El libro de Jeremías y Lamentaciones
El libro del profeta Jeremías.
Jeremías fue un sacerdote israelita que vivió y trabajó
en Jerusalén durante las últimas décadas del reino del Sur, Judá.
Él fue llamado como profeta para advertir a Israel de las severas consecuencias
de romper su pacto con Dios, a través de su idolatría e injusticia.
Él incluso predijo que el Imperio
de Babilonia, vendría como el siervo de Dios para traer este juicio
sobre Israel, destruyendo a Jerusalén, llevando al pueblo al exilio.
Y tristemente sus palabras se hicieron realidad.
Jeremías vivió el asedio y la destrucción
de Jerusalén y fue testigo personal del exilio.
Ahora, este libro surgió de una manera muy interesante.
El capítulo 36, nos dice que después de que Jeremías tenía 20 años
predicando en Jerusalén, Dios lo llamó a reunir todos sus sermones,
poemas y ensayos, y a escribirlos.
Lo cual Jeremías hizo empleando
a un escriba llamado Baruc, quien escribió y compiló todo este material en un rollo.
Ahora, Baruc también reunió muchas
historias acerca de Jeremías, y luego unió todas las piezas.
Así que esta es la razón por la que el libro se lee
como una antología, como una colección de colecciones.
Todo ha sido ordenado para presentar
a este profeta como un mensajero de la justicia y de la gracia de Dios.
Así que el libro comienza con Dios,
llamando a Jeremías a ser un profeta y se le da una doble vocación.
Él será profeta a Israel, pero también a las naciones.
Y sus palabras arrancarán y derribarán, pero también edificarán y plantarán.
En otras palabras,
él acusará a Israel y le advertirá acerca del juicio venidero de Dios.
Pero también tiene un mensaje de esperanza para el futuro.
Ahora, esta introducción resume
perfectamente la primera gran sección, los capítulos del 1 al 24.
Es una colección de los escritos
de Jeremías antes del exilio. Y la idea central aquí, es que Israel ha
quebrantado el pacto con Dios y violado todos los términos del acuerdo
que hicieron, el cual está escrito en la Torá.
Y de muchas maneras
ellos adoptaron la adoración a toda clase
de dioses cananeos, edificando santuarios a ídolos por toda la tierra.
Y Jeremías, desarrolló la metáfora de la idolatría como adulterio,
y utiliza el lenguaje de la prostitución, promiscuidad e infidelidad para describir
cómo Israel le ha dado su lealtad a otros dioses.
Jeremías también acusa repetidamente
a los líderes de Israel, los sacerdotes, los reyes, los otros profetas.
Todos se han corrompido, han abandonado la Torá y el pacto,
lo cual ha producido un resultado trágico: rampante injusticia social.
El pueblo estaba aprovechándose
de las personas más vulnerables de las comunidades israelitas: las viudas,
los huérfanos, los inmigrantes, en clara violación a las leyes de la Torá.
Y esto parecía no importarles a los líderes de Israel.
Un lugar clásico en el que todas estas ideas se reúnen,
es el capítulo 7.
Se le llama "el sermón del templo de Jeremías".
Los israelitas, llegan al templo a adorar a su Dios como si todo estuviera bien.
Pero fuera del templo, están adorando a otros dioses,
y algunos incluso adoptaron la horrible práctica cananea del sacrificio de niños.
Así que Jeremías, hace su muy impopular
anuncio, que el Dios de Israel viene en juicio.
El destruirá su propio templo y castigará a Israel, enviando a un enemigo del norte.
Este es un ejército que Dios permitirá
que conquiste a Jerusalén. Y mientras lees, descubres que él está
hablando acerca del gran Imperio de Babilonia.
Y todo esto nos lleva a una transición en el capítulo 25.
Israel no ha regresado a su Dios.
Así que en el primer año del nuevo rey de Babilonia, Nabucodonosor,
Dios le dice a Jeremías que anuncie
que los ejércitos babilonios están en camino a Israel y a todos sus vecinos para
conquistarlos y llevarlos al exilio durante 70 años.
