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Dialnet LaPerspectivaCristiana 7391978

Este documento trata sobre la perspectiva cristiana del perdón. Introduce el tema del perdón y explica por qué es un tema poco estudiado en psicología a pesar de su importancia. También define el significado del perdón desde diferentes puntos de vista teológicos y psicológicos.

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Este documento trata sobre la perspectiva cristiana del perdón. Introduce el tema del perdón y explica por qué es un tema poco estudiado en psicología a pesar de su importancia. También define el significado del perdón desde diferentes puntos de vista teológicos y psicológicos.

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JORNADAS DE INTEGRACIÓN

La perspectiva
cristiana
Mario Pereyra

Introducción
Esta exposición pretende ser una suerte de introducción y de presentación de algunas
ideas que pueden ser sugestivas para abrir el diálogo y la búsqueda de la integración de
las diferentes escuelas. Asimismo, la presencia de varios representantes de la teología,
nos alienta a intentar el diálogo interdisciplinario y abrir este espacio de comunicación
fecunda y enriquecedora.
Primeramente quisiéramos dar alguna respuesta al porqué del perdón; este tema
insólito, desacostumbrado y un tanto foráneo al mundo psi ¿No hubiesen sido más
adecuados otros temas con más predicamento en la psicología, como la culpa, el resen­
timiento, la violencia familiar, o de la vida cotidiana, o la psicoterapia de los conflictos
interpersonales? Una de las razones que nos condujeron a la elección del tema fue el
propósito de centrarnos en la salud más que en la enfermedad. Esa misma idea orientó
las Primeras Jornadas, realizadas en el año 1991, que se enfocó en la Psicología de la
Esperanza, más que en la tristeza, la depresión o la desesperanza, que son los espacios
comunes de nuestra disciplina. Como es conocido, la psicología, siguiendo la tradición
de la medicina, se ha ocupado históricamente en la psicopatología más que en la salud.
El énfasis en la atención primaria, la prevención y especialmente la promoción de la
salud, es un fenómeno reciente. Por eso es que el tratamiento de las pulsiones tanáticas,
la culpa, el rencor, el resentimiento y el remordimiento o las perturbaciones de las rela­
ciones interpersonales ha ocupado el interés de los colegas más que los procesos de
reconciliación, la reparación y el perdón. Sobre esos temas hay bibliotecas enteras. Por
nuestra parte nos hemos propuestos el esfuerzo de rescatar los temas postergados de
nuestra disciplina, como lo ha sido la esperanza y, en mayor medida, lo es el perdón.
En el año 1991, estando en una biblioteca universitaria norteamericana, efectué en la
base de datos la búsqueda de artículos sobre Forgiveness publicados en los últimos años
(incluía desde 1/83 al 6/91). Encontré 62 referencias a Forgiveness y 5 a Pardon. "No esta
mal" pensé. Pero cuando leí los abstracts de cada referencia descubrí que la gran mayoría
no tenía nada que ver con el tratamiento psicológico del perdón, eran usos de la palabra
El Lic. Mario Pereyra es psicólogo en otros contextos diferentes. En resumen, sólo encontré publicados unos 15 artículos en
clínico y director de las carreras
de Psicología y Psicopedagogla esos 8 años. La situación no ha cambiado en estos dos últimos años. De los 40 y tantos
de la Universidad Adventista del
Plata. miles de artículos que condensa anualmente el Index de la American Psychological

