Historia de La Psicologia Parcial-1
Historia de La Psicologia Parcial-1
Peter Burke
La expresión “La nueva historia, proviene de Francia, siendo titulo de unos ensayos de Le Goff, el cual ya había hecho
aporte con la terminología de “nuevo”. La nueva historia es proveniente de la école des Annales. La nueva historia se va
a formar a partir de lo que se opone, opta por una vía negativa.
La nueva historia es una historia escrita en reacción contra el “paradigma tradicional”, una visión de sentido común de la
historia, 0000000donde esta era la única forma considerada de hacer historia. Hay 6 puntos donde se va a exponer la
oposición entre la “historia rankeana” y la nueva historia.
1. En el paradigma tradicional, el objeto esencial va a ser la política, como dice Seeley, “la historia es la política del
pasado, y la política es la historia del presente. La historia era más nacional e internacional, incluyendo a lo
religioso y como dirá Von Clausewitz, a la continuación de la política por otros medios, la guerra. Por otro lado,
la nueva historia se va a interesar en cualquier actividad humana, todo tiene una historia, esta será una historia
“total”. Aquello que antes se consideraba inmutable, ahora va a ser una “construcción cultural”, con variaciones
espacio tiempo. El fundamento filosófico de la nueva historia es la idea de que la realidad está social o
culturalmente constituida.
2. La historia tradicional va a narrar acontecimientos, Braudel lo considerará como “la espuma sobre las olas del
mar”, mientras que la nueva historia se va a dedicar al análisis de las estructuras, donde Braudel dirá que lo que
realmente importa son los cambios económicos y sociales a largo plazo, y los cambios geohistóricos a muy largo
plazo.
3. La historia tradicional presenta una “vista desde arriba”, centrándose en grandes hombres, guerras e iglesia, el
resto de la humanidad era tomada con menos drama. Por otro lado, la nueva historia se va a interesar por una
“historia desde abajo”, tomando opiniones de la gente corriente y sus experiencia, una historia de la cultura
popular.
4. El paradigma tradicional se basará en documentos oficiales, lo que limitará a esta historia, y Ranke, en su
necesidad de afirmar esto, provocó que se olvidarán otros tipos de pruebas. Pero la nueva historia, encontrará a
lo oficial como un punto de vista, y planteará el complemento con otras fuentes, tanto visuales, orales,
estadísticas, etc.
5. Según el paradigma tradicional, como lo expuso Collingwood, intenta plantear las intenciones de las acciones
humanas. Por esto los nuevos historiadores van a considerar que no se consigue dar explicación a la gran
variedad de motivos que puede llevar a realizar un acontecimiento histórico, y van a tomar las acciones
individuales y los movimientos colectivos, tanto por tendencias como por acontecimientos.
6. De acuerdo con el paradigma tradicional, la historia es objetiva, según Ranke, se tienen que dictar los hechos tal
como ocurrieron. En la actualidad este ideal se considera quimérico, fantasioso. Por más que intentemos, no
podemos dejar de mirar la historia desde una perspectiva particular. El relativismo cultural se aplica tanto en el
objeto como en la forma de pensar de cada historiador.
El término se utiliza para referirse a términos de 1970 y 1980, periodo el cual la reacción contra el paradigma tradicional
ha tomado fuerza. Para muchos la nueva historia está relacionada a Febvre y Bloch, que en 1929, fundaron la revista
Annales, para promocionar este enfoque. Pero en esto no estuvieron solos, hubo influencias desde Gran Bretaña
(Namier y Tawney, 1930), Alemania (Lamprecht, 1900) y la gran influencia de Durkheim que llevó a inspirar a los
Annales.
La data más antigua del término Nueva historia, proviene de Robinson en 1912, donde planteaba que la historia incluye
todo rastro y vestigio de cualquier hecha o pensada por el hombre desde su aparición en la tierra (historia total). En
cuanto al método, según Robinson, se valdrá de todos los descubrimientos sobre el género humano desde las ciencias
sociales.
El empeño por escribir una historia más allá de lo político se remonta muy atrás en el tiempo, a finales del silgo XIX, ya se
escribía sobre la historia económica como alternativa a la historia del Estado. Los sociólogos como Comte se interesaban
en las estructuras y no los acontecimientos. En el siglo XVIII se dio reconocimiento a un movimiento internacional que
favorecía a una historia no limitada a los acontecimientos, sino interesada en la sociedad, forma de pensar, costumbres,
comercio, leyes.
Problemas de definición:
Al ser la nueva historia un terreno desconocido, se empieza por un negativo de lo que busca, por ejemplo, la historia
desde abajo, fue concebida por la reacción por la historia vista desde arriba. No obstante, a lo largo de sus
investigaciones, los estudiosos se han ido cuenta de los problemas inherentes a esta dicotomía, En la historia desde
arriba no debemos suponer que toda la gente tiene experiencias idénticas y que solo cuentan las grandes historias, pero
en la historia desde abajo, se dan más problemas, por ejemplo, a la hora de hacer historia de cultura popular, se entra
en definiciones más exclusivas, noción de cultura, noción de popular, qué es y qué no es cultura, etc.
Problemas de fuentes:
Al elegir nuevos objetos de investigación, se deben buscar nuevos tipos de fuentes para complementar a lo oficial. Se
optaron por lo oral, lo figurativo, lo estadístico. Se es necesario leer documentos “entre líneas”, cuestionando el ¿Por? Y
el ¿Para qué? Están escritos, más allá de lo que se lee literalmente. El retratar a la sociedad “invisible” puede implicar
mayor riesgo que lo habitual. Se ha debatido la influencia del historiador y del testigo que retrata su realidad, ya que no
alcanza a la complejidad de los documentos oficiales. Caso similar con la fotografía, ya que la cámara pone en vista un
objetivo de la realidad, haciendo hincapié en la subjetividad del fotógrafo, estos no ofrecen un reflejo de la realidad sino
unas representaciones de la misma. Si bien los historiadores se basan en la cultura material para poder desarrollar sus
conocimientos, no es difícil preguntarse, si todo este material, es solo una mera confirmación de las pruebas literarias.
Otro método controvertido, es el cuantitativo, si bien ya era utilizado en la historia económica y demográfica, se empezó
a utilizar, por ejemplo, en la historia política con el conteo de los votos en la actividad política. La introducción de estas
en el discurso histórico, ha llevado a polarizar a los profesionales en incondicionales y oponentes, ambos han tendido a
exagerar problemáticas por las cifras, por lo que se necesita medios para discriminar, qué tipos de estadísticas son las de
fiar, para qué fines. Necesitamos una nueva “diplomática” para guiar la utilización de estas fuentes optativas.
Problemas de explicación:
La nueva historia implica repensar la explicación de la historia, ya que lo social y cultural no tiene el mismo abordaje que
lo político, los historiadores tendrán que ocuparse de cuestiones sociológicas y de otras ciencias sociales. Hoy, según
Giovani Levi, los modelos históricos más atrayentes son los que hacen hincapié en la libertad de elección de la gente
corriente, para descubrir rendijas por donde introducirse o intersticios donde sobrevivir. La expansión del universo
histórico ha tenido así mismo repercusiones en la historia político, pues los acontecimientos políticos pueden explicarse
también de varias maneras. Incluso estos últimos estudiosos divergen a veces de los modelos tradicionales de
explicación histórica al apelar a los motivos tanto conscientes como inconscientes de los dirigentes, fundándose en que
dichos modelos sobreestiman la importancia de la conciencia y la racionalidad. Ya no hay reglas, se ha roto el consenso
tradicional sobre lo que constituye una buena explicación histórica.
Problemas de síntesis:
La disciplina histórica está más fragmentada que nunca. A los grupos de historiadores les comienza a resultar cada vez
más difícil conversar entre sí, pero para esta situación Burke plantea dos puntos. El primero, es que la proliferación de
subdisciplinas es virtualmente inevitable, pero esta tiene sus ventajas, aumenta el conocimiento humano y fomenta
métodos más rigurosos y niveles más profesionales. La incomunicación entre disciplinas o subdisciplinas no es
inevitable. Actualmente es posible observar una búsqueda del centro. La intersección de la cultura popular con la de las
personas instruidas. La oposición tradicional entre acontecimiento y estructuras está siendo sustituida por una
preocupación por sus interrelaciones y algunos historiadores experimentan con forman narrativas de análisis o formas
analíticas de narración. Lo más importante de todo ellos es, quizá, la eliminación final de la vieja oposición entre
historiadores políticos y no políticos. Por un lado, los historiadores políticos no se limitan a lata sociedad, y por el otro,
sociedad y cultura se consideran ahora terreno de juego de las tomas de decisión. Kammen dirá que el concepto de
cultura en su sentido amplio y antropológico, sirve de posible base para la recombinación de los diversos enfoques de la
historia.
