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La Eucaristía Como Sacramento

Sobre la eucarirtia
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La Eucaristía como sacramento

Bajo las especies de pan y vino, Jesucristo se encuentra verdadera, real y substancialmente
presente, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad.

Naturaleza
La eucaristía es el sacramento en el cual, bajo las especies de pan y vino, Jesucristo se halla
verdadera, real y substancialmente presente, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad.

Se le llama el “sacramento por excelencia”, porque en él se encuentra Cristo presente, quien es


fuente de todas las gracias. Además, todos los demás sacramentos tienden o tienen como fin la
Eucaristía, ayudando al alma para recibirlo mejor y en la mayoría de las veces, tienen lugar
dentro de la Eucaristía.

A este sacramento se le denomina de muchas maneras dada su riqueza infinita. La palabra


Eucaristía quiere decir acción de gracias, es uno de los nombres más antiguos y correcto porque
en esta celebración damos gracias al Padre, por medio de su Hijo, Jesucristo, en el Espíritu y
recuerda las bendiciones judías que hacen referencia a la creación, la redención y la santificación.
(Cfr. Lc. 22, 19).

1. Es el Banquete del Señor porque es la Cena que Cristo celebró con sus apóstoles justo
antes de comenzar la pasión. (Cfr. 1 Col 11, 20).

2. Fracción del pan porque este rito fue el que utilizó Jesús cuando bendecía y distribuía el
pan, sobre todo en la Última Cena. Los discípulos de Emaús lo reconocieron – después de
la resurrección – por este gesto y los primeros cristianos llamaron de esta manera a sus
asambleas eucarísticas. (Cfr. Mt. 26, 25; Lc. 24, 13-35; Hech. 2, 42-46).

3. También, se le dice asamblea eucarística porque se celebra en la asamblea –reunión - de


los fieles.

4. Santo sacrificio, porque se actualiza el sacrificio de Cristo. Es memorial de la pasión,


muerte y resurrección de Jesucristo.

5. Comunión, porque es la unión íntima con Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo y
de su Sangre.

6. Didaché, es el sentido primero de la “comunión de los santos” que se menciona en el


símbolo de los Apóstoles.

7. Misa, posee un sentido de misión, llevar a los demás lo que se ha recibido de Dios en el
sacramento. Usada desde el siglo VI, tomada de las últimas palabras “ite missa est".
Institución
En el Antiguo Testamento encontramos varias prefiguracones de este sacramento, como son:
 El maná, con que se alimentó el pueblo de Israel durante su peregrinar por el desierto.
(Cfr. Ex. 16,) .
 El sacrificio de Mequisedec, sacerdote que en acción de gracias por la victoria de
Abraham, ofrece pan y vino. (Cfr. Gen. 14, 18).
 El mismo sacrificio de Abraham, que está dispuesto a ofrecer la vida de su hijo Isaac.
(Cfr. Gen. 22, 10).
 Así como, el sacrificio del cordero pascual, que libró de la muerte al pueblo de Israel, en
Egipto. (Cfr. Ex. 12).

Igualmente, la Eucaristía fue mencionada - a manera de profecías – en el Antiguo Testamento por


Salomón en el libro de los Proverbios, donde le ordena a los criados a ir para comer y beber el
vino que les había preparado. (Cfr. Prov. 9,1). El profeta Zacarías habla del trigo de los elegidos
y del vino que purifica.

El mismo Cristo – después de la multiplicación de los panes – profetiza su presencia real,


corporal y sustancial, en Cafarnaúm, cuando dice: “Yo soy el pan de vida …… Si uno come de
este pan vivirá para siempre, pues el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo”. (Jn.
6, 32-34;51).

Cristo, sabiendo que había llegado su “hora”, después de lavar los pies a sus apóstoles y de
darles el mandamiento del amor, instituye este sacramento el Jueves Santo, en la Última Cena
(Mt. 26, 26 -28; Mc. 14, 22 -25; Lc. 22, 19 - 20). Todo esto con el fin de quedarse entre los
hombres, de nunca separarse de los suyos y hacerlos partícipes de su Pasión. El sacramento de la
Eucaristía surge del infinito amor de Jesucristo por el hombre

El Concilio de Trento declaró como verdad de fe, que la Eucaristía es verdadero y propio
sacramento porque en él están presente los elementos esenciales de los sacramentos: el signo
externo; materia (pan y vino) y forma; confiere la gracia; y fue instituido por Cristo.

