ORIENTACIÓN ESTRUCTURAL

MONOGRAFIA DE UNA OBRA ARQUITECTÓNICA DE LA

ANTIGÜEDAD

TEMA

TEMPLO DE ARTEMISA

ALUMNAS

Barrios Fatama, Jennifer

Fernandez Cumapa, Ariane Massiel
Tuesta Tananta, Priscila
Retiz Villavicencio, Betzabe

DOCENTE

Maria Del Socorro Baca Mena

LIMA, 2024
 ÍNDICE

1. Resumen
2. Introducción
3. Arquitectura y diseño del Templo
4. Importancia religiosa y cultural del Templo
5. Descubrimiento y excavaciones arqueológicas
6. Conservación y preservación del Templo
7. Impacto del Templo en la Antigua Grecia
8. Conclusiones y consideraciones finales

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 RESUMEN

El Templo de Artemisa en Éfeso, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo,
representa la culminación de la excelencia arquitectónica y la devoción religiosa en
la antigua ciudad de Éfeso, situada en Asia Menor. Construido en el siglo VI a.C.
Bajo el auspicio del rey Creso de Lidia, este templo se distingue por su
impresionante tamaño y su exquisita ornamentación, especialmente reconocida por
sus colosales columnas y detallados relieves mitológicos.

A pesar de enfrentar desafíos a lo largo de los siglos, tales como incendios y

saqueos, el Templo de Artemisa ha perdurado en la memoria colectiva como un
símbolo de la opulencia y grandeza de la antigua civilización griega. Más allá de su
significado religioso, su influencia se extiende a la arquitectura posterior, sirviendo
de inspiración para diseños monumentales en diversos rincones del mundo antiguo.
INTRODUCCIÓN

En la antigüedad, los griegos destacaron por diversas obras arquitectónicas

monumentales, por eso las obras griegas son uno de los pilares fundamentales para
la arquitectura. La arquitectura más destacada es la de sus templos, la mayoría de
los cuales están ahora en ruinas, y algunos sustancialmente intactos. Según escritos
antiguos, la ciudad de Éfeso había sido fundada por griegos jonios (procedentes del
Ática e instalados en la costa egea de Asia Menor), en la desembocadura del
Caístro. Allí, en el delta pantanoso del río, los griegos habían encontrado un
santuario dedicado por la población del lugar a una diosa de la vegetación y de la
fecundidad a la que identificaron con Ártemis, que en la mitología griega era señora
de los animales salvajes y de la vida agreste. Los efesios erigieron sucesivamente
hasta tres templos en honor de Ártemis. Pero fue un rey extranjero, Creso, Rey de
Lidia quien construyó el templo monumental que ha pasado a la historia. Según
Heródoto de Halicarnaso, lo hizo tras conquistar la ciudad en el año 560 a.C., como
una manera de asegurarse una fama de hombre piadoso y amigo de los griegos. El
templo de Artemisa comenzó a construirse en el siglo VI a.C., y según contaban su
construcción llevó 120 años. Medía 115 metros de largo por 55 de ancho y sus 127
columnas alcanzaban los 18 metros de altura. Es así como la construcción de este
templo dentro de estas dimensiones representó todo un desafío para la ingeniería de
la época.
Arquitectura y diseño del Templo.
El Templo de Artemisa en Éfeso, también conocido como Artemision, fue una de las
Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Fue construido alrededor del año 550 a.C. en
honor a la diosa Artemisa, y su estructura original era asombrosa, con dimensiones
colosales que la convertían en la mayor obra arquitectónica de la antigüedad. El
templo estaba decorado con esculturas y relieves, y alberga numerosos tesoros y
ofrendas dedicados a la diosa.
La arquitectura del templo era impresionante, con 127 columnas de mármol que
alcanzaban una altura de casi 20 metros. El estilo arquitectónico era una
combinación única de influencias griegas y asiáticas, que reflejaban la importancia
religiosa y cultural de Éfeso en aquel tiempo. El Templo de Artemisa era un lugar de
peregrinación y adoración, y su magnificencia arquitectónica lo convertía en un
punto de referencia reconocido en todo el mundo antiguo.
En la antigüedad, el diseño del Templo de
Artemisa fue considerado un logro
impresionante en términos de ingeniería. El
arquitecto Quersifrón desarrolló ingeniosos
sistemas para transportar los bloques de
mármol desde una cantera ubicada a doce
kilómetros de distancia, así como para elevar
las piezas del arquitrabe. Aunque el templo sufrió la destrucción a causa de un
incendio en el año 356 a.C., las ruinas que han perdurado revelan la magnificencia y
la belleza de su construcción.
La figura principal en el Templo de Artemisa era la representación de la diosa
misma, descrita como una estatua de gran tamaño con múltiples piernas y senos,
simbolizando su conexión con la fertilidad. Esta imagen estaba adornada con joyas y
su túnica larga tenía bordados de animales, flores y hojas. Además, el templo
albergaba altos relieves y esculturas que mostraban escenas de la vida cotidiana y
la mitología, todas elaboradas y talladas en mármol de Carrara.

