Monografía San Agustín
Monografía San Agustín
FACULTAD DE TEOLOGÍA
Roxana Cabrera
EN CUMPLIMIENTO PARCIAL
SAN LORENZO
MAYO, 2024
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................1
CAPÍTULO 1....................................................................................................................2
1.1.1.1. Su conversión......................................................................................4
2.1.2 Dios...................................................................................................................10
2.1.3 La Creación.......................................................................................................10
2.1.4 El Tiempo.........................................................................................................10
2.1.5 El Mal...............................................................................................................11
CONCLUSIÓN...............................................................................................................12
BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................13
INTRODUCCIÓN
San Agustín de Hipona es una de las figuras que más atractivo presenta desde
todas sus facetas: como hombre apasionado, como pensador agudo y brillante, como
fundador y como protagonista de la época histórica- la caída del Imperio Romano- que
perdón; eso se puede ver en sus Confesiones; en sus pensamientos personales que
retrata a un santo como una persona de carne y hueso, con sus miserias y sus grandezas.
Apóstol Pablo.
Confesiones, esta famosa declaración: “Oh Señor, nos creaste para ti y nuestros
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CAPÍTULO 1.
Tagaste, en África, actual Argelia francesa, el 13 de noviembre del 354 d.C. Su padre se
llamaba Patricio y su madre Mónica; fue ella quien se dedicó a su formación con
aceptado la fe cristiana de su esposa Mónica, quien soportaba sus abusos con ejemplar
Agustín, peticiones que vio respondidas antes de morir. (González, Historia del
Pensamiento Cristiano. Desde San Agustín hasta la Reforma Protestante, 2002, pág. 12)
estudios, luego pasó a Cartago, a la edad de diecisiete años; allí se dedicó al estudio de
la retórica y llevó una vida desordenada que culminó en su unión a una concubina, de la
que un año después, nació un único hijo, Adeodato. (Riesco O.S.A., 1954, pág. 16)
y convincente. Pero con las obras de Cicerón, Agustín se convenció de que no bastaba
con el buen decir, era necesario buscar la verdad, esa búsqueda fue lo que lo llevó ante
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El maniqueísmo era una religión de origen persa, fundada por Maní en la
primera mitad del siglo III. Según Maní, la difícil situación humana se debe a que en
cada ser humano hay dos principios. Uno de ellos es espiritual y luminoso, el otro es la
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En todo el universo hay dos principios igualmente eternos: la luz y las tinieblas.
De algún modo que los maniqueos explicaban mediante una serie de mitos, estos dos
permaneció como oyente del maniqueísmo por nueve años. Al parecer, lo que le inclinó
al maniqueísmo fue la promesa de que éste había de ofrecer una explicación racional del
universo, sin necesidad de recurrir a autoridad externa alguna. (Viciano, 1992, pág. 681)
Puesto que los maniqueos rechazaban buena parte del Antiguo Testamento, y
éste le había resultado siempre difícil de entender, Agustín tuvo otra razón para sumarse
Por último, el problema del mal y su relación con el Dios bueno, problema que
siempre le había atormentado, parecía quedar resuelto con la afirmación de que había,
no un solo principio eterno, sino dos, y que ambos pugnaban en esta vida y este
Cuando por fin llegó el ansiado momento en que pudo conocer a uno de los más
famosos obispos maniqueos, Fausto de Mileva, la ocasión resultó en una decepción tan
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Roma tampoco resultó ser un lugar conveniente para su carrera de retórica, lo
que le llevó a probar fortuna en Milán, donde había una posición vacante para un
maestro de retórica. Fue allí que Agustín conoció, primero, el neoplatonismo, y luego, a
través del obispo Ambrosio y su compañero Simpliciano, al Señor al que serviría por el
1.1.1.1. Su conversión
otros factores emocionales, y hasta podría decirse milagrosos. (Vela, 1995, pág. 273)
Cuando Agustín llegó a Milán, era obispo de esa ciudad el famoso Ambrosio,
escucharlo como un profesional que visita a otro para juzgarle y quizá aprender algo de
Ambrosio hablaba, sino también lo que decía, sobre todo por cuánto éste ofrecía
dificultades que antes había impedido que Agustín creyese. (González, Historia del
Pensamiento Cristiano. Desde San Agustín hasta la Reforma Protestante, 2002, pág. 51)
lo haría de todo corazón, y le dedicaría la vida entera. Él estaba convencido que debía
renunciar a su carrera como maestro de retórica, a todas sus ambiciones, y a todo goce
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de placeres sensuales. Este último aspecto era la dificultad que todavía lo detenía.
decisión definitiva, huyó al huerto y se tiró a llorar bajo una higuera. (Vela, 1995, pág.
