Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Universidad del Perú, Decana De América
Dirección General de Estudios de Postgrado
Facultad de Derecho y Ciencia Política
Unidad de Posgrado
“Analisis del Decreto Legisltivo Nº 1585”
AUTORES:
CHOLAN QUINTANILLA, Segundo Eduardo
ESTRADA VARGAS, John Pandolfi
ROJAS TABOADA, Yuri
PROFESOR:
Dr. MIGUEL TAPIA CABAÑIN
CURSO:
Seminario de Derecho Procesal Penal
Lima, Perú
2024
I. INTRODUCCION:
El sistema penal es crucial para mantener el orden social y proteger los derechos ciudadanos. Las
penas, según la legislación penal, deben tener fines preventivos, protectoras y resocializadoras.
El Decreto Legislativo N.° 1585, emitido el 22 de noviembre de 2023, introduce medidas para
reducir el hacinamiento en las cárceles, modificando varias leyes penales y penitenciarias. Sin
embargo, este decreto presta poca atención al comportamiento del condenado y se promulga en un
contexto de aumento de la criminalidad en Perú. Según el INEI (2023), la criminalidad ha
aumentado en comparación con 2022, y varios distritos de Lima fueron declarados en emergencia
desde octubre de 2023 debido al incremento de delitos.
La implementación del Decreto Legislativo N° 1585 podría debilitar los fines de la pena, poner en
riesgo la seguridad ciudadana y fomentar la impunidad, sin abordar adecuadamente la problemática
creciente de la delincuencia.
Este decreto modifica varias instituciones de la siguiente manera:
(EDUARDO)
En julio de 2023, el Jefe de Estado anunció en su mensaje a la nación que solicitaría facultades
legislativas al Congreso para enfrentar la inseguridad ciudadana. Haciendo uso de esas facultades
delegadas, el 22 de noviembre de 2023 se publicó el Decreto Legislativo 1585, que forma parte de
un conjunto de normas promulgadas previamente. Este decreto introduce reformas en el Código
Penal, Código Procesal Penal, Código de Ejecución Penal y otras leyes especiales.
Sin embargo, se cuestiona que la denominada "lucha contra la inseguridad" suele traducirse en
aumentar penas, crear nuevos delitos con deficiente técnica legislativa o establecer medidas sin
correlato efectivo, como la promovida vigilancia electrónica, cuya implementación queda
supeditada al Ministerio de Justicia y a un calendario incierto. En definitiva, se critica que se trata
de más "populismo penal" que daña al ya maltratado Código Penal de 1991 y, por ende, al Código
Procesal Penal.
Pese a que el decreto supuestamente busca descongestionar las cárceles para acatar una sentencia
del Tribunal Constitucional, se analizarán los aspectos más relevantes y novedosos de esta reforma
penal
1. Aplicación de penas limitativas de derechos:
La reforma aborda la aplicación general de la sustitución o conversión de la pena privativa de
libertad. Anteriormente, esta sustitución solo era posible si la pena abstracta no superaba los cuatro
años. Ahora, este límite se ha incrementado a cinco años, ampliando la posibilidad de conversión
A pesar de estar establecidas en nuestra legislación desde hace más de una década, los jueces
penales rara vez las aplican. Esta falta de utilización es preocupante, ya que estas penas se perciben
como más efectivas y coherentes que la tradicional pena privativa de libertad.
2- Conversión de la pena privativa de libertad por limitativa de derechos y multa,
La reciente reforma también modifica el quantum de la pena privativa de libertad abstracta. Ahora,
para que el juez pueda sustituir o convertir esta pena en limitativa de derechos, como trabajo
comunitario, limitación de días libres o una multa, la pena no debe ser superior a cinco años, un
año más que la norma anterior.
3- Conversión de la pena privativa de libertad por vigilancia electrónica
La reforma penal reciente ajusta los límites para convertir penas privativas de libertad en vigilancia
electrónica personal. Específicamente, se han realizado precisiones sobre cuándo puede darse esta
conversión:
Al imponer la pena:
- El juez puede convertir la pena privativa de libertad en vigilancia electrónica personal si la pena
abstracta no supera los diez años. Esta reforma elimina el límite mínimo previo de cuatro años.
- Para delitos sancionados con penas entre diez y doce años, la conversión es posible, pero debe
acompañarse de otras penas limitativas de derechos. La reforma aumenta los límites mínimos y
máximos para estos casos, reflejando la gravedad de los delitos.
Durante la ejecución de la pena:
- La conversión también puede ocurrir durante la ejecución de la pena. El límite máximo para esta
conversión ha sido incrementado de ocho a diez años.
- Para penas ejecutadas entre diez y doce años, la conversión debe incluir otras penas limitativas de
derechos.
Respecto a los delitos culposos:
- Anteriormente, no había un límite claro para la conversión de penas en estos casos. Ahora, se
establece que la pena no debe superar los seis años para ser convertible en vigilancia electrónica
personal.
La equivalencia sigue siendo un día de pena privativa de libertad por un día de vigilancia
electrónica personal.