Importancia religiosa y cultural del Templo.

El impacto del Templo de Artemisa en la historia y cultura de su época fue

significativo. Ubicado en la ciudad de Éfeso, era considerado un centro sagrado y
poderoso que atraía a numerosos peregrinos y visitantes de diversas partes del
mundo conocido. Su arquitectura y diseño influyeron en la construcción de
numerosos edificios y lugares sagrados de la época, dejando un legado
arquitectónico y artístico perdurable.

Aunque haya sido destruido hace muchos siglos, el Templo de Artemisa conserva su
importancia en la historia y cultura tanto de Turquía como del mundo en general. Las
ruinas del templo sirven como un vívido recordatorio de las antiguas civilizaciones y
su impacto en la arquitectura y el arte, destacando la magnificencia y el legado
perdurable de las culturas pasadas.

En la antigua Éfeso, el culto dedicado a Artemisa ocupaba un lugar central en la

esfera religiosa y cultural. La diosa era venerada como la guardiana de la ciudad,
asociada con la fertilidad, la caza y la naturaleza. El Templo de Artemisa, construido
en su honor, no solo representaba un centro de adoración, sino también un símbolo
de la opulencia y la grandeza de Éfeso en la Antigüedad. El culto a Artemisa en
Éfeso atraía a devotos y peregrinos de toda la región griega, convirtiéndo a la ciudad
en un importante enclave religioso y comercial. Las festividades en honor a la diosa,
como las celebraciones del Equinoccio de Primavera, congregaban a multitudes de
fieles y comerciantes, enriqueciendo tanto la vida cultural como la economía local.

En la actualidad, los restos del Templo de Artemisa y los vestigios del culto a la
diosa en Éfeso ofrecen una fascinante ventana hacia la antigua religión griega y su
influencia en la sociedad y la cultura de la época. La exploración de estos sitios
arqueológicos brinda una valiosa oportunidad para comprender la relevancia de
Artemisa y su templo en la historia de Éfeso y de la antigua Grecia en su conjunto.

Descubrimiento y excavaciones arqueológicas

El proceso de descubrimiento y las excavaciones arqueológicas del Templo de

Artemisa en Éfeso representan un viaje apasionante que ha permitido desentrañar
los misterios y la majestuosidad de este antiguo monumento. A lo largo de los siglos,
el templo había quedado sepultado bajo capas de tierra y escombros,
permaneciendo oculto durante largo tiempo a los ojos de investigadores y
arqueólogos.
El redescubrimiento del Templo de Artemisa tuvo inicio en el siglo XIX, cuando
arqueólogos y exploradores europeos, entre ellos John Turtle Wood, llevaron a cabo
expediciones en busca de las ruinas de la antigua Éfeso y sus monumentos más
destacados. Utilizando relatos históricos y pistas geográficas, estos pioneros
lograron identificar las posibles ubicaciones del templo y emprendieron excavaciones
sistemáticas para exhumarlo.

Las excavaciones arqueológicas en el emplazamiento del Templo de Artemisa

revelaron una amplia variedad de hallazgos, tales como fragmentos de esculturas,
inscripciones, columnas derribadas y los cimientos originales de la estructura. Estos
descubrimientos arrojan luz sobre la esplendorosa magnitud del templo en la antigua
Éfeso, así como sobre la vida cotidiana y religiosa de sus habitantes.

Conforme avanzaban las excavaciones, también se encontraron evidencias de los

numerosos eventos históricos que marcaron al templo, como incendios y saqueos
perpetrados por conquistadores y vándalos a lo largo de los siglos. Aunque
devastadores, estos eventos proporcionaron valiosas pistas sobre la historia y la
evolución del templo a lo largo del tiempo.

