Precariedad urbana y reproducción social
en la construcción de la ciudad
Guillermo Tella
(coordinador)
Precariedad urbana
y reproducción social
en la construcción de la ciudad
El caso de la región metropolitana
norte de Buenos Aires entre 1991 y 2010
Juan Donato Lombardo, Laura Reboratti,
Marcela Rivarola y Benítez, Jorge Omar Amado
y Rodrigo Martín Silva
Tella, Guillermo
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad / Guillermo Tella.
- 1a ed . - Los Polvorines : Universidad Nacional de General Sarmiento, 2016.
140 p. ; 21 x 15 cm. - (Cuestiones metropolitanas ; 22)
ISBN 978-987-630-245-6
1. Urbanismo. 2. Análisis Territorial. I. Título.
CDD 711
© Universidad Nacional de General Sarmiento, 2016
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Impreso en XXXXXXXX
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
en el mes de XXXX de XXXXX.
Tirada: XXX ejemplares.
Índice
Introducción................................................................................................9
Mecanismos de espacialización del territorio...............................................11
Caracterización de las relaciones de reproducción.......................................17
Cualidades del municipio de San Miguel....................................................25
Cualidades del municipio de José C. Paz....................................................41
Cualidades del municipio de San Isidro......................................................57
Efectos de una calificación diferencial del territorio....................................69
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios.................................81
Construcción de un índice de precariedad sociourbana............................119
Consideraciones finales.............................................................................129
Bibliografía consultada.............................................................................137
7
Introducción
Asociar los procesos de reproducción social y de construcción del espacio urbano
en municipios de la región metropolitana de Buenos Aires durante las últimas
dos décadas constituye el propósito de este trabajo, que se sintetiza los resultados
alcanzados en el proyecto de investigación “Reproducción social y construcción
del territorio. El caso de la región metropolitana norte de Buenos Aires entre
1991 y 2010”, acreditado por la Universidad Nacional de General Sarmiento
y subsidiado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
En ese marco se examina a la ciudad como parte de una lógica de construc-
ción de un espacio geográfico determinado, tomando como objeto de estudio a
los municipios de San Miguel, José C. Paz, Malvinas Argentinas y San Isidro en
el período 1991-2010 –de acuerdo con los datos disponibles para cada caso– e
interpretando el papel de los actores sociales que configuraron el territorio y las
acciones emprendidas por los gobiernos locales, así como también los marcos
regulatorios que orientaron el crecimiento de sus distintas áreas.
Para caracterizar estos procesos constitutivos y las interrelaciones principales
que se suscitan, las preguntas que guían la investigación son: ¿cómo se construye
el espacio urbano y cuáles son las características particulares del fenómeno en los
municipios estudiados? y ¿cómo se articula la construcción de este espacio con
las posibilidades estructurales de los actores sociales en el período de referencia?
El desafío de situar en el centro de la escena a la construcción de la ciudad
aspira a poner en evidencia las relaciones establecidas por el mercado en la
estructuración del territorio y los fenómenos que conducen hacia la fragmen-
tación social, la acumulación diferencial y la participación inequitativa de la
población en el acceso a la ciudad.
9
Mecanismos de espacialización
del territorio
El concepto de reproducción social se refiere al desarrollo cultural y económico
de una comunidad en un lugar determinado. Intenta establecer las posibilidades
estructurales que los actores tienen para construir su vida en el proceso de cons-
trucción de la ciudad. Es el resultado de una lectura del territorio que recupera
los mecanismos generados por los distintos grupos sociales (Lombardo, 2012).
A partir de estas ideas y de este modo de abordar la temática, se considera de
gran importancia recuperar los aportes de una serie de autores que han estudiado
desde diferentes perspectivas aquello que podemos llamar “lo urbano” y, más
precisamente, formas, procesos, estructuras y relaciones mediante los cuales se va
construyendo la ciudad. En este sentido, cabe mencionar que esta construcción
remite no solo a una dimensión física sino también a las diversas representacio-
nes simbólicas que se producen y reproducen socialmente en un contexto dado.
La reproducción social en la literatura aparece generalmente asociada a
varios autores, entre ellos al sociólogo argentino Mario Margulis, quien incur-
siona en el campo de las formas de vida familiar y sus procesos culturales, que
se interrelacionan y retroalimentan. Margulis señala que en un colectivo social
están articuladas la reproducción de la vida, que se encuadra en los aspectos
cotidianos de los individuos, y la del capital, centrada en la producción y en la
captación del plusvalor (2009).
Otro de los autores que avanza sobre el tema es el sociólogo francés Pierre
Bourdieu, quien examina las relaciones establecidas entre lo económico y lo
simbólico en la diferenciación social (1989). Su idea de reproducción aparece
asociada a la estructura conformada para sostener las diferencias de poder
(1977). Por su parte, el epistemólogo francés Jean Claude Passeron desarrolla el
tema como dinámica histórica, en la que intervienen la invariancia y el cambio
como constituyentes estructurales (1983).
Desde otra perspectiva, el economista argentino José Luis Coraggio presenta
cómo la disposición de una masa creciente de bienes y el incremento de la pro-
11
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
ductividad del trabajo permiten organizar objetos y sujetos sociales (imagen 1).
Coraggio aporta que esta ha sido entendida como consumo de mercancías y
como subproducto de la acumulación, y propone un sentido profundo de la
construcción social: “Poner en el centro la reproducción ampliada de la vida
humana no supone negar la necesidad de acumulación sino subordinarla a la
reproducción de la vida, estableciendo otro tipo de unidad entre la producción
como medio y la reproducción como sentido” (1999: 12).
Imagen 1. Procesos de reproducción social representados
en la construcción de la ciudad en José C. Paz
En las articulaciones entre reproducción social y espacio urbano, el geó-
grafo británico David Harvey centra la construcción de la ciudad alrededor
de la reproducción ampliada del capital y de la distribución espacio-temporal
de las relaciones que se constituyen en torno a la propiedad privada del suelo
(2007). Por su parte, Manuel Castells elabora conceptos para el análisis urbano
asentados en el materialismo histórico y situados en el espacio como expresión
de la estructura social (1974). Examina los elementos del sistema económico,
político e ideológico, así como las prácticas sociales que de ello derivan, y ofrece
como resultante un espacio percibido como dicotómico.
12
Mecanismos de espacialización del territorio
Otro de los importantes autores que alimenta el debate es, sin dudas, el
sociólogo Christian Topalov, que instala la relación entre la producción social
y la del espacio urbano (1979). Desde su enfoque, la construcción del espacio
representa –ante todo– una multitud de procesos privados de apropiación del
espacio, determinada fundamentalmente por las propias reglas de valorización.
En ese marco, la organización de la ciudad se realiza a partir de los procesos
de producción y reproducción de la fuerza de trabajo y de las contradicciones
que de ello surjan.
Por su parte, el filósofo marxista francés Henri Lefebvre ofrece las bases de
la construcción de la ciudad a partir de estrategias de clase (1969). Así, señala
que tras la irrupción del industrialismo, la ciudad es separada en pedazos,
destruida por un lado e integrada por otro, tanto por el mercado como por el
consumo, la cultura y los valores, y se convierte en un dispositivo material para
la producción, para controlar la vida cotidiana y el consumo de productos. A
partir de allí propone un punto de observación para el análisis de lo urbano,
situando su centro en la reproducción de la vida (imagen 2).
Imagen 2. Estrategias de reproducción social observadas
en el municipio de San Miguel
13
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Para la geógrafa brasileña Ana Fani Alessandri Carlos, la construcción del
espacio es entendida como parte del proceso de reproducción social. La autora
relaciona el espacio a un proceso más amplio, que articula las dimensiones social,
política y económica, y abre como perspectiva de análisis la construcción de
un espacio que circunscriba al individuo como sujeto de producción (2008).
De modo que observa tres niveles de articulación: el nivel económico, a partir
de las necesidades de reproducción del capital; el nivel político, que involucra,
como condición para su realización, un territorio definido por la acción del
Estado; y el nivel social, donde se concreta la vida en sociedad como compo-
nente indispensable.
El arquitecto y urbanista mexicano Rafael López Rangel observa la ciudad
asociada a las relaciones de reproducción entre actores en el contexto de proce-
sos naturales y socioeconómicos (2009). Rangel aporta que la sustentabilidad
juega un rol central en la reproducción social, y apunta contra los estudios
positivistas que sostuvieron la construcción de una ciudad con características
insustentables. Considera que los procesos de reproducción de la vida y de or-
denamiento territorial se concretan alrededor de las inversiones, de las acciones
de los propietarios del suelo, de los sectores inmobiliarios y del sostenimiento
que el Estado presta a esas relaciones.
Imagen 2b. Procesos de reproducción social observados en el municipio
de San Isidro
14
Mecanismos de espacialización del territorio
Estas visiones representan una buena parte de lo que puede denominarse
como una aproximación crítica y alternativa a los abordajes tradicionales de
los estudios urbanos ligados a los diferentes procesos de reproducción de las
relaciones sociales en la construcción de la ciudad, donde juegan un rol esencial
cada uno de los actores, la distribución de los diversos elementos urbanísticos
y los dispositivos normativos que regulan la expansión urbana.
En este marco, se considera esencial hacer foco, analizar y problematizar en
la articulación existente entre una estructura que condiciona y a la vez permite
una reproducción social determinada. Los actores que se desenvuelven dentro
de esa estructura también intervienen activamente modificando los escenarios
en los cuales se encuentran con objetivos determinados y en gran medida di-
ferentes entre unos y otros grupos sociales.
En consecuencia, resulta indispensable realizar una lectura sobre la construc-
ción del espacio caracterizando sus procesos constitutivos (políticos, sociales,
económicos, culturales, urbanos, ambientales) y las interrelaciones principales
que en ese marco se suscitan. Dado que las miradas clásicas no observan contex-
tualmente a la ciudad y no han aportado aún elementos efectivos para solucionar
los problemas urbanos cada vez más agudos, este enfoque resulta relevante como
aproximación a una explicación sobre la estructuración reciente del territorio.
15
Caracterización de las relaciones
de reproducción
Comprender las relaciones de reproducción social en el territorio implica aden-
trarse en las lógicas estructurales que orientan la reproducción del capital. Al
respecto, se encuentra un primer hito en 1991, al entrar en vigencia un proyecto
económico nacional que instrumentó la llegada de la industria, el comercio
y la actividad financiera global. En ese proceso participaron conjuntamente
actores locales y extranjeros, que lograron modificar de modo sustancial las
articulaciones entre espacio y sociedad.
En efecto, los años noventa se caracterizaron por la sucesión de transfor-
maciones estructurales de los marcos institucionales, las relaciones sociales y
económicas, la redistribución de la propiedad y el realineamiento de los sectores
sociales (Lombardo, 1999). El proyecto habilitó –entre otras cuestiones– la
acción del mercado sin control, la libre movilidad de fondos, la privatización
de empresas prestadoras de servicios, la reducción de la administración pública
y la flexibilización del mercado de trabajo.
Este escenario condujo a un aumento creciente de la fragmentación social
y sentó los pilares de un modelo de gestión centrado en la acción del sistema
financiero internacional y el desmantelamiento del aparato productivo (Borello
et al., 2002). Los primeros años fueron sostenidos por una alta concentra-
ción económica empresarial, el cierre de fábricas, la precarización laboral, el
aumento del desempleo, el vaciamiento de la estructura sindical, el descenso
generalizado del nivel de vida de los sectores medios y bajos, el deterioro de
las prestaciones sociales y una profunda crisis del sistema previsional y de la
educación pública (Federico Sabaté, 2002).
Como resultado de la acumulación económica y de la participación dife-
rencial de la población apareció una nueva estratificación que –planteada en
los términos de Maristella Svampa– retrató a una franja reducida de ganadores,
representados por las elites planificadoras, los sectores gerenciales y profesionales
y los intermediarios estratégicos. Por otro lado, surgió un vasto y heterogéneo
17
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
conglomerado social de perdedores, entre los que se contaron amplios sectores
de la clase media tradicional, que sufrieron los efectos de una desclasificación
social: emergió un nuevo proletariado, confinado a las tareas menos calificadas
que demandaba la nueva economía de servicios (Svampa, 2001).
