108 Néstor Kohan
En esas mievas modalidades que reviste el modo de organtzact6n capita
lista laboral, no solo el trabajo muscular se ve expropiado sino también -y
sobre todo- el trabajo cerebral y el saber ci
‘circulos de calidad”). Ya Marx en los Grundrisse y en fos manuscritos s0-
bre la tecnologia habfa sefialado su tendeneia inmanente-hoy universaliza-
da-a expropiar también la clencia y el saber obreros.
n esos mrismos Grundrisse Marx intentaba analizar la formula de la
tasa de plusvalor (pv / cv, plusvalor sobre capital variable, que da como
resultado la proporcién 0 el grado de explotacién del trabajo) desde ef
Angulo del tempo de vida expropiado. Llegaba a In conclusién de gue
1 plusvalor era en realidad la coagulaci6n cristalizada de una actividad
forzada que podia ser, cn una sociedad no regida por el capital, stunple-
mente tlempo libre de vida, tlempo ce no trabajo, tiempo de libertad mas
alld de la rnda necestdad.
Hoy el capital, como un Mefistéfeles insaclable y repleto de tra, todo lo
devora, Subsume tanto el trabajo manual como el intelectual, ereve y se
alimenta de ambos. Subsume también la ciencia, 1a naturaleza, Ia tmagi-
nacién, las fantasias, el tiempo Ubre, la vida toda. Un monstruo ham-
briento, demomtaco y cebado de sangre humana, imposible de educar,
“clvilizar” y convencer. Solo queda un camino para tersinar con él y no es
precisamente un “pacto” o un “contrato”,
Economfa y poder
‘La guerravel combate es el padre de toras Ins cosas, el
rey de fodaa, a unos los ha convertido en dioses. 2
otras en hombres: de estos, ha beelio a wnos esclaves
ya otras libres
Hendeesro
‘Si el dinero, como dice Angler. "viene al mundo con
manebas de sangre en wna sulla", el capital lo hace
chorreande sangre y lode. por todos log pores, desde
Ia cabeza hasta los ples
Cantos Mas
Blcapttat
Hasta el enemigo mas acérrimo siempre le reconocié a Marx una cuota de
razén. Después de todo, habia descubierto la jmportancia del “factor eco-
n6mnco” en la vida soetel... Muchos seguidores —Aquiles Loria fue el mas
exagerado'y consecuente de todos, pero no el turico— coineidieron. Lo
social se explica y se transforma tinlcamente a partir de lo econdmico...
Larevoluctén debe tocar “lo econémico™... Tengamos confianza en que las
relactones de poder, culturales, ideoldgico-politicas vendran detrds y des-
pués de Ia locomotora econémica... iSeamos optimistas!, Ia rueda de la
historia no se pixede parar
‘Come el DIAMAT y el HISMAT —en los cuales se asienta— esta visién,
‘econonucista ha entrado en una ctisis terminal. Mientras amplfa cada vez
zmais su reproduceién ideoldgica, el capitalismo no satisface econémica-
mente necesidades de reproduccién material de la poblacién. Sin embar
0. sigue existiendo, Aun matando a millones (haimbrunas que recuerdan
Tas medievales, pestes, guerras, terturas masivas, etc.), goza por el mo-
mento de buenia salud,’ Una salud relativa, es cierto, que convive con la
crisis. Pero esta no Heva autométicamente al derrumbe, aun cuando mu-
hos sigan sentados esperando mulentras se les va tristemente la vida. Sl el
régimen capltalista pudo sobrevivir ast y reproducirse durante tanto tiem
po es porque, ademas de la explotacion, en el ejercicio del pacer bubo un
plus que evidentemente pass inadvertido, la donuinacton,
‘Marx estudié ambos procesos, expfotacion y dominacién, a un tiempo.
Pero su (eoria fue eastrada, reducida ‘ntcamente @ uno de ellos. Bastaba
* Rate dlagnéatico fue realizado, obvismente, antes delas rebetiones de Seattle, Davos,
Génowa, Buenos Aires etectera,200 ‘Néstor Kohan
cambiar 1a propiedad juridica de las empresas para crear una nueva so-
ciedad... La endeblez de semejante concepcién hoy salta ala vista. Como
se construye lo social? He ahi el dilema. Antes de intentar resolverlo vol-
‘vamos sobre nuestras pisadas. {Como fue posible caer en semejante econo-
mnlcismo?
