Albert, A (1975) El Placer y La Regla Fundamental
Albert, A (1975) El Placer y La Regla Fundamental
André Albert
i la regla fundamental enseña algo, no puede serlo por el contenido de sus
S
enunciados: en sus formulaciones teóricas o clínicas la regla fundamental no sabría de
ninguna monera prescribir, exhortar al psicoanalizante a una transgresión cualquiera dal
principio del placer, mis bien a enraizar aún más su discurso en una economía del placer.
Esta se acomodaría bastante bien, se confortaría incluso, de la producción de
nunciados displicente, en un registro de complacencia a la exigencia, determinada
e
entonces, por la regla. Ahora, la regla tanto que podemos suponerle una función
determinantedentrodelaestructuradenominadaporLacan"discursodelanalista",procede
delaéticainherenteaésteúltimo,luegodelalocalizacióndeellaenrelaciónaloreal73)3:
lo cual excluye su reducción al oficio de un ideal dondeeldiscursoconcretamentetenido
por el analizante encontraría sus garantías de buena ejecución.
¿Cuálrelaciónexiste,enconsecuencia,entrelosenunciadosdelareglayestedecir
ético que nosotros le suponemos?
Correlativamente, ¿cuál relación entre la finalidad de la regla y el sometimiento del
discurso efectivamente proferido a la economía del placer?
1
Texto publicado en Scilicet 6/7, 1976, Revista de la Escuala Freudiana de Paris, Editions du Seuil,
aris. Leido en las jornadas de Paris, Junio de 1975. en Suplemento al correo de los carteles Nº 10.
P
Traducción: Gustavo Arredondo
2
Freud S.,Trabajos sobre técnica psicoanalítica, AE, Vol XII, pag 173
3
Tesis desarrollada por Lacan enLa ética del psicoanálisis, Clase del 18 de noviembre.
e la regla no es en Freud indeterminada, sino que existe siempre en referencia a la
d
invariabilidad de algunos criterios, patológicos en el sentido kantiano, susceptible de ser
aducidos por todos los sujetos sometidos a la asociación libre.
lparágrafoconsagradoalareglafundamentalde1923,“Psicoanálisis”y“Teoríade
E
la libido”, los enumera así: “... no excluir de la comunicación ocurrencia alguna, por más
que:
1, la cienta asaz desagradable; 2, no pueda menos que juzgarla disparatada; 3, la
considere demasiado nimia; o 4, piense que no viene al caso respecto a lo que se busca”4.
s al menos la manera como se expresa el traducir del texto5. En efecto, Freud
E
escribe más precisamente: “... aún cuando a usted le repugne hacerlo o justamente por
haber registrado una repugnancia en su contra”. Y cierra este parágrafo agregando: “...
nunca omita algo so pretexto de que por alguna razón le resulta desagradable
comunicarlo.6”
Aquiunodelospretextosdediscriminaciónpareceelectivamentepoderservirdeguia
ositiva en cuanto aquello que no debería omitirse. En vez de desdeñar los motivos
p
patológicos,elanalizanteseerigiríaenfarodeunodeellosparaabrirlavíaaunapalabra
más satisfactoria desde el punto de vista de la sumisión a la regla.
No es sin duda un azar si esta tendencia en particularizar aquello que no debeser
mitidosemanifiestaenelInteriordeuntextodondeFreud,enunaunasuertedediálogo
o
deficcióninstauradoconelpaciente,imaginaeldiscursodesusresistencias,previniéndolo
consusconsejos.Desdeentonces,enefecto,lareglanoaparecemáscomoalreferenciaa
una ley interviniendo en posición de tercero en larelacióndeFreudconsupaciente,sino
que se contunde más o menos con una serie de prescripciones enumeradas a este con
miras a un buen uso de la asociación "libre".
e hecho, la experiencia analitica muestra que ordinariamento no es necesario al
D
concursodelanalistaparaqueelanalizante,porsímismo,respondaalmandamientodela
reglacompletándolaalafuerzadedecretosdeaplicación:gestodesubversióndelaregla
alcualesconducidoporsuinfinitacomplacenciafrenteaestaypormediodelcualImagina
aquello que sería del enunciado más displicente.