173)
una voz “como de niño que cantaba y repetía muchas veces: “Toma y lee, toma y lee”.
Miró en la lejanía y no vio a nadie. Se levantó de aquel sitio, “no pudiendo interpretar
de otro modo aquella voz, sino como orden del cielo”; y volvió a toda prisa a tomar el
un poder capaz de vencer todos los obstáculos que se oponían a la vida contemplativa.
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de manos de Ambrosio. (González, Historia del Pensamiento Cristiano. Desde San
donde Mónica enfermó y murió, no sin antes haber tenido placenteros ratos de
Agustín vendió las propiedades que había heredado de sus padres, dio a los
pobres el dinero recibido, y se dedicó a llevar, junto a Alipio y Adeodato, una vida
serena y retirada que combinaba algo de los rigores del monasterio con un ambiente de
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Desde la era de los Mártires hasta la Era Inconclusa, 1994, pág. 220)
En el 396 d.C. fue ordenado obispo de Hipona. Vivía una vida sencilla en un
monasterio que él mismo estableció. En el curso de los siguientes treinta y cinco años,
sus escritos, ha ejercido una influencia que perdura hasta la actualidad. (Rabanal, 1957,
pág. 78)
Agustín murió en Hipona el 28 de agosto del año 430, mientras la ciudad estaba
rodeada por los vándalos. Unos meses más tarde la ciudad cayó y fue totalmente
destruida. Sólo la catedral y la biblioteca de Agustín escaparon. (Boer, 1981, pág. 158)
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1.2. Los Escritos de Agustín
libros separados y en sus escritos contra los donatistas y contra Pelagio. (Arias, 1956,
pág. 22)
espiritual y confiesa sus pecados, pero solamente con el fin de confesar rectamente
Sagrada Biblia, que las Confesiones de San Agustín. (Rabanal, 1957, pág. 78)
humanas, así en sus manifestaciones violentas y cortes durísimos como en sus notas más
escudriñador perpetuo de los más recónditos repliegues del misterioso corazón humano,
hijo, el amigo, el filósofo, y el teólogo, examina su vida y la vida de todos los hombres
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a la luz de Dios. Es uno de los grandes libros de devoción cristiana. (Custodio Vega,
historia y su significado. Fue escrito a raíz del saqueo de Roma, la ciudad más grande
del mundo, en el 410 por los visigodos de Alarico. (Flick & Alszeghy, 2006, pág. 245)
produjo la ciudad y el imperio. Pero aún las más grandes ciudades deben desaparecer.
No existe magnificencia que perdure para siempre. Por consiguiente, se debe mirar a la
Ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén que desciende del cielo. (Martín Perez, 1965, pág.
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de Cristo, y durará para siempre. Un día la ciudad del mal, el reino de los hombres,
doctrina de la Trinidad en dos formas: primero enseñó la total igualdad del Padre, del
refiriéndose al Padre como el que ama, el Hijo como el amado, y al Espíritu Santo como
“Contra los Pelagianos”: en esta obra Agustín replicó a Pelagio, con relación a la
doctrina que propagaba y que contradecían las enseñanzas de las Escrituras como la
propia experiencia religiosa de Agustín. El monje irlandés sostenía que Dios daba a
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cada hombre la posibilidad de vivir una vida sin pecado. Esta posibilidad es don de
Dios, el hombre no lo posee en sí mismo, esto creó una gran controversia teológica.
Agustín creía que Adán fue creado con la capacidad para no pecar, pero a causa
ningún hombre en sus propias fuerzas tiene la libertad para vivir de una manera recta
delante de Dios. Lo que es más obvio todavía es que el hombre no puede cambiar su
directa de Dios. La regeneración del alma debe ser la obra exclusiva y sobrenatural del
Espíritu Santo. La salvación es sólo por gracia. (Lutzer, 1998, pág. 170)
en cambio los cristianos sí tenían por lo menos la capacidad para elegir hacer lo bueno.
