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Bengochea y Levín (2012) El Estado de La Cuestión

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El estado de la cuestión

Natalia Bengochea
Florencia Levín

La investigación científica brinda nuevos aportes a los saberes desarrollados


hasta un determinado momento sobre un tema particular. En el proceso de inda-
gación, un investigador –ya formado o un estudiante que se está iniciando en esta
actividad– se plantea un interrogante por una problemática específica y se interesa
por producir conocimiento sobre ese asunto, ver y analizar los factores que intervie-
nen en él desde una disciplina y un enfoque en particular. Pero para poder llevar a
cabo su investigación, necesita relevar otros estudios realizados anteriormente desde
el encuadre teórico en el que su propio trabajo se inscribe y también desde otros
enfoques, incluso desde otros campos científicos, cuyos aportes pueden ser de gran
utilidad para su propia indagación.
Así, iniciar una investigación supone realizar una exploración de todo el cono-
cimiento construido sobre un problema. En otras palabras, requiere la elaboración
de un estado de la cuestión (también denominado “estado del arte”), que consiste
en una síntesis crítica de las investigaciones previas en torno al tema de interés, una
síntesis que pone tales investigaciones en relación, a la vez que las evalúa.
Generalmente, al principio de toda indagación, el objeto de estudio suele ser
demasiado amplio y complejo, y necesita ser acotado. En otras palabras, requiere de
un recorte sobre la problemática considerada para que sea factible su abordaje. En este
proceso, en muchas ocasiones, la formulación del estado de la cuestión contribuye a
la misma delimitación del objeto a estudiar dado que, como sistematiza y articula el
conocimiento ya desarrollado, muestra los aspectos que quedan por revelar y permite
identificar claramente qué cuestiones restan por iluminar.
En resumen, elaborar un estado de la cuestión requiere un análisis crítico que
exponga los aportes que otros cientistas han hecho al conocimiento científico y que,
al mismo tiempo, señale aquellas zonas e interrogantes que han quedado aún sin res-
puesta con el fin de proponer el desarrollo de nuevas investigaciones y mostrar así la
posibilidad de adoptar una perspectiva novedosa respecto del objeto de investigación

¿Quiénes escriben un estado de la cuestión? ¿Qué circulación


tiene?
Como ya dijimos, el estado de la cuestión forma parte del proceso de de-
sarrollo de una investigación, que conlleva diferentes etapas y puede hacerse en

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Natalia Bengochea y Florencia Levín

distintos momentos de la vida académica. Conocemos el estado de la cuestión


como una sección de un informe de investigación que los investigadores elaboran
y redactan para ser presentado frente a comisiones evaluadoras compuestas por
expertos en el área. También puede ser el caso de un graduado que se postula a
una beca de investigación para desarrollar sus estudios de posgrado, o el de un
equipo que presenta un proyecto frente a un organismo para obtener financiación.
Por otro lado, el estado de la cuestión constituye una sección propia de las tesis de
maestría o doctorado. Finalmente, también circula en el ámbito académico como
un texto independiente, elaborado para su publicación en revistas especializadas o
su presentación como ponencia en un congreso. En este caso, brinda al profesional
la oportunidad de exponer el avance del conocimiento en su área de desempeño,
mostrar su desarrollo histórico, señalar las diferentes posturas que se han adoptado
acerca de ese tema, reivindicar alguna que le parezca que merece revalorización,
es decir, destacar zonas, incluso identificar el propio aporte realizado e indicar
hacia dónde deben dirigirse los estudios futuros.
En la universidad, cuando se solicita a los alumnos que elaboren un estado de
la cuestión como texto independiente, este suele funcionar como un disparador para
que descubran el interés por un tema, profundicen en él y consideren la posibilidad
de formular un proyecto propio de investigación. Por otra parte, también suele ser
requerido como una instancia de evaluación de su capacidad crítica y de los cono-
cimientos construidos en torno a un tema. En este sentido, exige haber desarrollado
habilidades de lectura crítica y una muy buena capacidad para seleccionar y sintetizar
información.
En cuanto a la lectura de los estados de la cuestión, se la considera de suma utili-
dad para aquellos que están interesados en adquirir conocimientos sobre determinada
cuestión ya que tendrán acceso a los principales estudios que se han hecho hasta el
momento. Su importancia también radica en que aquellos que recién se involucran
en los estudios de un área tienen la posibilidad de advertir qué investigaciones y
perspectivas son consideradas relevantes en un momento específico. Asimismo,
un estado de la cuestión permite descubrir las zonas de vacancia en las que resulta
provechoso profundizar en una futura investigación.
En cuanto a su extensión, varía en función de las circunstancias en que el autor
del estado del arte se encuentre. Los formularios para becas o para la presentación de
proyectos de investigación suelen establecer una determinada cantidad de palabras
que, generalmente, es bastante acotada. En estos casos, además de la exhaustividad,
cuenta la capacidad de síntesis para su presentación. En las tesis, ocupa un espacio
considerablemente mayor dado que quien realiza el estudio debe dar cuenta de
que ha revisado una gran cantidad de fuentes bibliográficas. En esta instancia, el
estado de la cuestión suele ubicarse a continuación del apartado correspondiente
a la introducción y antes de la exposición del marco teórico o la explicación de la
metodología adoptada.