En su eélebre préloge a la Contribuctén a ta critica de la economia
politica (1859), Marx analizaba los descubrimlentos a los que habfa Tle-
gado durante quince aos de investigacion luego de estudiar y eriticar la
Filosofia del derecho. de Hegel. en el bienio 1843-1844, adoptar la iden-
Udad comunistay haber tomado contacto con el movimiento obrero. Alt
intentaba exponer en corta siittesis las bases generales de su concepeton
de la historia,
Gramsci se esforz6 por leer este pequetio texto programiitico como
“Ia fuente auténtica nvis tmportante para una reconstrneeton de Ia flo-
sofia dela praxis", atendiendo al mismo tiempo a tres instaneias: 1) el
papel central que este escrito le otorgaba a la esfera Ideol6gico-polft-
ca, la de la hegemonia; 2) la identificacton de la etencia como tna for-
ma ideolgica de Ia conciencia social; y 3) la formulacién de que la
prinetpal fuerza produetiva es en realidad la clase obrera ~el sujeto de
Ia revolucién-, constatacién de la cual se deducia que la dialéctica "“fuer-
as productivas-relaciones de produccién” na era “objetiva” en forma
absoluta sino que sintetizaba, por el contrario, la contradicci6n sujeto-
objeto,
‘Sin embargo. a pesar del intento olvidado de Gramsci, este documei
to programatico se leyo Invarlablemente como la reafirmacin tajante
del “objetivismo” social (garantia de “la cientificidad”, por antonoma-
sia), La historia marcharia entonces por sf sola, como una locomotora
con piloto automatico cuyo software estaria conformado por la contradic:
ln totalmente al snargen de la praxis~ entre las todopoderosas fuerzas
productivas (divorciadas de la clase obrera, asociadas a la tecnologia ya
Jos instrumentos técuicos de trabajo) y las relaciones de produccién
(wansformadas en la relacién hombre-cosa y no hombre-hombre),
Acsto filtimo vino a sumarse la utilizacion por parte de Marx de su
conoeida metifora de raiz arquitecténica,? la que por su hnagen de ficil
comprensién se empleé posteriormente en todo tipo de divulgacion peda-
0gIca Jos manuales~ de su pensamtento,
2 a produceiGn social de e exsteneta, Joa hombres entran en relaciones determi:
nadae, necesarias. indepeadientes de au voluntad: esiaa relaciones de produceton
corresponden a un gradi determinado de desarrollo de sus fuer‘as producsivas ma:
terials, E(cenfunto de estas relacones de produeciin cunstituye la estructura econé:
sea dela soctedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura Juridica y
plltea y als que corresponden determinadas formas de concteneia socal” IC. Marx,
CConurtbucien ata ertiea de economia patitea. p. 10.)
Keotorsia y poder 201
_Lattizacn demettoras en las exliacines esrieas noes algo dst
tio‘de este pemeno texto, pues ademas de ser tu ecars0 compertdo por
Ins ver cencias constnaye en este caso particular una caractedslea
tropundel cet teraroy dela piumacde Marx. Ya desde su twent wo
Teepe Prfesores, Wytexbach, te repre ene sto ava biseda
‘cogerada de cxprestone nals ypnoreseas”®
‘EToroblems no atibuibte en miso al propo Marx sino a ens
cavulaoresformnades ea es DIAMAT, conte en que Tuego de tantos
Ghovtde repeal meafora se ersatz en el dseneso pedagalco, Se
TaeRS a chews habito de pensara coso ua ituagen eal. Est proceso
{Geeonguaeten'y eansanet mcntal ener pletamente wn cuzao
‘inetd. :
Sine te problema, desde a meifora argent se salt tame
uanigeate wan von cota dela socedad por un lado tener
hos a cconomla into dela lactones de producein y dels fuerza
Prosi, done se protacen,ezculan consti as mereaaets!
