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Tema 8 ABSOLUTISMO FRENTE A LIBERALISMO. EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL REINADO DE FERNANDO VII

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TEMA 8:

ABSOLUTISMO FRENTE A LIBERALISMO. EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL


REINADO DE FERNANDO VII

INTRODUCCIÓN
Por el Tratado de Valençay, en diciembre de 1813, Napoleón devolvía a Fernando VII el
trono español. A su vuelta, el Rey debía jurar la Constitución ante unas Cortes ordinarias, en
Madrid. Pero los absolutistas consiguen retrasar la llegada del Rey a la capital haciendo que
Fernando se dirija a Valencia: allí encontró el apoyo de varios militares de alta graduación y
recibe el documento conocido como "Manifiesto de los Persas", redactado en Abril de 1814
por 69 diputados absolutistas de las Cortes de Cádiz, en el que le incitan a restablecer el Antiguo
Régimen. Así, tras comprobar la debilidad de los liberales y contando con el apoyo del pueblo,
nobleza e Iglesia, Fernando VII publica el Decreto de 4 de Mayo de 1814, por el que anula todas
las leyes de las Cortes de Cádiz y deroga la Constitución de 1812 ("como si no hubiesen pasado
jamás tales actos..."). En el decreto invoca el origen divino de su poder y acusa a las Cortes de
Cádiz de haberle arrebatado su soberanía. Se inicia así una etapa de reacción, de vuelta al
absolutismo