Danzinger
Al debilitarse la historia justificacionista, la cual encontraba en la historia, la justificación de las perspectivas de las
disciplinas actuales, se va a plantear el hecho sobre que hay que hacer una historiografía “crítica”, una disciplina objetiva
y a la cual se le cuestiona cada conocimiento adquirido. Se habla de historia crítica como una estrategia de investigación
general histórica. El objetivo de la historia crítica es un intento consciente de evitar dar por sentado los prejuicios
actuales y usarlos como parámetro ahistórico según el cual se debe juzgar el pasado, queriendo decir que hay que juzgar
el pasado según al pensamiento que había en esa época, y no el actual.
Hay 2 sentidos en los cuales los historiadores se van a comprometer con la historia crítica:
● Sentido Débil: Por lo menos el acuerdo mínimo entre pares, respetar las tres coordenadas es lo más básico para
hablar historia critica.
● Sentido Fuerte: Lo que va a desarrollar todo el texto, el verdadero compromiso con la historia critica, pensar lo
social más allá que lo individual, pensar a lo social más allá que el cumulo de personas, plantea una historia
social y profundizar en problemáticas sociales e ideológicas.
Tres coordenadas
Como anteriormente nombre, hay 3 coordenadas que conforman el marco inmediato de la actividad del historiador.
1. Deber de cuestionar las autoridades y las fuentes tradicionales de la disciplina, hay que poner en duda a los
documentos oficiales que se impulsaron en su momento, tendremos que buscar otras fuentes para que no se
quede en esta visión subjetiva y celebratoria.
2. No se debe dejar de lado la subjetividad y perspectiva del historiador, ya que la selección de las fuentes y el
trabajo en las mismas va a determinar la forma de abordaje en las mismas, esta subjetividad va a ser motor para
especializar una investigación profunda.
3. Considerar a la psicología de modo crítico, y no considerar un desarrollo progresivo con continuidad lineal. No se
debe caer en prejuicios actuales para entender el pasado. Hay que ir más allá de lo que dice el texto.
Naturalismo ingenuo
En la construcción de un objeto se va a criticar al naturalismo ingenuo, va a ejemplificar con la psicología, esta encuentra
su objeto de estudio en el mundo natural, por lo tanto su historia se convierte en la crónica de cómo se hallaron esos
objetos, las sensaciones o el comportamiento ya estaban, solo hacía falta estudiarlo. Pero en el enfoque crítico, va a
sugerir el nacimiento de la inteligencia o la personalidad como construcciones humanas y no de la naturaleza, si se toma
esta idea, podríamos decir que se desprende que su historia es en último análisis la historia de su construcción. Cuando
las ideas las analizamos desde el principio como construcciones humanas producidas por agentes sociales en
condiciones históricas específicas contamos con un marco aplicable a la historia critica.
Existe una versión subjetivista del naturalismo que considera que los objetos psicológicos no se encuentran en la
naturaleza objetivo sino en la mente de las figuras históricas específicas. Las diferencias entre el contexto de
descubrimiento y el contexto de justificación, van a ser excusas para no poner en un estudio crítico al contexto de
descubrimiento, y como consecuencia estos nuevos conceptos se acercan a una mutación biológica que carece de una
dimensión social. Si se sigue sosteniendo que los conceptos se les “ocurren” a los individuos, van a parecer sin actividad
humana, como otros hechos naturales, solo las ideas analizadas desde un principio como acción humana, en un contexto
específico, van a ser aplicable a la historia critica.
Estos objetos, hechos o ideas, deben ser analizados en relación con la actividad constructiva de la que son producto,
estas son.
● Actividades institucionales que definen objetos sociales como los terapeutas y los clientes.
Desde este punto de vista, la historia crítica es el estudio de la relación entre tales actividades constructivas y la
naturaleza de los objetos que ellas producen. Los objetos solo pueden sucederse en una secuencia histórica por
mediación de las actividades de las que son producto.
El enfoque para estudiar desde la historia crítica, sería el rechazar la idea de que las respuestas a los problemas
históricos pueden encontrarse en acciones de individuos concretos, esto seguiría dando pie al naturalismo, estas
acciones son solo punto de partida. Hay que ir más allá de las autorrepresentaciones de los actores históricos
individuales, estos productos de la reflexión de sus propios actos, y no deben confundirse con la realidad no reflexionada
de su actividad constituyente de objetos.
El historiador critico cuenta con una serie de medios para profundizar más allá del nivel de la autorrepresentación de
individuos históricos. Puede examinar los datos de la actividad práctica concreta en la que participan los actores
históricos relevantes, sin dejarse cegar por la representación reflejada de tal actividad por parte de los actores mismos.
Por lo general la autorrepresentación de los experimentadores, no toma en cuenta el hecho fundamental de que los
experimentos psicológicos implican un sistema social que está sujeto al cambio histórico. En su análisis de las actividades
constituyentes, el historiador crítico nunca debe reemplazar la práctica no reflexionada de los actores por sus
autorrepresentaciones.
Este tipo de análisis tiene que ver con el estudio de la estructura de las actividades que generan conocimiento, el
contexto donde tuvo lugar la resolución de problemas. Los objetos psicológicos se construyen en el curso de actividades
que se emprenden con ciertos objetivos en mente. En general, los cambios históricos en estas actividades están
asociados con cambios en sus metas.
Problema y problemática
Los problemas que aborda conscientemente un actor histórico tienden a ser de tipo especifico y técnico, mientras que
una problemática define los esquemas, las imágenes, lo que subyace detrás de los problemas específicos. El análisis
histórico crítico no se detiene en problemas específicos, sino que buscara indagar para llegar a la problemática que está
por debajo de ese problema. La problemática es más apropiada para la interpretación más amplia de las situaciones-
problema (Contexto del problema).
La problemática está relacionada con el sentido fuerte, va más allá de los problemas específicos de los actores históricos
individuales, estos surgen de la interacción social, implica las formas en que los individuos se comunican sobre
problemas compartidos, por lo tanto es un aspecto de la vida social, con consecuencias de largo alcance, como un
proceso generador, configura problemas específicos y actividades constituyentes de objetos. Por lo tanto, no son los
actores individuales los que funcionan como sujetos históricos, sino los grupos comparten una misma problemática.
Sujeto colectivo
La historia critica para lograr operar en un sentido fuerte, tiene que concebir a los “sujetos colectivos”. Esto no significa
que deba dejar de lado los sujetos individuales, sino que debe intentar ir más allá de este nivel individual y hallar la
“formación general” de la que el individuo es un caso”. Tenemos que entender a estas formaciones generales como una
actividad constructiva intencional de los individuos, que implica una estructura de problemas que existe en un nivel
transindividual, y que la historia critica se encarga de analizar este nivel.
Se considera al nivel transindividual como una fuente de actividad, y no solo como una fuente de influencias. Esta es la
razón por la cual el término “sujeto colectivo” representa a esta posición con mayor exactitud que el término
“contexto”.
En otras palabras se puede decir que el sujeto colectivo forma a la problemática. Puesto que una problemática es la
forma que un sujeto colectivo da a las actividades específicas de resolución de problemas.
Vezzetti
La historia de la psicología, al comienzo se trata de una establecida por y para psicólogos. Es aquí donde se reúnen el
sustrato científico y el dispositivo profesional, este primero tiende a continuar y ampliar las introducciones para
insertarse en los comienzos de una enseñanza, memoria de antecedentes, que se incluyen para establecer una filiación y
afirmar una legitimidad.
