EL FANTASMAEN ENSEÑANZADE IACAN
OSCAR VEMJURA
Cpn Freud
lacaniara
Noseña posible cernir con una precisión aceptable Io gue en la orientación
sintética, la
se enuende por fantasma no se reconstruye, aunque sea de forrna rnuy
genealogíadel concepto en la obra de Freud y en la enseñanza de lucan
Sairmos también que en el conjunto amplio de la doctrina psicoanalíticaLostér-
fantasía y fantasma han tomado una pluralidadde significaciones,tanto en el
ocnexto dímco como en el epislémico, y que ambos se han utilizadomuchas veces
con-
tgutnente, En variadas ocasiones, Freud y lacan los aplican con una arnbigúedad
crmuaJque dificulta su aprehensión de forma directa, fundamentalmente para
no eun famihanmdos con el estudio, más o menos exhaustivo, de los textos ara%tros.
Freudutiliza la palabra alemana phantasíe —queen el uso coloquial de la lengua
definetodo aquello que tiene gue ver con la imaginacióny sus pr(ñucciores—para
desigrraruna variedad de fenómenos que corresponden a la dinámica estructural dei
aparatopsíquico. En otras palabras, a la función que las fantasías cumplen en la sub-
Mindad,tanto en términos generales como en el campo de la psicopatologíay en el
de la prácticaclínica del psicoanálisis,
Desde sus primeros escritos Freud aísla esta función, Lo hace poniéndola en ten-
M0ncon los dos principios del funcionamientomental; el principio de realidad y el
pnncipio placer, La inercia primaria del aparato psíquico en la búsqueda del pla-
más temprano gue tarde su límite en las exigencias que el principio de
realLd le impone a las satisfacciones:
cierta activLd men-
ia instauración del principio de la realidad quedó disociada una
exduswagrnce
"J gue permanecía libre de toda confrontación con la realidad y sometida
úfan-
al principio placer, Esa aaividad es el fantasear, que ya se inicia en los Juegos
la devxnckn-
rus, vara cordinuarse postenorrnente como sueños diurnos abandonando
cu de objetosreales.J
'Jnante, cabe señalar también que antes de que Freud escriba su artículo sobre
pfwipg» funcionamientomental (1911),ya había destacado en numerc»
'/<.awme.la presencia y el destino de las fantasíasen la economía psíquica, en
J freud, S., do. pnncjpg» lunoonamiento nw-ntal"(191i), Obras compa•tas,TomoU, Bibló-
'Sueya,Madrid, p, 1040.
309
Oscar Ventura
310
de los síntomas histéricos, Tal vez el ejem-
especial el lugar que tienen en la formación
mejor puede ilustrarlo, es la metáforautili_
plo -convertido ya en un paradigma—que
Breuer en los Estudios sobre la histeria:zel
zada por Anna O, tomada por Freud y por
hablar" a sus fantasmas.Se
célebre teatropñvado desde el cual la paciente "hace
sujeto una sustracciónal princi-
lumbra allí cómo la función de la fantasía permite al
pensamiento que tiene, en primera
pio de realidaden beneficio de una actividad del
instancia, una función de consuelo ante dicha realidad.
Podemos destacar, además, un momento crucial de la clínica freudiana en lo que
respecta a la función de las fantasías. Es el ya clásico viraje que va de la teoría freudiana
del trauma a la del fantasma, el momento en que Freud deja de lado toda certezasobre
las escenas relatadas por sus pacienteS como acontecimientos realmente ocurridosen
la infanciay definidos como traumáticos. Estos supuestos traumas infantiles,en los
cuales el sujeto es objeto de algún tipo de violencia o de intromisión sexual por parte
de la figuradel padre o algún subrogado del mismo, pierden su consistencia.
