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5° Lengua-2024

El documento habla sobre literatura, definiendo sus diferentes significados y características. También explica los diferentes géneros literarios como lírico, dramático y narrativo.
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5° Lengua-2024

El documento habla sobre literatura, definiendo sus diferentes significados y características. También explica los diferentes géneros literarios como lírico, dramático y narrativo.
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EESO N° 546 “ÁNGELA PERALTA PINO”

CUADERNILLO DE LENGUA Y LITERATURA - CICLO 2024


5°A TURNO MAÑANA - PROF. ELENA BUSTILLO

UNIDAD N° 1:
LITERATURA: Diferentes significados
 Proviene del latín “litterae” que significa “letra”o “escritura”.
 Es el arte que utiliza la palabra como medio de expresión.
 Es un conjunto de obras literarias de un país, lengua o época.
 Es una práctica humana, una construcción social de naturaleza artística.
 Sus características básicas son la ficción y la función poética.
La definición de literatura se construye con el aporte de distintas perspectivas teóricas
En una primera aproximación, puede considerarse, como señala el escritor mejicano, Juan Rulfo, que la
creación literaria es invención. Efectivamente, aquello que en principio permite diferenciar la literatura de
otros textos es la ficción. Desde este punto de vista, la literatura se compone de un conjunto de textos ficticios
o imaginarios que se contraponen con aquellos que no inventan sino que intentan registrar sucesos reale s,
por ejemplo, los textos de historia. Así fue en los orígenes para los antiguos griegos. La palabra poesía -que
para ellos señalaba a la literatura en general- significaba «producción», «creación», es decir, denominaba
un objeto artificial o artístico, inventado con palabras para imitar o representar las cosas tal como podrían
suceder en la vida, y para producir en el receptor un goce estético que lo emocionara de un modo particular
y produjera un aprendizaje.
El texto literario, como objeto artístico, se diferencia de otros textos por una manera particular de decir, un
modo de trabajar con el lenguaje distinto del que usamos en la vida cotidiana. No sólo importa lo que se dice
sino cómo se lo dice: el empleo del lenguaje atrae la atención sobre sí mismo. No se trata de un uso
espontáneo sino de un trabajo consciente con las palabras que pretende generar un efecto estético.
Resumiendo, la literatura presenta dos rasgos fundamentales: la ficción y un uso particular del lenguaje que
crea un objeto especial, es decir su carácter ficcional y su función estética. Sin embargo, no todo lo que es
producto de la imaginación y está hecho con palabras es literatura. Superman no lo es y el texto de una
propaganda gráfica, tampoco. Para definir literatura, entonces, hay que sumar otros criterios.
La obra literaria es también un objeto estético. Presenta ciertas características que la diferencian claramente
de otros discursos (periodísticos, científicos, etc.) estos tienen un referente real, mientras que el discurso
literario crea su propio referente. El lenguaje literario es el protagonista y si bien aparecen todas las funciones
del lenguaje, lo que caracteriza a este tipo de discurso es la función poética a través de la cual el autor se
preocupa por la forma del mensaje. El artista selecciona las palabras y la combina de un modo único y
personal aprovechando los aspectos fónicos, morfológicos, sintácticos y semánticos que le ofrece la lengua.
Es decir, trabaja con la plurisignificatividad, polisemia y ambigüedad del signo lingüístico utilizando las
posibilidades connotativas del lenguaje que le permiten sugerir otros significados y no uno solo como el en
lenguaje denotativo.
GÉNEROS LITERARIOS
El concepto de género literario implica una forma de clasificar los textos en distintos grupos, cada uno de
los cuales se diferencia por características propias. Entre la variedad de textos que existen, los géneros
permiten que el lector reconozca algunos como poesías, por ejemplo, y los distinga de otros, como novelas
o cuentos.
El origen de los géneros se remonta a la Antigüedad clásica. Ya han visto que, para los griegos, poesía
señalaba toda producción o creación literaria. En esa época, la literatura se escribía en versos, con una
estructura rítmica y una métrica regular. Aristóteles, un filósofo del siglo IV A de.C. y el primero en escribir
un estudio sobre la literatura -la Poética- explica que el origen de este arte obedece a dos causas: por un
lado, el acto de imitar, que es propio de los hombres desde la infancia; por el otro, el placer o goce que
produce esa imitación en las personas.
Se llaman géneros literarios a los diferentes grupos en que se pueden clasificar las obras de la Literatura.
Cualquier obra literaria pertenece a uno u otro género según sus características básicas: el tema, la forma
en la que está escrito, etc.
1
Los géneros tradicionales son:

Lírico: Las obras en las que los escritores, generalmente poetas, expresan sus impresiones, emociones o
sentimientos. Un texto lírico puede estar escrito en verso o en prosa.
Dramático: Pertenecen al género dramático aquellas obras que están escritas en forma de diálogo y
pensadas para ser representadas en un escenario y ante un público.
Narrativo: El cuento y la novela. Relatan hechos que le suceden a uno o más personajes. Están escritos en
prosa. En este género predomina la trama narrativa.

Actividad N°1:

1) Reconocer a qué género literario pertenecen las siguientes obras, teniendo en cuenta el resumen de
sus argumentos.

a) “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” por Pablo Neruda.


Poesías cargadas de angustia, tristeza, ausencia, recuerdos, melancolía.
b) “El Aleph” de Jorge Luis Borges
Este libro, publicado en 1949, reúne diecisiete relatos, entre ellos algunos de los más conocidos de
Jorge Luis Borges, como “El Aleph”, que da título al volumen y que vio la luz por vez primera en la
revista “Sur”. Otros, como “La casa de Asterión” –una versión del mito griego del Minotauro- o “El
inmortal” –una honda reflexión sobre la inmortalidad-, denotan la rica variedad de la temática y la
estética “borgiana”.
c) “Sueño de una noche de verano”: Para esta edición nos hemos propuesto que el lector se encuentre
con un diseño clásico, muy claro, especialmente pensado para permitir una fluida lectura del texto
en grupo o en solitario. Los personajes se destacan en la hoja y se los puede encontrar con facilidad
para disfrutar sus diálogos.