E N F O Q U E S
Association (Psychological Abstracts) las referencias
al perdón se cuentan con una mano. Es evidente que
este tema es uno de los grandes ausentes de fa biblio­
grafía psicológica.
Fitzgibbons (1986) ha postulado que esa falta de
estudio se debe a que el perdón ha estado asociado
tradicionalmente con la teología. Coincidimos con su
opinión. Por eso hemos hecho el esfuerzo de intentar
delimitar el campo específico de la psicología del per­
dón, preguntando por los aportes que pueden inferirse
de las distintas escuelas, buscando modelos explicati­
vos y operativos que posibiliten la psicoterapia centra­
da en el perdón, reflexionando en las vivencias y situa­
ciones que nos plantean nuestros pacientes, estudian­
Lic. Mario Pereyra (derecha).
do la literatura y la casuística. Particularmente procu­
ramos diseñar el enfoque de la perspectiva cristiana
que en estos momentos estamos representando. No se hechos que se perdonan, se usa la palabra pecado,
si hemos logrado alcanzar estos objetivos, temo que deuda o faltas -como enseña la oración de Jesús-; esto
no, pero creo que hemos avanzado en esa dirección. es, violaciones contra la moral y los principios éticos.
Los estudios futuros podrán perfeccionarlos. Esta ex­
Desde el punto de vista psicológico, el perdón ha
posición procura resumir los puntos principales de la
sido generalmente definido como la renuncia de parte
tarea realizada. Un informe más completo puede en­
del injuriado de agraviar con posibles conductas ven­
contrarse en el libro que publicamos sobre el tema.
gativas (Augsburger, 1970; Droll, 1984; Fitzgibbons,
Significado e importancia del perdón 1986) o la" capacidad que posee un individuo de convertir
una ·injusticia en una relación de amor para con otros"
En el principio fue el agravio: el ultraje, el robo, la
(Enright, 1989; Pereira dos Santos y Rique, 1993). Para
difamación, la deslealtad, el engaño, el desprecio o la
Downie (1965) el perdón es la restauración; esto es,
indiferencia. Algo ocurrió que produjo la discordia.
recuperar la confianza que había sido perdida por el
De alguna manera se transgredió el código moral que
agravio sin que deje residuos de malestar. Por su parte
regulaba el vínculo de los intercambios positivos. Al
Kolnai (1973-74) lo identifica con el amor en una decla­
irrumpir la injuria, se instala el drama del ofendido y
ración superlativa: "El perdón es un exquisito acto de
el agresor. La víctima es atrapada por el resentimien­
caridad o benevolencia en un contexto significativo." Tam­
to, reclama por el atropello, exige una reparación. Si la
bién Hope (1987) atribuye la actitud perdonadora a la
insatisfacción persiste, aumenta la tensión, domina el
economía del amor y la abundancia"; dice que esto no
11
reproche y la reivindicación justiciera, hasta que la
implica un "sentimiento de deprivación y vacío" sino un
indignación incontenible maquina la venganza. Por
medio de impedir que "gastemos nuestras energías en los
su parte el agresor, también puede ser víctima de las
procesos de búsqueda vindicativa." De una manera más
estrategias de la evasión, de los mecanismos de la justifi­
definida, Brandsma (1982) atribuye al amor ágape el
cación o de la trampa de la culpa. El libreto de las
contexto posibilitador del perdón. Se trata de una re­
desavenenencias puede progresar hacia los escena­
lación de compromiso existencial con otro ser; no
rios de la intriga y el terror; no hay otra salida que la
meramente una relación sentimental o libidinal. Agre­
restauración del vínculo por la vía regia del perdón.
ga, déjenme que sugiera que practicamente es ésto (el com­
11

El diccionario provee una sorpresiva gama de va­ promiso existencial amoroso) lo único que puede hacer
riedades de significados para la palabra perdón. Por retroceder lafuria y mantener una actitud de perdón y de no
un lado, perdón significa cesar de sentir bronca o re­ venganza, mientras hace todo lo necesario para protejerse en
sentimiento contra el agresor. Es también abandonar el futuro de situaciones semejantes." Para Rita Cabezas
los reclamos de retribución contra un ofensor, remitir (1988) el perdonar no es un sentimiento ni una emo­
o retraerse de ejercer la penalidad. Con relación a los ción sino algo sujeto a la voluntad. No se puede extir-