Asíse pone fin al escollo que estos relatos —tomadoscomo una verdad acaecida-
representabanen el desarrollo de las curas de las neurosis. La conocida frase que
Freud le dirige a Fliess en la carta 69, "Ya no creo más en mi neurótica",3da cuentade
este pasaje que coloca el campo de la fantasía como el material más adecuadopara
esdarecer la construcción de los síntomas histéricos. El obstáculo se producía al pre-
tender tomar un producto fantasmático como una realidad efectiva. Esto dejaba de lado
tanto el afeao desplazado (que por lo general se materializaba en el amor inconsciente
hacia el personaje "abusador"), como la responsabilidad del sujeto mismo en la escena
relatada,que, en su reverso, muestra la "intencionalidad" del deseo reprimido.Amplía
Freud en la carta 69:
la inteleccióncierta de que en lo inconsciente no existe un signo de realidad, de suene
qae se puede la verdad de la ficción inVestida con afecto. Según esto, queda-
ra una solución: la fantasía sexual se adueña casi siempre del tema de los padres
El camp de las representacionesfantasmáticasestá sometido, pues, a todaslas
acividades en que el sujeto encuentra el resorte adecuado para producir una satisfac-
ción irnaginaria.
En el conjunto del funcionamiento mental, las imágenes que acompañan al sujeto
en su cotidianidad,las representacionesde su teatro privado, formalizan el dispositiV0
el cual se produce una mediación entre la percepción
de la realidad y la captura
que la crnciencia tiene de la misma. Es
decir, la aprehensión de lo que llamamosreali-
dad e" rnediatiz-ada por este aparato fantasmáticoque orienta el campo de la percep
ción a partir de la mediación de
representaciones imaginarias que determinan una inter-
de la realidad,En este sentido, la definición Freud
de la realidad que brinda
Fr". S. y Breuer, PAuditÃ
sobre la histeria (1893-1895), Obras completas, TomoII
Nueva, Madrid,1%'.
s Freud, S., 'Cana (f) III
21/9/97',Lm orígenestapsicoanâIisLs,
Nueva, Madrid, 191, pp. 5578-60. Obras completas,'lijmo
311
toda vigencia y rigor, liara el psicoanálisis no hay otra realidad que la
psíquica, Y ella detergninll(lapor ja particularidad del marco (lije impone a
la del lo que denominarnos, en términos
generales, los fantasmas, y
de Inodo Pleciso y dili•renciado a partir de la enseñanza de lacan, el fantasma.
Freud, el origen de las tantasías reside en un movimiento primario y atañe a
las mociones pulsionales insatisfechas que se erigen en las fuerzas impulsoras de
dichasfantasías,"Cada fantasía es una satisfacciónde deseos, una rectificaciónde la rea-
lidad insatisfactoria.Así, la poesía, como el sueno diurno, es la continuación y el sus-
titutivode los juegos Podemos precisar, pues, que desde Preud la fantasía
es una actividad psíquica presente en la vida corriente (juego de los niños, ensueños
diurnos,elaboración secundaria del sueño, creatividad en el artista, disfrute de las pre»
duccionesdel arte) que puede en determinadas condiciones desencadenar síntomas
neuróticos,constituyendo un estadio preliminar de los mismos,
No obstante, las concliciones son a veces cuantitativas (su exacerbación) y otras
están sujetas a la relación de la fantasía correspondiente con los sLstemasinconsciente
y preconsciente:
las fantasíasinconscientes, o lo han sido siempre, habiendo tenido su origen en lo
inconsciente, o, lo que es más frecuente, fueron un día fantasías conscientes, sueños diur-
nos, y han sido luego intencionadamenteolvidadas, relegadasa Io inconscientepor la
"represión" ,
Pero lo que atañe a la concepción más relevantey más determinantede las fanta-
sías es su relación con la sexualidad:
La fantasía inconsciente integra una importantísima relación con la vida sexual del indivi-
duo, pues es idéntica a la que él mismo empleó como base de la satisfacciónsexual, en
un período de masturbación,6
En su artículo de 1919 "Pegan a un niño",7Freud desarrolla ampliamente estas cues-
tiones.Este texto es el que marca el punto de mayor rigor en lo que concierne a su
doctrina del fantasma, Y es también una de las referencias princeps de Lacan,en la que
se apoya para dar consistencia a lo que formalizaráen su enseñanza como "lógica del
fantasma",elevando su estatuto a una fórmula: $ 0 a. Volveremosmás adelante sobre
el desarrollo y construcción de esta fórmula, pero vale la pena mantener esta referencia
como telón de fondo,
En el texto de Freud, la frase "pegan a un niño" describe una escena imaginada
que es el soporte de una satisfacción masturbatoria. Se examinan allí las relaciones del
sujetocon el sadismo y el masoquismo, el complejo de Edipo y fundamentalmente la
cuestióndel lugar del sujeto en dicha escena, Freud analiza de forma pormenorizada