4
Los artículos de la enciclopedia en AE, Tomo XVIII pg 234. Ver también a propósito de la regla
fundamental“Esquema del psicoanálisis”, AE, Tomo XIII pags 174-175
5
N. de T. La observación se refiere a la traducción francesa de Freud
6
Trabajos sobre técnica psicoanalítica, op cit pp 135-136
Este último puede conocer múltiples avatares en elcursodeunacura,Freudhabla,
nelpasajequeacabamosdecitar,de“desagradableparacomunicarporalgunarazón”.El
e
displacer imaginado por el analizante podrá así desplazarse de lo excesivamente íntimo
hasta la quintaesencia de lo fútil, pasando por las cascadas de juegos de palabras
puramentefonéticos,dondeespatentequeexisteundisplacercuyaparteplacenteraespor
así decirlo automático y no escapa al analizante mismo.
ero cómo entender los enunciados freudianos ante el hecho que, en dosdeellos,
P
vemos delinearse ese movimiento de idealización por medio del cual el analizante busca
realizar lo
displicente a nivel de los enunciados que produce?
eplanteainicialmentelapreguntadesabersilodesagradableparadecirdelocual
S
hablaFreudesasimilablealdisplacerentantoque,porlodemás,esconcebidoporélcomo
señal de las representaciones reprimidas encontradas en el curso del trabajo del
pensamiento7.
Nos vemos por consiguiente conducidos a mensurar la profundidad del intervalo
c readoporlaformulaciónfreudianadelareglaentreaquelloqueelanalizanteaimaginaser
displicente y el riesgo inherente a toda comunicación del fantasma o de sus sueños,
desagradar diciéndolo.
antomáscuando,enloreferentealdisplacer-señaloaldisplacer-garantíaquebusca
T
elyo(moi)nadaestaninciertoyrelativocomosudefinición.Podríanoserningúndisplacer,
todo lo contrario, comunicarlo fuera delasituaciónanalítica;pruebadequeestedisplacer
participadesdeelmomentoesqueesexperimentado,deunfundamentaldesconocimiento
de aquello que se indica por tanto en la insistencia con la cual es en el análisis alegado10
7
a interpretación de los sueños, AE, Tomo V pags 590-592
L
8
Dos artículos de enciclopedia: “P sicoanálisis” y “Teoría de lalibido”,op.cit.pags234-235.Breve
informe sobre el psicoanálisis, AE, tomo XIX pags207-208.Deigualmanera,aunqueenformano
explícita, en Presentación Autobiográfica, AE, tomo XX, pags 38-39
9
Eltérminoalemán“m itteilung”seencuentraenlamayoríadelosenunciadosfreudianosdelaregla,
empezando por aquel citado arriba, “P sicoanálisis” y“T
eoríadelalibido”-Elimplicalaideadeuna
doble dimensión entre los dos partenaires del acto de comunicación.
10
N. de T. Alegado, en el sentido jurídico, el analista como juez.
Al ser aquel que divide la comunicación de su idea, al imaginar alternativamente
gradarydesagradaralanalistaensucomplacenciaforzadaconlaregla,elyo(moi),ensu
a
seducción a toda costa, ignora que él solo se sostiene del ocultamiento del sujeto del
inconsciente, en una alianza alternada con el objeto fálico y el objeto anal.
entir el displacer11 por medio de la producción de significaciones displicentes, tal
S
podría ser un aspectodelasfuncionesdedesconocimientodelyo(moi)ilustrandolatesis
lacaniana según la cual los sentimientos y, en primer lugar, el sentimiento de lo
desagradable constituyen una guia esencialmente engañosa de acceso a lo real12.
