolo de constante c un elemento c*
del universo |2l|.
4. 21 asigna a cada símbolo de función / de n argumentos
una operación n-aria / a sobre |2l|; es decir, f * : |2t|” —>■
¡Sil-
La idea c s que 21 asigna significado a los parámetros. V significa
“para todo objeto de |2Cj”. El símbolo c es para nombrar al
punto La formula atómica Pt\ •••t„ significa que la n-ada de
puntos nombrados por t\,. . . , tn está en la relación P a . (Pronto
refbrmularemos estas condiciones con mayor cuidado.)
Nótese que requerimos que e 1universo |2l| sea no vacío. Nó
tese también que j % deberá tener la totalidad de ¡2l|" como su
1El símbolo “SI" es la letra A del alfabeto alemán {Fiakcur). Las siguientes
dos letras son ® y C.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 123
dominio; no hemos hecho estipulación alguna para funciones
parcialmente definidas.
E jem p lo Considere el lenguaje de la teoría de conjuntos,
cuyo único parámetro (además de V) es 6 . Tome la es
tructura 21 con
|2l| = el conjunto de los números naturales,
= el conjunto de los pares (m, n) tal que m < n .
(Entonces, traducimos S como “es m enor que’’). En pre
sencia de una estructura, podemos traducir enunciados
del lenguaje formal al español e intentar decir si estas
traducciones son verdaderas o falsas. El enunciado de
este lenguaje de primer orden
3 jeVy-i y G x
(o más formalmente, G *'2í'i))))> fine
con otra traducción afirma la existencia de un conjunto
vacío, se traduce ahora con 21 como
Existe un número natural tal que ningún número
natural es menor que él,
lo cual es verdad. Debido a esto, diremos que 3 x V y
->y € x es verdadero en 21, o que 21 es un modelo del
enunciado. Por otra parte, 21 no es modelo del axioma
del par.
VxVy 3 z V í (í € 2 / — x V t = y),
pues la traducción de este enunciado con 21 es falsa. Ya
que no hay número naturalm tal que para cada n,
n <m sii n = 1.
(El lector que esté familiarizado con la teoría axiomá
tica de conjuntos puede verificar que 21 es un mode
lo del axioma de extensionalidad, del axioma de unión
y del axioma de regularidad.)
124 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
E je m p l o De n u e v o asuma que el lenguaje tiene únicamente
los parámetros V y un símbolo de predicado de d o s ar
gumentos E. Pero esta vez considere la estructura finita
95 con universo |23| que consiste en un conjunto de cua
tro objetos distintos {a, b,c,d}. Suponga que la relación
binaria es el siguiente conjunto de pares:
E™ = {(a,b),_{b,a), {b, c), {c, c)} .
Entonces podemos describir 93 como la gráfica dirigida
cuyo conjunto de vértices es el universo { a, b, c; d}:
b c
•d
Aquí, interpretamos E x y como si dijera que en la grá
fica hay una arista del vértice x al vértice y. (Si la relación
binaria hubiera sido simétrica, entonces podríamos
haber descrito la estructura corno una gráfica no diri
gida,)
Considere ahora el enunciado 3 x Vy->yEx. Con la
estructura IB podemos traducirla como sigue:
Existe un vértice tal que, para todo vértice,
ninguna arista va del último al primero.
(¡La versión en español es más difícil de leer que la sim
bólica!) Est e enunciado es verdadero en IB debido a que
ninguna arista apunta al vértice d.
En los ejemplos anteriores fue intuitivamente claro que cier
tos enunciados del lenguaje formal eran verdaderos en la es
tructura y otros eran falsos. Pero nosotros queremos una de
finición matemática precisa de "a es verdadero en 2í”. Esto
deberá expresarse en términos matemáticos, sin emplear tra
ducciones al español ni criterios supuestos para afirmar que
algunos enunciados en español son verdaderos mientras que
otros son falsos. (Si usted piensa que tiene tal criterio, póngalo
a prueba con el enunciado “Este enunciado es falso”.) En otras
palabras, queremos tomar nuestro concepto informal V es ver
dadero en 2T y hacerlo parte de las matemáticas.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 125
Para definir “a es verdadero en 21”,
Na
para enunciados a y estructuras 21, lo deseable es definir pri
m ero un concept o más general relativo a las fórmulas. Sean
ip una fórmula de nuestro lenguaje,
21 una estructura para el lenguaje,
s : V —> ¡2t| una función del conjunto V de todas las varia
bles, en el universo |2l| de 21.
En seguida definiremos qué significa que 21 satisfaga, ¡p con s,
Na 'Ás\-
La versión informal es:
N a <p[i] si y sólo si la traducción de <p determinada por 21.
donde la variable x se traduce como í (x ) en cualquier lugar en
que o cu rra libre, es verdadera.
La definición formal de satisfácción procede como sigue:
I. Términos. Definimos la extensión
.? : T -» |2l|,
una función del conjunto T de todos los términos, en el univer
so de 21. L a idea es que s(l) debería ser el elemento del uni
verso 21 que se nombra mediante el término t. .? se define por
recursión como sigue:
1. Para cada variable x, s(x) = s(x).
2. Para cada símbolo de constante c, S(c) = ca .
3. Si íi, , , , , tn son términos y / e s un símbolo de función de
n argumentos, entonces
j ( / í 1 - . - 0 = / a (5(íI) , . . . , í ( í n)).
Un diagrama conmutativo, para n — 1, es
126 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A I.A LÓGICA
T ------- ------- |Qt|
/*
T ------- -— - |2l|
La existencia de una única extensión s des se sigue del teorema
de recursión (Secc. 4, Cap. I), si se utiliza el dato de que los
términos tienen descomposiciones únicas (sección 3 de este
capítulo). Nótese que s depende tanto de s como de SI. (De
hecho, una notación alternativa razonable para s(t) sería ^ [j],
que manifiesta explícitamente la dependencia de 21.)
II, Fórmulas atómicas. Las fórmulas atómicas se definieron
explícitamente, no de m anera inductiva. Por lo tanto, la de
finición de satisfacción de las fórmulas atómicas es también
explícita y no recursiva.
L N = ¿i[^ ] s i i % ) =5{ ía).
(Entonces, = significa —. Nótese que — es un símbolo lógico,
no un parámetro sujeto a interpretación.)
2. Para un parámetro de predicado P de n argumentos,
Ni Fh " sii (s(íi),. . . , s{ta)) € P a .
III. Otras fórmulas. Las f órmulas que definimos por induc
ción; en consecuencia, aquí definiremos la satisfacción por re-
cursión.
1. Para f ónmulas atómicas, la definición está anic's.
2. N - ’ <4 sj sii Ha ¥>[-*]•
3. H a {tp if>)[s) sii o bien H a <£>[•*]> o bien H a o
ambos.
(En otras palabras, si 21 satisface <p con‘s, entonces 21 satisface
w con í.)
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 127
4. Vx ¥>{•*] s'' para todo d G |2l|, tenemos:
t=a <p[s{x |d)].
Aquí, [sfx |d)\ es la función exactamente com o s, excepto que:
en la variable x, toma el valor d. Esto se puede expresar me
diante la ecuación
*M4 w = { ; w ; í i
(Entonces V significa “para todos los objetos de |2t|”.)
En este punto, es posible que el lector quiera reconsiderar la
versión informal de Hsi V’W de la página 125 y observar cómo
fue formalizada.
Debemos hacer notar que la definición de satisfacción es
otra aplicación del teorema de recursión junto con el hecho
de que las fórmulas tienen descomposiciones únicas. La defi
nición puede refbrmularse en términos defunciones para acla
rar más cómo es que se aplica el teorema de recursión de la
sección 4 del capítulo I.
(i) Consideremos una 21 fija.
(ii) Definamos una función h (que extiende a una función h
definida en las fórmulas atómicas) tal que para cualquier
fórmula <p, h(ip) es un conjunto de funciones de Ven ]2f|.
(iii) Definamos
Na <£>[*] sii sGh[(fi).
Dejamos al lector el ejercicio de escribir en detalle la defini
ción explícita de h y las cláusulas que determinan de manera
única su extensión h. (Véase el ejercicio 7.) Una alternativa ele
gante es considerar que h{<p) es un conjunto de funciones en
el conjunto de aquellas variables que ocurren libres en (p.
E jem plo Suponga que nuestro lenguaje tiene los paráme
tros V, P (un símbolo de predicado de dos argumentos),
128 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
/ ( u n símbolo de función de un argumento) y c (un sím
bolo de constante). Sea 21 la estructura para este lengua
je definida como sigue:
|2l| = N, el conjunto de todos los números naturales,
P® = el conjunto de pares (m, n) tales que m < n,
— la función sucesor $; /*(n ) = n + 1,
Ca = 0.
Podemos resumir esto en una línea, suprimiendo el dato
de que 21 es en verdad una función y limitándonos a des
cribir sus componentes:
21 = (N; <, S, 0).
Esta notación deja de ser ambigua únicamente cuando el
contexto aclara exactamente qué componentes van con
qué parámetros.
Sea s : V —y N la función para la cual s(t>¿) = i — 1; es
decir, s(v\) ~ 0, 5(1*2) = 1, y así sucesivamente.
1. s ( f f v i ) = -5(5(2)) = 4 y ? (/» !) = 5 (0 ) = 1.
2 . s(c) — 0 y s { f fe ) = 2 ; no se usas.
3. t=gj Pefv 1 [s]. Esto es obvio informalmente, ya que
cuando traducimos de nuevo al español, obtenemos el
enunciado verdadero “0 < 1”. Más formalmente, la ra
zón es que
<s(c),s(/r/i)) = (0, 1) e P * .
4. j=a V Pcv\. La traducción al español es “0 es
menor o igual que cualquier número natural”. Debemos
verificar formalmente que para todo n en N,
H i Fc»i[s(»i [n)J,
que se reduce a
(0,n)
es decir, 0 < n.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 129
5- N a Vvi Pí'gZ'ifí] porque existe un número natu
ral m tal que
Na [¿‘(«i I »*)];
es decir.
Íí (®2), m) ft P*.
De hecho, ya que s(v->) — 1, debemos lomar m como 0.
Se debe advertir al lector contra el riesgo de con
fundir, por ejemplo, el símbolo de función f con la fu n
ción y *.
E jem plo Previamente habíamos considerado la estructu
ra 53 con
|53| = { a ,b , c , d ) y £® = {(a,b), (b, a), (b,c), (c, c}}
para el lenguaje con los parámetros V y E:
Entonces, N s V »j-i E v ovi [s] sii s(v¡) = d. Esto es, no hay
arista que apunte al vértice d, pero d es el único vértice
con esa condición. 'lomando la negación de la fórmula,
tenemos que j=<g 3v%E^2»i [i] sii s(»i) E {c , b, c}.
En este punto hacemos una pausa para verificar que cuando
queremos saber si la estructura 21 satisface o no una formula <p
con s, en realidad no necesitamos toda la (cantidad infinita de)
información que nos das. Todo lo que importa son los \ulores
de la función s en (la cantidad finita de) variables que ocurren
libres en <p. En particular, si <p es un enunciado, entonces s no
importa en absoluto.
Teorema 22A Suponga que íj y st son funciones de V en ¡2íj
que coinciden en todas la variables que ocurren libres
(si las hay) en la fórmula <p. Entonces
N a ¥>[*]] sii N a p M -
130 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Demostración Debido a que Ja satisfacción se definió por re-
cursión, esta prueba utiliza inducción. Consideramos la
estructura fija 21 y probamos por inducción que cada
fórmula tp tiene la propiedad de que siempre que dos
funciones j i , ss coinciden en las variables libres en tp,
entonces 21 satisface tp con .«i sii 21 satisface tp con so-
Caso 1: tp = Pt\ ■■-tn es atómica. Entonces, cualquier
variable en <p ocurre libre. Por lo tanto, si y s2 coinciden
en todas las variables en cada í¡. De esto se sigue que
Si (¿i) = s2(íi) para cada i\ una prueba detallada de esto
utilizaría inducción sobre t¡. En consecuencia, 21 satisfa
ce Pt\ ■- - tn con si sii 21 satisface Pt\ ■■■tn consg-
Casos 2 y 3: ¡p tiene la forma -■>a o a —» /?. Estos casos
se siguen inmediatamente de la hipótesis inductiva.
Caso 4: tp = V x ib. Entonces las variables libres en tp
son aquellas libres en t/> con excepción de x . Por lo tanto,
para cualquier d en |2t|, í i ( x |d) y s ? (x ¡ d) coinciden en
todas las variables libres de i¡>. Por hipótesis inductiva,
entonces, 21 satisface con si (x \d) sii 21 satisface tf) con
sg(a: ¡ d). A partir de esto y de la definición de satisfac
ción, vemos que 21 satisface con íi sii 21 satisface
V x con s 2 - H
En efecto, la prueba anterior consiste en revisar la definición
de satisfacción y observar qué información dada por s se utilizó
realmente. Hay un hecho análogo referente a las estructuras:
Si 2t y 23 coinciden en todos los parámetros que ocurren en <p,
entonces (=a <p\s\ sii {p[s\
Este teorema justifica la siguiente notación: suponga que
<p es una fórmula tal que todas las variables que ocurren libres
en ip están incluidas entre v\,. . . , vk. Entonces, para elementos
a i , . . . zdk de |2l|,
h a yj[[<zi,...,a*]]
significa que 21 satisface tp con alguna (y por tanto con cual
quier) función s : V —» |2t| para la cual s(i>¿) = alt 1 < i < k.
Regresando a un ejemplo reciente en donde 21 = (N; < , S, 0),
tenemos que h a Vyj P wip2[[0]], pero hst ^ y2 *'i»s[[5]].
Corolario 22B Para un enunciado a. o bien
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 131
(a) 21 satisface a con toda función s d e V e n | 21j, o
(b) 21 no satisface a con cualquier función tal.
Si se cumple la alternativa (a), entonces decimos que o es
verdadero en 21 (y se escribe |=a a) o que 21 es un modelo de a.
Y si se cumple la alternativa (b), entonces por supuesto que
a es fabo en 21. (No se pueden cumplir ambas porque |2f| es
no vacío.) 21 es un modelo de un conjunto £ de enunciados sii
21 es un modelo de todos los elementos de £ .
E jem plo Si IR es el campo de los reales, ( K ; 0 , 1 , + , •). y
O es el campo de los racionales, (Q ;0, 1, +,•), ¿hay un
enunciado que sea verdadero en uno y falso en el otro?
Sí; debido a que \/2 es irracional, el enunciado 3 x ( x ■
x — 1 + 1) es falso en el campo de los racionales, pero
verdadero en el campo de los reales.
E jem plo Suponga que nuestro lenguaje dado tiene sólo los
parámetros V y P, donde P es un símbolo de predica
do de dos argumentos. Entonces una estructura 21 que
da determinada por el universo |2C| y la relación bina
ria P®. Abusando ligeramente del lenguaje, escribimos
de nuevo
2 1 = (¡21 ¡iP31).
Considere ahora el problema de caracterizar la clase de
todos los modelos de los siguientes enunciados:
1. VxVy x — y. Una estructura (A;P) es un modelo de
este enunciado sii A tiene exactamente un elemento.
R puede ser vacío o puede ser el conjunto unitario
A y A.
2. VxVy Pxy. Una estructura (A;P) es un modelo de
este enunciado sii R — A y A. A puede ser cualquier
conjunto no vacío.
3. y x V y —.P xy . Una estructura (A;P) es un modelo de
este enunciado sii R — 0.
4. y x 3 y P x y. La condición para que (A; R) sea modelo
de este enunciado es que el dominio de R sea A.
132 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Las convenciones de notación hechas anteriormente
se hicieron de modo racional:
1. K , («A/3)(í] sii N a olí] y jS[s]; de manera similar
para V y « .
2. 3 x íi[.s] sii hay algún d S |21|tal que |=si «[$(* |d)].
La demostración para él segundo de éstos es com o si
gue:
i=a 3 x a[s] sii f=2l -i V x -i a[sj,
sii N a V x ~ .a [s],
sii no es el caso de que para todo d en ¡2l|,
hai ck[s(* |d)],.
sii no es el caso de que p ara todo d en |2f|,
N® ü!Ís(x|d)],
sii para algún den j2l|, Na a[s(x|d)].
Implicación lógica
Ahora contamos con las herramientas necesarias para formu
lar el importante concepto de implicación lógica para nuestro
lenguaje.
Definición Sean T un conjunto de f órmulas y p una fórmula.
Entonces T implica lógicamente a p, y se escribe r |= p,
sii para cada estructura 21 del lenguaje y cada función
s : V j2l| tal que 21 satisface a cada elemento de T
con s, 21 también satisface a p con s.
Utilizamos el mismo símbolo, que se utilizó en el capí
tulo i para la implicación tautológica. Pero de aquí en adelante
se utilizará solamente para la implicación lógica. Al igual que
antes, escribiremos "7 j= p" en lugar de “{ 7 } |= p Decimos
que p y 'tp son lógicamente equivalentes (p j==| p ) sii p N W Y
tp\=tp.
Ei análogo en primer orden del concepto de tautología es el
concepto de fórmula válida: una fórmula p es válida Sii 0 j= p
(escrito simplemente como “f= p ”). Entonces, p es válida sii
para cada 21 y cad aí : V -> ¡2l|, 2Í satisface p con s.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 133
Para enunciados, se puede establecer de m odo más conciso
el concepto de implicación lógica mediante la aplicación del
teorema 22A:
Corolario22C Para un conjunto E ; r de enunciados, E f= r sii
cada modelo de E es también modelo de r. Un enuncia
do r es válido sii es verdadero en todas las estructuras.
E je m p l o s de implicación lógica. Se invita a los lectores a
convencerse por sí mismos de lo siguiente:
1. Vz/j Qzq f= Q z>2-
2. ^ Vzq Qiq. Aquí basta encontrar una sola
estructura 21 y una sola función s : V -> |2l| tal que,
por una parte, |=a Qvi [5] pero, por la otra, 21 no es
modelo de Vz>i Qz>i. |2l| necesitará tener al menos dos
elementos.
3. ^ —.- > ( 7 —> a. Si 21 es un modelo de - i —kt, enton
ces -1 a de donde J=a a. Pero podríamos manifestar
la siguiente objeción: ¿acaso no estamos utilizando aquí
la ley de la doble negación, la ley que estamos preten
diendo probar? La respuesta es definitivamente sí y no.
Estamos probando la ley de la doble negación para el
lenguaje formal que nos ocupa (denominado a veces el
lenguaje objetó). Al hacerlo, podemos utilizar, por supues
to, cualquier razonamiento correcto (afuera en el meta-
lenguaje, el español), exactamente tal como lo haríamos
al razonar respecto de espacios vectoriales o gráficas.
En particular, el razonamiento puede implicar princi
pios que cuando se modelaran formalmente, implicarían
-! o y a . No hay circularidad; pero los enunciados del
metalenguaje que utilizamos —como era de esparar— es
tán relacionados con las fórmulas del lenguaje objeto de
las que hablamos. En conexión con esto, véase la única
ilustración del libro (al final de la sección 4 de este capí
tulo).
4. Vzq Qv\ |= Q v 2 - Recuerde que el universo de
cualquier estructura es no vacío.
5. 9 x y P xy |= Vy Pxy. Este ejemplo volverá a
aparecer en la sección 4 de este capítulo.
134 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
6. Vy S x P x y ExVy P xy.
7. ^ 3 x ( Q x —» V* Qx). Éste es un enunciado extra
ño, pero válido.
La definición de implicación lógica es muy parecida a la de
implicación tautológica que aparece en el capítulo I; sin embar
go, hay una diferencia importante en cuanto a su complejidad.
Supongamos que en lógica de enunciados queremos saber si
una fórmula a es una tautología o no. La definición requiere
que consideremos un número finito de asignaciones de ver
dad, cada una de las cuales es una función finita. Para erada
una de tales asignaciones de verdad v, debemos calcular v{a),
que puede realizarse efectivamente en una cantidad de tiempo
finita. (En consecuencia, el conjunto de tautologías es decidi-
ble, como se observó anteriormente.)
En contraste con el procedimiento finitario para las tauto
logías, supongamos que queremos saber si una fórmula <p (de
nuestro lenguaje de primer orden) es o no válida. La definición
exige que consideremos cada estructura 21. (En particular, esto
requiere utilizar todos los conjuntos no vacíos, de los cuales hay
una gran cantidad.) Para cada una de estas estructuras tenemos
entonces que considerar cada función s del conjunto V de las
variables en |2lj. Y para cada 21 y s dadas, debemos determinar
si 21 satisface ip con s o no. Cuando |2l| es infinito, ésta resulta
en sí misma una noción complicada.
En vista de estas complicaciones, no es de sorprender que el
conjunto de fórmulas válidas no sea dccidiblc (compárese con
la sección 5 del capítulo III). Lo que sí es sorprendente es que el
concepto de validez resulta equivalente a otro concepto (dedu-
cibilidad) cuya definición es mucho más cercana a ser finitaria.
(Véase lasección 4 de este capítulo.) Al utilizar esa equivalencia
seremos capaces de probar (adoptando ciertas suposiciones ra
zonables) que el conjunto de fórmulas válidas es efectivamente
enumerable. El procedimiento de enumeración efectiva pro
porciona una caracterización más concreta del conjunto de las
fórmulas válidas.
LOGICA DE PRIMER ORDEN 135
Definibilidad en una estructura
Supongamos que queremos estudiar el campo de los reales
(R: 0, 1 ,+ , ■) compuesto por el con junto M de los números rea
les, junto con los elementos distinguidos 0 y 1 y las dos opera
ciones de suma y producto. Podemos considerar el campo de
los reales como una estructura
Sí - (R ;0, 1, + , - )
en la que el lenguaje (con igualdad) tiene los símbolos de cons
tante 0 y 1 y los símbolos de función de dos argumentos + y ■.
Aunque no hemos incluido en el lenguaje un símbolo de
orden <, aún tenemos una manera para decir “x > 0 ”. Ya que,
en esta estructura, los elementos no negativos son exactamente
los elementos con raíces cuadradas. Esto es, la fórmula 3 v* x —
V2 ■v9 se satisface en la estructura siempre que se asigne a x
un número no negativo, y sólo en ese caso:
3r>s V] = vi ' ¡^[[a]] a > 0.
Debido a esto, diremos que el intervalo [0, oo) es definible en 9\,
y que la fórmula 3 v% v\ — v? ■v? lo define.
Asimismo, la relación de orden en los reales, es decir, la
relación binaria
{ (a, b) E R x IR |a < b},
se define en la estructura ÍK mediante la fórmula que expresa
“»l < v2":
3 l > 3 V2 = V l + V $ - V i’ .
Para un ejemplo más corto, tómese la gráfica dirigida
2 1= ( { a , 6, c } ; { ( a , 6) , { a , c ) } )
donde el lenguaje tiene los parámetros V y E:
a
b • <— • —^ • c
Entonces en 21, el conjunto { b, c} (el rango o imagen de la rela
ción E 21) se define mediante la fórmula 3 t>2 Ev%v\. En cambio,
136 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
el conjunto { 6}, no es definible en 21. Esto se debe a que no hay
propiedad definible en la estructura que separaría a b y c; la
prueba de este hecho utilizará el teorema del homomorfismo,
que se demostrará más adelante en esta sección.
Ahora queremos establecer de manera precisa este concep
to de definibilídad de un subconjunto del universo o de una
relación en el universo. Consideremos una estructura 21 y una
fórmula tp cuyas variables libres se encuentren entre vi, ■■■, Vk-
Entonces podemos construir sobre |2l| la relación de aridad k
{ { « ! , . . . ,ah)\ j=5i tp[[ai,. . . ,aj£]]}-
Líamemos a este conjunto la relación de aridad k que ip define
en 21. En general, se dice que una relación de aridad k sobre |2l[
es definible en 21 sii existe una fórmula (cuyas variables libres se
encuentran entre v\, . . . , Vk) que la define ahí.
EJEMPLO Supongamos q u e tenemos una parte del lenguaje
para la teoría d e los números, específicamente que nues
tro lenguaje tiene los parámetros V, 0, S, + y •. Sea (fí la
estructura supuesta:
;9t| = N, el conjunto de los números naturales.
Ó31 = 0, el número 0.
S'X, + w y 31 son S, + y •, las funciones sucesor, suma
y producto.
Expresado en una ecuación,
0 1 = (N; 0, S , + , •)•
Algunas relaciones sobre N son definibles en Oí y otras
no. Una manera de demostrar que algunas no son defi
nibles es usar el dato de que hay una cantidad no nume
rable de relaciones sobre N, pero únicamente una can
tidad numerable de posibles fórmulas definitorias. (De
cualquier modo, hay una dificultad inherente para dar
un ejemplo específico. Después de todo, si algo es indefi
nible, ¡entonces es difícil decir qué es exactamente! Más
adelante podremos ver un ejemplo específico, el conjun
to de los números gódelianos de enunciados verdaderos
en fíí; véase la sección 5 del capítulo 111.)
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 137
1. La relación de orden {{m, n) \m < n} se define en 91
mediante la fórmula
3 z>3 Vi + Sl>3 = V2‘
2. Para cualquier número natural n, {rc} es definible.
Por ejemplo, { 2 } se define mediante la ecuación
vi - SSO.
Por lo anterior, decimos que n es un elemento definible
en 91.
3. El conjunto de los primos es definible en 91. Podemos
utilizar la fórmula
1< AVr2V»3 (»i = - »5 ^ »2 = 1 Vi»; = 1)
si tuviéramos los parámetros 1 y < para 1 y < . Pero ya
que { 1} y < son definibles en 91, realmente no hace
falta agregar parámetros para ellos; en lugar de ha
cerlo, simplemente podemos usar sus definiciones.
Entonces, el conjunto de primos es definible por
3 v¿ S 0 + S v¡ = A Vv¡ V v-¿ (z>i = v¡ ■V3 —>
Vv = SO V z>_s5 = SO).
4. La exponenciadón { { m , n , p ) \ p — mn} también es
definible en 91. Esto de ningún modo es obvio; dare
mos una prueba más tarde (en la sección 8 del Capí
tulo III) usando el teorema chino del residuo.
De hecho, discutiremos más adelante que cualquier relación
decidible sobre N es definible en 91, como lo son cualquier
relación efectivamente numerable y muchas otras más. Hasta
cierto punto se puede medir la complejidad de una relación de
finible mediante la complejidad de la fórmula definitoria más
simple. Esta idea volverá a aparecer al final de la sección 5 del
capítulo III.
138 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Definibilidad de una clase de estructuras
En muchos cursos de matemáticas, el primer día el instructor
comienza diciendo algo parecido a alguna de las siguientes
afirmaciones:
1. “Una gráfica está compuesta, por definición, de un con
junto no vacío Vjunto con un conjunto E, tal q u e..
2. “Un grupo está compuesto, por definición, de un conjunto
no vacío G junto con una operación binaria o que satisfa
ce los axiom as..
3. “Un campo ordenado está compuesto, por definición, de un
conjunto no vacío /'junto con dos operaciones binarias 4-
y ■, y una relación binaria < que satisface los axiomas.. . ”
4. “Un espacio vectorial se compone, por definición, de un
conjunto no vacío Vjunto con una operación binaria -f- y,
para cada número real r, una operación llamada multipli
cación escalar tal que. .
Queremos hacer una abstracción de esta situación. En cada
caso, los objetos de estudio (las gráficas, los grupos y los otros
ejemplos) son estructuras para un lenguaje adecuado. Además,
se exige que satisfagan un determinado conjunto E de enun
ciados (denominados “axiomas”). Posteriormente, el curso en
cuestión estudia los modelos del conjunto E de axiomas, o al
menos algunos de los modelos.
Para un conjunto E de enunciados, sea Mod E la clase de to
dos los modelos de E , es decir, la clase de todas las estructuras
del lenguaje en las cuales todo elemento de E es verdadero.
Para un solo enunciado r simplemente escribimos “Mod t ”
en lugar de “Mod { t } ”. (El lector familiarizado con la teoría
axiomática de conjuntos, notará que si Mod E es no vacío, es
una clase propia; es decir, es demasiado grande par a ser un
conjunto.)
Una clase K de estructuras de nuestro lenguaje es una clase,
elemental (EC) sii fC = M odr para algún enunciado r . K. es
una clase elemental en sentido amplio ( EC ¿) sii K — M o d E para
algún conjunto E de enunciados. (El adjetivo “elemental” se
utiliza aquí como sinónimo de “primer orden”.)
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 139
E je m p l o s
1. Supongamos que el lenguaje cuenta con igualdad
y dos parámetros V y E, donde E es un símbolo de pre
dicado de dos argumentos. Entonces una gráfica es una
estructura para este lenguaje 21 = (V; E/21) consistente en
un conjunto V no vacío de objetos llamados vértices (o
nodos), y una relación arista £ ? que es simétrica (si u £®v,
entonces vEfiu) y antirreflexiva (nunca vÉ^v). El axio
ma que manifiesta que la relación arista es simétrica y
antirreflexiva se puede traducir mediante el enunciado
V j t ( - o t £ x A V y ( x Ey -^-y Ex))-
Así, la clase de todas las gráficas es una clase elemen
tal. Para gráficas dirigidas o digráfícas, hacemos a un lado
la suposición de simetría. Y si queremos permitir “ri
zos", entonces prescindimos de la suposición de antirre-
flexión. Pero tal vez ahora el instructor explique que en
el curso únicamente se estudiarán las gráficas finitas. ¿Es
la clase de todas las gráficas finitas una clase elemental?
No, más adelante demostraremos que no lo es, ni siquie
ra en d sentido amplio.
2. Suponga que el lenguaje tiene igualdad y los pa
rámetros V y P , donde P es un símbolo de predicado
de dos argumentos. Al igual que antes, una estructu
ra (A; R) para este lenguaje consiste en un conjunto A
no vacío junto con una relación binaria R sobre A. (A; R)
se denomina un conjunto ordenado sii R es transitiva y
satisface la condición de tricotomía (que dice que para
cualesquiera a y b en A, se cumple exactamente una de
las tres condiciones: {a, b) G R, a — b, (b, a) G R). Ya que
éstas pueden traducirse como un enunciado del lengua
je formal, la clase de los conjuntos ordenados no vacíos
es una clase elemental. Es, de hecho, Mod r, donde r es
la conjunción de los tres enunciados
V x V y Vz(xPy -j- yP z — xPE)-,
V x V y ( x P y V x = y V yPx) ;
V xV y ( x P y —>■-i yPx) .
140 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Los dos ejemplos siguienlcs suponen que el lector tie
ne alguna experiencia con álgebra.
3. Suponga que el lenguaje tiene = y los parámetros V
y o, donde o es un símbolo de función de dos argumen
tos. La clase de todos los grupos es una clase elemental,
y es la clase de todos los modelos de la conjunción de
los axiomas de grupo:
VxVyVz(xoy) o z ^ x o ( y o z ) ;
V x V y B z x o z — y;
y x ' i y Bzz a x = y.
L a clase de todos los grupos infinitos es EC a - Para ver
esto, sea
Xz = 3 x 3 y x ^ y ,
X$ — 3 x 3 y 3 z { x ^ y l\x=^z í\y^f-z),
Por lo tanto. A» se traduce como “Existen al menos n co
sas”. Luego, el grupo de axiomas junto con {A2, A3, ••-}
forman el con junto £ para el cual Mod £ es exactamen
te la clase de los grupos infinitos. Finalmente nos será
posible demostrar (en la sección 6 de este capítulo), que
la clase de los grupos infinitos no es EC.
4. Suponga que el lenguaje tiene igualdad y los pa
rámetros V, 0, 1, +, •. Los campos pueden ser conside
rados como estructuras para este lenguaje. La clase de
todos los campos es una clase elemental. La clase de los
campos de característica cero es EC&. No es EC; esto
se sigue del teorema de compacidad para la lógica de
primer orden (sección 6 de este capítulo).
Homomorfismos2
En cursos sobre gráficas, grupos o espacios vectoriales, nor
malmente uno encuentra el concepto de lo que significa que
2 El estudio de este tema puede posponerse un poco; pero los homotnorfis-
mos se usarán en la comprobación del teorema de completad (con igualdad).
Haremos uso del concepto de isomorflsmo a partir de la sección 6 de este
capfulo.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 141
dos de las estructuras en cuestión, 21 y 05, sean isomorfas-. en tér
minos generales, debe haber una correspondencia uno a uno
entre sus universos |2l| y |25| que “preserve” las operaciones y
las relaciones.
A continuación se explica que dos estructuras isomoríás,
aunque no sean idénticas, deben tener las mismas propiedades
matemáticas. Queremos definir aquí el concepto de isomor-
fismo en un contexto general, y mostrar que dos estructuras
isomorfas tienen que satisfacer exactamente los mismos enun
ciados.
Sean 21, 18 estructuras para el lenguaje. Un homomorjismo h
de 21 en 05 es una función h : ;2l| —¥ |05[ con las propiedades:
(a) Para cada parámetro de predicado P de n argumentos y
cada n-ada { a i , . . , ,a n) de elementos de |2l|,
{ a i , . . . , a rt) e P 21 sii ( A ( a i h(an)} e P * .
(b) Para cada símbolo de función f d e n argumentos y para
cada n-ada como antes,
* ( / * ( « ! » - - -*<*«)) = / * ( A ( « i ) » - --»*(«#))-
En el caso de un símbolo de constante c, esto se convierte en
A (ca ) = e®.
Las condiciones (a) y (b) se expresan normalmente como:
“A preserva las relaciones y las funciones”. (Hay que admitir
que algunos autores utilizan una versión más débil de la con
dición (a); nuestros homomorfismos son sus “homomorflsmos
fuertes”.)
Si, además, A es uno a uno, entonces se le llama un isomor-
fismo (o inmersión isomorfa) de 21 en 25. Si hay un isomorfis-
mo de 21 sobre 25 (es decir, un isomorfismo h para el cual
ran h = |25|), entonces se dice que A y B son isomorfas (y se
escribe 21 = 25).
Es muy posible que el lector haya encontrado antes este con
cepto en ciertos casos especiales; por ejemplo, en las estructu
ras que son grupos o campos.
142 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Ejemplo Suponga que tenemos un lenguaje con los pará
metros V, + , •. Sea 21 la estructura (N; +, - Podemos
definir una función h : N —i {e, o} mediante
e si n es par,
h{n)
o si n es impar.
Entonces, h es un homomorfismo de 21 sobre 93, donde
l®l — í g>° } y + ® , *® se obtienen mediante las tablas
siguientes:
■ÍB e 0 .s e 0
T
e e 0 e e e
0 0 e 0 e 0
Se puede verificar que se satisface la condición (b) de
la definición. Por ejemplo, si a y b son ambos números
impares, entonces h[a + b) = e y h(a) +® h(b) = o +®
o — e.
E jem plo Sea F el conjunto de los enteros positivos, sea <p
la relación de orden usual en ¡P, y sea <,v la relación
de orden usual en N. Entonces existe un isomorfismo h
de la estructura (P; < P) sobre (N; < ;V); tomamos h{n) —
7i — l. También la función identidad Id. : P N es
un isomorfismo de {P, < p ) en (N; <,v)- Debido a este
último hecho, decimos que (P; <p) es una subestructura
de (N ; < K ).
De una forma más general, consideremos dos estructuras 2C
y IB para el lenguaje, tales que |2l| C |23|. A partir de la defi
nición de homomorfismo, está claro que la función identidad
de |2l| en ¡23| es un isomorfismo de 21 en 18 sii
(a) P21 es la restricción de a |2l|, para cada parámetro de
predicado P;
(b) es la restricción de /® a |2Í|, para cada símbolo de
función f, y ea = c®, para cada símbolo de constante c.
Si se cumplen estas condiciones, entonces se dice que 21 es
una subestructura de 18 y que 18 es una extensión de 21.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 143
Por ejemplo, en un lenguaje con un símbolo de función de
dos argumentos + , la estructura (Q; + q) es una subestructura
de ( C ; + c ) . Aquí, + c es la operación de suma para números
complejos. Y + q, la suma para racionales, es exactamente la
restricción de + c al conjunto Q.
En este ejemplo, el conjunto Q es cerrado bajo + c ; esto es,
la suma de dos números racionales es un racional. De una
forma más general, siempre que 21 sea una subestructura de 18,
entonces |2l| deberá ser cerrado bajo /® para cada símbolo de
función f Después de todo, /® («) (donde a g |2l|n) no es otra
cosa que el cual debe ser algún elemento de |2l|. Esta
propiedad de cerradura se cumple incluso para los símbolos
de función de 0 argumentos; así, c® debe pertenecer a |2t| para
cada símbolo de constante c.
A la inversa, supongamos que tenemos una estructura 18, y
sea A un subconjunto no vacío de 1181 cerrado bajo todas las
funciones de 18, al igual que en el párrafo anterior. Entonces
podemos hacer una subestructura de 18 con universo A. De
hecho, hay una sola manera de hacer esto. El universo es A,
a cada parámetro de predicado P se le asigna la restricción de
P® a A, y se hace lo mismo para los símbolos de función. Como
un caso extremo, si el lenguaje no tiene símbolos de función
(ni siquiera símbolos de constante), entonces podemos hacer
una subeslructura a partir de cualquier subconjunto A no vacío
de |©|.
Éstos son básicamente conceptos algebraicos, pero el teore
ma siguiente los relaciona con los conceptos lógicos de verdad
y de satisf acción.
Teorema del homomorfismo Sea h un homomorfismo de 21
en 18, y sea 5 una función del conjunto de las variables
en |2l|.
(a) Para cualquier término t tenemos /¿(J(t)) — h o s(í),
donde T(f) se calcula en 21 y h o ,t(¿) se calcula en 18.
(b) Para cualquier fórmula a libre de cuantificadores
que no contenga símbolo de igualdad,
]=a crjj] sii a[h o $].
144 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(c) Si h es uno a uno (es decir, es un isomorñsmo de
21 en 23), entonces en la parte (b) podemos eliminar la
restricción “no contenga símbolo de igualdad”.
(d) Si h es un homomorfismo de 21 sobre IB, entonces
en (b) podemos eliminar la restricción “libre de cuantifi-
cadores”.
Demostración La parte (a) usa inducción sobre t\ véase el
ejercicio 13. Nótese que hos es una función del conjunto
de las variables en |23|; su extensión al conjunto de todos
los términos es h. o s. Es pues h o s la función que aquí se
evalúa en t.
(b) Para una fórmula atómica tal como P l. tenemos
(=B eP ®
44> k{s(t)) S P s ya que h es un
homomorfismo
<r>ho s{t) € P * por (a)
44* |— 2$ P t h O 5].
Se requiere entonces un argumento inductivo para ma
nejar el caso de los símbolos de conectivo -1 y pero
es m era rutina.
(c) En cualquier caso,
|= a w = íu ] 44* s{u ) — í(í)
=4* Ks{u)) =
44 /?. o s(u) ~ h o s(f) por (a)
44*1=23 u ~ í[^ 0 s]■
Si h es uno a uno, entonces la flecha del segundo paso
también se puede invertir.
(d) Debemos extender el argumento inductivo de ru
tina de la parte (b) para incluir el paso del cuantificador.
Esto es, debemos mostrar que si <p tiene la propiedad de
que para toda 5,
1=91 p M 44*^33 y\h o 5],
entonces V x p tiene la misma propiedad. En todo caso
(como una consecuencia de la hipótesis inductiva para
tp) tenemos la implicación
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 145
(=qs V* <f[h o i] =>|=a» Vx</5[s]-
De manera intuitiva, esto es muy plausible. Si <p es verda
dero para todos los elementos en el con junto más gran
de |93|, entonces es verdadero afortiori para todos en el
con junto más pequeño ran h. Los detalles son, para un
elemento a de J2t|,
¡=<8 yix'~p[hos\ =>-[=£ <p[[h o ,s)(x I A(o))]
■ £>^=33 (fi[h o (i(x j a))], las funciones son
las mismas
| a)] por ía hipótesis
indumva.
Ahora para el inverso, suponga que \íxq>[h o s], de
modo que (=s -> tp[[h o s) (x |5)] para algún elemento b
de|93|. Necesitamos la implicación
(*) Si para algún b de |33], ^ y?[(/¿os)(x |¿)], entonces
para algún a de |21|, ~Hp\[h o i)(x |A(a))].
Pues dado (*), podemos proceder:
N® “>^[(Aos)(x |/¿(a))] ^ f=<g ~>ip[h o (s(x |a))], las funcio
nes son las
mismas
& H a -> <fi[s{x [ a)] por la
hipótesis
inductiva
=> V *<*>[*].
Si h es función de |2l| sobre |03|, entonces (*) es inme
diato; tomamos a tal que b = h(a). (Pero puede haber
otras ocasiones afortunadas en que se puede afirmar (*)
incluso si h no tiene rango |23|.) H
Se dice que dos estructuras 21 y 23 son elementalmente equiva
lentes (se escribe 21 = 03) sii para cualquier enunciado a,
|=at <7 4#* (=<b o.
Corolario 22D Las estructuras isomorfas son elementalmente
equivalentes:
21 = 33 =>21 = 25
146 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Realmente, hay más de cierto. Las estructuras isomorfas se
parecen de cualquier manera "estructural"; no sólo satisfacen
los mismos enunciados de primer orden, sino que también sa
tisfacen los mismos enunciados de segundo orden (y de órde
nes superiores), (es decir, son equivalentes en segundo orden
y más).
Existen estructuras elementalmente equivalentes que no son
isomorfas. Por ejemplo, se puede mostrar que la estructura
(IR; </?) formada por el conjunto de los números reales con
su relación de orden usual es clementalmente equivalente a la
estructura (Q; <g), compuesta por el conjunto de los números
racionales con su orden natural (véase la sección 6 de este capí
tulo). Pero <Q>es un conjunto numerable mientras que IR no lo
es, así que estas estructuras no pueden ser isomorfas. En la sec
ción 6 veremos qué fácil es hacer estructuras elementalmente
equivalentes de cardinalidades diferentes.
Ejemplo revisado. Vimos antes un isomorfismo h de (P; </>)
sobre (N; <.v)- Asíque. en particular, (P; <p) = (Ñ; <.v);
estas estructuras son indistinguibles mediante enuncia
dos de primer orden.
Incluso hicimos hincapié en que la función identidad
era una inmersión isomorfa de (P; < p ) en (N; <_v). De
aquí que para una función s : V P y para una p libre
de cuantificadores,
N(P;<p) ípM ■^’N(ís;<.v) {p \s]'
Esta equivalencia puede fallar si tp contiene cuantifica
dores. Por ejemplo,
N (?.</■) yi < ^2)[[!]]>
pero
t¿=(N;<W
) V»s(wi + V2 ~¥ Wi < »í)[[l]].
Un automorfismo de la estructura 21 es un isomorfismo de 2t
sobre 21. L a función de identidad en |2f| es, trivialmente, un
automorfismo de 2[. 21 puede o no tener automorfismos no tri
viales. (Decimos que 21 es rígida si la f unción de identidad es
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 147
su único automorfismo.) Como una consecuencia del teorema
del homomorfismo, podemos mostrar que un automorfismo
tiene que preservar las relaciones definibles:
Corolario 22E Sea h un automorfismo de la estructura 2L y
sea R una relación n-aria sobre |2tj definible en 2L En
tonces, para cualesquiera a \,. . . . an en |3l|,
( a i , . .. ,<z„} C R ^ - (h(a\) . . . . ,h(an)) € R.
Demostración, Sea una fórmula que define R en 2L Necesi
tamos saber que
|=ai , o»]] ^ ’h a ),-■-> *(«!*}]]•
Pero esto es inmediato a partir del teorema del homo
morfismo. H
Este corolario es útil a veces para m ostrar que una relación
dada no es definible. Por ejemplo, considere la estructura (IR;
< ) compuesta por el conjunto de los números reales con su or
den usual. Un automorfismo de esta estructura es simplemente
una función h de IR sobre R que es estrictamente creciente:
a < h(a) < h(b).
Un automorfismo de ese estilo es la función h para la cual
h(a) — o3. Como esta función manda puntos de fuera de N
a puntos dentro de N, el con junto N no es definible en esta
estructura.
Otro ejemplo es el que proveen los libros de álgebra elemen
tal, los cuales a veces explican que la longitud de un vector en el
plano no puede ser definida en términos de suma de vectores
y multiplicación escalar. La función que toma al vector x y lo
lleva al vector 2x es un automorfismo del plano con respecto a
la suma de vectores y a la multiplicación escalar, pero no pre
serva la longitud. Desde nuestro punto de vista, la estructura
en caiestión,
Ce ; +) 7 r)r6R5
tiene al plano E como universo, tiene la operación binaria +
para la suma de vectores, y tiene (para cada r en el conjunto IR)
148 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
la operación unaria fr de multiplicación escalar por r. (De este
modo, el lenguaje en cuestión tiene un símbolo de función de
un argumento para cada número real.) La función que duplica,
descrita antes es un automorfismo de esta estructura. Pero no
preserva el conjunto de vectores unitarios,
{ x |x G £ y x tiene longitud 1 } .
Así que este conjunto no puede ser definible en la estructura.
(Por cierto, los homomorfismos de los espacios vectoriales se
denominan transformaciones lineales.)
Ejercicios
1. Muestre que (a) T; a f= <Psii T f= (cr -+ <P); y (b) ip f==| V>
sii |= (<p O u>).
2. Muestre que ninguno de los enunciados siguientes está
lógicamente implicado por los otros dos. (Esto se hace
dando una estructura en la cual el enunciado en cuestión
es f also, mientras que los otros dos son verdaderos.)
(a) Vx Vy Vz(Pxy —E Pyz -* Pxz). Recuerde que según
nuestra convención, a —>•/?—t - y e s a — >7 )-
(b) Vx Vy {Pxy —» Pyx -T x = y).
(c) Vx 3 y Pxy —» 3 y V x Pxy.
3. Muestre que
{V x (q —» 0 ) , V x a ) |=Vx/?.
4. Muestre que si x no ocurre libre en a , entonces a \= V x a .
5. Muestre que la fórmula x = y Pzfx —*■ Pzfy (donde
f es un símbolo de función de un argumento y P es un
símbolo de predicado de dos argumentos) es válida.
6. Muestre que una fórmula d es válida sii V x 0 es válida.
7. Reformule la definición de “21 satisface <p con s" de la ma
nera descrita en la parte III de la definición de satisfac
ción (sección 2, pp. 126 y 127). Esto es, defina mediante
recursión una función h tal que 2Í satisface y? con s sii
s € h{ip).
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 149
8. Supongamos que E es un conjunto de enunciados tal que
para cualquier enunciado r , o bien E | = t o E [ = - > t .
Supongamos que 21 es un modelo de S . Muestre que para
cualquier enunciado r, tenemos que (=si r sii E |= r .
9. Supongamos que el lenguaje tiene igualdad y un símbolo
de predicado P de dos argumentos. Para cada una de
las condiciones siguientes, encuentre un enunciado a tal
que la estructura 2t es un modelo de o sii se cumple la
condición.
(a) [2l¡ tiene exactamente dos elementos.
(b) P % es una función de |2l| en |2C|. (Una función es una
relación monovaluada, como en el capítulo cero. Para
que / sea una función de A en B, el dominio de /
debe ser la totalidad de A; el rango de / es un subcon
junto no necesariamente propio de B.)
(c) es una permutación de ]2l|: es decir, P 31 es una
función uno a uno con dominio y rango igual a |2l|.
10. Muestre que
f= ai V i» ? sü |=ai Vz>2 Qcvz.
Aquí ¡2 es un símbolo de predicado de dos argumentos y
c es un símbolo de constante.
11. Para cada una de las relaciones siguientes, dé una fórmu
la que la defina en (N; -f, •). (Se supone que el lenguaje
tiene igualdad y cuenta con los parámetros V, + y •.)
(a) { 0}.
(b ) {l).
(c) {(m-, n) |n es el sucesor de m en N).
(d) {(m,n) |m < n en N}.
Digresión: Esta no es más que la punta del iceberg. Se
dice que una relación en N es aritmética si es definible
en esta estructura. Todas las relaciones decidióles son
aritméticas, al igual que muchas otras. Las relaciones
aritméticas pueden ser dispuestas en una jerarquía;
véase la sección 5 del capítulo 111.
150 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
12. Sea IR la estructura (R; + , •), (Se supone que el lenguaje
tiene igualdad y los parámetros V, + y IR es la estructura
cuyo universo es el conjunto R de los números reales y es
tal que + í>í y •!* son las operaciones usuales de suma y
producto.)
(a) Dé una fórmula que defina en IR el intervalo [0, oo).
(b) Dé una fórmula que defina en ÍR el conjunto { 2} .
*(c) Muestre que cualquier unión finita de intervalos cu
yos extremos son algebraicos es definible en IR. (El
inverso también es verdadero; éstos son los únicos
conjuntos definibles en la estructura. Pero no demos
traremos este hecho.)
13. Demuestre la parte (a) del teorema del homomorfismo.
14. ¿Qué subconjuntos de la recta real R son definibles en
(K; < )? ¿Qué subconjuntos del plano M x R s o n definibles
en (R; < )?
Comentarios: Lo bueno de (R; < ) es que sus automorfis-
mos son exactamente las funciones de R sobre sí mismo
que preservan el orden. No obstante, nos detendremos
después de las relaciones binarias, pues existen 213 re
laciones ternarias definibles, así que el lector no querrá
catalogarlas todas.
15. Muestre que la relación de suma, {(m, n, p) j p = m + « } ,
no es definible en (N;-). Sugerencia: considere un auto-
morfismo de (N; •) que intercambie dos primos.
Digresión: Desde el punto de vista algebraico, la estruc
tura de los números naturales con multiplicación no es
otra cosa que el semigrupo abeliano libre con Ho genera
dores (es decir, los primos),junto con un elemento cero.
Aquí no hay manera de definir la suma; si se pudiera ha
cer, entonces podría definirse el orden (por el ejercicio 11
y por transitividad). Pero un generador se ve igual a otro.
Esto es, hay 2H° automorfismos —simplemente permute
los primos. Ninguno de ellos preserva el orden excepto
la identidad.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 151
16. Escriba un enunciado que tenga modelos de tamaño 2n
para cada entero positivo n, pero que no tenga modelos
finitos de tamaño impar. (En este caso, el lenguaje deberá
incluir igualdad y tendrá los parámetros que se quieran
elegir.) Sugerencia, un método es formular un enunciado
que diga “Todo objeto es o rojo o azul, y / e s una permu
tación que invierte el color."
Comentario'. Dado un enunciado o, es posible que tenga
algunos modelos finitos (es decir, modelos con universos
finitos). Defina p. espectro de o para que sea el conjun
to de enteros positivos n tal que o tenga un modelo de
tamaño n. Este ejercicio muestra que el conjunto de los
números pares es un espectro.
Por ejemplo, si a es la conjunción de los axiomas de
campo (sólo hay una cantidad finita, así que podemos
tomar su conjunción), entonces su espectro es el conjunto
de potencias de los primos. Esto se prueba en cualquier
curso de campos finitos. En cambio, el espectro de -> cr es
el conjunto de todos los enteros positivos (los que no son
campos se presentan en todos los tamaños).
En 1955, Günter Asser planteó la pregunta: ¿es un es
pectro el complemento de todo espectro? Una vez que
nos demos cuenta de que tomar la negación simplemente
no funciona (véase el párrafo precedente), veremos que
ésta no es una pregunta trivial. De hecho, este problema,
conocido como el problema del espectro, todavía no tiene
solución. No obstante, el trabajo moderno lo ha vincula
do con otro problema aún por resolver: si se cumple o no
que co-NP = NP.
17. (a) Considere un lenguaje con igualdad cuyo único pará
metro (además de V) es un símbolo de predicado P de
dos argumentos. Muestre que si 21 es finito y 21 = 23.
entonces 21 es isomorfa a 95. Sugerencia: Suponga que
el universo de 21 tiene tamaño n. Construya un solo
enunciado a de la forma 3 v\ ■•• 6 que describa 21
“completamente”. Esto es, por una parte, a deberá
ser verdadero en 21. Y, por la otra, cualquier modelo
15 2 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
de a deberá ser exactamente como 21 (es decir, iso-
morfo a 21).
*(b) Muestre que el resultado de la parte (a) se mantiene,
independientemente de los parámetros que contenga
el lenguaje.
18. Una fórmula universal (Vj) tiene la forma V Jfi •••Vx» 0,
donde 6 está libre de cuantificadores. Una fórmula exis-
tencial (3i) es de la forma dual 3 xi •••3x„ 6. Sea 21 una
subestructura de 5B y sea j : V a |2Í|.
(a) Muestre que si f=2t y tp es existcncial, entonces
J=<8 $ s ] , Y muestre que si [=55 <,?[í ] y <p es universal,
entonces (=a VÍ*]-
(b) Concluya que el enunciado 3 x P x no es lógicamen
te equivalente a ningún enunciado universal, y que
V x P x tampoco lo es con respecto a ningún enuncia
do existencial.
Comentario: La parte (a) dice (cuando !.p es un enun
ciado) que cualquier enunciado universal “se preserva
bajo subestructuras”. Ser universal es una propiedad
sintáctica: tiene que ver con la cadena de símbolos.
En cambio, ser preservado bajo subestructuras es una
propiedad semántica: tiene que ver con la satisfacción
en estructuras. Pero esta propiedad semántica captu
ra a la propiedad sintáctica hasta la equivalencia ló
gica (que es todo lo que podríamos pedir). Esto es,
si a es un enunciado que siempre se preserva bajo
subestrucluras, entonces a es lógicamente equivalen
te a un enunciado universal. (Este hallazgo se debe a
Los y Tarski.)
19. Una formula 3? tiene la forma 3 * i - - - 3 x n 6, donde 8 es
universal.
(a) Muestre que si un enunciado 3g de un lenguaje que
no contenga símbolos de función (ni siquiera símbo
los de constante) es verdadero en 21, entonces es ver
dadero en alguna subestructura finita de 2L
(b) Concluya que x 3 y Pxy no es lógicamente equiva
lente a ningún enunciado 32-
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 153
20. Supongamos que el lenguaje tiene igualdad y un símbolo
de predicado P de dos argumentos. Considere las dos
estructuras (N; < ) y (K; < ) para el lenguaje.
(a) Encuentre un enunciado que sea verdadero en una
estructura y falso en la otra.
*(b) Muestre que cualquier enunciado 32 (tal como se defi
nió en el ejercicio anterior) verdadero en ( R ; < ) tam
bién es verdadero en (N; < ). Sugerencia: Primero, para
cualquier conjunto finito de números reales, existe un
automorfismo de (R; <) que lleva esos números rea
les a números naturales. Segundo, por el ejercicio 18,.
las fórmulas universales se preservan bajo subestruc
turas.
21. Podríamos considerar enriquecer el lenguaje agregando
un nuevo símbolo de cuantificador. La fórmula 3!x a (que
se lee “existe una única x tal que a ”) se satisface en 2Í
por s sii hay una y sólo una a 6 |2 L| tal que a[s(:>c |o)].
Suponga que el lenguaje tiene el símbolo de igualdad y
muestre que este aparente enriquecimiento no es tal, en el
sentido de que podemos encontrar una f órmula ordinaria
lógicamente equivalente a 3!x a. 23
22. Supongamos que 21 es una estructura y que k es una fun
ción tal que ran h = |2C|. Muestre que hay una estruc
tura B tal que h es un homomorfismo de B sobre 21.
Sugerencia: Necesitamos tomar |B[ = dom h. En general,
se necesitará del axioma de elección para definir las fun
ciones en B , a menos que h sea uno a uno.
Comentario: El resultado produce un “teorema ascen
dente de Lówenheim-Skolem sin igualdad" (véase la sec
ción 6 de este capítulo). Esto es, cualquier estructura 21
tiene una extensión a una estructura B de cualquier car-
dinalidad superior, tal que 21 y B son elementalmentc
equivalentes, excepto para la igualdad. No hay nada pro
fundo acerca de esto, hasta que se agrega la igualdad.
23. Sean 21 una estructura y g una función uno a uno con
dom g = |2Í|. Muestre que hay una única estructura B tal
que g e s un isomorfismo de 21 sobre B .
154 LIMA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
24. Sea h una inmersión isomorfa de 21 en 55. Muestre que
hay una estructura £ isomorfa a 53 tal que 2Í es una sub
estructura de £. Sugerencia: Sea g una función uno a uno
con dominio |23¡ tal que g{h{a)) — a para a 6 |2l|. For
me £ de manera tal que g sea un isomorfismo de 53 so
bre £.
Comentario: No debería parecer sorprendente el resul
tado planteado en este ejercicio. Por el contrario, es una
de esas afirmaciones que resultan obvias sólo hasta que
tienen que probarse. Dice que si podemos hacer una in
mersión isomorfa de 21 en 55, entonces para todos los
propósitos prácticos podemos pretender que 21 es una
subestructura de 55.
25. Considere una estructura fija 21. Expanda el lenguaje aña
diendo un nuevo símbolo de constante ca para cada a G
¡21|. Sea 21“ la estructura para este lenguaje expandido
que concuerda con 21 en los parámetros originales y que
asigna a ca el punto a. Se dice que una relación R sobre |2lj
es definible a partir de puntos en 21 sii R es definible en 2l+ .
(Esto difiere de la definibilidad ordinaria sólo en que aho
ra tenemos parámetros en el lenguaje para los elementos
de |21j. Sea = (R; <, + , ■)•
(a) Muestre que si A es un subconjunto de R que consis
te en la unión de una cantidad finita de intervalos,
entonces A es definible a partir de pumos e n i (véa
se el ejercicio 12).
(b) Suponga que 21 = 91. Muestre que cualquier sub
conjunto de |21| que sea no vacío, acotado (con el
orden < a ), y definible a partir de puntos en 21 tiene
una mínima cota superior en ;21|.
Digresión: Frecuentemente, cuando la gente habla de
definibilidad dentro de una estructura, éste es el concep
to al que se refieren. La frase más estándar es “definible
a partir de parámetros”; aquí se usa “puntos”, porque la
palabra “parámetro” se está empleando en este capítulo
en un sentido diferente.
LOGICA DE PRIMER ORDEN 155
El campo ordenado real puede ser caracterizado salvo
isomorfismo al decir que es un campo ordenado comple
to. (Esto debería incluirse en todo curso de análisis.) Pero
la completud (es decir, que los conjuntos acotados no va
cíos tengan mínimas cotas superiores) no es una propie
dad de primer orden. Víase el ejemplo 4 de la sección 1
del capítulo IV para su formulación en segundo orden.
La “imagen” de completud en primer orden está dada
por el esquema obtenido de esa afirmación de segundo
orden, al sustituir X por una fórmula de primer orden ip.
El esquema resultante (es decir, el conjunto de enuncia
dos que obtenemos al permitir que la fórmula varíe y
al tomar la cerradura universal) dice que la propiedad de
mínima cota superior se cumple para los conjuntos que
son definibles a partir de puntos. Los campos ordenados
que satisfacen esos enunciados se llaman “campos orde
nados real cerrados”.
L o sorprendente es que dichos campos no fueron in
ventados por los lógicos. Fueron estudiados con anterio
ridad por los algebristas y uno puede leer acerca de ellos
en el volumen I del libro Modem Algebra de van der Waer-
dcn. Por supuesto, él utiliza una caracterización de dichos
campos en la que no interviene la lógica.
Lo que Tarski mostró es que cualquier campo ordena
do real cerrado es elementalmenlc equivalente al campo
de los números reales. De esto se sigue que la teoría de
campos ordenados real cerrados es decidióle.26
26. (a) Considere una estructura fija 21 y defina su tipo ele
mental como la clase de estructuras elemeniahnenle
equivalentes a 21. Muestre que esta clase es EC a - Su-
get encía: Muestre que es Mod Th2l.
(b) Llamemos a ú na clase /C de estructuras elementalmente
cerrada o ECL, si siempre que una estructura perte
nece a )C, entonces todas las estructuras elemental-
mentc equivalentes a ella también pertenecen a K.
Muestre que cualquier clase así es una unión de cla
ses E C a - (Se dice que cuando una clase es unión de
156 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
clases EC aj es una clase EC a s ! esta notación provie
ne de la topología.)
(c) De forma inversa, muestre que cualquier clase que sea
una unión de clases EC¿ es elementalmente cerrada.
27. Supongamos que los parámetros del lenguaje son V y un
símbolo de predicado P de dos argumentos. Haga una
lista con todas las estructuras no isomorfás de tamaño 2.
Esto es, dé una lista de estructuras (en donde el universo
de cada una de ellas tenga tamaño 2) tal que cualquier
estructura de tamaño 2 resulte isomorfá exactamente a
una estructura de la lista.
28. Para cada uno de los siguientes pares de estructuras,
muestre que no son elementalmente equivalentes, formu
lando un enunciado que sea verdadero en una y falso en
la otra. (Aquí el lenguaje contiene V y un símbolo de fun
ción de dos argumentos o.)
(a) (IR; x ) y (R*; X*), donde x es la operación de mul
tiplicación usual sobre los números reales, M* es el
conjunto de reales diferentes de cero, y x * es x res
tringida a los reales diferentes de cero.
(b) (N; + ) y (P; +*), donde P es el conjunto de los enteros
positivos, y -f * es la operación de suma usual restrin
gida a P.
(c) Mejor aún, para cada una de las cuatro estructuras de
las partes (a) y (b), formule un enunciado verdadero
en esa estructura y falso en las otras tres.
3. Un algoritmo de aná lisis
Al igual que en la lógica de enunciados, necesitamos saber
que podemos descomponer las fórmulas (v los términos) de
una manera única para descubrir cóm o están construidos. La
unicidad es necesaria para justificar nuestras definiciones por
recursión, como la definición de satisfacción que apareció en
la sección precedente.
s El lector que esté dispuesto a aceptar el significado de nuestras muchas
definiciones obtenidas por recursión puede prescindír de esta sección.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 157
Para los términos utilizamos la notación polaca; para las
fórmulas nos apoyamos en los paréntesis. Por lo tanto, primero
consideramos un procedimiento de descomposición para los
términos, mostrando la unicidad de la lectura, y posteriormen
te extendemos los métodos para hacerlo con las fórmulas.
Recordemos que Jos términos se construyen a partir de sím
bolos de constante y de variable, con operaciones correspon
dientes a los símbolos de función. Primero definimos una fun
ción K en los símbolos involucrados, de tal manera que para
un símbolo s, K(s) — 1. — n, donde n es el número de términos
que deben seguir a s para obtener un término:
K (%)= 1—0 = 1 para una variable x;
K ( c}~ 1—0 = 1 para un símbolo de constante c;
K ( f ) ~ 1—n para un símbolo de función f de n argu
mentos.
Luego extendemos K al conjunto de expresiones que usan estos
símbolos definiendo
X (s ii 2 ••■$«) = A!(íi ) + £ ( $ 2 ) + ■* ■ + -K(-fn)-
Ya que ningún símbolo es una sucesión finita de otros, esta
definición no es ambigua,
Lema23A Para cualquier término t, K(t) — 1.
Demostración Usamos inducción sobre i. El paso inductivo
para un símbolo de función / d e n argumentos es
K{ft\ ••' tn) — (1 — n ) + (1 + •- • + 1) = 1.
n veces _|
De hecho, K fue escogida para ser la función de unicidad en
estos símbolos para los cuales se cumple el lema 23A. De este
lema se sigue que si £ es una concatenación de m términos,
entonces K{e) = m.
Con segmento terminal de una cadena (si, •••,s a) de símbo
los queremos decir una sucesión de la forma (s¡¡, ja+ j , •••, sn),
donde 1 < k < n.
158 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Lema 23B Cualquier segmento terminal de un término es
una concatenación de uno o más términos.
Demostración Usamos inducción sobre el término. Para un
término de un solo símbolo (es decir, un símbolo de
constante o de variable) la conclusión se sigue de forma
trivial. Para un termino f t\ ■■■t,„ cualquier segmento
terminal (distinto del término mismo) deberá ser igual a
fa+I " ’
donde k < n y 4 es un segmento terminal de be Por la
liipótesis inductiva, t'k es una concatenación de, digamos,
m términos, donde m > 1. Así que en total tenemos
m 4- {n — k) términos. H
Corolario 23C Ningún segmento inicial propio de un término
es un término. Si t\ es el segmento inicial propio de un
término t, entonces K{t\) < 1.
Demostración Supongamos que un término t se divide en un
segmento inicial propio t\ y un segmento terminal ti-
Entonces, 1 = K{t) = K (q) + y por el Lema 23B,
K(t%) > 1. De aquí que K (t i) < 1 y !,\ no puede ser un
término. H
Análisis de términos
Queremos un algoritmo que, dada una expresión, determine si
esa expresión es o no un término permitido y, en caso de serlo,
construya el árbol de unicidad que muestre cómo se construye
el término,
Supongamos que se nos da una expresión. Construiremos
un árbol situando la expresión dada en la parte superior (es
decir, la raíz). Inicialmentc, es el único vértice en el árbol, pero
a medida que el procedimiento avance, el árbol crecerá hacia
abajo.
El algoritmo se compone de los dos pasos siguientes:
1. Si cada vértice minimal (en la parte inferior) tiene un úni
co símbolo (que deberá* ser un símbolo de constante o de
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 159
variable), entonces el procedimiento termina. (La expre
sión dada es de hecho un termino, y habremos construido
su árbol.) De otra manera, seleccione un vért ice minimal
que tenga una expresión con dos o más símbolos. Exami
namos esa expresión.
2. F.1 primer símbolo deberá* ser un símbolo de función de
n argumentos, digamos / , donde n > 0. Extendemos el
árbol hacia abajo creando n nuevos vértices debajo del
que ya tenemos. Revise la expresión después de f, hasta
que alcance la pri mera cadena t (de variables, de símbo
los de constante y de símbolos de función) con K(i) = 1.1
Entonces l es la expresión que va al nuevo vértice sin eti
queta de la extrema izquierda. Repita con el resto de la
expresión, hasta que se etiqueten lodos los n nuevos vér
tices y se haya agotado la expresión. 1 Regrese al paso 1.
Al igual que en la sección 3 del capítulo I, el punto crucial es
que el árbol no se podría haber hecho de forma diferente. En
el paso 2, seleccionamos la primera cadena t que encontramos
con K[t) = 1. No podíamos usar menos que t (debido a que
necesitábamos que K{t) — 1 de acuerdo con el lema 23A). No
podíamos usar más que t (debido a que una cadena más larga
tendría el segmento inicial propio t con K{t) = 1, en contradic
ción con el corolario 23C). Elegir t era la única opción posible.
Cuando se detiene el logaritmo, lo que ha sucedido es que o
bien se rechazó la expresión dada por no ser un término, o bien
se construyó el único árbol que demuestra que la expresión
dada es un árbol permitido.
Podemos rcformular la unicidad, en la terminología de la
sección 4 del capítulo 1, com o sigue:
Teorema de unicidad de la lectura para términos El conjunto de tér
minos se genera libremente a partir del conjunto de
variables y de símbolos de constante mediante las ope
raciones Tf.
*Si no, entonces la expresión presente no es un término. Rechazamos la
expresión dada por no ser u n téimino y nos detenemos.
i Si se alcanza el final de la expresión antes de encontrar tal í, entonces la
expresión en cuestión no es un término. Rechazamos la expresión dada por
no ser un término y nos detenemos.
160 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Demostración Primero, resulta claro que si / f g, entonces
ran T f es disjunto de ran esto requiere revisar úni
camente el primer símbolo. Además, ambos rangos son
disjuntos del conjunto de variables y símbolos de cons
tante. Sólo resta mostrar que T /, cuando se restringe a
los términos, es uno a uno. Supongamos que, para una f
de dos argumentos, tenemos
f l l h — f h h-
A1 eliminar el primer símbolo nos quedamos sólo con
fl £2 = ¿3 £4.
Si t\ £5, entonces uno sería un segmento inicial propio
del otro, lo cual es imposible para los términos por el
corolario 23C. Así que t\ = £3, y nos quedamos con
Í2 = f4. H
Análisis de fórmulas
Para extender este razonamiento a las fórmulas, ahora defini
mos K para los otros símbolos:
* ( ) ) = 1;
* ( V ) = - 1;
K W = 0;
K (P ) = 1 — n para un símbolo de predicado P
de n argumentos;
*(=)=-!.
La idea que se encuentra detrás de la definición es, de nuevo,
que # ( j ) debería ser 1 — n, donde n es el número de objetos
(paréntesis derechos, términos o fórmulas) requeridos para ir
después de s. Como se suele hacer, extendemos K al conjunto
de todas las expresiones:
K{si ••■sn) — K(si) + •••+ Á(s„).
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 161
Lema23D Para cualquier fórmula a , K(a) = 1.
Demostración O tra inducción directa. H
Lema 23E Para cualquier segmento inicial propio a ' de una
fórmula a , K(a' ) < 1.
Demostración Use inducción sobre a. Los detalles se dejan
para el ejercicio 1. H
Corolario 23F Ningún segmento inicial propio de una fórmu
la es una fórmula.
Provistos de esta información, podemos proceder como en
la sección 3 del capítulo I. En lugar de símbolos de enunciado
en los vértices minimales, ahora tenemos fórmulas atómicas
(las cuales se distinguen por tener primero un símbolo de pre
dicado de n argumentos, seguido de n términos).
Una fórmula que no sea atómica deberá comenzar con \/v¡
o con (. En el primer caso tenemos un nuevo vértice; en el
segundo caso necesitamos examinar el siguiente símbolo para
ver si es Si no lo es, entonces podemos contar los paréntesis
o usar la función K —ambos métodos funcionan— para encon
trar la división correcta.
De nuevo, la unicidad puede expresarse en la terminología
de la sección 4 del capítulo 1 como sigue:
Teorema de unicidad de la lectura para fórmulas El conjunto de fór
mulas se genera libremente a partir del conjunto de
fórmulas atómicas mediante las operaciones £_,, £_* y
Q i ( i = 1. 2, . . . ) .
Demostración Las operaciones unarias £_. y Q¡ son obviamen
te uno a uno. Al igual que en la sección 4 del capítulo 1,
podemos mostrar que la restricción de £_, a las fórmulas
es uno a uno.
La parte del teorema de que las operaciones son aje
nas es consecuencia de las siguientes observaciones
ad hoc:1
1. ran £_,, ran Q„ ran Qj, y el conjunto de fórmulas ató
micas son ajenos dos a dos, para i ^ j. (Sólo observe
los dos primeros símbolos.)
162 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
2. ran £_*, ran Q, , ran Qj , y el conjunto de fórmulas
atómicas son igualmente ajenos dos a dos, para i j.
3. Para una fórmula (-ice) » 7 ) debido a que
ninguna fórmula empieza con - 1. De aquí que ran £
sea disjunto del rango de la restricción de £ a las
fórmulas. H
Ejercicios
1. Muestre que, para un segmento inicial propio Oí' de una
fórmula a, tenemos que E (a ') < I .
2. Sea e una expresión compuesta de variables, símbolos de
constante y símbolos de función. Muestre que e es un tér
mino sii K {e) = 1 y para todo segmento terminal d de e
tenemos K (d ) > 0. Sugerencia: Pruebe el resultado más
fuerte, que si Á'(e') > 0 para todo segmento terminal e ‘
de e, entonces s es una concatenación de Á'(e) términos.
(Este algoritmo se debe ajáskowski.)
4 . Un cálculo deductivo
Suponga que S (= 7 . ¿Qué métodos de demostración se re
querirían para demostrar ese hecho?; ¿hay necesariamente una
demostración?
Tales preguntas conducen inmediatamente a examinar qué
constituye una demostración. Una demostración es un argu
mento que se da a otra persona y que la convence completa
mente de la correctud de nuestra aseveración (en este caso, de
que E |= t ).
Entonces una demostración deberá tener longitud finita, ya
que no se le puede dar la totalidad de un objeto infinito a otra
persona. Si el conjunto E de hipótesis es infinito, no pueden
usarse todas. Pero el teorema de compacidad para la lógica de
primer orden (que probaremos en la sección 5 de este capítulo
usando el cálculo deductivo de esta sección) asegurará la exis
tencia de un Eo finito, E<> Q E , tal que So (= r .
O tra característica esencial de una demostración (además de
ser finita en su longitud) es que debe ser posible que alguien
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 163
más (si esa persona ha de quedar convencida de ella) verifi
que la demostración para asegurarse de que no contiene fala
cias. Esta verificación deberá ser efectiva; deberá ser del tipo
de procesos que puede realizarse sin necesidad de intuiciones
brillantes por parte del verificador. En particular, el con junto
de demostraciones a partir del conjunto vacío de hipótesis (es
decir, demostraciones de que |= r ) deberá ser decidible. Esto
implica que el conjunto de fórmulas demostrables sin hipóte
sis tiene que ser efectivamente numerable, ya que en principio
uno podría enumerar los enunciados demostrables generando
todas las cadenas de símbolos y separando las demostraciones
de las que no son demostraciones. Cuando se descubre una
demostración, su última línea se ingresa en la lista de salida.
(Este asunto se examinará con mayor profundidad al final de la
sección 5 de este capítulo.) Pero de nuevo hay aquí un teorema
(el teorema de numerabilidad, probado en la sección 5 de este
capítulo) que dice que en condiciones razonables, las fórmulas
válidas, es decir, el conjunto de fórmulas válidas, es de hecho
efectivamente numerable.