E N F O Q U E S
......
-,

par la irritación o el malestar des­ expiación y la purificación. El sacri­


agradable que deja el agravio y sus­ El perdón se efectiviza ficio siempre era cruento. La violen­
tituirlo autemáticamente por la acep­ en el campo de tensión cia del mal se 1T1anifestaba en el de­
tación pacífica. Las emociones no se dialéctica que dibujan rramamiento de la sangre. El sacrifi­
fabrican. La paz del alma la concede cio satisfecho concedía el perdón o
dos principios básicos.
Dios. Sin embargo, uno puede deci­ la "remisión" de los pecados. Esta
Estos son: la Ley,
dir y ejercer una voluntad perdona­ idea comprende un amplio espectro
dora, aunque todavía persista el como sustentadora del de significados que se refieren a
enojo. principio de Justicia, y quitar la culpa, eliminarla, enviarla
En definitiva, el perdón implica,
la Misericordia, como afuera, liberarse de ella, remitirla o
por una parte, la toma de conciencia expresión del principio disminuir su intensidad. En el Nue-
de los errores y la acción decidida del amor ... vo Testamento los términos griegos
por repararlos. Consiste en sobrepo- aphesis y aphiemi, significan remi­
nerse a la tentación a la renuncia y a sión, libertad (San Lucas 4:18), de­
la postergación indefinida; enfren- jar, despedir (1 Corintios 7:11-12) o
tar el miedo a la humillación y a las tendencias maso­ permitir (Apocalipsis 2:20). También se usa la palabra
quistas al autocastigo, para buscar restaurar la rela­ carizomai que proviene de "caris" que significa "gra­
ción dañada en el encuentro con el otro. Por la otra cia". Comprende un apartarse del mal camino, deser­
parte -la de la víctima-, significa no quedarse fijado en tar, dimitir y un enviar adelante, que es un envío hacia
la revisión interminable de la inculpación ni tampoco la esperanza.
ser cómplice de los recursos defensivos de la justifica­
ción propia. En cierto grado es indulgencia y toleran­ La psicología del perdón como espacio
cia, benevolencia y abnegación; la actitud de grandeza integrador de algunas perspectivas teóricas
de la Psicología
de aceptar la disculpa. Alguien decía "no creo en el alma
A continuación exponemos un cuadro que busca
que no perdona, ni creo en el corazón que condena."
presentar una idea panorámica y abarcadora de algu­
Ciertamente el perdón denuncia nuestra fragilidad nas perspectivas teóricas, desde las cuales se pueden
y pobreza, señala nuestra vulnerabilidad, habla de percibir diferentes tratamiento del tema. No es un
nuestros infortunios y desdichas, nos instala en el cen­ estudio completo ni exhaustivo sino un esquema
tro de la condición humana y de la necesidad de ayuda sintetizador de algunas miradas posibles. Es obvio que
que experimentamos del prójimo. Todos necesitamos su carácter esquemático carece de toda pretensión de
del perdón. Todos necesitamos aprender cómo perdo­ profundización. Es simplemente una reseña ilustrativa
nar a otros. Y todos hemos hecho algo que requiere que intenta dar una visión general del vasto horizonte
perdón por parte de otras personas y de Dios. Esta teórico que configura el ámbito de la Psicología del
necesidad generalizada de perdón reúne a todos, ricos Perdón. Es un diseño de los perfiles distintivos de cier­
y pobres, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, en tas ideas cardinales a fin de asomarse al mundo que las
torno a la bondad tolerante de indulgencia, que en el pergeñó. Es un intento de refrescar la atmósfera ago­
cristianismo se dibuja con la forma de una cruz sobre biadora de las construcciones teóricas con la rica poli­
un monte. cromía del discurso sugestivo de sus creadores. Por
Perdón, desde el punto de vista bíblico, significa cierto que hay otros horizontes teóricos de la Psicolo­
conversión, (del griego, "metanoia" = cambio de men­ gía -como fuera formulado por Todd, 1985, Shontz y
te), purificación interior. Comprende la justificación Rosenak, 1988 y C.Bonar, 1989- y de la Teología
teológica y la santificación. La imagen bíblica del per­ (Pingleton, 1989), que también exhiben aportes valio­
dón es el Mesías que habría de venir, tipificado en la sos al respecto, pero no fueron incluídos por la forzosa
figura del "cordero". Los rituales del santuario he­ necesidad de recortar el campo de estudio. En este
breo, donde se sacrificaba un cordero -símbolo de la sentido, hemos privilegiado las escuelas o enfoques
pureza y la inocencia-, ofrecido por el pecador arre­ que participan en las U Jornadas de Integración Psicoló­
pentido, representaba al "Cordero de Dios, que quita el gica. El objetivo principal es abrir un espacio de diálo­
pecado del mundo", a Jesucristo. Está relacionado con la go entre estas orientaciones. Por eso el material no