Él compara a Babilonia con una copa de vino,
llena hasta el borde con la justa ira de Dios,
por toda la injusticia y la idolatría de Israel.
Dios hará que Israel y las naciones, beban de esta copa.
Ahora, este capítulo es clave para
el diseño del libro, porque todo lo que sigue se concentrará en
el ataque venidero de Babilonia, primero sobre Israel, en los capítulos
del 26 al 45, y luego sobre las otras naciones en los capítulos del 46 al 51.
La sección acerca de Israel, primero
contenía historias de cómo Jeremías, rogaba a Israel a arrepentirse.
Cómo les advertía hasta el último minuto.
Pero los líderes de Israel continúan rechazándolo.
La sección concluye con una gran colección de historias, acerca de cómo Jerusalén
estaba siendo asediada y eventualmente destruida por Babilonia.
Y acerca de cómo Jeremías fue perseguido
durante todo este tiempo, y eventualmente secuestrado y llevado a Egipto en contra
de su voluntad, por un grupo de rebeldes israelitas.
Ahora, justo aquí en el centro,
en medio de todas estas oscuras historias de desastre y juicio,
tenemos una colección de los mensajes de Jeremías para el futuro de Israel.
Él retoma la predicción de Moisés,
que después de que Israel hubiera quebrantado el pacto y llevado al exilio,
(lee Deuteronomio 30),
Dios no abandonaría a su pueblo,
más bien, él renovaría su pacto con ellos y transformaría sus corazones.
Jeremías desarrolla esta promesa y dice que Dios un día escribiría las leyes
de la Torá, no en piedra, sino en los corazones de su pueblo.
Él sanará su rebelión para que ellos
puedan un día verdaderamente amarlo y seguirlo completamente.
Así que un día, Israel regresará de vuelta
a la tierra, y el mesías del linaje de David vendrá.
Y en ese momento,
todas las naciones reconocerán al Dios de Israel, como el Dios verdadero.
Así que estos capítulos están mostrando que a pesar de la apostasía de Israel,
Dios no permitirá que el pecado de Israel tenga la última palabra,
más bien, su propia fidelidad traerá
el cumplimiento de sus promesas a pesar de todo.
Después de esto, encontramos una gran colección de poemas
acerca de cómo Dios usará a Babilonia para juzgar a las naciones alrededor de
Israel.
Egipto, Filistea, Moab, Edom, Amón, Damasco, Hazor.
Pero luego, sorprendentemente, los poemas más largos se reservan para
el final y son acerca del juicio venidero de Dios sobre Babilonia misma.
Así que, aunque Dios utilizó a esta nación
para ejecutar su justicia, Dios no aprueba su violencia e idolatría.
Así que Babilonia, también estará bajo el estándar de la justicia de Dios.
De manera que, Jeremías denuncia también el orgullo y la injusticia de esta nación.
Ahora, en estos poemas, Babilonia es enorme y nos recuerda
la imagen de Babilonia atrás, en el capítulo 11 de Génesis.
Babilonia, se ha convertido en la nación
rebelde arquetípica, en su glorificación de la prosperidad y la guerra.
Dios entregará a esta nación, a su propia destrucción.
El libro concluye, con una historia tomada del final del libro de Segunda de Reyes.
Nos cuenta el último ataque de Babilonia
sobre Jerusalén, sobre cómo destruyeron los muros de la ciudad.
Quemaron el templo y llevaron al pueblo al exilio.
La historia muestra cómo se cumplieron
las advertencias de juicio de Jeremías, de los capítulos del 1 al 24.
Pero luego, el capítulo termina con
una breve historia, acerca del rey israelita cautivo.
Joaquín, el heredero del linaje de David.
Y el rey de Babilonia, lo libera de la prisión y le muestra su
favor y le invita a comer en la mesa real por el resto de su vida.
Y así es como termina el libro.
Así que es un pequeño destello de esperanza y nos recuerda las promesas
de esperanza de Jeremías, en los capítulos 30 al 33.
Dios no ha abandonado a su pueblo,
o la promesa de un rey venidero procedente del linaje de David.
