Martín Heidegger
PROBLEMAS FUNDAMENTALES
DE LA FENOMENOLOGÍA (1919/1920)
Traducción de
Francisco de Lara
Alianza Editorial
Título original: Gnmdproblsme der Phanomenologie (1919/1920)
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© Vktorio Klostermann Gmbh, Frankfurt ara Main, 1993
© de ia traducción: Francisco de Lara López, 2014
© Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2014
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ISBN: 978-84-206-8371-3
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i. RECONSTRUCCIÓN DE LA PARTE FINAL DEL CURSO 145
[135]
lo d o juicio de percepción tiene dos caras - su contenido refiere
al ser, su form a , a un deber ser13.
Rickert confunde “impresión sensible percibida5/«constatar un
contenido de conciencia como dado»14 y experiencia fáctica trascen
dente (en ella no se constata ninguna impresión sensible). Esto se
debe a que la problemática es transpuesta sin más a una esfera ficti
cia. Se construye un concepto de experiencia pura —que pertenece a
una esfera totalmente distinta que la experiencia fáctica del mundo
circundante, incluso sí ésta no tuviera más que un mínimo de signi-
ficatividad— y se descubre en ella un contenido, sin problematizar
en ningún momento su correlato vivencia!, y no se problematiza
porque se ha compuesto un concepto de conciencia en general que
es pura construcción.
En ambos casos se trata de construcciones lógicas vacías. Aquello de
lo que se tiene experiencia en la experiencia fáctica es transformado
en algo encontrado inmanentemente — mediante una falsa absoluti-
zación del principio de inmanencia. Toda objetualidad es un objeto
de conocimiento. Pero esto no significa que todo momento de sen
tido constitutivo de los objetos sea a la vez conocido ni que dicho
conocimiento pueda equipararse con la trascendencia.
*
2. Filosofía — una lucha por el método
Toda auténtica filosofía es en sus propias fuerzas motrices una lucha
por el método, y lo es de tal manera que todo método disponible (así
como los modos de conocer y los ideales cognoscitivos) debe ser su
perado siempre de nuevo. ¡¡La fenomenología no es una filosofía
í3 Loe. cit., p. 386.
14 Loe. cit., p. 378.
146 APÉNDICE A
para cualquiera!! Uno no se vuelve filósofo [136] por aprender y
dominar un método. Lo particular del método filosófico es que no se
puede tecnificar. Allí donde parecen tener éxito los ensayos en este
sentido y se impone la intención de aplicarlo en esa instrumentaliza-
ción autónoma para ir sumando «resultado» tras «resultado» y amon
tonar una masa de conocimientos, se ha abandonado ya el campo de
problemas filosófico y no hay esperanza de volver a ganarlo con el
método y sus sutiles diferenciaciones.
Las consideraciones anteriores se habrían malentendido totalmente
y no habrían alcanzado aún en general la actitud filosófico-compren-
siva si fueran asumidas como proposiciones cognoscitivas, pretendidas
verdades de las que algo se deduce y resulta con necesidad lógica.
Ellas son antes bien una form a, figura de la preparación de la si
tuación de la comprensión filosófica, un despertar la disposición
para liberar la captación filosófica, o dicho más precisamente: la
captación del camino hacia la problemática filosófica misma.
Nos hemos movido —unilateralmente— en dirección a un lugar
especialmente destacado, desde el que se ofrecen determinados hori
zontes que le corresponden. Ahora debe llevarse a cabo el ensayo de
ganar desde ahí la actitud filosófica y, con ello, superar de nuevo el
aislamiento, es decir, comprenderlo filosóficamente como tal aisla
miento. ¡¡Incluso la agudización será dejada de lado!!
[Este particular modo de consideración ha sido mantenido a lo
largo del curso; aquí y ahora, por motivos prácticos, <se impone>
una ruptura. Necesaria para lo que sigue, <aunque> no de manera
detallada y concreta: la riqueza de las relaciones <permanece> oculta.
Intercalar: aclaración del concepto de fenómeno y consecución
de una idea de fenomenología, es decir, de subjetidad —sólo la con
formación de la vida —, pero de aquella subjetidad que juega un
papel especial, y no el papel maleable y absolutizable que tiene en la
filosofía trascendental. No <seguir> en esa dirección, volver al méto
do: el primado [137] de la vida ha sido anunciado ya en las conside
raciones previas. Pregunta: si el apoderarse filosóficamente del obje
to temático es preciso lograrlo de continuo o bien mediante un salto;
y si salto quiere decir saltar en una nueva actitud que está ya de algún
I. RECONSTRUCCIÓN DE LA PARTE FINAL DEL CURSO 147
modo dispuesta en la forma de una facultad — o, más bien, ganar
puramente un comportamiento que ya está vivo. ¿No se da ahí una
continuidad?. ¿Dónde estaría entonces el salto? ¿No hay, pues, salto
alguno? Eso no implica que la actitud filosófica y la no-filosófica no
sean fundamentalmente diferentes.]
Remisión a lo anterior y a lo que sigue
Planteamiento de la idea de ciencia del origen de la vida en y para
sí; modo de presentarla — expresarla: saltar hacia delante y hacia
atrás; el no moverse del sitio y aun así aproximarse al origen anuncia
una ciencia particular, por lo que su designación se va volviendo fi
nalmente inadecuada cuanto más nos acercamos al origen. («Riguro
sidad» del método)
La «rigurosidad» del método no tiene nada que ver con la exactitud
racionalista de las ciencias naturales. La «rigurosidad» no se refiere a la
demostración lógica o la argumentación irrefutable, a que las cuentas
salgan sin resto o a la claridad de los conceptos matemáticos; «estricto»
<significa> «esforzado» , entregado puramente a las auténticas situaciones
vitales, jjPero, visto desde el otro lado, nada de mística ni misticismo
tampoco, nada de afectación arbitraria y emociones enfermizas!!
Autosuficiencia, carácter expresivo, significatividad... no deben
ahora ser formalizados y difuminados en un “en general”, sino ser
interpretados ellos mismos, al modo de la comprensión fenomenoló-
gica del origen, como formas autosuficientes y significativas de ex
presar la vida en su absoluta concreción (traer consigo y ganar con
diciones de situación).
En correspondencia con la especial acentuación del nexo expresivo
ciencia (tomar en conocimiento) debemos dejar de lado los caracteres
definitorios que encontramos allí [138] y plantear el problema de la
expresión filosófico-fenomenológica de la vida — dejarlos de lado, pues
la disposición filosófica no se mueve en la dirección de la objetivación.
Heidegger hace aquí un juego de palabras entre «streng» («estricto») y «anges-
trengt» («esforzado»). (N. del T)