n cuanto al displacer cuyo riesgo se corre con el movimiento mismo de la
E
enunciación, solo puede ser ignorado por el yo (moi): existiendoapenas13,omásbienno
haciendo más que existir al yo (moi) en el instante del pasaje al acto de la intención de
decir, suertedelímitedelsilencioydelapalabra,élconfinaconungocedesconocido.Un
instantemástarde,lacosadicha,seaqueellanolohasido,quehubiesebastadopoco,que
sea efectivamente dicha, el acmé del displacer se aminora ya, tomando cuerpo en la
satisfacción de la confesión.
a experiencia de la sumisión a la regla fundamental testimonia luego de una total
L
incompatibilidadentreelsaberdelinconsciente,elhorrorpormediodelcualrepeleyatrae
haciasíelsujeto,creasunecesidaddedecir14,ydeotraparte,lossentimientos,agradables
ydesagradables,dondelaregulacióndelplaceresinvariablementeamadeconfusiónentre
lo placentero y lo displicente.
sípues,lodesagradableparadecir,enloqueescapaatodadeterminaciónparticular
A
dentro del registro de los afectos, no se confunde definitivamente, con ninguno de los
pretextosparanodecirenumeradosen“Psicoanálisis”y“Teoríadelalibido”:desagradable
sentido, absurdo, despojado de importancia, sin relación con aquello que uno busca. El
constituiría más bien la razón de su serie. En estas condiciones, él no suministra ningún
criterio ningún criterio objetivable de sumisión a la cláusula de no-omisión supuesta en
“sobre la iniciación de tratamiento”. Esta última no sabría en consecuencia pacificar la
relacióndelyoconlaconsignadeno-discriminación,aquellaqueseexpresaenFreudpor
lafórmulade“noexcluirnadadelacomunicación”loqueLacantraducepor“decircualquier
cosa”15.
11
Cfr. en el texto citado arriba “P
sicoanálisis” y “Teoría de la libido” el primer pretexto para no
comunicar ocurrencia alguna “sentida como asaz desagradable”.
12
Cfr. “La ética del psicoanálisis”
13
Posiblementepodríamosavanzarmuydescriptivamente,queelanalizantehacelaexperienciade
la máxima resistencia, en tanto que lo desagradable resulta no ser más que una aversión
absolutamenteindeterminadarelativaaun matizafectivocualquiera:unmotivopatológicosinafecto,
un “horror frío”, tal como aquel que Lacan declara inherente al discurso del analista: el juicio de
absurdidad, segundo motivo para no comunicar dentro de la serie de pretextos, podría ser
interpretadoasí:lapalabraalemanaunsinningindicamuchomásqueunasimpleprivacióndesentido
en el enunciado: el fracaso y el suspenso de sentido alguno efectuándose en el instante de la
enunciación
14
Elanalizante“debedecirmásdeloquesabe”fórmuladeFreuden“¿Puedenloslegosejercerel
psicoanálisis?” AE Tomo XX pag 177
15
El seminario, libro XX,Aún, Ed Paidos, pag 38
l no tener en cuenta este primer aspecto de la regla, el yo (moi) se encuentra
A
necesariamenteconfrontadoaldilemadeaquelloqueespreferibledecirenprimerlugar:de
allí su inevitable división entre exigencias contradictorias y su elección de una u otra a
nombredeaquelloqueélimaginamássatisfactoriodesdeelpuntodevistadelasumisióna
la regla.Bastedecirqueaestenivelelsologuiaeselprincipiodeplacer.Noesentonces
un azar si Lacan asocia la influencia del lustprinzip sobre el discurso efectivamente
pronunciado por el analizante aestaconsigna,“decircualquiercosa”lacualnoconstituye
por tanto todo el decir de la regla16.