Así que, aunque este libro contiene
una gran cantidad de advertencia y juicio, las últimas palabras concluyen con
una nota de esperanza para el futuro.
Y de eso trata el libro de Jeremías.
LAMENTASIONE
El libro de Lamentaciones.
Es un libro único en el Antiguo Testamento,
que contiene cinco poemas de un autor anónimo que sobrevivió
y ahora está reflexionando sobre el asedio babilonio de Jerusalén
y la destrucción y el exilio que le siguió.
Recuerda la historia completa en el libro de Segunda de Reyes.
La caída de Jerusalén y el exilio era la catástrofe más horrenda
en la historia de Israel hasta este punto.
Recuerda, Dios le había prometido la tierra a Abraham.
Le había dado a David victoria para hacer a Jerusalén la capital de Israel,
y de David provino el linaje real de los reyes.
Tenías la presencia de Dios ahí en el templo, donde los sacerdotes
mantenían los rituales de adoración de Israel.
Después de 500 años de toda esta historia, en el verano del 587 antes de Cristo,
la ciudad cayó en las manos de Babilonia.
Todo fue aniquilado y destruido.
Así que el libro de Lamentaciones es un recordatorio del dolor
y la confusión de los israelitas que sobrevivieron a esta destrucción.
Ahora, los poemas de lamento que se encuentran aquí
no son únicos en la Biblia.
Hay muchos de ellos en el libro de los Salmos.
Y estos poemas bíblicos de lamento hacen varias cosas.
Son una forma de protesta.
Son una manera de llamar la atención de todos, incluyendo la atención de Dios,
a las cosas horribles que suceden en este mundo
y que no deben ser toleradas.
Son una manera de procesar las emociones.
Así que en estos poemas, el pueblo de Dios ventila su enojo
y desesperación por la ruina causada por el pecado
y el egoísmo de las personas.
Y estos poemas son un lugar para dar voz a la confusión.
El sufrimiento nos hace cuestionarnos acerca del carácter y las promesas
de Dios, y nada de esto se ve como algo malo en la Biblia.
Todo lo contrario.
Estos poemas de lamento le dan una dignidad sagrada al sufrimiento humano.
Así que, estas palabras humanas de dolor que son dirigidas a Dios se han
convertido
en parte de la palabra de Dios para su pueblo.
El diseño de estos cinco poemas es muy intencional.
Es parte del mensaje del libro.
Los capítulos del uno al cuatro se conocen como acrósticos,
que significa poemas alfabéticos.
Cada verso poético inicia con una letra nueva del alfabeto hebreo,
que está conformado por 22 letras.
Ahora, esta estructura ordenada y lineal está en fuerte contraste con el desorden
del dolor y la pena mezclada con confusión que se expresa en estos poemas.
Así que, es como si el sufrimiento de Israel se explorara de la A a la Z
y está intentando expresar algo inexpresable.
Los capítulos del uno al dos tienen un verso por letra cada uno,
lo que les da un diseño bastante similar.
Pero los temas son muy diferentes.
Así que el capítulo uno se enfoca en el dolor y la vergüenza
de una figura llamada Señora Sión.
El poeta personifica a la ciudad de Jerusalén como una viuda,
también llamada hija de Sión.
Y ella se sienta sola.
Está angustiada por sus seres queridos, devastada.
Nadie viene a consolarla.
Es una metáfora muy poderosa.
Y luego, habla la Señora Sión.
Ella clama al Señor para que le ponga atención a su destino.
Y a través de esta imagen, el poeta está mostrando que la destrucción
de la ciudad trajo un nivel de trauma psicológico en los israelitas,
que solo puede ser expresado como la experiencia de un funeral
y la muerte de un ser amado.
El capítulo dos se enfoca en la caída de Jerusalén y cómo esta
fue consecuencia del pecado de Israel
y fue producida por la ira de Dios,
la cual es una palabra clave en este poema.
Es importante recordar que en la Biblia
la ira de Dios no es un enojo espontáneo y volátil.
Los poetas y profetas bíblicos utilizan
esta palabra para hablar de la justicia de Dios.