2) Elaborar un concepto personal de lo que para vos es la literatura.

El mito, la leyenda y la leyenda urbana


Un mito es una narración maravillosa protagonizada por dioses, héroes o personajes fantásticos, ubicada
fuera del tiempo histórico, que explica o da sentido a determinados hechos o fenómenos. La palabra,
como tal, proviene del griego (mythos).
Los mitos, en este sentido, forman parte del sistema de creencias de un pueblo o cultura, con los cuales
se han explicado tradicionalmente a sí mismos el origen y razón de ser de todo lo que los rodea.
En este sentido, los mitos ofrecen explicaciones sobre el origen del mundo (cosmogonía), de los dioses
(teogonía), del hombre en la Tierra (antropogénicos), de la fundación de las culturas y las naciones
(fundacionales), de los seres, las cosas, las técnicas y las instituciones (etiológicos), así como sobre el
origen del bien y el mal (morales) y relatos asociados con la idea del fin del mundo (escatológicos).
Los mitos responden preguntas existenciales (¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde
vamos?, ¿por qué estamos aquí?) y ofrecen explicaciones tradicionalmente aceptadas por el pueblo, que se
han venido trasmitiendo de generación en generación a lo largo de los siglos de manera oral o escrita.

Mito y leyenda
Una leyenda es un relato de tradición popular con una base histórica más o menos reconocible que refiere
hechos naturales o maravillosos.
Como tal, la leyenda se sitúa en la frontera entre el mito y la realidad y, al igual que el mito, ha pasado de
generación en generación mediante la trasmisión oral o escrita.
La leyenda, a diferencia del mito, que habla de dioses, semidioses y criaturas fantásticas, refiere acciones y
hechos de personajes arquetípicos, como el héroe, el sabio, el inocente, el malvado, etc. Leyendas son, por
ejemplo, las historias de Robin Hood o la supuesta existencia de la ciudad de la Atlántida.

2
Actualmente, no obstante, las leyendas se han reconfigurado y se han creado las leyendas urbanas, es
decir, relatos de dominio popular sobre hechos que son ficticios o que carecen de fundamento real, como “la
viuda negra”, la chica del cementerio”, etc.
Se llaman “urbanas” porque nacen y circulan en las grandes ciudades, a partir de la incertidumbre y
despersonalización del hombre moderno, sus preocupaciones, sus miedos y esperanzas.
Características de las leyendas urbanas:
 La historia es contada por una persona de fiar (“el amigo de un amigo”.)
 Se difunde en forma oral o a través de los medios de comunicación.
 Trata temas como muertes trágicas, la angustia por la salud o violencia urbana.
 Presentan hechos supuestamente reales, poco comprobables.
 Los hechos se desarrollan en cementerios, supermercados, cines o clínicas.
 Los personajes son arquetipos anónimos: “un hombre”, “una mujer”, “una nena”.

Actividad N°2:
1. ¿Qué explican los mitos?
2. ¿Qué personajes de la actualidad del ámbito deportivo podríamos considerar mitos? ¿Por qué?
3. ¿Cuál es la diferencia entre mito y leyenda?
4. ¿Qué son las leyendas urbanas?
5. Leé la siguiente leyenda urbana y señalá qué características dadas se encuentran en ella.

Lectura: “La dama del lago”


“En un parque de nombre Independencia, que cuenta con un buen número de espejos de agua, se encuentra
en uno de ellos una mínima isla en donde puede verse la bella escultura de una mujer echada, de color
blanco impoluto, que en su época de inauguración causó revuelo ya que muchos paseantes acusaron a su
autor, el escultor Osvaldo Lauerdorf, de haber colocado a la mujer en una pose provocativa.
Los rumores se intensificaron cuando se sospechó que la modelo utilizada para acabar la obra de arte habría
sido la sobrina del escultor, con quien éste habría mantenido un escandaloso romance.
La joven murió tempranamente a causa de una grave enfermedad y el artista pasó sus últimos años en
soledad y amargura.
Hasta el día de hoy hay supuestos testigos que afirman haber visto a una mujer vestida enteramente de
blanco vagar por la superficie de las aguas del pequeño lago en las cercanías de la estatua, dando por
descontado que se trata de la sufrida sobrina del escultor cuya alma no logra hallar la paz ante la interrupción
del pacto amoroso.”
Actividad N°3: Lectura y reflexión sobre el contexto de producción de “El matadero” de
Esteban Echeverría

La literatura y la política en Argentina


Durante la primera mitad del S XIX, en nuestro territorio, llamado por entonces Pcias. Unidas del Río de la
Plata, se establecen modos de entender y practicar la política y la cultura argentina.
La política, en ese entonces, se relacionaba mucho con la actividad intelectual que traía ideas desde Europa.
Escritores como Echeverría, Aberdi, Sarmiento y Mármol, se nutren con los principios del Romanticismo
europeo y los trasladan a nuestras tierras.
Así, en medio de una vida nacional marcada por la violencia política, surge la literatura nacional y el
Romanticismo del Río de la Plata, que se ponen al servicio de causas ideológicas.
En este contexto, Esteban Echeverría escribe “El matadero” en donde simboliza en sus personajes, la
violencia y prácticas políticas de ese entonces; por eso, para comprender este libro, debemos conocer el
contexto histórico de ese entonces.

Unitarios y federales: Luego de sucesivos gobiernos durante la década de 1820, en nuestro país comenzó
a discutirse la forma específica de gobernar. Hubo una parte de la sociedad que pensaba que la mejor
manera era de manera centralizada (doctrina unitaria) y otra, que creía que debían existir provincias
3
autónomas reunidas por un gobierno nacional (doctrina federal).
Esto fue una fuente de conflicto entre las provincias mediante las figuras de los caudillos, y la hegemonía
con la hegemonía porteña imperante por parte de Buenos Aires en donde se encontraba el puerto y por
ende concentraba la renta aduanera.
Rosas y la suma del poder público: Frente al desorden institucional de la década de 1820 inspirada en la
hegemonía porteña, en 1829. La Legislatura de Bs.As., designó a Juan Manuel de Rosas como gobernador
y le otorgó facultades extraordinarias.