Debido a que Dios les ha dado el Espíritu Santo, poseen la capacidad para hacer lo
CAPÍTULO 2.
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En lo que respecta a esta teoría, dos fueron los problemas que más preocuparon a
2.1.2 Dios
Dios. Esta verdad absoluta o fundamento de toda verdad es Dios. El Obispo de Hipona
recalca que la mente percibe verdades inmutables, que no puede dudar ni cambiar, que
2.1.3 La Creación
Este Dios Trino es el Creador de todo cuanto existe. Dios ha hecho el universo
tradición estoica y neoplatónica. En todo caso, los seis días de la creación no han de
2.1.4 El Tiempo
Agustín afirma que el tiempo es una distención del alma según sus diversas
el tiempo o no. Se postula la eternidad de Dios, creador del tiempo. (Martín Perez,
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2.1.5 El Mal
privación del bien. Todo cuanto existe es bueno, pues tiene modo, belleza y orden. El
la voluntad es tal que hay que decir que es ella misma, y no un agente o factor foráneo,
la que origina sus propias decisiones. (Martín Perez, 1965, pág. 27)
El hombre natural tiene verdadera libertad para escoger entre varias alternativas.
Sólo que dada su condición de pecador está sujeto a conscupiscencia, todas las
alternativas que realmente se le presentan son pecado. Por tanto, es justo decir que tiene
libertad para pecar, pero no tiene libertad para no pecar. El pecado original pasa a todos
los descendientes de Adán como una herencia. (Arias, 1956, pág. 13)
concebir que la voluntad se oponga a recibir la gracia que le ha sido dada, porque la
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Según Agustín, la predestinación de algunos para la gloria es una verdad
elegidos es fijo; es decir que los que han de entrar al Reino será siempre el mismo en un
acto de Soberanía de Dios y su primacía en la salvación del hombre. (Morán, 1958, pág.
9)
CONCLUSIÓN
Agustín era grande de corazón y grande de mente, y por sobre todo era grande
Toda la Teología presentada por San Agustín claramente se puede observar que
independiente, que es solo la ausencia del bien, y que el mundo de la existencia real es
monasticismo.
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Sin embargo, no debiéramos ser demasiados severos con la crítica de estas
nuestra fe cristiana.
BIBLIOGRAFÍA
Arias, L. (1956). Obras de San Agustín (Segunda ed., Vol. V). Madrid, España:
Biblioteca de Autores Cristianos.
Custodio Vega, A. (1962). Obras de San Agustín (Cuarta ed., Vol. II). Madrid, España:
Biblioteca de Autores Cristianos.
Flick, M., & Alszeghy, Z. (2006). Antropología Teológica (Novena ed.). (A. Ortíz,
Trad.) Salamanca, España: Sígueme.
González, J. L. (1994). Historia del Cristianismo. Desde la era de los Mártires hasta la
Era Inconclusa. Miami, Florida, EE.UU.: Unilit.
González, J. L. (2002). Historia del Pensamiento Cristiano. Desde San Agustín hasta la
Reforma Protestante (Vol. II). Nashville, EE.UU.: Caribe.
Lutzer, E. (1998). Doctrinas que dividen. Un estudio de las doctrinas que separan a los
cristianos. (J. A. Bernal López, Trad.) Grand Rapids, EE.UU.: Portavoz.
Martín Perez, B. (1965). Obras de San Agustín (Vol. XX). Madrid, España: Biblioteca
de Autores Cristianos.
Morán, J. (1958). Obras de San Agustín (Segunda ed., Vol. XVII). Madrid, España:
Biblioteca de Autores Cristianos.
Rabanal, V. (1957). Obras de San Agustín (Segunda ed., Vol. XIV). Madrid, España:
Biblioteca de Autores Cristianos.
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Riesco O.S.A., G. (1954). Retorno a San Agustín. Buenos Aires, Argentina: POBLET.
Vela, L. (1995). Las Confesiones de San Agustín. Estudios Eclesiásticos, 70(273), 272-
273. Ebscohost
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