El blasfemo lapidado, de Gérard Hoet y Abraham de
Blois. Es una ilustración de Figuras de la Biblia, P. de
Hondt éditeur, La Haye, 1728, que representa el
castigo que deben sufrir los blasfemos según el
libro del Levítico.
La prohibición de la blasfemia en Francia fue abolida cuando la Revolución Francesa desarrolló
los conceptos de libertad de religión y libertad de prensa.[3] [4]
[5]
[6]
Cristianismo
En el libro del Levítico de la Biblia aparece mencionado el delito de la blasfemia y el castigo que
le corresponde es la lapidación por el pueblo. Los emperadores romanos condenaron a muerte
a los primeros cristianos por haber cometido el delito de blasfemia. En el Código de Justiniano,
Novela 77, se establece la pena de muerte para los blasfemos contumaces contra la religión
cristiana.[7]
Este sistema represivo se mantuvo en la Edad Media y en la Edad Moderna. Por ejemplo, en
Córcega, según los estatutos criminales de 1571, «el blasfemo contra Dios, o la Virgen, era
castigado la primera vez con una multa de 6 libras, y de 3, si era contra los santos; de 20 libras,
por la segunda vez en uno y otro caso; y por la tercera, con pena de azotes y perforamiento de la
lengua». En el artículo 101 del código penal del Reino de las Dos Sicilias, se castigaba la
blasfemia proferida en una iglesia o en otro lugar en el momento de celebrarse actos litúrgicos
con prisión de dos años y un día a cinco años. Si se profería en un lugar público —en el que no
se estaba celebrando ninguna función sagrada— la condena era más reducida: de uno a seis
meses de cárcel.[8]
Derecho canónico
Según el derecho canónico la blasfemia era toda palabra injuriosa a Dios, distinguiéndose por su
gravedad entre la blasfemia herética de la no herética y, por el objeto de la misma, entre la
blasfemia directa, que es la proferida a Dios, de la indirecta, que es la proferida a la Virgen María,
los santos, los Sacramentos, etc. En la Enciclopedia española de Derecho y Administración o
Nuevo Teatro de la Legislación de España e Indias dirigida por Lorenzo Arrazola y publicada en
1853 se especificaba lo siguiente:[9]
La blasfemia, por tanto,
tiene lugar: 1º. Negando
a Dios lo que le es
esencial, como, Dios no
es justo; 2º.
Atribuyéndole
ofensivamente lo que
repugna a su esencia y
atributos, como, Dios es
injusto; 3º. Detestando,
ó maldiciendo, como
¡pese a Dios! ¡mal para
Dios! etc.; 4º.
Pronunciando las
mismas palabras
injuriosas contra la
Virgen María, los
santos, los
Sacramentos, y cosas
consagradas a Dios, o a
su culto; Y 5º. Aun sin
afirmar, negar o
detestar, según queda
dicho, enumerando, o
profiriendo meramente,
pero con ira, desprecio,
o escarnio, el nombre,
atributos, cualidades, y
en su caso el cuerpo, o
partes del cuerpo, de los
objetos comprendidos
en los cuatro primeros
casos, como ¡nombre de
Dios! ¡sangre de Cristo!
etc.[...]
Por traslación, y según
opinión común de los
autores, se reputan
blasfemia, por lo
general no herética, los
actos contumeliosos, e
impíos, por más que no
acompañe la palabra,
como escupir contra el
cielo, con ira, o
desprecio, escupir a las
imágenes y objetos de
culto religioso, amenaza
con ademanes, etc., en
una palabra todo dicho
o hecho que seria
injuria respecto de
personas y objetos
profesos, es blasfemia, o
se reputa tal respecto de
la divinidad, y objetos
sagrados.