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llega a ser una síntesis, sino un marco de referencias pasión hacia el injuriante (Droll, 1984), empatizando
abierto a la comunicación, un espacio que propone el con el ofensor (Cunningham, 1985), descubriendo la
diálogo fecundo, creativo y enriquecedor; los prolegó­ importancia que el perdón de los otros ha tenido en el
menos de la integración. pasado (Cunningham, 1985), comprendiendo mejor
el sentido de la justicia (Flanigan, 1987), produciendo
Dentro del universo conceptual de las corrientes
un cambio o conversión o nueva comprensión de las
tratadas se han seleccionado ciertas variables de aná­
lisis, de las muchas que se podrían haber elegido. Este actitudes (North, 1987). Sin embargo, dicen Shontz
and Rosenak (1988) que todavía no existe "una escuela
aspecto fue acordado con los expertos consultados en
las respectivas disciplinas, entendiendo que esos cri­ psicoterapéuticaformal o un pensamiento actual que provea
terios son los más significativos o los que mejor defi­ una comprensión del proceso del perdón"
nen las ideas directrices del enfoque. E. McAllister (1983) ha señalado la necesidad de
Nuestra tesis central es que el perdón se efectiviza desarrollar un modelo teórico-práctico para la com­
en el campo de tensión dialéctica que dibuja dos prin­ prensión del proceso y el tratamiento del perdón. Con
cipios básicos, estos son: la Ley, como sustentadora del respecto al proceso, Pattison (1965) había postulado
principio de Justicia y la Misericordia, como expre­ seis fases (culpa, confesión, remordimiento, restitu­
sión del principio del amor, responsable de toda ac­ ción, mutua aceptación y reconciliación) en cualquie­
ción restauradora generado por el mal. Como dijimos ra de las cuales se podía producir un fracaso patológi­
más arriba, a partir del momento en que aparece la co. Carkhuff y Berenson (1977) propusieron un pro­
agresión dañando una relación, es decir, cuando se grama de tratamiento centrado en desarrollar actitu­
ataca el sentido de justicia de una persona por un acto des (de atender, responder, personalizar y de inicia­
transgresor, es cuando se enciende la mecha del con­ ción) y en la realización de cierto aprendizaje (de ex­
flicto. Lo único que puede recuperar la armonía y res­ ploración, entendimiento y acción) de ayuda. Más
taurar el vínculo afectado, es la intervención del prin­ concretamente Sandford & Sandford (1979) sugirie­
cipio del amor eterno derivado de Dios o, para el no ron cuatro pasos a seguir en el proceso de la terapia
creyente, la disposición misericordiosa que lleva a cristiana del perdón, ellos son: 1) identificar el resen­
posponer todo reclamo egoísta, al servicio del reen­ timiento y la angustia manifiesta o reprimida, abor­
cuentro. Las acciones del perdón, son precisamente, dando la historia del agravio; 2) relacionar la expe­
las manifestaciones concretas de la reconciliación o las riencia del paciente con la de Cristo en el Getsemaní;
formas que pueden darse para restaurar la relación. 3) abrirse al perdón de Dios y 4) mover al paciente a
En consecuencia, el perdón es la síntesis integradora perdonar al ofensor. Por su parte Smedes (1984) sos­
de los principios de la justicia y del amor, la mejor tiene que el perdón progresa a través de cuatro distin­
solución posible que puede lograrse para reconciliar tos pasos: dañar, odiar, sanar y llegar a estar juntos.
los reclamos del derecho y los deberes del amor. Por último citamos a J.P .Pingleton (1989) que propone
un modelo tripartito, basado en la oración de Jesucris­
Es desde este lugar, según mi criterio, que podemos to, que se define en tres máximas interconectadas en
enfocar los planteamientos teóricos de las distintas un círculo continuo (a b c a ):"a) el perdón sólo puede ser
perspectivas de la psicología y la teología, y también recibido de Dios si somos capaces de concederlo a los otros;
poner de relevancia lo que sería una posición psicoló­ b) el perdón sólo puede ser recibido de los otros si nos hemos
gica cristiana acerca del perdón. El cuadro Nº 1 preten­ perdonado a nosotros mismos; c) sólo podemos perdonarnos
de dar una visión de esos aportes. a nosotros mismos si hemos recibido el perdón de Dios."
Encuadre de la perspectiva cristiana Por nuestra parte proponemos un modelo de abor­
Varios autores han puesto en relevancia la impor­ daje psicológico del perdón siguiendo la parábola del
tancia de la psicoterapia orientada al perdón y sugeri­ hijo pródigo (ver San Lucas 15:11-32). En la misma
do diversas formas de abordaje, como por ejemplo, podemos distinguir cinco etapas básicas, a saber: 1) el
examinando las defensas psicológicas (Hunter, 1978), agravio; 2) la toma de conciencia; 3) el momento del
cambiando la actitud emocional hacia el ofensor cambio; 4) la acción perdonadora; y 5) el reconoci­
(Trainer, 1981), tomando conciencia de las implicancias miento agradecido. En forma esquemática, las sinteti­
cognitivas del agravio (Droll, 1984), despertando com- zamos en el cuadro Nº 2.