aot a plilc,lnluchn ce elaesy fda as formas de “contend
Por po wane ceria ast apenas uno mis de los pensefores wena
Telus, inyo modelo dicotemco ve basabs en un estado de nature
(een pae ecoumtny to prvado) yes eb” 9 plo (donde
a poten eH sche plement rangi
[logis del nachntento de la revolueion burguesa en gene
et fuer coreco, dante ubearentonees la efera del poder? EL
peeder ne erminaria costco y aparceria como una Propiecad exci
Pest da apart de Eat, eangese ai en ina concepein ftchista
Te ge por ora parte el ism Mas venta cuestioando tnsstene-
wee aad eu juventud (tanto en st enten de Ta reconeiacion ica
‘agian straws de tad, con eno cestonaento de a ermanc
ween mramente poten” ene debate cot Bauer), Recordemos, ade
Te gue at onflea madara del fochlsmo aba sobre la reiicaciin
sreecatt eno se expan tambien al ao, e capital, el stado, la ea:
tara etcetera
‘pena de todo esto, esa smpliteada y repetida lectura se obstinaba
en elicte cpltal a wn analstsexcusivo ce as fereas productivas ¥
elas relatones de produccion, desconectando a nas eseras de La
hoki de lanes, De este iodo se soslyaron rapdamente sagas ob
Srvacones erfiras que esta obra contene ee adcal euestonartento
Soft del hunaturalsmo eontractalsta meer (pie sein elo,
Podinchto dela poten no reste nasa" nel acer" sino nla
latechcy ela guesracel onteato a0 es eno fadactona panto de
ree ey Puae de Hoguan de wn proceno deh antertor, Con
> Cf, Ludowco Silva, Et estilo lterarto de Mars, p. 22o Néstor Kohan’
Liane Gatun mente
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Seana oct ent nt
rola ed naar esr mart
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deal a rai ter i ut.
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modernos, su poder legislativo, sus alianzas politicas, los fracoionamicn .
108 politicas de tas clases, ia autonomia relativa de la burocracia y el ejér-
sarrollado ¢ impersonal” frente a las formas politicas “impuras, incom-
felts a fre plies, motes
ea lense iis sere a,
iat ges et poi rent
Meda sic neeaer semana ata cetera
sae ees ace tron Ho on ae alert
ace le tpn moa crn
Beoruméa y poder 208
11a formacién social mas desarr llaca y desplegada de su época—inglate-
rra-, es mas que evidente. Aunque en El eapttal la éxposicion haya sido
pullida hasta alcanzar el masamo de logieidadl dialéctica, mientras que en
los escritos sobre potitica ef discurso aparece. més apegado a la realidad
historica coytntural (no olvidemos que el fundador moderno de la elencia
politica, Ntcolés Maquiavelo, también habia manejacto un discurso apa-
Tentetnente lado a la coyuntura hist6rtca), en ambos casos, el método de
Marx es anéilogo: “Partir del Nombre para explicar €] mono” ~srifin reza la
conocida metéfora biolégica. Partir de lo mas complejo y concreto para
explicar lo més simple y abstracto. La politica burguesa de Francia y la
ecotiownfa capitalista de Inglaterra son, en ese nivel dl disemrso episteino-
l6gico, sus dos grandes arquetipos, por lo menos hasta su cambio de para.
gma de los afios 60. cPucde sexgur obvikindose semejante paralelisino?
“Aun dando cuenta de ésta tusoslayable, meditada y detallada reflexisn
sobre ta esiera politiea, nos queda pendiente analizar los vineulos entre el
poder (si se le pede diferenciar de la politica, algo de por si diseutible),
Is relaciones sociales y la economia.