Un núcleo explicito en estas introducciones, es la cuestión de la identidad, desde la psicología pueden contenerse
conceptos y practicas muy diferentes. Mientras que otras disciplinas se apoyan en el nombramiento de un padre, la
psicología revela un drama identitario, aquí el elenco de progenitores se diversifica, se puede recurrir a Wundt, Freud,
Piaget, etc. Las disputas en la identidad dejan en evidencia una disciplina extensa y desorganizada. Es un campo
marcado por una fragilidad en su nacimiento, remarcado como dudoso o “problemático”.
La función más importante para la disciplina histórica es la iluminación crítica del presente. En el caso de las ciencias
humanas (y de la psicología en particular) exige no solo tomar distancia de cualquier identidad presupuesta sino partir
de la diversidad de las condiciones, modelos, conceptos y prácticas. Partiendo de este suelo de diversidad, la historia
puede interrogar críticamente a los que buscan la identidad en el pasado, y puede separarse de la búsqueda de
precursores. La cuestión de la unidad ya no se plantearía como un requerimiento que debe ser cumplido mediante una
narrativa armonizada, sino como un amplio horizonte para una investigación en marcha.
No hay una versión canoníca de la genealogía como herramienta de análisis histórico en la psicología. En el propio
Foucault se puede ver que se busca una modalidad de trabajo sobre las fuentes, que se ajuste y se reinvente frente a los
objetos singulares a lo que se aplica, sin ser reglas generales. En principio, aplicado a la psicología, un abordaje
genealógico comienza por rechazar la búsqueda de un origen y se embarca en una exploración interminable de los
comienzos contingentes de las continuidades dudosas. En definitiva, no hay una historia de la psicología, hay diversidad
de psicologías y pluralidad de historias.
Según Caparrós, partir de la propia conciencia de crisis proporciona un punto de mira preferible al de cualquier
definición sobre lo que es (o quiere ser) la psicología. Si la historia busca renovar e interrogar las representaciones
establecidas del pasado, encuentra su mejor punto de partida en la incertidumbre y en la perplejidad expresada por esa
originaria conciencia de crisis.
La búsqueda de unidad en la psicología, emerge como un ejercicio compensatorio frente a la heterogeneidad (mezcla de
diferentes posturas en un todo) de tradiciones científicas, objetos, métodos, técnicas y usos de la psicología. El territorio
de la psicología se extiende entre la filosofía y las humanidades, la biología y los estudios del comportamiento, las
ciencias neurológicas y cognitivas, y más interdisciplinas revelan esa heterogeneidad que en verdad proyecta un
programa de formación de casi imposible cumplimiento por su amplitud.
La heterogeneidad del campo en su configuración presente depende su proceso de formación. Situada entre la filosofía,
las ciencias biológicas y las sociales, la pluralidad de psicologías solo se ilumina cuando su proceso de formación es
situado en una trama disciplinar compleja y móvil. Consecuentemente, se impone la ampliación del corpus (conjunto
cerrado de textos científicos), ya no puede reducirse al catalogo de los autores incorporados al canon de la disciplina,
aun admitiendo que hay más de un canon en la medida que hay diversas tradiciones. El punto es que una historia de las
ideas o de las prácticas de la psicología debe incluir fuentes y recortes del pasado que no siempre serian reconocidos en
la memoria establecida de los psicólogos.
Hacia el siglo IX, la diversidad en los comienzos de la psicología puede ser ordenada tentativamente, entre tradiciones:
Se trata de un esquema tentativo que ha proporcionado un orden en la enseñanza de la historia de la psicología. Pero en
ese agrupamiento tentativo se advierte ya que los problemas de la constitución científica de la disciplina que no pueden
separarse distintos contextos culturales y de lenguaje, de Inglaterra a Francia y a Alemania, que operan como un suelo
ineludible. Y es aquí donde se abre espacio a las nociones de recepción y apropiaciones.
Además, en la medida en que la psicología, en su fisonomía contemporánea, nace directamente como practica aplicada
(como tecnología) ese espectro diversificado debe incluir, como un tema destacado de la investigación, la dimensión de
los usos en la clínica y el diagnostico, la educación, los grupos y las instituciones, el ámbito jurídico y forense, el trabajo y
las profesiones, la publicidad y los estudios de mercado, incluyendo nuevas líneas como la psicología transcultural. En
esos nuevos ámbitos tecnológicos se anudan nuevas relaciones con las tradiciones científicas que revierten y
complejizan la diversidad de los conceptos y las teorías. Si en su dimensión tecnológica la psicología moderna podría ser
comparada con las practicas nacidas de las ciencias de la naturaleza, la diferencia salta a la vista: mientras que en las
ciencias naturales responden a dificultades o limites que son temporarios y provisionales, la psicología, dice Foucault: es,
en su origen, un análisis de lo anormal, de lo patológico, de lo conflictivo, una reflexión sobre las contradicciones del
hombre consigo mismo. Y si se transformo en una psicología de lo normal, de lo adaptativo, de lo ordenado, es de una
manera secundaria, como un esfuerzo por dominar esas contradicciones. Al desplazarse a las prácticas y usos, un
estudio de la psicología tiene que incluir la trama de las ciencias humanas y sociales, así como también las condiciones
sociales y culturales.
Las reconstrucciones del pasado dependen de preguntas o problemas del presente, por lo que hay más de una historia
posible y más de un pasado por recuperar. Es importante el interés presente: la historia puede iluminar cuestiones
actuales y actuantes, y por otro lado se debe reconocer el carácter diferencial del pasado, los términos y objetos
dependen de marcos epistémicos y socioculturales. Ambas cosas no pueden considerarse por separado, el énfasis en la
actualidad se la denomina presentismo y la afirmación de u pasado incomunicado exotismo. Las ideas y los proyectos
que alguna vez fueron vigentes eran tan legítimos como los que hoy se reconocen como incontrastables.
Vista desde la historia, la psicología se presenta como un objeto complejo, esa complejidad y esa pluralidad de impactos
no deja de trasladarse a las historias posibles: hay diversas historias en la medida en que los problemas, las preguntas
que organizan una investigación histórica pueden ser diferentes. Lo importante es que esa condición plural, es un
desafío y una fuente de interés para el conocimiento.
El estudio de estos no se limita al orden de los conceptos en el interior de una disciplina sino que da cuenta de una
exploración de los que la psicología recibe y transforma. Indaga las condiciones extrateóricas de un orden conceptual,
ampliando sus enfoques y herramientas. Es decir, en qué condiciones, en qué contexto surgen saberes y conceptos, con
qué necesidades de ese lugar y momento histórico se relacionan. La investigación histórica, debería poder revelar el
suelo común de significados y traspasos culturales y un orden de conceptos y reglas de producción de enunciados
específicos de una tradición científica.
Hace alusión a la dimensión tecnológica de la disciplina, es decir a la aplicación de saberes psicológicos en distintos
ámbitos. Para dar cuenta de la historia de la inserción de los psicólogos en estos ámbitos sociales y profesionales
constituidos (educación, medicina, trabajo, familia, etc.) es necesario convocar a otro cruce de historias, ampliando la
mirada a condiciones sociales y culturales y a otro tipo de fuentes.
La psicología es un discurso que ha influido mucho en la cultura moderna, así es que fue incorporada a la trama de
significaciones de la vida social. No hay concepto ni prácticas en las disciplinas humanas (entre ellas la psicología) que
pueda eludir su inmersión en la vida social y cultural. Muchos de los temas que encontramos en el saber académico con
un lenguaje y un corpus conceptual específico tienen su origen en las representaciones y prácticas sociales. El
historiador debe reconocer los problemas específicos de esa historia fuera de lo académico e institucional. Por ejemplo,
en la problemática familiar moderna, se cruzan prácticas religiosas, dispositivo médico y psiquiátrico, jurídico, políticas
estatales sobre la población.
● Historia de la profesión.
Las formas y los modelos de profesionalización, en el siglo XX, presentan perfiles diferentes de acuerdo con los ámbitos
en los que la psicología ha buscado establecerse. Al mismo tiempo, dado el despliegue de los usos de las psicologías en
la sociedad y las instituciones, las variantes en las modalidades profesionales empiezan a depender de la historia previa
y las características de esos ámbitos de uso de la psicología. La investigación histórica trata de interrogar las condiciones
de edificación de la psicología como dispositivo profesional en contra de las memorias hegemónicas que se sostienen en
una comunidad.
