Recursos - VII CICLO - LEE - Del 20 Al 24 de Noviembre
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COMUNICACIÓN
TÍTULO DE LA EXPERIENCIA: “Promovemos acciones solidarias en nuestra comunidad.”
ACTIVIDAD 1: Leemos un discurso sobre el buen vivir y acciones solidarias en nuestra comunidad.
• PROPÓSITO DE LA ACTIVIDAD
En esta actividad, las estudiantes leen un discurso político que propone algunas ideas sobre la división, el racismo y la discriminación;
y cómo esto perjudica el bien común y el buen vivir.
• COMPETENCIA QUE EVALÚA
LEE diversos tipos de textos escritos en su lengua materna.
Estamos en pleno proceso de recuperación de nuestros saberes, de los códigos de la cultura de la vida, de los cánones
civilizatorios de una sociedad que vivía en íntima conexión con el cosmos, con el mundo, con la naturaleza y con la vida
individual y colectiva de construir nuestro suma qamaña (buen convivir), de nuestro suma jakaña (buen vivir), que es
garantizar el bien individual y el bien colectivo o comunitario.
Estamos en tiempos de recuperar nuestra identidad, nuestra raíz cultural, nuestro saphi (raíz o esencia), tenemos raíz
cultural, tenemos filosofía, historia, tenemos todo, somos personas y tenemos derechos.
Uno de los cánones inquebrantables de nuestra civilización es la sabiduría heredada en torno a la Pacha. Garantizar
equilibrios en todo tiempo y espacio es saber administrar todas las energías complementarias; la cósmica, que viene del
cielo con la tierra que emerge de debajo de la tierra.
Estas dos fuerzas cósmicas telúricas interactúan creando lo que llamamos vida, como una totalidad visible Pachamama y
espiritual Pachaqama (dios andino).
Al comprender la vida en términos de energía, tenemos la posibilidad de modificar nuestra historia, la materia y la vida
como la convergencia de la fuerza chachawarmi cuando nos referimos a la complementariedad de opuestos.
El nuevo tiempo que estamos empezando será sostenido por la energía del ayllu, la comunidad, los consensos, la
horizontalidad, los equilibrios complementarios y el bien común.
[...]
[...]
Promoveremos las coincidencias opositoras para buscar soluciones entre la derecha y la izquierda, entre la rebeldía de los
jóvenes y la sabiduría de los abuelos, entre los límites de la ciencia y la naturaleza inquebrantable, entre las minorías
creativas y las mayorías tradicionales, entre los enfermos y los sanos, entre los gobernantes y los gobernados, entre el culto
liderazgo y el don de servir a los demás.
Nuestra verdad es muy simple: el cóndor levanta vuelo solo cuando su ala derecha está en perfecto equilibrio con su ala
izquierda. La tarea de formarnos como individuos equilibrados fue brutalmente interrumpida hace siglos; no la hemos
concluido y el tiempo de la era del ayllu, comunidad, ya está con nosotros.
Exige que seamos individuos libres y equilibrados para construir relaciones armónicas con los demás y con nuestro entorno.
Es urgente que seamos seres aptos de sostener equilibrios para sí y para la comunidad.
Estamos en tiempos de los hermanos de la panaka pachakuti (descendientes del nuevo tiempo), hermanos del cambio,
donde nuestra lucha no solo era por nosotros, sino también por ellos y no en contra de ellos. Buscamos el mandato, no
buscamos enfrentamiento; buscamos la paz; no somos de la cultura de la guerra ni de la dominación. Nuestra lucha es
contra todo tipo de sometimiento y contra el pensamiento único colonial, patriarcal, venga de donde venga.
La idea del encuentro entre el espíritu y lo material, el cielo y la tierra, de la Pachamama (divinidad femenina) y Pachakama
(divinidad masculina, portadora de la energía vital), nos permite pensar que una mujer y hombre nuevos podremos sanar a
la humanidad, al planeta y a la hermosa vida que hay en ella. Devolver la belleza a nuestra madre Tierra.
Defenderemos los sagrados tesoros de nuestra cultura de toda injerencia; defenderemos nuestros pueblos, nuestros
recursos naturales, nuestras libertades y nuestros derechos.
Volveremos a nuestro Qhapaq Ñan (gran camino de la sabiduría), el camino noble de la integración, el camino de la verdad,
el camino de la hermandad, el camino de la unidad, el camino del respeto a nuestras autoridades, a nuestras hermanas, el
camino del respeto al fuego, el camino del respeto a la lluvia, el camino del respeto a nuestras montañas, el camino del
respeto a nuestros ríos, el camino del respeto a nuestra madre Tierra, el camino del respeto a la soberanía de nuestros
pueblos.
Hermanos, para terminar […], debemos superar la división, el odio, el racismo, la discriminación entre compatriotas. Ya no
más persecución a la libertad de expresión; ya no más judicialización de la política.
Ya no más abuso de poder. El poder tiene que ser para ayudar; el poder tiene que circular, el poder, así como la economía,
se tiene que redistribuir, tiene que circular, tiene que fluir, así como la sangre fluye dentro de nuestro organismo. Ya no más
impunidad; necesitamos justicia, hermanos.
Pero la justicia tiene que ser verdaderamente independiente. Pongámosle fin a la intolerancia, a la humillación de los
derechos humanos y de nuestra madre Tierra.
El nuevo tiempo significa escuchar el mensaje de nuestros pueblos, que viene del fondo de sus corazones. Significa sanar
heridas, mirarnos con respeto, recuperar la Patria, soñar juntos, construir hermandad, armonía, integración y esperanza
para garantizar la paz y la felicidad de las nuevas generaciones.
Solo así podremos alcanzar el vivir bien y gobernarnos nosotros mismos.