Que un segundo aspecto venga, en Freud, a anudarse de manera indisoluble al
rimero, no aporta ninguna precisión sobre aquello que sería necesario decir en primer
p
lugar. “No omitir nada…” no es tampoco la orden de decirlo todo, lo cual no haría sino
redoblar la exigencia primera y someter aún más alhablantealordendelplacerydesus
preferencias.
Lacláusuladeno-omisiónordenadeciralgomás,algotansingularquenosabríamos
r econocerloenningunadesusparticularidades:noexcluirnada,noomitirunciertonada,un
ciertoremqueseencuentramásalládetodadeterminaciónenelregistrodelobuenoode
lomalo,justificandosegúnLacan,eltérminodenecedad.Deallílaformulacióncompletaen
el seminario Aún: "d
ecir cualquier cosa, sin vacilar ante las necedades que se puedan
17
decir" .
acláusuladenoomisiónaparece,desdeentonces,comoaquelloque,deldecirdela
L
regla, tiende a atraer la palabra que se somete a él hacia un más allá del principio del
placer, hacia una realización puntual de la inversión del displacer en goce18,a la
aproximación de la singularidad de una cosa que no es reducible a la serie de
representaciones placenteras o displacenteras.
ero ¿cómo la consigna de no omitir nada puede ser, a la vez, aquelloquesolicita
P
más fuertemente al super-yo en el sentido de la creación de exigencias suplementarias
particulares conformes al principio del placer, y además, la indicación desumásallá?La
cláusula de no omisión es incontestablemente el punto de convergencia de múltiples
exigencias que podríamos, descriptivamente, calificar de “superyoicas”. La posibilidad de
decir,abiertaporlareglasealienacadavezenunarepresentaciónanticipadadelnadaque
no debe ser omitido. Pero, si estacláusulaprovocaunareintervencióntaldelsuper-yo,al
cual la consigna de no discriminación parecía tener tendencia a poner de lado, ¿no será
éste el indicio que él paradójicamente toma parte en el dispositivo por medio del cual la
regla apunta a contornear el principio de placer, cuando no “enseña” a vencerlo?
16
ún, op cit pag 101
A
17
Ibid, pag. 38
18
ParececasisuperfluorecordaraquílafórmuladeFreudpormediodelacual,enelHombredelas
ratas,élmismodesignalaexpresióndesupacienteconmotivodelrecuerdodelavivencia”el“horror
antesuplacerignoradoporélmismo”.ApropósitodeuncasodeNeurosisObsesiva,A.E.TomoX,
pag133.Latraduccióneneltextofrasesdelust(placer)porJouissance(goce)solosejustificaporel
hecho que este placer es ignorado por el yo (moi).
Sireducimoslafuncióndelsuper-yoanosermásquelainstanciaproductoradelos
retextosparanodecir,¿cómolareglapretenderellaapelaraaquelquecombate,sinoes
p
suponiendo en el aparato psíquico una “inversión de bandos”?19
i el mandamiento de la regla viniera así a realizar una especie de Aufhebung del
S
superyó20,¿noserádebidoaqueélseparaabsolutamenteelplandelsuper-yodelplandel
Ideal?¿Noconfíalareglaalsuperyólatareadeunmandamientocuyaexigencianopodría
ser idealizada ya que no puede, en ningún, caso ser particularizada? ¿No viene ella a
romper la coalición de las dos formaciones psíquicas de las cuales Freud piensa la
intrincación recíproca bajo las rúbricas del superyó y del Ideal del yo?
Parasabersilareglapuedeefectivamentehacersosteneralsuper-yomásalládelas
formaciones imaginarias con las cuales tiene relación (Ideal del yo y yo ideal), nos es
necesario ahora volver a la situación donde tiende a eclipsarse completamente detrásde
ellas:laidealizaciónpormediodelacualelprincipiodelplacerreducelareglaaunaleyde
agradar.