La historia intelectual se distancia del modelo de la memoria (identidad, continuidad, la autonomía de un grupo o
campo) y busca explorar una trama de procesos y acontecimientos, múltiples, heterogéneos, siempre parciales; no
busca reconstruir totalidades sino problemas; y no es un reducto de certezas sino que su motor es la curiosidad. No se
trata de juzgar su cientificidad sino de explorar una genealogía y situar los enunciados y los programas en horizontes que
siempre exceden los límites establecidos por la propia disciplina.
Una historia así concebida se caracteriza por una colocación plural, dispuesta a desplazarse en la medida en que sus
objetos se configuran en construcciones que pueden ser diferenciadas en dos esferas: sociocultural y conceptual. Se
trata de evitar tanto la reducción a la lógica del pensamiento científico como a una descripción de los usos y las formas
sociales.
Aplicada a la discusión de la memoria de la profesión, esa historia ilumina los modos en los que el pasado puede actuar
sobre el presente: hay síntomas recurrentes en los alineamientos o los conflictos de los especialistas, que adquieren
sentido en el marco de un análisis de los lazos que unen el presente con el pasado. En este sentido, la psicología no
puede prescindir de una relación pensada con su pasado, ni en el orden de los conceptos ni en el de sus prácticas en
ámbitos e instituciones (como la escuela, el hospital o el consultorio), que poseen su propia densidad histórica.
Recepción
Primero que nada, no es lo mismo la historia de “descubrimiento” o de “fundación”, que la que debe hacerse cargo de
las lecturas, las traducciones o los desplazamientos. En la historia de recepción, el acento está en la apropiación,
mediación e implementación de una disciplina, esto es indispensable en por ejemplo Argentina, una tradición cultural y
de pensamiento, dominada por la inmigración y la recepción de ideas, lenguajes y costumbres. Además de las
traducciones, hay que tomar el problema de la recepción como una práctica activa, que modifica aquello sobre lo que se
aplica.
En los estudios de recepción se focalizan en las condiciones de producción y la circulación, se interroga la relación del
autor a la obra, estos operan tanto en la producción, como en las operaciones de difusión y las practicas de lectura. El
objetivo del análisis son los usos más que la trama interna de la obra, a partir de una idea central: la lectura no es la
incorporación pasiva del texto sino que siempre supone una apropiación que lo transforma. Esto termina dándole
importancia al público que lo va a recibir.
● Instancias especificas de selección, ingreso y consagración, que regula la dinámica fundamental del campo: la
disputa por la legitimidad (cuál es la línea teórica que predomina).
● Capital simbólico: Ideas y materiales propios de cada campo, intransferibles a otros.
● Relación en sí mismo y con el afuera: Red de relaciones entre campos y la comunicación hacia el público.
No se debe exagerar en el valor del modelo de campo para la historia de la psicología, usar esta noción implica un
estudio local y particular, así como preguntarse por la respectiva autonomía en relación con otros campos. Esta
categoría, aplicada a la historia de la psicología, permite pensar el carácter específico de las ideas y las prácticas de la
disciplina, sin por ello perder de vista la dimensión social. El concepto de campo abre un camino para abordar las
complejidades de la psicología, evitando la falsa unicidad, y el anarquismo disciplinares a través de la concepción de
«subcampos» que ocupan regiones particulares con propiedades específicas. No es incoherentes en un objeto de la
historia de la psicología, ya que hay varios subcampos dentro de la historia de la psicología, a partir del uso que se le va a
dar y a las características singulares mencionadas. La psicología es un objeto heterogéneo, podemos historizarla a partir
de que existen subcampos, puedo investigar partes, no a toda.
Hugo Klappenbach
La historia de la psicología argentina, fue examinada por diferentes autores, no resulta sencillo encontrar rasgos
comunes entre toda la bibliografía, lo que destaca es la escasez de conceptualizaciones más o menos generales o
sintéticas, de la psicología argentina en su conjunto.
El periodizar la historia argentina, es realizar un esquema provisorio, que se va a ir conformando con la introducción de
nuevos conocimientos. Hay razones para avanzar en la periodización, en primer lugar, se introducen periodizaciones
implícitas y no tan sistematizadas, se ajustan a los datos existentes. En segundo lugar, los proyectos de investigación de
historia de la psicología en Argentina, surgen desde posiciones académicas relacionadas con la enseñanza de esta
historia, requiriendo esquemas sintéticos y clasificaciones racionales y pertinentes de los temas de estudio, exigiendo
esta periodizaciones. En tercer lugar, la periodización propuesta puede resultar útil para enmarcar adecuadamente otras
investigaciones historiográficas en el país.
Es posible que una historia tan abarcativa de la psicología argentina todavía no haya sido abordada. No obstante, una
periodización general debería contemplar, al menos como horizonte de aspiraciones.
Vamos a entender a la psicología argentina como la psicología que se produce y se recepciona en nuestro medio.
Las características que analizaremos en cada periodo, por lo general, no desaparecen en el periodo siguiente ni tampoco
aparecen súbitamente. Al contrario, suelen perdurar aunque a veces lo hagan en un aspecto acotado o como corriente
secundaria.
En la cultura Argentina había un afrancesamiento de la cultura de elite de Argentina, en 1903, Horacio Piñero, realizaba
la publicación en francés de un informe de la psicología experimental en psicología. Este mismo afirmaba que
intelectualmente, eran franceses en realidad. Los profesionales argentinos realizaban viajes de perfeccionamiento a
Francia.
En este contexto de cultura científica, la temprana recepción de la nueva psicología europea se haría a través de cinco
canales facilitados por el reciente campo cultual.
En este contexto de cultura científica, la temprana recepción de la nueva psicología europea se haría a través de cinco
canales facilitados por el reciente campo cultual, los cuales 4 van a ser provenientes de Francia, denotando esta gran
influencia.
● Las publicaciones periódicas originadas en Francia, particularmente la Revue philosophique dirigida por Ribot
En Argentina, tanto Piñero como Ingenieros señalaban que tres factores estaban en la base de la nueva psicología: la
observación clínica, la investigación experimental y la divulgación científica. En ese marco, Wundt representaba tan solo
una referencia de importancia en un plano inferior al de Charcot y Ribot.
Si bien, los laboratorios en Alemania, estaban destinados a la investigación y la producción de conocimientos. Piñero
aclaraba que en Argentina estaban destinados a la divulgación y enseñanza.
En la Argentina, el concepto de psicología experimental no era relacionado al de Alemania, sino que se relacionaba
directamente con la introducción a la Medicina Experimental de Claude Bernard, y con los estudios médico-psicológicos,
como los denominaban Tolouse, Vaschide y Pieron. Estos por su parte consideraban tres grandes dominios y métodos d
la psicología: la psicología fisiológica, la psicología patológica y la psicología experimental (este era el predominante).
En definitiva, la temprana psicología argentina evidenciaba su proximidad con la psicología desarrollada en Francia, la
cual podemos denominar, siguiendo a Gasset, psicología de las desagregaciones.
Se advierte que la caracterización de psicología clínica y experimental no agota todos los rasgos del periodo, y sería más
correcto referirse a una psicología clínica, experimental y social. En efecto, el apoyo que aquella psicología recibió desde
el Estado, hasta la preocupación por la temática del delito, las masas, la nacionalidad, ponían de manifiesto la
importancia que adquiría la disciplina para un proyecto de reforma de orden público.
Van a haber cuatro rasgos centrales podrían caracterizar los principales de desarrollos de la psicología.
● Las relaciones con la tradición de las primeras décadas del siglo fue ambigua. Es decir, por una parte no dejaban
de señalarse los límites de la psicología fisiológica pero a un mismo tiempo, la tradición clínica o patológica
conservó un interés pronunciado en el periodo.
● Se empieza a notar los intentos de aplicar la psicología al ambiente laboral.
Pero desde antes de 1930, el pensamiento argentino empezó a reorientarse, siendo figuras importantes Bergson y
Scheler, con la presencia decisiva de Ortega y Gasset.
Ortega aun cuando proponía la coexistencia de laboratorios de fisiología, de psicología y de psicofisiología, también
destacaba la importancia de una psicología de tipo histórica o cultural. Alejandro Korn, subrayó que la presencia de
Ortega había promovido el ejercicio intelectual autónomo, contribuyendo a la decadencia de las ideas positivistas.
