República Bolivariana de Venezuela.
Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior.
Universidad Bolivariana de Venezuela.
Carora. Edo-Lara.
INFORME.
Yuleima Piña.
C.I: 14.376.727
Carora, abril de 2024.
Conceptualización de nacionalidad y ciudadanía.
La nacionalidad es el vínculo jurídico de pertenencia y adhesión a un orden
jurídico que existe entre un ciudadano de una nación determinada y el
Estado de ésta última. Dicho en términos más simples, se trata de la relación
legal que hay entre una persona y la nación a la que pertenece, que le otorga
derechos y a la vez le exige ciertos deberes.
Se trata de un concepto complejo, de importancia en las ciencias sociales y
el derecho internacional, que puede entenderse desde múltiples puntos de
vista. La idea de nacionalidad surgió durante el siglo XIX, como
consecuencia del surgimiento del nacionalismo, o sea, de los Estados-nación
como los comprendemos en el mundo contemporáneo.
Así, la nacionalidad le confiere al individuo plenos derechos de
representación, participación, protección e identidad estando dentro o fuera
de su territorio, razón por la cual es considerado un derecho humano
fundamental por las organizaciones internacionales.
Es decir, todo ser humano tiene derecho a una nacionalidad, o lo que es lo
mismo, ninguno puede ser obligado a un estado de apátrida (“sin patria”), sin
importar su origen, su ejercicio profesional, su personalidad o incluso sus
delitos cometidos.
Adquisición de la nacionalidad originaria.
Es la nacionalidad que se produce a razón del nacimiento de una persona,
que da origen a múltiples consecuencias jurídicas vinculadas por supuesto al
lugar “Ius solis” o “Ius sanguinis”.
Nacionalidad adquirida.
Con relación a la nacionalidad adquirida, su revocatoria o renuncia, o sea, a
la naturalización, en líneas generales se ha afirmado, que esta pérdida no
presenta mayores problemas. Se revoca la naturalización mediante
sentencia judicial (Art. 35 CRBV). También los venezolanos por
naturalización pueden renunciar a la nacionalidad venezolana (Art. 36
CRBV).
Cada país establece sus normas para la adquisición y, eventualmente, la
pérdida o renuncia de la nacionalidad, y también si permite (o no) la tenencia
conjunta de otras nacionalidades (dos y hasta tres a la vez). Para que ello
sea posible, por lo tanto, debe existir un orden jurídico formal, reconocido
también por otras naciones, conforme al principio de la soberanía de los
Estados.
Las normas para la adquisición de una nacionalidad suelen consistir en
variantes de las siguientes cuatro:
Ius sanguinis o derecho de sangre. Es aquel derecho a la nacionalidad
que se adquiere al nacer, dado que los progenitores la poseen y la
transmiten a su descendencia, independientemente de dónde haya nacido
esta última.
Ius solis o derecho de suelo. Es aquel derecho a la nacionalidad que se
adquiere al nacer en un territorio determinado, es decir, que se otorga a
quienes nacen dentro de las fronteras de un Estado específico.
Ius domicili o derecho de domicilio. Es aquel derecho a la nacionalidad
que se adquiere por el mero hecho de domiciliarse o residir en el territorio del
Estado en cuestión y cumplir con determinados requisitos legales locales
(trabajo, propiedad, plazos de arraigo, etc.).
Ius optandi o derecho optativo. Es aquel derecho a la nacionalidad que se
adquiere a libre elección, o sea, por el que se opta, siempre y cuando se
cumplan con los requisitos legales establecidos.
Pérdida de la nacionalidad venezolana.
Pérdida de la nacionalidad originaria: se produce por la efectiva
adquisición de una nacionalidad extranjera teniendo ello efecto fundamental,
en virtud de la voluntad del sujeto.
Pérdida de la nacionalidad adquirida: se produce cuando un individuo
adquiere una nueva nacionalidad, en renuncia de otra nacionalidad
adquirida, que antes tenía. Depende de la voluntad del sujeto y el acto de
soberanía del Estado que la concede, sin la previa autorización del país que
abandona. También surge por la opción entre dos nacionalidades, como es
el caso de escoger entre la del lugar del nacimiento o la de sus padres. Se
pierde por revocación del Estado que concedió la nacionalidad a una
persona. En algunos Estados la mujer perdía su nacionalidad al casarse con
un extranjero, criterio éste modificado en legislaciones contemporáneas, por
cuanto se admite el predominio de la voluntad de la mujer a conservar su
propia nacionalidad.
Referencias constitucionales y efectos jurídicos de la nacionalidad.
Referencias Constitucionales:
Según la constitución de 1811 se garantizaba la entrada a todos los
extranjeros a la provincia de Caracas, se le garantizaba la misma seguridad
siempre que reconocieran la soberanía e independencia, y respetaran la
religión católica, que era la única reconocida para ese momento, y se les
reconocían todos los derechos de ciudadano bajo criterios atribuidos a la
nacionalidad Venezolana.
Según la Constitución de 1961, se establece que aquel venezolano que
adquiera otra nacionalidad perdía la nacionalidad Venezolana. Que una
venezolana casada con un extranjero no pierde la nacionalidad, se permite a
la venezolana escoger entre mantener la nacionalidad Venezolana o adquirir
la nacionalidad del marido, siempre que las Leyes de donde es el marido se
lo permitan.
Efectos Jurídicos de la Nacionalidad.