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El estado de la cuestión

¿Cuál es el propósito de un estado de la cuestión?


Dentro del ámbito científico, mediante la elaboración del estado de la cuestión,
el investigador muestra, en primer lugar, que hay antecedentes sobre el tema de es-
tudio, es decir, se ubica dentro de un área de investigación. En segundo lugar, hace
evidente que el tema se encuentra bajo su dominio de conocimiento; dicho de otra
forma, exhibe experticia respecto de ese campo, que conoce y maneja en profundidad.
En tercer lugar, puede mostrar que su investigación es original, en tanto se pone en
evidencia que no hay estudios previos sobre un aspecto o que no los hay siguiendo
una determinada metodología o encuadre. Asimismo, le sirve para inscribirse en una
corriente de conocimiento propia de una disciplina y mostrarse como discípulo de
los autores reconocidos dentro de ella. En otras palabras, le permite posicionarse
dentro de la producción académica.
Las funciones de un estado de la cuestión pueden sintetizarse de la siguiente
manera:

• evidenciar la existencia de un área de investigación;


• mostrar dominio sobre ese campo de conocimiento;
• señalar originalidad en el enfoque del objeto de estudio; y
• posicionar al autor como autoridad dentro de ese campo.

Variantes en la organización del género


En relación con la organización del estado de la cuestión, es posible reconocer
algunas variantes. Podemos diferenciar distintos tipos a partir de cuatro categorías
(Swales, 2004) que están presentes en mayor o menor medida en la estructuración
de todo estado de la cuestión. Estas categorías son la historia, el statu quo, la teoría
y el tema. Si bien todo estado del arte recupera estas dimensiones, algunos de ellos
se centran más en una que en las otras.
Los estados de la cuestión estructurados a partir de una perspectiva histórica se
organizan en función de un eje temporal, cronológico, aquel en que se produjeron
las investigaciones más representativas. Aquí resulta fundamental la inclusión de la
dimensión historiográfica como eje articulador del texto ya que permite arrojar luz
sobre la evolución del pensamiento acerca de un tema a lo largo del tiempo. Predo-
mina así la historización de las investigaciones que se han hecho sobre la proble-
mática de interés, los diferentes enfoques a través de los cuales se la ha estudiado y
las transformaciones que se han dado en el acercamiento a su estudio. A lo largo de
este recorrido, se realiza una evaluación de esas fuentes, se señalan sus carencias y
contribuciones al estudio de un objeto. Se comparan las corrientes de investigación,
se establece una confrontación y complementación de la bibliografía considerada y
el investigador deja en claro su posición respecto de ella.

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Natalia Bengochea y Florencia Levín

Los estados de la cuestión centrados en el statu quo describen la situación actual


de un campo de conocimiento, es decir, explican cuál es el estado del saber en el
momento de su escritura. Así, los estados de la cuestión que abordan principalmente
este aspecto dan prioridad a la exposición de los últimos avances en la investigación
sobre un tema.
Los estados de la cuestión pueden focalizarse también en los distintos encuadres
teóricos para analizar una problemática y finalmente centrarse en uno en particular.
En los textos que hacen hincapié en esta categoría se explica el desarrollo de las
investigaciones desde la perspectiva teórica en la que se inscribe el investigador y
no se extiende demasiado la presentación de otras corrientes que no se van a em-
plear en el análisis. En este caso, el estado de la cuestión funciona como una cita de
autoridad, da reconocimiento a ciertas voces, rescata otras y las posiciona también
como autoridad y, como ya mencionamos, el investigador se posiciona a sí mismo
dentro de ese encuadre.
Otros estados de la cuestión se abocan a un tema delimitado, enfocado de una
manera determinada dentro de un campo de investigación. Algunos textos cumplen
como primera función establecer un aspecto en cuyo análisis es relevante profundizar
porque no ha sido muy abordado en investigaciones previas.
En este capítulo focalizaremos nuestro análisis en los estados de la cuestión que
se desarrollan dentro del campo de los estudios históricos, que hacen hincapié en
el eje temporal como criterio de estructuración. Esto es así porque el conocimiento
histórico es asumido como un saber inacabado, siempre parcial y abierto, sujeto a
los cambios políticos e intelectuales que conforman el prisma a través del cual se
mira o se aborda un aspecto del pasado. Así, un buen estado de la cuestión dentro
de esta disciplina debe también incorporar la evolución histórica del pensamiento o
de los pensamientos sobre un tema.

