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Bibliografia 1era Clase-1

Este documento resume los orígenes y el desarrollo de la psicología como disciplina científica. Explica que la psicología surgió del estudio griego del alma pero que ahora se enfoca en la mente. Destaca que filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles anticiparon aspectos de la psicología moderna aunque también incluyeron consideraciones morales y metafísicas. Señala que la psicología científica emergió formalmente en 1879 con la creación del primer laboratorio de psicología experimental en

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Bibliografia 1era Clase-1

Este documento resume los orígenes y el desarrollo de la psicología como disciplina científica. Explica que la psicología surgió del estudio griego del alma pero que ahora se enfoca en la mente. Destaca que filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles anticiparon aspectos de la psicología moderna aunque también incluyeron consideraciones morales y metafísicas. Señala que la psicología científica emergió formalmente en 1879 con la creación del primer laboratorio de psicología experimental en

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Cosacov, E. (2005). “Orígenes, objeto de estudio de la psicología y campos de aplicación”.

En
Cosacov, E. (2005), Introducción a la psicología (pp. 5-40). Córdoba: Brujas. (Lectura tomada y
modificada).

ORÍGENES, OBJETO DE ESTUDIO DE LA PSICOLOGÍA Y CAMPOS DE APLICACIÓN

El término Psicología proviene de las voces griegas “Psiquis y logos”, las cuales se traducen de
modo literal como el “estudio del alma”. Psyché o Psiquis representaba en la mitología griega
una ninfa o espíritu de los bosques, que se transforma en Diosa por obra de Eros o Cupido,
ángel que representaba el amor y la sexualidad, que a su vez era hijo de Venus Afrodita, la
Diosa de la belleza. Actualmente no decimos que la psicología es el estudio del alma, sino de la
mente. El término mente es de empleo posterior al de alma y no significa lo mismo. Según
opinan algunos estudiosos el término mente fue reemplazando al de alma conforme la
tradición escrita va imponiéndose sobre la tradición oral. Es decir, la difusión de la escritura
tuvo onda gravitación en el modo de interpretar nuestra interioridad. Presencia de la
psicología en los primeros pensadores Si consideramos a los filósofos griegos como
antecesores de los modernos psicólogos, podrá descubrirse en todos ellos una gran
preocupación por temas psicológicos o afines. Pero igualmente se advertirá la presencia
simultánea de preocupaciones o planteos que la actual Psicología no tiene: el “conócete a ti
mismo” de Sócrates, por ejemplo, implica algo más que conocer cómo es uno y los propios
límites: también supone discernimiento moral, como si dijese: conoce si es meritorio (o
contraproducente o no ético) aquel lo que deseas. O pongamos por caso a Platón, que indaga
sobre la naturaleza del alma o psiquis: va más allá de nuestra psiquis actual, pues intenta
conocer el destino de ésta tras la muerte física de la persona: ¿perdura su alma en un más allá
o se aniquila totalmente? Platón creía que perdurará, pero sea como fuere, en la Psicología
actual no existe consenso sobre este punto. Aristóteles ya se acerca más a la idea que
actualmente tenemos del psicólogo al tratar temas que hoy desarrollamos en las facultades de
Psicología: pensamiento, memoria, sueño, percepción, etc. Es por ello, que a veces suele
afirmarse que Aristóteles fue el primer psicólogo. Concluyendo entonces: puede decirse que
estos primeros filósofos hicieron Psicología, pero introdujeron en sus planteos al mismo
tiempo consideraciones morales (como la necesidad de distinguir entre el bien y el mal de
nuestras acciones) o metafísicas (como el problema de la inmortalidad del alma) que ahora
consideramos juicios de valor en el primer caso, o bien consideraciones extra psicológicas en el
segundo caso. Pero los aportes que Sócrates, Platón y Aristóteles hicieron a la ciencia en
general, y por ende a la Psicología son de extrema importancia. Referentes próximos de la
psicología Con la caída del Imperio Romano en el siglo v d. C. comienza lo que se llamó la Edad