7. La cesación de la prisión preventiva y la revisión de oficio
El artículo 283° del Código Procesal Penal (CPP) ha sufrido una modificación significativa con la
nueva reforma. La principal diferencia radica en la introducción de un mecanismo de revisión
periódica y obligatoria de la prisión preventiva por parte del juez.
Anteriormente, el imputado era quien debía solicitar la cesación de la prisión preventiva, mientras
que ahora el juez está obligado a revisar de oficio la vigencia de los presupuestos que dieron lugar a
esta medida cada seis meses desde su inicio o desde la última audiencia de revisión.
Esta revisión obligatoria se lleva a cabo mediante una audiencia virtual e inaplazable, salvo razones
excepcionales, en la que participan el Ministerio Público, el imputado y su defensor. En esta
audiencia, el juez evalúa si subsisten los motivos que determinaron la imposición de la prisión
preventiva y si los nuevos elementos de convicción inciden en la vigencia de los presupuestos
materiales previstos en el artículo 268.
Otra diferencia notable es que el trámite de la decisión del juez se rige por lo establecido en el
artículo 274, en lo que resulte pertinente, lo que implica una modificación del procedimiento
anterior.
En cuanto a los requisitos para la cesación de la prisión preventiva y su sustitución por una medida
de comparecencia, se mantienen los mismos criterios, es decir, cuando nuevos elementos de
convicción demuestren que no concurren o no subsisten los motivos que determinaron su
imposición, tomando en cuenta las características personales del imputado, el tiempo transcurrido
desde la privación de libertad y el estado de la causa.
En resumen, la principal novedad es la introducción de una revisión periódica y obligatoria de la
prisión preventiva por parte del juez, lo que busca garantizar un control más estricto sobre la
vigencia de los presupuestos que justifican esta medida coercitiva y evitar situaciones de privación
de libertad injustificada. Esta modificación representa un avance en la protección de los derechos
del imputado y en el equilibrio entre la eficacia de la persecución penal y el respeto a las garantías
procesales.
8. Análisis de la Impugnación del auto de cese y revisión de oficio
La modificación del artículo 284° del Código Procesal Penal introduce cambios importantes en
relación con la apelación contra las resoluciones que deciden sobre la cesación de la prisión
preventiva, estableciendo una distinción según si la cesación se produce por solicitud del imputado
o en el marco de la revisión de oficio por parte del juez.
Apelación contra cesación a solicitud del imputado:
En este supuesto, no hay cambios sustanciales. Tanto el imputado como el Ministerio Público
pueden apelar el auto que se pronuncia sobre la solicitud de cesación de la prisión preventiva,
dentro del tercer día de notificado. La apelación no impide la excarcelación del imputado a favor de
quien se dictó la cesación.
Apelación contra cesación por revisión de oficio:
Aquí se introduce una novedad importante. Cuando la cesación de la prisión preventiva se dicta en
el marco de la revisión de oficio que debe realizar el juez cada seis meses (según la nueva
redacción del artículo 283°), el Ministerio Público puede apelar dicha decisión dentro del tercer día
de notificado. Sin embargo, en este caso, a diferencia del supuesto anterior, la apelación sí impide
la excarcelación del imputado hasta que la impugnación sea resuelta.
Esta distinción en los efectos de la apelación según el supuesto de cesación busca equilibrar los
intereses en juego. Cuando la cesación se produce por solicitud del imputado, se prioriza su libertad
y no se impide su excarcelación mientras se resuelve la apelación. Sin embargo, cuando la cesación
se dicta por la revisión de oficio del juez, se otorga mayor peso a la posición del Ministerio
Público, permitiendo que su apelación suspenda la excarcelación hasta que se resuelva la
impugnación.
Procedimiento de la apelación:
En ambos supuestos, se mantiene la remisión a lo dispuesto en los numerales 1) y 2) del artículo
278°, que establecen el trámite de la apelación contra la resolución que decide sobre la prisión
preventiva.
9. Incorporación de una cláusula común en los delitos contra el patrimonio
Análisis del artículo 208-A sobre formas atenuadas en delitos contra el patrimonio:
Este artículo introduce una atenuación de la pena en ciertos casos de delitos contra el patrimonio,
con la condición de que el agente no sea reincidente o habitual. Se establecen dos supuestos:
Cuando el valor del bien no supera el 5% de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT), o la violencia
o amenaza utilizada por el agente resultan mínimas o insignificantes, o se emplean armas simuladas
o inservibles. En estos casos, se reduce la pena concreta en un sexto de la pena mínima establecida
para el delito, por única vez.
Cuando el autor o partícipe repara espontáneamente el daño ocasionado o devuelve el bien en igual
estado de conservación al agraviado. En este supuesto, se disminuye la pena concreta en un
séptimo de la pena mínima establecida para el delito, también por única vez.
Estas atenuaciones de pena solo se aplican a delitos contra el patrimonio, excluyendo los delitos de
robo agravado (art. 189 tercer párrafo), el delito de tráfico ilícito de migrantes en su forma
agravada (art. 200 noveno párrafo), y el delito de hurto simple en su forma agravada (art. 204
numeral 10 del primer párrafo).