Por consiguiente, d teorema de compacidad y el teorema
de numerabilidad son condiciones necesarias para llegar a de
mostraciones satisfactorias de la implicación lógica. A la in
versa, afirmamos que estos dos teoremas son suficientes pa
ra que existan demostraciones (de cierto tipo). Supongamos
que E ^ r, Por el teorema de compacidad, entonces, hay un
conjunto fi nito {a o ,. . . ,cr„} C E que implica lógicamente a r.
Entonces, ero —* - * • —> a n —»• r es válida (ejercicio 1 de la
sección 2 de este capítulo). Así que para demostrar de manera
concluyente que E j= r sólo tenemos que ejecutar un núme
ro finito de pasos en la numeración de las fórmulas válidas
hasta que aparezca <Tq - ¥ ■ ■ ■ —* a n —> r , y después verificar
que cada a, € E. (Esto deberá compararse con el complejo
procedimiento sugerido por la definición original de implica
ción lógica, y que discutimos en la sección 2 de este capítu
lo.) El registro del procedimiento de enumeración que produjo
°0 -A t puede entonces considerarse como una
demostración de que E r . Como demostración, deberá ser
aceptable para cualquiera que acepte la correctud del procedi
miento para enumerar las fórmulas válidas.
164 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
En contra de la precedente discusión general (y ligeramen
te vaga), el contenido de esta sección puede esbozarse de la
siguiente manera: introduciremos demostraciones formales,
pero las llamaremos deducciones, para evitar que sean confun
didas con nuestras demostraciones en español. Éstas reflejarán
(en nuestro modelo de pensamiento deductivo) las demostra
ciones hechas por el matemático activo para convencer a sus
colegas de ciertas verdades. Después, en la sección 5 de este
capítulo, mostraremos que siempre que E r , hay una de
ducción de r a partir de E (y sólo entonces). Esto, como se
sugiere en la discusión anterior, dará como resultado las de
mostraciones del teorema de compacidad y del teorema de
numerabilidad. Y durante el proceso podremos observar- qué
métodos de deducción son adecuados para demostrar que un
determinado enunciado de hecho está implicado lógicamente
por otros enunciados. En otras palabras, nuestra meta es gene
rar un concepto de deducción matemáticamente preciso, que
sea adecuado y correcto en el contexto de la lógica de primer
orden.
Deducciones formales
En breve, elegiremos un conjunto A infinito de fórmulas que
se llamarán axiomas lógicos. Asimismo tendremos una regla
de inferencia que nos permitirá obtener una nueva fórmula a
partir de algunas otras fórmulas. Luego, para un conjunto T
de fórmulas, los teoremas de T serán las fórmulas que pueden
obtenerse de T U A usando la regla de inferencia (un núme
ro finito de veces). Si cp es un teorema de T (que se escribe:
T h i^), entonces, una sucesión de fórmulas que describa (co
mo se explica más adelante) cómo se obtuvo a partir de TUA
con la regla de inferencia se denominará una deducción de <p
a partir de F.
La elección de A y la elección de la regla (o reglas) de in
ferencia distan de ser únicas. Eri esta sección presentamos un
cálculo deductivo para la lógica de primer orden, elegido de
entre todos los cálculos posibles. (Por ejemplo, podemos tener
A = 0 usando muchas reglas de inferencia. Adoptaremos el
extremo opuesto; nuestro conjunto A será infinito pero sólo
tendremos una regla de inferencia.)
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 165
Nuestra única regla de inferencia se conoce tradicionalmen
te como modus ponens. Se suele expresar así: a partir de las
fórmulas a y a —>•/? podemos inferir (3:
a, a —►(3
J ’
Entonces los teoremas del conjunto F son las fórmulas que se
pueden obtener a partir de T U A usando modus ponens un
número fi nito de veces.
Definición Una deducción de ip a partir de Y es una sucesión
finita ( q-o. - ••> de fórmulas tal que a n es tp y para
cada k < n, o bien
(a) dk está en T U A, o bien,
(b) se obtiene mediante modus ponens a partir de
dos f órmulas anteriores de la sucesión; esto es, para
algunos i y j menores que k, a j es £*; —»■a¡¡-
Si tal deducción existe, decimos que <p es deducMe a partir
de T, o que <p es un teorema de P, y lo escribimos r F <p.
Hay otro punto d e vísta que resulta útil aquí: una deducción
de ip a partir de Y puede verse como una sucesión de construc
ción, que muestra cómo se puede obtener <p a partir del con jun
to T U A al aplicar modus ponens cero o más veces. (Vacilamos
al decir que (p se “construye” a partir de TUA, pues, a diferencia
de las operaciones de construcción de fórmulas que generan
fórmulas más largas a partir de otras más corlas, el modus po
nens puede generar fórmulas más cortas a partir de otras más
largas.) Esto es, el conjunto de teoremas de P es exactamente
el conjunto de fórmulas que se pueden obtener del conjunto
“base” T U A mediante la aplicación de modus ponens.
Esta situación difiere en dos sentidos, uno irrelevante y otro
importante, de la situación que se discutió en la sección 4 del
capítulo I. La diferencia irrelevante es que obtenemos el con
junto de teoremas al cerrar bajo la operación “parcialmente de
finida” de modus ponens, cuyo dominio únicamente se compo
ne de pares de fórmulas de la forma (o:, a {3) (en contraste
con las operaciones “totalmente definidas” de construcción de
166 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A I A LÓGICA
fórmulas). La diferencia más importante es que el conjunto de
teoremas no se genera libremente a partir de T U A mediante
modus ponens. Esto refleja el hecho de que un teorema nunca
tiene una deducción única. En las secciones 3 del capítulo 1
y 3 de este capítulo, nos interesaba m ostrar que para cualquier
fórmula <p, había un árbol único (que podíamos calcular efecti
vamente) mostrando cómo se construyó <p usando operaciones
de construcción de fórmulas. Ahor a bien, el árbol no es único
en modo alguno, y calcular dicho árbol es ahora un asunto
muy diferente.
Sin embargo, este punto de vista sí genera el siguiente prin
cipio de inducción. Decimos que un conjunto $ de fórmulas
está cerrado ba jo modus ponens si siempre que ambos or € S y
(a —>■j3) € S entonces también (í € S.
Principio de inducción Supongamos que S es un conjunto de
fórmulas que incluye T U A y que está cerrado bajo
modus ponens. Entonces S contiene Lodos los teoremas
d c-r.
Por ejemplo, si las fórmulas 8 , 7 y 7 -*• 8 -5- a se encuen
tran todas en f U A. entonces T h a, como es evidente por el
árbol siguiente, que muestra cómo se obtuvo a. Aunque resulta
tentador (y de alguna manera más elegante) definir una deduc
ción como tal árbol, será más simple considerar las deduccio
nes como las sucesiones lineales que se obtienen al aplastar
esos árboles en líneas rectas.
Ahora finalmente damos el con junto A de axiomas lógicos.
Éstos están dispuestos en seis grupos. Diremos que una fórmu
la <p es una generalización de ip sii para alguna re > 0 y variables
X 1) - - - rX l¿}
C
p = Vxi - t/j.
LOGICA DE PRIMER ORDEN 167
Incluimos el caso n — 0; cualquier fórmula es una generali
zación de sí misma. Entonces, los axiomas lógicos son todos
generalizaciones de fórmulas de las formas siguientes, donde
x y y son variables y a y ,8 son fórmulas:
1. Tautologías;
2. V* a —> a f, donde t se puede sustituir por x en a ;
3. V * (a — /?) —» (V* a —> V * ¡3);
4 . a —> V x a , donde x no ocurre libre en a.
Y si el lenguaje incluye igualdad, entonces agregamos
5. x = x;
6. x = y - a (o: —>■ a '), donde a es atómica y a.' se obtiene
de a al reemplazar x por y en cero o más lugares (aunque
no necesariamente en todos).
En su mayor parte, los grupos 3 -6 se explican por sí mis
mos; veremos varios ejemplos más adelante. Los grupos 1 y 2
requieren explicación. No obstante, primero debemos admitir
que tal vez la lista anterior de axiomas lógicos no parezca muy
natural. Más adelante se podrá ver dónde se originó cada uno
de los seis grupos.
Sustitución
En el grupo 2 de axiomas encontramos
Vx q - K ^ .
Aquí, or) es la expresión que se obtiene de la fórmula a al
reemplazar la variable x, dondequiera que ocurra libre en a ,
por el término t. Este concepto también se puede definir (y
para nosotros es su definición oficial) por recursión:
1. Para q: atómica, a* es la expresión que se obtiene de a
al reemplazar la variable x por t. (Esto se elaborará en el
ejercicio 1. Nótese que a£ es también una fórmula.)
2. ( - .a )? = (-,o ?).
168 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
3. ( a —¥ /3)‘¡ — (a£ —> 3f).
Vya s i * = y,
4.
V y (a?) si x^-y.
Ejemplos
1■ <Px = V-
2. (Qx -i- Vx Px)j = (Qy —i V a: P x).
3. Si a es -i Vy x = y, entonces V x a - * es
V x ~iVy x — y —> -i Vy z — y.
4. Para a como en 3, Vx a —y a * es
V x -iV y ;e = y —$• —i Vy y = y.
El último de los ejemplos ilustra el peligro del que debemos
cuidamos. En su conjunto, V x a 4 a ^ aparenta ser un axioma
suficientemente plausible, (“Si a es verdadero para todos, en
tonces debería ser verdadero para L") Pero en el ejemplo 4 te
nemos un enunciado de la forma V i « - > af, que casi siempre
es falso. El antecedente, Vx -> Vy x — y, es verdadero en cual
quier estructura cuyo universo contenga dos o más elementos.
Pero el consecuente -i Vy y = y es falso en cualquier estructu
ra. Así que algo anda mal.
El problema es que cuando se sustituyó y por x, fue “captu
rada” inmediatamente por el cuantificador Vy. Debemos impo
ner una restricción al grupo 2 de axiomas que prevenga este
tipo de captura del cuantificador. De manera informal pode
mos decir que un término í no es sustituible por x en a si hay
alguna variable y en t que esté capturada por el cuantificador
Vy en a l. La verdadera definición se dará más adelante por
recursión. (Ya que este concepto se usará posteriormente en
demostraciones por inducción, una definición recursiva es de
hecho la forma que más se puede utilizar.)
Sean x una variable y l un término. Definimos la frase es
sustituible por x en o?” de la manera siguiente:
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 169
1. Para a atómica, i siempre es sustituible por x en a . (No
hay cuantificadores en a , así que no puede ocu rrir ningu
na captura.)
2. t es sustituible por x e n (-> a ) sii es sustituible por x en a.
t es sustituible por x en (a —> (5) sii es sustituible por x
tanto en a como en
3. t es sustituible por x en Vy a sii o bien
(a) x no ocurre libre en V y a , o bien
(b) y no ocurre en t y t es sustituible por x en a.
(Lo importante es asegurarse de que nada en l sea capturado
por el prefijo Vy y que nada haya fallado antes dentro de a .)
Por ejemplo, x siempre es sustituible por sí misma en cual
quier f órmula. Si t no tiene variables que ocurran en a , enton
ces t es sustituible por x en a.
Se advierte al lector que no se confunda con la elección
de las palabras. Aun cuando t no sea sustituible por x en a ,
todavía se puede obtener de a al reemplazar x por t siempre
que la primera ocurra libremente, Por lo tanto, al formar a*,
realizamos la sustitución indicada, aun cuando una persona
prudente piense que es incorrecto hacerlo.
El grupo 2 de axiomas se componed e todas las generaliza
ciones de las fórmulas de la forma
V x a —t a*,
donde el término t es sustituible por la variable x en la fórmu
la a. Por ejemplo,
vi —s- \/v2A v2) Vr^Ai^))
se encuentra en el grupo 2 de axiomas. Aquí, x es vj, a es
A v\ —>•V v2A z»2, )' t es ü9. Por otra parte,
V »i V»? B v \ v % —> V »9B v 2 v 2
no se encuentra en el grupo 2 de axiomas, ya que v2 no es
sustituible por v\ en V v2B vi v2.
170 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Tautologías
El grupo 1 de axiomas comprende las generalizaciones de las
fórmulas que llamaremos tautologías. Éstas son las fórmulas
que se pueden obtener a partir de tautologías de la lógica de-
enunciados (que tienen únicamente los símbolos de conecti
vo -i y —>) al reemplazar cada símbolo de enunciado por una
fórmula del lenguaje de primer orden. Por ejemplo.
Vx[(Vy -i Py —> - ! P x ) —> ( P x —¥ -i Vy P y )]
pertenece al grupo 1 de axiomas. Es una generalización dé
la fórmula en corchetes, la cual se obtiene de una tautología
contraposición
(A -> -nB) -> (B -> -■A)
al reemplazar A por Vy ->Py y B por Px.
Existe otra manera más directa de examinar el grupo 1 de
axiomas. Dividimos las fórmulas en dos grupos:
1. Las fórmulas primas son las fórmulas atómicas y aquellas
de la forma Vx a.
2- Las fórmulas no primas son todas las demás; es decir,
aquellas de la forma ck o a —j- ,6.
Por lo tanto, cualquier fórmula se construye a partir de
fórmulas primas mediante las operaciones S . y £_>. Ahora re
gresemos a la lógica de enunciados, pero tomemos como sím
bolos de enunciado las fórmulas primas de nuestro lenguaje
de primer orden. Entonces, cualquier tautología de la lógica
de enunciados (que. usa únicamente los símbolos de conecti
vo y —>) se encuentra en el grupo 1 de axiomas. En este caso
no hay necesidad de reem.plazar los símbolos de enunciado por
fórmulas de primer orden; ya son fórmulas de prim er orden. A
la inversa, cualquier fórmula del grupo 1 de axiomas es una ge
neralización de una tautología de la lógica de enunciados. (El
ejercicio 8 de la sección 2 del capítulo I se usa para demostrar
esto.)
E jem plo r e v is a d o .
(Vy - Py —> -.P x ) i (Px -> - Vy -i Py).
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 171
Éste tiene dos símbolos de enunciado (fórmulas primas),
V y -y Py y P x. Así que su tabla de verdad tiene cuatro
líneas:
(Vy -i P y —> -i P x ) —> (P x —> -i Vy - íP v)
V F F V V V F F V
V V VF V F VFV
F V FV V V V VF
F V VF V F V VF
A partir de la tabla, podemos ver que efectivamente
se trata de una tautología.
Por otro lado, ni V.*(P.v —i Px) ni Vx P x —> Px son
tautologías.
Un comentario: No hemos supuesto que nuestro lengua je de
primer orden tenga sólo una cantidad numerable de fórmulas.
Así que utilizamos potencialmenlc una extensión del capítu
lo I para el caso de un conjunto no numerable de símbolos de
enunciado.
Un segundo comentario: Tomar todas las tautologías como
axiomas lógicos es un exceso. Podemos arreglárnoslas con mu
cho menos, a costa de extender las deducciones. Por una parte,
las tautologías forman un buen conjunto decidible (la decidibi-
lidad será importante para el teorema de numerabilidad de la
sección 5 de este capítulo). Por otra parte, no se conoce ningún
procedimiento rápido de decisión para las tautologías, com o lo
hicimos notar en la sección 7 del capítulo 1. Una opción sería
reducir el grupo 1 de axiomas y convertirlo en un conjunto de
tautologías para las cuales sí conozcamos procedimientos rá
pidos de decisión (el término técnico es “decidible en tiempo
polinomial”). Las otras tautologías podrán obtenerse luego a
partir de éstas, por modus ponens.
Un tercer comentario: A hora que las fóri nulas de primer
orden son también fórmulas de la lógica de enunciados, po
demos aplicar a ellas conceptos de ambos capítulos 1 y II. Si
F implica tautológicamente entonces se sigue que T también
implica lógicamente tp. (Véase el ejercicio 3.) Pero la inversa es
falsa. Por ejemplo, Vx P x implica lógicamente P e. Pero Vx P x
no implica tautológicamente Pe, ya que Vx P x y Pe son dos
símbolos de enunciado diferentes.
172 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Teorema 24B r ó <p sii TU A implica tautológicamente <p.
Demostración (=>): Esto depende del hecho obvio de que
{a , of —» ¡3} implica tautológicamente ¡3. Supongamos
que tenemos una asignación de verdad v que satisface
todos los elementos de T U A. Por inducción, podemos
observar que v satisface cualquier teorema de T, El paso
inductivo utiliza exactamente el hecho obvio menciona
do anteriormente.
(•<=): Supongamos que T U A implica tautológicamen
te ip. Entonces, de acuerdo con el corolario del teorema
de compacidad (para la lógica de enunciados), hay un
subconjunto finito { 7 1 . . . . , "fm, Ai, . . . , A».} que implica
tautológicamente ¡p. En consecuencia.
7 l —>•■■■ —> 7m —> Ai —)■- • • -A An —> íp
es una tautología (véase el ejercicio 4 de la sección 2
del capítulo I) y por lo tanto se encuentra en A. Al apli
car modus ponens m + n veces a esta tautología y a
{ t'L ■■■. Ai , . . . , A ,J obtenemos <p. H
(La prueba anterior est relacionada con el ejercicio 7 de
la sección 7 del capítulo I. Utiliza compacidad de enunciados
para un lenguaje posiblemente no numerable.)
Deducciones y metateoremas
Ahora hemos completado la descripción del conjunto A de
axiomas lógicos. El conjunto de teoremas de un conjunto T
es el conjunto generado a partir de T U A por modus ponens.
Por ejemplo,
h Px —>•3 y Py.
(Aquí, T = 0; escribimos “I- a ” en lugar de “0 b a"'.) La fórmu
la P x -4 3 y Py se puede obtener aplicando modus ponens
(una vez) a dos elementos de A, tal como se muestra en el
siguiente árbol:
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 173
P x —> ->Vy Py
W y - .P y ^ - .P x
(en el grupo 2 de axiomas)
(Vy -i Py —$• -i Px) —> (P x —> -i V y -¡ Py)
(en el grupo 1 de axiomas)
Al comprimir este árbol en una sucesión lineal de tres ele
mentos, obtenemos una deducción de P x — 9 } Py (a partir
de 0).
Com o segundo ejemplo, podemos obtener una generaliza
ción de la fórmula del primer ejemplo:
h Vx (Px —¥ 3 y Py).
L o anterior se observa en el siguiente árbol, que muestra la
construcción de \/x(P x — 9 y Py) a par tir de A, por modus
ponens:
V x (P x —►-iVv - ‘Py)
Vx ( Vy -iP y -¥ ->Px)
(en el grupo 2 de axiomas)
Vx (Vy - i P y —» -i Px) —» V x (P x —> Vy ->Py)
(un elemento del grupo 3
de axiomas)
V*[( Vy ^ P y -+ -.P x ) (Px ^Vy -.P y )]
(en el grupo 1 de axiomas)
De nuevo podemos comprimir este árbol y convertirlo en
una deducción.
En estos ejemplos parece que los árboles genealógicos salie
ron de la nada. Pero en breve desarrollaremos técnicas para
174 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
generar dichos árboles de una manera un tamo sistemática. Es
tas técnicas dependerán mucho del teorema de generalización
y del teorema de la deducción que aparecen más adelante.
Nótese que usamos la palabra “teorema” en dos niveles dife
rentes. Decimos que a es un teorema de T si T h a. También
hacemos muchas afirmaciones en español a cada una de las
cuales la llamamos teorema, tal como la que aparece abajo.
Parece poco probable que surja alguna confusión. Las afirma
ciones en español podrían llamarse metateoremas para subrayar
el hecho de que son resultados sobre deducciones y teoremas.
El teorema de generalización refleja nuestra ¡dea intuitiva
de que si podemos probar x sin suponer nada en especial
sobre x, entonces tenemos derecho a decir que “debido a que
x era arbitrario, tenemos que Vx __x__”.
Teorema de generalización Si F I- <p y x no ocurre libre en
ninguna fórmula de I\ entonces T h Vx (p.
Demostración Consideremos un conjunto T y una variable x
no libre en T. Por inducción, mostraremos que para
cualquier teorema p de I\ tenemos T b y x p . Para esto
(por el principio de inducción) es suficiente mostrar que
el conjunto
{<£> |r h 'i x<p]
incluye T U A y está cerrado bajo modus ponens. Nótese
que x puede ocurrir libre en p .
Caso 1: <p es un axioma lógico. Entonces V x ip también
es un axioma lógico. Y así T b V x p.
Caso 2: p €i T. Entonces x no ocurre libre en ip. De
aquí que
V x ip
está en el grupo 4 de axiomas. En consecuencia, T h
y x p , com o se evidencia mediante el árbol:
V x<p
<p p Vx<¿>
(en F) (en el grupo 4 de axiomas)
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 175
Caso 3: <p se obtiene por modus ponens de ib y ip —>
íp.Entonces, por hipótesis inductiva tenemos T h V x \b y
r h Vx (t/> —> !/?). Ésta es la situación en la que justamen
te resulta útil el grupo 3 de axiomas. Que T h V x <p es
evidente por el árbol:
V x<p
Mx-é V x ij) —* V x
V x (i/> —> ip) V x (t/j —> (fi) —> (V x ip —> V x <p)
(en el grupo 3 de axiomas)
Así que, por inducción, É h para cada teorema
d el\ H
(Las únicas razones para tener los grupos de axiomas 3 y 4
se indican en la prueba anterior.)
La restricción de que x no ocurra libre en T es esencial. Por
ejemplo, Px ^ Vx Px, y entonces, por el teorema de correctud
que veremos en la sección 5 de este capítulo, P x P Vx Px.
Por otra parte, en general x ocurrirá libre en la fórmula <p. Por
ejemplo, al principio de esta subsección mostramos primero
que
L (P x - a 3 y Py).
El segundo ejemplo ahí,
h Vx (P x —} 3 y P y ):
se obtuvo del primer ejemplo, como en el caso 3 de la demos
tración anterior.
E j e m p l o V x V y a L Vy V x a.
La demostración del teorema de generalización realmente
nos da un resultado más fuerte de lo que dice el enunciado.
Muestra cómo, dada una deducción de íp a partir de T, pode
mos transformarla efectivamente para obtener una deducción
de V x íp a partir de I\
176 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Lema 24C (Regla T} Si T I- a i ........F h a * y { a i , . . . . a»}
implica tautológicamente /3, entonces T h /3.
Demostración a i —> ••• —> a n —> (3 es una tautología y,
por tanto, un axioma lógico. Aplique modus ponens
n veces. H
Teorema de la deducción Si r ¡7 h ip, entonces T h (7 —^ p).
(Está claro que el inverso también se cumple; de hecho, el
inverso es esencialmente la regla modus ponens.)
Primera demostración
T ; 7 I- ip sii (r; 7 ) U A implica tautológicamente ip,
sii T U A implica tautológicamente (7 —> <p),
sii r h (7 -4 ip).
Segunda demostración Esta demostración no usa el teorema de
compacidad de la lógica de enunciados com o lo hace
la primera demostración. Muestra de una manera di
recta cómo transformar una deducción de tp a partir
de F ;7 para obtener una deducción de (7 —)• (p) a par
tir de T . Por inducción, mostramos que para todo teore
ma p de T; 7 la fórmula ( 7 —¥ <p) es un teorema de T.
Caso 1: ip = 7 . Entonces obviamente h (7 —l <p).
Caso 2: ip es un axioma lógico o un elemento de T.
Entonces, T h tp, y como p implica tautológicamente
( 7 -4 tp), por la regla T tenemos r b ( 7 —y p ).
Caso 3: p se obtiene de t¡j y de ip - 4 p por modus
ponens. Por hipótesis inductiva, F [- (7 —> í/;) y F h
(7 (V> —►p))- Y el conjunto { 7 —$•ib, 7 —> (t/> —¥ <p)}
implica tautológicamente 7 p. Por lo tanto, por la
regla T, F h ( 7 -4 p ) .
A s í, la c o n c lu s ió n s e s ig u e p o r in d u c c ió n p a r a c u a l
q u ie r p d e d u c ib le d e F ; 7 . H
Corolario 24D (Contraposición) F\>p -> i}) sii T; ib I— 1p .
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 177
Demostración
Tj y) I )■->ij? por el teorema de la
deducción,
T h tp —¥ “i <p por la regla T,
T ; ij) I— \tp por modus ponens.
(En el segundo paso utilizamos el hecho de que <p —»
if) implica tautológicamente i)> -¥ cp.) Por simetría, el
inverso también se cumple. H
Decimos que un conjunto de fórmulas es inconsistente sii
para algún ¡3, tanto (3 como -i ¡3 son teoremas del conjunto. (En
este caso, cualquier fórmula a es un teorema del conjunto, ya
que (3 -y -i p —¥ a es una tautología.)
Corolario24E (Reducción a! absurdo) Si F; <p es inconsistente, en-
tonces T I— op.
Demostración Por el teorema de la deducción tenemos que
r ^ (<í> -> 0 ) y T h (<p - í ->¡.3): Y {<p (3,(p - í i/3}
implica tautológicamente -itp. H
Ejemplo I- 3 x Vy <p —» Vy <p.
Trabajar hacia atrás da ciertas ventajas estratégicas.
Es suficiente mostrar que 3 x 'i y p \ ~ \ /y 3 x i p , por el
teorema de la deducción.
Es suficiente mostrar que 3 x Vy <p H 3 x (p, por el
teorem a de generalización.
Es suficiente mostrar que ~<Yx y ip\— x -xp, ya
que es lo mismo que lo anterior.
Es suficiente mostrar que Vx -i <p Vx -> V y <p, por
contraposición (y por la regla T).
Es suficiente mostrar que V x —-p> 1— >Vy ip, por gene
ralización.
Es suficiente mostrar que {V x p, V y ip } es inconsis
tente, por reducción al absurdo.
Y esto es fácil:
1. V x -><p h -up, por el grupo 2 de axiomas y modus
ponens.
178 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
2. y y tp b tp por la misma razón.
Las líneas 1 y 2 muestran que {V x -i <¿>, V y <p} es
inconsistente.
Estrategia
Como lo indica el ejemplo anterior, los teoremas de generali
zación y de la deducción (y en menor medida los corolarios)
serán muy útiles para mostrar que ciertas fórmulas son dedu-
cibles. Pero aún tenemos el asunto de la estrategia: para un T y
un tp dados, ¿dónde deberíamos comenzar para poder demos
trar que r h tp? En principio se podría empezar enumerando
todas las sucesiones finitas de fórmulas hasta encontrar una
deducción de tp a partir de T, Aunque éste sería un procedi
miento efectivo (para lenguajes razonables) para localizar una
deducción si acaso existe alguna, es demasiado ineficiente si se
tiene más que un interés teórico.
Una técnica consiste en abandonar la formalidad y dar en
español una prueba de que la verdad de T implica la verdad
de tp. Después se puede formalizar la prueba en español y rea
lizar con ella una deducción formal. (En las páginas siguientes
veremos técnicas para realizar tal fbrmalización de una manera
razonablemente natural.)
También hay métodos útiles que se basan únicamente en la
forma sintáctica de tp. Supongamos entoces que <p es de hecho
deducible a partir de T, pero que estamos buscando la prueba
de este hecho. Hay varios casos:
1. Supongamos que tp es (t/; —¥ 9). Entonces será suficiente
mostrar que T; ip h 9 (y esto siempre será posible).
2. Supongamos que ip es Vx sp. Si x no ocurre libre en T,
entonces será suficiente mostrar que F if>. (Incluso si x ocurre
libre en T, se puede evitar la dificultad. Siempre habrá una
variable y tal que T h Vy y Vy tp* h Vx tp. Véase el lema de
reemplazo, ejercicio 9.)
3. Finalmente, supongamos que ip es la negación de otra
fórmula.
3a. Si (p es -i (%(> 6), entonces bastará m ostrar que r h i¡) y
T I— 19 (por la regla T). Y esto siempre será posible.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 179
3b. Si tp es -i ->ip, entonces, desde luego, será suficiente mos
trar que T b vp.
3c. El caso restante es donde <p es -t'ix ip. Bastaría mostrar
que 3? b -> ibf, donde t es algún término sustituible por x en %b.
(¿Por qué?) Desafortunadamente esto no siempre es posible.
Hay casos en los que
r h-.v*v>,
y aún así, para cada término t,
ry
(Un ejemplo tal es T = 0, ■p = -> (P x —> Vy Py)-) La contrapo
sición es muy útil aquí;
f ; a I— ' V xip
su
T; V x i¡> b -i a.
(Una variante de esto es: T; Vy a b -i Vx vp si T; Vx •p b -■ a.)
S i todo lo demás falla, podemos intentar con reducción al ab
surdo.
E je m p l o (Q 2 a ) S i x no ocurre libre en a, entonces
b (a —^ V x ¡3 ) *-> ' i x (a —s- ¡3 ) .
Para probar esto, es suficiente mostrar (por la regla T)
que
b (a —^ V x 3) -> V x (a (3)
y
b V x ( a —y 3) -> (a V x 0 ).
Para el primero, es suficiente (por los teoremas de la
deducción y de generalización) mostrar que
{(a 'ix P ) , a } b /?.
Pero esto es fácil; Vx 3 —> 3 es un axioma.
Para obtener el inverso,
b Vx (a —> 3) —>•(a -A Vx /3),
180 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
es suficiente (por los teoremas de la deducción y de ge
neralización) mostrar que
{ V x (a -> ¡3 ), a } b (3.
De nuevo, esto es fácil.
En el ejemplo anterior podemos reemplazar a por -> a , (3
por -i ¡3 y usar la tautología de contraposición (entre otras co
sas) para obtener el hecho relacionado:
(G3b) Si x no ocurre libre en a, entonces
b (3 x / 3 ^ a ) f > V x ( / 3 - t a ) -
Tal vez el lector quiera convencerse por sí mismo de que
la fórmula anterior es válida.
Con frecuencia, un estilo abreviado es útil para poner por
escrito una prueba de deducibilidad, com o en el ejemplo si
guiente.
Ejemplo ( ec2) V x Vy (x = y —> y = x).
Demostración
1. b x = y —>x = x - 4 y = x. Ax 6.
2. b x = x. Ax 5.
3, f- x = y -L y — x. 1, 2; T.
4, b Vx \/y (x = y —> y — x). 3; gen2. ri
En la línea 1, ‘A x 6” significa que la fórmula pertenece al
grupo 6 de axiomas. En la línea 3, “1, 2; T" significa que esta
línea fue obtenida de las líneas 1 y 2 por la regla X En la
línea 4, “3; gen2” significa que el teorema de generalización
puede aplicarse dos veces a la línea 3 para producir la línea 4.
En la misma tendencia, escribimos “MP”, “ded”, y “RAA” para
referirnos respectivamente a modus ponens, al teorema de la
deducción y a reducción al absurdo.
Se debe poner énfasis en que las cuatro líneas numeradas
de arriba no constituyen una deducción d e V x V y (x = y
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 181
y = x). En lugar de eso, forman una demostración (en el me-
talenguaje que con poca justificación seguimos llamando espa
ñol) de que dicha deducción existe. La deducción más corla de
V x V y (x = y —E y = x) que el autor conoce es una sucesión de
diecisiete fórmulas.
Ejemplo h x = y - a V z P x z —e Vz P y z .
Demostración
1. = P x z —E P yz. Ax 6.
2. h V z P x z - a P x z . Ax 2.
3. h x = y —E V z P x z —E P y z . 1, 2; T.
4. (x = y, V z P x z } h P y z . 3; MP2.
5. {x = y, V z P x z } h V z P y z . 4; gen.
6. h x = y -A V z P x z -A V z P y z . 5; ded2. H
Ejemplo (Ec5) Sea / un símbolo de función de dos argumen
tos. Entonces
I- V x t V x 2 V3>i V y%( * i = v i -A x 2 = - e jx\xz = f y\y%).
Demostración Dos elementos del grupo 6 de axiomas son
XI — y-l -A- / X1 X2 — / X1X2 “A f X 1X2 = f y \X 2 ,
x2 — —•>f x i * * — f }'\x2 *A f xlx'> =
De V x x = x (del grupo 5 de axiomas) deducimos
f X\X<¿ = f X]X2-
Las tres fórmulas mostradas implican tautológicamente:
xj = yi -A x2 = y2 - e /x jx 2 = / y2y2. H
E jem plo
(a) { V X (P x - e Qx), V z Pzj h Qc. No es difícil mos
trar que tal deducción existe. La deducción en sí misma
consta de siete f órmulas.
182 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(b) { V x { P x —► Qx), Vz P i] \- Qy. Ésta es como
en (a). Lo que nos interesa aquí es que podemos utilizar
la misma deducción de siete elementos, reemplazando c
por y en todas partes,
(c) { V x ( P x - i (¿x), Vz P z) b V) 1 Qy■ Esto se sigue
de (b) por el teorema de generalización.
(d) { V x ( P x —¥ Qx), Vz P z} h Vx Qx. Esto se sigue
de (c) usando Vy Qy f- Vx Qx.
Las partes (a) y (b) del ejemplo anterior ilustran un tipo de
posibilidad de intercambio entre símbolos de constante y varia
bles libres. Este tipo de intercambio es la base de la siguiente
variante del teorema de generalización, de la cual es ejemplo
la parte (c). El Corolario 24G cubre la parte (d). ipy es, por
supuesto, el resultado de reemplazar c por y en ip.
Teorema 24F (Generalización sobre constantes) Supongamos que
r h ^ j y que c es un símbolo de constante que no ocurre
en T. Entonces hay una variable y (que no ocurre en <p)
tal que r h V y ipcy. Además, hay’ una deducción de V y <pcy
a partir de T en la que c no ocurr e.
Sea (croj ••■¡ a n) una deducción de (fi a partir
Demostración
de T. (Por lo tanto an — <p.) Sea y la primera variable
que no ocurra en ninguna de las a,. Afirmamos que
<(ao)v........ (“ »)$) (*)
es una deducción de a parti'r de F. Así que debemos
verificar que cada (a*)> est^ en T U A o que se obtiene a
partir de fórmulas anteriores por modus ponens.
Caso 1: o¿k € T, Entonces c no ocurre en a*. Así que
{a/t)y = ah, que está en T.
Caso 2: a k es un axioma lógico. Entonces (or¿)!j. tam
bién es un axioma lógico. (Véase la lista de axiomas ló
gicos y nótese que la introducción de una nueva variable
transformará un axioma lógico en otro axioma lógico.)
Caso 3: a* se obtiene por modus ponens de y a¿
(que es (üíí —> a*)) para i, j menores que k. Entonces
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 183
{ocjYj — ((a¿)( -> («*)>)• Así que (a/¡)j se obtiene de
(a¿)j. y (ay)(, por modus ponens.
Esto completa la prueba de que (*) anterior es una
deducción de <pc. Sea $ el subconjunto finito de T que
se usa en (*). Así, (*) es una deducción de y / a partir
de y y no ocurre en Así que por el teorema de
generalización, $ h Vy <pey. Además, hay una deducción
de V y <pcr a partir de $ en la que c no aparece. (Pues
la prueba del teorema de generalización no agregó nin
gún nuevo símbolo a la deducción.) Ésta es también una
deducción de Vy tp' a partir de I\ H
A veces querremos aplicar este teorema en circunstancias
en las que no se podría aplicar cualquier variable. En la versión
siguiente se selecciona de antemano una variable x.
Corolario 24G Supongamos que F h y*, donde el símbolo de
constante c no ocurre en T ni en <p. Entonces T r Vx <p,
y hay una deducción de V.v <p a partir de T, en la que
c no ocurre.
Por el teorema anterior, tenemos una deduc
D e m o s tra c ió n
ción (sin c) a partir de T de Vy((q?*)p, donde y no
ocurre en Pero ya que c no ocurre en ip,
m = ví-
Falta demostrar que Vy tp^ h Vx Podemos hacer esto
fácilmente si sabemos que
(Vy >fxy) -+ <p
es un axioma. Esto es, x debe ser sustituible por y en y
(</? *)* tiene que ser <p. Esto queda razonablemente claro;
los detalles pueden consultarse en el lema de reemplazo
(Ejercicio 9). H
Corolario 2 4 H (R e g la IE ) Supongamos que el símbolo de cons
tante c no ocurre en ip ni en ip ni en T, y que
r htf.
184 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Entonces
T; 3 x ifi b i/>
y liay una deducción de a partir de H 3 x ip en ia que
c no ocurre.
Demostración Por contraposición tenemos que
T; -i ij) I— i<px.
Así, por el corolario anterior obtenemos
T; if) b V x-i yp.
Al aplicar la contraposición nuevamente, tenemos el re
sultado deseado. H
“IE ” abrevia “instanciación exístencial”, un ejemplo de ter
minología tradicional.
No tendremos oportunidad de usar la regla IE en ninguna
de nuestras demostraciones, pero puede ser útil en los ejer
cicios. Es la contraparte formal del razonamiento: “Sabemos
que existe una x tal que x . Así que llamémosla c. A hora, a
partir d e __c__ podemos probar i/;.” Pero nótese que la regla IE
no afirma que 3 x ip f- <p*, lo que de hecho suele ser falso.
Ejemplo revisado. I- Vy<p —* Vy </>.
Por el teorema de la deducción, es suficiente mostrar
que
S x 'iy (p\~'iy ip.
Por la regla IE, es suficiente mostrar que
V y pfc \- V y 3 je tp,
donde c es una nueva constante para el lenguaje. Por el
teorema de generalización, basta mostrar que
Vy l~ <p-
Ya que Vy p* H <p*, es suficiente mostrar que
<Pc
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 185
Por contraposición, esto es equivalente a
V x -i ip I— 11-px(¡
lo cual es trivial (por el grupo 2 de axiomas y modus
ponens).
Ahora, podemos ver más o menos cóm o se construyó núes-
tra lista particular de axiomas lógicos. Se incluyeron las tauto
logías para manejar los símbolos de conectivo proposicional.
(En este momento podríamos ahorrarnos mucho si usáramos
únicamente algunas de las tautologías.) El grupo 2 de axiomas
refleja el significado que se pretende que tenga el símbolo de
cuantificador. Después, para poder probar el teorema de gene
ralización, agregamos los grupos de axiomas 3 y 4 e hicimos
los ajustes para que las generalizaciones de axiomas fueran
axiomas.
Los grupos de axiomas 5 y 6 resultarán ser justo lo suficiente
para probar las propiedades cruciales de la igualdad; véase la
subsección sobre igualdad.
Como lo probaremos en la sección 5 de este capítulo, cada
axioma lógico es una fórmula válida. Podría parecer más senci
llo usar como axiomas lógicos el conjunto de todas las fórmulas
válidas; pero hay dos objeciones (relacionadas entre sí) contra
esto. La primera es que el concepto de validez se definió semán
ticamente. Esto es, la definición hacía referencia a significados
posibles (es decir, estructuras) para el lenguaje y para el con
cepto de verdad en una estructura. Para nuestros propósitos ac
tuales (es decir, probar que el conjunto de las fórmulas válidas
es efectivamente numerable) necesitamos una clase A con una
definición sintáctica finitaria. Esto es, la definición de A invo
lucra únicamente conceptos concernientes a la disposición de
los símbolos en los axiomas lógicos; no hay ninguna referencia
a conceptos de verdad en estructuras. Una segunda objeción
en contra de que se incluyan todas las fórmulas válidas como
axiomas es que nosotros preferimos un conjunto A decidible,
y el conjunto de las formulas válidas no es decidible.
186 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Variantes alfabéticas
Con frecuencia, cuando analizamos una fórmula como
V* ( j e ^ 0 - > - 3 y x = S y )
no estamos interesados particularmente en elegirlas variables x
y y. Queremos que (x,y ) sea un par de variables distintas; pero
no suele haber diferencia si el par es {1/4, vf) o {vs, z>i).
A hora bien, cuando llega el momento de sustituir un tér
mino t en una fórmula, entonces elegir variables cuantificadas
puede determinar que t sea sustituible o no. En esta subsección
discutiremos qué hacer cuando la sustituibilidad falla. Como se
verá, la dificultad siempre se podrá superarjugando adecuada
mente con las variables cuantificadas.
Por ejemplo, supongamos que queremos mostrar que
b V x V y Pxy —>•Vy Pyy.
La dificultad aquí es que y no es sustituible por x en V y Pxy,
así que el enunciado anterior no está en el grupo 2 de axiomas.
Este inconveniente es resultado de una elección desafortunada
de variables. Por ejemplo, mostrar que
h V x Vz Pxz -4 Vy Pyy
no supone tales dificultades; así que podemos resolver nuestro
problema original si sabemos que
h Y x Yy P xy —> Vx Vz Pxz,
lo cual, de nuevo, no implica ninguna dificultad.
Esta estrategia un tanto indirecta (de interpolar Vx Vz Pxz
entre Vx Vy Pxy y \f y Pyy es típica de cierta clase de proble
mas. Digamos que deseamos sustituir un término t por x en
una fórmula tp. Si de hecho t no es sustituible allí, entonces
reemplazamos Vx íp por Vx p ' donde l sí es sustituible por x
en p '. En el ejemplo anterior, ip es \fy Pxy y p ' es Vz Pxz.
En general, <p' sólo se diferencia de p en la elección de las va
riables cuantificadas. Pero <p' deberá formarse de una manera
razonable para ser lógicamente equivalente a p . Por ejemplo,
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 187
no sería razonable sustituir Vy Pxy p o r V x P x x n i V y V z Qxyz
p or Vz Vz Qxzz.
Teorema 241 (Existencia de variantes alfabéticas) Sean tp una f órmu
la, t un término y x una variable. Entonces podemos
encontrar una fórmula p (que difiere de p sólo en la
elección de las variables cuantificadas) tal que
(a) p b p ‘ y 1“ <p;
(b) t es sustituible por x en ip'.
Demostración Consideramos que l y x son fijos, y construi
mos p ‘ por recursión sobre p . Ix>s primeros casos son
sencillos: para p atómica, tomamos p ' = p , y después
(~,(P)' — {tp —>■'<py = (<p’ —>■tp1). Pero considere
mos ahora la elección de (\/y <p)‘.
Si y no ocurre en t, o si y = x, entonces simplemente
podemos tom ar (Vy <p)‘ = V >' p'\ sin embargo, para el
caso general debemos cambiar la variable.
Elijamos una variable z que no ocurra en <p' ni en t ni
en x. Después definimos (Vy p )' — Vz(tp')t. Para veri
ficar que (b) se cumple, hacemos notar que z no ocurre
en l y que t es sustituible por x en tp' (por la hipótesis
inductiva). Por lo tanto (ya que x ^ z), t también es sus-
tituiblc por x en (<£')*. Para verificar que (a) se cumple,
calculamos:
<p\- <ft por la hipótesis inductiva;
. Vy p h Vy p '.
\/ y <p‘ (<p')l ya que z no ocurre en tp'-,
.'. Vy p ’ h Vz{<p')l por generalización;
Vy<p\-Vz((p‘) l
En la otra dirección,
VzW ‘)l h W V Y y que es <p¡ por el ejercicio 9;
p’ I- tp; por la hipótesis inductiva;
Vz(ip')l I- p
Vz (c¿/)- b Vy p por generalización.
188 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
El último paso usa el hecho de que y no ocurre libre en
(cp')l a menos que y = z, y por lo tanto no ocurre libre
en Vz en ningún caso. H
Las fórmulas .93' construidas como en la demostración de
este teorema se llamarán variantes alfabéticas de 93. La moraleja
del teorema es la siguiente: no debemos desanimarnos si falla
la posibilidad de sustituir; la variante alfabética adecuada evi
tará la dificultad.
Igualdad
A continuación se presenta una lista (suponiendo que nuestro
lenguaje incluye = ) de ciertos datos sobre igualdad que serán
necesarios en la siguiente sección. Para empezar, la relación
definida por in = 532 es reflexiva, simétrica y transitiva (es decir,
es una relación de equivalencia):
Ec 1: hV xí-x.
Demostración Grupo 5 de axiomas. H
Ec 2: b Vx Vy (x = y —r y = x).
Demostración Es el ejemplo Ec2 (p. 180). H
Ec3: b V x V y Vz(x = y —± y = z —í- x = z).
Demostración Ejercicio 11. H
Además necesitaremos saber que la igualdad es compatible
con los símbolos de predicado y de función:
Ec 4 (para un símbolo de predicado P de dos argumentos):
b \f x\ Vxv Vyi Vy'2 (^1 = };i —> x% — y% —r Px\x? Py\y%)-
De manera similar para los símbolos de predicado de n argu
mentos.
Demostración Es suficiente mostrar que
{ jci = yi, 3c2 = yg, P^¡ jc2} b Py^y-2-
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 189
Esto se obtiene aplicando modus ponens a los siguientes
dos elementos del grupo 6 de axiomas:
xi — y\ —i►P x 1X9 r P y ix i,
X9 = y2 —i- Pyixs Py+yz- H
Ec 5 (para un símbolo de función / de dos argumentos):
b Vxi Vx2 (*i — yi x% = y2 ~> f * 1*2 = f y i y 2 )-
De manera similar para los símbolos d e función d e n argu
mentos.
Demostración Ejemplo Ec.5 (p. 181). ri
Comentarios finales
Un libro de lógica con un enfoque tradicional autosuficiente
bien podría comenzar con esta sección sobre un cálculo deduc
tivo. Un libro así primeramente establecería los axiomas lógi
cos y las reglas de inferencia y explicaría que éstos son acepta
bles para personas razonables. Después procedería a mostrar
que muchas fórmulas son deduciblcs (o deducibles a partir de
ciertos axiomas no lógicos, como los axiomas de la teoría de
los conjuntos).
Nuestro punto de vista es muy diferente. Nosotros estudia
mos, entre otras cosas, los hechos sobre el procedimiento des
crito en el párrafo anterior. Y para eso utilizamos cualquier
razonamiento matemático correcto, a sabiendas o no de que
dicho razonamiento tiene sus equivalentes en el cálculo deduc
tivo que ahora estudiamos.
La figura 8 tiene por objeto ilustrar la separación entre (a) el
nivel en el cual realizamos nuestro razonamiento y demostra
mos nuestros resultados, y (b) el nivel del cálculo deductivo que
estudiamos.
Ejercicios
1. Para un término u, sea iz* la expresión obtenida a partir
de u al reemplazar la variable x por el término l. Refór-
mule esta definición sin usar ninguna forma de la palabra
190 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
i i. • h: i’víndu*. Ci: f.siKiñai. .-!<•] Mau’nnna ó¡- :
(Si T (= '■#, entonces í ’.h;p.'
I?;, a t-3; AA 3
1---áí
V3¿;-7-5jf¿d .
Vx-Ppc) ] i -
FIGURA 8. A rriba se observa el melalenguaje en el cual estudiamos
el lenguaje objeto de abajo.
"reemplazo” o sus sinónimos. Sugerencia: Utilice reclu
sión sobre u. (Observe que a partir de la nueva definición
queda claro que vj es un término.)
2. ¿A qué grupo de axiomas pertenecen, si es que pertene
cen a alguno, las siguientes fórmulas?
(a) [(Vx P x —> V}' P\) -A- Pz) —> [Vx P x —> (Vv Py —>
P z )].
(b) Vy [Vx (P x -> Px) -*• {P e ->• Pe)).
(c) Vx 3 y P x y —)■3 y P y y .
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 191
3. (a) Sea 21 una estructura y sea s : V - f ¡2L|. Defina una
asignación de verdad v sobre el conjunto de las fórmu
las primas usando
v (a) — T sii ¡=<a a[s] .
Muestre que para cualquier fórmula (prima o no pri-
raa),
v ( a ) = T sii Ha a[s]-
Observación: Este resultado refleja el hecho de que -t
y —> se trataron en el capítulo II de la misma manera
que en el capítulo I.
(b) Concluya que si F implica tautológicamente <p, enton
ces r implica lógicamente <fi.
4. Dé una deducción (a partir de 0) de Vx (p —> 3 x ip. (Nó
tese que no sólo se deberá probar que dicha deducción
existe. Se está pidiendo más bien que se escriba la deduc
ción completa.)
5. Encuentre una función f tal que si una fórmula <p tiene
una deducción de tamaño n a partir de un conjunto T, y
si x no ocurre libre en T, entonces Vx tiene una deduc
ción a partir de T de tamaño / ( « ) . Cuanto más despacio
crezca su función, será mejor.
6. (a) Muestre que si E a —J- ft, entonces b V x ar —f V x /?.
(b) Muestre que en general no es verdad que a ^ P\=
Vx a —¥ Vx/0.
7. (a) Muestre que h 3 x ( P x a V x P x ).
(b) Muestre que (Q x , Vy (Qy -4 Vz P z )} h Vx P x.
8. (Q2b) Suponga que x n o ocurre libre en a . Muestre que
h (a —* 3 x (i) <4 3 x (a; —*•(3).
También muestre, suponiendo lo mismo, que tenemos
Q3a:
h (V x ¡3 a ) 44 3 x (0 -4 a ).
192 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
9. (Lema de reemplazo) (a) Muestre mediante un ejemplo
que en general no es igual a <p. Y que es posible
tanto que x ocurra en (<p£)í en un lugar donde no ocurre
en <p, como que x ocurra en ip en un lugar donde no
ocurre en (^ )x-
(b) Muestre que si y no ocurre en <p. entonces x es susti-
tuible por y en tp^ y (y^)í = <p. Sugerencia: Use inducción
sobre ip.
10. Muestre que
V x ' i y P x y h V y V x Py x.
11. (Ec 3) Muestre que
\- Vx\/ y' iz(x = y —i-y — z - ¥ x = z).
12. Muestre que cualquier conjunto de fórmulas T consisten
te puede extenderse a un conjunto consistente A con la
propiedad de que para cualquier fórmula a, o bien A
o (->a) € A. (Suponga que el lenguaje es numerable. No
use el teorema de compacidad de la lógica de enuncia
dos.)
13. Muestre que h P ; y o V x ( x = 3 -A Px).
Observaciones: De forma más general, si l es suslituible
por x en (p y x no ocurre en t, entonces
H [<Pt h V * ( í = í - ) tp)].
De esta manera, la fórmula V x (x — t —*■ <p) ofrece un
modo alternativo para la sustitución
14. Muestre que h ( Vx( ( - i Px) -> Qx) -¥ V 3?((—>Qjy) —>
Py))-
15. Muestre que existen las deducciones ( a partir de 0) de las
fórmulas siguientes:
(a) 3 x a v B x / J o í x í a V 0).
(b) V x « W j e / 3 ^ V x ( a : V / 3 ) .
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 193
16. Muestre que existen las deducciones (a partir de 0) de las
fórmulas siguientes:
(a) 3 x ( a A (3) —y 3 x a A 3 x (3.
(b) V x ( a A /3) \/xc¡ A V x (3.
17. Muestre que existen las deducciones (a partir de 0) de las
fórmulas siguientes:
(a) V x ( a —t- ¡3) —> (3% a —l 3 x /?).
(b) 3 x (Py A Q x) O Py A 3 x Qx.
5 . Teoremas de correctvA y de completad
En esta sección estableceremos dos teoremas importantes: la
correctud de nuestro cálculo deductivo (T T ¡= <¿>) y
su completud ( r <p => T h <p). Luego nos será posible obte
ner varias conclusiones interesantes (incluyendo los teoremas-
de compacidad y de numerabilidad). Aunque nuestro cálculo
deductivo fue elegido de una manera un tanto arbitraria, el he
cho significativo es que algún cálculo deductivo así es correcto
y completo. Esto deberá estimular al “matemático activo” inte
resado en la existencia de demostraciones a partir de axiomas;
véase la subsección “Retrospectiva" de la sección 6 de este ca
pítulo.
Teorema de correctud Si T I- <p, entonces T (= <p.
El teorema de correctud nos dice que nuestras deduccio
nes nos llevan únicamente a conclusiones “correctas” (¡de otra
manera las deducciones no tendrían sentidol). La idea de la
demostración es que los axiomas lógicos son lógicamente im
plicados por cualquier cosa, y que el modus ponens preserva
las implicaciones lógicas.
Lema 25A Todo axioma lógico es válido.
Demostración del teorema de correctud, suponiendo el lema Mostramos
por inducción que cualquier fórmula ip deducible a par
tir de T es implicada lógicamente por I\
Caso 1: ip es un axioma lógico. Entonces p o r el lema
<p, por tanto, a fortiori T |= <p-
194 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Caso 2: v? G I\ Entonces claramente F ¡= <p.
Caso 3: <p se obtiene por modus ponens de ip y \p —¥
<p, de donde (por hipótesis inductiva) T f= i¡) y T ^
( 0 —y (p). Luego se sigue inmediatamente que T f= <p. H
P or supuesto, queda pendiente demostrar el lema. Por el
ejercicio 6 de la sección 2 de este capítulo, sabemos que cual
quier generalización de una fórmula válida es válida. Así que
basta considerar únicamente los axiomas lógicos que no sean
generalizaciones de otros axiomas. Examinaremos los diversos
grupos de axiomas por orden de complejidad.
Grupo 3 de axiomas: Véase el ejercicio 3 de la sección 2 de
este capítulo.
Grupo 4 de axiomas: Véase el ejercicio 4 de la sección 2 de
este capítulo.
Grupo 5 de axiomas: Trivial. 21 satisface x — x con s sii s (x) =
s (x), lo cual siempre es verdadero.
Grupo i de axiomas: Por el ejercicio 3 de la sección anterior
sabemos que si 0 implica tautológicamente a , entonces 0 (= o.
Y eso es justamente lo que necesitamos.
Grupo 6 de axiomas (véase como ejemplo el ejercicio 5 de
la sección 2 de este capítulo): Supongamos que a es atómica y
que a! se obtiene a partir de a al reemplazar x p or y en algunos
lugares. Es suficiente mostrar que
{x — y, q} |= a'.
Así que lomemos cualesquiera 21 y s t ales que
N i * = y [5], CS decir, s (x) = i (y).
Entonces, cualquier término t tiene la propiedad de que si t1 se
obtiene de t al reemplazar x por y en algunos lugares, entonces
s{t) = s (i'). Esto es obvio; una demostración completa utiliza
ría inducción sobre t.
Si a es t\ — U, entonces o¿ deberá ser tx = <í„ donde t¡ se
obtiene a partir de como se describió.
N oí5] sii 5 (¿i) = 1 (h)>
sii s (fi) = s {t'^),
sii N o'M-
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 195
De manera similar, si a es Pt\ •■-tni entonces a! es Pt\ ■••t'n,
y se aplica un argumento análogo.
Finalmente, llegamos al grupo 2 de axiomas. Será útil consi
derar primero un caso sencillo: mostraremos que Vx P x —> Pt
es válida. Supongamos que
VX P x [i].
Entonces, para cualquier d en |21|,
N* P?t[j [x |d)].
Así que en particular podemos tomar d = s (t):
[=21 F k [s( m I s{t))]. (a)
Esto es equivalente (por la definición de satisfacción para
fórmulas atómicas) a
s (t)€ F * ,
lo cual a su vez es equivalente a
}=QiPt[s]. (b)
Para que este argumento se pueda aplicar a un caso no ató
mico, necesitamos una manera de pasar de (a) a (b). Esto se
obtendrá con el lema de sustitución que aparece abajo, el cual
establece que
Hat P[s{x |5 (<))] sii Na
siempre que t sea sustituible por x en <p.
Consideremos una 21 y una s fijas. Púra cualquier término u T
sea u* el resultado de reemplazar la variable x en u por el tér
mino t.
Lema 258 s (u *) = 5 (x | 5 (¿)) ( u ) .
Esto parece más complicado de lo que en realidad es. Esta
expresión afirma que se puede realizar una sustitución ya sea
en el término « o en 5, con resultados equivalentes. En seguida
se muestra el diagrama conmutativo correspondiente.
196 UNA INTRODUCCION MATEMÁTICA A LA LÓGICA
sustitución
térm in o s----------- — términos
Demostración Por inducción sobre el término u. Si u es un
símbolo de constante o una variable diferente de x, en
tonces u¡ — u y la ecuación deseada se reduce a s (u) =
s (tí). Si tí = x, la ecuación se reduce entonces a s (t) —
s (í). El paso inductivo, aunque un tanto complicado de
escribir, es matemáticamente trivial. H
El lema de sustitución en esencialmente similar; establece
que se puede realizar una sustitución ya sea dentro de cp o
en s, con resultados equivalentes. Véase un ejemplo en el ejer
cicio 10 de la sección 2 de este capítulo.
Lema de sustitución Si el término t es sustituible por la varia
ble a: en la fórmula entonces
h a V ’tM sii N i c?[s(*|r(0)].
Demostración Usamos inducción sobre <p para m ostrar que lo
anterior se cumple para toda s.
Caso 1: (p es atómica. Entonces la conclusión se sigue
del lema anterior. Por ejemplo, si tp es P u para algún
término u, entonces
h&/»tí*[i] sii
sii s {x j s ( t))(u) € P% por el lema 25B,
sii |r(í))]-
Caso 2: tp es o tp —» 9. Entonces se sigue inme
diatamente la conclusión para (p a partir de la hipótesis
inductiva para ijj y 9.
Caso 3: tp es Vy ip, y x no ocurre libre en tp. Enton
ces s y s (x | s (t)) coinciden en todas las variables que
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 197
ocurren libres en p. Y también es simplemente p , así
que la conclusión es inmediata.
Caso 4: p es V y i¡}, y x sí ocurre libre en tp. Debido a
que t es sustituible por x en -p, sabemos que y no ocurre
en t y que t es sustituible por x en ip (véase la definición
de “sustituible”). Por la primera de esas dos cosas,
r(í) = ^ ( 7 p ) ( 0 (*)
para cualquier d en ¡2lj. Ya que x 4 y, <P* — V>
Ha ’Pt M s>> Para cada d, (y |rf)],
sii para cada d, (=a (y |d)(x \s (í))] por
la hipótesis inductiva y (*),
sii |=5( p[s {x |l(t))].
Así, por inducción, el lema se cumple para toda p . H
Grupo 2 de axiomas: Supongamos que t es sustituible por x
en p. Supongamos que Si satisface Vx p con s. Necesitamos
mostrar que |
=% p ¡ [s]. Sabemos que para cualquier d en |21 |,
h a W r ( * l d)]~
En particular, sea d = s (í):
h a <p[*(*l 5 (*))];
así, por el lema de sustitución,
Ha ¥?[*]■
De aquí que V x p -» p x¡ es válida.
Esto completa la demostración de que todos los axiomas
lógicos son válidos. Y así queda demostrado el teorema de
correctud.
Corolario 25C Si I- (p o ib), entonces <p y ip son lógicamente
equivalentes.
Corolario 25D Si p ‘ es una variante alfabética de tp (véase el
teorema 241), entonces tp y <p‘ son lógicamente equiva
lentes.
198 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Recuerde que un conjunto T es consistente sii no hay nin
guna formula tp tal que T r tp y T I— >tp. Definimos que T es
satisfactible sii hay algunas 21 y s tales que 21 satisface a cada
elemento de T con s.
Corolario 25E Si T es satisfactible, entonces T es consistente.
Este corolario es de hecho equivalente al teorema de correc-
tud, y se invita al lector a que lo verifique.
El teorema de completud es el inverso del teorema de correc-
tud y es un resultado más profundo.
Teorema de completud (Gfidel, 1930)
(a) Si r |= tp, entonces T h tp.
(b) Cualquier conjunto de fórmulas consistente es satis-
factible.
De hecho, las partes (a) y (b) son equivalentes; véase el ejer
cicio 2. Así que basta demostrar la parte (b). Daremos una
demostración para un lenguaje numerable; más tarde indica
remos qué modificaciones son necesarias para lenguajes de
mayor cardinalidad. (Un lenguaje numerable es aquel con una
cantidad numerable de símbolos, o de manera equivalente, por
el teorema OB, uno con una cantidad numerable de fórmulas.)
Las ideas de la demostración están relacionadas con las de
la demostración del teorema de compacidad de la lógica de
enunciados. Comenzamos con un conjunto consistente I\ En
los pasos 1 -3 extendemos T a un conjunto A de f órmulas para
el cual
(0 rc a .
(ii) A es consistente y es maximal en el sentido de que para
cualquier fórmula a , a £ A. o (-> a ) € A,
(iii) Para cualesquiera fórmula tp y variable x, hay una cons
tante c tal que
(-i Vx ip —» 6 A.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 199
Después, en el paso 4 construimos una estructura 21 en la cual
se satisfacen las fórmulas de T que no contengan = . |2Í[ es el
conjunto de términos, y par a un símbolo de predicado P,
- sii Pt\ - - - fe € A.
Finalmente, en los pasos 5 y 6 cambiamos 21 para que satisfaga
las f órmulas que contienen el símbolo de igualdad.
Se sugiere que en una primera lectura se omitan los detalles
que se dan para la mayoría de los pasos. Una vez que se tenga
en mente un esquema claro, se deberá leer la demostración
completa. (Los pasos que no están detallados se señalan con
una barra en el margen izquierdo.)
Demostración Sea F un conjunto consistente de fórmulas en
un lenguaje numerable. H
Paso 1 Expanda el lenguaje añadiendo un conjunto infini
to numerable de nuevos símbolos de constante. Luego
T sigue siendo consistente como un conjunto de fórmu
las en el nuevo lenguaje.
Detalles: Si no, entonces para alguna (3 hay una deducción
(en el lenguaje expandido) de (¡3 A 0 ) a partir de T. Esta
deducción contiene únicamente una cantidad fi nita de nuevos
símbolos de constante. Por el teorema de generalización a par
tir de constantes (teorema 24F), cada uno puede ser reempla
zado por una variable. Entonces tenemos una deducción (en el
lenguaje original) de (/?' A -i,0 j a partir de T. Esto contradice
nuestra suposición de que T era consistente.
Paso 2 Para cada fórmula <p (en el nuevo lenguaje) y para
cada variable x, agregamos a T la fórmula
Vac <p —► tpfc>
donde c es uno de los nuevos símbolos de constante.
(La idea es que c se ofrece para nombrar un contra
ejemplo de si hay alguno.) Podemos hacer esto de
manera tal que T, junto con el conjunto © de todas
las fórmulas agregadas, siga siendo un conjunto con
sistente.
200 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Detalles: Adoptamos una numeración fija de los pares (i’-p, x)
donde <p es una fórmula (del lenguaje expandido) y x es una
variable:
(<Pl;*l)> (^2. X i ) , ( t p 3 ; X3,), ■ ■ ■
Esto es posible, ya que el lenguaje es numerable. Sea 0i
-hV x^ i -► “Upi*1,
donde c\ es el primero délos nuevos símbolos de constante que
no ocurren en <p\. Luego seguimos con (tp2 ,x%) y definimos 9%.
En general, 0„ es
“■Vxa ipn -»■
donde cn es el primero de los símbolos de constante que no
ocurren en (pn ni en 6 k para ninguna k < n.
Sea 0 el conjunto {di, 6 2 , . Afirmamos que T U © es
consistente. Si no, entonces (como las deducciones son finitas),
para alguna m > 0,
r u {&!,... ,9 m,9 m+ 1}
es inconsistente. Tomemos la mínima m tal. Entonces, por RAA
T U { 0 i , . . . . 0 m} h - i 6m+1.
A hora bien, 0m+i es
—■'ÍX(p —¥ -up*
para ciertos x, <p y c. Así que, por la regla T, obtenemos el par
siguiente:
ru{0i,...,0»}*—v*v
r u { 9 ! ........ w
Ya que c no aparece en ninguna fórmula del lado izquier
do, podemos aplicar el corolario 24G al segundo caso, y obte
nemos
ru { 0i , . . . , 0m) t- Vx ip.
Esto y (*) contradicen la minimalidad de m (o la consistencia
de T si m = 0).
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 201
Paso 3 : A hora extendemos el conjunto consistente T U
0 a un conjunto consistente A que es maximal en el
sentido de que para cualquier f órmula ip o bien ip E A
o (-> <p) E A.
Detalles: podemos imitar la demostración utilizada en el
argumento análogo de la demostración de compacidad para
enunciados de la sección 7 del capítulo I, o bien podemos argu
mentar como sigue: Sea A el conjunto de axiomas lógicos para
el lenguaje expandido. Como T U © es consistente, no existe
fórmula 6 tal que F U 0 U A implique tautológicamente tanto ,6
como -i ¡3, (Esto es por el teorema 24B, cuya demostración usa
el teorema de compacidad de la lógica de enunciados.) Por lo
tanto, hay una asignación de verdad v para el conjunto de todas
las fórmulas primas que satisface a T U 0 U A. Sea
A = {ip \ v {(p) = T}.
Claramente, para cualquier < p ,o p E A o f - ' ^ ) E A, pero no
ambas, También tenemos que
A h i p ^ A implica tautológicamente <p (ya que A C A ) ,
-=$> v {p ) = T ya que v satisface A,
^ p E A.
En consecuencia, A es consistente, pues de otro modo tanto tp
como (- ttp) pertenecerían a A.
En realidad, independientemente de cómo se haya
construido A, debe ser deductivamente cerrado. Esto es,
A h (p^- A V -i p por consistencia,
=4- {~>ip) i A,
-=> 'p € A por maxiinalidad.
Paso 4 Ahora, a partir de A construimos una estructura 21
para el nuevo lenguaje, pero con el símbolo de igual
dad (si lo hay) reemplazado por un nuevo símbolo de
predicado £ d e dos argumentos. 21 no será la estructura
en la que T se satisfaga; será una estructura preliminar.
202 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(a) |2l| = el conjunto de todos los términos del nuevo
lenguaje.
(b) Definimos la relación binaria £ a como
(u, t) G E % sii la fórmula u — i pertenece a A.
(c) Para cada parámetro de predicado P de n argu
mentos, definimos la relación w-aria como
(íi, 6 Pa sii Pt\ A.
(d) Para cada símbolo de función f de n argumentos,
sea / a la función definida por
f (íl) ‘ ! O = f t\ ' ' ' tn.
Esto incluye el caso n = 0; para un símbolo de constante c,
tomamos ca = c. También definimos una función 5 : V —)•
|2í|, a saber, la función identidad s(x) = x sobre V.
Entonces se sigue que para cualquier término t, s (í) =
L. Para cualquier fórmula p , sea p* el resultado de reem
plazar el símbolo de igualdad en p por E. Entonces
|=s, <p*[í] sii p G A.
Detalles: Que s(t) — t puede probarse por inducción sobre í,
pero la demostración es totalmente directa.
La otra afirmación, que
sii
la demostramos por inducción sobre el número de lugares en
los que aparecen símbolos de conectivo o símbolos de cuantifi-
cador en p.
Caso 1 Fórmulas atómicas. Hemos definido 21 de manera tal
que este caso sea inmediato. Por ejemplo, si p es Pt, entonces
f=a P í[i] sii j(í)eP a
sii í G P %,
sii Pt e A.
LOGICA DE PRIMER ORDEN 203
De forma similar,
¡=m-u£í[s] sii (j(u ), 5 ( 0 ) € E m,
sil (u,t) 6 £ a ,
sii « - í £ A.
Caso 2 Negación.
Na (—><íp)*[í ] sii ^ [s ],
sii p $ A por hipótesis inductiva,
sii ( - p ) 6 A por las propiedades de A .
Caso 3 Condicional.
h a (<p N P H sii NM ° Ha
sii <p ^ A o G A por hipótesis inductiva,
sii N <p) € A o il> & A,
A h (9? —7 ■>!>), de hecho tautológicamente.
=> p $ A o [p S A y A tp\,
=> (~> <//) £ A o V; G A,
lo cual cierra el círculo. Y
A h (p —> ib) sii (tp -¥ i¡>) € A.
(Esto debería compararse con el ejercicio 2 de la sección 7 del
capítulo 1.)
Caso 4 Cuantificación. Queremos mostrar que
h a V x q ’ [i] sii V x ^ 6 A.
(La ambigüedad de notación no causa riesgos, va que Vx(<p*)
es lo mismo que (V x p)*). A incluye la fórmula 0:
—i \ f x < p —¥ - i tp*.
Para mostrar que
Y x p p] ^4* Y x p £ ¿A,
podemos argumentar de la siguiente forma: si p* es verdade
ra para cualquier cosa, entonces es verdadera para c, de don
de por hipótesis inductiva p xc £ A. Pero entonces \>x p £ A,
2 04 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
porque c fue elegida como un contraejemplo para <p si es que
había alguno. Con más detalle:
Ha V ^ Na |c)]
^ Na (v7*)*!5] por el lema de sustitución
=> Na (v^)*N, por ser la misma f órmula
=>■ <p* € A por la hipótesis inductiva
=* i a por consistencia
(-> Vx <p) A ya que 6 £ A y A es deduc
tivamente cerrado.
<pe A.
(Ésta es la única vez que usamos ©. Necesitábamos saber que
si (--iVx <p) £ A, entonces para una c particular tendríamos
E A .)
Ahora pasamos al inverso. Casi podemos argumentar como
sigue:
H t =4»H a ¡p >*[s{x I {)] para algún término t
por el lema de sustitución
=> i A por la hipótesis inductiva
Vx <p A ya que A es deductivamen
te cerrado.
En este caso, la falla radica en que las dos implicaciones
onduladas requieren que t sea sustituible por * en <p. Es posible
que esto sea falso, pero podemos utilizar la reparación usual:
cambiamos tp por una variante alfabética ti) en la que t sea
sustituible por x. Entonces
Hat Vx ¥?*[*] =► N a (x |¿)] para algún t, fijo de aquí en
adelante
=> Nai ( * I 0] por la equivalencia semán
tica de las variantes alfabé
ticas (Corolario 25D)
=► N i f e T t 5] por el lema de sustitución
=> -ipf A por la hipótesis inductiva
=¥ V x )¡j $ A ya que A es deductivamen
te cerrado
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 205
=£■ V x <p £ A por la equivalencia sintácti
ca de las variantes alfabéti
cas (Teorema 241).
Esto completa la lista de casos posibles; se sigue, por induc
ción, que para cualquier <p,
¥**[*] p & A.
Si nuestro lenguaje original no incluyó el símbolo de
igualdad, entonces ya terminamos. Yaque únicamente ne
cesitamos restringir 21 al lenguaje original para obtener
una estructura que satisfaga a cada elemento de T con la
ñinción identidad.
Pero ahora supongamos que el símbolo de igualdad
está en el lenguaje. Entonces 21 no servirá. Por ejemplo,
si T contiene el enunciado c = d (donde c y d son sím
bolos de constante distintos), entonces necesitamos una
estructura 23 en la cual c® = d®. Obtenemos 23 com o la
estructura cociente 21/ £ de 21 módulo É 21.
Paso 5 E m es una relación de equivalencia sobre |2l|. Para
cada t en |2l| sea [í] su clase de equivalencia. E * es, de
hecho, una relación de congruencia para 21. Esto significa
que se cumplen las condiciones siguientes:
(i) £ a es una relación de equivalencia sobre |2l|.
(ii) P % es compatible con £ SI para cada símbolo de
predicado P:
Ui, ■■■, t„) € £ a y t¡ £ a para 1 < i < n = &
<4 . . . , 4 ) <=/>*.
(iii) f 91 es compatible con E % para cada símbolo de
función /:
ti £ a /' para 1 < i < n =$•
f i n ........ t , ) £ * / * ( 4 . . ,<!,)•
En estas circunstancias, podemos construir la estructura
cociente 21/ £ , definida como sigue:
206 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(a) |2I/£| es el conjunto de todas las clases de equiva
lencia de elementos de |2t|,
(b) Para cada símbolo de predicado P de n argumen
tos,
<44 - - •. M ) e Pul/E sii . . . , fe) e F *.
(c) Para cada símbolo de función / d e n argumentos,
Esto incluye los casos n = 0:
c ^ E = [c21].
Sea h : |2l¡ -> |2l/£| la función natural:
h (í) = [í\.
Entonces h es un homomorfismo de 21 sobre 2L/E. Ade
más, £ SI,/£ cs la relación de igualdad sobre |2l/£|. En con
secuencia, para cualquier ip:
£ A "tí* íp* [jj
í=a/£ ° s\
h a / £ <p[h o 4
Así 21 ¡E satisface todos los elementos de A (y, por lo tan
to, todos los elementos de T) con h o s.
Detalles: Recordemos que
t E mí‘ sii (í= í')e A ,
sii A h ¡ = i'.
(i) £ a es una relación de equivalencia sobre 21 por las
propiedades de igualdad Ecl, E c2 y Ec3.
(ii) P® es compatible con £ a por la propiedad de igual
dad Ec4.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 207
(iü) / 2l es compatible con por la propiedad de igual
dad Ec5.
Entonces de la compatibilidad de con £ 21 se sigue que
pQi,E está bien definida. Igualmente, f * / £ está bien definida
porque / a es compatible con £ 21.
Resulta inmediato a partir de la construcción que k es un
homomorfismo de 21 sobre 21 ¡E . Y
[í] E*>tE [/'] sii I, E n t>,
sü [/] = [/'].
Finalmente,
ip £ A [5] por el paso 4
‘£t-rzm/£<P*lh o j ¡ por el teorema de homo-
morfismo
04
el último paso está justificado por el hecho de que E'Z/'e es la
relación de igualdad sobre [2Í/£|.
Paso 6: Restrinja la estructura 21¡ E al lenguaje original.
Esta restricción de 21¡ E satisface a todo elemento de T
con h o 5. H
Para un lenguaje no numerable, es necesario hacer unas
cuantas modificaciones a la demostración anterior del teorema
de completud. Digamos que el lenguaje tiene cardinalidad A.
(Con esto queremos decir que tiene A símbolos o. equivalente
mente, A fórmulas.) Describiremos las modificaciones necesa
rias, suponiendo que el lector tiene conocimiento sustancial de
la teoría de conjuntos. En el paso 1 agregamos A nuevos símbo
los de constante; los detalles no cambian. En el paso 2, única
mente cambian los detalles. El cardinal A es un ordinal inicial.
