En un artículo publicado en este mismo Do- co a los antiguos callejones.
lejones. Son filas de peque- ble regocijo de ese baile de la juventud huanca,
minical tratamos de demostrar cómo algunas ños cuartos donde los artistas se visten y ensa- que nunca, en la Colonia fue sometida a servi-
danzas y cantos folklóricos han evolucionado de yan. El ambiente de estos callejoncitos no puede dumbre.
tal modo que ahora son populares, y fueron de ser más denso y agitado, de música, charlas en
tipo mágico o ceremonial no hace más de treinta quechuas, voces de mando, impaciencia, expec-
años. Esas danzas y cantos constituían la expre- tativa, enamoramientos, envidias. El "Gavilán
sión de vínculos culturales entre pueblos y zo- Negro" atendía a esta multitud. Porque en cada Pero más, mucho más intensamente, conta-
nas muy claramente delimitadas y, por la compo- función intervienen no menos de cien artistas. Los gia la energía y la ternura de las danzas del va-
sición de nuestra sociedad, ni siquiera eran ex- artistas folklóricos registrado~ en la Casa de la lle del Mantaro, Alberto Gil MaHma, "Picaflor
presión de vínculos que comprendían a toda la Cultura pasan de los tres mil. El joven negro fue de los Andes". "El Gavilán Negro", fue mozo de
población sino a los sectores denominados in- cautivado por las orquestas huaricas y la música coliseo, es artesano, sin mucho drama en su vi-
dios. El huaylas, del valle del Mantaro, por ejem- del Mantaro. Las orquestas huancas, con clari- da; el "Picaflor" tuvo una infancia y juventud
plo, se convirtió primero, de danza de cosecha netes y saxofones, son más sonoras que las del atormentadas; nació en una quebrada cálida y
en danza de. carnaval y de danza de carnaval en sur y del norte andinos. La letra de las canciones, hermosa de Ayacucho, en Huanta. En Huancayo
baile popular, pero, inicialmente, sólo del valle todas, son en castellano. El mozo, negro, de los lo bautizaron de nuevo. No deja de ser simbólico
del Mantaro. Luego, con el ascenso de la música camerinos, memorizaba, domingo a domingo, di- y representativo este doble bautismo. Huancayo
folklórica andina a las fábricas de discos, a la ra- rectamente de las orquestas y cantantes, las me- y Ayacucho son regiones de estilos diferentes, Gil
diodifusión y la T.V. , ganaron rápidamente la lodías huancas; ensayaba, primero a escondidas, Mallma trabajó y luchó desde la infancia en las
predilección de los serranos que residen en las en el propio escenario del coliseo vacío, en los ciudades capitales, en minas y campos de ambas
ciudades de .la costa y en sus pueblos nativos. Fi- cuartos y pasadizos del local, los pasos de los bai- zonas; como chofer ha recorrido las carreteras Y
nalmente, el huaylas, como el huayno, ganó a una les; el liuaylas, la muliza, el huayno, hasta la pueblos por las que Ayacucho y Huancayo reci-
buena parte de las clases populares ''criollas". elegante "Chonguinada". Escuchaba los progra- ben y envían mercadería; por donde se van Y
Hay indicios que muestran que todas las clases mas de música serrana que ofrecen las radiodii- vuelven los migrantes.
populares del país han sido infiltradas por las f usoras, al amanecer, y a Radio Agricultura que
danzas huancas -y algunas otras de la música fol- dedica nueve horas diarias al folklore andino. Gil Mallma es bajo de ~statura; pero vesti·
klórica andina. Cuando se sintió preparado, de ánimo, voz y da1n- do de huanca, de pie en el escenario, con el som-
za, para actuar, pidió a · uno de los directores de bnero en alto, girando en una danza o al levantar
Así como 1-0s "retablos" de Ayacucho ("San orquesta huanca que lo probara. Los artistas es- los brazos pm.ra agradecer los aplausos, parece
Marcos"), las "iglesias" de Quinua y el toro timaban al siempre buenhumorado "nwreno". no sólo mucho- más alto, sino verdaderamente
llamado de Pucará, que fueron objetos modela- Muy escépticamente, la orquesta aceptó. El ne- imponente. Las pr:-imeras notas de huaynos y mu-
dos con fines mágico-religiosos de uso local in- grito no había salido nunca de Lima; no conocía lizas y especialmEente de los huaylas, los hace
rígena, son ahora piezas decorativas de uso uni-
versal y símbolos representativos no de Ayacu-
cho, Quinua y Pucará, sino de la cultura perua-
na, el huaylas y el huayno, mucho más que esos
objetos decorativos, están en camino de conver-
tirse en pa~rimonio popular, en vínculo naciona-
lizante de los peruanos.