E N F O Q U E S
CUADRO Nº 1 -ALGUNAS PERSPECTIVAS TEÓRICAS DE LA PSICOLOGÍA DEL PERDÓN

Ley Amor
Justicia Misericordia
Premisas cardinales
l l
acción restauradora
acto transgresor

Perspectiva Psicodinámica
l. Topológico toma de conciencia insight

2. Emocional * desde el OFENSOR reparación->restauración

remordimiento->culpa
* desde la VICTIMA perdón->reconciliación

resentimiento-> venganza
3. Pulsional de muerte o tanática de vida o erótica

l l
compulsión a la repetición elaboración del duelo
melancólico

4. Estructuración del sujeto remite a la falta básica reconstrucción del sujeto

Perspectiva Interacciona!
l. Interrelación circuito ofensor- víctima circuito perdón- perdonado

l l
2. Modalidad estructural escalada simétrica complementariedad alternada

3. Comunicación perturbación efectiva

Perspectiva Cognitiva
1. Cogniciones * desde el OFENSOR
inconsc.-> negación
->reconocimiento
reestructuración cognitiva
* desde la VICTIMA
inconsc.->aceptac.
->injusticia

2. Atribución causal * OFENSOR: sin atribución ->Disculpa y confesión


causal anticipada

* VICTIMA: controlable e ->No controlable


intencional y no intencional

3. Proyecto relacional conjunto frustrado posibilidad de desarrollo

E N F o Q u E s
Perspectiva Humanista-
Existencial
l. Temporal instalación en el pasado apertura al futuro

2. Espacial estrecho-oscuro dilatado-luminoso

3. Causal determinismo libertad

4. Modalidad existencial inauténtica auténtica


Perspectiva del Análisis
existencial de V. Frankl
retrospectivo prospectivo
1. Sentido
reproche autoconocimiento
2. Antropológico
J,
acusación autodistanciamiento
J, J,
venganza autotrascendencia

Perspectiva Clínica
l. Psiquiátrica Psicopatología-> <-Salud

2. Nosográfica Obsesivo-Compulsivo/ depresión Normal

Perspectiva Teológico-Bíblica
l. Relación Dios-hombre
vínculo corte armonía
interrelación "perdido" (separación) "hallado" (reencuentro)
significado "muerte" "volver a la vida"
2. Etico-religiosa deuda gracia
3. Dimensiones:
del acto pecado perdón
de la conducta humana pecaminosidad Justificación
del proceso rebeldía Santificación

etapa final l l
pecado contra el Espíritu Santo Qorificación

1) El agravio. Se expresa en la parábola por medio la parábola instala en este acto -la muerte del padre- el
de la actitud de desprecio y desconsideración que asu­ modelo paradigmático de agravio.
me el hijo ante los beneficios que el padre siempre le
había brindado y por el reclamo desconsiderado de 2) La toma de conciencia. El perdón es posible a
dinero, apelando a un derecho inexistente, ya que el partir de la conciencia del agravio. Si no se sabe que se
padre no había muerto para recibir su parte de la he­ actuó mal o no se ha captado la injuria recibida no hay
rencia. Psicológicamente el hijo estaba actuando como reparación posible. Lo primero es darse cuenta del
si el padre hubiese muerto para él, lo que significa error, comprender el mal hecho, percibir la falta. En la
cometer el pecado de parricidio. Podríamos decir que parábola se describe este fenómeno como un"volver en

E N F O Q U E S
º
CUADRO N 2 - EL MODELO DEL "HIJO PRÓDIGO"
SAL U O
(1) AMOR DEL
ofensa PADRE reconciliación-regocijo (5)

armonía original 'V

'V acción (regreso) (4)


derroche
'1,
arrepentimiento
'1,
viviendo
'V
perdidamente proyecto de cambio
'1,
hambre
'1,

(2) volviendo en sí reconocimiento (3)

1'
1' rechazo (racionalizaciones, negaciones)

1'
resentimiento o remordimiento
1'
venganza o culpa patológica
1'
LEY
CONDENATORIA Obsesiones, depresión,
angustias, etc.