Todos estos acontecimientos llevaron a la profesionalización de la filosofía, en el marco del afianzamiento de un campo
intelectual de relativa autonomía. Ortega y Gasset llegó a confirmar, “el positivismo ha muerto”, precipitando la
constitución del Colegio Novecentrista en 1918. En general, suele considerarse a este movimiento como uno de los
fundamentos de la denominada reacción antipositivista, también debe notarse que positivamente, el Colegio se
pronunciaba a favor de toda forma de pensamiento que afirmara “la sustantividad y valor hegemónico de la
personalidad humana”, proponía la superación del positivismo más que una reacción. También en 1918, se realiza la
reforma universitaria, lo que traería una renovación en las ideas en el campo de la psicología.
En tal sentido, aquella superación no podía desconocer algunas conquistas del positivismo. Los mentores del
movimiento novecentista manifestaban su simpatía con “toda filosofía o forma cultural que implicara poner límites a la
interpretación absolutamente mecánica del universo, con preferencia en lo tocante a la psiquis humana y al mundo
histórico, y propenda a definir a la persona en términos de libertad”.
Desde finales de la década de 1910, se verificó el creciente interés de intelectuales latinoamericanos por corrientes
filosóficas alejadas del positivismo. Algunas de las causas fueron porque lo veían como una corriente que legitimaba el
materialismo de Estados Unidos, además de que la primera guerra mundial mostró el potencial destructivo del
desarrollo científico y tecnológico promovido por Europa, cuando puesto al servicio de la muerte. También esta crítica se
dio de la mano de un fuerte sentimiento nacionalista, y un momento de profesionalización de disciplinas como filosofía y
literatura.
Volviendo al hilo, desde 1930, la psicología iba a entrar en un proceso en alza, donde se iban a realizar diversos escritos,
fundar instituciones y grupos, los más destacados son en 1930 se creaba la Sociedad de psicología en argentina, en 1931,
se organizaba el instituto de psicología dentro de la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad de Buenos Aires. El
primer tomo de Anales del instituto de psicología se publicaba en 1935. Así se fueron organizando nuevas estructuras
para llevar a un mayor desarrollo a la psicología en Argentina.
Una línea de desarrollo de la psicología, que estaba naciendo en este periodo, la psicología laboral, esta marcaria dos
tradiciones diferentes en Argentina. Una de ellas estaría marcada por la tradición de inspiración socialista. La segunda,
más preocupado por la racionalización del estado y de las fuentes de trabajo.
Miceli
Theodule Ribot se sitúa en un contexto positivista, comparte la situación de desvalorizar la metafísica. Pero su trabajo no
es puramente positivista, tiene una particularidad dentro de este clima, y este da pie a la instauración de la psicología
experimental en Argentina con su concepción de la psicología patológica.
A partir del auge positivista de Comte, con la desacreditación de la metafísica, empieza a crecer la idea de que la ciencia
debe renunciar a las ideas absolutas, con sus causas primeras y últimas (estado teológico y metafísico), y abocarse al uso
del razonamiento y la observación de leyes efectivas de hechos. A partir de esta empiezan a tomar ideas como las de
Spencer y Darwin, con las transformaciones del individuo, elevando la idea de determinismo universal, y poniendo a la
biología junto a la física en el ideal de las ciencias naturales.
Es en este contexto, que la psicología empezará a reclamar un lugar en las ciencias, ya que empieza a utilizar métodos
positivistas, Fechner con la psicología experimental y Wundt con el primer laboratorio, convirtiéndose en idea central,
esto da pie a que Ribot divulgue esta idea en Francia (Kom).
Pero, la concepción de Ribot no es puramente homologable con la psicología experimental de Wundt, la garantía del
laboratorio no era su idea, la psicología Francesa se insertó en la psicopatología interpretada por filósofos. Ribot nunca
realizó experimentos, él entendía que la psicología debía dedicarse a la observación científica de hechos más extendidos
que las simples observaciones inferiores. Estos hechos se van a encontrar en el campo de la psicopatología, Ribot
consideraba que el método patológico era un verdadero sustituto del método experimental, entiendo como método
patológico al resultado de la observación pura y la experiencia, usando la enfermedad para poner al descubierto las
piezas con las que se construye la mente y la personalidad, esto tiene su raíz en la premisa evolucionista, el psiquismo se
edifica desde abajo hacia arriba, de lo homogéneo simple a lo heterogéneo complejo. Fundamenta esta idea en la
disolución. La psicología patológica de Ribot, fue tomada como una actitud que debe ejercer el médico a la cabecera del
enfermo, es la actitud clínica. Es aquí donde esta psicología exigía una doble formación, filosófica y medica.
En el momento que la psicología se empieza a dictar en la Universidad de Buenos Aires, se va a tomar la obra de Ribot
como la más célebre en la psicología experimental, es tan así que Piñero, figura importante de la psicología en
Argentina, estimaba que la herencia de Ribot era más importante que la de Wundt. Piñero afirmaba que su tarea no es
otra que aportar a estos estudios de psicología, los casos de observación clínica, porque es una psicología clínica lo que
nos corresponde.
Desde esta perspectiva la psicología no precisa ya del calificativo de experimental para acceder al rango de ciencia, dado
que ya el laboratorio no funciona como garantía de ello: dicho lugar ha sido desplazado por la observación de los hechos
que la patología ofrece la mirada clínica. En José Ingenieros también reluce esta influencia, ya que adhiere el método
patológico por sobre el experimental, encuentra en Ribot un fundamento metodológico y que se opone a lo cuantitativo.
Ostrovsky
Uso de las nociones psicológicas antes las concepciones sobre la mujer en la Argentina en la primera mitad del Siglo
XX
En el desarrollo de la historiografía de la psicología a nivel internacional en los últimos 30 años, han cuestionado el uso
de la categoría “mujer” como constructo universal, esencialista y ahistórico. Al mismo tiempo, se pone en cuestión cómo
la disciplina psicológica participó de la conformación histórica de los géneros, también ha mostrado los desarrollos
femeninos que cuestionaron lugares instituidos y no fueron sistematizados dentro de la galería de grandes autores de la
psicología escrita siempre en clave masculina.
Lo definirá como, un conjunto de prácticas interrelacionadas que en un momento histórico definen lo masculino y lo
femenino estructurando relaciones de poder (Scott, 1993).
Los valores
Hay una relación compleja entre la ciencia y los valores según Harding. Señaló que hay 4 aspectos de las relaciones
sociales propias de la ciencia.
● En la diferencia entre quienes idean las investigaciones y quienes las llevan a cabo.
Wylie y Hankinson, analizaron la presencia de valores en la ciencia mostrando cómo, “la mejor ciencia” está
estructurada por valores e intereses que presentan sesgos sexistas y androcéntricos, reproduciendo sistemáticamente
los condicionantes del sistema sexo-genero.
Desde el aspecto legal, las páginas del Código Civil de Vélez Sarsfield de 1869, se establecía la inferioridad legal femenina
al equiparar a la mujer al menor de edad necesitado de la tutela del padre, hermano o marido. En el artículo 55 se fijaba
que la mujer era incapaz, no estaba autorizada para administrar ni para disponer de sus bienes (propios o adquiridos)
durante el matrimonio, tampoco podía realizar contratos ni estar en juicio, ni trabajar sin la autorización de su esposo.
Para la mujer soltera se establecía el requerimiento de la autorización paterna para el manejo de bienes, y al igual que la
casada, estaba afectada por variadas incapacidades de derecho ya que no podía ser ni tutora, ni curadora, ni testigo.
Paralelamente a la mistificación de la mujer hogareña, comenzaba a surgir el Feminismo de la Primera Ola, que ponía en
manifiesto la situación de desigualdad y parcialidad que afectaba a la libertad de las mujeres, esto alentado por el gran
proceso migratorio del comienzo del siglo XX, surgían estos grupos de mujeres para el logro de los objetivos comunes,
por ejemplo surgían el Consejo Nacional de Mujeres de 1901 y la Liga Feminista Nacional de 1909. En el marco de los
festejos del Centenario, en 1910, se organizó el Primer Congreso Femenino Internacional propiciado por la Asociación de
Universitarias Argentinas, el evento se centró en la presentación de proyectos de conquista y ampliación de derechos
privados y públicos que iban desde el divorcio hasta la protección de las mujeres trabajadoras.
