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Tala de Arboles e Inundaciones

El documento describe cómo los bosques juegan un papel fundamental en la regulación del ciclo del agua y cómo su presencia ayuda a mitigar el riesgo de inundaciones. Los bosques pueden interceptar y evaporar más agua que otros tipos de vegetación, tienen raíces más profundas para absorber agua, y su cobertura vegetal reduce la escorrentía superficial. Sin embargo, la deforestación está alterando estos procesos y aumentando el riesgo de inundaciones. La principal causa de deforestación es la expansión de la agricultura y la gan
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Tala de Arboles e Inundaciones

El documento describe cómo los bosques juegan un papel fundamental en la regulación del ciclo del agua y cómo su presencia ayuda a mitigar el riesgo de inundaciones. Los bosques pueden interceptar y evaporar más agua que otros tipos de vegetación, tienen raíces más profundas para absorber agua, y su cobertura vegetal reduce la escorrentía superficial. Sin embargo, la deforestación está alterando estos procesos y aumentando el riesgo de inundaciones. La principal causa de deforestación es la expansión de la agricultura y la gan
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Los bosques como reguladores del ciclo del agua para disminuir

los riesgos de inundaciones


Los bosques cumplen un rol fundamental en la regulación de la temperatura y
del ciclo del agua, es decir, el proceso por el cual el agua se transporta en
distintas formas de precipitaciones desde el aire hacia la Tierra, en donde los
bosques y la vegetación en general reciclan esas precipitaciones y regresa a la
atmósfera completando su recorrido.

La capacidad natural de los bosques -de interceptar y evaporar mayor cantidad


de agua que otro tipo de vegetación u otras superficies de captar mayor
cantidad de agua a través de sus sistemas de raíces más profundos que los de
otro tipo de vegetación y; filtrar y mejorar la calidad del agua también- tiene una
mayor importancia a partir de la crisis del agua, que afecta a gran parte de la
población mundial.

El cambio climático altera la regulación del ciclo del agua y las características
de los recursos hídricos, lo que favorecería el aumento desequías en algunas
áreas e inundaciones en otras. Las investigaciones han demostrado que la
conservación adecuada de bosques nativos, así como la restauración de
ecosistemas forestales dañados y degradados, pueden desempeñar un papel
protector y amortiguador frente a los efectos del cambio climático.

Los bosques como protectores frente a las inundaciones

La presencia de bosques ha sido considerada una medida de protección


eficiente contra las inundaciones y la erosión. Los sistemas de raíces de los
árboles tienden a estabilizar el suelo, contribuyendo a prevenir los
deslizamientos yla pérdida de suelo. En comparación con otros ambientes, los
ecosistemas forestales también tienen una mejor capacidad para mitigar
inundaciones, debido a que la cobertura vegetal intercepta parte de la lluvia y a
que el suelo tiene una alta capacidad de infiltración y retención. La escorrentía
superficial durante eventos extremos de precipitación también es menor en los
bosques que en las áreas sin cobertura forestal, pero esta diferencia decrece a
medida que la magnitud de la lluvia se incrementa.

La retención de partículas de suelo (sedimentos) que pueden generar las áreas


forestadas se hace aún más evidente en regiones con pendientes pronunciadas,
donde el sistema boscoso colabora en estabilizar las laderas, disminuyendo la
pérdida de suelo por erosión hídrica. Este es un factor que puede impactar
directamente en la cantidad y también en la calidad del agua utilizada para
distintos fines. La producción de partículas de suelo puede traer diversos
efectos adversos sobre los cuerpos de agua, como, por ejemplo, acortando la
vida útil de pequeñas obras sobre el cauce (diques), a su vez, el aumento del
contenido de sólidos suspendidos en el aguapodría alterar las condiciones para
la vida acuática, entre otros perjuicios.
Pero una problemática que muchas veces no se contempla, aunque exista basta
bibliografía al respecto, es el gran potencial de adsorción de diversos
compuestos químicos con las partículas de sedimento; de este modo, la
escorrentía superficial generada aguas arriba de tierras agrícolas, o en ellas
mismas, al aumentar su contenido de sedimentos también aumenta su
probabilidad de transportar sustancias contaminantes, como por ejemplo
productos agroquímicos o sus derivados.