sí". Esto es, en primera instancia, la captación de la interior, especialmente los operaciones de la culpa,
condición carenciada en que uno se encuentra, como que eclosionan en el darse cuenta.
ocurrió con el hijo cuando cuidaba los cerdos. Es la
3) El momento del cambio. Cuando emerge la con­
comprensión o insight de sí mismo, un descubrir la
ciencia del pecado, se constituye una situación coyun­
condición de alienación y pérdida en que se vive. Es,
por un lado, un sentimiento de insatisfacción presen­ tural decisiva. El individuo queda instalado ante la
te, acompañado de una revisión del pasado y los va­ disyuntiva de elegir entre dos alternativas opuestas:
lores mantenidos. Prácticamente en forma simultánea reparar el mal o rehusarse a hacerlo. Es necesario in­
aparece la necesidad del cambio y del reencuentro con sistir en el hecho de que perdonar es un acto de la volun­
el otro, que en la parábola se manifiesta en el deseo del tad, es una elección que uno decide. Eso no significa
hijo de retomar al padre. Se plantea el cambio y la que el sentimiento de enojo o dolor continúe. En la
instancia reparadora. En este sentido, las crisis y las parábola, el hijo optó por la búsqueda de la reconcilia­
angustias son los disparadores de la conciencia de ción, que posibilitó la concesión del perdón. ¿Qué lo
cambio. También son decisivas las condiciones laten­ decidió a volver? Sin duda que fue la bondad del pa­
tes y circunstanciales que van procesando el conflicto dre. Si éste hubiese sido un hombre severo, culpabili-

E N F O Q U E S
zador y violento, seguramente el hijo no hubiese re­ organismo comunitario. En ese sentido el plan bíblico
gresado jamás. Él sabía que el padre no lo iba a despre­ ofrece un remedio muy eficaz.
ciar. Fue en definitiva, el triunfo del amor del padre lo
Cuando se logra la reconciliación, estimamos nece­
que rescató al hijo del extravío y la condenación.
sario hacer una reformulación del contrato -por lo
Pero, ¿qué ocurre cuando no se da la disposición a general implícito-, de la relación. La experiencia del
revertir la ofensa? Se acentúa el declive existencial y litigio no debe quedar enterrada en un pasado temido
los trastornos de la salud mental van produciendo y forzado al olvido. Esto es más necesario cuando la
deterioros cada vez más serios. Estas vivencias la ex­ desavenencia ha perturbado una relación significati­
presan elocuentemente en aquellas palabras del rey va, como por ejemplo, la de cónyuges, hermanos, pa­
David que aparecen en el Salmo 32: "Mientras callé, dre-hijo o amigos íntimos. Extraer todas las lecciones
envejeciéronse mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de positivas del disgusto es un medio de reconstruir el
día y de noche se agravó sobre mí tu mano; volvióse mi
vínculo sobre bases más sólidas. Esa reestructuración
verdor en sequedad de estío." El resentimiento y la culpa
deberá empezar por un acuerdo entre los puntos de
son como hierbas malsanas y enfermizas que envene­
vista de cada uno, para luego precisar los cambios de
nan la propia vida y las de aquellos con quienes se
comportamientos posibles y finalmente, con el tiem­
relaciona. Es precisamente en esta área donde la tarea
po, esperar la recuperación de los sentimientos de afecto
psicoterapeútica opera con más frecuencia, intentan­
lastimados. Es decir debe ser cognitiva, conductual y
do revertir los efectos devastadores de los conflictos.
emocional.
Cuando se tiene éxito entonces se puede pasar al paso
siguiente. 5) El reconocimiento agradecido. La historia del
4) La acción perdonadora. A la hora de efectivizar perdón consumado no puede terminar en el olvido
la acción perdonadora, son orientadoras las pautas vergonzoso. Debe permanecer, no en el recuerdo la­
propuestas por el evangelio de Mateo (18: 15-17). Como mentable de la desavenencia, sino en el reconocimien­
puede apreciarse en el resumen del Cuadro N"3, se to agradecido de sus bondades. Cuando se pasa por la
formulan cuatro etapas que corresponden a niveles crisis, la frustración, el desengaño y la agresión, es
sociales cada vez más abarcadores de intervención y cuando se percibe como nunca nuestra condición frá­
resolución. La finalidad del programa evangélico es gil y endeble, pero es también cuando se descubre la
preservar las redes sociales afectadas por el agravio. solidaridad, el afecto altruísta, la disposición insospe­
Como los círculos concétricos dibujados en el lago por chada de nobleza que tienen tantos que nos rodean.
la caída de la piedra, una injuria centrada primera­ "Entonces conocí los amigos de verdad", suele ser la re­
mente en la relación entre dos personas, frecuente­ flexión posterior. No se puede cometer el pecado del
mente se amplifica hacia ámbitos sociales más exten­ olvido. La parábola del reencuentro entre el hijo y el
sos, ·por la acción de la crítica, la difamación y la padre culminó con una fiesta. Aunque el egoísmo del
irradiación del ánimo resentido. Es necesario atacar hermano mayor no llegó a captar el significado de esa
esa especie de cáncer social para preservar la salud del experiencia para ambos protagonista de la reconcilia-