n Observación sobre el informe de Daniel Lagache21 una frase elíptica de Lacan
E
parece poder permitir precisar las modalidades paradójicas de una subversión tal de la
regla, si al menos interpretamos al mandamiento del cual se trata como siendo, en ese
caso, aquel de la regla:
“…elIdealdelYo,siguiendolaleydegustar,llevaalsujetoanogustarsealcapricho
del mandamiento; el Yo Ideal, a riesgo de no gustar, sólo triunfa si gusta adespechodel
mandamiento"22. Es la función de guía del Ideal del yo quien introduce el "sujeto" o la
primera paradoja tenida en cuenta por la fórmula de Lacan. El "sujeto" se sitúaentonces
con relación a una instancia descrita además como "'organismo de defensa" destinado a
prolongarlasatisfacción23,oaúnmáscomoesepuntoidealquelepermiteverseobservado
por el Otro, bajo la forma como le agrada ser visto24.
eferidoalasituaciónanalítica,elIdealdelyo,concebidoasícomo"leydeagradar",
R
rige electivamente la relación con el analistadel“sujeto”,entantoqueestebuscarealizar
allí laimagennarcisistadesuyo(moi).La“leydelagradar”suponeentonceslaexistencia
delarelaciónespecularalotroatravésdelcualelyofijaestaformaagradabledeélmismo
que la segunda frase de la fórmula designa como “yo ideal”.
19
Fórmula empleada porFreudenEsquemadelPsicoanálisis(p179)y“aplicadaalelloqueporla
presión que ejerce, deviene aliado de la regla en tanto que ella apunta a levantar la represión.”
20
Del super-yo, la reglaconservaalmenoslasimpleformadeimperativoúnicorelevandotodaley
anterior y con relación a la cual el analizante está en un vínculo sin mediación: la regla es “la
condición única de tratamiento”, mandamiento ante el cual Freud declara a Ernst Lehrs estar él
mismo sin poder, incapaz de eximirlo, como lo sería de regalarle dos cometas. La referencia ala
realidad astronómica da la medida del núcleo denecesidaddelelementoderealqueconstituyeel
centrodelimperativodelaregla,librandolapalabradeaquelqueaélsesometealarbitriodelaley
del significante.
21
EnEscritos 2
22
Lacan,Escritos 2, p 639
23
Cf El Seminario Libro I,“Los escritos técnicos de Freud”pag 14
24
Cr. El seminario, Libro XI,“Los cuatro conceptos…”
ntalsituación,el“sujeto”sólopuedehablarapoyándoseenelotro:sometidoalaley
E
de agradar, queda preso de la función de la “mediación de la palabra” y permanece
impotente “para llegar hasta el final en el ámbito de la realización de su verdad”.
Es a este nivel de realización de la palabra que se multiplican, “al capricho del
andamiento”,exigencias“superyoicas”,apuntandoadefinirunciertoidealdesatisfacción
m
a la regla: seaencuantoalcontenidodelosenunciadosdebiendoserproducidos,seaen
cuantoatodalagamadeparticularidadesvocalesosintácticassusceptiblesdecaracterizar
laformadelapronunciaciónypormediodelascualeselanalizanteagitasusfantasmasde
dominio de su propia voz.
ueda por rendir cuenta del hecho que el sujeto pueda así no gustarse. Este
Q
resultado no parece poder ser asimilado a aquel, posteriormente considerado, de la
compulsiónadecirlodisplicentepues,enesecaso,elefectoobtenidoendefinitivaesuna
ganancia de placer para el yo (moi).
n sus esfuerzos por alcanzar el ideal, el yo no se gusta, y de un displacer que la
E
experiencia analítica muestra nodesprovistoderelaciónconlaculpabilidad.Todosepasa
comosilacomplacenciaconlaleynohicieramásquerealizarlaexigencia“superyoica”25,la
exigencia del superyó en tanto que tiende aquí a confundirse con el Ideal del yo.
e hecho, al querer determinar un contenido de la exigencia suplementaria de la
D
regla, el analizante la transgrede. Él transgrede la ley en tanto que ella le ordena ser
intransigente en su deseo. Displacer y culpabilidad resultan entonces aquí también de
aquelloque,enlatransgresióneselcentrodesuobedienciaalaregla,éltraicionaaúnmás
profundamente su deseo. Él desconoce los significantes de su deseo en tanto que,
comprometiendo su palabra en el plano del reconocimiento, se inclina y bifurca sincesar
sobre la vertiente de su deber-decir.