En la actualidad, el Templo de Artemisa sigue siendo un punto de interés para

arqueólogos, historiadores y turistas de todo el mundo. Las excavaciones continúan
aportando nuevos conocimientos sobre la estructura y la vida en la antigua Éfeso,
mientras que los esfuerzos de restauración y conservación aseguran que este
monumento perdure como un testimonio perdurable de la grandeza de la civilización
griega antigua.

Conservación y preservación del Templo

La conservación y preservación del Templo de Artemisa en Éfeso ha sido una labor

de suma importancia para garantizar la protección y el cuidado de este valioso
patrimonio cultural a lo largo del tiempo.

Uno de los aspectos esenciales en el proceso de conservación del Templo de

Artemisa ha sido la estabilización estructural de las ruinas existentes. Se han
realizado trabajos de refuerzo y consolidación de las columnas y los restos de la
estructura con el fin de prevenir el deterioro y mantener su integridad física. Esto ha
implicado acciones cómo reparar grietas, reemplazar elementos dañados y aplicar
tratamientos de conservación adecuados.

Además de la estabilización estructural, se han implementado medidas para

proteger el templo contra los efectos adversos del clima y otros factores
ambientales. Se han instalado sistemas de drenaje para evitar la acumulación de
agua que pueda ocasionar daños, y se han aplicado tratamientos de
impermeabilización en áreas vulnerables. Asimismo, se han instalado estructuras de
protección, como toldos o techos, para resguardar las ruinas de la exposición directa
a la lluvia, el sol y otros elementos climáticos perjudiciales.

La conservación del Templo de Artemisa también implica una gestión responsable

de la vegetación y la fauna que puedan influir en el sitio arqueológico. Se llevan a
cabo labores de mantenimiento para controlar el crecimiento de plantas no deseadas
y eliminar la vegetación que pudiera dañar las ruinas. Además, se implementan
medidas para proteger el templo de la actividad de animales que puedan causar
perjuicios, como roedores o aves.

Además de estas acciones físicas, se realizan programas de monitoreo y vigilancia

para identificar cualquier señal de deterioro o amenaza para el templo. Esto incluye
inspecciones regulares, análisis de materiales y registros fotográficos para evaluar
los cambios en el estado de las ruinas a lo largo del tiempo.

Por último, la sensibilización y educación pública desempeñan un papel fundamental

en la conservación del Templo de Artemisa. Se busca promover el respeto hacia el
patrimonio cultural y fomentar un turismo responsable, educando a visitantes y
residentes locales sobre la importancia del sitio y la necesidad de preservarlo para
las generaciones futuras.

Impacto del Templo en la Antigua Grecia

El Templo de Artemisa ejerció una profunda influencia en la Antigua Grecia,

sirviendo como modelo arquitectónico, centro de peregrinaje y símbolo del poder y la
riqueza de la ciudad de Éfeso. Su impacto se extendió más allá de lo religioso,
llegando a transformar la economía y el prestigio de la región.
 Arquitectura inspiradora

El Templo de Artemisa sirvió como modelo de referencia para

la construcción de otros templos griegos.

Centro de peregrinaje

El Templo atrajo a miles de devotos y visitantes de toda

la región, impulsando el comercio y la economía local.

Símbolo de poder

La grandeza y el esplendor del Templo reflejaban la

importancia y poderío de la ciudad de Éfeso.

Conclusiones y consideraciones finales

El Templo de Artemisa representa un logro y un gran impacto para la arquitectura e

ingeniería antigua por desafiar las limitaciones de la época. Este templo fue

construido en honor a la diosa Artemisa que revela su importancia monumental y su

significado cultural y religioso que fue pasando por los años. Su tamaño colosal y

decoración elaborada, como la combinación de influencias griegas y su arquitectura

formaron parte para que este templo se convirtiera en una de las Siete Maravillas del

Mundo Antiguo y un punto de referencia reconocido en todo el mundo conocido.

La importancia religiosa del templo como centro de adoración a Artemisa atrajo a

peregrinos y devotos de toda la región, enriqueciendo la vida cultural y económica

de Éfeso. Además, el templo sirvió como símbolo de poder y grandeza para la

ciudad, destacando su prominencia en el mundo antiguo. A pesar de su destrucción

y las vicisitudes a lo largo de los siglos, el templo sigue siendo objeto de estudio,

exploración y conservación, brindando una fascinante ventana hacia la antigua

civilización griega y su legado perdurable.