De esta manera, la antigua clase trabajadora estuvo cada vez más debilita-
da en sus derechos sociales debido al impacto de los cambios en la movilidad
social, la atenuación de los lazos culturales, la despolitización de la sociedad, el
declive de las formas organizativas –como sindicatos y partidos políticos–, la
inestabilidad institucional y el alto grado de concentración del ingreso en esos
grupos denominados ganadores (ibídem).
El desempleo afectó en forma diferencial a los distintos sectores sociales
pero principalmente lo hizo en aquellos puestos sin cobertura de seguridad
social (que no recibían aportes patronales ni jubilatorios). A modo de ejemplo,
cabe mencionar el considerable aumento de la tasa de desocupación, que en
la región metropolitana de Buenos Aires pasó de 6,8% en 1991 a 17,9% en
2001 (Beccaria et al., 2003).
Mientras el crecimiento de los empleos fue básicamente de puestos precarios,
el mayor avance de la desocupación se produjo en el sector con más bajo nivel
educativo (hasta secundario incompleto), que registró aumentos significativos.
En los grupos de menores recursos se acrecentó la frecuencia de trayectorias
laborales inestables, con puestos de corta duración y múltiples episodios de
desempleo en períodos breves.
Esta mayor intermitencia laboral puede asociarse al crecimiento de la des-
ocupación abierta, con mayor presencia de posiciones asalariadas no registradas
(Beccaria et al., 2003). En particular, los municipios de San Miguel, Malvinas
Argentinas, José C. Paz y San Isidro, entre 1991 y 2001, expresaban el mayor
peso de la desocupación en franjas etarias medias (población económicamente
activa entre 20 y 59 años) y una cantidad importante de hogares numerosos (de
5 personas y más) con mayor porcentaje de asalariados, con mayor proporción
de población sin aportes jubilatorios y con nivel secundario incompleto.
Las actividades por cuenta propia reflejaron la situación laboral de un
sector social ligado a la informalidad, las cuales actuaban como refugio de la
población trabajadora excluida. Hacia 1995 comenzaron a evidenciarse pro-
blemas sistémicos de una economía que había puesto su foco en la acción del
mercado. Tres años después se quebró el ciclo ascendente y avanzó un clima
de contracción generalizada.
18
Caracterización de las relaciones de reproducción
Imagen 3. Impacto de la fragmentación social en San Miguel
Esos años estuvieron signados por el desempleo y la desidia de las instituciones
y prestaciones públicas, con el consiguiente deterioro de las relaciones sociales, ex-
presiones culturales y falta de representación y participación política, lo que cons-
tituyó un modelo de construcción urbana que expresó esas carencias (imagen 3).
De esta manera –aunque no exclusiva de este período–, la ciudad llamada
“informal” creció notablemente bajo condiciones de falta de infraestructuras,
autoconstrucción, toma de tierras y urbanizaciones precarias (Tella, 2015),
situación que prefiguró un territorio específico y condicionó la reproducción
de la vida en un contexto socioeconómico particular.
Ya en 2001, con una economía nacional en cesación de pagos, las con-
diciones de reproducción se tornaron negativas: se dispararon los índices de
desocupación a niveles muy altos y se alzaron importantes conflictos sociales. A
partir de ese momento, tras la devaluación de la moneda se adoptaron políticas
para controlar el movimiento de capitales y las transacciones bancarias, entre
otras medidas que resultaron traumáticas para la población.
La crisis confluyó en un desenlace conflictivo y extremo en cuestiones
políticas, sociales, económicas y financieras, reflejadas en episodios de vio-
lencia y revueltas sociales en todo el país, lo que dejó a una gran cantidad de
manifestantes heridos y muertos. Estos hechos culminaron con la renuncia del
19
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
presidente de la Nación y el control del poder político nacional fue pasando
entre diferentes dirigentes que ocupaban la línea de sucesión establecida por
la Constitución Nacional. En 2003 se realizaron las elecciones presidenciales
y las nuevas autoridades establecieron un nuevo rumbo económico, social y
productivo. Así, gradualmente se fue avanzando hacia un nuevo escenario de
sustitución de importaciones que prometía un nuevo aliento a la producción.
A partir de allí se comenzó a observar un crecimiento en la rentabilidad de
las empresas, que empezaban a producir nuevamente para el mercado interno,
lo que conllevó a la progresiva recuperación del empleo. El sector público
mostraba cierto superávit debido a los mayores impuestos recaudados y mu-
chos de esos fondos se destinaron a estimular la economía y a mejorar salarios
y jubilaciones (Amico, 2008).
Se promovió la recuperación de los sectores marginados, que habían sido
desmantelados por las políticas anteriores (Aronskind, 2015). Pero los vientos
favorables soplaron hasta 2008, momento en el que se desató una nueva crisis
financiera global que en el medio local disparó nuevos conflictos: la retención
a las exportaciones del sector agropecuario y una fuerte puja entre los salarios
reales y los beneficios esperados por las empresas.
Procesos de reproducción en el territorio
Como hemos mencionado, en los años noventa se observó un cambio sustan-
cial en la situación laboral de la población, con una masiva desocupación, el
aumento del número de asentamientos populares y la falta de financiamiento
accesible a los trabajadores para adquirir sus viviendas o suelo barato para au-
toconstrucción. No ajena a esta situación, en el área de estudio se evidenciaron
estos procesos y, de hecho, se encontraron intensificados por el volumen de
población, actividades y desplazamientos, además del nivel de urbanización y
las características propias de la región metropolitana de Buenos Aires.
La concesión a grupos privados de la operación y el mantenimiento de las
autopistas metropolitanas formó parte sustancial de la estrategia adoptada para
la producción de suelo y de vivienda para sectores de altos ingresos. En efecto,
el mejoramiento de la red viaria troncal posibilitó el acceso rápido a amplias
áreas vacantes a lo largo de su traza, sobre las que se impulsaron numerosos
proyectos inmobiliarios (Boyer et al., 1996).
Estas circunstancias fluyeron hacia un cambio considerable en la magnitud
de las operaciones en el territorio, tanto por el tamaño de los emprendimientos
20
Caracterización de las relaciones de reproducción
como por el volumen de las inversiones. A modo de ejemplo, cabe citar el caso
de la reorganización de los circuitos constituidos entre actores para la realiza-
ción de las obras, donde empresas financieras participaron activamente en la
conformación de importantes áreas de cada municipio. Surgía entonces una
nueva relación entre el Estado local y los inversores privados para desarrollar
partes del territorio (Tella, 2007).
La localización de proyectos se realizaba en lugares escogidos por los propios
inversores, y para esto el Estado delegaba sus funciones de planeamiento aunque
ello requiriera de una modificación de la zonificación urbana originariamente
establecida: el Estado se hacía cargo de sostener el mercado del suelo, el espacio
urbano, el casco urbano consolidado y las áreas de asentamientos populares, y
el capital privado organizaba aquellos sectores del municipio donde generaba
sus propias inversiones (Lombardo, 2008).
De modo que la relación entre Estado e inversores presentó características
contrastantes a lo largo del período: en un primer momento (1991-2001) el
Estado no intervenía de manera directa en el territorio ni establecía reglas de
juego, sino que se ocupaba de garantizar el funcionamiento del sistema; y en
una segunda instancia (2003-2010), en cambio, el Estado apeló a incidir de
manera directa en la conducción de los procesos de ordenamiento (figura 1).
Estos diferentes roles, entramados y modos de relaciones sociales generaron,
respectivamente, distintos tipos de desarrollo urbano, marcados fuertemente
por el papel que jugaba el Estado en cada momento, las facilidades que en-
contraban los grandes grupos inversores y las posibilidades económicas de
los sectores medios y bajos. De esta manera se fue conformando el espacio a
través de las tensiones propias de las lógicas de reproducción predominantes
del capital financiero, por un lado, y las necesidades de reproducción social y
de los medios de subsistencia del sector más vulnerable de la población, por el
otro; lo que generó también territorios disímiles y fragmentados.
Las relaciones socioeconómicas actuales configuran un sistema específico
para dar lugar a la construcción de la ciudad, determinado por diversos factores.
El rol que allí juega la reproducción de la vida, el orden urbano, las inversiones
y los mecanismos que los actores conforman al estructurar el espacio urbano
constituyen elementos esenciales para caracterizar la dinámica de la ciudad en
la forma en la que la definimos.”
21
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Figura 1. Relaciones dominantes en el mercado inmobiliario
entre 1991 y 2001
Fuente: Lombardo (2008).
Lógicas de conformación del espacio
Los actores que participaban en la construcción del espacio urbano en este
período fueron diversos. En primer lugar, se encontraba el Estado nacional y los
grupos financieros. La principal articulación se producía mediante la privatiza-
ción y la concesión de explotación de la red de autopistas. A este mecanismo se
sumaron también, aunque en forma indirecta, las empresas de telefonía celular,
que complementaban la conexión rápida entre las áreas centrales y la periferia
(lugar donde se ubicaron los nuevos desarrollos residenciales de alta renta).
Como se señaló, los grupos financieros que impulsaban inversiones en la
zona de influencia de las trazas de las autopistas formaron parte de la concepción
y de la organización de los proyectos inmobiliarios. Estos grupos afrontaban los
costos de tales obras con capital propio, sin recurrir a financiamiento bancario.
Sus inversiones crecieron en volumen a partir de 1993 (momento de puesta en
vigencia de la concesión de autopistas), se retrajeron considerablemente en 2001
22
Caracterización de las relaciones de reproducción
y desde 2003 mostraron un crecimiento sostenido. El Estado municipal, por su
parte, alentó la realización de esos emprendimientos y, en caso de requerirlo,
gestionaba y aprobaba mediante excepción el cambio de uso del suelo estipu-
lado por la normativa urbanística para el territorio en cuestión (Tella, 2014).
Los sectores populares y los propietarios del terreno donde se localizaron
los asentamientos formaban parte del otro espectro de actores involucrados.
Ambos establecían relaciones alrededor de la regularización dominial del suelo,
la provisión de infraestructura básica y la construcción de las viviendas (Núñez
et al., 2004). Finalmente, la participación de los sectores medios en la red de
actores que construyeron el espacio se remitía solo a manifestaciones de protesta
por la recurrencia de inundaciones ocasionadas por los nuevos barrios cerrados
o por la demanda de mejores condiciones de seguridad ciudadana (imagen 4).
Imagen 4. Construcción del espacio urbano resultado de relaciones
propias de sectores populares
Efectivamente, en situaciones como inundaciones, reclamos sociales y
manifestaciones políticas, entre otras, la calle evidencia la insatisfacción social
de una ciudad que crece a distintas velocidades. En su dimensión conceptual
e instituyente como expresión colectiva de lo público, la calle ha sido siempre
23
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
el escenario por excelencia de disputas sociales, de reivindicación y de protes-
tas. Cacerolazos, escraches, piquetes, cartoneo, okupaciones y culto a tragedias
constituyen algunas de las expresiones urbanas de denuncia y reparación del
tejido social más visibles en los años recientes, que tuvieron al espacio público
como escenario de resonancia (Tella et al., 2014).
Mediante esas relaciones mayormente conflictivas, los actores sociales
fueron conformando acuerdos de reproducción que estructuraron diferentes
circuitos, como los organizados para la compra-venta de un inmueble o los que
armaban un asentamiento para negociar la propiedad del suelo o la dotación de
infraestructura. Los mecanismos detectados en este análisis y que intervenían
con mayor peso en la conformación del espacio se organizaron mediante:
• la calificación diferencial del espacio urbano (redes, servicios);
• el aumento del precio del suelo y del espacio construido;
• la diferenciación de las distintas partes de la ciudad; y
• la demarcación simbólica de las partes diferenciadas.