Media, que desde el punto de vista de la Psicología científica no aporta nada sustancial, ya que
el pensamiento que se impone era obligatoriamente teológico y no permitía una especulación
desprejuiciada sobre la naturaleza humana (aunque en sí mismo, como objeto de estudio, la
teología posee interés para un psicólogo). Pero no bien finaliza la Edad Media, comienzan a
esbozarse quienes serían los precursores más cercanos de la actual Psicología. Primero el
Renacimiento, movimiento filosófico y artístico que tuvo su cuna en Italia y pregonaba retomar
valores griegos; y posteriormente el Iluminismo (Iluminismo viene de luz), movimiento
filosófico y educativo de Francia que luchaba por abolir el dogma y el oscurantismo en la
sociedad. Ambos movimientos preparan lo que Daniel Lagache llamaría la “Psicología de la
primera persona”. ¿Por qué de la primera persona?: porque sus cultores comienzan a hablar
de sí mismos, a expresar sus percepciones más íntimas, y a tomar su propia mente como
objeto de reflexión: “Yo mismo soy la materia de mi libro”, expresó en el prólogo de su obra el
a Montaigne; si bien ya existían otras obras más que toman al yo como materia de reflexión: el
“Tratado de las pasiones” de René Descartes, los “Pensamientos” de B. Pascal o las
“Reflexiones” de J. J. Rousseau. Aunque actualmente nos resulte curioso, hasta la aparición del
movimiento iluminista, y particularmente del romántico, no se acostumbraba a escribir en
primera persona del singular por temor a que ello se asociase con inclinaciones egoístas.
Posteriormente Daniel Lagache, historiador y psicoanalista, referirá el surgimiento de una
“Psicología de la segunda persona” (el Psicoanálisis, la Gestalt y el Existencialismo) y una
“Psicología de la tercera persona” (el Conductismo, la Etología y la Psicología Experimental).
Pero continuando con la Psicología de la primera persona, puede afirmarse que su
antecedente culminante ocurre al salir a escena el Romanticismo, movimiento artístico de
mediados del siglo xix que buscaba expresar lo mejor posible la vida interior y los afectos del
individuo, incluso al abordar temáticas filosóficas (como fueron los casos de Arturo
Schopenhauer y Federico Nietzsche, dos de los filósofos románticos). Pero ya en aquel
entonces se estaba en los albores de la Psicología científica. Surgimiento de la psicología
científica ¿Cuándo obtiene la Psicología el reconocimiento oficial? ¿Cuándo deja de ser una
actividad literaria o filosófica y se convierte en una práctica especializada? Se acuerda que ello
ocurrió en Leipzig, Alemania, en el año 1879, es decir, sólo 21 años antes del comienzo del
siglo xx, cuando se crea el primer laboratorio de Psicología Experimental. En realidad, que haya
sido un laboratorio no es tan importante como que haya sido de Psicología (podría haber sido
igualmente la primera cátedra de Psicología la que se tome como referencia, y en tal caso se
mencionaría a William James). Lo importante aquí es que la Psicología se independiza de la
Filosofía, la así llamada “madre de todas las ciencias”. Los temas que allí se estudiaban todavía
estaban muy imbuidos de consideraciones filosóficas y médico-biológicas, ya que éstas fueron
las dos tradicionales disciplinas que más gravitaron en el comienzo de la Psicología, hasta el
punto de que se llegó a sostener que la Psicología es hija de la Filosofía y la Biología. Pero
independientemente de tales influencias, el tipo de inquietudes que se investigaban en Leipzig
correspondería a lo que hoy llamamos Psicología propiamente dicha. El creador de ese
laboratorio se llamó Wilhelm Wundt, erudito alemán que dio origen a la escuela denominada
Estructuralismo, pues querían descubrir el equivalente de los átomos a nivel de la conciencia,
lo cual les daría la pauta de cómo es la estructura de la mente. Si bien a Wundt se lo menciona
oficialmente como padre de la Psicología habría que admitir que más bien hubo varios padres:
C. Darwin, F. Nietzsche, S. Freud, K. Lewin, W. James, etc. También podrían ubicarse en esta
categoría. De este modo, la Psicología nació en Alemania, pero su mayor desarrollo ocurrió —y
ocurre— en Estados Unidos, PSICOLOGÍA I | ANTOLOGÍA 67 siendo un discípulo de Wundt, E.