5 Freud, S., "El poeta y los sueños diurnos" (1907-1908), Obras completas, Tomo [I, op. cit., pp. 1344-1345.
6 Freud, S., "IX)inconsciente", Obras completas, Tomo ll, op. cit., pp. 2069-2070.
Freud, S., "Pegan a un niño. Aportación al conocimiento de la génesis de las perversiones sexuales",
Obras completas,
Tomo III, Biblioteca Nueva, Madrid, 1981,
Oscar
312 Ventura
la cual está referida al deseo de recibir una satisfacción sexual y amorosa
esta fantasía, serie de personajes que representan al propio sujeto
padre mediante una
por parte del introducen también una serie de inversionesgramati_
o sus subrogados. Se
y al padre que Freud hace en su artículo de 1915"Pulsiones
cales que evocan los desamollos y
que la frase "Pegan a un niño" (que describe la escena
destinos de pulsión"8revelando enigmática
masturbatoria), absolutamente en primera
que acompaña a la actividad con dos pasos que le preceden: uno, SUsceptible
tancia para el sujeto, está vinculada
acceso a la conciencia: ael padre pega a un niño"; el otro, inconscientey repri-
de tener
masoquista: "Soy pegado por el padre". Este "ser Pegado'
mido, que tiene un carácter
la coalescencia de la culpa y la erotización: "no es solo el castigode la
muestra
sustitución regresiva".9 Esta fase intermedia de la fan.
ción prohibida, sino también su
reprimida e inconsciente, plantea dos cuestiones sumamente importantesy soli-
tasia,
reconstruida por el analista. No se puede alcanzar
darias. Por un lado, solo puede ser
fuera del contenido de la neurosis. Es una
el recuerdo. Y por otro, se encuentra devenir de la experiencia de un análisis,
tracción a la cual solo se tiene acceso en el
juego en el fantasma.
y que revela la posición de goce puesta en
tiene su significaciónúltima
De esta forma, el refugio que ofrece la fantasía al sujeto
representaciones conscien-
—pormás disfrazadaque se encuentre en el campo de las
en últimainstancia
en el modo singularde construcción de una escena destinada
a aaivar el goce sexual. da
12 &finiciónfreudianade que las neurosis son el negativo de la perversión
ocupaen
cuenta de una manera bastante sencilla del lugar diferenciado que la fantasía
de
las clínicas.Aquelloque la estructura perversa lleva a cabo en el campo
escenano
12realidad, consumando una satisfacción,el neurótico lo representa en un
que
psíquico donde su consumación está mediatizada por un polimorfismo imaginario,
antecede a la consumación,y es el resorte de la activación del goce.
En el ampo las psicosis diremos brevemente que la organización de las fanta-
el
sías no ha llegado a poder constituirsecomo un dispositivo que permita enmarcar
acceso a la satiéaccióm Esta última es invasiva, displacentera, se encuentra fragm&
tada y dispersa p« la ausencia de un marco que ordene y dosifique la relaciónno
sujeto con la realidad,produciendo una deslocalización del goce en el cuerpo que
encuentra un amarre suficiente.Queda elidida la condición que le permitiríaal suvt0
el
psic&ico confrontarsea Io real de una manera regulada. La relación del sujeto
mundo ve privada de utilizarcomo vía privilegiada de ordenación las represet
ciones mentales que conforman las fantasías.
En breve recorndo por algunos de los textos freudianos mas signiticauvcb
acerca del concepto de fantasía, notamos la complejidad de situar en la extetvston
la obra de Freud una respuesta o una definición últilna que pueda brindarnos un esc
recimientodefinitivo.bebemos tener en cuenta que la obra del propio Freudes
Freud, S., "Lc.»int{intt» y sus y
(has conqdetas '10mo ll, cu *Pulsiones
súsf, CECUcomaaas, TomoXIV.El autcgota el de J, L
titulo la edioon Anwgroctu,trad
Buenos Aires, 1977.