A principios del siglo XX, en el proceso de organización del país como estado moderno, se recepcionaban ideas para la
“nueva psicología” en Argentina, provenientes de la empírica norteamericana y europea. El problema de “la mujer” no
podía estar ajeno al mismo. En efecto, más allá de la medicina endócrina y ginecológica, fue particularmente el
evolucionismo la matriz interpretativa por excelencia en todos los referentes. Los autores, citando a Darwin y Spencer
articularon los conceptos de progreso y evolución atribuyéndoles a las sociedades complejas una mejor especialización y
diferenciación de sus órganos.
De las mujeres se esperaba, como vigilantes de la vida, supuestamente pasivas en la actividad sexual y cuidadoras por
excelencia, se les correspondía la conservación de la herencia. Mientras que, los varones, innovadores, activos y
arriesgados eran los encargados del progreso y del cambio.
A nivel intelectual, De los nueve años en adelante, la aptitud de los varones para el razonamiento abstracto es de una
positividad, en absoluto superior a la de las mujeres. Con relación al tamaño y forma del cerebro, se destacó su
condición inferior y su menor volumen cerebral entendido este como un indicador de menor inteligencia. La madre
moderna debía saber preparar sus alimentos según normas higiénicas, transmitir a sus hijos el amor a la lectura y
procurar criar a los mismos atenta a nociones básicas de puericultura (crianza del bebé). Debía ser una mujer sensata,
moderna, científica, alejada de la ignorancia y las creencias supersticiosas.
En cambio, la mujer en las aulas superiores generaba algunas suspicacias. Pero en publicaciones difundidas aparecían
pasajes optimistas sobre sus capacidades, donde se decía que las mujeres tienen capacidades superiores a la del hombre
para la educación en todos los grados, la mujer puede ser excelente profesor de la facultad, doctor en medicina y
abogado. Pero seguía habiendo artículos desfavorables que nombraban los perjuicios de la educación superior para la
salud de las mujeres y las consecuencias que podía causar su desviación de la misión natural. Mercante creía que
aunque universitarias, las capacidades de las mujeres eran intelectualmente inferiores, “La mujer será una excelente
química, una buena farmacéutica, preparadora, o hasta una catedrática, mientras no se le exija a su cerebro la solución
de un problema que importe una nueva ley, una nueva teoría, un nuevo concepto”.
Que las mujeres pudiesen o no acceder y prosperar en los estudios “superiores”, iba de la mano de la cuestión de
inferioridad de la mujer, tanto moral e intelectualmente, se la comparaba evolutivamente al niño y al salvaje. Camaña,
una pedagoga feminista, confiaba en la capacidad mimética de las mujeres para acceder a las universidades,
sosteniendo que en un ambiente mixto facultativo, la mujer aprende con mayor facilidad que el hombre y da exámenes
más brillantes.
Cada referencia en contra de la mujer, encontraba a la psicología como sostén de sus argumentos, apoyados en el
evolucionismo y en el dimorfismo sexual, pensando que el estudio entorpecería la misión procreativa natural de las
mujeres, o también en el peso y medida cerebral para descartar su inteligencia.
Así aunque siendo mujer en esa época, no tenías una opinión favorable, ya no eran mujeres madres-hogareñas, ya había
mujeres participando en la arena pública, con voz y escasos derechos en materia civil y política.
El objetivo de Dafgal, es ocuparse de algunas cuestiones metodológicas que se presentan en los llamados países de la
periferia, este va a analizar en cómo llegan los autores y sus textos que se produjeron en los países centrales hacia
nuestras latitudes. Pero primero hay que hacer una distinción entre países centrales y periféricos:
● Países centrales: Son aquellos grandes centros de producción teórico, de donde van surgiendo las teorías y van a
ser impulsores de estas ideas que se van a recibir en otras latitudes.
● Países periféricos: Van a ser los receptores de las ideas producidas en estos países centrales.
Estética de la recepción
Esta se ha ido transformando, en 1966, pasó a ser la teoría de la comunicación literaria (Jauss), esta va a aportar desde la
literatura la idea de la recepción, para poder aplicarla en los estudios de la psicología. La teoría propone, que el proceso
de recepción, implica tres factores, el autor, la obra y el público. Es decir, un proceso dialectico, entre la producción y la
recepción, y pasa por la intermediación de la comunicación literaria. Restituye valor a la función activa del lector, este
establece el sentido de la obra a través de la recepción. Jauss va a usar el paralelismo entre autor-obra-publico y emisor-
mensaje-receptor de la teoría de la comunicación, en esta secuencia, se propone que el receptor al recibir el mensaje,
sufre una transformación y puede también convertirse en emisor, ya que este puede interpretarlo y comunicar un nuevo
mensaje. Entonces la recepción de una obra va a dar lugar a una respuesta, y el receptor se va a transformar en
productor. Para Jauss, realiza una función de selección con los textos, y siempre va a ser una interpretación parcial. La
originalidad en la estética de la recepción va a ser el intercambio continuo, dialectico entre producción y recepción,
entre autor-obra-publico.
Sin embargo, ¿Cuál es la pertinencia de transpolar este concepto de la teoría de la comunicación literaria a la Historia de
la Psicología?
Dafgal, dirá que está en la utilidad ya dicha en las preguntas que nos posibilita, la recepción es un tipo de investigación
sobre objetos históricos, por lo tanto las preguntas que estas ideas nos van a aportar, tienen que ver con quienes
trajeron esas ideas, el contexto, como llegaron, quienes la usaban, etc. Todas estas preguntas nos van a posibilitar tener
esta mirada de la recepción como un proceso activo y no como una copia.
Vezzetti aportará, que la recepción será la apropiación activa que transforma lo que recibe, que no es meramente
reproductiva, sino que reconstituye su objeto según la problemática que subtiende las operaciones de lectura.
En los estudios de recepción, se analizan las condiciones de producción y la circulación de ideas, textos, teorías, etc.; El
objetivo del análisis son los usos que se le va a dar a la obra, más que la trama interna de la obra, a partir de una idea
central: La lectura no es la incorporación pasiva del texto sino que siempre supone una apropiación que lo transforma.
Se considera al público en su carácter activo, pudiendo el mismo convertirse en autor. Los textos circulan sin sus
contextos. Los receptores locales se encuentran inmersos en un campo de producción diferente al del autor.
Esta interpretación que realizan los lectores, que en cada contexto varía, responde a un sistema de referencias, el cual
Jauss, lo va a denominar como, horizonte de expectativas, este tiene que ver con una experiencia intersubjetiva,
compartida por el grupo social. Este horizonte es central para la estética de la recepción, e implica una doble bipartición,
en un plano diacrónico y sincrónico. Lo diacrónico hará referencia a la relación del presente y del pasado, ya que se
aplica tanto al lector (en el momento que interpreta y el texto) como al autor (en el momento que lo escribe), y lo
sincrónico tendrá que ver con un horizonte de expectativas tipo social, más general y un horizonte propiamente literario
o disciplinario, es decir una comprensión de la realidad social general y con los códigos de la literatura de la época. La
estética de la recepción resitúa la interpretación en una dimensión histórica y social, sin por ello despojar al hecho
literario de su especificidad estética.
Por diversas razones, en cada momento histórico, en cada lugar, el “gusto” del público está más preparado para recibir
algunos conceptos y para adoptar ciertas teorías, resultado de una experiencia estética intersubjetiva, que entre otros
factores responde a la literatura.
Para articularlos con el concepto de recepción, Dafgal va a tomar tres conceptos, el primero es el de interés intelectual,
propuesto por Danzinger, donde se hace referencia a la estructura intencional transindividual de una disciplina, este
articula los factores intra y extra disciplinares en la producción y recepción del conocimiento. Un autor al escribir lo hace
según intereses intelectuales sociales y disciplinares. Todo autor es 1° un lector, atravesado por horizontes de
expectativas disciplinares y sociales.
Otro concepto es el de Campo, de Bourdieu, Donde dice que es un espacio intelectual e institucional con autonomía
relativa a otros campos, posee propiedades y reglas específicas.