B. Titchener, el artífice de llevar la Psicología de Europa hacia los Estados Unidos. Definiciones
de Psicología Mientras cada palabra tiene una o unas pocas definiciones etimológicas o
denotativas, presenta muchas definiciones connotativas. Las definiciones connotativas de la
Psicología (es decir, aquellas que van más allá de la etimología) están asentadas en los
distintos puntos de vista que los teóricos adoptaron al estudiar la psiquis, que originaron a su
vez diferentes Escuelas o corrientes de la Psicología. Actualmente, excepto en el caso de la
Psicología Clínica, las distintas Escuelas tienden a desaparecer, subsistiendo de sus
afirmaciones sólo aquellas opiniones que presenten consistencia científica. Por el contrario, es
de esperar que también en el futuro se formen nuevas disciplinas, por desarrollo y
combinación de las distintas áreas, especializaciones y carreras. Una definición que se
desestimaría es La Psicología es el estudio del funcionamiento del Sistema Nervioso, pues si
bien es cierto que todo comportamiento tiene una contraparte biológica, la razón de ser de la
Psicología como ciencia diferenciada e independiente de otras es justamente que no
necesariamente deba estudiar los fundamentos anatomo-fisiológicos del comportamiento. Del
mismo modo que el lenguaje se puede estudiar desde un punto de vista gramatical sin referirlo
necesariamente a los centros cerebrales, la psiquis y el comportamiento pueden estudiarse
desde una perspectiva enteramente cognitiva. En otras palabras, hoy se acepta que la Biología
es hardware y la Psicología es software. Propósitos de la ciencia Psicológica Según los
epistemólogos, la ciencia se distingue de otras actividades humanas al buscar explicar y
predecir los fenómenos. El término “ fenómeno” debe entenderse como todo aquello que nos
interesa estudiar, sea insólito o común, frecuente o infrecuente, simple o complejo: por
ejemplo, la costumbre de danzar, las vueltas que dan los perros sobre sí mismos antes de
acostarse, el trance de los místicos, etc. Todos ellos son fenómenos que la ciencia psicológica
busca predecir y explicar. También resulta importante decir que aquello que denominamos
fenómeno no es un hecho naturalmente dado, sino que uno mismo lo construye y delimita.
Puedo querer estudiar la costumbre de las personas de ir a correr al parque, o en la plaza del
barrio, o bien estudiar a aquellos que no corren en sitio alguno, o los que sólo salen a caminar,
etc. En cada caso el universo a considerar resultaría distinto y todos serían distintos
fenómenos para considerar. Explicación y predicción están íntimamente unidas: él lo que se
debe a que las explicaciones se validan o verifican parcialmente con base a predicciones. “Si es
cierta la explicación debiera suceder esto, esto y lo otro”. Es decir, buscamos demostrar en los
hechos la vigencia o verdad de la explicación. Este tipo de deducción se realiza tanto en la
práctica científica como en la práctica diaria y se conoce como pensamiento hipotético
deductivo. En consecuencia, tanto en nuestra vida cotidiana como en nuestra práctica
científica buscamos confirmar nuestras hipótesis extrayendo deducciones de lo que debiera
ocurrir de ser éstas ciertas. Tales deducciones también se denominan observaciones empíricas
(si bien la expresión es algo redundante pues toda observación lo es de hechos o empírica; la
palabra empírica significa experiencia). Las hipótesis y las ob-servaciones constituyen un
sistema de mutua dependencia (retroalimentado); se sitúan en el nivel de lo inferible o
teórico, y atañen al universo de lo cognitivo o mental. Las observaciones se sitúan en el nivel
de lo empírico u observable, y atañen al universo de lo conductual. Entonces: las Psicología es
el estudio de los procesos mentales (dominio de las hipótesis) y del comportamiento (dominio
de las observaciones). Las hipótesis señalan que debe observarse, mientras que las