(Implícitamente hemos bien ordenado el lenguaje.) “Numere
mos” los pares
{.^Pa> a<A
indexados por los ordinales menores que A. Para a < X, Qa es
->Vxa (pa ? (->¥>)*“ ,
208 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
donde cn es el primero de los nuevos símbolos de constante
que no está en <pa ni en Bp para toda /3 < a . (Esto excluye
cuando mucho No •card (a ) símbolos de constante, así que que
dan algunos.) Finalmente, en el paso 3, podemos obtener el
conjunto maximal A usando el lema de Zorn. El resto de la
demostración es igual.
Teorema de compacidad (a) Si T }= <p, entonces existe un sub
conjunto finito To C r , tal que T0 |= <p.
(b) Si cada subconjunto finito To de T es satisfactible,
entonces T es satisfactible.
En particular, un conjunto S de enunciados tiene un modelo
sii cada subconjunto finito tiene un modelo.
Demostración Para probar la paite (a) del teorema de compa
cidad, simplemente observamos que
r |= =£•r i- ¡p
=5> F o r (p para algún Fo C T finito, ya que
las deducciones son finitas
=> r o h v-
La parte (b) tiene una demostración similar. Si cada
subconjunto finito de P es satisfactible, entonces por co-
rrectud, cada subconjunto finito de T es consistente. Por
lo tanto, P es consistente, ya que las deducciones son
finitas. Así que, por completud, T es satisfactible. (De
hecho, las partes (a) y (b) son equivalentes; véase el ejer
cicio 3 de la sección 7 del capítulo 1). H
Cuando alguien oye hablar por primera vez del teorema de
compacidad, su inclinación natural es intentar combinar (por
medio de alguna operación algebraica o de teoría de conjun
tos) las estructuras en las que se satisfacen los diferentes sub
conjuntos finitos, de manera tal que se obtenga una estructura
en la que se satisfaga la totalidad del conjunto. De hecho, tal
demostración es posible. La operación que se usa es la cons
trucción del ultraproducto. Pero no haremos mayores comenta
rios acerca de esta atractiva posibilidad.
Nótese que en el teorema de compacidad intervienen única
mente nociones semánticas de la sección 2 de este capítulo; no
LOGICA DE PRIMER ORDEN 209
involucra para nada las deducciones; de hecho hay demostra
ciones que evitan las deducciones. Los mismos comentarios se
aplican al teorema siguiente.
‘Teorema de numerabilidad En un lenguaje razonable, el con
junto de fórmulas válidas es efectivamente numerable.
Por lenguaje razonable entendemos un lenguaje cuyo con
junto de parámetros se puede numerar efectivamente y en el
que las dos relaciones
{{P, n) j P e s un símbolo de predicado de n argumentos}
{ { / > n) I / es un símbolo de función de n argumentos}
son decidibles. Por ejemplo, cualquier lenguaje que tenga sólo
una cantidad finita de parámetros (dicho lenguaje se llamará
lenguaje finito) es ciertamente razonable, ya que los conjuntos
finitos siempre son decidióles. Por otra parte, un lenguaje ra
zonable deberá ser a lo más numerable, ya que no podemos
numerar efectivamente un conjunto no numerable. (De hecho,
cabe hacer una afirmación más fuerte: al igual que en la sec
ción 7 del capítulo I, es necesario un formato adecuado de
enu ada/salida en el cual el conjunto subyacente de símbolos
expresados seaJinito, lo que implica que el conjunto de todas
las cadenas es numerable.)
En la sección 4 del capítulo III, se dará una versión pre
cisa de este teorema. (Véase especialmente ahí el inciso 20.)
En esencia, las demostraciones de estas dos versiones son la
misma.
Demostración El hecho esencial es que A es decidióle, y por
lo tanto el conjunto de deducciones es decidióle.
Supongamos que se nos da cierta expresión s. (La su
posición de que el lenguaje es razonable ya está aquí.
Sólo existe una cantidad numerable de cosas elegibles
que una persona puede dar a otra.) Queremos decidir
si e está en A o no. Primero verificamos que £ tenga
la forma sintáctica necesaria para ser una fórmula. (En
210 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
la lógica de enunciados dimos instrucciones detalladas
para dicha verificación. Véase la sección 3 del capítulo 1.
Para lenguajes de primer orden se pueden dar instruc
ciones similares, utilizando la sección 3 de este capítulo),
Si £ pasa esa prueba, entonces verificamos (construyen
do una tabla de verdad) si es una generalización de una
tautología. Si no, procedemos a ver si e tiene la forma
sintáctica necesaria para estar en el grupo 2 de axio
mas. Y así sucesivamente. Si € no ha sido aceptada cuan
do terminemos el grupo 6 de axiomas, entonces € no
está en A.
(Lo anterior pretende convencer al lector de que en
verdad se puede distinguir entre los que son elementos
de A y los que no lo son. El lector que aún tenga dudas
puede buscar la segunda presentación en la sección 4
del capítulo III.)
Ya que A es decidible, el conjunto de consecuencias
tautológicas de A es efectivamente numerable; véase el
teorema 17G. Pero
{ a |a es una consecuencia tautológica de A}
= { a |h a ) por el teorema 24B,
= {a |a es válida). H
En el siguiente argumento se presenta una alternativa al
párrafo anterior de esta prueba, que posiblemente arroje más
luz: primero afirmamos que el conjunto de las deducciones
(a partir de 0) es decidible. Para una sucesión finita dada
QO,. . . , a n podemos examinar cada a¡ para ver si se encuentra
en A o se puede obtener de elementos anteriores de la sucesión
mediante modus ponens. Después, para numerar las fórmulas
válidas, comenzamos por numerar todas las sucesiones finitas
de f órmulas. Examinamos cada sucesión cuando aparece y de
cidimos si es o no una deducción. Si no lo es, la descartamos;
pero si lo es, entonces ponemos su último elemento en la lista
de fórmulas válidas. Continuando de esta manera, generamos
—de una forma poco eficiente— una lista en la que a la larga
aparecerá cualquier fórmula válida.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 211
‘Corolario 25F Sea T un conjunco decidible de fórmulas en
un lenguaje razonable.
(a) El conjunto de teoremas de T es efectivamente
numerable.
(b) El conjunto -{(yo |T f= tp] de fórmulas implicadas
lógicamente por T es efectivamente numerable.
(Por supuesto que las partes (a) y (b) se refieren al mismo
Conjunto. Este corolario incluye en sí mismo el teorema de
numerabilidad, en el cual T = 0.)
Demostración 1 Numeramos las fórmulas válidas; siempre
qüe encontremos una de la forma
On —►•••—> Q;1 —> Q¡o,
verificamos si a „ , . . . , orí se encuentran en T. Si es así,
entonces ponemos ao en la lista de teoremas de T.
De esta manera, finalmente se incluirá en la lista cual
quier teorema de F.
Demostración 2 T U A es decidible, así que su conjunto de
consecuencias tautológicas es efectivamente numera
ble. Y éste es justamente el conjunto que queremos.
H
Por ejemplo, sea T el conjunto (decidible) de axiomas para
cualquiera de los sistemas de teoría, de conjuntos usuales. En
tonces este corolario nos dice que el conjunto de teoremas de
la teoría de conjuntos es efectivamente numerable.
De una manera más general, es natural insistir en que el
conjunto de axiomas sea decidible al establecer alguna teoría
axiomática. Después de todo, queremos que las demostracio
nes a partir de estos axiomas sean argumentos convincentes que
puedan ser verificados. Parte del proceso de verificación supo
ne revisar que los enunciados que se dice que son axiomas,
sean de hecho axiomas. Para que esto sea posible, es necesario
que el conjunto de axiomas sea decidible (o al menos semi-
decidible). Esto tiene como consecuencia que el conjunto de
los teoremas que se siguen de los axiomas sea efectivamente
numerable.
212 UNA IN TRODUCCION MATEMÁTICA A LA LÓGICA
‘Corolario 25G Supongamos que T es un conjunto decidiblc
de fórmulas en un lenguaje razonable, y que para cual
quier enunciado tr, o bien r | = < 7 o r [ = - i ( 7. Entonces
el conjunto de enunciados que implica T es decidible.
Demostración Si T es inconsistente, entonces tendremos sim
plemente el conjunto (decidible) de todos los enuncia
dos. Así que supongamos que T es consistente. Supon
gamos que se nos da un enunciado a y se nos pide que
decidamos si T ¡=<70 no. Podemos numerar los teore
mas de r y buscar <r o -1 a. Finalmente aparecerá alguno
y así sabremos la respuesta. H
(Nótese que esta demostración realmente describe dos pro
cedimientos de decisión. Uno es correcto cuando V es incon
sistente, y el otro es correcto cuando T es consistente. Así que
existe un procedimiento de decisión para cada caso. Pero no
necesariamente podremos determinar efectivamente, dada una
descripción finita de I\ cuál deberá usarse. Un con junto es de
cidible si existe un procedimiento de decisión para él, y esto no
es lo mismo que tener en nuestras manos un procedimiento
conocido de decisión.)
Debemos observar que, en general, nuestras demostracio
nes de numerabilidad no pueden convertirse en demostra
ciones de decidibilidad. Casi para todos los lenguajes, el con
junto de fórmulas válidas no es decidible. (Véase el teorema de
Church, sección 5 del capítulo III.)
Notas históricas
El teorema de completud (para lenguajes numerables) se en
cuentra en la disertación doctoral de Kurt Gódel de 1930. (No
debe confundirse con el “teorema de incompletud de Gódel",
publicado en 1931; abordaremos este último resultado en el
capítulo III.) El teorema de compacidad (para lenguajes nume
rables) se dio como un corolario.
El teorema de compacidad para lenguajes no numerables
estaba implícito en un artículo de 1936 de Anatolii Mal'cev. Su
demostración usaba funciones de Skolem (véase la sección 2
del capítulo IV) y el teorema de compacidad para la lógica de
enunciados. La primera formulación explícita del teorema de
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 213
compacidad para lenguajes no numerables se encuentra en un
artículo de Mal'cev de 1941.
Tanto el teorema de numerabilidad, como lo que se sigue
del trabajo de Gódel de 1930, estaba implícito en los resultados
publicados por Thoralf Skolem en 1928.
La demostración que hemos ofrecido del teorema de com-
pletud está basada en la que hizo León Henkin en su tesis,
publicada en 1949. A diferencia de la prueba original de Gó
del, la prueba de Henkin se generaliza fácilmente a lenguajes
de cualquier cardinalidad.
Ejercicios
1. (Regla semántica IE) Supongamos que el símbolo de cons
tante c no ocurre en <p ni en 'tp ni en I\ y que T; <p*c ti).
Muestre (sin utilizar los teoremas de correctud y de com-
pletud) que T; 3 x f= “tp.
2. Demuestre la equivalencia de las partes (a) y (b) del teore
ma de eompletud. Sugerencia: T |= <p sii T U {-> ip) es insa-
tisfactible. Y A es satisfactible sii A j^.L, donde _L es algu
na fórmula refutable insatisfactible, tal corno - i V x x - x .
Observación: De manera similar, el teorema de correc
tud es equivalente a la afirmación de que todo conjunto
de fórmulas que es satisfactible es consistente.
3. Suponga que T b ip y que P es un símbolo de predica
do que no ocurre ni en T ni en ip. ¿Hay una deducción
de y? a partir de T en la que P no ocurra? Sugerencia: Hay
dos enfoques muy diferentes para abordar este problema,
El enfoque “suave” hace uso de dos lenguajes, uno que
contiene a P y otro que no lo contiene. La aproximación
“dura” considera la posibilidad de eliminar sistemática
mente P de una deducción dada de <p a partir de T.
4. SeaT = { -iVi q Pvy,Pvi, P v$ , . . . } . ¿Es T consistente? ¿Es
T satisfactible?
5. Muestre que un mapa infinito puede ser coloreado con
cuatro colores sii cada uno de los submapas de éste pue
de ser coloreado con cuatro colores. Sugerencia: Tome un
214 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
lenguaje que Icnga símbolos de constante para cada país y
que tenga cuatro símbolos de predicado de un argumento
para los colores. Utilice el teorema de compacidad.
6. Sean £1 y £2 conjuntos de enunciados tales que no hay
un modelo de ambos £1 y £ 9 . Muestre que hay un enun
ciado r tal que Mod £ ¡ C M o d r y Mod £9 C M o d - i r .
(Esto se puede expresar así: las clases disjuntas EC¿ pue
den separarse por una clase EC.) Sugerencia: £1 U £2 no
es satisfactible; aplique compacidad.
7. El teorema de complelud nos dice que cada enunciado
cuenta con una deducción (a partir de 0) o con un con
tramodelo (es decir, una estructura en la que es falso).
Para cada uno de los enunciados siguientes,m uestre que
hay una deducción o dé un contramodelo.
(a) V x ( Q x -t* \/y Qy)
(b) (3 x P x —> Vy (¿ y ) —>■V z (Pz Q z)
(c) Vz (Pz —>■ Q z) - a- ( 3 x P x - » Vy (¿y)
(d) ->3y V x ( P x y <-> ->Pxx)
8. Suponga el lenguaje (con igualdad) que tiene únicamente
los parámetros V y P, donde P es un símbolo de predicado
de dos argumentos. Sea 21 la estructura con |2l| = Z el
conjunto de los enteros (positivos, negativos y cero) y con
(a, b) £ P01 sii \a — b\ = 1. Por lo tanto, 21 se ve como una
gráfica infinita:
Muestre que hay una estructura elementalmente equiva
lente 5B que no es conexa. (Ser conexa significa que pa
ra cada dos elementos de [23|, hay una trayectoria entre
ellos. Una trayectoria, de longitud n, de a a b es una suce
sión (po, p u . . . , p n) con a = po, b = pn y (pu pi+\) £ P B
para cada i.) Sugerencia: Agregue los símbolos de cons
tante c y d. Escriba enunciados que digan que c y d se
encuentran alejados. Aplique compacidad.
LÓCICA DE PRIMER ORDEN 215
9. En la sección 4 de eslc capítulo utilizamos cierto conjun
to A de axiomas lógicos. Dentro de ciertos límites, ese
conjunto puede ser modificado.
(a) Suponga que agregamos a A una fórmula i¡) que no
es válida. Muestre que en ese caso falla el teorema de
corrcctud.
(b) En el otro extremo, suponga que no tomamos ningún
axioma lógico: A = 0. Muestre que en ese caso falla
el teorema de complctud.
(c) Suponga que modificamos A agregando una nueva
fórmula válida. Explique por qué se siguen cumplien
do tanto el teorema de corrcctud com o el de cotn-
pletud.
6 . Modelos de teorías
En esta sección dejaremos de lado las deducciones y los axio
mas lógicos, y volveremos a los temas abordados en la sección 2
de este capítulo. Sin embargo, con base en los teoremas de la
sección previa, ahora será posible responder más preguntas de
las que podíamos responder anteriormente.
Modelos finitos
Algunos enunciados tienen únicamente modelos infinitos; por
ejemplo, el enunciado que dice que < es un orden sin elemento
máximo. La negación de dicho enunciado es finitamente válida,
esto es, es verdadera en toda estructura finita.
También es posible tener enunciados que tengan únicamen
te modelos finitos. Por ejemplo, cualquier modelo de Vx Vy
x = y tiene cardinalidad 1. Pero si todos los modelos de S
son finitos, entonces el tamaño de sus modelos tiene una cota
finita, como lo establece el siguiente teorema:
Teorema 26A Si un conjunto S tiene modelos finitos arbitra
riamente grandes, entonces tiene un modelo infinito.
Demostración Para cada entero positivo k > 2, podemos en
contrar un enunciado A* que se traduce: “Hay al menos
k objetos.” Por ejemplo,
216 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
A2 = 3 » ] 3 * 2 V \ ^ V 2 ,
A3 = 3 V\ 3 » 2 3 1»3 ( » I v? A V\ ^ I>3 A » 2 fi P3 ).
Considere el conjunto
S U {A 2,A3,..
Por hipótesis, cualquier subconjunto finito tiene un mode
lo; así que, por compacidad, todo el conjunto tiene un mo
delo, que evidentemente tiene que ser infinito. 3
Por ejemplo, a priori es posible pensar que existe una ecua
ción sofisticada de la teoría de grupos que sea verdadera en
todo grupo finito, pero falsa en todo grupo infinito. Sin em
bargo, de acuerdo con el teorema anterior, dicha ecuación no
existe.
La demostración de este teorema ilustra un método útil
para obtener una estructura con propiedades dadas. Escribi
mos enunciados (posiblemente en un lenguaje expandido) que
establecen las propiedades que queremos. Después argumen
tamos que cualquier subconjunto finito de estos enunciados
tiene un modelo. El teorema de compacidad hace el resto. En
las páginas que siguen veremos más ejemplos de este método.
Corolario 26B La clase de todas las estructuras finitas (para
un lenguaje fijo) no es EC ¿. La clase de todas las estruc
turas infinitas no es EC.
Demostración El primer enunciado se sigue inmediatamente
del teorema. Si la clase de todas las estructuras infinitas
es Mod r , entonces la clase de todas las estructuras fini
tas es Mod -> r. Pero esta clase ni siquiera se encuentra
en E C ¿ , mucho menos en EC. 3
La clase de las estructuras infinitas es ECA> siendo Mod{A2,
As,. . . } .
A continuación queremos considerar problemas de decisión
relacionados con estructuras finitas. Para cualquier estructu
ra 21, definimos la teoría de 21, denotada por Th2l, como el
conjunto de todos los enunciados verdaderos en 21. Dada una
estructura finita 21, nos preguntamos si el conjunto Th 21 es de
cidióle. y lo mismo para el conjunto de enunciados que tienen
modelos finitos.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 217
Las siguientes observaciones ayudarán a dar una respuesta:
1. Toda estructura finita 21 es isomorfia a una estructura con
universo { 1, 2, . . . , n } , donde n es el tamaño de 21 (es decir,
n = card ¡2l|). La idea es que si |2l¡ — { a i , . . . , a n}, entonces se
reemplace at por i.
Por ejemplo, supongamos que el lenguaje tiene únicamente
el parámetro V y un símbolo de predicado E de dos argumentos
(para la relación de “arista” en una gráfica dirigida). Conside
re la estructura finita 05 con universo |03|, compuesta por un
con junto de cuatro objetos distintos {a, b, c, d }, y con
Z * = {(a,b),(b,a),(b:c),(c>c)}-
Entonces 05 es isomorfa a la estructura
( { 1 , 2 , 3 , 4 } ; { ( 1 , 2), (2, 1), (2, 3), ( 3 , 3 ) } ) .
Sin embargo, para este caso existen otras posibilidades; s i nos
hubiéramos centrado en los elementos de |05| ordenados como
b, a, d, c, tendríamos una estructura isomorfa, aunque dife
rente:
( { i , 2 , 3 , 4 } ; { ( 1,2), ( 2 , 1 ) , (1, 4), ( 4 , 4 ) } ) .
2. Una estructura finita dd tipo que acabamos de describir
puede describirse, para un lenguaje finito, mediante una cade
na finita de símbolos. En el ejemplo,
( { 1 , 2 , 3 , 4 } ; { ( 3 , 2 ) , (2,1), (2,3), ( 3, 3 ) } ) ,
esta línea describe completamente la estructura y se puede es
cribir con numerales en base 10 (o en su base favorita) junio
con puntuación y delimitadores (por ejemplo, paréntesis). Por
lo tanto, dicha estructura puede ser comunicada a otra persona
o a una máquina, La cadena finita de símbolos puede escribirse
en un formato adecuado de entrada.
3. Dada una estructura finita 21 para un lenguaje finito, con
universo { l ........ n } (y, por la observación anterior, sabemos
que dicho objeto puede ser dado), una f órmula ip y una asig
nación sv de números de este universo a las variables libres
218 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Vi>i
Vwg Vp‘)
/A \ /A \ /A \ /A \
FIGURA 9. Revisión delenunciado Vvi ((—
•V»2 ~>E «2 »t) -»■ Ev\ »t)
en una estructura con universo de tamaño 4.
de <p (por supuesto que sólo hay una cantidad finita), podemos
determinar efectivamente si <¿>[sv] o no.
Por ejemplo, dada
B = ({1, 2 , 3 , 4 } ; {(1, 2), ( 2 , 1), (2, 3), (3, 3) }) .
ip = V d j ( ( - i V í t g - i E v ¡ Di) —f E DI Di ) ,
podemos organizar la computación en la forma del árbol que
aparece en la figura 9. Vemos que el enunciado tp, que dice
“Cualquier cosa en el rango de E está relacionada consigo mis
ma”, es falso en 23.
En cada hoja del árbol (es decir, en cada vértice minimal)
tenemos una fórmula atómica, así que damos una “ojeada a la
tabla” para ver si esto se satisface. Nótese que todo cuantifica-
dor genera una búsqueda a través del universo d en elementos.
Dada una fórmula <p con k cuantificadores, el número de hojas
del árbol está acotado por un polinomio de grado k en térmi
nos de n. Si el lenguaje contiene símbolos de función, entonces
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 219
es necesario evaluar cada término utilizando la función (finita)
que ofrece la estructura.
En particular, al restringirnos a los enunciados, podemos,
dada 21 como antes y un enunciado a, decidir efectivamente si
21 es un modelo de a o no. (De hecho, a podría ser aquí un
enunciado de segundo orden, como en el capítulo IV.)
‘Teorema 26C Si 21 es una estructura finita en un lenguaje
finito, entonces Th2l es decidible.
Demostración t Por la observación 1, podemos reemplazar 21
por una estructura isomorfa con un universo de la for
ma { 1, . . . , n } t sin que cambie cuáles son los enunciados
verdaderos. Después, apliquemos la observación 3. H
Demostración 2 Por el ejercicio 17 (a) de la sección 2 de este
capítulo, hay un enunciado ¿a que caracteriza 21, salvo
isomorfismo. De donde se sigue que:
T h2l = {cr | a}.
(Detalles: par a demostrar “C s nótese que si cr es verda
dero en 21, entonces es verdadero en todas las copias
isomorfás y, por lo tanto, en todos los modelos de 8%.
De modo que ^ a, En la otra dirección, la demostra
ción es más sencilla; si H entonces a es verdadero
en todos los modelos de uno de los cuales es 21.)
Aplique el corolario 2 5 0 , notando que para todo a , o
bien (=a a o ( = q i -> a. H
4. Dado un enunciado a y un entero positivo n, podemos de
cidir efectivamente si a tiene o no un modelo con n elementos.
Es decir, que la relación binaria
{(cr,n) |a tiene un modelo de tamaño n}
es decidible.
La idea clave es que solamente hay que revisar una cantidad
finita de estructuras, cosa que ciertamente podemos hacer. Por
la observación 1, el enunciado a tiene un modelo de tamaño n
si y sólo si tiene un modelo con universo { 1 , . . . , n). Si restringi
mos el lenguaje a los parámetros que ocurren en a, solamente
220 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
hay una cantidad finita de ese tipo de estructuras y podemos
generarlas todas sistemáticamente. (Por ejemplo, si los únicos
parámetros son V y un símbolo de predicado de dos argumen-
tos, entontes habrá 2n" estructuras diferentes.) Usando la ob-
servación 3, verificamos si alguna de éstas es modelo de a.
5. El espectro de un enunciado a se define como { n j a tiene
un modelo de tamaño n}. Vea el ejercicio 16 de la sección 2
de este capítulo (p, 151). De la observación 4 se sigue que el
espectro de cualquier enunciado es un conjunto decidible de
enteros positivos,
‘Teorema 26D Para un lenguaje finito, {a \a tiene un modelo
finito} es efectivamente numerable.
A continuación damos un procedimiento de
D e m o s tra c ió n
semidecisión; dado a. usando la observación 4, revise
primero si éste tiene un modelo de tamaño 1; si no lo
tiene, inténtelo con 2, y así sucesivamente. H
‘Corolario 26E Supongamos que el lenguaje es finito y sea $
el conjunto de enunciados verdaderos en toda estructu
ra finita. Entonces su complemento <5 es efectivamente
numerable.
Demostración Dado un enunciado a,
a G (--iít) tiene un modelo finito.
Podemos aplicar el procedimiento anterior de semideci
sión a ( - ict). m
Se sigue (por el teorema 17F) que $ es decidible si y sólo
si es efectivamente numerable. Pero esto no sucede. Entonces,
sin dar la demostración, afirmamos el siguiente:
‘ Teorema de Trakhtenbrot (1950) El conjunto de enunciados
$ = {a |ít es verdadero en toda estructura finita}
no es en general decidible ni efectivamente numerable.
Así que el análogo del teorema de numerabilidad restringi
do a estructuras finitas es falso,
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 221
Tamaño de modelos
En la prueba del teorema de completud que aparece en la sec
ción 5 de este capítulo, comenzamos con un conjunto consis
tente T y construimos una estructura Ql/£ en la que se satisfacía
el conjunto. ¿Qué tan grande era esa estructura? Afirmamos
que si nuestro lenguaje inicial es numerable, entonces |2l/£| es
un conjunto numerable. De modo que un conjunto consisten
te de enunciados en un lenguaje numerable tiene un modelo
numerable.
21/ E se construyó a partir de una estructura preliminar 21.
El universo de 21 era el conjunto de todos los términos del len
guaje obtenido al agregar un conjunto numerable de nuevos
símbolos de constante. Sin embargo, el lenguaje aumentado
seguía siendo numerable, así que el conjunto de todas las ex
presiones (y, p or ello, el conjunto de todos los términos) era
numerable. Es decir, |2l| era numerable.
El universo de 21/ E estaba compuesto por las clases de equi
valencia de elementos de 21, así que éste también era un con
junto numerable. (Podemos dar una función inyectiva de |2lfE\
en ¡2 L| si a cada clase de equivalencia se le asigna un elemen
to representante.) La conclusión es que, tal como se afirmaba,
21/ E es una estructura numerable.
Teorema de Lüwenheim-Skolem (1915) (a) Sea T un conjunto satis-
factible de fórmulas en un lenguaje numerable. Enton
ces hay una estructura numerable que satisface T.
(b) Sea S un conjunto de enunciados en un lengua
je numerable. Si S tiene un modelo, entonces tiene un
modelo numerable.
Demostración Primero, obsérvese que T es consistente, por
el teorema de correctud. Entonces, por el teorema de
completud (junto con las observaciones que hemos he
cho hasta ahora), hay una estructura numerable que lo
satisface. H
(Hay otra demostración más directa de este teorema que se
dará en la sección 2 del capítulo IV; préstese especial aten
ción al ejercicio 1 de dicha sección. Esa prueba, que no usa
un cálculo deductivo, comienza con una estructura arbitra
222 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
ria 21 que satisface I\ y mediante diversas manipulaciones se
extrae de ella una subestructura numerable que todavía satis
facer.)
El teorema de Ldwenheim-Skolem fue publicado por Leo-
pold Lówenheim en 1915 para el caso en el que T es un con
junto unitario; en 1920.- Thoralf Skolem lo generalizó a un F
posiblemente infinito. El teorema marcó una nueva fase en la
lógica matemática. El trabajo anterior se había encaminado a
formalizar las matemáticas por medio de lenguajes fórmales y
cálculos deductivos; el inicio de este trabajo en 1 8 / 9 se debe
en gran parte a Gottlob Frege. Por ejemplo, en los Principia
Mathematica (1910-1913) de Whitehcad y Russell se realizó di
cha fórmalización con sumo detalle. Sin embargo, el periodo
moderno empezó cuando los lógicos dieron un paso atrás y co
menzaron a probar resultados acerca de los sistemas fórmales
que se habían estado construyendo. David Hilbert, Emil Post,
Kurt Gódel (ya mencionado) y Alfred Tarski, entre otros, reali
zaron trabajos en esa dirección.
Para dar un ejemplo de la aplicación del teorema de Lówen-
heim-Skolem: sea Asj el conjunto de axiomas que el lector pre
fiera de la teoría de conjuntos. Obviamente, presuponemos
que esos axiomas son consistentes y, por lo tanto, que tienen
un modelo. Por el teorema de Lówenheim-Skolem, esos axio
mas tienen un modelo numerable 6 . Por supuesto, 6 también
es modelo de todos los enunciados implicados lógicamente
por AsT- Uno de estos enunciados afirma (cuando se traduce al
español, mediante la traducción propuesta) que hay una can
tidad no numerable de conjuntos. Aquí no hay contradicción,
pero la situación es lo suficientemente desconcertante como
para que se la llame “la paradoja de Skolem”. Lo que es cierto
en la estructura © es que no hay ningún elemento que satisfaga
la definición formal de ser una función biyectiva de los nú
meros naturales en el universo. Pero esto de ninguna manera
excluye la posibilidad de que haya (fuera de ©) una auténtica
función que nos dé esa correspondencia uno a uno.
Recuerde que la teoría de 21, denotada por Th2(, es el conjun
to de todos los enunciados verdaderos en 2(. Podemos aplicar
el teorema de Lówenheim-Skolem (con £ = Th 2() para probar
que para cualquier estructura 21 de un lenguaje numerable,
LOGICA DE PRIMER ORDEN 223
existe una estructura numerable © elementalmente equivalente
a ella. Si © es un modelo de Th 21, entonces 21 = ©, pues
(=¡a a => c £ Th2t =>1=! b c
^ 2t c =>|=<a i =$■ (-> a) 6 Th2l =^[=tg -> a <?•
Por ejemplo, el campo de los reales (R; 0, 1, -f, •) es una estruc
tura no numerable para un lenguaje finito. Por lo tanto, de
berá existir alguna estructura numerable (también un campo)
que satisf aga exactamente los mismos enunciados. (De hecho,
Tarski demostró que podemos tomar el campo de los números
reales algebraicos.)
E jem p lo Considere la estructura
9 1 = (N;0,S, <, +,-)•
Afirmamos que existe una estructura numerable VJlo,
elementalmente equivalente a (Tí (es decir, VJIq y (Tí sa
tisfacen exactamente los mismos enunciados), pero que
no es isomorfa a 9T
Demostración Construiremos VJXq usando el teorema de com
pacidad. Extendamos el lenguaje agregando un nuevo
símbolo de constante c. Sea
S — {0 < c, SO < c, SSO < c , . . . } .
Afirmamos que S U Th fTl tiene un modelo. Para de
mostrarlo, tómese cualquier subconjunto finito de S U
T h 9 T Ese subconjunto finito es verdadero en
= (N; 0,S. < , + , - , * )
(donde k — c% ) para alguna k suficientemente grande.
De modo que, por el teorema de compacidad, E U Th
tiene un modelo.
Usando el teorema de Lówenheim-Skolem, E U Th Oí
tiene un modelo numerable
© t-(| © t];ü OT,S OT,<™ T ^ c 3*).
224 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Sea ÜJIq la restricción de 9J? al lenguaje original:
£D?o = (j9JÍ|; 0OT, S3”, < 2rí, + 2,ÍJ -m ).
Como 9Jío es modelo de ThOÍ, tenemos que ÍDÍo = 9Í:
v =4- a E Tli Oí =^Harco a
a = ¡^ a E T h Oí =4-j=OT(( - , ¿r =4^aHo o-
Dejamos al lector la tarea de verificar que 97ío no es
isomorfó a Oí. (|9Jío| contiene el número “infinito” cm .)
-i
¿Qué sucede con los lenguajes no numerables?4 Suponga
mos que en la demostración del teorema de completud comen
zamos con un conjunto T en un lenguaje de cardinalidad A.
Afirmamos que, en este caso, la estructura 2Í / E que construi
mos tiene cardinalidad < A,.
21/ £ se construyó a partir de la estructura preliminar 21. El
universo de 21 era el conjunto de todos los términos en un len
guaje que se obtuvo al agregar A nuevos símbolos de constan
te. Así que el lenguaje aumentado aún tenía cardinalidad A.
Así, (por el teorema OD) el conjunto de todas las expresiones
(y por lo tanto, el conjunto de todos los términos) tenía car
dinalidad < A. (De hecho, puesto que al menos teníamos los
A nuevos símbolos de constante, el conjunto de términos tenía
exactamente cardinalidad A.)
El universo de 2Í / E estaba compuesto por clases de equi
valencia de elementos de 21, así que card |2Í/£| < card |2lj.
(Podríamos dar una función inyectivade |2l/£| en |2lj, al asig
nar a cada clase de equivalencia alguno de sus elementos, pero
es posible que para eso se necesite el axioma de elecci ón.) Así,
una vez aclarada la cuestión, se ve que T se satisface en una
estructura 2Í/E de cardinalidad < A.
Teorema de Lowenheim-Skolem (a) Sea T un conjunto satisfac-
tible de f órmulas en un lenguaje de cardinalidad A. En
tonces r es satisfactible en alguna estructura de tama
ño < X.
1 Se sugiere al lector' que desee evitar los cardinales no numerables, pasar
a la subsección “Teorías".
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 225
(b) Sea £ un conjunto de enunciados de un lenguaje
de cardinalidad A. Si £ tiene un modelo, entonces tiene
un modelo de cardinalidad < A.
La primera versión del teorema de Lówenheim-Skolem que
presentamos es un caso particular de esta versión, en la que
A = No.
Supongamos que tenemos una estructura no numerable 21
para un lenguaje numerable. Por el teorema de Lówenheim-
Skolem (aplicado a Th 21) hay una estructura 58 numerable que
es modelo de Th 21, por lo que 21 = 58, como ya se hizo notar
antes.
De m anera inversa, supongamos que comenzamos con una
estructura finita o numerable 58. ¿Existe una estructura 21 no
numerable tal que 21 = 58? Si 58 es finita (y el lenguaje incluye
la igualdad), entonces esto es imposible. Pero si 58 es infinita,
entonces sí habrá tal 21, gracias al siguiente “teorem a ascenden
te y descendente de Lówenheim-Skolem”. La parte ascendente
se debe a Tarski, y de ahí la “T ” de “LST ”.
Teorema LST Sea T un conjunto de fórmulas en un lenguaje
de cardinalidad A, y supongamos que T es satisfáctible
en alguna estructura infinita. Entonces, para todo cardi
nal k > A, hay una estructura de cardinalidad « en la
que r es satisfáctible.
Demostración Sea 21 la estructura infinita en la que P es satis
fáctible. Extendemos el lenguaje agregando un conjun
to C de k nuevos símbolos de constante. Sea
£ = {cj C2 |ci, co elementos distintos de C }.
Entonces, cada subconjunto finito de £ U T es satisfác
tible en la estructura 21, extendida para asignar objetos
distintos a la cantidad finita de nuevos símbolos de cons
tante del subconjunto. (Como 21 es infinito, hay elemen
tos suficientes para dar cabida a cualquier número finito
de ellos.) Así que, por compacidad, E U T e s satisfácti
ble, y por el teorema de Lówenheim-Skolem puede ser
satisfecho en una estructura 58 de cardinalidad < k . (El
lenguaje expandido tiene cardinalidad A + k — K.) Pero
226 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
es evidente que cualquier modelo de £ tiene cardina-
lidad > Así que 05 tiene cardinalidad «; finalmente
restringimos 03 al lenguaje original. H
Corolario 26F (a) Sea £ un conjunto de enunciados en un
lenguaje numerable. Si £ tiene algún modelo infinito,
entonces £ tiene modelos de cualquier cardinalidad in
finita.
(b) Sea 21 una estructura infinita para un lenguaje
numerable. Entonces, para cualquier cardinal infinito A,
hay una estructura 03 de cardinalidad A tal que 03 = 21.
Demostración (a ) Tome T — £ , A = en el teorema.
(b) Tome £ = Th 21 en la parte (a). H
Considere un conjunto £ de enunciados, de los que se pen
sará que son axiomas no lógicos. (Por ejemplo, £ podría ser
un conjunto de axiomas de la teoria de conjuntos o un con
junto de axiomas de la teoría de los números.) Diremos que
£ es categórica sii cualesquiera dos modelos de £ son isomor-
fos. El corolario anterior implica que si £ tiene algún modelo
infinito, entonces £ no es categórica. Por ejemplo, no existe un
conjunto de enunciados tal que sus modelos sean exactamente
las estructuras isomorfas de (N ;0, S, + . •). Esto constituye una
limitación en la expresividad de los lenguajes de primer orden.
(Como se verá en la sección 1 del capítulo IV , hay enunciados
categóricos de segundo orden; sin embargo, los enunciados de
segundo orden son objetos peculiares que se obtuvieron a cos
ta de mantener fija la noción de subcon junto, inmune a la inter
pretación mediante estructuras.)
Teorías
Definimos una teoría como un conjunto de enunciados cerrado
bajo implicación lógica. Esto es, T es una teoría sii T es un
conjunto de enunciados tal que para cualquier enunciado a
del lenguaje,
T j= er =*> o 6 T.
(Nótese que sólo admitimos enunciados, no fórmulas con va
riables libres.)
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 227
Por ejemplo, siempre habrá una teoría que sea la más pe
queña, formada por los enunciados válidos del lenguaje. En el
otro extrem o está la teoría formada por todos lo enunciados
del lenguaje, que es la única teoría que no es satisf actiblc.
Para una clase K. de estructuras (para el lenguaje), definimos
la teoría de fC (que se escribe: Th K.) mediante la ecuación
Th/C = {o |a es verdadero en cada elemento de fC}.
(Este concepto había surgido ya para el caso especial de K —
{ 21}.)
Teorema 26G Th fC realmente es una teoría.
Demostración Cualquier elemento de K es un modelo de
Th IC. De modo que si a es verdadero en todo modelo
de Th /C, entonces es verdadero en todo elemento de K.
De ahí que pertenezca a Th/C. H
Por ejemplo, si los parámetros del lenguaje son V, 0, 1, + y -,
y ,T es la clase de todos los campos, entonces Th T7, la teoría
de los campos, simplemente es el conjunto de todos los enun
ciados del lenguaje que son verdaderos en todos los campos. Si
T q es la dase de campos de característica 0, entonces Th 3-q es
la teoría de campos de característica 0.
Recuérdese que para un conjunto de enunciados E , defi
nimos Mod E como la clase de todos los modelos de E .
T h M odE es, entonces, el conjunto de todos los enunciados
que son verdaderos en todos los modelos de E. Pero éste no es
sino el conjunto de todos los enunciados implicados lógicamen
te por E. Llamemos a este conjunto el conjunto de consecuencias
de E, C n E . Entonces
Cn E = {cr |E a}
= Th M odE.
Por ejemplo, la teoría de conjuntos es el conjunto de conse
cuencias de cierto conjunto de enunciados que, como es de
esperarse, se conocen como los axiomas de la teoría de conjun
tos. Un conjunto T de enunciados es una teoría sii T — Cn T.
Se dice que una teoría T es completa sii para cada enuncia
do <t , o bien o £ T o (->cjj £ T. Por ejemplo, para cualquier
228 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
estructura 21, Th {21} (que se escribe, igual que antes, como
“Th 21”) siempre es una teoría completa. De hecho, reflexionan
do un poco, queda claro que Th K. es una teoría completa sii
cualesquiera dos elementos de K. son elementalmente equiva
lentes. Y una teoría T es completa sii cualesquiera dos modelos
de T son elementalmente equivalentes.
Por ejemplo, la teoría de campos no es completa, ya que los
enunciados
1 + 1 - 0,
3xx-x = 1 + 1
son verdaderos en algunos campos pero falsos en otros. La teo
ría de los campos algebraicamente cerrados de característica 0
es completa, pero esto de ninguna manera resulta obvio. (Véa
se el teorema 26J.)
‘Definición Una teoría T es axiomalizable sii hay un conjunto
decidible de enunciados E tal que T — Cn E.
Definición Una teoría T es finitamente axiomalizable sii T —
Cn E para algún conjunto finito de enunciados E.
En la segunda definición tenemos T — Cn {cr} (que se escri
be como “T — Cn a") donde o es la conjunción de la cantidad
finita de elementos de E. Por ejemplo, la teoría de campos es fi
nitamente axiomatizable, pues la clase de campos T es M o d $,
donde $ es el conjunto finito de los axiomas de campo. Y la
teoría de campos es Th Mod $ = Cn <fr.
1.a teoría de campos de característica 0 es axiomatizable, ya
que es Cn $o, donde <I>o consiste en los axiomas de campo (que
son una cantidad finita) junto con los siguientes enunciados
(que forman una cantidad infinita):
1 + l?0,
1+ 1 +1^0,
Esta teoría no es finitamente axiomatizable. Para probar esto,
primero hay que observar que ningún subconjunto finito de $o
tiene a toda la teoría como el conjunto de sus consecuencias.
(Ya que ese subconjunto finito sería verdadero cn algún campo
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 229
de característica suficientemente grande.) Después aplique lo
siguiente:
Teorema 26H Si Cn £ es finitamente axiomatizable, entonces
hay un £ () C £ finito tal que Cn £ 0 = Cn £ .
Demostración Supongamos que Cn £ es finitamente axioma-
tizable; entonces Cn £ — Cn r para algún enunciado r.
En general, r ^ £ , pero al menos S r. (r £ C n r =
C n £ .) Por el teorema de compacidad hay un £o Q £
finito tal que £ o |= t . Entonces
C n r C C n £o C C n £ ,
de modo que se cumple la igualdad. H
Ahora podemos reformular los corolarios 25F y 25G de la
siguiente manera:
‘ Corolario 261 (a) Una teoría axiomatizable (en un lengua je
razonable) es efectivamente numerable.
(b) Una teoría completa axiomatizable (en un lengua
je razonable) es decidible.
Podemos representar las relaciones entre estos conceptos
por medio de un diagrama (en el que hemos incluido los re
sultados del ejercicio 6):
Decidible Finitamente axiomatizable
Por ejemplo, una teoría a la que se ha dado una forma axio
mática (tal como la teoría de conjuntos de Zermelo-Fraenkcl,
que no es sino Cn AZf para cierto conjunto Az f) es efectivamen
te numerable. En la sección 7 del capítulo III argumentaremos
que la teoría de conjuntos (si es consistente) no es ni decidible
ni completa. La teoría de los números, es decir, la teoría de
la estructura (N ;0, S, <, 4 - , •, E), es completa pero no es efec
tivamente numerable, de donde no es axiomatizable (Secc. 5,
Cap. III).
230 UNA INTRODUCCION MAT EMA TICA A LA LÓGICA
Podemos usarla parte (b) del corolario anterior para estable
cer la decidibilidad de una teoría axiomatizable, suponiendo
que podamos m ostrar que la teoría en cuestión es completa.
En algunas ocasiones esto se puede hacer usando la prueba de
completud de Los-Vaught.
Decimos que una teoría Tes No-categórica sii todos los mode
los infinitos numerables de T son isomorfos. De manera más
general, dado un cardinal «, diremos que T es «-categórica sii
todos los modelos de T de cardinalidad n son isomorfos.
Prueba deLos-Vaught(1954) SeaT u n a teoría en un lenguaje nu
merable. Supongamos que T no tiene modelos finitos.
(a) Si T es No-categórica, entonces T es completa.
(b) Si T es «-categórica para algún cardinal infinito «,
entonces T es completa.
DemostraciónBasta mostrar que 21 = 03 para cualesquiera
dos modelos 21 y 03 de T. Como 21 y 03 son infinitos, exis
ten (por el teorema LST) estructuras 21' = 21 y 18' = 0 3 ,
con cardinalidad « . 21' es isomorfá a IB', así que tenemos
21 = 21' = 93' = 03.
De modo que 21 = 18. H
(Si T es una teoría en un lenguaje de cardinalidad A, enton
ces debemos pedir que A < «.)
El inverso de la prueba de Los-Vaught es falso. Esto es, hay
teorías completas que no son « categóricas para ningún k .
En la sección 1 del capítulo I I I aplicaremos la prueba de Los-
Vaught para probar la decidibilidad de la teoría de los números
naturales con cero y sucesor. También se puede usar para pro
bar la decidibilidad de la teoría del campo de los complejos.
Pero esta prueba utilizará elementos de álgebra.
Teorema 26J (a) La teoría de campos algebraicamente cerra
dos de característica 0 es completa.
*(b) La teoría del campo de los complejos
e = (C ;0,!,+,-)
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 231
es decidible.
Demostración Sea A la clase de los campos algebraicamente
cerrados de característica 0. Entonces A = ¡Vfod ($o U
r), donde $o consiste, como antes, en los axiomas para
campos de característica 0, y T consta de los enunciados
Va V i V c ( a / 0 A H x f l ' i i + i ' X T C - 0),
V a V ó V c V d ( a 7l O —± 3 x a - x - x - x + b - x - x +
c- x + d = 0),
El conjunto <£>oUT es decidible y T h .4 — Cn (^oU T ), así
que esta teoría es axiomal izable, La parte (a) del teorema
afirma que la teoría también es completa y de ahí que sea
decidible.
La parte (b) se sigue de la parte (a). Puesto que tene
mos que £ £ A, tic donde Th A C Th C. La completud
de Th A implica que la igualdad se cumple; véase el ejer
cicio 2.
Para demostrar la parte (a), aplicamos la prueba de
Los-Vaught. Los modelos de T h .4 son exactamente
los elementos de A . Todos éstos son infinitos. Además
afirmamos que Th^4 es categórica en cualquier cardi-
nalidad no numerable. Esto equivale a decir que cuales
quiera dos campos algebraicamente cerrados de caracte
rística 0 que tengan la misma cardinalidad no numerable
son isomorfos.
Esta última afirmación es un resultado conocido den
tro del álgebra. Presentaremos un bosquejo de la prueba
para satisfacer el interés de aquellos lectores familiariza
dos con el tema. Cualquier campo J se puede obtener
de la siguiente manera: (1) Se empieza con el subcampo
primo, el cual és determinado salvo isomoríismo por la
característica de (2) Se loma una extensión trascen
dental, determinada salvo isomoríismo por la cardina
lidad de la base de trascendencia, es decir, por el gra
do de trascendencia de 5 (sobre su subcampo primo).
(3) Finalmente, se toma alguna extensión algebraica. Y
232 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
así tenemos un teorema de Steinitz: dos campos alge
braicamente cerrados son isomorfós sii tienen la misma
característica y el mismo grado de trascendencia.
Si el grado de trascendencia de un campo infinito $
es entonces la cardinalidad de $ es el mayor entre k
y No- En consecuencia, para un campo no numerable, la
cardinalidad es igual al grado de trascendencia. Así que
podemos concluir, a partir del teorema de Steinitz, que
si dos campos algebraicamente cerrados tienen la misma
característica y la misma cardinalidad no numerable, en
tonces son isomorfós. H
La teoría del campo de los reales
(3 ; 0, 1 , + , - )
también es decidible. Pero este resultado (que se debe a Tarski)
es mucho más profundo que el teorema anterior. La teoría del
campo de los reales no es categórica en ninguna cardinalidad
infinita, así que no se puede aplicar la prueba de Los-Vaught.
Como una última aplicación, podemos demostrar que el or
den de los racionales es elementalmente equivalente al orden
de los reales,
(Q; < e ) =
donde Q y Si son los racionales y los reales, respectivamente, y
<Q.Y son l° s órdenes correspondientes. Para demostrar la
equivalencia elemental, mostraremos que ambos son modelos
de una teoría completa (de modo que esta última deberá coin
cidir con la teoría de cada estructura). El hecho clave lo provee
un teorema de Cantor: cualesquiera dos órdenes lineales nu
merables, densos y sin extremos son isomorfós.
Para dar los detalles, debemos retroceder un poco. El len
guaje de este caso tiene igualdad y los parámetros V y < . Sea S
la conjunción de los siguientes enunciados:
1. Axiomas de orden (tricotomía y transitividad):
V x V y (x < y V .x — y V y < .x),
V x Vy (x < y - í y £ .x),
Vx Vy Vz (x < y y < z —t x < z).
LOGICA DE PRIMER ORDEN 233
2. Densidad:
Vx\/y (x < y - - 3 z (x < z < y)).
3. Sin extremos
V x 3 y 3 z (y < x < z).
Los órdenes lineales densos y sin extremos son, por defini
ción, las estructuras para este lenguaje que son modelos de ó.
Está claro que todos son infinitos. Además, afirmamos que la
teoría de estos órdenes, Cn ó, es ^-categórica. Esto surge del
siguiente resultado:
Teorema 26K (Cantor) Cualquier modelo numerable de ó es
isomorfo a (Q; < q )
Dejamos la demostración para el ejercicio 4.
Ahora podemos aplicar la prueba de Los-Vaught para con
cluir que Cn ó es completa. Y de aquí que cualesquiera dos
modelos de ó sean elementalmente equivalentes; en particular,
También podemos concluir que estas dos estructuras tienen
teorías decidibles.
Forma nor malprenex
A veces resulta conveniente mover todos los símbolos de cuan-
tificación a la izquierda. de los otros símbolos. Por ejemplo,
V x (A x - - Vy B xy)
es equivalente a
V xV y (A x —-- Bxy).
Y
V x (Ax - - 3 y B xy)
es equivalente a
V x 3 y (A x - - B xy).
Definimos una fórmula prenex como aquella con la forma
234 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(para algún n > 0), donde es V o 3 y a no tiene cuantifica-
dores.
Teorema de la forma normal prenex Para cualquier fórmula pode
mos encontrar una fórmula prenex lógicamente equiva
lente.
Demostración Haremos uso de las siguientes reglas de mani
pulación de cuantiíicadores.
Q la. -> Vx a |==¡ 3 x ->a.
Q lb. —3 x a Vx <*•
Q2a. ( a -> Vx /?) J=^ Vx (a —*•,3) p ara* no libre en a.
Q2b. (a -» 3 x ¡3) ¡==| 3 x (a —i 0 ) para x no libre en a.
Q3a. ( V x a - i / ? ) |==^ 3 x (a (3) parax no libre en ¡3.
Q3b. (3 x a —± 0) ^=| V* (a — /?) para x no libre en ,/3.
Q1 es clara; para las otras, véanse los ejemplos de la
sección 4 de este capítulo y el ejercicio 8 de esa sección.
Ahora, mediante inducción, demostraremos que toda
f órmula tiene una fórmula prenex equivalente.
1. Para fórmulas atómicas no hay nada que hacer, ya
que cualquier fórmula sin cuantiíicadores es trivialmen
te una fórmula prenex.
2. Si a es equivalente a la fórmula prenex a ', entonces
V x a e s equivalente a la fórmula prenex V x a '.
3. Si a es equivalente a la fórmula prenex a 1, entonces
->a es equivalente a ->or'. Aplique Q1 a - . a 1 para obte
ner una fórmula prenex; por ejemplo.
->Vx 3 y 3 z(3 3 x Vy Vz ->/?.
4. Finalmente llegamos al caso de a —)■ 0 . Por hi
pótesis inductiva tenemos fórmulas prenex a ' y /?' que
son equivalentes a a y a ¡3, respectivamente. Gracias a
los teoremas con que contamos sobre variantes alfabé
ticas, podemos incluso suponer que cualquier variable
que ocurre cuantíficada en una de las fórmulas a ' o /?'
no ocurre en la otra. Después usamos Q2 y Q 3 para ob
tener una fórmula prenex equivalente a oí —> (3‘ (y por
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 235
lo tanto a a —¥ /3). Nótese que hay cierto grado de liber
tad en el orden en que se aplican las reglas Q 2 y Q3. Por
ejemplo, la fórmula
Vx 3 y tp —> 3 u i¡>
(donde x y y no ocurren en ib, u no ocurre en <p) es
equivalente a cualquiera de las siguientes fórmulas:
3 * y y 3 u (tp -> ip),
3x 3 uMy (p ->■ tp),
3 u 3 jcVy ->■ tp). -\
Retrospectiva
Al comienzo de este libro se dijo que la lógica simbólica es
un modelo matemático del pensamiento deductivo. Este es un
buen momento para reflexionar acerca de dicha afirmación, a
la luz del material tratado hasta ahora.
Como primer ejemplo, consideremos a un matemático tra
bajando en la teoría de conjuntos. El usa un lenguaje con un
símbolo de igualdad, un símbolo € para la pertenencia y un
buen número de símbolos definidos (0, U y otros). En princi
pio, los símbolos definidos podrían ser eliminados y cualquier
enunciado podría ser reemplazado por un enunciado equiva
lente en el que no aparezcan los símbolos definidos. (En re
lación con esto, véase la sección 7 de este capítulo, donde se
trata este tema sistemáticamente.) Este matemático toma como
nociones primitivas (o indefinidas) los conceptos de conjunto
y de pertenencia. Adopta algún conjunto de axiomas A je en
el que intervienen estos conceptos. De ciertos enunciados (sus
teoremas), afirma que son verdaderos siempre y cuando los
axiomas sean verdaderos, independientemente de lo que signi
fiquen las nociones indefinidas de con junto y pertenencia. Para
apoyar sus afirmaciones, ofrece demostraciones, las cuales son
argumentos de extensión finita que pretenden convencer a sus
colegas de la correctud de sus afirmaciones.
En términos de lógica de primer orden podemos descri
bir todo esto como sigue: el lengua je es de primer orden con
igualdad y con un símbolo de predicado € de dos argumentos.
236 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Entonces, V y € son los únicos parámetros abiertos a la inter
pretación. En este lenguaje, hay un conjunto A-jq de enuncia
dos seleccionados para ser el conjunto de axiomas (no lógicos).
Después, otros enunciados son consecuencias lógicas de Atc,
es decir, son verdaderos en cualquier modelo de ATC. Si r es
una consecuencia de Ato (>' sólo entonces), hay una deducción
de r a partir de Ayc.
Piense ahora en un caso más típico del hipotético matemá
tico activo: el del algebrista o el del analista. El algebrista usa
axiomas para (digamos) la teoría de grupos, pero también uti
liza una parte de la teoría de conjuntos. De manera similar, el
analista trabaja con enunciados que involucran tanto números
como conjuntos de números. En ambos casos es ampliamente
reconocido que uno puede, en principio, convertir las afirma
ciones del álgebra y del análisis en afirmaciones de la teoría de
conjuntos. De modo que las observaciones que se hicieron en
el párrafo anterior también se aplican a estos casos.
El interés que la lógica simbólica tiene para el matemático se
debe en gran parte a la precisión con la que ésta refleja las de
ducciones matemáticas. A la larga, seguramente será útil para
entender ios procesos fundamentales que encierra el quehacer
matemático.
Aún queda pendiente la cuestión acerca de la precisión con
la que la lógica de primer orden refleja el pensamiento deducti
vo no matemático. La lógica, simbólica y no simbólica, ha sido
una constante en el estudio filosófico del proceso mediante el
cual la gente llega a sostener ciertas ideas. Una vasta gama de
situaciones superficiales provee ejemplos no matemáticos en
los que se aplica la lógica de primer orden. Lewis Carroll dio
algunos de ellos, uno de los cuales infería, a partir de tres hi
pótesis, que los bebes no podían manipular cocodrilos: (1 ) los
bebés son ilógicos; (2) nadie que pueda manipular un coco
drilo puede ser menospreciado; (3) las personas ilógicas son
menospreciadas.
Pero, ¿qué pasa con las situaciones no tan superficiales?
Aquí la aplicabilidad se oscurece por el hecho de que no so
lemos hacer explícitas las suposiciones que usamos para sacar
conclusiones. Hay áreas específicas (en diversos campos como
la física, la medicina y el derecho) en las que las suposicio
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 237
nes no sólo se pueden hacer explícitas, sino que de hecho se
mencionan. En algunos casos parece que no se necesita toda
la fuerza de la lógica de primer orden para formalizar las de
ducciones de la vida real; sin embargo, posiblemente en otros
casos, que abarcan desde la vida cotidiana hasta la mecánica
cuántica, podrían ser necesarias más características.
Ejercicios
1. Demuestre que los siguientes enunciados son finitamente
válidos (es decir, que son verdaderos en toda estructura
finita):
(a) 3 x 3 y 3 z [ { P x f x — P x x ) V ( Px y A P y z A-> P xz)\
(b) 3 x V y 3 z [((¿2* —> Qzy) (Q xy —> (¿xx)]
Sugerencia: Demuestre que cualquier modelo de la nega
ción debe ser infinito.
2. Sean 7\ y T 2 teorías (en el mismo lenguaje) tales que
(i) Ti C 7g, (ii) T\ es completa, 7 (iii) T 2 es satisíáctible.
Demuestre que 7j = T 2.
3. Demuestre los siguientes resultados:
(a) E i C ^ M odEj C ModEi.
¡C\ C /C2 =*> Th /C2 C Th/Ci.
(b) £ C T h M o d £ y / C C ModTh/C.
(c) M o d £ = M o d T h M o d E yTh/C = Th ModTh/C.
( L a parte (c) se sigue de (a) y (b).)
4. Pruebe que cualesquiera dos órdenes lineales numera
bles, densos y sin extremos son isomorfos (Teorema 26K).
Sugerencias: Sean 2í y 2$ tales estructuras con |2!L| = ( oq,
a i , . . . } y |93| = {¿’o.í’i, ■■-}- Construya un isomorfismo
paso a paso; en el paso 2n asegúrese de que a„ va empare
jada con algún bj adecuado, y en el paso 2n + 1 asegúrese
de que b„ va emparejado con alguna a,- adecuada.
5. Encuentre fórmulas prenex equivalentes a los siguientes
enunciados.
238 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A UA LÓGICA
(a) ( ñ x A x A B x B x ) —> C x.
(b) V x A x 44 3 x B x.
*6. Pruebe el inverso del inciso (a) del Corolario 261; una teo
ría efectivamente numerable (en un lenguaje razonable)
es axiomatizable, Sugerencia: El conjunto {ao, or, 0 2 , . . ■}
es equivalente (en el sentido de que tiene los mismos mo
delos) al conjunto {ao, ao A c\, ao A a i A <r% ..
7. Considere un lenguaje con un símbolo de predicado <
de dos argumentos y sea ÜT = (N; < ) la estructura que
consiste en los números naturales con su orden usual.
Muestre que hay alguna 21 elementalmente equivalente
a 9t tal que < * tiene una cadena descendente. (Esto es,
debe haber - en |2l| tal que (a¡+i, <z¿) G <a para
toda t.) Sugerencia: Aplique el teorema de compacidad.
Comentario: El objetivo de este ejercicio es demostrar
que en este lenguaje no se puede expresar “No hay cadena
descendente”.
8. Suponga que a es verdadero en todos los modelos infini
tos de una teoría T. Demuestre que hay un número fini
to k tal que o es verdadero en todos los modelos 21 de T
para los cuales |2l] tiene k o más elementos.
9. Decimos que un conjunto E de enunciados tiene la pro
piedad del modelofinito sii todo elemento a de E que tenga
algún modelo tiene un modelo finito. Supongamos que
E es un conjunto de enunciados en un lenguaje finito (es
decir, un lenguaje con una cantidad finita de parámetros)
y que E tiene la propiedad del modelo finito. Formule un
procedimiento efectivo tal que, dado cualquier elemen
to a de E , decida si a tiene algún modelo. Sugerencia: ¿Es
el conjunto de dichos enunciados efectivamente numera
ble? ¿Es su complemento efectivamente numerable?
10. Supongamos que tenemos un lenguaje finito sin símbolos
de función.
(a) Demuestre que el conjunto de enunciados EI2 satisfac-
tibles es decidible. (Véase el ejercicio 19 de la sec-
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 239
ción 2 de este capítulo para la terminología y los an
tecedentes.) Sugerencia: Aplique el ejercicio anterior.
(b) Demuestre que el conjunto de enunciados V2 váli
dos es decidible. (Una fórmula V2 es de la forma
V xi •••Vxro 3 y i ■■- 3y„ 9, donde 6 es una fórmula sin
cuantificadores.)
Observaciones: En la lógica de primer orden, el “proble
ma de la decisión” (Entscfieidungsproblem) es el problema
de decidir, dada una fórmula, si es válida o no. Por el
teorema de Church (Secc. 5, Cap. III), en general, este
problema no tiene solución. Este ejercicio da un subcaso
del problema de la decisión que sí puede ser resuelto.
7 . Interpretaciones entre teorías
En algunos casos se puede demostrar que una teoría T\ es
en todos sentidos tan poderosa como otra teoría T0. Eviden
temente esto sucede si las teorías están en el mismo lenguaje
y T q C T i . Pero incluso si las teorías están en lenguajes dife
rentes, puede existir una traducción de un lenguaje a otro de
modo tal que los elementos de T qse traduzcan como elementos
de Ti. Este tipo de situación es lo que examinaremos en esta
sección.
Comenzaremos abordando el tema de los símbolos defini
dos. Este tema, además de ser en sí mismo muy interesante,
servirá de ejemplo para la situación del párrafo anterior, don
de To se construye a partir de T\ agregando un nuevo símbolo
definido. Si la definición se hace adecuadamente, la teoría ori
ginal Tj deberá, en principio, ser tan fuerte como la nueva T q.
Consideraremos únicamente el caso de los símbolos de función
definidos, ya que el caso de los símbolos de predicado defini
dos no presenta, en comparación, verdaderas dificultades.
Definición de funciones
Con frecuencia es útil en matemáticas introducir definiciones
de funciones nuevas. Por ejemplo, en la teoría de conjuntos
5 Los resultados de esta sección se Utilizarán únicamente en la úlcima parte
de la sección 7 del capítulo III.
240 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
se define la operación de conjunto potencia V mediante un
enunciado como “Sea V x el conjunto cuyos elementos son los
subconjuntos de x". O bien, por medio de un enunciado en
lenguaje formal (que contiene £, C y V ),
V VI V V2 \P V \ = V 2 ^ Vw(« e l>2 Q Vi )].
Ahora bien, las definiciones no son iguales a los teoremas
ni a los axiomas. A diferencia de los teoremas, las definiciones
no son cosas que probemos; simplemente las declaramos de
manera arbitraria. Sin embargo, a diferencia de los axiomas,
no esperarnos que las definiciones agreguen información sus
tantiva. Se espera que una definición nos facilite las cosas, no
que agregue nada nuevo a nuestro conocimiento.
A hora bien, para que una definición realmente nos facilite
las cosas deberá ser razonable. A continuación daremos un
ejemplo d é l o que sería una definición nada razonable dentro
de la teoría de los números. Suponga que introducimos un
nuevo símbolo de función mediante la “definición”
/ (x) = y sii x < y.
(O mediante el enunciado en lenguaje formal: V vb V v2( / v i =
H »i < vz).) Como sabemos que 1 < 2, tenemos que
/ (1) — 2. Pero también 1 < 3, así que / (1) — 3. Y así
llegamos a la conclusión (que en sí misma no involucra a / )
de que 2 = 3.
Obviamente, esta definición de f es en cierto sentido muy
mala. No sólo nos facilitó las cosas; también nos permitió con
cluir que 2 = 3, lo cual no se podría hacer sin esa definición. El
problema es que la definición da el nombre “/ ( 1 )” de manera
ambigua a varias cosas (entre ellas al 2 y al 3); por lo que f ( 1)
no está “bien definida”. Los nombres deben designar objetos
únicos.
En esta subsección queremos examinar las condiciones bajo
las cuales podamos estar seguros de que una definición es bue
na. P ara simplificar la notación, consideraremos únicamente
la definición de un símbolo de función / de un argumento,
pero las observaciones se aplicarán también a los símbolos de
función de n argumentos.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 241
Considere una teoría T en un lenguaje que no tenga todavía
el símbolo de función f de un argumento. (Por ejemplo, T po
dría ser el conjunto de las consecuencias de los axiomas que el
lector prefiera de la teoría de conjuntos.) Queremos agregar f
al lenguaje, introduciéndolo mediante la definición
V vi V Vi [ fv i ~ v2 o tp], (5)
donde <p es una fórmula en el lenguaje original (es decir, una
fórmula que no contiene a / ) en la que sólo v\ y »2 pueden ser
variables libres.
Teorema 27A En la situación anterior, las siguientes afirma
ciones son equi\ralentes:
(a) (La definición no es creativa.) Para cualquier enun
ciado cr en el lenguaje original, si
7) 5 a
(en el lenguaje aumentado), entonces T (= cr.
(b) ( / está bien definida.) El enunciado
Vi/i3 I*»j V (e)
está en la teoría T. (En este caso, “3 )V2 <p” es una abre
viación de una fórmula más larga; véase el ejercicio 21
de la sección 2 de este capítulo.)
Para ver que (a)
D e m o s tra c ió n (b). simplemente hay que
observar que S j= £. Así que si tomamos a = e en la
parte (a), obtenemos T e.
Para el inverso, supongamos que T e. Sea 21 un
modelo de T. (21 es una estructura para el lenguaje ori
ginal.) Para d £ |2l|, sea F( d) la única e £ ¡2l| tal que
f=si F\[d, «]]. (Dicha e es única, pues ¡=a e.) Sea (21, F ) la
estructura del lenguaje aumentado que coincide con 21
en los parámetros originales y que asigna F al símbolo /.
Entonces es fácil ver que (21, F) es un modelo de $. Más
aún, 21 y (21, F) satisfa cen los mismos enunciados del len
guaje original. En particular, (21, E) es un modelo de T.
De modo que
242 u n a i n t r o d u c c i ó n m a t e m á t ic a a l a l ó g i c a
T; (5 a
=*> |=2i<r. H
(Este argumento se puede simplificar usando la lógica de se
gundo orden, e es lógicamente equivalente al enunciado 3 f S . )
In terp reta cio n es
La idea básica es que una teoría puede ser tan fuerte (en un
sentido que se precisará más adelante) como cualquier otra
teoría en otro lenguaje. Cuando se manejan dos lenguajes si
multáneamente, es importante evitar conflict os entre ellos; por
ejemplo, el símbolo de negación en un lenguaje no deberá ser
un símbolo de predicado en el otro. Podemos eliminar dichos
conflictos si suponemos que cada uno de los lenguajes se obtie
ne, a partir de un tercer lenguaje original, eliminando algunos
parámetros (y tal vez la igualdad).
Por ejemplo, la teoría axiomática de conjuntos es al menos
tan fuerte como la teoría de los números naturales con cero y
sucesor, es decir, la teoría de (N; 0,Á). Cualquier enunciado en
el lenguaje de (N; 0,5) puede ser traducido de manera natu
ral a un enunciado de la teoría de conjuntos. (Esta traducción
se bosqueja brevemente en la sección 7 del capítulo III.) Si el
enunciado original es verdadero en (N :0,S), entonces la tra
ducción será una consecuencia de los axiomas de la teoría de
conjuntos. (Esto no es obvio. La prueba usa resultados que se
desarrollarán en la sección 1 del capítulo III.)
Veamos el segundo ejemplo con mayor detalle. Por un lado,
considere la teoría de
(N; 0,6')
en su lenguaje, y p o r el otro, la teoría de
(Z;+,-)
en su lenguaje. (Aquí Z es el conjunto de todos los enteros,
positivos, negativos y cero.) Dentro de poco podremos afirmar
que la segunda teoría es tan fuerte como la primera. ¿Cómo se
puede traducir un enunciado sobre los números naturales N
con 0 y S a un enunciado sobre los enteros Z con suma y mul
tiplicación?
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 243
La primera pista nos la da el teorema de Lagrange para la
teoría de los números: un entero es no negativo sii es la suma
de cuatro cuadrados. De modo que un cuantiíicador V x en el
primer lenguaje (en donde se pretende que x corra sobre N) se
puede sustituir por
Vx (3 yi 3 y-¿ 3 3 x= •y\ + >>2 •y2 + >'3 •y$ + y4 •y* -»■
en el segundo lenguaje.
L a segunda pista es que { 0 } y la función sucesor (vista como
una relación) son definibles en (Z;-|-,-). El conjunto {0 } está
definido por
+ »i = »i-
La relación de sucesor (extendida a Z) está definida por
V z (z - z = z A z + z^ 2 - 1- i;i + z = v$).
Por lo tanto, el enunciado sobre (N; 0,S)
VxSx^O
puede traducirse como
VxfEy! 3y2 3y3 3y4 * = y i •y i + y i •y z + y s •y s + y* •>M->■
-1 V m (vz + u = u —> Vzj(V z ( z ' 2 = z A z + z ^ z - f x + 2 = u)
—>■w = «))].
Hasta aquí llegamos con los ejemplos. Para nuestra discu
sión general, nos servirá introducir la siguiente notación
<P(<) =
V (<!,<*) = K 1) ? .
y así sucesivamente. Por lo tanto, <p — ip (»i) = (p (oj, » 2). Si
usamos :‘¡p (x)”, no nos preocupará mucho si x es o no sustitui-
ble por v\ en ip. Si no lo es, entonces haremos que <p (x) sea
1j% ', donde ip es una variante alfabética adecuada de <p.
Supongamos ahora que estamos ante la siguiente situación
general:
Lo es un lenguaje. (Para todos los propósitos prácticos, un
lenguaje puede ser un conjunto de parámetros, posiblemente
aumentado con el símbolo de igualdad.)
244 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
T i es una teoría en un lenguaje (posiblemente diferente) L i,
que incluye la igualdad.
Definición Una interpretación 17 de'Lo en Ti es una función
definida sobre el conjunto de parámetros de Lo, tal que
1. 17 asigna a V una fórmula nrv de L\ en la que a lo
más z>i ocurre libre, y es tal que
(i) T\ f= 3 vi 7rv.
(La idea es que en cualquier modelo de T\, la fórmu
la 7Tv defina un conjunto no vacío que será usado como
el universo de una estructura para L o )
2. 77 asigna a cada parámetro predicado P de n ar
gumentos una fórmula ny de L\ en la que a lo más las
variables v \ , . . , ,v„ ocurren libres.
3. 17 asigna a cada símbolo de función / de n ar
gumentos una fórmula 77/ de L\, en la que a lo más
v i , . . . , vn, vn+¡ ocurren libias, y tal que
(ii) T l ^ ^ V l ’ Vl>n -------v **(»«) - f
3x(7rv(x) A Vi>n+1(7ry(»i,. . . ,v n+i) i»n+t = *)))-
(En español, esta fórmula significa: “P ara toda v en
el conjunto definido por TTy, hay una única x tal que
77/ (v , x ) , y además x está en el conjunto definido por 7 r v - ’
L a idea es asegurar que en cualquier modelo de T i, 7T/
define una función sobre el universo definido por ?ry.
En el caso de un símbolo de constante c, tenemos n — 0
y (ii) se convierte en
Ti |= 3 x (í¡v(x) AV»i (írf(»i) iq = *)}•
En otras palabras, irc define un conjunto unitario cuyo
único elemento también está en el conjunto definido
por 7TV . )
Por ejemplo, si Lo es el lenguaje de (N; 0,5) y Ti es la teoría
de (Z; + ,•), entonces tenemos
7rv(x) = 3yi Sy2 3>s 3>4 * = y i •?i + >2 •>2 +
ys •>’s + yi •yi.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 245
TToU) = X + X = X,
Ks(x,y) = ' i z ( z - z — z A z + z ^ z - ^ x + z ~ y ) .
(Aquí estarnos explotando el hecho de que en ( Z ; + , •) pode
mos, en efecto, definir la estructura (N; 0,5).)
Si Lo coincide con L i, trivialmente se tiene a 7t como la
interpretación identidad, para la cual
7TV = »I - »i,
7Tp = P Vi •••Vn,
K f= f v 1 ■'•Vn — »„+ i-
Las condiciones (i) y (ii) entonces se cumplen sin importar qué
sea Tj.
Ahora supongamos que n es una interpretación y sea *8 un
modelo de T Hay una manera natural de extraer de 55 una
estructura *53 para Lo. A saber, sea
1**81 = el conjunto definido en 55 por 7Ty,
P'® = la relación definida en 53 por ttp,
restringida a |*53|,
. . . a n) = la única b tal que ¡= s «■/([« i,- ••*«»,&]],
donde a i , . . . ,a„ están en |*53|-
Por la condición (i) de la definición de interpretación, |*53| ^ 0.
Y por la condición (ii), la definición de / 58 tiene sentido; es
decir, hay una única b que cumple la condición anterior. Por lo
tanto, *55 es, de hecho, una estructura para el lenguaje Lo-
Definamos el conjunto 7r_ 1[Tj] de enunciados de Lo median
te la ecuación
? r -1[Ti] — Th{*53|53 e M o d T i }
= {cr |a es un enunciado de Lo verdadero
en toda estructura *53 obtenida
a partir de un modelo 55 de T i}.
Ésta es una teoría, como l o e s T h K para cualquier clase /C. Es
una teoría satisfactible sii 7 j es satisfáctible.
E je m p lo Al principio de esta sección teníamos una teoría T
que contenía el enunciado
V v\ 3 !i >2 ip ( ej
246 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Aumentamos el lenguaje a un lenguaje más grande L +
que contenía un símbolo de función / La “definición”
de / se obtenía del enunciado de L+
V Pi Vvi [ f v] = ih tp\ (¿)
Hemos mostrado que para un enunciado a en el lengua
je original de T, si T\ 5 |= a, entonces T \= a.
Tenemos una interpretación 7T de L r en T. ir es la
interpretación identidad en todos los parámetros excep
to /. La fórmula Tiy es tp. El hecho de que T \= í cs
justo lo que necesitamos para verificar que 7r es de ver
dad una interpretación. Para cualquier modelo 21 de T,
"21 cs una estructura que antes llamamos (21, i1"), y es un
modelo de T',8.
Afirmamos que
?r“ 1[7'] = Cn (T;5).
Primero observemos que cualquier modelo 25 de T; 5 es
igual a *21, donde 21 es la restricción de 93 al lenguaje
de T. Así que para un enunciado o de L+ ,
a 6 Tr_ 1 [7'] cr para todo modelo 21 de T
H s 17 para todo modelo 95 de T; 5
^ 7) 6 j= cr.