Cristo deja el mandato de celebrar el Sacramento de la Eucaristía e insiste, como se puede


constatar en el Evangelio, en la necesidad de recibirlo. Dice que hay que comer y beber su sangre
para poder salvarnos. (Jn. 6, 54).

La Iglesia siempre ha sido fiel a la orden de Nuestro Señor. Los primeros cristianos se reunían en
las sinagogas, donde leían unas Lecturas del Antiguo Testamento y luego se daba lugar a lo que
llamaban “fracción del pan”, cuando fueron expulsados de las sinagogas, seguían reuniéndose en
algún lugar una vez a la semana para distribuir el pan, cumpliendo así el mandato que Cristo les
dejó a los Apóstoles.

Poco a poco se le fueron añadiendo nuevas lecturas, oraciones, etc. hasta que en 1570 San Pío V
determinó como debería ser el rito de la Misa, mismo que se mantuvo hasta el Concilio Vaticano
II.
La Eucaristía es el Sacramento que contiene verdaderamente el Cuerpo y Sangre de
Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad, toda la Persona de Cristo vivo y
glorioso, bajo las apariencias de pan y vino.

El concilio de Trento define claramente esta verdad, fundamental para la vivencia y


adoración de Cristo: " En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene
verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo,
juntamente con su Alma y Divinidad. En realidad Cristo íntegramente."

Como católicos, creemos que Jesucristo está personalmente presente en el altar


siempre que haya una hostia consagrada en el sagrario. Es el mismo Jesucristo,
verdadero Dios y verdadero Hombre, que andaba por los caminos de Galilea y
Judea. Creemos que El viene ahora como nuestro huésped personal, cada vez que
recibimos la Santa Comunión.

La Eucaristía es uno de los siete sacramentos instituidos por Cristo para que
participemos de la vida de Dios. Es el mayor de todos los sacramentos, porque
contiene a Cristo mismo, el Autor Divino de los Sacramentos.
Hay tres aspectos o momentos en la Eucaristía.
El primero se dice real Presencia de Cristo en el altar, siempre que haya una hostia
consagrada en el Sagrario. Segundo, la Eucaristía como sacrificio, que es la Misa. Y
tercero, la Santa Comunión.

La palabra Eucaristía, derivada del griego, significa "Acción de gracias". Se aplica a


este sacramento, porque nuestro Señor dio gracias a su Padre cuando la instituyó.
Además, porque el Santo Sacrificio de la Misa es para nosotros el mejor medio de
dar gracias a Dios por sus beneficios.

La Sagrada Eucaristía es el verdadero centro del culto católico, el corazón de la fe. Y


porque creemos que el hijo de Dios está verdaderamente presente en el
Sacramento del altar, construimos bellas iglesias, ricamente adornadas.

El Sacrificio de la Misa no se limita a ser mero ritual en recuerdo del sacrificio del
Calvario. En él, mediante el ministerio sacerdotal, Cristo continua de forma
incruente el Sacrificio de la Cruz hasta que se acabe el mundo.

La Eucaristía es también comida que nos recuerda la Ultima Cena; celebra nuestra
fraternidad en Cristo y anticipa ya el banquete mesiánico del Reino de los Cielos.

Por la Eucaristía, se da Jesús mismo, Pan de Vida, en alimento a los cristianos para
que sean un pueblo más grato a Dios, amándole más y al prójimo por Él.

Se reserva la Eucaristía en nuestras iglesias como ayuda poderosa para orar y servir
a los demás. Reservar el Santísimo Sacramento significa que, al terminar la
comunión, el Pan consagrado que sobra se coloca en el Sagrario y allí se guarda
reverentemente. La Eucaristía en el Sagrario es un signo por el cual Nuestro Señor
está constantemente presente en medio de su pueblo y es alimento espiritual para
enfermos y moribundos.
Debemos agradecimiento, adoración y devoción a la real presencia de Cristo
reservado en el Santísimo Sacramento.
Las tumbas de los mártires, las pinturas murales de las catacumbas y la costumbre
de reservar el Santísimo Sacramento en las casas de los primeros cristianos durante
las persecuciones, ponen de manifiesto la unidad de la fe en los primeros siglos del
Cristianismo sobre la doctrina de la Eucaristía, en la cual Cristo realmente se
contiene, se ofrece y se recibe. De la Eucaristía sacó fuerzas toda la Iglesia para
luchar valerosamente y conseguir brillantes victorias. La Eucaristía es el centro de
toda la vida sacramental, pues es de capital importancia para unir y robustecer la
Iglesia.

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