Algunas consideraciones finales

La ocurrencia de inundaciones en distintas regiones del país (tanto en áreas de


llanura como en zonas de montaña) además de provocar daños económicos a
partir de la afectación de diversas actividades productivas, también tiene
efectos ambientales y sanitarios como la alteración o destrucción de
comunidades vegetales y animales, el aumento de enfermedades de transmisión
fecal-oral, y en ocasiones incluso la pérdida de vidas humanas. Integrar los
efectos que las áreas con distintos tipos de coberturas forestales pueden
ejercer en el balance energético, el ciclo del agua y el clima, tanto a nivel local
como regional, debería representar un factor clave en el diseño de políticas
para el sector.

La causa principal de las inundaciones es la deforestación

‘’El aumento de las precipitaciones y la significativa pérdida de cobertura


boscosa en Argentina, Brasil y Uruguay, que se encuentran entre los diez países
con más deforestación de todo el mundo, no permitió la natural absorción del
agua", argumentó la ONG.

El coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina, Hernán


Giardini, explicó que los bosques y las selvas "además de concentrar
biodiversidad considerable, juegan un papel fundamental en la regulación
climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la
conservación de los suelos".

Según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación


que citó la entidad, desde la sanción de la Ley de Bosques -noviembre de 2007-
hasta fines de 2014 "se deforestaron en el país más de 2 millones de hectáreas,
de las cuales 620.000 hectáreas eran bosques protegidos".
En el caso de Entre Ríos, la provincia "perdió más de 85.000 hectáreas de
bosques nativos", puntualizó la información.

¿Cuáles son las consecuencias de la deforestación?

Las consecuencias de la deforestación tienen un alto impacto en la sociedad de


hoy. Esta práctica ha alterado enormemente los paisajes de todo el mundo, y
se da a un ritmo muy acelerado actualmente. Entre otros, la pérdida de
vegetación puede causar cambio climático, menos cultivos e inundaciones. Aún
así, en regiones como la Amazonía o el Gran Chaco en Suramérica, la
deforestación no da tregua.

¿Qué es la deforestación de bosques?

La deforestación es la tala, destrucción o remoción de árboles de forma


deliberada, natural o accidental. No obstante, el alto índice global de
deforestación está fuertemente asociado a actividades humanas. De hecho, la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
estima que entre 2015 y 2020, cada año se ha talado un promedio de 10
millones de hectáreas de bosque. Como el ritmo de la deforestación es superior
a la velocidad a la que los bosques se recuperan, el planeta tiene una pérdida
neta significativa de ecosistemas.
¿Cuáles son las causas de la deforestación?
Por muchos años, los bosques han sido arrasados con el fin de crear espacio
para la agricultura y el pastoreo de animales. También, esto se hace para
obtener madera para combustible, manufactura y construcción. Hoy, la mayor
cantidad de deforestación ocurre en las selvas tropicales. En parte, esto es
debido a la avanzada construcción de carreteras en regiones que alguna vez
fueron casi inaccesibles.
La agricultura de tala y quema es un gran contribuyente a la deforestación en
los trópicos. Con este método, los agricultores queman grandes extensiones de
bosque, lo que permite que la ceniza fertilice la tierra para los cultivos. Sin
embargo, la tierra solo permanece fértil durante unos años. Como resultado, los
agricultores se mueven a nuevas zonas de bosque para repetir el proceso.
Los bosques tropicales también están siendo talados para dar paso a la
ganadería, a la producción de madera y a plantaciones de palma y árboles de
caucho.