La calificación implicó la provisión de servicios –o la existencia de estos– en
las distintas áreas de la ciudad, lo que explica la diferenciación entre zonas y el
aumento de precios del suelo (Lombardo, 2008). En ese contexto se definen
relaciones de reproducción entre actores cuyas diferencias se expresan con
elementos urbanos conocidos por todos –tipo de materiales utilizados, equipa-
mientos disponibles–, que manifiestan las cualidades del lugar y le imprimen
un determinado valor simbólico.
Tales actores interrelacionados se insertan en el proceso de espacialización
(articulación entre espacio y sociedad) con la normativa establecida y con otros
actores (inversores, compradores, Estado). Consecuentemente, el espacio se
define con distinta calificación y precio, con zonas diferenciales y con marcas
simbólicas que determinan un estatus urbano de lugar (Tella, 2015). Se intenta
analizar, entonces, cómo accionaron en el territorio y sobre la población en el
área de estudio los mecanismos de reproducción social aquí expuestos y cuáles
son las características que fue adquiriendo el espacio construido en relación
con esos mecanismos.
24
Cualidades del municipio de San Miguel
San Miguel –al igual que José C. Paz y Malvinas Argentinas– es un municipio
que tiene su origen en 1994, tras la subdivisión del ex municipio de General
Sarmiento, del que hereda su normativa urbana y edilicia, denominada Có-
digo de Zonificación Preventiva (Ordenanza 448/79), y sus complementarias
(Ordenanzas 595/82 y 237/87). Cabe mencionar que, aunque por fuera del
período de estudio, en 2015 el municipio de San Miguel cambió su Código
de Zonificación y, por ello, derogó la Ordenanza 448/79.
El uso del suelo en San Miguel –así como en todos los municipios de la
provincia de Buenos Aires– es regulado por la Ley 8912/77 y, específicamente,
por un código urbanístico que, a partir de delimitar zonas en el territorio y
darles una denominación específica, establece las características constructivas
para cada sector e impide la localización de actividades incompatibles o perni-
ciosas para la sociedad y el ambiente local.
A partir de estas situaciones se observa un territorio fuertemente condicio-
nado por factores normativos explícitos. Los requerimientos y reglamentaciones
introducidos por las legislaciones de usos del suelo parecen suficientes para
desalentar a los especuladores inmobiliarios; sin embargo, los controles sobre
la expansión urbana chocan en gran medida con las prácticas de los promotores
y los intereses creados.
Se presenta a continuación una caracterización sintética de las condiciones
sociourbanas del municipio de San Miguel (imagen 5), a partir de la cual se
propone un análisis descriptivo, mediante mapas, de la situación observada en
los períodos estudiados, destacando lo que ocurre en las fechas correspondientes
a los años de realización de los censos nacionales (mapas 1 a 24).
25
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Mapas 1 a 24. Caracterización sociourbana de San Miguel
Densidad de población por radio censal en 1991
Densidad de población por radio censal en 2001
26
Cualidades del municipio de San Miguel
Densidad de vivienda por radio censal en 1991
Densidad de vivienda por radio censal en 2001
27
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Emprendimientos urbanos privados en 1991
Emprendimientos urbanos privados en 2001
28
Cualidades del municipio de San Miguel
Niveles de precariedad sociourbana en 1991
Niveles de precariedad sociourbana en 2001
29
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Precios del suelo urbano en 1991
Precios del suelo urbano en 2001
30
Cualidades del municipio de San Miguel
Recolección de residuos en 1991
Recolección de residuos en 2001
31
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Total de población por radio censal en 1991
Total de población por radio censal en 2001
32
Cualidades del municipio de San Miguel
Total de viviendas por radio censal en 1991
Total de viviendas por radio censal en 2001
33
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Vacíos urbanos detectados en 1991
Vacíos urbanos detectados en 2001
34
Cualidades del municipio de San Miguel
Villas y asentamientos en 1991
Villas y asentamientos en 2001
35
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Villas y asentamientos en 2010
Distritos de zonificación urbana en 1991
36
Cualidades del municipio de San Miguel
Distritos de zonificación urbana en 2001
Distritos de zonificación urbana en 2010
Fuente de los mapas 1 a 24: elaboración propia a partir de información relevada.
37
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Imagen 5. Procesos de consolidación urbana observados en San Miguel
Según la propia legislación local, la normativa busca favorecer el incremen-
to de la construcción, abordar el déficit habitacional, incrementar el empleo
y, al mismo tiempo, orientar las acciones hacia un desarrollo sustentable y
planificado. En este sentido, en 1987 –cuando todavía San Miguel era parte
del municipio de General Sarmiento– se introdujo la figura de “Vivienda
mancomunada” (Ordenanza 237/1987), que ampliaba los indicadores para las
zonas comerciales y residenciales. Luego se agregó una modificación (Decreto
1281/2000) que permitió la aplicación de la Ley 13512 de Propiedad Horizon-
tal en zonas residenciales y, posteriormente (Decreto 1670/2011), se permitió
la construcción en propiedad horizontal en parcelas que hasta entonces eran
consideradas rurales.
A pesar de los objetivos y principios planteados por la norma, desde la
perspectiva constructiva y de servicios urbanos el municipio es notoriamente
desigual, con áreas de baja calidad edilicia y ausencia de equipamientos, patrón
que se acentúa desde el centro hacia las periferias. Una situación que representa
esta diversidad de condiciones se puede observar a través de un seguimiento
del cauce del arroyo Los Berros, que atraviesa todo el distrito de oeste a este,
38
Cualidades del municipio de San Miguel
desemboca en el río Reconquista y recorre situaciones urbanas y ambientales
complejas y muy diversas: atraviesa áreas densamente urbanizadas, grandes lotes
vacíos, barrios cerrados y tramos canalizados o entubados y otros a cielo abierto,
que evidencian situaciones extremas a través de todo su cauce.
Este es solo un ejemplo de los diversos escenarios encontrados en todo el
municipio, donde el análisis de la estructura urbana, el tipo de edificación, la
infraestructura, el equipamiento, los servicios públicos, las cualidades del en-
torno, los materiales utilizados, la altura de edificación, la intensidad de usos y
el mantenimiento del espacio público permiten identificar zonas homogéneas
y zonas altamente diferenciadas y fragmentadas.
Dentro del área de estudio, en los principales ejes viales allí presentes se
manifiestan otra serie de contrastes y situaciones variadas y complejas. Sobre la
avenida Balbín se observan actividades comerciales en toda su extensión, que
se intensifican desde el cruce con la avenida Gaspar Campos hacia el norte y
con la avenida Maestro Ferreyra hacia el sur. Entre esas dos intersecciones, en la
zona residencial de media densidad se destaca la presencia de un hipermercado
en un contexto urbano de pequeños comercios minoristas y servicios de ruta,
como naves de logística, talleres, estaciones de servicio, etcétera.
La esquina de Balbín y Gaspar Campos también presenta usos variados. Allí
se encuentra una quinta y casa de retiros, con una pequeña capilla y una extensa
área verde. Sobre la avenida Gaspar Campos predominan también actividades
de comercio minorista y de servicios, como hoteles, talleres mecánicos, lavaderos
de autos, entre otras. El resto del área es predominantemente residencial, con
grandes quintas y varias urbanizaciones cerradas. Esta diversidad de situacio-
nes encontradas da cuenta de un territorio en transición, entre su condición
tradicional de área residencial de baja y media densidad hacia nuevos modos
de habitar y nuevos servicios y usos demandados por la ciudad a un espacio de
gran accesibilidad y con buena dotación de infraestructuras y servicios.
De esta manera, se observa una fuerte disputa del territorio por sectores so-
ciales con diferentes intereses y niveles socioeconómicos. El espacio se encuentra
así entre situaciones de venta, subdivisiones, cambios de usos, emprendimientos
residenciales y comerciales y sujeto a procesos especulativos y a un consiguiente
aumento notable del precio del suelo.
39
Cualidades del municipio de José C. Paz
Al igual que en el caso de San Miguel –y en el resto de la provincia de Buenos
Aires–, el uso del suelo y el ordenamiento territorial en José C. Paz está regulado
por la Ley 8912/77. Este municipio heredó también el Código de Zonificación
Preventiva del que fuera su municipio de origen. Con lo cual, suelen encon-
trarse diversas situaciones heterogéneas que no responden estrictamente a las
demandas y necesidades propias y a otras normativas específicas (imagen 6).
Una de las características principales del territorio es que en la mayor parte
de su superficie no cuenta con servicios básicos de saneamiento (redes de agua
y de cloacas), lo que ha imposibilitado las construcciones en altura con alta
densidad y, a la vez, ha favorecido la expansión de asentamientos populares,
ya sea mediante tomas o por medio de loteos de bajo costo. Por otro lado, la
construcción de la ciudad se ha extendido hacia los límites del partido, en áreas
vacantes que fueron utilizadas para la construcción de un número considerable
de viviendas de interés social.
Según las prácticas establecidas por el propio municipio para cualquier
edificación los propietarios deben realizar previamente consultas puntuales al
gobierno local a fin de determinar cómo se aplica el código a cada parcela y
con qué indicadores. Esta práctica evidencia un grado de discrecionalidad a
destacar y, además, demuestra la falta de planificación y regulación de la acti-
vidad constructiva en el territorio municipal.
De manera similar a lo realizado para San Miguel, se presenta a continua-
ción una caracterización sociourbana del municipio de José C. Paz a partir de
una serie de mapas temáticos para el período de estudio, haciendo foco en las
fechas y la información disponible en los diferentes censos (mapas 25 a 48).
41
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Mapas 25 a 48. Caracterización sociourbana del municipio de José C. Paz
Densidad de población por radio censal en 1991
Densidad de población por radio censal en 2001
42
Cualidades del municipio de José C. Paz
Densidad de viviendas por radio censal en 1991
Densidad de viviendas por radio censal en 2001
43
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Emprendimientos urbanos privados en 1991
Emprendimientos urbanos privados en 2001
44
Cualidades del municipio de José C. Paz
Niveles de precariedad sociourbana en 1991
Niveles de precariedad sociourbana en 2001
45
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Precios del suelo urbano en 1991
Precios del suelo urbano en 2001
46
Cualidades del municipio de José C. Paz
Recolección de residuos en 1991
Recolección de residuos en 2001
47
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Total de población por radio censal en 1991
Total de población por radio censal en 2001
48
Cualidades del municipio de José C. Paz
Total de viviendas por radio censal en 1991
Total de viviendas por radio censal en 2001
49
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Vacíos urbanos detectados en 1991
Vacíos urbanos detectados en 2001
50
Cualidades del municipio de José C. Paz
Villas y asentamientos en 1991
Villas y asentamientos en 2001
51
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Villas y asentamientos en 2010
Distritos de zonificación urbana en 1991
52
Cualidades del municipio de José C. Paz
Distritos de zonificación urbana en 2001
Distritos de zonificación urbana en 2010
Fuente de los mapas 25 a 48: elaboración propia a partir de información relevada.
53
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Imagen 6. Procesos de consolidación urbana en José C. Paz
Si bien el distrito ha destinado un área de reserva para ensanche urbano, se
encuentra ocupado por diversas actividades administrativas y de servicios. De
forma similar a muchos municipios de la región, José C. Paz no tiene un plan
urbano ni una normativa análoga, y sus códigos de zonificación y de edificación
resultan obsoletos y sin actualizaciones sustanciales.
En términos generales, el territorio presenta barrios de escasa densidad,
con predominancia de viviendas de planta baja y algunos edificios de hasta dos
pisos altos. En cuanto al análisis específico del área de estudio, encontramos que
hacia el noroeste la calidad de las viviendas y de los espacios públicos tiende
a bajar, con muchas calles de tierra y sin infraestructura ni servicios urbanos
básicos. Hacia el sudeste, en las cercanías del cruce de la calle Lisandro de La
Torre con la avenida H. Yrigoyen se encuentra una zona residencial consolidada,
correspondiente a sectores de niveles socioeconómicos medios y medio-altos.