observaciones señalan si existe coincidencia o discrepancia con lo esperable por hipótesis. Por
ello, se dice que conforman un sistema interdependiente o retroalimentado. Pero aquí
conviene precaverse contra un error muy común por haberse filtrado la falacia de afirmación
del consecuente: que se cumpla la predicción tal como suponíamos en función de la hipótesis
apoya la legitimidad de ésta y le confiera fuerza persuasiva, pero nunca nos otorga la certeza
de que sea verdadera. El éxito de una predicción, es decir, que se cumpla aquello que por
hipótesis dedujimos, no siempre garantiza que sea cierta. Los lógicos expresarían esto
diciendo: "El éxito de la predicción es condición necesaria pero no suficiente de la verdad de la
hipótesis". ¿Por qué? Porque podemos acertar debido a una razón distinta a la que pensamos:
por ejemplo, el efecto placebo, que se estudia posteriormente, demuestra que en ocasiones
las personas mejoran o eliminan sus molestias no por el tratamiento mismo, sino porque
confían en el profesional y se sienten más acompañadas. Atribuir la mejora al tratamiento
sería incorrecto, aun cuando se cumpla la predicción. ¿Qué predecimos en la práctica los
psicólogos?: el comportamiento de personas (y animales): ¿Se casará esta pareja de
enamorados?, ¿se sentirá cómoda una persona en su puesto de trabajo?, ¿podrá continuar un
niño sus estudios sin contratiempos?, ¿se orientará tal persona hacia una cierta carrera?, ¿será
capaz un animal de aprender a abrir y cerrar puertas?, ¿ganará o perderá un cierto candidato
las elecciones?, etc. Tras todas estas interrogantes se encuentra la idea de que el
comportamiento es en gran medida predecible y que es posible descubrir leyes probabilísticas
que lo regulan. Ciencia y sentido común En ocasiones se suscita la discusión sobre la ciencia y
el sentido común; para algunos, lo que es sentido común no es ciencia, sino un llevarse por las
apariencias desprovisto de todo rigor crítico. Se aduce como ilustración de ello el caso de
nuestro planeta: el sentido común dice que la tierra es plana, no está en movimiento, y el Sol
gira a su alrededor, mientras que la ciencia tal como concibe ahora las cosas se aparta de esta
idea. Pero si bien creo que la ciencia moderna tiene poco que ver con el sentido común, no
creo que ello sea debido a que la mera apariencia conduzca necesariamente al error, sino más
bien al hecho de que interpretamos erróneamente la mera apariencia: un sujeto parado en un
amarradero encontraría que lo último que percibe de una nave que se aleja en el horizonte es
el mástil, lo cual, según lo entendió un observador agudo como Cristóbal Colón, era un
argumento favorable a la idea de que la tierra era curvada. Noten ahora que eso también es
sentido común, basado en la observación sensible, la cual no es intrínsecamente equívoca, y
más bien habría que suponer que el error deviene por no concluir correctamente en base a las
observaciones. Aunque es cierto que a medida que una ciencia se desarrolla sus conclusiones
suelen alejarla del sentido común, epistemológicamente resulta necesario distinguir entre
conclusiones que se apartan del sentido común y evidencias que se apartan del sentido
común. Aquí se defiende la tesis de que las evidencias científicas no se apartan del sentido
común, que son una extensión del mismo, y que su fuerza persuasiva depende justamente de
esta característica. La psicología como ciencia fáctica o empírica Las ciencias que no son
formales son las empíricas o fácticas (del latín factum, hecho) pues dependen de los hechos
reales, los que pueden ser históricos (como en las ciencias humanísticas), sociológicos (como
en las sociales) o físicos (como en las naturales), pero en cualquier caso las deducciones deben
tratar de interpretar los fenómenos ocurridos antes que adecuarse a la mera formalidad. La
Psicología es una ciencia fáctica o empírica, que participa de tres mundos: algunos de los