II. ANÁLISIS
El Tribunal Constitucional, en el Expediente N.° 05436-2014-PHC/TC del 26 de mayo de 2020,
abordó la problemática del hacinamiento carcelario en Perú. Reconoció que este problema
estructural no se soluciona solo con la construcción de más prisiones, sino también mediante
políticas penales adecuadas (Fundamento 26). Además, destacó la importancia de mantener
condiciones mínimas de infraestructura para garantizar derechos fundamentales de los internos,
como salud, educación, trabajo y recreación (Fundamento 30).
Entre las medidas propuestas, el Tribunal sugiere el cierre de prisiones que no cumplan con las
condiciones básicas, aclarando que esto no implica liberar a los internos, sino reubicarlos en
establecimientos adecuados (Fundamento 107.d). Además, el Tribunal resalta que las prisiones
deben albergar principalmente a quienes han cometido delitos graves, mientras que para delitos
menores se deben considerar penas alternativas a la privación de libertad.
El Decreto Legislativo N° 1585, emitido para abordar el hacinamiento carcelario, parece exceder la
interpretación del Tribunal al permitir la excarcelación de internos que han cometido diversos
delitos, incluidos los graves, y que están cumpliendo penas efectivas o prisión preventiva. Si bien
es comprensible aplicar la norma a delitos menores, incluir a delincuentes graves pone en riesgo la
seguridad pública.
La privación de libertad se considera fundamental para la prevención del delito, disuadiendo
conductas delictivas. No obstante, la realidad penitenciaria actual impide el cumplimiento eficaz de
los fines preventivos y resocializadores. Esto no justifica una excarcelación masiva sin un control
adecuado de quiénes merecen cumplir su pena en libertad. En conclusión, el Decreto Legislativo
N° 1585 no refleja adecuadamente el espíritu de la sentencia del Tribunal Constitucional.
III. CONCLUSIONES
El Decreto Legislativo N° 1585 establece mecanismos para reducir el hacinamiento en los
establecimientos penitenciarios, modificando el Código Penal, el Código Procesal Penal y el
Código de Ejecución Penal, entre otras normas. Sin embargo, este decreto considera poco la
conducta del sentenciado o procesado. Permite la excarcelación de sentenciados y procesados con
prisión preventiva, incluso para aquellos que han cometido delitos graves. Esta situación debilita
los fines de la pena, pone en riesgo la seguridad ciudadana, fomenta la impunidad y crea una
percepción de injusticia entre las víctimas.
La pena tiene funciones preventivas, protectoras y resocializadoras, esenciales para mantener el
orden social y corregir comportamientos desviados. No obstante, el Decreto Legislativo N° 1585
socava estas funciones al facilitar la excarcelación sin un control adecuado sobre la peligrosidad del
interno.
El fundamento principal para este decreto fue la sentencia del Tribunal Constitucional en el
expediente N° 05436-2014-PHC/TC, que aborda el problema del hacinamiento carcelario. Sin
embargo, la sentencia no sugiere liberar a los internos, sino reubicarlos en centros menos
hacinados. Por lo tanto, la norma no refleja adecuadamente la interpretación de la sentencia del
Tribunal Constitucional.
El hacinamiento carcelario es un problema complejo que requiere múltiples estrategias para su
mitigación. Aunque los mecanismos del Decreto Legislativo N° 1585 podrían ayudar a reducir el
hacinamiento, la norma es demasiado general y permite que cualquier interno, incluidos aquellos
sentenciados por delitos graves, se beneficie de estas medidas. Esta inclusión indiscriminada es el
aspecto más crítico de la norma.
las modificaciones al artículo 283 del CPP introducen un mecanismo de revisión periódica
obligatoria de la prisión preventiva, garantizando una evaluación más frecuente y actualizada de
los motivos que la sustentan, con la participación de las partes y la posibilidad de incorporar
nuevos elementos de convicción. Esto representa un avance en la protección de los derechos del
imputado y en el control judicial sobre una medida tan gravosa como la prisión preventiva.
La modificación del artículo 284° introduce una distinción relevante en los efectos de la apelación
contra la cesación de la prisión preventiva, según si esta se produce por solicitud del imputado o
por la revisión de oficio del juez. Mientras que en el primer caso la apelación no impide la
excarcelación, en el segundo sí la suspende hasta que se resuelva la impugnación. Esta
diferenciación busca equilibrar los intereses en juego y otorgar mayor peso a la posición del
Ministerio Público en el marco de la revisión periódica obligatoria de la prisión preventiva.
Este artículo busca introducir una diferenciación en la penalidad de los delitos contra el
patrimonio, atenuando la pena cuando el valor del bien es mínimo, la violencia o amenaza son
insignificantes, se utilizan armas inservibles, o cuando el agente repara espontáneamente el daño.
Esto responde a un criterio de proporcionalidad y favorece la reparación del daño. Sin embargo,
excluye expresamente los casos más graves de estos delitos, como el robo agravado y el hurto
simple agravado, manteniendo para ellos la pena más severa. En general, se trata de una
disposición que busca graduar la respuesta penal según las circunstancias específicas del hecho
delictivo.