9 Freud, -pegan a un ruño. Aportaciónal conoonuento las perverswg
cp. cit.
de la génesis
de Incan
cmaen la enseñanza
p falta 313
prog
regs,característico del momento inaugural del
psicoanálisisy su desarro-
110 inobstante,sí podemos afirmar con precisión la determinación
en la economía psíquica como soporte y que el recurso del
NO funciona regulaciónde los intercam-
fantasma con el Otro, que abarcan desde las
del sujeto formas en que un sujeto organiza
hasta las vicisitudes más singulares de la vida amorosa.
lamsocial
ConIncan
vuafónnula lógica
usa la palabra francesa fantasme, que puede traducirse tanto por fantasía como
porfantasma. No obstante, la traducción más habitual es la de fantasma, siendo utili-
ada parareferirseal concepto freudiano de fantasía y para designar lo que surge como
unsignificantenuevo y que Lacan escribe mediante la fórmula S 0 a.
la fórmulaestá compuesta de S, que designa al sujeto del inconciente, al sujeto
dMdido,tal como lo aísla, lo construye y lo fija Lacan en el transcursoamplio de la
pnmeraparte de su enseñanza. El rombo o losange (0) define una relación de doble
implicación o implicaciónrecíproca entre los elementos de la fórmula.Tambiénel
lounge(0) reúne los signos de intersección y unión en la teoría de conjuntos.Por
último,la a minúscula representa al objeto a. Este tiene dos vertientes de significación,
comoobjetocausa del deseo, y como objeto plus de gozar. En la fórmula, es la siglifica-
cióncomocausa del deseo lo que en primera instancia le da su valor lógico, en tanto
el complemento que suple el vacío estructural del sujeto del inconsciente.
representa
12fórmulalógica S 0 a (que se lee: "Sujeto barrado losange objeto a') establece la
del sujeto del inconsciente (S) con el objeto causa del deseo (objeto a), rela-
relación
ciónestabledel sujeto con aquello que lo causa en su deseo y al mismo tiempo lo divide
Algunos
antecedentes y referencias
Conel de esta fórmula Lacan produce una reducción,una decantación
dela pluralidadde las fantasías en el sentido freudiano, promoviendo así una síntesisque
sclarecey vuelve más accesible la función que el fantasmacumple tanto en el marco
docnnariodel psicoanálisis como en la operatividad de su práctica clínica.Podemos agre-
garqueesta reducción lacaniana se inscribe en lo que en el estudio de la obra de lacan
seconocecomo "el retomo a Freud", y que abarca aproximadamentelos diez primeros
añosde su enseñanza, desde su primer seminario Las escritostécnicosde Freud (1953-
1954)hastael Seminaño
11, Los cuatro conceptosfundamentales
Tantoel concepto simplificado de fantasma y de fantasma fundamental como su
fórmulacorrespondiente aparecen por primera vez en el grafo de la constitución del
formacio-
-también llamado grafo del deseo—publicado en el Seminaño 5, Las
SliJet0
nesdelinconsciente este seminario Lacan intro-
(1957-1958).10En las últimas clases de
10 Buenos Aires, 1999.
lacan, J., El Seminario, Libro 5, Insformaciones del inconsciente, Paidós,
Oscar Ventura
314
grafo un segundo piso. Allí aparece la fórmula del fantasma SOa como res.
duce en el del Otro. Más tarde, en el Seminario 6, El deseoy su
enigma del deseo
puesta lógica al a lo largo del conjunto de las clases que llevan
inteppretación, continúa su desarrollo
al apartado IV del libro, Enel
título "La dialéctica del deseo" y que corresponden
por fundamental", encontramos la definición de la f(r.
capítulo XX, titulado "El fantasma
mula del fantasma:
su forma a lo que llamo fantasma fundamental. Psa es la
La fórmula simbólica SOa, da
relación de objeto... Decir que aquí se trata del fan.
forma verdaderade la pretendida
cosa que lo siguiente: en la perspectiva sincrónica,él
tasma fundamentalno significaotra
mínima.ll
garantizaal soporte del deseo su estructura
dialéctica del deseo"12 (1962), encontramos la
En el escrito "Subversión del sujeto y
definitivamente fijada la posicióndel
culminación del grafo de Lacan donde quedará
fantasmaen el conjunto de la estructura subjetiva.