CUADRO N º 3 - PAUTAS PARA LA RECONGLIACIÓN SEGÚN EL EVANGELIO DE MATEO.


Pasos o etapas Nivel de resolución Resultados
l. "Habla con él a solas y hazle reconocer su falta" bi-personal perdón
2. "Si no te hace caso, llama a una o dos personas más
para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra" grupal - si fracasa 1
3. "Si tampoco les hace caso a ellos, díselo a la congregación" comunitario - si fracasa 1 y 2
4. ºy si tampoco hace caso a la congregación, entonces habrás extra-relacional autorreconciliación
de considerarlo como un pagano o gentil" paz personal

E N F o Q u E s
ción, fue una vivencia pletórica de alegría y de pleni­ preparación de corazón para que al llegar el día de la expia­
tud. Así, pues, el perdón cumplido lleva a un emique­ ción pueda recibir el 'sello' de vida para el año siguiente."
cimiento del ser, a un crecimiento de la calidad de (Gilbert F.C., 1969).
vida, a un desarrollo vital mayor y a un sentimiento Dice S.Bloch (1953)" comentando las prácticas pre­
rebozante de gozo. Es una historia con final feliz, que
paratorias del Día del Perdón, que son habituales en­
se simboliza en el sentimientos de lo festivo. Así la tre los religiosos judíos, desde varios siglos atrás,
psicología del perdón se convierte en psicología de la
gratitud. En el pensamiento bíblico, la mayor expre­ "Una de las costumbres más interesantes de Yom Kippur
sión de las emociones de la alegría y plenitud, se ma­ es el perdón individual de los pecados, que debe preceder al
nifiestan con la figura de la alabanza y la adoración. El perdón de Dios. Fórmanse tribunales por lo menos de tres
poeta del Salmo 103 ha cantado esas vivencias excel­ hombres, que anulan los votos que hubiese uno hecho en
sas de gratitud en estos versos: relación con su propia persona. Por lo general, la persona así
absuelta viene aformar parte del tribunal, hasta que el grupo
"Bendice, alma mía a Jehová, está totalmente absuelto. También se visita a las personas
Y no olvides ninguno de sus beneficios. con las que se está en malas relaciones para arreglar conflic­
El es quien perdona todas tus iniquidades, tos pendientes, pedir perdón por ofensas o insultos, etc.,
El que sana todas tus dolencias; pues solamente cuando haya perdonado el agravio o cuando
El que rescata del hoyo tu vida, haya hecho uno todo lo necesario para el desagravio, puede
El que te corona de favores y misericoridas; esperarse el perdón de Dios."
El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila." En el otoño, cuando la tierra y los hombres descan­
saban del agobio del verano oriental y la brisa refres­
Un día para el perdón cante acaricia los rostros con una sensación tonifican­
Existe en la tradición religiosa judía un ritual único temente animadora, también los aires del clarín des­
y excepcional. En las Escrituras Sagradas se lo deno­ pertaban la conciencia aletargada por la pasividad
mina Yom Hakkippurím (Treiyer, 1988) o el "Día de la cómplice, y los ánimos se disponían a reparar las ofen­
Expiación". Durante siglos se lo ha conocido como la sas, a solucionar los conflictos pendientes, a reconci­
más importante de las festividades religiosas, llamán­ liarse con los peleados. Nadie podía quedar con car­
dolo "el día", o "el gran día" o "el ayuno". Desde la gas al iniciar un nuevo año. La dulce sensación apaci­
Edad Media se ha familiarizado la designación de Yom guadora de las cuentas saldadas con nuestros vecinos
Kippur o "el Día del Perdón". Tiene lugar en otoño del y con Dios, se convertía en la tarjeta postal de la fiestas
hemisferio norte, por lo general en el mes de octubre, judías.
el décimo día de iniciado el año israelita. El hecho de estar viviendo precisamente en los días
Rosh Ha-Shaná es el día de Año Nuevo. A diferencia marcados por el calendario judío(*) para el arrepenti­
de la tradición cristiana occidental que hace del inicio miento y la reparación de las ofensas con nuestro pró­
del año un día de festejos ruidosos, un día para regalar jimo y teniendo en cuenta los efectos saludables que
y regalarse, de gastos y comilonas, el Año Nuevo is­ esas conductas presentan para la salud mental, física
raelita es un día augusto y terrible, de santa convocación, y social de las comunidades y los individuos, nos hace
un llamado al arrepentimiento y al perdón. En la an­ reflexionar ¿no habría que pensar en constituir un día
tigüedad se conocía ese día como La Fiesta de las Trom­ para el perdón? ¿Por qué no un Yom Kippur cristiano?
petas (Levítico 23:23-24), porque los sonidos delas trom­ Tenemos días que conmemoran los hitos significa­
petas vibraban por los aires, anunciando que pronto se tivos de la historia patria, de las grandes batallas, de la
cerraba el servicio del santuario y todos debían estar independencia, del nacimiento o la muerte de los hé­
preparados para el día del juicio (Yom Kippur), figura roes. Tenemos días para las festividades religiosas y
del juicio final que. concluirá con el tiempo de gracia seculares. Día del padre y de la madre con que agra­
del perdón divino y con la historia del mundo. Los decemos la vida y el amor educativo. Día del abuelo
diez días siguientes se llamaban "'los diez días del arre­ que nos lleva a reconocer nuestras raíces y nos recon­
pentimiento.' Durante esos días, aún el más descuidado e cilia con la tradición de la familia. Existen días para el
indiferente dedica su tiempo al servicio de Dios y busca la amigo, para la promoción comercial, para buscar el