Consecuencias de la deforestación: Impacto en el cambio


climático

La tala de árboles contribuye a una mayor cantidad de emisiones de gases de


efecto invernadero en la atmósfera. Los bosques absorben dióxido de carbono,
actuando como valiosos sumideros. Por lo tanto, las áreas deforestadas no solo
pierden la capacidad de absorción, sino que, además, liberan dicho carbono.
Por ejemplo, un total de 544,73 millones de toneladas de CO2 por
deforestación para producción de alimento fueron emitidas en Brasil en 2013.
El mayor contribuyente a la deforestación en este país es la ganadería bovina.

Erosión del suelo


Otros efectos que tiene la deforestación son la erosión del suelo y las
inundaciones. Los árboles ayudan a la tierra a retener el agua que proporciona
los nutrientes necesarios para sustentar la vida en la capa superficial del suelo.
Sin bosques, el suelo se erosiona, lo que impide continuar con la agricultura en
dichos sitios. Además, la tierra estéril que queda es más susceptible a
inundaciones, particularmente en las regiones costeras.
Costa Rica pierde alrededor de 860 millones de toneladas de valiosa capa
superficial del suelo cada año. Por otro lado, Madagascar pierde 400 toneladas
por hectárea. En este último caso, la erosión es tal que sus ríos se tornan color
rojo, manchando el Océano Índico circundante.

Alteración de los ciclos de agua


Los árboles ayudan a controlar el nivel de agua en la atmósfera, regulando el
ciclo hídrico. En áreas deforestadas, hay menos agua en el aire para devolver al
suelo, lo que resulta en un suelo más seco y la incapacidad de cultivar. El mejor
ejemplo de este esencial aporte es el rol que desempeña el bosque Amazonas
en el ciclo de lluvias de todo el planeta.
Los millones de árboles de este bosque tropical trabajan juntos como una
especie de “bomba biótica” que libera vapor de agua al aire. Este proceso crea
una especie de “ríos” en la atmósfera que hacen circular el agua y los patrones
climáticos en el mundo entero. Esto es según estudios recientes que han
catalogado al Amazonas como “El Corazón de la Tierra”.

La amenaza a la biodiversidad hace parte de las consecuencias de


la deforestación

El 80 por ciento de los animales y plantas terrestres viven en bosques. Por lo


tanto, la pérdida de hábitat por la deforestación amenaza a estas especies.
Adicionalmente, los árboles de selvas tropicales también ayudan a regular la
temperatura. Así, otra consecuencia de la deforestación es una variación de
temperatura más drástica del día a la noche, que puede ser fatal para muchas
especies.
Algunos ejemplos de vida silvestre amenazada por la tala exacerbada en
Suramérica incluyen ciertos tipos de árbol de Quebracho, el jaguar y el oso
hormiguero gigante. Casi 3 millones de hectáreas de bosque en la región
del Gran Chaco, hogar de estas especies, fueron deforestadas entre 2010 y
2018. El 80 por ciento de esta pérdida tuvo lugar en Argentina
con significativas repercusiones.

¿Cómo mitigar las consecuencias de la deforestación y solucionar


el problema?
Las consecuencias de la deforestación pueden ser permanentes. No obstante,
también es posible facilitar la recuperación de los bosques. A pesar de que el
mundo ha perdido un tercio de sus bosques, detener la deforestación es
posible. En América del Norte, por ejemplo, los bosques en muchas áreas están
regresando gracias a esfuerzos de conservación.
En efecto, los bosques templados alcanzaron su pico de deforestación, con 34
millones de hectáreas por década, en la primera mitad del siglo XX. Sin
embargo, las regiones templadas han experimentado un aumento continuo de la
cubierta forestal durante los últimos 30 años. De hecho, en los bosques
templados, por la forestación, el planeta ganó seis millones de hectáreas en la
última década.
La pérdida de bosque tiene un impacto significativo a nivel local y global. Sus
efectos incluyen la aceleración del cambio climático, menos tierra fértil para
producir alimento y desastres naturales de gran escala. Igualmente, las
especies que allí viven quedan vulnerables ante el desgaste de su hábitat. Sin
embargo, las regiones templadas muestran que detener la deforestación y
permitir la regeneración de los bosques es posible. Los bosques tropicales, los
más deforestados hoy, necesitan urgente de las medidas de conservación.

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