Probablemente,uno de los textos que mayor esclarecimiento han brindado al con-
cepto de fantasmaes el seminariodictado en los años 1982-1983por Jacques-Alain
Milleren París y en Buenos Aires bajo el título Dos dimensiones clínicas: síntomay
fantasma.13 Este seminario se ha tornado un punto de referencia y de organización
epistémica,cita obligada para el lector de una introducción a la enseñanza de Lacan
Tomaremosun solo punto de ese texto. Y sugerimos al lector interesado su lectura
para una ampliación y profundización del tema que nos convoca.
Para ayudar a la comprensión del tema, Miller pone en correlación los tres regis-
tros con los cuales Lacan reorganiza la obra de Freud: lo real, lo simbólico y lo imagi-
nario, puntos de soporte sobre los que se funda la subjetividad. Sostenido, pues, en esta
tríada clásica, Miller le otorga tres dimensiones al fantasma que permiten una aprehen-
Siónconceptualamplia y que delimitan también su lugar y su función.
En primera instancia, el fantasma tiene una dimensión imaginaria, relacionadacon
la muluplicidadde imagos que habitan en el sujeto. Es aquello que lacan denomina
selvadelfantasma, la proliferaciónde imágenes que inundan la economía psíqucx
Todo ello queda reflejado en uno de los primeros esquemas de Lacan, conocido comoel
esquena Lambda, que ubica esta dimensión imaginaria del fantasma en el eje a--—a•
Entreotras cuesuones, este esquema da cuenta del
extenso campo de las fantasíasfreu-
dianas, intentandoreducirlasa lo que denominamos
la relación entre el yo y su
gen especular. En segundo término
encontramos la dimensión simbólica del fantxsma'
aspecto la
multiplicidad de las imágenes de la f•J1tasia,
mucho más oculto. Más allá de la
experiencia de la cura permite extraer
un factor común, reducible a una fr,use,un relato
mímmo semejante al paradigma que dio
Dicha frase revela el modo singular título al ensayo de Freud "Pegan a un niño"'
sujeto y onenta su modo de relación en el que se fijan las condiciones de
con los objetos. Este aspecto simbólico
JI lacan, J., El Seminario,
Libro 6, El deseo y su 405'
Lacan,J. "Subversión del sujeto inteppretación, Paidós, Buenos Aires, 2014, p,
y dialéctica del deseo en Siglo
XXI, México, IY)7, el inconsciente freudiano", EscñtOSl,
Miller,J.-A., nas dimensiones
clínicas síntoma yfantasma,
Manantial, Buenos Aires, 1983
316
fantasma a una ventana por la
utilizada,que homologa el marco del manera que es
del mundo, ilustra de una sencilla la posible
tener una percepción funciónopera
mismo tiempo que da cuenta
de este dispositivopara el sujeto. Al de esta ventana,
de los
límites
para captar, más allá una
el aparato psíquico tiene organización
ble de la experienciade la vida.
que el sujeto necesita para darle
El fantasma proporciona la respuesta una signifi_
cación a la existenciacomo tal, y también al problema que plantea la sexualidad
humana, atravesadapor el traumatismoque produce la irrupción del lenguajeenel
cachorro humano. Ese impacto de la lengua perturbará definitivamente la posibilidad
el plano natural. El fantasma, al modo
de un orden que pueda inscribirseen de una
ortopedia, viene a suturar la hiancia abierta en el sujeto, el vacío que causala morde_
el campo del instinto, y actúa
dura del significante y que debilita como una ficción
que
lo orienta en el mundo.
La definición lacaniana del deseo —eldeseo el deseo del Otro-, es el punto de par_
es
tida donde se apoya en primer lugar la construcción del fantasma. Que el deseosea
el deseo del Otro significaque es desde el campo del Otro donde el sujetoesperaría
recibir una respuesta sobre la naturaleza de su propio deseo, a partir del despliegue
de la demanda. En primera instancia, la demanda de significación es orientadahacia
el Otro, pero allí se encontrará con un enigma, que se traduce en una preguntainquie-
tante para el sujeto: "¿Qué quiere el Otro de mí?", "¿qué soy yo para el Otro?".Puessi
bien el Otro puede responder respecto a la necesidad, esta no se confunde nuncacon
el deseo, que es siempre deseo de otra cosa, innominada como tal. Pues el Otromismo
está atravesado por la ausencia de un significanteque venga a nombrar el campodel
deseo. Este movimientoimplica por un lado al sujeto como vacío, como faltaen ser,
dada la ausenciade un significanteque lo nombre. Asimismo,en el campo delOtro
destaca también la falta de respuesta, lo que deja al sujeto a merced de estevacío
estructuralque concierne al deseo. Una doble castración se pone de este modoen
juego: la del sujeto y la del Otro, ambos marcados por la barra que indica una caren-
cia. El objeto a será aquello que les falta a ambos, tanto al sujeto como al Otro.