A lo largo de la traza de H. Yrigoyen aparecen comercios y servicios de ruta:
talleres y servicios para el automotor, supermercados y depósitos de bebidas y
alimentos. En las inmediaciones de la estación José C. Paz del ferrocarril Gral.
San Martín la densidad comercial aumenta y es acompañada por la prolifera-
ción de oficinas, otras actividades de servicios y venta ambulante. No obstante
al aumento en la densidad edilicia y la intensidad de actividades, se observan
algunos vacíos urbanos y estructuras abandonadas en las inmediaciones del
54
Cualidades del municipio de José C. Paz
área central, además de fábricas y depósitos que impactan y contrastan fuer-
temente dentro de un tejido mayormente residencial y disperso. Con esto, el
crecimiento del área resulta desigual, y pueden observarse como una constante
la heterogeneidad y las asimetrías económicas, sociales, urbanas y ambientales.
Imagen 6b. Heterogeneidad y asimetrías en José C. Paz.
55
Cualidades del municipio de San Isidro
La región metropolitana de Buenos Aires, inserta en una red de ciudades
globales, ha dado cuenta en sus últimas décadas de una periferia que se pre-
senta como territorio en transición, como fragmento en situación de espera,
de cambio de destino. Allí la ciudad manifiesta una discontinuidad del tejido
edificado y una ocupación fragmentada. Tal es el caso del municipio de San
Isidro, donde el Código de Ordenamiento Urbano actúa articuladamente con
el Código de Edificación. Esta normativa define el ordenamiento del territorio y
delimita usos predominantes, complementarios, condicionados, no conformes,
prohibidos, zonales, puntuales, diferenciados, y no consignados o específicos
de una o más parcelas.
En el Código de Edificación se diferencian los usos, según sean residencia-
les, comerciales, industriales, de esparcimiento, de preservación patrimonial,
de recuperación, de centralidad, de reserva urbana y de urbanización especial.
También determina los basamentos de los edificios, la ocupación del suelo
(densidad neta y bruta), el volumen edificable, la altura máxima de los edificios,
el pulmón de manzana, los estacionamientos, los comercios especiales, los ser-
vicios, los ensanches de calles, la cota de los predios y la zonificación asociada
al Código de Edificación.
Debido a su ubicación dentro de su entorno metropolitano y, con ello, a su
densificación y consolidación temprana, la realidad de San Isidro se diferencia
notablemente de la de los municipios anteriormente analizados (imagen 7). La
construcción de la ciudad en este distrito responde a otras lógicas, estructuras
y relaciones, así como también contiene otro tipo de actividades y usos. En un
intento por caracterizar esas condiciones diferenciales, se presenta a continua-
ción una caracterización sociourbana del municipio para el período de estudio
que responde a los datos disponibles en los censos nacionales (mapas 49 a 67).
57
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Mapas 49 a 67. Caracterización sociourbana del municipio de San Isidro
Densidad de población por radio censal en 1991
Densidad de población por radio censal en 2001
58
Cualidades del municipio de San Isidro
Densidad de viviendas por radio censal en 1991
Densidad de viviendas por radio censal en 2001
59
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Emprendimientos urbanos privados en 1991
Emprendimientos urbanos privados en 2010
60
Cualidades del municipio de San Isidro
Recolección de residuos en 2010
Red vial y ferroviaria en 1991, 2001 y 2010
61
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Total de población por radio censal en 1991
Total de población por radio censal en 2001
62
Cualidades del municipio de San Isidro
Total de viviendas por radio censal en 1991
Total de viviendas por radio censal en 2001
63
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Vacíos urbanos detectados en 1991
Vacíos urbanos detectados en 2001
64
Cualidades del municipio de San Isidro
Villas y asentamientos en 1991
Villas y asentamientos en 2001
65
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Villas y asentamientos en 2010
Distritos de zonificación urbana en 2010
Fuente de los mapas 49 a 67: elaboración propia a partir de información relevada.
66
Cualidades del municipio de San Isidro
Los lineamientos del Código de Edificación de San Isidro generaron los
primeros intentos de regulación del uso del suelo –Ordenanza 3805/61, re-
glamentada por el Decreto 270/1969–, lo que fijó antecedentes para la futura
elaboración de un plan regulador que tienda a modernizar y adecuar la normativa
en un texto único en forma de código.
Una característica diferencial del distrito se encuentra dada por sus cuali-
dades topográficas: una de sus dos zonas es llamada “El Bajo” y –en contrapo-
sición– la otra es conocida como “El Alto”. Esto se debe a que se trata de un
territorio ribereño, cuyo borde está definido por un barranco de fuerte pendiente
que desemboca en el Río de la Plata.
Debido a sus condiciones paisajísticas y ambientales, en “El Bajo” se
observan usos residenciales de elevado valor económico y extensas superficies
de parcelas, con barrios cerrados, espacios de uso público de calidad y zonas
reservadas a actividades náuticas (guarderías, puerto, amarras). En el sector
próximo a la ribera (hacia el este, entre las vías del ferrocarril Mitre y el río)
aparece una zonificación especial para “Barrio privado”.
En “El Alto”, en cambio, el uso se complejiza, con predominio de acti-
vidades residenciales y comercios de apoyo. Cerca del 80% de su superficie
presenta estas características, mientras que el área comercial por excelencia se
ha extendido sobre las avenidas Centenario y Rolón. Otras arterias también se
despliegan como corredores comerciales lineales. Así sucede, por ejemplo, con
las calles Juan B. Justo, Tomkinson, Don Bosco y Alsina, entre otras.
Se han desarrollado actividades comerciales en el área de centralidad que
se conforma en las cercanías de la estación del ferrocarril y del área ribereña,
la cual se encuentra dominada por la presencia de bares y de restaurantes.
Además, debido a la geografía del lugar el área congrega actividades deportivas
y recreativas, mientras que los usos industriales quedan entremezclados con la
trama urbana.
Esta zona tiene una importante mixtura y se caracteriza por las heterogé-
neas actividades permitidas, entre las que prevalecen aquellas vinculadas a la
vivienda. En el este se destaca una zona náutica y de acceso al río que, junto
con algunos barrios cerrados, termina de conformar un escenario urbano típico.
Allí se localiza el Tren de la Costa, cuya traza divide –al pie de la barranca– el
área de clubes de la zona residencial tradicional de alta renta.
Hacia el oeste puede observarse el desarrollo residencial exclusivo, y en el
sur se encuentran grandes galpones y algunos conjuntos de vivienda social. Las
actividades comerciales y las construcciones en altura se concentran entre las
avenidas Del Libertador y Centenario.
67
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
En este escenario se puede constatar que la Ley 8912/1977 frenó relativa-
mente los loteos masivos sin infraestructuras, pero, a su vez, dejó a una gran
cantidad de población destinada a adquirir sus viviendas en el mercado infor-
mal, en asentamientos y villas, ya que el tendido de infraestructura urbana no
era parte de las políticas públicas y los particulares no podían costearse un lote
provisto con esos servicios.
Las tipologías constructivas, los usos y actividades, las relaciones sociales y
las inversiones presentes en cada territorio responden a una gran diversidad de
factores, entre los cuales encontramos desde la topografía –tal es el caso arriba
mencionado– hasta los períodos de urbanización históricos, pasando por la
normativa urbanística, la disponibilidad de espacio, la presencia de infraestruc-
tura y la cercanía a vías de comunicación. A partir de estas caracterizaciones,
entonces, proponemos examinar los efectos de una calificación diferencial del
territorio en los municipios estudiados.
Imagen 7. Procesos de consolidación urbana en San Isidro
68
Efectos de una calificación diferencial
del territorio
Los niveles de precariedad sociourbana identificados en los casos estudiados
evidencian procesos de espacialización definidos por la calificación diferencial
de un territorio. Tales espacios se valorizan a partir de los marcos normativos
que establecen criterios para la dotación de infraestructuras, equipamientos y
servicios, y, consecuentemente, para la interacción entre actores sociales que
disputan el acceso al suelo.
De este modo aparece, entonces, una diferenciación espacial de las distintas
partes de la ciudad y una demarcación simbólica de esas partes diferenciadas.
Este complejo escenario tiene como protagonista desde 1977 en toda la pro-
vincia de Buenos Aires a una ley de ordenamiento del territorio, la Ley 8912,
que determinó en sus fundamentos la creación, ampliación y reestructuración
de núcleos urbanos, el uso y la subdivisión de la tierra.
Al mismo tiempo, delegó en los municipios la formulación de planes y
códigos para sus propios distritos. En el caso de aquellos que hoy conforman
el ex General Sarmiento –San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas–, la
sanción de un código de zonificación se basó oportunamente en la aplicación
de un zoning tradicional, heredero de los mismos paradigmas urbanísticos del
Modernismo en los que se fundó esta ley provincial de referencia.
Con estos criterios se buscó impedir la expansión de núcleos urbanos sin
servicios mínimos, con fraccionamientos que no resultan justificados al no
responder a una concreta demanda de espacios edificables y que tienen fines
esencialmente especulativos. Se apuntó a controlar una aglomeración urbana
que ha generado desorden y desequilibrio humano y económico.
Esta ley también sostiene que “igualmente imperiosa resulta la preserva-
ción del uso productivo de la tierra rural, regulando la transformación de esta
en parcelas de uso urbano y evitando la clara tendencia exteriorizada por una
constante disminución de las tierras destinadas a la explotación agropecuaria”.
Sin embargo, en estos distritos se constata que las tierras rurales o “periurbanas”
69
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
han sido avasalladas desde entonces por el avance de los clubes de campo y de
las urbanizaciones cerradas, tipologías urbanas que resultan más rentables que
la propia actividad rural que la normativa buscó proteger (imágenes 8 a 10).
Imagen 8. Escenario urbano del área de estudio de San Miguel
Imagen 9. Escenario urbano del área de estudio de José C. Paz
70
Efectos de una calificación diferencial del territorio
Imagen 10. Escenario urbano del área de estudio de San Isidro
Los tipos de ocupación identificados
La citada ley provincial de uso del suelo establece criterios para la utilización de
las parcelas urbanas aún no edificadas, delimita las funciones de los municipios
en materia de regulación de la intensidad y la ocupación del suelo y dispone
la suspensión del fraccionamiento de parcelas rurales, subrurales y suburbanas
que originen parcelas urbanas.
Asimismo, deposita en cada uno de los municipios la obligación de definir y
clasificar sus partes en zonas urbanas, complementarias, rurales, residenciales, indus-
triales, de esparcimiento y de reserva para ensanche, así como también identificar
los espacios circulatorios necesarios para el desarrollo de las distintas actividades.
Con respecto al proceso de ocupación del territorio, este marco regulato-
rio plantea que para la creación de un núcleo urbano, el Estado municipal o
provincial puede proceder a expropiar tierra privada por motivos de utilidad
pública. Con lo cual, dota al espacio urbano y al rural de una función social
que se encuentra por encima de la propiedad privada o, mejor dicho, que es
un atributo de la propiedad privada que, si bien es respetada como tal, debe
estar subordinada a la función social, lo que permite mayores capacidades para
la gestión urbana estratégica.
71
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
En términos generales, también regula las características mínimas del zoning
a ser desarrollado por los municipios y establece la densidad de ocupación, la
dotación de servicios para la ciudad y los indicadores urbanísticos (Factor de
Ocupación del Suelo –fos– y Factor de Ocupación Total –fot–) para una parcela.
Con respecto a la subdivisión del suelo, especifica las dimensiones mínimas
de la manzana (50 metros) y de las vías de circulación especial (150 metros).
Señala asimismo que ninguna parcela nueva puede tener un ancho menor a
12 metros y una superficie inferior a 300 metros cuadrados, dependiendo de
la infraestructura sanitaria de la zona. Finalmente, determina los estándares
mínimos para los clubes de campo y las cesiones de tierra en función de la den-
sidad de población, con el objetivo de crear más espacios verdes por habitante.