¿Cómo se organiza un estado de la cuestión?


A continuación detallamos los aspectos concernientes a la organización de un
estado de la cuestión en los casos en que el texto funciona de manera independiente,
es decir, como artículo de revista especializada, como ponencia o como el capítulo
de un libro.
El estado de la cuestión se encabeza con un título que sintetiza la problemá-
tica que abarca y, en general, explicita que se trata de un estado de la cuestión. El
texto comienza con una introducción en la que se presenta el tema abordado por
las investigaciones que se analizarán y se señalan las características del contexto
(cultural, social, político, histórico) en el que esas indagaciones fueron llevadas ade-
lante. Asimismo, se fundamenta la importancia de hacer el relevamiento del estado
de los estudios sobre esa cuestión de manera de justificar su tratamiento e interesar
al lector. Además, se indica cuál será el plan textual, es decir, se aclara cómo se
organizará la exposición.

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El estado de la cuestión

En el desarrollo del estado de la cuestión, primero, se despliega el tema general


para después abordar el tema específico de análisis. Esto es, en primer lugar, se realiza
una breve introducción que permite encuadrar la problemática en un plano mayor.
Luego de esto, el texto se focaliza en interrogantes más particulares. Como ya dijimos,
en los textos pertenecientes al ámbito de los estudios históricos, la exposición se
ordena a partir del eje temporal. Ahora bien, dentro de la periodización de las inves-
tigaciones, la información se organiza en ejes que varían de acuerdo con el criterio
del investigador. Pueden agruparse según los diferentes enfoques predominantes
en las corrientes teóricas o según los distintos aspectos y problemáticas vinculados
al objeto de estudio. Cada eje temático suele estar destacado con un subtítulo que
condensa su contenido. Luego se introduce en forma general el aspecto, problema
o variante que se tratará más extensamente a continuación.
Frecuentemente ocurre que el objeto de estudio ya ha sido abordado por diferen-
tes disciplinas y, por lo tanto, es pertinente la inclusión del conocimiento producido
en ellas. Por esto, es muy usual que los historiadores se vean en la necesidad de
evaluar la pertinencia de la incorporación o la exclusión de determinadas fuentes
bibliográficas, más allá del campo en que se hayan producido. Cabe señalar que in-
cluso puede ser relevante considerar el acercamiento realizado desde el periodismo
de investigación.
Cuando se focaliza en cada corriente de investigación, se explica la perspectiva
que se ha adoptado respecto del objeto de estudio y se destaca la contribución al co-
nocimiento que se ha generado. Se señala el cambio de punto de vista al nombrar las
reflexiones de otro autor y, de haber desacuerdos con ellas, se explicitan las diferencias.
El texto se cierra con una síntesis de los ejes que se han expuesto que da por
cumplido lo propuesto en la introducción. En la conclusión se evalúan los avances
que se han hecho hasta el momento, pero fundamentalmente se subrayan los in-
terrogantes que han quedado sin responder, es decir, los aspectos que no han sido
analizados. Así, se indican las vacancias que darán lugar a nuevas investigaciones.
Por último, bajo el subtítulo de referencias bibliográficas, se listan en orden
alfabético los autores y las obras que han sido mencionados a lo largo del texto.
En el siguiente cuadro se sintetiza lo expuesto:

Partes Descripción
• Condensación del tema.
TÍTULO • Explicitación de que se trata de un estado de la
cuestión.
• Presentación del tema objeto de estudio.
• Contextualización del desarrollo de las
investigaciones.
INTRODUCCIÓN
• Señalamiento de la relevancia del análisis.
• Indicación de los ejes temáticos en los que se
divide el desarrollo.

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Natalia Bengochea y Florencia Levín

• Exposición de los aportes realizados al


conocimiento tomando en cuenta una perspectiva
DESARROLLO temporal según una determinada organización en
ejes.

• Evaluación del estado actual del desarrollo del


conocimiento respecto del objeto de estudio.
CONCLUSIÓN
• Señalamiento de las vacancias.
• Propuesta de nuevas investigaciones en el campo.
REFERENCIAS
• Listado alfabético de la bibliografía consultada.
BIBLIOGRÁFICAS
Tabla 1: Organización de un estado de la cuestión publicado como texto independiente.

¿Qué características tiene la escritura de un estado de la cuestión?