DESARROLLO DEL TEMA


El reinado de Fernando VII (1814-1833) se puede dividir en tres etapas en las que se percibe
la continua lucha entre el absolutismo que él representa y el liberalismo surgido de las Cortes de
Cádiz:
1º) Sexenio absolutista (1814-1820). Con el Decreto de 4 de Mayo se inicia la represión de
los liberales (condenas a muerte, cárcel, exilio...) y el restablecimiento de las condiciones sociales y
económicas del Antiguo Régimen: derechos jurisdiccionales, privilegios de la Mesta y de los
gremios, devolución de tierras desamortizadas, vuelta de la Inquisición, etc. Pero esta política
revanchista y reaccionaria no tuvo en cuenta la situación caótica de la economía española debido a la
Guerra de la Independencia, y las reformas necesarias para salir de la crisis eran imposibles de
aplicar porque el Rey había reinstaurado los privilegios de la sociedad estamental. Coincidiendo
con esta situación, el gasto militar era muy elevado porque las colonias americanas habían iniciado la
sublevación contra España aprovechando la Guerra de Independencia (el proceso empezó en 1808,
pudo ser contenido por las tropas españolas por algún tiempo, pero se reactivó en 1816 bajo el
mando del general San Martín -argentino- y de Simón Bolívar -venezolano-. La independencia se
consumaría en 1824, en la batalla de Ayacucho, quedando liberado el continente de la presencia
española, excepto Cuba y Puerto Rico)
Aparte de estos problemas, en la Península se suceden los pronunciamientos militares,
encabezados por jóvenes militares liberales que habían ascendido con rapidez en el Ej ército
durante la Guerra de Independencia y que ahora ven truncadas sus carreras porque, al volver a la
sociedad estamental, los ascensos están reservados a los oficiales aristócratas. Hay que tener en
cuenta que el Ejército era la única institución no sometida a vigilancia y represión, por lo que va a
desempeñar un papel de opositor político al régimen, por la vía de la clandestinidad y
conspiración.
El 1 de Enero de 1820, el teniente coronel Rafael Riego, destinado en Cabezas de San
Juan (Sevilla), inicia un pronunciamiento militar por toda Andalucía, proclamando la Constitución
de Cádiz. Se adhieren otras ciudades y Fernando VII no tiene más remedio que restituir la
Constitución de 1812.
2º) Trienio Liberal (1820-1823). El nuevo gobierno liberal mantiene a Fernando VII en el
trono pero repone muchas leyes liberales de las Cortes de Cádiz (supresión de los
mayorazgos, libertad de imprenta, Milicia Nacional, abolición de la Inquisición, que ya nunca
volverá a existir...) Sin embargo, se va a encontrar con múltiples problemas. Por un lado, los liberales
pronto se van a dividir en dos grupos: los "doceañistas", partidarios de acercar posturas con el Rey,
clero y nobleza, y los "exaltados", que se niegan a modificar nada de la Constitución de Cádiz. Por
otro lado, los absolutistas hicieron todo lo posible por impedir toda reforma, sobre todo el Rey, que
utilizaba su derecho a veto. Hubo incluso intentos de golpe militar y partidas de guerrilleros contra
los liberales. Además, el gobierno no consiguió atraerse la simpatía de los campesinos, todo lo
contrario, porque las nuevas medidas desamortizadoras les perjudicaron económicamente: las tierras
quitadas al clero fueron compradas libremente y los nuevos dueños subieron los precios de los
arrendamientos y les exigían pagar los impuestos en metálico, no en especie.
Sin embargo, no fue todo ello lo que puso fin al Trienio Liberal, sino la intervención de la
Santa Alianza, la cual, decidió, en el Congreso de Verona, acabar con todas las revoluciones
liberales que se extendían por el sur de Europa (Portugal, Nápoles, España). Un ejército francés
(conocido como "Los Cien Mil Hijos de San Luis") dirigidos por el Duque de Angulema entró en
España sin encontrar apenas resistencia: en Octubre de 1823 Fernando VII recupera el poder
absoluto y desencadena una feroz represión contra los liberales y Riego, junto con otros
militares, fue ejecutado.
3) Década Ominosa (1823-1833). La represión no cesó en este periodo (fusilamiento
del mariscal Torrijos, ajusticiamiento de Mariana Pineda...) pero ahora se va a llevar a cabo una
política reformista con el fin de acabar con la crisis financiera del país. Se crea el Banco de San
Fernando, la Bolsa de Madrid, el Tribunal de Cuentas...pero era imposible sanear la Hacienda sin
tocar los privilegios de la nobleza y clero y, como eso no se hizo, se recurrió al crédito exterior, con
lo que el endeudamiento del Estado se multiplicó por diez en esa década.
Fernando VII se encontró con la oposición de los absolutistas más intransigentes
("realistas" o "apostólicos") que se agruparán en torno a su hermano, el infante Don Carlos María
Isidro. Esto se debía, sobre todo, a la idea de que D. Carlos iba a heredar el trono, ya que hasta
ese momento el Rey no había tenido descendencia. Pero Fernando VII se casa (por 4ª vez) con su
sobrina María Cristina de Borbón. Estando la reina embarazada, y él gravemente enfermo, anula la
Ley Sálica, por medio de la Pragmática Sanción en previsión de que naciera una niña, como así
sucedió, la princesa Isabel (1830).
A la muerte del Rey, en septiembre de 1833, se abrirá un largo conflicto entre los
partidarios de los derechos dinásticos del infante D. Carlos -carlistas- y los partidarios de la
Regenta María Cristina y los derechos de la Reina Isabel, una niña de tres años de edad. La
Regente tuvo que recurrir a los liberales para que defendieran su causa.

CONCLUSIONES
El reinado de Fernando VII supone la lucha incesante entre la reacción -representada en
el absolutismo- y la revolución -representada en el liberalismo. Pero, sobre todo, es un largo
periodo en el que España, reducida en Europa a un papel de 2° orden, va a ser incapaz de
emprender las reformas necesarias para acabar definitivamente con el Antiguo Régimen. Por el
contrario, va a seguir atada a un modelo reaccionario de mantenimiento de los privilegios de
nobleza y clero que hacen imposible adaptarse al modelo industrial que se va extendiendo por
Europa Occidental. Además, va a perder un mercado fundamental debido a la emancipación de
la América española. Y, tras la muerte del Rey, se va a abrir otro periodo de inestabilidad: la lª
Guerra Carlista

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