Traducción sintáctica
En la subsección anterior sobre interpretaciones hablamos de
modelos arbitrarios y otros conceptos semánticos. Pero el lec
tor tal vez ya se haya percatado de que hay algo muy concreto
que se puede decir con respecto a una interpretación 7t de L q
en T i. Brevemente: dada una fórmula tp de L q, podemos encon
trar una fórmula tp* de L\ que de alguna manera corresponda
exactamente a tp. Definimos tp* por recursión sobre tp.
Primero consideremos una fórmula atómica a de Lo- Por
ejemplo, si a es
p fgx,
entonces a es lógicamente equivalente a
V y (g * = y V z { f y ~ z - > pz)).
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 247
Y podemos tomar o ' como la fórmula de Li
Vy C M x ,}) ->• Vz (717(7 ,2) ->■ *>(*)))•
En general, examinemos de derecha a izquierda una fórmu
la atómica a. En el lugar más a la derecha en el que apa
rezca un símbolo de función se inicia un segmento de la for
ma •Xn, para alguna g de n argumentos. (En el ejemplo,
n = 1.) Reemplace este segmento con alguna nueva variable y,
y agregue como prefijo Vy (ng{x\,. . . , x n, y) — Continúe con
el siguiente lugar en el que ocurra un símbolo de f unción. Fi
nalmente, reemplace el símbolo de predicado P (si es un pará
metro) por?r/> (con las variables adecuadas).
L a definición de cP puede formularse con mayor precisión
usando recursión sobre el número de lugares en los que apare
cen símbolos de función en a. Si ese número es cero, entonces
a es P •••x„ y oP es ftp{x\,. . . ,x„). De otra manera, tome
el lugar más a la derecha en el que aparezca un símbolo de
f unción g. Si ges un símbolo de n argumentos, entonces en ese
lugar se inicia un segmento gx\ - •■xn- Reemplace este segmen
to con alguna nueva variable y, para obtener una fórmula que
podemos llamar a f *1 Entonces a n es
Vy (ng(xi........ x„,y) -»• ( a f — T ) -
Por ejemplo,
(P f gx) * = Vy {irg{x,y) -> [ P f y Y )
= Vy (*>(*, y) -> Vz (717(7 ,2) -> (Tz)*))
= Vy (TT^x.y) - >V z (717 (y,z) -> 1t p ( ))).
z
La interpretación de una fórmula no atómica se define como
es de esperarse. ( - " 'p>Y es (~'<pr ), {<p —> ^ Y es ÍP* '$*)> Y
(V xtpY es Vx (7tv(x) —> tp~). (De modo que los cuantificadores
están “relativizados" a 7tv.)
El sentido en el que pP “dice lo mismo” que 7 se precisa en
el siguiente lema básico.
Lema 27B Sea tt una interpretación de Lo en Ti, y sea 55 un
modelo de T Para cualquier fórmula <p de Lo y cual
quier función s de las variables en 1*551»
sii
248 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Éste no es un resultado especialmente fuerte. Solamente
dice que se definió correctamente.
Demostración Usamos inducción sobre p, aunque solamente
en el caso de una f órmula atómica a es no trivial. Para a ,
usamos inducción sobre el número de lugares en los que
ocurren símbolos de función. Es fácil si dicho número es
cero. De otra manera,
a ” = Vy - * 0 W),
donde = a. (Hemos supuesto, sin decirlo abierta
mente, que g e s un símbolo de función de un argumento;
pero es que la notación ya es bastante mala.) Sea
b — la única b tal que |=3 7r¿[[s (*), 6]]
= / ® ( 4 (*))-
Entonces
|=sa a i 4] N b / H - í (y | ¿)]
H ' &P U (>' I ¿0] por la hipótesis inductiva
f=.rj3/Q|c[j] por el lema de sustitución
<=> [ = " 3 a [j ].
H
El siguiente corolario justifica nuestra elección de notación
para 7r- 1[7' i].
Corolario 27C Para un enunciado a de Lo,
O € sii o * G Ti.
Demostración Recuerde que por definición
o 6 ir-1 [7ú] 4=> para todo modelo © de T o
para todo modelo 93 de 7 j, ¡=3 ct"
por el Lema 27B
7 j |= a *. H
Definición Una interpretación 7r de una teoría 7o en una teo
ría T i es una interpretación 7Tdel lenguaje de T q en 7j
tal que
LOGICA DE PRIMER ORDEN 249
T o C tt- ^ T i ].
En otras palabras, es necesario que para un enunciado a
de L 0,
( T e r o ^ d ’ e 7V
ir” 1[Ti] es la teoría más grande que tt interpreta en T Si
To = ir-1 [Ti], entonces leñemos
a € T 0 O t t s £ Ti.
En este caso se dice que ix es una interpretación/^/ de To en 7 ],
Regresando a un ejemplo anterior, consideremos las estruc
turas ( N ;0 , 5) y (Z; + , •). Teníamos entonces una interpreta
ción 7r en T h(Z ; + , •), donde
rrv(x) = 3j>i 3 j >2 3 y3 3 >'4 x = yi •>’i + y2 - y2 +
ys ■ys + }'4 ■>i,
710(x) = X
’ + X
’ —X
’,
Ks(x,y) = Vz(z - z — z A z + z ^ z - ^ x + z - y ) .
Ahora afirmamos que n es una interpretación fiel de Th(N;
0,5) en Th (Z; + , -). Ya que en este caso, W(Z; + , •) es la estruc
tura (N; 0, S). Así que
N k;0.a'} ° N 7r(2 ;+,-)tT <'= "' |=(z;+--) •
En el capítulo III podremos demostrar que no hay interpreta
ción de T h ( Z ; + , ) en T h( N; 0, S) . De modo que la primera
teoría es estrictamente más fuerte que la segunda.
Finalmente, regresemos a la situación con la que comenza
mos esta sección. Supongamos que T es una teoría que contie
ne al enunciado e, donde
£ = Vzq9 !i>9ip;
6 = Viq, Vi/2 ( f v i = v2 •(p);
L + = el lenguaje obtenido al agregar el nuevo símbolo
de función / al lenguaje de T;
n = la interpretación de L‘r en T que es la
interpretación identidad en todos los parámetros,
excepto / , y-!Tf=<f.
250 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
De hecho, tt es una interpretación fiel de C n ( T ; 5 ) en T.
pues, com o se había hecho notar antes,
tr- 1[T] = Cn (T; 5).
Ahora podemos sacar una conclusión adicional; la definición
se puede eliminar.
Teorema 27D Supongamos que se tiene la situación antes des
crita. Entonces para cualquier enunciado a de L + pode
mos encontrar un enunciado a~ en el lenguaje original,
tal que
(a) T; ó |= (a
(b) T; ó j= a -f=t- T j= ct17.
(c) Si / no ocurre en c , entonces |
= (<r ct77).
Demostración La parte (c) se sigue del hecho de que 7T es
la interpretación identidad en todos los parámetros, ex
cepto / La parte (b) nos dice otra vez que 7Tes una inter
pretación fiel de Cn {T ; 5) en T. Como ir es fiel, para (a)
basta demostrar que
T j= (ct -H- trK)*.
Esto se sigue de (c), ya que (a o 1' ) ” es (cr* o cr™), lo
cual es válido. H
Ejercicios
1. Suponga que L0 y L\ son lenguajes con los mismos pará
metros, excepto que L 0 tiene un símbolo de función /
de n argumentos que no está en L\, y L\ tiene un sím
bolo de predicado P de (n + 1) argumentos que no está
en Lo. Demuestre que; para cualquier teoría T de L 0 hay
una interpretación fiel de T en alguna teoría de L\.
2. Sea Lo el lenguaje con igualdad y los símbolos de fun
ción de dos argumentos + y •. Sea L\ lo mismo, pero
con símbolos de predicado de tres argumentos para suma
y producto. Sea = (N; + , •) la estructura para L¿ for
mada por los números naturales con suma y producto
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 251
(i = 0, 1). Demuestre que cualquier relación definible
mediante una fórmula de Lo en 9?o es también defini
ble por una fórmula de J..\ en
3. Demuestre que una interpretación de una teoría comple
ta en una teoría satisfactiblc es fiel.
8 . Análisis no estándar6
El cálculo diferencial c integral fue descrito originalmente por
Leibniz y Newton en el siglo XVII. en términos de cantidades
que eran infinitamente pequeñas pero distintas de cero. En sus
cálculos, Newton utilizó un número o que, siendo infinitamente
pequeño, podía ser multiplicado por cualquier número finito y
seguía siendo insignificante. Pero era necesario dividir entre o,
de modo que debería ser diferente de cero. La dx de Liebniz
era menor que cualquier cantidad asignable, y sin embargo
no era cero.
Estas ideas no eran fáciles de comprender ni de aceptar. A
lo largo del siglo XVIII se atacó la idea de traba jar con infinite
simales (lo hizo, por ejemplo, el obispo Berkcley), se desconfió
de ella (por ejemplo, D’Alembert), y se utilizó en experimen
tación entusiasta (Euler). Mientras Eulcr creaba las matemáti
cas que hoy día se estudian en los cursos de cálculo avanzado,
utilizó infinitesimales de una manera muy liberal que no se
toleraría hoy en los estudiantes de primer año. No fue sino
hasta el siglo XIX cuando se presentaron los fundamentos del
cálculo en la forma en que hoy se encuentra en los libros de
texto. El tratamiento de los límites fue riguroso y el debate se
dejó de lado.
Abraham Robinson introdujo, en 1961, un nuevo método
para tratar con los límites, y rescató los infinitesimales del des
prestigio intelectual. Este método combina los modernos es
tándares de rigor con las ventajas intuitivas de trabajar con
cantidades infinitamente pequeñas. La ¡dea básica es utilizar
un modelo no estándar de la teoría de los números reales.
6 Esta sección se puede omitir sin que se pierda continuidad
252 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Construcción de* iK
Usaremos un lenguaje de primer orden muy grande. Además
de los símbolos para + , •y <, podríamos también agregar sím
bolos para las funciones exponenciación y valor absoluto. Y
como no hay una buena razón para detenernos ahí, pues in
cluyamos un símbolo para cada operación en el conjunto IR de
los reales. Hacemos lo mismo para cada relación sobre M. Así,
tenemos un lenguaje con igualdad y los parámetros siguientes:
0. V, que significa “para todos los números reales”.
1. Un símbolo de predicado de n argumentos P r para cada
relación «-aria R sobre M.
2. Un símbolo de constante cr para cada r £ R.
3. Un símbolo de función//? de n argumentos, para cada
operación «-aria F sobre R.
Para este lenguaje hay una estructura estándar ÍK, con |ÍK| =
R, P ‘p — R, - r y / / = F . Pero ahora construyamos
una estructura no estándar usando el teorema de compacidad.
Sea r el conjunto
ThfH U {crP< a? | r G R }.
(En este caso, crP < vi formaliza “r e s menor que tq”.) Cual
quier subconjunto finito de T puede ser satisfecho en ÍH si se
asigna a iq algún número real suficientemente grande. De ma
nera que, por el teorema de compacidad, hay una estructura 51
y un elemento a 6 |2lj tal que T se satisface en 21 cuando a iq
se le asigna o. Como 21 es un modelo de Th tenemos que
21 ~ fK También hay un isomorfismo h (aunque no suprayecti-
vo) de Tí en 21, definido como:
h (r) = cf.
Para verificar que h es de verdad un isomorfismo, usamos el
hecho de que 21 = ÍK. h es inyectiva, ya que dados r\ / ri,
el enunciado cr, / cn es verdadero en TI y, por tanto, en 21.
h preserva cualquier relación binaria R {— P r ), ya que para
cualesquiera r y s en R,
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 253
{r, s) 6 Pjl |=!K PüCrCs
<=> N a P RCrCs
*(c?,cf)ep$
{fi(r)Ms)) e P r .
Para cualquier relación re-aria se da un argumento similar. En
seguida demostramos que h preserva cualquier función F ( =
f p ) . Para simplificar la notación, supondremos, una vez más.
que F es una operación binaria. Sean r y s cualesquiera dos
elementos de R y sea í = F(r,s). Entonces
= *(*> .*))
= A(0
— *-( ■
A hora bien, el enunciado ct — f Fcrcs es verdadero en ÍR y, por
lo tanto, en 5l. Entonces
c,“ = / ? ( * ? .« ? )
=ff(Hr),k(s)).
De modo que h preserva a f F. Para los símbolos de constante
tenemos por la definición de h,
h{c?)=k{r)
= Cr-
Como tenemos una copia isomorfá de ÜRdentro de 21, pode
mos encontrar otra estructura *1R isomorfá a 21 tal que ÍR sea
una subestructura de *ÍR. La idea es simplemente reemplazar
en 21 cada punto c f por el punto r (suponiendo que j2l|f)K — 0,
lo que siempre se puede arreglar). Para los detalles, vea el ejer
cicio 24 de la sección 2 de este capítulo. Como *ÍR es isomorfó
a 21, hay un punto b £ ]*9t| tal que *ÍR satisface T cuando a »i
se le asigna b. En particular, *21 = £R.
Para poder avanzar mejor, necesitamos una notación más
fácil de manejar. Utilizaremos un asterisco para indicar el paso
de 5R a *!R.
1. Para toda relación re-aria R sobre R, sea *R la relación P/P
asignada por *ÍR al símbolo-P^. En particular, R es una relación
254 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A I.A LÓGICA
uñaría sobre M. Su imagen *K es igual al universo de ya
que el enunciado V x P$x es verdadero en ÍK y, por lo tanto,
en *5K. Como ÍK es una subestructura de *ÍR, tenemos que toda
relación R es igual a la restricción de *R a EL
2. Para toda operación n-aria F sobre R, sea * F la operación
asignada al símbolo f F por *ÍR. Entonces F e s la restricción
de ‘ f a R .
Nótese que c j* = r, así que: no necesitamos notación espe
cial para este caso.
Hay un m étodo general (que se utilizará ampliamente en el
resto de esta sección) para demostrar las propiedades de una
relación *R o una operación * P. Basta observar (1) que R o
F tiene la propiedad, (2) que la propiedad puede expresarse
mediante un enunciado del lenguaje, y (3) que = *9L
Por ejemplo, la relación binaria *< en *R es transitiva. Esto
se debe a que < es transitiva, y esta propiedad se puede expre
sar mediante el enunciado
Va.’ Yy Vz (« P <y —í- y P ^ x P Kz).
Con un razonamiento similar se puede ver que *< satisface la
tricotomía en *R, así que es una relación de orden sobre *M.
Para dar otro ejemplo; podemos probar que la operación
binaria *+ en *M es conmutativa, puesto que + es conmutativa
y la ley conmutativa se puede expresar mediante un enuncia
do. Con la aplicación de este razonamiento a cada uno de los
axiomas de campo, vemos que (*R; 0, es un campo.
Este método general se utiliza bastante, así que a partir de
ahora lo daremos por supuesto. Si, por ejemplo, afirmamos
que “|a *+ é| *< *|o| *+ *|é| para a y b en *R, daremos por
sentado que el lector se da cuenta de que detrás de este hecho
está el método general antes mencionado.
Tenemos R C *R, pero R ^ *R. Ya que tenemos algún
elemento b tal que —-K CrP<»i[[6]j; es decir, r *< b. Entonces
b es infinitamente grande, pues es más grande (en el orden *<)
que cualquier elemento estándar r, es decir, que cualquier r €
R. Su recíproco 1 ~¡ b será un infinitesimal.
Generalmente, las propiedades de ÍH que no pueden expre
sarse en el lenguaje son falsas en *ÍH. La propiedad de la mí
LOGICA DE PRIMER ORDEN 255
nima cota superior es una de ellas. Hay subconjuntos 5 de *R
no vacíos que no tienen mínima cota superior (con respecto al
orden *<). Por ejemplo, S es uno de esos subconjuntos de *R.
Está acotado por el punto infinito b del párrafo anterior, pero
no tiene mínima cola superior; véase el ejercicio 7.
Definamos el conjunto T de elementos finitos mediante la
ecuación
T — {?c €* IR |*\x\ *< y para algún y £ ]R}.
De manera similar, definamos el conjunto X de infinitesimales
mediante la ecuación
X — {x £ |*\x\ *< y para todo y positivo, y G IR}.
Si A C K no está acotado, entonces *A contiene puntos infi
nitos. Pues el enunciado “para cualquier real r hay un elemento
a 6 A más grande que r“ es verdadero y fbrmalizable en el
lenguaje. Tome algún infinito positivo b\ deberá haber un ele
mento más grande (y por lo tanto infinito) de * A. Por ejemplo,
contiene números infinitos.
El único infinitesimal estándar, es decir, el único elemento
de 1 D I , es 0. Pero hay otros infinitesimales, ya que, por las
reglas usuales (fbrmalizables) para las desigualdades, el recí
proco de cualquier número infinito es un infinitesimal.
Propiedades algeirraícas
En el siguiente teorema se establecen algunos resultados alge
braicos sobre T e X que serán útiles más adelante.
Teorema 28A (a) T es cerrado bajo suma * + , resta *— fi
producto * .
(b) X es cerrado bajo suma *+ , resta*— , y producto
por elementos de T :
x€ I y 2 € T ^ x *•z E l .
En terminología algebraica, la parte (a) dice que T es un
subanillo del campo *R, y la parte (b) dice que X es un ideal
en el anillo T . Un poco más adelante veremos qué es el anillo
cociente T f X .
256 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Demostración (a) Sean x y y finitos, tales que *|x| *< a, *|y| *< b
con a y b elementos estándar en R. Entonces
*[x*± y| *< *|x| *+ *|y| *< a + b E R,
de modo que x *+ y, x *— y son finitos. También
*|x* y\ *< a ■b € R,
así q u e x *- y también es finito.
(b) Sean xy y infinitesimales. Entonces dado cualquier
elemento estándar positivo a, *J*| *< a/ 2 y *|}j *< a / 2.
De modo que
*|x*± y| *< a /2 + a /2 = a,
así que x * -f- y, x *— y son infinitesimales. Si z es finito,
entonces * |z| * < b para algún estándar b. Como x es
infinitesimal, tenemos que *|x| *< a/b, de modo que
*|** z|‘< {afb)b — a.
Así que x *• z es también infinitesimal. -i
Definición x está infinitamente cerca de y (se escribe x ~ y) sii
x *— y es infinitesimal.
Teorema 28B (a) ~ es una relación de equivalencia sobre *R.
(b) Si u ~ v y x ~ y, entonces u * + x ~ v *+ y y
*— u ~ *—v-
(c ) Si u ex v y x ~ y y x, y, u, v son finitos, entonces
u *• x ~ v*- y.
Demostración Esta es una consecuencia de la parte (b) del
teorema anterior ( 1 es un ideal en T ).
(a) ~ es reflexiva ya que 0 es infinitesimal. ~ es si
métrica puesto que el negativo (*—) de un infinitesimal
es infinitesimal. Finalmente, supongamos que x ~ y y
y ~ z. Entonces
x *— z = ( x y) *+ (y - z ) e l
ya que I es cerrado bajo la suma.
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 257
(b) Si u ~ v y x ~ y, entonces
[u *-r x) *— (v *+ y) = (u *— v) *+ (x *—y) € X
dado que X es cerrado bajo la suma. También —u ex —v
ya que X es cerrado bajo la negación.
(c) (u *■ x) *— (v * y) — (tí *■ x) *— (u *■y) *+ (u *■ y) *— (v *•y)
— u *■ ( jc’— y) m-t (u *— v) *• y 6 X
ya que X es cerrado bajo el producto por elementos
de X . ' H
Dados r y s estándar, tenemos que r ex s sii r — s, ya que 0 es
el único infinitesimal estándar.
Lema 28C Si x qL y y al menos uno es finito, entonces hay un
punto estándar q que está estrictamente entre x y y.
Demostración Supondremos que x*< y. De hecho, podemos ir
más lejos y suponer que 0 *< x *< y; el caso x *< y *< 0 es
similar, y el caso x * < 0 * < y e s trivial. Como x qá y,
entonces hay un punto estándar b tal que 0 < b * <
y *— x. Como x es finito, tenemos x *< mb para algún
entero positivo m; tornemos la mínima m que cumpla
eso. Entonces x r< mb * < y. (Por la minimalidad de m,
(m — I)¿ *< x; así que mb *< x *+ b "< y.) H
Teorema 28D Todo x £ X es infinitamente cercano a un
único r € SL
Demostración Dado x G X , el conjunto
S = {y € (M j y '< x}
de puntos estándar menores que x tiene una cota supe
rior en K. Sea r su mínima cota superiorrafirmamos que
x ~ r.
Si x 9Í r, entonces, por el lema hay un estándar q entre
x y r. Si r < q *< x, entonces r no sería cota superior de S.
Si x *< q < r, entonces q sería también cota superior
de S, lo cual contradice la minimalidad de r. Por lo tanto,
x cr r.
258 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Esto establece la existencia de r. En cuanto a la unici
dad, obsérvese que si x ~ r y x ~ s, entonces r ~ i . Para
puntos estándar ry s, eso implica que r — s. —í
Corolario 28E Todo x finito tiene una descomposición única
de la forma x = s *+ t, donde s es estándar e i es infini
tesimal.
Llamamos a 5 la part-e estándar de x, denotada por st (x).
(O tra notación para la parte estándar de x es °x.) Por supues
to, para un punto estándar r, st (r) = r. El siguiente teorema
resume algunas propiedades de la función st.
Teorema 28F (a) st es una función de T sobre R.
(b) st (x) — 0 sii x es infinitesimal.
(c) st (x*T y) - st (x) + st (}').
(d) s t(* * -y ) = st (x) - st 0 ).
Demostración Las partes (a) y (b) son cim as. Como st (x) ~ x
y st (y) ~ y, tenemos, por la parte (b) del teorema 28B,
que st (x) 4- st {y) ~ x *+ y. Por tanto, el lado izquierdo
es igual a st (x * + y ) . La parte (d) es similar y usa la
parte (c) del teorema 28B.
(En términos algebraicos, este teorema afirma que st es un
homomorfismo del anillo T sobre el campo IR, con núcleo I .
En consecuencia, el anillo cociente T ¡ X es isomorfo al campo
real R.)
En lo que sigue de esta sección, para hacer más fluida la no
tación omitiremos los asteriscos en los símbolos para las ope
raciones aritméticas *4- , *• y *j.
Convergencia
En los cursos de cálculo normalmente se trata la convergen
cia en términos de e y 5 y variables que se acercan bastante a
ciertos valores. Aquí presentaremos el principio de una forma
alter nativa de abordar la convergencia, donde las variables lle
gan a ser infinitamente cercanas a los valores límites.
Definición Sea F : R —y R. Entonces F converge en a a b
sii siempre que x esté infinitamente cercana a a (pero
l ó g ic a d e p r im e r o r d en 259
sea diferente de a), entonces *F (x) está infinitamente
cercana a b.
Demostración de ia equivalencia con la definición ordinaria Primero su
pongamos que F converge en a a ó en el sentido ordi
nario. Esto es, para cualquier e > 0 hay una 5 > 0 tal
que
0 ^ \ x — a\ < 6 ^ \b — F(x)| < e para cualquier x.
El enunciado mostrado (respecto de ios números es
tándar £ y á) es fonnalizable y, por tanto, se cumple
en *!X. Ahora bien, si x en *R está infinitamente cer
cana a a (pero es diferente de a), entonces ciertamente
0 *¡x — a\ *< 6. Por lo tanto, *j/» — *F(x)| *< e. Como
e era arbitraria, b ~ *F(x),
Inversamente, supongamos que se cumple la condi
ción establecida en la definición. Entonces, para cual
quier £ > 0 estándar, el enunciado
Existe S > 0 tal que para toda x, 0 ^ \a—x\ < 5 =>■ j¿—F(*)| < e
(una vez formalizado) es verdadero en '‘IR, ya que pode
mos tomar una 5 infinitesimal, Por lo tanto el enunciado
también es verdadero en *K. H
Primer comentario: Es completamente posible que, en a,
F no converja a ningún número. Por otra parte, F converge
en a cuando mucho a una b, porque si i es un infinitesimal di
ferente de cero, entonces/» = st {*F(a + i)). Tradicionalmente,
esta b se denota con “Iimx^ a F (*) De modo que
limP'(x) — s\(*F(a + ¿)).
X—
Segundo comentario: En realidad no es necesario tener
dom F = R. Es suficiente con que a sea un punto de acumu
lación de d o m /' (a es un punto de acumulación de S sii a está
infinitamente cercano a algún elemento de *S, pero es diferente
de él).
Corolario 28Q F es continua en a sii siempre que x ~ a,
entonces *F(x) ~ /'(a ).
260 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
A h ora consideremos una función F : y un punto
estándar a € E- Entonces, la derivada F' (a) es
F (a + h) — F (a )
lim
A-íO
Gracias a nuestra definición de límite, esto también se puede
expresar como: F '(a ) = b sii para todo infinitesimal dx dife
rente de cero tenemos que d F /d x ~ b, donde d F = *F (a +
dx) — F (a ). Así, si hay tal b (es decir, si F '{a ) existe), entonces
F '{a ) = s t {d F /d x )
para cualquier infinitesimal dx diferente de cero. En este caso,
d F /d x es el resultado de dividir d F entre dx. El hecho de que
aquí solamente usemos la división facilita mucho los cálculos.
Ejemplo Sea E'(x) = x2. Entonces, F '{a ) — 2a, ya que
dF (a 4- d x)%— a2 2a{dx) + (dx)2
— 2a + dx ~ 2a.
dx dx dx
Teorema 28H Si F '(a ) existe, entonces F e s continua en a.
Demostración Para cualquier infinitesimal dx diferente de
cero tenemos
*F {a + d x ) - F { a ) _
dx
El lado derecho es estándar, así que el lado izquierdo es
por lo menos finito. En consecuencia, cuando multipli
camos el lado izquierdo por el infinitesimal dx, nos que
damos con el resultado de que *F (a + dx) — F (a ) £ X;
es decir, *F (a + dx) ~ /'(a )- d
El lector debe observar que este resultado no es una versión
no estándar de un teorema clásico, ni tampoco una generaliza
ción de un teorema clásico. En realidad es un teorema clásico.
Lo que no es estándar es solamente la demostración. Lo mismo
podemos decir del siguiente teorema. Sea F o G la función cuyo
valor en a es F (G (a)).
LÓGICA DE PRIMER ORDEN 261
Regla de la cadena Supongamos que G' (a) y F ' ( G ( a)) existen.
Entonces (F o G)'(a) existe y es igual a .F'(G (a)) ■G'(a).
Demostración Primero, obsérvese que * (F o G) = *F o *G,
ya que el enunciado Vi>i f FcCv\ — f Ff Gv\ es verdadero
en las estructuras. Ahora, considere cualquier infinitesi
mal dx diferente de cero. Sea
d G ~ “G (a 4- dx) — G (a),
d F = *(F o G)(a + dx) - (F o G)(a)
= *F{*G (a + dx)) — F (G (a))
= *F(G (a) + dG) - F (G (a)).
Entonces, dG ex 0, ya que G es continua en a. Si d G ^ 0,
entonces, por la última de estas ecuaciones, d F /d G ~
F '(G (a )), de m odo que
dF dF dG
F ' ( G ( a ) ) G ’{a).
dx dG dx
Si dG — 0, entonces d F = 0 y G‘(a) ~ d G /d x = 0, así
que de nuevo tenemos
dx H
Estos teoremas no son más que ejemplos del tratamiento de
la convergencia en términos de la proximidad infinita. El mé
todo de ninguna manera se limita a temas básicos. Podemos
construir funciones delta <í, con la propiedad de que ^ ó =
1; y, sin embargo, ó (x) ex 0 para x ^ 0. Se han obtenido re
sultados originales en análisis (por ejemplo, en la teoría de los
espacios de Hilbert) mediante el método de análisis no están
dar. Posiblemente en el futuro se llegue a generalizar el uso del
método cuando más analistas se f amiliaricen con él.
Ejercicios
1. (Q es denso en R.) Sea Q el conjunto de los números
racionales. Muestre que cada elemento de *R está infini
tamente cercano a algún elemento de ‘ Q.
262 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
2. (a) Sea A C l y f : A - R. Entonces F también es una
relación binaria sobre IR; muestre que * F : *A —> *K.
( b ) Sea S: N —¥ M. Recuerde que se dice que S converge
a b sii para toda e > 0 hay algún k tal que para todo
n > k, |S(n) — b\ < s. Muestre que esto es equivalente
a la condición: *S (.%*) ~ b para todo x 6 "N, con
x infinito.
(c) Suponga que S¡ : N —> K y S¡ converge a bi para
* = 1, 2. Demuestre que Si + S9 converge a b\ + y
Si •S2 converge a ¿>i •¿2.
S. Sea F : A —V R uno a uno, donde A C B . Demuestre que
si x G *A pero x £ A, entonces *F (x) R.
4. Sea A C M . Muestre que A = *A sii A es finito.
5. (Teorema de Bolzano-Wcierstrass) Sea A C R acotado e
infinito. Demuestre que hay un punto p 6 M que está in
finitamente cercano pero es difcrente de algún elemento
de *A. Sugerencia: Sea S : N —j- A con S uno a uno; fíjese
en *S (x) para x ó *N, con x infinito.
6. (a) Demuestre que *Q tiene cardinalidad al menos de
2K°, donde Q es el conjunto de los números raciona
les. Sugerencia: Use el ejercicio 1.
(b) Demuestre que *N tiene cardinalidad al menos de 2Ko.
7. Sea A un subconjunto de M sin elemento máximo. Enton
ces, como subconjunto de *M, A tendrá cotas superiores
(con respecto al orden * < ) en *R. Pero demuestre que
A no tiene mínima cota superior.
III
in d e c id ib il id a d
O. Teoría de números
En este capítulo nos concentraremos en el estudio de un len
guaje específico: el lenguaje de la teoría de números. Éste será
un lenguaje de primer orden con igualdad y con los siguientes
parámetros:
V, cuyo significado será “para todo número natural’’. (Re
cuérdese que el conjunto N de los números naturales es { 0 , 1 ,
2 , . . . } . El cero e s considerado número natural.)
0, un símbolo de constante que denotará al número 0.
S, un símbolo de función de una variable, que denotará la
función sucesor S : N —¥ N; es decir, la función por la que
5 (n) = n + 1 .
< , un símbolo de predicado binario que denotará la relación
de orden usual (estricto) de N.
+ , -, E, símbolos de función de dos variables que denotarán
las operaciones + , •y E de suma, producto y exponenciación,
respectivamente.
Llamaremos 91 a la estructura propuesta para este lenguaje,
que podemos escribir informalmente como:
9 1 = (N ;0,S, < , + . - , £ )
(Donde |91| — N, 0W = 0, etcétera.)
Por teoría de números entendemos la teoría de esta estructura,
Th 91. A manera de preparación estudiaremos (en las seccio
nes 1 y 2 de este capítulo) algunos reductos particulares de 91;
es decir, las restricciones de 91 para los sublenguajes:
264 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
tfts= (N ;0,S),
T t¿ = (N ;0 ,S, <),
Tu = (N; 0,5, < ; + ).
Finalmente, en la sección 8 de este capítulo consideraremos
T aí = (N ,0,S, < ,+ ,• ) .
Nos plantearemos las mismas preguntas respecto de cada
una de estas estructuras:
(A) ¿Es decidible la teoría de la estructura? Si lo es, ¿cuál
puede ser un conjunto adecuado de axiomas para la teoría?
¿Hay un conjunto finito de axiomas?
(B) ¿Qué subconjuntos de N son definibles en la estructura?
(C) ¿Cómo son los modelos no estándar de la teoría de la
estructura? (Por “no estándar” entendemos que “no sean iso-
morfos a la estructura propuesta”.)
L a razón por la que elegimos estudiar la teoría de números
(en lugar, por ejemplo, de la teoría de grupos) es la siguiente:
podemos demostrar que una subleoría particular de la teoría
de números es un conjunto indecidible de enunciados. Tam
bién vamos a poder concluir que cualquier teoría que sea al
menos tan fuerte como este fragmento de la teoría de números
(por ejemplo, la teoría de números o la teoría de conjuntos en
su totalidad) debe ser indecidible. Esto quiere decir, en parti
cular, que dicha teoría no puede ser al mismo tiempo completa
y axiomatizablc.
Para demostrar que nuestra subteoría de la teoría de núme
ros es indecidible, mostraremos que ésta es lo suficientemente
fuerte como para representar (en un sentido que será preci
sado más adelante) resultados sobre sucesiones de números,
sobre ciertas operaciones entre números y, finalmente, sobre
procedimientos de decisión. Esta característica de la subteoría
nos permitirá utilizar un argumento diagonal para demostrar
la indecidibilidad.
Cabe hacer notar que, en lugar de una subteoría de la teo
ría de números, podríamos utilizar cualquier otra teoría (como
algún fragmento de la teoría de conjuntos finitos) en la que se
INDECIDIBIUDAD 265
puedan representar de forma adecuada resultados de los pro
cedimientos de decisión.
Antes de presentar ejemplos que den cuenta de la riqueza ex
presiva del lenguaje de la teoría de números, sería conveniente
introducir algunas convenciones sobre la notación. Escribire
mos, como concesión al uso cotidiano:
x < y, x + y, x •y y xEy
en lugar de su expresión formal
< xy, + xy, - xy y E xy.
Para todo número natural k, tendremos un término S/:0 (el
numeral de k) que lo denota:
S°0 = 0, SJ0 = SO, S20 = SSO, etc.
(El conjunto de los numerales se genera a partir de { 0 } median
te la operación de anteponer S.) El hecho de que todo número
natural pueda ser nombrado con el lenguaje será de gran uti
lidad.
A pesar de que sólo hay una cantidad numerable de rela
ciones sobre N que pueden ser definidas en 91, casi todas las
relaciones conocidas pueden ser definidas en 91. Por ejemplo,
el conjunto de los primos está definido en 91 por
v\ S 50 A V^9 Vz>3(zn = V? ■Ví —> z/9 = S]0 V z/3 — S ^ ).
Más adelante necesitaremos probar que muchas otras relacio
nes particulares son definibles en 91.
Resulta natural pensar que, al deshacernos de algún pará
metro, se reduce notablemente la capacidad expresiva del len
guaje. Por ejemplo, veremos que el conjunto de los primos no
es definible en 91.4. Por otro lado, en la sección 8 demostrare
mos que cualquier relación definible en 91 también es definible
en 91m-
Preliminares
Los principales teoremas de este capítulo —teoremas asociados
con los nombres de Gódel, Tarski y Ghurch— no se demostra
rán hasta la sección 5; sin embargo introduciremos desde ahora
266 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
algunas de las ideas centrales. Lo que se quiere comparar son
las nociones de verdad y prueba', es decir, se quiere comparar
el conjunto de enunciados verdaderos en fR con el conjunto de
enunciados que podrían ser probados a partir de un conjunto
adecuado de axiomas A.
A cada fórmula a del lenguaje de la teoría de números le
podemos asignar un número entero jja, llamado el número de
Gódel de a . Cualquier forma lo suficientemente explícita de
asignar enteros distintos a fórmulas distintas nos servirá para
nuestros propósitos; al principio de la sección 4 se presentará
una asignación particular. Lo importante es que para cada a
podamos decir qué número ja le corresponde, y viceversa. De
manera similar, a cada sucesión D finiLa de fórmulas (como
es el caso de una deducción) le asignamos un entero Q (Z)).
Obsérvese que para cualquier conjunto A de fórmulas podemos
form ar el conjunto de números {jja \a G A } correspondiente.
Una vez dada la forma de representación, podemos elegir
entre tres formas de argumentación distintas para la demostra
ción; el argumento de autorreferencia, el argumento de diagonaliza-
ción, y el argumento de computabilidad. Más adelante se mostrará
que estos tres argumentos están íntimamente ligados, al menos
más de lo que parece (pues en realidad se trata de tres formas
particulares de una idea general para la demostración).
En el primer caso, el del argumento de autorreferencia, se cons
truye un enunciado a que nos dice algo así como “No soy de
mostrable”. En realidad, lo que tenemos es lo siguiente:
Teorema 30A Sea A C ThOt un conjunto de enunciados ver
daderos en *Jt, y supongamos que el conjunto { j a |a- €
A ) de los números de Gódel de los elementos de A es
un conjunto definible en ÜL Entonces podemos encon
trar un enunciado a tal que es verdadero en 9T pero no
es deducible a partir de A.
Demostración Construiremos a de modo que exprese (indi
rectamente) que él mismo no es teorema de A . Entonces
el argumento será, en términos generales, el siguiente:
Si A h a , entonces lo que dice a es falso, contradiciendo
el hecho de que A es un conjunto de enunciados verda
deros. Por lo tanto, AY- a y, entonces, a es verdadero,
1NDECIDIBILIDAD 267
Para construir a , primero consideramos, la siguiente
relación ternaria R:
{a, b.c} G R sii a es el número de Gódel para
alguna fórmula a y c es el va
lor de Q para alguna deducción
de a (8*0) a partir de A.
A h ora bien, com o {i}a | a 6 A } es definible en 9í,
entonces R también es definible. (Los detalles de este
paso se verán en una sección posterior.) Sea p la fórmula
que define R en 91. Sea q el número de Gódel de:
(Aquí utilizamos la notación: xp(t) — <£>f', q>{t\,h) —
y así sucesivamente.) Sea o:
VtfS- / í ( S f O , S ? 0 , i / 3).
Entonces, lo que a afirma es que no hay un número que
sea el valor de Q asignado a una deducción, a partir
de A, de la fórmula que resulta de sustituir, en la fórmula
con número de Gódel q, la variable v\ por el numeral q.
Lo que, como se verá, implica que no hay un número
que sea el valor de Q de una deducción de a.
Supongamos, cont ra lo que esperamos, que hay una
deducción de a a partir de A. Sea k el valor asignado
por G a tal deducción. Entonces tenemos que {q, q, k) G
R y, por lo tanto:
h n P ÍS ^ S ^ O ).
Por otro lado, está claro que
í r l- ~1p (S ,' 0 ,S ?0 ,S i G)
y a partir de los últimos dos renglones podemos concluir
que cr es falso en 9T. Pero A 1- a y los elementos de A son
verdaderos en 9Í, por lo que tenemos una contradicción.
268 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Por lo tanto, no hay una deducción de a a partir de A.
Lo que permite concluir que para todo k tenemos que
{q, q, k) f R. Es decir, para todo k
f=* - ^ ( S ’ O, S’O.S^),
de donde se sigue (usando el lema de sustitución) que
f = * V » 8 ^ ( S * 0 ,S í0 ,» 8 ) ;
es decir, o es verdadero en DI. H
Más adelante demostraremos —usando algo que se conoce
como la tesis de Church— que cualquier conjunto decidióle de
números naturales debe ser definible en DI, a partir de lo cual
podremos concluir que ThDl no es axiomatizable.
Corolario 30B El conjunto {{¡r | Hat T\ de los números de
Gódel de enunciados verdaderos en 01 es un conjunto
no defi nible en 01.
Demostración Si este conjunto fuera definible, entonces po
dríamos sustituir A por Th 01 en el teorema anterior para
llegar a una contradicción. n
En la sección 5 se retomará el argumento de autorreferencia,
aunque con una pequeña variante en el enunciado a, el cual
afirmará algo así como “soy falso”. (¡Recuérdese la conocida
paradoja del mentiroso!)
Sin embargo, para quienes tengan la sensación de que el
enunciado a del argumento de aut.orreferencia parece un truco
mágico, tenemos el argumento de diagonalización que permite
describir la situación sin que la autorreferencia sea explícita.
En este caso comenzamos defi niendo una relación binaria P
entre números naturales:
{a, b) € P <==> a es el número de Gódel de una fórmu
la a (»i) (con como única variable libre) y
K rt^ O ).
(Intuitivamente, {a, b) € P <=> “a es verdadera acerca de b".)
Entonces, cualquier conjunto de números naturales definible
en DI es igual, para alguna a, a la “sección vertical” de P:
INDECIDIBILIDAD 269
P a = {b\ (a,b) € P }-
Esto es, basta considerar que a es igual al número de Godel de
la fórmula que define al conjunto, y usar el hecho de que 1= ^
a ( S 60) a { v i) [[6]].
De este modo tenemos que todo conjunto de números natu
rales definible (en 91) está en algún lugar de la lista P\, Pz, ■■■
El siguiente paso será diagonalizar esta lista. Definimos el con
junto H como sigue:
H = { b \ { b ,b ) $ P ) .
(Intuitivamente, b 6 H "b no es verdadero acerca de b”■)
Entonces H no está en la lista P ^ ,... (H ^ P3 ya que 3 6
H <££■ 3 ^ P% Es decir, el número 3 pertenece sólo a uno de
estos conjuntos y no al otro.) Por lo tanto, H no es definible
en 91.
¿Por qué es H indefinible? Si incluso se había especifica
do que
b 6 H O- no [b es el número de Godel de una fórmu
la a (»i) con vi como única variable libre y
HwafS^O)].
¿Qué es lo que impide que esta propiedad sea traducida al len
guaje de la aritmética? Mostraremos que la dificultad no está
en traducir ser número de Godel —cosa que se puede hacer—,
como tampoco está en que se tenga una fórmula con una varia
ble libre sin que se sustituya por el numeral S^O. En realidad,
mediante un proceso de eliminación, se mostrará que el único
obstáculo que podemos encontrar es que sea imposible decir,
mediante el lenguaje de la aritmética, que un enunciado es ver
dadero en 91.
Teorema 30C (a) El conjunto {| r | |=<yi t } de los números
de Godel de enunciados verdaderos en 91 no es defini
ble en 91.
*(b) La teoría Th 91 es indecidible.
*(c) La teoría Th 91 no es axiomatizable.
Demostración Para el inciso (a), que establece lo mismo que
el corolario 30B del argumento de autormferencia, se usa
270 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
la demostración de la diagonalÍ2ación que acabamos de
exponer; puesto que si suponemos lo contrario, es de
cir, que ThOÍ es definible en Oí, entonces el conjunto H
también es definible en Oí, pero ya vimos que no lo es.
El inciso (b) se deducirá una vez que se demuestre
que todo conjunto decidible de números naturales debe
ser definible. Si Th Oí es decidible, entonces el conjunto
correspondiente de números de Gódel {¡jr j )=<jt t ) es
decidible y, por lo tanto, definible; lo cual no es cierto.
El inciso (c) es una consecuencia inmediata del inci
so (b) y del corolario 261, pues ThOÍ es una teoría com
pleta. H
Por último, tenemos el argumento de computabilidad que pre
senta una diferencia muy clara y precisa entre el conjunto de lo
que es verdadero y el conjunto de lo que es demostrable. A par
tir de la sección 6 del capítulo II sabemos que para cualquier
conjunto A decidible de axiomas (incluso si es efectivamente
numerable) que elijamos para la Th Oí, el conjunto Cn A de
enunciados demostrables es un conjunto efectivamente nume
rable.
El argumento de computabilidad demostrará —utilizando la
tesis de Church— que el conjunto ThOÍ de todos los enuncia
dos verdaderos no es efectivamente numerable. Este resultado,
estrechamente ligado al teorema 30C, se obtendrá mediante
otro argumento de diagonalización que será presentado en la
sección 6 de este capítulo.
‘ Teorema 30D Para cualquier conjunto A decidible de axio
mas (incluso efectivamente numerable),
CnA^ThO Í
pues el conjunto de la izquierda es efectivamente nume
rable y el de la derecha no.
El teorema 30D plantea el siguiente dilema: o los axiomas
nos engañan permitiéndonos deducir enunciados falsos, o los
axiomas son insuficientes, en el sentido de que existen enun
ciados verdaderos que no pueden deducirse a partir de esos
axiomas.
INDECIDIBILIDAD 271
El argumento de computabilidad aparece de manera implí
cita en la sección 5 de este capítulo, pero no será sino hasta la
sección 6 donde se expondrá formalmente y donde además se
le com parará con las otras dos formas de argumentación.
1. Números naturales con la función sucesor
Comenzaremos con un caso lo suficientemente sencillo como
para poder responder con precisión a nuestras preguntas. Re
duciremos el conjunto de parámetros a V, 0 y S, eliminando < ,
+ , •y E . El reducto correspondiente de 9Í es
Üíj = (N;0, S).
Con esta restricción de lenguaje, es posible nombrar a cada
elemento de N, pues en él ya se tienen los numerales. Sin em
bargo, los enunciados que pueden construirse a partir de este
lenguaje no son interesantes desde el punto de vista aritmético.
Nos interesa preguntarnos, sobre 91$, lo mismo que nos pre
guntamos para el caso de 9i. Quisiéramos saber cuán complejo
es el conjunto ThÜls, investigar cuáles son los conjuntos defi
nibles en 97s y tener una idea de sus modelos no estándar.
Para el análisis de la teoría de números naturales con la fun
ción sucesor (Th9I<,j, comenzaremos listando algunos de sus
elementos, es decir, enunciados verdaderos en 01$. (Después
de todo, son estos enunciados los que nos permitirán dar una
axiomalización de la teoría.)
51. Vx S x 0. El cero no tiene predecesor.
52. Vx Vy (S x = S y —¥ x = y). La función sucesor es
inyectiva.
53. Vy (y f 0 —»• Elx y — Sx). Todo número distinto de
cero es sucesor de algún número.
5 4 .1. \/x S x f x.
54.2. VxSSx=^x.
S4.rz Vx S”x f x, donde el superíndice n indica que el sím
bolo S aparece n veces consecutivas.
Sea A5 el conjunto de enunciados SI, S2, S3 y S4.n (con
n = 1, 2 , . . . ) antes expuestos. Está claro que estos enunciados
272 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
son verdaderos en 91$. Por lo tanto, es modelo de As y
CnA.v C ThOt*.
(Cualquier cosa que sea verdadera en todos los modelos de As
es verdadera en 9ts.) Sin embargo, la igualdad no resulta evi
dente. Para probarla tomaremos un modelo arbitrario de As.
¿Qué podemos decir acerca de un modelo arbitrario
2 1= ([2íj;0a , S a )
del conjunto de axiomas As? Sa debe ser una función biyectiva
de |2Í¡ sobre ¡2(.| — { 0 a } por los axiomas S I, S2 y S3, y com o el
axioma S4 prolu'be la existencia de ciclos de longitud n. enton
ces |2l| debe contener los puntos “estándar”:
0a -> S!l(0a ) -4 Sa (Sa (Oa ))
que son todos distintos. La flecha indica la aplicación de la
función Sa . Puede o no haber otros elementos en ]2l|. Supon
gamos que hay otro elemento a en |2 L¡, no “estándar”, entonces
también está el sucesor de a, y e! sucesor del sucesor, etc. Más
aún, puesto que (por S3) todo elemento distinto del cero tiene
un predecesor (es decir, es sucesor de otro elemento) que es
único (por S2), también el predecesor de a está en |2lj y lo mis
mo sucede con el predecesor del predecesor, etc. Todos estos
elementos deben ser distintos, pues de otro modo se tendría
un ciclo finito. Por lo tanto, a pertenece a una “Z-cadena”:
■•- * —> * —^ a —> S a (a ) — S a (S*4{ a ) ) —^ ••• .
(Se les llama Z-cadenas porque están ordenadas com o el con
junto de los enteros Z — { . . . , —1,0, 1, 2 , . . . } . ) Puede haber
cualquier cantidad de Z-cadenas, pero deben ser ajenas dos a
dos, ya que S2 prohíbe intersecciones entre ellas. También su
cede que cualquier Z-cadena de un modelo es ajena a la parte
estándar.
Este resultado puede plantearse de otra manera. Digamos
que dos elementos a y b de |2l| son equivalentes si es posible pa
sar de uno de ellos al otro mediante la aplicación de la función
Sa un número finito de veces. Es fácil ver que se trata de una
INDECIDIBILIDAD 273
relación de equivalencia (está claro que es reflexiva y simétrica,
y la transitividad se sigue del hedió de que Sa es inyecl iva). La
parte estándar de |2l| corresponde a la dase de equivalencia
que contiene a 0m. Para cualquier elemento a de |2l], la clase
de equivalencia de a se genera a partir de { a } aplicando Sa y
su inversa. Esta clase de equivalencia corresponde a la Z-cadena
antes descrita.
Inversamente, cualquier estructura 58 (de este lenguaje) que
contenga la parte estándar
0® -»■ S *(0® ) -»■ S ^ S ^ O 23))
y una parte no estándar compuesta por Z-cadenas ajenas es
modelo de (Puede verificarse que cada uno de los axiomas
listados es verdadero en 58). Con esto tenemos una caracteriza
ción completa de los modelos de As-
Si un modelo 21 de As tiene sólo una cantidad numerable de
Z-cadenas, entonces |2l| es numerable. En general, si el conjun
to de Z-cadenas de 21 tiene cardinalidad A,1 entonces la canti
dad de elementos de |2Í| es N<> — No- A. Y esto es, por aritmética
cardinal (véase el capítulo cero), el máximo entre No y A. Por lo
tanto,
No si 21 tiene una cantidad numerable
de Z-cadenas.
card |2í| = <
A si 21 tiene una cantidad no numerable A
de Z-cadenas.
Lema 31A Si 21 y 21' son modelos de As con la misma cantidad
de Z-cadenas, entonces son isomorfos.
Demostración Existe un único isomorfismo entre la parte es
tándar de 21 y la parte estándar de 21'. Además, por hi
pótesis, existe una correspondencia uno a uno entre el
conjunto de Z-cadenas de 2Í y el conjunto de Z-cadenas
de 21'; es decir, cada Z-cadena de 2Í está asociada con
una Z-cadena de 21', y viceversa. Queda claro que cua
lesquiera dos Z-cadenas son isomorfas. Al combinar to
dos estos isomorfismos particulares (usando el axioma
de elección), tenemos un isomorfismo entre 21 y 21'. H
1 Es pasible evitar cardinales no numerables; véase el ejercicio 3.
274 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Por lo tanto, un modelo de As queda caracterizado, salvo
isomorfismo, por la cantidad de Z-cadcnas que contiene. Para
el caso particular de TN, el número de 2-cadenas es cero, pero
es posible tener modelos con cualquier cantidad de Z-cadenas.
El lector debe darse cuenta de que no hay ningún enunciado
del lenguaje que diga “No hay Z-cadenas”. Lo que es más, no
hay ningún conjunto £ de enunciados tal que: un modelo 21
de <4$ satisfaga £ sii 21 no tiene Z-cadenas. Por el teorema LST
existe una estructura 21 no numerable tal que 21 s 2í <,_ Pero
21 tiene un cantidad no numerable de Z-cadenas y 91s no tiene
ninguna.
Teorema 31B Sean 2Í y 23 modelos no numerables de As con
la misma cardinalidad. Entonces 21 es isomorfo a 23.
De la última discusión se desprende que 21 y
D e m o s tra c ió n
23 tienen, cada uno, una cantidad de Z-cadenas igual
a sus cardinalidades (card2( y card 23, respectivamente).
Pero como card 2t = card 23, entonces 21 y 23 tienen la
misma cantidad de Z-cadenas y, por lo tanto, son iso-
moríos. H
Teorema 31C CnAs es una teoría completa.
Demostración Hay que aplicar la prueba de Los-Vaught de la
sección 6 del capítulo II. Por el teorema anterior tene
mos que la teoría Cn A¿- es A-categórica para todo A car
dinal no numerable. Por otro lado, As no tiene modelos
finitos. Por lo tanto, se cumplen las condiciones de la
prueba de Los-Vaught. H
Corolario 31D C n A j = T h ^ l j .
Demostración Tenemos que Cn As C T h Tís, donde la prime
ra teoría es completa y la segunda satisfactible. rí
"Corolario 31E T h es d ecid ib le.
Demostración Cualquier teoría completa y axiomatizable es
decidible (por el corolario 25G). A¿- es un conjunto deci
dible de axiomas para esta teoría. H
INDECIDIBILIDAD 275
Eliminación de cuantificadores
Una vez que sabemos que una teoría es decidible, resulta ten
tador tratar de encontrar un procedimiento concreto de deci
sión. Para el caso de Th daremos un procedimiento basado
en “eliminación de cuantificadores”.
Definición Una teoría T admite eliminación de cuantifica
dores sii para toda fórmula ip existe una fórmula if) sin
cuantificadores tal que
T 1= (<P ++ V')-
En realidad, es suficiente con que se cumpla para cierto tipo
de fórmulas íp:
Teorema 31F Supongamos que para toda fórmula ip de la
forma
3 x (ao A •••A ar„),
donde a¡ (i = 0, . . . ,n ) es una fórmula atómica o la
negación de una fórmula atómica, existe una fórmula
sin cuantificadores v]j tal que T \= (<p o ip). Entonces
T admite eliminación de cuantificadores.
Demostración Afirmamos que para toda fórmula de la for
ma 3x&, donde 0 carece de cuantificadores, podemos
encontrar una fórmula equivalente sin cuantificadores.
Comenzaremos escribiendo 0 en forma normal disyun
tiva (corolario 15C). La f órmula que se obtiene
3 x [( q 0 A - ••A a M) V (/30 A •••A p„) V •••V (£0 A •••A &)]
es lógicamente equivalente a
3 x (ar0 A • • • Ao:m) V 3x (/¡?0 A • • • A /3 J V • • • V 3 x (£ o A • • • A £ .).
Por hipótesis, cada subfórmula disyunta de esta fórmula
disyuntiva puede sustituirse por una fórmula sin cuanti
ficadores.
Dejamos al lector demostrar (ejercicio 2), a partir de
lo expuesto en el párrafo anterior, que para toda fórmu
la es posible encontrar una fórmula equivalente sin cuan
tificadores. rí
276 u n a i n t r o d u c c i ó n m a t e m á t ic a a l a l ó g i c a
Para el caso particular de la teoría T h 2l de la estructura2í, la
definición puede replantearse de la siguiente manera: T h 2 l ad
mite eliminación de cuantificadores sii para toda fórmula tp
existe una fórmula t¡> sin cuantificadores tal que ip y son
“equivalentes en 21”, es decir,
Ha (íP
para toda función s de las variables en ¡2Í |.
Teorema 31G ThfRs admite eliminación de cuantificadores.
Demostración Por el teorema anterior, es suficiente considerar
una fórmula del tipo
3 x (ao A •••A a ?),
en la que cada a; es una fórmula atómica o la negación
de una fórmula atómica. Describiremos cóm o sustituir
esta fórmula por otra que no tenga cuantificadores. La
equivalencia entre la nueva fórmula y la fórmula dada
será una consecuencia de A5; véase el ejercicio 3.
Los únicos términos del lenguaje son de la forma
SAw, donde w e s O o una variable. Las únicas fórmulas
atómicas son ecuaciones. Podemos suponer que la varia
ble x ocurre en todas las da. Puesto que si x no ocurre
en de, entonces
3 x (a A ¡3) j=^ a A 3x
Por lo tanto, toda a¿ es de la forma
Smx = S" «
o la negación de esta ecuación, en la que u es 0 o una
var iable. Más aún, podemos suponer que u es distinta
de x, pues SOTx = S"x puede sustituirse por 0 = 0 si m —
n, y por 0 0 si m ^ n.
Caso 1: Toda c¿¡ es la negación de una ecuación. En
tonces la fórmula puede sustituirse por 0 = 0 (¿Por qué?)
INDECJDIBILIDAD 2 11
h~h~
Caso 2: Existe al menos una a¡ que no es la negación
de una ecuación. Digamos que «o es
S rax = t,
donde t es un término que no contiene a x. Puesto que
la solución de x debe ser no negativa, sustituimos ao por
0 A •••A Sm-10
(o por 0 = 0, si m — 0). Entonces en cada una de las
ctj restantes sustituimos
Sríx = u
primero por
SA+mx = Smu,
que se convierte en
S*í - Smu.
Tenemos entonces una fórmula en la que x ya no apare
ce, de modo que el cuantifícador se puede eliminar. H
Existen otras consecuencias secundarias muy interesantes
del procedimiento de eliminación de cuantifícadores. Por ejem
plo, una demostración alternativa de la completud de CnAy.
Supongamos que tenemos el enunciado o. El procedimiento de
eliminación de cuantifícadores nos da un enunciado t sin cuan-
tificadores tal que (por el ejercicio 3) Ay j= {a -o- t ). Nosotros
afirmamos que Ay j= r o Ay (= r, ya que t se construye a par
tir de fórmulas atómicas y mediante los conectivos -i y —A Todo
enunciado atómico debe ser de la forma S/£0 = S¿0; si k = l, en
tonces es deducible a partir de Ay; pero si k yf l, entonces es
refutable a partir de Ay (es decir, su negación es deducible).
(Para demostrar esto, sólo se necesita { S 1, S 2} .) A hora bien,
como todo enunciado atómico es deducible o ref utable, enton
ces lo mismo sucede con todo enunciado sin cuantifícadores, lo
que demuestra la afirmación. Por lo tanto, Ay |= a o Ay f= -¡ a.
Hay otra consecuencia importante relacionada con el pro
blema de la defínibilidad en Tí y; véanse los ejercicios 4 y 5.
278 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Para toda fórmula tp en la que sólo tp y v2 ocurren libres, po
demos encontrar una fórmula ip sin cuantificadores (pero con
las mismas variables libres) tal que
Th f= Vv\ V (ip f+ ip);
es decir,
f=rt¡s VVi V Uj (lp <7+ *0) .
Por lo tanto, la relación definida por ip también es definible a
partir de una fórmula sin cuantificadores.
Ejercicios
1. Sea A£ el conjunto de enunciados conformado por SI, S2
y todos los enunciados de la forma
v?(0) -> V ( ( ( í > ( e/1) -A íp (5 i/i) ) ->■ V»1 <p(v 0 ,
donde ip es una fórmula (del lenguaje 9Tsj que tiene a z>i
como única variable libre. Demuestre que Ay C Cn Ay.
Concluya que Cn Ay = Th Dls. (En este caso, <p (t) es, por
definición, t^f’1. Al enunciado anterior se le conoce como
el axioma de inducción para ip.)
2. Termine la demostración del teorema 31F. Sugerencia:
Use inducción.
3. En la demostración de que Th ÍTly admite eliminación de
cuantificadores se establece cómo encontrar, para toda
fórmula ip, una fórmula ip sin cuantificadores. Demues
tre que
Ay j= ((p ip)
sin usar la completud de CnAy. (Esto nos permite dar
una demostración alternativa de la completud de CnAy
que no involucre Z-cadenas o la prueba de Los-Vaught-
Vaught.)
4. Demuestre que un subconjunto de N es definible en %>•
sii es finito o su complemento (en N) es finito.
INDECIDIBILIDAD 279
5. Demuestre que la relación de orden { ( m ,n) | m < n
en N } no es definible en Sugerencia: Basta con de
m ostrar que no hay una definición de orden sin cuan-
lificadores. Una relación R C N x N es lineal si puede
cubrirse mediante un número finito de líneas (es decir,
subconjutos de N totalmente ordenados por R). Se dice
que R es colineal si es el complemento de una relación
lineal. Demuestre que toda relación definible en es li
neal o colineal, y que la relación de orden no es ni lineal
ni colineal.
6. Demuestre que T h9t¿ no es finitamente axiomatizable.
Sugerencia: Demuestre que ningún subconjunto finito de
Aj es suficiente para axiomatizar Th y después use la
sección 6 del capítulo 11.
2 . Otros reductos de la teoría de númeroj 2
Primero agregamos el símbolo de orden < al lenguaje. La es
tructura propuesta para este caso es
01¿ = (N ;0, S , < ) .
Lo que queremos es demostrar que la teoría de esta estructura
es decidible (como la de 91,y) y admite eliminación de cuantifi-
cadores. Sin embargo, a diferencia de 9t¿-, es finitamente axio
matizable y no es A-categórica para ningún A cardinal infinito.
El conjunto finito de axiomas para la teoría Th 91 estará
conformado por los seis enunciados que se presentan a conti
nuación. En este caso, x < y es una abreviatura de (x < y V x =
y) y x JÍ y de la negación.
Vy ( y ^ O —^ 3 x y = Sx) (S3)
V xV y (x < Sy x < y) ( Ll )
Yx x 0 ( L2)
Vx Vy (x < y V x = y V y < x) (L3)
YxVy (x < y —i y jó x) (L4)
VxVyVz ( x < y —^ y < z —> - x < z ) (L5)
2 Esta sección puede omitirse sin que esto tenga un efecto desastroso.
280 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Es fácil ver que estos seis axiomas son verdaderos en Ül¿.
Por lo tanto, CnA¿ C Thíflr.- Sin embargo, en el otro senti
do, la inclusión no es obvia, así que es necesario demostrarla.
Comenzaremos listando algunas de las consecuencias del con
junto de axiomas,
(1) AL H Vx x < Sx.
Demostración Tórnese x en lugar de y en L 1. H
(2) A i |- Vx x ft x.
Demostración Tómese x en lugar de y en L4. H
(3) A i h Vx Vy (x y •<-»•y < x) (tricotomía).
Demostración Para use L3. Para “f - ” use L4 y (2). H
(4) Ai. h Vx Vy( x < y -W Sx < Sy).
Demostración A partir de A i se pueden deducir los siguientes
bicondicionales:
x< y y por (3);
y £Sx por L 1;
-H- Sx < y por (3);
«-f Sx < Sy por L l.
(5) A l h S l y A t I-S2.
Demostración SI se sigue de L2 y (1). S2 se deriva a partir
de (4) usando L3 y (2). H
(6) A¡, h S4.n para n = 1, 2 , . . .
Demostración Se sigue de (1) y (2), usando L5. H
Así pues, cualquier modelo 21 de AL también es modelo de
As (si ignoramos < 3t). Por lo tanto, debe consistir de una parte
estándar sin más o una parte estándar junto con algunas Z-
cadenas. Nótese, además, que está ordenado por < a .
Teorema 32A La teoría Cn A¿ admite eliminación de cuanti-
ficadores.
INDECIDIBILIDAD 281
Demostración Una vez más consideramos una fórmula de la
forma
3x((30 A - -- A ,3p)
donde (í — 0, . . . . p) es una fórmula atómica o la
negación de una fórmula atómica. Los términos en este
caso son, como en la sección 1 de este capítulo, de la
forma Sku, donde « e s 0 o una variable. Para las fórmu
las atómicas hay dos posibilidades:
S*« = S'f o S*m < S ¿í .
1. Podemos eliminar el símbolo de negación. Gracias
a L3 y L 4 es posible sustituir t,\ 12 por (fo < í\ Víi = ¿2)
y sustituir ¿i t¿ por (íi < U V U < íi)- Ahora bien, ha
ciendo las sustituciones correspondientes y notando que
3 x (<p V ifj) f==j 3 x <p V 3 *
podemos reagrupar fórmulas y reescribir la fórmula ori
ginal como una disyunción de fórmulas del tipo:
3 X (O ¡0 A • • • A C X q),
donde {i — 0, . . . , q) es ahora una fórmula atómica.
2. Podemos suponer que la variable libre x ocurre en
toda ai, pues si x no ocurre en a , entonces
3 x (a A 0) a A 3x 0.
Además podemos suponer que x ocurre en un solo lado
de la igualdad o desigualdad os. Ya que S kx = S lx puede
reescribirse como se hi2o en la sección 1 de este capítulo
y S/¡5c < S lx puede sustituirse por 0 = 0 si k < l, o O / O
si l < k (lo que se justifica con L1 y L4).
Caso 1: Supongamos que al menos una a ¡ es una
igualdad, entonces podemos proceder de la misma ma
nera que para el caso 2 de la eliminación de cuantifica-
dores del teorema 31G.
282 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Caso 2: Todas las a , son desigualdades. En este caso,
la fórmula puede reescribirse de la siguiente manera:
3* y \ < Smix A /\ SaJ* < UjJ .
(Aquí, /\¿ denota la conjunción de fórmulas indexadas
con i, de manera que 7 o A 71 A A 7 a puede abre
viarse como /\¡ 7 j.) En la primera conjunción, /\¡ ti <
Smsx, tenemos las cotas inferiores de x, y en la segunda,
/\; Sn:¡x < Uj, las cotas superiores. Si la segunda conjun
ción es vacía (es decir, si no hay cotas superiores para x),
entonces podemos sustituir la fórmula por 0 = 0. (¿Por
qué?) Si la primera conjunción es vacía (es decir, si no
hay cotas inferiores para x), entonces podemos sustituir
la fórmula por
f\ S K'0 < U j,
j
que afirma que el 0 cumple con la desigualdad. En caso
de que ninguna de las dos conjunciones sea vacía, re
escribimos la fórmula sucesivamente hasta llegar a una
fórmula sin cuantificadores:
3 x /\(í, < S"*'x A S”'x < uj). ( 1)
’-j
3 x /\ (S nUi < S ^ -T x < Sr¡Uj). (2)
ÍJ
A sn’+ Hi < Sm‘Uj ) A A sn;0 < Uj. (3)
Esta última fórmula dice que “cualquier cota inferior
más uno es menor que cualquier cota superior, y que el
cero es menor que toda cota superior”. Esto implica que
la máxima cota inferior y la mínima cota superior no son
consecutivas (es decir, que hay “espacio” entre ellas) y,
por lo tanto, que existe solución para x. 1.a segunda par
te garantiza que la solución no puede ser negativa.
■J T*-* jí -4! v ? . í p í"
INDECIDIBILIDAD 283
En cada caso pudimos encontrar una versión sin cuan-
tificadorcs de la fórmula dada. H
Coro(ario32B (a) CnA¿ es completa.
(b) CnA¿ = Th
*(c) T h 9í¿ es decidible.
Demostración (a) Se puede seguir el mismo argumento que
se utilizó para la demostración del teorema 31G. (b)
Se sigue del inciso (a), pues Cn A¿ C Th ÜTL y Th Oí/
es satisfactible. Para (c) se puede recurrir al hecho de
que cualquier teoría completa axiomatizable es decidi
ble. Sin embargo, la prueba que se usó para demostrar
que Cn A¿ admite eliminación de euantiíicadores genera
un procedimiento de decisión más eficiente. H
Corolario 32C Un subconjunto de N es definible en OÍl sii es
finito o tiene complemento finito.
Demostración Véase el ejercicio 4 de la sección anterior. H
Cabe hacer notar que se pueden definir más r elaciones bina
rias en 0í¿ que en Oís, pues la relación de orden {(m , n) \m <
n } no se puede definir en Oí.s, por el ejercicio 5 de la sección
anterior.
Corolario 32D L a r e la c ió n d e su m a
{{m ,,n,p} |m + n = p }
no es definible en 9Í¿.
Demostración Si se pudiera definir la suma en 9Í;., entonces
también se podría definir cn el conjunto de los nú
meros naturales pares. Pero dicho conjunto ni es finito
ni tiene complemento finito. H
Supongamos ahora que extendemos el lengua je mediante el
símbolo de suma -f. En este caso, la estructura propuesta es
tn A = (N ;0, S , < , + ) .
Probaremos que la teoría de esta estructura también es de
cidible; sin embargo, para evitar que las cosas se compliquen
BIBLIOTECA CENTRAL
UN AM
284 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
demasiado, en este caso no daremos ninguna lista de axiomas
para la teoría.
Los modelos no estándar de ThÜLi también deben ser mo
delos de Th Tti. Así que tienen una parte estándar y una parte
compuesta por Z-cadenas. No obstante, en este caso, el orden
entre las Z-cadenas ya no puede ser arbitrario. Sea 21 un mode
lo no estándar de Th Tía- El orden < a induce un orden bien
definido entre las Z-cadenas. (Véase el ejercicio 3.) Afirmamos
que no hay una Z-cadena máxima en este nuevo orden, como
tampoco una Z-cadena mínima; y además que, entre cuales
quiera dos Z-cadenas, es posible encontrar otra Z-cadena. El
argumento es, en términos generales, el siguiente: Si a perte
nece a una Z-cadena (es decir, si es un elemento infinito de 21),
entonces a + a o pertenece a una Z-cadena más grande. Por otro
lado, debe existir b tal que b + a b es a o el sucesor de a y, por lo
tanto, b pertenece a una Z-cadena menor. Si aj y a% pertenecen
a dos Z-cadenas distintas, entonces existe b tal que b -f a 6 es
d\ fe o su sucesor. En este caso, b pertenecería a una Z-
cadena entre la Z-cadena de ai y la Z-cadena de a?. (Con esto
parece más o menos claro que estas afirmaciones son ciertas;
aquellos que disfruten el manejo de números infinitos pueden
completar los detalles,)
Teorema 32E (Presburger, 1929) La teoría de la estructura
Ola = (N; 0, S, <, + ) es decidible.
Esta demostración también está basada en un proce
dimiento de eliminación de cuantificadores, a pesar de
que la teoría misma Th9Ta 710 admite eliminación de
cuantificadores. Por ejemplo, la fórmula que define el
conjunto de los números pares
3 y = y+ y
no tiene una fórmula equivalente sin cuantificadores.
Este obstáculo desaparece si introducimos un nuevo sím
bolo =2 para la congruencia módulo 2. De manera si
milar agregamos los símbolos = 4, . . . La estructura
propuesta para este lenguaje extendido será:
9í= = (N; 0, S, < , -1-, = 2 , =3 j ■•■)»
INDECIDIBILIDAD 285
donde = * es la relación binaria de congruencia módu
lo k. Resulta que la teoría de esta estructura sí permite
eliminación de cuantificadores.
Esto no quiere decir, sin más, que la teoría de la es
tructura o de la estructura extendida sea decidible. Des
pués de todo, cualquier estructura puede extenderse,
agregando relaciones, hasta tener una estructura que
permita eliminación de cuantificadores. Por lo tanto,
para demostrar la decidibilidad, tenemos que probar
dos cosas: ( 1 ) que dado cualquier enunciado a, es po
sible dar, explícitamente, un enunciado equivalente a'
sin cuantificadores, y (2) que es posible decidir si o' es
verdadero.
Presentaremos ahora el procedimiento de elimina
ción de cuantificadores para Th Dado un término t
y un número natural n, sea nt el término de n suman
dos t + t + ■■■ + t. Oí es el 0. Así pues, todo término
puede reescribirse como un término de la forma:
S"“0 + n\x\ + ••• + nkxk
con k > 0, ra¡- > 0 y los Xi como variables. Por ejemplo:
S (x + SO) + Sy
se puede sustituir por
S30 + x 4- y.
Como siempre, empezamos con una fórmula del tipo
3 y (Pi A •- •A 0 K), donde ¡3¡ (i = 0 , . . . , n) es una fórmula
atómica o la negación de una fórmula atómica.
1. Eliminar la negación. Sustitúyase -i (q = ¿2) Por
(¿l < ¿2 V ¿2 < ¿i)- Sustitúyase -1 (q < t%) por (¿i =
Í2 V Í2 < ¿i)- Y sustitúyase (q ¿2) por:
ti = m U = S10 V •••V t\ EEEm Z2 + S *- 10.
Podemos, entonces, reescribir las negaciones y reagru
par fórmulas de modo que la fórmula original quede
como una dis)7unción de fórmulas del tipo:
3 y (m A • • •A a m),
286 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
donde ce¡ {i = \ ¡... ,n ) es una fórmula atómica. Pode
mos suponer, como ya se ha hecho antes, que y ocurre
en toda a¡, e incluso que tiene alguna de las siguientes
formas:
ny + 1 = u,
ny + t = mu,
ny + t < u,
u< ny + í,
donde u y t son términos en los que no aparece y. De
ahora en adelante nos tomaremos la libertad de escribir
estas fórmulas usando un símbolo de resta:
ny — u — t,
ny ~ m u — l,
ny < u '—¿,
u —t< ny.
Estas fórmulas simplemente son abreviaciones de las
fórmulas anteriores, como se puede ver si se transponen
los términos y se abandona el símbolo de resta.
Dicho todo lo anterior, está claro que nuestra fórmula
dada puede ser, por ejemplo:
3y < Ay A 2}’ < u A 3}’ < v A y /),
donde t> u ,v y w son términos en los que no aparece y.
2. Establecer un coeficiente común para y. Sea p el
mínimo común múltiplo de los coeficientes de y. Cada
fórmula atómica puede transformarse, “multiplicando1’
todos sus términos por un factor adecuado, en una
fórmula en la que el coeficiente de y sea p. Queda claro
que esto se puede hacer en el caso de las igualdades y
las desigualdades. En el caso d e las congruencias, tam
bién es necesario multiplicar el módulo por p, pues, en
general,
a = mb sii ka kb.
En la fórmula del ejemplo anterior, p es 12, de modo
que tendríamos:
3 y (3w < 12y A 12y < 6 u A 12y < 4v A 12y =35 I2í).
INDECIDIBILIDAD 287
3. Eliminar el coeficiente de y. Sustituyase py por x,
y añádase la nueva fórmula atómica x = p 0. (Lo que
nos dice esto es que en lugar de 3 y ■■■12y ••• es posi
ble tener “Existe un múltiplo x de 12 tal que •••x - •
Entonces nuestro ejemplo puede sustituirse por
3 x (S a ; < x A x < 6 « A * < 4 w A * 12< A x =12 0).
4 . Caso especial. Si una de las fórmulas atómicas es
una igualdad, x + t = u, entonces podemos reemplazar
3 xO
por
0 l_ t A t < u.
Lo natural en este caso es sustituir x por ‘ u — t”, pero
para evitar el uso del símbolo de resta transponemos
términos. Por ejemplo:
(x = Mv)l_t corresponde a u = « v 4 - t.