La prodigiosa difusión alcanzada por la can-
ción folklórica andina, especialmente de la huan-
ca, ha hecho aparecer, como es natural "estre-
llas" intérpretes de esa música. Casi todos eli-
gieron r:iombres de aves y flores para presentarse
en público: "Flor Pucarina", "Las Golondrinas",
el "Gorrión Andino", "Raymi Tika': (Flor de 11
Fiesta), "Sumac Tika" (Bella Flor), el "Picaflor Intérpretes con nombres de aves y flores. El "Gavilán Negro" y el Picaflor de los Andes".
de los Andes", el "Gavilán Negro". Muchos de
ellos son verdaderos "ídolos"; sus ''palacios" o el valle del Mantaro. "Cualquier cosa", pidió estallar en una especie de triunfal lamento. El
"templos" son los "coliseos" de Lima y de las pro- Juan Aguilar. La orquesta tocó la introducción público aplaude como un eco instantáneo de la
vincias; su reino, los millones de oyentes de dis- de una muliza; el negrito limeño inició la lenta voz, tan aguda, tan intensa y constreñida de afec-
cos y radio. En el Perú la palabra "coliseo" nom- danza, con un aire, una gracia "bien auténticos", tos contradictorios: dolor, anhelo y desafío. Las
bra ahora a los locales abiertos o techados de pero "como que fuera muy alto de cuerpo". Eli- señoras hacen bailar a sus huahuas en la platea,
carpas de circo, en los que se ofrecen programas gió "Vil cocodrilo" para cantar, y unos minutos alzándolas; los jóvenes aplauden y palmean. Gil
de danzas y música folklóricas andinas, cada vez después, se agolpaban a la puerta del camerino Malll1).a canta entre ruidos, jaleo, silencio y sil:
más frecuentemente matizadas de música crio- decenas de artistas sorprendidos y curiosos. bidos de júbilo. El Coliseo se convierte en una
lla y latinoamericana. Los "coliseos", son loca- especie de fragua. No es posible encontrar una
les rústicos, "humildes", acogedores, decorados El dueño del Coliseo, César Gallegos, vaciló mayor identificación entre artista y público, una
en sus fachadas y escenarios con figuras "incai-- un poco en lanzarlo al escenario. Lo ascendió pri- mayor estimulación recíproca. Así, el "Pica-
flor ... " gira o se detiene en el escenario, algo
32 cas" espectaculares e ingenuas. El "coliseo"
atrae al campesino temeroso aún de los secretos
mero; de mozo de camerino lo hizo controlador
de boletería. La noche de su debut fue triunfal. como impulsado por la tensión del público, de su
de la ciudad, al criollo de barrio o barriada. al Y luego lo sometieron a la prueba de fuego: can- vibración externa y profunda. No es posible que -
hombre ilustrado y sensible. Frente a la puerta tar en el coliseo de Huancayo. "Me aplaudieron hayan público ni intérprete más felices y reali-
del "coliseo" hay vivanderas, perros, basura me- mucho. Seis números canté. Primera vez que su- zados.
nuda; se oye .claramente, lanzada por el altopar- bía a la sierra. Triunfé bien. He ido otras veces
lante del escenario, la voz de las "estrellas", del más. Allá soy predilecto''. El ''Gavilán ... '' hafüa El "Gavilán Negro" y el "Picaflor"; id a
arpa y violín, del charango, de la quena o el pin- , con frases cortas y secas, pero cuando canta oírlos y verlos, especialmente, a sentir el ambien·
kullu. arrastra la voz en las notas largas de las mulizas, te del Coliseo. En un libro llamó Uriel GP¡cía,
con un dejo de energía en el lamento. Su mímica "cavernas de la nacionalidad" a las chic~rías
Juan Aguilar, el "Gavilán Negro'"', hoy fa- es sobria; zapatea el huaylas, el dificilísimo huay- del Cuzco. Los Coliseos son fraguas, verdaderas
moso, fue .sirv~ente qe lqs "cam,.erinos" del "Co- las, como ampliando el r~tmo con las piernas lar- fraguas. Costa y sierra se funden a fuego, se in-
liseo Nacional". Los cam'erinÓs' se pateceh un pal gas; lanzando al escenario, a ondas, el formida ... · · tegran, se fortalecen.