Aunaalienacióntaldelapalabrarespondeelsilenciodelanalista,discursosilencioso
ue tiene como tarea indicar, por su incansable discreción, esta traición misma. Este
q
silencio significa algo más que el fracaso del intento de agradar.Elnoprovocaunsimple
displacer,sinoque,entantoqueretiraalyoelapoyotomadoenalotro,elvuelvedisplicente
ante el Ideal del yo. El hace, por así decirlo, perfilarse la sombra del superyó entreelyo
ideal y el ideal del yo, volviendo vano el intento del primero por igualarse al segundo.
25
aradoja desarrollada por Lacan en“La ética del psicoanálisis”, sesión del 16 de marzo de 1960
P
26
¿Elcarácterdepresivodeldisplacerdel“sujeto”ocasionadoporsuyo(moi)noeslamarcadeesta
funciónprevalenteycríticadelidealdelyo,queconstituyeyaaquíunidealdedeseo,desdedonde
se hace reproche al yo (moi) por su excesiva complacencia?
nellugardondeélsecalla,elanalistaevocaelsuperyóenunaposiciónterceraen
E
relación a la pareja del yo, ideal-ideal del yo: podríamos decir que allí él “simboliza el
superyó”27.
ustituídoelidealdelyo,elyoidealtienelugardesujetoenestasegundadialéctica.
S
Aquel que habla parece deber situarse en el punto de asunción de re-introyección de la
formadesuyo(moi).Sometidoanteriormenteala“leydeagradar”,élcorreahorael“riesgo
dedesagradar”.¿Esnecesariodeducirqueelregistrodelacomplacenciaconelotroqueda
enadelantesuperado?Deningunamanera,pueselhablanteaúnapuntaaagradar:parece
ser,enestesegundocaso,elresultadoobtenido.Estosuponequeotra“leydeagradar”rige
las relaciones al partenaire de la relación analítica. Allí donde en el marco de la primera
dialéctica, el analizante busca encarnar la imagen narcisista del yo ideal, él se esfuerza
ahora por realizar el ideal del yo: en tanto que éste constituye, como lo indica Lacan,un
“guía que esté más allá deloimaginario”28,imagenalienada,nodelyo,sinomásbiendel
deseo, que implica que ya haya tenido lugar el intercambio de la palabra.
Es a nombre de su dependencia imaginaria de un tal ideal del deseo que el
nalizante, en el caso presente, no se preocupa por salvaguardar la imagen yoicaconla
a
cual seadornóportanto.Deallílaposibilidadparaél,dehablarcomosiignoraralaregla,
luego "al capricho del mandamiento". Aquello de lo que la experiencia analítica puede
permitir dar cuenta: el decir del "sujeto" se precipita prematuramente hacia aquello que
Lacandesignacomo"palabraderevelación"otambién"confesióndelser"29,estoconforme
a la necesidad de agradar al ideal del deseante.
n cuanto al "triunfo" del yo (moi) del cual esta segunda dialéctica incluye la
E
posibilidad, no puede dejar de tener ligazón con unasuspensióndelatensiónentreelyo
(moi) y suideal,implicandounareintegracióndelidealdentrodelyo:podríamosencontrar
múltiplesfórmulasenLacanparadarcuentadeesteretornoverbalizadodentrodelyo(moi)
deundeseonombradoporelsujeto.Enotrostérminos,elsujetoprocedealaasuncióndel
deseo como si se tratara de la asunción de una imagen.
saun"triunfo"tal,sinduda,queestáligadalaposibilidaddeunfindeanálisisalo
E
Balint, con su carácter de exaltación maníaca y de trance narcisista: a condición por lo
menos que la función de la interpretación se vea confundida con una nominación tal del
deseo.