5. Caso general. Podemos suponer que la igualdad
(—) no ocurie, entonces tenemos una fórmula de la
forma
3 x [ r 0 — .t0 < x A ■■•A n - 1 - 5¿_i < x
Ax < to — uo A •- ■A x < tk-i — « a - i
Ax = mu VQ —W o A • • • A X = m , _ | fin—1 —
donde r¡, tu u¡, v¿ y w¿ son términos en los que no
aparece x. Esto puede abreviarse como
3 x — Sj < x A ! \ x < ti — m A f \ x =>«, V, — vh •
j< l ¡<k i<n
Si no hay congruencias (es decir, si n — 0), enton
ces la fórmula afirma que hay elementos no negativos en
tre la máxima cota inferior y la mínima cota superior.
UNA INTRODUCCION MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Así, pues, podemos sustituir la fórmula original por la
siguiente fórmula sin cuantificadores:
A A f o ~ + s0 < k ~ ut A f \ 0 < t¡ - m.
i<k j< l i<h
Sea M el mínimo común múltiplo de los módulos
■■■, mn_ E n t o n c e s a + M a, de donde se ve
que, a medida que a aumenta, el patrón de residuos de
a módulo m 0, . . . , mn^\ tiene periodo M. Por lo tanto,
para encontrar la solución de las congruencias, sólo ne
cesitamos encontrar M enteros consecutivos.
Tenemos ahora una fórmula que asegura la existencia
de un número natural que no es menor que determina
das cotas inferiores L\,.. . . L t y que satisface ciertas co
tas superiores y ciertas congruencias. Si la solución exis
te, entonces debe ser alguno de los siguientes números:
L + 1 , . . . ,7 -i + M — 1,
7-2,7-2 + 1, ■ ■ ■ >7-9 + M — 1,
Li, Li + 1,..., Li + M — 1,
0, 1.
(El último renglón es necesario para el caso en que to
das las Lj sean negativas. Para evitar tener que tratar
este renglón como un caso especial, incluimos el 0 como
una nueva cota inferior. Es decir, sean ri — 0 y s¿ = SO
tales que
n - si < x
es una fórmula 0 < x + SO que afirma que x es no
negativo. Con lo que tendríamos l + 1 cotas inferiores.)
Nuestra fórmula (que asegura la existencia de una so
lución para x) ahora puede sustituirse por una disyun
ción sin cuantificadores que afirma que alguno de los
números de la matriz anterior es una solución no nega
tiva;
INDECIDIBILIDAD 289
V V A r¡ - s¡ < ( tj - sj ) + s?0
A A ( r ; - sj ) + s?0 < a -
!</t
A A { Tj - Sj ) + S?0 =wi W¡- »!■
¿<n
Retomando nuestro ejemplo, después de agregar la
nueva cota inferior para x, tendríamos lo siguiente:
3 x (3w < x A 0 < x + SO A x < 6u A x < Av
A jí = 3 5 1 2 1 A x = i 2 0 ).
La fórmula equivalente sin cuantificadores es una dis
yunción de 72 conjunciones, donde cada conjunción tie
ne seis componentes.
Hasta ahora sólo hemos probado la mitad del teore
ma. El procedimiento antes expuesto nos dice, dado un
enunciado cr, cómo podemos encontrar un enunciado r
(en el lenguaje de 9T=) que no tenga cuantificadores y
que sea verdadero (en la estructura propuesta para ese
lenguaje) sii a es verdadero. Sin embargo, falta decidir
si t es verdadero.
Pero esto es sencillo, pues basta considerar el caso de
las fórmulas atómicas. Todo término sin variables puede
escribirse en la forma S”0. Entonces, por ejemplo,
S"0 = ra S>0
es verdadera sii n = m p. H
Por lo tanto, tenemos un procedimiento de decisión para
Th 91^. Sin embargo, en 1974, Michael Fischer y Michael Rabin
demostraron que para fórmulas muy extensas no hay un proce
dimiento de decisión lo suficientemente rápido como para que
se lleve a cabo en un “tiempo humano”.
Se dice que un conjunto D de números naturales es periódico
si existe un número positivo p tal que: n está en D sii n + p está
en D. D es finalmente periódico sii existen números positivos p
290 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
y M tales que, para todo n mayor que M, n está en D sii n -f p
está en D.
Teorema 32F Un conjunto de números naturales es definible
en (N; 0 ,S ,< , +) sii es finalmente periódico.
Demostración El ejercicio 1 afirma que todo conjunto final
mente periódico es definible. Veamos la implicación
contraria; supongamos que D es definible. Entonces D es
definible en mediante una fórmula sin cuantifica-
dorcs (cuya única variable es v\). Como la clase de los
conjuntos finalmente periódicos es cerrada bajo unión,
intersección y complemento, basta demostrar que toda
fórmula atómica del lenguaje de con v\ como úni
ca variable define un conjunto finalmente periódico. Se
tienen sólo cuatro posibilidades:
nv\ -f i = u,
nv\ + l < u,
u < nvi f f
nv\ + t = m-u,
donde u y i son numerales. Las dos primeras fórmulas
definen conjuntos finitos (que finalmente tienen perio
do 1), la tercera define un conjunto que tiene comple
mento finito, y la última define un conjunto periódico
con periodo m. H
Corolario 32G La relación de multiplicación
{ ( m ,n ,p ) |p = m •n en N}
no es definible en (N; 0, S, <, + ).
Demostración Si hubiera una definición de la multiplicación,
entonces podríamos usarla para definir el conjunto de
los números cuadrados. Pero dicho conjunto no es final
mente periódico. H
INDECIDIBILIDAD 291
Ejercicios
1. Demuestre que cualquier conjunto finalmente periódico
de números naturales es definible en la estructura DLt-
2. Demuestre que las siguientes relaciones son definibles en
la estructura (N; + ):
(a) Orden { ( m ,n) |m < n }.
(b) Cero. { 0 } .
(c) Sucesor \{m,n) |n = S (m)}.
3 . Sea 21 un modelo de T h 9t¿ (o, lo que es lo mismo, un
modelo de AL). Dados a y b en |2t|, definimos la siguiente
relación de equivalencia:
a~ b Sa puede aplicarse un número finito de
veces a a para alcanzar a b, o viceversa.
Sea [a] la clase de equivalencia a la que pertenece a.
Considérese el siguiente orden entre las clases de equi
valencia:
jo] -< [6] sii a <a b y a b
Demuestre que se trata de un orden bien definido para
el conjunto de las clases de equivalencia.
4. Demuestre que la teoría de los números reales con su or
den usual, Th (IR; < ) admite eliminación de cuantificado-
res. (Suponga que el lenguaje incluye la igualdad.)
3 . Una subteoría de la teoría de números
Ahora retomaremos el lenguaje completo de la teoría de nú
meros que se describió en la sección cero de este capítulo. Los
parámetros del lenguaje son V. 0, S, < , + , •y E. La estructura
propuesta para este lengua je es
t t = (N; 0,S,
En realidad, en (N\-,E) es posible definir { 0 } , S, < y +.
(Véase el ejercicio 1.) En la sección 8 de este capítulo demostra
remos que también en (N; + , •) es posible definir E, así como
292 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
0, S y <. Así que es posible ahorrarse algunos parámetros. Sin
embargo, nos daremos el lujo de trabajar con todos ellos (espe
cialmente con E) para simplificar algunas demostraciones.
Como veremos más adelante, Th 91 es una teoría muy fuerte
que no es ni decidible ni axiomatizable. El camino más adecua
do para demostrar estos resultados (junto con otros relaciona
dos) es concentrarse en una subteoría finitamente axiomatiza
ble de Th 91. Esta subteoría, como se señaló en la sección ce
ro de este capítulo, deberá ser lo suficientemente fuerte como
para poder representar (en un sentido que será precisado más
adelante) resultados sobre conjuntos decidibles. La subteoría
que hemos elegido es Cn A¿, donde A e es el siguiente conjunto
de enunciados. (Nótese que, como en la sección anterior, x < y
es la abreviación de x < y V x = y.)
Conjunto A e de axiomas
Vx Sx^¿ 0 (SI)
V xV y (Sx = Sy x = y) (S2)
V x Vy (x < Sy x < y) (L l)
Vx x¿ 0 (L2)
Vx Vy (x < y V x = y V y < x) (L3)
o
11
Vx (A l)
+
X
V x Vy x + Sy = S (x + y) (A2)
o
Vx (MI)
X
II
Vx V y x ■Sy = x •y + x (M2)
Vx xEO — SO (E l)
Vx Vy x E Sy = x E y •x (E2)
Como 91 es un modelo de A e , entonces CnA£ C Th91. Sin
embargo, en este caso no se tiene la igualdad (como proba
remos más adelante, en la sección 5). De hecho, se puede pro
bar que A e V~ S3, donde S3 es el enunciado Vy (y ^ 0 —>■3 x y =
Sx).
Los primeros cinco enunciados son algunos de los axiomas
relacionados con S y < que se utilizaron en las secciones ante
riores, aunque no todos. Los seis restantes son las ecuaciones
INDECIDIBILIDAD 293
“recursivas” que definen la suma, la multiplicación y la expo-
nenciación.
Lo primero que haremos es demostrar que algunos enun
ciados sencillos de Th 91 se pueden deducir a partir de A e -
Lema 33A (a) AE h Vx x $£ 0.
(b) Dado cualquier número natural k,
A e h V x ( x < Sw 0 ♦+ x = S°0 V •••V x = Sk0).
Nótese que (a) puede verse como el caso k = — 1 del inci
so (b), en el que la disyunción vacía es L. Este lema nos dice
que A e “sabe”, por ejemplo, que los números menores que 7
son exactamente 0, 1, 2, 3, 4, 5 y 6. De modo que en cualquier
modelo de A e , los elementos estándar —denotados por los nu
merales S^O— están ordenados de la manera usual, y (por L3)
todos los elementos infinitos, si es que los hay, son mayores que
cualquier elemento estándar.
Demostración El inciso (a) es L2. Para el inciso (b) utilizare
mos inducción (en español) sobre k. Como consecuencia
de L 1 tenemos;
x < S 0 f > x < 0 V x = 0,
que junto con L2 nos da
x < SO <-> x — 0.
Éste es el caso k — 0 del inciso (b). Para el paso inductivo
aplicamos, una vez más, L l:
x < S/í+10 o x < S/¡0 V x = S*0.
Usando la hipótesis de inducción, x < S;i0 puede susti
tuirse por
x = S°0 V ••- V x = S'^O ,
con lo que finalmente tendríamos (b). -j
Lemas 33B Para todo término t sin variables, existe un único
número natural n tal que
A e h t = Sn0. '
294 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Demostración La unicidad es inmediata. (¿Por qué? Porque
A e no es muy fuerte, pero al menos sabe, por SI, que 7
0 y que 87 f 80 recurriendo a S2 ochenta veces.) Para
demostrar la existencia utilizaremos inducción sobre t.
Si t es 0, entonces tomamos n — 0. Si / es Su, entonces,
por hipótesis de inducción Ae h « = Sm0 para alguna rn.
Por lo tanto, A e L t = Sm+I0.
Supongamos ahora que t es u\ + w>. Por hipótesis
de inducción A e l = Sm0 + S*’0 para algunas m y n.
Aplicamos ahora A 2 n veces y A l una vez para obtener
A e t* í = S ^ O . Los argumentos para la multiplicación
y la exponenciación son similares. ri
Como caso particular de este lema tenemos que “2 + 2 = 4 ”
(es decir, S20 + S20 = $ 40) es consecuencia de AE. Vemos en
tonces que A e es al menos lo suficientemente inteligente como
para determinar los términos sin var iables. De hecho, la demos
tración dice más, pues nos da las instrucciones exactas para
que, dado un término t sin variables, podamos encontrar el
único número n tal que A e h t — S”0.
Teorema 33C Para todo enunciado r s in c u a n t i f i c a d o r e s v e r
d a d e r o e n 91, A e L t .
Ejercicio 2 . Comience con los enunciados ató
D e m o s tra c ió n
micos; éstos serán de la forma ¿i = Í2 o t\ < ¿a, donde t\
y i? son términos sin variables. Demuestre que A ¿ prue
ba r si r es verdadero en 91 y que refuta r (es decir, que
prueba -i r) si r es falso en 91- H
Más adelante daremos una versión más amplia del teore
ma 33C en la que se permite que r tenga “cuantificadores aco
tados”; véase el teorema 331.
Simplificar la notación de la sustitución (como ya se hizo
en la sección 7 del capítulo II) será de gran utilidad en las
siguientes páginas:
<p(t) = V ?
¿2) =
y así sucesivamente. De modo que <p = <p(td) = Por lo
general, el termino sustituido será un numeral, por ejemplo:
INDECIDIBILIDAD 295
^ (S "0,S*0) = ( ^ 0)s¿o-
Sin embargo, en algunas casos también sustituiremos otro tipo
de términos; por ejemplo, p(x) — cp^1, donde x es una variable.
No obstante, si x no es sustituible por 1/1 en cp, entonces tene
mos que tomar ip{x) — , donde ib es una variante alf abética
adecuada de <p.
En la demostración del siguiente corolario (así como en
otras partes de este capítulo) usaremos la consecuencia del
lema de sustitución de la sección 5 del capítulo II: para toda
fórmula p en la que al menos i>3, . . . ,vn ocurren libres y para
todo número naturalOj, . . . ,a n,
Hn ■- - >«»)] ^ (Stt,0 , . . . , Sfl,‘0).
Una fórmula existencial (3i) es una fórmula de la forma
3 *1 •• - 3 x1- 0 , donde 9 carece de cuantificadores. El siguiente
resultado es una versión más fuerte del teorema 33C:
Corolario 33D Si r es un enunciado existencial verdadero
en 91, entonces A¡¡ b r.
Demostración Si 3 3 z»29 es verdadero en 91, entonces 0(SmO,
S”0) es verdadero en 91 para algunos números natura
les m y n. Este último es un enunciado verdadero sin
cuantificadores, así que es dcducible a partir de A e , pero
además implica lógicamente 3 zu 3 v<¿ 9.
Por otro lado, sabemos que hay enunciados universales (V;)
verdaderos (es decir, de la forma V xi •••Vx/¡ 0, con 9 sin cuan-
tiíicadores) que no están en Cnylf.
Relaciones representables
Sea R una relación w-aria sobre N; es decir, R C N”1. Sabemos
que una fórmula p (en la que v i , . . . , vmocurren libres) define R
en 9T sii para toda <2] , . . . , en N,
(¿Zlj . . . j dm) 6 R «-(=0í P^ai,. . . , o*j]
&\=m p{SC10 , . . . , S M ) ) .
(L a última condición es equivalente a la anterior por el lema
de sustitución.) Podemos reescribir esto último mediante dos
implicaciones:
296 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
( a i , . . . , a n) e R = $ > f=<xp(Sai0 , . . . , S ° " 0 ) ,
(ai, ■■■ , a m) £ R = > ^ p ( S a,0 , . . . , S a"0 ).
Diremos que p también representa R en la teoría CnA£ si, en
estas dos últimas implicaciones, la noción de verdad en 01 pue
de sustituirse por la noción más fuerte de deducción a partir
de Afc.
De manera más general, sea T cualquier teoría en un lengua
je con 0 y S. Entonces p representa R en T sii para toda cu - . . , a m
enN :
(fli, - - -, <*■) € R =►p(SD<0,. . . . S*»0) 6 T,
( a i , . . . , a m) Í R ^ ( ^ p ( S»'01. . . , S a-0)) £ T.
Por ejemplo, p representa R en la teoría Th 01 sii p define
R en 01. Pero p representa R en Cn Ae sii para toda a i , . . . , a m
en 91:
{fli. - ■., om) £ R =►A e Hp(SSi0 , . . . , S^O),
<fli. . . . , a m) £ R = > A E \~^ p {S “' 0 , . . . , S^O).
L a relación de igualdad en N, por ejemplo, está representada
en CnA £ por la fórmula v\ = v% ya que
m = n ^ h S " ‘0 - S n0
m = P n = > { 5 1 , 5 2 } h ^ S m0 = Sn0.
Una relación es represerttable en T sii existe alguna fórmula que
la representa en T.
Comparemos el concepto de representabilidad con el de de-
finibilidad. En ambos casos estamos, de alguna manera, descri
biendo relaciones entre números naturales a través de fórmu
las. En el caso de la definibilidad, nos preguntamos acerca de la
verdad de los enunciados en la interpretación, mientras que, en
el caso de la representabilidad cn Cn.4£, nos preguntamos más
bien si los enunciados son deducMes a partir de los axiomas.
Decimos que una fórmula <p, con v\,. . . ,v m como únicas
variables libres, está numeralmente determinada por Ap sii para
toda m-ada a i, . . . , a m de números naturales, o bien
A£ h<p{SOl0 .........S^O)
INDECIDIBILIDAD 297
o bien
A%\---- Mp(Sai0 , . . . , Sa,"0)
Teorema 33E Una fórmula p representa una relación R en
CnA s sii
(1 ) p está numeralmente determinada por A e , y
(2) p define R en 9T.
Demostración Usaremos el hecho de que 9T es modelo de A e .
Si p representa R en CnA£ , entonces está claro que te
nemos (1). El inciso (2) se desprende de que “As h”
implica que A la inversa, si ( 1 ) y (2) son ciertos,
entonces tenemos que
{ai,. . . , O 6 R => K ? P(S“ 0 , . . . , S^O) por (2)
=> A e ^ -ip(Sai0 , . . . ,Sa"0 ) pues 91 es
un modelo
d eA £
=í- A e I- p(SOl0 , . . . , Sa”0) por (1).
Se puede obtener el resultado análogo para el comple
mento de R y -i p. H
La tesis de Church
Ahora nos concentraremos en la relación que hay entre los
conceptos de representabilidad y decidibilidad.
‘ Teorema 33F Supongamos que R es una relación represen
table en una teoría consistente y axiomatizable, entonces
R es dccidible.
Demostración Supongamos que p representa R en una teoría
consistente y axiomatizable T. Recuérdese que T es efec
tivamente numerable (corolario 25F). El procedimiento
de decisión es el siguiente:
Dados a \ , . . . ,a m, enumeremos los elementos de T. Si
p(Sai0 , . . . ,S “”0) se encuentra en algún lugar de la lista,
entonces terminamos y ( a i , . . . ,a m) € R. Si, en cambio,
en la lista se encuentra ->p(Sa‘ 0 , . . . ,S °"0), entonces ter
minamos y ( a i , . . . , am) ^ R.
298 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Gracias a la representabilidad sabemos que alguno de
estos dos enunciados debe aparecer en algún momento
en la lista, por lo que tenemos garantizado que el pro
cedimiento termina. Como T es consistente, entonces el
resultado que arroja este procedimiento es correcto. H
'Corolario 33G Toda relación representable en una teoría
consistente y finitamente axiomatizable es decidible.
Parecería natural preguntarse qué sucede con el inverso de
este corolario. Lo que diremos es que no podemos pretender
demostrar el inverso de este corolario basándonos en la noción
informal de dccidibilidad que hemos manejado hasta ahora,
pues esta aproximación sólo nos sirve para dar una cota in
ferior de la clase de las relaciones dccidiblcs (es decir, para
demostrar que ciertas relaciones son dccidiblcs), pero no es
adecuada para dar colas superiores (es decir, para mostrar ín-
decidibilidad).
No obstante, es posible ofrecer argumentos a favor del in
verso de este corolario, pero será más fácil hacerlo al final de
la sección 4 de este capítulo. La idea intuitiva es que en un nú
mero finito de axiomas podríamos capturar las instrucciones
(finitas) del procedimiento de decisión.
La afirmación de que este corolario junto con su inverso son
ciertos es lo que comúnmente se conoce como la tesis de Church.
En realidad, esta afirmación no es un enunciado matemático
susceptible de prueba o refutación; más bien se trata de una
postura matemática que propone que la manera más adecuada
de formalizar la noción informal de dccidibilidad es mediante
la noción de representabilidad en teorías consistentes y finita
mente axiomatizables.
Una relación R sobre números naturales es recursi
D e fin ic ió n
va sii es representable en alguna teoría consistente fini
tamente axiomatizable (en un lenguaje con 0 y S).
La tesis de Church se puede expresar de manera más sucin
ta: una relación es decidible sii es recursiva. Dicho con mayor
precisión: el concepto de rccursión es la versión correcta y pre
cisa del concepto informal de decidibilidad. Esta situación es
INDECIDIBILIDAD 299
análoga al caso de las funciones continuas dentro del cálculo.
Intuitivamente decimos que una función es continua (defi nida
en un intervalo) si su gráfica puede dibujarse sin levantar el
lápiz del papel; sin embargo, para demostrar teoremas es nece
sario dar una versión formal de continuidad, así que solemos
trabajar con la definición £-5 de continuidad. Cabe preguntar
se, empero, si la definición precisa £-5 de continuidad corres
ponde verdaderamente a la idea intuitiva de continuidad. En
realidad, la clase de funciones £ - 6 continuas es bastante más
amplia e incluye funciones que no son diferenciables en nin
guna parte, cuyas gráficas no pueden trazarse sin levantar el
lápiz. Pero, corresponda o no a la idea intuitiva, la clase de las
funciones continuas ha resultado ser muy natural e impor
tante en el análisis matemático.
El caso de la recursividad es bastante similar, así que de
beríamos preguntarnos si la noción precisa de recursividad es
la íbrmalización adecuada de la noción informal de decidibi-
lidad. Un vez más, la clase bien definida de las relaciones re
cursivas parece ser muy amplia, pues incluye relaciones para
las que cualquier procedimiento de decisión requeriría tantos
cálculos y tanta memoria que sería absurdo intentar realizarlo.
Podríamos decir, entonces, que recursividad corresponde a de-
cidibilidad en un mundo ideal en el que la cantidad de cálculos
y la memoria que se ocupan no son un problema. Como sea,
también en este caso la clase de las relaciones recursivas ha
resultado ser una clase muy natural c importante dentro de la
lógica matemática.
A continuación ofreceremos algunos argumentos empíricos
para mostrar la amplitud de la clase de las relaciones recur
sivas:
1. Hasta ahora, toda relación que los matemáticos han intui
do que es decidible ha resultado ser recursiva.
2. Varias personas han intentado dar definiciones precisas
de máquinas computacionales ideales para realizar cálculos.
Las más conocidas son las “máquinas de Turing”, presentadas
por Alan Turing en 1936. (Una variante de la idea de Turing
nos lleva a las máquinas registradoras que se describen en la
sección 6 de este capítulo.) La idea ha sido concebir algo que
300 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
pueda realizar cualquier procedimiento efectivo de decisión.
En todos los casos, la clase de las relaciones que tienen un
proceso de decisión ejecutable con alguna de estas máquinas
corresponde a la clase de las relaciones recursivas. (La impor
tancia del análisis de Turing sobre la calculabilidad efectiva
hace que a la tesis de Church muchas veces se la denomine
la tesis de Church-Turing.)
El hecho de que se hayan encontrado tantas definiciones
distintas (aunque equivalentes) de la clase de las relaciones re
cursivas es un indicador de lo natural e importante que resulta
dicJio concepto.
En este libro seguiremos excluyendo la noción intuitiva de
decidibilidad en los teoremas sin asterisco; pero en el resto
de la exposición aceptaremos la tesis de Church. Por ejemplo,
diremos que un conjunto es indecidible cuando tengamos un
teorema que afirme que no es recursivo.
Es evidente que toda relación representable en C nA s es re-
cursiva. Más adelante probaremos que el inverso también se
cumple: si una relación es representable en cualquier teoría
consistente y finitamente axiomatizable, entonces es represen
table en la teoría que hemos elegido estudiar, (Por supuesto,
este resultado determinó en parte nuestra elección,)
El uso de la palabra “recursiva” es, en este caso, resultado de
un accidente histórico, por no decir que de un error histórico.
Recientemente, varios matemáticos han dicho que la palabra
“calculable” refleja mejor las ideas involucradas; no obstante,
nosotros queremos reservar la palabra “calculable” para otro
concepto informal que definiremos a continuación. Así como
para el caso de las relaciones tenemos el concepto informal de
decidibilidad, para el caso de las funciones tenemos el concep
to de calculabilidad. (Como una forma de simplificar la nota
ción escribiremos a, en lugar de a\,. . . , a n.)
^Definición Una función / : N71 —> N es calcidable. sii existe un
procedimiento efectivo tal que, dada cualquier w-ada a
de números naturales, nos da / (a) .
Por ejemplo, la suma y la multiplicación son calculables. Al
gunos procedimientos efectivos para estas funciones, usando
IN'DECIDIBILIDAD 301
base 10, se enseñan en las escuelas primarias. (Si quisiéramos
ser muy rigurosos en nuestra definición, en lugar de hablar de
números naturales dados, tendríamos que hablar de numerales,
pues son los numerales —sucesiones de símbolos como la terna
317 o la terna XCI— los que pueden expresarse mediante el
lengutye; sin embargo, haremos caso omiso de este detalle.)
Por otro lado, dentro del conjunto no numerable de funcio
nes de N” en N, sólo hay una cantidad numerable de funciones
calculables, pues sólo hay una cantidad numerable de procedi
mientos efectivos.
Como en el caso de las relaciones decidibles, quisiéramos
dar la versión formal del concepto de calculabilidad. La clave
para encontrar la versión correcta nos la da el siguiente teore
ma. Recuérdese que cualquier función / : N” —> N es también
una relación (n + l)-aria sobre N:
(íZl, •. •yC,n> ó) £ f S r f (¿Z1, * ••, a,-¿) = b-
Durante algún tiempo fue común distinguir entre la función
y la relación (que se conocía como la gráfica de la función).
Hoy en día, dentro de la teoría de conjuntos, se considera lo
mismo una función que su gráfica, pero en realidad seguimos
teniendo dos formas distintas de pensar una función.
‘Teorema 33H Las siguientes tres propiedades de una fun
ción / : Nn —> N son equivalentes:
(a) / es calculable
(b) Vista como relación, / es decidibíe.
(c) Vista como relación, f es efectivamente nume
rable.
Demostración (a) (b): Supongamos que / es calculable;
entonces describiremos el procedimiento de decisión.
Dada ( a i , . . . , an, b), primero calculamos / ( a i , . . . , a®);
después vemos si el resultado es igual a b■ Si lo es, en
tonces decimos “sí”; si no lo es, decimos “no”.
(b) rí- (c): Cualquier relación decidióle es efectiva
mente numerable, ya que es posible listar los elementos
del conjunto de todas las (n + l)-adas de números y
30 2 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A I.A LÓGICA
hacer una sublista de las que pasan la prueba de perte
nencia a la relación.
(c) -?• (a): Supongamos que tenemos una enumera
ción efectiva de (la gráfica de) f Para calcular f ( a \.. . . ,
an) examinamos la lista de las (n + l)-adas de / has
ta que encontremos la que comienza con a \ , . . . , a n- La
última componente de dicha (n + l)-ada será el valor
buscado de la función. H
Por lo tanto, usando la tesis de Church, podemos decir que
/ es calculable sii / (vista como relación) es recursiva. La clase
de las funciones recursivas, además de ser importante por su
conexión con los teoremas de incompletud de la lógica mate
mática, es una clase muy interesante. Constituye una cota su
perior de la clase de las funciones que realmente pueden ser
calculadas mediante programas para computadoras digitales.
Las funciones recursivas son aquellas que son calculables me
diante una computadora digital, siempre y cuando hagamos
caso omiso de las limitaciones prácticas de tiempo y memoria
que requieren los cálculos.
Ahora podemos decir cuáles son nuestros planes para las
siguientes dos secciones. Nuestra meta principal es obtener los
teoremas de la sección 5 de este capítulo; sin embargo, antes de
demostrar los teoremas, es necesario obtener algunos resulta
dos que servirán de base para las demostraciones: necesitamos
verificar que un conjunto de relaciones (intuitivamente decidi-
bles) y de funciones (intuitivamente calculables) son represen
tables en Cn AE y, por lo tanto, son recursivas. Sobre la marcha
demostraremos (teorema 34A) que la recursividad es equiva
lente a la representabilidad en Cn Ag. En lo que queda de es
ta sección presentaremos algunos resultados generales sobre
representabilidad. Además demostraremos, por ejemplo, que
ciertas funciones que codifican sucesiones finitas de números
mediante números son representables. En la sección 4 de este
capitulo aplicaremos estos resultados a relaciones y funciones
vinculadas a las características sintácticas del lenguaje formal.
El autor es consciente de que muchos lectores estarán más
interesados en los teoremas de la sección 5 de este capítulo que
en el trabajo preparatorio. Si el lector está dispuesto a aceptar
INDECIDÍBILIDAD 303
que las relaciones intuitivamente decidibles son representables
en CnA¿T y que las funciones intuitivamente calculables son
funcionalmente representabas en C nA ¿ (noción que pronto
definiremos), entonces no será necesaria prácticamente ningu
na, sino es que ninguna de las pruebas de los preparativos.
No obstante, es deseable que se revisen las definiciones y los
enunciados de los resultados previos.
Fórmulas numeralmente determinadas
El teorema 33E nos dice que podemos demostrar que una re
lación es representable en Cn AE si encontramos una fórmu
la que la defina en *Tt y que esté numeralmente determinada
por AE. El siguiente teorema se refiere a la determinación nu
meral.
Teorema 331 (a) Toda fórmula atómica está numeralmente
determinada por A e -
(b) Si <p y tp están numeralmente determinadas por
A e , entonces <p y tp —} ip también lo están.
(c) Si <p está numeralmente determinada por A¿-, en
tonces también lo están las siguientes fórmulas (que se
obtienen a partir de (p mediante la “cuantificación aco
tada”):
Vx (x < y -)• (p),
3 x ( x < y A (p).
Demostración El inciso (a) se sigue del teorema 33C y el inci
so (b) es fácil de probar; así que sólo queda demostrar
el inciso (c). Consideremos una fórmula del tipo
3 x ( x < y A(p{x,y,z))
donde y y z son variables libres. Consideremos dos nú
meros naturales a y b; tenemos que demostrar que o
bien
A e h 3 x (* < S “0 A <p(x, S °0 , S * 0 ))
o bien
A e h -> 3 x (* < S a0 A </>(*, S a0 , S * 0 )) .
304 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Caso 1; Para alguna c menor que a,
ÁE H v>(Sí0,S a0,S í 0). ( 1)
(Este caso ocurre sii 3 x (x < Sfl0 A <p(xt Sfl0, S*0)) es ver
dadero en Oí.) También tenemos
A e h Sc0 < SG0. (2)
Los enunciados (1) y (2) implican lógicamente el siguien
te enunciado:
3 * ( * < Sa0 A ip(x, S“0, S^O)).
Caso 2: Para toda c menor que a,
A£ h - . íp(S*0tS“O,S40). (3)
(Este caso ocurre s i i V x ( x < S“0 —>• -i (p(x, Sfl0, S*0)) es
verdadero en Oí.) Por el lema 33A sabemos que
Ag h V x (x < Sü0 —> x = s°oy ■■■ y x — S ^ O ). (4)
El enunciado (4) junto con los enunciados incluidos
en (3) (para c = 0 , . . . , a — 1) implican lógicamente que
V x (je < S°0 -s- -»<p{x, Sfl0, S*0)).
L o que es equivalente a
3 x ( x < Sc0 A <p(x, Sü0, S*0)).
Esto demuestra que 3 x ( x < y A <p{x,y,z)) está nu
meralmente determinada por Ag. Si aplicamos este re
sultado a -i <p, tenemos que la fórmula dual Vx(x <
y —$• <p(x, y, z)) también está numeralmente determinada
por Ae . d
El argumento para el caso 2 es válido porque el cuantifica-
dor en * está acotado por Sa0. Más adelante veremos que es
posible que
-^t¿(S°0),-.t/)(S10)J . . .
INDECIDIBILIDAD 305
sean todas consecuencias de Ag y que, sin embargo, no se tenga
V x—i
como consecuencia de Ag.
El teorema anterior resulta ser una herramienta muy útil
para demostrar que diversas relaciones son representadles en
CnAg. Por ejemplo, el conjunto de los números primos está
representado por
S1!) < » i A V x (j : < v\ —>
■y y (y < v\ —* x - y f v i ) ) .
Esta fórmula que define los números primos en 01, por el teo
rema anterior, está numeralmcntc determinada por Ag. Por lo
tanto, esta fórmula representa a los números primos en CnAg.
Funciones representables
Por lo general resulta más conveniente trabajar con funciones
que con relaciones. Así pues, sea / : Nffi —> N una función
de /«-variables sobre los números naturales. Decimos que una
fórmula <p, donde v \ , . v m+i son las únicas variables libres,
representa funcionalmente a / (en la teoría CnAg) sii para toda
ai, ■■■, flm en N,
Ag h y v m +1 [^(Sai0........ Sfl" 0 , * w i ) ++ = S '^ '- ^ O ] .
(Nótese que la mitad “f - ” de este enunciado es equivalente
a <^(Sai0 , . . . , S^O, s ^ ai,""a”*)0), La otra mitad >” agrega la
unicidad.)
Teorema 33J Si
<p representa funcionalmente a / en CnAg,
entonces también representa a / (como relación) en
CnAg,
Demostración para el caso en que m = 1. Como tp representa
funcionalmente a f, entonces, para toda b\
Ag h <p(Sa0, Sé0) O Sé0 = S ^ s)0.
Si (a, b) £ f es decir, si / (a) = b, entonces el lado dere
cho de esta doble implicación es válida y tenemos que
Ag h ^ (S a0,S é0).
306 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
En caso contrario, tenemos entonces que el lado dere
cho del bicondicional es refutable a partir de A£ (es de
cir, su negación es deducible) y entonces
A£ b - . V)(Sa0,Si 0). H
El inverso de este t eorema es falso; sin embargo, podemos
hacer un cambio en la fórmula:
Teorema 33K Sea / una función sobre N representable (como
relación) en CnA£. Entonces podemos encontrar una
fórmula <p que represente funcionalmente a f en Cn A£ .
Demostración Para simplificar la notación supondremos que
/ es una función de una variable sobre N. El enunciado
deseado.
Vl>2 [íp(Sa0,t>2) - S-na)0],
es equivalente a la conjunción de los siguientes dos
enunciados
tp(Sfl0,S/ífl)0) (1)
V a ^ S ^ O ,^ ) = S/(a)0], (2)
El enunciado (1) es teorema de A£ siempre que <p re
presente a f. El enunciado (2) se refiere a la unicidad.
Debemos construir ip de tal modo que este enunciado
también sea teorema de A£.
Sea 9 una f órmula que represente a / (como relación
binaria) y sea <p
8 { v i ,V2 ) A Vz(z < V2 ~>9{v\,z)).
Entonces podemos reescribir (2) de la siguiente manera:
Ví>2(0(s°o, v2) AVz(z < -> -i0 (S aO,z))
Para demostrar que esto es un teorema de A£ , está claro
que basta demostrar que
A e u {0(SaO,z>2), V z (z < ! ' 2 - i #(Sa0,z))} h !)2 = s ^ a)0.
in d e c i d i b i l i d a d 307
Llamemos F a este conjunto de hipótesis (a la izquierda
de "f-"). Puesto que L3 € A El basta demostrar que:
T h ^ ííS ^ O (3)
y
r i- s^°>o * (4)
Obtener (4) es muy fácil, pues el último miembro de T
nos garantiza que
S/(o)0 < ir2 -j. -i#(Sa0, S^^-O)
y nosotros sabemos que
A£ b(?(SaÜ,S/ía>0). (5)
Para obtener (3) primero hay que observar que de AE se
desprenden los siguientes teoremas,
v2 < S ^ O ^ v2 = S°0 V •••V v2 = S /w~10 (6)
- 0 ( S CO,S*O) para 6 = 0 , . . . ,/(<z) — 1. (7)
Las formulas (6) y (7) implican la f órmula
v3 < S^(a)0 -+ -.e (S “0. » 2j- (8)
Pero como l9(Sa0, v?) € I\ entonces tenemos (3).
Esto demuestra que (2) es un teorema de A e ; (5) y
(8) demuestran que (1) también es teorema de AE. H
Lo siguiente es demostrar que algunas funciones básicas son
representables (en CnA¿) y que la clase de las funciones repre
sentadles es cerrada bajo ciertas operaciones entre funciones.
A lo largo de esta sección nos referiremos a las funciones o re
laciones representadles en la teoría C n A E simplemente como
funciones o relaciones representables, omitiendo, por lo gene
ral, la frase “en la teoría CnAj?”.
308 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
En los casos más sencillos, una función m-aria puede ser
representada por una ecuación:
- t.
En realidad, cualquier ecuación de este tipo define en Oí una
función m-aria / , siempre y cuando las variables de t estén entre
las variables xq,. . . , Vm- (El valor de f en ( a ls. . . , atn) es el nú
mero asignado a t en 01, cuando a v, se le asigna a¿, 1 < i < m.)
Además, sabemos que toda ecuación está numeralmente deter
minada por Ag, por lo que la ecuación representa a / como re
lación. De hecho, incluso representa funcionalmente a f , pues
el enunciado
V»m+i K + i - í í S ^O. - .^ S^ O) o = S ^ ° ‘....““>0]
es lógicamente equivalente a
í(Sfl,0 , . . . , S a"0) = S / (a'’ '“^O,
que es un enunciado sin cuantificadores verdadero en 01. (En
este caso, t [u \,. . . , um) es el término que se obtiene al sustituir
tq por U\, v2 por « 2, etc.) Por ejemplo:
1. La función sucesor está (funcionalmente) representada
por la ecuación
v2 = Srq
2. Toda función constante es representable. La función
m-aria cuyo valor constante es b está representada por la ecua
ción
*Wi = sÉo.
3. La función proyección (con 1 < i < m)
* ' •> a{
está representada por la ecuación
tW l = vi-
INDECIDIBILIDAD 309
4. La suma, el producto y la exponenciación están represen
tadas por las ecuaciones
V3 = v i + V2,
V3 = Vi- V2,
VS — Vi E V2,
respectivamente.
Estos ejemplos no deben engañar al lector, pues no toda
función es representable mediante una ecuación.
Lo siguiente será demostrar que la familia de las funciones
representables es cerrada bajo composición. Para simplificar la
notación, supondremos que / es una función de una variable
en N tal que
/ ( a ) = g (A i ( a ) , A 2(o))-
Supongamos que g está funcionalmente representada por </>
y por 9,. Entonces, para representar J parece razonable to
mar o bien
Vyi Vy2(0 i(fi,y i) O ^ v ^ y ? ) ->• ^2))
o bien
3y i 3 y 2(8i(vi,yi) A
(Piense que ii>{y\,y2, v2) es la fórmula que dice “g ( } ’i , y2) —
v i ’ y piense también que l91(t»i. y¿) es la fórmula que dice
“h¿(vi) = y¡”. Por lo tanto, la primera fórmula se puede tradu
cir como “Para toda y1, y 2) si Ai (t»i) = >'i y ^2(^1) = y2»entonces
g (y 1, J 2) = v2." La segunda fórmula se traduce como “Existen
>’i,>’2 tales que Ai(t»i) = y i y A 2(t»i) = >'2 Y v?(^1.^2) = « 2." Cual
quiera de las dos sirve para decir que “g'(Ai(í'i), A2(r'i)) — v2’\
Nótese que se tienen dos opciones, porque cuando algo es úni
co, se puede anteponer indistintamente uno u otro cuantifi-
cador.)
Cualquiera de estas dos fórmulas funciona para representar
a / . Digamos que es
V_)’i Vy2(0 i(ü i,y i) 0 9 (»i,y 2) ->• t p ( y i , y % , V 2 } ) -
310 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
T o m e m o s u n n ú m e r o n a tu r a l a; e n to n c e s t e n e m o s
Vi*M S*'<o)0,S**(a)Q, 1/2 ) ^ v2 = S ^ O ]. (1)
Vyi[0i(S'O,, ! ) « > ! - S4*(a>0]. (2)
Vj>?[fc(S‘ 0í j s) o >s = S«-J0]. (3)
N o s o t r o s q u is ié r a m o s te n e r
Vws(¥>(S“0, t u ) * * Vi = S ^ O ) , (4 )
es decir,
Vi>2(V}-i V>'2l01(SflO,;h) - * 0 2{S a0,y2) \b(yi,y2,vz)]
* * v 2 = S - ^ 0). 1
Pero (1), (2) y (3) implican (4). En el ejercicio 4 scp id e allector
que lo verifique.
El siguiente teorema generaliza esto.
Teorema 33L Sea g una función de «variables, sean Ai,. ..,h„
funciones de m variables y / una función definida de la
siguiente manera:
/ ( a i . • • •>Qvi) — g ( Á l ( f l l t . . .; fl mj j . . - , , ., <2m) ) .
A partir de fórmulas que representen fúncionalmente
a g y Ai,. , . , Aa, podemos encontrar una fórmula que
represente fúncionalmente a f.
La prueba que presentamos antes se refiere tan sólo al caso
en el que m = 1 y n — 2, Sin embargo, el caso general se
prueba exactamente de la misma manera.
Para el caso en que tengamos una función del tipo
f{ci,b) = g { h (a ) , b) ,
basta notar que
/(«> b) = g { h ( l f { a , ¿>)),/f(a, b)).
Se puede aplicar el teorema anterior dos veces para demos
trar que f es representable (suponiendo, claro está, que g y A
lo son).
INDECIDIBILIDAD 311
Para simplificar 1a discusión sobre funciones con un núme
ro arbitrario de variables, utilizaremos la notación vectorial.
Por ejemplo, la ecuación del teorema anterior puede escribirse
como
f(a) = ■ ■; K { a ) ) -
Otra propiedad de cerradura importante de la clase de las fun
ciones representabas en CnA# es que también es cerrada bajo
el operador “mínimo cero ”.
Teorema 33M Supongamos que la función g de (m + 1) va
riables es representable y que para toda existe
una b tal que
g { a i,. •.,am,b) = 0.
Entonces podemos encontrar una fórmula que represen
te a la función m-aria / tal que
f ( a i ¡ . . a,n) = la mínima b tal que g{a\, . . . , avl¡ b) — 0.
(Esta ultima ecuación podría escribirse usando notación vec
torial:
/ (a) — la mínima b tal que g(a, b) = 0.
La notación convencional para el operador mínimo cero es
f { a ) = fj,b[g{a,b) = 0]
y a tal operador generalmente se lo conoce com o el “opera
d o r ^ ”.)
Demostración Tomaremos m — 1 para simplificar la notación;
entonces
f(a) — b sii g(a,b) = 0 y para toda c < b, g{a, c) / 0.
Si 'i¡> representa a g, entonces podemos obtener una
fórmula que represente a / (como relación) simplemen
te formalizando el lado derecho de la equivalencia an
terior:
ifr(vi , V 2 , 0 ) A y y (y < v2 - ¥ - i é ( v i , y , Q ) ) .
312 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Esta fórmula define (la gráfica de) / y está determinada
numeralmente por A e • H
Un catálogo
Ahora construiremos un repertorio de funciones y relaciones
representables (en Cn A¿) que incluirá, en particular, f unciones
para codificar y decodificar sucesiones de números.
0. Como consecuencia del teorema 331, toda relación que
tenga (en 71) una definición sin cuantificadores es representa
ble. También sabemos que la clase de las relaciones represen
tables es cerrada bajo uniones, intersecciones y complementos.
Por otro lado, si R es representable, entonces también lo son
{ ( a i , . - - >am,b) |para to d a c < b, (a\>... , a m,c) 6 R}
y
{ ( a i , . . . , a m, b) |para alguna c < b, (ah . . . , a m, c ) € i?}.
Por ejemplo, toda relación finita tiene una definición sin cuan
tificadores, al igual que la relación de orden.
1. Una relación R es representable sii su función caracte
rística K¡f lo es. ( K r es la función tal que si a €. R, entonces
K R(a) — 1 y, si no, entonces K ¡ 0 ) = 0 . )
Demostración (-*=) Supongamos que R e s una relación uñaría
(es decir, un subconjunto de N) y que K R está represen
tada por ?/>(»!, 1*2). Afirmamos que '¡/'(jjdSO) representa
a R, pues define a R y está numeralmente determinada
por Ae .
( ^ ) Supongamos que </?(z>i) representa a R. Entonces
M ® i ) A í >2 = SO) V (-><¿>(»i) A 1»9 = o)
representa a (la gráfica de) K r por la misma razón ex
puesta en el párrafo anterior. (De hecho, esta fórmula
incluso representa funcionalmente a K r , como el lector
puede comprobarlo.) H
2. Si R es una relación binaria representable y J ] g son fun-
'ciones representables, entoncesi
iS I ( f ( a ) , g { a ) ) G R}
ín d e c i d i b i l i d a d 313
es representable. Esto también se cumple para una relación
m-aria R y funciones f i , . ■., f m.
Demostración Su función característica evaluada en a es igual
a Kfi (f( a)1g(S)). Por lo tanto, se obtiene por composi
ción a partir de funciones representables. H
Por ejemplo, supongamos que R es una relación ternaria
representable. Entonces
{ ( x .3’> i b , x >x ) e R }
es representable, ya que se puede ver como
{(*,>’> I (I! ( x . y ) , l h x , y ) J ! ( x , y ) ) € i ? } .
Vemos, entonces, que una relación representable se puede des
cribir repitiendo y reordenando las variables.
3. Si R es una relación binaria representable, entonces tam
bién lo es
P = {(a , b) |para alguna c < b, (a,c) € R } .
Demostración A partir del inciso 0 de nuestro catálogo tene
mos que si
Q — {{a, b) |para alguna c < b,(a,c) € R},
entonces Q es representable. Por otro lado,
(a, b) e P<& (a, S{b)) 6 Q
4* ( l K a>b)>S(l2(a,b))) € Q.
Así que, por el inciso 2 de nuestro catálogo, tenemos que
P es representable. H
Más generalmente, si R es una relación representable (m +
l)-aria, entonces
{ ( a i , . . . , am, b) |para alguna c < b,(au ■■■, a m,c) € R}
también es representable. En notación vectorial, esta relación
sería
{(a , b ) |para alguna c < b, {a, c) € R}.
314 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
De manera análoga tenemos que
{ { a , ¿} |para toda c < b, (a, c) G R}
es representable.
4, La relación de divisibilidad
{(a, b) |a divide a é e n K }
es representable.
Demostración a divide a b sii existe q tal que q < by a ■q = b.
Como {(a, b,q) \a ■q — 6} tiene una definición sin cuan-
tificadores, entonces es representable. Recurriendo a los
incisos ya expuestos en nuestro catálogo, podemos lle
gar a que la relación de divisibilidad es reprcscntable.
(En particular, del inciso 3 del catálogo tenemos la re-
presentabilidad de
R = {{a, b, c) |para alguna q < c, a ■q — b}
donde a divide a b sii (a, b, b) G R.) d
5. El conjunto de los números primos es representable.
6- El conjunto de los pares de primos consecutivos es reprc-
sentable.
Demostración (a, b) es un par de primos consecutivos sii a es
primo, b es primo, a < b y no existe un primo c tal que
a < c y c. < b. La parte derecha de esta equivalencia se
puede formalizar mediante una fórmula numeralmente
determinada. H
Nótese (pues esto será importante en la sección 8 de este
capítulo) que hasta ahora no hemos usado el hecho de que la
cxponenciación es representable.
Confórme avanzamos en la construcción del catálogo queda
claro que lo que en realidad estamos haciendo es construir un
“lenguaje” L que nos garantice que cualquier cosa (una fun
ción, una relación) que sea ^-definible (en (K) será representa
ble en nuestra teoría. Así que el teorema 331 nos dice que (a) las
INDECIDIBlLlDAD 315
fórmulas atómicas están permitidas en C, (b) los conectivos es
tán permitidos, y (c) se pueden usar los cuantiflcadores acota
dos. (En general, los cuantificadores no acotados no están per
mitidos.) Nuestro catálogo va introduciendo gradualmente, en
el lenguaje £ , nuevos símbolos de predicado y de función. Por
ejemplo, el inciso 6 del catálogo introduce el símbolo de predi
cado binario “consecutividad de primos”, y el inciso 7 introdu
cirá un símbolo de función para la función “enumeración de
los primos”. El uso de estos símbolos de función dentro de las
expresiones del lenguaje C está justificado por el teorema 33L.
7. La función cuyo valor en a es pa, el primo (a + l)-ésimo,
es represcnlable. (Así, po = 2, p\ — 3, p 2 = 5 , ps = 7, p 4 = 11,
y así sucesivamente.)
Demostración pa = h sii b es primo y existe una c < ba tal que
(i)-(iii) son válidos:
(i) 2 no divide a c.
(ii) Para toda q < b y r < b, si es un par de
primos consecutivos, entonces para toda j < c,
qJ divide a c <í=> ?ji+1 divide a c.
(iii) ba divide a c y 63+1 no.
Esta equivalencia no es obvia, pero al menos está cla
ro que la relación definida por la parte derecha es repre
sentable. Para comprobar que la equivalencia es cierta,
conviene primero notar que si p a = b, entonces pode
mos tomar
Es fácil verificar que este valor de c cumple todas las
condiciones. A la inversa, supongamos que c es un nú
mero que cumple las condiciones (i)—(iii). Afirmamos
que c debe ser
2o •3 1 - . . . •ba •la pot encía de primos más grandes.
Por (i) está claro que el exponente de 2 en c es 0. Para los
exponentes de los primos entre 2 y b podemos basarnos
316 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
en (ii). Por (iii), el exponente de b es a, así que b debe ser
el (a + l)-ésimo primo, pa. ~\
Esta función será muy útil para codificar sucesiones finitas
de números por medio de un solo número. Sea
(a o ,...,a n)
= n p t +1-
Esto también es válido para m — —1. Definimos { ) = 1. Por
ejemplo,
(2,1) = 23 32 = 72.
La idea es que 72 codifica únicamente el par (2,1).
Existen otras maneras de codificar pares de números y su
cesiones finitas de números. En la sección 8 de este capítulo
usaremos la función de pareo
J ( a , b ) = l [ ( a + b f + Sa + bl
que tiene la ventaja de crecer polinomialmente, a diferencia de
2a+i3*+i, cuyo crecimiento es considerablemente más rápido.
A continuación daremos una forma muy distinta de codificar,
por ejemplo, los números 24, 117, 11 (en ese orden). Prime
ro los convertimos a numerales de base 9: 26, 140, 12, Des
pués, concatenamos estos numerales, intercalando nueves en
tre ellos: 269140912. La terna queda entonces codificada por el
número (de base 10) 269,140,912. Este método podrá parecer
extraño, pero produce un resultado bastante más pequeño que
2253 U85 tz, que tiene 73 dígitos en base 10.
8. Para toda m, la función cuyo valor en ao, . . . , a-m es (tto, •••,
am) es representable.
9. Existe una función representable (cuyo valor en {a, b) se
escribe como (a)¿) tal que para b < m,
( {ao,. . . , ítm))¡,
(Ésta será nuestra función “decodifícadora”. Por ejemplo,
(72)o — 2 y (72) í — 1.)
INDECIDIBILIDAD 317
Demostración Definimos (a)¡, como la mínima n tai que a — 0
o p™+¿ no divide a a, (Siempre hay una n que cumple
eso.) Observe que (0)» = 0 y que para a ^ 0, (<z)¿ es
el exponente de pb menos uno, en la fáctorización de a
(pero no es menor que 0). Por lo tanto, para b < m,
( (&0s ■■■y&rn) )& ^ &b'
Para probar la representabilidad, usamos el operador
mínimo cero. Sea
R — {( a, b, n) \a = 0 o p*+~ no divide a a }.
Entonces (a)f, = [ K r ( ci, b, n) — 0], donde R es el com
plemento de R. H
Puesto que el método que se usó para esta prueba será de
gran utilidad más adelante, lo enunciaremos como un teorema
en sí mismo:
Teorema 33N Supongamos que R es una relación represen
table tal que para toda a existe n tal que {a, n) £ R.
Entonces la función / definida por
/ ( a ) = la mínima n tal que (a, n) £ R
es representable.
Demostración f ( a ) — fm[K-^(a,n) ~ Oj. d
Más adelante utilizaremos la notación
/ ( a ) = p,n[(a,n) E /?].
10. Diremos que b es un número de sucesión sii para alguna
m > —1 y algunas a o , , am,
b — (noj •••>rzm).
(Para el caso en que m = —1 tenemos ( ) — 1.) Entonces el
conjunto de los números de sucesión es representable.
Demostración Ejercicio 5. H
318 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
11. Existe una función representable lh tal que
lh {o0, = m + 1.
(En este caso, “lh” es una abreviatura de “length” (longitud).
Por ejemplo, lh72 = 2.)
Demostración Sea lh a la mínima n tal que a = 0 o que p n no
divide a a. La fundón definida de este modo cumple
con lo requerido. H
12. Existe una función representable (cuyo valor en {a. b) se
conoce como la restricción de a a b y se escribe como a \ b) tal
que, para toda b < m + 1,
(¿tO) •••>&m} \ b = {d0> •••>
Demostración Sea a \ b la mínima « tal que a = 0, o bien
n / 0, y para toda j < b y toda k < a
p'‘ divide a a => pk
j divide a n.
La función definida así cumple lo requerido. H
13. (Recursión primitiva) A una función / de (k + 1) varia
bles le asociamos otra función / tal que f(a, b\,. . . , b¡¡) codifica
los valores de f ( j , b\,. . . ,b¡¡) para toda j < a. De m anera más
precisa, sea
7 { a , h = (/(O, i ) , . . . , / ( o - 1 J)> .
Por ejemplo, f ( 0 , /;) = ( ) = 1 codifica los primeros cero valo
res de f . / ( 1 , 6 ) = { / ( 0 , ¿ ) ) . En general, f { a , b ) es un número
o código de sucesión cuya longitud (lh) es a, que codifica los
primeros a valores de f .
Supongamos ahora que tenemos una función g de (k + 2)
variables. Entonces existe una única función / que satisface lo
siguiente:
f { a , b ) = g ( f (a, b), a, b).
Por ejemplo:
f(0,b)= g((),0,b),
f(l,b)= g((f(0,b)),l,b).
INDECIDIBILIDAD 319
(Debería ser intuitivamente claro que dicha función existe y es
única. Para demostrarlo podemos aplicar el teorema de recur-
sión de la sección 4 del capítulo I, obtener primero / y extraer
después / . )
Teorema 33P Sea g una función de (k + 2) variables y sea /
la única función de (k + 1) variables tal que, para toda
a y toda A-ada b,
f ( a, b ) = g ( f ( a , b ) , a , b ) .
Si g es representable, entonces f también lo es.
Demostración Afirmamos primero que / es representable.
Esto se sigue del hecho de que
f { a , b ) = la mínima 5 tal que s es un número de
sucesión de longitud a y para toda i me
nor que a, (s)t - g { s \ z, z, b).
Entonces / es representable, ya que
f(a,b) = g(f(a,b),a,b)
y las funciones del lado derecho son representables, ri
En realidad, la expresión “recursión primitiva” suele usarse
para una versión más sencilla de esto, dada en el ejercicio 8.
14. Dada una función representable F, la función cuyo valor
en (a,b) es
IP M
Í<Cí
también es representable. Lo mismo sucede si tomamos S en
lugar de II. (Si a = 0, apegándonos a la convención, tenemos
que: el producto vacío —el producto de ningún número— es
igual a I y la suma vacíaos igual a 0.)
Demostración Llamemos G a dicha función, Entonces
G (0, b) = 1,
G(a -f- 1, b) = F ( a , b ) ■G(a,b).
320 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Use el ejercicio 8 para terminar la demostración. -|
15. Definimos la concatenación de a con b, a * b, com o sigue:
a * b = a- I ] ■
i<lhb
Ésta es una función representable de a y b, y
(fll) ’ * *) ® « ) * • • • >b ll) — ( f l l í . . . > d tn t b\ y . . . » ¿ u ) .
La operación de concatenación tiene, además, la propiedad de
ser asociativa sobre los números de sucesión.
16. También quisiéramos tener la operación “asterisco gran
de”. Sea
*,-<-/(*) = /(O) * /( l ) * - - - * /( 0 - l ) .
Dada una función representable F, la función cuyo valor en
(a,b) es * ¡<aF { i , b ) es rcpresentable.
Demostración * i<QF (i, b) = ( ) — 1 y
Pero esto es exactamente como el inciso 14 de nuestro
catálogo. H
Ejercicios
1. Demuestre que en la estructura (N; •, E) se puede definir
la relación de suma {(wi, n, m + n) [ m ,n £ N }. Concluya
que el { 0}, la relación de orden < y la relación sucesor
{ ( n , S ( n ) ) [ n € N} son definibles en dicha estructu
ra. (Observación: Se puede tener una versión más fuerte
de este resultado sustituyendo simplemente la estructura
(N; •, E ) por (N; É), pues es posible definir la relación de
multiplicación en esa estructura usando una de las leyes
de exponentes: {da)b = d04.)
2. Demuestre el teorema 33C, que afirma que todos los
enunciados sin cuantificadores que son verdaderos (en DI)
son teoremas de A e ■(Véase el esquema de demostración
que se sugiere después de enunciar el teorema.)
INDECIDIBILIDAD 321
3. Una teoría T (en un lenguaje con 0 y S) es m-completa
sii para toda fórmula <p y toda variable x, ocurre que si
(pg„0 pertenece a T para todo número natural n, entonces
Vxyj pertenece a T. Demuestre que si T es una teoría
consistente y ot-completa en el lenguaje de 9t, y A-e Q T,
entonces T — Th di.
4. Pruebe que en la demostración que antecede al teore
ma 33L, el conjunto de fórmulas (1), (2) y (3) implica
lógicamente a la fórmula (4).
5. Demuestre que el conjunto de números de sucesión es
representable (inciso 10 del catálogo).
6. ¿Es el 3 un número de sucesión? ¿Cuál es valor de lh 3?
Encuentre (l * 3) * 6 y 1 * (3 * 6).
7. Demuestre lo siguiente:
(a) a + 1 < p B,
(b) {b)h < b. La igualdad se cumple sii b — 0.
(c) lh a < a. La igualdad se cumple sii a = 0.
(d) a \i < a.
(e) lh {a f i) es el menor entre i y lha.
8. Sean g y h funciones representables, y supongamos que
m b) = g (b),
/ ( a + 1, 6) = h ( f ( a , b ) , a , b ) .
Demuestre que / es representable.
9. Demuestre que existe una función representable / tal
que, para toda n y todas üq, , a„,
o* •* * j^n))
(Por ejemplo, / ( 7 2 ) = 1 y / ( 7 5 0 ) = 2.)
10. Sea R una relación representable y suponga que g y h son
funciones representables. Demuestre que / , definida de
322 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
la siguiente manera,
si c ié R,
si a R
es representable.
11. (Recursión monótona) Sea R una relación binaria repre
sentable sobre N. Sea C el menor subconjunto de N (es
decir, la intersección de todos los subconjuntos) tal que
para toda n y todas ao, •••,an- i , b,
((ao, ■• ■, an-\)> b) £ R y a¡ £ C (para toda i < n) ^
b£C.
Supongamos, además, que (1 ), para toda n y todas las
flOi - ■- i fln—1, b9
((ao, . . . , <Zn-i),b) £ R =¥■ a¡ < b (para toda i < n ),
y (2) que existe una función representable / tal que para
toda 71, fl()) . - - i An-l, b,
((ao........ &n-\),b) £ R = ¥ n < J(b )
Demuestre que C es representable. (De algún modo. C
está generado por R. En general, C ^ 0, porque si
( ( ) , b ) E R, entonces b £ C.)
4. Aritmétizacióji de la sintaxis
En esta sección pretendemos exponer dos resultados:
1. Que algunas afirmaciones sobre fórmulas pueden trans
formarse en afirmaciones sobre números naturales (al asignar
números a las expresiones).
2. Que, en muchos casos, estas afirmaciones (en español)
sobre números naturales pueden traducirse al lenguaje formal
y que la teoría C n A ¿ es lo suficientemente fuerte como para
que esas traducciones puedan demostrarse a partir de ella.
INDECIDIBILIDAD 323
Esto nos dará la posibilidad de construir fórmulas que, aun
que hablen de resultados sobre números, indirectamente se re
fieran a afirmaciones con respecto a fórmulas (¡incluso con res
pecto a sí mismas!). En la sección 5 de este capítulo, esto nos
servirá para obtener resultados sobre indefinibilidad e indeci-
dibilidad.
Números de Gcdei
Lo primero que haremos es asignar números a las expresiones
del lenguaje formal. Recuérdese que los símbolos de nuestro
lenguaje son los que se encuentran listados en la tabla IX.
Tabla IX
Parámetros Símbolos lógicos
.
0 V .
1 (
2. 0 3. )
4. s 5. —I
6. < 7.
8. + 9. =
10. • n . vi
12. E 13. z>2, etc.
Existe una función h tal que a cada símbolo le asocia el nú
mero escrito a su izquierda. Por lo tanto, h (V) = 0, h (0) — 2, y
h (z>,) = 9 + 2¿. Con el fin de que nuestros resultados sean más
útiles y manejables, supondremos únicamente que tenemos un
lenguaje co n 0 y S que está recursivam ente m m era d o . C on esto
queremos decir que tenemos una función inyectiva h de los
parámetros de ese lenguaje en los números pares, tal que las
siguientes dos relaciones
{ (k, m) k es el valor de h asignado a algún parámetro
de predicado de m argumentos)
y
{ ( k, m) |k es el valor de h asignado a algún símbolo
de función de m argumentos)
324 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
son representables en CnA£. Está claro que en el caso del len
guaje de 91 estos conjuntos son, de hecho, finitos. El primer
conjunto es { ( 6, 2) } , y el segundo es
{ ( 2 ,0 ) , ( 4 ,1 ) , (8 ,2 ), (1 0 ,2 ), ( 1 2 ,2 ) } .
Para el caso de los símbolos lógicos, definimos h como antes.
De manera que, para todo símbolo lógico s. h (j) es un número
impar.
Para una expresión del lenguaje £ = sq - ■■sn definimos su
número de Godel, 'i(e), como sigue:
3(^o ' ' * (^ o ) í * - - *b, (sn) ) .
Por ejemplo, si usamos nuestra función original h para el len
guaje de 01, tenemos que
jj(3w3 v % = 0)
= {{((—■V 1 = » s0 )))
= ( 1 ,5 ,0 ,1 5 ,1 ,5 ,9 ,1 5 ,2 ,3 ,3 )
= 22 •36 •5 1 •716 ■l l 2 - 136 •171Ú •1916 •235 -
2 9 4 •314.
Se trata de un número muy grande, como del orden de
1.3 x 10/5. A un conjunto $ de expresiones, le asignamos el
siguiente conjunto de números de Godel:
É* = { 8( e ) | e e * } .
A una sucesión (o?o, •••, o,„) de expresiones (como es el caso
de una deducción), le asignamos el número
Q((oeo,... , a n)) = {ttao,...Jo«).
Lo siguiente será demostrar que diversas relaciones y fun
ciones vinculadas a los números de Godel son representables
en C «A £ (y, por lo tanto, recursivas). Cuando digamos que
una relación o función es representable (sin especificar en qué
teoría), nos referiremos, como en el caso de la sección anterior,
a que son representables en la teoría C n A t.
INDECIDIBILIDAD 325
Nos valdremos de algunas abreviaturas en el lenguaje que
usamos (es decir, el español, aunque nuestro lenguaje difiera
cada vez más de lo que comúnmente consideramos español).
Escribiremos “hay un número a tal que” com o “3 a ”. En el
mismo sentido “3 a, b < c” significará “hay dos números a y b,
ambos menores que c, tales que”. Utilizaremos “V” de forma
similar. En el capítulo II no nos habríamos atrevido a usar estas
abreviaciones por miedo a que se creara una confusión entre
el lenguaje formal y el metalenguaje (español); sin embargo,
creemos que a estas alturas el lector ya está preparado para
evitar esos errores.
1. El conjunto de los números de Gódel de las variables es
rcpresentable.
Demostración Dicho conjunto e s { a | (Bb < a) a = (11 -f
2b)}. Y de los resultados de la sección anterior se puede
concluir que se trata de un conjunto representable. H
2. El con junto de los números de Gódel de términos es re-
presentable.
Demostración El conjunto de los términos se definió inducti
vamente y los términos se construyeron a partir de ele
mentos con números de Gódel más pequeños. Veremos
este caso con más detalle, pues se trata del argumento
que se suele usar para las relaciones definidas inductiva
mente.
Sea / la función característica del conjunto de núme
ros de Gódel de los términos. A partir de la definición
de “término” tenemos que
' 1 si a es el número de Gódel de una variable,
1 si (3 i < 3 k < a) [i es un número de
sucesión y (V j < lh ¿) = 1y
f{a) = < k es el valor asignado por h a algún
símbolo de función de (lh i) argumentos y
a = (k )*
0 en cualquier otro caso.
326 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Sin embargo, ¿qué se puede usar en lugar del símbo
lo como cota superior de ¿? Antes de demostrar que
/ es representable, necesitamos dar una cota superior
para i que dependa de a, de alguna manera represen
table.
Afirmamos que se puede tomar i < aa,ho. Para de
m ostrar que esta cota funciona supondremos que a —
Stsíi •* •tn (donde s es un símbolo de función de n argu
mentos y t\,. . . ,tn son términos). Entonces queremos to
mar i = (S)íi,. . . , tf„). En términos de a, ¿cuán grande
puede ser i? Tenemos las siguientes cotas:
<
< 2° ••• pues n = lh i < lh a
< aa ■■■aa (Iha veces) pues
a = 2W*+1 - - . #í,‘h - ’+1
= (a®)®lfl = aa Ih<2.
Así que en la ecuación anterior para / podemos sustituir
□ por
El lado derecho de esta ecuación menciona a / mis
ma; sin embargo, en realidad sólo hace referencia a
con (i)j < a. Esta propiedad nos permite usar
recursión primitiva. f ( a ) = g ( f ( a ) ,a ) , donde
1 si a es el número de Gódel de una variable,
1 si (3z < aoBia, 9 k < a) [íes un número
de sucesión y (V j < lh ¿) (s)(í)j = 1 y
^ k es el valor asignado por h a algún
símbolo de función de (lh i) argumentos
y a = (A) * *,-<]hl.(0;]>
0 en cualquier otro caso.
Ya que si en esta ecuación tomamos s igual a f ( a ) , en
tonces (í)(,^ = /((¿)y ) para (¿)y < a. Por el teorem a 33P,
f es representable si g lo es.
INDECIDIBILIDAD 327
Falta demostrar que g es representable; pero esto se
sigue inmediatamente de los resultados de la sección an
terior. La idea es que la gráfica de g es la unión de tres
relaciones que corresponden a cada una de las condicio
nes de la ecuación que acabamos de dar. Cada relación
se obtiene a partir de igualdades y de otras relaciones
representables mediante cuantificación acotada y susti
tución de funciones representables. H
3. El conjunto de los números de Gódel de las fórmulas
atómicas es representable.
Demostración a es el número de Gódel de una fórmula atómi
ca sii (3 i < aalha, 3 k < a) [i es un número de sucesión
y (V j < lh i) (i)j es el número de Gódel de un término y
k es el valor asignado por h a algún símbolo de predica
do de (lh i) argumentos y a = (k) * * , (0 y]- “i
4. El conjunto de números de Gódel de las fórmulas es re
presentable.
Demostración Las fórmulas se definieron inductivamente. Sea
/ la función característica del conjunto de números de
Gódel de las fórmulas, entonces
' 1 si a es el número de Gódel de una fórmu
la atómica,
1 si (3 i < a)[a = (h ((),A (-i)) * i * (h ()))
y /(»') = i].
1 si (3¿, j < a) [a — {h (()) * i * (h (-> )) *
f(a ) = <
j * ( A ( ) ) ) y / (0 = / ( j ) = i ] .
1 si (3 i, j < a) [a — (h (V)) * i * j e i es el
número de Gódel de una variable
y /(./) = i],
0 en cualquier otro caso.
Por el mismo argumento que se usó para el conjunto
de los números de Gódel de los términos se tiene la
representabilidad de /. 3
328 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
5. Hay una función representable Sb tal que para un término
o fórmula a , una variable a: y un término í,
Sb (ttorj jj», )jf) = jio;*.
Será necesario definir Sb (a, b . c) en términos
D e m o s tra c ió n
de los valores Sb (i,b, c) con i < a. Como en el caso del
inciso 2 de este catálogo (la función característica del
conjunto de términos), podremos demostrar que Sb y
Sb son ambas representables.
La función Sb está descrita por las siguientes seis con
diciones (i)—(vi):
(i) Si a es el número de Gódel de una variable y a = b,
entonces
Sb(o A c ) — c.
(ii) Si (3¿ < a olha, 3 A < a) [z es un número de su
cesión y (V ) < lhzj(zj;- es el número de Gódel de un
término y k es el valor asignado por h a algún símbo
lo de función o de predicado de (lhí) argumentos y
a = {k )* entonces
S b (a A c ) = (k) * * ;-<B)lS b ((¿)y A c)
para esos i y k.
(iii) Si (3 i < a) (i es el número de Gódel de una
fórmula y a — {h ((), A(—>)) * i * (h ()))], entonces
S b (a A c ) — (M O .M -1)) *S b (í,ó ,c) * (A ()))
para esa i.
(iv) Si (3 i, j < a) [i, j son números de Gódel de fórmu
las y a — (h (()) * i * (h (—>)) * j * (h ()))], entonces
S b (a ,ó ,c) = (A (()) * S b ( ¿ A c ) * (h(~>)) *S b (j,b,c) * ( h ( )))
para tales i y j.
(v) Si (3 i , j < a) [z es el número de Gódel de una
variable tal que i ^ b y j es el número de Gódel de
una fórmula y a = (h (V)) * i * j], entonces
Sb (a, b, c) = (h (V)) * i * Sb (j, b, c)
INDECIDIBILIDAD 329
para tales i y j.
(vi) Si no se cumple ninguna de las condiciones para
a y b de los casos anteriores (donde se ignoraba la ecua
ción para Sb (a, b, c)), entonces
S b (c ,¿ ,c) = a.
Así que la función Sb se obtiene mediante recursión
primitiva
S b (a ,¿,c) = C (Sb(a,b,c),a,b,c),
donde G es una función de cuatro argumentos. L a grá
fica de G es la unión de seis relaciones, de cinco argu
mentos cada una,
G = Ry U R2 U R í U R4 U R 5 U Jí 6>
que corresponden a cada uno de los seis casos antes
descritos.
La primera de esas relaciones es:
R\ = { (s, a, b, c,d) j a es el número de Gódel
de una variable, y a = by d — c}.
La segunda es:
Rz = {{s,a ,b,c,d ) | (3 i < uolh<,,3A < a)[i es
un número de sucesión y (V j < lh¿)(¿);-
es el número de Godel de un término y
k es valor asignado por h a algún sím
bolo de función o de predicado de (lh i)
argumentos y a = (k) * Yd =
W * * ;< IhiWíOi])
y el resto de las relaciones son también las versiones co
rrespondientes de los casos que describen Sb.
Es necesario percatarse de que G es efectivamente una
función, es decir, que a cada entrada le asigna un solo
valor. Esto es así porque si a cumple una de las condicio
nes dadas, entonces no puede cumplir ninguna otra. Y
330 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
si, p o r ejemplo, a cae en el caso (ii), entonces sabemos,
por la sección 3 del capítulo II, que los núm eros i y k
están determinados de m anera única.
Por último, nos podem os valer de los métodos co
munes para verificar que R\ -Rr} son representables, de
modo que G es representablc, Sb es representable y final
mente Sb es representable. (¡L a sustitución es una ope
ración bastante complicada!) H
6. La función cuyo v a lo re n n es |}(Sn0) es representable.
Demostración Llamemos / a dicha f unción. Entonces
/(O) — (h (0)),
f ( n + 1) = (h (S)) * / ( « ) .
Utilice el ejercicio 8 d e la sección previa p ara terminar
la dem ostración. d
7. Existe una relación representable Fr tal que, dados a, que
es un término o una fórmula, y la variable x,
([(a, tlx) G Fr x ocurre libre en a.
D e m o s tra c ió n {a, b) € F r S b {a, b, (}0) / a. d
8. El conjunto de números de Gódel de los enunciados es
representable.
D e m o s tra c ió n a es el número de Gódel de un enunciado sii
a es el número de Gódel de una fórmula y para todo b <
a, si b es el número de Gódel de una variable, entonces
{a, b) / Fr. d
9. Existe una relación representable Sbl tal que para toda
fórmula a, toda variable x y todo término t, ([(a, |jx, U) 6 Sbl sii
t es sustituible por x en a .
D e m o s tra c ió n Ejercicio 1. d
10. La relación Gen, tal que {a, b) £ Gen sii a es el número
de Gódel de una fórmula y b es el número de Gódel de una
generalización de esa fórmula, es representable.
INDECIDIBILIDAD 331
Demostración (a,b ) £ Gen sii a = b o (3 i , j < b) [z es el
número de Gódel de una variable y (a,j) £ Gen y b =
{(h (V)) * * * j\. Aplique el argumento acostumbrado a la
función característica de Gen. 3
11. El conjunto de los números de Gódel de las tautologías
es representable.
El conjunto de las tautologías es intuitivamente decidióle,
pues podemos usar el método de las tablas de verdad. Para
obtener la representabilidad, escribimos de nuevo las tablas de
verdad en términos de números de Gódel. Para llegar a eso se
necesitan algunos resultados preliminares:
11.1 La relación R, tal que (a,b) € R sii a es el número de
Gódel de una fórmula a y b es el número de Gódel de una
componente prima de a, es representable.