También se incluían en la blasfemia las injurias o ademanes contra sacerdotes realizados en el
momento en que estuvieran ejerciendo sus funciones sagradas, especialmente dentro de la
iglesia, y los juramentos falso y en vano (o sin necesidad). Si el juramento falso se realizaba en
un juicio constituía un delito más grave: el de perjurio.[10]
En cuanto a las penas, la Iglesia comenzó a establecer las suyas propias a partir del siglo XIII —
hasta entonces se había regido por el Código de Justiniano—. La primera normativa específica
fue la del papa Gregorio IX que hacia 1250 estableció que el blasfemo fuera condenado por su
obispo a permanecer en la puerta de su iglesia, sin poder entrar en ella, durante siete domingos
consecutivos mientras se celebraba la misa mayor, y en el último de ellos, descalzo, sin capa y
con una soga atada al cuello. Además debía ayunar durante esos siete viernes, y en uno de ellos
alimentar a tres pobres, o al menos a uno. También debería pagar una multa de 40 sueldos si
era rico y de 30 o menos, si no lo era. En caso de que se negara a cumplir la pena jamás podría
acceder a una iglesia y no sería enterrado en sagrado cuando muriera.[11]
En el siglo XVI el papa León X en el V Concilio de Letrán endureció las penas contra los
blasfemos. Si era clérigo y tenía beneficio sería privado del mismo durante un año, y si reincidía
lo perdería, quedando inhábil para obtener otros nuevos si era condenado por tercera vez. En
cuanto a los legos, si era noble pagaría una multa de 25 ducados la primera vez, de 50 la
segunda y en la tercera ocasión perdería la nobleza; si era plebeyo sería encarcelado y si
reincidía una tercera vez sería expuesto en la puerta de la iglesia principal con una coroza como
símbolo de su infamia. Una cuarta vez suponía la cárcel perpetua o la pena de galeras. También
eran reos de blasfemia los jueces seculares que no impusieran los castigos establecidos a los
convictos por ese delito. En cambio los jueces que fueran diligentes, así como los denunciantes
de los blasfemos, recibirían la tercera parte de la multa que se les impusiese, además de diez
años de indulgencia por cada caso.[12]
Mucho más terribles fueron las penas que estableció el papa Julio III en la Constitución de 1550,
confirmadas por el papa San Pío V en 1585. A los blasfemos plebeyos reincidentes se les
perforaría la lengua y si persistían serían azotados —y paseados por la población—, condenados
a galeras o desterrados para siempre. Estas mismas penas se aplicarían a los que no
denunciaran a las personas a las que hubieran oído blasfemar. Los sacerdotes reincidentes que
no tuvieran beneficios serían degradados y condenados a penas de cárcel o de galeras.[12]
La crítica de la Ilustración
En el siglo XVIII, la Ilustración europea rechazó el concepto mismo de «blasfemia» y denunció
que fuera considerada un delito. El marqués de Langle afirmó:[13]
Un blasfemo no injuria
ni irroga perjuicio a
nadie: ultraja
únicamente a Dios, que
para vengar sus ofensas
dispone de la muerte y
tiene en sus manos los
rayos
Por su parte Voltaire escribió:[13]
Es triste entre nosotros
que lo que es blasfemia
en Roma, en nuestra
Señora de Loreto, y en el
reciento de los
canónigos de San
Genaro, sea piedad en
Londres, en Estocolmo,
en Berlín, en
Copenhague, en Basilea,
en Hamburgo, y es más
triste aún, que un
mismo país, en una
misma calle, sus
moradores motejen
unos a otros de
blasfemos... De
blasfemos eran
acusados los primeros
cristianos; pero los
partidarios de la
antigua religión del
Imperio, los adoradores
de Júpiter, que así
acusaban de blasfemia,
fueron a su vez
condenados por
blasfemos bajo Teodosio
II.
Blasfemia en el islam
El Islam condena la blasfemia, siendo este un delito recogido en numerosas legislaciones
penales de países de mayoría musulmana. En la actualidad, se acusa a ciertos países, como
Pakistán,[14] de hacer un uso arbitrario de este delito y de generar graves limitaciones a la
libertad religiosa de las minorías no musulmanas.
Véase también
Blasfemia en España
Ley contra la blasfemia
Libertad de expresión y blasfemia
Pecado contra el Espíritu Santo
Pensamientos blasfemos (psicología)
Referencias
1. Lorenzo Arrazola (1853), p. 593.
2. Henry Kamen (2011), p. 252.
3. Lucia I. Suarez Sang (26 October
2018). «Defaming Muhammad does
not fall under purview of free speech,
European court rules» (https://www.fo
xnews.com/world/defaming-muhamm
ad-does-not-fall-under-purview-of-free-
speech-european-court-rules.amp) .