temas que trata la acercan a las ciencias humanísticas, otros a las ciencias naturales y otros a
las sociales; el énfasis dado a uno u otro está íntimamente relacionado con las escuelas
psicológicas. Aunque la evolución que ha tomado la Psicología en los últimos dos decenios la
asemejan cada vez más a una ciencia natural, especialmente con la irrupción del paradigma
cognitivo-conductual. Aun así, la Psicología como ciencia fáctica conserva en su bagaje cultural
fuertes influencias de las ciencias humanísticas, naturales y sociales. Ejemplo de disciplinas
típicamente humanísticas serían la Historia, la Filosofía, la Literatura y en general el arte; en
tales actividades, la práctica profesional es ajena a la experimentación, pues la mayor parte de
los temas que se analizan escapan a tal posibilidad, si bien ello no significa que argumenten en
el vacío, pues utilizan evidencias documentales para defender sus puntos de vista o teorías. En
consecuencia, el modo de abordar los interrogantes que tales ciencias plantean es
especulativo. Por ello también se designan a las ciencias humanísticas como ciencias
conjeturales, pues se manejan con conjeturas o hipótesis plausibles, pero que no pueden
verificarse con un experimento (en realidad, la palabra humanismo originalmente hacía
referencia a un movimiento renacentista que buscaba la superación integral del ser humano,
aunque posteriormente se convierte en sinónimo de altruismo. Pero la presente exposición se
refiere a las disciplinas de orientación humanísticas, que son otra cosa). Ejemplos de disciplinas
típicamente naturales son la Física, la Astronomía, la Química y la Biología (y ciertas carreras de
orientación técnica derivadas de ellas como la Ingeniería en relación con la Física, o la
Medicina en relación con la Biología). En todas ellas se puede aplicar la experimentación, pues
como su nombre lo dice, son ciencias de la naturaleza, la cual permite una mayor manipulación
de los eventos. Esta es la principal razón por la cual las ciencias presentan el mayor desarrollo
teórico y tecnológico. Ejemplo de disciplinas típicamente sociales serían la Economía, la
Sociología y el Derecho. La Economía fue la primera ciencia que se llamó a sí misma social, y
ello demuestra, contrariamente a lo que pudiera pensarse, que el empleo de las matemáticas,
por sí mismo, no garantiza que una ciencia sea natural: tras los números debe existir una
capacidad predictiva que la Economía no siempre tiene. Ello se debe a que las ciencias sociales
tienen una capacidad de experimentación relativa, sin poder manipular muchos eventos y
utilizan preferencialmente el método cuasiexperimental. El prefijo cuasi (casi) indica que no
puede manipularse en forma total a la variable independiente (ver Cap. III) existiendo algunos
segmentos de sus teorías que sólo pueden ser conjeturado, hipnotizado, pero no
demostrados. Como conclusión, puede decirse que las ciencias sociales combinan aspectos de
las ciencias naturales y de las ciencias humanísticas. Estrictamente hablando hay una sola
ciencia formal: la Matemática, pero también se ubican allí aquellas disciplinas que, al igual que
ella, exigen el rigor deductivo, como la Lógica (que desde Bertrand Russell en adelante se
considera un capítulo de la matemática) y el Derecho. Por ejemplo: el Derecho juzgaría la
inconstitucionalidad de una Ley Provincial o una demanda cualquiera en base a la congruencia
entre ambas legislaciones (la ley Provincial en cuestión vs. la Constitución Nacional). Ello le
significa utilizar la lógica. Es formal porque atiende a la forma o razonamiento, aun cuando los
argumentos formales entren en contradicción con el bien público, o con las costumbres, lo
cual obviamente no es lo deseable. Si además el Derecho se preguntarse por la utilidad, por el
impacto.

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