Deciamtos entonces que en la imagen simplificada con la que se ley6 a
Mars, la produceitn de relaciones sociales capitalistas, reproductendo la
ogiea iusmaturalista dicotémita, ha quedado fragmentada. La lectura se
redujo tinicamente a subrayar la prioridad y la fimetin de la pura fuerza
raterla) la violencia “pobitica") abstracts, en detrimenta de ta relacién
social (econémica), o bien solo a la viswaltzacion y focalizacion de la pura
relaci6n social, en detrimento de la fuerza material. Un ejemplo puntual
de la primera forma de reducetonisino puede encontrarse en la explica-
cién del polemista con quien discute Federico Engels, Eugen Dibring:
‘quien atrifye a la violencia “politica” el cardcter de demlurgo de las rela-
ciones sociales. Acercindose peligrosamente al otro polo de la explicacién
dicotémica, podemys encontrar paradéficamente al mismo Engels, sobre
todo en ous escritos de la madurez (que en gran medida deterioran sus
an4lists tan matizados y alejados del eeonomictsan0 de ta déeacta de 1850,
‘como su estudio sobre la guerra campesina en Alemania).® Quiza por los
cexcesos y unilateralidades que conlleva toda discusién, el wltimo Engels
“ Sostiene Dihring: “La formacion ie las relaciones potiticas es Jo historicamente
fundamental, y las dependencias weondunieas no som més que tm efecto 0 caso
‘especial, y par tanto, siempre heckos de segunde orden [..} Clerto es que estos
efectos dle seguudo orden existen como tales, y gon sobre todo perceptibles en el
[presente pero Io primitive tlene fie huscarse et el poder politico samedi, ¥ no
fn an iniireeto poder econémico”, (CHado ea ¥. Engels, AntGDuteit, p. WSL.)
» Gf. F, Bagels, 2a guerra campestia en Alemania |1850), en C. Marx y F. Engels
Obras escogidas, (Tl pp. 168-247, Engels desarrolla en forma sobresaliente una
comeepetin eacal no evononuteista principalmente cuando analiza procesos histor
con ctapiricas y coneretos, como lag de Alemania, Paris, Crimea, Halla, Estados20% Néstor Kain
sarge demasiado las tintas en el plano de “la economia”, lo que a tentdo,
nefastas consecuencias en el desarrollo, la recepcién ¥ divulgactén via
Jos manuales- de la teorfa mnarxista de la historia desde el angulo del
DIAMAT y el HISMAT.
En gran parte de las vertientes actuales mas cereanas y anes ala tradl-
cién del marxismo dentro de las clencias soctales, se ha sedimentado Ia
creencia y el lugar connin acerca del papel fundamental de las clases socla-
les en el desarrollo histérico. Algo parecido a la creencia en “el factor
econémico” a prineipios de siglo. Pero en ese énfasis “curiosamente se ha
‘olvidado" la contradicci6n y la lucha constitutiva de estas clases. Los enfren-
tamientos scrian apenas tun “accidente” de Ia bistorla. El intervalo entre
dos momentos de paz.
En el mejor de los casos, sc ha partido de clases sociales ya constitu
das a partir de su posicién “objetiva” en la estructura social, y luego se les
hha agregado -mecantea y externamente~ la ucha y la confrontacién, desde
fuera, Se torna hoy imperioso rescatar el lugar tegrico central que le corres-
ponde a la contradicclén inmanente, a la conffontacin; en wma palabra,
a la lucha de clases, en Ia explicacion del proceso histérico de production
y reproduccion de las relaciones sociales. Estudiemos, pues, las relaciones
Soclates como contradicciones, como coufrontaciones y enfrentamientos,
‘como retaciones tle fuerza -al decir de Gramscl~ entre los sujetas socia.
les involucrados en esas relaciones y constituidos a partir de ellas.
Al menos come hipétesis de trabajo, canvendria reflexionar sobre Ta
relaciones sociales (recordemos que cuando hablamos de “relaciones $0-
iales” nos estamos refiriendo a todas las categorias de El capital: valor.
dinero, capital, etc.| en estrecha conexion con la lucha de clases, y con el
cnfrentamiento de fuerzas en disputa, en agonia (ago: luchal. La lucha
de clases no se circunscribe solo al plano de “Ia politica” (donde obvia-
mente también se expresa), sino que ademas atraviesa el interior misno
de las relaciones sociales de produccién. Las relaciones de poder partici-
pan irremediablemente en Ia constitucién mismna de las relaclones soclia-
Jes del modo de produccién capttalista, pero solo “participan”. No son la
‘inica catisa ~causaltdad Lineal. Tampoco caigamos en una metafisica del
poder ahistérleo y auténomo, Son solamente una de las méiiples deter-
minaciones, durante mucho tempo olvidadas, que Nevan a sit constitu.