Demostración (a,b) £ R & a es el número de Gódel de una
fórmula y sucede alguno de los siguientes casos:
(i) a = ¿ y ( a ) o * M ( ) .
(ii) (3 i < a) [a — (->)) * (h () ) ) e (i,b) £ i?].
(iii) El análogo a (ii) pero con —>•.
Aplique el argumento usual a la función característica
de R. -i
11.2 Existe una función representable P tal que, para toda
fórmula a, P(¡fa) = ()j/3i........ tftn), la lista de números de Gó
del de las componentes primas de a, en orden numérico.
Demostración Primero hay que definir una función g que nos
dé la componente prima de t] a que sigue después de y
(donde \\a es la fórmula a para la cual a — jjot).
g{a , y) — la mínima n tal que o bien n = a + l o bien
sucede que y < n y {a , n) £ R.
Lo siguiente es definir una función h tal que h {a, n) nos
dé la (n -4- l)-ésima componente prima de \a (si es que
hay tal cantidad de componentes primas):
h (a ,0) = g ( a , 0) h (a ,n + l) = g (a ,h (a ,n ))-
332 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Por último, sea P{a) — * . <k(h(a,i)) donde k es e! nú
mero más pequeño tal que h (a, k) > a. H
11.3 Decimos que un entero v codifica -una asignación de ver
dad para a sii v es un núm ero de sucesión y lh v = lh P ([ja) y
( V i < l h ü ) ( 3e < 2){v)¿ = ((P ([ja )),:,e ). Se tra ta d o una condi
ción de rcpresentabilidad para v y jjcK.
Por ejemplo, si P(|Ja) = (|¡/3 q, • • ■ , t\dn), entonces:
v = {(jj/ío,^ ) >. - . , {# & ,*«)),
donde cada es 0 o 1. Más adelante necesitaremos una cota
superior p ara v en términos de ¡ja. La v más grande se obtiene
cuando cada e\ es igual a 1; también (j(3 t- < ¡ja, así que
v < (([ja, l ) , . . . , (¡ja, 1))
11.4 Existe una relación representable Tr tal que para toda
fórmula a y toda v que codifique una asignación de verdad
para a (o más), (¡ja, v) 6 T r sii esa asignación de verdad satis
face a-.
Demostración E je rc ic io 2. H
Por último, a es una tautología sii a es una fórmula y para
toda v que codifica una asignación de verdad para a , (jja, v) €
Tr. El cuantificador (en español) sobre v puede acotarse me
diante una función representable de jja, como se explicó en
11.3.
12. El conjunto de los números de Gódel de las fórmulas de
la forma Vx tp —$ cpf donde t es un término sustituible por x
en ¡f, es reprcsentable.
Demostración a es una fórmula de este tipo sii (3 una fórmu
la i-f < a ) (3 una variable x < a ) (3 un término t <
a ) [í es sustituible por x en ^ y a — Vx ¡p —?• <£>*]. En
este caso, por “<p < oT queremos decir que Jjy? < jja.
Este bicondicional se puede reescribir en términos de
números de Gódel: a pertenece al conjunto sii (3 f <
a) (3 x < a) ( 3 t < a) [ f es el número de Gódel de una
INDECIDIBILIDAD 33S
fórmula y x es el número de Gódel de una variable y t es
el número de Gódel de un termino y {f,x, t) £ Sbl y
a — <A((),A(V)> * x * / * (A(->■)) * S b (/,x ,í) * (A ()))]. H
13. El conjunto de los números de Gódel de las fórmulas del
tipo V jc (ar —>•/?) —j- Vx ar —>■V jc /? es representable.
Demostración es una fórmula de este tipo sii (3 una varia
7
ble x < 7 ) (3 fórmulas a , (3 < 7 ) [ 7 — V x ( a —f (3 ) - f
y x a —> \/x 0\. Es muy fácil reescribir esto en términos
de números de Gódel, tal como se hizo en 12. 3
14. El conjunto de números de Gódel de las fórmulas del
tipo a —> V jc a, donde jc no ocurre libre en a, es representable.
Demostración Similar a la demostración de 13. H
15. El conjunto de los números de Gódel de las f órmulas del
tipo x = x es representable.
Demostración Similar a la demostración de 13. H
16. El conjunto de ios números de Gódel de las f órmulas del
tipo x = y —¥ a —> a', donde a es atómica y or' es el resultado
de la sustitución de x por y en varios lugares o en ninguno
de ce, es representable.
Demostración Esta demostración también es similar a la de 13,
excepto por la relación de “sustitución parcial”. Sea (a, b,
x.y) £ Psb sii x,y son números de Gódel de variables,
a es el número de Gódel de una fórmula atómica, b es
un número de sucesión de longitud lha, y para toda
j < lha, o bien (a)} — [b)p o bien (a);- — x y [b)j = y.
Esta relación es representable. 3
17. El conjunto de los números de Gódel de axiomas lógicos
es representable.
Demostración a es un axioma lógico sii 3 ¡3< a tal que a es
una generalización de ¡3 y fi está en alguno de los con
juntos expuestos en 11-16. 3
18. Dado un conjunto finito de fórmulas A ,
{Q (D) |D es una deducción a partir de A}
334 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
es representable. De hecho, en este caso basta con que (¡A sea
representable.
Demostración Un número d pertenece a este conjunto sii d es
un número de sucesión de longitud positiva y para toda i
menor que lh d se cumple alguna de las siguientes con
diciones:
1. (d)i € (¡A,
2. (d), es el número de Godel de un axioma lógico, o
3. ( 3 j , k < i) [(d); = (h (()) * (d)* * < *(-> )) * (d)i *
<*())>]■
Esto es representable siempre y cuando (iA lo sea, lo
que ciertamente sucede cuando A es finito. H
19. Toda relación recursiva es representable en Cn A e .
Demostración Recuérdese que una relación R es recursiva
sii existe algún conjunto finito y consistente de enuncia
dos A tal que alguna fórmula p representa R en CnA.
(Podemos suponer, sin pérdida de generalidad, que el
lenguaje tiene sólo un número finito de parámetros: los
que ocurren en el conjunto finito A, los que ocurren en p
y 0, S y V.) Para el caso de una relación uñaría R, tene
mos que a € R sii la mínima D que es una deducción a
partir de A de p(S*0) o bien de -■ p(Sa0) es, de hecho,
una deducción de p(Sa0).
De manera más formal, a £ i? sii el último compo
nente de f { a ) es jjp(S°0), donde
/ ( a ) = la mínima d tal que pertenece al conjunto dado
en el inciso 18 y cuyo último componente es
Üp(Sa0) o |b p(S°0).
Para esta p (fija), siempre existe dicha d. H
Puesto que el inverso del inciso 19 es inmediato, tenemos el
siguiente teorema:
Teorema 34A Una relación es re cursiva sii es representablc en
la teoría Cn A¿.
INDECIDIBILIDAD 335
A partir de este punto usaremos el término “recursivo” en
lugar de “representable”.
Corolario 34B Toda relación recursiva es definible en 91,
20. Supongamos ahora que tenemos un conjunto de enun
ciados A tal que HA es recursivo. Entonces j( CnA no necesaria
mente es recursivo (como demostraremos en la siguiente sec
ción); no obstante, tenemos una forma de definir CnA a partir
de A:
a 6 ¡I CnA sii 3d\d es el número de Gódel de una
deducción a partir de A y el último
componente de d es a y a es el núme
ro de Gódel de un enunciado].
L a parte que está entre corchetes es recursiva, p o r la demostra
ción de 18. Sin embargo, en general no se puede dar una cota
para el número d. Lo más que podemos decir es que HCn A
es el dominio de una relación recursiva (o, como diremos más
adelante, que es recursivamente numerable).
El resultado del inciso 20 será fundamental para el desarro
llo de nuestro trabajo posterior, así que más adelante se replan
teará como el teorema 351.
21. Si j|A es recursivo y CnA es una teoría completa, enton
ces j|CnA es recursivo.
En otras palabras, una teoría recursívamente axiomatizable
y completa es recursiva. Este resultado es análogo al corola
rio 25G, que establece que una teoría axiomatizable y completa
es decidible.
La demostración es esencialmente la misma. Sea (en el caso
de una teoría consistente)
g (i) = la mínima d tal que s no es el número de Gódel de
un enunciado, o d pertenece al conjunto expuesto
cn el inciso 18 y su última componente es o bien s,
o bien (h ((),h (-.)) * s * (h ())).
P or lo tanto, g (¡|cr) es igual a Q de la mínima deducción de
a o de -icr a partir de A. Y s G jjCnA siis > 0 y la última
componente de g (j) es s. H
336 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Una vez que hemos llegado a este punto, podemos abrir
nuevamente la discusión sobre la plausibilidad de la tesis de
Church. Supongamos que la relación R es decidióle. Entonces
hay una lista finita de instrucciones explícitas (un programa)
para el procedimiento de decisión. Muy probablemente el pro
cedimiento consiste en una serie de pasos básicos o elementa
les que se repiten. (El lector familiarizado con la programación
de computadoras sabe que incluso un programa corto puede
requerir mucho tiempo para su ejecución, pero que algunos
comandos básicos se utilizan una y otra vez.) En principio, todo
paso básico es muy sencillo.
Mediante un método similar a la numeración de Gódel, po
demos reflejar el procedimiento de decisión en los números
enteros. Entonces la función característica de R puede escribir
se de la siguiente manera:
K r(ü ) — U [la mínima s, tal que
(i) (í ) o codifica la entrada a;
(ii) para toda i < lh j positiva, (í ), se obtiene a partir de
(í ),_ i cuando se aplica el paso básico correspondiente;
(iii) el último componente de s describe el resultado final
y, por lo tanto, indica que el procedimiento ha termi
nado],
donde U es una función que da una respuesta (afirmativa o ne
gativa) a partir del último componente de s. Entonces, la recur-
sividad de R se reduce a la recursividad de Uy de las relaciones
dadas en (i), (ii) y (iii). En algunos casos, como el de los procedi
mientos de decisión que se obtienen con las máquinas registra
doras de la sección 6 de este capítulo, la recursividad de estos
componentes se puede verificar muy fácilmente. Parece muy
poco probable que un procedimiento de decisión se considere
efectivo y que, no obstante, sus componentes no sean recursi
vos. Por ejemplo, en (ii) parece posible hacer que cada paso
básico sea muy sencillo y, en particular, hacer que cada uno de
ellos sea recursivo.
INDECIDIBILIDAD 337
Ejercicios
1. Demuestre el inciso 9 de esta sección.
2. Demuestre el inciso 11.4 de esta sección.
3. Use el ejercicio 11 de la sección 3 de este capítulo para
dar otra prueba de que el conjunto de los números de
Gódel de términos es representable (inciso 2).
4. Sea T una teoría consistente y recursivamentc axiomati-
zable (dentro de un lenguaje recursivamente numerado
con 0 y S). Demuestre que toda relación representable en
T es recursiva.
5 . Incompletud e indecidibilidad
En esta sección sacaremos provecho del trabajo realizado en
las secciones 3 y 4 de este mismo capítulo. Hemos asignado
números de Gódel a expresiones y hemos demostrado que cier
tas relaciones intuitivamente decidibles sobre N (relacionadas
con nociones sintácticas sobre expresiones) son representables
en CnA£.
A lo largo de esta sección tomaremos como lenguaje el de 91.
(La elección del lenguaje determina el significado de “Cn” y de
“teoría”.)
Lema del punto fijo Dada una f órmula /3, e n 1a que sólo v j ocu
rre libre, se puede encontrar un enunciado a tal que
A£ b [ a o / 3 ( S ^ 0 ) ] .
Podemos pensar que a dice indirectamente “0 es verdadera
con respecto a mí”. Por supuesto que a, en realidad, no dice
nada: se trata tan sólo de una sucesión de símbolos. Incluso
cuando se traduce al español, de acuerdo con la interpretación
canónica de la estructura 9t, sólo se refiere a números, a sus
sucesores, productos, etc. Es la asociación que hemos estable
cido entre números y expresiones la que nos permite pensar
que <7 se refiere a una fórmula, en este caso, a sí misma.
Demostración Supongamos que 9{v i, 0 2 , v¡) representa funcio-
nalmente, en Cn A¿,-, una función cuyo valor en {¿¡a, n) es
UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A L A LÓGICA
Ü(cv(Sn0)). (Revísense los incisos 5 y 6 de la sección 4 de
este capítulo). Consideremos primero la fórmula
V»3 [0(»bt'i,i'3) ^ /3 (» s )]. (1)
(Podríamos suponer que v$ es sustituible por i/i en ¡3.
La fórmula anterior sólo tiene a iq libre y define un
conjunto en 9T al que pertenece j\ct sii f (a (S tl“0)) está en
el conjunto definido por ¡3.) Sea q el número de Gódel
de (i ) y sea a
V p j M S ’ O.S’ O.ws) - + p ( v 3)].
Obtenemos a al sustituir iq por S70 en (1). Nótese que
a nos asegura (bajo fit) que ¡jrr está en el conjunto defi
nido por ¡3. Sin embargo, es necesario verificar que
a *+ /?(S3ff0) (2)
es consecuencia de AE. Puesto que 9 representa funcio
nalmente una función cuyo valor en (q, q) es jjer, tene
mos que
A e h Vi* [0(S»0.8*0,1*) h ¡»3 = S*'0]. (3)
El bicondicional (2) se puede obtener de la siguiente
manera:
(—í) Está claro (considerando cóm o es a) que
a h 0(S?0, S90, Sa<T0) -+ (3(Sá'0 ) .
Y, por (3),
ae h o(
Por lo tanto,
AE\a h (3(Si<rQ),
que nos da un lado del bicondicional (2).
(<—) El enunciado (3) implica que
/3(Síff0 ) - * [V » s ( í ( S « 0 ,S f 0 ,» s ) /3(»s))].
INDECIDIBILIDAD 339
Pero la parte entre corchetes es justamente a. H
(A veces se usa V para denotar SJ<T0. Con esa notación, el
lema del punto fijo nos dice que A¡¡ h (a ++ ¡3[}(r^)).)
Nuestra primera aplicación de este lema no está relacionada
con la subteoría Cn AE y sólo recurre al hecho más débil de que
K k ^ ( s ! , o)].
Teorema de indefinibilidad de Tarski (1933) El c o n ju n to ¡IThfJi no
es definible en 9i.
Demostración Considere cualquier fórmula (que piense que
pueda definir a £Th9T). Por el lema del punto fijo (apli
cado a -> (3) tenemos un enunciado a tal que
|=tji [cr O -iIS(St£r0)j.
(Si (3 define a jjThOT, entonces a dice indirectamente:
“Soy falsa.”) Entonces
\=Tí a /?(Síor0),
de modo que o bien o es verdadera pero (su número
de Gódel) no está en el conjunto definido por ¡3, o bien
es falsa y pertenece a dicho conjunto. Cualquiera de los
dos casos demuestra que ¡3 no puede definir a jjTh 9T H
De este teorema se desprende inmediatamente la indecidibi-
lidad de la teoría de 91:
Corolario 35A jjTh 9Í no es recursivo.
Demostración Todo conjunto recursivo es (por el corola
rio 34B) definible en 9t. H
Teorema de incompletud de Gódel (1931) Si A C ThOT y jjA es
recursivo, entonces Cn A no es una teoría completa.
Por lo tanto, no hay una axiomatizacíón completa y recursiva
de ThOT.
Demostración Dado que A C Th tenemos que Cn A C
ThOT. Si CnA es una teoría completa, entonces se cum-
340 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
pie la igualdad. Por otro lado, si Cn A es una teoría com
pleta, entonces jjCnA es recursivo (inciso 21 de la sec
ción anterior). Pero, por el corolario anterior, ¿}Th 51 no
es recursivo. -1
En particular, tenemos que Cn Ae no es una teoría completa
y, por lo tanto, no puede ser igual a T h 9í. Además, no hay
ningún conjunto recursivo de axiomas verdaderos que permita
eliminar la incompletud. (Desde luego, cuando hablamos de
un conjunto recursivo de enunciados nos referimos a un con
junto E tal que jlE es recursivo.)
Podemos obtener más información a partir de la prueba del
teorema de Gódel. Supongamos que tenemos en mente un con
junto recursivo A C Th 91. Entonces, por el inciso 20 de la
sección 4 de este capítulo, podemos encontrar una fórmula ¡3
que defina a jjCnA en 91. El enunciado a dado en la prueba
del teorema de Tarski es (como se observó ahí) un enunciado
verdadero que no está en CnA. Dicho enunciado establece que
¡j<7 no pertenece al conjunto definido por (3 y, por lo tanto,
indirectamente nos dice: “No soy un teorema de A.” Así que
A Y a y, por supuesto, A Y -i a. Esta manera de ver la demos
tración es más cercana a la prueba original de Gódel, que no
usó el teorema de Tarski. De hecho, la forma en la que Gódel
enunció el teorema no involucra Th91; nos hemos permitido
cierta libertad al poner esta versión bajo su nombre.
Ahora daremos un lema que (en términos generales) nos
garantiza la posibilidad de agregar un nuevo axioma (y, por lo
tanto, un número finito de axiomas) a una teoría recursiva sin
que se pierda la propiedad de recursividad.
Lema 35B Si jjCn E es recursivo, entonces jJCn (E; r ) es re
cursivo.
Demostración a £ Cn (E ; r) (r —»■a ) £ Cn E. Por lo tanto,
a € ítCn (E ; r) -í=> a es el número de Gódel de un enun
ciado y (A (()) * ¡ir * (A (-■>■)) * a * (A ()))
está en ||Cn E .
Esto es recursivo por los resultados de las secciones an
teriores. H
INDECIDIBILIDAD 341
Teorema35C(Indecidibilidadfuertede Cn A £ ) Sea T una teoría tal
que T U AE es consistente. Entonces, (jT no es recursivo.
(Puesto que en esta sección hemos estado trabajando con
el lenguaje de 01, la palabra “teoría” significa aquí “teoría en el
lenguaje de Oí”.)
Demostración Sea T' la teoría Cn (TU A¿). Si jJT es recursivo,
como A e es finito, podemos concluir, por el lema ante
rior, que ¡JT' también es recursivo.
Supongamos, entonces, que j¡T' es recursivo, así que
está representado en CnA£ por alguna fórmula d. Por
el lema del punto fijo tenemos un enunciado a tal que
(*)
(<r afirma indirectamente: “No pertenezco a T ‘ .”)
a i T ' ^ t a i %T’
= > A e h -i/3(S*ff0)
=> A e h a por (*)
= > a £ T !.
Entonces a £ T'. Pero esto no puede ser cierto, pues:
<r£ T ' [jo- £ IjT'
^■AE \
— >a por (*)
=M -<r) e T ',
lo cual contradice la consistencia de T'. H
Corolario 35D Supongamos que jiE es recursivo y E U AE
consistente. Entonces, Cn E no es una teoría completa.
Demostración Una teoría recursivamente axiomatizable y com
pleta es recursiva (inciso 21 de la sección 4 de este capí
tulo). Pero j)Cn E no es recursivo, por el teorema ante
rior. H
Este corolario es otra versión del teorema de incompletud de
Godel, en la que se sustituyó la verdad en Üí por la consistencia
con A e .
342 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Teorema de Church (1936) El conjunto de los números de Gódel
de los enunciados válidos (en el lenguaje de 01) no es
recursivo.
Demostración Se puede usar el teorema de indecidibílidad
fuerte de Cn A e , tomando T como la mínima teoría del
lenguaje, es decir, como el conjunto de los enunciados
válidos. H
El con junto de números de Gódel de las fórmulas válidas
tampoco es recursivo, pues, si lo fuera, entonces el conjunto de
enunciados válidos también lo sería.
Esta prueba se aplica al lcnguíge de 91. Sin embargo, ni
siquiera en un lenguaje con más parámetros el conjunto de
enunciados válidos sena recursivo (pues, si lo fuera, entonces
su intersección con el lenguaje 91 sería recursiva). De hecho,
es suficiente que el lenguaje tenga al menos un símbolo de
predicado binario. (Véase el corolario 37G.) Por otro lado, es
necesario establecer algunas cotas inferiores respecto del len
guaje para que se tenga indecidibílidad. Si el lenguaje tiene
como único parámetro V (lenguaje de la igualdad), entonces
el conjunto de los enunciados válidos es decidiblc. (Véase el
ejercicio 6.) También se sabe que si los únicos parámetros son
V y símbolos de predicado unarios, entonces el conjunto de
fórmulas válidas es decidible.
Numembilidad, recursiva
Decimos que una relación es recursivamente numerable sii es de
la forma
{a |3 b (á ,b ) E Q)
con Q recursiva. Las relaciones recursivamente numerables de
sempeñan un papel muy importante dentro de la lógica, pues
constituyen la contrapartida formal de las relaciones efectiva
mente numerables (como se explicará a continuación).
(La abreviatura canónica de “recursivamente numerable” es
“r.n.”;“ cuando, en lugar de usar el término “recursivo”, se usa
1NÜECIDIBIL1DAD 343
el término “calculable", entonces hablamos de relaciones calcu
lablemente numerables, que se abrevia “c.n.")t
Las relaciones recursivamente numerables, al igual que las
relaciones recursivas, son definibles en Oí. Si defi
ne en Oí una relación binaria Q, entonces 3vz<p(vi, »j) define
{a |3 b {a,b) £ £)}.
Teorema 35E Dada una relación wi-aria R, las siguientes con
diciones son equivalentes:
1. R es recursivamente numerable.
2. R es el dominio de una relación recursiva Q.
3. Existe una relación recursiva (0 de (m + 1) argu
mentos tal que
R - { { « i , . . . ,a m) |3 b ( a i , . . . , a n ,b) 6 Q}.
4. Existe una relación recursiva Q de (m + n) argu
mentos tal que
R — { ( a l> ■• - , a w ) | } ,- - . , ...> ,b l , . - - , ¿u) £ Q } •
Demostración 1 y 3 son equivalentes por definición. La
equivalencia entre 2 y 3 se tiene por la definición de
dominio y de (m + 1 )-ada que dimos (en el capítulo
cero). Por otro lado, está claro que 3 implica 4, así que
lo único que tenemos que demostrar es que 4 impli
ca 3. Esto es cierto porque
3 bi, . ■., b„ {a\,. . . , am, bi, . . . ,b n) £ £?
sii 3 c ( a i , . . . . o»., (c)o, - - - >(c)n -i) £ Q
y
{ { a i , . . . : a,n,c) | (ai,. ■-, am, (c)0, . . . . (c ),_ i) £ £?}
es recursiva siempre que Q lo sea. (Nótese que he
mos usado nuestra función decodificadora de suce
siones para colapsar una serie de cuantificadores en
uno solo.) H
'En inglés se abrevia “r.e.", de “recuisively enumerable". [N. del t.)
tEn inglés se abrevia “c.e", por “computablv enumerable". [N. del l.]
344 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Por la parte 4 de este teorema, R es recursivamente nume
rable sii es definible en mediante una fórmula 3 x i ••■3 Xn*P>
en la que <p está numeralmente determinada por AE. De hecho,
podemos pedir que (p sea una fórmula sin cuantificadores, re
sultado que se probó en 1961 (con exponenciación) y en 1970
(sin exponenciación). Las demostraciones involucran algunos
resultados de la teoría de números, así que aquí las omitiremos.
Obsérvese que toda relación recursiva también es recursiva
mente numerable, ya que si R es recursiva, entonces está de
finida en 91 por una fórmula 3 x\ ■■- 3x„ <p, donde <p es una
fórmula numeralmente determinada por y jq - ••x„ no ocu
rren en tp.
Teorema 3SF Una relación es recursiva sii tanto ella com o su
complemento son recursivamente numerables.
Ésta es la contraparte formal del hecho (véase el teorema
17F) de que una relación es decidióle sii tanto ella como su
complemento son efectivamente numerables.
Demostración Si una relación es recursiva, entonces su com
plemento también lo es, de donde ambas son recursiva
mente numerables.
Por otro lado, supongamos que tanto P como su com
plemento son recursivamente numerables; entonces,
para toda a,
a e P t > 3 b (a,b) e Q
3 b (a ,b ) 6 R
para algunas Qy R recursivas. Sea
f ( a ) — la mínima b tal que o bien (a,b) £ Q o bien
(o,A) £ R.
Siempre hay un número b que lo cumple y tenemos que
f es recursiva. Por último,
aG (a,f{a)) G Q
de modo que P es recursiva. A
1NDECIDIBILIDAD 345
Las relaciones recursivamente numerables constituyen la
contrapartida formal de las relaciones efectivamente numera
bles, como se puede ver con el siguiente resultado informal
que se parece a la caracterización de la numerabilidad recursi
va dada en el teorema 35 E.
‘Lema 35G Una relación es efectivamente numerable sii es el
dominio de una relación decidible.
Demostrador) Supongamos que Q se numera efectivamen
te mediante algún procedimiento. Entonces a € Q sii
3 n \a aparece en la numeración en n pasos]. La relación
definida entre corchetes es decidible y tiene como domi
nio a Q.
A la inversa, dada una relación decidible R, para enu
m erar {(a ; b) |3 n {a. b, n) € ü } hay que revisar si ((m)o,
(m)i, (m)2) £ R , para m = 0 , 1 , 2 , . . . Cuando la respues
ta sea afirmativa, habrá que colocar ((m)o, (m )i) en la
lista de salida. A
‘Corolario 35H (Tesis de Church, segunda versión)
Una relación
es efectivamente numerable sii es recursivamente nume
rable.
Demostración Al identificar la clase de las relaciones decidi-
bles con la clase de las relaciones recursivas, estamos
automáticamente identificando los dominios de las re
laciones decidibles con los dominios de las relaciones
recursivas. H
De hecho, la segunda vci'Sión de la tesis de Church es equiva
lente a la primera. Para demostrar la primera versión a partir
de la segunda, usamos los teoremas 35F y 17F.
Ya fiemos demostrado, aunque usando otras palabras, que
una teoría recursivamente axiomatizable es recursivamentc nu
merable. No obstante, en este momento es importante replan
tearlo, pues nos muestra el papel que desempeña la numerabi
lidad recursiva dentro de la lógica.
Teorema 351 Si A es un conjunto de enunciados tal que ()A es
recursivo, entonces j|Cn A es recursivamente numerable.
346 UNA INTRODUCCIÓN MATEMATICA A LA LÓGICA
Demostración Inciso 20 de la sección 4 de este capítulo. H
En particular, (|CnA£ es recursivamente numerable, aunque
(por el teorema 35C) no es recursiva. En la próxima sección
veremos otros ejemplos de con juntos recursivamente numera
bles que no son recursivos.
Este teorema es la contraparte precisa del hecho intuitivo
de que una teoría con un conjunto decidióle de axiomas es
efectivamente numerable (corolarios 25Fy 261). Nos muéstrala
diferencia entre lo que es demostrable en una teoría axiomática
y lo que es verdadero en la estructura que se le asocia. Con
un conjunto de axiomas recursivo, lo más que se puede tener
es un conjunto de consecuencias recursivamentc numerable;
sin embargo, por el teorema de Tarski, Th9T no es definible y
mucho menos recursivamente numerable.
Aun si ampliamos nuestro lenguaje o añadimos nuevos axio
mas, se sigue presentando el mismo fenómeno. Siempre que
sea posible distinguir recursivamente lo que es una deducción
de lo que no lo es, tendremos que el conjunto de teoremas
es cuando mucho recursivamente numerable. Por ejemplo, el
conjunto de enunciados de la teoría de números que son de
mostrables a partir de un sistema axiomático para la teoría de
conjuntos es recursivamente numerable. Además, este conjun
to incluye A£ y es consistente (a menos que nuestra elección
del sistema axiomático haya sido muy extraña). De aquí se si
gue que la teoría de conjuntos no es recursiva y es incompleta.
(Esto último se discutirá con más detalle en la sección 7 de este
capítulo.)
Represenlabilidad débil
Sea Q un conjunto recursivamente numerable, tal que
a € Q ^ 3 b (a, b) € R
con R recursiva. Sabemos que existe una fórmula p que repre
senta a R en Cn A £ . Por lo tanto, la fórmula 3 v%p define Q
en Üi. Esta fórmula no puede representar a Q en Cn A £, a me
nos que Q sea recursiva. Sin embargo, puede hacerlo parcial
mente.
INDECIDIBILIDAD 347
a € Q => (a, b) £ R para alguna b
=> Á £ \- p ( S flO, S 'O ) para alguna b
=> 4 £ I- 3 V 9 p ( S a0, V 2)
a é Q (a,b) £ R para toda b
=4* A.£ i- -!p (S °0,S A0) para todaé
=4- A.£ Y 3 v% p ( S a0, V2 )
El último paso está justificado porque si A.£ |- —¡<^(SA0)
para toda 6, entonces A.£ Y 3 j£<¿>(j¡:) (propiedad que se co
noce con el nombre de ¡j -consistencia ), pues es imposible que
3 x <p[x), -i :,í>(S°0),-i « p ^ O) , . . . sean todas verdaderas en Al.
Por lo tanto, tenemos que
a £ ( ¿ ‘¡P? A £ h3 p{ Sn0, v<¡) ■
Parece conveniente dar una definición formal de esta mitad de
la representabilidad.
Definición Sea Q una relación «-aria en N , t/i una fórmula
donde sólo v\,. . . ,vn ocurren libres. Entonces -é refrie
sen!,a débil-mente a Q en la teoría T sii para cualesquiera
a\, . . . , a» en 97,
K . . . A } e Q o ^ o J . . . Js a' 0) e T .
Obsérvese que si Q es representable en una teoría consisten
te T, entonces también es débilmente representable en T .
Teorema 35J Una relación es débilmente representable en
C n d £ sii es recursivamente numerable.
Demostración Acabamos de demostrar que una relación lina
ria recursivamente numerable Q es débilmente represen
table en CnA£. En este caso se puede usar la misma
prueba para Q n-aria, haciendo algunas modificaciones
en la notación. A la inversa, si Q está débilmente repre
sentada por ib en Cn A £ , entonces
( ai , . . . ,On) £ Q 4 ^ 3 D [ P e s una deducción de
¿ ’(SflI 0 , . . . , Sa,<0) a partir de los
axiomas A¿]
< $ 3 d { d , f ( a u . . . ,a n)) € P
348 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
para alguna función recursiva f y una relación recur
siva P. H
Jerarquía aritmética
Decimos que una relación en los números naturales es aritméti
ca sii es definible en 9Í; sin embargo, algunas relaciones aritmé
ticas son, en cierto sentido, más definibles que otras. Así que
podemos establecer una jerarquía entre las relaciones aritméti
cas de acuerdo con su grado de definibilidad.
Sea Ei la clase de las relaciones recursivamente numerables;
estas relaciones “distan un cuantificador” de ser recursivas. Ge
neralizando esta idea, definimos la clase de las relaciones E* y
la clase de las relaciones 11*. Por ejemplo, las primeras clases
están compuestas por relaciones de la forma que se presenta
en la segunda columna:
S i: {a | 3 b (a,b) G /?}, R es recursiva.
n i: {a\ V b ( a , b ) e R } , R es recui'siva.
S 2: {fl| 3 c (a,b,c) € /?}, R es recursiva.
n 2: { £ |Vc 3 b (a,b,c) € R }, R es recursiva.
En general, una relación pertenece a I1a sii es de la forma
{ a |V b\ 3 □ 6* (a, 6) € li},
donde R es una relación recursiva. En este caso, se susti
tuye por “V” si k es impar y por “3 ” si k es par. Análogamente,
Q pertenece a E* sii es de la íorma
{a |3 b\ V ¿2 * ••□ £ #}>
donde R es recursiva y se sustituye por “3 ” si k es impar y
por “V” si k es par.
Las clases E>, y II a también se pueden definir por recursión
sobre k. E i es la clase de las relaciones recursivamente nume
rables. Lo siguiente es que una relación pertenece a FE^ sii su
complemento está en E *, y pertenece a E¿+ i sii está en el do
minio de una relación en 11*. (Incluso se podría comenzar con
k = 0, tomando Eo como la clase de las relaciones recursivas.)
INDECIDIBILIDAD 349
E El conjunto de los números de Gódel de las fórmu
je m p l o
las numeralmente determinadas por A¿- está en II2-
Demostración a pertenece a este conjunto sii [a es el nú
mero de Gódel de una formula a ] y V ¿3 d [d es el va
lor de Q asignado a una deducción, a partir de A E,
de q (S’' “^0, S ^ ‘0 , . . . ) o de su negación]. Si recurrimos
al método de la sección 4 de este capítulo, podemos dc-
mostnir que lo que se encuentra entre corchetes define
relaciones recursivas y, utilizando la contraparte en es
pañol de la forma prenex, tenemos el conjunto descrito
en la forma deseada:
{ a| 3 d (a,b,d,) g R },
con R recursiva. H
U n a o b s e r v a c ió n m á s s ó b r e l a n o t a c ió n : s e a A i la c la s e d e la s
r e la c io n e s r e c u r s iv a s . E n t o n c e s n u e s t r o r e s u lt a d o p r e v i o ( t e o
r e m a 3 5 F ) . q u e e s t a b le c e q u e u n a r e la c ió n e s r e c u r s iv a s il ta n
to e lla c o m o s u c o m p le m e n t o s o n r e c u r s iv a m e n t e n u m e r a b le s ,
p u e d e e x p r e s a r s e a h o r a m e d i a n t e la s ig L iie n te e c u a c ió n :
A i = S i n IIi.
Como esta ecuación se cumple, definimos A„ para n > 1 me
diante la ecuación análoga,
An = s nn n*.
Las siguientes inclusiones se cumplen:
xO
A* As
xO Q' xO xC
ni n2 n3
El caso A i C S i ya se había mencionado antes (véase el teo
rema 35F); su demostración se basaba en la posibilidad de la
350 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
“cuantificación vacía”. Las demostraciones de los otros casos
son conceptualmcnte las mismas. Si x no ocurre en p, entonces
p, Vx ip. 3 x tp son todas equivalentes. Por ejemplo, una rela
ción en S i está definida por una fórmula del tipo 3)' tp, con
<p numeralmente determinada por A¿. Pero la misma relación
está definida por 3 y Vx t p y V x 3 y (p (donde * no ocurre en <p).
Por lo tanto, la relación también está en E 2 y 112.
Tambicn es cierto que todas estas inclusiones son propias,
es decir, que la igualdad no se cumple; sin embargo, esto no lo
probaremos aquí, En la figura 10 se muestra un diagrama de
las inclusiones.
La clase de las relaciones aritméticas es igual a (JA£ 4, aun
que también a Por ejemplo, toda relación en £2 es
aritmética, pues está definida en 91 por una fórmula del tipo
3 x Vy ip, con tp numeralmente determinada por A¿. A la inver
sa, toda relación aritmética está definida en 01 por una fórmula
prenex. La parte sin cuantificadores de esa fórmula prenex de
fine una relación recursiva (ya que las fórmulas sin cuantifica
dores están numeralmente determinadas por AE). Por lo tanto,
la relación definida se ubica en algún lugar de la jerarquía.
El método de “colapsar” los cuantificadores 3 3 - - 3 que se usa
en la demostración del teorema 3 5 E (y el método dual aplicado
a V V ■•■V) puede ser de gran utilidad aquí.
FlGURA 10. Diagrama deV N [
INDECIDIBILIDAD 351
Tenemos un resultado que relaciona la definibilidad en Tí
con la jerarquía que construimos a partir de las relaciones re
cursivas:
Teorema 35K Una relación sobre los números naturales es
aritmética (es decir, definible en Tí) sii pertenece a S¿
para alguna k, y esta propiedad, a su vez, es equivalente
a pertenecer a ü ¡ para alguna l.
En particular, toda relación recursivamente numerable es
aritmética, como ya se había señalado antes.
Hay algunos trucos que sirven para localizar relaciones arit
méticas específicas dentro de esta jerarquía. Por ejemplo, sea A
el conjunto de números de Gódel de fórmulas o:, tales que para
alguna n,
A e h a (S n0) y (V i < n) AE h - a (S f0).
Entonces a 6 A sii [a es el número de Gódel de una fórmu
la a] y 3 n 3 D [D es una deducción de a (S n0) a partir de A¿]
y (V¿ < n) (3 D¡) [D, es una deducción de -i a (S ’O) a partir
de A¿\. Las partes entre corchetes son recursivas, de modo
que sólo hay que considerar los cuantificadores que quedan
fuera. El cuantificador acotado “V i < n ” no cuenta, pues tene
mos que
(Vi < n ){3 d )(d ,i) (3d)(Vi < w)((d)t,i) € P.
Basándonos en este hecho, podemos integrar el cuantificador
acotado a la parte recursiva y, por lo tanto, A € S i.
El siguiente teorema generaliza el teorema 351.
Teorema 35L Sea A un conjunto de enunciados tal que [),4
pertenece a S¿, con k > 0. Entonces, [JCn A también per
tenece a E¿.
Demostración Recordemos las demostraciones de los inci
sos 18 y 20 de la sección 4 de este capítulo. Ahí tenía
mos que
352 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
a £ f|Cn A ^ a es el número de Góde! de un enunciado y
3 d [d es un número de sucesión y el último
componente de d es a y para toda i menor
que Ihd, o bien (1 ) (c¡)¿ £ (jA, (2) (c!)¿ es el
número de Gódel de un axioma lógico, o
(3) para algunas j y l menores que i, (d)j =
{ *( ( ) ) * (.d)t * (h (-» )) * [d)i * <A()))].
Dado que jA £ S*, en (1) debemos reemplazar “(d)¿ E jiA"
por algo de la forma
3&i V6¡¡ ((d)i,b) £ Q
con Q recursiva. Faltaría transformar esto en una expresión
prenex en español de la forma £*. Sugerimos que el lector
trate de hacerlo para el caso k = 2, y que ponga el proce
dimiento por escrito. El artificio del ejemplo anterior será
de utilidad. H
Ejercicios
1. Muestre que no existe un conjunto recursivo R tal que
|CnAf C R y ¡¡{a |( - kt) £ GnA¿'} C R, el complemento
de R. (Este resultado puede refbrmularse de la siguiente
manera: los teoremas de A ¿ no se pueden separar recursi
vamente de los enunciados refutables.) Sugerencia: Cons
truya un enunciado a que diga “mi número de Gódel
no está en R” y trate de ver dónde está (Ja.
2. Sea A un conjunto recursivo de enunciados dentro de un
lenguaje recursivamente numerado con 0 y S. Suponga
que toda relación recursiva es representable en la teoría
Cn A. Suponga incluso que A es ui-consistente; es decir,
que no existe una fórmula <p tal que A 1- 3 x <p{x) y para
toda a € N, A 1- -i y?(Sa0). Construya un enunciado a que
indirectamente diga que no es un teorema de A y muestre
que ni A 1- <r ni A I— ■cr. Sugerencia: Revise la sección cero
del capítulo III.
Observación: Esta es una versión del teorema de incom-
pletud más cercana al argumento original de Gódel de
1931. Obsérvese que no se pide que los axiomas de A
INDECIDIBILIDAD 353
sean verdaderos en Ot. Tampoco se pide que A contenga
a A e \no obstante, se puede usar el argumento del punto
fijo.
3. Sea T una teoría en un lenguaje recursivamente numera
do (con 0 y S). Suponga que todos los subconjuntos recur
sivos de N son débilmente representables en T. Muestre
que (IT no es recursivo. Sugerencia: Construya una rela
ción binaria P tal que todo subconjunto de N débilmente
representable sea igual a {b \ (a,b) G P } para alguna a, y
tal que P sea recursivo si {\T lo es. Considere el conjunto
H — {b \ {b,b) P ). Vea la sección cero del capítulo III.
Se puede adaptar aquí lo que allá se dijo del “argumento
diagonal” para el caso especial de T = Th 91.
Observación: Este ejercicio ofrece otra versión del resul
tado “cualquier teoría suficientemente fuerte es indeci-
dible”.
4. Muestre que hay 2K° modelos numerables, no isomorfos,
de T h 9t. Sugerencia: Para cada conjunto A de números
primos, encuentre un modelo que tenga un elemento di
visible exactamente entre los primos de A.
5. (Lindenbaum) Sea T una teoría decidible y consistente
(en un lenguaje razonable). Muestre que T puede exten
derse a una teoría completa, decidible y consistente T !.
Sugerencia; Revise uno a uno cada enunciado a y añada
o bien a , o bien - kT a T, pero asegúrese de preservar la
decidibilidad.
6. Considere el lenguaje de la igualdad, que tiene a V co
mo único parámetro. Sea A„ la traducción de “Hay al
menos n cosas"; vea la demostración del teorema 26A.
Diremos que una fórmula es simple sii puede construirse
a partir de fórmulas atómicas y las fórmulas A„ usando
conectivos (pero no cuantificadores). Muestre que, dada
cualquier fórmula en el lenguaje de la igualdad, se puede
encontrar una formula simple que sea lógicamente equi
valente a ella. Sugerencia: Vea esto como un resultado del
tipo de los de eliminación de cuantificadores (donde los
cuantificadores de A# no cuentan). Use el teorema 31F.
354 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
7 . (a) Suponga que A y B son subconjuntos de N que perte
necen a E* (o a 11*). Muestre que AUB y A(~\B también
pertenecen a E* (o a II*, respectivamente).
(b) Suponga que A pertenece a E* (o a II*) y que las
funciones f u - ■- >fm son recursivas. Muestre que
{c : /«(<?)) G A }
también pertenece a E* (o a II*, respectivamente). Su
gerencia: Comience por demostrarlo para Si y obser
ve que el argumento que se usa para ese caso se puede
generalizar.
8. Sea T una teoría en un lenguaje recursivamente numera
do (con 0 y S). Sea n fija, n > 0. Suponga que todos los
subconjuntos de N en S„ son débilmente representables
en T . Muestre que j|T no pertenece a IIB. (Observe que
el ejercicio 3 es un caso especial de esto, con n = 0. Las
sugerencias que se dan ahí también sirven para este ejer
cicio.)
9. Muestre que el conjunto
{¡¡£7 |A e ; o es w-consistente}
(véase el ejercicio 2) pertenece a Ilg.
10. L a teoría CnAs tiene muchas extensiones completas, de
las cuales ThOI es sólo una. Pero, ¿cuántas hay?; es decir,
¿cuál es la cardinalidad del con junto de teorías completas
(en el lenguaje) que extienden Ae?
6 . Funciones recursivas
Hemos utilizado funciones recursivas (es decir, funciones que,
consideradas como relaciones, son recursivas) para obtener los
teoremas de incompletud e indecidibilidad de teorías. Sin em
bargo, la clase de las funciones recursivas es en sí misma muy
interesante, así que a lo largo de esta sección revisaremos algu
nas de sus propiedades.
INDECIDIBILIDAD 355
Recuérdese que, por la tesis de Church, una función es re
cursiva sii es calculable mediante un procedimiento efectivo
(véase el comentario posterior al teorema 33H). Este resulta
do es, en realidad, el que hace que las funciones recursivas
sean atractivas; asimismo, nos permite entender intuitivamen
te la recursividad, lo que fa cilita mucho su estudio. Suponga
mos, por ejemplo, que alguien nos pregunta si la inversa de
una permutación recursiva en N es recursiva. Antes de inten
tar demostrarlo, tendríamos que plantearnos la pregunta en
términos más intuitivos: ¿es calculable la inversa de una per
mutación calculable / ? Entonces parece más fácil de ver —o
al menos eso esperamos— que la respuesta es afirmativa. Para
calcular / - I (3), se pueden calcular / ( 0 ) , / ( 1 ) , . . . hasta que se
encuentre una k tal que f ( k ) — 3. Entonces / - 1(3) = k. Este
procedimiento tiene dos grandes ventajas. Por un lado, nos da
la certeza de queda respuesta a la pregunta sobre las permu
taciones recursivas también es afirmativa. Por el otro, nos da
una buena idea de cómo demostrarlo, pues sólo necesitamos
formalizar esta prueba intuitiva. Esta estrategia para abordar
los problemas conectados con la recursividad será de gran uti
lidad a lo largo de esta sección.
Antes de continuar, tal vez valga la pena hacer un recuen
to de algunos de los resultados que hemos obtenido sobre
las funciones recursh'as. Sabemos, por el teorema 34A, que
una función / es recursiva sii es representable (como relación)
en Cn A e . Por lo tanto, toda función recursiva es débilmente
representable en esta teoría.
En la sección 3 de este capítulo se dio un repertorio de fun
ciones recursivas. Además se mostró que la clase de las funcio
nes recursivas es cerrada bajo ciertas operaciones, como la
composición (teorema 33L) y el operador “mínimo cero” (teo
rema 33M).
Sabemos también que hay algunas funciones que no son re
cursivas. De hecho, hay una cantidad no numerable (2^° para
ser precisos) de funciones de M"1 en N, de las cuales sólo una
cantidad numerable pueden ser recursivas. Así que tenemos
una gran cantidad de funciones no recursivas, a pesar de que
en la sección 3 de este capítulo se mostró que las funciones
más comunes (como los polinomios) son recursivas. Por el in
356 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
ciso 1 del catálogo de dicha sección 3, tenemos que la función
característica de un conjunto no recursivo es no recursiva. Por
ejemplo, si f { á ) — 1 cuando a es el número de Gódel de un
elemento de C t\Ae y f ( a ) — 0 en caso contrario, entonces f no
es recursiva.
Forma normal
Para toda función calculable, como es el caso de la función
polinomial a2 + 3a + 5, es posible, al menos en principio,
diseñar una computadora digital que, tras introducir a, nos dé
com o salida a2 + 3a + 5 (Fig. 11). Sin embargo, si queremos
trabajar con otra función, es necesario construir una compu
tadora distinta (o rehacer las conexiones de la que se tiene).
Desde hace tiempo se tiene claro que, en la mayoría de los ca
sos, lo ideal es construir una sola computadora para funciones
generales, que permita guardar programas, en cuyo caso no
sólo es necesario dar a, sino también el programa para calcular
el polinomio (Fig, 12). Esta computadora “universal” necesita
dos entradas, y siempre que se introduzca el programa adecua
do, puede calcular cualquier función unaria calculable (supo
niendo que se tiene suficiente espacio para memoria). Desde
luego que hay programas que no generan ninguna función so
bre N, como bien lo sabe y resiente cualquier programador
de computadoras, (i L o que sí producen esos programas son
crisis!)
En lo que queda de esta subsección y la siguiente, repetire
mos lo que acabamos de decir, pero para funciones recursivas y
con demostraciones. Para nuestra computadora universal ten
dremos una relación recursiva y una función recursiva U.
Entonces, dada cualquier función recursiva / : N —> N, existirá
una e (análoga al programa) tal que
f { a ) = U (la mínima k tal que {e, a, k) £ T\)
= U(fik {e,a,k) G Tj),
donde la segunda ecuación debe entenderse com o una abre
viación de la primera. De hecho, e será el número de Gódel
de una formula <p que representa a / (al menos débilmente)
en CnÁ£\ Y los números k tales que (e,a, k) G Ti codificarán
INDECIDIBILIDAD 357
V
a *1 + 3o + 5
FIGURA 11. C o m p u t a d o r a p a r a u n a f u n d ó n e s p e c ia l
programa a
+ 3o -r 5
FIGURA 12. C o m p u t a d o r a p a r a f u n c i o n e s g e n e r a le s
tanto f { a ) como Q de una deducción de <p(SaO, S ^ O ) a partir
d eAf..
Definición Para todo número entero positivo m, Tm será la
relación de (m + 2) argumentos a la que pertenece la
( rn -F 2)-ada { e , a \ , . . . , a m, k) sii
(i) e es el número de Gódel de una fórmula ip en la
cual sólo Vi, , v,n, vm+i ocurren libres;
(ii) k es un número de sucesión de longitud 2 y (¿Jo
es Q de una deducción, a partir de de ^(S^'O,. . . ,
Sa"0 ; SWiO).
La idea aquí es que, para toda función recursiva / , antes que
cualquier otra cosa, lo que hay que hacer es tomar e como el nú
mero de Godel de una fórmula :p que represente débilmente f
358 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(como relación). Entonces sabemos que para cualesquiera a y b,
A e h <¿>(Sb 0 ,S 40 ) sü b = f{a ).
De modo que cualquier número k que cumpla con el inciso (ii)
de la definición debe ser igual a ((A)o>/(a)), donde (A)o es Q de
una deducción de </c(Sa0 ,S ^ a)0) a partir de A e . (En este caso,
nos estamos alejando de la definición más común de T m, al no
pedir que k sea la más pequeña posible.)
Tómese como función “conclusiva" U la función
U(k) = (A),.
L a U definida de este modo es recursiva y, por lo establecido
en el párrafo anterior, tenemos que U[k) — f { a ) .
Lema 36A Para toda m, la relación Tm es recursiva.
m = 2 (e, a-¡, a?, k) e T 2 sii e es el número
D em o strac ió n p a ra
de Gódel de una fórmula, V»g,V»j) * e es el nú
mero de Gódel de un enunciado, k es un número de
sucesión de longitud 2 y (A)o es G de una deducción, a
partir de AE> de
Sb (Sb (Sb(e, Í » i,g (o 0 ) J i^ ,g (e 8 )).fi» 3 .£ ((* )i)).
con g(n ) = f|Sn0. Gracias a la sección 4 de este capítulo
sabemos que todo esto es recursivo. H
Teorema 36B (a) Para toda función recursiva / : Nro -> N,
existe una e tal que para cualesquiera a i , , am,
f{a \ ,. . . , ,) — XJ{[¿k ^j , * ■ ■ , am, A) G
(En particular, dicho número k existe.)
(b) A la inversa, para cualquier e, tal que V ai, •••,
am 3 k (e,a\,. . . , am,k) £ T m, la función cuyo valor en
fli,.. •, ames Í7 {/j,k (e, ai, . . . , am, k) 6 Tm) es recursiva.
Demostración El inciso (b) se sigue inmediatamente del hecho
de que Uy Tm son recursivas. Para el caso del inciso (a)
tomamos e como el número de Gódel de una fórmu
la que representa débilmente a / en Cn AE. Dada cual
quier a, sabemos que A e h <p(Sa’ 0 , . . . .S^O, S^^O). Sea
INDECIDIBILIDAD 359
d el valor de Q de una deducción de este enunciado
a partir de A¿, entonces (e,a, (d , f ( a ))) £ T m. Así que
hay un número k tal que (e,a,k) £ Tm. Para toda k que
cumpla eso, sabemos que A e h ^(S01!),. , . , S3”*!), S^'O ),
pues (*)0 es Q de una deducción; en consecuencia, por
nuestra elección de <p,U(k) — (£)i — f ( a ) . Entonces
tenemos que U{¡ik (e,a,k} £ Tm) = f { a ) . H
Este teorema, formulado por Kleene en 1936, nos muestra
que toda función recursiva es representable en la forma normal
f ( a ) = U(pk (e,a,k) £ Tm).
Tenemos, entonces, que una computadora que sea capaz de
calcular U y la función característica de 71 es una computado
ra “universal” para las funciones recursivas de un argumento.
La entrada e corresponde al programa y debe elegirse con cui
dado si se quiere que arroje resultados (es decir, si es que hay
una k tal que (e, a,k) € T i).
Funciones parciales recursivas
La teoría sobre las funciones recursivas es más significativa si la
consideramos dentro del contexto más general de las funciones
parciales.
Definición Una función parcial de m argumentos es una fun
ción / tal que dom / C N " y ran / C N. Si a f dom f
entonces se dice que f(a ) es indefinida. Si d o m / = Nm,
se dice que f es total.
El lector no debe tomar de manera demasiado literal las pa
labras “parcial" y “total" (como tampoco el término “indefini
da”), pues no se trata de casos mutuamente excluyentes. Una
función parcial / puede ser total o no. Por lo que, en nuestro
caso, los términos “total" y “parcial” no deben ser vistos como
antónimos.
Comenzaremos por estudiar las funciones parciales que son
intuitivamente calculables.
'Definición Una función parcial f de m argumentos es calcu-
labe síi existe un procedimiento efectivo tal que (a) dada
360 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
una jrc-ada a en dom / , el procedimiento nos da f ( a ) ; y
(b) dada una ra-ada a que no pertenece a dom / 7 el pro
cedimiento no da resultado alguno.
Esta definición extiende a las funciones parciales la defini
ción de función calculable que habíamos dado para las funcio
nes totales. En ese entonces demostramos un resultado {teo
rema 33H), parte del cual podría extenderse a las funciones
parciales.
*Teorema36C Una función parcial de m argumentos es cal
culable sii / (vista como una relación de (m 4- 1 ) argu
mentos) es efectivamente numerable.
Demostración Esta demostración hace eco de la demostra
ción de otro resultado, el teorema 17E. Primero supon
gamos que tenemos una forma efectiva de numerar / .
Dada una jn-ada a, revisamos la lista de los elementos
de la relación que se va formando conforme se aplica el
procedimiento. Cuando aparezca, si es que lo hace, una
[m + l)-ada que comience con a, tomamos su última
componente como f i a ) .
A la inversa, sea / una función calculable. Suponga
mos primero que / es una función parcial de un argu
mento. Podemos numerar / como relación, mediante el
siguiente procedimiento:
1. Tomar un minuto para calcular /(O ),
2. Tomar dos minutos para calcular /(O ) y después
otros dos minutos para calcular / ( 1).
3. Tomar tres minutos par a calcular /(O ), otros tres
para calcular / ( l ) y otros tres para calcular/ ( 2).
Y así sucesivamente. Desde luego que en el momento
en que alguno de estos cálculos se concluya, debe escri
birse el par correspondiente en la lista de elementos de
la relación / .
Para el caso en que / sea una función parcial calcu
lable de m argumentos, en lugar de calcular los valores
de / en 0, 1, 2, , . . , calculamos sus valores en {(0)o, - ••>
INDECIDIBILIDAD 361
(O)m-i). ((l)o> ■■■j (I)w_i), ((2)o. •••, (2)m_i), etcétera.
H
En el caso de las funciones totales calculables también había
mos concluido que / era una relación decidible; sin embargo,
esto puede fallar para algunas funciones / no totales. Por ejem
plo, sea
f 0 si a e [tCn Ag,
J \ indefinida en otro caso.
En este caso, J es calculable. (Se puede obtener / ( a ) listando
los elementos de ijCn Ae y buscando a.) Sin embargo, / no es
una relación decidible, pues de otro modo ¡jCn A^ sería de
cidible. Este ejemplo y el siguiente teorem a explican nuestra
decisión de dar una definición de lo que sería exactamente la
contraparte formal del concepto de función parcial calculable.
Definición Unafunción parcial recursiva es una función parcial
tal que, vista como relación, es recursivamente nume
rable,
Debemos advertir al lector que la frase “función parcial
recursiva" es indivisible; una función parcial recursiva (vista
como relación) no necesariamente es recursiva. Pero al menos
esta terminología es consistente con la forma en que nos hemos
e.xpresado hasta ahora para el caso de las funciones totales.
Teorema 36D Sea / : Nm — N una función total. Enton
ces f es una función parcial recursiva sii / es recursiva
(como relación).
Demostración Si / es recursiva (com o relación), entonces / es
a fortiori recursivamente numerable. A la inversa, supon
gamos que / es recursivamente numerable. Como / es
total,
f { a ) f b ^ > 3 c {/(a) = c y b f c } .
La expresión del lado derecho muestra que el comple
mento de f también es recursivamente numerable. De
manera que, por el teorem a 35F, / es recursiva. H
Cuando comenzamos a discutir algunos de los resultados
de la forma normal, nos tratamos de imaginar un aparato con
362 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
programa a
dos entradas (Fig. 13). Vimos que, para toda función parcial
calculable, existe un programa que la calcula. Pero ahora tam
bién tenemos que el inverso es cierto: todo program a produce
una función parcial calculable. Desde luego, muchos progra
mas generan la función vacía, pero ésa es una función parcial
calculable.
Estas consideraciones pueden aplicarse también al caso de
las funciones parciales recursivas. Defínase como sigue la fun
ción parcial de m argumentos [[<?]]TOpara cada e £ N
[[^]]r/t(^i, - - -, —b a i , . . . , a ní,k) £
En caso de que dicha k no exista, el lado derecho debe enten
derse como indefinido. En otras palabras,
a € dom [[«]]» sii 3 k {<?, a\,. . . , am,k) 6 Tm,
en cuyo caso el valor de [[e]],„íaj está dado por la ecuación
previa.
El siguiente teorema es una versión mejorada del teore
ma 36B:
Teorema de la forma normal (Kleene, 1943) (a) La función parcial
de (m + 1) argumentos cuyo valor en {e, a i , . . . , am) es
[[e]]OT( a i ,. . . ,am) es una función parcial recursiva.
(b) Para todag > 0, [[e]]mes una función parcial recur
siva de rn, argumentos.
INDECIDIBILIDAD 363
(c) Toda función parcial recursiva de m argumentos es
igual a [[e]]m, para alguna e.
Demostración (a) Tenemos que
[Nlm(a) = b 3A[(e, a,k) e Tm y U(k) =
b y (VA' < k)(e,a,k') i Tm],
L a parte entre corchetes es recursiva, así que 1a función
(vista como relación) es recursivamente numerable.
(b) Aunque en este caso e está fija, la demostración
anterior sirve.
(e) Sea / una función parcial recursiva de m argu
mentos, tal que {{a , 6) | f ( a ) = ¿ } es recursivamen
te numerable. Por lo tanto, existe una fórmula <p que
representa débilmente a esta relación en Cn A¿r. Afir
mamos que / = pues si f ( a ) = b, entonces
A e h <¿3(Sai0, . . , , Sa*0, S^O). Por lo tanto, existe una A
tal que a, A) £ Tm. Por otro lado, para toda k que
cumple eso, U(k) — b, pues K ^>(Sfl,0 , . . . , S8**©, Sc0)
para toda c ^ b. De manera similar, si / ( o ) está indefi
nida, entonces A$ K ^(Sa|0 , . . . , S“"‘0, Sc0) para toda c, y
entonces también [[¡)<^]]m está indefinida. H
La parte (a) del teorema de la forma normal nos dice (en el
caso en que m = 1) que la función $ dada por la ecuación
= [M]i(a) - U{fJLk (e,a,k) € Ti)
es una fruición parcial recursiva. La parte (c) nos dice que $ es
“universal” en el sentido de que podemos obtener cualquier
función parcial recursiva de un argumento si damos un valor
fijo y adecuado a la primera variable de <£.
La contraparte intuitiva de la función universal $ es el siste
ma operativo de una computadora. El sistema operativo tiene
dos entradas, el program a e y la información a, y deja correr
el program a con dicha información, Pero el sistema operativo
es en sí mismo calculable, si se ve como una función parcial de
dos argumentos.
La demostración del teorema de la forma normal nos da
un procedimiento para calcular los valores de nuestro “sistema
364 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
operativo” aunque de una manera extremadamente inefi
ciente. La idea sencilla de “examinar el programa e y dejarlo
correr con la información a” se complica bastante, por decir lo
menos.
Decimos que la función [[e]]mes la función parcial recursiva
de m argumentos con índice e. La parte (c) del teorema de la
forma normal nos dice que toda función parcial recursiva tiene
un índice. La demostración nos muestra que el número de Gó-
del de una fórmula que representa débilmente a una función
siempre es un índice de dicha función.
Tenemos, entonces, una lista indexada [[0]]i[[l]]i,. . . de las
funciones parciales recursivas de un argumento. La función
[[«]]i se genera a partir de las “instrucciones” codificadas por e.
Desde luego, la función será vacía, a menos que e sea el núme
ro de Gódel de una fórmula y se cumplan otras condiciones
particulares.
Todas las funciones totales recursivas están dentro de nues
tra lista de funciones parciales recursivas. Sin embargo, dado
un número e, no tenemos una forma efectiva de decidir si es o
no el índice de alguna función total:
Teorema 36E {e |f[«]]i es total } no es recursivo.
Demostración Llámese a este conjunto A. Considérese la fun
ción definida por
,, , / N ] i(o ) + 1 si a e A,
/W = \o si a i A.
Entonces, por construcción, / es total. ¿Será rccursi-
va? Tenemos que
f{a) — b [(a i A y b = 0) o (a € A y 3 k[{a, a, k) 6 T x
y b = U{k) + 1 y (Vj < k){a,a ,j) £ Ti))].
Por lo tanto, si A es recursivo, entonces / es recursiva
mente numerable (como relación). Pero entonces / es
una función total recursiva, así que es igual a [[*?]] i para
alguna e € A. Ahora bien. f { e ) — [[«]]i («) + 1, de modo
que no es posible que / — [[e]]j. Esta contradicción de
muestra que A no puede ser recursivo. d
INDECIDIBILIDAD S65
No es difícil mostrar que A está en n 2. Ésta es la mejor
clasificación que podemos hacer de A, pues se puede probar
que A no pertenece a £ 2-
Teorema 36F El conjunto
K — {a |[[al]i («) está definida}
es recursivamente numerable, pero no es recursivo.
Demostración K es recursivamente numerable, ya que a €
K 3 k(a, a,k) £ T Para ver que K no es recursivo,
considere la función dada por:
/ \ f[[« ]]i(« ) + l siaGK,
« W = \ 0 tía t u .
Ésta es una f unción total. Exactamente igual que para el
teorema anterior, tenemos que K no puede ser recursivo.
H
Corolario 36G (La insolubilidad del problema de la detención) La rela
ción
{{e, a) |j[ej]i (a) está definida}
no es recursiva.
Demostración Tenemos que a € K sii {a, a) pertenece a esta
relación. (De modo que el problema de la pertenencia
a K es “reducible” al problema de la detención.) Si esta
relación fuera recursiva, entonces K sería recursivo, pero
no lo es. H
Este corolario nos dice que, dado un program a e para una
función parcial recursiva y una entrada a, no hay forma efectiva
de decidir si la función [[e]]i está definida o no en a.
Es posible indexar las relaciones recursivamente numerables
si hacemos uso de la siguiente caracterización:
Teorema 36H Una relación sobre N es recursivamente nume
rable sii es el dominio de una función parcial recursiva.
Demostración El dominio de toda función recursivamente nu
merable también es recursivamente numerable (véase la
366 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
parte 4 del teorema 35E). En particular, el dominio de
toda función parcial recursiva es recursivamente nume
rable.
A la inversa, sea Quna relación recursivamente nume
rable tal que
aGQ 3 b {a, b) G R
con R recursiva. Sea
f(a) {a,b) G R;
es decir,
f(a) — b (a,b) € R y (Ve < b) {a,c) $ R.
Entonces / , com o relación, es recursiva. Por lo tanto,
/ es una función parcial recursiva que claramente tiene
como dominio a Q. H
Vemos, entonces, que nuestra indexación sobre las funcio
nes parciales recursivas induce una indexación sobre las rela
ciones recursivamente numerables. Sea
We = dom [[<?]] i.
Entonces Wo, W\, W %,. . . es una lista de todos los subconjuntos
recursivamente numerables de N. En el teorema 36E mostra
mos que {e | We = N } no es recursivo. El teorema 36F nos
asegura que {e \ e € tampoco es recursivo. Definamos la
relación Q de la siguiente manera:
Q.= { ( e , a ) \ a e W e}.
Como (e,a) G Q 3 k(e,a,k) € Ti, entonces Q es recursiva
mente numerable. Más aún, Q es universal para los conjuntos
recursivamente numerables, lo que quiere decir que, para todo
conjunto recursivamente numerable A C N, existe e tal que
A — {a | (e, a) G Q}. La insolubilidad del problema de la
detención puede resumirse así: Q no es recursiva.
Podemos aplicar el típico argumento de diagonalización a la
lista Wo, Wi, Wg, . . . de los conjuntos recursivamente numera
bles para generar un conjunto que no esté en ella. El conjunto
INDECIDIBILIDAD 367
{ a \ a £ Wa} no puede ser igual a ninguno de los conjuntos
Wq. De hecho, este conjunto no es sino K, el complemento del
conjunto K del teorema 36F. Como
qe K q £ Wq,
entonces el conjunto K no puede ser igual a algún Wq, el núme
ro q es el que nos da cuenta de la diferencia entre los conjuntos
KyWr
Y lo que es más: siempre que Wq sea un subconjunto recursi
vamente numerable de K, es decir, que Wq C K, podemos dar
un número que pertenezca a K que no esté en Wq. Ese número
es q mismo. Para ver esto, observe que no puede ser que ambos
lados del bicondicional del párrafo anterior sean falsos (q £ K
y q € Wq), ya que Wq C K. Así que ambos lados son verdaderos.
El teorema 36F nos asegura que K, a pesar de ser recursi
vamente numerable, no es recursivo. Para demostrar la no re-
cursividad basta mostrar que su complemento K no es recursi
vamente numerable, En el párrafo anterior demostramos esto
de una manera particularmente fuerte; de modo que tenemos
otra prueba del teorema 36F.
Llegados a este punto, podemos reconsiderar el teorema de
incompletud de Gódel, desde el punto de vista computacional.
El conjunto K es recursivamente numerable (pertenece
a E i). De ahí se sigue (por el teorema 35K) que K es aritmético;
es decir, K es definible en la estructura 9b
Así que existe una fórmula « (tq), con com o única variable
libre, que define K en 9b Entonces, el conjunto K está definido
en 9^ por la formula - i f t ( z q ) . Por lo tanto, tenemos que
K(Sa0)) 6 Th 91.
Esto nos muestra cómo podemos "reducir” las preguntas sobre
la pertenencia al con junto K a preguntas sobre Th 9Í. Supon
gamos que tenemos un número a del que quisiéramos saber
si pertenece o no al conjunto K. Podemos calcular el núme
ro )J(-i « (S “0 )). (De manera intuitiva está claro que efectiva
mente se puede calcular dicho número; formalmente podemos
recurrir al inciso 5 de la sección 4 de este capítulo para asegu
rarnos de que es posible calcular el número recursivamente.) Si
368 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
tuviéramos una bola de cristal para examinar ¡JTh9T (es decir,
algún truco mágico que, dado un número, nos pudiera decir
si pertenece o no a ÜTh 7t), entonces podríamos responder la
pregunta: “¿pertenece a a K?"
Pero dejemos de lado la magia. Dados A y B, conjuntos de
números naturales, decimos que A es mvltirredurible a B (usan-
do símbolos, A < m B) sii existe una función total recursiva /
tal que, para todo número a,
a€ A f ( a ) £ B.
En este sentido, el ejemplo anterior nos dice que K < m JlThTt.
De manera más general, el argumento muestra que todo con
junto aritmético es multirrcducible a íjTh 7t.
Lema 361 Supongamos que A y B son conjuntos de números
naturales tales que A < m B.
(a) Si B es recursivo, entonces A también es recursivo.
(b) Si B es recursivamente numerable, entonces A tam
bién es recursivamente numerable.
(c) Si B está en para alguna n, entonces A también
está en £ rt para esa n.
Demostración El inciso (a) nos es muy familiar; era el inciso 2
de nuestro catálogo de la sección 3 de este capítulo, aun
que con una terminología distinta.
El inciso (b) es esencialmente el mismo que (a), sólo
que “con un cuantificador”. Es decir, com o B es recursi
vamente numerable, sabemos que, para alguna relación
binaria recursiva Q,
cEB Q (c, b).
Si / es una función total recursiva que multirreduce A
a B, entonces, para todo número a,
a £ A f{a) £ B [Q (/(a)»^)]-
La parte entre corchetes es recursiva (es decir, {(o , b) \
Q ( f ( a )>b)} es recursivo), com o la del inciso (a) de este
INDECIDIBILIDAD 369
lema. Entonces tenemos a A descrito de modo que nos
permite ver que es recursivamente numerable.
El inciso (c) es básicamente lo mismo que el inciso (a)
sólo que con “n cuantificadores más” y se demuestra
como el inciso (b). H
La razón que tuvimos para detenernos a estudiar el conjun
to particular K es que nos conduce al siguiente resultado:
Teorema de incompletud de Godel T h 9 l no es recursivamente
axiomatizable.
Demostración Th 91 no puede ser recursivamente numerable,
a menos que K ío sea, por el lema anterior. Pero toda
teoría recursivamente axiomatizable es recursivamente
numerable (por el inciso 20 de la sección 4 de este ca
pítulo; también por el teorema 351). H
En otras palabras: toda teoría recursivamente axiomatizable
es recursivamente numerable. Pero T h 91 no es recursivamente
numerable. De modo que toda subteoría recursivamente axio
matizable debe ser incompleta.
Cuando el lector revise otra vez esta prueba, valdría la pena
que sustituya las afirmaciones negativas (tal o cual conjunto no
tiene cierta propiedad) por afirmaciones positivas.
Supongamos que T es una subteoría de T h 9 t recursivamen
te axiomatizable. (Entonces, por el teorema anterior, T es in
completa.) Pero nosotros quisiéramos encontrar un enunciado
que demostrara directamente la incompletud.
Hemos dado una función total recursiva f que multirredu-
ce K a ¡)Th9í. A saber: / ( a ) = j|(-i > í(S a0 ) ) ; entonces, para
toda a,
a E K <=>■ / ( a ) E jfThÜL
Y f ( a ) es (el número de Godel de) un enunciado que dice
“a £ K
Considere el conjunto de números J definido de la siguiente
manera:
a E J ■<=> / ( a ) E jjT.
370 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Entonces y es el conjunto de números tales que T “sabe” que
no están en K. Hay dos observaciones que vale la pena liacer
con respecto a J :
Primero, J es recursivamente numerable. Como es multirre-
ducible, mediante / , al conjunto recursivamente numerable jjT,
entonces se puede usar el lema 361 (b).
Segundo, J C K. Tenemos que T C T h 9t, de modo que si
T sabe que a K, entonces verdaderamente a £ K:
aE J f [ a ) E jjT = > / ( o ) E jíThOl a € K.
Entonces J es un subconjunto recursivamente numerable
de K. Pero, además, es un subconjunto propio, pues K no es
recursivamente numerable; es decir, existe un número q tal que
q E K y q £ J . Por lo tanto, f ( q ) E jjThOT, pero f ( q ) ^ jjT. Esto
quiere decir que el enunciado (-1 re(S?0)) es verdadero (en 9t)
pero no está en T, con lo que finalmente hemos demostrado la
incompletud de T.
Sin embargo, ¿qué es lo que nos “dice” ese enunciado? Pode*
mos tomar cualquier número q tal que Wq = J . Entonces q EÜ.
y qíJ-
En ese caso tendríamos que:
(->/t(S*0)) dic e q ^ K
Le. q £ Wq
Le. q<£ J ya que Wq = J
i.e. f ( q ) 0 jjT por la definición de J
Le. T Y (-,«(S »0)).
El enunciado que construimos para dar cuenta de la incomple
tud de T afirma la imposibilidad de que él mismo sea demos
trable a partir de la teoría axiomatizable T.
Después de todo, el argumento de computabilidad y el ar
gumento de autorreferencia para la prueba del teorema de in
completud de Gódel no son tan distintos. De hecho, el argu
mento de computabilidad es bastante cercano al argumento de
diagonalización (de la sección cero de este capítulo), sólo que
el método de diagonalización se usa en un contexto distinto.
INDECIDIBILIDAD 371
Reducción de los problemas de decisión5
Supongamos que tenemos una función parcial recursiva bina
ria f . Entonces afirmamos que, por ejemplo, la función g defi
nida como:
g ( a) = f ( 3 , a )
también es una función parcial recursiva. Esto queda claro, al
menos desde un punto de vista intuitivo, ya que g se puede
calcular tomando 3 como valor de la primera variable y luego
siguiendo las instrucciones para / . Si este argumento se forma
liza, se puede tener una prueba rigurosa. Existe una fórmula
tp = ip(vi,V2 ,v$) que representa débilmente a / (como rela
ción) en C n d £. Entonces g está débilmente representada por
<¿>(S30, v\, V2 ), suponiendo que y v9 son sustituibles por V2 y
en (p. (Si esto no sucede, siempre se puede usar una variante
alfabética de tp.)
A prim era vista, esto no dice mucho. Sin embargo, si mira
mos con cuidado, encontraremos que se trata de un resultado
sutil muy interesante. Hemos podido transformar las instruc
ciones para / en instrucciones para g. De manera que, dado
un índice para f y el número 3, existe una función recursiva
que nos da el índice de g. La versión del resultado que presen
tamos a continuación suele conocerse con el críptico nombre
de “teorema S -m ^ n ".
Teorema del parámetro Para cada m > 1 y n > 1, existe una
función recursiva p tal que, para cualesquiera e, a, b,
[[®]]to+™(®1> ' ' ' ■■■j b^
[ [ p ( g , O l, . . . > (^ 1 ) • - - j b n ).
(Está claro que, en este caso, la igualdad quiere decir que si
uno de los lados está definido, entonces el otro lado también
lo está, y que los valores coinciden. A veces se usa el símbolo
para designar esta relación.)
Del lado izquierdo de la ecuación, a es un valor asignado a
las variables de la función [[g]]m+n; del lado derecho, en cam
bio, a consiste de parámetros de los que depende la función
3En una primera lectura, el lector puede omitir lo qüe queda de esta
sección.
372 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Hp(* En nuestro ejemplo, teníamos que m = n — 1 y
ai = 3. Como p depende de m y n, parece más lógico usar
como notación “p™”, Pero nosotros seguiremos usando sim
plemente “p”.