De acuerdo con el artículo 40 de la CRBV. Los efectos jurídicos de la
nacionalidad son que todos los venezolanos por nacimiento y los
venezolanos por naturalización gozan de los mismos derechos. Pero siempre
y cuando esos venezolanos por naturalización hayan ingresado al país antes
de cumplir los 7 años de edad y residido el hasta cumplir la mayoría de edad.
Solo los venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad
podrán ejercer los cargos de presidente o presidenta de la república y todos
los demás cargos que así están consagrados en la CRBV.
Y que los venezolanos por naturalización para ejercer ciertos cargos deben
tener domicilio o residencia ininterrumpida en Venezuela por un lapso no
menor de 15 años, además deben cumplir con todos los requisitos exigidos
por la Constitución y las Leyes vigentes.
Vinculación entre nacionalidad y ciudadanía.
Ciudadanía: la condición jurídica obtenida por la nacionalidad venezolana, la
cual permite el goce y el ejercicio de los derechos y deberes políticos
previstos en la Constitución y en las leyes de la República Bolivariana de
Venezuela.
Nacionalidad: vínculo jurídico y político que une a la persona con el Estado.
Condiciones para el ejercicio de la ciudadanía.
Ciudadanía es la capacidad del individuo para participar en la definición de
los procesos sociales, políticos y económicos que afectan su condición como
miembro en la sociedad. Otro de los condicionantes de la capacidad de
participación del ciudadano, lo constituye la relación entre quienes hacen las
políticas públicas en representación del Estado y quienes las reciben,
haciendo posible la consolidación o no de la democracia y la gobernabilidad
Construcción de la ciudadanía modelos y enfoques
El término ciudadanía en los últimos años ha experimentado un verdadero
auge dentro del ámbito académico, siendo uno de los objetos más abordados
en los estudios de las ciencias sociales y humanas, especialmente la
educación: “desde la década de los noventa asistimos a un creciente interés,
tanto desde la teoría ética como desde las políticas educativas, por la
educación para la ciudadanía, en respuesta a la necesidad de contribuir a
formar ciudadanos más competentes cívicamente y comprometidos” (Bolívar,
2007, p.9). Se trata de una verdadera necesidad socio-política, la formación
de sujetos adaptados a la vida pública y con posibilidades de participación
para la permanente construcción de sociedad.
La ciudadanía se ha convertido en un término que atraviesa toda la
dimensión política (Heater, 1990) (Kymlicka & Norman, 1994), es decir,
corresponde a un concepto de interés y relevancia para la política. En efecto,
el concepto ciudadanía tiene una relación muy estrecha con la política pues
es en este último campo donde la ciudadanía se concreta.
La popularización y adopción dentro del término en el campo académico
obedece a una necesidad cada vez mayor por contrarrestar una verdadera
crisis social y política.
La ciudadanía más que el reconocimiento de derechos es la construcción de
escenarios permanentes donde se pueda convivir con los otros, aquellos que
no son iguales y que también son depositarios de dignidad humana. A esto
es lo que ha denominado Delgado (2007) como la redefinición del sentido de
ciudadanía, pues si bien la base que soporta a la ciudadanía es la
concepción sobre derechos, esta va mucho más allá comprendiendo:
Utilidad práctica de los instrumentos de identificación en el ámbito
nacional e internacional.
Es necesario conceptualizar el documento electrónico partiendo de la
distinción entre documento e instrumento.
En nuestro derecho rige el principio de la libertad de formas, y dentro de ése
ámbito podemos encuadrar las negociaciones efectuadas através de
herramientas que nos brinda Internet, evaluando la posibilidad de reemplazar
la firma tradicional por nuevos medios de identificación y expresión de
voluntad como el password o clave de identificación, habla, huellas digitales
y firma digital.
La valides jurídica y la eficacia probatoria de dichos medios debe ser
apreciada evaluando necesariamente la "autenticidad" y la "seguridad" del
documento electrónico de que se trate; incluyendo la posibilidad de ofrece y
producir " prueba en contrario" y el prudente ejercicio de la sana critica
judicial.
En orden a lo expuesto manifestamos que, a pesar del vacío regulatorio en
nuestro derecho sobre documento electrónico y firma digital, el principio de
libre convencimiento del juez en la valoración de los medios provatorios,
permite armonizar las normas existentes y, solo cuando existen situaciones
no previstas deberán recurrirse a una legislación al respecto.
Resulta adecuado establecer el marco del valor del "documento electrónico"
y la "firma electrónica" adoptada por el proyecto del código de 1998.
Debe sancionarse a la brevedad la ley que establezca métodos para otorgar
seguridad a las transacciones electrónicas, a la firma digital que consagren el
principio de neutralidad en la utilización de métodos tecnológicos, basados
no sólo en métodos criptográficos sino biométricos, siguiendo las tendencias
adoptadas en los países que estén a la vanguardia en la materia. Se debe
garantizar los requisitos de autoría e inalterabilidad, debiendo establecerse
normas que brinden protección a la privacidad de datos de los usuarios y
consumidores que efectúen operaciones en línea.
Por último decimos que las leyes quedarán siempre retrasadas ante el
avance vertiginoso de las nuevas tecnologías de la información. Pero ello no
debe constituir un obstáculo para el mundo del derecho, al contrario, la red
no debe ser regulada en forma estricta, sino que debe legislarse con
fórmulas abiertas y flexibles, permitiendo que el mercado de Internet
encuentre prudentemente su justo equilibrio debiendo la legislaciones
adaptarse a los cambios tecnológicos.