clon. No vienen “deste afuera", “desde arriba’, “desele ta superticie” a
legitimar algo ya previaqente formado y maduro. ya producto terminado,
antes de quc intervengan las relaciones de poder y todo lo atraviesen. En
consecuericla, ne pensemos las relaciones de poder como wna esfera en-
cerrada o circunscrita tinicamente en Ia “superestructira’
‘Unldos, ete Allis que tncorpora
‘ss de la totaldad soctal. (Cte. F.
todoldgleamente todas las Varables en ela
‘gels, Pemas mulitcires.}
Beonende y pader 205
El economicismo,
Problematicemos Ia produccién de relactones sociales, Hablainos visto
que Daring soslaya las releciones econémicas y absolitiza lo que él de-
nomina “el poder politico” (empecemos por notas como de esta manera
fetichiza el poder y se lo atribuye exclusivamente ana entidad solidificada:
el Estado). Respondiéndole, Engels fuvertira la cucstién: la viniva via de
produccién de nutevas relaciones sociales (del modo de produccton capt
{alista) esta exclusivamente en la economia.
Como contestacion a Dahring, eseribe Ante-Dahring. La subversion de
Ja ciencia por el serior Eugen Duhring, en cuya seccion segunda ("Econo-
mila politic") expone su teorfa de la violencia y del poder, en relacién con
Ja economia. Es posible encontrar dos Iineas de razonamiento en estos
escritos engelstanios,
Podemos situar la primera linea en un efe problematico: la functonalidad,
econéinica del poder, Engels remite todo el tempo la actividad de la vio~
Tencia y el poder al objetivo de legitimaci6n de las relaciones de produc-
cin. Yaqui surgen ya algunos problemas. Por un lado, concibe relaciones
econdmaicas ya constituidas, que vienen a ser -Iuego, ent un ordestI6gico y
cronolégico posterlor~reforzadas y garantizadas por Ja violencia. La vio
lencia y el poder serian reproductores de algo ya previamente constituido
al mafgen ¢ Independientemente de su propia intervencign. Estarian st
uados, por lo tanto, exclusivamente en la “superestructura’. No obstante,
no se eguivoca Engels cuando resaita ta estrecha retacién ~que unuchas
veces se desdibuja y dessparece en algunos de los, escritos de Michel
Foucault- entre las relaciones de proctuccién y et poder.
La segunda lirica de razonamitento es la que inds claramente podemos.
caracterlzar por sus inclinaciones economicistas, pties, para contrarres-
tar a Daliring, Engels sostaya la violencia cn relteradas ocasiones” al punto
de negarle todo papel ett e] surgimiento y desarrollo de Ta propiedad pri-
vada. Probablemente haya inelinado demasiado la balauza para gapat la
diseusién. No es su culpa, Side quienes absolutizaron el razonamiento
Jo convirtieron en “sistema”
© "La preptedad privada no aparece en absofuto en la ulstoria como resultado del
robo y lavioleneia” (F. Engels, anfeDuhring. p. 154. Este lusistente énfasts depo-
stado polémicamente por Engels en laraiz exchisivamnente econsmica de los proce
fs histdricas Io Meva a exageraciones del tipe: “Esta tan poco fustifienda hablar
faquf de violencia como lo estaria a preposito cela division de la propiedad colertiva
{dela tierra que ain tiene Inga en Ing “commwmidaces de labor” del Masel y de los
Vosgos: Lo que ocure es que los campesinos consideran interés propio que la
propiedad de la era sustituya a la comin y ala cooperativa. Nisiqulera Ia forms:
lon de usa aristocracia esponténea, como la que th¥o lugar entre los cetas, los
_germancs y el Penjah indo scbreda base de la propiedad comin del suelo, sc bass al206 Néstor Hoban
Refiriéndose al proceso de constitucién histérica del modo de produc
ct6n capttalista, para demostrar que ia economia tiene wna “legalidad’
econémica interna Hega al limite de sostener que “si excluyéramos toda
postbillidad de robo, violencia y estafa’, igual tendrfamos el miodo de pro-
uceién capitalist."