Demostración para m= rt := 1 Se podría hacer una demostración
apegada a lo que se dijo antes de enunciar el teorema.
Sin embargo, para evitar tener que lidiar con variantes
alfabéticas, seguiremos una estrategia ligeramente dis
tinta.
Gracias al teorema de la forma normal sabemos que
una función parcial de tres argumentos h, definida de la
siguiente manera:
h(e,a,b) = [[«]]2(a,¿>)
es una función parcial recursiva. Por lo tanto, existe una
formula ip que representa débilmente h (como relación).
Podemos suponer que vi y »9 no están cuantificadas
en ifj. De modo que podemos tomar
p{e, a) = M S*0, S"0, t>2)
=Sb (Sb (Sb (Sb {fé, #®i, #S'0), S»s, itS“0), a»s, tí»,), ü»4, f»2).
Entonces p(e, a) es el número de Gódel de una fórmula
que representa débilmente a la función g ( b ) = [[^]]2(« ,
b). Por lo tanto, es un índice de g. -i
Utilizaremos el teorema del parámetro para demostrar que
ciertos conjuntos no son recursivos. Ya sabemos que K — {a j
[[a]]x(a) está definida} no es recursivo. Dado un conjunto no re-
cursivo A, a veces es posible encontrar una función (total)
recursiva g tal que:
flSÍÍ» g{a) € A
o una función (total) recursiva g' tal que
a g'{a) € A.
En ambos casos se sigue que A no puede ser recursivo, pues
K no lo es. En el primer caso tenemos que K < m A y A no
INDECIDIBILIDAD 373
pertenece a ü i (por el lema 361); en el segundo caso, K < m A
y A no pertenece a S i. Así que, en ambos casos, A no es re-
cursivo. Generalmente, las funciones g o g ' pueden obtenerse
a partir del teorema del parámetro.
E jem plo { a | Wa — 0 } n o e s r e c u r s iv o .
Demostración Llamemos a dicho conjunto A. Lo primero es
observar que A e IIi, ya que Wa = 0 sii Vb V k (a, b, k) $
T j. Así que K no puede ser multirreducible a A; sin em
bargo, parece razonable esperar que K lo sea. Es decir,
queremos encontrar una función total recursiva g tal que
[[a]]i(a) está indefinida -tA dom [[g(a)J]i — 0.
Esto se cumple si para toda b, [[g(a)]]i(¿) = [[a]]i(a). Así
que conviene comenzar con la función parcial recursiva
f i a , b) = [[a] ] i (a )
y sea g (a) = p ( f , a), donde f es un índice de / . Enton
ces
[ [ g ( a )]]i(¿ 0 = [ [ p ( / a ) ] ] i ( ¿ ) — f{a,b) — [[a ]]i(a ).
Así que g muestra q u e K e s m u l t i r r e d u c i b l e a A. H
Teorema 36J (Rice, 1953) Sea C un conjunto de funciones par
ciales recursivas de un argumento. Entonces el conjunto
{■e | [[e]]i € C} de índices de los elementos de C es re
cursivo sii o bien C es vacío, o bien contiene todas las
funciones parciales recursivas de un argumento.
Demostración Sólo necesitamos demostrar un lado del bicon-
dicional. Sea Ic = {e \ [[e]]i £ C} el conjunto de índices
de los elementos de C.
Caso I: La función vacía 0 no está en C. Si no hay nada
en C, entonces terminamos; pero supongamos que hay
una función ?/; que está en C. Podemos demostrar que
K es multirreducible a Ic si tenemos una función total
374 UNA INTRODUCCIÓN MATEMATICA A LA LÓGICA
recursiva g tal que
tp üa€K ,
f e (fl)]]l = { <b si a £ K.
En ese caso, a € K <3- [[g(a)]]j £ C <=> g ( a ) € Ic-
Podemos obtener g a partir del teorema del paráme
tro si tomamos
g(a) = f>{e,a),
donde
i¡)(b) si a Ó K,
indefinido si a $ K.
La anterior es una función parcial recursiva, ya que
[[e]]2(a,¿) = c < & a C K y ip{b) = c
y el lado derecho de este bicondicional es recursivamen
te numerable.
Caso II: 0 6 C. Entonces el complemento de C, que
denotamos con C, cae dentro del caso I, de donde pode
mos concluir que 1-g no es recursivo. Pero 7^ es el com
plemento de Ic, así que Ic no puede ser recursivo.
Por lo tanto, Ic no es recursivo en ninguno de ambos
casos. -I
Ejemplos Como consecuencia del teorema de Rice tene
mos que, para toda e fija, el conjunto {a \ \Va = W ,}
no es recursivo. En particular, { a \ \Va = 0 } no es re
cursivo, como ya se había probado antes. Los siguientes
resultados también provienen del teorema de Rice: los
conjuntos { a \Wa es infinito} y {a \ Wa es recursivo} no
son recursivos.
Máquinas registradoras
Existen diversas definiciones equivalentes para la clase de las
funciones recursivas; muchas de esas definiciones se refieren
INDECIDIB1LIDAD 375
a aparatos de cómputo ideales. Estos aparatos se parecen a las
computadoras digitales, pero sin restricciones de espacio de
memoria. En 1936, Alan Turing publicó la primera definición
de este tipo y, casi al mismo tiempo, Emil Post realizó un tra
bajo similar. Nosotros veremos aquí la versión de Shepherdson
y Sturgis (1963).
Una máquina registradora tiene un número finito de registros,
numerados 1 , 2 Cada registro puede almacenar un nú
mero natural, sin importar cuán grande sea. El funcionamiento
de la máquina depende de un programa, que no es sino una su
cesión finita de instrucciones que se toman de la siguiente lista:
I r (con 1 < r < K). “Incrementar r.” Con esta instrucción se
suma 1 al número del registro r. La máquina pasa después a la
siguiente instrucción dei programa.
D r (con 1 < r < K). "Disminuir r." Esta instrucción depende
del contenido del registro r. Si el número en el registro r es
distinto de cero, entonces se le resta 1 y en lugar de pasar a
la siguiente instrucción, se pasa a la que está después de ésta.
Sin embargo, si dicho número es cero, la máquina pasa, sin
más, a la siguiente instrucción. En resumen: la máquina trata
de disminuir el número que hay en r, y si lo logra, entonces se
salta una instrucción.
T q (donde q es un entero positivo, negativo, o cero). “Trans
ferir q ” Todos los registros se quedan como están. La máquina
pasa a la pésima instrucción a partir de la que está (si q > 0)
o a la instrucción que está |<?¡ lugares antes de esta (si q < 0).
L a máquina se detiene si en el programa no existe dicha ins
trucción. La instrucción T 0 no es sino un ciclo en el que la
máquina repite una y oirá vez esta instrucción.
E jemplos
1. Programa para vaciar el registro 7.
-*■0 7 Tratar de disminuir lo que hay en 7.
T 2
__T —2 Ir hacia atrás y repetir.
Detener.
376 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
2. Programa para trasladar el número del registro r al
registro s.
Vaciar el registro s (Usar el programa
del primer ejemplo.)
pD r Restar 1 al número en r,
T 3 —i Detener cuando se llegue al cero.
I s Sumar 1 al número en s.
_T ~3 Repetir
Este programa tiene un total de siete instrucciones y
deja un cero en el registro r.
3. Programa para sumar el registro 1 a los registros
2 y 3.
r D 1
T 4 “1
I 9
I 3
_T -4
4. (Suma) Supongamos que a y b están en los regis
tros 1 y 2, respectivamente. Quisiéramos tener a + b
en el registro 3, pero manteniendo a y b en los registros
1 y 2.
Contenidos
de los registros
Vaciar el registro 3. a b 0
Trasladar el número
del registro 1 al registro 4. 0 b 0 a
Sumar el registro 4
a los registros 1 y 3. a b a 0
Trasladar el número
del registro 2 al registro 4. a 0 a b
Sumar el registro 4
a los registros 2 y 3. a b o + b 0
INDECIDIBILIDAD 37?
Tal com o está escrito, este programa da com o resul
tado 27 instrucciones, aunque en realidad tres de ellas
son innecesarias. (En el cuarto enunciado se comienza
con una instrucción para vaciar el registro 4, que ya está
limpio.) Al final tenemos de nuevo el número a en el
registro 1. Sin embargo, a lo largo del programa es ne
cesario vaciar el registro 1; ésta es la única forma en que
se puede determinar el número a.
5. (Resta) Sean a — b = max (a — b, 0). Dejamos al
lector la elaboración de este programa (ejercicio 11).
Supongamos ahora que f es una función ra-aria sobre N.
Posiblemente existirá un programa P tal que, si construimos
una máquina registradora (que tenga los registros a los que se
refiere P) con a \ ,. . .,an en los registros l , . . . , n y aplicamos el
programa P, se cumplen las siguientes condiciones:
(i) Si / ( a i , está definido, entonces su cálculo termi
na con / ( a i , . . . , a„) en el registro n + 1. Además, el cálculo
termina cuando se busca una instrucción (p -+• 1), donde p es
igual a la longitud de P.
(ii) Si f ( a \ , . . . , a n) está indefinido, entonces el cómputo
nunca termina.
Si existe dicho programa P , entonces decimos que P calcu
la / .
Teorema 36K Sea / una función parcial. Entonces existe un
programa que calcula / sii f es una función parcial re
cursiva.
De modo que a partir de las máquinas registradoras pode
mos obtener la clase de las funciones parciales recursivas, una
clase que originalmente se definió en términos de la represen-
tabilidad en teorías consistentes finitamente axiomatizables. El
hecho de que se tengan dos formas tan distintas de determinar
la misma clase de funciones parciales da cuenta de la impor
tancia que tiene esta clase.
Esbozo de la demostración Para demostrar que las funciones cal
culables mediante máquinas registradoras son funciones
378 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
parciales recursivas hay que “aritmetizar los cálculos”,
con el mismo espíritu con el que se aritmetizaron las
deducciones en la sección 4 de este capítulo. Es decir,
hay que asignar números de Gódel a los programas y a
las sucesiones de configuraciones de memoria. Entonces
hay que verificar que todos los conceptos relevantes, que
se traducen a relaciones numéricas mediante la numera
ción de Gódel, sean recursivos. (Al final, esto permite
entender, desde un punto vista mas general, que en rea
lidad las deducciones y los cálculos son el mismo tipo de
objeto.)
Por otro lado, para demostrar que las funciones par
ciales recursivas son calculables mediante máquinas re
gistradoras, se puede hacer lo mismo que se hizo en
las secciones 3 y 4 de este capítulo, pero, en lugar de
demostrar que cada una de las posibles funciones son
representables en Cn AE, hay que probar que son cal
culables mediante máquinas registradoras. Esto es más
sencillo de lo que parece, porque después de algunas
páginas queda claro que las demostraciones se repiten.
Es posible explicar este ciclo, ya que se puede demostrar
que la clase de todas las funciones recursivas se genera
a partir de unas cuantas funciones recursivas, mediante
el operador composición (definido en el teorema 33L)
y el operador “mínimo cero" (teorema 33M). Buena par
te del trabajo de las secciones 3 y 4 tiene que ver con
la demostración de este hecho. De modo que, una vez
que se demuestra que las funciones de este conjunto bá
sico son calculables mediante una máquina registradora
y que la clase de las funciones calculables mediante má
quinas registradoras es cerrada bajo composición y el
operador “mínimo-cero”, se puede repetir el mismo tra
bajo una y otra vez hasta obtener que todas las funciones
recursivas son calculables. H
1NDECIDIBILIDAD 379
Ejercicios
1 . Sean / y g las siguientes funciones:
0 si la conjetura de Goldbach
/(» ) es verdadera,
1 en caso contrario;
0 si en la expansión decimal de 7r hay,
en algún punto, una sucesión
$ (» ) de al menos n sietes consecutivos,
1 el caso contrario.
¿Es f recursiva? ¿Es g recursiva? (La conjetura de Gold
bach dice que todo entero par mayor que 2 es la suma de
dos primos. En la primera edición de este libro, usamos
para este caso el último teorema de Fermat.)
2. Definimos la función “diagonal” como
d(a) = [[a]]i(a) + 1 .
(a) Muestre que d es una función parcial recursiva.
(b) Por el inciso (a) tenemos que d = [[«]] i para algún
número e. De modo que, por un lado, d (e) = [[«]]i(e),
y, por el otro, d (e) = [[¿]]i(e) + b Pero, entonces, ¿se
puede cancelar para concluir que 0 = 1 ? Sugerencia;
use el símbolo especial para decir que o bien am
bos lados de la ecuación están indefinidos, o bien que
están definidos y son iguales. Reescriba el argumento
con esta notación.
3. (a) Demuestre que el rango de cualquier función parcial
recursiva es recusivamente numerable.
(b) Demuestre que el rango de una función total recursi
va / estrictamente creciente (es decir, f ( n ) < f i n •+■
1)) es recursivo.
(c) Demuestre que el rango de una función total recur
siva / no decreciente (es decir, f [ n ) < f { n -j- 1)) es
recursivo.
380 UNA INTRODUCCION MATEMÁTICA A LA LÓGICA
4. (a) Sea A u n subconjunto no vacío y recursivamente nu
merable de N. Demuestre que A es el rango de alguna
función total recursiva.
(b) Demuestre que todo subconjunto infinito de N recur
sivamente numerable contiene un conjunto infinito
recursivo,
5. Muestre que toda función parcial recursiva tiene una can
tidad infinita de índices.
6. Dé un ejemplo de una función f y un número e tales que,
para toda a,
/(<*) = U(jik (e,a,k) e r x),
pero donde e no es el número de Godel de una fórmula
que represente débilmente a / e n Cn A e .
7. Muestre que el teorema de! parámetro puede reforzarse
pidiendo que p sea inyectiva.
8. Recuerde que la unión de dos conjuntos recursivamente
numerables es recursivamente numerable (ejercicio 7 de
la sección 5 de este capítulo). Muestre que existe una fun
ción total recursiva g tal que W = Wa U
9. Muestre que { a |Wa tiene dos o más elementos} está
en S i , pero no en ü ].
10. Muestre que no hay un conjunto recursivamente numera
ble A tal que {[[a]ji j a £ A} sea igual a la clase de las
funciones totales recursivas en N.
11. Formule los programas de máquinas registradoras que
permitan calcular las siguientes funciones:
(a) Resta, a — b = m ax (a — b, 0).
(b) Multiplicación, a ■b.
(c) max (a , b).
12. Suponga que existe un programa de máquina registrado
ra que calcula una función parcial f de n argumentos.
Muestre que dados cualesquiera enteros r i , . . . , rn (todos
INDECIDIBILIDAD 381
distintos), p y k, podemos encontrar un programa Q tal
que cada vez que se inserte en una máquina registrado
ra (que tenga todos los registros a los que Q se refiere)
ai, ■■-, On en los registros r\,. . . , rn y se aplique el progra
ma Q, entonces (i) si / ( a i , . . . , an) está definido, entonces
el cálculo termina con / ( a i , . . . , a„) en el registro p, y los
contenidos de los registros 1, 2, . . . , k son los mismos que
al principio (excepto para el registro p); además, el cálcu
lo termina cuando se busca la instrucción [q + 1 ), donde
q es la longitud de Q; (ii) si / ( a i , . . . , a„) está indefinida,
entonces el cálculo nunca termina.
13. Sea g : N *1-1 —» N una función (total) que se puede
calcular con un programa de máquina registradora. Sea
/ ( a i ........ On) = ¡ib[g{a\,. . . , a n,b) = 0], donde el lado
derecho queda indefinido si dicha b no existe. Muestre
que la función parcial / puede calcularse con algún pro
grama de máquina registradora.
14. Muestre que los siguientes conjuntos efectivamente tie
nen el lugar que se les asocia en la jerarquía aritmética.
(En cada caso, el lugar asignado es el mejor que podrían
tener, pero no demostraremos este hecho.)
(a) {e [ [[e]]i es total} está en II2.
(b) { e ( We es finito} está en £ 2.
(c) { e | We es cofinito} está en £ s.
(d) {e | We es recursivo} está en £3.
15. Sea Tot = {e \ [[e]]i es total}. Está claro que Tot C K.
Muestre que no existe ningún conjunto recursivo A tal
que:
Tot C A C K .
Observación: Este resultado incluye los teoremas 36E y
36F, así que las pruebas dadas entonces se pueden adap
tar para este caso.
16. (a) Muestre que todo conjunto II2 de números naturales
es, para algún número e, el conjunto:
{a |V¿> 3 c r 2(e,a,¿)Jc )}.
382 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(b) Muestre que el conjunto {a | no V6 3 c T<¿{a, a, b, c)}
es £ 2, pero no es ü^.
*(c) Generalice los incisos (a) y (b) par a demostrar que,
para toda n, existe un conjunto que es £ n, pero no
es n„.
17. Suponga que A es un conjunto de números naturales que
es aritmético, pero que no es IIra. Utilice el argumento
previo al lema 361 para demostrar que j¡Th91 no es En-
Observación: Los ejercicios 16 y 17 dan una demostra
ción del teorema de Tarski (que dice que ifThíIÍ no es
aritmético) a partir de la teoría computacional.
7 , Segundo teorema de incompletud
Regresemos una vez más al inciso 20 de la sección 4 de este ca
pítulo. Supongamos que tenemos una teoría T recursivamente
axiomatizable, dada a partir de un conjunto recursivo de axio
mas A (es decir, jJA es recursivo). Tenemos entonces, como en
el inciso 20, que:
a € ¡JT 3 d [ d es el número de una deducción a
partir de A y el último componente de d
es o y o es el número de Gódel de un
enunciado].
El conjunto de pares (a, d) que cumplen con las condiciones en
tre corchetes es recursivo. Sea 7r(»i,»2) una fórmula —elegida
de una forma más o menos natural— que represente numérica
mente esa relación binaria en A e -
Dado un enunciado <7, podemos expresar “T 1- o" mediante
el enunciado 3 «2 7r(SEo0, ©2). Pero démosle un nombre a dicho
enunciado, digamos que
Demj-a = 7r(Slff0, 1/2).
(Aquí Dem abrevia “demostrable". Tal vez el subíndice debería
ser “A” en lugar de “T ”, ya que la recursividad del conjunto A
de axiomas se utilizará en la construcción del enunciado.)
Lema 37A Sea T una teoría recursivamente axiomatizable
com o la de antes.
INDECIDIBILIDAD 383
(a) Siempre que T b a tenemos que AE b D em ju .
(b) Si además tenemos que T contiene AE, entonces
T tiene la propiedad de “reflexión”:
T b <r =í> T h Demrct.
Demostración Si T b <7, entonces sea d el número de una
deducción de a a partir de los axiomas A para T.
Tenemos que Ae b ^(S^O, Sd0) y, por fc» tanto, que
A e b Demj-cr. Con esto demostramos el inciso (a),
del que se sigue inmediatamente el inciso (b). H
De m odo que, bajo supuestos muy sencillos, siempre que
T demuestre un enunciado, al mismo tiempo sabe que lo de
muestra. Obsérvese que el inciso (b) no dice que T b (a —>
D em j-c). Por ejemplo, si a es verdadero (en OI), pero no se
puede dem ostrar a partir de AE, entonces el enunciado (a -4
DemAf: a ) no se puede demostrar a partir de AE y, de hecho, es
falso en OI.
Regresando a la demostración del teorema de incompletud
de Gódel (mediante el argumento de autorreferencia), pode
mos usar el lema del punto fijo para obtener un enunciado a
que nos hable de su propia indemostrabilidad en T:
b (¿r -i Demr a ).
El siguiente lema nos da parte del teorema de incompletud (la
otra parte se encuentra en el ejercicio 2 de la sección 5 de este
capítulo):
Lema 37B Sea T una teoría recursivamente axiomatizable
que contiene AE y sea a el enunciado antes obtenido
mediante el lema del punto fijo. Si T es consistente, en
tonces T Y- a.
Demostración
T h Dem^cr por reflexión
T I — ia por la elección de c
de modo que T sería inconsistente. H
384 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Podemos decir que este lema tan sólo refleja las ideas que
se usaron en la sección 5 de este capítulo, y la demostración
del lema 37B no era demasiado compleja. Pero justamente ése
es el punto: como la demostración no es demasiado compleja,
entonces tal vez se puede llevar a cabo dentro de la teoría T, si
T es “suficientemente fuerte”. Es decir, podemos esperar que
los pasos
D em jo —* Dem7-Demr<7
—> D e m r 'iff
-A DemrO — SO
puedan llevarse a cabo en una extensión lo suficientemente
fuerte T de A e -
En caso de que esto se pueda hacer, entonces tendremos
una conclusión muy interesante. Sea C onsT el enunciado
-■DemrO = SO, que indirectamente nos dice “T es consisten
te”. (Se eligió el enunciado 0 = SO simplemente por ser un
enunciado claramente refutable a partir de A e ) Si T nos per
mite llevar a cabo los pasos expuestos en el párrafo anterior,
entonces podemos concluir que:
T ¥ Cons T, a menos que T sea inconsistente.
(Desde luego, una teoría inconsistente contiene todos los enun
ciados, incluidos aquellos que afirman, falsamente, que la teo
ría es consistente. Lo que tenemos entonces aquí es que, bajo
supuestos adecuados, ésta es la única forma en que una teo
ría puede demostrar su propia consistencia.) Veamos esto con
detalle: supongamos que T h Cons T. Entonces, por el párra
fo anterior, T I---- 1D em ^j. Pero gracias a la form a en que se
eligió o , tenemos que T h a y entonces podemos usar el le
ma 37B.
Para ser más precisos, diremos que T es suficientementefuerte
si cumple las siguientes tres condiciones de “derivación”:
1 • A e C T . Esto implica, por el lema 37A, que T tiene la
propiedad de reflexión, T \~a T I Demr o-
2. Para todo enunciado a , T f- (D em ru -A Dem7 DemTc7).
Esta también es la propiedad de reflexión, sólo que formalizada
dentro de T.
INDECIDIBILIDAD 385
3. Para cualesquiera enunciados p y cr, T h (Dem^ (p ->
ct) —» (Demí-p -4- D em ra)). Esto es el modus ponens, forma
lizado dentro de T.
Lema 37B formalizado Supongamos que T es un teoría recur
sivamente axiomatizable y suficientemente fuerte. Sea a
un enunciado tal que:
A e h (<7 -■ D e m jj).
Entonces T\~ (Cons T —> -> Dem yoj.
Demostración Basta poner, con mucho cuidado, todas las pie
zas juntas. Por la forma en que se eligió a tenemos que:
TV- (<7 - i (Demrrr 0 = SO)).
Si primero aplicamos reflexión y después modus ponens
formalizado a esta fórmula, obtendremos
T h (Dem^cr —t Dem7 (Dem7 <r —> 0 — SO)),
a partir de lo cual podemos volver a aplicar modus po
nens formalizado y obtener
T h (Dem^cr —i (DernT-Demí-cr —> -> Cons X)).
Esta fórmula ( a la derecha del símbolo h), junto con
D cm rff -i- Dem7’ Dem7 ¿r (reflexi<Sn formalizada), impli
ca por lógica de enunciados que D e m ja —} -¡ Cons T. H
Segundo teorema de incompletud de Gódel (1931) Supongamos que
T es una teoría recursivamente axiomatizable y suficien
temente fuerte. Entonces T h Cons T si y sólo si T es
inconsistente.
Demostración Si T h Cons T entonces, por el lema 37B for
malizado, tenemos que T !— i Demj a. Pero, por la ma
nera como se eligió a, tendríamos entonces que T h e .
Entonces, a partir del lema 37B (informal), concluimos
que T es inconsistente. ■ H
Es posible sacar más provecho de estas ideas. El lema 37B
puede verse como un caso especial (con r igual a 0 = SO) del
siguiente resultado:
386 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Lema 37C Sea T una teoría recursivamente axiomatizable
que contiene A e , sea r un enunciado y a el enuncia
do que se obtiene a partir del lema del punto fijo, de
modo que
A e h [a ++ (Dem^a —Y r )).
Si T h a, entonces T\~ r.
Demostación Intuitivamente lo que o dice es “Si soy demos
trable, entonces r". Si T \~ o, entonces por reflexión
tenemos que T h Dem^cr. Y luego por la elección de a,
tendríamos que T h r . H
En realidad lo que nos interesa no es este lema, sino su ver
sión formalizada:
Lema 37C formalizado Supongamos que T es una teoría recur
sivamente axiomatizable y suficientemente fuerte. Sea r
un enunciado y a un enunciado tal que
A e h (<r <-» (Demj-ff - y r ) ) .
Entonces TY- Dentro- —Y D entar).
Demostración Procedemos como antes. Por la elección de a
tenemos que
T i- (a —Y (Dentro- —» t )).
Si aplicamos a esta fórmula primero reflexión y después
modus ponens formalizado, obtendremos
T Y (Demrcr -Y D em r(D em rff —y r )),
a partir de lo cual podemos aplicar o tra vez modus po
nens formalizado y obtener
T I- (Dentro- —Y (Dem7-Dem7-cr —Y D e m rr)).
Esta fórmula, a la derecha del símbolo b, junto con
Dentro- -Y DemrDemrO- (reflexión formalizada), im
plica, por lógica de enunciados, que D entro- —Y D e m jr.
H
INDECIDIBILIDAD 387
Teorema de Lób (1955) Supongamos que T es una teoría re-
cursivamente axiomatizable y suficientemente fuerte. Si
r es un enunciado tal que T E (D e m rr —¥ r ) , entonces
T \- T.
Está claro que si T E r , entonces T E (p H- r ) para cualquier
enunciado p. De modo que la conclusión del teorema de Lób
se puede recscribir de la siguiente manera:
T E (Demj-r -A r ) T E r.
Demostración Dado un enunciado r , construimos un enuncia
do a que diga “Si soy demostrable, entonces r ”. como
se hizo antes. Supongamos que T E (D em-rr —►r ) . Por
el lema 37C formalizado tenemos que T f- (D em ro —>
D em ^r). Entonces, gracias alafo rm aen q u e se eligió a ,
podemos concluir que T h e . De m odo que, por e!
lema 37C (informal), tenemos que T E r. H
El teorema de Lób surgió originalmente com o una forma
de resolver el problema del ejercicio 1 ; sin embargo, implica
el segundo teorema de incompíetud de Gódel (y de alguna
manera es equivalente a él). Supongamos que T es una teoría
axiomatizable suficientemente fuerte. Si usamos el teorema de
Lób con r igual a 0 — SO, tenemos que
T E (Dcmr (0 = SO) -► 0 = SO) =► T E 0 = SO,
es decir,
T E Cons T Tes inconsistente.
De modo que obtenemos una demostración para el segundo
teorema de incompíetud.
Pero hay algo que todavía no hemos discutido: ¿Qué teorías
son suficientemente fuertes? ¿Existe alguna (más allá del caso
trivial de una teoría inconsistente)? No sólo podemos decir
que sí las hay, sino que aquí daremos dos. La primera se llama
“aritmética de Peano” (AP). Sus axiomas son los axiomas de Ag
junto con todos los “axiomas de inducción”. Estos últimos son
las cerraduras universales de las fórmulas de tipo
<p(0) A V x (<p(x) 'p (S x )) V x <p(x),
388 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
donde íp es una fórmula. Los axiomas de inducción —que es
tablecen el principio de inducción matemática común y co
rriente— nos permiten obtener muchos resultados dentro de
la aritmética de Peano (por ejemplo, la ley conmutativa de la
suma). Pero, para convencerse de que la reflexión formalizada
y el modus poneris formalizado se pueden derivar en la aritmé
tica de Peano, es necesario desarrollar los detalles, cosa que no
hal emos aquí.
Sabemos que la aritmética de Peano es consistente porque
es verdadera en 91; sin embargo, por el segundo teorema de
incomplet.ud, AP no puede demostrar su propia consistencia.
Nosotros “sabemos” que AP es consistente gracias a un argu
mento matemático informal, o —si se quiere— gracias a un ar
gumento dentro de la teoría de conjuntos. Así que la teoría de
conjuntos tiene más “capacidad de demostración” que AP, ya
que prueba la consistencia de AP, mientras que AP no lo puede
hacer.
Una segunda teoría suficientemente fuerte es la teoría axio
mática de conjuntos. Para ser más precisos, se trata del con
junto de enunciados del lenguaje de la teoría de números que
se pueden demostrar en la teoría axiomática de conjuntos. En
la siguiente subsección veremos esto con detalle. L a ventaja de
esta teoría es que parece bastante creíble que tanto la reflexión
formalizada como el modus ponens formalizado se pueden de
rivar a partir de ella (al menos desde un punto de vista intui
tivo). Pero ¿qué nos hace creer que la teoría de conjuntos es
consistente? Sabemos que AP es consistente porque es verda
dera en el “modelo estándar” 91 de la teoría de números; sin
embargo, no está nada claro que sea posible concebir un “mo
delo estándar de la teoría de conjuntos”.
Aplicaciones a la teoría de conjuntas
Sabemos que, dentro del lenguaje de la teoría de números,
CnAjr es incompleta)' no recursiva, como sucede con cualquier
teoría recursivamente axiomatizable de ese lenguaje.
Pero dejemos de lado la aritmética y concentrémonos en la
teoría de conjuntos. En este caso tenemos un lenguaje (con
los parámetros V y € ) y un conjunto de axiomas. Todos los
INDECIDÍBILIDAD 389
conjuntos de axiomas que han sido aceptados hasta ahora son
recursivos. Para ser más precisos, el conjunto de números de
Godel de dichos axiomas es recursivo. De m odo que la teoría
(de conjuntos) que se obtiene es recursivamente numerable.
Nosotros afirmamos que si esta teoría es consistente, entonces
no es recursiva y, por lo tanto, tampoco completa. A conti'nua-
ción daremos una idea general del argumento. En un sentido
muy real, es posible insertar el lenguaje de la teoría de números
en la teoría de conjuntos. Una vez hecho eso, podemos fijarnos
en el fragmento de la teoría de conjuntos que tiene que ver con
los números naturales y su aritmética (la parte sombreada de
la figura 14); se trata de una teoría compatible con y, por
lo tanto, no recursiva. A hora bien, si la teoría de conjuntos fue
ra recursiva, entonces su parte aritmética también tendría que
serlo, pero no io es. Como resultado adicional nos encontrare
mos con el segundo teorema de incompletud para la teoría de
conjuntos.
A partir de ahora, por teoría de conjuntos (TC) entendemos
la teoría (dentro del lenguaje con la igualdad y con los dos
parámetros V y G) que es el conjunto de consecuencias de los
iixiomas teórico-conjuntistas con los que el lector se sienta más
cómodo. (Los axiomas estándar de Zcrmeio-fracnkel funcio
nan bastante bien, si es que el lector no tiene otra preferencia;
lo único que se pide es que el conjunto de axiomas sea recursi
vo y que sea lo suficientemente fuerte como para dar cuenta de
las propiedades que comúnmente asociamos a los conjuntos.)
Necesitamos dar una interpretación ir de CnA¿- dentro de TC.
(Supondremos, en lo que queda de esta sección, que el lector
está familiarizado con la sección 7 del capítulo 11.) Sin embar
go, la existencia de dicha tt es un resultado común de la teoría
de conjuntos, aunque no suele expresarse en estos términos.
Necesitamos fórmulas del lenguaje de TC que expresen ade
cuadamente las ideas de ser un número natural, de ser la suma
de dos números, etc. Para encontrar estas fórmulas, hay que
ver cómo se puede “insertar" la aritmética de los números na
turales en la teoría de conjuntos. Por un lado tenemos que los
números naturales, como 2 o 7, no parecen ser conjuntos; sin
embargo, al elegir, podemos seleccionar conjuntos que repre
senten los números. La forma estándar de hacerlo es asociando
390 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
al 0 el conjunto 0 y a n + 1 el conjunto n\ n (es decir, n U {n }).
Esto tiene la ventaja de que cada número es el conjunto de
todos los números más pequeños que él (por ejemplo, 3 £ 7).
Sea u) la colección de lodos estos conjuntos (estos “conjuntos-
números”); entonces uj es el conjunto que representa N.
La f órmula 7rv es resultado de la eliminación del símbolo de
finido lo de la fórmula v\ £ u>. De manera similar, la fórmula tto
se obtiene a partir de la fórmula teórico conjuntista i>i ~ 0, y
la fórmula 715 se obtiene a partir de v% = z>i U { » t } . La fórmula
■ir< simplemente es v\ £ v2. Para tt+ usamos la traducción al
lenguaje d e T C de:
Para cualquier / , s¡/:w para todas a y b
en u> tenemos que f ( a , 0) = a
y f { a , b \ j { b } ) = f { a , b) U { f { a , b ) } ,
entonces f [ v 1, v%) — v%-
(La form a de llevar a cabo la traducción se sugiere parcialmen
te en el capítulo cero.) Las fórmulas ir. y tte se obtienen de
manera similar.
Para que dicha n sea una interpretación de Cn A e en TC, es
necesario que TC cumpla con cierto número (en total 17) de
condiciones.
(i) 3 »)7rv debe estar en TC. Esto ciertamente sucede, ya que
en la teoría de conjuntos se puede probar que u es no vacío.
(ii) Para cada uno de los cinco símbolos de función f del
lenguaje de A e , TC debe contener un enunciado que asegure
que -ñf define una función sobre el conjunto definido por Ttv-
(E1 enunciado exacto que se requiere se plantea en la definición
de interpretación de la sección 7 del capítulo II.) Para el caso
de 0, tenemos como resultado de TC que existe un único con
junto vacío que además pertenece a u>. El caso de S es bastante
sencillo, ya que 71$ define una operación unaria sobre el univer
so de todos los conjuntos yw es cerrado bajo esta operación.
Para + hay que usar el teorema de recursión sobre u). Esto es,
podemos probar en TC (como se sugirió en la sección 4 del ca
pítulo 1) que existe una ú n i c a / : w x u - h j tal que / ( a , 0) = a
y f(a ,b \ J { ¿ } ) = f ( a , b) U { / (a ,¿ ) } para todas las a y b en w. A
in d e c i d i b i l i d a d 391
0>)
F ig u r a 14. Teoría de conjuntos y teoría de números.
(a) Una imagen plana. (b) Una imagen más precisa.
392 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
partir de esto queda claro qué propiedades debe tener tt+ , L os
casos de •y E requieren argumentos similares.
(iii) Para cada uno de los 11 enunciados a de A e , el enun
ciado a 77 debe estar en TC. Por ejemplo, para el caso de L3,
tenemos en TC que para cualesquiera m y n en ui, o bien m E n,
o bien m = n, o bien n Em .
Puesto que se trata de un número finito de condiciones,
existe $ C TC, donde $ es finito, tal que tt también es una
interpretación de Cn A e en C n $ .
Teorema 37D (Indecidibilidad fuerte de [a teoría de conjuntos) Sea T
una teoría del lenguaje de la teoría de conjuntos tal que
T U TC (o al menos TU $) es consistente. Entonces j;T
no es recursivo.
Demostración Sea A la teoría consistente Cn (T U $ ) . Sea Ao
la correspondiente teoría ?r_ 1[A] en el lenguaje de la teo
ría de números. Por la sección 7 del capítulo II sabemos
que Ao es una teoría consistente (ya que A lo es). Tam
bién tenemos que AFj C Ao, pues si a E Ae , entonces
a* E Cn $ C A. De modo que, por la indecidibilidad
fuerte de Cn AF (teorema 35C), JjAo no es recursivo.
Lo que tenemos que hacer ahora es derivar la no re-
cursividad de T a partir de la no recursividad de Ao-
Tenemos que
c e A 0 sii a" E A
y, por el lema que presentaremos a continuación, Jja r' de
pende recursivamente de Jjcr. Es decir, J|Ao < m J A . Por
lo tanto, (JA no puede ser recursivo, a menos que [(Ao lo
sea. De manera similar tenemos que
TE A sii (<y9 -> r ) E T,
donde <p es la conjunción de los elementos de <!>. Dado
que jj(v? —? t ) depende recursivamente de jjr, tene
mos que jjA < m \T y, por lo tanto, JjT no puede ser
recursívo, a menos que JjA lo sea. H
INDECIDIBILIDAD B93
Lema 37E Existe una función recursiva p tal que, para toda
fórmula a del lenguaje de la teoría de números, p ([¡a) =
tt(aír).
Demostración En la sección 7 del capítulo II dimos una serie
de instrucciones explícitas para construir a ". En algu
nos casos, la construcción involucra fórmulas ¡3*, donde
/3 es una fórmula más sencilla que a . Los métodos de
las secciones 3 y 4 del capítulo III pueden aplicarse a los
números de Gódel de tales fórmulas para demostrar que
p es recursivo. Pero los detalles son bastante tediosos y
los omitiremos. H
Corolario 37F Si la teoría de conjuntos es consistente, enton
ces no es completa.
Demostración La teoría de conjuntos tiene un conjunto re
cursivo de axiomas, por lo que, si es completa, entonces
es recursiva (por el inciso 21 de la sección 4 del capítu
lo III). Pero, por el último teorema, esto no puede ser si
TC es consistente. -!
Corolario 37G En el lenguaje con igualdad y con un símbolo
de predicado binario, el conjunto (de números de Gó
del) de enunciados válidos no es recursivo.
Demostración parcial Dentro del contexto del teorema anterior,
sea T = Cn 0 el conjunto de los enunciados válidos. En
tonces el teorema nos asegura que jjT no es recursivo
si suponemos que $ es consistente. Todavía no hemos
dado explícitamente el conjunto 0 , pero podemos ase
gurar al lector que es posible escoger 0 de modo que se
pueda demostrar que es consistente. H
Es importante observar que tr no es una interpretación de
ThDI en TC (a menos que TC sea inconsistente). Como con
secuencia del lema 37E, tenemos que t¡ [TC] es una teoría
recursivamente numerable del lenguaje de DL Por lo tanto, no
puede coincidir con Th *7Í. Pero, además, contiene a la teoría
completa Th *7Í sólo si es inconsistente.
394 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Segundo teorema de incompletud de Gódel
para la teoría de conjuntos
Podemos usar nuestros conocidos trucos para encontrar un
enunciado a de la teoría de números que indirectamente afir
me que su propia interpretación a K no es un teorema de la
teoría de conjuntos. Sea D la relación ternaria sobre N tal que
(a, b,c) G D sii a es el número de Gódel de una
fórmula a de la teoría de números
y c es el número de Gódel de una de
ducción de a (S &0 ),r a partir de los
axiomas de TC.
La relación D es recursiva (por los argumentos típicos para
estos casos); digamos que S(vi,vz,v¡) representa D en CnA^.
Sea r el número de Gódel de
- xÍ(»i , di, v¡)
y sea o
Vv s -1á(Sra S Tft «sJ-
Observe que o dice indirectamente que o T' 4 TC. A continua
ción demostraremos que dicha afirmación es correcta:
Lema37H Si TC es consistente, entonces o” TC.
Supongamos lo contrario: que o 1' puede dedu
D e m o s tra c ió n
cirse a partir de los axiomas de TC. Sea k el valor asig
nado por Q a dicha deducción. Entonces, (r, r, k) G D.
A e f- <5(Sir0, Sr0 , S ¿0 );
es decir,
A e I— ' o.
Usando nuestra interpretación rr, concluimos que -i a*
está en TC y, por lo tanto, TC es inconsistente. Así que
TC es consistente => ^ TC. H
INDECIDIBILIDAD 395
Esta prueba, como casi todas en este libro, se lleva a cabo en
un contexto matemático informal; sin embargo, todo el trabajo
de este libro podría haberse desarrollado dentro de TC. De
hecho, se sabe que casi todo el trabajo en matemáticas puede
llevarse a cabo en TC. Supongamos que lo hacemos así. Enton
ces, en lugar de demostrar un enunciado en español, tal como
“TC es consistente <7^ ^ T C ”, tendríamos una deducción,
a partir de los axiomas de TC, de un enunciado en el lenguaje
formal de la teoría de conjuntos:
(Cons (TC) —»•□ ).
En este caso, Cons (TC) es resultado de la traducción (ade
cuada) de “TC es consistente” al lenguaje de la teoría de con
juntos. De manera similar, □ es el resultado de la traducción
de “a" (£. T C ”; pero ya tenemos un enunciado en el lenguaje de
la teoría de conjuntos que afirma que a* £ TC. Dicho enuncia
do no es sino a ” . Esto claramente sugiere que □ es <r* (o algo
equivalente a en TC), de donde obtenemos
(Cons (TC) -> a w)
es un teorema de TC.
Ahora bien, podemos hacer las cosas de manera que □ sea
cr*. En el párrafo anterior dimos un argumento que esperamos
haya convencido al lector de que al menos esto es plausible. A
partir de ello tendríamos el siguiente resultado:
Segundo teorema de incompletud de Godel para la teoría de conjuntos
El enunciado Cons (TC) no es un teorema de TC, a me
nos que TC sea inconsistente.
D e m o s tra c ió n Por el argumento (de plausibilidad) antes dado,
(Cons (TC) O
es un teorema de TC. De modo que si Cons (TC) es un
teorema de TC, entonces a* también lo es. Pero, por
el lema 37H , si a r' 6 TC, entonces TC es inconsistente.
H
396 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Por supuesto que si TC es inconsistente, entonces todo enun
ciado es teorema, incluido Cons (TC). Por esto, una demostra
ción de Cons (TC) a partir de TC no podría convencer a na
die de la consistencia de TC. (En realidad, gracias al segundo
teorema de Godel se convencciían más bien de lo contrario,)
Sin embargo, antes de tomar en cuenta el trabajo de Godel,
parecía natural esperar que Cons (TC) se pudiera demostrar
a partir de hipótesis más débiles que los axiomas de la teoría
de conjuntos, idealmente, hipótesis que ya se supiera que son
consistentes. Ahora ya sabemos que Cons (TC) no pertenece a
ninguna subteoría de TC, a menos que. por supuesto, TC sea
inconsistente.
Nos quedamos con la conclusión de que toda teoría de con
juntos recursivamente axiomatizable (que cumpla con las con
diciones de ser consistente y de ser lo suficientemente fuerte
como para probar propiedades básicas de conjuntos) es una
teoría incompleta. Esto plantea un nuevo desafío: encontrar
axiomas para agregar a la teoría. Por un lado, quisiéramos te
ner nuevos axiomas para incrementar los alcances de la teoría.
Por otro, quisiéramos que dichos axiomas reflejaran con clari
dad ideas intuitivas acerca de lo que verdaderamente son los
conjuntos y de cómo se comportan.
Ejercicios
1. Sea o un enunciado tal que
A P b (a Dem^/xr).
(De modo que o dice “Soy demostrable”, a diferencia del
enunciado “Soy indemostrable” que mostró tener propie
dades muy interesantes.) ¿Será que AP b er?
2. Sea T una teoría en un lenguaje recursivamente numera
do y supongamos que hay una interpretación de CnAjr
en T. Demuestre que T es fuertemente indecidible; es de
cir, que siempre que T' sea una teoría del lenguaje tal
que T U T ' es consistente, entonces j¡T' no es recursivo.
INDECIDIBILIDAD 397
8 , Representación de ta exponenciación*
En las secciones 1 y 2 de este capítulo estudiamos la teoría
de ciertos reductos de 91 y encontramos que eran decidibles.
Después, en la sección 3 agregamos tanto el producto como la
exponenciación y encontramos (en la sección 5) que la teoría
que las incluía era indecidible. De hecho, hubiera sido suficien
te agregar sólo el producto (y dejar de lado la exponenciación)
para tener la indecidibilidad.
Sea 9 Iel reducto de 91 que se obtiene cuando se excluye la
a í
exponenciación:
91 jw = ( N ; 0 , 5 , <> + , ■).
De modo que el símbolo E no aparece en el lenguaje de 91m-
Sea A_m el subconjunto de A£ que no tiene ni a E l ni a E2. El ob
jetivo de esta sección es mostrar que todos los teoremas de las
secciones 3 a la 5 de este capítulo siguen siendo válidos cuan
do “A£” y “91” se sustituyen por "Am " y “91aí”. respectivamente.
La clave para obtener este resultado está en demostrar que la
exponenciación es representable en CnA,w; es decir, hay una
fórmula e en el lenguaje de 91,vf tal que para cualesquiera a y b,
A m h Vz[e(Sfl0 ,S A0,z) o z = S ^ O ].
Así que £{x, y, z) podría usarse como un disfraz para simular
la fórmula x E y — z que nos permitiría evitar el uso del sím
bolo E.
Si comenzamos a buscar qué relaciones y funciones son re
presentables en Cn A m, encontraremos que todo lo que se de
mostró que es representable en Cn A£ es representable (usan
do la misma prueba) en CnA.u (excepto la exponenciación).
Es decir, tenemos el catálogo de la sección 3 de este capítulo
hasta el inciso 7. Para tener más, necesitamos demostrar que la
exponenciación misma es representable en CnA^.
Sabemos que la exponenciación se puede definir mediante
las ecuaciones recursivas:
o° = l
4 Esta sección se puede omitir sin que se pierda continuidad en el texto
398 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Basándonos en la recursión primitiva (inciso 13 del catálogo
de la sección 3 de este capítulo, junto con el ejercicio 8 de esa
misma sección), podemos pensar en definir
E*(a, b) — la mínima s tal que [(s)0 = 1 y
para toda i < b, (s)¿+i = ( j )¡ •a].
De manera que cfr = (£*(a, ¿))¿. Esto todavía no nos d a una
demostración de la representabilidad de la exponenciación,
ya que falta demostrar que la función decodificadora (a)¿ es
representable en Cn A m- Pero en realidad no necesitamos esa
función decodificadora en específico (que correspondía a una
forma particular de codificar sucesiones). Lo único que nece
sitamos es cualquier función 5 que se comporte como una fun
ción decodificadora; es decir, que tenga las propiedades que se
presentan en el siguiente lema.
Lema38A Existe una función 5 representable en C nA M tal
que, para todas n, a^,. . . , an, existe una s para la cual
S(s,i) — a¡ para toda i < n.
Una vez que hemos establecido este lema, podemos definir
£**(a,b) — la mínimas tal que [J(s,0) = 1
y para toda i < b, ¿(s, { + 1) =
<ü(s, i) •a].
El lema nos garantiza que dicha s existe. Entonces, tanto E**
como la exponenciación son representables en CnA ^, ya que
ab = 8 {£**{a,b),b).
Gracias a algunos resultados de la teoría de números podremos
obtener la función 8 del lema anterior.
Una función de pareo
Lo primero que hay que hacer, para demostrar el lema, es cons
truir una función para codificar y decodificar pares de núme
ros. Es bien sabido que existen funciones biyectivas d eN x N
sobre N . En particular, tenemos la función J , donde J (a, b)
tom a el valor escrito en el punto con coordenadas (a, b) del
diagrama.
INDECIDIBILIDAD 399
6 —
I\ I
3 — 7—
I \ I \ I
1— 4 — 8 —
l \ l \ l \ i
O— 2 — 5 — 9 —
Por ejemplo, 7 ( 2 , 1 ) = 8 y /(O , 2) = 3. Para obtener una
ecuación que nos dé J (a, b), basta observar que en la línea
diagonal x + y — n hay n + 1 puntos (con coordenadas en N).
De modo que
J (a, b) = el número de puntos del plano a los cuales
J asigna valores más pequeños
= [el número de puntos en las líneas x + y — n
para n = 0 ,1 ........(a + b — 1)] + [el número de
puntos de la línea * + y ~ a + b para los cuales
x <a]
— [1 + 2 + •••+ (c t é)] + a
= ^ (a + b)(a + b + I) + ct
= |[(c + + 3a + b\
Sean K y L las funciones proyectivas sobre los ejes, es decir, las
únicas funciones tales que
b)) = a, L { J ( a , b ) ) = b,
Por ejemplo, K (7) — 1, la abscisa del punto (1, 2) al que ) asig
na el número 7. De manera similar, L (7) — 2, la ordenada de
dicho punto.
Afirmamos que J , K y L son representables en Cn A^. f-a
función
H (a) = la mínima b tal que a < 2 b
400 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
tiene la propiedad de que H (a) — para toda a que sea par.
Entonces podemos escribir
J (<z> b) ~ H ((a + b) •(a + b -f 1 )) + a,
K (j )) — la mínima a tal que [para alguna b < p,
J{ci,b) = p ] ,
L (p) — la mínima b tal que [para alguna a < p,
J ( d , b) = p\
La forma en que estas últimas cuatro ecuaciones están dadas
nos permite concluir que H, J , K y L son representables en
CnAjy.
La función ¡3 de Godel
Sea ¡3 la función definida de la siguiente manera:
P{c, d, i) — el residuo de c -f [1 + (i + 1) •d]
= la mínima r tal que para alguna q < c,
c = q ■[l + [i + l) •d) + r.
Esta extraña función sirve bastante bien como la función deco
dificadora para el lema 38A, Sea
= P (K (s ) , L [ s ) , i ) .
Está claro que S es representable en CnA¿/. L o que no parece
tan obvio es que dicha función satisfaga las condiciones del
lema 38A. Queremos demostrar que:
Para toda n y para cualesquiera Oq, . . •, o*,
existen números c y d tales que, para toda (*)
i < n, ¡3{c, d, i) = ai.
De donde se sigue que § {J (c, d),i) = (3{c,d,i) = a¡ para toda
i < n.
Ahora bien, (*) es una afirmación que pertenece a la teoría
de números, no a la lógica. La demostración de (*) se basa en el
teorema chino del residuo. Se dice que los números do........ «4
son primos relativos dos a dos sii para cualesquiera d¡ y dp con
i ^ j , no hay un primo que los divida a ambos.
INDECIDIBILIDAD 401
Teorema chino dei residuo Sean d ^ , . . . , d n primos relativos dos
a dos. Sean a0, . , , , On números naturales tales que a¡ <
d¿. Entonces podemos encontrar un número c tal que,
p ara toda i < n,
a¡ = el residuo de c -t- di.
Demostración Sea p = n¿<„ú¡, y dada cualquier c, sea Fie)
igual a la (n + l)*ada de residuos que se obtienen al di
vidir c entre do........ dn. Obsérvese que hay p posibles va
lores para esa (n + l)-ada.
Afirmamos que F es inyectiva cuando se restringe
al conjunto {& | 0 < k < p}, pues supongamos que
F { c i) = F(ci), entonces toda di divide a \c\ — c%\. Como
las d¡ son primos relativos dos a dos, entonces p debe
dividir a |ci —c^. Pero esto implica, para c\ y menores
que p, que q = c%.
De modo que la restricción de F 3. {k \ 0 < k < p ]
toma todos los p posibles valores. En particular, toma
(en algún punto c) el valor (ao. •- ■, ^n)- Y ése es justa
mente el número c que buscábamos. d
Lema38B Dada cualquier s > 0, los s -i- 1 números
1 + 1 -s!, 1 + 2 - r ! , . . . . 1 + (5 + 1) - s!
son primos relativos dos a dos.
Demostración Todos estos números tienen la propiedad de
que ningún factor primo q divide a i ! , de modo que
q > s. Si el primo q divide tanto a l + j - s ! com o a
1 + k •i !, entonces divide a la diferencia, jj — A| •i !.
Com o q no divide a s ! , entonces divide a |j — A|. Pero
co m o \j-k\ < s < q, lo anterior sólo sucede si \j—k\ — 0.
d
Demostración de (*) Supongamos que se nos dan flo> ••-»«*•
Necesitamos dos números c y d tales que, cuando c se
divide entre 1 + (¿ + 1) ■d, el residuo es at>para i < «.
Sea s el máximo de {n, ao, ■■■, a„} y tomemos d = si.
Entonces, por el lema 38B, los números 1 + (¿ + 1) •d
402 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
son primos relativos dos a dos, para i < n. De modo
que, por el teorema chino del residuo, hay una c tal que
ei residuo de c 4- [l + (¿ + 1 ) •d\ es at para i < n, H
Esto completa la demostración del lema 38A. Y por el argu
mento que se expuso después de enunciar ese lema, podemos
concluir lo siguiente:
Teorema 38C La exponenciación es representable en Cn A m -
Una vez dotados con este teorema podemos regresar al inci
so 7 de la sección 3 de este capítulo. La demostración que ahí
se da establece ahora que la función en cuestión (cuyo valor
en n es p n) es representable en CnA^i, ya que dicha función se
formó legítimamente a partir de relaciones y funciones (inclui
da la exponenciación) representables en Cn Am .
Lo mismo se observa a lo largo de las secciones 3 y 4. Las
pruebas de representabilidad dadas en esas secciones estable
cen ahora la representabilidad en CnAjvf. De manera que toda
relación recursiva es representable en CnA ^. En caso de que
la relación sea una función, entonces tenemos, además, que
es füncionalmente representable. Las demostraciones dadas
en la sección 5 de este capítulo se aplican a 9Tm y AM, así
com o a 9T y A¿. En particular, tenemos la indecidibilidad fuerte
de Cn A m: toda teoría T e n el lenguaje de ‘JÍ aí, tal que T U A m
sea consistente, no puede ser recursiva.
Obsérvese que toda relación definible en 9T (es decir, cual
quier relación aritmética) también es definible en 91aí- En el
caso particular de la exponenciación, dado que es representa
ble en una subteoría de Th m>tenemos que forzosamente es de
finible en 9Tm- Gracias a la nueva versión del teorema de Tarski,
¡)Th OTaí no es definible en OTa* y, por lo tanto, ¡ITIi UIaí no pue
de ser aritmético.
Usando la terminología de la sección 7 del capítulo II, pode
mos decir que existe una interpretación fiel de Th en Th OTm-
Sc trata de la misma interpretación de todos los parámetros,
excepto E, al que asigna una fórmula que define la exponen
ciación en 9Tm .
En la tabla X se resumen algunos de los resultados del capí
tulo III sobre la teoría de números y sus reductos.
Tabla X
Estructura Teoría Modelos de la teoría Conjuntos definibles Comentarios
(N) Decidible. No finita- Cualquier conjunto 0y N.
mente axiomadzable. infinito. {0} no es detinible.
*
Admite eliminación
de cuantiíicadoies.
(N;0) Como el caso Cualquier conjunto ®. { 0 } , N - { 0 ) , N .
anterior. infinito con un S no es definible,
avaniaicuoaaxi
elemento distinguido.
{N; 0,5) Como los casos Una parte estándar más Conjuntos finitos {0} es definible en (N; S ).
anteriores. cualquier cantidad y colinitos.
de 2-cadenas. < no es definible.
(N; 0,5,<) Decidióle, lunitamen- Como en el caso Conjuntos finitos {0 } y 5 son definibles en
te axiomatizsible. anterior, con cualquier y cofiiútos. (N; <).
Admite eliminación orden entre las + no es definible.
de cuantificadorcs. Z-cadenas.
(N ;0,i\<,+) Decidióle Hay un orden denso Conjuntos final- {0 }, S y < son definibles
(IVcsburger). entre las Z-cadenas sin mente periódicos. en (N; +).
máximo ni mínimo. •no es definible.
Además, hay una opera
ción adecuada de suma.
(N; 0,5, <, +,.) No es aritmética. Como en el caso Todas las relaciones Las relaciones aritméticas
A no es recursiva- anterior, pero con una aritméticas son son definibles en (N; 5, j ,
mente axiomalizable. operación de multi definibles. (N¡ +,-)y (N; <, D),
plicación adecuada. con i) (x, y) = {*},.
404 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Ejercidos
1. Sea D{a,b) — (a)¿. Muestre que toda relación aritméti
ca es definible en la estructura (N; <, D). Observación: po
dríamos preguntarnos por qué Th la aritmética con
la suma, es decidible (como se demostró en la sección 2
de este capítulo), mientras que Th9f*f, la teoría de la arit
mética con la suma y el producto, es indecidible. Una
respuesta es que, como se demostró en esta sección, el
producto nos permite codificar y decodificar sucesiones.
El objetivo de este ejercicio es mostrar que una vez que
se tiene una función decodificadora D y el orden, se tie
ne toda la complejidad de la aritmética con la suma, el
producto y la exponenciación.
2. Demuestre que la relación suma {{a, b, c) \ a + b — c}
es definible en la estructura (N ;5, •)• Sugerencia: ¿En qué
condiciones se satisface la ecuación 5 (ac) •5 (6c) — 5 (c •
c •5 {ab))>
3. (a) Muestre que T h ( Z ; + , •) es fuertemente indecidible.
(Véase el ejercicio 2 de la sección 7 de este capítulo.)
(b) (Esta parte presupone conocimientos de álgebra.)
Muestre que la teoría de anillos es indecidible y que
la teoría de anillos conmutativos es indecidible.
IV
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN
1. Lenguajes de segundo orden
Si se permite ia cuantificación sobre símbolos de predicado o
de función, es posible obtener —aunque a cierto costo— len
guajes más ricos y con mayor capacidad de expresión que los
lenguajes de primer orden, que hemos considerado hasta aho
ra. Por ejemplo,
3 x (P x —¥ V x P x )
es una fórmula válida que tiene como parámetros V y P. Pero
ya que esta fórmula es verdadera independientemente de cómo
se interprete P, entonces podríamos también decir que
V P 3?; (Px Vx Px)
es válida. (En cuyo caso se tendría V como único parámetro, ya
que P se está considerando como una variable de predicado.)
Supongamos entonces que, además de los símbolos que se
introdujeron al principio de la sección 1 del capítulo II, tene
mos los siguientes símbolos lógicos:
4. Variables de predicado: Para todo entero positivo n tene
mos las variables de predicado rc-ario
X l ;Á2 3* •■
71 - y Ti
5. Variables defunción: Para todo entero positivo n , tenemos
las variables de función rc-aria
406 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Para evitar confusión, lo que considerábamos antes variables,
»i, z/9, . . se llamarán ahora variables individuales. Los térmi
nos se defínen, igual que antes, como las expresiones que se
construyen a partir de los símbolos de constante y las variables
individuales al aplicar los símbolos de función (tanto los pa
rámetros de función, como las variables de función). Las fór
mulas atómicas son, otra vez, expresiones Pt\ ■■■tn tales que
t\,. . . ,t„ son términos y P es un símbolo de predicado n-ario
(parámetro o variable). La definición de fórmula se extiende
mediante nuevas operaciones de construcción de fórmulas: si
tp es una fórmula, entonces V X ”<p y V F ”p también lo son. La
noción de variable que aparece libie en tp se define exactamen
te como antes. Un enunciado es una formula a en la que nin
guna variable (individual, de predicado o de función) aparece
libre.
Debe notarse que los papeles que desempeñan los paráme
tros de predicado y las variables de predicado libres son esen
cialmente los mismos. La estrecha relación que hay entre los
símbolos de constante y las variables individuales libres tam
bién existe entre los parámetros de función y las variables de
función libres.
Por una estructura seguiremos entendiendo una función so
bre el conjunto de los parámetros que cumple con las condi
ciones dadas en la sección 2 del capítulo fl. Desde luego, es
necesario extender la noción de satisfacción de una manera
natural. Ahora V será el conjunto de todas las variables, indivi
duales, de predicado o de función. Sea s una función sobre V
tal que a cada variable le asigna el objeto de tipo adecuado. En
tonces s (i>]) es un elemento del universo, r(X ”) es una relación
n-aria sobre el universo y s (F n) es una operación n-aria. Para
un término t, s(t) se define de la manera natural. En particu
lar, si F es una variable de función, entonces s(Ft\ - •• es el
resultado de aplicar la función s (F) a (r(íi), . . . j ( O ) . La satis
facción de fórmulas atómicas también se define esencialmente
como antes. Si X es una variable de predicado,
f=a Xt\ ■■- í„[r] sii . . . ,í(¿n)) 6 s {X).
Las únicas características nuevas de la definición de satisfac
ción provienen de nuestros nuevos cuantificadores.
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 407
5. Nía V X " y>[j] sii para toda relación rc-aria R sobre ¡2l|, se
tiene que Na W I ^01 •
0. Nsi V F" y>[í] sii para toda fundón f : [ 2l[" “ > | 21 i, se
tiene que Na I /)]•
Una vez más queda claro que los valores de s que realmente
importan son los de las variables libres de la fórmula. Dado
cualquier enunciado a, podemos hablar sin ambigüedad de su
verdad o falsedad en 21. La implicación lógica (semántica) se
define exactamente como antes.
E jem p lo 1 Un buen orden es una relación de orden tal que,
para todo conjunto no vacío, hay un elemento mínimo
(con respecto al orden). Esta condición puede traducirse
al siguiente enunciado de segundo orden:
V X ( 3 y X y -> 3 y (Xy A Vz (X z ->■ y < z))).
Aquí, como en el resto del capítulo, omitimos los subín
dices de X y F cuando son irrelevantes, y los superíndices
cuando, por el contexto, queda claro cuáles son.
E jem plo 2 Uno de los postulados de Peano (el postulado
de inducción) establece que todo conjunto de números
naturales que tenga al 0 y que sea cerrado bajo la ope
ración sucesor es, en realidad, el conjunto de todos los
números naturales. Esto puede traducirse al lenguaje de
segundo orden de la teoría de los números como sigue:
V X(XO A Vy (Xy » XSy) —» Vy X y).
Todo modelo de SI, S2 y del postulado de inducción
de Peano anterior es isomorfo a (N; 0, S); véase el ejer
cicio 1. De modo que este conjunto de enunciados es
categórico; es decir, todos sus modelos son isomorfos.
EJEMPLO 3 Si <p e s una fórmula en la que la variable de
predicado X " no aparece libre, entonces la fórmula
3 X ” Vwi ■■- Vü„[X” iq •••v„ o <p]
es válida. (Es posible que, en la fórmula ip, haya otras va
riables libres además de v u . . . , Esta nueva fórmula
408 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
nos dice que hay una relación que consiste exactamente
en las n-adas que satisfacen <p. Los f órmulas de este tipo
se conocen como fórmulas de comprehensión relaciónales.
También existen las fórmulas de comprehensión funcionales
análogas. Si t/> es una fórmula en la que la variable F n no
aparece libre, entonces
Vi/] •••Vz/n 3 !»n+l -»•
3f" V»i *••Vün+1 [ F 1 V i - - - V m = V n + l ++ip)
es válida. (“3 \vn+ii}>" es una abreviación de la fórmula
obtenida en el ejercicio 21 de la sección 2 del capítu
lo II).
E jemplo 4 En el campo ordenado de los números reales,
todo conjunto no vacío acotado tiene una mínima cota
superior. Esto se puede traducir al siguiente enunciado
de segundo orden:
V X [ 3 y V z(X z —> z < y) A 3 z Xz —)■
3 y V y'(V z(Xz —» z < y') 4-» y < y')].
Se sabe, además, que todo campo ordenado que satis
faga este enunciado de segundo orden es isomorfb al
campo ordenado de los reales.
E jemplo 5 Para toda n > 2, tenemos un enunciado de pri
m er orden An que es la traducción de “Hay al menos
n cosas*. Por ejemplo, As es
3x 3 y 3 z A x fz Ay fz).
La clase de los modelos del conjunto {Ag, As,. . . } es una
clase EC a , compuesta por las estructuras infinitas. Hay
un único enunciado de segundo orden tal que es equiva
lente. Un conjunto es infinito sii existe un orden sobre
él que no tiene último elemento. De manera más senci
lla: un conjunto es infinito sii existe una relación antirre-
flexiva y transitiva R sobre el conjunto cuyo dominio es
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 409
todo el conjunto. Esta condición puede traducirse a un
enunciado de segundo orden A^:
3X[\/ m Wv V w { X u v —> Xvw Xuw) A Vu ^ X u u A
V«3»Xra].
O tro enunciado que define (usando una variable de fun
ción) la clase de las estructuras infinitas es
3 F [ d x Vy (Fx = Fy x = y) h 3 z ' i x F x ^ z ] ,
el cual afirma que existe una función invectiva que no es
suprayectiva.
El ejemplo anterior muestra que el teorema de compacidad
no se cumple para la lógica de segundo orden:
Teorema 41A Existe un conjunto insatisfáctible de enuncia
dos de segundo orden tal que lodos sus subconjuntos
finitos son satisfactibles.
Demostración Utilizando la notación del ejemplo anterior, el
conjunto es
{ _|A00,Aa,A3j...}. 3
El teorema de Lówenheim-Skolem también falla para la ló
gica de segundo orden. Cuando hablamos del lenguaje de la
igualdad, nos referimos al lenguaje (con = ) que tiene a V como
único parámetro. Una estructura de este lenguaje puede con
cebirse simplemente como un conjunto no vacío. En particular,
una estructura así está determinada, salvo isomorfismo, por su
cardinalidad. Por lo tanto, un enunciado de este lenguaje está
determinado, salvo equivalencia lógica, por el conjunto de las
cardinalidades de sus modelos (conocido como su espectro).
Teorema 41B Existe un enunciado del lenguaje de segundo
orden de la igualdad que es verdadero en un conjunto
sii su cardinalidad es 2No.
Demostrad on, usando conceptos de álgebra y análisis Consideremos
primero la conjunción de axiomas (de primer orden) de
un campo ordenado y agreguemos después el enuncia
do de segundo orden que establece la propiedad de la
410 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
mínima cota superior (véase el ejemplo 4 de esta sec
ción). Éste es un enunciado cuyos modelos son exacta
mente los isomorfos al campo ordenado real (es decir,
las estructuras isomorfas al campo ordenado de los nú
meros reales). Convertiremos ahora los parámetros 0, 1,
+ , •y < en variables (individuales, de función o de predi
cado, según sea el caso) que se cuantificarán existencial-
mente. El enunciado que resulta tiene las propiedades
deseadas. H
Existen otros números cardinales que, com o el caso que aca
bamos de ver, caracterizan aspectos de la lógica de segundo
orden. Véase el ejercicio 2,
Teorema 41C El conjunto de los números de Gódel de los
enunciados válidos de segundo orden no es definible
en 01 mediante una fórmula de segundo orden.
En este caso estamos suponiendo, desde luego, que la forma
en que se asignaron los números de Gódel a las expresiones de
segundo orden es similar a la que se usó antes. Aunque la prue
ba que presentaremos aquí se refiere al lenguaje de segundo
orden de la teoría de números, el teorema es válido para cual
quier lenguaje recursivamente numerado que tenga al menos
un símbolo de predicado binario.
Demostración Sea T 2 la teoría de segundo orden de 01; es
decir, el conjunto de enunciados de segundo orden ver
daderos en 01. El argumento que se usó para probar el
teorema de Tarski muestra también que $T 2 no se puede
definir en 01 mediante una fórmula de segundo orden.
Sea a la conjunción de los elementos de Á£ junto con
el postulado de inducción de segundo orden de Peano
(Ejemplo 2). Todo modelo de a es isomorfb a 01; véase
el ejercicio 1. De modo que, para todo enunciado cr,
a 6 T2 sii (a —t a) es válida.
Por lo tanto, el conjunto de (los números de Gódel de)
los enunciados válidos no es definible, pues de otro
modo {jT2 tendría que serlo. H
LOGICA DE SEGUNDO ORDEN 411
Por fuerza, el conjunto de números de Gódel de los enun
ciados válidos no es aritmético, ni tampoco recursivamente nu
merable. Lo que quiere decir que el teorema de numerabilidad
falla para la lógica de segundo orden. (Con respecto al primer
resultado, podemos agregar que es posible demostrar que este
conjunto tampoco es definible en la teoría de números de or
den tres, ni siquiera en la de orden o;; sin embargo, éstos son
temas que aquí dejaremos de lado.)
Resulta interesante com parar un enunciado universal de se
gundo orden, como el postulado de inducción de Peano
V X (X 0 A V y (Xy - > XS y) - > y y X y ),
con el “esquema” de primer orden correspondiente; es de
cir, con el conjunto de enunciados
A y (<p{y) -)• ¥>(Sy)) ->• Vy Lo{y),
donde <p es una fórmula de primer orden que sólo tiene a v\ li
bre. Si 21 es un modelo del postulado de inducción de Peano,
entonces cualquier subco njunto de |2l[ que contenga a 0a y sea
cerrado bajo ■S2t es en realidad todo |2l|. Por otro lado, si 21 es
un modelo del esquema de axioma correspondiente, lo único
que podemos decir es que todo subconjunto definible de 21 que
contenga a 0a y sea cerrado bajo 5 a es todo |2l|. Es posible que
haya subconjuntos indefinibles en los que esto no se cumpla.
{Por ejemplo, tómese cualquier modelo 21 de T h (N; 0, S) que
tenga Z-cadenas. En este caso, 21 satisface el esquema de axio
ma en cuestión, pero no satisface el postulado de segundo or
den de inducción. El conjunto de puntos estándar simplemente
no es definible en 21.)
Ejercicios
1. Muestre que toda estructura del lenguaje con los paráme
tros V, 0 y S, que satisfaga los enunciados
Vx S x f 0 (51)
y x y y { S x = Sy ^ x = y) (52)
412 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
y el postulado de inducción de Peano
MX(X0A V y ( X y ^ X S y ) - + V y X y )
es isomorfb a ÜI5 — (N; 0,5).
2. (a) Formule un enunciado del lenguaje de segundo or
den de la igualdad, que sea verdadero en un conjunto
sii su cardinalidad es K'q-
(b) Haga lo mismo para Kj.
3. Sea <p una fórmula en la que únicamente la variable de
predicado rc-ario X aparece libre. Digamos que una rela
ción n-aria R sobre |2f| está implícitamente definida en 21
por <p sii 21 satisface <¡pcon una asignación de R a X, pero
no satisface (p con ninguna otra asignación de otra rela
ción a X. Muestre que J|Th 01, el conjunto de los números
de Gódel de los enunciados de primer orden verdaderos
en 01, está implícitamente definido en 01 por una fórmu
la sin variables de predicado o de función cuantificadas.
Sugerencia: La idea es plantear las condiciones que el con
junto de enunciados verdaderos debe cumplir.
4. Considere un lenguaje (con igualdad) que tiene los sím
bolos de predicado unarios 1, S y el símbolo de predicado
binario E. Encuentre un enunciado de segundo orden a
tal que (i) si A es un conjunto para el que A O V A = 0 y si
|2l¡ = A U V A , 7a = A, Sm = VA, = { ( a,b) \a e b C
A} , entonces 21 es un modelo de <y, y (ii) todo modelo de a
es isomorfb a uno del tipo descrito en (i). Observación: En
términos intuitivos, a es la traducción de "S = V I ”.
2 . Funciones de Skolem
Queremos mostrar cómo, dada una fórmula de primer orden,
es posible encontrar una fórmula prenex de segundo orden
lógicamente equú'alente, con la siguiente estructura:
cuantificadores cuantificadores fórmula sin
existenciales individuales universales cuantificadores
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 413
Ésta es una fórmula prenex en la que todos los cuantifica-
dores universales son individuales y se encuentran después de
una serie de cuantificadores exístenciales individuales y de fun
ción.
Si consideramos el ejemplo más sencillo, observamos que:
V x 3 y <p(x,y) |=H 3-FVx <p(x,Fx).
Es fácil ver p orq u é se cumple en la dirección “=|”. Para la otra
dirección, “f=”, consideremos una estructura 21 y una función
de asignación s que satisfaga Vx 3 y <p(x, y). Nosotros sabemos
que para toda a 6 |2l| existe al menos una b S |2l| tal que:
h a ¥>(*,/) [* ( * I « ) ( / I *)]■
Si para cada a elegimos una de esas b (utilizando el axioma de
elección), entonces tenemos una función J sobre ]Ql[ dada por
f [ a ) = b. De m odo que:
h a Vx( p( x, Fx) U (P | /)].
Esta función f se conoce como una/unción de Skolem para la
fórmula V x 3 y e n ía estructura 21.
El mismo argumento se aplica de manera más general. Co
mo segundo ejemplo, supongamos que comenzamos con la
fórmula
3/i Vari 3y 2 Vx2 VX3 3/3 ipiyuy^ys)-
(Hemos listado únicamente / i, y2 y /s , pero también es posible
que haya otras variables libres en ip.) En este caso ya se tiene el
cuantifícador existencial 3 / i a la izquierda. Lo que queda es
V*1 3 /2 Vx2 Vxs 3 /3 V’í/l, /2. /3)-
Éste es un caso especial del primer ejemplo (con y>(xi,/2) =
Vx2 Vx3 3 / j ^( / í i / z . / s ) ) - Esto es, com o antes, lógicamente
equivalente a
3 F 2 V jci Vx2 Vx3 3 / j ip(yi,F 2 xi,y 3).
414 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
A hora ya tenemos los cuantificadores existenciales 3 y \ 3 a
la izquierda; lo que queda es
Vxi Vx2 Vx3 3 y 3 i>{y\,F 2 Xi,y?)-
Usando el mismo razonamiento que antes, esto es lógicamente
equivalente a:
3^3 Vxi Vx2 Vx3 ipiyi.FzXi^sxi x 2x 3),
donde F$ es una variable de fijnción ternaria. De modo que la
fórmula original es equivalente a:
3yi 3 F 2 Vxj Vx 2 Vx3 i){yi,F 2 x \,F ^ x 2x 3).
Si 0 no tiene cuantificadores, entonces está en la forma bus
cada.
Teorema de la forma normal de Skolem Dada cualquier fórmula
de primer orden, es posible encontrar una fórmula de
segundo orden lógicamente equivalente que esté forma
da por:
(a) Primero una serie (que puede ser vacía) de cuan
tificadores existenciales individuales y de función,
seguida de
(b) Una serie (que puede ser vacía) de cuantificadores
individuales universales, seguida de
(c) Una fórmula sin cuantificadores.
Se puede hacer una demostración formal usando inducción,
pero el ejemplo anterior muestra el método general.