EL MATADERO de Esteban Echeverría y los orígenes de la literatura nacional

“La literatura argentina es la historia de la voluntad nacional [...] la literatura argentina comenta a través
de sus voceros la historia de los sucesivos intentos de una comunidad para convertirse en nación”, escribe
David Viñas en su libro Literatura argentina y realidad política (vol. 1, Buenos Aires, CEAL, 1994).

¿Qué significa esta afirmación? Hay varias cosas que se desprenden de ella. La primera es el vínculo que,
desde los primeros tiempos, existió en nuestro país entre la literatura y la política. Una relación muy estrecha
que se mantuvo durante todo el siglo XIX y, en buena medida, durante el siglo XX. Esto implica que el
posicionamiento político de los autores, el carácter político de los textos (ya sea como reclamo, denuncia,
adhesión explícita a una idea, toma de posición frente a un hecho), ha sido una constante.
Por otra parte, las palabras de David Viñas hablan del lazo, también innegable y cercano, entre la noción de
literatura y el concepto de nación. Toda comunidad que aspira a convertirse en una nación (es decir, que
pretende convertirse en un grupo de personas cohesionado en torno de un patrimonio común, de una historia,
una lengua, una tradición cultural, etcétera) construye una idea de literatura nacional, es decir que elige un
conjunto de obras y autores que considera representativos y a los que otorga importancia. Esa selección, sin
embargo, nunca es neutral o ingenua: siempre está guiada por tendencias e ideologías, siempre responde a
intereses de aquellos sectores o grupos que están en posición (política, económica, intelectual) de decidir qué
textos configuran ese conjunto de obras trascendentes y qué obras quedan excluidas. Toda literatura nacional
cumple, para la comunidad de una nación, una función verdaderamente significativa: favorece la construcción
de una identidad nacional. Esto implica que esa literatura es uno de los elementos que caracterizan a la nación,
forma parte de una herencia cultural con la que los habitantes se identifican porque habla de la historia, las
costumbres, la idiosincrasia, el “modo de ser” y las tradiciones de los miembros de ese cuerpo nacional. Esta
introducción nos sirve para presentar, hechas las aclaraciones anteriores, una obra que se considera un texto
fundacional de la literatura argentina: El matadero, de Esteban Echeverría. Este autor juega, precisamente, un
papel de gran importancia en lo que se considera la fundación de la literatura argentina.
Esteban Echeverría (1805-1851) nació y se educó en Buenos Aires. Siendo muy joven (en 1825) realizó un
viaje a Europa. Ese hecho marcó de manera muy significativa al pensamiento y a la literatura argentina. Desde
allí Echeverría trajo, a su regreso en 1830, las ideas y los conceptos del Romanticismo, movimiento estético
que se desarrolló en el Viejo Continente durante la mayor parte del siglo XIX. En el Río de la Plata, entonces,
la vuelta de Echeverría significó la presencia de un intelectual que había estado en contacto directo con un
nuevo modo de entender el arte, la literatura, la política... Y eso lo convirtió en la figura central de toda una
joven generación (la generación del 37) que comenzó a pensar de manera diferente la idea de país y la literatura
nacional.

¿Cómo se articulan literatura y política en El matadero?


El matadero participa de esa característica que señalamos anteriormente: plantea un vínculo muy evidente
entre literatura y política. Esta relación se da en el texto al mostrar a los sectores populares, partidarios de la
Federación (y, como consecuencia, de la figura de Juan Manuel de Rosas), en contraposición abierta con los
unitarios.
Actividad N°4: Guía de lectura

1. Describí el contexto histórico en que se escribe la obra. ¿Coincide con el tiempo histórico del relato?
2. ¿Hay vinculación posible entre la biografía del autor y esta obra literaria?
3. ¿Qué tipo de narrador tiene esta obra? ¿Es parcial o imparcial su relato? ¿Sabe todo sobre lo que
está pasando? ¿Escribe hechos del pasado o del presente?
4
Actividad N°5: Leé los fragmentos que se encuentran en el recuadro y luego respondé las consignas.

1. ¿Qué palabras o expresiones de esta cita textual hacen evidente la valoración negativa que la voz
narrativa hace del matadero?
2. Si, tal como muchos investigadores y especialistas han afirmado, el matadero es una metáfora del
país, ¿a quién estaría representando el juez del matadero?

EL ESPACIO:

El matadero de la Convalecencia o del Alto, sito en las quintas al sud de la ciudad, es una gran playa en forma rectangular
colocada al extremo de dos calles, una de las cuales allí se termina y la otra se prolonga hacia el este. Esta playa, con
declive al sud, está cortada por un zanjón labrado por la corriente de las aguas pluviales, en cuyos bordes laterales se
muestran innumerables cuevas de ratones y cuyo cauce recoge, en tiempo de lluvia, toda la sangrasa seca o reciente del
matadero. En la junción del ángulo recto hacia el oeste está lo que llaman la casilla, edificio bajo, de tres piezas de media
agua con corredor al frente que da a la calle y palenque para atar caballos, a cuya espalda se notan varios corrales de
palo a pique de ñandubay con sus fornidas puertas para encerrar el ganado. Estos corrales son en tiempo de invierno un
verdadero lodazal en el cual los animales apeñuscados se hunden hasta el encuentro y quedan como pegados y casi sin
movimiento. En la casilla se hace la recaudación del impuesto de corrales, se cobran las multas por violación de
reglamentos y se sienta el juez del matadero, personaje importante, caudillo de los carniceros y que ejerce la suma del
poder en aquella pequeña república por delegación del Restaurador. Fácil es calcular qué clase de hombre se requiere
para el desempeño de semejante cargo. La casilla, por otra parte, es un edificio tan ruin y pequeño que nadie lo notaría
en los corrales a no estar asociado su nombre al del terrible juez y a no resaltar sobre su blanca cintura los siguientes
letreros rojos: “Viva la Federación”, “Viva el Restaurador y la heroína doña Encarnación Ezcurra”, “Mueran los salvajes
unitarios”. Letreros muy significativos, símbolo de la fe política y religiosa de la gente del matadero. Pero algunos
lectores no sabrán que la tal heroína es la difunta esposa del Restaurador, patrona muy querida de los carniceros quienes,
ya muerta, la veneraban como viva por sus virtudes cristianas y su federal heroísmo en la revolución contra Balcarce.
Echeverría, Esteban, El matadero, edición de www.elaleph.com
Actividad N°6:

1. Explicá, utilizando citas del texto que está a continuación, las diferencias entre los personajes que
pueblan el matadero y el unitario.
2. Uno de los procedimientos que la voz narrativa utiliza para describir a los personajes es la
animalización: se los presenta con rasgos y conductas propias de animales. Tomen del texto algunas
palabras o expresiones que ejemplifiquen este procedimiento.
3. ¿Por qué les parece que los personajes que circulan por el matadero son calificados como “chusma”
por el narrador?
4. Teniendo en cuenta la caracterización que el autor hace de los personajes ¿cuál creen que es la
posición que toma respecto a unitarios y federales?

LOS PERSONAJES

La perspectiva del matadero a la distancia era grotesca, llena de animación. Cuarenta y nueve reses estaban tendidas sobre sus cueros y
cerca de doscientas personas hollaban aquel suelo de lodo regado con la sangre de sus arterias. En torno de cada res resaltaba un grupo de
figuras humanas de tez y raza distintas. La figura más prominente de cada grupo era el carnicero con el cuchillo en mano, brazo y pecho
desnudo, cabello largo y revuelto, camisa y chiripá y rostro embadurnado de sangre. A sus espaldas se rebullía, caracoleando y siguiendo
los movimientos, una comparsa de muchachos, de negras y mulatas achuradoras, cuya fealdad trasuntaba las harpías de la fábula, y,
entremezclados con ella, algunos enormes mastines olfateaban, gruñían o se daban de tarascones por la presa [...]. Acullá se veían
acurrucadas en hileras cuatrocientas negras destejiendo sobre las faldas el ovillo y arrancando uno a uno los sebitos que el avaro cuchillo
del carnicero había dejado en la tripa como rezagados, al paso que otras vaciaban panzas y vejigas ylas henchían de aire de sus pulmones
para depositar, luego de secas, la achura. Varios muchachos, gambeteando a pie y a caballo, se daban de vejigazos o se tiraban bolas de
carne, desparramando con ellas y su algazara la nube de gaviotas que columpiándose en el aire celebraba chillando la matanza. Oíanse a
menudo, a pesar del veto del Restaurador y de la santidad del día, palabras inmundas y obscenas, vociferaciones preñadas de todo el
cinismo bestial que caracteriza a la chusma de nuestros mataderos, con las cuales no quiero regalar a los lectores (…)

5
Más de repente la ronca voz de un carnicero gritó: – ¡Allí viene un unitario! –y al oír tan significativa palabra toda aquella chusma se
detuvo como herida de una impresión subitánea.
– ¿No le ven la patilla en forma de U? No trae divisa en el fraque ni luto en el sombrero.

[...] Era este un joven como de veinticinco años, de gallarda y bien apuesta persona, que mientras salían en borbotón de aquellas
desaforadas bocas las anteriores exclamaciones, trotaba hacia Barracas, muy ajeno de temer peligro alguno. Notando, empero, las
significativas miradas de aquel grupo de dogos de matadero, echa maquinalmente la diestra sobre las pistoleras de su silla inglesa, cuando
una pechada al sesgo del caballo de Matasiete lo arroja de los lomos del suyo tendiéndolo a la distancia boca arriba y sin movimiento
alguno.

Actividad N° 7:
 El texto de Echeverría presenta una mirada crítica e incluso despectiva hacia una etnia en particular: las
mujeres negras y los hombres negros. Compará esa mirada con la siguiente opinión del escritor Alberto Laiseca
y expliquen las diferencias entre ambos puntos de vista.
“Empecé esta conferencia diciendo que la obra maestra que consideramos (El matadero) no se puede separar de la
tragedia nuestra de negros y negras argentinos. La gran desgracia de nuestra república es que nos hemos quedado sin
negros a causa de una sucesión 7 de políticas fatídicas. Si aún tuviésemos negritud los argentinos seríamos más alegres
(algo se nos habría pegado de los morenos); como es en Brasil, donde hay mucha pobreza, pero también el carnaval y
la alegría de vivir (a como dé lugar) a lo largo de todo el año. En plena guerra contra el Paraguay, el general Emilio
Mitre escribió una carta a su hermano (el general Bartolomé Mitre, por aquel entonces presidente de la república)
diciéndole que, para las batallas más duras y difíciles, mandaba a los negros, y que hacía esto “porque son los más
valientes”. Esta virtud, la de la valentía, a la larga conspiró contra los morenos. Fueron utilizados en la guerra de la
Independencia, en las guerras civiles y también en la fratricida lucha contra nuestros hermanos paraguayos. Para
colmo, en 1870, luego de finalizados los combates contra el Paraguay (y como consecuencia directa de la misma guerra)
estalló en Buenos Aires la fiebre amarilla. Los barrios más castigados fueron los de San Telmo y Monserrat, por aquel
entonces habitados principalmente por negros, quienes murieron de a cientos y miles. “
Laiseca, Alberto, “Para leer El matadero”, en Radar Libros (Página/12), 26 de marzo de 2017.

Actividad N°8:

Para ir cerrando con este texto, te dejamos una reflexión final y te pedimos que pienses y escribas
en torno a ello.
1. ¿Se ha superado la oposición entre civilización o barbarie?
2. ¿En donde podemos encontrar hoy esta oposición?
3. ¿Encontrás alguna relación con lo que sucede en la dimensión política y en las relaciones y clases
sociales?