E N F o a u E s
consumo de gratificaciones y recuerdos. Está el día de Pattison M. (1965). On the Failure to Forgive or to Be Forgiven, American Journal of
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la paz, que apela a la concordia universal y el desarrai­ Pereira Dos Santos C.y Rique Neto J.(1993). Qua/ a relar;do entre a Justil;a e o
perdtio, trabajo presentado en el XXlV Congreso Interamericano de Psicología,
go de las guerras, y tantos otros días más que nos Santiago de Chile,jul/1993.
recuerdan el trabajo, las profesiones, la salud; pero Pingleton J.P. (1989). The Role and Function ofForgiveness in the Psychotherapeutic
Process, Journal of Psycho/ogy and Theology, Vol.17, Nº I, pp.33-34.
¿por qué no un día para el perdón, corno tan sabiamen­ Rita Cabezas (1988). Psicoterapia cristiana, Ed.Clíe, Barcelona, pp. 85-91.
te fue dispuesto por Dios en los tiempos bíblicos? Sandford J.y Sandford P. (1979). Restoring the Chrislianfamily, Bridge, South
Plainfield, EEUU, .
Un día para la reconciliación, para reparar víncu­ Shontzf.C.y Rosenak CH. (1988). Psychological TI1eories and the Need for Forgiveucss:
los, para restañar las heridas del alma. Un día para Asscssment and Critique, Journal of Aychology and Christianity, Spring 1988,
Vol.7, Nºl , p.23.
terminar con los resentimientos y las culpas, que tanto Smedes L.B. (1984). Forgive andforget: Healing the hurlswe don 't deserve, Harpcr
& Row, San Francisco.
infestan el alma y el espíritu. Un día para que impere
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la indulgencia y la solidaridad, la buena voluntad entre of divorce, tesis doctoral, Boston University.
todos. Un día para que la concordia entre todos los Treiyer A. (1988). El Día de la Expiación y la Purificación del Santuario, A.C.E.S.,
Bs.As., p.27.
hombres y mujeres sea una realidad.
Sería de gran beneficio para la salud mental y espi­
ritual de nuestro país que se aprobara un día dedicado
al perdón. Pero, en definitiva, no es necesario que ese
día se imponga por un decreto o por una ley del go­
bierno. Cada uno puede legislar por sí mismo. Ese día
para el perdón puede ser hoy para usted y para mí.

Nota
(*) Esta disertación fue expuesta en vísperas del Año Nuevo judio.
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