Recuérdese que una fórmula universal (Vi) es una fórmula
prenex de primer orden cuyos cuantificadores son todos uni
versales: V *i Vx2 •••VxAa , donde a carece de cuantificadores.
De manera similar, una fórmula existencial (3i) es una fórmula
prenex de primer orden cuyos cuantificadores son todos exis
tenciales.
Corolario 42A Dada cualquier fórmula de primer orden <p,
es posible encontrar una fórmula universal 9 en un len
guaje extendido con símbolos de función, tal que (fi es
satisfactible sii 6 es satisfáctible.
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 415
Si aplicamos este corolario a -i tp, obtenemos una fórmula
existcncial (con símbolos de función) que es válida sii tp es
válida.
Demostración Una vez más, sólo ilustraremos la situación me
diante un ejemplo. Supongamos que tp es
3 j ’i V*i 3 y 2 Vx2 V jc3 3 313 ^>{yi,y2 l y%).
Lo primero es sustituir tp por la fórmula lógicamente
equivalente en la forma de Skolem:
3 y i 3^3 V *i V x 2V x 3 i¡>( y i , Í 2 * i , F s x \ x 2 x 3 ) .
Entonces, como 9 tomamos:
V*i V jc2 V xs i >( c , f x i , gx 1x2 x3),
donde c, f y g son nuevos símbolos de función que tie
nen cero, una y tres variables, respectivamente. En gene
ral, 9 no es lógicamente equivalente a tp; sin embargo, lo
que sí tenemos es que 6 \— tp (en el lenguaje extendido).
Y todo modelo 21 de tp puede expandirse (definiendo
adecuadamente c®,/® y g®) para que sea un modelo
de 9. Por lo tanto, tp y 6 son “igualmente satisfactibles”.
H
Este resultado reduce el problema general de verificar la sa-
tisfáctibilidad de las fórmulas de primer orden al caso particu
lar de las fórmulas universales (con símbolos de función). De
igual modo, el problema de la verificación de validez se reduce
al caso A partir de estas reducciones podemos obtener un
resultado de indecidibilidad para la lógica de primer orden:
Corolario 42B Considere un lenguaje recursivamente nume
rado con un símbolo de predicado binario y una infi
nidad de símbolos de función de k variables, para cada
k > 0. Entonces:
(a) El conjunto de los números de Gódel de los enun
ciados universales (de primer orden) satisfactibles
no es recursivo.
416 UNA INTRODUCCION MATEMÁTICA A LA LÓGICA
(b) El conjunto de los números de Gódel de los enun
ciados existenciales (de primer orden) válidos no es
recursivo.
Demostración (b) Dado cualquier enunciado o, y aplicando a
-i a el corolario 42A. podemos encontrar explícitamente
un enunciado existencial que sea válido sii a es válido.
Por consiguiente, un procedimiento de decisión páralos
enunciados existenciales válidos daría un procedimiento
de decisión para todos los enunciados válidos arbitra
rios. Pero esto último contradiría el teorema de Church.
H
Se obtienen resultados análogos con variables de predicado
en lugar de variables de función, aunque la demostración es
más laboriosa. Supongamos que se empieza con una fórmu
la de primer orden. Esta es equivalente a una fórmula i¡! en
la forma normal de Skolem; para simplificar, supongamos que
i¡) — 3F<p, donde ¡p es una fórmula que sólo tiene cuantifícado-
res individuales y F e s una variable de función uñaría. Podemos
elegir <p de tal manera que F ocurra únicamente en ecuaciones
de la forma u = Ft (donde t y u son términos que no contie
nen F ) , Esto se puede hacer sustituyendo, por ejemplo, una
fórmula atómica a{Ft) ya sea por Vx( x = Ft —►a (x )) o por
3 x ( x = Ft A a (x )).
Lo siguiente es observar que una fórmula
3 F __u — F t __,
donde i7 ocurre sólo en la forma mostrada, es equivalente a
3X{\fy3\zX yzA _X tu_).
Si se sigue en esta dirección (cosa que no haremos aquí), se
podrá ver que toda fórmula de primer orden es equivalente a
una fórmula de segundo orden compuesta por:
(a) Una serie de cuantificadores existenciales de predicado,
seguida de
(b) Una serie de cuantificadores individuales universales, se
guida de
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 417
(c) Una serie de cuantificadores existenciales individuales,
seguida de
(d) Una fórmula sin cuantificadores.
Existen también las versiones correspondientes de los coro-
larios 42A y 42B (véase el ejercicio 4). El análogo del corola
rio 42A reduce el problema de verificar la satisfactibilidad de
una fórmula de primer orden al caso especial de fórmulas Vs
(con símbolos de predicado). El problema de verificar la validez
se reduce, a su vez, al caso 3 2.
El análogo del corolario 42B puede compararse con el ejer
cicio 10 de la sección 6 del capítulo 11, donde se muestra que
el conjunto de enunciados Vs válidos sin símbolos de función
es decidible.
Expansiones d$ Herbrand
Hemos visto (en el corolario 42A) cóm o encontrar, dada una
fórmula de la lógica de primer orden, una formula universal
“igualmente satisfactible”. De modo que (corolario 42B) el pro
blema de la satisfactibilidad de fórmulas en la lógica de primer
orden es reducible al de la satisfactibilidad de fórmulas univer
sales.
Ahora daremos un paso más: la satisfactibilidad de estas
fórmulas universales es reducible —aunque en un sentido más
débil— a la satisfactibilidad en la lógica de enunciados.
Ejemplo Sabemos que Vx 3 y P x y 3 y Vx Pxy. Sin em
bargo supongamos que no lo sabemos y que queremos
determinar si la implicación lógica se cumple o no. Esto
es equivalente a determinar si la hipótesis Vx 3 y Pxy,
junto co n la negación de la conclusión ->3 y ' i x P x y es
insatisfáctible o no.
Gracias al teorema de la forma normal de Skolem,
podemos reemplazar estos enunciados por un tipo de
enunciados lógicamente equivalentes: quisiéramos de
terminar si 3 F Vx P x F x junto con 3 G Vy - i P G y y es
insatisfactible o no. De la misma manera que en el coro
lario 42A, sustituimos estos enunciados por enunciados
418 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
universales igualmente satisfáctibles; deseamos determi
nar si el conjunto {V x P x f x , Vy ~>Pgy y} es insatisfác-
tible o no (aquí / y g so n nuevos símbolos de función).
A hora bien, este conjunto de enunciados universales
si es satisfáctible, e incluso se puede hacer que genere su
propio modelo. Aquí mostraremos cómo hacerlo. Para
el universo de nuestro modelo tomaremos el universo H
de Ilerbrand, que es el conjunto de todos los términos
(en el lenguaje con / y g ). De modo que H contiene,
para cualquier variable u, los términos
u, f u , g u , f f u , f g u , . . .
Sea A el conjunto de todas las instancias de los enun
ciados universales en cuestión; esto es, las fórmulas que
se obtienen cuando se quitan los cuantiñcadores uni
versales y se insertan (en las variables umversalmente
cuantificadas) términos arbitrarios del universo de Her-
brand. Entonces A contiene, para cualquier variable u,
las fórmulas sin cuantiflcadores
P u f u , P g u f g u , . . . , -1 PgUU, - i P g f u f u , , . .
Examinemos ahora A desde el punto de vista de la ló
gica de enunciados. Los símbolos de enunciado son las
fórmulas atómicas, por ejemplo, P g f u f u . En nuestro
ejemplo, A es satisfáctible en la lógica de enunciados. Es
decir, liay una asignación de verdad v sobre el conjunto
de símbolos de enunciado tal que v (a ) = V, para toda a
en A.. A continuación damos una v que cumple con eso:
,_ , í V si <i es más corto que t2
v (Ptit2) = < r ., , , .
( F síti es al menos tan largo como t%
Por último, utilizaremos esta asignación deverdad v
(en la lógica de enunciados) para dar una estructu
ra Sj (en lógica de primer orden) que será un modelo
de los enunciados universales. El universo es el universo
de Herbrand: \Sj\ = H . (Este argumento tiene muchos
elementos en común con la prueba de completud de la
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 419
sección 5 del capítulo II.) Los símbolos de función se in
terpretan de manera autónoma —como si se nombraran
a sí mismos—: f^{t) es f t y es gt. v nos sirve para
interpretar el símbolo de predicado P :
{h, í2) e P * v (P« ií 2) = V
Esta estructura funciona. Primero, Vx P x f x , ya
que para cualquier término t del universo de Herbrand,
{t,ft) € P *. Segundo, (=$ Vy ~<Pgy y, pues para todo
término t del universo de Herbrand, (gt,t) £ P*3-
Concluimos que la hipótesis Vx 3 y P x y junto con la
negación de la conclusión - 13 y Vx P x y es satisfactible,
y por lo tanto Vx 3 y P xy 3 y VxPxy.
¿Hasta qué punto podemos hacer una generalización a par
tir de este ejemplo? Supongamos, para hacerlo más sencillo,
que el lenguaje no contiene a la igualdad. (El ejercicio 7 mues
tra cuáles son las modificaciones que hay que hacer para in
tegrar la igualdad.) Supongamos que queremos determinar si
T h ívp o no, para un conjunto de fórmulas de la lógica de
primer orden T; <p. Esto equivale a determinar si el conjunto
T; -up es insatisfáctible o no.
Podemos reemplazar cada una de estas fórmulas por una
fórmula lógicamente equivalente en la forma norm al de Sko-
lem. Luego, tal como en el corolario 42A, obtenemos un con
junto ^ de formulas universales, igualmente satisfactible. (Al
aplicar la forma normal de Skolem, se usan diferentes símbolos
de función de Skolem para cada una de las fórmulas, de mo
do que no hay posibilidad de que las fórmulas resultantes se
contradigan,) Esto nos conduce a la siguiente situación:
T [= <p tk es insatisfáctible,
donde & es un conjunto de fórmulas universales.
Sea H el universo de Herbrand; es decir, el conjunto de to
dos los términos del lenguaje de 'If Sea A el conjunto de todas
las instancias de las fórmulas universales en 4' (es decir, las
fórmulas que se obtienen cuando se quitan los cuantificadores
universales y se insertan, en lugar de las variables universal-
mente cuantificadas, términos arbitrarios del universo de Her
brand). Entonces A está compuesto solamente por fórmulas
420 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
sin cuantificadores. Consideremos A desde el punto de vista
de la lógica de enunciados, donde los símbolos de enunciado
son las fórmulas atómicas.
Caso I: A es insatisfactible en la lógica de enunciados. En
este caso, podemos concluir que T es insatisfactible y T ¡= <p
en la lógica de primer orden. Esto se debe a que una fórmula
universal implica lógicamente a todas sus instancias. Por consi
guiente, j= 6 para toda S en A (en lógica de primer orden).
Todo modelo de 'í debe ser modelo de A; pero de un mode
lo 2( de A podemos obtener una asignación de verdad v que sa
tisfaga A en la lógica de enunciados. (Recuérdese el ejercicio 3
de la sección 4 del capítulo 11. Nótese la interesante conexión
entre la lógica de primer orden y la lógica de enunciados.)
Caso II: A es satisfaclible en la lógica de enunciados, diga
mos que con la asignación de verdad v. Entonces usaremos v
para dar una estructura f) en la que '3' sea satisfactible y T N <p,
pues fy nos dará el contraejemplo.
Como en el ejemplo, el universo ¡i}| es el universo H de
Herbrand, el conjunto de todos los términos del lenguaje de '5.
Una vez más, los símbolos de función se interpretan de manera
autónoma: f® (t u . . . , tn) = ft\ •••/«. Para interpretar el símbo
lo de predicado P, usamos la asignación de verdad v:
£ P M » (/ > Í1 -Í,) = V
Entonces afirmamos que toda fórmula en $ se satisface en f)
por la función identidad 5 (x) = x sobre las variables. En primer
lugar, nótese que s (t) = t para todo término t en H ; teníamos
la misma situación en el paso 4 de la prueba de completud de
la sección 5 dei capítulo II. En segundo, obsérvese que para
una fórmula atómica P¿i •* •
Ní>P l l - ” (h ,... ,ín) c P* v{Ptl ■ ■ ■ tn) = v.
Otra vez p or el ejercicio 3 de la sección 4 del capítulo II, toda
fórmula ó en A se satisface en 5) con j (pues v (5) = V).
Considérese cualquier fórmula eñ '5. Es una fórmula univer
sal; para simplificar la notación, digamos que es V v\ V Vz6(v\,
r>2, »s), donde 0 no tiene cuantificadores. Necesitamos verificar,
para cualesquiera términos íj y íq en H , que Nfi #[[*!» *2, wsj]-
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 421
Esto equivale (por el lema de sustitución) a decir que la fórmu
la »s) se satisface en por s. Pero esta fórmula es una
instancia de V»i V »2 0(z»i, vz, 1/3), así que 8{t\, tz> v 3) está en A.
Como ya se señaló, nuestra construcción se hizo de modo que
toda fórmula en A se satisficiera en f) con s. Esto es lo que
necesitábamos.
Podemos resumir este resultado de la siguiente manera. Por
simplicidad, se establece sólo para enunciados.
Teorema de Herbrand Considérese un conjunto T; tp de enun
ciados de un lenguaje de primer orden sin igualdad.
Sea A como se estableció antes. Entonces, o bien (caso 1)
A es insatisfactible en la lógica de enunciados y T |= tp,
o bien (caso II) A es satisf'actible en la lógica de enun
ciados y la estructura 5) construida antes es un modelo
de T en el que tp es falsa.
(El trabajo de Ilerbrand formaba parte de su tesis doctoral,
que terminó en 1930 poco antes de morir en un accidente de
montañismo, La formulación que él hizo de este teorema es
bastante distinta de la que aquí presentamos, pero las ideas se
desprenden de su trabajo y del de Thoralf Skolem de 1928.)
En el caso I, gracias al teorema de compacidad de la lógi
ca de enunciados, hay un subconjunto finito de A que es in
satisfactible. Este resultado se puede utilizar para hacer una
demostración alternativa del teorema de compacidad para la
lógica de primer orden, que no se basa en la sección 5 ni en el
cálculo deductivo de la sección 4, ambas del capítulo II.
Además, a partir del enfoque de Herbrand se puede obte
ner una demostración del teorema de numerabilidad, también
independiente de las secciones 4 y 5 del capítulo II. Considere
mos el caso especial en el que T = 0. Si tp es válida, entonces,
conforme se gener en más y más elementos de A , llegaremos a
un punto en el que tendremos un conjunto insatisfactible, algo
que se puede reconocer usando tablas de verdad. S <p no es vá
lida, entonces, a medida que generemos más y más elementos
de A, estaremos construyendo una estructura en la cual tp fa
lla, pero dicha estructura es infinita y la construcción nunca
termina.
422 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Ejercicios
1. Demuestre la siguiente versión mejorada del teorema de
Lówenheim-Skolem: Sea 521 una estructura para un len
guaje numerable. Sea S un subconjunto numerable de
|52l|. Entonces hay una subestructura numerable 03 de 521,
con 5 C J58|, tal que para toda función s de las variables
en 1031 y toda fórmula de primer orden tp,
l=a sii f=* <p[4
Sugerencia-. Seleccione funciones de Skolcm para todas las
fórmulas. Cierre S bajo las funciones. Observación-. Una
subestructura 03 con esta propiedad se conoce como una
subestructura elemental. Nótese que esta propiedad impli
ca (tomando <p como un enunciado) que 21 S 23. Por un
lado, esta forma nos permite concluir algo más fuerte que
lo que afirmamos en la sección 6 del capítulo II, ya que
no sólo obtenemos que Th2l tiene algún modelo nume
rable, sino que en particular obtenemos un .«¿¿modelo
numerable. Por otro lado, hay que mencionar también
que la demostración hace uso del axioma de elección.
2. Generalice el ejercicio anterior al caso no numerable. Su
ponga que 21 es una estructura para un lenguaje de car-
dinalidad A. Sea 5 un subconjunto de |2l| con cardinali-
dad k . Muestre que hay una subestructura elemental 03
de 21 de cardinalidad a lo más « + A con S C ¡03f.
3. Muestre que el corolario 42B es óptimo en el siguiente
sentido:
(a) Dado cualquier enunciado a de tipo 3i, podemos de
cidir efectivamente si O es satisfáctible o no.
(b) Dado cualquier enunciado <7 de tipo Vi, podemos de
cidir efectivamente si a es válido o no.
4. (a) Postule los dos corolarios (análogos al 42A y al 42B)
descritos al final de esta sección.
(b) Demuestre (a).
5. Repita el ejemplo dado para las expansiones de Her-
brand, pero para el inverso: 3 y 'ix P x y |= V x 3 y Pxy.
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 423
Muestre que, en este caso, el conjunto A es insatisíactible
en la lógica de enunciados.
6. Aplique el método de las expansiones de Herbrand para
establecer lo siguiente: |= S x ( P x —i Vx Px).
7. Modifique la construcción de la expansión d e Herbrand
para adecuarla a un lenguaje que incluya la igualdad. Su
gerencia: En efecto, debe agregarse el paso 5 de la demos
tración de completud expuesta en la sección 5 del capí
tulo II. Agregue suficientes enunciados universales para
asegurarse de que {(íi, ¿2) | v (b = ¿2) — es una rela
ción de congruencia.
3 . Lógica mullivariada
Ahora regresamos a los lenguajes de primer orden, pero con
muchos tipos de variables, que abarcan diferentes universos.
(En la siguiente sección aplicaremos esto al caso en el cual un
tipo de variables es para los elementos de un universo, otro
para los subconjuntos de ese universo, ol.ro más para las rela
ciones binarias, y así sucesivamente.)
En matemáticas a veces decimos cosas no muy fórmales,
como “Usamos letras griegas para ordinales, letras mayúscu
las para conjuntos de enteros,. . . ” En efecto, vamos adoptando
distintos tipos de variables (o lenguaje m.ultivariado), de modo
que cada tipo tiene su propio universo. Ahora nos encargare
mos de examinar esta situación de un modo preciso. Como
podría esperarse, nada difiere drásticamente del caso usual de
un solo tipo de variable (o lenguaje monovariado). Ninguno de
los resultados de esta sección es muy profundo, y la mayoría
de las demostraciones se omiten.
Supongamos que tenemos un conjunto no vacío I , cuyos
elementos se denominan tipos de variables, y símbolos dados
del siguiente modo:
A. Símbolos lógicos
0. Paréntesis: (, ).
1. Símbolos de conectivo; - 1, —1.
424 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
2. Variables: para cada tipo i, hay variables v\, v'%,. . . de
tipo i.
3, Símbolos de igualdad: para algunos i E / puede ha
ber un símbolo — que es un símbolo de predicado
de t ipo (i, i).
B. Parámetros
0. Símbolos de cuantificador: para cada tipo i hay un
símbolo de cuantificador universal V,;.
1. Símbolos de predicado: para cada n > 0 y cada n-ada
(¿ i , . . . , i n) de tipos, hay un conjunto (que podría
ser vacío) de símbolos de predicado de n argumen
tos, cada uno de los cuales se dice que es de tipo
(il) •••J i«}-
2. Símbolos de constante: para cada tipo i. hay un con
junto (que podría ser vacío) de símbolos de constan
te, cada uno de los cuales se dice que es de tipo i.
3. Símbolos de función: para cada n > 0 y para cada
(n + l)-ada (¿i,. . . , in, in+\¡ de tipos, hay un conjun
to (que podría ser vacío) de símbolos de función de
n argumentos, cada uno de los cuales se dice que es
de tipo (¿i, •••t ífi>in+i) -
Como se suele hacer, debemos suponer que estas clases de
símbolos son disjuntas y además que ningún símbolo es una
sucesión finita de otros símbolos.
A cada término se le asignará un único tipo. Definimos el
coiijunto de los términos de tipo i inductivamente, en forma
simultánea para todo i:
1. Cualquier variable de tipo i o símbolo de constante de
tipo i es un término de tipo i.
2. Si 11, . . . , tn son términos de tipo ¿i, . . . , i n, respectivamen
te, y / es un símbolo de función de tipo in+ \) >enton
ces f t \ ••- tn es un término de tipo *n+i-
Esta definición se puede refórmular de un modo que resulte
más familiar. El conjunto de los pares (t , i ) tal que t es un tér
mino de tipo i se construye (o se genera) a partir del conjunto
básico
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 425
{{v'n, i) |n > I e i € 1} U {{c, i) \c es un símbolo
de constante de tipo i}
por medio de las operaciones que, para un símbolo de función
de tipo (¿i, . . . , in, tn+I), produce el par (/¿i ■■■tn, i n+ l) a partir
de los pares (íL. ¿i ), . . . , {tn¡ in).
Una fórmula atómica es una sucesión Pt\ ■••tn que consis
te en un símbolo de predicado de tipo {i\, ■.. ,i„) y términos
t\.. . . ¡tn de tipo ¿ i , . . . , in¡ respectivamente. Las fórmulas no
atómicas se forman, entonces, usando los conectivos --, —y y
los cuantiñcadores V¡v’n.
Una estructura multivariada 2í es una función sobre el con
junto de los parámetros que asigna a cada uno el tipo correcto
de objeto:
1. Al símbolo de cuantificador V¡, 21 le asigna un conjunto
no vacío |2Í|¿ llamado el universo de 21 de tipo i.
2. A cada símbolo de predicado P de tipo in)¡ 21 le
asigna una relación
P SÍ C |2lj¡, x ••• x |2í|íi(.
3. A cada símbolo de constante c de tipo i. 21 le asigna un
punto ca en |2í|¡.
4. A cada símbolo de función / de tipo { A , . . . , ¿„+i), 21 le
asigna una función
/ 2t:|2l¡, x ...x | 2 l | 1„ ^ | 2 l U I.
Las definiciones de verdad y de satisfacción son las obvias,
dado que V¡ se ha interpretado como “para todos los elementos
del universo |2l|; de tipo i".
En una estructura multivariada, los universos de los varios
tipos pueden o no ser disjuntos; pero ya que no tenemos símbo
los de igualdad entre tipos, cualquier situación de universos no
disjuntos debe considerarse accidental. En particular, siempre
habrá una estructura elementalmente equivalente cuyos univer
sos son disjuntos.
Reducción ala lógica monovariada
A veces los lenguajes multivariados pueden ser convenientes
(como veremos en la siguiente sección); pero no hay nada esen
426 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
cial que se pueda hacer con ellos que no se pueda hacer tam
bién sin ellos. En seguida plantearemos esta afirmación de un
modo más preciso.
Consideraremos un lenguaje monovariado que tiene todos
los símbolos de predicado, de constante y de función de nues
tro lenguaje multivariado supuesto. Además, tendrá un símbo
lo de predicado Q¿ de un argumento para cada i en I. Hay
una traducción sintáctica que convierte cada fórmula multiva-
riada ip en una fórmula monovariada tp*. En esta traducción,
todos los símbolos de igualdad se reemplazan por = . El único
otro cambio está en los cuantificadores (el símbolo de cuantifi-
cador y las variables cuantificadas): reemplazarnos
por
V v (|Qj V __v ),
donde v es una variable elegida de modo que no haya con
flicto con las otras variables. Entonces los cuantificadores de
tipo i están “relativizados” a Q,. (Las variables libres se dejan
sin cambio.)
Volviendo a la semántica, podemos transformar una estruc
tura multivariada 21 en una estructura 21* para el lenguaje mo
novariado anterior. El universo |2l*| es la unión ( J ¡w |2l|¿ de
todos los universos de 21. Le asignamos a Q el conjunto !2l|,;.
La estructura 21* concuerda con 21 en todos los símbolos de
predicado y de constante. Para cada símbolo de función /, la
función f 2í' es una extensión arbitraria de f m. (Desde luego,
este último enunciado no especifica / 31 por completo, Los re
sultados que daremos para 21* se cumplen para cualquier es
tructura obtenida del modo que acabamos de describir.)
Lema 43A Un enunciado multivariado a es verdadero en 21
sii a* es verdadero en 21*.
Para probar esto, afirmamos algo más fuerte acerca de las
fórmulas:
|= a <-p[s] t= a * <¿>*[4
donde s (»),) 6 |2(|¡. Esta afirmación se prueba por inducción.
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 427
Consideremos ahora la otra dirección. Una estructura mo-
novariada no siempre se puede convertir en una estructura
multivariada. Por lo tanto, impondremos algunas condiciones.
Sea el conjunto que consta de los siguientes enunciados mo-
novariados:
1, 3 v Q¡ v, para cada i en I.
2. V»i •••Vvn (Q¿, vi —> ••• —y Qi„ vn -> Qin+ifvi •••»n), pa
ra cada símbolo de función / de tipo (¿i, . . . , V ri)- Inclui
mos el caso n = 0, en el cual el enunciado anterior se convierte
en QiC para un símbolo de constante c de tipo i.
Nótese que la estructura anterior 21* es un modelo de Un
modelo monovariado 03 de se puede convertir en un mo
delo multivariado 93*. La conversión se lleva a cabo del modo
natural:
[»*!.■ =
pas1 —po¡ (Q » x ••• x Q®), donde P e s un símbolo
de predicado de tipo (íj, . . . ,
= /® f i (Q f x ••• x x Q? ), la restr icción de
/ * a Q® 'x - •• x Q® . donde / es un símbolo
de función de tipo (¿i,. . . , im ¿n-¡-i)-
Lema 43B Si 23 es un modelo de entonces 93* es una
estructura multivariada. Además, un enunciado multiva
riado a es verdadero en 23* sii a* es verdadero en 23.
L a prueba es similar a la del lema 43A.
Nótese que en general 23** no es igual a 23. (Por ejemplo,
|23¡ puede contener puntos que no pertenecen a ningún Qp. )
Por otro lado, 21** sí es igual a 21.
Teorema 43C En el lenguaje multivariado
E (= a
sii en el lenguaje monovariado
S * U $ |=
428 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Demostración (^-) Supongamos que E [= a y sea 23 un mode
lo monovariado de E* U $ (donde E* = {cr* j a E E }),
Entonces, por el lema 43B, 23* es un modelo de E. Por lo
tanto, 23* es un modelo de a. Así que, nuevamente por
el lema 43B, 23 es modelo de a*.
(<=) En forma similar, con el lem a43A . H
Usando el teorema 43C, podemos inferir ahora los siguien
tes tres teoremas a partir de los resultados correspondientes
para la lógica monovariada.
Teorema de compacidad Si todo subconjunto finito de un con
junto E de enunciados multivariados tiene un modelo,
entonces E tiene un modelo.
Demostración Supongamos que todo subconjunto finito Eo
de E tiene un modelo multivariado 2Í<). Entonces cual
quier subconjunto finito Eg de E* tiene un modelo 2^.
En consecuencia, por el teorema de compacidad ordina
rio, E* tiene un modelo 23. Entonces, 23* es un modelo
deE. H
Teorema de numerabilidad Para un lenguaje multivariado re-
cursivamente numerado, el conjunto de los números de
Gódel de los enunciados lógicamente válidos es recursi
vamente numerable.
Demostración Para un enunciado multivariado cr, por el teo
rema 43C,
f= <7 sii 3* (= cr*.
Como $ es recursivo, Cní> es recursivamente nume
rable. Pero a* depende recursivamente de cr, así que
podemos aplicar el ejercicio 7(b) de la sección 5 del ca
pítulo I I I . H
Teorema de Lówenheim-Skolem Para Cualquier estructura multi-
variada (de un lenguaje numerable) hay una estructura
numerable elementalmente equivalente.
Demostración Supongamos que la estructura dada es 21. En
tonces 21* es un modelo monovariado de (Th2[)* U
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 429
De ahí que, por el teorema dé Lówenheim-Skolem ordi
nario, (Th 21)* U $ tiene un modelo numerable 55. En
consecuencia, 53J es un modelo de Th 21 y es elemental
mente equivalente a 2Í. H
4 . Estructuras generales
Regresamos ahora a la discusión sobre la lógica de segundo
orden que empezamos en la sección 1 de este capítulo. Ahí
discutimos (a) la sintaxis, es decir, el conjunto de fórmulas de
segundo orden, y (b) la semántica, es decir, el concepto de
estructura (que fue el mismo que par a las de primer orden)
y la definición de satisfacción y de verdad.
En esta sección pretendemos dejar (a) sin cambios, pero que
remos presentar una alternativa para (b). La idea se puede
plantear muy brevemente: ahora consideraremos el lenguaje
(que previamente concebimos como un lenguaje de segundo
orden) como un lenguaje elemental (es decir, de primer orden)
con varios tipos de variables. El resultado será dejar abierto a
la interpretación no sólo el universo que abarcan las variables
individuales, sino también los universos para las variables de
predicado y de función. En particular, este enfoque es adecua
do para la teoría de números, caso que examinaremos breve
mente al final de esta sección,
El lenguaje multivariado
A pesar de que en última instancia queremos considerar la gra
mática de la sección 1 de este capítulo, será conveniente consi
derar un lenguaje multivariado (de primer orden) construido
a partir del lenguaje de segundo orden de esa misma sección.
Tomamos tipos: el tipo individual (con variables v\, v% . . . );
para cada n > 0, el tipo de predicado de n argumentos (con
variables X ”, X/ , . .. ); y para cada n > 0, el tipo de función de
n argumentos (con variables F f , F * , . . . ). Usaremos la igualdad
(= ) sólo entre términos de tipo individual. Los parámetros de
predicado y de función de nuestro lenguaje de segundo orden
dado también serán parámetros del lenguaje multivariado, y to
marán, como argumentos, términos del tipo individual. (Para
un parámetro de función / , el térm ino/ T e s de tipo individual;
430 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
los únicos términos de tipo de predicado o de función son las
variables de esos tipos.)
Además, usaremos ahora dos clases nuevas de parámetros.
Para cada n > 0, hay un parámetro de predicado de pertenen
cia sn que toma, como argumentos, un término del tipo de
predicado «-ario (es decir, una variable X™) y n términos de
tipo individual. Por ejemplo:
e s X 3 V2ViV&
es una fórmula. Su interpretación propuest a es que la lerna de
notada con {» 2,z;i : z;8) debe pertenecer a la relación denotada
con X 3. Ésta es exactamente la interpretación asignada previa
mente a la f órmula de segundo orden
X 3 v2vivs,
y de hecho aconsejamos al lector que identifique mentalmente
la cercanía de estas dos fórmulas.
Para cada n > 0, hay también un parámetro de función
evaluación E n, que toma como argumentos un término del tipo
de función «-aria (es decir, una variable F '*) y n términos de
tipo individual. El término resultante,
EnF n h ■•■tn,
es él mismo de tipo individual. Nuevamente aconsejamos al
lector que identifique la cercanía del término E nF n t,\ - t,n con
el anterior F nt\ •••t„.
Hay un modo obvio de traducir entre el lenguaje de segun
do orden de la sección 1 de este capítulo y el presente lenguaje
multivariado, En una dirección agregamos los símbolos en y
en la otra los quitamos. El propósito de estos símbolos es ha
cer que el lenguaje esté de acuerdo con la sección 3 de este
capítulo.
Una estructura multivariada tiene universos para cada tipo
y asigna objetos adecuados a los diversos parámetros (como se
describió en la sección anterior). Para empezar, queremos pro
bar que, sin pérdida de generalidad, podemos suponer que en
se interpreta como pertenencia genuina y En como evaluación
genuina.
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 431
Teorema 44A Sea 21 una estructura para el lenguaje multi-
variado descrito, tal que los diferentes universos de 21
son disjuntos. Entonces existe un homomorfismo h de 21
sobre una estructura 03 tal que:
(a) h es uno a uno, de hecho, es la identidad, sobre el
universo de los individuos (de lo cual se sigue que
h» sii |=<jj ip[h o í]
para cada fórmula </?)-
(b) El universo de predicados n-arios de 23 consiste
de ciertas relaciones n-arias sobre el universo de indivi
duos, y (R , a i , . . . ,a„} está en e® sii ( a i , . . . , an) € R.
(c) El universo de funciones rc-arias de 03 consiste de
ciertas funciones n-arias sobre el universo de individuos,
y E n { L a l>--->a n) = f { a i , . . . , a n).
Demostración Como los universos de 21 son disjuntos, pode
mos definir h sobre cada universo por separado- Sobre
el universo de los individuos U , h e s la identidad; sobre el
universo de tipo de predicados de n argumentos,
h (Q) = { ( a i , . . . , an) |cada a, está en U
y (Q, a i , . . . , an) está e n e * }.
Entonces
( a i , . . . , a„) £ A (Q) sii ( Q, ai , . - -, «0 está en (1)
De modo similar, sobre el universo de tipo de funciones
de n argumentos,
h (g) es la función n-aria sobre U cuyo valor en
( a i , . . •, an) es (g, ai, •- •, an").
Entonces
H g ) ( a i> = E » ( g a \ , . . . ,a„). ( 2)
Para e® tomamos simplemente la relación d e perte
nencia,
(i?, a i , . . . , a„) está en c ® sii (alf. . - , a n) 6 R. (3)
432 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Para E® tomamos la función evaluación,
E n (f>a 1>••- ’ a») = f ( a a n) • (4)
En los otros parámetros (heredados del lenguaje de se
gundo orden), 23 coincide con 21.
Entonces está claro que h es un homomorfismo de 21
sobre 23. Que h preserva £n se sigue de (1) y (3), donde
en (3) tomamos R — h (£)). Asimismo, de (2) y (4) se
sigue que h preserva E„.
Finalmente, tenemos que verificar la afirmación entre
paréntesis de la parte (a). Esto se sigue de la versión mul-
tivariada del teorema de homomorfismo de la sección 2
del capítulo II, usando el hecho de que tenemos igual
dad sólo para el tipo de los individuos, donde h es uno
a uno. H
Por el teorema anterior, podemos restringir la atención a
las estructuras 23, donde en y En están dadas por (b) y (c) del
teorema. Pero com o £® y E® están determinadas por el resto
de 23, en realidad no las necesitamos. Cuando las eliminamos,
tenemos una preestructura general para nuestra gram ática de
segundo orden.
Estructuras generales para lenguaces de segundo orden
Estas estructuras proporcionan la semántica alternativa men
cionada al principio de esta sección.
Definición Una preestructura general 21 para nuestro lengua
je de segundo orden consiste en una estructura (en el
sentido original) junto con los conjuntos adicionales si
guientes:
(a) para cada n > 0, un universo de relaciones n-arias,
que es un conjunto de relaciones n-arias sobre ]2l|;
(b) para cada n > 0, un universo de funciones n-arias,
que es un conjunto de funciones de |2l|" en [121]-
21 es una estructura general si, además, todos los enun
ciados de comprehensión son verdaderos en 21.
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 433
La última oración de la definición requiere una explicación.
Primero, un enunciado de comprehensión es un enunciado
que se obtiene como generalización de una fórmula de com
prehensión (véase el ejemplo 3 de la sección 1 de este capítulo).
Por lo tanto, es una generalización de
3 X ’1 V « i ■ - • Bl- n , 4+ tp),
donde X n no aparece libre en <p, o bien una generalización de
3 jF" V»! •■•Vvn+\(Fn v i “ -vn = vn+i -o-
donde F n no aparece libre en ib. (Aquí <p y ip pueden tener
variables individuales, variables de predicado y variables de
función.)
En seguida debemos aclarar qué significa que un enuncia
do de comprehensión (o, más bien, cualquier enunciado de
segundo orden) sea verdadero en 21. Supongamos, pues, que
21 es una preestructura general. Entonces, un enunciado a es
verdadero en 21 sii el resultado de transformar a en un enun
ciado multivariado (agregando en y E n) es verdadero en 21, con
en interpretada com o pertenencia y En como evaluación.
Más en general, sea <p una fórmula de segundo orden, y
sea s una función que asigna a cada variable individual un
elemento de |2í|, a cada variable de predicado un elemento del
universo de relaciones de 21, y a cada variable de función un
elemento del universo de funciones de 21. Entonces decimos
que 21 satisface <p con s (lo cual se escribe <y?[j]) sii la versión
multivariada de tp se satisface con s en la estructura 21, donde
en se interpreta como pertenencia y En como evaluación.
Las consecuencias esenciales de esta definición de satisfac
ción son las siguientes, que podrían compararse con 5 y 6 de
la página 407.
[=§ VX n ¡vjjj] sii para toda R en el universo de las rela
ciones «-arias de 21, (=§ '~p[s (X n |i?)].
K í V F > [ ,] sii para toda / en el universo de las fun
ciones «-arias de 21, <p[s ( F n \/ ) ] .
434 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Éste es entonces el enfoque alternativo mencionado al inicio de
esta sección; esto implica tratar la gramática de segundo orden
com o una gramática multivariada de primer orden disfrazada.
Como este enfoque es básicamente de primer orden, tenemos
el teorema de Lówenheim-Skolem, el teorem a de compacidad
y el teorema de numerabilidad.
Teorema de Lówenheim-Skolem Si el conjunto £ de enunciados
en un lenguaje numerable de segundo orden tiene un
modelo general, entonces tiene un modelo general nu
merable.
Aquí un modelo general numerable es aquel en el que todo
universo es numerable (o de manera equivalente, que la unión
de todos los universos es numerable).
Demostración Sea T el conjunto de los enunciados de com
prehensión. Entonces E U F , visto com o conjunto de
enunciados multivariados, tiene un modelo multivaria-
do numerable por el teorema de Lówenheim-Skolem de
la sección anterior. Por el teorema 44A, existe una ima
gen homeomórfica de ese modelo que es una preestruc
tura general que satisface £ U T, y por lo tanto es un
m odelo general de £ . -i
Teorema de compacidad Si todo subconjunto finito de un con
junto £ de enunciados de segundo orden tiene un mo
delo general, entonces £ tiene un modelo general.
Demostración La prueba es exactamente como la anterior.
Todo subconjunto finito de £ U T tiene un modelo mul-
tivariado, de modo que podemos aplicar el teorema de
compacidad de la sección anterior. H
Teorema de numerabilidad Supongamos que el lenguaje es re-
cursivamente numerado. Entonces, el conjunto de los
números de Gódel de los enunciados de segundo orden
que son verdaderos en toda estructura general es recur
sivamente numerable.
Demostración Un enunciado a es verdadero en toda estructu
ra general sii a es consecuencia, como enunciado multi-
variado, de F . Y sabemos que £F es recursivo. -!
LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 435
Los dos teoremas anteriores aseguran que existe un cálculo
deductivo aceptable tal que r es deducible a partir de E sii r es
verdadero en todo modelo general de E (véanse las observa
ciones al principio de la sección 4 del capítulo 11). Pero ahora
que sabemos que existe tal cálculo deductivo completo, no hay
razón para desarrollarlo detalladamente.
Podemos comparar los dos enfoques de la semántica de se
gundo orden como sigue: la versión de la sección 1 de este
capítulo (a la que llamaremos lógica absoluta de segundo or
den) es una criatura híbrida, en la cual el significado de los
parámetros se deja abierto a la interpretación por estructuraos;
sin embargo, la interpretación de ser (por ejemplo) un subcon
junto no se deja abierta, sino que se trata con un significado
fijo. La versión de la presente sección (lógica general de segun
do orden) evita apelar a una noción fija de subconjunto y es.
en consecuencia, reducible a la lógica de primer orden. En ese
aspecto se asemeja a la teoría axiomática de conjuntos, donde
se habla de conjuntos y de conjuntos de conjuntos, y así sucesi
vamente, pero la teoría es una teoría de primer orden.
Al agrandar la clase de las estructuras, la lógica general de
segundo orden disminuye los casos en que se cumple la impli
cación lógica. Es decir, si todo modelo general de E es modelo
general de a, entonces se sigue que E f= o en la lógica abso
luta de segundo orden. Pero el inverso es falso. Por ejemplo,
tomemos E = 0: El conjunto de los enunciados verdaderos en
todos los modelos generales es un subconjunto recursivamente
numerable del con junto no aritmético de los enunciados váli
dos de la lógica absoluta de segundo orden.
Modelos del análisis
Podemos ilustrar la idea de esta sección dirigiendo la atención
al caso particular más interesante: los modelos generales de la
teoría de los números de segundo orden. Consideremos, pues,
el lenguaje de segundo orden para la teoría de los números,
con los parámetros 0, S, <, - y E. Tomamos como nuestro con
junto de axiomas el conjunto A| obtenido a partir de Ae agre
gando com o duodécimo elemento el postulado de inducción
de Peano (ejemplo 2, sección 1 de este capítulo). Del ejercicio 1
de la sección 1, también de este capítulo, podemos concluir
436 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
que cualquier modelo (en la semántica de esa sección) de A|
es isomorfo a 91.
Pero ¿qué podemos decir de los modelos generales de nues
tro conjunto de axiomas? Pueden diferir de 9Í en cualquiera
de dos maneras (o en ambas). Como antes, podemos usar el
teorema de compacidad para construir modelos generales (no
estándar) de los axiomas que tienen números infinitos (es de
cir, modelos 21 con un elemento mayor que el denotado por S"0
en el orden < ffl). También podemos encontrar modelos gene
rales (no absolutos) en los cuales, por ejemplo, el universo de
los conjuntos (el universo de las relaciones uñarías) es menor
que todo el conjunto potencia del universo de individuos. De
hecho, cualquier modelo general numerable debe ser de esta
clase.
Es tradicional entre los lógicos referirse a la teoría de los
números de segundo orden como análisis. El nombre se debe
a que es posible identificar a los números reales con los con
juntos de los números naturales. En la teoría de los números
de segundo orden tenemos cuantificadores sobre los conjuntos
de los números naturales que pueden verse com o cuantifica
dores sobre los números reales, Aunque puede cuestionarse lo
adecuado del nombre, su uso está bien establecido. Por un mo
delo del análisis entenderemos un modelo general del conjunto
anterior de axiomas A|.
Definimos un to-modelo del análisis com o un modelo del aná
lisis en el que el universo de los individuos es N y 0 y S denotan
a los 0 y 5 estándar. (Como consecuencia, < , - y E también
tienen denotaciones estándar.) La motivación para esludiar los
cu-modelos se puede explicar como sigue: tenemos una com
prensión clara —o así lo creemos— del conjunto N; pero de su
conjunto potencia P N no podemos decir lo mismo. Por ejem
plo, no sabemos si su cardinalidad es o H? o más. Así que
es razonable dejar fijo aquello de lo que eslamos seguros (N),
pero dejar abierto a interpretación por una estructura aquello
de lo que no estamos seguros (V N).
Entre los cu-modelos del análisis hay un modelo absoluto, cuyo
universo de relaciones «-arias consta de todas las relaciones
«-arias sobre N (y cuyos universos de funciones constan de to
das las funciones posibles). Un enunciado de primer orden es
L Ó G IC A DE SEG U N D O O RD EN 437
verdadero en un (¿-modelo arbitrario del análisis sii es verdade
ro en Oí. Pero tal vez el (¿-modelo no coincida con el modelo
absoluto en los enunciados de segundo orden.
En el siguiente teorema afirmamos que un (¿-modelo del
análisis está completamente determinado por su universo de
conjuntos (es decir, por su universo de relaciones linarias).
Teorema 44B Si 21 y 33 son (¿-modelos del análisis que tie
nen los mismos universos de relaciones linarias, enton
ces 2Í — 33.
Demostración Supongamos que R pertenece al universo de
las relaciones de tres argumentos de 21. Sea {R) la “com
presión” de i? a una relación linaria:
(R) = { ( a.b.c) |(a,b,c) E R}.
Nuestra función codificadora de sucesiones es recursiva
y, por lo tanto, definible en teoría de los números de pri
mer orden por una fórmula <p. (R) está en el universo de
conjuntos de 21 en virtud del enunciado de comprehen
sión
V X 3 3 I 1 V 'í í [ X 5 3l»2 3 » 3
A X 3 » i» 2 » 3 )j.
Entonces {R) está en el universo de conjuntos de 23:
lo decodificamos por medio de un argumento similar.
R está en el universo de relaciones de tres argumentos
de 03 en virtud del enunciado de comprehensión
v x ! ax3Vü]Vü2 Vw3[x 3»!»2»3 ++
3u {<p(v\,v%v3, u ) A X 1«)].
U n argumento similar se aplica a los universos de fun
ciones. 3
En consecuencia, podemos identificar un (¿-modelo del aná
lisis con su universo de conjuntos (que está incluido en V N).
No toda subclase de V N es, entonces, un (¿ modelo del análisis,
sino sólo aquellos para los cuales se satisfacen los enunciados
de comprehensión.
438 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
Ejemplos de ^ - modelos Sólo necesitamos especificar el uni
verso de conjuntos.
1. V N es el modelo absoluto.
2. Sea (A; £ A) un modelo de los axiomas más comu
nes de la teoría de conjuntos tal que (i) la relación £ A es
la relación de pertenencia {{a , b) \a £ A, b € A y a £ b}
sobre el universo A, y (ii) A es transitivo, es decir, si
a £ b £ A, entonces a £ A. Por lo tanto, la colección
de todos los subconjuntos de N que pertenecen a A es
un w-modelo del análisis.
3. Para una clase A C ^ N , definimos como la
clase de todos los conjuntos B C N que son definibles
en la w-preestructura con universo de conjuntos A por
una fórmula del lenguaje de la teoría de números de
segundo orden, aumentado con parámetros para cada
conjunto de A. Entonces definimos por recursión trans
finita sobre los ordinales:
Ao — <ñ,
■ ^ a -r-l = © A a >
A — U q<a A t para A límite.
Por consideraciones de cardinalidad vemos que esto
deja de crecer en algún ordinal ¡3 para el cual Ap+\ ~
A¡¡. Sea <3oel mínimo j3 tal; se puede demostrar (a partir
del teorema de Lówenheim-Skolem) que/30 es un ordinal
numerable. Ag^ coincide con (Ja A a (unión sobre todos
los ordinales o j y se llama la clase de los conjuntos ana
líticos ramificados. Es un w-modelo del análisis; la verdad
de los enunciados de comprehensión se sigue del hecho
de que S3 Apü C Apü.
SUGERENCIAS PARA LECTURAS ADICIONALES
Barwise, Jon (comp.), Handbook ofMathematical Logic, North-Holland,
Amsterdam, 1978. Este “manual" recopila 31 artículos que expo
nen la teoría de modelos, la teoría de conjuntos, la teoría de la
recursión y la teoría de la demostración, escritos por expertos.
Barwise, Jon y John Etchemendy, The Language of Fmt-Order Logic,
Center fór the Study of Language and Information, Stanford,
1992. Éste es un libro de texto introductorio e incluye un disco
para el paquete de software Tarski’s World. Los mismos autores
han elaborado los paquetes de software Turing’s Worid y Hyper-
proof
Bell, J.L. y M. Machover, A Course in Mathematical Logic, North-
Holland, Amsterdam, 1977.
Boolos, George y Richard Jeffrey, Computability and ¡.ogic, 3a. ed.,
Cambridge University Press, Cambridge, 1989 (1974). Este libro
de texto, dirigido a un público diferente, aborda de manera sólida
algunos de los temas del presente texto.
Chang, C.C. y H.J. Keisler, Model Theory, Sa. ed., North-Holland, Ams
terdam, 1990 (1973). Este texto sigue siendo el libro clásico de
teoría de modelos.
Enderton, Herbert B., Elemente of Set Theory, Academic Press, Nueva
York, 1977. Éste es el libro favorito del autor sobre teoría de con
juntos.
Hodges, Wilfrid, A Shorter Model Theory, Cambridge University Press,
Cambridge, 1997. Ésta es una versión abreviada de su libro Model '■
Theory, publicado en 1993,
Rogers, Hartley, Theory of Recursive Functions and Efective Cofnputabil-
ity, McGraw-Hill, Nueva York, 1967. Este libro es todavía la obra
clásica en su campo.
Shoenfield, Joseph R., Mathematical Logic, Association fór Symbolic
Logic y A.K. Peters, Natick, Mass., 2000. Publicado originalmente
440 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
por Addison-Wesley en 1967j ofrece un tratamiento más sintético,
para estudiantes de posgrado.
Van Heijenoort, Jean (comp.), Frorn Frege to Godel: A Source Book in
Mathematical Logic, 1879-1931, Harvard tiniversity Press, Cam
bridge, Mass., 1967. Recopila 46 artículos fundamentales en lógica,
traducidos al inglés y con comentarios.
LISTA DE SÍMBOLOS
L os n ú m e r o s indican la página d o n d e ap arece p o r p rim era vez
el símbolo.
H 13 (xi, . . . , Xn) 16 V 38
13 A xB 17 ii 39
13 dom l7 4 F= 42-43
& 13 ran R 17-18 43
13 cam R 18 V 55
13 AK 18 c* 59
€ 13 F : A -+ B 18 e* 59
i 13 Jo g 18, 261 h 63
= 13 K 19 # 73
A ;t 14 [x] 19 B a 74-75
0 14 A B 22 ..L 80-81
{xi, . . . 14 card A 22 T 80-81
{x I _ x _ } 14 A 23 .i 81-82
N 14 No 24 1 81-82
Z 14 —1 27 + 81-82
ti: 96
C 15 -f- 27
V 15 A 27 V 10 4
u 15 V 28 3 105, 11 8
n 15 44 30 vn 105
U 15 £ 34 = 105
n 15 F 38 < 10 8 ,2 6 5
442 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
o 1 0 8 ,2 6 5 Ecn 180,1 8 8
s 108, 2 6 5 Ax 1 80
+ 10 8 ,2 6 5 gen 180
108,2 6 5 MP 180
E 10 8 ,2 6 5 ded 181
113 RAA 1 80
Q¡ 1 14 IE 1 83
117-118 .An 215-216
118 Th 2 1 6 ,2 2 7
mi 122 Cn 227
122 A zf 229
F=2t <p[s] 125 A tc 235
s 125 r.p(tl, . . . , tn) 24 3 -2 4 4 , 297
s(x |, d) 127 244
132 245
132 7r- 1 [7] 245
M od 138 247
CE 138 *A 255
eca 1 38 255
!=21 <p[[a ¡ , . . «nj] 2 55 I 255
131 i*V 257
Q
141 st 258
A ; B 145 1)1 265, 266
Vn 152 s*o 265
3n 152 Uip 2 6 8 ,3 2 6
3! 153 g 2 6 8 ,3 2 7
A 164 Sn 273
1- 164 As 273
aX 167 Al 2 81
y 175 < 2 81
T 17 6 ,1 2 2 i 2 81
Qn 17 9 ,2 3 4 Ln 2 81
LISTA DE SÍMBOLOS 443
A¿ 284 * 3 22 Tq .378
— Ti 2 86 3 327 - 379
“ TJ 286 V 327 D em 385
Vi 291 Sb 330 C ons 386
Ae 294 3 333 AP 390
A n 294 Psb 336 TC 391
Mn 294 350-351 A ai 399
En 2 94 IIn 350-351 407
ir 3 11 ,ó,.n 3 52 F * 407
pb_ 3 1 3 ,3 1 9 Tm 3 60 Q¡ 428
Kn 314 u 359 Q(* 428
Pn 317 [[*]]- 364 429
(ao, . . . , a n) 318 K 367 $ 429
(«)¿ 319 We 369 én 432
lh 320 <m 370 En 432
a [ b 320 P 374 cp[s] 435
7 320 Ir 377 (R) 439
a * b 322 Dr 377 EU 440
ÍNDICE ANALÍTICO
abreviaturas, 13 aritmética de Pcano (AP), 3 8 7 -
adjuntar (operación), 14 388
agentes ideales de cálculo, 299- aritmetización de la sintaxis, 322-
300, 374-378 337
álgebra boolcana, 39 asignaciones de verdad, 38-48
algoritmo, 95 Asser, Günter, 151
algoritmo de análisis; en lógica de automorfismo, 146-148
enunciados, 51-57; en lógica autoireferencia, 337; argumento
de primer orden, 156-162 de, para demostrar la incom-
alcance (“captura”) del cuantifica- pletud, 266-268
dor, 168-169 axioma(s); de inducción, véase
análisis; de fórmulas, 51-57, 160- postulado de inducción de
162; de términos, 158-160; Peano; lógicos, 164, 166-167,
modelos dcí, 435-438 185; recursividad de los, 333;
análisis no estándar, 251-262; validez de los, 193-197
propiedades algebraicas, 255- axiomatizaciones independien
258; construcción de los hiper- tes, 50
reales, 252-255; convergencia
Berkeley, George, 251
en el, 258-261
bicondicional, 31, 82
árboles, 20-21; de deducción,
buen orden, 407
172-174; de fórmulas, 34-36,
41-42, 114-115 C ++, 30
argumento de computabilidad cadena, 16
para demostrar la incomple- calculabilidad efectiva, 100; véase
tud, 266, 270-271, 369-370 también funciones recursivas
argumento de diagonalización cálculo deductivo, 101, 162; de
para demostrar la incomple* ducciones formales, 164-167;
tud, 2 6 6 ,2 6 8 -2 7 0 ,3 5 3 estrategia, 178-185; igualdad,
aritmética, véase teoría de núme 188-189; metateoremas, 172-
ros 178; sustitución, 167-169; tau-
446 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
tologías, 170-172 variantes al 19-20; generados, 62; genera
fabéticas, 186-188 dos libremente, 64-65; incon
cálculo de predicados, véase lógi sistentes, 177, véase conjuntos
ca de primer orden consistentes; inductivos, 59; in
campo(s), 131, 138, 140, 141, tersección de, 15; libremente
409-410: algebraicamente generados, 64-66, véase tam
cerrados, 230-232; de una re bién teorema de unicidad de la
lación, 18; real cerrado, 155; lectura; multirreducible, 368;
teoría de, 227-229, 230-232 numerables, 20; ordenados,
Cantor, Geoi'g, 23; véase también 139; periódico, 289; potencia,
teorema de Cantor 15; recursivamente insepara
ble, 352; satisfactibles, 92-94,
cardinalidad; de estructuras,
198; semidecidiblc, 98; unión
224-226, 230; de lenguajes,
de, 15; vacío a diferencia de
207
no vacío, 14
Carroll, Lewis, 236
consecuente, 168
categoricidad en cardinales, 230 constantes, generalización sobre,
circuito(s): 85-92; de relevadores, 182-184
89-90; puente, 90-91 contraposición, 48, 176-177,
clase elemental (EC, EC a ), 138- 179-180
140 convergencia, 258-261
coloreado, 101, 213-214 crecimiento exponencial, 46-47
composición, 18,3 0 9 -3 1 0 cuantificadores, 106; acotados,
condicional material, 40-41 121, 294, 303-304; cuantifica-
conectivos de enunciado, 30, 7 3 - dor existe un único (3!), 153,
85; binarios, 81-82; ceroarios, 241; eliminación de, 275-278;
80 -8 1 ; de mayoría, 73; linea existenciales, 105-106, 131,
les, 83; temarios, 81-82; uña 412-414
rlos, 81 D’A lernbertJcan, 251
conjetura de Goldbach, 379 decidible en tiempo polinomial,
conjunto(s); analíticos ramifica- 47,171
dos, 438; categóricos, 226, deducciones, 101, 164-167
230; cerrados, 18-19, 36, 59, definibilidad; de una clase de es
165-66; completo de conecti tructuras, 138-140; en una es
vos, 79; concepto, 13-14; con tructura, 135-137
sistentes, 177, 198; de conse definición; eliminable, 250; por
cuencias, 227; decidible, 96- rccursión, 63-72
97, 211-212, 270, véase tam demostración, naturaleza de la,
bién tesis de Church; disjun 162-163; véase también cálculo
tos, 15; disjuntos dos a dos, deductivo
15; equipolentes, 22; finalmen derivabilidad, condiciones de,
te periódico, 289-290; finitos, 384-385
ÍNDICE ANALÍTICO 447
descripciones, véase símbolos de extensión, 142
función deñnidos extensionalidad, principio de, 14
disyunción exclusiva, 82
falsedad, 38
divisibilidad, 314
doble negaoóa, 133 Fischer, Michael, 289
dominancia, 23 forma normal; conjuntiva (FNC),
84; de Kleene, 359, 362-363;
dominio; de estrucxura, 122; de
de Skolem, 414; disyuntiva
relación, 17
(FNDX 7 8 -7 9 ; prenex, 23 3 -
dualidad, 50
235
elemento; definible, 137; infimie- i— > «fc a ir a d a j salida, 96,
simal, 255 301 302
eliminación de cuamíffcadores, 6órrmb<s), 29. 34-36, U 4; * ó
275-278 llí- U i la r d e a »
Entscheidungsprublem, 239
enunciado(s), 116-117, 119; con prehensión fim dom le^ 4 U t
dicional, 40; finitamente vali de comprehenádo id v itH n -
do, 215 les, 40 7-408; dedurfdec. l€5c
equivalencia; clases y relaciones existencial (3 j), 152, 295; ge
de, 19, 272-273 elemental, neralización de, 172-173; lec
145; lógica, 132; tautológica, tura única de, 67, 159-160;
4 3-44 no primas, 170; numeralmenxe
espacios vectoriales, 138, 117- determinadas, 296-297, 30 3 -
148 305; prenex, 2 3 3 -235; primas,
espectro, 151, 220, 409 170-171; satisfacción de, 125—
esquema, 411 130; universales (V|), 152; vá
estrategia para deducciones, lida, 132-134; válida en lógica
178-185 de segundo orden, 412-413
estructuras, 122; cardinalidad de Frege, Gottlob, 222
las, 224-226; cociente, 2 05- función(es), 18; bien definidas,
206; definibilidad de una cla 239-242; booleanas, 73-82;
se de, 138-140; definibilidad característica, 312-313; calcu
en, 135-137; elementalmente lables, 100, 300-302; conca
cerradas (EC), 155-156; ge tenación, 320; de pareo, 316,
nerales, 429-438; isomorf'as, 398-400; decodificadora, 316-
140-141; rígidas, 146-147 317; definición de, 239-242;
Euler, Leonhard, 18, 251 de Skolem, 212, 412-417; dia
expansiones de Herbrand, 417- gonal. 379; función 0 de Gó-
421 del. 400-402; función total,
cxponenciación, representación 359; funciones sobre, 18; iden
de la, 397-404 tidad. 19; parciales, 359; par
exportación, 48 ciales recursivas, véase funcio
expresiones, 32-34, 112-113 nes recursivas parciales; recur-
448 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
sivas, 354-378; representables, instanciación existencial (regla
305-312; uno a uno, 18 IE), 1 83-184,213
funciones recursivas, 357-362; instancias, 418
forma normal, 358-362; par interpretación(es), 121-122; en
ciales, 362-373; reducción de tre teorías, 239-251, 394; fiel,
problemas de decisión, 373- 249-250; identidad, 245
377; máquinas registradoras, intersección, 15
377-381
isomorf ismo, 140-141
generalización; de fórmulas,
jerarquía aritmética, 348-352
166-167; sobre constantes,
182-184 Kleene, véase forma normal de
GÓdel, Kurt, 212-213, 222, 267 . Kleenc
gráficas, 138; conexas, 214; de
una función, 303; dirigidas (di- Leibniz, G.W. von, 251
gráficas), 124, 139; finitas, 139 lema; de reemplazo, 192; de
grupos, 64, 138 Zom, 22, 93, 208; del punto
fijo, 337-339
Henkin, León, 213 lenguaje(s); de la igualdad, 409;
Herbrand.Jacques, 423 finito, 209; multivariado, 429-
Hilbert, David, 222 432; no numerable, 207, 224-
hipótesis, 4 2 ,1 0 3 , 162-163, 309 225; numerable, 198, 212,
homomorfismos, 140-148 221-224; objeto, 133; recursi-
vamente numerado, 323-324;
igualdad, 13-14, 188-189; len
tléanse también lenguajes de pri
guaje de, 356, 411
mer orden, lenguajes forma
implicación; lógica, 132-148; tau
les, lógica de segundo orden
tológica, 42-43
lenguaje razonable, 209-212; véa
implicante, 91; primo, 92
se también, lenguaje recursiva-
indecidibilidad; de la teoría de
mente numerado
conjuntos, 394; de la teoría
de números, 265-273; fuerte, lenguajes de primer orden, 103-
343-344, 394-395 incomple- 111, 243; ejemplos de, 106-
tud e, 339-341; 112; fórmulas de, 112-114; va
índice; de un conjunto recursi riables libres, 114-117; nota
ción, 117-119
vamente numerable, 325-326:
de una función parcial recursi lenguajes foimales, 27-30; carac
va, 366 terísticas de los, 27-30; de las
inducción, 52 -5 3 , 58-63; princi computadoras, 29-30; lógica
pio de, 18-19, 37, 44, 111-112 de enunciados y, 30-37
inmersión isomorfa, 141 leyes de De Morgan, 47, 79
insolubilidad del problema de la literal, 91
detención, 365 lógica bivalente, 39
ÍNDICE ANALÍTICO 449
lógica de enunciados; algoritmo modelo(s), 121-148; absoluto,
de análisis, 51-57; asignacio 436-437, 438; de teorías, 215—
nes de verdad, 38-48; compa 237; del análisis 435-438; fi
cidad, 44, 92-94; conectivos, nitos, 215-220; no estándar,
73-82; lenguaje de la, 30-37; 222-224, 264 ,4 3 6
tautologías, 43 modus ponens, 101, 165-166,
lógica de piim er orden; algorit 172-173
mo de análisis, 156-162; cálcu
7).-adas ordenadas, 16
lo deductivo, 162-189; inter
nand, 82
pretaciones entre teorías, 239-
Newton, Isaac, 251
251; lenguaje de, 106-119; mé
notación, 117-119; polaca, 5 5 -
todos de traducción, 104-106;
56, 113
modelos de teorías, 215-237;
NP, 47, 151
teorema de completud, 198-
numerabilidad efectiva, 97-102;
213; teorema de correctud,
véase también elaciones recur
193-198; verdad y modelos,
sivamente numerables
121-148
numerales, 265, 301
lógica de segundo orden; absolu
nítmero(s); algebraicos, 25; cardi
ta, 435; estructuras generales.
nales, 22-25; de Gódcl, 136,
429-438; funciones de Sko*
266, 323-337, 410-411; de
lem, 212, 412-417; general,
sucesión, 317; enteros, 14; hi-
435; lenguaje de, 405-411; y la
perreales, véase análisis no es
lógica multivariada, 423-429
tándar; primos, 137, 265, 31 4 -
lógica monovariada, 425-429
3 16
lógica multivaluada, 39
números naturales, 14, véase tam
lógica multivariada, 423-429;
bién teoría de números
aplicación a la' lógica de se
gundo orden, 429-432 w-complctud, 321
lógica proposicional, 31 (¿-consistencia, 347, 352
longitud, 318 (¿-modelos del análisis, 435-438
Lówenheim, Lcopold, 222 ocurrencia libre de una variable,
Lukasiewiczjan, 56; véase también 114-117
notación polaca operación asterisco grande, 320
operaciones, 18-19; de construc
Mal'cev, Anatolii, 212-213
ción de fórmulas, 34-35, 114;
máquina(s); de Shcpherdson-
de construcción de términos,
Sturgis, 375-378; de Turing,
113
299-300; legisrradoras, 299,
operador 311—312. 317
375-378
operador mínimo cero, 311-312,
metalenguaje, 133, 190
317
metamatemáticas, uso del térmi
orden denso, 233
no, 106
metateoremas, 172-178 paradoja de Skolem, 222
450 U N A IN T R O D U C C IO N M A T EM Á T IC A A L A L Ó G IC A
parámetro(s), 30, 106-107; de relación(es), 17-19; aritméticas,
fundón evaluación, 429-430 149, 348; calculablemente nu
paréntesis, uso de, 56-57, 118 merable (c.n.), 343; de con
pares ordenados, 16-17 gruencia, 205; de orden, 19,
parte estándar, 258 139, 232, 407; de un solo va
partición, 19 lor, 18; definibles, 136-137,
permutación, 149 147, 412; definibles a partir
de puntos, 154-155; implíci
Post, Emil, 76, 222, 375
tamente definidas, 412; recur
postulado de inducción de Peano,
sivamente numerables (r.n.),
407, 4 1 0 ,4 1 1 ,4 1 2 , 435
335, 342-343, 347; recursivas,
predicado T , 357 298-303, 334-336; reflexivas,
predicado de pertenencia, 430 19; simétricas, 19; transitivas,
preestructura general, 432 19
P rin c ip ia M a tern a th ica (White- relaciones representables, 295-
head y Russell), 222 297; débilmente representa-
problema de la detención, insolu bles, 346-348; y fórmulas nu
bilidad del, 365-366 meralmente determinadas,
procedimiento de semidecisión, 297, 303-305
98 representabilidad débil, 346-348
procedimiento efectivo, 94-100; resolución, 85
v éase ta m bién tesis de Church restricción, 18, 316
producto cartesiano, 17 retraso de un circuito, 88
profundidad de un circuito, 88 Robinson, Abraham, 251
propiedad del modelo finito, 238 satisfacción de fórmulas, 42, 125-
prueba de Los-Vaught, 230-233, 130
274 segmentos de sucesión, 17; ini
cial, 17; terminal, 157-158
Rabin, Michael, 289
semántica y sintaxis, 185
raíz de árbol, 21
Shepherdson,John C., 375
rango (o imagen de una relación), sii, uso de, 13
17-18 símbolo(s); bicondicional, 30, 31;
raya de Sheffer, 82 condiciona], 30, 31; conectivos
recursión, 55, 63-72; monótona, de enunciado, 30, 73-85; de
322; primitiva, 318-319, 326 conjunción, 27, 31; de cons
reducción al absurdo, 177-178, tante, 107, 108, 119; de cuan-
180 tificador universal, 104, 106,
reductos de la teoría de los núme 122; de disyunción, 28, 31;
ros, 263-264, 279-290 de enunciado, 30-31, 171; de
regla(s); de inferencia, 164; de función, 107, 108, 119, 187-
la cadena, 261; regla IE, 183- 189; de función de 0 argu
184, 213; regla T, 176 mentos, 107; de función defi-
ÍNDICE ANALÍTICO 451
nidos, 239-242, 246, 249-250; 232-233, 237; de Church, 212,
de igualdad, 106; de negación, 239, 342; de correctud, 193-
27, 31, 34; de parámetro, 106- 197; de generalización, 174-
107; de predicado, 107, 119, 175 de Hcrbrand, 421; de in-
188-189; de proposición, 31; definibilidad de Tarski, 339-
lógicos, 3 0 ,1 0 6 ; no lógicos, 30 340, 346; de interpolación, 85;
simplificación de formulas, 117— de Kleene, 99, 347; de la de
119 ducción, 176-178; de Lagran-
sintaxis y semántica, 185 ge, 243; de Lindenbaum, 353;
sistema operativo, 363 de Lob, 387; de Lówenheim-
Skolem, ThoraJf, 213, 222, 421; Skolem, 221-226; de Presbur-
véanse también funciones de ger, 284-285; de recutsión,
Skolem; teorema de Lówen- 65-66, 68-69; de Rice, 37 3 -
heim-Skolem; forma normal 374; de Schróder-Bernstein,
de Skolem; paradoja de Sko 23; de Steinitz, 232; de Trakh-
lem tenbrot, 220; de Tychonoff,
Sturgis, H.E., 375 44; del homomorfismo, 143-
subconjuntos, 15 145; del parámetro, 371-373,
subestructura(s), 142-143, 422; 380; LST, 225-226; S-m-w, véase
elemental, 422 teorema del parámetro; véanse
sucesión; codificadora y decodi también teorema de compaci
ficadora, 316-317, 398-400, dad; teorema de completud
404; de construcción, 35-36, (Gódel): teorema de incom-
59-62, 165-166; finita, 16-17 pletud (Gódel); teorema de la
sustitución, 49. 167-169; de tér forma normal para funciones
minos, 167-168, 189-190; le recursivas; teorema de nume-
ma de, 195-197; representabi- rabilidad: teorema de unicidad
lidad de la, 330; y variantes al de la lectura
fabéticas, 186-188; teorema de compacidad; en la ló
sustituibilidad, 168-169 gica de enunciados, 44, 92-94;
en '.alógica de primer orden,
tablas de verdad, 4 4 -4 7
162, 208, 421; en la lógica de
Tarski, Alfred, 152, 155, 222, 223,
segundo orden, 409, 434; en la
225, 232, 265, 339
tautologías, 43; en lenguajes de lógica multivariada, 428; histo
primer orden, 170-172; lista ria del, 212-213
selecta de, 47-48; representa- teorema de completud (Gódel),
bilidad de, 331-332 198-213, 340, 367
tcorema(s); chino del residuo, teorema de la forma normal para
137, 401; concepto de, 164- funciones recursivas, 362-363;
165, 174; de aritmética car de Skolem, 414
dinal, 24-25; de Bolzano- teorema de incompletud (Gódel);
Weieistrass, 262; de Cantor, indecidibilidad y, 337-352;
452 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
primero, 212, 340, 369-370; ponenciación, 291-295, 403;
segundo, 382-388, 394-396 + con la suma, 283-284, 403;
teorema de Lówenheim-Skolem, con multiplicación, 397-404;
153, 221-226, 274; en la lógica con sucesor, 271-279, 403; len
de segundo orden, 409, 434; guaje de la, 108, 110, 265
en la lógica multivariada, 428- tercero excluido, 48
429 términos, 112-119; análisis de,
teorema de numerabilidad, 163, 158-160; representación de,
209-210, 213, 421; en la lógica 325-327; unicidad de la lectu
de segundo orden, 411, 428; ra de, 159-160
. en la lógica multivariada, 428 tesis de Church, 270, 268, 29 7 -
teorema de unicidad de la lectu 303, 336, 345, 355
ra; en lógica de enunciados, tipo elemental, 155
67; para fórmulas, 161-162; traducción sintáctica, 246-251
para términos, 159-160 transformaciones lineales, 148
teoría de conjuntos (TC), 222, tricotomía, 19, 139, 232, 280
229, 235-237, 347, 388-396; Turing, Alan, 300, 375
lenguaje de la, 107-108; teore
mas de incompletud de GÓdel ultraproducto, 208
para la, 394-396 unión, 15
teoríá(s), 226-233; axiomatizable, universo; de estructuras, 122; de
228-230; completa, 228; de funciones, 432; de Herbrand,
conjuntos Zermelo-Fraenkel, 418; de relaciones, 432
229, 389; de estructuras, 216— valores de verdad, 38-39
218, 222-223, 225-226; deci variables. 106, 119; acotadas, 121;
dióle, 211-212, 229-230, véase de función, 405; de predicado,
también indecidibilidad; fini 405; individuales, 406; infini
tamente axiomatizables, 228; tamente cercanas, 256-257; li
interpretación entre, 239-251; bres, 114-117
modelos de, 215-237; recursi variantes alfabéticas,186-188
vamente axiomatizables, 335, verdad, 38; indefinibilidad de la,
345; suficientemente fuerte, 339, 346; y modelos en lógica
353, 384-385 de primer orden, 121-148
teoría de números, 264-265; con
el orden, 279-283, 403; con ex- Z cadena, 272-274, 284
ÍNDICE
Prefacio................................................................................................ 7
Introducción....................................................................................... 9
Capítulo Cero. Algunos datos útiles de la teoría de
conjuntos............................................................................................ 13
1. Lógica de enunciados.......................................................... 27
0 . Observaciones informales sobre los lenguajes
fo rm ales............................................................................. 27
1. El lenguaje de la lógica de enunciados .................. 30
2 . Asignaciones de v erd ad ............................................... 38
3 . Un algoritmo de análisis............................................. 51
4 . Inducción y recursión ................................................. 58
5 . Conectivos de enunciado ............................................ 73
6 . Circuitos digitales ......................................................... 85
7 . Compacidad y efectividad .......................................... 92
II. Lógica de primer orden....................................................... 103
0 . Comentarios preliminares ............................................103
1 . Lenguajes de primer o rd e n ..........................................106
2 . Verdad y modelos ........................................................... 121
3 . Un algoritmo de análisis............................................... 156
4 . U n cálculo deductivo ..................................................... 162
5 . Teoremas de correctud y de co m p letu d ..................193
6 . Modelos de teorías ......................................................... 215
7 . Interpretaciones entre teo rías..................................... 239
8 . Análisis no e stá n d a r.......................................................251
I I I . Indecidibilidad....................................................................... 263
0 . Teoría de números ......................................................... 263
1 . Números naturales con la función su ce so r............ 271
2 . Otros reductos de la teoría de n ú m e ro s................279
3 . Una subteoría de la teoría de números ..................291
454 UNA INTRODUCCIÓN MATEMÁTICA A LA LÓGICA
4 . Aritmetización de la sintaxis ....................................... 322
5 . Incompletud e indecidibilidad................................... 337
6 . Funciones recursivas ..................................................... 354
7 . Segundo teorema de incompletud ..........................382
8 . Representación de la exponenciación....................397
IV. Lógica de segundo o rd en ....................................................405
1 . Lenguajes de segundo orden ......................: ........... 405
2 . Funciones de S k o lem ....................... 412
3 . Lógica multivariada ....................................................... 423
4 . Estructuras g en erales.................................................... 429
Suge rencias para lecturas adicionaJes....................................... 439
Lista de símbolos................................................................................441
índice analítico.................................................................................. 445
U na introducción m atemática a la lóg ica se ter
minó de imprimir en septiembre de 2004
en los talleres de Formación Gráfica, S.A.
de C..V. (Matamoros 112, Col. Raúl Rome
ro, C.P. 57630, Cd. Nezahualcóyott. Eclo. de
México). Para su composición y formación,
realizadas por computadora, se utilizaron el
programa I-XfEX2e y tipos New Baskerville.
El tiraje consta de l000 ejemplares.