La fundación de una antinomia: civilización y barbarie

Podríamos decir que El matadero es un texto fundante de una oposición que se ha instalado en la literatura (y en la
historia) argentina: los polos opuestos de civilización/barbarie. Esto implica que un sector (ya sea que lo pensemos
bajo la denominación de “unitarios” o bajo otro nombre) se piensa como el portador de la verdad o de la justicia, cosa
que justifica la impugnación, desvalorización o eliminación de otro sector. Sarmiento siguió alimentando la antinomia
cuando eligió para Facundo, una de sus grandes obras, el subtítulo “Civilización y barbarie”. Así, la literatura argentina
se nutrió de una serie de obras, autores y pensadores que, poniéndose del lado de la civilización, atribuyeron la
barbarie a quienes eran o pensaban de otro modo, una cultura superior y otra que no es considerada como cultura.
Podríamos decir, también, que la metáfora del matadero puede referirse a nuestro país a lo largo de la historia.

ACTIVIDAD INTEGRADORA (N°9):


Con base en la lectura del material teórico, respondé y explicá las siguientes consignas:
1. La literatura ¿es un arte? ¿por qué?
2. ¿Cuáles son las características fundamentales de la literatura?
3. Producción escrita: Averiguá si en el lugar donde vivís existe algún mito o leyenda urbana y realizá
una narración por escrito. Si no existe ninguna, inventala (tené en cuenta las características
particulares de este tipo de texto).
4. Producción textual: Escribí un breve comentario sobre “El matadero” en donde se dé cuenta de los
conflictos que se presentan y cómo el autor los utiliza como metáfora de la sociedad de esa época.
6
Unidad N°2:

Lecturas sobre Martín Fierro


La literatura argentina del siglo XIX está muy unida a los conceptos de nación e identidad. La construcción
de la identidad es un proceso con idas y vueltas, avances y retrocesos, y nunca es definitiva, ya que el
“nosotras” y “nosotros” está en constante mutación. Sin embargo, hay ciertos hitos en ese devenir que se
mantienen a lo largo del tiempo: la identificación de valores (por ejemplo: la amistad), de inventos (el dulce
de leche, la birome), de costumbres (tomar mate) y de personajes representativos (Gardel, Martín Fierro),
entre otros. En cuanto al Martín Fierro, se trata de un poema de José Hernández que cuenta la historia de
un gaucho perseguido por la justicia en su primera parte, El gaucho Martín Fierro (publicada en 1872 y luego
conocida como La ida), y en búsqueda de integración en su segunda parte, La vuelta de Martín Fierro (1879).
La historia de la recepción de esta obra, o sea la historia de cómo fue leída por las distintas generaciones,
explica por qué se la considera el poema nacional que nos representa.

Un poco de historia
José Hernández (1834-1886) fue un periodista, escritor y político argentino. De ideología federal, enfrentó
al gobierno de Sarmiento a través del periódico El Río de la Plata y de la primera parte del Martín Fierro.
Para Hernández, los gauchos eran la mano de obra calificada para el trabajo en el campo y era necesario
reconocerlos y otorgarles derechos. Su libro tiene un contenido claramente político contra las autoridades de
esa época y en defensa del gaucho. Con el paso del tiempo, la realidad política se modificó y las ideas de
Hernández también. Al publicar La vuelta, Hernández dejó de lado aquella reivindicación de los derechos de
los gauchos para instarlos a integrarse en la sociedad y a trabajar en el lugar que la división internacionaldel
trabajo le asignaba a nuestro país (Argentina exportaba materias primas y compraba productos
manufacturados provenientes de Europa). Tanto La ida como La vuelta fueron éxitos editoriales para la
época. De La ida se hicieron ocho ediciones en dos años y se convirtió en un libro famoso. Lo leían en las
ciudades, pero también en el campo. Los gauchos, al sentirse identificados con las desgracias del
protagonista, con la variedad lingüística en la que está escrito (dialecto rural rioplatense) y con la forma
poética (octosílabos y sextinas), que permite su memorización y recita- do, lo hicieron circular de mano en
mano y de fogón en fogón. De esta manera, comenzó a construirse como libro nacional.

Martín Fierro y las lecturas del Centenario

En 1910 se realizaron los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo. Paralelamente, surgieron
preguntas a las que se intentó responder. ¿Quiénes somos? ¿Cuál es nuestra identidad? ¿Qué obra literaria
es la que nos representa como nación? Las respuestas a estas preguntas fueron diversas, pero muchas
personas coincidieron en señalar a Martín Fierro como poema nacional. El escritor Leopoldo Lugones (1874-
1938) realiza en 1913 una serie de seis conferencias llamadas “El payador”. En esas charlas (a las que
asisten los políticos e intelectuales más importantes de la época) se dedica a trazar la genealogía del gaucho
y a elevar a Martín Fierro a la categoría de poema épico nacional. Lugones recurre a tradiciones literarias de
la antigüedad clásica (griega y romana) para unir los orígenes de los gauchos y de la literatura gauchesca a
obras famosas legitimadas por la sociedad lo largo del tiempo. Reproducimos a continuación un fragmento de
ese texto, conservando la ortografía original.

Prólogo: “Titulo este libro con el nombre de los antiguos cantores errantes que recorrían nuestras campañas trovando
romances y endechas, porque fueron ellos los personajes más significativos en la formación de nuestra raza. Tal cual ha
pasado en todas las otras del tronco grecolatino, aquel fenómeno iniciase también aquí con una obra de belleza. Y de este
modo fue su agente primordial la poesía, que al inventar un nuevo lenguaje para la expresión de la nueva entidad espiritual
constituida por el alma de la raza en formación, echó el fundamento diferencial de la patria. Conviene, no obstante, advertir
que la creación del idioma por ellos iniciada, consistió esencialmente en el hallazgo denuevos modos de expresión; pues
voces peculiares inventaron muy pocas, según se verá por la misma etimología de payada y de payador que establezco más
abajo. Lo que empezó así a formarse fue otro castellano, tal como este idiomaresultó al principio otro latín: y ello por
agencia, también, de los poetas populares. Aquella obra espontánea culminópor último en un poema épico [...]. He aquí
por qué nuestro Martín Fierro es el objeto capital de este libro. Cuando unprimordial mito helénico atribuía al son de la
lira del aeda el poder de crear ciudades, era que con ello simbolizaba esta característica de nuestra civilización.”
Lugones, Leopoldo, El payador, Buenos Aires, Otero & Co. Impresores, 1916
7
La gauchesca, una alianza de voces:

El mundo de la barbarie causo fascinación en los intelectuales, quienes le dieron ese nombre, para expresar
su desacuerdo con el modo de interpretar y expresarse.
La oposición de civilización y barbarie, creada por Sarmiento para explicar la situación sociopolítica y cultural
de Argentina, simplificaba una realidad compleja. A pesar de que los grupos intelectuales criticaban las
producciones de los grupos que despreciaban, hicieron circular entre “las letras” las voces “iletradas”.
La llamada poesía gauchesca es la absorción del estilo y los temas de la poesía oral de los gauchos, cuya
lengua reelaboraron con fines estéticos. Por lo tanto, la lengua resultante es literaria o artificial.
La gauchesca tiene sus orígenes en épocas cercanas al 1830, con Bartolomé Hidalgo como exponente más
representativo, se desarrolla con Hilario Ascausubi y Estanislao del campo y culmina con José Hernández y
Ricardo Guirales.
A diferencia de otros autores, José Hernández presenta al gaucho como sujeto del relato y no como objeto,
esto es una decisión de carácter político muy importante. En propias palabras del autor: “Quizá la empresa
hubiera sido para mí más fácil y de mejor éxito, si solo me hubiera puesto a hacer reír a costa de su
ignorancia, como se halla autorizado por el uso en este género de composiciones”.

La poesía gaucha: Esta poesía era la auténtica producción cultural de los grupos no letrados, se expresó
en forma oral y anónima, era cantada por los gauchos. Alejada de la “ciudad letrada hispanohablante”,
permaneció unida a temas de tradición española como el uso de los versos octosílabos y temas propios del
romancero, agregando temas originales y propios relacionados con el ámbito rural.

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Luego de la lectura de los fragmentos seleccionados de “Martín Fierro”, realizar las siguientes
actividades. Recuerden que hacemos una actividad por semana.

Actividad N°10:

1. Los poemas épicos empezaban siempre con una invocación a los dioses; en este caso: ¿a quién se
invoca y qué se le pide?
2. En el Canto I se explicita la finalidad del relato: ¿cuál es? ¿para qué quiere contar su historia Fierro?
¿en qué estrofa se plantea?
3. A pesar de los cambios que sufre el protagonista en su vida, su oficio (que se hace explícito en los
primeros cantos) no varía ¿cuál es?
4. ¿En qué situación personal se encuentra Martín Fierro en el presente de su relato? Identifique y
mencione los argumentos que presenta en los cantos leídos, en los que defiende su posición.

Actividad N°11:

1. En los cantos leídos se hace mención a la posición legal en la que se encuentra el protagonista.
Rastree en el texto las estrofas que aluden al tema y resuma cuál es esa posición.
2. ¿Quién recluta a –fierro para ir a la frontera? ¿A quiénes reclutan con él? ¿Para qué los llevan?
Identifique en el texto dónde se narra esta situación y con qué palabra designa Fierrro ese episodio.
3. ¿Cómo era la vida de los gauchos antes de ir a la frontera? ¿A qué se dedicaban? Describí todos
los apsectos relacionados con la vida familiar, laboral, social y política de los gauchos antes de que
los reclutaran a la fuerza.
4. Describí como eran las condiciones de vida en la frontera según el relato de Martín Fierro. Justificá
con citas textuales.

Actividad N°12:

1. En el fragmento leído ¿Quiénes representa a la autoridad? ¿Cómo los decribe el protagonista?


2. Rastreá en los cantos leídos, cómo era la relación de Fierro con la autoridad y escribí tu opinión al
respecto. Justificá con citas textuales.
3. En este poema ocurre algo particular en la narración. Por un lado, aparece un sujeto en primera
persona que narra cuestiones puramente personales (Martín Fierro); por otro lado, también
representa a un sujeto histórico y social (el gaucho), y finalmente se presenta además a un sujeto
verdaderamente universal (el hombre). Rastreá en el texto y transcribí un ejemplo de cada uno de
estos casos.

Continuamos leyendo:

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Canto N° 7 de Martín Fierro

De carta de más me vía Por fin en una topada


sin saber a donde dirme; Había estao juntando rabia en el cuchillo lo alcé,
mas dijeron que era vago el moreno dende ajuera; y como un saco de güesos
y entraron a perseguirme. en lo escuro le brillaban contra un cerco lo largué.
los ojos como linterna.
Nunca se achican los males, Tiró unas cuantas patadas
van poco a poco creciendo, Lo conocí retobao, y ya cantó pal carnero:
y ansina me vide pronto me acerqué y le dije presto: nunca me puedo olvidar
obligado a andar juyendo. -Po...r...rudo que un hombre sea de la agonía de aquel negro.
nunca se enoja por esto.
No tenía mujer ni rancho En esto la negra vino
y a más, era resertor; Corcovió el de los tamangos con los ojos como ají y
no tenía una prenda güena y creyéndose muy fijo: empezó la pobre allí
ni un peso en el tirador -¡Más porrudo serás vos, a bramar como una loba.
gaucho rotoso!-, me dijo. Yo quise darle una soba
A mis hijos infelices a ver si la hacía callar,
pensé volverlos a hallar, Y ya se me vino al humo mas pude reflesionar
y andaba de un lao al otro como a buscarme la hebra, que era malo en aquel punto,
sin tener ni que pitar. y un golpe le acomodé y por respeto al dijunto
con el porrón de ginebra. no la quise castigar.
Supe una vez por desgracia
que había un baile por allí, Ahí nomás pegó el de hollín Limpié el facón en los pastos,
y medio desesperao mas gruñidos que un chanchito, desate mi redomón,
a ver la milonga fuí. y pelando el envenao monté despacio y salí
me atropelló dando gritos. al tranco pa el cañadón.
Riunidos al pericón
tantos amigos hallé, Pegué un brinco y abrí cancha Después supe que al finao
que alegre de verme entre ellos diciéndoles: -Caballeros, ni siquiera lo velaron,
esa noche me apedé. dejen venir ese toro. y retobao en un cuero,
solo nací... solo muero. sin rezarle lo enterraron.
Como nunca, en la ocasión
por peliar me dio la tranca. El negro, después del golpe, Y dicen que dende entonces,
y la emprendí con un negro se había el poncho refalao cuando es la noche serena
que trujo una negra en ancas. y dijo: -Vas a saber suele verse una luz mala
si es solo o acompañado. como de alma que anda en pena.
Al ver llegar la morena,
que no hacía caso de naides, (…) Yo tengo intención a veces,
le dije con la mamúa: para que no pene tanto,
-Va...ca...yendo gente al baile. El negro me atropelló de sacar de allí los güesos
como a quererme comer; y echarlos al camposanto.
La negra entendió la cosa me hizo dos tiros seguidos
y no tardó en contestarme, y los dos le abarajé.
mirándome como a un perro:
-Mas vaca será su madre.- Yo tenía un facón con S,
que era de lima de acero;
Y dentró al baile muy tiesa le hice un tiro, lo quitó
con más cola que una zorra, y vino ciego el moreno;
haciendo blanquiar los dientes
lo mesmo que mazamorra. Y en el medio de las aspas
un planazo le asenté,
-¡Negra linda!-... dije yo. que lo largué culebriando
-Me gusta... pa la carona-; lo mesmo que buscapié.
y me puse a talariar (…)
esta coplita fregona:
Me hirvió la sangre en las venas
-A los blancos hizo Dios, y me le afirmé al moreno,
a los mulatos San Pedro, dándole de punta y hacha
a los negros hizo el diablo pa dejar un diablo menos.
para tizón del infierno.-

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Cuento “El fin” de Jorge Luis Borges

Recabarren, tendido, entreabrió los ojos y vio el oblicuo cielo raso de junco. De la otra pieza le llegaba un
rasgueo de guitarra, una suerte de pobrísimo laberinto que se enredaba y desataba infinitamente…
Recobró poco a poco la realidad, las cosas cotidianas que ya no cambiaría nunca por otras. Miró sin lástima
su gran cuerpo inútil, el poncho de lana ordinaria que le envolvía las piernas. Afuera, más allá de los barrotes
de la ventana, se dilataban la llanura y la tarde; había dormido, pero aún quedaba mucha luz en el cielo. Con
el brazo izquierdo tanteó dar con un cencerro de bronce que había al pie del catre. Una o dos veces lo agitó;
del otro lado de la puerta seguían llegándole los modestos acordes. El ejecutor era un negro que había
aparecido una noche con pretensiones de cantor y que había desafiado a otro forastero a una larga payada de
contrapunto. Vencido, seguía frecuentando la pulpería, como a la espera de alguien. Se pasaba las horas con
la guitarra, pero no había vuelto a cantar; acaso la derrota lo había amargado. La gente ya se había
acostumbrado a ese hombre inofensivo. Recabarren, patrón de la pulpería, no olvidaría ese contrapunto; al día
siguiente, al acomodar unos tercios de yerba, se le había muerto bruscamente el lado derecho y había perdido
el habla. A fuerza de apiadarnos de las desdichas de los héroes de las novelas concluimos apiadándonos con
exceso de las desdichas propias; no así el sufrido Recabarren, que aceptó la parálisis como antes había
aceptado el rigor y las soledades de América. Habituado a vivir en el presente, como los animales, ahora miraba
el cielo y pensaba que el cerco rojo de la luna era señal de lluvia.
Un chico de rasgos aindiados (hijo suyo, tal vez) entreabrió la puerta. Recabarren le preguntó con los ojos si
había algún parroquiano. El chico, taciturno, le dijo por señas que no; el negro no cantaba. El hombre postrado
se quedó solo; su mano izquierda jugó un rato con el cencerro, como si ejerciera un poder.
La llanura, bajo el último sol, era casi abstracta, como vista en un sueño. Un punto se agitó en el horizonte y
creció hasta ser un jinete, que venía, o parecía venir, a la casa. Recabarren vio el chambergo, el largo poncho
oscuro, el caballo moro, pero no la cara del hombre, que, por fin, sujetó el galope y vino acercándose al trotecito.
A unas doscientas varas dobló. Recabarren no lo vio más, pero lo oyó chistar, apearse, atar el caballo al
palenque y entrar con paso firme en la pulpería.
Sin alzar los ojos del instrumento, donde parecía buscar algo, el negro dijo con dulzura:
—Ya sabía yo, señor, que podía contar con usted.
El otro, con voz áspera, replicó:
—Y yo con vos, moreno. Una porción de días te hice esperar, pero aquí he venido.
Hubo un silencio. Al fin, el negro respondió:
—Me estoy acostumbrando a esperar. He esperado siete años.
El otro explicó sin apuro:
—Más de siete años pasé yo sin ver a mis hijos.
Los encontré ese día y no quise mostrarme como un hombre que anda a las puñaladas.
—Ya me hice cargo —dijo el negro—. Espero que los dejó con salud.
El forastero, que se había sentado en el mostrador, se rio de buena gana. Pidió una caña y la paladeó sin
concluirla.
—Les di buenos consejos —declaró—, que nunca están de más y no cuestan nada. Les dije, entre otras cosas,
que el hombre no debe derramar la sangre del hombre.
Un lento acorde precedió la respuesta de negro:
—Hizo bien. Así no se parecerán a nosotros.
—Por lo menos a mí —dijo el forastero y añadió como si pensara en voz alta—: Mi destino ha querido que yo
matara y ahora, otra vez, me pone el cuchillo en la mano.
El negro, como si no lo oyera, observó:
—Con el otoño se van acortando los días.
—Con la luz que queda me basta —replicó el otro, poniéndose de pie.
Se cuadró ante el negro y le dijo como cansado:
—Dejá en paz la guitarra, que hoy te espera otra clase de contrapunto.
Los dos se encaminaron a la puerta. El negro, al salir, murmuró:

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—Tal vez en éste me vaya tan mal como en el primero.
El otro contestó con seriedad:
—En el primero no te fue mal. Lo que pasó es que andabas ganoso de llegar al segundo.
Se alejaron un trecho de las casas, caminando a la par. Un lugar de la llanura era igual a otro y la luna
resplandecía. De pronto se miraron, se detuvieron y el forastero se quitó las espuelas. Ya estaban con el
poncho en el antebrazo, cuando el negro dijo:
—Una cosa quiero pedirle antes que nos trabemos. Que en este encuentro ponga todo su coraje y toda su
maña, como en aquel otro de hace siete años, cuando mató a mi hermano.
Acaso por primera vez en su diálogo, Martín Fierro oyó el odio. Su sangre lo sintió como un acicate. Se
entreveraron y el acero filoso rayó y marcó la cara del negro.
Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no
lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música… Desde su catre, Recabarren vio el
fin. Una embestida y el negro reculó, perdió pie, amagó un hachazo a la cara y se tendió en una puñalada
profunda, que penetró en el vientre. Después vino otra que el pulpero no alcanzó a precisar y Fierro no se
levantó. Inmóvil, el negro parecía vigilar su agonía laboriosa. Limpió el facón ensangrentado en el pasto y
volvió a las casas con lentitud, sin mirar para atrás. Cumplida su tarea de justiciero, ahora era nadie. Mejor
dicho era el otro: no tenía destino sobre la tierra y había matado a un hombre.

Luego de la lectura…

Actividad N°13: Realizá las consignas que se encuentran a continuación

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Actividad N°14:

1. ¿Qué relación se presenta entre el canto 7 de Marín Fierro y el cuento de Borges?


2. ¿Cómo son las relaciones entre los personajes en cada uno de los textos?
3. ¿Puede verse discriminación en algo de lo leído? Explicá y justificá.

Actividad N°15:

1. ¿Cuáles son los motivos de cada pelea en cada texto?


2. ¿Quiénes son los narradores en cada uno de ellos?
3. ¿Qué diferencias se presentan en la escritura entre los textos? ¿a qué se deben?
4. Indicá a qué género literario pertenecen cada uno de los textos (revisá la teoría trabajada a principio de
año).

Unidad N°3:

Continuamos leyendo: “La casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca (lectura colectiva
en voz alta y análisis de la obra) Luego de la lectura, realizamos actividades.

https://campuseducativo.santafe.edu.ar/wp-
content/uploads/adjuntos/recursos/20190321/campus_20190321110834phpIbP6Pi.pdf

Actividad N°16:

1. ¿De qué trata la obra?


2. ¿En qué momento histórico y lugar se sitúa? ¿Qué datos nos lo indican?
3. ¿Cuál es el espacio escénico en que transcurre la acción? ¿Qué hay afuera? ¿Sucede algo? ¿Qué?
4. ¿Cómo nos enteramos de lo que sucede afuera? ¿Cómo afecta a las mujeres de la casa lo que sucede fuera de
ella?
5. Con base en las respuestas anteriores, podemos decir que hay dos planos de acción. ¿Cuáles son?

Actividad N°17:

1. ¿Quiénes son los personajes de la obra? ¿Cómo son?


2. ¿Cómo hiciste para construir esta caracterización de los personajes?
3. ¿Cómo son las relaciones que se establecen entre estos personajes? ¿Cuáles son los conflictos que se
vislumbran en estas relaciones?
4. ¿Cuál es el conflicto que podría enlazar a todos estos conflictos o a la mayoría de ellos?
5. Los personajes son todos femeninos, salvo uno que no aparece en escena, del que nos enteramos por las voces
de los otros ¿Qué sucede con el rol de la mujer en la obra? ¿Qué características adquiere? ¿Cuáles son las
críticas sociales que se vislumbran?

Actividad N°18:

1. ¿Cómo es el lenguaje en el texto en general?


2. ¿Qué diferencias presentan los distintos personajes en su forma de hablar?
3. Hay diferentes tipos de textos en la obra que están marcadas por distintos tipos de letra (bastardillas o cursiva)
y signos tales como paréntesis y guiones de diálogos ¿Cuál es la diferencia que esto marca?
4. El texto en cursiva se denomina didascalia ¿Para qué creés que sirven?
5. ¿Cómo se estructura el texto? ¿A qué creés que se deberá este modo de organización y qué cambios podrían
estar marcando?

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Actividad N°19:

En esta obra se muestran las costumbres, tradiciones y modos de ver el mundo de la sociedad española en la
época de 1930. El modo en que el autor decide mostrar estas cuestiones, puede pensarse como una crítica a
esa sociedad y valores.

1. Buscá ejemplos en el texto en donde se vean algunos de los siguientes aspectos:

 Rol de la mujer.
 Desigualdades sociales y la importancia de lo económico.
 La religión y su influencia en la vida y las costumbres de los personajes.
 Las apariencias y lo que está bien o mal visto.
 Las relaciones de poder en el hogar.
 La libertad y la opresión
 El amor con relación a todas estas costumbres y tradiciones

2. Fijate que en las didascalias que inician cada uno de los 3 actos, hay una referencia al color del espacio
escénico que se va modificando ¿qué pensás que eso puede estar significando?

3. Escribí un breve opinión o comentario crítico sobre la obra, que tenga en cuenta los aspectos trabajados
en el punto 1 de esta actividad y también algunas cuestiones de las trabajadas en las actividades
anteriores.

Actividad N°20: Producción colectiva: puesta en escena o radioteatro (una escena elegida colectivamente).

Actividad de integración (N°21):

1. Señalá a qué género pertenecen cada uno de los textos trabajados (La dama del lago, El matadero,
Martín Fierro, El fin y La casa de Bernarda Alba).
2. Reconocé en cada uno de los textos algunas de las características propias del género literario al que
pertenecen.
3. Elegí una de las obras y escribí un informe de lectura. Para hacerlo, leé el material teórico que te
dejamos a continuación.

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