La normativa delega en cada municipio el planeamiento físico mediante
planes de ordenamiento integrales, de modo de promover la articulación entre
los tres niveles de Estado (nacional, provincial y municipal), especialmente en
materia de movilidad y transporte. Modificaciones a la ley (en 1989) le otorgaron
además atribuciones a los gobiernos locales para someter el interés privado al
bien común en aquellas propiedades urbanas subutilizadas (imágenes 11 a 13).
Imagen 11. Cualidades del área de estudio de San Miguel
72
Efectos de una calificación diferencial del territorio
Imagen 12. Cualidades del área de estudio de José C. Paz
Imagen 13. Cualidades del área de estudio de San Isidro
73
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Acerca del parcelamiento especulativo
A partir de este escenario regulatorio, todos los municipios de la provincia
de Buenos Aires sancionaron oportunamente un código de zonificación, los
cuales, en muchos casos, fueron acompañados por el desarrollo de planes de
ordenamiento urbano. De modo que esta ley cumplió un papel central en la
homogeneización de las herramientas de gestión territorial, con indicadores mí-
nimos de zonificación, construcción y habitabilidad. Sin embargo, adecuaciones
posteriores (en 1983) indicaron que –por iniciativa municipal o provincial– sería
posible autorizar proyectos referidos a situaciones particularizadas cuando no
satisficieran algunos recaudos o indicadores establecidos en esta disposición.
Es decir, se les otorgó a los gobiernos locales poder de acción absoluto para el
desarrollo de temas específicos.
Por otro lado, subraya que todo parcelamiento aprobado con anterioridad
y que carezca de servicios de agua corriente o cloaca debe quedar sujeto a las
restricciones para el uso e, incluso, implica la prohibición de edificar hasta
tanto no se desarrollen las infraestructuras correspondientes. Entre sus funda-
mentos, define la ampliación y la reestructuración de núcleos urbanos con la
voluntad de generar espacios verdes, áreas urbanas e industriales, con servicios
y equipamientos acordes a la intensidad de la ocupación. Y las excepciones a
la ley (en 1983) le otorgaron atribuciones extremas a los poderes ejecutivos
(municipal y provincial).
¿Cómo entender la ciudad, entonces, cuando el Estado a través de sus ac-
ciones no consigue garantizar un funcionamiento adecuado de ella en relación
con las necesidades diversas de sus habitantes? En el contexto problemático que
motivó la sanción de esta ley se encuentran innumerables parcelamientos que
no respondían a una demanda real sino a iniciativas meramente especulativas
sobre suelo rural carente de servicios urbanos mínimos. A partir de ello, para
nuevas subdivisiones y la creación de nuevos núcleos urbanos se determinaron
ciertas previsiones de cesión de espacio público para calles, plazas, infraestruc-
turas y equipamientos urbanos.
Si bien, como efecto directo de la aplicación de esta ley, se logró detener el
parcelamiento indiscriminado –que la ley denomina “especulativo”–, esta no
ofrece respuestas al incremento de los precios del suelo, elimina la demanda
efectiva, ignora la presencia de asentamientos populares y villas y no se refiere al
régimen de propiedad de esos territorios ni al proceso creciente de contaminación
del suelo y de las cuencas, ni tampoco, finalmente, a criterios para la preservación
y el manejo agropecuario de las tierras productivas (imágenes 14 a 16).
74
Efectos de una calificación diferencial del territorio
Imagen 14. Estado de la calzada del área de estudio de San Miguel
Imagen 15. Estado de la calzada del área de estudio de José C. Paz
75
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Imagen 16. Estado de la calzada del área de estudio de San Isidro
Hacia un sinceramiento normativo
Caracterizada como una norma mayormente técnica, teórica y restrictiva, la Ley
8.912 de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo de la Provincia de Buenos
Aires ha sido desde 1977 el instrumento que reguló la construcción y expansión
de la ciudad en dicha provincia. Debido a sus especificidades y al contexto
temporal, socioeconómico y político en el cual se sancionó, aunque logró evitar
la proliferación descontrolada de loteos sin infraestructuras, la urbanización,
como consecuencia de su aplicación, no ha resultado en una ciudad ordenada,
accesible, equitativa y respetuosa con el medio ambiente, lo que contradice sus
propios objetivos de sustentabilidad ambiental, lucha contra la especulación,
participación ciudadana, accesibilidad a vivienda e infraestructura urbana.
Al momento de aprobación de la Ley 8.912, la mayor parte del territorio
de los municipios aquí estudiados ya estaba parcelado, por lo que se puede
observar que en la mayoría de las ocasiones las parcelas poseen 8,66 o 10
metros de ancho, en lugar de los 12 señalados por la Ley como mínimo para
la subdivisión de lotes. Así, las nuevas áreas urbanizadas generalmente fueron
subdivididas por propiedad horizontal, lo que dio lugar a edificios en altura, a
76
Efectos de una calificación diferencial del territorio
urbanizaciones cerradas o a complejos de vivienda colectiva que conviven en sus
periferias sin consolidar con numerosos asentamientos populares, construidos
y habitados por familias y movimientos sociales que no conseguían alcanzar
los costos que significaba comprar lotes individuales en el mercado formal,
con todos los servicios urbanos e infraestructuras, como lo establecía la norma.
Es importante mencionar que –aunque por fuera del período de estudio– a
fines de 2012 se sancionó la Ley Provincial 14.449 de Acceso Justo al Hábitat,
que, de alguna manera, vino a complementar y saldar las deudas de la Ley 8.912
en los términos planteados de equidad y reconocimiento de la ciudad auto-
construida, incluyendo diversos instrumentos de diagnóstico y apoyo al hábitat
social, y reconociendo y fomentando el accionar de los diversos actores sociales.
De los municipios observados en el período de estudio se observa que José
C. Paz no ha formulado nuevas normas ni actualizado su código urbanístico
respecto al heredado por el antiguo municipio de origen. Por su parte, San
Miguel solo ha desarrollado una serie de ordenanzas modificatorias que, entre
otras cuestiones, permiten la edificación con mayor altura en zonas en las que
antes no estaba permitido, mientras que San Isidro propuso algunos planes
de desarrollo urbano particulares, además de los códigos de zonificación y de
edificación.
A partir de los casos estudiados, queda de manifiesto cómo el marco norma-
tivo que define las reglas urbanísticas en estos distritos se olvida de mencionar y
legislar algunas cuestiones centrales propias del territorio, como por ejemplo la
noción de responsabilidad de los propietarios sobre una función social del suelo
y la participación de la sociedad en los procesos de valorización que generan
la normativa y el accionar públicos a partir de iniciativas como la dotación de
infraestructuras (Petrelli, 2014).
En términos de accesibilidad y equidad, la ley no hace referencia a las
personas como actores activos en la construcción de la ciudad y a sus necesi-
dades de hábitat, así como tampoco a sus posibilidades reales de acceder a la
vivienda a través de diferentes operatorias, como alquiler, compra o cesión. A
pesar de que se establecen competencias específicas para los diferentes niveles
del Estado y dentro de estos se plantean diferentes roles para las diversas áreas
provinciales y locales con incumbencias en los temas urbanos, se puede decir
que se trataría de una normativa sin actores, debido a que las organizaciones
sociales que históricamente han tenido un fuerte accionar en el territorio no
tienen lugar alguno.
Por otro lado, se les da gran importancia y tratamiento a los medios de
transporte y a las vialidades dentro de la ciudad, dado que ellos garantizan la
77
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
circulación del capital y su reproducción. No obstante declamaciones acerca
de la importancia del paisaje y del espacio público, no se refiere especialmente
a zonas para urbanizaciones y viviendas de interés social, ni tampoco a los pro-
cesos de reproducción propios de las clases populares. Esta ciudad tiene como
base de reproducción las inversiones privadas, sostenidas por el Estado, y a los
propietarios del suelo, las empresas constructoras y los sectores financieros e
inmobiliarios, como ejecutores directos.
En este sentido, los casos estudiados responden –en diferente grado cada
uno– a los parámetros que la Ley 8.912 ha establecido para la construcción
de la ciudad bonaerense, pero sobre todo a los resultados no deseados de su
aplicación. Así, se pone en evidencia la necesidad de tender hacia un “since-
ramiento normativo”, es decir, generar un marco legal que, entre otras cosas,
responda y reconozca las situaciones actuales, que afronte la fragmentación social
y urbana creciente, que incorpore la informalidad a la dinámica regulatoria y
que reconsidere los indicadores de edificabilidad en aquellas áreas dotadas de
infraestructuras y equipamientos en favor de mayores criterios de equidad,
inclusión y equilibrio territorial (imágenes 17 a 19).
Imagen 17. Consistencia urbana del área de estudio de San Miguel
78
Efectos de una calificación diferencial del territorio
Imagen 18. Consistencia urbana del área de estudio de José C. Paz
Imagen 19. Consistencia urbana del área de estudio de San Isidro
79
Precariedad sociourbana de los diferentes
municipios
La ciudad se valoriza por la interacción entre actores sociales que disputan el
acceso al suelo y por las acciones emprendidas por los gobiernos locales, así
como también por los marcos regulatorios que orientaron el crecimiento de sus
espacios constitutivos. Desde esa lógica, el análisis de la precariedad sociourbana
se presenta como mecanismo para interpretar los procesos de espacialización
de una calificación diferencial del territorio.
La aplicación de esta variable permite comprender la situación de fragilidad
territorial y de vulnerabilidad social de un sector determinado en el marco del
proceso de construcción de la ciudad. La importancia de su determinación radica
en cuali/cuantificar la diferenciación espacial establecida y las tensiones entre
ellas. Se expresa mediante un índice de precariedad sociourbana y es producto
del procesamiento estadístico de distintas variables emergentes de los censos
nacionales de población y vivienda.
A los fines operativos, aunado a los tres casos considerados, se incorporó
en este análisis el municipio de Malvinas Argentinas, como parte constitutiva
del ex General Sarmiento. Si bien se trabajaron datos de los censos de 1991,
2001 y 2010, la información disponible en cada caso es disímil, por lo que
para algunos abordajes y tipos de análisis se cuenta con información de algunos
partidos que en otros casos no está disponible o no ha sido posible acceder
a ella. En todos los casos, el menor nivel de desagregación de la información
disponible ha sido el radio censal.
Escenario sociourbano en 1991
Para comenzar a describir y analizar la situación en cada municipio, se presenta
a continuación una síntesis del nivel educativo alcanzado por la población, el
régimen de tenencia de la vivienda y del terreno, y el tipo de vivienda y sus
81
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
servicios de infraestructura, así como también la interpretación sobre las cuali-
dades sociourbanas de los diferentes municipios estudiados, para 1991 (tablas
1 a 4 y mapas 68 a 84).
Tabla 1. Variables relativas a los niveles educativos de la población en
1991 por municipio
Nivel Nivel
Jardín de Nivel Nivel
primario terciario
infantes / secundario universitario
completo completo
Municipio Total de / Total de / Total de
/ Total de / Total de
población población población
población población
(+3) (+3) (+3)
(+3) (+3)
José C. Paz 3,51 72,04 20,99 2,04 1,34
Malvinas Argentinas 3,57 67,90 24,16 2,24 2,03
San Isidro 4,03 42,62 33,62 6,95 12,68
San Miguel 3,90 59,59 27,87 4,18 4,38
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 1991.
Tabla 2. Variables relativas al régimen de tenencia de la vivienda y del
terreno en 1991 por municipio
Propietarios
Propietarios Inquilinos de Otros tipos
de la vivienda
solo de la la vivienda de tenencia
Municipio y del terreno
vivienda / Total / Total de / Total de
/ Total de
de hogares hogares hogares
hogares
José C. Paz 68,26 5,59 6,85 19,30
Malvinas Argentinas 67,56 5,63 6,84 19,98
San Isidro 68,78 6,22 11,74 13,26
San Miguel 66,37 7,48 9,27 16,88
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 1991.