27
Fórmula avanzada por Lacan al final de una conferencia de julio de 1953, Lo simbólico, lo
imaginarioylorealconestaprecisiónqueelsuperyóconstituyeel“símbolodelossímbolos”.Ellano
tiene,evidentemente nadaqueverconlatesisdeStracheysegúnlacualelanalistaseidentificaal
superyódesupaciente,tesiscriticadaenlamismaépocaporLacanconocasióndelSeminarioLos
Escritos técnicos de Freud.
28
“L
os escritos técnicos de Freud” pp. 215
29
Cfr. Ibid pp 274-275 y 278
e produce aquí algo del orden de un fracaso de la efectuación del imperativo
S
freudiano: “allí donde estaba yo puedo advenir”... ahí donde estaba el lugar vacante del
sujetoadviene,dehecho,elidealdelyoalamaneradeuna“hipóstasis”delsujeto30,osea
una realización imaginaria de su idea, o al menos de la idea de su lugar, de su vacío.
aprimaradialécticadescritaporlafórmuladeLacanprocedíadelaidealizacióndela
L
exigenciadelaregla.Lasegundaconduceahacervalercomosustitutodelareglaunideal
de decir toda la verdad en donde el yo (moi) se deja encantar; la palabra que emerge
entonces tiende a ser reintegrada ilusoriamente en un orden de bienes a los cuales el
análisis podría dar acceso.
Si el silencio del analista31 puede aquí aún sur eficaz y operar como discurso
¿
silencioso, no será porqueallíseevocadenuevoaquelloque,delainstanciadelsuperyo
seseparadelregistrodeloimaginario?Lasimbolizacióndelsuperyoporelanalistavendría
enefectoaimpediralanominacióndeldeseodehacerextenuarsealapalabraproducida
en la “satisfacción con el bla bla bla” sobre la cual se sostiene el yo32.
sbajosuaspecto,extraídoporLacan,deimperativodegocepuro33 queelsuperyó
E
pareceoperarenéstesentido.MásalládesucoaliciónconelIdealdelyo,élseresolveríaa
nosermásqueelíndicedeunreal,realcontraalcualtropieza,enalanálisis,elintentode
conjunción por la palabra entre el sujeto y el deseo.Marcadelaimposibilidaddedecirla
verdad quesepretendetoda,élpermitiríaalpsicoanalistadeciraún,evitandolaconfusión
de lo imposible con el decir verdadero. Esta función del superyo tiene sin duda las más
estrechas relaciones con la paradoja de la prohibición del goce que expone Lacan en el
seminario Aún, y que conduce aqueseproduzcasiempreelgocequeharíafaltaqueno,
aquel que no conviene a la relación sexual34.
30
Término utilizadoporLacanen“O
bservaciónsobreelinformedeDanielLagache”Escritos2,Op
cit…
31
Nosotros no consideramos en este trabajo, las relaciones de la regla fundamental con la
interpretaciónquetienerelacióndirecta,conelmomentoennquelapalabraproducidaesconducida
por el ideal del analizante.
32
Cfr “Aún” op cit p 71 “lo que se satisface con el bla bla bla”
33
Ibid p 11 y p 15. Cfr Escritos 2 op cit pp 801 (revisar paginación)
34
Aún op cit pp 69-70 y 74-76
35
N d T: expresión latina (“no es apropiado”)
36
Aún, op cit 144
Es decir que la consigna de “decir lo quesea,teniendoencuentalacláusuladeno
r estricción que se agrega -”sin dudar a decir necesidades”,exponelapalabraproferidaal
encuentroconestesignificanteúltimodelcualelprincipiodelplacernopuedeatemperarel
no-sentido, ligado e conciencia a una palabra que deja fundamentalmente que desear.