Israel había entrado en un acuerdo de pacto con Dios y durante siglos
habían estado violándolo al adorar a otros dioses,
perpetrando la injusticia y oprimiendo al pobre.
Y sí, Dios es lento para airarse.
Pero él, eventualmente, se aíra por la maldad humana,
y él traerá su justo enojo en la forma de un castigo.
En el caso de Jerusalén,
esto implicó permitir que Babilonia viniera y conquistara la ciudad.
Así que este poema está reconociendo que la ira de Dios está justificada.
Pero esto no impide que el poeta se lamente y le pida a Dios
que muestre compasión una vez más.
El capítulo tres rompe este patrón de diseño
al tener tres versos por letra.
Así que es el poema más largo del libro,
y la voz que se escucha es la de un hombre solitario hablando desde su
sufrimiento
y dolor como representante de todo el pueblo.
Y lo interesante es que este capítulo está lleno de lenguaje tomado de otras
partes
del Antiguo Testamento, de los lamentos de Job y de otros Salmos
de lamento importantes e incluso de los poemas del siervo sufriente en Isaías.
Y el poeta ve su dificultad como una clase de justicia de Dios,
como dice el capítulo dos.
Pero, paradójicamente, esto le da esperanza al poeta
y lo lleva a ofrecer las únicas palabras de esperanza en todo el libro.
"El gran amor del Señor nunca se acaba y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades.
Muy grande su fidelidad.
Por tanto, digo: 'El Señor es todo lo que tengo.
En Él esperaré'".
El poeta razona que si Dios es lo suficientemente consistente para traer
su justicia sobre la maldad humana, entonces él también será consistente
con su promesa de pacto de no permitir que la maldad tenga la última palabra.
Así que para este poeta,
el juicio de Dios es el semillero de esperanza para el futuro.
El capítulo cuatro regresa a la misma estructura alfabética
de los capítulos uno y dos, y es una vívida y perturbadora descripción
del asedio por dos años en Jerusalén y contrasta cómo las cosas solían ser
en Jerusalén del pasado y lo terribles que se han convertido durante el asedio.
Los niños solían reír y jugar en las calles, pero ahora mendigan comida.
Los ricos solían comer manjares lujosos,
pero ahora comen lo que sea que puedan encontrar en el polvo.
Y los líderes reales solían estar llenos
de esplendor, pero ahora están hambrientos, sucios e irreconocibles.
Y el rey ungido del linaje de David, ha sido capturado y arrestado.
Así que el poder del poema viene del impacto de estos contrastes
y está explorando la profundidad del sufrimiento
que Israel trajo sobre sí misma.
Ahora, el poema final es único porque rompe con el patrón de diseño.
Es igual de largo que los otros poemas alfabéticos, pero sin orden.
Es como si el poeta no pudiera soportarlo más y su dolor ha explotado en un
caos.
El poema es una oración comunitaria por la misericordia de Dios.
Israel le ruega a Dios que no ignore su sufrimiento ni los abandone.
Y el poema ofrece una larga lista de las diferentes clases de personas
que fueron devastadas por la caída de la ciudad.
Ellos le piden a Dios que no se olvide
de estas personas y se lamentan en nombre de otros, dándole voz a su dolor.
Sufrir en silencio, simplemente no es una virtud en este libro.
No se le pide al pueblo de Dios que niegue sus emociones, sino que alcen la voz
de protesta para expresar sus sentimientos y derramarlos delante de Dios.
El libro termina con algo parecido a una paradoja, el poeta reconoce que Dios
es el rey eterno del mundo, pero también que las circunstancias
los hacen sentir como si Dios no estuviera por ningún lado.
Así que las palabras finales del libro dejan esta tensión completamente
sin resolver y pregunta: "¿A no ser que nos hayas desechado totalmente?".
Y el libro termina.
El poeta no ofrece una conclusión linda y limpia, muy similar a nuestras propias
experiencias de dolor y sufrimiento.
La historia de la Biblia no termina aquí,
pero este importante libro nos muestra cómo el lamento, la oración y el dolor
son una parte crucial del camino de fe del pueblo de Dios en un mundo
quebrantado.
Y de eso trata el libro de Lamentaciones.