82
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Tabla 3. Variables relativas al tipo de vivienda en 1991 por municipio
Casa “Tipo A” y Casa “Tipo rancho” Casa “Tipo
Municipio departamento / Total o “Casilla” / Total de B” / Total de
de viviendas viviendas viviendas
José C. Paz 51,04 13,92 32,57
Malvinas Argentinas 58,42 13,28 25,46
San Isidro 90,46 4,59 3,08
San Miguel 67,13 11,10 19,62
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 1991.
Tabla 4. Variables relativas a los servicios de infraestructura en 1991 por
municipio
Dotación de cloacas / Total Agua corriente / Total de
Municipio
de hogares hogares
José C. Paz 0,92 1,93
Malvinas Argentinas 1,13 2,07
San Isidro 37,89 87,25
San Miguel 19,72 23,20
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 1991.
Constituida la autosuburbanización popular por parte de los trabajadores
industriales, se consolidó la expresión de una periferia expandida y fuertemente
segregada. Mientras el centro se densificaba y diversificaba, la periferia se ex-
presaba por medio de la reproducción de loteos económicos como única forma
de acceso a suelo para autoconstrucción. Se trató de una etapa de conquistas
populares continuas en busca de condiciones mínimas de habitabilidad.
83
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Mapas 68 a 84. Cualidades sociourbanas de los municipios en 1991
Población que asistió a jardín de infantes
Población con educación primaria completa
84
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Población con educación primaria incompleta
Población con educación secundaria completa
85
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Población con educación secundaria incompleta
Población con educación terciaria completa
86
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Población con educacion terciaria incompleta
Población con educación universitaria completa
87
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Población con educación universitaria incompleta
Propietarios de la vivienda y el terreno
88
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Propietarios solo de la vivienda
Inquilinos sobre total de hogares
89
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Porcentaje de casas “Tipo A”
Porcentaje de casas “Tipo B”
90
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Porcentaje de casas “Tipo rancho”
Viviendas servidas con agua de red
91
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Viviendas con servicio de red cloacal
Fuente de los mapas 68 a 84: elaboración propia a partir de datos del Censo de 1991.
Escenario sociourbano en 2001
Como se ha realizado para 1991, a continuación se presenta una síntesis de la
situación ocupacional y de seguridad social de la población, el nivel educativo
alcanzado, el régimen de tenencia de la vivienda y del terreno, y el tipo de
vivienda y sus servicios de infraestructura, así como también la interpretación
sobre las cualidades sociourbanas de los diferentes municipios, en 2001 (tablas
5 a 9 y mapas 85 a 106).
Dadas las particulares modalidades de presentación de la información esta-
dística, para determinar el nivel de ocupación se debió realizar el agrupamiento
de variables censales: 1) Solo trabaja; 2) Trabaja/Estudia; 3) Trabaja/Es jubilado;
y 4) Trabaja/Estudia/Es jubilado. Para identificar el grado de desocupación se
hizo lo propio con: 1) Solo busca trabajo; 2) Busca trabajo/Estudia; 3) Busca
trabajo/Es jubilado; y 4) Busca trabajo/Estudia/Es jubilado. Y para definir la
población económicamente activa, se agrupó la población de 15 a 64 años,
obtenida de la tabla por grupos quinquenales del mismo censo.
92
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Tabla 5. Variables relativas a la situación ocupacional y de seguridad
social en 2001 por municipio
Ocupación
Jubilación o pensión /
/ Población Posee obra social /
Municipio Población de 65 años
Económicamente Total de población
y más
Activa
José C. Paz 35,1 36,8 57,5
Malvinas Argentinas 41,2 41,6 59,9
San Isidro 56,2 68,0 74,7
San Miguel 43,1 48,7 51,3
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001.
Tabla 6. Variables relativas al nivel educativo de la población en 2001
por municipio
Nunca Jardín de Nivel Nivel Nivel Nivel
asistió / infantes / primario secundario terciario universitario
Municipio Total de Total de / Total de / Total de / Total de / Total de
población población población población población población
(+3) (+3) (+3) (+3) (+3) (+3)
José C. Paz 7,1 4,0 55,0 27,9 3,2 2,7
Malvinas
6,4 4,1 51,9 30,6 3,2 3,8
Argentinas
San Isidro 2,2 4,0 31,6 33,7 9,0 19,6
San Miguel 4,8 4,4 46,4 31,7 5,5 7,1
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001.
93
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Tabla 7. Variables relativas al régimen de tenencia de la vivienda y del
terreno en 2001 por municipio
Propietarios
Propietarios de Inquilinos de Otros tipos
solo de la
la vivienda y del la vivienda de tenencia
Municipio vivienda
terreno / Total / Total de / Total de
/ Total de
de hogares hogares hogares
hogares
José C. Paz 74,3 6,6 5,1 14,0
Malvinas Argentinas 72,8 6,2 6,6 14,4
San Isidro 75,2 4,2 12,1 8,6
San Miguel 73,9 6,2 7,8 12,1
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001.
Tabla 8. Variables relativas al tipo de vivienda en 2001 por municipio
Casa “Tipo A” y Casa “Tipo rancho” Casa “Tipo
Municipio departamento / Total o “Casilla” / Total de B” / Total de
de viviendas viviendas viviendas
José C. Paz 56,1 10,2 33,1
Malvinas Argentinas 65,1 8,6 25,6
San Isidro 94,0 3,3 2,1
San Miguel 72,7 5,9 20,9
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001.
Cabe destacar que fue utilizada información disponible en los censos nacio-
nales de población y vivienda (indec 1991; 2001; 2010) referida a ocupación
laboral, nivel de educación, cobertura de salud, jubilación y pensión, tenencia
de la vivienda, cualidades del terreno y acceso a servicios (electricidad, agua, gas,
cloacas). Se complementó con relevamientos in situ y entrevistas focalizadas.
94
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Tabla 9. Variables relativas a los servicios de infraestructura en 2001 por
municipio
Red de
Dotación de cloacas Agua corriente /
Municipio electricidad /
/ Total de hogares Total de hogares
Total de hogares
José C. Paz 1,1 8,6 96,1
Malvinas Argentinas 1,2 3,5 96,3
San Isidro 67,4 98,1 97,0
San Miguel 30,4 27,9 97,3
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001.
Mapas 85 a 106. Cualidades sociourbanas de los diferentes municipios
en 2001
Población ocupada sobre población activa
95
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Porcentaje de jubilados con 65 años y más
Población que cuenta con cobertura social
96
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Población que nunca asistió a la escuela
Población que asistió a jardín de infantes
97
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Población con enseñanza primaria completa
Población con enseñanza primaria incompleta
98
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Población con enseñanza secundaria completa
Población con enseñanza secundaria incompleta
99
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Población con enseñanza terciaria completa
Población con enseñanza terciaria incompleta
100
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Población con enseñanza universitaria completa
Población con enseñanza universitaria incompleta
101
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Propietarios solo de la vivienda
Propietarios de la vivienda y del terreno
102
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Inquilinos sobre total de hogares
Porcentaje de casas “Tipo A”
103
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Porcentaje de casas “Tipo B”
Porcentaje de casas “Tipo rancho”
104
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Viviendas servidas con agua de red
Vivienda con servicio de red cloacal
105
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Red eléctrica sobre total de viviendas
Fuente de los mapas 85 a 106: elaboración propia a partir de datos del Censo de 2001.
Escenario sociourbano en 2010
Continuando con el análisis de los datos censales para los años estudiados, se
presenta una síntesis de la situación ocupacional de la población, el nivel educa-
tivo alcanzado, el régimen de tenencia de la vivienda y del terreno, y el tipo de
vivienda y sus servicios de infraestructura, así como también la interpretación
sobre las cualidades sociourbanas de los diferentes municipios considerados,
en 2010 (tablas 10 a 14 y mapas 107 a 123).
Tabla 10. Situación ocupacional de la población en 2010 por municipio
Municipio Ocupación / Población Económicamente Activa
José C. Paz 72,0
Malvinas Argentinas 73,9
San Isidro 82,2
San Miguel 76,1
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010.
106
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Tabla 11. Variables relativas al nivel educativo de la población
en los diferentes municipios en 2010
Nivel secundario / Total
Total de población (+3)
Total de población (+3)
Nivel posuniversitario /
Nivel polimodal / Total
universitario/ Total de
Nivel primario / Total
Nivel universitario /
Nivel egb / Total de
de población (+3)
de población (+3)
de población (+3)
población (+3)
población (+3)
Superior no
Municipio
José C. Paz 46,6 4,3 28,9 5,8 3,8 3,8 0,1
Malvinas
43,3 3,8 31,3 6,0 3,9 5,2 0,2
Argentinas
San Isidro 25,3 1,9 31,1 3,7 9,5 22,1 1,9
San Miguel 37,5 3,6 31,2 5,5 6,5 9,4 0,5
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010.
Tabla 12. Variables relativas al régimen de tenencia de la vivienda
y del terreno en 2010
Propietarios
Propietarios de Inquilinos de Otros tipos
solo de la
la vivienda y del la vivienda de tenencia
Municipio vivienda
terreno / Total / Total de / Total de
/ Total de
de hogares hogares hogares
hogares
José C. Paz 72,1 4,9 9,2 13,9
Malvinas
70,7 5,7 11,4 12,2
Argentinas
San Isidro 70,8 3,8 17,8 7,6
San Miguel 70,3 5,0 14,7 10,0
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010.
107
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Tabla 13. Variables relativas al tipo de vivienda en 2010
Casa “Tipo A” y
Casa “Tipo rancho” o “Casilla”
Municipio departamento / Total de
/ Total de viviendas
viviendas
José C. Paz 94,9 4,5
Malvinas Argentinas 94,7 4,5
San Isidro 98,6 1,0
San Miguel 96,6 2,8
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010.
Tabla 14. Variables relativas a los servicios de infraestructura en 2010
Dotación de cloacas / Total de Agua corriente / Total de
Municipio
hogares hogares
José C. Paz 6,1 17,3
Malvinas Argentinas 2,1 10,8
San Isidro 81,7 98,7
San Miguel 34,7 42,3
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010.
Se observa cómo la periferia –signada por la tendencia a la expansión de
villas y asentamientos precarios– comienza a sufrir un nuevo proceso de subur-
banización: los sectores de mayores ingresos inician un avance sobre zonas cada
vez más externas, vinculadas al centro por carreteras, y les disputan el territorio a
las clases trabajadoras, habitantes tradicionales de esa periferia en construcción.
108
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Mapas 107 a 123. Cualidades sociourbanas de los municipios en 2010
Población ocupada sobre población activa
Población con enseñanza primaria completa
109
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Población con enseñanza primaria incompleta
Población con enseñanza secundaria completa
110
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Población con enseñanza secundaria incompleta
Población con enseñanza terciaria completa
111
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Población con enseñanza terciaria incompleta
Población con enseñanza universitaria completa
112
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Población con enseñanza universitaria incompleta
Propietarios solo de la vivienda
113
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Propietarios de la vivienda y del terreno
Inquilinos sobre total de hogares
114
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Porcentaje de casas “Tipo A”
Porcentaje de casas “Tipo B”
115
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Porcentaje de casas “Tipo rancho”
Viviendas servidas con agua de red
116
Precariedad sociourbana de los diferentes municipios
Viviendas con servicio de red cloacal
Fuente de los mapas 107 a 123: elaboración propia a partir de datos del Censo de 2010.
Procesos de precarización del territorio
El tratamiento de la información censal recogida permite dar cuenta de los
procesos estructurales de precarización del territorio. En términos de incremento
poblacional, por ejemplo, los mayores porcentajes corresponden a José C. Paz,
que en las dos décadas estudiadas creció un 40,9%, mientras que San Miguel
lo hizo en un 32,1%, y San Isidro decreció un 2,4%. Respecto a la ocupación
laboral, los índices de ocupación son relevantes en 2001: 35,9% en José C. Paz,
45,4% en San Miguel y 60,8% en San Isidro. Sin embargo, crecieron en 2010
notoriamente: 72%, 76,1% y 82,2% respectivamente.