Fox News. Consultado el 27 October
2018. «The freedom of speech does
not extend to include defaming the
prophet of Islam, the European Court
of Human rights ruled Thursday.»
4. Chase Winter (26 de octubre de 2018).
«Estrasburgo avala condena por
llamar “pederasta” a Mahoma» (http
s://www.dw.com/es/estrasburgo-avala
-condena-por-llamar-pederasta-a-mah
oma/a-46055847) . Deutsche Welle.
Consultado el 27 de octubre de 2018.
«El Tribunal Europeo de Derechos
Humanos (TEDH) considera que la
condena en Austria a una mujer que
calificó a Mahoma de pederasta está
justificada por la falta de una base
objetiva de sus declaraciones, que
tenían como objetivo provocar, y para
mantener la paz religiosa.»
5. Bojan Pancevski (26 October 2018).
«Europe Court Upholds Ruling Against
Woman Who Insulted Islam» (https://w
ww.wsj.com/amp/articles/europe-cou
rt-upholds-ruling-against-women-who-i
nsulted-islam-1540580231) . The Wall
Street Journal. Consultado el 27
October 2018. «Europe’s highest
human rights court ruled on Friday that
disparagement of religious doctrines
such as insulting the Prophet
Muhammad isn’t protected by freedom
of expression and can be prosecuted.»
6. DAVID BRENNAN (26 October 2018).
«CALLING PROPHET MUHAMMAD A
PEDOPHILE NOT PROTECTED BY
FREE SPEECH, COURT RULES» (http
s://www.newsweek.com/calling-proph
et-muhammad-pedophile-not-protecte
d-free-speech-court-rules-1189031) .
Newsweek. Consultado el 27 October
2018. «The European Court of Human
Rights (ECHR) ruled that calling the
Prophet Muhammad a pedophile was
not protected by freedom of speech
laws.»
7. Lorenzo Arrazola (1853), p. 595.
8. Lorenzo Arrazola (1853), p. 596.
9. Lorenzo Arrazola (1853), p. 596-97.
10. Lorenzo Arrazola (1853), p. 597.
11. Lorenzo Arrazola (1853), p. 598.
12. Lorenzo Arrazola (1853), p. 598-99.
13. Lorenzo Arrazola (1853), p. 594.
14. ForumLibertas, Redacción de.
«Libertad Religiosa en la web - La ley
sobre la blasfemia y el extremismo
islámico: “males oscuros de la
sociedad pakistaní”» (http://libertadreli
giosa.eu/index.php/analisis-mundo/lib
ertad-religiosa-en-los-estados-musulm
anes/412-la-ley-sobre-la-blasfemia-y-el
-extremismo-islamico-males-oscuros-
de-la-sociedad-pakistani.html) .
libertadreligiosa.eu. Consultado el 28
de noviembre de 2018.
Bibliografía
Arrazola, Lorenzo (1853). «Blasfemia» (h
ttp://books.google.es/books?id=LhjIBSr
ADRwC&pg=PA593&dq=blasfemia+en+
Espa%C3%B1a&hl=es&sa=X&ei=EBqeUo
zSDoSU0QWL-ICQBQ&ved=0CD4Q6AEw
AQ#v=onepage&q=blasfemia%20en%20
Espa%C3%B1a&f=false) . Enciclopedia
española de Derecho y Administración o
Nuevo Teatro de la Legislación de España
e Indias. Tomo VI. Madrid: Imprenta de
Días y Compañía. pp. 593-603.
Consultado el 3 de diciembre de 2013.
Kamen, Henry (2011) [1999]. La
Inquisición Española. Una revisión
histórica (3ª edición). Barcelona: Crítica.
ISBN 978-84-9892-198-4.
Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra
información sobre blasfemia.
«La blasfemia ya no es lo que era (htt
p://sociedad.elpais.com/sociedad/201
2/06/02/actualidad/1338653344_63654
9.html) » El País (3 de junio de 2012).
Datos: Q200481
Multimedia: Blasphemy (https://com
mons.wikimedia.org/wiki/Category:Bla
sphemy) / Q200481 (https://common
s.wikimedia.org/wiki/Special:MediaSea
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