Como ya dijimos anteriormente, en un estado de la cuestión predomina la expo-
sición de los saberes construidos, se explica cuáles fueron los aportes al conocimiento
de un tema formulados por diferentes autores reconocidos. Es decir, en este tipo de
textos se transmite un conocimiento formulado por otros autores y que es aceptado
como válido. Se lo presenta tomando una relativa distancia y construyendo una
apariencia de objetividad. Esta distancia se genera al consignar claramente quiénes
son los investigadores que propusieron cada una de las posturas señaladas de manera
que se observe que el saber que se expone no fue producido por el que escribe el
estado de la cuestión. Esto significa que las posiciones de los autores mencionados
se diferencian con nitidez de la voz que refiere los aportes de esos historiadores.
Dado que un estado de la cuestión se caracteriza por la inclusión de voces auto-
rizadas, prevalece la utilización de las citas con la función de presentar antecedentes
teóricos. Esta incorporación puede hacerse a través del discurso directo, cuando se
citan las palabras exactas de un autor mencionado, o a través del discurso indirecto,
que presenta las propuestas de otros autores por medio de la reformulación.
Resulta interesante examinar los verbos de decir que se utilizan con el pro-
pósito de introducir un discurso dentro del propio texto ya que su elección implica
muchas veces asumir una posición frente a lo dicho por otros autores. Los verbos de
decir son aquellos que refieren un comportamiento verbal. Algunos de ellos pueden
ser considerados “neutros”, solo se limitan a mencionar la acción de comunicar,
como por ejemplo: “expresar”, “declarar”, “afirmar”, “aseverar”, “sostener”, “ex-
plicar”, “señalar”, entre otros. Son frecuentes también los que implican algún tipo
de posicionamiento del autor citado, como por ejemplo, “contestar”, “cuestionar”,
“criticar”, “acusar”, “replicar”, “refutar”, “objetar”, o, con otro matiz, “coincidir
con”, “acordar con”, “rescatar”. Asimismo, la lengua también provee expresiones
introductorias de las citas. A modo de ilustración, podemos mencionar: “según x”,
“de acuerdo con x”, “para x”.

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El estado de la cuestión

Por otra parte, en este género se deja en claro la relación que se establece entre
las posturas adoptadas por las diferentes investigaciones. Así, el desarrollo del texto
no se convierte en un listado de datos inconexos. Las relaciones de divergencia o
coincidencia se hacen explícitas a partir del uso de conectores o frases que transmiten
estos significados. Marcan similitudes entre los planteos: “en este mismo sentido”,
“de acuerdo con x”, “en coincidencia con”, “coincidentemente”, “del mismo modo”,
“paralelamente”. Señalan oposición: “en contraposición”, “en oposición a”, “por el
contrario”, “en cambio”, “sin embargo”, “no obstante”, “mientras que”, entre otros.
También se registra el uso de conectores que ordenan la exposición como, por
ejemplo: “en primer lugar”, “en segundo lugar”, “para comenzar”, “para continuar”,
“para finalizar”, “por último”, “por una parte”, “por otra parte”.
Por otro lado, cabe señalar que en todo estado de la cuestión se explicitan las
referencias de las obras consultadas. Esto puede realizarse según distintas conven-
ciones.8 Por ejemplo, en algunas disciplinas se estila consignarlas en notas al pie
de página o al final del documento. En otras, en cambio, se intercalan en el texto el
apellido del autor y el año de publicación del texto leído, colocados entre paréntesis.
El sistema a utilizar depende muchas veces de las normas impuestas por los comités
organizadores de los eventos científicos o por las que cada revista científica adopta,
por lo que se deben mantener en todo el escrito.
En la conclusión de cualquier estado de la cuestión se encuentran juicios, va-
lorizaciones más o menos explícitas, respecto de las investigaciones y los trabajos
de otros autores. La evaluación de las investigaciones se expresa con frases imper-
sonales como: “es necesario destacar”, “resulta pertinente señalar”, o simplemente
calificándolas, como en el siguiente ejemplo: “La investigación todavía está en sus
comienzos. Sin embargo, ha arrojado resultados importantes”.

Análisis de un ejemplo de estado de la cuestión del campo de la


historia
A continuación mostramos, a modo de ejemplo, la organización de un estado
de la cuestión escrito por el historiador Marcelo J. Borges para el Anuario del año
1988 del Instituto de Estudios Histórico-Sociales de la Universidad Nacional del
Centro de la Provincia de Buenos Aires. El texto expone, desde una perspectiva
historiográfica, los principales estudios sobre la inmigración de fines de siglo xix
y principios del siglo xx en la Argentina. En particular, hace foco en los tipos de
asimilación que se produjeron entre los inmigrantes y el grupo receptor. Para ello,
compara investigaciones que analizan los distintos factores que contribuyen a los
procesos de asimilación y que toman en consideración diversos grupos migrantes.
En los márgenes señalamos algunos aspectos relevantes de este género y destacamos
algunas características lingüísticas:

8
Los distintos sistemas se exponen en el último capítulo de este volumen.

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