El sujeto, en tanto vacío, necesita un complemento, algo que le dé una consisten-
cia, un semblantede ser, para sostenerse en su condición de deseante. Y es aquello
que encontraráen el fantasma:la producción de una ficción, de una escenadetermi-
nada, donde mediante Io simbólico y lo imaginario se logra la construcción de un mon-
taje que alivie la falta en ser e introduzca un señuelo para el deseo. Gracias a esa com-
binación de significacióny fijación, el fantasma permite estabilizar al sujetoen la
cadena significantey en la relación con su goce.
El fantasma es el heredero de una pérdida estructurante de la subjetividad y se cons-
tituye a expensas de esta pérdida misma. El objeto perdido freudiano, el que funda la
experiencia de satisfacción y al que Lacan le otorga un carácter mítico, tiene su citaen
esta estructuraficcionalque es el fantasma, Pero en este reencuentro ha intervenido ya
la castración. De tal modo que la pulsión ha quedado localizada y fijada en el objeto
a
El sujeto obtiene así una consistencia que obtura su propia división, y una respuesta
la pregunta esencialde la que pende su existencia:su valor en el deseo del Otro•
en la enseñanza de Lacan
fantaçm.a
g
317
fantasmaen la cura
El
es un operador clínico fundamental, una brújula que
Elfantasma
fijen y
bien su su función reguladora orienta la
delacura.Si ordenan el campo de los dirección
biasdelsujeto, no constituye la garantía
última de la estabilidad intercam-
psíquica.la pantalla
queel fantasmarepresenta es una defensa ante la emergencia de la angustia que puede
desencadenarse frente al enigma del deseo del Otro y la
amenaza de su goce. Pero esa
defensapuede verse desbordada, y dejar paso a la emergencia de la angustia, señal
alarmaante la posibilidad de que el fantasma fracase en su funciónestabilizadora.de
Esa partirde esta vacilación fantasmática que se precipitan los desencadenamien-
tosdecuadrosclínicos,tanto en el plano de las neurosis como en el de las psicosis.La
ntervenciÓn analíticasuele comenzar cuando el recurso del fantasmase
ha visto insu-
parasostener la relación con el deseo y por ende con la vida en su conjunto.
ficiente
Frentea ello, la terapéutica puede optar por la vía de intentarrecomponer la fun-
cióndel fantasma,reparar su estructura y reforzar su carácter defensivo. En definitiva,
volveral estado anterior.
peroel psicoanálisis ha demostrado que cuando las coordenadas del fantasma han
sidodesestabilizadas, cuando su estrategia ha dejado de ser consistentey su fractura
secoagulaen los síntomas que un sujeto presenta, es inútil pretender reestablecersu
Insistiren su "remiendo" no hace más que perpetuar una repeticiónque este-
eficacia.
filiael campo del deseo, debilitándolo de tal manera que conduce más bien a exa-
cerbarla pobreza mental, en lugar de encontrar una relación auténtica con la vida.
In operaciónque el psicoanálisis produce sobre el fantasmase inscribeen la vía
delo que Lacanllamó su travesía. Es la apuesta por una transformación,según las
posibilidadesde cada sujeto, de esa significación axiomáticaabsoluta.Es el propósito
dereducirla saturación que el fantasma tiene en la economía psíquica.Para ello es
necesariono solo el consentimiento del sujeto, sino también el deseo que opera en el
para acompañar al analizante hasta un límite que sea posible para él. A
psicoanalista,
partirde esa travesía, el sujeto estará en condiciones de afrontar su vacío de otro modo,
a su deseo y a su goce un destino en el que ya no sean rehenes de la escena
dándole
fantasmática
donde se eterniza la repetición.