El tipo de cobertura de salud también representó en 2001 elevados por-
centuales de personas sin obra social: 63,2% en José C. Paz, 51,3% en San
Miguel y 32% en San Isidro. En el mismo período, la mitad de la población de
65 años y más de San Miguel y de José C. Paz no recibía jubilación o pensión,
mientras que en San Isidro solo contaba con ella una cuarta parte. El acceso a
la educación se mantuvo relativamente estable. Disminuyó el acceso al nivel
primario pero aumentó el del secundario y el del terciario. Y en 2001 apareció
117
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
población que nunca recibió educación escolar: 7% en José C. Paz, 4,8% en
San Miguel y 2,2% en San Isidro.
La presencia de hogares propietarios de la vivienda y del terreno aumentó
entre 1991 y 2001, pero decreció entre 2001 y 2010. En la primera década, la
cantidad de hogares que alquilaban se redujo en José C. Paz y en San Miguel,
y se incrementó levemente en San Isidro. En la segunda década, los porcentajes
muestran un aumento en los tres distritos. Las casas “Tipo B” –aquellas que
no tienen provisión de agua por cañería dentro de la vivienda, no disponen de
retrete con descarga de agua o tienen piso de tierra u otro material precario– se
mantuvieron estables, y paralelamente aumentó el porcentaje de casas “Tipo A”.
Otra de las características a destacar es la relativa a los asentamientos popula-
res, que en José C. Paz, en ambos períodos intercensales, muestran un importante
crecimiento de su superficie, mientras que no variaron en San Miguel y en San
Isidro. Esto puede asociarse al alza de los porcentajes de casas “Tipo B” y de
hogares propietarios solo de la vivienda. Esta tendencia también se manifiesta
en las casas “Tipo rancho” o “Casilla”, categoría censal que se refiere a aquellas
viviendas precarias, generalmente construidas con materiales de baja calidad:
las primeras en áreas rurales y las segundas en áreas urbanas.
Un escenario semejante expresa el espacio construido en relación con la
dotación de infraestructura y su acceso por parte de la población, con escasa
expansión de la red, en unos casos, y bajos niveles de cobertura, en otros. Se
observa, en términos cualitativos, la precariedad sociourbana, con deterioro
de las condiciones de vida, con dicultades para acceder a coberturas sociales
de salud, a la jubilación o a la pensión, con descenso de las cualidades de la
vivienda y del terreno.
El punto en cuestión es la emergencia de una ciudad en la cual la construc-
ción de los lugares en los que se desarrolla la vida fue armándose alrededor de
las oportunidades de mercado que se les presentaban a los inversores, sectores
inmobiliarios, propietarios del suelo, etcétera; lo cual significa que la distribu-
ción de la vida en el espacio se produce de acuerdo con intereses, beneficios y
oportunidades de esos sectores.
Estas variables se muestran en un índice denominado de “precariedad
sociourbana”, que fue elaborado para este trabajo a fines de cuantificar los
niveles de precariedad detectados en el territorio. A continuación se presenta
la metodología utilizada para la elaboración de dicho índice y su aplicación a
los casos estudiados.
118
Construcción de un índice de precariedad
sociourbana
Para elaborar un índice de precariedad sociourbana fue necesario sistematizar la
información a nivel de radio censal. En primer lugar, se confeccionó una planilla
de compatibilización de variables para detectar las diferencias conceptuales y de
disponibilidad de datos entre los censos de 1991, 2001 y 2010. A partir del análisis
de tales variables se seleccionaron las que permitieran una más clara comparación
y se incluyeron otras variables que enriquecieran el enfoque (cuadro 1).
Se encontró una relación relativamente homogénea de crecimiento entre el
porcentaje de casas “Tipo B” y de población con educación primaria incompleta.
Se dejaron de lado las casas “Tipo A” (referidas a sectores medios y a zonas de alta
consolidación) y, también, las casas “Tipo rancho” o “Casilla” (que representan
situaciones extremas).
Asimismo, se detectó que la curva de la población que cuenta con ocupación
laboral ofrece un comportamiento de las mismas características que las variables
anteriores pero en sentido exactamente inverso: a medida que aumentan los por-
centajes de casas “Tipo B” y de población con educación primaria incompleta,
disminuyen los valores de la población ocupada. De modo que se invirtieron sus
valores para asociar las tres variables en sentido positivo y evitar que se neutraliza-
ran. Por último, se analizaron los cambios de pendiente de la curva y, en función
de ello, se realizaron los cortes o “saltos naturales” para establecer las categorías
resultantes del índice de precariedad sociourbana construido a nivel de radio censal.
Fueron realizados mapas con fines comparativos para implementar el índice
construido, uno por cada uno, solo con las variables relativas al tipo de vivienda
y al nivel educativo, es decir, con complejidad II (mapas 124 a 126). Asimismo,
se mapearon variables relativas al tipo de vivienda, al nivel educativo y al nivel
de ocupación para los censos de 2001 y 2010, debido a que solo existe disponi-
bilidad de la variable relativa a ocupación en estos censos. Estos mapas indican
complejidad III (mapas 127 y 128), y caracterizan –en consecuencia– el proceso
de diferenciación de lugares en el territorio.
119
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Cuadro 1. Compatibilización de variables censales de 1991, 2001 y 2010
Variable 1. Ocupación laboral
Censo 1991
---------------
(Formulario B)
¿Durante la semana ¿Durante la semana
¿Durante la semana pasada hizo algo en su pasada tenía trabajo ¿Durante las últimas
Censo 1991
pasada trabajó al menos casa para afuera o ayudó pero estuvo de licencia 4 semanas estuvo
(Formulario A)
unas pocas horas? a alguien en un negocio por vacaciones o buscando trabajo?
o trabajo? enfermedad?
Censo 2001 Ídem
¿Durante la semana
¿Durante la semana ¿Durante las últimas
pasada tenía trabajo
pasada hizo alguna 4 semanas estuvo
¿Durante la semana pero estuvo de licencia
Censo 2010 changa, algo para vender buscando trabajo,
pasada trabajó al menos por vacaciones o
(Formulario B) afuera o ayudó a un contestó avisos, consultó
una hora? enfermedad, por
familiar o amigo en una a amigos o a parientes o
suspensión o conflicto
changa o negocio? puso carteles?
laboral?
Censo 2010
Ídem
(Formulario A)
Variable 2. Nivel de educación
¿Completó
ese nivel
¿Cuál fue el nivel más alto que cursó?
más alto que
cursó?
Censo 1991
Jardin de Infantes
(Formulario B)
Nivel Secundario
Nivel Terciario
Nivel Primario
o Preescolar
Universitario
Ignorado
Ignorado
Nivel
No
Sí
Censo 1991
Ídem Ídem
(Formulario A)
Educación General
Terciario no univer-
(Jardin/Preescolar)
Nivel Universitario
Nivel Secundario
Nivel Polimodal
Nivel Primario
Básica (EGB)
Censo 2001 Ídem
Nivel Inicial
Ignorado
sitario
Nivel superior no universitario
personas con discapacidad)
Nivel Secun-
Educación General Básica
Educación especial (para
dario
Nivel posuniversitario
(Jardín/Preescolar)
Censo 2010
Nivel Universitario
Ídem
(Formulario B)
Nivel Polimodal
¿Curso prima-
¿Curso prima-
rio de 6 años?
rio de 7 años?
Nivel Primario
Nivel Inicial
(EGB)
Censo 2010
Ídem Ídem
(Formulario A)
120
Construcción de un índice de precariedad sociourbana
Variable 3. Cobertura de salud
Censo 1991
---------------
(Formulario B)
Censo 1991
¿Tiene alguna obra social? ¿Está asociado a algún plan médico o mutual?
(Formulario A)
¿Está asociado
¿Está asociado a un plan de salud a un servicio
Censo 2001 ¿Está afiliado a una obra social?
privado o mutual? de emergencia
médica?
Censo 2010
---------------
(Formulario B)
¿Tiene cobertura
¿Tiene cobertura ¿Tiene cobertura ¿No tiene obra
¿Tiene cobertura de salud por
Censo 2010 de salud prepaga a de salud prepaga social, prepaga o
de salud por una programas o por
(Formulario A) través de una obra por contratación cobertura de salud
obra social? planes estatales de
social? voluntaria? por plan estatal?
salud?
Variable 4. Jubilación y pensión
Censo 1991
---------------
(Formulario B)
Censo 1991
¿Recibe alguna jubilación o pensión?
(Formulario A)
Censo 2001 ¿Recibe alguna jubilación o pensión?
Censo 2010
---------------
(Formulario B)
Censo 2010
¿Recibe alguna jubilación o pensión?
(Formulario A)
Variable 5. Tenencia de la vivienda
Censo 1991
¿Es propietario de la vivienda solamente?
(Formulario B)
Censo 1991
Ídem
(Formulario A)
La vivienda que ocupa este hogar…
Censo 2001 ¿es cedida por
¿es propia? ¿es alquilada? ¿es prestada? ¿otra situación?
trabajo?
Censo 2010
Ídem
(Formulario B)
Censo 2010
Ídem
(Formulario A)
Variable 6. Cualidades del terreno
Censo 1991
¿Es propietario de la vivienda y del terreno?
(Formulario B)
Censo 1991
Ídem
(Formulario A)
Censo 2001 ¿El terreno es propio?
Censo 2010
Ídem
(Formulario B)
Censo 2010
Ídem
(Formulario A)
121
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Variable 7. Acceso a servicios
Electricidad Agua Gas Cloacas
¿Tiene agua por cañería
¿El desagüe del inodoro o retrete descarga a red pública (cloaca)?
dentro de la vivienda?
¿Tiene agua fuera de la
¿El desagüe del inodoro o retrete descarga a cámara séptica o
¿El desagüe del inodoro o retrete descarga a un pozo ciego?
vivienda pero dentro del
terreno?
¿Tiene agua fuera del
terreno?
¿Obtiene el agua a través
de la red pública (agua
corriente)?
Censo 1991 ¿Obtiene el agua a través
de perforación con bomba
(Formulario B) --------------- a motor? ---------------
¿Obtiene el agua a través
de perforación con bomba
manual?
¿Obtiene el agua a través
de pozo?
¿Obtiene el agua a través de
agua de lluvia?
pozo ciego?
¿Obtiene el agua a través de
Ignorado
transporte por cisterna?
¿Obtiene el agua a través de
río, canal, arroyo o similar?
¿Qué combustible utiliza
¿No tiene electricidad?
principalmente para cocinar?
¿Tiene electricidad por
¿Tiene electricidad por
red pública o privada?
generación propia?
Censo 1991
Gas en garrafa
Ídem Ídem
(Formulario A)
Gas en tubo
Gas de red
¿Qué combustible utiliza
¿El desagüe del inodoro es
principalmente para cocinar?
un hoyo, una excavación
en la tierra o similar?
¿Existencia de
Ídem
Ídem
Ídem
Censo 2001 energía eléctrica por Ídem
Gas en garrafa
Gas en tubo
red domiciliaria?
Gas de red
¿Qué combustible utiliza
principalmente para cocinar?
Censo 2010
Gas en garrafa
--------------- Ídem Ídem
Gas a granel
(Formulario B)
Gas en tubo
Gas de red
(zeppelin)
por generación propia a motor?
por generación propia por otros
¿Este hogar tiene electricidad
¿Este hogar tiene electricidad
¿Este hogar tiene electricidad
Censo 2010
Ídem Ídem Ídem
(Formulario A)
por red pública?
medios?
Fuente: elaboración propia a partir de información censal.
122
Mapa 124. Niveles de precariedad sociourbana para 1991
Índice de complejidad II: variables relativas al tipo de vivienda y al nivel educativo
123
Construcción de un índice de precariedad sociourbana
Fuente: elaboración propia a partir de información censal.