● Dinámica fundamental del campo: la disputa por la legitimidad para acceder a posiciones de autoridad
● Capital simbólico: Ideas, textos, prácticas y actores, propio de cada campo, intransferible a otros. Representan
posiciones que entran en el juego de la disputa por la autoridad científica.
● Historia de la Psicología: permite pensar el carácter específico de las ideas y prácticas psicológicas sin perder la
dimensión social.
Lo importante de este concepto es que nos permite pensar el carácter específico de las ideas y practicas psicológicas sin
perder la dimensión social.
Otro concepto es el de problema y problemática de Danzinger, donde los problemas son puntuales, específicos,
individuales, y los actores se representan lo que aparece como obstáculo o dificultad. Mientras que la problemática
proviene de una estructura colectiva, este va a ser el marco dentro del cual los problemas se desarrollan, la
problemática limita la gama de preguntas posibles y surgen en el curso de la interacción social, es decir que son los
grupos como los sujetos históricos los que compartes problemáticas (Sujeto colectivo), estas problemáticas son siempre
intelectuales y sociales, por lo tanto posee un componente ideológico.
● Estos 4 objetos tienen algunas características comunes que los hacen provechosos para una historia de la
psicología que se pretenda crítica:
● Rompen con las viejas antinomias entre lo social y lo disciplinar, lo externo y lo interno.
Por otra parte, estos conceptos, además de ser articulables entre sí, resultan compatibles con una concepción de la
comunicación del conocimiento que considera los procesos de producción y recepción de manera dialéctica, pudiendo
dar cuenta así de la especificidad de la elaboración del conocimiento psicológico en países situados en la periferia, como
es el caso de Argentina.
Detrás de esas supuestas copias o yuxtaposiciones generadas en la periferia, se esconde todo un horizonte de
expectativas radicalmente distinto del de la obra de origen, enlazado a una problemática sociohistórica compleja y
singular. Y es justamente este horizonte de expectativas que es importante reconstruir, esas problemáticas a las que dan
respuesta los objetos teóricos que es necesario desmenuzar para restituir al proceso de recepción su carácter activo. A
partir de allí podrán entenderse operaciones de lectura.
Plotkin
Historia intelectual: Va a estar relacionada a la circulación del freudismo junto con discursos culturales e ideológicos, que
se aplican a problemas de la sociedad, grupos e instituciones
Historia de las ideas: Tiene que ver con la recepción y la circulación de estas ideas, la llegada de corrientes de
pensamiento psi, su reinterpretación y apropiación en el campo local, la producción argentina y su salida a la religión al
mundo.
¿Qué es el psicoanálisis?
El principal referente va a ser Sigmund Freud, este lo va a pensar como un triple faz, como una terapia psicoanalítica,
como un corpus teórico, es decir como una teoría, y también lo entiende como un método de investigación. Desde la
historia, se va a tomar al psicoanálisis como un objeto histórico, como una construcción cultural historizable. Por lo
tanto, se van a considerar psicoanalíticas, todas aquellas formas que se asuman como tales, de esta forma se entiende
que la noción de psicoanálisis puede variar de acuerdo a su contexto.
Esto va a implicar que si un personaje histórico se hace llamar psicoanalista, lo tomamos como objeto histórico para
entender la recepción, también si un texto dice estar hablando de psicoanálisis, lo tomamos como objeto histórico para
entender la recepción. Por lo tanto desde la historia, no se juzga al tipo de psicoanálisis, sino que se busca elementos del
pasado para investigar qué se entendió como psicoanálisis en cada momento histórico.
Amalgamación
Plotkin va a plantear que el patrón de recepción del psicoanálisis fue de amalgamación, este significará que se une a
otras teorías y al arsenal teórico ya existente que parecían incompatibles entre sí, el psicoanálisis se fue uniéndose a las
teorías que ya estaban instaladas en Argentina. El ejemplo que se plantea es el de Beltrán, donde dice que la conducta
violenta criminal era el resultado de una combinación de degeneración e impulsos sexuales patológicos. Por lo tanto dos
cuerpos teóricos aparentemente incompatibles: la teoría de la degeneración y el psicoanálisis de Freud.
El psicoanálisis, entró al país de la mano de los médicos psiquiatras, era discutido en círculos médicos, como una
doctrina extranjera y era principalmente criticado. La primera mención al psicoanálisis en Argentina fue en 1910, en el
Congreso Internacional Americano de Medicina e Higiene, donde el médico chileno Germán Greve leyó una ponencia
titulada “Sobre la psicología y la psicoterapia de ciertos estados angustiosos”.
Por lo general se leyó la traducción en Francés, el texto alemán era traducido al Francés, más allá de la existencia de las
traducciones de los años ´20 al castellano realizada por Antonio López Ballesteros, que estaba aprobada por Freud. Esta
recepción se realizo a través de la lectura de segunda mano, a partir de comentadores.
Esta primera recepción fue negativa, se lo leía pero para criticarlo, no para aplicarlo, estas críticas tienen que ver con
que se sostenía en ese momento que el psicoanálisis era una teoría pansexualista, esto tiene que ver que todo lo
explicaba a partir de la sexualidad. También se decía que esta era una teoría no científica, ya que se ocupaba de cosas
mundanas y prácticas. Y por otra parte a Freud se lo veía como dogmatico, debido a que ponía el énfasis en la
preeminencia de la sexualidad en la etiología de la neurosis.
Hubo un contexto particular que colaboró para que las ideas de Freud fueran gradualmente aceptadas por la comunidad
psiquiátrica y por los círculos intelectuales, por un lado, el campo psiquiátrico argentino de la época estaba configurado
por una falta de psicólogos, las ideas psicológicas eran leídas y aplicadas por psiquiatras. Los primeros diez años del siglo
XX, la psiquiatría siguió principalmente las escuelas francesas e italianas, la teoría de la degeneración era la corriente
dominante, tomó características particulares en Argentina, debido al boom de la inmigración, y fue funcional a ciertos
problemas sociales que pretendía combatir la elite local. La línea psiquiátrica principal hasta los años 30 fue la psiquiatría
somática, que pone el énfasis en el origen de las enfermedades mentales en el sistema nervioso central, y gradualmente
el campo psiquiátrico fue aceptando y dándole un lugar al psicoanálisis debido a la crisis que va surgiendo en el
positivismo.
Esta crisis del positivismo permite abrir paso al psicoanálisis en la Argentina, aquí se cuestiona los malos usos que se
hicieron en nombre de la ciencia a partir de la Primera Guerra Mundial. Hay un repliegue hacia posturas filosóficas
alternativas, antipositivistas, que enfatizaran la dimensión espiritual de la realidad. Hubo un crecimiento en el
sentimiento nacionalista, donde se buscaba las “verdaderas raíces de la nacionalidad”. Permite la recepción de
terapéuticas alternativas, perdiendo hegemonía el paradigma de la degeneración, todo esto lleva a que se pueda llegar a
pensar en otras teorías terapéuticas que estaban en la cumbre en esa época.
Por otro lado, el psicoanálisis empezó a popularizarse en la cultura, empezó a ser considerado como una corriente
espiritual, se hizo sujeto para la apropiación ideológico, esto llevaba a la lectura parcial tanto por lectores progresistas y
conservadores de la teórica psicoanalítica. Los médicos de izquierda que se acercaron a esta teoría fue para generar una
renovación en la psiquiatría y para hacer una crítica social; los de derecha, control social. Sin embargo, al psicoanálisis no
se lo identificaba a ninguna parcialidad ideológica, era interpretable, por lo tanto, la vanidez del conocimiento se
legitimaba dentro de la disciplina misma y no por cuestiones políticas e ideológicas.
La ausencia de una asociación psicoanalítica oficial, y la fluidez ideológica de los años 20 y 30 permitieron la coexistencia
pacífica de psiquiatras de derecha e izquierda que buscaban en el psicoanálisis una herramienta de modernización de la
psiquiatría y que lo combinaron con otras teorías. Al no haber ortodoxia, ninguno podía reclamar por un psicoanálisis
“verdadero”. El valor de las teorías científicas se justificaba dentro del discurso científico y no en otras apoyaturas socio
políticas.
