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Expo Boleta de Garantia

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La boleta de garantía se ha constituido en una de las herramientas de garantía más usadas en

nuestro sistema económico. Prácticamente no existe licitación o contrato que la deje fuera cuando
se encarga una obra o servicio y se debe asegurar el debido cumplimiento. Por el contrario, quien
no tiene acceso a ella se encuentra seriamente limitado en sus posibilidades de desarrollo. Y es que
tiene, respecto de otras cauciones, como la hipoteca, la prenda o la fianza, importantes ventajas en
cuanto a su seguridad, ejecutividad y facilidad de cobro. Por otra parte, cuando existe riesgo,
quienes las han entregado buscan febrilmente la forma de evitar o dificultar su cobro. Para estas
situaciones es necesario entender lo que es jurídicamente y sus características. Sobre estos
aspectos existe gran confusión, incluso entre profesionales que las usan diariamente, lo que hace
más importante su explicitación, ya que estos aspectos determinarán sus efectos.

Se debe señalar, en primer lugar, que se trata de una caución (garantía) que constituye un banco a
petición de su cliente para garantizar el fiel cumplimiento de una obligación de hacer o de dar y
puede ser emitida a la vista —pagadera contra presentación— o a un plazo determinado desde su
presentación a cobro. El sistema de las boletas de garantía se ha creado para invertir el sistema de
garantías tradicional de forma tal que el acreedor la podrá hacer efectiva y, solo después de que
eso ocurra, el deudor podrá accionar en su contra si el cobro de ella ha sido indebido.

Es claro que este es un instrumento mercantil que da cuenta de una relación jurídica compleja en
el que aparecen tres partes con roles claramente diferenciados: el tomador, que puede ser o no
quien deba cumplir la obligación garantizada, el banco emisor y el beneficiario habilitado para su
cobro.

La boleta de garantía guarda estrecha relación con los títulos de crédito y le son aplicables muchos
de los principios cambiarios esenciales, lo cual trae serias consecuencias para su exigibilidad. Estos
principios cambiarios aplicables son los de literalidad, autonomía, incorporación del derecho al título
y abstracción. La creación de la boleta bancaria de garantía, el nacimiento y extinción de las
obligaciones que de ellas emanan, las relaciones entre los diversos partícipes de la misma, las
cargas y obligaciones a que se encuentran sujetos se explican por los principios cambiarios antes
indicados y no a través de las normas del derecho civil o mercantil comunes. Esto es esencial para
determinar, entre otras, las condiciones en que el banco emisor está obligado al pago, las formas
en que opera la confusión y los efectos de las declaraciones unilaterales en ella contenida.

Como señalábamos, uno de los principios cambiarios fundamentales que incorpora la boleta de
garantía es el de literalidad, por ello las obligaciones contenidas en ella son estrictas, esto es, el
propio título determina completamente la extensión, características y demás elementos de ellas.
Siendo el derecho que emerge del título de crédito, literal, su extensión y elementos son
exactamente los que surgen del título. Por ello, para ser efectiva, debe describir en sí misma y con
absoluta claridad quién es el banco emisor, la extensión y características de las obligaciones que
garantiza, su vigencia, modos de caducidad y derechos que adquiere el tomador o beneficiario, con
independencia de todo elemento ajeno a la boleta bancaria de garantía en particular de que se
trate. Estas descripciones definirán los derechos, cargas y obligaciones que emanan de ella y su
configuración jurídica. La omisión o imperfección de estos enunciados hará que pierda sus efectos.

Los derechos que emanan de un título de crédito y, en consecuencia, de una boleta bancaria de
garantía son autónomos y abstractos, lo que deviene en total independencia entre las relaciones
que emanan de la boleta bancaria de garantía respecto de las del contrato de crédito o depósito
subyacente e incluso el cumplimiento del contrato garantizado. Al momento del cobro de la boleta
el banco librado deberá pagar y el deudor garantizado podrá accionar en contra del beneficiario si
estima que el cobro fue indebido, pero no podrá obstaculizar dicho cobro por efecto de las
relaciones derivadas del contrato de crédito o depósito subyacente ni del contrato al que accede la
boleta como garantía ni podrá alegar excepciones personales que pueda esgrimir en contra del
beneficiario o del banco.

Por otra parte, la boleta de garantía es un documento necesario para ejercer el derecho
incorporado en el mismo y constituye un documento constitutivo del derecho de las partes que
pueden tener intervención en la boleta. Por ello, el beneficiario no puede ejercer derecho alguno en
relación con ella, sino es mediante su tenencia física, pues los derechos que emanan de la boleta se
incorporan al título y, aún más, nacen y se constituyen con el título mismo, de modo tal que el
derecho que emana de la boleta bancaria de garantía no es más ni menos que aquel expresado en
ella y no en antecedentes o documentos ajenos a la misma.

Por todo lo anterior, las obligaciones del banco emisor son indefectiblemente las obligaciones
indicadas en la boleta bancaria de garantía con todas sus características, como monto garantizado,
obligaciones garantizadas, plazo de caducidad, etc., y a su vez, los derechos del beneficiario serán
los que se indican en dicha boleta, los cuales, por las características de literalidad, incorporación,
abstracción en particular producen sus efectos respecto de todo el mundo, pues los derechos,
cargas y obligaciones que de ella emanan son aquellos constituidos en dicha boleta, que no solo se
limita a probar su existencia, sino que constituye originalmente dichos derechos, cargas y
obligaciones con la extensión y modalidades expresadas en el documento.

Las obligaciones, cargas y derechos que emanan de la boleta bancaria de garantía son formales y
en armonía con lo recién expresado, su interpretación debe efectuarse de acuerdo a dichas
formalidades primando la voluntad declarada por sobre la voluntad real de quienes hubieren
manifestado su voluntad unilateral, como fuente de las obligaciones que puedan emanar de una
boleta bancaria de garantía o de otro título de crédito.

Por último, debemos anotar que por tener finalidad específica las boletas son inembargables por
terceros extraños al contrato asegurado y endosables solo en cobranza. Dicha cobranza se puede
hacer ante el mismo banco emisor o por intermedio de otro banco, pero se debe considerar que la
cobranza de la boleta solo se puede hacer durante su plazo de vigencia, ya que al término de este
caducan. Se debe considerar que si existe una medida judicial que impida el cobro efectivo de una
boleta esta igualmente se debe hacer efectiva dentro del plazo de vigencia, ya que solo se
suspende el pago mientras la resolución judicial cause sus efectos.

Estos principios son los que han hecho que la boleta de garantía sea una de las cauciones más
relevantes hoy y, en la medida que sus características sean comprendidas por los agentes
económicos, podrá existir mayor claridad respecto de las obligaciones que se asumen cuando se
entregan y de las restringidas herramientas que existen para impedir su cobro.

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