‘Aun tomando en cuenta las previsibles exageraciones que toda polé-
‘mica conileva, si comparamos este tratamiento ce las formas sociales que
preceden al modo de produccién capitalista -Ia formacién de la relacién
de capital-. con el que Marx desarrolla tanto en El eapitat en sm andiists del
proceso de la actimulatién originaria del capital, como en los Grundtrisse,
podemos advertir el anchfsimo campo te6rico que separa a ambos peusa-
ores. Tenia razén Gramscl -quen respetaba sumamente a Engels- cuando
sefidlaba que “se exagera al afirmar 1a identidad de pensamiento entre los
dos fundadores de Ia filosofia de la praxis”.
Sefialar esta mas que evidente diversidad de criterlos con su compafiero
de lucha no implica desconocer los méritos de Engels. Si tmplica tratar de
comprender a fondo y de mancra profama qué vinculo mantienen sus recai-
das en posictones proclives al economtcismo con Ia diferente evaluacién
‘que él y Marx hicieron acerca de las luciias nacionales del Tercer Mundo
¥y la supuesta inevitabilidad y fataltdad hist6rtca del capitalismio oc
dental europeo. Esa diferencia notable, que luego «nalizaremos, est
cemparentada con una discontinuidad mas general, que atafe ala flosofia
y la metafisica cosmologica y materialista del progres. Al respecto, seiii-
laba también Gramsci sobre esta iltima que: “Es cierto que en Engels
fAntl-Dithring) se encuentran muchas ideas que pueden conducir a Jas
desviaciones del Ensayo [de Bujarin), Se olvida que Engels, no obstante
haber trabajado largo tiempo, de} muy pocos materiales sobre la obra
prometida para demostrar la dialéctica ley césmica”.
Pero volviendo a la polémtca misma, cuando Engels se refiere a la
violencia en esa discusién con Diaring, prioriza invariablemente, en conso-
nancia con su lectura materialista-naturalisia de la flosofia, el fanbito de
las fuerzas productivas y Jas relaciones téenico-inateriales. Focaliza su
inirada exclusivamente en el desarrollo de ciertas técufcas que intervienen
‘Principio on la Volencia sing cn la voluntattedad y costumbre". (Ibidem, p. 186.)
‘En la isms lineayrefirléndoce aa produccién de relaciones sociales basadas ena
‘propiedad privada sosttene: "Siempre que se desarrolla la propiedait privaa, ello
‘wre a conseeueneia de un cambio en la sitaacion y las relacioes eprexlceién ©
Intercambo en interés del anmento dela produceiin y de la premocica del trafic,
cs decir, por causa econdmtoas. La vielencta no desempena en ello ningin pas
dem.)
110 el proceso se explica por causas puramente econsmicas, sin que ut una ver
hayan sido tpreseindibies el robo, la violencia, el Estado, 0 cualquier otra inter-
‘vesclon politica”. (F. Engels, Antt Dahring, p. 56.)
Esotomta 9 poder - 207
en la produecién de herramtentas como elementos fundamentales para
‘enteuder el poder: Ast establece un hilo discursivo, cuya premisa principal
plantea: 1) ¢1 poder no es un mero acto de voluntad sino que depende de
condiciones materiales, las que postbilitan a su vez tanto 2) la constr
ei6n de un tipo particular de herrammlentas que se ulllizan en la violencia
-armas~ como 3} el tipo de técricas que se wtilizan en la constraccion de
estas herramlentas (en las cuales residiria el poder). Estas dtimas, 2) y
3), dependen a su vez de 4) las condiciones econdmicas.
Poclemos constatar que el camino desde 1) hasta 4) parte del poder, 0
sea, de lo que se queria explicar, y Inego de pasar por todos los términos
intermedios lega a la conclusién, a Ia base, a “la tinlea causa”: la evolu
‘idn econémiea. Coma el agua y el aceite, dos esferas distintas, el poder y
la economia. La economia se torna asi en el ambito fundante y al mismo
‘tiempo excluyente del andlisis del poder, entendido este tltimo como una
exfera independiente, opnesta, externa y subsidiaria con relact6n a ta
economéa, Bsta es la raz6n principal por la cual Ta tendencia hacia
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