En este momento también se fundaría la revista Psicoterapia por Gregorio Bermann, en 1936. Fue la primera revista que
público trabajos traducidos de Freud y Jung. Tiene una tendencia ideológica de izquierda, pero también había espacio
para publicaciones y psiquiatras de derecha. Se planteaba desde la revista, la necesidad de romper con la psiquiatría
tradicional, modernizarla, que la psicoterapia era una respuesta a los problemas modernos originados en las condiciones
críticas de la época.
Otra asociación fue la Asociación de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social, junto con su publicación Anales de 1931,
esta asociación apoyada en las ideas biotipológicas de Nicola Pende, se sostuvieron ideas vinculadas con el fascismo,
pero al mismo tiempo, participaron de la misma médicos de diversos perfiles ideológicos.
En el ámbito académico, el psicoanálisis se fue introduciendo a través de la existencia de una cátedra de la psicología
desde 1896 en la UBA, por lo tanto, en el 1914, Horacio Piñero lo va a introducir en un programa de estudio. Por su
parte, en 1924, Enrique Mouchet dedicó todo el curso a la discusión del psicoanálisis, lo plantea como un método
moderno de investigación psicológica, le daba la bienvenida como una innovación en el campo psicológico. También en
1924, Víctor Mercante va a introducir las ideas psicoanalíticas al campo de la pedagogía.
Por otro lado, tenemos la popularización del psicoanálisis en círculos no médicos, es un objeto de consumo cultural. En
la década del 20 y del 30, el psicoanálisis se va a discutir en revistas de divulgación, como van a ser la Revista El hogar,
donde aquí se lo mencionaba a Freud como uno de los pensadores más importantes de la época, se discuten temas
sobre esa actualidad, hipnosis, se utilizaba el léxico freudiano, a este se lo asociaba con la modernidad. Por otro lado,
está la Revista Nosotros, donde lo muestran como un nuevo pensamiento de moda en Europa, esta era una corriente
que no podía ser ignorada por nadie con pretensiones intelectuales.
Algunos de los espacios por donde el pensamiento freudiano entro en la cultura popular fueron desde la sexología, la
interpretación de los sueños, la biografía de Freud escrita por Stefan Zweig y por las ediciones baratas de obras de
divulgación del pensamiento psicoanalítico.
Además hay características de la ciudad que ayudarán a la divulgación del psicoanálisis, como ser el influjo de
inmigrantes europeos, con la modernización económica, expansión del sistema educativo, por lo tanto baja la tasa de
analfabetismo y gracias al mercado de ediciones baratas se empieza a divulgar el psicoanálisis.
También se producen cambios demográficos culturales que permiten que el psicoanálisis se expanda, como la
modernización de Buenos Aires, una nueva mirada más abierta sobre la sexualidad, la dimensión erótica del amor más
allá de la cuestión reproductiva, la educación sexual en niños se convirtió en un tema de análisis. Pero claramente todos
estos rasgos no responden a toda una sociedad, sino a un sector laico y no se debe sobrestimar su difusión a un mayor
sector.
Otro efecto social, es lo que va a plantear Beatriz Sarlo como los saberes del pobre, estos hacen referencia a un saber
trasmitido por periódicos y revistas populares, por vías no académicas más cerca de la ficción que de la realidad,
reorganiza la jerarquía del conocimiento. Esto generará una apertura a una zona gris entre lo público o cultural, y lo
científico, abriéndose a distintos temas donde el Psicoanálisis encuentra su lugar.
Este momento va a tener como características principales va a tener la consolidación de la psiquiatría y del psicoanálisis
como especialidades autónomas en una sociedad altamente polarizada, y la fundación de la APA (Asociación
Psicoanalítica Argentina).
La llegada de psicoanalistas Europeos fue generando el terreno y las características particulares que tuvo la creación de
APA, recién en esta etapa se van a dar las condiciones para que se institucionalice el psicoanálisis, esto va a ser por la
llegada de;
Desde los años 30, un grupo realizaba reuniones informales para discutir y estudiar las ideas de Freud, antes de que se
funde la APA, pero estos no tenían las credenciales para fundar la institución del psicoanálisis, por lo tanto las llegadas
de estos psicoanalistas, dieron paso para que finalmente se pueda institucionalizar
Por lo tanto en 1942 se va a fundar la Asociación Psicoanalítica Argentina APA, la cual fue fundada por:
● Ángel Garma
● Celes Cárcamo
● Arnaldo Rascovsky
● Marie Langer
● Guillermo Ferrari Hardoy.
En 1943, la APA recibió el aval de Ernest Jones, el cual era el presidente de la International Psychoanalytic Association
(IPA), pero este aval era solo provisional, ya que esta asociación a la IPA solo podía llevarse a cabo por votación en
congresos internacionales. Por lo tanto en 1949, en el Primer Congreso Psicoanalítico de Postguerra, APA se incorporó
oficialmente a IPA, y fue la primera asociación latinoamericana admitida formalmente.
Los fundadores eran percibidos como argentinos, ya que algunos lo eran, y quienes vinieron del exterior llevaban ya un
tiempo en el país y tenían familiares argentinos. No era visto como exótico o judío como lo era en Estados Unidos.
Hubo aislamiento y autosegregación de miembros de APA, con una vida personal compartida más allá del ámbito
laboral. Era una organización muy endogámica, todo pasaba por ellos. Se mantenían apartados del establishment
médico, era un grupo aparte de la comunidad médica.
El tiempo en instituciones públicas era visto como masoquismo, ya que eran constantemente discriminados y el ingreso
económico era bajo, como los autorizados eran muy pocos para el psicoanálisis, esto llevaba grandes costos.
Para poder llegar a ser un psicoanalista adherente a la APA, se requerían pautas muy estrictas que provenían de la IPA,
la cual esta formación era muy costosa en dinero y tiempo. Los miembros fundadores eran los únicos titulares y analistas
didactas, por lo tanto llevaban un poder enorme en esta estructura jerárquica muy estricta. Hasta 1950 entraban de 2 a
8 candidatos por año, y estos candidatos no tenían permitido ejercer durante la formación. Los requisitos para realizar la
carrera analítica eran, 300 horas de análisis, realizar seminarios que llevaban 3 o 4 años, realizar atención hacia 2 o 3
pacientes bajo supervisión y un trabajo monográfico final.
Esta era una formación sin valor en ámbitos hospitalarios ni universitarios, este era un reconocimiento simbólico por lo
tanto no estaba regulada legalmente. La APA ejerce un monopolio simbólico sobre la formación en psicoanálisis hasta
los años 70. A finales de los años 40, el psicoanálisis comienza a tener un lugar destacado en la cultura, sobre todo en la
clase media, ya que podía costear los tratamientos psicoanalíticos.
Gracias a la Fundación Francisco Muñoz, la APA podrá publicar su revista, La Revista de Psicoanálisis, costear su edificio y
recibir candidatos de otros países latinoamericanos: mexicanos, brasileros, uruguayos y colombianos en especial.
Comienza a ser distribuida en 1943, por la APA, donde era únicamente dedicada al Psicoanálisis, esta fue distribuida
gratuitamente entre médicos, abogados y otros profesionales. Únicamente podían publicar y escribir los miembros de la
APA, y traducciones de autores extranjeros. Su objetivo era la expansión del Psicoanálisis junto con conferencias
públicas, para su incorporación en diferentes ámbitos culturales y sociales.
Este tuvo un lugar destacado en la APA, pero era considerado como secundario y apto para mujeres, esto era llevado a
cabo por Armina Abestury (esposa de Pichón Riviere), Betty Goode (esposa de Garma) y Marie Langer. Quienes lo
introducen no eran médicas, y esto solamente era posible por la no regulación del psicoanálisis. El psicoanálisis permite
el ingreso de las ideas de Melanie Klein a la APA, y posteriormente se va a convertir en la ideología hegemónica de la
institución, se realizó una ortodoxia alrededor de la línea Kleiniana.
Cuestión Política
Los años 30 y 40 fueron marcados por diversas transformaciones que causan cambios sobre la esfera intelectual. Hubo
acontecimientos a nivel internacional y nacional que contribuyeron a la polarización ideológica y a la politización de la
sociedad invadiendo el mundo de la ciencia. En relación a las dictaduras militares, va a haber una pérdida de legitimidad
y prestigio de instituciones académicas tradicionales (universidades), contribuyendo al desarrollo de la vida intelectual
por fuera de ellas.