Mapa 125. Niveles de precariedad sociourbana para 2001
124
Índice de complejidad II: variables relativas al tipo de vivienda y al nivel educativo
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Fuente: elaboración propia a partir de información censal.
Mapa 126. Niveles de precariedad sociourbana para 2010
Índice de complejidad II: variables relativas a la situación ocupacional y de seguridad social
Fuente: elaboración propia a partir de información censal.
125
Construcción de un índice de precariedad sociourbana
Mapa 127. Niveles de precariedad sociourbana para 2001
126
Índice de complejidad III: variables relativas al tipo de vivienda, al nivel educativo y al nivel de ocupación
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Fuente: elaboración propia a partir de información censal.
Mapa 128. Niveles de precariedad sociourbana para 2010
Índice de complejidad III: variables relativas al tipo de vivienda, al nivel educativo y al nivel de ocupación
127
Construcción de un índice de precariedad sociourbana
Fuente: elaboración propia a partir de información censal.
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Condiciones generales de precariedad
La espacialización de los diferentes datos censales y de las diferentes variables
en el territorio genera una herramienta de gran importancia que permite
mostrar cómo entre 1991 y 2010 se fueron consolidando diferentes niveles
de precariedad sociourbana. Esto confirma las características de una sociedad
en intensa transformación como resultado de la incidencia local de procesos
globales (Tella, 2007). En relación con la construcción del espacio, se muestran
dos fenómenos espaciales de relevancia en el período estudiado: el crecimiento
de los barrios cerrados y el de los asentamientos populares, con incremento de
su población y de la superficie que ocupan (Lombardo, 1999).
Entre los aspectos salientes de las áreas estudiadas, se puede observar cómo,
mientras la retícula urbana de la ciudad consolidada permanece estable –y en
ciertos espacios puntuales se densifica–, el crecimiento sustancial se produce
en aquellos lugares en los que se han construido las urbanizaciones cerradas y
los asentamientos populares. A este fenómeno puede asociarse el aumento de
la propiedad de la vivienda y del terreno en San Miguel y el crecimiento de la
población en José C. Paz, municipio que ha jugado un rol preponderante como
receptor de población expulsada de otros distritos de la región metropolitana
y de otros sectores a partir de 2001, sobre todo debido a motivos asociados a
la dificultad de mantener el pago del alquiler de su vivienda.
Estos hechos observables ponen de manifiesto la importancia de entender
a la ciudad inserta en redes de reproducción, en las que, para sostener la in-
geniería socioespacial que sustente el lugar de producción, se demanda cierto
orden urbano que organice el territorio. En este juego de roles estratégicos se
construye un escenario particular en el cual el Estado se ocupa de ordenar es-
pacios y actividades y el mercado define las condiciones favorables que debiera
brindarle la ciudad para garantizar la reproducción del capital. En consecuencia,
se conforma un discurso urbano, legitimado socialmente, mediante el cual la
ciudad expresa orden, poder y diferenciación para garantizar las condiciones
necesarias de reproducción (Tella, 2015).
La ciudad, entonces, se presenta como un escenario de luchas constantes a
partir de las cuales se van modelando los diferentes espacios urbanos y tejiendo
las relaciones sociales que los sustentan. Tales procesos generan nuevas relaciones
entre espacio, poder e identidad (ibídem) y, en esa lógica, se fomenta un modelo
de ciudad que actúa fundamentalmente como espacio de negocios, acentuando
las diferencias en el derecho que tienen los distintos sectores sociales a acceder
a ella y a los bienes y servicios que eso significa.
128
Consideraciones finales
La ciudad es un conjunto organizado de lugares y de espacios que los actores
sociales construyen en el marco de las posibilidades estructurales para desa-
rrollar sus vidas. Para comprender este proceso se consideran las relaciones
socioeconómicas imperantes, los marcos normativos, las características del
espacio construido y el accionar de los propios actores que inciden en dicho
espacio. La información ha sido obtenida a partir del relevamiento directo en
el territorio y de datos censales complementarios para el período 1991-2010.
El tipo de ocupación de la población, el nivel de educación al que tuvo
acceso, la cobertura de salud, el acceso a una jubilación o pensión de los adultos
mayores, las características de tenencia del suelo, el tipo de vivienda y el acceso a
infraestructuras y servicios (electricidad, agua, gas y desagüe de líquidos cloaca-
les) establecen una composición sociourbana que define una serie de diferencias
entre territorios, las cuales pueden sintetizarse en las siguientes sentencias:
• para los municipios estudiados, se observa un crecimiento poblacional
en José C. Paz y San Miguel, mientras que San Isidro presenta cierta
estabilidad demográfica;
• en 2001 un tercio de la población activa de José C. Paz estaba des-
empleada, mientras que ese porcentaje se reduce a un cuarto en San
Miguel y a un quinto en San Isidro;
• en el municipio de José C. Paz la mayor parte de la población no
disponía de obra social ni cobertura de salud, pero esos porcentajes se
reducen en San Miguel y San Isidro;
• por otro lado, la mitad de los adultos mayores de San Miguel y José
C. Paz no recibía jubilación ni pensión, mientras que en San Isidro es
solamente la cuarta parte;
129
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
• disminuyó el acceso a la educación primaria, lo que evidencia deserción
escolar, y la asistencia al nivel secundario fue estable en San Isidro y
aumentó en José C. Paz y San Miguel;
• en todos los casos, la población con formación terciaria y universitaria
completa aumentó, al igual que aquella que nunca recibió educación
escolar;
• en cuanto a las condiciones urbanas, se observó que el crecimiento de
la superficie de la ciudad sin adecuación de la normativa urbanística
constituye una de las características centrales de las áreas estudiadas.
En ese contexto, tanto las urbanizaciones cerradas como los asentamientos
populares se han desarrollado con lógicas divergentes a los postulados que
emergen de los marcos regulatorios y han relegado a un segundo plano la
cualificación del espacio público y la dotación de servicios e infraestructura
(imágenes 20 a 22).
Imagen 20. Cualidades del espacio público en San Miguel
130
Consideraciones finales
Imagen 21. Cualidades del espacio público en José C. Paz
Imagen 22. Cualidades del espacio público en San Isidro
131
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Diferencias de acceso a la ciudad
Los efectos locales de procesos globales, la libre movilidad del capital financiero
y los efectos inmediatos y tardíos de la ley provincial de ordenamiento territorial
denotan una necesaria adecuación funcional del espacio (específicamente del
suelo, los edificios y la infraestructura) a las nuevas relaciones entre actores.
Se observa que:
• surgen grandes emprendimientos urbanos privados, con mayor predomi-
nancia en San Miguel y José C. Paz, lo que incrementa el porcentaje
total de propietarios de la vivienda y del terreno, y de casas “Tipo A”;
• crecen la cantidad y la extensión de los asentamientos populares en el
municipio de José C. Paz, mientras que en los de San Miguel y San
Isidro la superficie ocupada por estos se mantiene relativamente estable;
• asimismo, aumenta la proporción de casas “Tipo B” en los tres munici-
pios, mientras que crecen en José C. Paz los porcentajes de propietarios
de la vivienda y disminuyen en San Miguel y San Isidro;
• se expande la superficie urbanizada en los municipios de San Miguel y
José C. Paz; sin embargo, en San Isidro se mantiene estable y expresa
un aumento de los precios del suelo en las áreas más consolidadas.
En relación con la construcción del espacio, emergen dos fenómenos de
relevancia: la expansión de las urbanizaciones cerradas y la consolidación de los
asentamientos populares. Esto se debe al crecimiento de la población, al aumento
de la propiedad de la vivienda y del terreno y a la disminución de la cantidad
de los inquilinatos. Respecto al acceso a la infraestructura y al equipamiento,
las características son las siguientes:
• el área de cobertura de la red de agua corriente crece en los tres munici-
pios, pero en ningún caso alcanza la totalidad de la superficie municipal:
José C. Paz y San Miguel presentan un incremento reducido, y en San
Isidro representa la novena parte del distrito;
• el área de cobertura de la red cloacal no cubre la totalidad de la superficie.
Si bien en San Miguel la red crece debido a nuevos emprendimientos
privados, en San Isidro el crecimiento es mayor, mientras que en José
C. Paz se mantiene estable;
132
Consideraciones finales
• la red de electricidad crece considerablemente: en José C. Paz se expande
por todo el distrito, y en San Miguel y San Isidro casi la totalidad de
las viviendas cuentan con electricidad. La red de gas también crece, con
amplia cobertura en estos dos últimos distritos;
• finalmente, si bien en San Miguel y San Isidro la dotación de equipa-
miento sanitario permanece estable, en el caso de José C. Paz se observa
un incremento considerable (imágenes 23 a 25).
Imagen 23. Cualidades ambientales en el entorno de San Miguel
El proceso de reproducción social
Más allá de las construcciones materiales, físicas, tangibles, observamos que la
ciudad está constituida por signos que se reconocen a partir de las interacciones
sociales. Esta perspectiva instala un discurso en el que no solo se reconocen
e interpretan tales signos sino que además se producen elementos simbólicos
desde un plano semiológico. La ciudad es pensada entonces como diálogo, como
respuesta a los enunciados que ella misma emite (Bajtín, 1982).
133
Precariedad urbana y reproducción social en la construcción de la ciudad
Imagen 24. Cualidades ambientales en el entorno de José C. Paz
Imagen 25. Cualidades ambientales en el entorno de San Isidro
Fuente de todas las imágenes: fotografías propias tomadas en relevamientos realizados in situ.
134
Consideraciones finales
Reconocemos entonces a la ciudad como un dispositivo sociocultural,
con una producción de sentido asociada a la construcción del espacio urba-
no y a las relaciones sociales y culturales que allí se establecen, determinadas
fundamentalmente por dos principios: el beneficio, en el plano material, y la
diferenciación, en el plano simbólico.
De este modo, este dispositivo instala una capa simbólica que es sostenida
e interpretada por los diferentes actores sociales. La lectura de esta producción
discursiva devela que actuar sobre el territorio implica hacerlo también sobre
el plano simbólico, sobre la producción de sentido, lo que modifica de manera
sustancial sus condiciones materiales.
En tal proceso se generan relaciones de poder y, a la vez, de mantenimiento
de las relaciones que sostienen ese poder. Y aparecen organizadas en sistemas
conectados por una secuencia de símbolos que se entrecruzan y se articulan entre
sí. De tal modo, el espacio urbano expresa las divisiones físicas y simbólicas,
además de la organización urbana y la forma de distribución de los diferentes
sectores sociales en el territorio.
El análisis de los territorios examinados confirma las características de una
sociedad en transformación, en la que, por una parte, crece la población en
dos de los municipios estudiados (San Miguel y José C. Paz), mientras que
en el tercero (San Isidro) se mantiene estable pero con un alto impacto en
los precios del suelo (Jaramillo, 1983). Estas transformaciones son parte, en
términos generales, de lo que se observa como un deterioro relativo de las con-
diciones de vida: incremento de los niveles de desocupación, altos porcentajes
de población sin acceso a obra social de salud y elevado número de población
adulta mayor sin jubilación o pensión.
Partiendo de este marco conceptual, es posible una aproximación al sistema
complejo de relaciones que los actores conforman al construir su lugar de vida
actuando articuladamente en un espacio geográfico determinado. En términos
de precariedad, se observa cómo las decisiones y las acciones influyen tanto en
la construcción del espacio urbano como en su ordenamiento, su valorización
y su diferenciación (imágenes 23 a 25).
En consecuencia, determinar condiciones como fragilidad territorial y
vulnerabilidad social constituye una de las claves para interpretar el proceso
reciente de construcción de la ciudad. Esta perspectiva instala un discurso en el
que podemos examinar cómo la ciudad nos habla en términos de diferenciación
territorial. Y tales diferencias se ponen en evidencia precisamente mediante los
mecanismos de identificación y de interpretación de los niveles de precariedad
sociourbana presentes en cada uno de sus espacios constitutivos.
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